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Seguir viva por un deseo

Por la mañana llega la abuela a la casa de su hija Karla de visita, la abuela entra a
casa, deja las maletas en la puerta, se dirige a la cocina, mira a su hija haciendo el
desayuno, ella sorprendida por verla, se acerca a Karla, ella voltea, mira a su
mamá, le da un abrazo emocionada, de pronto llega Sofía a la cocina, mira a su
abuela, la abraza con cariño, La abuela se sorprende al mirarla, le corresponde el
abrazo.
 Ya me tengo que ir. -Le dice Sofía yéndose de la casa.
 ¿Qué hace aquí? - la abuela sorprendida por ver a Sofía.
 ¿De qué hablas?
 Muy bien sabes, pensé que ya la habías dejado ir, confíe en ti, ¿por qué no
la dejas? - le dice preocupada.
 Porque… no puedo - empieza a llorar.
Sofía está en la escuela dirigiéndose a su salón, mira a Juan que es su amigo
desde que eran niños, ellos se saludan, cuando una persona pasa sobre Sofía
atravesándola, él se queda confundido mirándola, como si nada hubiera pasado,
ella se acerca a Juan.
 ¿Qué pasa? - Juan se talla los ojos…
 Nada pequeña.
Los dos se regalan una sonrisa al abrazarse, entran a su salón y se dirigen a su
asiento. Karla y la abuela están hablando del tema de Sofía.
 Si sigue aquí, es porque quiere un deseo.
Las dos se quedan pensando qué desea, Karla no tiene idea del deseo, la abuela
se queda recordando en el pasado. Ellas están en la mesa desayunando, llega
Sofía que es una niña de cuatro años, para desayunar.
 Mamá, hoy voy a poder ver a papá. -le dice emocionada
 Sí, después de la escuela. – le dice preocupada…
La abuela mira a su hija, después de recordar…
 Creo que ella quiere ver a su papá.
Karla y la abuela, están haciendo una búsqueda para encontrar al padre, cuando
encuentran sus redes sociales, donde decía toda su información personal. Tiempo
después la abuela se encuentra con el padre, los dos están en la puerta del lugar.
- Hay que entrar - le dice la abuela con desprecio.
Es un cementerio al aire libre, se dirigen a una tumba en específico, el padre mira
confundido a la abuela, ella nomás apunta a la tumba.
 ¿Es una broma? - dice el padre asustado y confundido.
 No… esa es la tumba de tu hija.
 ¿Cómo no me avisaron? ¿Cómo pasó?
 Pues... El último día que fue a verte
Un día de lluvia fuerte, no se miran bien las calles, al ser peligroso para manejar,
Karla y su hija se dirigen a casa, de pronto se mira una luz en frente, que se
acerca muy rápido, al mirar que es un auto, los dos frenan, pero es demasiado
tarde, ambos se estrellan.
 Entonces…. ¿Qué hago aquí?
 Quiero que mires a tu hija…. Ella tiene el deseo de verte.
Llegan a casa, la abuela le habla a Sofía, ella mira al hombre parado en la sala.
 ¿Quién es él, abuela? - se esconde de atrás de la abuela.
 ¡Es tu papá!
Sofía mira al hombre parado, que ni siquiera le dirige la mirada, el padre desea
verla de corazón, cuando la mira ahí, parada, detrás de la abuela, al sorprenderse,
no le quita la mirada de encima, Sofía se pone enfrente de su abuela, corre hacia
él, al darle un fuerte abrazo, el padre la mira y puede sentirla como si fuera una
persona normal.
 ¿Por qué no podías verme papá? ¿Por qué no me quieres?
El padre sorprendido por la última pregunta no pudo dar respuesta, nomás le
corresponde el abrazo, al pasar la tarde juntos, ya era momento de que el padre
se fuera. Ya es de noche, la abuela y Karla están en la cocina.
 Ya se le cumplió su deseo, ahora es tu turno.
Karla no da respuesta, de pronto llega Sofía, se esconde detrás de la puerta.
- Tienes quiere decir que ella realmente no está viva, que se tiene que ir.
 ¿Por qué? ¿a dónde me iré? ¿te quieres deshacer de mí? – asustada.
 Sofía.... nooo….
Ella se va llorando a su cuarto, Karla va detrás de ella.
 No es que me quiera deshacerme de ti…. tú sabes que nunca haría eso.
 Entonces, ¿qué es?
 Es que... Tú no eres una niña normal, tu eres un espíritu. -trata de decirlo
de la mejor manera
 Pero… ¿Qué está pasando mamá? ¿por qué?
 Hace cinco años pasó un accidente.
Sofía no da respuestas, sorprendida al no causar ninguna reacción, Karla se va.
Ella llega a la escuela, mira a Juan que se dirige al salón, ella lo toma de la mano,
Juan voltea, le sonríe, mira que Sofía no está bien.
 Tenemos que hablar.
Juan nomás medita, ellos hablan de que ella es un espíritu, entonces Juan
empieza recordar, que lo miraba extraño, cuando estaba con ella, pero eso no le
importaba, ya que realmente, no la iba a volver a ver, por ser su mejor amiga, no
la quería perder, Juan la abraza de repente.
- No quiero que te vayas - le dice llorando y Sofía no responde – te
extrañaré...
Los dos se quedan abrazados, cuando Juan ya no siente su tacto y mira que ya no
está. Ella aparece en la sala, mira a su mamá y a su abuela sentadas en el sillón.
 ¡Mamá! - las dos se levantan, dirigen su mirada a Sofía- es hora de irme.
 ¿Qué estás diciendo?
 Gracias…
 No… no te vayas – y le sale una lágrima.
Sofía se dirige a su cuarto, Karla la persigue, mira que entra a su habitación,
cuando Karla entra, mira que no está, la abuela sentada en el sillón, le sale una
lágrima y dice:
- Descansen en paz Sofía y Karla.

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