La teoría de la argumentación jurídica se ocupa del estudio de las estructuras
formales del argumento como un proceso de comunicación. El argumento, por su
parte, es un tipo de discurso cuyo propósito es obtener el acuerdo o desacuerdo de un interlocutor con respecto a la validez de una afirmación o norma, empleando para ello referencias a afirmaciones o normas que se presuponen aceptadas por ambas partes. En el ámbito jurídico, la argumentación se desarrolla a partir de varios contextos correctivos, incluyendo la retórica, el lenguaje, la lógica, la ética y los métodos. La retórica, considerada como el arte del hablar, fue sistematizada por Aristóteles, quien distinguió entre la retórica como ciencia, basada en la certeza y la verdad, y el discurso persuasivo, que argumenta sobre lo probable o verosímil. Mientras que la ciencia busca convencer a un público universal con los mismos razonamientos, el discurso persuasivo utiliza pruebas para persuadir a audiencias específicas, teniendo en cuenta el kairos (el momento oportuno). Aristóteles fundamentó su retórica en la lógica de los valores, destacando la importancia de la elocutio. A lo largo de la historia, la retórica se transmitió desde la civilización griega al mundo romano, y Cicerón defendió su importancia frente a la filosofía. Sin embargo, con la desintegración del modelo político romano, la retórica experimentó un declive que se extendió hasta mediados del siglo XX. En los años cincuenta, surgieron propuestas renovadoras, como la de Perelman, que buscaban convertir la retórica en una ciencia descriptiva e inductiva, centrándose en el estudio de las técnicas discursivas para provocar o fortalecer la adhesión a las tesis presentadas. En cuanto al lenguaje, según Nino, las palabras son símbolos para representar la realidad, y en el ámbito del derecho, es esencial analizar el lenguaje para la creación y aplicación de leyes. El ordenamiento jurídico se transmite a través de proposiciones lingüísticas, y la relación del ser humano con las cosas está mediada por la palabra expresada.