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Esta revisión contempla referencias tanto del ámbito académico, como de organizaciones
de la sociedad civil y gubernamentales, nacionales e internacionales. Su fuente principal es la
información recogida en el Documento Técnico del Programa Hablemos de todo generado por la
Fundación Todo mejora el año 2020 y revisado por la mesa intersectorial nacional del Programa
Hablemos de Todo, documento que ha sido complementado por una nueva fase de investigación a
partir de requerimientos y observaciones del intersector y particularmente de jóvenes usuarias y
usuarios del Programa Hablemos de Todo, a través de encuestas y formularios de recepción de
consultas, así como también de sus opiniones vertidas directamente en el chat o en las activaciones
regionales realizadas durante el primer año de funcionamiento del Programa.
jóvenes, en tercer lugar, los imaginarios sociales construidos en torno a la noción de juventud y
finalmente, reconocer la conflictividad social en los modos de relación generacional que se ejercen
en nuestras sociedades adultocéntricas (Duarte, 2016).
Por este mismo motivo, las juventudes no deben mirarse como un grupo homogéneo,
contrario a ello, estas tienen sus propias diversidades. Chile actualmente vive un proceso de
1
El documento también presenta evidencia acerca de la adolescencia. No obstante, se mantiene la noción
conceptual del INJUV.
2
Álvarez (2016) distingue diversas entradas que han caracterizado este campo de estudio, reconociendo
tres enfoques principales, a saber: el de enfoque sociodemográfico donde la categoría de juventud se
constituye desde rangos de edad y como preparación de la vida adulta; el enfoque conservador,
adultocéntrico y psicológico, cuya preocupación radica en la maduración psicobiológica del sujeto juvenil, y
el enfoque sociocultural, dond|e se asume que el concepto de juventud está socialmente construido.
expansión de la pluralidad (Rubio, 2012), lo cual ha causado que fenómenos como el aumento de la
migración3 afecten la construcción social de las juventudes, generando cambios en este grupo
poblacional durante los últimos años y meses (INJUV, 2019).
De esta manera el adultocentrismo afecta todas las áreas de la vida de las y los jóvenes. En
el plano simbólico, la naturalización de la asimetría generacional subyuga a una posición de
inferioridad a otras categorías generacionales, entre ellas a las juventudes. Desde la dimensión
política y material, este imaginario de organización social define tareas de desarrollo a cada etapa
del ciclo vital, delimitando así el acceso a bienes y la toma de decisiones políticas que correspondería
a las y los jóvenes. Finalmente, también impone a las personas jóvenes la manera de gestionar su
sexualidad y corporalidad, demarcando lo permitido referente a sus deseos, orientaciones y modos
de relación (Duarte, 2016).
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Información extraída de https://www.extranjeria.gob.cl/noticias/poblacion-extranjera-en-chile-aumento-
un-19-en-relacion-a-2018/. Fecha de consulta: 28 de septiembre 2020.
Para comprender la complejidad de los problemas que inciden en la salud de las y los
jóvenes, es necesario identificar los factores de riesgo y de protección presentes en su ambiente
físico y humano (Bronfenbrenner, 1979; Compas y Reeslund, 2009). Los impactos de estos factores
de riesgo en la salud física y mental dependen de la capacidad de abordarlos mediante la activación
y desarrollo de factores protectores que contribuyan a generar interacciones favorables con su
entorno (Munist et al., 1998).
Respecto a lo anterior, los factores de riesgo se comprenden como la probabilidad que tiene
un individuo de sufrir en el futuro un daño en su salud y se encuentran estrechamente relacionados
con determinantes sociales, psicológicos, conductuales, ambientales y biológicos, y la calidad del
acceso servicios, como los de salud (Munist et al., 1998). Por su parte, los factores protectores son
aquellos recursos personales, sociales e institucionales que promueven el desarrollo exitoso del
individuo o que disminuyen el riesgo de un desarrollo “alterado”; se pueden potenciar, destacando
y desarrollando las mejores herramientas en cada persona para enfrentar la adversidad
(Bronfenbrenner, 1979; Munist et al., 1998). De este modo, el presente documento ahonda en los
principales factores de riesgo que afectan a la población juvenil, buscando que la ejecución del
Programa Hablemos de Todo potencie y desarrolle factores protectores que garanticen la
protección y desarrollo de las juventudes, con un enfoque de juventudes, desde una perspectiva de
juventudes, derechos humanos, de género y de curso de vida, mediante un modelo ecológico.
La Organización Mundial de la Salud define la Salud Mental como “un estado de bienestar
en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida,
de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”4. En ese sentido, la salud mental
es parte integral de la salud de las personas y posibilita tanto el bienestar individual como el
funcionamiento eficaz de una comunidad.
Tal como sucede con la salud en general, la Salud Mental no solo se encuentra condicionada
por características individuales, tales como la capacidad para gestionar pensamientos, emociones,
comportamientos e interacciones con otros, sino que también por factores sociales, culturales,
económicos, políticos, físicos y ambientales, los cuales también moldean la experiencia de salud
mental de las personas. Así, la pobreza, los bajos niveles de educación, la violencia de género, las
malas condiciones de la vivienda, los bajos ingresos, el maltrato infantil, la exposición a las
adversidades a edades tempranas, la pertenencia a minorías sexuales y étnicas, entre otros, se
configuran como factores de riesgo para la salud mental (Ministerio de Salud [MINSAL], 2017;
Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2013).
Además, los problemas de salud mental afectan en mayor medida a las personas con menor
nivel educacional, a las y los más jóvenes, a las mujeres, a personas de pueblos originarios y pueden
comenzar de forma temprana en la vida de las niñas y los niños de 4 a 11 años (Vicente et al., 2016).
4
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 de mayo 2021.
Entre los grupos de mayor riesgo se encuentra la población juvenil, ya que tienen
propensión de vivir situaciones que les generen ansiedad, angustia o que lleven a desestabilizarse y
querer, inclusive, acabar con su vida. En este sentido, las y los jóvenes con problemas de salud
mental sobrellevan una doble exclusión: su condición juvenil y su salud mental que les hacen más
vulnerables. Igualmente, dentro de este grupo, las y los más afectados por bajos niveles de salud
mental son las y los jóvenes de bajos recursos, ya que carecen de soporte social y; junto con ellos,
las mujeres jóvenes, por sus elevados niveles de riesgo de trastorno emocional (Irarrázaval, 2019).
De este modo, es importante poner atención a este segmento de la población.
Los trastornos mentales comprenden una amplia gama de enfermedades que tienen
diversos y específicos síntomas y signos, pero todas tienen en común que afectan las emociones,
sentimientos y el comportamiento de las personas afectadas. Factores como el estrés, la herencia
genética, la alimentación y los riesgos ambientales pueden causar trastornos mentales 5.
Adicionalmente, los trastornos mentales con frecuencia llevan a las personas y sus familias
a la pobreza, exacerbando su marginación y vulnerabilidad. Así como también sufren de la
discriminación y estigmatización, siendo víctimas de violaciones de los derechos humanos,
negándoles muchas veces derechos económicos, sociales y culturales, reproductivos, civiles y
políticos, generándoles restricciones para el trabajo y la educación, contraer matrimonio, fundar
una familia y votar. De este modo, las personas con trastornos mentales suelen vivir excluidas y
marginadas de la sociedad, lo cual representa un importante impedimento para la consecución de
los objetivos de desarrollo nacionales e internacionales (OPS, 2013).
Sin embargo, los trastornos mentales no son necesariamente causa de una mala salud
mental, ya que personas que padecen de un trastorno mental, pueden gozar de un nivel alto de
salud mental si reciben un tratamiento adecuado, cuenta con buenas y dignas condiciones de vida
(acceso a vivienda, trabajo, educación), formas de protección social adecuadas y, un clima social y
cultural de respeto por las diferencias. A la inversa, una persona sin trastornos mentales puede tener
un nivel bajo de salud mental si no cuenta con las oportunidades de realización de sus capacidades
para lidiar con sus problemas cotidianos (MINSAL, 2017).
Por lo tanto, las políticas nacionales de salud mental no pueden ocuparse únicamente de
los trastornos mentales, sino que deben reconocer y abordar cuestiones amplias como el estrés, la
ansiedad, la angustia, etc., donde se fomente la incorporación de la promoción de la salud mental a
las políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Así como también,
trabajar en conjunto con otros servicios y sectores: educación, trabajo, justicia, transporte, medio
5
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders. Fecha
de consulta: 16 de mayo 2021.
ambiente, asistencia social. Por otro lado, es necesario que las políticas relativas a la salud mental
no solo protejan y promuevan el bienestar mental, sino que se satisfagan las necesidades de las
personas con trastornos de salud mental poniendo gran énfasis en la población juvenil6.
También resulta necesario abordar el consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas en este
entendimiento de la condición de la Salud Mental y los trastornos mentales, ya que establece
factores de riesgo significativos para la salud, lo cual se manifiesta primordialmente en el día a día,
pero también y de manera progresiva, en la mortalidad (Organización de los Estados Americanos
[OEA], 2019).
Dicho esto, el impacto del consumo de sustancias en la salud puede ser medido a través de
diversos indicadores, por ejemplo, la mortalidad y la discapacidad, que se pueden evaluar en forma
separada o conjunta (carga de enfermedad). Esta última es de suma relevancia para medir los
impactos negativos que tienen las drogas en la salud de las personas.
Conceptos básicos
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) forman parte de los trastornos de la salud
mental. Consisten en la alteración en la alimentación o el comportamiento relacionado con la
alimentación de una persona, por lo general consiste en cambios en lo que come o la cantidad que
come y las medidas que puede utilizar para evitar la absorción de los alimentos (por ejemplo, el
vómito o el uso de laxantes), deteriorando significativamente la salud física y/o el funcionamiento
psicosocial (Attia y Walsh, 2020a; Ortiz et al., 2017; Vargas, 2013).
6
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 mayo 2021.
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Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 de mayo 2021.
2017; Vargas, 2013). Además, sufren daños en su salud, capacidad física y relaciones sociales, en
algunos casos incluso puede provocar muerte prematura (Attia y Walsh, 2020a; Ortiz et al., 2017;
Vargas, 2013).
Existen diferentes tipos de TCA: Anorexia nerviosa, Bulimia nerviosa, Trastorno por atracón,
Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos, Pica y Trastorno por rumiación. Los
tres primeros son los más comunes y se describen a continuación:
La Anorexia nerviosa se caracteriza por la búsqueda incesante por adelgazar, miedo a subir
de peso y a la obesidad, tener una imagen corporal distorsionada y restringir el consumo de
alimentos, provocando que la persona tenga un peso bajo para su edad y estatura (Attia y Walsh,
2020a, 2020b; Guarda, 2021; National Eating Disorders Association [NEDA], 2021a). Las personas
que sufren este trastorno pueden restringir su ingesta de calorías y alimentos, se provocan o
inducen vómitos, usan laxantes, ejercitan excesivamente, etc. (Attia y Walsh, 2020a, 2020b;
National Institute of Mental Health [NIMH], 2016).
Otro tipo de TCA es la Bulimia nerviosa, que se caracteriza por la alternación de disminuir la
ingesta calórica con episodios recurrentes de atracones de comida (ingestión de grandes cantidades
de comida en un periodo corto de tiempo, hasta punto de sentir náuseas e incomodidad) a
escondidas, en los que existe la sensación de pérdida de control de lo que se come. Luego de ello,
se realizan “conductas compensatorias” buscando compensar el exceso de alimento ingerido para
no subir de peso. Por ejemplo, vómito autoinducido, uso excesivo de laxantes y diuréticos, ayuno
y/o ejercicio intenso. Cabe destacar que las personas con bulimia nerviosa pueden tener un peso
normal, sobrepeso u obesidad (Attia, E. y Walsh, 2020a, 2020b; Guarda, 2021; JovenSalud, s.fa;
NIMH, 2016).
Trastorno por atracón es una TCA que se caracteriza por episodios de atracones de comida,
acompañados de sentimientos de pérdida de control, angustia y vergüenza. Luego de los episodios
no se realiza una conducta compensatoria (Attia y Walsh, 2020a, 2020b, Guarda, 2021).
Los TCA pueden afectar a personas de todas las edades, etnias, tipos de cuerpo y género
(Generalitat de Catalunya, 2020; Guarda, 2021; López et al., 2015; NIMH, 2016). Las mujeres
adolescentes y adultas jóvenes de nivel socioeconómico medio o alto son las principales afectadas
por estos trastornos (Behar et al., 2001; Guarda, 2021; Marín, 2002; MINSAL, 2009; NIMH, 2016;
Ortiz et al., 2017; Urzúa et al., 2011). Sin embargo, es cada vez más frecuente que personas de
distinto sexo y niveles socioeconómicos presenten TCA (López et al., 2015; NIMH, 2016; Ortiz et al.,
2017).
Los TCA son multicausales, distintos factores de riesgo aparecen en mayor o en menor
medida y predisponen a ciertas personas a desarrollar un TCA, pueden ser genéticos, conductuales,
psicológicos, biológicos, familiares y socioculturales (Generalitat de Catalunya, 2020; NIMH, 2016;
Ortiz et al., 2017; Vargas, 2013).
De los factores genéticos, la herencia familiar puede ser un riesgo para los TCA (Guarda,
2021; Ortiz et al., 2017; Marín, 2002; NIMH, 2016). De los factores biológicos, se encuentra el tener
familiares con TCA, historial familiar de depresión, ansiedad y/o adicción; historial personal de
depresión, ansiedad y/o adicción; presencia de alergia alimentaria y presencia de diabetes 1 (NEDA,
2015).
Los TCA a menudo ocurren con otros trastornos mentales como la depresión, trastornos de
ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, dificultad para regular las emociones,
conductas autoagresivas y el consumo problemático de alcohol y drogas (NEDA, 2015; Guarda,
2021; López, 2015). Asimismo, pueden estar relacionados con un desbalance en los
neurotransmisores (serotonina) (Marín, 2002). Cabe destacar que los TCA suelen presentar
conductas suicidas contribuyendo a la mortalidad de estos trastornos, siendo la anorexia nerviosa
el trastorno de mayor mortalidad (López, 2015).
Los factores conductuales se asocian con la preocupación con la comida, hacer dietas,
preocupación por el peso, insatisfacción con la imagen corporal y deseos incontrolables por comer
o por las consecuencias de ingerir ciertos tipos de alimentos (Guarda, 2021; López et al., 2015;
Marín, 2002).
Los factores socioculturales también están presentes en los TCA desde la presión social
sobre el aspecto físico, en el que la forma corporal adquiere valor en sí misma (Marín, 2002; Ortiz
et al., 2017). Los medios de comunicación, principalmente la televisión, influyen en la construcción
y difusión de estos estereotipos sociales, los cuales conllevan a conductas y hábitos de vida
determinados que afectan mayoritariamente a las mujeres. Por ejemplo, el ideal de un cuerpo
delgado y su asociación al éxito (Marín, 2002; Ortiz et al., 2017). Estos elementos configuran
especialmente un factor importante para las y los adolescentes, ya que es una etapa crucial para el
desarrollo de la imagen corporal (Cruzat et al., 2016).
Algunos de los factores individuales que pueden aumentar el riesgo de desarrollar TCA son
el sobrepeso (Marín, 2002; López et al., 2015) y la baja autoestima (Marín, 2002; Ortiz et al., 2017).
También, pueden ser personas de mayor riesgo de presentar un TCA:
“las personas que practican determinados deportes y profesiones en los que el peso, la
alimentación y la disciplina son relevantes tienen mayor riesgo de padecer TCA como, por ejemplo,
danza, natación sincronizada, deportes en los que se compite por categoría de peso, modelos, etc.”
(Generalitat de Catalunya, 2020, p.3).
Síntomas y signos
Los TCA tienen consecuencias negativas para las personas, las cuales pueden causar incluso
la muerte prematura, por lo que es importante reconocer los signos o síntomas que pueden indicar
un TCA (NEDA, 2021a), estos pueden ser de tipo psicológicos, conductuales y físicos, sin embargo,
depende de cada tipo de trastorno los síntomas y signos específicos asociados.
En el caso de la anorexia los síntomas incluyen la pérdida de peso extrema y/o delgadez
extrema, alimentación extremadamente restrictiva, búsqueda persistente por la delgadez e
incapacidad de mantener un peso normal o saludable, miedo intenso de subir de peso y constante
control del peso, incluso estando por debajo del peso normal, imagen corporal distorsionada,
negación sobre las consecuencias negativas de tener un peso bajo, comer solo algunos tipos de
alimentos, usualmente bajos en grasa y calorías, saltar comidas o no querer comer, adoptar rituales
de comida (por ejemplo, escupir la comida luego de mascarla o comer los alimentos en cierto orden),
no querer comer en público e inventar excusas en situaciones que incluyan comer, negar sentir
hambre, mentir acerca de la cantidad de comida ingerida, vestirse con capas de ropa con la finalidad
de esconder la pérdida de peso y/o mantener el calor, asilarse, irritabilidad, mantener un régimen
de ejercicio rígido, sin importar la fatiga, condiciones climáticas, enfermedad o lesiones.
Las personas con bulimia presentan algunos síntomas similares a la anorexia, como
preocupación por bajar de peso, adoptar rituales de comida, por ejemplo, solo comer cierto tipo de
comida, masticar excesivamente, etc., controlar lo que se come y el peso corporal y mantener un
régimen de ejercicio rígido, sin importar la fatiga, condiciones climáticas, enfermedad o lesiones,
saltar comidas frecuentemente o comer solo en pequeñas porciones, aislamiento social, visitar
frecuentemente el baño luego de comer, signos u olor de vómito en el baño o presencia de
envoltorios de laxantes o diuréticos, usar de manera recurrente e inadecuada laxantes, pastillas
para perder peso y diuréticos, entre otros. Pero también presentan síntomas como hacer diferentes
dietas, fluctuaciones notorias de peso (aumento y disminución), robar o guardar comida en lugares
extraños, beber agua o bebidas sin calorías en cantidades excesivas, atracones secretos y asociados
a sentimientos de culpa o vergüenza, utilizar grandes cantidades de pasta de dientes, mentas o
chicle.
Los síntomas y signos en personas con Trastorno por atracón son comer grandes cantidades
de comida en un tiempo específico de tiempo (2 horas en promedio), comer sin hambre, comer
rápido durante los atracones de comida, comer hasta sentir incomodidad, sentir vergüenza, culpa o
aflicción por lo que se come, incomodidad por comer junto a otras personas, desaparece gran
cantidad de comida o se encuentran envases de alimentos vacíos, robar o guardar comida en lugares
extraños, hacer dietas hipocalóricas, probablemente sin perder peso, conductas fuera del
comportamiento alimentario normal (no tener horarios de comida, saltarse comidas, comer en
pequeñas, participar en ayunos esporádicos, entre otras), adoptar rituales de comida, por ejemplo,
solo comer cierto tipo de comida, masticar excesivamente, etc, abandonar amistades o actividades
de placer, fluctuaciones de peso (aumento y disminución), baja autoestima, dificultad para
concentrarse, problemas gastrointestinales (Constipación severa, dolor abdominal, reflujo, etc.)
(Guarda, 2021; NEDA, 2021d; NIMH, 2016).
Las personas TC a largo plazo pueden desarrollar problemas como desmayos, cabello y uñas
frágiles, callosidades en las manos, fatiga, insomnio, ausencia de menstruación (amenorrea),
desinterés sexual, baja temperatura corporal, problemas con dentadura, baja concentración, o
también complicaciones graves como osteopenia u osteoporosis, atrofia y debilidad muscular,
problemas gastrointestinales (Constipación severa, dolor abdominal, reflujo, etc.), desnutrición,
complicaciones hematológicas (Ej: Anemia) y cardiovasculares (baja presión sanguínea, ritmo
cardiaco, respiración irregular, muerte súbita), depresión, ansiedad, infertilidad, entre otros entre
otros (Guarda, 2021; Joven Salud, s.fb; MayoClinic, 2018; MINSAL, 2009; NEDA, 2021a; NIMH, 2016;
Servicio de Salud Metropolitano Norte [SSMN], 2011).
Al detectar en si o en otros síntomas y/o signos de TCA antes que todo se debe acudir a
buscar ayuda profesional. Los TCA tienen tratamiento, es multidisciplinar y psicoterapéutico
especializado, ya que sus consecuencias físicas, nutricionales, emocionales y sociales requieren de
estrategias nutricionales, médicas y psicológicas (Generalitat de Catalunya, 2020; NIMH, 2016). Se
realiza en establecimientos de salud especializados y varía según la gravedad de la persona. Puede
ser un tratamiento ambulatorio (tratamiento psicológico, psiquiátrico y de enfermería), una
hospitalización de día (se asiste unas horas al día para ingerir las comidas principales de manera
supervisada, y se realizan terapias individuales y grupales) o una hospitalización completa (en el
caso de situaciones graves o de riego vital se interna a la persona en una unidad cerrada para
controlar su alimentación, actividad física, estado de salud mental y física, también cuenta con
apoyo psicológico y supervisión constante por parte del personal sanitario) (Generalitat de
Catalunya, 2020).
En la prevención de los TCA es importante promover una imagen corporal positiva, es decir,
aceptar, apreciar y respetar nuestros cuerpos. Se debe recordar a sí y a otras personas que los
ideales que se promueven en los medios son producto de estilistas y manipulación digital. La
perfección no existe en la vida real, así como tampoco lo correcto o lo incorrecto cuando se trata de
la talla, forma y apariencia del cuerpo (The National Eating Disorders Collaboration [NEDC], 2014).
Algunas de las maneras de poner en práctica la imagen corporal positiva o “body positive”
entre amistades y familiares es hacer cumplidos que no se enfoquen en los atributos físicos, sino en
las cualidades positivas, habilidades y talentos de la persona; no decir ni fomentar comentarios que
otorguen atributos negativos a las personas con sobrepeso u obesidad (directa o indirectamente) y
no hacer burlas o bullying de ningún tipo (NEDC, 2014).
Otra forma de prevenir los TCA es no seguir dietas excesivamente restrictivas y poco
saludables, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud mental y física. Se recomienda
mantener una actitud positiva y fijar metas que no tengan relación con la pérdida de peso (NEDC,
2014).
Si una persona conocida tiene un TCA o se sospecha que pueda tenerlo, se aconseja hablar
con ella haciéndole sentir que puede sentir confianza para conversar. Se debe brindar apoyo y
escuchar con una actitud comprensiva, paciente y respetuosa, sin presionar, juzgar o culpabilizar.
Tampoco es necesario tener todas las respuestas, lo importante es relacionarse desde el afecto y la
tranquilidad (Generalitat de Catalunya, 2020; NEDA, 2015; NEDC, 2014). Asimismo, es importante
evitar hablar con la persona sobre comida, peso y talla, en cambio, es idóneo preguntar acerca de
sus emociones y sentimientos (Generalitat de Catalunya, 2020; NEDA, 2015; NEDC, 2014).
En caso de que la persona efectivamente tenga un TCA y no haya recurrido por ayuda
profesional es necesario apoyar para que tome conciencia sobre la importancia de recibirla. En caso
de que sea menor de edad, se sugiere comunicar a las personas adultas responsables acerca de la
situación. Puede que la persona afectada se enoje al principio, pero con el tiempo lo entenderá y
agradecerá sentimientos (Generalitat de Catalunya, 2020; National Eating Disorders Association
[NEDA], 2015; NEDC, 2014).
Si la persona que parece un TCA es una misma, se recomienda comunicar y buscar ayuda de
familiares y amistades, quienes puedan brindar apoyo y compañía en la búsqueda de un tratamiento
y/o durante este. También se sugiere desarrollar actividades de desarrollo personal y rodearse de
personas que sean un aporte positivo en el diario vivir8.
Las personas con TCA presentan un alto riesgo de suicidio y complicaciones médicas,
además, muchas veces sufren de otros trastornos mentales o consumo problemático de alcohol y
drogas, por lo que es de gran importancia detectar los TCA a tiempo, ya que su detección precoz y
tratamiento adecuado reducen la duración y la gravedad, aumentando las posibilidades de
recuperación hasta en un 70% (Generalitat de Catalunya, 2020; NEDC, 2014; NIMH, 2016).
Cifras de interés
Las personas con TCA presentan un alto riesgo de suicidio y complicaciones médicas,
además, muchas veces sufren de otros trastornos mentales o consumo problemático de alcohol y
drogas, por lo que es de gran importancia detectar los TCA a tiempo. Su detección precoz y
tratamiento adecuado reducen la duración y la gravedad de un TCA, aumentando las posibilidades
de recuperación hasta en un 70% (Generalitat de Catalunya, 2020; NEDC, 2014; NIMH, 2016).
8
Información extraída de, https://jovensalud.net/web/servicios.jsp?s=informate&id=54. Fecha de consulta:
23 de junio 2021
En Chile, las derivaciones y atenciones en el sistema público de salud mental por TCA han
pasado de 860 casos en el año 2014 a 1.449 en el año 2018, aumentado 68%. En el mismo periodo
1.260 personas en total han sido hospitalizadas por algún tipo de TCA (Chekh, 2019) 9.
En el año 2018, de las y los pacientes con TCA, el 84% correspondía a mujeres y 16% a
hombres. Respecto a la población con mayor presencia de TCA, la principal correspondía a jóvenes
de entre 15 y 19 años con 28%, seguido por jóvenes de entre 10 y 14 años con 12% y jóvenes de
entre 20 y 24 años con 11% (Chekh, 2019).
El estudio de Vicente et al. (2012) otorga datos sobre la prevalencia de TCA10 en la población
chilena de entre 4 y 18 años de edad11. La prevalencia de TCA en la población infantojuvenil es de
es de 0,3% (13.228 casos) siendo mayor en mujeres (0,5%) que en hombres (0,05%). El 10,9% de las
niñas, niños y adolescentes con TCA utiliza algún servicio para su trastorno, ya sea del contexto
escolar o servicios de salud ambulatoria. Para el rango específico de entre 12 y 18 años, la
prevalencia de TCA también es de 0,3%.
Los indicadores de riesgo para las y los estudiantes participantes fueron mayores en mujeres
que en hombres, algunos de ellos son la obsesión por la delgadez (3,9% hombres y 7,5% mujeres),
bulimia (2,11% hombres y 2,18% mujeres) e insatisfacción corporal (6,7% hombres 8,8% mujeres)
(Urzúa et al., 2011).
En Viña del Mar, según el estudio de Behar et al. (2007)13 que analiza estudiantes
secundarios de 3 colegios particulares, el 12% de las y los jóvenes presentaba riesgo de desarrollar
algún TCA. Referido al sexo de las y los participantes, el 23% de las mujeres y el 2% de los hombres
9
Datos de los registros de la Subsecretaría de Salud Pública, obtenidos por el diario La Tercera vía
Transparencia.
10
La encuesta solo considera anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, no otros tipos de TCA.
11
La muestra es representativa y los casos se obtuvieron de las provincias de Santiago, Concepción, Iquique
y Cautín, utilizando el censo 2002 para determinar el número de viviendas requeridas por manzana.
12
La muestra es de 1.429 estudiantes de entre 1° y 4° medio (13 a 18 años), pertenecientes a
establecimientos educacionales municipalizados, p. subvencionados y particulares de la ciudad de
Antofagasta.
13
La muestra es de 296 estudiantes de entre 1° y 4° medio, pertenecientes a 3 establecimientos particulares
(de mujeres, de hombres y mixto) de la ciudad de Viña del Mar.
presentaban riesgo. Sobre la satisfacción corporal de las y los estudiantes, el 65% se encontraba
insatisfecha e insatisfecho, siendo mayor esta disconformidad en estudiantes que presentaron
riesgo de TCA, quienes en su mayoría desearían ser más delgadas o delgados.
Dicha información es posible complementarla con los datos sobre la prevalencia de riesgo
de TCA en estudiantes mujeres de 3° y 4° medio14 de la V Región del país, la cual es de 18% (Behar,
2010).
De las conductas de riesgo para las y los estudiantes con riesgo de TCA, la obsesión por la
delgadez fue de 14,6%, la bulimia 6,1% y la insatisfacción con la imagen corporal 17,2% (Correa et
al., 2006).
Esta idea se complementa con el descubrimiento del estudio de que, aunque las mujeres
sean quienes tienen mayor insatisfacción con su imagen corporal y preocupación por su peso,
realizan menos actividades que contribuyan en su mejora que los hombres, quienes realizan más
actividades relacionadas con lo físico17.
14
La muestra contempla tanto establecimientos públicos como particular subvencionado y particular.
15
La muestra es de 1.610 estudiantes de entre 11 y 19 años, pertenecientes a 9 establecimientos
educacionales de comunas de distintos NSE de la Región Metropolitana. De la muestra se analizaron 1.050
encuestas.
16
La muestra es de 1.438 estudiantes de 14 a 25 años de edad de establecimientos educacionales de
enseñanza media (municipalizados, particulares subvencionados y particulares) y de universidades e
institutos profesionales de las regiones Metropolitana, V y VIII del país, durante el año 2014. En relación a la
distribución de la edad, el 31,8% tenía entre 14 y 17 años, el 41,2% entre 18 y 20 años y el 27,1% entre 21 y
25 años.
17
Para mayor información consultar la subtemática de Sedentarismo e inactividad física.
forma, la obesidad se encuentra estrechamente relacionada con los TCA, siendo usual su co-
ocurrencia18 (López et al., 2015).
GES Depresión, Fonasa / Isapres Las Garantías Explícitas en Salud (GES) ofrecen acceso,
Esquizofrenia, oportunidad de tratamiento y protección financiera a
Bipolaridad. beneficiarios de Fonasa o Isapre, que cumplan con las
condiciones de edad y sexo que se estipulen para la
enfermedad, condición o problema de salud que padezcan
y se encuentre incluida en el AUGE20. El trastorno bipolar
(74) y la depresión (34) son problemas de salud cubiertos
18
Para mayor información sobre sobrepeso y obesidad en jóvenes consultar la subtemática de Sobrepeso y
Obesidad.
19
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Salud/SUBS%20REDES/Programa%20Reside
ncias%20y%20Hogares%20Protegidos(Seguimiento).pdf. Fecha de consulta: 16 de mayo 2021.
20
Información extraída de https://auge.minsal.cl/website/doc/decreto.pdf. Fecha de consulta: 18 de mayo
2021.
por GES, en los que se otorga acceso al tratamiento y
garantía de protección financiera con copago del 20% a
personas de 15 años o más con previa confirmación
diagnóstica. La esquizofrenia (15) también es un problema
de salud incluido en GES con garantía de protección
financiera con un copago del 20%. El acceso al tratamiento
se da para todo beneficiario con sospecha de esquizofrenia
que manifiesta por primera vez los síntomas a partir del 1º
de julio de 2005: i. Con sospecha tendrá acceso a evaluación
inicial, confirmación diagnóstica y tratamiento. ii. Con
confirmación diagnóstica tendrá acceso a iniciar y/o
continuar su tratamiento21.
Programa Apoyo a la Ministerio de El programa busca reducir las barreras de acceso a atención
Atención en Salud Desarrollo en salud mental de personas en situación de vulnerabilidad,
Mental. Social, brindándoles atención especializada. Opera mediante una
Subsistema Chile inscripción de los beneficiarios y las beneficiarias en un
Seguridades y dispositivo de salud de atención primaria, donde un equipo
Oportunidades. compuesto por un psicólogo, un terapeuta ocupacional y un
asistente social, les realiza una evaluación integral para,
posteriormente, elaborar un plan de intervención
personalizado. Dependiendo de la complejidad del caso, se
atenderán en atención primaria (CESFAM) o en atención de
salud mental especializada (COSAM). El programa incluye
talleres individuales y grupales a cargo del equipo
especializado y fármacos cuando se requieran22.
El Programa de Apoyo a la Atención en Salud Mental tiene
dos modalidades de atención: Calle y Abriendo Caminos.
Estas se determinan a partir de la población que atiende,
persona en situación de calle o niños, niñas y adolescentes
con adulto significativo privado de libertad, y sus
cuidadores. El Programa es ejecutado por los Servicios de
Salud Norte, Central, Sur y Occidente de la Región
Metropolitana23.
21
Información extraída de https://auge.minsal.cl/articulos/como-acceder-al-auge. Fecha de consulta: 18 de
mayo 2021.
22
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Des.%20Social/Subsecretar%C3%ADa%20Se
rvicios%20Sociales%20(26-
9)/Apoyo%20a%20la%20Atenci%C3%B3n%20en%20Salud%20Mental(Seguimiento).pdf. Fecha de consulta:
19 de mayo 2021.
23
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
Programa Nacional Ministerio de Este programa se enmarca en el Programa Nacional de
de Salud Integral de Salud (MINSAL). Salud para Adolescentes y Jóvenes del Ministerio de Salud y
Adolescentes y la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. Cabe
Jóvenes: Nivel mencionar que, en un primer momento, este programa
Especializado de contempla un documento que guía el desarrollo de
Atención Abierta y Servicios de Salud en niveles especializados, implementado
Cerrada. progresivamente por las Secretarias Regionales
Ministeriales y los Servicios de Salud, liderados por los
gestores y referentes en los niveles de mayor complejidad
de atención abierta y cerrada, tanto pediátricos como de
adultos, que atienden a la población 10 a 24 años, en el
Sistema Público de salud. También se constituye en una
recomendación para el Sistema Privado de atención de
salud.
Salud Responde, 600 Ministerio de Salud Responde tiene a disposición el número 600 360 7777
360 7777. Salud (MINSAL). las 24 horas al día, para atender a las personas que
necesiten información, apoyo y educación respecto de los
derechos y beneficios que ofrece la red de salud. El equipo
del servicio telefónico es compuesto por médicos,
enfermeros y matronas del Ministerio de Salud25 y atiende
alrededor de 600 mil llamadas anuales.
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Des.%20Social/Subsecretar%C3%ADa%20Se
rvicios%20Sociales%20(26-
9)/Apoyo%20a%20la%20Atenci%C3%B3n%20en%20Salud%20Mental(Seguimiento).pdf. Fecha de consulta:
18 de mayo 2021.
24
Información extraída de https://diprece.minsal.cl/wp-content/uploads/2018/12/2018.12.13_PROGRAMA-
ADOLESCENTES_web.pdf. Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
25
Información extraída de https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/2467-salud-responde-servicio-telefonico.
Fecha de consulta: 18 de mayo 2021.
mental, intervenciones en usuarios con ideación o intento
suicida y primera ayuda psicológica a público general26.
26
Información extraída de https://www.minsal.cl/. Fecha de consulta: 18 de mayo 2021.
27
Información extraída de https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/80202-saludablemente.Fecha de
consulta: 18 de mayo 2021.
28
Información extraída de https://www.minsal.cl/saludablemente/estrategia-integral/. Fecha de consulta:
18 de mayo 2021.
29
Información extraída de https://www.gob.cl/saludablemente/ayudaprofesionales/. Fecha de consulta: 19
de mayo 2021.
La población beneficiaria son las personas que detectadas
con riesgo de suicidio. Además, se vincula Política de Niñez
y Adolescencia 2015-2025 por medio del área estratégica
"Salud Integral y Bienestar", ya que desarrolla una línea de
prevención en las escuelas para disminuir la conducta
suicida entre niñas, niños y adolescentes.
30
Información extraída de,
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/pdf/2018/PRG2018_3_59461.pdf. Fecha de
consulta: 20 de mayo 2021.
31
Información extraída de https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/2080-programa-habilidades-para-la-vida-
hpv. Fecha de consulta: 20 de mayo 2021.
Programa de Apoyo a Ministerio del El Programa de Apoyo a Víctimas está destinado a contribuir
Víctimas de Delitos. Interior y a la reparación de los daños ocasionados por la vivencia de
Seguridad un delito, a través del contacto rápido, gratuito, y oportuno
Pública, con las personas afectadas, entregando atención integral y
Subsecretaría de especializada con profesionales de diversas áreas: abogadas
Prevención del y abogados, psicólogas y psicólogos, trabajadoras y
Delito. trabajadores sociales, y médicos psiquiatras. El apoyo está
dirigido para víctimas de delitos que experimentan
consecuencias producto de un delito violento, tales como:
homicidio, parricidio, femicidio, robo con violencia, robo
con intimidación, robo con homicidio, robo con violación,
lesiones, delitos sexuales, secuestro, sustracción de
menores, trata de personas, cuasi delito de lesiones, cuasi
delito de homicidio32.
32
Información extraída de https://www.apoyovictimas.cl/seguridadpublica/wp-
content/uploads/2021/04/Catalogo-de-delitos-PAV_v1.5_.pdf. Fecha de consulta: 22 de julio 2021.
33
Información extraída de https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/66714-programa-apoyo-a-victimas-de-
delito. Fecha de consulta: 22 de mayo 2021.
Tabla: Oferta privada de TCA
Oferta
programática
Dependencia Descripción de la oferta Contacto
privada/
Recursos de
ayuda
corporacionsalvador778@gma
il.com
consultoriotempora@gmail.co
m
MAIL:
contacto@centrorigen.cl
Introducción
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