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Aporte escrito por Santiago Cappagli, Jefe de Trabajos Prácticos de Sociedades de la Facultad de

Derecho de la UBA, y que integra el libro “Elementos de Derecho Económico Empresarial” dirigido
por el titular de la Cátedra Dr. Héctor O, Chomer y el adjunto Dr. Jorge Sícoli.

SOCIEDADES | PARTE GENERAL

Capítulo I

Concepto. Caracteres. Elementos.

i. Introducción: Concepto de sociedad. Caracteres del contrato de sociedad o de


la declaración de voluntad unilateral. Elementos del contrato de sociedad o de la
declaración de voluntad unilateral.

ii. Concepto de sociedad:


Se configura una sociedad cuando dos o más personas convienen en contribuir con
dinero, bienes o trabajo, para llevar a cabo una actividad económica lícita, con la
finalidad de ganar dinero para repartírselo entre ellas, pero acordando que en caso de
que el emprendimiento llevado a cabo fracasare y arrojare pérdidas, todos deberán
concurrir a soportarlas (Vanasco).
Basta que se dé en los hechos la situación descripta para que se conforme una
sociedad, aunque quiénes la integran ignoren que la han constituido, porque la
calificación de un negocio jurídico no depende de lo que las partes crean o estipulan,
sino de lo que el derecho establezca a su respecto.
Cualquiera sea, entonces, el ámbito o medio en donde se realice, cuando se
concretan las circunstancias señaladas nos hallaríamos frente a una sociedad. Si
faltara alguno de dichos elementos, nos hallaríamos ante un fenómeno distinto y, en
consecuencia, fuera de lo que ha de ser motivo de este trabajo.
Vítolo explica que la ley 19550, con las reformas introducidas por la ley 26.994,
recoge en su artículo 1° la idea de que “sociedad es:
a. una asociación de dos o más personas -como principio general- o un sujeto
individual nacido de la declaración de voluntad unilateral de otro sujeto -con carácter
excepcional-;
b. que en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos por la ley -o por
fuera de ellos-;
c. se obliga a realizar aportes -que es el acto de incorporación al grupo social
mediante la provisión del elemento necesario para poder llevar adelante la función
grupal, reuniéndose en un contexto limitado-;
d. para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes y servicios -propósito
restringido a la existencia de una empresa-; y
e. participando en los beneficios y soportando las pérdidas -cara y contracara,
respectivamente, de las reglas de responsabilidad interna grupal”.

iii. Elementos del contrato de sociedad o de la declaración de voluntad


unilateral:

Es apropiado distinguir:
1. los elementos comunes a todo contrato o a toda declaración unilateral de
voluntad.
2. los elementos comunes a todo contrato de sociedad (requisitos no tipificantes,
que son los mencionados en el artículo 11 de la ley 19550).

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Derecho de la UBA, y que integra el libro “Elementos de Derecho Económico Empresarial” dirigido
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3. los elementos específicos del tipo social escogido.

1. Elementos comunes a todo contrato o a toda declaración unilateral de


voluntad:

Son (i) los sujetos (deben ser capaces); (ii) el objeto (posible y lícito); (iii) la causa
(debe existir como causa fuente o causa fin); y, (iv) la forma (puede tener alcances ad
solemnitatem o ad probationem).

1. a) Sujetos:
Capacidad de las personas humanas para constituir sociedades:

Pueden constituir sociedades según las siguientes reglas:

(i) por sí mismas a partir de los 18 años de edad (artículo 25 del Cód. Civil y Com.).

(ii) Antes de los 18 años de edad, si estuvieren emancipados y siempre que se trate de
tipos sociales que no tengan responsabilidad ilimitada y solidaria para los socios
(artículo 28 Ley 19.550).

(iii) Si tiene título profesional habilitante y es menor de edad, puede participar de


sociedades efectuando aportes de bienes adquiridos con el producto de su profesión
(artículo 30 Cód. Civil y Com.). Solo puede participar de tipos sociales que no
tengan responsabilidad ilimitada y solidaria para los socios.

(iv) Cuando se trate de sociedad constituida con bienes sometidos al régimen de


indivisión forzosa hereditaria, los herederos que sean menores de edad, incapaces o
con capacidad restringida, sólo pueden ser socios de tipos sociales con
responsabilidad limitada.

Capacidad de las personas jurídicas para constituir sociedades: La regla es que


están legitimadas para adquirir derechos y contraer obligaciones “para el
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación” (artículo 41 Cód. Civ. y Com.)
pero con las siguientes limitaciones:

(i) El artículo 31 Ley 19.550 establece una limitación a la capacidad de las


sociedades para constituir o participar en otras sociedades, restricción que está
dirigida a que los administradores no se aparten del objeto social por vía de constituir
otras sociedades, afectando así el patrimonio social a otras actividades ajenas a las de
la sociedad que administran.

(ii) El artículo 30 Ley 19.550 establece que las sociedades por acciones y en
comandita por acciones sólo pueden participar de sociedades por acciones o
sociedades de responsabilidad limitada.
La violación de estas limitaciones hará que la sociedad quede privada de los efectos
propios del tipo y, en consecuencia, quede regulada por las normas previstas en la
Sección IV (sociedades libres o simples) Ley 19.550.

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Corredores y martilleros:
Los corredores inmobiliarios pueden constituir sociedades de cualquier tipo, con
exclusión de los tipos societarios previstos en el artículo 118 y concordantes Ley
19.550.
Por su parte, la actividad de los martilleros está regulada por la ley 20.266, cuyos
artículos 15 y 16 permiten formar sociedad integrada exclusivamente por martilleros
y con el único objeto social de realizar la actividad de martilleros (remates).

1.b) El objeto del contrato de sociedad o de la declaración de voluntad


unilateral:
El artículo 279 Cód. Civ. y Com. establece que el objeto de los actos jurídicos “no
debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas
costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad
humana…”.

1.c) Causa del contrato o de la declaración de voluntad unilateral: Refiere a la


causa fin; esto es, la intención que indujo al contratante a celebrar el contrato o el fin
perseguido con su celebración (Vítolo). Desde esa óptica, la distribución del lucro
generado por el uso del aporte que los socios han aportado a la sociedad, constituye
la causa fin de la sociedad y es lo que le da sentido y proyección a la misma.
Por tanto, una situación en la que los partícipes no tiene como causa y fin la de
lograr una ganancia para repartirla, no constituye una sociedad sino agrupamiento
diferente (Vanasco).

1.d) Forma del contrato de sociedad o de la declaración de voluntad unilateral:


La forma es el conjunto de prescripciones que impone la ley respecto de las
solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación de los actos jurídicos.
En materia societaria, la Ley 19.550 exige la forma escrita (art. 4). La regla general
es que el contrato por el cual se constituya o modifique una sociedad, se
otorgará por instrumento público o privado, a elección de los otorgantes. Sin
embargo, para las sociedades por acciones, obligatoriamente debe extenderse el acto
de constitución o modificación mediante instrumento público (artículo 165 Ley
19.550).

2. Elementos comunes a todo contrato de sociedad (requisitos no tipificantes):


Están listados en el artículo 11 de la ley 19.550.
Se los denomina elementos o requisitos no tipificantes porque resultan comunes a
todos los tipos societarios previstos en la ley.
Antes de la reforma de ley 26.994, la ausencia de algún requisito previsto en el
artículo 11 ocasionaba la posibilidad de declarar nulo el contrato constitutivo. La ley
26.994 modificó sustancialmente el régimen anterior: La omisión de alguno de estos
requisitos no implica la anulabilidad del contrato de sociedad ni de la sociedad

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misma sino que derivará el tratamiento de la sociedad a las normas de la Sección IV


(sociedades libres, simples y residuales) (Vítolo).
Los elementos que exige el artículo 11 Ley 19.550 son:

2.a) Individualización de los socios:


En el contrato deben figurar el nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión,
domicilio y número de documento de los socios (inc. 1). Cuando hay socios que son
personas jurídicas, hay que identificarla con los datos registrales y con los datos del
representante legal.

2.b) Denominación de la sociedad:


Cumple la función de identificarla. Según el tipo social, puede estar conformado por
“una razón social” o por una “denominación social”, dependiendo de que haya o no
socios con responsabilidad personal ilimitada.
La razón social se compone con el nombre de uno o más socios de la sociedad
que tengan responsabilidad ilimitada, subsidiaria y solidaria por las obligaciones
sociales, con el agregado del tipo social correspondiente.
La denominación social se compone de un nombre de fantasía junto con la sigla
identificatoria del tipo social.

2.c) Domicilio y sede social:


Los artículos 152 y 153 del Cód. Civ. y Com. regulan lo atinente al domicilio y la
sede social de las personas jurídicas. El domicilio se refiere al que la sociedad
necesariamente debe fijar a todos los efectos legales y dónde serán válidas y
vinculantes todas las notificaciones que se le cursen (art. 11 inciso 2 Ley 19.550 y
arts. 74 y 152 Cód. Civ. y Com). Dicho domicilio, que forma parte del contrato
social, puede estar indicado por una calle y número o bien por una localidad. Si se
opta por ésta opción, se debe indicar una sede social (calle y número dentro de esa
localidad) la cual si bien se inscribe junto con el contrato social, no forma parte de
éste. Este es el método más usado por una cuestión de practicidad, porque si la
sociedad se muda dentro de la localidad indicada como domicilio, no implica
modificación del contrato social y en ese caso solo hay que inscribir la nueva sede
social en el Registro Público.

2.d) Objeto social:


Es la actividad económica elegida por los socios para generar ganancias. La
actividad puede consistir en la producción o en el cambio o intermediación de bienes
y servicios. La doctrina clásica señala que el objeto social cumple tres funciones:
i. Delimita la actividad de la sociedad (lo cual permitiría a los socios, a los
administradores y terceros saber cuáles son actos extraños al objeto social); ii. Da un
marco a las posibilidades de inversión del capital social (lo cual impediría que los
fondos de la sociedad sean destinados a otras actividades no relacionadas con el
objeto social); y,
iii. Establece límites a la competencia de los órganos (el órgano de administración y
el de gobierno no podrán válidamente aprobar mociones que impliquen operaciones
extrañas al objeto social).

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La Inspección General de Justicia estableció que: “[e]l objeto social debe ser único y
su mención efectuarse en forma precisa y determinada mediante la descripción
concreta y específica de las actividades que contribuirán a su efectiva consecución.
Es admisible la inclusión de otras actividades, también descriptas en forma precisa y
determinada, únicamente si las mismas son conexas, accesorias y/o complementarias
de las actividades que conduzcan al desarrollo del objeto social. El conjunto de las
actividades descriptas debe guardar razonable relación con el capital social” (artículo
66 de la Resolución General 7/2015).

Calificada doctrina cuestionó que la Inspección General de Justicia exigiera unicidad


de objeto social y sostuvo que es admisible que una sociedad pueda prever en sus
estatutos la realización de varias categorías de actos diferentes en la medida en que
los objetos sociales diferentes estén plenamente determinados en forma precisa.

Recientemente, la Inspección General de Justicia, mediante la Resolución General


8/2016 (BO 27/04/2016) modificó el artículo 67 de la Resolución General IGJ
7/20015 estableciendo que “El objeto social debe ser expuesto en forma precisa y
determinada mediante la descripción concreta y específica de las actividades que
contribuirán a su consecución, y que la entidad efectivamente se propone realizar”.
De esta manera, la Inspección General de Justicia modificó su anterior criterio
indicando -muy resumidamente- que “La Ley General de Sociedades sólo exige,
como se señaló, que el objeto sea preciso y determinado; lo que no significa que el
mismo sea único, salvo que esta exigencia derive de otras normas legales…”.

2.e) Capital social:


Balbín explica que “[e]l patrimonio es un noción contable, resultante de la
diferencia entre el activo, que está integrado por el total de bienes del sujeto, y el
pasivo, compuesto por el total de sus obligaciones. Debido a su composición, éste
habrá de fluctuar según la suerte de los negocios que su titular lleve a cabo. El capital
social, en cambio, se integra con el valor del conjunto de los aportes realizados y
guarda estrecha relación con la intensidad con que los derechos políticos y
económicos de los aportantes -tenedores de parte de aquel- son ejercidos. A
diferencia del patrimonio, esencialmente mutable, el capital nominal de una sociedad
se mantiene estable, fijo -por convención- e invariable, cumpliendo así una función
administrativa y jurídica propia de una existencia de derecho y no de hecho”
(Balbín).
Tradicionalmente la doctrina señala que el capital social cumple las siguientes tres
Funciones:
(i) De productividad: porque el capital sirve como fondo patrimonial empleado para
la obtención de un beneficio, a través del ejercicio de una determinada actividad
empresarial.
(ii) De medición: porque sirve para calcular matemáticamente la participación de
cada uno de los socios en la sociedad.
(iii) De garantía: Esta función otorga a los terceros el derecho a exigir de los socios la
completa integración de sus aportes, como última ratio para la atención de las
obligaciones del ente. Además, el capital social se encuentra profundamente
relacionado al objeto social ya que para que éste último pueda llevarse a cabo, los
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fondos deben ser suficientes. Es decir que el capital social debe adecuarse el objeto
social.

2.f) Plazo de duración:


El contrato constitutivo debe establecer el plazo de duración de la sociedad (inc. 5).
La Ley 19.550 no fija plazos máximos ni mínimos, solo exige que el plazo de
duración esté determinado Este inciso 5 constituye un supuesto de excepción de la
norma general contenida en el artículo 155 Cód. Civ. y Com., que señala que la
duración de la persona jurídica es ilimitada en el tiempo, excepto que la ley o el
estatuto dispongan lo contrario. En el caso de las sociedades, este plazo de duración
está impuesto por la propia ley.

2.g) Organización y tipicidad:


El contrato constitutivo debe establecer cómo van a funcionar los órganos de la
sociedad y de qué forma se van a llevar a cabo las reuniones de los socios (por
ejemplo: oportunidad, quórum, formas de votar, mayorías necesarias, etc). Según de
qué tipo de sociedad se trate, también se deberá establecer en el contrato la forma en
que se organizará la fiscalización (inc. 6). Esto es porque aun dentro de los moldes
rígidos típicos creados por el legislador, existe un margen de libertad de los socios
para poder escoger alternativas en materia de administración, fiscalización y
reuniones de socios. A modo ejemplificativo, en una SA se puede establecer con
cuántos miembros debe conformarse el directorio (art. 255), o la duración menor a
tres años en el cargo de directores (art. 257), o si se establecerá una sindicatura, etc.

2.h) Reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas: Las reglas
para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas también deben figurar en el
contrato constitutivo. Si se prevé solamente la forma de distribuir las utilidades, se
aplicará también para soportar las pérdidas y viceversa. En caso de silencio, será en
proporción a los aportes efectuados (inc. 7).

2.i) Derechos y obligaciones de los socios:


En el contrato deben figurar las cláusulas necesarias para que puedan establecerse
con precisión los
derechos y obligaciones de los socios entre sí y con respecto a terceros (inc. 8).
Vítolo señala que
“[e]sta exigencia tiende, específicamente, a determinar -más allá de lo que la ley
dispone en forma
imperativa en relación con los diversos tipos sociales- el momento a partir del cual
son exigibles las
obligaciones o pueden ejercer sus derechos lo socios, y los alcances de las
prestaciones que
componen el aporte y el modo de ejecución.” (Vítolo).

2.j) Funcionamiento, disolución y liquidación:


El artículo 89 Ley 19.550 permite que los socios prevean en el contrato constitutivo
causales de resolución parcial y de disolución no contempladas en la ley.
Adicionalmente, además de las normas previstas en los artículos 94 a 112 Ley
19.550, el Cód. Civ. y Com. establece normas en materia de disolución y liquidación

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de personas jurídicas las que operan supletoriamente en caso de silencio o lagunas de


la ley especial 19.550.
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