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XVIII y principios del XIX un clima nuevo, asentado sobre un
centro de vertebración ideológica común, del que surgirían vectores
divergentes que pronto volverían a encontrarse. La soberanía
popular y los derechos del hombre prendieron con vigor como
conceptos en los que se apoyaría el desarrollo de la política y el
derecho que hoy conocemos. Figuras como Lafayette simbolizaron
la convergencia, en uno y otro continente, de la vocación universal
del nuevo modelo emergente.
317
Vid. Nippold “Le développement historique du Droit international depuis le Congrès
de Vienne » R.C.A.D.I. 1924/I págs 36 y ss.-
270
sobre el poder de establecer normas. En el pensamiento de Kant,
por ejemplo, el Estado es una institución cuyo fin ya no es el
bienestar ni la moralidad de los ciudadanos, sino la protección de su
libertad; y, aunque comparte con Hume la ahistoricidad del contrato
social de Rousseau, admite la tesis de éste último como una ficción
ideal que, mientras no pretenda afirmar un hecho histórico, puede
proporcionar una regla de valoración muy útil: es justa una ley
cuando el pueblo se la hubiese podido dar a sí mismo318. En esta
línea, cuando el proceso llega a su culminación, sus consecuencias
son claras: si cada nación se da su propia ley, entonces está claro
que el carácter histórico y la vocación grupal del derecho son las
premisas que han de primar sobre cualquier otra consideración.
Además, si unimos a este dato la tendencia codificadora que se
empezaba a abrir paso, obtendremos dos importantes puntos de
partida para nuestra reflexión:
271
internacionales de los hombres”. Para unos, la humanidad era una
comunidad de personas que, como expresión de la sociabilidad del
individuo a nivel planetario, incluía en ella a todos los grupos que
se habían organizado en Estados. Para otros, en cambio, los sujetos
se habían agrupado en las Naciones que previamente habían
constituido y que eran Éstas y no los ciudadanos las únicas
unidades que integraban la Comunidad Internacional de Estados
Soberanos. Dicho escuetamente, “Comunidad Universal de
Hombres” o “Comunidad Internacional de Estados” constituyeron
las dos alternativas entre las que se debatía el pensamiento de la
época. Como puede advertirse se trata de una cuestión que incide
directamente sobre el modo de entender la fundamentación jurídica
del Derecho regulador de las relaciones de “tráfico internacional”.
319
Vid. Reeves "La communauté internationale" R.C.A.D.I. 1924/II pág. 79 « Si la
pensée des peuples exprimée dans leur législation tend á devenir commune, ceci n’est
pas seulement dû à la propagation des idées d’un pays á l’autre, mais encore au fait
272
el pensamiento de los pueblos expresado en su legislación tiende a
ser común, eso no se debe únicamente a la propagación de las ideas
de un país a otro, sino también al hecho de que los intereses
sociales y económicos de cada uno de ellos se manifiestan con
caracteres cada vez más similares a los de los demás. Entre el
mundo de la realidad y el del pensamiento existen, pues,
conexiones efectivas que se concretan en esa comunidad
internacional de Estados civilizados, aglutinada en torno a unos
valores y a unos principios jurídicos afines. Bajo esta cobertura
resulta lógico que junto a soluciones “universalistas”, coexistan
otras de cuño “internacionalista” y que, desde esa perspectiva, la
codificación internacional, por vía de tratado, pueda aparecer
finalmente como una solución práctica y conciliadora.
que leurs intérêts sociaux et économiques particuliers présentent de plus en plus des
caractères communs á ceux des autres pays ».-
320
Vid. Wilhem “La metodología jurídica en el siglo XIX” Madrid 1980, passim.-
273
2. Dos modelos de construcción doctrinal del Siglo XIX: Story y
Wächter.
Aunque la gran aportación a la teoría general del Derecho
internacional privado fue, sin duda, la que realizase Savigny en el
Tomo VI de su “Sistema de Derecho Romano Actual” , entendemos
que existen otros dos autores importantísimos para entender bien
los planteamientos del siglo XIX. Su valor radica no sólo en la
indudable entidad de sus obras, sino en el hecho de que sus
pensamientos constituyeron una fuente de inspiración y una sólida
plataforma de apoyo para las restantes construcciones doctrinales
del periodo.
321
Vid. J. Story “Commentaries on the Conflict of Laws foreign and domestic in regard
to Contracts, Rights an Remedies and specially in regard to marriages, divorces, wills,
successions and judgements” Boston 1841 (la primera edición es de 1934, pero no
hemos podido consultarla) passim.-
274
Lo primero que se propone es asentar sobre una apoyatura
sólida las razones que puedan respaldar la aplicación de normas
extranjeras en el foro. Y sólo encuentra una que le satisfaga; pero
para llegar a ella hay que recorrer el camino de su razonamiento. En
la concepción de Story las normas pierden su vigor legal cuando se
las aísla del poder soberano que las ha dictado. En consecuencia,
toda disposición extranjera en el foro carece del carácter jurídico
que resulta necesario para poder considerarla como una expresión
del Derecho. Desde esta perspectiva resulta natural que no pueda
regularse ningún asunto en su base, dado que la solución que se
obtuviese no quedaría jurídicamente amparada en términos lógico-
legales. Para que un precepto foráneo pueda recuperar su eficacia
legal en el foro es absolutamente necesario que el Sistema jurídico
del foro se la restablezca. Sólo así recuperará su naturaleza
normativa y recobrará su fuerza obligatoria. Por lo tanto, es el
Estado del foro quien debe volver a dotar de carácter legal a la ley
extranjera; en consecuencia, su juego regulador dependerá
exclusivamente de que, o bien, las disposiciones normativas o
jurisprudencialmente decantadas se lo confieran, o bien, de que el
acuerdo expreso o tácito del Estado se lo otorgue.
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práctica de la clasificación de los estatutos por cuanto piensa que es
prácticamente imposible encontrar a un solo jurista que,
escribiendo sobre los estatutos, fuese capaz de ser coherente
consigo mismo322.
322
Vid. Bellot "La théorie anglo-saxone des conf1its de lois" R.C.A.D.l. 1924/11 pág.
142. Para Story, como para el juez Porter en el caso Saul versus his Creditors, ”...la
théorie des statuts réels et personnels (...) [c’est] le plus embrouille et controverse des
sujets qui ont occupé l’attention des juristes et des cours, sur lesquels il est rare d’en
trouver un qui soit logique avec lui-même. Nous ne connaissons pas de question de
droit aussi incertaine… ».-
323
Vid. Espinar Vicente ob. cit. (nota 239) pág. 42.-
276
de poder de quien las dicta no tienen vigor propio; luego, carece
absolutamente de sentido buscar una esfera de aplicación
extraterritorial ya que, desde esta óptica, es radicalmente imposible
que exista. Si ese camino ha quedado cegado, será menester abrir
otro. Para ello la propuesta de Story es relativamente sencilla; la
única regla clara es que siempre se debe aplicar la lex fori. Ahora
bien la lex fori puede incorporar una norma extranjera integrándola
en su tejido regulador a través de dos vías: mediante una
disposición positiva (escrita o consuetudinaria) que expresamente
lo disponga o bien cuando el juez, en atención al espíritu y finalidad
del ordenamiento, deduzca que, en ese caso concreto, la lex fori
quiere incorporar una disposición foránea para la correcta
resolución del asunto324.
324
Vid. Kuhn « La conception du Droit international privé d´après la doctrine et
pratique aux Etats-Unis » R.C.A.D.I. 1928/I pág. 197.-
325
Sobre la construcción de Wächter, Vid. el trabajo de Nadelmann “Wächter’s Essay
on the Collision of Private Laws of Differents Status” en A.J.C.L. 1964 págs. 414 y ss.-
277
en atención al espíritu y finalidad de las reglas que, en su propio
Sistema jurídico, regulen esa materia.
278
de vigencia de las normas. Era necesario ir más allá y crear un
método específico anclado en la realidad de las nuevas
concepciones del Derecho y del Estado. En esta etapa se sembró el
germen de lo que, a finales de siglo, serían los dos métodos de base:
el unilateral y el multilateral.
279
II.- LA CONSTRUCCIÓN DOCTRINAL DEL DERECHO
INTERNACIONAL PRIVADO EN EL SIGLO XIX.
Vamos a estudiar la evolución doctrinal de este siglo, dentro
del marco global que nos ofrecen los tres caracteres que retuvimos
en los epígrafes precedentes. En ellos encajan y se comprenden
mejor las causas que determinaron los caracteres que impregnan
las principales contribuciones científicas de la época. Intentaremos
sistematizar en este esquema el pensamiento de aquellos juristas
que ayudaron, tanto a la formación del Derecho internacional
privado contemporáneo, como al desarrollo de las técnicas con las
que hoy se aplica.
280
Establecida la “Constitución” el poder legislativo abordará la
tarea de renovar el ordenamiento, utilizando para ello el esquema
sistematizado y racionalizado que ofrece el método codificador. A
partir de aquí, en la dinámica de este proceso ideal, la estructura
jurídica de cada pueblo irá desarrollando sus principios
constitutivos326 atendiendo a que el contenido normativo se ajuste
siempre a los caracteres definitorios de la nación (condiciones
físicas, económicas, políticas o de cualquier otro tipo). El resultado
de la ordenación jurídica nacional tenderá, por consiguiente, a
expresar -en la mayor medida posible- la adecuación entre el
Derecho y las necesidades y aspiraciones del grupo. Por esta razón,
Montesquieu consideraría como una gran casualidad el que las
leyes de una Nación pudiesen servir a otra327. El Estado se
configuraba así como una asociación capaz de garantizar los
derechos de quienes componen la nación.
326
Vid. Pérez Prendes ob.cit.(nota 123) págs. 769 y ss.-
327
Sobre estos aspectos, Vid. Tomás y Valiente ob. cit. (nota 235) págs. 422 y ss.-
328
Vid. Mancini "ll principio di nacionalita” Roma 1920 págs. XVI y 7-10: Mancini
describe a la nación como: “una societá naturale di uomini da unita di territorio, di
origine, di costummi e di lengua conformati a comunanza di vita e di coscienza
sociale.”.-
281
francesa329- no se proyectaría de un modo uniforme sobre todas las
unidades que componían el panorama internacional de la época y su
interpretación por los distintos pueblos distó mucho de ser unívoca.
Como escribiera De Visscher: ‘”La idea nacional queda vinculada
a fines diversos que -según las circunstancias históricas, el genio y
las tradiciones de cada pueblo- pueden modificar profundamente
su orientación y los resultados prácticos de su acción. Su dirección
dependerá esencialmente del concepto que de ella se tenga, así
como de las ideas y de las concepciones que a la misma se
asocien” 330. De esta forma, el principio de la nacionalidad operaría
desde dos bases distintas que pasaremos a describir a continuación.
329
Vid. Nippold en loc. cit. (nota 317) pág. 36 sobre la formulación por primera vez
de este principio en Mme Staél.-
330
Vid. De Visscher "Teorías y realidades en Derecho internacional público"
Barcelona 1962 pág. 35.-
331
Vid. Laurent ob. cit. (nota 46) Tomo I Bruselas 1880 págs. 638 y ss.-
332
Vid. Gutzwiller en loc. cit. (nota 238) Tomo IV pág. 369.-
282
deducen ocuparían un lugar secundario y derivado en la concepción
global del Estado, y por ende en el plano de la delimitación de la
esfera de eficacia del Derecho.
333
Vid. Mancini "Diritto internazionale" Napo1es 1873 pág. 9.-
334
Vid. De Nova en loc. cit. (nota 238) pág 465.-
283
Laurent o Weiss. Sin embargo, sería Esperson335quien, a juicio de
Gutzillwer336, construyese un sistema, por primera vez completo, de
Derecho internacional privado a partir de esta premisa. En sus
líneas maestras, tal sistema puede ser resumido en torno a dos pun-
tos:
335
Vid. P. Esperson "Il principio di nazionalità applicato alle e relazioni civili
internazionali e riscontro di esso colle norme di diritto internazionale privato sancite
dalla legislazione del Regno d 'Italia" Pavia 1868 passim.-
336
Vid. Gutzwiller en ob. cit. supra nota (238) pág. 367.-
284
*Otro secundario consistente en promulgar los preceptos de
Derecho público, que organizan la vida en el territorio.
285
En consecuencia, -y como resume Weiss337- la ley sólo puede
vincular a las personas para las que específicamente se articula,
pero en relación con ellas debe regir todas sus relaciones jurídicas,
sea cual sea el lugar donde se encuentren, con la sola salvedad de
las excepciones o alteraciones que resulten del orden público, de la
regla locus regit actum y del principio de la autonomía de la
voluntad.
337
Vid. en general Weiss "Traité élémentaire de Droit international prive" Paris 1886
(2ª ed 1890) y « Manuel de Droit international privé » Paris 1892-1905 (9ª ed Paris
1925).-
338
Vid. Pillet en loc. cit. (nota 248) Tomo I pág. 457.-
339
Vid. De Nova en ob. cit. (nota 238) pág. 465: "The main difference of the new from
the old dispensation was the shift of emphasis from the "real" to the "personal" law, and
the substitution of nationality for domicile as the criterion for choosing the latter law”.-
286
del Derecho internacional privado en el siglo XIX, incluso más allá
del ámbito continental europeo
287