Está en la página 1de 6

Suscribite

Noticias hoy Dólar hoy Ley ómnibus Javier Milei Preolímpico de París 2024 Derrumbe en Caballito

En vivo Ley Ómnibus: el Gobierno descartó echar funcionarios y se despegó

Mundo

“Nosotras también podemos ser rabinas”


Miles de mujeres en Israel se definen como la cara del feminismo más
efervescente y combativo: "el feminismo religioso". Luchan por la igualdad
sin dejar la ortodoxia.

CLAIMA20140107_0105 Jana Kehát, fundadora y directora de Koléj (Tu voz, en hebreo).


REDACCIÓN CLARÍN Suscribite

0
¡NUEVO!

07/01/2014 10:24 / Actualizado al 08/12/2016 21:07

“Hoy en Israel el feminismo más efervescente y combativo es


justamente el feminismo religioso”, asegura Jana Kehát,
fundadora y directora de Koléj (Tu voz, en hebreo), la mayor
organización feminista religiosa en Israel, en diálogo con Clarín.
Koléj lucha contra toda discriminación, exclusión e incluso
violencia contra las mujeres en nombre de la religión.

¿Cuáles son los problemas que enfrenta la mujer en el sector


judío religioso ortodoxo, diferente del resto de las mujeres en el
mundo?

“Violencia en el hogar, violencia sexual, acoso sexual general,


acoso sexual por rabinos, exclusión de la mujer de los espacios
públicos, negación de divorcio por el hombre, que deja a cientos
de mujeres sin poder rehacer su vida (el casamiento es
confesional en Israel, y el divorcio es de hecho un repudio, el
“guet”, del hombre hacia la mujer)”, enumera Kehat.

“Nos dedicamos también de temas como salud femenina,


mujeres en la política, igualdad ritual y demás. Como las
comunidades ortodoxas son muy cerradas en sí mismas, todo lo
que se relaciona con la mujer siempre fue barrido debajo de la
Suscribite
alfombra”. Para ese doble objetivo de combatir la discriminación
y también romper el silencio, el encubrimiento dentro de la
comunidad, es que funda en 1998 la organización Koléj.

El grupo, sin embargo, no desea abandonar la ortodoxia en pos


de la igualdad, como lo hicieron las corrientes modernas en el
judaísmo, el conservadorismo y el reformismo, por ejemplo en
Argentina. Para ella, no es necesario romper con la ortodoxia
para lograr la igualdad. En la Halajá (ley religiosa basada en el
Viejo Testamento y el Talmud), asegura, no existe la
discriminación expresa. “Incluso en lo ritual, si bien las mujeres
están ‘exentas’ de tomar parte, nada les está prohibido”,
sorprende.

Es decir, concluye categórica, que ponerse kipá (solideo), talit


(paño ritual), tefilín (filacterias) e incluso ser rabinas y oficiar
matrimonios, está permitido para las mujeres en la ortodoxia
judía. “Por lo tanto, lo machista es la práctica en el establishment
ortodoxo, no las leyes. Es la costumbre social y es lo político. Eso
se puede cambiar y a eso nos dedicamos”.

Jana nació en el seno de una comunidad ultraortodoxa, de


aquellas en que los hombres se visten de negro. Pero en su
juventud se pasó al sector ortodoxo más moderno, conocido
como el de la “kipá (solideo) tejida”, y allí desarrolla su lucha.
Pero en su sector natal, el ultraortodoxo, el despertar recién
Suscribite
comienza, y desde Koléj intenta ayudar también a las mujeres de
ese sector. Sin duda las mujeres ultraortodoxas, en aquellos
casos donde los maridos se dedican a estudiar Torá, y las mujeres
a trabajar y también criar a los hijos, son las que más sufren. “El
sector ultraortodoxo destroza literalmente a sus mujeres”,
denuncia Kehat contundente. “Las destroza físicamente.
Trabajan duro en su empleo, manejan una familia numerosa y
limpian la casa. Su expectativa de vida es la menor de Israel, y la
de sus maridos es casi la más alta de Israel. Ellas se enferman y
mueren jóvenes.” ¿Les cae la ficha de que hay algo injusto en el
reparto de responsabilidades? “No, es un proceso muy largo y
difícil, están inmersas en una situación de explotación que pasa
también por lo mental”.

“Yo no quiero renunciar a mi religiosidad. Soy religiosa ortodoxa.


Pero soy feminista. Empezamos como un grupo pequeño, sólo
queríamos decirles a los rabinos que se equivocaban, que
trataran mejor a las mujeres en todas esas áreas. Pero abrimos
una caja de Pandora, y hoy somos miles”.

¿Es optimista? “Hay cosas que están trabadas”, responde, “en


especial en lo que respecta al establishment religioso. Por
ejemplo, en el tema del divorcio, existe la posibilidad, en la línea
de Maimónides, de instaurar la imposición del divorcio al
marido negador, pero el establishment rabínico se niega a ir con
Maimónides, y los motivos son políticos, el temor a perder el
control”.
Suscribite

Pero el plano social fuera del establishment, se enorgullece, los


logros no son pocos. “Quince años después, tenemos refugios
para mujeres golpeadas del sector. En el tema del acoso sexual
logramos sacar una regulación que fue la que destapó todo el
tema del Rabino Moti Elón (procesado por pedofilia contra
alumnos suyos). Tenemos muchos programas para escuelas y
cada vez somos más requeridas allí. Llevamos programas de
identidad sexual, adolescencia, violencia sexual, relaciones de
pareja; escritura femenina, liderazgo femenino, la mujer en la
Torá, la lucha contra la exclusión de mujeres de los espacios
públicos. En todo eso hemos avanzado enormemente”.

NOW
PLAYING
Suscribite

NUEVO

Quality items
AliExpre​ss​.com

Newsletter Clarín

Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de


la mano de nuestros periodistas especializados

QUIERO RECIBIRLO

También podría gustarte