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<H1>El Santo Rosario como medio de intercesión por María

Si me acerco a Dios pretendiendo que me haga “bueno, santo”; entonces, todavía no estoy a la altura de
las expectativas que Jesús tiene puestas en mí. Tomo esta cruz, este trabajo de hablarles para mi
salvación personal. No se llega a santo sin encaminar almas al cielo. Por tanto, ¿cómo puedo interceder
por ustedes que escuchan mi plática? O mejor dicho, ¿cómo debo servir a sus intereses personales e
iluminar su circunstancia existencial, para entregarlos a María y, por María, a Jesús?

En oración, precisamente del Santo Rosario hoy 12 de agosto de 2023, pido al Espíritu Santo por ustedes
que no conozco, ya que Él sí que los conoce a ustedes y sabe lo que necesitan.

Algunos hechos:

Según los datos del sitio oficial actsmissions.org (basado en San Antonio, TX.), tienen presencia en 87
diócesis de 6 países y los pilares del apostolado son Adoración, Comunidad, Teología y Servicio (ACTS),
bajo el patronazgo de S. Juan Pablo II, quien visitó San Antonio en 1987, el mismo año en que nació este
apostolado en dicha ciudad. ACTS se desarrolló a partir de los Cursillos de Cristiandad, originarios de la
España de entreguerras; así como por iniciativa de Mons. Patrick Flores, Arzobispo de San Antonio, para
servir a los no-católicos con retiros parroquiales en los que se les permitiera participar pero sin la presión
de convertirse al catolicismo. “El Arzobispo quería que se invitara al retiro a los no-católicos de manera
que, si estaban casados con un católico, ellos podrían entender lo que su cónyuge experimentó en su
retiro y a la vez experimentar también el poderoso sentido de comunidad (…)”. Los pilares que dan
nombre al apostolado fueron tomados del libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47), además dicho
nombre describe la vitalidad que manifiesta el movimiento allá donde se implanta: “Y cada día, el Señor
acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse (v. 47)”. Los objetivos del retiro de ACTS:
vida de oración (Adoración) para crear un ambiente espiritual (Comunidad), a través del estudio de la
escritura y nuestra fe católica (Teología); y alentando a los feligreses a unirse a los diferentes ministerios
existentes en la parroquia para satisfacer las necesidades pastorales (Servicio). Una de las principales
razones para desarrollar retiros de ACTS es “crear un fin de semana parroquial lleno de momentos
sacramentales, tradiciones, ministerios y necesidades parroquiales”.

En la diócesis de Irapuato, tengo contacto con Pepe Reséndiz, en la Rectoría del Señor de la Misericordia
de la P. de Sta. Ma. Reyna; con Tere y Lalo, que están aquí en la P. del Espíritu Santo (CRIPTAS). En la
Vicaría de Pastoral de la diócesis ha llamado la atención este apostolado y se habla de que el P. Luis
Armando García Ojeda respalda la difusión del movimiento en toda la diócesis.

Ideas de interés:

Fuente: Altura espiritual y densidad pastoral de la intercesión


(https://www.mercaba.org/ARTICULOS/A/altura_espiritual_y_la_densid.htm)

Detengámonos ahora en otro texto bíblico que nos permite descubrir desde adentro cómo debe ser la
oración personal de los evangelizadores. Se trata de Ef 3, 14-17. Allí se contempla a Dios, pero no en su
grandeza inaccesible, sino en su relación con nosotros, conectado con este mundo. Muchas personas no
piden con confianza, y no se detienen a orar por otros porque no perciben esa conexión de Dios con este
mundo que él ama. En primer lugar, el texto dice: "Me pongo de rodillas delante del Padre, de quien
recibe su nombre toda familia" (3, 14-15). Así de entrada nos muestra a Dios como el Padre común que
nos quiere "en familia", que es el fundamento de toda comunidad. Por esa razón, cuando nos dirigimos
al Padre común, oramos unos por otros. Hijos del mismo Padre, realmente nos duelen las angustias de
los demás y nos interesa su bien. Es natural, entonces, que inmediatamente aparezca la intercesión:
"para que les conceda, por la riqueza de su gloria, fortalecerse internamente por el Espíritu" (3, 16).
Porque nuestra fuerza interior viene de Dios, es una participación de su gloriosa riqueza. Pero como es el
Padre común, no podemos pensar sólo en nuestras necesidades personales, sino que le rogamos que
haga fuertes a los demás. Si seguimos leyendo, vemos que no basta la fortaleza. Nos interesa llegar más
allá, y pedimos "que Cristo viva en sus corazones por la fe y que el amor sea la raíz y el fundamento de
sus vidas" (3, 18). Si realmente nos interesan los demás, no nos preocupa sólo su bienestar terreno, no
nos basta que sean fuertes y firmes. También le pedimos al Padre que les conceda lo más importante,
que son dos cosas: Por una parte, la felicidad que pueden encontrar si le dan espacio a Cristo y él habita
en sus corazones. Pero, por otra parte, que el amor sea el sentido de todo lo que hagan en la vida, ya
que sin amor todo es vacío y vano. Si sólo viven haciendo cosas por interés, por competencia o por
vanidad, no serán felices. Cuando alguien ama a los demás, es capaz de pedirle al Padre para ellos estas
cosas más profundas. Porque estas cosas tan grandes no se pueden alcanzar con el solo esfuerzo
humano; es indispensable que el Espíritu derrame su gracia.

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