Está en la página 1de 11

INTRODUCCIÓN

César Abraham Vallejo Mendoza, orgullo nacional es considerado como uno de

los más grandes poetas que haya dado Latinoamérica. Recordamos su viaje a

París para no volver nunca más al Perú. Es por ello que en este ensayo

hablaremos sobre este gran personaje, que, es innovador por naturaleza,

abridor de caminos, inventor de nuevas posibilidades para el lenguaje, en

pocas palabras César Vallejo fue uno de los poetas más geniales en la historia

de la poesía. Solo que no vamos a ahondar tanto en este ámbito.

Sé que si todos buscamos en los medios tecnológicos encontraremos mucha

información sobre su vida y poemas. Sin embargo, Vallejo no fue solo un poeta

también fue un dramaturgo. Pero, ¿por qué se caracterizaba Vallejo en el

teatro? y, su teatro… ¿será valioso solamente porque lo escribió un gran

poeta?

El teatro de Cesar Vallejo, nunca llegó a las riberas de la escena. Como ya es

conocido, César Vallejo escribió únicamente cinco obras de teatro: Los topos (o

Mampar); Lock-out; Entre las dos orillas corre el río; Colacho Hermanos, y La

piedra cansada. Todas escritas entre 1930 y 1937. En esos tiempos Vallejo fue

ignorado y rechazado como dramaturgo.

A las mayoría de personas se les ha quitado el derecho de conocer al

verdadero Vallejo, el derecho a aprender de él, de vivir como él lo hizo, con

pasión por la vida, solidario y sediento de justicia. Si nos ponemos a analizar

estas obras, aprenderemos mucho de él. Es por ello que me centraré en el

análisis filosófico y humanista del Teatro de Vallejo.


DESARROLLO

Vallejo luego de sus largos viajes a Rusia donde su poesía se caracterizaba

por un enfoque íntimo y una angustia algo personal, se abre hacia el exterior en

el sentido de que busca los objetivos públicos y políticos de su escritura. En los

años siguientes, Vallejo comienza a escribir sus primeras obras dramáticas.

Aunque como lo dijimos, ninguna de sus piezas de teatro se llegó a poner en

escena en vida del escritor, estas obras demuestran mucho sus

preocupaciones artísticas y políticas del momento como las siguientes:

-La relación del individuo con la comunidad.

-La función social del teatro.

-Las promesas del socialismo.

-La desilusión política.

Los escritos críticos de Vallejo de aquella época confirman su deseo de

reformular el arte del teatro, sacándolo de la dinámica del poder y echándole

raíces nuevas. Para romper con las tradiciones teatrales, sean del teatro

burgués o del proletario, Vallejo se centra en el cuerpo, un recurso que le

permite fomentar la empatía entre seres distintos por anular la separación física

entre ellos.

Hay que reconocer, por lo tanto, que la empatía se puede provocar. Si se

supone que la empatía viene desde dentro, que es una capacidad imposible de

enseñar o transmitir, uno se relaciona con el otro siempre desde su propia

conciencia y se interpreta al otro desde un punto de vista ajeno. De este modo,


en vez de la encarnación tenemos la mirada, y en vez de la empatía tenemos

“el espacio agonal de la dialéctica del poder”.

¿Pero no será el teatro el lugar privilegiado de participación mutua, el escenario

ideal para eliminar las jerarquías del poder sociopolítico? Efectivamente no

toda pieza tendrá tal objetivo, pero en las obras dramáticas de Vallejo, el

cuerpo sirve sutilmente para este fin.

Por otro lado, Vallejo critica de manera exterior al teatro, como espectador y

como creador. Plantea una serie de ejercicios visuales y sonoros sobre la

escena; como la alteración del tiempo y el espacio de las escenas, y con esto

alienta un nuevo sentido del signo teatral.

No un “teatro naturalista o realista” sino un teatro con propia naturaleza. En

otras palabras, un teatro que desarrolle sus propios códigos entre los signos

fonéticos (oral), visuales y proxémicos que interactúan en el escenario.

La verdad teatral es independiente de la verdad real y, en otro sentido más

verdadera que verdad real. Por ello, la imagen vallejiana de “diez hombres

gordos dando el culo al público” nos sugiere provocación, decadencia,

sarcasmo. Y en realidad, cualquier acto enmarcado en un teatrín o teatro

genera diversos significados.

Vallejo resucita al espectador entrometido que ponía en tela de juicio lo que se

observaba en escena y rompe la barrera jerárquica de lo “artístico” y

“respetado” del teatro.

Vallejo decía que habría que hacer participar a los espectadores en escena y,

viceversa; y a los actores retirarse a las galerías; ya el espectador sobre el


escenario se vuelve el objeto más incontrolable e inesperado, no siendo

representado; él mismo interpreta sus intereses y sueños.

Al mismo tiempo, coloca a los actores en las butacas, el lugar de observación

por excelencia, creando un desequilibrio en la razón de ser actoral. Podemos

suponer que en esta incómoda situación querrán recuperar su lugar, y sobre

todo no perder su capacidad de expresión, por lo que esta proposición es una

bella metáfora de cómo se puede provocar un conflicto teatral desde su

propuesta estética formal, no desde la fábula narrada.

Ahora, ¿cuál sería la emoción final que se desprendería de la representación?

La respuesta: esa emoción sería una emoción desorganizada debiendo

organizarse y sintetizarse en el espíritu de cada espectador. El espectador

debe salir “lleno de emoción, pleno de un sentimiento de síntesis cósmica”

Rodeado de estímulos diversos visuales, sonoros, espaciales, con

intervenciones dentro y fuera del escenario, el espectador es partícipe de la

creación de la obra y experimenta mundos insólitos, impredecibles, absurdos,

vertiginosos.

Es por ello que se recrean nuevas posibilidades e interpretaciones de las cosas

tal y como son. Con estos estímulos escénicos, el mundo tangible cotidiano nos

parece relativo y lo podemos decodificar, transformar, alterar, subvertir.

Los sentimientos y pensamientos que ha generado esa experiencia han calado

profundamente en el ser, tal como los sueños que se viven en primera persona

involucrando toda nuestra existencia. Llegar a esta comprensión es un trabajo

previo. Los humanos nos acostumbramos rápidamente a nuestras cómodas


rutinas. En otras palabras, la teoría teatral vallejiana nos propone un viaje

inverso.

Si hablamos sobre su escritura dramática, Vallejo se ocupa de una nueva

visión, un teatro que sirva al pueblo y que se aleje de las excesivas

producciones del teatro burgués. A favor de las historias humildes, Vallejo

busca la conexión y entendimiento entre seres diferentes, con el deseo de

exponer lo que todos tenemos en común.

Vallejo pide un teatro “para resolver la dificultad de la compresión humana

(toda la desgracia de los hombres viene de que no se comprenden), hacer al

individuo que entre en el cuerpo del prójimo, para que vea lo que es ser el otro,

es decir, hacerlo jugar el papel del vecino, en el gran teatro del mundo”.

Vallejo y un teatro nuevo: “Y sólo cuando haya visto lo que es vivir la vida y la

naturaleza del prójimo, lo comprenderá, le tolerará y le amará. Más aún, se

pondrá en su lugar y se identificará con él consubstanciándose con su ser y

con su destino. ¡Ponerse en su lugar! Esa es la cosa: representarlo en sus

placeres y en sus dolores.”

Basándonos en el diccionario de la Real Academia define la “empatía” como el

“sentimiento de identificación con algo o alguien”; y por otro lado, la “capacidad

de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”. Empatía procede del

griego, empátheia, que significa afección física o pasión, y que viene de la

compuesta de en y pathos. Es decir, la empatía habla no solamente de sentir lo

que otra persona siente, sino también de ocupar el espacio emocional de esa

persona. Es por ello que para Vallejo, la empatía procede del espacio corporal,

que sólo cuando uno ocupa el cuerpo del otro puede entender de verdad la
perspectiva de esa persona. El vínculo existente entre cuerpo, emoción, y

empatía, donde el cuerpo es mediador entre la emoción privada y la conexión

interpersonal, es un motivo habitual en la obra dramática de Vallejo que sirve

para deshacer las estructuras del poder.

Como impulso al estudio del empleo del cuerpo en el teatro vallejiano, voy a

basarme en unos elementos de la primera obra dramática de Vallejo (en

español) “Entre las dos orillas corre el río” Vallejo escribió esta obra, y aunque

nunca dejó de revisar y modificarla, fue durante su estancia en Madrid, en que

contempló la Segunda República en sus fallas y victorias, sucesos que

encaminaban a la Guerra Civil Española. Entre las dos orillas dramatiza un

sinnúmero de discusiones entre familiares sobre los valores del régimen

comunista en la Unión Soviética, pero su más grande resultado es mostrar la

cercanía entre los líderes del partido comunista y los individuos del proletario.

De esta manera la postura del cuerpo en una obra de teatro añade un elemento

de expresión libre. El realce en el propio cuerpo puede mezclar el egoísmo y un

entendimiento del mundo basado en uno mismo, pero no, este no es el caso en

Vallejo. Para Vallejo el cuerpo no es solamente la causa de las experiencias y

creencias propias, sino también es el vehículo que difunde y da a entender

sinceramente las del otro.

Mencionaré a Sigmund Freud, ya que según él, el pensamiento no se basaba

en las sensaciones corporales, sino que, al contrario, era el inconsciente que

se manifestaba en el cuerpo. Y si todo emana del inconsciente, la empatía

también es una capacidad interna que refleja la fuerza de los lazos formados

entre hijo y madre. No se reconoce, por ejemplo, la posibilidad de sembrar o de

inspirar la empatía en otra persona por la influencia externa, que es


precisamente lo que se logra en el teatro de Vallejo a través del tacto y de la

encarnación.

La escritura dramática de Vallejo, como bien observa Gustavo Geirola (Director

Editorial Argus-a Artes y Humanidades), “no se trata de escoger la teatralidad,

sino de colectivizarla”.

Ahora, analicemos sus obras…

-Los topos [Mampar]

La primera obra teatral escrita por el poeta fue Los topos.

Los originales fueron destruidos por él mismo, luego fueron recuperados.

Esta obra cuenta la historia de Mampar, hombre que siempre dice lo que

piensa. Mampar tiene una novia, con la cual nadie sabe (ni siquiera él mismo)

cuándo se va a casar, y tiene una madre, que rechaza el noviazgo. Ambas lo

presionan constantemente; la novia para concretar la boda, la madre para

deshacer la relación...

Un melodrama con personajes comunes, con el chico y la chica que ven su

relación amorosa a punto de naufragar por la interferencia de una madre

desequilibrada. Pero, ¿cómo juzgar una obra sólo por los fragmentos que de

ella quedan? Podemos darnos cuenta de que el poeta comenzó a escribir

teatro. Y no obstante este primer fracaso, siguió creando.


-Lock-out

Insistiendo en expresarse a través del teatro, a pesar del rechazo de su

primera obra, o tal vez precisamente por eso, el poeta escribe Lock-out, drama

completamente distinto del ensayado anteriormente.

Esta vez se trata de una huelga. Y para escribirla, el autor se aparta de la

aproximación psicológica al uso, habiendo decidido seguir los lineamientos de

la estética nueva “realismo socialista”, conforme su propia posición ideológica.

La ideología declarada de César Vallejo era la marxista, y también lo es la del

texto en Lock-out. Como todo el teatro del poeta esta obra muestra lo que

podríamos llamar un episodio de la lucha de clases, que se lleva a cabo en

todo el orbe: los intereses obreros en pugna con los de los capitalistas,

antagonismo que se resuelve sólo mediante la lucha, según la concepción

materialista de la historia. No hay ninguna “buena voluntad” por parte de los

patrones para resolver las cosas, y la intermediación de un poder

aparentemente externo, en este caso, el gobierno “socialista”, se revela en la

práctica, primero, inútil y, luego, contraria a los trabajadores.

- Entre las dos orillas corre el río

Obra que gira en torno a la lucha de clases en la Unión Soviética después de la

revolución; el contexto de la obra es la construcción del socialismo en un solo

país, que ha comenzado y sigue en marcha después que la guerra civil

enfrentara rusos contra rusos, hermanos contra hermanos, padres contra hijos,

y que todavía los enfrenta en otro nivel, según el texto.

Son los antagonismos de clase llevados al seno familiar, al día a día de los

ciudadanos. Entre las dos orillas corre el río presenta el drama, o más bien la
tragedia, de los Polianov, familia noble venida a menos después del triunfo de

la revolución bolchevique. Los diálogos entre los personajes son de gran

violencia, sobre todo ideológica; entre los hermanos cuyo odio mal disimulado

se expresa en actitudes agresivas de unos para con los otros, y en frases

mordaces de menosprecio mutuo.

Claramente se ve en estas obras la relación del individuo con la comunidad,

presente las promesas del socialism y la desilusión política.


CONCLUSIONES

El teatro de César Vallejo, se hizo en un tiempo de entreguerras en el mundo,

como la crisis económica mundial y la gran depresión.

Hoy en día todo parece distinto o…queremos creer que todo es distinto pero, la

época sigue siendo la misma, vivida y testimoniada por nuestro Vallejo.

Aún sigue viva la injusticia, los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

El teatro de Vallejo vive todavía porque estamos aún dentro de la misma

época, dentro del mismo injusto orden social capitalista; sobre todo porque las

ideas no mueren así como tampoco las pasiones.

La gran necesidad de rebelión del poeta liberteño ante la injusticia, es

expresada en sus obras de teatro, sigue viva. Los trabajadores tienen todavía

que luchar por sus intereses, como los obreros sin nombre de Lock-out. Los

jóvenes, como en Entre las dos orillas corre el río, se siguen sublevando contra

valores envejecidos y buscan caminos nuevos.

En conclusión el teatro de Vallejo es el vivo retrato de la época que a él le tocó

vivir. Es un arte auténtico y que todavía vive. Más que un relato del pasado es

un diseño de lo que puede ser un teatro nuevo: un arte que se atreva a

enfrentarse a la injusticia, a la mentira, que enseñe así como enseñó el poeta.

Un teatro que contribuya al entendimiento de la historia, y que se ponga al

servicio de la HUMANIDAD.
BIBLIOGRAFÍA

https://appsbicentenarioprd02.blob.core.windows.net/intelectual/

2020/12/02_Vallejo.pdf

https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1769/Cesar

%20Vallejo

También podría gustarte