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Diglosia según Fishman

(Apuntes de cátedra).

La diglosia es la situación de convivencia de dos variedades lingüísticas en el seno de


una misma población o territorio, donde uno de las dos tiene un estatus de prestigio
como lengua de cultura, de prestigio o de uso oficial frente al otro, que es relegado a las
situaciones socialmente inferiores de la oralidad, la vida familiar y el folklore. Cuando
hay tres o más lenguas se le denominan poliglosia o multiglosia.

En 1967, Joshua Fishman publicó un artículo en el que revisó y amplió el concepto de


diglosia: Se debe distinguir cuidadosamente la diglosia del bilingüismo. El bilingüismo
es un tema de psicólogos y psicolingüistas, hace referencia a la capacidad de un
individuo de usar más de una variedad lingüística. La diglosia, en cambio, es un tema
que estudian los sociólogos y los sociolingüistas, se refiere a la distribución de más de
una variedad lingüística en una sociedad para diferentes tareas comunicativas.

Para Fishman el término “diglosia” puede referirse a cualquier grado de diferencia


lingüística, desde las más sutiles diferencias estilísticas de una sola lengua hasta el uso
de dos lenguas sin ningún tipo de relación, incluyendo las variedades permitidas en la
definición de Ferguson. La prueba de la existencia de diglosia en una comunidad es que
las diferencias lingüísticas deben tener asignadas unas funciones diferentes. Además,
piensa que el grado de bilingüismo individual que haya en la sociedad es un criterio
tipológico importante.

El término diglosia lo reserva para referirse a una peculiaridad de la organización


lingüística a nivel sociocultural, el uso de dos lenguas en una misma comunidad de
comunicación y propone reservar el término bilingüismo para referirse al fenómeno del
habla individual, el saber hablar el individuo dos lenguas y sus aspectos sicológicos.
Una sociedad bilingüe se caracteriza por utilizar dos lenguas de forma alternativa en
diferentes situaciones, en este sentido converge con el bilingüismo individual. En cada
dominio puede haber presiones de diferentes tipos (económicas, administrativas,
culturales, políticas, etc.) que influyen en la selección de una lengua.
Otra contribución importante de Fishman es la ampliación de la definición de diglosia,
no la limita a variedades de una “misma lengua” sino que la extiende al fenómeno del
uso de dos lenguas como las variedades funcionales de cualquier índole. De esta manera
el concepto puede ser aplicado situaciones de contacto entre lenguas sin parentesco y
elimina el problema, presente sobre todo en el área de las lenguas románticas, de
determinar la autonomía de una lengua y la delimitación de varias lenguas entre sí.

Apoya la opinión que atribuye a John Gumperz: “la diglosia no sólo existe en
sociedades plurilingües con varias “lenguas” oficialmente reconocidas y tampoco sólo
en sociedades que utilizan la variedad vernácula y la variedad clásica de una lengua,
sino también en sociedades en las que se usan diferentes dialectos, registros o
variedades lingüísticas de cualquier tipo con diferentes funciones”.

Para que se pueda decir de una sociedad que es una comunidad lingüística con
bilingüismo y diglosia, casi toda la población debería saber hablar A y B, y las dos
variedades deberían estar distribuidas de la manera típica de la diglosia. Ejemplo: el uso
del español y el guaraní en Paraguay. Ya que el guaraní funciona como lengua Baja y el
español como lengua Alta. Demuestra lo distintas que pueden llegar a ser
lingüísticamente dos lenguas, y aun así estar en una relación diglósica. El español es
una lengua indoeuropea y el guaraní una lengua indígena americana; entre ambas
lenguas existen grandes diferencias estructurales.

Son comunidades que usan dos o más lenguas sin reglas prefijadas, donde, habiendo un
gran número de personas bilingües, éstas no restringen una lengua a un tipo de
circunstancias y la otra a otro tipo. Cualquiera de las dos lenguas puede servir para
cualquier finalidad. Tales tipos de comunidades existen cuando está habiendo cambios
importantes en las relaciones de diglosia y son extremadamente inestables o transitorias.

Es consecuencia de que la diglosia “tenga filtraciones”. Esto significa que una variedad
se filtre y pase a emplearse en las funciones reservadas en un principio a la otra
variedad. La consecuencia del bilingüismo sin diglosia será: o una variedad nueva,
mezcla de las antiguas variedades A y B, o la situación de una variedad por la otra.
Ejemplo: Zona germano-hablante de Bélgica. En esa comunidad, el desplazamiento del
alemán al francés se ve precedido por un bilingüismo extendido en el que las dos
lenguas pueden usarse para casi cualquier propósito.
Son comunidades muy marcadas socialmente en las que la clase alta habla una variedad
y la clase baja la modalidad popular. Las comunidades con diglosia sin bilingüismo no
son comunidades lingüísticas, puesto que los dos grupos no se comunican, salvo
mínimamente a través de intérpretes o usando una lengua pidgin.

Ejemplo: El caso ruso en la época de los zares, donde el francés fue tomado como
modelo del buen hablar. Para que haya una situación de diglosia sin bilingüismo se
necesitan dos grupos diferentes dentro de una sola entidad política, religiosa y/o
económica. Uno de ellos es el grupo dirigente, que sólo habla la lengua Alta. El otro,
normalmente un grupo mucho más grande, no tiene poder en la sociedad y habla
exclusivamente la lengua baja.

Plantea una situación casi «ideal», pues se trata de sociedades muy pequeñas, aisladas y
no diversificadas.

De los cuatro posibles tipos de comunidades, sólo dos son ejemplos de diglosia
(diglosia con y sin bilingüismo), y son ésas las dos únicas comunidades
lingüísticamente estables. Diferencias entre estos dos tipos: Los dos se caracterizan por
la diglosia y se diferencian según tengan o no “bilingüismo”. De una se dice que es una
sociedad “con bilingüismo” y de la otra “sin bilingüismo”. Lo verdaderamente
característico de la diglosia es la existencia de diglosia con una gama de posibilidades
extensa y variada de bilingüismo.

Fishman pone menos énfasis en la importancia de que sólo haya dos variedades
lingüísticas. Su propuesta permite la presencia de “varios códigos separados”, aunque
dice que la separación está “la mayoría de las veces basada, por una parte, en una lengua
A y por otra, en una lengua B”. Mientras que Ferguson restringe el término “diglosia” a
los casos que están en un término medio de la relación entre las variedades (es decir,
hay más diferencias de las que hay entre estilos y menos de las que hay entre diferentes
lenguas), a Fishman no le importa tanto esa restricción.

La definición de diglosia de Fishman es más amplia porque incluye en la definición del


término a las sociedades multilingües, las sociedades que emplean una lengua vernácula
y otra clásica y también a cualquier sociedad en la que se empleen dialectos o registros
separados o cualquier tipo de variedades funcionalmente diferentes.
En la descripción de Fishman, se advierte que la diglosia no equivale a bilingüismo. La
diglosia es la distribución de una o más variedades lingüísticas para cumplir diferentes
funciones comunicativas dentro de una sociedad.

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