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ESTUDIOS / 37

Cultura política, política exterior, y caducidad del


modelo del Estado como actor racional:
el caso argentino
Carlos Escudé*

D
esde este presente del año 2000, adversarios (también ellos convencidos
muchos piensan que los proble de que las Malvinas jamás serán argen-
mas vinculados al nacionalismo tinas) se envolverán en la bandera, los
argentino, que en décadas recientes ge- acusarán de traición, y potenciarán los
neraron políticas exteriores con un sal- costos de haber dicho la verdad. Sus
do negativo de costos y beneficios, es- adversarios razonan de la misma mane-
tán superados. Recordar que la Repúbli- ra frente a ellos, y tampoco ellos dicen
ca Argentina es un país que estuvo a la verdad. Por lo tanto, la política exte-
punto de hacerle la guerra a Chile en rior argentina sigue persiguiendo una
1978, que en 1982 invadió las islas Malvinas quimera.
con entusiasmo popular masivo y casi

R
unánime, que en 1986 hundió un inerme eflexiónese: ¿qué especialista ar
pesquero taiwanés en aguas litigiosas, gentino en relaciones internacio
con pérdidas de vidas, y que durante nales reconoce en público que,
todo el gobierno de Alfonsín no estuvo casi con seguridad, las Malvinas jamás
dispuesto a declarar solemnemente ante serán argentinas? ¿Roberto Russell? ¿Juan
el mundo que la guerra de Malvinas había Tokatlián? ¿Mario Rapoport? Sólo quien
terminado, hoy produce sonrisas en una esto escribe. Los demás se comportan
audiencia culta. La actitud generalizada como nuestros Constituyentes de 1994:
de la gente aggiornada es que estos pro- la mayoría de ellos sabía que las Malvinas
blemas están superados. jamás serán argentinas, pero debido al
Sin embargo, la misma gente que dilema del prisionero que enfrentaban,
sonríe frente al enunciado de estos te- sancionaron la Cláusula Transitoria Nº
mas, como si fueran historia antigua, 1, que establece el mandato de intentar
sabe que casi con seguridad las Malvinas recuperar las islas para todo gobierno
jamás serán argentinas, pero no está argentino. Gracias a ello, ahora todo
dispuesta a decirlo públicamente. ¿Por- estadista argentino que diga la verdad,
qué? Porque intuye que el balance de viola la Constitución por decirla.
costos y beneficios personales sería Estas actitudes indican algo acerca
negativo, ya que nadie los premiaría por de la cultura política argentina y su pa-
decir la verdad, mientras que existe una pel como variable condicionante de po-
minoría activa que los castigaría, acu- líticas exteriores. Es cierto que, cuando
sándolos de traidores, o quitándoles el nos preguntamos porqué se eligieron estas
voto si son políticos. Más aún, saben opciones, entre otras de un menú de
que enfrentan un típico dilema del pri- opciones determinado , la cultura políti-
sionero: si ellos dicen la verdad, sus ca no fue un condicionante directo ni un
* Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella
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determinante de la elección de la opción rante décadas, mientras la invasión de


política de invadir Malvinas (ni de la op- las islas de St. Pierre et Michelon (una
ción de sancionar la Cláusula Transito- posesión de ultramar francesa pegada a
ria Nº 1 de la Constitución de 1994). La la costa de Labrador que no tiene mejor
causa directa de la invasión de Malvinas motivo para ser francesa que las Malvinas
fue de orden político , no cultural: buscó para ser inglesas) jamás fue una opción
ganar apoyo político para una dictadura para un gobierno canadiense, no impor-
militar desfalleciente. Se invadió Malvinas ta cuán desfalleciente. Por lo tanto, es-
en 1982, no en 1977, porque el momento bozamos una hipótesis de orden episte-
político era diferente. mológico: para casos como los que men-
cionamos existen dos niveles de
causalidad . El más directo es de orden
político y tiene que ver con la elección
de una opción, dado un menú de opcio-
nuestra hipótesis es nes preexistente. La gran mayoría de
que la posibilidad de inva- los estudios científicos dedicados a los
procesos de toma de decisiones se limi-
dir Malvinas (o de sancio- tan a este nivel. Pero subyacente, exis-
nar la Cláusula Transitoria te otro nivel de causalidad, que es de
Nº 1) estaba en el menú de orden cultural y que ayuda a explicar el
opciones políticas argenti- origen del menú de opciones.
nas por razones de orden

L
a Guerra de Malvinas obtuvo am
cultural: se sabe que esas plio apoyo popular a pesar de que
decisiones generarían no se podía ganar, y a pesar tam-
apoyo popular bién de que, aun en caso de ganarse,
nada agregaría el dominio de estas islas
al poder del Estado argentino ni al bien-
estar de sus ciudadanos. Reflejó una
resistencia colectiva al más elemental

P
ero nuestra hipótesis es que la cálculo de costos-beneficios. Aún des-
posibilidad de invadir Malvinas (o pués de superado ese problema colecti-
de sancionar la Cláusula Transi- vo, transcurridos los gobiernos de Menem
toria Nº 1) estaba en el menú de opcio- y Alfonsín, subsiste el dilema del prisio-
nes políticas argentinas por razones de nero generado, para académicos, políti-
orden cultural : se sabe que esas deci- cos y formadores de opinión, por una
siones generarían apoyo popular, al menos minoría pasional activa, una mayoría es-
en el corto plazo. Eso las puso en el céptica pero pasiva, y unos adversarios
menú de opciones, aunque muchas ve- que, aunque también escépticos, no
ces se optara por otra política. Isabel hesitarán en apoyarse en la minoría pa-
Perón, por ejemplo, consideró y rechazó sional activa para quien ose romper el
la posibilidad de invadir Malvinas. Otro pacto de realismo mágico que envuelve
tanto ocurrió en el año 1942. Y se recu- a la cuestión Malvinas.
rrió a esa opción en 1982, cuando se De tal modo, el país cae en una tram-
creyó que era políticamente oportuno. pa donde la racionalidad del político se
Es porque las culturas políticas ar- opone, para estos casos, a la racionali-
gentina y canadiense son diferentes, que dad del Estado, que no opera como actor
la invasión de Malvinas fue una opción racional. Además, se demuestra la vi-
en el menú de opciones argentino du- gencia del concepto gramsciano de Robert
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Cox, sobre el hecho de que el verdadero empírico de los textos de geografía que
actor en el largo plazo de las relaciones fueron, según se verá, uno de los princi-
internacionales no es el Estado sino el pales vehículos de transmisión del nacio-
“complejo Estado/sociedad civil”. nalismo territorial y del complejo de su-
¿De dónde emerge, puntualmente, este perioridad nacional argentino, desde el
problema político-cultural que tanto im- educador al educando.
pacto ha tenido sobre la política exterior
argentina y que tanto daño le han hecho
al país? Siempre he tenido la sospecha
de que parte al menos de la cuestión
Muestra y objetivos
pasa por el contenido nacionalista de la
educación argentina. El presente traba- El estudio consistió en el relevamiento
jo, que es sólo una aproximación al pro- de un total de 77 textos primarios y
blema, es un resumen de una investiga- secundarios de geografía argentina y
ción que llevé a cabo respecto de los americana correspondientes al período
libros de texto de geografía utilizados 1879-1986. Se incluyeron textos referi-
en la enseñanza primaria y secundaria dos exclusivamente a la República Ar-
en la República Argentina entre 1879 y gentina y textos referidos a la geografía
1986. Responde a una inquietud que tuve de América, Argentina y Antártida. La
desde la guerra de Malvinas y que ma- muestra abarcó la totalidad de los tex-
nifesté en diversas publicaciones a lo tos disponibles en las bibliotecas de
largo de dos décadas 1 . Maestros, Nacional, del Colegio del Sal-
vador y de la colección peronista del

C
omo dije, la investigación que aquí Instituto de Investigaciones Históricas
resumo fue sólo la primera etapa de la Municipalidad de Buenos Aires. El
de ese proyecto. Un segundo paso criterio con que se examinaron los tex-
mejor conocido por los lectores de mi tos fue verificar:
obra residió en intentar comprender por 1) Qué territorios litigiosos se menciona-
qué los textos aquí analizados tienen las ban como parte integrante de la Argen-
características que tienen. Según mis tina (por ejemplo, islas Malvinas, Georgias
estudios, la respuesta a esta pregunta del Sur, Sandwich del Sur, Orcadas
se encuentra en los planes de “educa- del Sur, Shetland del Sur, del Beagle,
ción patriótica” que se instrumentaron del archipiélago del Cabo de Hornos y
desde el Ministerio de Instrucción Públi- Sector Antártico Argentino).
ca y en el Consejo Nacional de Educa- 2) Cuánto espacio y énfasis se invertía
ción entre los años 1908 y 1913 (durante en la problemática de los territorios
la presidencia del Consejo del Dr. José litigiosos.
María Ramos Mejía), que dejaron una 3) Qué cambios se detectan en la presen-
impronta de chauvinismo en la educación tación de estas cuestiones a lo largo
argentina que nunca fue borrada sino, de las casi once décadas analizadas.
por el contrario, en varios períodos A los efectos de posibilitar una apre-
incrementada. Pero toda esta temática ciación clara de las variaciones que, en
será dejada de lado en este informe, en materia de presentación de estas cues-
el que me concentraré en el contenido tiones, se registraron durante el período

1 La Argentina, ¿Paria Internacional?, Buenos Aires: Belgrano 1984; La Argentina vs. Las Grandes Potencias: el Precio del Desafío,
Buenos Aires: Belgrano 1986; El Fracaso del Proyecto Argentino, Buenos Aires: Tesis/Instituto Di Tella 1990; Realismo Periférico, Buenos
Aires: Planeta 1992; La «Riconquista» Argentina: Scuola e Nazionalismo, Fiesole: Edizioni Cultura della Pace, 1992; «Education, Political
Culture and Foreign Policy: The Case of Argentina», Duke-UNC Working Papers Series, Noviembre 1992; A. Cisneros y C. Escudé
(directores), Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina, Tomo I, Buenos Aires: GEL 1999, entre otras.
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estudiado, algunos datos claves se vol- nificativos: muestra escasa pero que
caron a la tabla, cronológicamente orde- supongo representativa, considerando el
nada, que se incluye como Apéndice. dirigismo de la época y los autores y
Antes de pasar al análisis de los resul- editoriales en cuestión. Estos manuales
tados, sin embargo, es necesario hacer fueron complementados luego por algu-
algunos comentarios adicionales sobre nos pocos textos secundarios del perío-
la metodología y los problemas con que do que se conservan en la biblioteca del
se tropezó. Colegio del Salvador. Aunque la mues-
tra conseguida ilustra adecuadamente
la evolución registrada en la enseñanza
Observaciones metodológicas
de temas vinculados al territorio (parti-
cularmente el litigioso) durante el último
Los responsables de las bibliotecas
siglo, el cuadro comparativo incluido en
argentinas (aunque no necesariamente
este trabajo debe leerse con las siguientes
los bibliotecarios) no parecen valorar
precauciones:
demasiado la conservación de viejos textos
1) La tercera columna (énfasis con que
de enseñanza. Pensarán, ¿para qué guardar
se trata territorio) implica una evalua-
algo superado? Es así que la mismísima ción de ambos adjetivos y espacio .
Biblioteca Nacional guarda un porcenta- Aunque los adjetivos fueran neutros,
je mínimo de los textos que figuran en si el espacio dedicado a estos temas
su catálogo. Afortunadamente, este es- es proporcionalmente muy grande (es-
collo pudo superarse gracias a los tex- pecialmente textos primarios) la in-
tos que me prestó Raúl García Heras de tención de inculcar una “conciencia”
la biblioteca de su abuelo, el historiador particularmente sensible a estas cues-
Carlos Heras, y gracias también a la tiones está clara y opté por calificar
colección considerable que guarda la al texto como “fuerte”.
Biblioteca de Maestros. Sin embargo, ni 2) Por otra parte, particularmente en la
siquiera esta biblioteca conserva los textos educación secundaria de décadas
del período peronista 1946-1955. Con- recientes, los programas de diversos
versando con bibliotecarios peronistas, años y modalidades de la enseñanza
me enteré de sus esfuerzos individuales (bachillerato, magisterio, técnica,
por impedir lo inevitable, esto es, su etcétera) cubren diferentes y varia-
iniciativa de esconder libros para tratar dos aspectos de la geografía argenti-
de salvarlos de la incineración a la que, na. No es lo mismo, por ejemplo, el
alegremente, se dedicaron varios gobiernos texto de F.A. Daus, de 1984, Geo-
posteriores. No puede evitarse la reflexión grafía de América, Argentina, Antár-
de que, si indeseables eran algunos de tida , que su texto del mismo año,
esos textos para la educación de los Geografía de la Argentina, Parte Hu-
argentinos, el afán por eliminarlos de la mana . En los términos de la evalua-
historia de nuestra educación fue por ción del “énfasis”, el primero es “mo-
cierto oscurantista. Sin embargo, por lo derado” y el segundo “fuerte”, pero
menos una pequeña colección se salvó no porque la orientación pedagógica
y fue desempaquetada hace algunos años del autor no fuera “fuerte” en relación
y depositada en el Instituto de Investiga- a los temas territoriales cuando es-
ciones Históricas de la Municipalidad cribió el primer volumen citado, sino
de Buenos Aires. Ocupa un modesto porque estaba cubriendo una parte
armario y se titula “la biblioteca peronista”. diferente del programa. Las dos obras
Así pude cubrir el período con los ma- no son en rigor comparables. Para
nuales de instrucción primaria más sig- clarificar aún más el problema, diga-
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mos que si un texto de geografía que la muestra es representativa para


económica se explaya sobre la enor- los fines propuestos, si se la analiza
me extensión del virreinato perdido, con la cautela debida.
está siendo en realidad “muy fuerte” 3) La columna 1 (“¿Adjudica Patagonia
aunque no mencione siquiera a las al Virreinato? ¿Menciona pérdidas?”)
islas Malvinas (ya que no tiene nin- sería más significativa para un análi-
guna necesidad de tocar este tema), sis de textos de historia. No es en
pero no se lo puede calificar de “fuer- absoluto necesario tratar ese tema
te” sin el riesgo de que algún lector de (casi siempre presente en los textos
este trabajo tome el texto en cues- de historia) en un texto de geografía.
tión, lo califique de “suave” y se pre- Sin embargo, el hecho de que algu-
gunte a qué tipo de estafa intelectual nos libros de geografía lo hagan, in-
estoy abocado. En lo posible, he evi- curriendo en el antiguo error de adju-
tado comparaciones riesgosas y ex- dicar la Patagonia al Virreinato, o
cluí de la tabla comparativa a textos invocando la mitología de las pérdi-
que no se vinculaban directamente con das territoriales del siglo XIX 2 , agre-
las partes relevantes del programa, ga algo a la evaluación de su “énfa-
aun cuando brindaran ilustraciones in- sis”. En la muestra hubo dos textos
teresantes del fenómeno que analiza- que, tratando el tema, no se expiden.
mos. En rigor, lo ideal hubiera sido Esto también nos dice algo sobre su
comparar solamente manuales de la énfasis, de dirección opuesta al caso
enseñanza primaria referentes a una anterior. En este contexto, obsérve-
única parte del programa. Desgracia- se que un “no” en la columna 1 tiene
damente, esto no es posible sencilla- un significado muy diferente a “no
mente porque no hay suficientes tex- menciona el tema”.
tos. Como dije antes, en la Argentina 4) De la misma manera, en la columna
los textos viejos no se coleccionan: 4 (“¿Menciona litigio del Beagle?”),
se supone que un texto de geografía la respuesta “Adjudica islas a Argen-
sirve sólo para estudiar geografía y no tina” significa que no menciona el
se tiene en cuenta que también puede litigio específicamente. Cuando se
servir para estudiar al autor, al con- menciona en forma explícita, se agrega
texto cultural que lo hizo posible, et- un “sí” a la respuesta anterior.
cétera -o quizás haya un deseo in-
consciente de evitar tales estudios (no
faltará el autoritario que lo considere
una especie de espionaje cultural)-. Las Malvinas
Sin embargo, y a pesar de ello, la
evolución a lo largo del siglo de aná- En general, el análisis de los textos
lisis es tan clara que estoy seguro de nos aporta un material mucho más rico

2 A este tema dediqué el tercer ensayo de mi libro La Argentina vs. las Grandes Potencias: El Precio del Desafío y el tercer capítulo del
primer tomo de la Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina, y no me explayaré demasiado fundamentando
aquí la afirmación del texto. Baste mencionar aquí que la Real Cédula de creación del Virreinato no menciona a la Patagonia entre sus
territorios; que los argentinos han sostenido siempre que no la menciona porque se descontaba que pertenecía a la Intendencia de Buenos
Aires; que tal afirmación, sin embargo, es harto dudosa porque en los mapas de la Corona española figura como parte de Chile; que es de
todas maneras cierto que después de la creación del Virreinato la mayor parte de las expediciones a la costa patagónica fueron ordenadas
desde Buenos Aires (aunque no así las expediciones a Neuquén); que a pesar de todo lo dicho, esta discusión es ociosa porque más allá
de títulos oscuros, ambiguos y teóricos, el Sur era de los indios y no estaba bajo el dominio efectivo ni de los españoles durante el período
colonial, ni de argentinos y chilenos hasta fines del siglo XIX; finalmente, que los criterios neutrales y objetivos de europeos y
norteamericanos que estudiaron la cuestión coinciden en mostrar, en los mapas históricos que se publican en sus países, una expansión
tanto argentina como chilena hacia el Sur durante el siglo XIX.
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que el que se puede volcar en la tabla obviamente, incidió más una dinámica
comparativa. La cuestión Malvinas se propia de la cultura y la política argen-
conforma a esta regla general. La tabla, tinas, que la indignación generada por
sin embargo, nos brinda una útil compa- la memoria fresca de la usurpación. En
ración a lo largo de las décadas. De su otras palabras, si bien la reivindicación de
lectura podemos concluir que: las Malvinas es producto de la anterior
1) A lo largo del siglo estudiado el tema ocupación argentina y la posterior con-
de Malvinas estuvo casi permanente- quista británica, la intensificación del mensaje
mente presente en los textos de geo- reivindicatorio a través de la enseñanza
grafía argentina como reivindicación es producto no de aquellos hechos sino
territorial de este país. de cambios muy posteriores en la cultura
2) No obstante lo anterior, con anterio- y en la política argentina.
ridad a la década de 1940 hay seis Esta apreciación coincide con la re-
significativas excepciones (de un to- lativa despreocupación por el tema re-
tal de 31 textos previos a esa fecha) flejada en los errores flagrantes en su
en las que no se le atribuye a la presentación que, con frecuencia, se pre-
Argentina soberanía sobre esas is- sentan en los textos de las primeras
las. Por lo contrario, a partir de ese décadas analizadas. Tomemos, por ejem-
año la adjudicación de la soberanía a plo, el delicioso caso de Catalina B. de
la Argentina es unánime en los 44 Torres Ibañes, cuya obrita elemental de
textos restantes. 1917 nos dice:
3) A esto debe agregarse que hasta el “Lección 2 -Islas- Nuestro territorio
año 1941 hay siete casos en los que no es sólo esa faja de territorio que se
estas islas son denominadas “Malvinas extiende desde Bolivia hasta Tierra del
o Falklands”, a lo que debe sumarse Fuego, bañado por el Gran Océano At-
la denominación de la pretensión lántico. No, le pertenecen también las
antártica británica como “Dependen- islas Malvinas, hermoso archipiélago
cias de las Islas Falklands” en cua- compuesto de noventa y dos islas, con
tro casos anteriores a 1944 (no re- exuberante vegetación, un clima sano y
gistrados en la tabla). Después de millones de ganados” (págs. 10 / 11).
esa facha la denominación británica O, para el caso, tomemos el texto de
“Falklands” desaparece del vocabula- Carlos M. Biedma, que en 1905 nos dice
rio usado en nuestra muestra. que la capital de las Malvinas es Port
4) Antes de 1945 hay una proporción de William y que la Argentina fue desposeí-
textos evaluados como “suaves” que da en 1839. Errores de este tipo abun-
es mucho mayor que la registrada dan en las primeras décadas, revelando
con posterioridad a esa fecha. subdesarrollo informativo a la vez que
despreocupación por el tema: a pesar

D
e las observaciones de arriba se del subdesarrollo, tales errores no se
desprende que (al menos en lo cometían con tanta frecuencia respecto
que se refiere a Malvinas) el a- de temas juzgados relevantes.
doctrinamiento en materia de naciona-

A
lismo territorial tendió a consolidarse e pesar de la tendencia señalada
intensificarse a partir de los alrededores arriba hacia una intensificación del
de 1945. Esto es interesante porque la adoctrinamiento malvinista a partir
mayor intensidad comienza a generarse de la década de 1940, no puede dejar de
cuando ya había transcurrido más de un señalarse que en los textos de las déca-
siglo desde la usurpación de las islas das tempranas hay una gran diversidad,
Malvinas de 1833. En esta agudización, y así como hay ejemplos de omisión
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total de la cuestión Malvinas y otros aún má. Port Stanley, con 1000 habitantes,
de tratamiento sumamente moderado del es la capital”. (Pág. 178).
tema, hay también casos de una prosa Obsérvese que esta inusual prosa
exaltada que llega a niveles inusuales de (nunca repetida en las décadas poste-
intensidad emotiva, aun si se compara riores) no plantea una reivindicación ar-
con textos de la época de la guerra de gentina ni distingue entre posesión de
las Malvinas. Tal es, por ejemplo, el caso hecho y posesión de derecho, sino que
de la obra de Juan M. Espora de 1898: nos proporciona tan sólo el dato objeti-
“Cuando la ley de las evoluciones de vo y relevante de que el Reino Unido
los pueblos, a que ninguno puede sus- “ejerce soberanía”. Además, utiliza los
traerse, marque en los años futuros la nombre británicos (es decir, los que se
decadencia de Inglaterra y el gran pode- usan en las islas mismas y en la mayor
río de la República Argentina, recupera- parte del mundo) y minimiza la relevan-
remos entonces por la FUERZA DEL cia de ese territorio mediante la referen-
DERECHO las islas Malvinas, de que cia al canal de Panamá. Como veremos
tan injustamente nos ha despojado la más adelante en este trabajo, este tex-
nación inglesa. Mientras tanto, enseñe- to del padre Furlong es uno de los po-
mos a la juventud que se levanta a man- cos ejemplos de “realismo geográfico”
tenerse en perpetua protesta contra esta en nuestra muestra. Dada la evolución
usurpación, a que conozca sus dere- registrada en la enseñanza de estos
chos, y ella a su turno predique y ense- temas en la Argentina, no sorprende
ñe a las generaciones del porvenir que que se trate de un texto anterior a la
la República Argentina jamás, por siem- década de 1940. La paradoja de que
pre, no ha desistido, desiste ni desistirá cuanto más nos alejamos de la fecha
de sus legítimos derechos de posesión de la usurpación, más se haya intensi-
de las islas Malvinas, que algún día vol- ficado el adoctrinamiento, no puede sino
verán a ver flamear en ellas nuestra ban- ser subrayada una y otra vez.
dera” (Las mayúsculas son del autor).

E
(Pág. 251). n general, después de 1945 pare
ce haber una homogeneidad mu

C
omo contrapartida de este texto cho mayor en el contenido de los
de Espora o del casi igualmente textos que con anterioridad a esa fe-
extremista de Enrique de Vedia cha, quizás debido a un mayor dirigismo
de 1903-1904, se puede citar no sola- estatal. Aparte de la década de 1940, el
mente a los ya mencionados casos de otro gran hito en la intensificación del
omisión total de la cuestión, sino tam- adoctrinamiento sobre la cuestión Malvinas
bién casos de moderación extrema, como es, como era de esperarse, la guerra de
el del R.P. Guillermo Furlong, S.J., de Malvinas de 1982. En la muestra hay
1918, que en su capítulo sobre Tierra casos de dos ediciones del mismo au-
del Fuego incluye un subtítulo que dice: tor, antes y después de la guerra, que
“Islas Malvinas - Las islas de este marcan el impacto del conflicto en el
nombre forman un verdadero archipiéla- ámbito de los autores (o en la política
go de más de 100 islas, siendo las dos educativa). Tal es el caso de Isidro F.
principales Falkland Occidental (o Sole- Carlevari, cuyo texto de 1964 ( La Ar-
dad) y Falkland Oriental (o Egmont). Desde gentina, 2da. edición) es moderado, mien-
el 3 de enero de 1833, Inglaterra ejerce tras la séptima edición del mismo tex-
soberanía en todas ellas. Actualmente to, de 1983, comienza diciendo:
han perdido sus ventajas estratégicas a “los desafortunados hechos que re-
causa de la apertura del canal de Pana- cientemente nos ha tocado vivir han de
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servirnos para que todos los niveles de islas Orcadas del Sur con un observato-
la población tomen conciencia de que la rio meteorológico, pero que estos temas
Argentina no es solamente esa cuña no son mencionados casi nunca en los
triangular, bañada por el océano Atlánti- textos anteriores a 1945 y son mencio-
co, que se inserta en lo más austral del nados casi sistemáticamente después.
continente americano. En momentos en Si miramos nuevamente la tabla, vere-
que la incontrovertible realidad histórica mos que el observatorio de las islas
y geográfica que fundamenta la sobera- Orcadas es mencionado solamente en
nía territorial argentina pasó a ser inex- cuatro textos de la muestra hasta 1948,
plicablemente discutida, ya no es posi- a partir de cuya fecha la soberanía ar-
ble que el estudio de la geografía argen- gentina en esas islas es siempre explí-
tina se circunscriba casi exclusivamen- citamente mencionada (téngase en cuenta
te al ámbito continental americano , pues que el reclamo de soberanía fue oficial-
éste, conjuntamente con el ámbito con- mente planteado en 1925). En el caso
tinental antártico , el ámbito insular, y el de las islas Picton, Lennox y Nueva, de
ámbito marítimo constituyen un todo la zona del canal de Beagle, en la muestra
indivisible que configura la base geográ- nos encontramos con un solo texto, de
fica del ser nacional” (el énfasis es del 1930, que las menciona, hasta que lle-
autor). (Pág. 11). gamos a los manuales primarios de 1950,
a través de los cuales hasta los niños

E
sta intensificación del tratamien de 3º grado las memorizaban como par-
to de la problemática se traslada te integrante del territorio nacional. El
también a los manuales de la en- tratamiento de estas islas con posterio-
señanza primaria. Y si bien hay algunas ridad a 1955 no fue homogéneo como en
excepciones -por ejemplo, el texto de el caso de las islas Orcadas, sin embar-
Paulina Quarleri de 1983, sorprendente- go, y observando la tabla se puede ver
mente moderado para su época- esas que aparecen y desaparecen de los tex-
excepciones no llegan, ni remotamente, tos, hasta llegarse al período del gobier-
al nivel de moderación de los textos no militar 1976-1983, cuando nuevamen-
clasificados como “moderados” previos te aparecen en forma casi constante
a la década de 1940. En esa década, hasta la resolución final del diferendo en
algo cambió radicalmente en la cultura 1985. De todas maneras, aun durante el
y la política de la Argentina y ese cam- período de intermitencia 1955-76, las islas
bio tuvo efectos perdurables sobre la aparecen con mucha mayor frecuencia
enseñanza de la geografía argentina, que antes de la década de 1940.
sentando doctrinas y fundando tradicio-

L
nes que luego no serían extirpadas, aunque os efectos perdurables de las polí
los libros de la época se quemaran. ticas educativas de la década de
1940 también se observan cuando
consideramos que el primer reclamo ar-
gentino sobre las islas Georgias del Sur
La crucial década de 1940 se produce en 1928, pero que no son en
absoluto mencionadas hasta llegar a esa
El cambio que se produjo en la déca- década crucial, después de la cual es-
da de 1940 se observa claramente cuan- tas islas (que nunca fueron ocupadas
do se tiene en cuenta que el litigio del por la Argentina y que nunca fueron re-
Beagle data de los alrededores de 1904, clamadas por España) figuran
que es en ese mismo año cuando la sistemáticamente y sin excepciones en
Argentina establece su presencia en las los textos primarios y secundarios. Las
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reivindicaciones soberanas de las islas ñalarse que la década sólo consolidó


Sandwich del Sur y del Sector Antártico tendencias preexistentes. Perón llevó hasta
Argentino, producidas en la misma dé- sus últimas consecuencias una estrate-
cada que nos ocupa, se trasladan inme- gia pedagógica cuyo germen ya estaba
diatamente a los textos primarios y se- presente en Justo: ¿qué otra cosa sino
cundarios y permanecen en ellos hasta el germen de esa estrategia es la ley
nuestros días. 11.904, del 26 de septiembre de 1934,
En suma, observamos que antes de que ordena la publicación de una sínte-
la década de 1940 la existencia de un sis de la obra de Paul Groussac, Les
litigio o de una reivindicación de sobera- Iles Malouines, para ser distribuida en
nía no se trasladaba automáticamente a los institutos de enseñanza de la na-
los textos de la enseñanza primaria y ción? Se trata de la misma actitud bási-
secundaria. Era tarea para diplomáticos ca aunque, como se ha señalado, el
y no para pedagogos. A partir de esa análisis de los datos de la tabla compa-
década, por lo contrario, se introdujeron rativa nos muestra un salto cualitativo
todos los litigios y reivindicaciones pen- en materia de contenido de textos a
dientes, agregándose las nuevas gene- partir de la década de 1940. Esta acti-
radas en la década (como Sandwich y tud básica -la creencia en la convenien-
Antártida) y desde entonces hasta el cia del adoctrinamiento- era, por otra
presente todas estas cuestiones son tarea parte, muy vieja: ¿no es acaso lo que
tanto de pedagogos como de diplomáti- predica Espora en el párrafo que cita-
cos -o en realidad, dada la relativa inmo- mos de 1898? Y en términos más gene-
vilidad diplomática de estas cuestiones, rales, esto es, centrándonos no tanto
son más de pedagogos que de diplomá- en el nacionalismo territorial sino más
ticos-. bien en la exaltación exagerada e irra-
cional de la Nación, su glorioso pasado

C
onsiderando las dificultades y brillante futuro, es la actitud que se
involucradas en la resolución de entroniza en el Consejo Nacional de
todos estos litigios, la estrate- Educación en los albores del Centenario
gia pedagógica adoptada sería racional de la independencia argentina, durante
sólo si se estuviera preparando a la la gestión de José Ramos Mejía entre
población para una guerra. No pretendo 1908 y 1912, que investigué posterior-
sugerir que ello es así, sino que la es- mente y que ya cité.
trategia pedagógica no es racional. Ob-

E
servando su desarrollo desde fines del n lo que al nacionalismo territo
siglo pasado, se parece a una gigantes- rial se refiere, se trata de un en
ca bola de nieve sobre la que se ha foque pedagógico que es en un
perdido todo control. Sus autores actua- principio marginal pero que lentamente
les son ya el producto del adoctrina- cobra impulso hasta volverse dominante
miento del pasado, de manera que se va a partir de los cuarenta. Y es así como
generando una dinámica autoperpetuante llegamos al decreto 8.944, del 2 de sep-
que literalmente se apodera de esta di- tiembre de 1946, que prohíbe la publica-
mensión de nuestro presente y futuro, y ción de mapas escolares de la Argenti-
que en el mejor de los casos sólo con- na que no incluyan al Sector Antártico
sigue incubar frustraciones. y, más aún, estipula que los límites in-
Sin embargo, y a pesar del cambio ternacionales de este país incluidos en
cuantitativo representado por la década dichos textos deben ser aprobados por
de 1940 en esta intensificación del a- el Instituto Geográfico Militar. A partir
doctrinamiento territorialista, debe se- de ese momento, la maquinaria del Es-
46 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

tado está apuntada inequívocamente a de generaciones más tarde- ya lo eran.


consolidar y agudizar el nacionalismo La resolución ministerial 1960, del año
territorial. La “Revolución Libertadora” 1979, parece ser el producto no ya de la
estuvo muy lejos de reaccionar contra voluntad, acertada o errada, de un mi-
esta tendencia; por lo contrario, la apuntaló. nistro o gobierno, sino de fuerzas cul-
Así lo demuestra Agenda Argentina, un turales y políticas históricamente deter-
folleto de la Secretaría de Prensa de la minadas. Independientemente de la co-
Presidencia de 1957, que se distribuía yuntura política que la produjo, dicha
gratuitamente y que estaba destinado a resolución no hacía otra cosa que inten-
la propaganda patriótica. Además de exaltar sificar la dinámica autoalimentada que la
lo “nacional” hasta el paroxismo, nos generaba. Sin duda que fueron hombres
informa, por ejemplo, que “sólo resta convencidos quienes la dictaron: “Vista
persistir en el ejercicio de nuestra indis- la necesidad de difundir permanentemen-
cutible soberanía hasta obtener el rápi- te los principios que hacen a nuestra
do reconocimiento internacional de nues- soberanía nacional; y considerando: que
tros derechos” sobre el Sector Antártico ello hace a la formación integral del hom-
Argentino (pág. 47). bre argentino; que la acción educacional
debe remarcar en forma permanente los

N
unca hubo una reacción contra derechos soberanos sobre nuestro terri-
esta tendencia; hubo a lo sumo torio (...)”, el ministro de Cultura y Edu-
períodos en los que no se cación ordenaba la publicación de un folleto
agudizaba. Y si la reivindicación de las que justificaba la violación de la ley inter-
islas Malvinas a la que apuntaba la ley nacional por parte de la República Argen-
promulgada por Justo tenía cierta rele- tina y que tergiversaba hechos para darle
vancia comparativa y cierto justificativo la razón en el litigio más injusto, más
histórico, la resolución del Ministerio de insignificante y más peligrosos que algu-
Cultura y Educación Nº 1960, del 10 de na vez sostuvo 4 .
octubre de 1979, que manda la publica-

A
ción de un folleto para el adoctrinamien- bortada la (por muchos) ansiada
to de docentes, se dirige ya a las islas guerra contra Chile, emparchadas
del Beagle, mucho más irrelevantes y las relaciones con el Brasil a par-
mucho menos justificable como causa tir del acuerdo tripartito de octubre de
histórica que las islas Malvinas 3 . 1979, la guerra de las Malvinas de 1982
Aquella maquinaria, echada a rodar a se erguía si no como una inevitabilidad
pleno en 1946, ya estaba fuera control histórica, al menos como resultado lógi-
en 1979 porque, como dije antes, mien- co de este proceso. Una maquinaria
tras en 1946 sus responsables no eran montada décadas atrás y cuyas prime-
aún ellos mismos el producto de este ras raíces eran aun mucho más lejanas,
tipo de adoctrinamiento, en 1979 -un par nos había venido preparando para esta

3 Se trata, obviamente, de un territorio mucho más chico y que, a diferencia de Malvinas, nunca fue ocupado por la Argentina.
4 Injusto, porque el Tratado de 1881 estipula claramente que todas las islas al sur del canal de Beagle hasta el cabo de Hornos serán de
Chile, y porque los primeros mapas oficiales argentinos posteriores al tratado muestran que los estadistas argentinos de entonces
interpretaban que dicho canal corre al sur de la costa sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego y al norte de todas las islas en disputa,
adjudicando ellos mismos esas islas a Chile en los mapas mencionados. Injusto también porque en 1972 la Argentina firmó un Compromiso
de Arbitraje que establecía que la sentencia de la Corte Especial era inapelable para las partes y luego violó ese compromiso repudiando
el laudo. Peligroso, porque dada la extensión de la frontera argentino-chilena, una guerra como la que casi se desencadenó a fines de 1978
podría haber generado una beligerancia crónica como se conoce en muchas regiones del mundo por litigios de límites. Para un desarrollo
más extenso de esos puntos, véase C. Escudé, La Argentina, ¿Paria Internacional? (Editorial Belgrano, 1984), tercer ensayo (“La
Controversia del Beagle: un caso de nacionalismo antinacional”, escrito juntamente con Cristóbal Williams).
ESTUDIOS / 47

guerra. Porque, como bien lo decía en subtotales correspondientes a la “zona


1982 el Manual Kapelusz de 4º grado de continental”, las “islas oceánicas” (Sand-
la enseñanza primaria: wich y Georgias) y la “región antártica”,
“La patria es una e indivisible. Todas otros hay que nos presentan el territorio
las porciones de nuestra tierra, las grandes de cada provincia, el de las islas Malvinas,
y las pequeñas, en conjunto, constitu- el de las islas oceánicas y el del Sector
yen el territorio nacional llamado Argen- Antártico Argentino, con una única cifra
tina” (Pág. 59). total de 3.761.274 km 2 .
Y esas palabras, subrayadas en el

L
texto con fondo azul, enfrentan en el a enseñanza se asienta pues so
texto a un gran “mapa del territorio ar- bre una base de irrealidad que es
gentino” en el que el “territorio continen- muchas veces reiterada. Tomemos
tal” abarca tan sólo la mitad superior del por ejemplo el caso de la Geografía Amé-
plano, el cual se extiende hacia el Sur rica, de Lorenzo y José María Dagnino
hasta el polo, sumando un territorio ima- Pastore, de 1963 (23ra. edición). Tra-
ginario al territorio real, la totalidad del tando el caso de las islas Georgias, no
cual se convierte, para los niños y aun menciona su ocupación británica (ni, por
hoy, en una “patria que es una e indivi- supuesto, el hecho de que la Argentina
sible” que nunca tendremos. nunca las ocupó y España nunca las
reclamó). Sólo nos informa que:
“Grytviken, donde se encuentra la tumba
de Shackleton, es la población más im-
El territorio imaginario
portante, situada en la costa norte, en el
Otra de las características curiosas fiord de Cumberland. Es el centro balle-
de la década de 1940 radica en que es nero de mayor significación en los mares
entonces cuando los cómputos de la australes. Allí está el asiento de la Com-
superficie del territorio argentino, ante- pañía Argentina de Pesca y de la Esta-
riormente de un poco menos de 2.800.000 ción Meteorológica Argentina” (Pág. 242).
km 2 , saltaron a 4.025.695 km 2 , cifra Como se ve, habla de las Georgias
que luego, en la década de 1970, se como si fueran el equivalente del delta
redujo a 3.671.274 km 2 como resultado del Paraná, situando al alumno en un
de mejores mediciones de la superficie mundo irreal. Este es el tratamiento más
continental de la Antártida. Es común del tema.
obvio que el salto en la mag- El papel preponderante que
nitud atribuida al terri- le cupo a L. Dagnino Pastore
torio se debe a la adi- en la enseñanza de la
ción de la preten- geografía de nivel se-
sión argentina en
Como se ve, cundario nos resulta
ese continente (por habla de las Georgias útil, ya que sus múl-
cierto que de du- como si fueran el equiva- tiples ediciones a lo
doso futuro). Para lente del delta del Paraná, largo de varias déca-
los niños y adoles- das nos permiten ob-
centes, sin embar-
situando al alumno en un servar detalladamen-
go, ése es el terri- mundo irreal. Este es el te algunas variacio-
torio argentino: es tratamiento más común nes de la enseñanza
la cifra que más se del tema. de estos temas a tra-
subraya y aunque mu- vés de la pluma del mis-
chos textos desagregan mo autor, es decir, con
ese total según los un máximo nivel de confian-
48 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

za respecto de la comparabilidad de los sobre el que la República Argentina


textos. En 1939, en su Geografía para mantiene derechos’ “, (Pág. 93).
IV Año, nos decía: Y finalmente, en la 8va. edición del
“Inglaterra ha declarado de su sobe- mismo texto, de 1947, habla ya directa-
ranía la mayor parte de la Antártida. En mente de un sector antártico de sobera-
las dependencias de Falkland posee nía nacional. En la edición siguiente, de
más de ocho millones de kilómetros 1948, agrega una sección sobre Antárti-
cuadrados comprendiendo los mares y da, Georgias, Sandwich y Shetland del
sin ellos tres millones, en los cuales Sur. Y así, básicamente, palabra más o
queda incluido el polo Sur (...)”. (El én- menos, quedó para las generaciones que
fasis es mío, pág. 145). se educan actualmente.
En realidad, Dagnino Pastore es un

E
n este discurso, Dagnino Pastore autor que se adelantó a los tiempos y a
coincide con oros autores de la los acontecimientos. Viene bien seña-
época como Eduardo Acevedo Díaz larlo, para recordar que nos encontra-
(1937) o C.J. Gatti e I.M. Flores (1938). mos aquí ante un fenómeno cultural di-
Pero el discurso de Dagnino cambió námico más que frente a las decisiones
después, y en el contexto de exacta- más o menos arbitrarias de uno u otro
mente el mismo párrafo del mismo libro, gobierno. Y vale la pena recordar tam-
edición de 1940, ya no usa el verbo bién que en este artículo no es mi inten-
“poseer” sino la expresión “se atribuye” ción realizar evaluación alguna respecto
para referirse a la pretensión británica de si era o no oportuno reclamar sobe-
de soberanía en la Antártida, y además ranía en la Antártida u otras regiones:
agrega: nuestra preocupación se centra en la
“Si en la distribución de las tierras cambiante forma en que estos temas se
(antárticas) se aplica el mismo criterio (que trasladaron a la enseñanza primaria y
en las árticas) la Argentina entraría en secundaria.
posesión de vastas regiones” (pág. 145).

L
Poco más tarde, en la edición de 1944 a evolución registrada en los tex
de su Geografía para III Año, utiliza las tos de Dagnino Pastore en menos
mismas palabras que en la otra obra, de una década (1939-1948) tiene
pero avanza un poco más, agregando: también su aspecto paradójico. En 1939
“Nuestro país, por su posición geográ- afirmaba que Gran Bretaña posee la
fica, por antecedentes históricos y por actos Península Antártica. En 1947 afirma que
reales que crean derechos incuestionables, es la Argentina quien la posee. Si un
cuenta con legítimos fundamentos de so- extraterrestre nos visitara y leyera úni-
beranía sobre un vasto sector antártico” (el camente esos dos textos llegaría a una
énfasis es mío, pág. 295). conclusión lógica: la Península Antártica
Entonces, al pie de página en la mis- cambió de manos. En realidad, bien sa-
ma obra, reproduce íntegro un editorial bemos que sigue tan desierta y tan de
del diario La Prensa sobre la cuestión. nadie como siempre.
En la edición de 1946 de su Geogra- Este absurdo no es mera anécdota
fía para IV Año, Dagnino Pastore da otro divertida, sino la consecuencia lógica
paso hacia adelante, esta vez juntamen- de dos factores: el juridicismo etnocéntrico
te con la política exterior argentina, e con que se enfocan estas cuestiones y
informa: el dogmatismo con que se las enseña.
“Nuestro país ha hecho conocer su En efecto, si hay una constante a lo
opinión y en los mapas oficiales de nuestro largo de estos cien años de enseñanza
territorio se incluye el ‘Sector Antártico de geografía es que, sobre estas y otras
ESTUDIOS / 49

cuestiones, se sienta doctrina, se incul- 1950: “la Nación ejerce sobre él sobera-
ca una dogma , pero jamás se alienta el nía, tanto como en las tierras” (5º grado,
pensamiento, la reflexión objetiva y la pág. 411-13). Obviamente, con posterio-
duda sistemática. No abundaré en ejem- ridad se omite el término “soberanía” y
plos de afirmaciones doctrinarias por- se aplica el de “jurisdicción económica
que casi todas las citas de este trabajo exclusiva”. Pero más allá de estos cam-
lo son. En el caso especial de Dagnino bios y a diferencia de lo que ocurría a
Pastore, en 1939 necesitaba sentar una principios de siglo, a partir de la década
doctrina: en 1947, debía (y además, quería) de 1940 y hasta la actualidad se juzga
sentar la doctrina opuesta: el resultado de primordial importancia que el niño y el
es el absurdo que observamos arriba. Si adolescente estén agudamente conscientes
en lugar de sentar doctrina , hubiera en- de lo que el dogma establece que es el
señado a pensar sobre estos temas, no derecho legítimo de la Argentina.
hubiera habido necesidad de contrade-

M
cirse. Pero lo habitual en la educación ás allá del dogma mismo y en lo
argentina es sentar doctrina, y esto se que se refiere a la forma en que
relaciona directamente con lo que la éste se presenta, los cambios
cuestión de lo que en la educación ar- registrados desde la década de 1940
gentina falta : inculcar un método de hasta el presente son también escasos.
pensamiento científico y una actitud de En el día de hoy hay quizás un énfasis
duda sistemática frente al universo de lo ligeramente menor en las “islas oceánicas”
intelectual. Si este objetivo fuera alcan- que en tiempos de Perón. Josefina
zado aun parcialmente, la difusión de Passadori, por ejemplo, dedicaba una
una patología como la que estamos es- página íntegra a mapas de las islas
tudiando probablemente no podría pro- Georgias, Sandwich, Orcadas, Shetland
ducirse. y Melchior en el Manual Kapelusz de 5º
grado de la enseñanza primaria en el

E
n el caso del nacionalismo terri año 1950. Por otra parte, si bien hay
torial argentino, la doctrina quedó menos énfasis en las “islas oceánicas”,
sentada en la década de 1940, el mapa que en lugar de reducir la An-
con muy pocos cambios posteriores. Como tártida a un pequeño rectángulo de es-
se trata de dogmas, todo cambio condu-
ce a posteriores contradicciones, pero
no parece preocupar a nadie. Los cam-
bios en el dogma son mínimos, por otra Pero lo habitual
parte. Se reducen a una descripción del en la educación argenti-
Tratado Antártico, para afirmar luego con
todo vigor los derechos argentinos a su
na es sentar doctrina, y esto
Sector Antártico en el acápite siguien- se relaciona directamente con
te. También hay un cambio de termino- lo que la cuestión de lo que en
logía con posterioridad a la Convención la educación argentina falta:
del Derecho del Mar. Porque otra de las
innovaciones de la década de 1940 fue
inculcar un método de pensa-
la de afirmar la vigencia de la soberanía miento científico y una actitud
nacional sobre un Mar Epicontinental Ar- de duda sistemática frente
gentino que en algunos tramos tiene más al universo de lo
de 500 km de ancho. Así lo decía J.
Passadori para los niños de la escuela
intelectual.
primaria en los manuales Kapelusz de
50 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

cala menor en el margen inferior dere- la nueva y colosal imagen de este impe-
cho de la lámina, reduce el territorio rio austral genera cierta placentera sen-
propiamente argentino a poco más de la sación, endocrinológicamente ligada al
mitad de un vasto imperio bicontinental territorialismo animal comprobado por
y marítimo que se extiende desde el zoólogos y naturalistas.
trópico hasta el polo Sur, es una innova-
ción mucho más reciente, de la década
Dogma: pérdidas imaginarias y
de 1960.
posesiones imaginarias

O
bsérvese que esta innovación hu No deja de ser curioso que la Argen-
biera sido problemática cuando tina sea, por un lado, un país con una
la mayor parte de los argentinos arraigada mitología de pérdidas territo-
ignoraban la cuestión antártica. No se riales supuestamente producidas en el
puede duplicar el mapa del propio país siglo XIX, y por el otro, uno cuyos textos
de un día para el otro, particularmente de geografía anteriores a la década de
cuando los cambios son meramente ima- 1940 le atribuyen una superficie de cer-
ginarios. Al mapa de la Argentina, Perón ca de 2.800.000 km 2 , y cuyos textos
le agregó un pequeño rectángulo de es- posteriores a esa década le atribuyen
cala con el Sector Antártico. Y cuando aproximadamente 4.000.000 km 2. Pérdi-
los argentinos asimilaron la idea, enton- das imaginarias y ganancias imagina-
ces sí se introdujo el nuevo mapa, que rias, la presunta ganancia ni siquiera
proyectaba con todo su esplendor la ex- suele ser registrada como tal, porque
tensión de esa patria que “es una e según parece el concepto de ganancia
indivisible” ... e imaginaria. Este no fue territorial carece de legitimidad en esta
el maquiavélico plan de nadie sino tan cultura 5 . Es en este contexto adonde
sólo el resultado de una dinámica cultu- debemos ubicar la más reciente nove-
ral. Es sólo natural que, una vez que se dad en materia de mitología territorial:
asimiló la idea de que el Sector Antárti- dos de los textos de la muestra, ambos
co Argentino es parte irrenunciable del de 1984 -F.A. Daus, Geografía de la
territorio nacional, se lo quiera repre- Argentina, Parte Humana, y Galmarino
sentar sin reducciones de escala y sin y Cirio, Geografía de la Argentina y
interponer un obstáculo visual a la apre- América-, adjudican la Antártida al
ciación de la continuidad geográfica de Virreinato del Río de la Plata. En efecto,
la totalidad del territorio. El esplendor Daus dice explícitamente que la Patagonia,
de la nueva imagen refuerza aún más la Malvinas y “las islas y los territorios del
idea de indivisibilidad, extendiéndola a dominio antártico” pertenecían al Virreinato
la Antártida con mayor fuerza de convic- (pág.1) y Galmarino y Cirio nos dicen
ción, debido a la continuidad visual que que la Argentina:
posibilita. Y yo no tengo dudas de que “... debió heredar de España 6.000.000

5 Ver el tercer ensayo de C. Escudé, La Argentina vs. las Grandes Potencias, y el Capítulo 3 de la Historia General..., ya citados.
6 Por ejemplo, The Anchor Atlas of World History, Tomo 2, Nueva York, 1978 (traducción de edición alemana original); The Penguin Atlas
of World History, 1972, (autor, Colin Mc Evedy); The Hammond Atlas of World History, New Jersey, 1976.
7 En relación a la presunta pérdida del Uruguay, tampoco se reflexiona respecto del hecho de que los primeros pobladores de ese país
fueron portugueses -el hecho se estudia, sí, pero raramente con referencia al dogma de la pérdida-. Y en cuanto se establece algún nexo,
comienza el discurso sobre el expansionismo portugués, violatorio del Tratado de Tordesillas. En tal contexto, nunca se reflexiona sobre
la ocupación y colonización por parte de España de las Filipinas, una violación mucho más flagrante. No hay un intento de ubicar al alumno
en el contexto de las reglas de juego de esos siglos con realismo. Lo importante es mostrar que nosotros somos buenos y justos, así como
los españoles, en la medida (y a veces solamente en la medida) en que constituyan el origen de nuestro presunto derecho.
ESTUDIOS / 51

km 2 además de las tierras antárticas Tal es dogma. Jamás hay una re-
que también le correspondían a la Ma- flexión respecto del hecho de que:
dre Patria” (pág. 8). * el Virreinato duró sólo 34 años;
* su estructura económica y política era

E
ste nuevo elemento en el mito del artificial;
virreinato es sólo la última * ni Charcas ni Asunción tenían vínculos
in3corporación de una cadena de económicos naturales ni intereses en
mentirillas que nutren a la enseñanza común en Buenos Aires;
de la geografía y la historia en la Argen- * los vínculos económicos naturales de
tina, apuntalando el nacionalismo terri- Charcas eran, por el contrario, con el
torial. Los textos de geografía argenti- Perú, a pesar de lo cual fue
nos atribuyen las islas Georgias a Es- autoritariamente obligada por la Coro-
paña cuando las enciclopedias españo- na a transferir la mayor parte de su
las hablan sólo de exploradores ingle- riqueza de plata a Buenos Aires para
ses. Los textos argentinos dividen sus financiar al Virreinato, sin
opiniones entre los que atribuyen al contraprestación alguna , transformán-
Virreinato del Río de la Plata todo el dose de hecho en una subcolonia de
extremo sur del continente americano, Buenos Aires;
incluida la costa del Pacífico, y los que * la autonomía de Asunción respecto de
le atribuyen sólo la Patagonia argenti- Buenos Aires era casi total aun en
na. En contraste, los mapas oficiales de tiempos virreinales.
la Corona española, como el de Juan de

E
la Cruz Cano y Olmedilla de 1775, y el stas reflexiones posibles son tabú.
de Juan de Langara de 1798, atribuyen También es tabú reflexionar res
todo el Sur, costa atlántica incluida hasta pecto de si existía o no tal cosa
cerca del País del Tuyú en la actual como un Estado argentino durante las
provincia de Buenos Aires, al “Reyno de décadas en que las diversas provincias
Chile”. Los textos argentinos nunca su- tenían cada cual su propio ejército, su
gieren la posibilidad de que lo realmente propia moneda, guerreaban constante-
importante en esta cuestión no fuera el mente entre sí y a veces (como Corrien-
estatus jurídico sino la posesión real del tes en 1841) hasta firmaban tratados de
territorio, en cuyo caso el Sur era de los límites con otros Estados 7 . Estas pre-
indios y constituye una ganancia real guntas no se hacen, no porque sean
tanto para la Argentina como para Chile. demasiado complejas para la enseñan-
A la inversa, los atlas históricos que se za secundaria (ya que tampoco se plan-
publican en Europa y en América del tean a nivel universitario, a la vez que en
Norte casi indefectible registran una el secundario pueden plantearse cosas
expansión hacia el sur tanto argentina mucho más complejas) sino porque se-
como chilena 6 . Los textos argentinos rían una amenaza para el dogma. En mi
nunca reconocen las conquistas territo- opinión, además, no hay una intención
riales logradas en el Nordeste a costa de ocultamiento por parte del autor de
del Paraguay. En cambio, esas conquistas textos o del profesor; ellos mismos han
están frecuentemente registradas en los adherido al dogma automáticamente y
atlas históricos que acabo de mencio- sin cuestionamientos, mucho tiempo antes.
nar. Finalmente, los textos de historia Al igual que el nacionalismo territorial
argentinos -y también muchos textos de patológico y su peculiar mitología, el
geografía- consideran a Bolivia, Para- dogmatismo mismo como modalidad de
guay y Uruguay como territorios perdi- enseñanza adquiere una dinámica
dos por este país. autoperpetuante. La antítesis del méto-
52 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

do del pensamiento científico o de la Chile renunciando a su pretensión a las


duda sistemática como actitud vital frente islas del Beagle; y por la ruidosa oposi-
a los problemas intelectuales, este ción a la política de cooperación con
dogmatismo y su correlato, el enciclo- Gran Bretaña ensayada por los cancille-
pedismo, podrían marcar el mayor fraca- res Caballo y Di Tella durante el gobier-
so del sistema educativo argentino, en no de Menem. Un paso hacia delante en
caso de constatarse su vigencia en otras materia de reivindicaciones, inflexibili-
áreas de la enseñanza, especialmente dad negociadora y alarde belicista se
en el contexto de estudios comparativos torna más fácil que un paso hacia atrás.
internacionales. Como he dicho anteriormente, más
El dogma, pues, establece que la que ante la construcción intencional de
Argentina perdió vastos territorios mien- un genio perverso, nos encontramos aquí
tras apreciaciones neutrales y -en mi ante una dinámica cultural autoperpetuante
opinión- objetivas de la evolución territo- y, en ciertas circunstancias, autoacele-
rial argentina nos atribuyen una gran rante: la analogía con un cáncer que
expansión territorial. Todavía no hay dogma tiene vida propia es difícil de evitar.
sentado respecto de si la costa del sur
de Chile pertenecía o no al Virreinato:
Dogma, autoritarismo y
en esto los textos se contradicen. Y se
estrategia pedagógica
registra una tendencia a enriquecer el
dogma con un nuevo mito, el de la Antártida Este dogmatismo o bien tiende a
Española que heredamos. Pero el dog- generar una cultura política autoritaria,
ma es, sí, firme respecto de que las o bien es en sí mismo producto de un
Malvinas, el Sector Antártico Argentino, autoritarismo preexistente: como siem-
las islas Georgias y Sandwiich del Sur pre en estos casos, es difícil determinar
son parte indiscutible del patrimonio qué viene primero, el huevo o la gallina.
territorial soberano de la Nación. Y el La mayor heterogeneidad de los textos
dogma establece que “la patria es una e anteriores a la década de 1940, sin
indivisible”, afirmación válida para “to- embargo, nos permite afirmar que el
das las porciones de nuestra tierra, las dogmatismo se consolidó en una déca-
grandes y las pequeñas”. da autoritaria: una década militarista y
agudamente nacionalista en la Argenti-

P
or un lado, el escenario queda así na, y de guerra en un mundo dividido
preparado para obsesiones y aven entre democracias y totalitarismos. Por
turas grandes o pequeñas: la casi otra parte, cierto autoritarismo adicional
guerra de 1978 contra Chile, la aventura parece ser el resultado necesario de ese
malvinense de 1982, la convocatoria de dogmatismo.
un Comité Militar por parte de Alfonsín a Ciertamente, en algunos períodos del
fines de octubre de 1986, a raíz de la lapso analizado se encuentran dejos de
declaración británica de 200 millas de ese autoritarismo en la estrategia peda-
jurisdicción económica exclusiva en tor- gógica. Josefina Passadori, en la sec-
no a las Malvinas; la Cláusula Transito- ción geográfica del Manual Kapelusz de
ria Nº 1 de la Constitución de 1994, etc. 6º grado de 1950, por ejemplo, dice que
Y por otra parte, la libertad de un gobier- sobre Malvinas es innecesaria una “de-
no para desandar estos caminos queda claración” porque:
fuertemente limitada, hecho ampliamen- “Ningún habitante tiene la menor duda
te demostrado por el recurso extremo sobre la legitimidad de nuestra sobera-
que el gobierno de Alfonsín debió adop- nía” (pág. 475).
tar para firmar el tratado de 1985 con Esa afirmación sugiere que hay dos
ESTUDIOS / 53

niveles de asimilación del dogma. Cuando


se traspasa cierto umbral en su difusión,
ya no es necesario ni siquiera un simula- El dogma, pues,
cro de demostración. Y si el ejemplo de establece que la Argenti-
Passadori es insuficiente (por ambiguo y
a pesar de su tono intimidatorio) como
na perdió vastos territo-
demostración de autoritarismo, tomemos rios mientras apreciacio-
uno mucho más contundente, esto es, la nes neutrales y -en mi
publicación de la Presidencia de la Na- opinión- objetivas de la
ción titulada La Educación Peronista a
través del Pensamiento de Perón, de 1952.
evolución territorial
Bajo el subtítulo “Sentido de la nacionali- argentina nos atribuyen
dad en la enseñanza” nos dice: una gran expansión
“La cultura impartida en los estable- territorial.
cimientos educacionales debe respon-
der a un principio de nacionalidad de
profundo arraigo, pues una educación
con espíritu foráneo carece de la base técnica la que posibilita la asimilación
tradicional que le impone característi- del dogma a niveles que van más allá de
cas propias (...). Con gran facilidad, la memoria consciente. Los instrumen-
exóticas ideologías suelen ser inmiscui- tos básicos en la escuela primaria con
das en la enseñanza en forma encubier- frecuencia han sido el dictado de cortos
ta, pero felizmente; Perón ha podido decir textos que el niño escribe mientras el
a los estudiantes: ‘(...) poco a poco lle- maestro se los lee, y el dibujo y calco
gamos a liberarnos de profesores que de mapas. Vemos como ejemplo los
desnaturalizaban la cátedra usándola para dictados que Más y Guillén suministra-
ensayos de prácticas y doctrinas políti- ban a los maestros. Uno de ellos dice:
cas que rechazan la esencia misma de “El archipiélago de las Orcadas del
la nacionalidad” (pág. 6) 8 . Sur, situado dentro del Sector Antártico
Argentino, fue el segundo lugar ocupado
por nuestro gobierno en estas apartadas

Y
para auxiliar al maestro en su
tarea de impregnar su mensaje de regiones de los hielos polares. El hecho
la “esencia de la nacionalidad” ocurrió el 22 de febrero de 1904. Mucho
tenemos textos como el de José Más y antes, en el año 1829 (sic), un gobierno
Horacio Enrique Guillén, Desarrollo Di- argentino había ocupado el archipiélago
dáctico del Calendario Escolar, de 1954, de las Malvinas, que la República here-
que dedica ocho páginas al Día de la dó de España”.
Antártida Argentina, con abundantes Otro dictado nos dice:
textos, mapas y ejercicios. “En el Observatorio Meteorológico de
A estas alturas, es útil mencionar la las Orcadas del Sur, y desde hace cin-
metodología de la enseñanza de la geo- cuenta años, valientes jóvenes y hom-
grafía en la Argentina, ya que es esa bres argentinos han venido sucediéndose

8 No vaya a creer el lector que el texto citado debe interpretarse como una condena a cualquier uso político de la cátedra. Más bien, en
los hechos era una condena a cualquier uso no peronista de la misma. Los textos del período peronista son ejemplos del más flagrante
adoctrinamiento oficialista. Un caso particularmente delicioso es el de Miguel P. García, La Nueva Argentina, de 1947. Se trata de un texto
novelado de instrucción cívica primaria, en la que Pancho, Pablo y Don Justo conversan sobre el Plan Quinquenal. Así se enseñaban
rudimentos de economía y a ser un buen peronista. El diálogo de fines del Capítulo XII (pág. 135) ilustra bien la tónica del libro:
“- ¡Qué linda va a ser nuestra Argentina!, exclamó Pablo, golpeándole el hombro a su hermano. Y agregó:
- Ya sé porqué muchos viejos de hoy combaten el Plan. Es por envidia a nosotros, los niños, que vamos a gozar de la belleza futura...”
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anualmente en misiones estables de preguntarse cuál será la reacción de muchas


estudio y vanguardia”. mentes así educadas cuando llegue el
Y el tercero: día en que la internacionalización de la
“El dilatado dominio argentino en la Antártida sea un hecho consumado a
Antártida abarca una extensión de nivel incluso jurídico. Por lo menos pro-
1.230.000 km 2. Sus mares y sus tierras ducirá una intensa frustración. Una pre-
están cubiertas permanentemente por gunta para investigadores en psicología
los hielos” (Pág. 55 - 63). social es cuál es el efecto, desde el
punto de vista del nacionalismo territo-

L
a utilización de estos métodos de rial, de continuamente ver y calcar ma-
adoctrinamiento infantil no es de pas como el que ya he descripto, que
manera alguna característica ex- nos brinda la imagen de un inmenso
clusiva del período peronista, sino que imperio argentino que es bicontinental y
se extiende a lo largo de la segunda marítimo, desde el trópico hasta el polo
mitad del siglo. En 1973, por ejemplo, Sur, desde los Andes hasta las islas
J.M. Biedma y D.A. del Pino sugerían Sandwich, para luego, como resultado
las siguientes “lecturas de extensión” de la evolución del régimen antártico y
para la Escuela Argentina Modelo: “Lle- de los problemas diplomáticos irresolubles
gando a las islas Malvinas”; “En las respecto de las “islas oceánicas”, verlo
Orcadas del Sur”; “Buscando huevos de reducido a nuestro más modesto territo-
pingüino”. Como ejercicios, recomenda- rio real. Tengo la impresión de que es-
ba: calcar el mapa del Sector Antártico tos métodos tienen un fuerte impacto
Argentino; preparar una caja de recortes psicológico.
para la Antártida y las Malvinas; repre-

C
sentar una “Base Antártica” con madera ayendo en la tentación de narrar
terciada cubierta de plastilina blanca, una experiencia personal, siendo
un mástil con la bandera argentina, dos yo niño que cursaba una materia
construcciones de vivienda, un depósi- de manualidades en un colegio en los
to, un rompehielos junto a la costa, tém- Estados Unidos, opté por hacer un
panos y una torre de radio (Geografía portalapiceras de plástico cuya base era
Argentina, pág. 85 -105). un óvalo de acrílico transparente al que
Estas imágenes proporcionadas por estaba pegado un mapa de la Argentina
dictados, lecturas y tra- en acrílico verde. Mi escasa habilidad
bajos prácticos que- no me permitía cortar la Tierra del Fue-
dan grabadas en go, relativamente pequeña, sin embar-
Cabe pregun- la mente in- go, y el mapa quedó sin esa parte del
tarse cuál será la fantil. Cabe territorio argentino. Me causó desespe-
ración: me parecía cualquier cosa me-
reacción de muchas nos un mapa de la Argentina. Esto su-
mentes así educadas giere que debieran realizarse entrevis-
cuando llegue el día en tas en profundidad para averiguar qué
que la internacionalización siente un niño o un adulto cuando ve un
mapa sin Tierra del Fuego o sin Misio-
de la Antártida sea un nes. Creo que el resultado sería algo
hecho consumado a nivel parecido al de presentarles un cuerpo
incluso jurídico. Por lo humano mutilado: esto es particularmente
menos producirá una intensa probable en tanto y en cuanto el típico
discurso argentino sobre el tema tiende
frustración. a antropomorfizar el territorio 9 . Obvia-
ESTUDIOS / 55

mente -y a esto quiero llegar- probable-


mente ocurra lo mismo cuando se ex-
cluye a las Malvinas o a la Antártida
Argentina del mapa.
Creo que estudios de este tipo revela-
el dogma nos
rían que, con estos métodos, el dogma deja en condiciones
tiende a consolidarse en forma bastante óptimas para una aventu-
eficiente. Piénsese en la suma de ejerci- ra redentora y en pési-
cios e imágenes, dictados y lecturas,
dibujos y calcos, visiones de una tabla
mas condiciones para la
de madera con plastilina blanca, témpa- aceptación de la realidad
nos y una bandera argentina, y mapas, y de una política exterior
mapas y más mapas que suman lo real sensata.
a lo imaginario sin jamás discriminar entre
ambos, unidos a mitos y más mitos, un
virreinato de 6.000.000 km 2, una costa
virreinal en el Pacífico Sur, una Antártida
Española... el dogma nos deja en condi- 1981, 1982 y 1984 mostraron que una
ciones óptimas para una aventura reden- mayoría de la población argentina creía
tora y en pésimas condiciones para la que: 1) los Estados Unidos y Europa
aceptación de la realidad y de una polí- occidental tienen mucho que aprender
tica exterior sensata. de la Argentina; 2) la Argentina no tiene
nada que aprender de los Estados Uni-
dos ni de Europa occidental; 3) la Ar-
Dogma y superioridad nacional
gentina es el país más importante de
América latina; 4) en ningún país se vive
A todo lo anterior debe agregarse un tan bien como en la Argentina; 5) la
elemento que redondea el dogma admi- Argentina merece un lugar importante
rablemente. Con frecuencia me he pre- en el mundo; y 6) los científicos y pro-
guntado a qué se debe el notable com- fesionales argentinos son los mejores
plejo de superioridad nacional que hasta del mundo 10 . Después de realizado el
la hiperinflación de Alfonsín manifesta- relevamiento de textos de geografía que
ban los argentinos en algunos sondeos aquí analizo, creo entender, al menos
de opinión pública. Por ejemplo, encuestas en parte, las causas de esta megalomanía
realizadas por IPSA (proyecto RISC) en que tanto inspiró las iras y las bromas

9 La temática de la falacia antropomorfa está profundamente tratada en el Capítulo 2 de C. Escudé, El Realismo de los Estados Débiles,
Buenos Aires: GEL, 1995. Antes de ello, en el segundo ensayo de La Argentina, ¿Paria internacional? incluí algunos ejemplos de la
antropomorfización del territorio. En general, se habla del territorio como sujeto de derechos. El territorio tiene derecho a ser poblado
(¿quizás compulsivamente?) y a ser desarrollado. Por ejemplo, en la introducción de uno de sus artículos (“Argentina-Chile: el secular
diferendo”, Parte III, Todo es Historia, Nº 45, enero 1971, pág. 67) Miguel Angel Scenna dice que la pobre Patagonia “siguió siendo una
tierra vacía y abandonada, la eterna postergada de la familia argentina”. Obsérvese que en este curioso lenguaje, muy común en la Argentina,
hay una inversión de términos. No se censura a una política porque presuntamente no optimizó los recursos argentinos (en este caso, el
territorio patagónico) para dar al hombre argentino el mejor nivel de vida (material y cultural) posible, ni tampoco porque no utilizó dichos
recursos para maximizar el poder de la nación (queja la una liberal y la otra nacionalista), sino que la postergada es la Patagonia misma,
como si fuera persona y sujeto de derecho, como si estuviera a la par de los hombres que habitan el territorio en la razón-de-ser del Estado.
Otro caso, entre muchos, es el de la sentimental canción popularizada durante la guerra de Malvinas, titulada “Las hermanitas perdidas”:
“hermanitas” de la “familia argentina” eran (o son) las islas Malvinas. En cambio, pocos pensaron seriamente y honestamente en los hombres
que las habitan, al menos como cuestión prioritaria.
10 Muestra probabilística de 800 casos del Gran Buenos Aires para 1981; para 1982 y 1984, 1600 casos del Gran Buenos Aires, Córdoba,
Rosario y Mendoza.
56 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

de otros pueblos latinoamericanos. caracteriza por su espíritu inteligente,

E
l objetivo de brindar, a través de activo, hospitalario, amante del progre-
la enseñanza, una imagen gran so y orgulloso de las brillantes páginas
diosa del país, nos viene desde de la Historia Nacional; cualidades to-
las reformas de “educación patriótica” das que contribuyen poderosamente a
instauradas por José María Ramos Mejía fomentar el desarrollo intelectual de la
ente 1908 y 1913, y es endémico en los Nación. Los argentinos (...) tienen la
textos de geografía aquí estudiados. inteligencia fácil y maravillosamente re-
Eduardo H. Castagnino, uno de los po- ceptiva del español. Poseen la audacia
cos autores nacionales que incursionó y el valor en alto grado; presentan un
en el terreno de la pedagogía de la geo- carácter decidido, una voluntad firme,
grafía, nos dice en su Guía Didáctica una fuerza de ejecución rápida y enérgi-
para la Enseñanza de la Geografía, de ca. Bajo el impulso de nobles ideas se
1963, que hay tres premisas en esta entregan fácilmente a grandes entusias-
materia, la tercera de las cuales es: mos colectivos. Llenos de ambición, ansían
“(...) el valor educativo (de) un conti- hacer grandes cosas, desarrollando sus
nuado, entusiasta y hasta fervoroso es- recursos materiales con un impulso tan
tudio del país natal” (pág. 7). rápido que ha llegado a maravillar a los
americanos del Norte” (pág. 63).

U
na característica ingenua pero casi No se crea, sin embargo, que esto es
siempre presente en textos ele un producto del peronismo. Estas ideas
mentales es la de asombrar al son harto comunes para comunes para
alumno realizando una contabilidad de cualquiera que haya leído las páginas
cuántos países europeos caben, ínte- del Monitor de la Educación Común, hacia
gros, en el territorio argentino. Por otra 1910; son la herencia imperecedera de
parte, enfoques mucho más directos de la “educación patriótica”.
la grandeza argentina son también fre-

P
cuentes. Tómese, por ejemplo, el caso ero el caso quizás más significa
del texto de M. Kornblit de 1939, para tivo, debido al papel pedagógico
tercer año secundario. Su primera frase, extraordinario que le cupo al au-
en una introducción titulada “Nuestro País”, tor, es la obra, por demás representati-
nos dice: “¡Qué gran país es el nues- va, de J.M. Dagnino Pastore, Estudios
tro!”. Como se ve, no es necesario ir al Sociales Económicos Argentinos, de 1971.
período peronista para encontrar ejem- En el subtítulo “Posición económica de
plos claros de una exaltación premedi- la Argentina en el mundo” nos dice:
tada de la nación. Y en ese período, por “Hemos puntualizado cómo gravita la
supuesto, no faltan títulos tan significa- producción argentina en el comercio in-
tivos como el del texto primario de B. ternacional, al establecer que sus sal-
Aizcorbe, A.E.J. Fesquet y J.M. Mateo, dos exportables de cereales, de carnes,
Hacia los Grandes Destinos , de 1950. de cueros, de lanas, de extracto de
Un texto que combina maravillosa- quebracho, representan valores de alta
mente todos los elementos imaginables significación. Esa contribución de nues-
de dogmatismo y exaltación ingenua de tro país a la satisfacción de premiosas
lo nacional es el H.M.E., Geografía y necesidades de las naciones europeas
Atlas, Libro Segundo (enseñanza prima- y americanas le asigna una posición
ria), de 1954, que nos informa: trascendente. Bastará decir para afir-
“La población argentina pertenece en marlo rotundamente que la alimentación
su casi totalidad a la raza blanca y a la de millones de personas está asegura-
gran familia latina (...). El argentino se da por los envíos argentinos”.
ESTUDIOS / 57

“(...) Universalmente se reconoce que a lo largo de las décadas estudiadas:


la Argentina no puede quedar excluida somos un gran país. Y esto es parte
en ningún plan de reestructuración eco- fundamental del dogma. Somos un gran
nómica mundial, por su gran potencial país; además, somos un país justo; nuestro
alimenticio, por sus vastas disponibili- pacifismo nos ha transformado en vícti-
dades de materia prima y, a la inversa, mas; hemos perdido grandes territorios;
por ser una nación consumidora de alta nuestros cerca de 4.000.000 km 2 son
capacidad adquisitiva”. sagrados...y aquí la superioridad mate-
“Digamos, finalmente, que si la Ar- rial se enlaza con la superioridad moral
gentina ha conquistado verdadera signi- y el territorio imaginario.
ficación en la economía mundial, el pro-

E
greso cultural alcanzado le asigna, asi- n efecto, la pureza moral de la
mismo, una posición destacada no so- política exterior argentina y su pa
lamente entre los países americanos sino cifismo son también un leit motiv
también entre las naciones más civiliza- recurrente en casi cualquier tratamiento
das de Europa”. pedagógico de las cuestiones de límites
“Su contribución en el campo de las del pasado y del presente. A veces,
ciencias es notoria. Y su participación aunque en pocas ocasiones dentro de la
en congresos internacionales, continua muestra, el moralismo argentino viene
y valiosa, permite llevar al exterior la acompañado por la vileza chilena. Véa-
expresión cabal de su cultura”. (Pág. 126). se por ejemplo el texto de Enrique de
Vedia (1903-1904), quien nos dice:

L
a fecha de este texto es muy sig “A la política de expansión territorial
nificativa: no es obra del peronismo que nació en Chile con Valdivia, su go-
ni tampoco de la Argentina opulen- bernador colonial, se debe en gran parte
ta y optimista de las primeras tres dé- la disminución de nuestro territorio, que
cadas del siglo: por el contrario, se pro- más de una vez -como se verá más
duce en un contexto de inestabilidad, adelante- fue amputado o cercenado,
estancamiento y crisis institucional. Perón explotando la generosa política de paz y
ya no estaba en el escenario para ha- concordia americana con que nuestro
blar de la “Argentina Potencia”, pero país se ha distinguido siempre entre todas
Dagnino Pastore difundía el mismo men- las naciones de la tierra”. (Pág. 20).
saje con otros términos 11 . Dentro de la muestra, otro caso muy
Este mensaje se mantiene constante parecido es el de Gastón F. Tobal (1939-

11 Como dije, el texto de Dagnino Pastore citado es representativo y significativo, por la difusión de ambos Dagnino (padre e hijo) y por
las características del mensaje. Hay casos menos extremos, por supuesto, pero también los hay aún más exagerados. Considérese, por
ejemplo, el caso del Manual Peuser para la Nueva Escuela, para 7º grado primario, de 1969. Su sección sobre la Argentina incluye los
siguientes subtítulos:
“La Argentina: Su situación en el mundo y en América.
Argentina americana.
Argentina antártica.
Argentina insular.
Argentina potencia mundial.”
Como se ve, catorce años después del derrocamiento de Perón aún era posible encontrar el mito de la Argentina Potencia, con todas las
letras, en la enseñanza argentina (en realidad, este mito fue muy alentado por el gobierno de Onganía). No lo incorporé al texto principal
porque, al contrario del contenido del manual de Dagnino Pastore, en los textos este mito ilustra una rareza más que una regla general. Sin
embargo, nos da la pauta de que en la dispersión estadística, el mensaje de Dagnino, a pesar de lo explícito, no es el caso más extremo.
12 Palabras del Gral. Galtieri en Plaza de Mayo ante la concentración popular del 10 de abril de 1982, después de la ocupación argentina
de las Malvinas.
58 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

1940). Pero las más de las veces, el zado el relevamiento de los textos de
planteo de la virtud argentina se hace de enseñanza primaria y secundaria entre
manera más virtuosa, es decir, sin com- 1879 y 1986, sabemos algo respecto
paraciones odiosas. En esto hay casi de cómo evolucionaron y se difundieron
unanimidad: cuando se mencionan los los dogmas principales. Indudablemen-
litigios territoriales, se subrayan la vir- te, el contenido de la enseñanza de la
tud y el pacifismo argentinos. Es parte geografía argentina tiene mucho que ver
central del dogma. Somos superiores con el desarrollo de un nacionalismo
material, cultural y moralmente: en otras patológico como dimensión de la cultu-
palabras, podemos . Hemos sido vícti- ra política de este país. ¿Pero cómo
mas: en otras palabras, nos debemos a llegó a los textos de geografía? ¿Cómo
nosotros . Conclusión: “Si quieren venir, fue posible que la educación argentina
les presentaremos batalla” 12 . Y así el fuera adquiriendo las características que
dogma termina de montarse, despejan- hemos descripto? Lo único que pode-
do el camino para Galtieri y, mucho mos decir sobre esta cuestión es que
después, para la Cláusula Transitoria Nº al menos parte de este síndrome surge
1 de la Constitución de 1994. de la impronta que, voluntariamente, le
dio la “educación patriótica” de Ramos

A
los moderados de los gobiernos Mejía a nuestra enseñanza. No me ex-
argentinos este dogma les quitó playaré sobre este tema en este artícu-
posibilidades de acción. A los lo, pero vale la pena mencionar que
extremistas les abrió infinitas puertas y dicha orientación pedagógica está abun-
posibilidades. Y todo esto dentro de esa dantemente documentada en el Monitor
dinámica ya descripta, de la cual nadie de la Educación Común, el órgano del
es individualmente responsable, que es Consejo Nacional de Educación, entre
autoperpetuante y a veces autoacele- 1908 y 1913. La principal motivación de
rante. Es así como el moderado Alfonsín Ramos Mejía y las diversas figuras que
cayó en la tentación de respaldar el lo acompañaron en su iniciativa (Ernes-
hundimiento de un pesquero taiwanés en to Bavio, Carlos Octavio Bunge, Ricar-
aguas de Malvinas el 29 de mayo de do Rojas, etcétera) fue la de neutralizar
1986 y de incurrir en alardes semibelicistas el presunto impacto desnacionalizador
a fines de octubre de ese año. Y si bien que tendría la inmigración masiva que
Alfonsín, descreído ya de la superioridad la Argentina recibía entonces. Esta
material argentina después de décadas impronta nunca fue extirpada, y proba-
de declinación, subrayó que no somos blemente otros factores hayan contri-
una potencia ni económica ni militar, tanto buido a consolidarla, pero sobre ellos
él como su canciller Caputo insistieron sólo podemos barajar hipótesis de ma-
reiteradamente en que somos una poten- nera más o menos especulativa.
cia moral, a pesar de que el Estado ar-

E
gentino fue responsable directo de la s posible que una de las claves
masacre de miles de sus propios ciuda- de esta consolidación se encuen
danos en décadas recientes. tre en el carácter dogmático y en-
ciclopédico de la educación argentina,
Conclusiones elemento que hemos detectado en el
relevamiento. Y es posible que otra cla-
Comenzamos esta indagación pregun- ve esté en la frustración argentina pos-
tándonos por qué la cultura política ar- terior a la Segunda Guerra Mundial y en
gentina está afectada por un nacionalis- el asedio internacional que este país
mo territorial patológico y ahora, reali- sufrió durante la década de 1940 debido
ESTUDIOS / 59

a su neutralidad durante la guerra.


Respecto del dogmatismo , señalaría
que: Indudablemente,
1) Es un antídoto contra la difusión de el contenido de la ense-
un método de pensamiento científico
que generaría dudas respecto de la
ñanza de la geografía
doctrina difundida; y argentina tiene mucho
2) Canaliza la escasa competencia in- que ver con el desarrollo
terna en el sistema educativo argen- de un nacionalismo
tino por caminos que no tienen que
ver con la demostración de la inteli-
patológico como dimen-
gencia por vía de la implacabilidad de sión de la cultura política
un razonamiento lógico, sino con la de este país.
convicción doctrinaria y con la me-
morización de datos enciclopédicos
que sustituyen al pensamiento como
objetivo pedagógico central. de, finalmente, un promedio bajo o me-
Además, señalaría que una aguda diocre no da lo mismo que un promedio
competencia entre educandos, basada sobresaliente, tanto en el nivel secun-
en la capacidad intelectual, es funda- dario como universitario, y donde el des-
mental para que el sistema educativo empeño educativo es determinante fun-
pueda funcionar como un primer filtro en damental del rol social reservado para
la selección de intelectuales y dirigen- cada ciudadano. Con un sistema tal, el
tes. Esto también es un antídoto contra inventor del mito de la Antártida Espa-
la propagación de dogmas que son tan ñola jamás llegaría a imponerlo en tex-
falsos como autodestructivos. Nada hay tos: terminaría o bien usando su inteli-
más diferente del sistema educativo ar- gencia con mayor rigor, o bien en una
gentino, afectado en gran medida por función carente por completo de respon-
las proyecciones y consecuencias de la sabilidad social.
Reforma Universitaria de 1918 sobre la

C
enseñanza secundaria, que el prototipo on respecto al factor señalado
de sistema competitivo representado por en segundo término, esto es, la
la educación norteamericana, donde los frustración argentina posterior a
estudiantes saben que se juegan su destino la Segunda Guerra Mundial, recuérdese
en función de su desempeño desde sex- que antes de esa conflagración el pro-
to grado; donde cada alumno va a parar ducto bruto interno per cápita argentino
a una división intelectual acorde con su era comparable al de los países avanza-
capacidad demostrada, de la cual pue- dos de la época. Por ejemplo, en 1937
de ser promovido o descendido según el PBI per cápita de este país era de
su desempeño; donde el estudiante sabe u$s 510, comparado a 370 de Austria,
que si su educación secundaria trans- 540 de Francia, 685 de Alemania, 260
curre en una división intelectual baja no de Italia y 185 de Japón 13 . La caída
podrá asistir a la universidad; donde además posterior a la década de 1940 es univer-
también las universidades se estratifican salmente conocida. Por otra parte, esa
y es necesario un desempeño excepcio- década crítica fue signada por un boicot
nal para ingresar a las principales; don- económico contra la Argentina y una

13 Cifras de A. Maizels, Industrial Growth and World Trade, Cambridge, 1963. Citadas en C. Escudé, Gran Bretaña, Estados Unidos y
la Declinación Argentina 1942-49, pág. 17.
60 / RELACIONES INTERNACIONALES - Nº 19 2000

desestabilización política, orquestadas un juguete de la dialéctica que rige al


básicamente desde Washington, como complejo Estado/sociedad civil.
castigo a la neutralidad argentina duran- El nacionalismo argentino, que data
te la guerra. No abundaré en detalles de los alrededores del Centenario y su
sobre este episodio, académicamente “educación patriótica”, fue tornándose
desconocido hasta la apertura de los crecientemente patológico con este proce-
archivos norteamericanos y británicos so de retroalimentación, que dejó inde-
con documentación antiguamente secreta, lebles huellas en aspectos autodestructivos
porque a él dediqué mi libro Gran Breta- de su política exterior.
ña, Estados Unidos y la Declinación “Patológico” no me parece un adjeti-
Argentina, 1942-1949 (Buenos Aires: vo excesivamente fuerte ni de esencia
Belgrano, 1983). Este boicot y subjetiva y valorativa, aunque
desestabilización pueden implique una evaluación sobre
haber hecho mucho para los efectos de un nacio-
agudizar el nacionalis- nalismo así caracte-
mo, desplazando una El nacionalismo rizado. A cualquiera
dimensión anterior- argentino, que data de los que no sea argen-
mente marginal de tino o que no pro-
la cultura política alrededores del Centenario y venga de una cul-
argentina hacia su “educación patriótica”, fue tura política con
una posición cen- tornándose crecientemente una patología si-
tral: un fenómeno patológico con este proceso milar, la Cláusu-
de estas caracte- la Transitoria Nº
rísticas se fue per- de retroalimentación, que dejó 1 de la Constitu-
filando, como vi- indelebles huellas en aspec- ción de 1994 (por
mos, en la déca- tos autodestructivos de su no hablar de la
da de 1940. Y la frus- política exterior. guerra de 1982) no
tración económica e puede sino parecerle
inestabilidad política de autodestructiva, inde-
todo el período posterior pendientemente de que la
a la Segunda Guerra Mundial Argentina tenga o no “razón”.
también puede contribuido a consolidar Y como última expresión de esta pato-
lo que se engendró mucho antes y tomó logía, podemos referirnos al mapa que
cuerpo durante la década de 1940. Pero aparece en un artículo del Boletín de la
debe tomarse en cuenta que estos facto- Sociedad Argentina de Estudios Geo-
res, frustración y boicot, sólo pudieron gráficos, en este caso especial no un
tener el efecto que aparentemente tuvie- libro de texto, sino una publicación aca-
ron en el contexto de la herencia de la démica (Nº 102, 1983).
“educación patriótica” y de las fallas se- El artículo, de Raúl C. Rey Balmaceda,
ñaladas del sistema educativo y de los se titula “En procura de una determina-
mecanismos de selección de dirigentes ción precisa del territorio argentino”. Debajo
e intelectuales. Es la combinación de del mapa aparece la leyenda: “El territo-
este conjunto de factores lo que hace rio de la República Argentina en la parte
posible que el nacionalismo y la frustra- externa de la Tierra ”. Allí se refleja lo
ción conduzcan a una guerra de Malvinas que he mencionado tantas veces como
que sólo podía generar frustraciones ma- la imagen de un imperio austral argenti-
yores aún, y a una Cláusula Transitoria no, que nuestros niños ingieren como
que confirma que el Estado argentino no su diario pan.
es en este terreno un actor racional, sino El cuadro que sigue al mapa, y que
ESTUDIOS / 61

aquí incluimos, es muy claro. Según el bién un ángulo del centro de la Tierra y
mismo, el territorio argentino se desagrega una frontera puntual con Japón. Y como
según se trate del que está en la parte el autor no puede ignorar que la Tierra
externa de la Tierra (que incluye una gira alrededor de su eje y alrededor del
porción americana y una porción antártica), Sol, el cual se mueve dentro de la ga-
el de la parte interna de la Tierra, cons- laxia mientras ésta se desplaza por el
tituido por un “ cono de soberanía ” y el universo, barriendo grandiosamente el
de “ los espacios aéreo y cósmico ”. De cosmos, es de suponer que alberga
aquí podemos deducir que poseemos no aspiraciones olímpicas y divinas para la
sólo un ángulo del polo Sur sino tam- soberanía nacional argentina.

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