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El punto de partida es el concepto mismo de sistema político. Los sistemas se definen por lo
que hacen en el mundo. El sistema político se caracteriza por ser el sistema social que tiene la
capacidad de adoptar en forma monopólica “decisiones de poder” que son aquellas decisiones
que se caracterizan por ser:
La política en términos de sistema político es tener un criterio abstracto y abarcativo que nos
permita comprender los procesos políticos esto es, a grandes rasgos, las relaciones de conflicto
y cooperación dentro de toda sociedad por medio de los cuales se generan las decisiones que
afectan nuestra vida colectiva. Para ello, el estudio del sistema político nos sugiere observar el
modo en el que los múltiples actores involucrados líderes políticos, sociedad civil, empresarios,
sindicalistas, partidos políticos, jueces, etc. intercambian e interactúan entre sí, en referencia a
las instituciones del Estado y la acción colectiva.
En un trabajo pionero, Easton (1965) se pregunta cuáles son los “procesos vitales de los
sistemas políticos”, esto es aquellos procesos que les permiten mantenerse organizados a
pesar de estar insertos en entornos de cambio permanente. Según considera este autor, la
respuesta a esta pregunta nos permite comprender de modo integral los procesos que
sostienen el orden político en nuestras sociedades.
Siguiendo el ejemplo del termostato, podemos analizar el funcionamiento del sistema político
considerando el modo en el que éste recibe información del entorno, en forma de demandas y
apoyos, si se quiere la “temperatura social”. Esa información es procesada a partir de un
conjunto de instituciones y reglas preestablecidas que conforman los valores e ideologías
dominantes de una sociedad. La respuesta dependerá del contraste entre las demandas y las
reglas establecidas, habilitanto así una acción que puede adoptar múltiples manifestaciones
pero que podemos sintetizar en políticas públicas y decisiones políticas autoritativas. El
impacto de esta respuesta sobre la sociedad volverá a generar nueva información que deberá
ser procesada en un ciclo contínuo a partir del cual el sistema busca regular el entorno a sus
configuraciones o adaptarse él a cambios en el entorno modificando su estructura interna.
el sistema político es una entidad muy abstracta y su análisis global busca ayudarnos a
entender cómo los modos de organización política, o sea las formas de organización del poder
en una sociedad, persisten con una aparente estabilidad incluso cuando las sociedades se
caracterizan por el cambio constante. La respuesta debería buscarse en el modo en el que los
sistemas políticos transforman una serie de inputs/ingresos desde el entorno social en outputs
/ egresos que pueden mantener adaptado el sistema al entorno, facilitando así su persistencia
2. Insumos y productos
En la interacción del sistema con el entorno, y de los subsistemas entre sí, los conceptos de
“insumos” o “ingresos” y “productos” o “egresos” resultan esenciales para entender cómo se
activa un sistema, cómo procesa
Los sistemas ingresan y se activan a través de flujos de energía, materia e información que
importan del entorno, activando y excitando las operaciones del sistema.
De los múltiples insumos del entorno, sólo son relevantes aquellos que tienen la capacidad
concretar de movilizar, excitar, conmover o inquietar al sistema político. Los insumos que
movilizan los subsistemas del sistema político pueden provenir tanto del entorno societal
como de otro subsistema del sistema político, en ese caso se denominan co-insumos.
1. Apertura
Los sistemas son abiertos. Reciben, procesan y exportan energía, materia e
información, en un proceso continuo y permanente de interacción con el entorno
en el que operan. Tienen capacidad de respuesta y adaptación a ese entorno, pero
además son “proactivos” en el sentido de que no sólo se adaptan, sino que
también modifican el entorno, para poder manejarlo
2. Complejidad
Los sistemas son complejos porque están formados por muchos elementos o
subsistemas que verifican procesos de intercambio y relaciones no lineales entre
sí. La complejidad surge y a su vez se refleja en la intrincada interconectividad
verificable en cada nivel de un sistema y sus múltiples procesos de realimentación
y circularidad.
3. Adaptabilidad
Los sistemas tienen la capacidad de adaptarse gracias a que generan lo que se
denomina “compensaciones termodinámicas”. Éstas no son sino las respuestas de
los sistemas a las cambiantes condiciones de su medio ambiente, respuestas que
se manifiestan a través de mecanismos de autorregulación y transferencia de
energía
4. El cambio de las partes al todo
Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser
reducidas a las de sus partes más pequeñas. Las propiedades de las partes no
explican el funcionamiento del todo, por ello la descomposición de la realidad en
“partes” para su análisis y explicación es inconducente para comprender un
sistema complejo
5. La importancia del contexto
Así como el funcionamiento de las partes sólo puede entenderse desde el contexto
del “todo”, el enfoque sistémico es también “contextual” al considerar la
conectividad y relaciones del sistema bajo examen con su entorno o ambiente.
Podemos preocuparnos por el estado de nuestro sistema judicial o educativo o del
que sintamos la necesidad de evaluar y modificar pero cualquier medida aislada o
que no considere sus retroalimentaciones con el contexto social, político y
económico en el que operan, no serán conducentes a cambios valorados como
positivos
6. Propiedades emergentes y sinergia
Una propiedad emergente es aquella que surge del proceso de transformación
que el sistema realiza y que no existe sino a partir de la interrelación de sus
elementos. El enfoque permite concentrar la atención en distintos “niveles”
sistémicos de complejidad. A medida que los mismos se tornan más complejos se
multiplican las “propiedades emergentes”.
7. La necesidad de variedad interna
Esta regla tiene que ver con la necesidad de variación y flexibilidad dentro de un
sistema. El principio de requisito de variedad enuncia que, para poder adaptarse a
las cambiantes condiciones del entorno, las partes o elementos del sistema
necesitan una cantidad mínima de flexibilidad, que tiene que ser proporcional a la
variedad que esa parte o elemento debe enfrentar en el resto del sistema.
Cap III :El entorno social del sistema político. Los partidos políticos
Esta nueva clase social planteó al sistema político una serie de demandas y reclamos
que comprometieron su legitimidad frente a las violaciones de derechos individuales
para los que el repertorio liberal no daba respuesta, por lo que se vio en la tarea de
generar su propia cobertura ideológica. Así, a lo largo del siglo XIX aparecen y se
consolidan las ideologías políticas, que ponen en jaque al monopolio del pensamiento
«políticamente correcto», que hasta entonces dominaba el liberalismo. Las críticas de
Edmund Burke a los «excesos y desvíos» de la Revolución Francesa auspiciaron el
surgimiento del temprano pensamiento conservador que, sin renegar de los principios
del liberalismo político, propone una evolución gradual que toma como ejemplo la
Revolución Inglesa de 1688. En medio de los excesos del capitalismo y el
fortalecimiento de los movimientos socialistas del siglo XIX, el Papa León XIII inaugura
con su encíclica Rerum Novarum un nuevo protagonismo político de la Iglesia Católica.
Nace así, la Doctrina Social de la Iglesia, base fundamental del programa político de
muchos partidos democratacristianos en Europa y Latinoamérica. Este modelo político
más inclusivo dio origen la aparición de los partidos políticos de masas como los
grandes intermediarios entre el Estado y la comunidad.
Sartori los define como cualquier grupo político identificado con una etiqueta oficial
que se presenta a las elecciones y puede sacar candidatos a cargos públicos. Los
partidos políticos son los encargados de «filtrar» y «seleccionar» las personas y los
temas que ingresan al sistema político. Ideologías. Un tema relevante en el estado
actual del debate en torno a los partidos políticos es la cuestión de las ideologías.
Este prolijo esquema de poder entró en crisis con la generalización de los partidos
políticos y el etiquetamiento ideológico propio de fines del siglo XIX y la primera mitad
del siglo XX. Los sistemas electorales de mayoría y minoría resintieron las funciones de
control y equilibrio, cristalizando la histórica predominancia del Poder Ejecutivo sobre
los otros dos. Bajo el «modelo representativo partidocrático», los partidos políticos
mantienen el monopolio de las candidaturas, por lo que el acceso a un cargo público
se dificulta si no se está afiliado a un partido.La cuestión de la crisis de las
ideologías, del desdibujamiento de los partidos tradicionales y la admirable habilidad
de algunos líderes para pasar de un partido a otro, acompañados por la proliferación
de nuevas etiquetas y sellos, son visualizadas como fenómenos negativos por muchos
estudiosos de la ciencia política y comentaristas. Sin embargo, sugerimos que son
parte de una transformación más profunda de la política, de la que tenemos que
hacernos cargo. Hemos sugerido que hasta el siglo XIX, sólo el liberalismo político y
económico podía considerarse «ideología» en los términos modernos del pensamiento
político, aunque ya comenzaba a manifestarse la reacción que daría lugar al
conservadorismo, al socialismo y la doctrina social de la Iglesia, entre otras. ‘sistemas
de ideas orientados a la acción política’, podemos advertir que ciertas pautas en el
intento de precisar el concepto se repiten, aunque con matices y divergencias, a lo
largo de muchas definiciones de la ciencia política contemporánea.
II. Nuevos espacios políticos en el Siglo XXI
“Vivimos tiempo de cambio”; es, posiblemente, la frase más trillada de la historia.
Podemos hallarla en el desencantado discurso de un senador romano, en las cartas
que los generales de las guerras independentistas se enviaban entre sí, o hasta en
un obrero repartiendo propaganda anti zarista. Del discurso más decadentista
hasta el más esperanzador, cada uno expresa una nota de razón en su interior.
Por ello a continuación, repasamos sintéticamente los aspectos más significativos
de las principales agrupaciones políticas en los últimos años:
Las izquierdas
-La izquierda moscovita. Se suele caracterizar a las posiciones de la
izquierda como aquellas que anteponen la igualdad social por sobre otros
valores políticos. Esta definición es tan nebulosa como infinita en
expresiones. La más famosa sin duda es la del comunismo, que hasta 1990
gobernó sobre un tercio del territorio mundial. Se necesitaría hacer un
trabajo aparte para analizar las consecuencias del modelo comunista en el
panorama mundial, pero basta con mencionar que, por cada mejora de las
condiciones de salud, educación y bienestar, encontramos un sinfín de
ejemplos donde. Los partidos políticos 127 las libertades sexuales,
artísticas, sindicales y de prensa fueron recortadas y oprimidas.
-Las socialdemocracias Del otro lado del telón de acero, la mayoría de los
movimientos de izquierda adoptaron posiciones democráticas. Su
estrategia consistía en llegar al socialismo por medio de reformas
graduales. Luego de la crisis económico de 1930 que puso en jaque el
modelo económico liberal, las izquierdas democráticas occidentales se
orientaron hacia políticas económicas keynesianas, concentrando sus
programas en el fortalecimiento del estado de bienestar y los derechos
sindicales. Progresivamente. Un enfoque sistémico 128 se dejaron de lado
los objetivos a largo plazo para garantizar la estabilidad electoral. El
primero de ellos, el Sozialdemokratische Partei Deutschlands (SPD), el
partido socialdemócrata alemán, abandonó oficialmente el concepto de
lucha de clases y los principios marxistas en 1959. El resto de los partidos
no tardaron en seguir su ejemplo durante la posguerra.
La crisis institucional y económica del 2008 también fue aprovechada por una
oleada de nuevos partidos críticos de la rigidez y poca legitimidad de los modelos
tradicionales, sin por ello inscribirse bajo el programa de la izquierda
anticapitalista.
Los analistas le llaman partidos «antisistema», por la desconfianza que
demuestran hacia los políticos que consideran del «establishment», a los que no
se cansan de tildar de corruptos e ineptos por igual. 140 caracteres, no es de
sorprender que los primeros en destacar hayan sido los Partidos Piratas, una serie
de movimientos políticos de diversos países. Su plataforma es el reflejo de las
nuevas tecnólogas y la cultura nacida del internet.
Empero, el más exitoso de los partidos antisistema es el Férreos críticos de la
corrupción italiana proponen como solución la financiación de los partidos por
medio de pequeñas donaciones privadas y no por fondos públicos. Hacia el
2018, fueron el partido con más bancas en diputados y senadores, conjuntamente
con las alcaldías de Roma y Turín, las dos principales ciudades del país. Nacional
Escocés, la Nueva Alianza Flamenca de Bélgica, el Partido de la Independencia del
Reino Unido y el Partido Demócrata Europeo Catalán , Con excepción del UKip el
resto aboga por la separación de lo que consideran regiones históricas, con un
lenguaje y cultura distintos al de resto de su país, acompañado por un rechazo de
las políticas económicas y migratorias de la comunidad Europea.