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Cinco Enseñanzas Clave del Nuevo Testamento

¡JESÚS MIL VECES! Decía mi bisabuelita ante algo una muy mala noticia o algo muy amenazante,
aunque ella era católica y tenía algo de sangre sefardita, tenía muy claro que la esencia de la fe es
Jesucristo.

Jesús es anunciado desde el libro de Génesis y todo el Antiguo Testamento (Tanaj) contiene
profecías acerca de Él. Pero las profecías nos muestran las cosas como en un espejo, ¿al revés?
definitivamente no, sino con poca claridad, los espejos de hoy en día son muy precisos, pero en
tiempos bíblicos, vaciaban bronce fundido sobre una superficie de arena, lo más plana posible, para
luego pulirlo manualmente, cada cierto tiempo había que pulirlo para remover la capa de óxido
formado que oscurecía y difuminaba el reflejo, como resultado, partes de la superficie eran
cóncavas y partes convexas, partes se veían más grandes y otras más pequeñas, más allá de cierta
distancia resultaba imposible enfocar la imagen. Así cuando Él se manifestó, no era el rey guerrero
que liberaría a Israel del yugo romano, como lo esperaban, sino que era como un nuevo Moisés,
corrigiendo lo que hacían mal, a los líderes religiosos esto ni les gustó, ni les convenía.

1. Para mí la primera enseñanza importante del nuevo testamento es que Jesús el Mesías, es
Dios que se hizo hombre, el Dios único, creador de todo el universo y de cada hombre, quien
por amor a la humanidad se hizo mortal, frágil, para darnos ejemplo de lo que enseñaba;
vino a sufrir y morir por nuestra salvación. Como parte de esta enseñanza, considero que es
clave la Resurrección de Cristo como garantía de nuestra resurrección en el fin de los
tiempos.
2. La segunda enseñanza más importante para mí, es que La Salvación Es Por Fe, no importa
cuantas cosas buenas haga el hombre, no se trata de poner las obras buenas en un plato de
una balanza y las obras malas en el otro plato como algunas religiones enseñan, nadie, por
bueno que fuera podría inclinar la balanza a su favor; para el creyente que pasa por la
conversión y el arrepentimiento, toda la obra de Cristo está en el plato de las obras buenas,
y aunque se pusieran todas la obras malas de la humanidad en el otro plato, el plato de la
obra de Cristo seguirá pesando más. El verdadero creyente, abandona las obras malas por
convicción y realiza obras buenas por amor a los demás, siendo así imitador de Dios.
3. El Espíritu Santo y su Obra en el Creyente. Cuando Jesús anunció su muerte a los discípulos,
les dijo “pero tendrán un paráclito”, la traducción consolador me parece pobre, porque es
mucho más que eso, entendemos que es Dios, tanto como el Padre y como el Hijo (Jesús),
con quienes forma la Trinidad, un solo Dios en tres Personas. Cuando el hombre se
convierte, el Espíritu Santo viene a vivir dentro de él, ahí puede buscarlo el creyente para
recibir dirección o revelación. Pero además en la medida que el creyente lo permite, el
Espíritu Santo transforma su carácter, lo que Pablo llama el fruto del Espíritu: amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe (o fidelidad según el traductor), mansedumbre y
dominio propio, esto no lo logra ni el mejor psicólogo. Y además todavía provee de dones
sobrenaturales, profecía, sanidad, lenguas, interpretación, discernimiento, fe, milagros,
palabra de sabiduría y palabra de ciencia; hay además otros que dicen que no son
sobrenaturales, en mi opinión sí lo son, porque si alguien no nació con ellos, ¡es un milagro
que los manifieste!, estos son: servicio, enseñanza, exhortación, repartir, presidir y
misericordia. El Espíritu Santo hace mucho más, esto solo es un recuento de lo que a mí me
parece más importante.
4. La Unidad de la Iglesia. Todos los creyentes somos un solo ser por medio de Espíritu Santo
en la Iglesia. De la misma manera que Dios es uno en tres personas y que la pareja en
matrimonio son uno solo. Pablo explica como cada quien, conforme a los diferentes dones
dados por el Espíritu Santo, tiene una función específica, como los órganos del cuerpo. Así
coordinados por el Espíritu hacen de la Iglesia un solo cuerpo, la Novia de Cristo. Y solo hay
una Iglesia, aunque haya tantas denominaciones e iglesias locales, a veces irreconciliables
entre sí. Somos una sola Iglesia santa y sin mancha, que se prepara para la quinta enseñanza
que es:
5. El Regreso de Cristo y la Resurrección de los Muertos. En algún momento que sólo el Padre
Sabe, Jesús regresará en toda su gloria, toda la humanidad lo verá, entonces resucitará a
todos los muertos, y ocurrirá el juicio final, los que no creyeron en Él irán a condenación.
Mientras que los creyentes, recibirán un nuevo cuerpo perfecto e incorruptible, y reinarán
con Cristo por mil años, este mundo llegará a su fin y moraremos en el reino celestial.

Marco Antonio Hernández Hernández

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