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FACULTAD DE FILOSOFÍA
TRABAJO FIN DE GRADO
Grupo Seis.
Convocatoria Junio.
Se podría decir que el hombre es curioso por naturaleza y admira todo lo que le
rodea. El afán por saber surge por necesidad. El hombre se hace preguntas acerca de
todo lo que le rodea para dar sentido al mundo. Claramente este proceso de cuestionarse
parte desde las preguntas más comunes y sencillas, hasta llegar a las más complejas y de
mayor importancia.
1
Cabe puntualizar que no es casualidad que nos deje estos ejemplos, ya que
Aristóteles no solo dedicará su vida al estudio de la filosofía, sino que también tiene
numerosos tratados y obras que hacen referencia a sus propios interrogantes, e intenta
darles la respuesta acertada. Obras en las que trata temas como; ética, física, astronomía,
biología…
Aquí podríamos ver la relación o conexión que existe entre el saber teórico y la
emoción o sentimiento de amor que implica.
Es por ello que la palabra: PHILOSOPHIA, viene del latín “philo” que significa
amor o deseo, y “sophia” que significa sabiduría o saber. Hacer “philosophia” o
filosofía, implica amar el conocimiento, la sabiduría, y dedicarte a ello en cuerpo y
alma. La filosofía conlleva un cierto amor hacia ello, una emoción hacia lo teórico.
Con todo esto, el texto nos pone de relieve que si es cierto que se filosofaba por
salir de la ignorancia, entonces sería por el mero afán de conocer o de saber y no por
utilidad1.
1
“Ahora bien, el que se siente perplejo y maravillado [ho aporôn kaì thaumázon]
reconoce que no sabe [agnoeîn]. [...] Así pues, si filosofaron por huir de la ignorancia,
es obvio que perseguían el saber por afán de conocimiento y no por utilidad alguna.”
Aristóteles, Met., A 2, 982 b17-22, trad. T. Calvo.
2
Según Aristóteles, la forma en que sucedió todo este proceso del filosofar
atestigua que, efectivamente, no había ningún interés oculto o utilidad de ninguna clase
para comenzar a hacer filosofía.
Es por ello que Aristóteles considera a esta ciencia primera, que es la filosofía,
como la única ciencia libre porque no se basa en la utilidad sino en el saber por saber.
La filosofía es un fin en sí misma, es su propio fin. El autor lo compara con el hombre
libre cuyo fin es él mismo y no otro2.
Aristóteles va a partir de las opiniones comunes que se tienen acerca del hombre
sabio. Estas opiniones nos dicen que el hombre sabio escoge el saber por el saber y no
por ninguna utilidad. El conocimiento del sabio es más universal y alcanza el saber de
las cosas más complicadas, por lo tanto quedan subordinados a él los demás
conocimientos.
Lo que quiere mostrar es que estas características del sabio, donde se cumplen es
en la ciencia de las causas y los principios primeros.
También trata el asunto de los límites del conocimiento humano, como se puede
ver, cuando hace referencia a ese afán del hombre por conocer lo desconocido.
En el segundo párrafo del texto podemos ver que el autor Aristóteles, en vez de
presentarnos la situación y el problema del momento como lo ha hecho en el primer
párrafo, lo que hará en esta segunda parte es entrar de lleno en el problema en cuestión.
2
“al igual que un hombre libre [eleútheros] es, decimos, aquel cuyo fin es él
mismo y no otro [ho hautoû héneka], así también consideramos que ésta es la única
ciencia libre.” Aristóteles, Met., A 2, 982 b25-27, trad. T. Calvo.
3
Una vez que hemos identificado que la filosofía es la única ciencia libre porque
es un fin en sí misma y no se basa en ningún tipo de utilidad, habremos de cambiar
nuestra actitud inicial ante las investigaciones3.
Esto quiere decir que aunque partamos de una actitud inicial de maravillarnos
ante lo que nos produce extrañeza, hay que ir más allá, y adoptar la postura contraria.
Para llegar al saber, a un conocimiento de algo, hay que considerar que sí podemos
llegar a conocer ese algo.
Podríamos decir que aunque en un primer momento nada maravilla más que el
contemplar algo y no saber cómo se produce, el filósofo no ha de quedarse en ese
primer momento.
Aristóteles en esta segunda parte del texto nos pone ejemplos de maravilla de
cosas que suceden como suceden, es decir, de cosas que contemplamos y no sabemos
cómo se producen porque no hemos visto lo que las causa.
3
“La posesión de esta ciencia ha de cambiarnos, en cierto sentido, a la actitud
contraria <de la que corresponde> al estado inicial de las investigaciones.” Aristóteles,
Met., A 2, 983 a12-13, trad. T. Calvo.
4
Las revoluciones del sol. Las gentes de aquél momento podían percibir, o se
maravillaban con la salida del sol cada mañana, su ocultamiento cada noche, y su
relación con la tierra. Aristóteles, junto con más estudiosos de la época trataron el tema
de la astronomía dando diferentes teorías que dieran explicación a esa maravilla.
Todos estos ejemplos son para mostrar que es cierto que hay cosas que nos
fascinan, pero que aún nos fascinarían más si pudiéramos darle una explicación a
aquello que nos fascina tanto en un primer momento4.
Los ejemplos que pone el autor nos podían servir para imaginarnos la situación
de entonces, en la que la filosofía estaba empezando a despertar y existía esa curiosidad
por lo desconocido; convertida en pasión por el saber, por el conocer, simplemente por
el mero hecho de saber o de conocer.
La sophia está presente en todos los ejemplos que nos pone Aristóteles en el
texto. Aristóteles distingue tres grados de conocimiento específico en su filosofía;
Empeiría, Tekhné y Sophía.
Digamos que es una tendencia que tiene el hombre sabio para llegar al verdadero
conocimiento de algo. Es la motivación que guía a la persona hacia el saber, que va
después del momento de maravilla.
4
“nada, desde luego, maravillaría -tanto a un geómetra como que la diagonal
resultara conmensurable.” Aristóteles, Met., A 2, 983 a19-20, trad. T. Calvo.
5
Aristóteles se centra en la sophia porque le interesa llegar a un conocimiento
amplio de todas las cosas y no quedarse en lo que él mismo denomina ciencias.
Por ello, antes de presentarnos su metafísica nos hace conocedores de una parte
muy importante del conocimiento, que es el amor por éste. Como los temas que se
tratan en la metafísica y en todo saber son tan complejos que requieren una total entrega
por parte de la persona que los trata, necesitan también amor hacia ese conocimiento
que se estudia, ya que el amor trae consigo la total y desinteresada entrega de la
persona.
5
“Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber”. Aristóteles, Met.,
A 2, 980 a 21, trad. T. Calvo.
6
Por esta razón inicia su libro La Metafísica atendiendo al aspecto o emocional o
sentimental de maravilla del hombre, para después de haber comprendido que el saber
va unido al amor por éste, poder indagar en conocimientos más complejos como serían;
la articulación de las causas y los principios, de lo universal o de la divinidad.