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Sabemos que las partículas fundamentales o elementales son los elementos constituyentes de
la materia más pequeños que no están constituidos por ningún otro que se conozca, es decir,
no están conformados por partículas más simples. Para los primeros físicos, que comenzaron
el estudio de la mecánica cuántica, estas partículas eran el electrón, protón y neutrón, pero
sabemos que en la actualidad hay partículas más pequeñas que lo conforman (cuark, gluon,
bosón de Higgs, muon bosón y neutrinos). Estas partículas comparten ciertas características
de interés y que son intrínsecas para los sistemas del mismo tipo, entre ellas encontramos la
masa y la carga eléctrica que para todo electrón viene siendo la misma, y dado que en la
actualidad hay partículas como el cuark este concepto se ha ampliado hacia ellos, así
podemos encontrar que la carga eléctrica de un cuark varía según su tipo, pero sin dejar de
tener su mismo valor para cada uno de ellos. Al igual que la masa y la carga, se atribuyen
otras propiedades variables como la posición y la velocidad, y que en conjunto con las ya
mencionadas constituye en lo que en la física se llama el “estado” de la partícula.
La mecánica cuántica se presentó como un avance controversial y un golpe directo a gran
parte de lo que ya se tenía certeza y se creía sobre el origen y demás temas en dudas del
universo, eso debido a que poseía nuevas formas de análisis físico y fenómenos que mostrar
al mundo, así como postulados que estaban totalmente por fuera de lo común para los físicos
del siglo XX, y que dieron para muchos debates entre quienes creían lo que esta nueva
metodología daba a entender y los que no. Algunas manifestaciones controversiales para la
época fueron:
La sustentación de todos estos fenómenos se viene dando desde principios del siglo XX con
la interpretación de Copenhague, la cual, hace referencia a una interpretación de la mecánica
cuántica que discutieron diferentes científicos como Bohr, Born, Heisenberg y Schrodinger
para buscar algunas reglas de juego para esta clase de física. Las postulaciones realizadas por
estos, poco a poco fueron aceptadas por los demás científicos de la época hasta llegar a los
principios de la interpretación de Copenhague, los cuales son:
El principio de incertidumbre de Heisenberg. Establece que no se puede conocer con
la misma exactitud la posición y el momento de una partícula.
El principio de complementariedad de Bohr. Establece que las descripciones
ondulatorias y corpusculares son indispensables para entender el mundo cuántico.
La independencia del observador.
[1] Gribbin, John (2000). Q is for Quantum - An Encyclopedia of Particle Physics. Simon
& Schuster. ISBN 0-684-85578-X.
[2] Griffiths, David J. (2004). Introduction to Quantum Mechanics (2nd Ed.). Prentice Hall.
[3] Rosenblum Bruce, Kuttner Fred (2011). Quantum Enigma (2nd Ed.). Oxford University
Press.