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La métrica de Alcubierre tiene, como una de sus conclusiones más llamativas, la

posibilidad de un viaje a mayor velocidad que la luz al crearse una burbuja de


deformación plana dentro de la cual se situaría estacionariamente la cosmonave;
detrás de la cosmonave el espacio-tiempo sería deformado extendiéndolo mientras que
por contraparte delante de la cosmonave el espacio-tiempo sería contraído o
contractado poniendo así el punto de destino mucho más cerca, mientras que "detrás"
de la nave el espacio-tiempo quedaría expandido "empujado" hacia atrás gran
cantidad de años luz, todo esto sin que el espacio y el tiempo dentro de la burbuja
de deformación plana en que se hallaría la cosmonave se modificara notoriamente.

En tal caso la nave (para hacer una analogía) "surfearía" sobre una especie de ola
espaciotemporal dentro de la "burbuja de deformación plana" que es plana por
permanecer estable entre las dos distorsiones (la anterior y la posterior)
provocadas en el espacio-tiempo (se crearía una distorsión local del espacio-
tiempo).

Existirían enormes fuerzas de marea en la región periférica de la supuesta burbuja


debidas a las curvaturas provocadas en el espacio-tiempo; sin embargo, tales
fuerzas serían despreciables en el interior de la burbuja dado el carácter plano
que allí tendría el espacio-tiempo (véase gráfico).

No se violaría ninguna ley física de las previstas por la teoría de la relatividad


ya que dentro de la "burbuja de deformación" nada superaría la velocidad de la luz;
la nave no se desplazaría dentro de tal burbuja sino que sería llevada por la
misma, la nave dentro de la burbuja nunca viajaría más rápido que un haz de luz.

La nave y sus presuntos tripulantes estarían exentos de sufrir los efectos


devastadores provocados por las aceleraciones con sus correspondientes enormes
fuerzas g, desaceleraciones o los efectos relativistas como la contracción de
Lorentz y la dilatación del tiempo a altas velocidades. Alcubierre ha podido
demostrar que incluso cuando la nave está acelerando viaja en una caída libre
geodésica.

Sin embargo, el que la burbuja de deformación permita viajes supralumínicos se debe


a la posibilidad de que el propio espacio-tiempo en el cual viaja la luz tenga la
capacidad de superar la velocidad de la luz.
La Teoría de la Relatividad considera imposible que los objetos viajen a una
velocidad mayor que la de la luz en el espacio-tiempo, pero se desconoce a qué
velocidad máxima puede moverse el espacio-tiempo; se hipotetiza que en casi en el
instante inicial del Big Bang nuestro universo poseía velocidades exponenciales
supralumínicas (véase Universo inflacionario), se supone asimismo que algunos
quásares muy lejanos pueden alcanzar velocidades de recesión translumínicas.

Aquí se introduce otra analogía: existe una velocidad máxima a la cual un objeto
puede marchar sobre el suelo ¿pero qué ocurriría si es un suelo móvil —como puede
ser una cinta trasportadora— que supera la velocidad de la marcha? Esto supone un
cambio en el sistema de coordenadas utilizado como referencia para medir la
velocidad. Si el sistema de coordenadas se mueve en la misma dirección del
desplazamiento respecto a un segundo sistema de referencia (que debería ser externo
al propio espacio-tiempo), el objeto debiera poder incrementar su velocidad
indefinidamente respecto del segundo sistema de referencia. Lo que esta analogía
plantea es si ¿sería posible "cabalgar sobre un rayo de luz"?

Para crear un dispositivo como la burbuja de deformación que permita el impulso de


deformación — explica Alcubierre— se requeriría operar con materia de densidad
negativa o materia exótica, creando así con tal materia una burbuja de energía
negativa que englobaría a la nave (véase Dirac, Energía negativa). Según
Alcubierre, la cantidad de energía negativa sería proporcional a la velocidad de
propagación de la burbuja de deformación, verificándose que la distribución de la
energía negativa estaría concentrada en una región toroidal perpendicular a la
dirección en que se movería la burbuja plana (véase ilustración).

De este modo, dado que la densidad de energía sería negativa se podría viajar a una
velocidad mayor que la de la luz merced al efecto suscitado por la materia exótica.
La existencia de la materia exótica no está descartada, antes bien el efecto
Casimir parece confirmar la existencia de tal materia; sin embargo producir
bastante materia exótica y conservarla para realizar una proeza como el viaje
superlumínico plantea los mismos actualmente irresolubles problemas que para
mantener estable a un agujero de gusano.
Por otra parte en la Relatividad General primero se específica una distribución
factible de la materia y de la energía para luego encontrar una geometría del
espacio-tiempo asociada; si bien es posible operar con las ecuaciones de Einstein
primero especificando una métrica y luego encontrando el tensor de energía e
impulso asociado a tal métrica (que es lo realizado por Alcubierre), esta práctica
significa que la solución podría violar varias condiciones de energía y requerir la
materia exótica.

Robert J. Low, en 19992 ha probado que dentro del contexto de la relatividad


general y aún en ausencia de la materia exótica es posible construir una burbuja de
deformación (los textos en francés utilizan como equivalente de burbuja de
deformación las palabras «commande de chaîne»/ pedido de cadena). Una teoría
coherente de la gravedad cuántica quizás sirva para resolver estas cuestiones.

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