Está en la página 1de 7

Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy, muy lejano, vivía con sus papás una niña

que se llamaba Yetzali…

Yetzali era una niña muy buena, muy cariñosa, y muy


trabajadora pero… un poquito desobediente. Sus papás le
advertían de las cosas que podían pasar pero ella
decía “sí, sí, sí” y luego hacía lo que le daba la gana… Y
claro, a veces se metía en muchos problemas…
1
Un día Yetzali no quería terminarse su comida,
aunque de postre le esperaba su cosa favorita:
chocolates. Pero dijo que no quería terminar, y
que ya no quería .
Y no se la termino.
Sus papás le explicaron que estaba creciendo,
que había que comer todo lo que estaba en su
plato, que si no se enfermaría o no crecería
bien… y ella solo decía que no terminaría, que
no quería mas”.
Y no se la termino.
Por supuesto que se quedó sin chocolates…

Ese mismo día por la noche, se metió en la cama. Cerró los ojos y pronto se quedó
dormida.
Por la mañana, cuando se despertó, notó algo extraño, o mejor dicho, notó que las
sabanas eran muy grandes y pesadas. Sin poder entender lo que pasaba, se destapo y
cual fue su sorpresa que noto que su cama también era enorme y su cuarto era
enorme. Con cara de susto se dio cuenta que era ella la que se había encogido, no sus
cosas, asustada se puso a gritar con todas sus fuerzas a su mama, pidiendo ayuda!
¿pero qué había pasado? Por la noche ella no era tan pequeñita… no podía
entenderlo.

3
Su madre llegó rápidamente al oír los gritos
“¿Qué pasa, Yetzali? ¿A qué vienen esos
gritos?” le preguntó su mama, ella no podía
verla!
Yetzali estaba tan asustada que no podía ni
hablar. Como pudo hizo señas para que la viera
y cuando por fin su madre la vio, se quedó…
muy sorprendida. Tampoco entendía nada.
Que había pasado?
Puso a Yetzali en su mano y salieron corriendo
a toda velocidad al médico.

Cuando llegaron con el doctor, que ya conocía a Yetzali, pregunto por ella. La mamá le
enseño a Yetzali que estaba en su mano. El doctor la miró muy seriamente y le preguntó:

- Yetzali, ¿te has caído de la cama?


- No.
- ¿Te has dado algún golpe?
- No.
- ¿Qué ha pasado?
- No lo sé, cuando me levanté ya estaba así.
- ¿Y anoche al acostarte?
- Estaba como siempre.
- Bueno, bueno, y ¿qué hiciste antes de irte a dormir?
- Pues me cepille los dientes
- Eso está bien, ¿qué más?
- Cené.
- Muy bien, ¿qué más? 5
- Nada más, y me fui a dormir.
- Vaya vaya, y ¿qué cenaste?
- Pues un poco de leche y un poco de
pan.
- Estupendo, ¿y después?
- Bueeeno, naaaadaaa.
- ¿Nada? ¿Y eso? ¿una tortilla, un
filete, un pescadito, salchichas…? algo
más comerías.
- Nooo, es que… no me quise terminar
la comida, respondió Yetzali avergonzada.
- ¡Pero bueeeenoooo…, dijo el doctor
llevándose la mano a la frente como si de
pronto lo comprendió todo.
¡No me digas más!
6

- ¿Qué?
- ¿Tú no sabes que el cuerpo
necesita de todo para crecer? Hay
alimentos que ayudan a crecer a tener
energía a ser saludable…
- ¿Entonces al no terminarte toda tu
comida pues…?
La cara de Yetzali se puso blanca como
el papel.
- Exactamente, no creces o en tu
caso te haces pequeñita pequeñita…

7
Yetzali se puso a llorar, ella no sabía que
eso podía pasar, creía que eran tonterías
de sus padres eso de que había que
comerse todo… Entre lloros, preguntó al
médico:
-¿Y ahora qué hago? Yo necesito ser de
tamaño normal para jugar con mis amigos
usar mi ropa, para … buahhhhhh!!!!

El doctor, aún muy serio, le contestó:

- Mira, Yetzali, hay una solución pero


no te voy a engañar, es un poco…
dolorosa.
- ¿Cuál, doctor? Haré lo que sea, lo
que sea, de verdad, de verdad, de
verdad…
- Primero hay que conseguir que seas
de tamaño normal hasta quedarse como
estabas ayer, y después… esto no puede
volver a ocurrir.
- Sí, sí, sí, sí, sí, doctor… lo que
usted me diga, se lo prometo.
- Eso está bien, Yetzali. Entonces
¡manos a la obra! 9
Yetzali lo miró fijamente ¿qué
significaba eso? Y ¿por qué había
dicho que la solución era dolorosa?
De pronto, vio como el médico
preparaba una jeringa, que parecía
enorme… pero no se atrevió a decir
ni pío. El doctor se acercó a ella y le
explicó “Mira, Yetzali, tenemos que
ponerte una inyección para que
crezcas de tamaño normal”. Yetzali
se puso a llorar, no le gustaban nada
las inyecciones, claro… Ayyyy si
hubiera hecho caso a sus papás y se
hubiese comido todo lo que estaba en
el plato, si ni era tanto… no como
esa enorme inyección, ayyyy…. 10

El doctor le puso la inyección, de esas que llevan “crecehuesos”, le dolió un montón.


Tanto, tanto que a partir de ese día Yetzali siempre se comió todo lo que le ponían en
el plato, aunque no le gustara mucho… y si algún día le daban ganas de dejarlo, se
acordaba de lo pequeña que ese día despertó, de la enorme jeringa y de lo doloroso
que fue… y se lo comía todo. 11
y este es el …

FIN

También podría gustarte