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EL PERIODO TERRISTA
(1933-1938)
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del Albéniz", propiciado por sector herrerics.
el sector herrerista. Cole
denominado "proyecto en el segundo, ambos
parlamentarismo
en el primero, y
giado integral hibrido de 1919. Además, tuvo la info
terminar con el Ejecutivo
extranjera
ban en del constitucionalismo europeo del período interbélico y de dia
ersas
Mundo en la época
corrientes deopinión que prevalecieron en el Viejo
una forma republicana, democrática y neu-
Esta Constitución dio al Estado
lo de "representativa" en virtud de las
tral en materia religiosa, suprimiendo
facultades de iniciativa popular (plebiscito y referéndum) que tuvo en cuenta
para ciertas materias.
El cuerpo electoral resultó aumentado por la legalización de muchos extran.
jeros que, sin haber obtenido la ciudadanía, adquirieron el derecho a voto. Tam-
bién se incorporó a la Carta los derechos políticos de la mujer, según la ley que
databa de 1932.
Se dedicó una amplia sección a definir los derechos, deberes y garantías de
los ciudadanos y de los habitantes en general. Las constituciones anteriores,
siguiendo la tradición constitucional del liberalismo, se limitaron a proteger los
llamados derechos individuales. Ahora se incluyó un conjunto de
nes que reconocían la
disposicio-
obligación del Estado de proteger y garantir ciertos dere-
chos sociales.
Entre ellos figuraron la familia, la
maternidad, la enseñanza (especialmente
primaria), el trabajo, la vivienda, remuneración justa, agremiación y huelga para
los obreros, propiedad
intelectual, acceso a la administración pública, seguros
sOciales a través de
jubilaciones y pensiones, etc. Aunque muchas de estas
disposiciones tuvieron un evidente propósito
reglamentadas o, como ocurriócon el derecho proclamatorio y luego n0 Tuio
de huelga, fueron limitadas,
nificaron una evidente
continuidad en el camino sig
uruguaya desde comienzos del emprendido por soCICu d
la
En cuant al siglo.
gobierno, la
Constitución
El Poder Ejecutivo que quedó estableció un régimen parlameta
ario
atenuado.
mixto que su
impulsor, el Dr. Alberto reorganizado con una suerte imen
Más allá de los avatares políticos, puede considerarse que los perfiles de un
conservadorismo moderado y pragmático, preocupado por la "administración
de la crisis" y no en buscar soluciones innovadoras, caracterizó al segundo
periodo terrista. En este sentido, serie de factores hizo que el proceso
una em-
prendido por el reformismo batllista en materia económica y social fuera mucho
mas lento, pero que no se detuviera totalmente. Los puntos tratados aquí en
relación al contexto político son ampliados en la parte referida a la evolución
económica y social del período.
4) La coyuntura política
coadyuvó a reafirmar los factores anotauo
heterogeneidad de los intereses conservadores y la capacidad de de
cada sector regac
en pro del favor oficial, sumada a la ya anotada
dario-corporativa de las clases altas, prescindenca poli-
tico de los titulares del impidieron el acceso directo a
arso
poder económico (el tantas veces
intruso
5) Tampoco la
situación política izo de la época un mom
proclive a ensayos ideológicos yinternacional
los
a
hizo de la
epnas.por
ajenas, por otra
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de Montevideo, regido por la representación da
Os pro-
abastecimiento lácteo
en forma cooperativa,
con representaciones
fiscaliza
ductores, organizados
y de la
Intendencia capitalina. Esta organización refleid
del Poder Ejecutivo
influencias de las formulaciones corporativistas de cuño socialcristiano en boga
en Europa.
También se los institutos de jubilaciones y pensiones, favorecipe
sanearon
fuerza de trabajo para atenuar la desocupación, creán.
do el temprano retiro de la
dose la Caja de Jubilaciones de la Industria, Comercio y Servicios Públicos: al
mismo tiempo, se incentivó la atención respecto de algunas de las necesidades
de los sectores bajos de la población: salud, vivienda, alimentación y protección
a la mujer y al niño.
A estos requerimientos respondieron el Instituto de Alimentación Científica
del Pueblo, Instituto Nacional de Viviendas Económicas, los "Trabajos de Soco-
mo" (que implicaron un aumento escaso de las Obras Públicas), el Código del
Niño, la reorganización de los servicios de Salud Pública, etc.
con la policía.
más de 10.000 protesta conua incideni
personas, habiendo ademas
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Frente al "amansarse para vivir" que la dictadura exigía a la oposición, dos
caminos quedaron abiertos a ésta: la revuelta armada exitosa o la formación de
un frente politico opositor: pero, en ambos casos, reunir en un sólo haz a todo
un vasto movimiento resultó una tarea harto difícil, como los hechos lo demos-
traron. Una serie de circunstancias explica esto:
E) Por último,
fueron debemos mencionar las leyes electorales qu
desplegando el terrismo y el oportunasmantener
leyes
hegemon
nonía
Laprimera ley, del 5 de mayo de 1934, reguló el uso del Lema (denomina-
ción de los Partidos en actos y
procesos electorales). La propiedad del
mismo se concedió a la mayoría de los
Esto supuso, dada la exclusión de los
legisladores de un partido dado.
opositores, que los partidos que-
daban en manos de terristas y herreristas,
quienes podían poner condi-
ciones o negar el uso del Lema.
En diciembre de 1935, se complementó la anterior, reconociendo como
personas jurídicas a los partidos políticos propietarios de "lema", lo
que
implicó la facultad de administrar y disponer de los bienes partidarios.
Finalmente, en 1939 se regularon las normas de utilización de los sublemas
y formas de acumulación al lema partidario, con lo que se impedía el
registro de nuevos partidos con nombres parecidos a los existentes (los
batllistas no podrían disputar el Lema Partido Colorado ni los nacionalis-
tas independientes el de Partido
Nacional).
Con todas ellas, se pusieron trabas a la formación de
lemas "accidentales",
desanimando así escisiones dentro de los Partidos Tradicionales haciendo
y
difíciles coaliciones (o Frentes Populares) de
Las
izquierda o de la liberal. oposición
leyes de 1935 y 1939 se incorporaron a nuestra legislación electoral, hoy
Vigente
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Podría concluirse que la oposición al terrismo sólo consiguió frustraciones y
fracasos; sin embargo no fue así. Más allá de la falta de unidady coherencia,
errores y utopías, su actitud perseverante sirvió para erosionar al régimen
instaurado en marzo de 1933, el que cada día contó con menor apoyo popular y
mayores problemas internos.
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en términos de
valores democráticos. Oel que
O
la crítica de sus pares
hubiera
numerosas
instituciones y organizaciones
sociales (la
que Ocuparon el espacio de los
Universidad o el
on os Ateneo
de Montevideo, por ejemplo),
dos y que adquirieron,
hacia fines del terrismo, una capacidadenor margina-
rina.
al restablecimiento institucional.
convo-
Las jornadas del 2onvo
catoria en torno
manifestación callejera donde participaro de
de
julio de 1938, una imponente 200.00 personas, en una ciudad que no llen
algunas estimaciones, más de
millón de habitantes, bajo la consigna de "Nueva Constitución y yes Demo-
cráticas", fueron un reclamo popular ante el cual la restauración democráties
a
debió apresurarse.
Por otra parte, la tensión política internacional fue en aumento constante
Que se hubiera roto relaciones, en su momento, con la Unión Soviética o la
República Española fue bien visto. Pero que la cúpula de gobierno siguiera con
sus coqueteos conelrégimen de Getulio Vargas en Brasily los regímenes fascis-
tas europeos y que proclamara la neutralidad en un mundo que se polarizaba, ya
no sólo fue pasible de críticas a nivel de una opinión pública que unió el conflic-
to interno con la dicotomía totalitarismo-democracia, sino que comenzó a ser
inadmisible a los ojos imperiales de Gran Bretaña y Estados Unidos.
sus
propias listas. Incluso las caaa u fueron
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represión más dura) y se desprendiera de los hombres más señalados como
representantes del régimen, para que mucha gente viera la forma de expresar la
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