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Curso 2018/19
BLOQUE 1: ORÍGENES Y FORMACIÓN DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
TEMA 2. ORÍGENES Y
EVOLUCIÓN DEL ESPAÑOL EN
AMÉRICA
INTRODUCCIÓN: Hurgando en el pasado...
En 1492 Cristóbal Colón, tras zarpar con tres carabelas del Puerto de Palos, arriba a una
isla en las Bahamas (que él llama San Salvador), luego llega a Cuba y Haití.
DESCUBRIMIENTO DEL CONTINENTE AMERICANO. En Sevilla, comienza su labor
docente el estudioso humanista Maese Rodrigo, germen de la futura Universidad de Sevilla. Elio
Antonio de Nebrija publica la primera de las gramáticas de una lengua romance: La Gramática
de la Lengua Castellana. El 17 de abril en la cuidad-campamento de Santa Fe los Reyes Católicos
y Colón firmarán las capitulaciones que autorizan los viajes de Colón. Los monarcas católicos
de España (por iniciativa del Inquisidor Torquemada) decretan la expulsión de los judíos. Tras
una obstinada resistencia, el rey musulmán de Granada, Boabdil, firma la rendición,
acontecimiento que representa la unidad religiosa en España y el final del último reino islámico
en el Occidente europeo.
El 4 de marzo de 1493 Cristóbal Colón regresa a Europa, tras su descubrimiento americano.
En mayo los Reyes Católicos le reciben en Barcelona. Cristóbal Colón comienza su segundo
viaje a América y llega a Puerto Rico y a las Nuevas Antillas. Con la bula Inter caetera el papa
Alejandro VI delimita las zonas de influencia española y portuguesa en el Nuevo Mundo
colonizable (el 7 de junio de 1494 se renegocia la distribución en el Tratado de Tordesillas y la
línea se traslada más al oeste)
En 1495 se da la fundación de la ciudad de Santo Domingo por Bartolomé Colón. Vasco
de Gama, al mando de una expedición naval portuguesa, llega a la India rodeando África. En el
98: tercer viaje americano de Colón que llega a la isla de Trinidad y a las bocas del Orinoco. En
1499, Américo Vespucio, florentino residente en Sevilla, al frente de una expedición española,
llega al estuario del río Amazonas y explora la costa brasileña.
1. “LAS ANTILLAS, ANTESALA DE AMÉRICA” (según Humberto López Morales)
PRIMEROS ASENTAMIENTOS POBLACIONALES: La Antillas Mayores, La Española,
Puerto Rico, Cuba y Jamaica.
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Habitados por pueblos anclados en la Edad de Piedra (sin un grado avanzado de agregación
social), con una cultura material de nivel neolítico TAÍNOS (de origen lingüístico arahuaco).
Hoy, supuestamente desaparecido el afán de agrandar las cosas, cuando no se manejan cifras con
espíritu partidista, cuando no hay que subrayar el valor temerario de capitanes y soldados, cuando ha pasado
el deseo de exaltar la obra evangelizadora de algunas órdenes religiosas y cuando no es necesario acudir a
grandes números para enaltecer el pasado de algunas culturas indígenas, el panorama demográfico que
aparece ante nosotros es muy diferente del fantasmagórico, repleto de millones, de años anteriores.
(Humberto López Morales, La aventura del español en América, pág. 18)
Realmente hasta 1511 no comienza en la Gran Antilla el proceso de conquista y
colonización. Entre 1511-1518 la población blanca, principalmente andaluza aumenta hasta
triplicarse (de 1070 a 3000 españoles) La población inicial era de 300 hombres: soldados (30),
700 hombres (que habían sobrevivido al desastre de Darién) y mujeres de algunos colonizadores
autorizadas a viajar a Cuba.
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Hacia 1540 (salvo en los pueblos de indios) encontramos una situación de diglosia: un
español que predominaba en la comunicación pública, la lengua indígena estaba circunscrita a lo
doméstico. Había diferentes grados de competencia lingüística en español: los colonos no
fomentaban ni la conversión ni el bilingüismo; predicación totalmente desorganizada (métodos
rudimentarios). Los indios continuaron monolingües en su lengua materna (incluso bien entrado
el siglo XVII).
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4. MODELOS Y NORMAS LINGÜÍSTICAS EN LA ÉPOCA FUNDACIONAL DEL
ESPAÑOL EN AMÉRICA
4.1. La unidad lingüística peninsular.
Lo primero que tenemos de destacar es la unión sucedida desde 1499 con el mandato de
los Reyes Católicos. El castellano había ido evolucionando como lengua principal, una lengua
que había ido dando cabida a rasgos lingüísticos innovadores. Con la unificación, y sobre todo
con la rendición del Reino de Granada, el castellano deja de ser el reino de Castilla; deberíamos
dejar de hablar ahí de lengua castellana para referirnos a esta como una variación de la lengua
española.
- R. Menéndez Pidal:
El advenimiento de Fernando e Isabel no solo cambió el gobierno de la nación, sino
la vida entera de la sociedad, transformando la desbarajustada España de Enrique IV en la
España que alcanza su punto más alto de interna perfección y extremo desarrollo. El idioma
sufre ahora en sus rumbos el giro más amplio y fuerte que en mil años de vida ha
experimentado. El advenimiento de los Reyes Católicos unifica definitivamente los dos
grandes dialectos afines, castellano y aragonés, que seguían caminos separados, hecho de tal
importancia que necesitamos ascender al siglo XIII para hallar otro semejante en la
unificación del castellano y el leonés bajo Alfonso X el Sabio. El rey Fernando se castellaniza
muy pronto, perdiendo su f- aragonesa [hinojo] y la lengua de Castilla se extiende
rápidamente por Aragón y sus escritores pronto comenzaron a utilizarla
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artísticos, son los que empujan al idioma hacia modos de ser contrarios a los dialectales. Unos
y otros fueron dando lentamente al idioma fijación y capacidad de instrumento literario. Esta
labor se continúa y prospera en los siglos siguientes, pero al llegar la época del
descubrimiento del Nuevo Mundo, todavía no está cumplida. Y aquí se muestra la historia
del idioma maravillosamente sincronizada con la historia nacional. En 1492 se completa su
expansión peninsular con la toma de Granada y empieza su estupenda expansión americana.
En 1492 es también cuando Nebrija publica su “Gramática Castellana”, hecho cuya grande
importancia en la historia de nuestra cultura nunca se podrá ponderar con exceso.
A mediados del siglo XV y principios del XVI, este es el estado del español de la
Península en torno a la situación lingüística: Tenemos que distinguir aquí el registro oral del
registro escrito. En el registro oral nos encontramos las variedades regionales; se irán
caracterizando sociolingüísticamente: Presión del castellano cono variedad extensiva y
prestigiosa; nivel de alfabetización; diferenciación social: HABLA CULTA VS HABLA
POPULAR; topicalización del habla popular. En el registro escrito, nos encontraríamos con el
castellano, extendido y prestigioso con tradiciones gráficas propias de algunos ámbitos (el
respaldo político de los RR.CC. aportará documentos escritos al castellano, documentación
jurídica e incluso notas que reflejan rasgos dialectales y con trascendencia en las grafías de las
características dialectales (andaluz).
En cuanto a LOS TIPOS DE EJEMPLARIDAD EN LA Hª DEL ESPAÑOL, nos
encontramos distintos tipos:
a) Ideal de lengua culta de Alfonso X el Sabio: concepto de CASTELLANO
“DERECHO”, que tiene una serie de rasgos estilísticos: parquedad en palabras, claridad y
precisión. Alfonso X: «el mucho hablar hace envilecer las palabras». D. Juan Manuel: «decir las
cosas con el menor número de palabras posibles».
b) La norma toledana. El lema “Toledo decide” NO era un imperativo geográfico, sino
social (Toledo era la sede de la Corte). La norma toledana era una norma geográfico-social. La
prueba está en que hubo muchos rasgos lingüísticos toledanos que finalmente no triunfaron:
aspiración suave de f- inicial latina en palabras que hoy tienen hache, como humo, holgar…;
distinción bilabial/labiodental concomitante al rasgo oclusivo/fricativo (es decir, distinción de b
y v); distinción sorda/sonora en las tres parejas de sibilantes dentales, alveolares y prepalatales,
que al final convergieron en nuestras actuales s y z, que son sordas. El fracaso de los rasgos
toledanos se empezó a car con el traslado de la Corte (1561) a Madrid (se impone el criterio
geográfico de la capitalidad). Además, había un alto número de judíos conversos afincados en
Toledo (convertía a los rasgos toledanos en peligrosos y desprestigiados).
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4.2. Norma toledana vs norma castellana.
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d) EDAD MODERNA. El criterio ya no será estilístico, ni social, ni geográfico Se impone
el IDEAL DE LENGUA ESCRITA + IDEAL LITERARIO (de la variedad elaborada por la época
dorada que supusieron los Siglos de Oro)
La estandarización del español no fue un proceso dirigido desde la Corona como una
planificación lingüística para resaltar el castellano por encima de las demás lenguas romances.
1. SIGLO XIII ALFONSO X, EL REY SABIO. Su actuación no fue normativizadora, sino
que tuvo más bien incidencia en la estandarización externa y en la elaboración extensiva e
intensiva del idioma. Consiguió: - Superar las abundantes vacilaciones gráficas del español
medieval (fruto de la variación diatópica peninsular) - Unificar la ortografía del idioma -
Elaboración extensiva/intensiva a través del desarrollo de la prosa jurídica y el auspicio de la
Escuela de Traductores de Toledo.
2. A FINES DEL S. XV Y HASTA EL S. XVII. Tuvo importancia, sobre todo, la obra de
gramáticos particulares, como Nebrija o Valdés, responsables, por su cuenta, de la codificación o
estandarización interna de la norma ejemplar del castellano.
3. PRINCIPIOS DEL XVIII. La labor de normativización se encomienda a la RAE,
fundada en 1713 y convertida en institución real en 1714. (1726 comienza la publicación de su
primera obra, el Diccionario de Autoridades)
4. Mucho después la RAE obtuvo el respaldo legislativo de Carlos III, que emitió una Real
Cédula en 1768 que exigía impartir las enseñanzas primaria y secundaria en el idioma general. A
esta añadió una disposición complementaria de 1780, que rezaba así: «en todas las escuelas del
Reino se enseñe a los niños su lengua nativa por la gramática que ha compuesto y publicado la
Real Academia de la Lengua» (cf. Eberenz, «Lengua y legislación», LRL, VI, 1, 1992, 368-378).
4.3. Cultismo o vulgarismo en el español americano.
A. Rosenblat, Lengua literaria y lengua popular en América, págs. 9-10:
En seguida el conquistador americano se americaniza. El nuevo medio lo moldea de
manera casi fulminante, como ha señalado Ortega y Gasset. El viejo hombre metropolitano
se convierte en el nuevo hombre colonial, con usos también nuevos: se produce una amplia
nivelación lingüística entre gentes representativas de las distintas regiones españolas y de
los distintos estratos sociales. Los nuevos colonos hablan enseguida, no el español
trasplantado, sino un español diferenciado en la pronunciación (el seseo, por ejemplo,
desde la primera hora), con un caudal nuevo de indigenismos y con viejas voces adaptadas
a la nueva vida […]. Contra lo que se cree, no se manifiesta una vulgarización del habla,
sino todo lo contrario: el español se volvió más ceremonioso, más extremado en sus cortesías
y en sus fórmulas de tratamiento (don, señor/su señoría, su merced, etc.) La generación de la
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Conquista, y aún más la de sus hijos criollos, habla un español, no más vulgar, sino distinto
de los chapetones o cachupines recién llegados.
Antes de explicar la evolución lingüística, hay que recordar quiénes eran las personas que
llegaron a América. La corte no planeó la conquista, aun así, los reyes sí iban pautando quién eran
los aptos para partir en aquellos barcos. Los Reyes deseaban que viajan a América un prototipo
concreto de personas: tenían que ser religiosos católicos (obligación de evangelizar): con
restricciones morales; también eran aptos las personas de su confianza: serán los encargados de
la organización política (encomendadores); familias: para paliar la alta necesidad de poblar
América; y solteros: no se mandaban hombres casados, o si se hacía tan solo podían estar un año,
a menos que consiguieran llevar la familia hasta allí (las mujeres debían ser decorosas); y también
tenían que ser cristianos: siempre se controla la pureza de sangre (no conversos), a Cervantes,
Santa Teresa, Mateo Alemán, etc. Se les deniega el permiso de acceso.
A. Rosenblat, “Nivel social y cultural…”:
La sociedad hispanoamericana del siglo XVI se constituyó con una proporción muy alta de
clérigos, licenciados, bachilleres y gente culta, mayor de la que se daba en la sociedad
europea de la época. Llegaron también, claro está, otros sectores de la población: campesinos
(en cantidad sorprendentemente pequeña), gentes de los diversos oficios (en cantidad algo
mayor) y sobre todo marinos y soldados de los más diversos sectores sociales. Pero ya en la
misma hueste conquistadora, y aún más a constituirse la sociedad hispanoamericana, se
produjo una nivelación igualadora hacia arriba, una “hidalguización” general. La victoriosa
empresa de la conquista hizo que todos se sintiesen señores, con derecho a títulos, y
adoptasen como modelos los usos, entre ellos los usos lingüísticos de las capas superiores
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5. TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
Nos encontramos con tres teorías fundamentales:
1. Teoría indigenista (Rodolgo Lenz): existen unas lenguas de sustratos que influyen
directamente sobre el español que llega a América. Para hacer esta teoría, R. Lenz se centra en el
habla de “español con sonidos araucanos” el hablado por los colonizadores de Chile. Esta teoría
sucedió a finales del siglo XIX; en este periodo llamaba la atención el momento de fragmentación
del latín, eso es lo que traslada Lenz a Chile. La diferencia en el periodo de fragmentación del
latín y el español del araucano hablado en Chile es que Lenz tenía muchos testimonios con los
que trabajar de los que no contaban los latinistas que estudiaban la fragmentación del latín.
La síntesis de esta teoría es que todos los fenómenos con una influencia “indudable” del
sustrato indígena araucano de la zona.
Angel Rosenblat hace un estudio añadiendo datos fonéticos y su gran aportación es partir
de las 5 zonas dialectales de Henríquez Ureña y hace una división entre tierras altas (del interior)
y tierras bajas (costeras). Los rasgos fonéticos de la zona costera están muy relacionados con la
zona meridional de la Península; encuentra un debilitamientos de las consonante implosivas; y en
las tierras altas hay un debilitamiento en el plano fonético y una pronunciación nítida de las
consonantes. Pero esta influencia es indígena: en las zonas costeras, los pueblos indígenas son
pueblos carentes de una fuerte cohesión entre ellos, y además sufrieron fuertes batidas de los
colonizadores; esa fragmentación de los pueblos indígenas hizo que las características de ese
primer español meridional de la Península tuvieran una expansión mayor. En las tierras altas, se
encuentran los españoles con grandes imperios indígenas (aztecas e incas), pueblos unidos
política, cultural y socialmente, lo que provoca que esas lenguas fuertes impiden que de
desarrollen de la misma manera los rasgos meridionales de la Península.
Según se han ido ampliando las fuentes de este estudio, se ha ido observando que la fuerza
de estas lenguas indígenas con función de sustrato es bastante limitada. Pero el punto de influencia
es la zona de Paraguay, porque se ha mantenido una situación de bilingüismo entre la lengua de
allí y el español. Además, las zonas más rurales las lenguas indígenas siguen estando activa. En
esos lugares sí se puede hablar de teoría indigenista, pero a grandes rasgos es una teoría difícil de
admitir.
2. Teoría Poligenética (Pedro Henríquez Ureña, Amado Alonso): Mantiene que la mayor
parte de los fenómenos característicos del español de América, si bien pueden tener una raíz
peninsular, se han desarrollado de manera plenamente autóctona respecto a este español y a su
lengua de sustrato. Nivelación con respecto a todos los factores procedentes de diversas zonas.
Esta retórica defiende el desarrollo de las características de español americano con respecto al
peninsular. Esta defensa es desarrollada a parir de la década de los 40, y es la respuesta a la teoría
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andalucista; rechazo de la pertenencia íntegra de los rasgos del español americano a la influencia
andaluza.
Dice que no toda América presenta los mismos rasgos. Además, es difícil de sostener que
ese español meridional influyera tan fuertemente en América porque ninguna de las variedades
que llegaron tienen una consideración social del mismo nivel, por eso para él es bastante
inconcebible que influyeran al unísono sin que hubiera choques entre ellas. En tercer lugar, dice
que no fueron los andaluces la mayoría de los pobladores que llegaron a América. Siguiendo la
división de tierras altas/bajas, según él las zonas costeras no fueron pobladas antes que las
interiores (idea que no es verdad). La siguiente defensa que ofrece Ureña para defender la teoría
andalucista es que tendríamos que encontrarnos los casos de ceceos. Y en sexto lugar, otro de los
rasgos que se entendía como rasgo andaluz llevado a América era el yeísmo, un fenómeno que es
multifocal, por lo cual no se puede defender el origen andaluz.
Amado Alonso sustenta su teoría en argumentos fonéticos, y el principal argumento que él
maneja (argumento ya superado) es ese seseo americano que no puede fundamentales en el
andaluz porque dice que el seseo andaluz es posterior. Por esto, es imposible que el deseo
americano ceda sus orígenes a Andalucía. El único rasgo en el que duda es la confusión entre
líquidas.
3. Teoría andalucista (Max L. Wagner, Peter Boyd-Bowman, Diego Catalán, Rafael
Lapesa, R. Menéndez Pidal, entre otros): Mantiene la idea de un origen común para los fenómenos
fonéticos que caracterizan tanto al español de América como a las hablas andaluzas. - Teoría
monogenética enunciada ya en los años veinte por Max L. Wagner. - Afianzada y defendida
posteriormente por grandes estudiosos de la materia. - Es la teoría que actualmente goza de más
crédito, avalada por las últimas revisiones del tema y las crecientes investigaciones de fuentes
documentales.
En los años 60’s tenemos que mencionar a Boyd-Bowman que analiza un listado de 40.000
pobladoras, analizan el origen geográfico de estos. 1493, 1508 → más de la mitad de los
pobladores son andaluces. Según su estudio, el 78% de los andaluces provenían de Sevilla. Según
él, estos datos son suficientemente amplios como para defender que ese español que llega a
América tiene una clara influencia y un punto de partida claro: la zona occidental de Andalucía.
Se encuentra en sus estudios con un problema claro, y es el problema de los canarios; en este
periodo no hay estudios de la llegada de canarios.
Diego Catalán centra sus investigaciones en responder a las teorías poligenéticas y centra
su interés en el apartado fonético, en responder a la idea de Amado Alonso en torno al seseo.
Diego Catalán defiende que el seseo y el ceceo son resultado de un mismo fonema, de un mismo
fenómeno histórico que basa su origen en su indistinción de los 4 fonemas sibilantes de esa época,
hay una confusión de las parejas de sibilantes y hay un fenómeno de simplificación hacia el seseo
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o hacia el ceceo. Es imposible explicar uno sin otro. Y, en segundo lugar, Diego Catalán refuta la
idea de ese seseo tardío, el seseo se documenta en la Península desde siglo XV, un fenómeno
documentado mucho antes de la conquista de América, por lo cual si le permite defender el origen
del andaluz llevado a América. Diego Catalán no ciñe su mirada solamente al seseo.
Menéndez Pidal, aparte de aportar estudios internos, en este apartado americano centra su
campo de acción en la conexión entre los puertos andaluces y americanos, observa como los
rasgos meridionales fueron llevados de puerto a puerto. Admite la distinción de tierras altas y
bajas, pero le da importancia a los puertos. Según él, es totalmente sostenible pensar que en
América hay una zona costera que está muy bien conectada con las zonas andaluces, donde se
asientan los rasgos meridionales. Aunque en las tierras altas hay contacto con población andaluza,
no es tanto el porcentaje de esos pobladores.
Rafael Lapesa lo que hace es reproducir aportando nuevos estudios de documentación bien
datada cronológica y geográficamente, y defiende lo que ha ido defendiendo Menéndez Pidal y
Diego Catalán. Dice que por mucho que defendamos el origen andaluz, lo que hace es poner sobre
la mesa la idea de que el andaluz no es la única variedad que llega a América, había colonos de
otros orígenes. Por eso el seseo no es un rasgo general en toda América.
G. Salvador, “Discordancias dialectales en el español atlántico”, pág. 352:
El andalucismo del español de América, que yo llamaría con más precisión
sevillanismo, me parece incontrovertible en los que respecta al seseo, que se extiende a todo
el español ultramarino y que tiene su origen en esa especie de filtro que representa la norma
sevillana para el español trasplantado al Nuevo Mundo y a las Islas en los primeros tiempos
de la conquista. La monogénesis del seseo-ceceo como fenómeno fonológico cumplido […]
me parece fuera de toda duda y su absoluta extensión ultramarina y precisa limitación
peninsular así lo atestiguan.
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5.2. La importancia de los datos de la emigración.
BOYD-BOWMAN, Peter, “La emigración peninsular a la Nueva España hasta 1580”,
Estudios de Historia del Noroeste, Monterrey, Ed. Alfonso Reyes, 1972, págs. 49-61:
La emigración al Nuevo Mundo entre 1520 y 1539: Los andaluces, que en el período
antillano habían representado “groso modo” el 40% de la emigración, en esta segunda etapa
no constituyen más que el 32%, si bien son de esta procedencia el 48% de marineros, el 50%
de comerciantes y el 58% de las mujeres. Ciertamente la proporción de mujeres entre los
inmigrantes andaluces (1 a 9) fue dos veces mayor que la de cualquier otra región, y en el
caso de Sevilla llegó a ser de una mujer por cada seis hombres […] Solo dos provincias,
Sevilla (915) y Badajoz (425), mandan la tercera parte (33’3%) de todos los colonizadores
Emigración a la Nueva España: El hecho más significativo acerca de los emigrantes
del tercer período a México es que casi la mitad de ellos eran andaluces. De los 2.057 nuevos
pobladores, 976 (47’4%) provinieron de esa región y de estos 743 eran oriundos de la
provincia de Sevilla (y muchos de ellos de la ciudad). Cada cuatro emigrantes unos tres
procedían de la parte meridional de la Península y que el 28% de todos los emigrantes eran
mujeres
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lugar es la convención de esa koiné en una lengua franca, una lengua que permite la comunicación.
El proceso que se produce en tercer lugar es el proceso de nativización, es decir, la lengua franca
se convierte en legua latina para la segunda generación de los colonos. Y en último lugar se
produce una estandarización; aquí tenemos que entrar en más matices.
No en todos los lugares se produjo al mismo tiempo y de la misma manera. El lugar que
tuvo un fuerte proceso de estandarización fue México; tiene unas circunstancias históricas que
propiciaban la estandarización: una corte virreinal, era un punto de referencia para la imprenta.
Todo este contexto de movimiento cultura y económico hace que este proceso de estandarización
sea más temprano. Esto hace que los rasgos meridionales se reduzcan.
Otro de los puntos donde se dio la estandarización fue la antigua audiencia de Quito. Tenía
una orografía difícil, que impedía el tránsito y el movimiento fácil de la población. Tenemos que
dividir esta zona en dos: el centro de Quito, y una zona a la que llegaron muchos pobladores
españoles de la zona norte y centro de la Península (funcionarios relacionados con la corte; el
resultado de esto provocó un grado alto de estandarización y una menor evolución de los rasgos
meridionales). En el centro nos encontramos con un menor grado de estandarización.
Venezuela la podemos situar en un punto intermedio, o incluso de estandarización tardía.
Porque hasta pasado el siglo XVIII no se establece ningún centro administrativo. También tiene
bastante repercusión que ocupa un lugar periférico y costero, un punto de llegada de barcos,
aumenta los rasgos meridionales y disminuye la estandarización. En Rio de la Plata es otro de los
casos de estandarización tardía.
En el polo opuesto de la descripción de México, tenemos Paraguay. Aquí encontramos una
situación de bilingüismo, que se produce gracias a un desarrollo mucho menos de la economía y
la cultura, y una sociedad más pobre a las anteriores que las que hemos estudiado. No podemos
esperar con estas características que se produzca una estandarización de la lengua española.
Una de las conclusiones que podemos extraer de las teorías que se han ido ofreciendo de la
llegada del español es que ninguna de las teorías por separado es válida para poder explicar la
llegada de la nueva lengua y el trasvase lingüístico.
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Si damos por válida la teoría andalucista, tenemos que pensar cuáles eran los rasgos
fonéticos que caracterizaran a la zona meridional de la Península:
– Seseo – Ceceo.
– La /-s/ implosiva.
– Pronunciación del fonema velar /x/
– Neutralización de los fonemas /-r/ y /-l/
– Yeísmo.
6.1. Seseo – ceceo.
Explicación de https://morflog.hypotheses.org/272 :
En la época medieval, el español poseía seis fonemas sibilantes con un punto de
articulación muy próximo, comprendido en la zona del paladar, entre los alvéolos y el paladar
medio. Las tres series de consonantes implicadas en esta incómoda “concentración” articulatoria
eran las siguientes: las africadas /ʦ/ y /ʣ/, que eran dentoalveolares; las fricativas /s/ y /z/,
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ápicoalveolares (de ahí el diacrítico que veis debajo); y las fricativas /ʃ/ y /ʒ/, prepalatales. Ya en
época medieval hay testimonios de que había comenzado la pérdida de la oclusión en las
africadas, que aparece reflejada en el cuadro y que nos obliga a utilizar los diacríticos que marcan
la realización predorsodental.
> La representación gráfica más frecuente era la que vemos en este cuadro:
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> De este modo, entre los siglos XVI y XVII, el sistema se redujo de seis fonemas a tres (en
el español septentrional) o dos (en el meridional), cuyos puntos de articulación están ya
suficientemente distanciados: entre los dientes, la /θ/; en los alvéolos, la /s/; y en el velo del
paladar, la /x/. El modo de articulación para todos es fricativo, lo cual supone también una
simplificación, pues la articulación fricativa requiere menos esfuerzo articulatorio que la africada
(en la africación, como sabéis, se suman un momento de oclusión y otro momento de fricación).
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fenómenos se documentan también en manuscritos de la época escritos en Cuba, La
Española, Colombia, Venezuela y Perú.
Este proceso fonológico puede llegar a tener repercusión inmediata en la formación del plural: -
(voc) + -s - (cons) + -es ‘las niñas guapas, elegantes y tontas’ - El andaluz aporta dos o tres marcas
de plural para dar la información del número, pero no necesita pronunciar todas las /-s/.
Se puede dar en diferentes contextos:
– Dos hermanos: se mantiene la pronunciación de la /-s/ cuando funciona como una
consonante explosiva (actúa como apoyo consonántico de la vocal siguiente s-e).
– No me moleste(s) más: desaparece en el primer contexto fónico o se aspira, pero se
mantiene en el segundo caso, por ser una consonante final de palabra y de enunciado.
– CV/-S/C: cuando la /-s/ desaparece o se aspira puede afectar al contexto fónico próximo,
es decir, modifica la pronunciación de la consonante o la vocal que le sigue o le precede.
Según Manuel Alvar el archipiélago canario es “el eslabón intermedio que une la realidad
andaluza del español con la aclimatación americana”
-ALVAR, Manuel, Niveles socio-culturales en el habla de las Palmas de Gran Canaria,
Las Palmas, Exmo. Cabildo Insular, 1972, págs. 54-56:
La pluralidad de normas que tiene el español se traduce en dos: la castellana y la
sevillana y esta es la que migra sobre las naves cuando empieza la gran expansión […] De
Sevilla salió el rasgo más caracterizador de la nueva norma revolucionaria: la reducción de –
ss- sorda y –s- sonora, de –ç- y de -z- a una sola sibilante de carácter çiçeante, que dio lugar,
más tarde, al seseo insular. Este trazo marcaría como andaluza la pronunciación de todos
aquellos conquistadores y colonizadores que en las Islas se establecen o a través de ellas
pasan, y la difusión se produce desde el foco irradiador llamado Sevilla […] El Archipiélago
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es el eslabón intermedio que une la realidad andaluza del español con la aclimatación
americana
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lengua española se va expandiendo y asentando. Esta definición de José Cuervo hay que
actualizarla con las últimas teorías lingüísticas.
– La segunda etapa es la etapa independiente de cada una de las naciones (XIX y XX), se
caracteriza por el desarrollo de los rasgos definitorios de estas variedades de la lengua española
en los diferentes territorios americanos. En general, en la obra de Rufino José Cuervo hay un
intento de olvidar los procesos culturales e históricos más señalados, en esta clasificación él
intenta basar sus afirmaciones en procesos lingüísticos.
La segunda teoría es la desarrollada por Guillemos Guitarte. El trabajo de periodización
que realiza tiene una principal pega, que se basa demasiado en las cuestiones externas de la
evolución (históricas, sociales, culturales, económicas…) y no presta tanta atención a las
características internas lingüísticas. Este autor desarrolla su clasificación teniendo en cuenta tres
grandes etapas, donde se diferencian a su vez 5 sub-etapas.
Primer periodo se divide en tres sub-etapas:
– La primera etapa es un periodo de unidad, el periodo de origen y formación del español
de América; esto se realiza en el periodo antillano (1495 1519), teniendo en cuenta la conquista
de México; dice que este periodo se puede extender hasta 1531, la conquista de Perú. Este periodo
es el momento en el que el español llega a América con dos focos de prestigio: la norma sevillana
y madrileña. Ha habido críticas de trabajos más recientes, como la crítica de Frago, que dice que
esta etapa es demasiado breve, dice que apenas se puede producir cambios sustanciales, por eso
dice que este periodo debería ampliarse por lo menos hasta el siglo XVII.
– La segunda etapa es la etapa del florecimiento del mundo colonias (desde mediados del
siglo XVI hasta el XVIII); aquí se destaca la conversión del español como lengua vehicular y una
realidad sociolingüística muy compleja, la cual va a dejar de estar en manos de individuos a estar
en manos de la corona. En este periodo es la corona la que toma partido en cuanto al desarrollo
cultural y lingüístico de lo que ocurre en América. También hay una creación de diferentes centros
de prestigio donde empiezan los procesos de estandarización, y ese proceso hace que los rasgos
meridionales de la koiné se vean atenuados en algunas zonas por los rasgos norteños. Además, es
el inicio de la cultura americana; se asentarán las bases de una literatura en el siglo XVI, que
tenían relación con la literatura del Siglo de Oro peninsular.
– Una tercera etapa de este periodo, Guillermo Guitarte lo llama peaje a la época
independiente, un peaje que para él se produce entre el último tercio del siglo XVII y las primera
décadas del XIX. Un periodo que se caracteriza por intentos de ir diferenciación por parte de cada
uno de los virreinatos americanos. Esto implica que estemos en un periodo de transición a una
etapa diferente. Esta diferenciación se produce por la Ilustración americana. Para Guitarte en este
periodo se produce un fenómeno muy importante, la simplificación de muchas de las
características lingüísticas de los textos americanos, y esto se produce por la creación de la RAE.
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Hay cierto gusto por los grupos cultos latinos, hay como una mirada hacia atrás hacia los primeros
textos.
Segundo periodo: periodo de divergencia: confluye con la época de independencia de las
diferentes colonias. Es básicamente el resultado de la etapa anterior. En este momento hay una
característica que va a atravesar todo este periodo: cada una de las naciones va a revindicar su
identidad propia: esto para diferenciarse de España y de las otras naciones. Como consecuencia
de este intento de diferenciación sería un proceso de aislamiento que conlleva un debilitamiento
de la idea de hispanismo. Lo hispánico deja de ser un concepto común para América, sino que
cada uno va a crear una identidad propia.
Tercer periodo: periodo de convergencia: se produce a lo largo del siglo XX. Este periodo
es un periodo opuesto al anterior: respeto, tolerancia, e intento de integración de todas las naciones
independientes. Cada una de las naciones con su propia identidad intenta confluir en un proyecto
grande, construir un marco común para el hispanismo. De aquí surge una de las palabras
fundamentales: panhispanismo, un respeto de las diferencias, el germen del panhispanismo está
en la creación de las academias de cada una de las naciones. Aquí se produce también una
influencia muy importante del inglés; pero probablemente esta influencia no tuvo tantas
repercusiones como lo pudiera haber tenido un siglo antes.
Ha habido otros intentos de periodización, pero los demás no tienen un peso lingüístico de
rasgos internos del español de América. Esta última clasificación es la más completa y la que nos
da más ideas de lo que pasó con la evolución del español de América a lo largo de los siglos.
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