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Entre las llamadas competencias sociales encontramos la comunicación asertiva y la empatía que

es el tema que les quiero compartir. Para abordar este tema, primero trataremos un poco el tema
de la comunicación en general, para luego desarrollar el tema del asertividad y de la empatía. Al
hablar de comunicación, esta es tanto la verbal como la no verbal, en la primera encontramos
tanto la palabra hablada como la escrita y en la denominada comunicación no verbal, tendríamos
los gestos, las imágenes, el tono de voz, el lenguaje corporal, entre otros, a decir de expertos en el
tema, un porcentaje alto de la comunicación recae en el lenguaje no verbal. En la manera clásica
de cómo se aborda la comunicación, se hace referencia de dos partes, de un emisor y de un
receptor, el emisor es quien habla o escribe y se tiene un receptor que es quien escucha o que
está leyendo, este último rol no es tan pasivo como en principio se podría creer, la escucha
también se hace desde nuestras experiencias, expectativas, estado emocional, la actitud que
tengamos en relación al tema y/o a la persona que está emitiendo el mensaje. Es de agregar que la
comunicación se da en medio de un contexto o un referente, social, cultural e histórico que la
influye, se da por canales tanto directos como indirectos y también está cifrada y codificada
(idioma, modismos, comunicación técnica, entre otros).

Hablando de los tipos de comunicación y el tono emocional que esta pueda tener, se plantearían
cuatro tipos de comunicación, la comunicación agresiva, la pasiva, la comunicación asertiva, que
estaría en el medio de las otras dos, también se da una mezcla entre la comunicación pasiva y
agresiva, que precisamente lleva el nombre de pasivo agresiva, la cual es cercana a la ironía y al
sarcasmo, siendo borroso el límite entre ellas.

La comunicación agresiva, se relaciona con el enfado, con la ira, nos encontramos alterados en ese
momento, es posible que se hable de más e incluso lleguemos al insulto y a la provocación, por su
parte la comunicación pasiva, estaría más cercana a la tristeza a un estado de indefensión, mejor
me callo para evitar más problemas, la asertividad parte de un estado de cierta tranquilidad, de no
reaccionarse más de la cuenta pero tampoco asumir una postura pasiva.

Si hacemos una comparación entre los tres estilos de comunicación, nos encontraríamos con lo
siguiente:
La comunicación asertiva se basa en una actitud personal positiva a la hora de relacionarse con los
demás y consiste en expresar las opiniones y las valoraciones, evitando descalificaciones,
reproches y enfrentamientos, es la una de las vías más adecuadas para la interacción y la
comunicación entre las personas, optimizar nuestras relaciones, no es solamente decir lo que
pensamos y de qué manera lo decimos, es también comprender mis necesidades, las de las demás
personas (la empatía), ser responsable de mis emociones y conectar con los demás.

La comunicación asertiva con relación al comportamiento externo, nos encontramos que las
personas hablan de manera fluida, mantienen un contacto visual que no es amenazante, y hay
comodidad en su postura. Pasando a otros componentes, nos encontraríamos que en cuanto al
pensamiento y a la emoción.

¿Qué debemos tener en cuenta en la comunicación asertiva?

Ser claros y concretos. Decir específicamente lo que queremos. Si nos limitamos a insinuar,
corremos el riesgo de ser mal interpretados por los demás.

Ser breves. Ya lo dice el adagio popular “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Si argumentamos
extensa y constantemente, nuestros argumentos perderán peso.

Disculparse, cuando es necesario, está bien: si hacemos reclamos legítimos, las excusas sobran; de
otra manera, parecerá que nos sentimos culpables y nos veremos inseguros. No obstante, siempre
debemos hablar con respeto.

Ventajas de ser asertivo(a)

Utilizar la comunicación asertiva disminuye los niveles de estrés (no nos sobrecargamos con
excesivas responsabilidades, como les ocurre a las personas que no saben decir “no”), nos ayuda a
controlar el mal genio, y mejora nuestras habilidades de afrontamiento, pues nos permite
expresarnos efectivamente, defender nuestro punto de vista, a la vez que respetamos el de los
demás.
En resumen:
Mejora la autoconfianza y la autoestima.
Podemos identificar nuestros sentimientos.
Cuando respetamos al otro, nos ganamos el respeto de los demás.
Mejoramos nuestras habilidades comunicativas.
Podemos tomar mejores decisiones.
Construimos relaciones sociales y laborales basadas en la sinceridad.
Para lograrlo, la comunicación asertiva debe tener presentes estos tres aspectos:
1.Confianza: creo en mi habilidad para manejar una situación.
2.Claridad: mi mensaje es claro y fácil de entender.
3.Control: doy la información de manera calmada y controlada.
Recomendaciones para ser una persona asertiva
Evalúa la forma en la que te comunicas. ¿Expresas tus opiniones o te quedas callado? ¿Dices sí a
todo lo que te digan los demás? ¿Juzgas o culpas a los demás constantemente? Identifica tu estilo
comunicativo, para poder realizar los cambios a que haya lugar.
Exprésate, incluyéndote en lo que dices. Esto te permitirá hacerle saber a los demás lo que estás
pensando o sintiendo, sin parecer que estás acusando.
Practica decir “no”.
Ensaya lo que quieres decir.
Utiliza el lenguaje corporal. Recuerda que la comunicación no es sólo verbal. Mantén una postura
erguida, haz contacto visual regular, mantén una expresión facial neutra o positiva, no cruces los
brazos ni las piernas.
Mantén tus emociones bajo control. El conflicto es difícil para la mayoría de nosotros. Tal vez estés
enojado/a o frustrado/a, o tengas ganas de llorar. Aunque estos sentimientos son normales,
pueden dificultarnos el resolver los conflictos. Si estás emocionalmente afectado/a, espera un
poco. Respira profundo, mantén la calma y habla con voz uniforme y firme.
Hazlo poco a poco. Es importante que practiques estas habilidades con personas cercanas a ti. Esto
te permitirá evaluarte, y de ser necesario, hacer los ajustes correspondientes.

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