Está en la página 1de 505

Acerca de este libro

Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.

Normas de uso

Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:

+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.

Acerca de la Búsqueda de libros de Google

El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
3 9015 00237 258 2
B University of Michigan - BUHR
0
46

1817

ARTES SCIENT
VERITAS
LIBRARY OF
I CHTHEIGAN
SITY OF M
UNIVER

TUEBOR

STQUERISPENINS
ULAM AMO NAM
CIRCUMSPICE
3095

.V63
I

J
HISTORIA

DE LA

GUERRA DE CHILE CON ESPAÑA

( DE 1863 A 1866 )

Cuadros i episodios comentados, arreglados i estraidos de la "Historia de la guerra de España en el


Pacifico" publicada en 1883 por el teniente de navio de la marina española
don Pedro de Novo i Colson.

POR

B. VICUÑA MACKENNA

Jacinto Mirande
Magen

age
Sauli Ener

SANTIAGO

IMPRENTA "VICTORIA , " de H. IZQUIERDO i CA

21 M. - Calle de la Bandera - 21 M.
-
1883.
C
Hist.Heap. Auer .
miiarda
228-43
47455

MirandsAnco
Jacinto

On
e
bags.

ADVERTENCIA PRELIMINAR

El teniente de navío de la Marina Real de España don


Pedro de Novo i Colson, empleado antiguo en el minis-
terio de marina de su país, hombre científico , autor dra-
mático aplaudido i de varias obras históricas de mérito , i
por lo mismo miembro correspondiente de la Real Aca-
demia de la Historia, ha dado a luz en Madrid durante
los primeros meses del presente año i los últimos del pa-
sado, por entregas mensuales, un libro de notorio interes

que, con el título de Historia de la guerra de España en


el Pacífico, esplica muchos de los antecedentes , causales i
misterios de esa misma guerra .

El libro del señor de Novo está bien escrito en cuanto


-1-43

al lenguaje, la claridad i el método ; tiene la forma del


lujo en su impresion , i , mas que todo esto , hállase anima-
41
93

do de un espíritu de levantada franqueza tal cual suele


caber en pechos españoles , los ménos cortesanos entre
todos los historiadores , desde Mariana a Lafuente .
La obra del señor de Novo es por esto , ántes que todo,
un libro de buena fe como el de Montaigne , i esto forma,
en concepto nuestro , su mas preciado atributo . Su estilo
decae de cuando en cuando, como el del arzobispo de Gra-
nada en su famosa homilía jilblasiana , pero su sana , alti-
va i sostenida honradez le salva i lo levanta en sus leves
IV

caidas o deslices . El notable historiador ostenta suficiente

entereza de ánimo para acusar a su propio pais , a sus


hombres mas culminantes i aun a aquéllos que, siendo
sus jefes superiores i jerárquicos , como el famosísimo al-
mirante don Luis Hernandez Pinzon, " pueden hacerle
daño ," por hallarse a la cabeza del servicio a que él co-
mo empleado pertenece . De todos es sabido hoi en Chile
que Pizon es " el almirante de España ," es decir, lo que
fué en tiempos ya remotos " el almirante de Castilla ," la
mas alta posicion de la milicia marítima de la Península .
Fuera de esto , el teniente de Novo ha tenido a su dis-
posicion los archivos de todos los ministerios , conforme
a una real concesion que inserta a la cabeza de su libro ,
dedicado a la Marina Española , i especialmente el suyo
propio, de lo cual se desprende que el libro que nos ocu-
pa contiene ámplia , comprobada i novísima informacion .
I aun mas : la historia del señor de Novo es la primera
pájina de una serie de revelaciones graves que la Espa-
ña hace al mundo sobre la política que le precipitó a la
guerra desde 1860 contra Santo Domingo , contra Méjico ,
contra el Perú i de rebote contra Chile en 1865 , política
absurda , funesta , tildada aun de complicidades desdoro-
sas, que el autor no vacila en condenar. El libro del in-

jeniero de la Numancia Iriondo i los papeles mas o ménos


desconocidos de los titulados miembros de la comision

científica que trajo a su bordo la flotilla de Pinzon , son


simples apuntes ocasionales sin mérito , i sin método en
comparacion del que vamos a estudiar i a condensar, rá-

pidamente.
En consecuencia, nuestro método será tan sencillo co-

mo el plan i desarrollo del valiente escritor castellano ,


salvo que, con ménos descanso tal vez que él, en su tran-
quilo gabinete en la ancha calle de Alcalá en Madrid,
habremos nosotros de alijerar mas la marcha desemba-
razándonos de toda impedimenta de guerra que no sea
esencial a nuestro itinerario. En Chile, aunque no lo pa-
rezca, vivimos mucho mas a prisa que en España .
Sin embargo, i como una justa compensacion de paises
i aun de perspectivas i de causas, así como el autor cas-
tellano ha otorgado notoria preferencia a la insercion de
todos aquellos documentos españoles, que deberian aumen-
tar el honor de las armas de su patria o justificar su em-
presa aventurada, nosotros damos cabida al final del ca-

pítulo respectivo a aquellos de orijen nacional que mejor


tiendan a realzar nuestra gloria i a prestijiar nuestro buen
derecho, i que hemos acopiado , no sin prolija labor , de la
prensa diaria de Chile i del Perú de aquella época o de los
folletos en que se hayan ocasionadamente esparcidos .
Por ese camino el presente libro , no obstante su abso-
luta carencia de pretensiones , escepto las de aquilatar la
verdad por sus dos faces , la nacional i la estranjera, en un
solo crisol, se trocará para el lector chileno , en un verda-
dero i cómodo repectorio nacional, conteniendo todo lo
que es interesante i trascendental para la historia de la
segunda i última guerra que esta remota pero valiente
colonia sostuvo con su madre patria en el primer siglo de
su emancipacion.
De igual manera brindaremos hospitalidad i acojeremos
de buen grado las rectificaciones que la obra puramente
española, que forma la tela i el estambre de esta rela-
cion, hayan arrancado a los actores chilenos del drama, i
en primera línea a los del contra- almirante Williams Re-
bolledo , el feliz captor de la Covadonga . Con el mismo fin
abrimos camino en los capítulos correspondientes a las
cartas que el inmortal chileno Arturo Prat escribió a su
madre desde a bordo de la Covadonga cuando siendo
guardia-marina , tomó parte en el combate del Papudo i
cuando promovido a teniente se batió en Abtao , a las
órdenes de Thompson. "A todo señor, todo honor! "
I de esta suerte los cuadros por demas interesantes que
- VI -

apénas conoce el lector chileno por la apresurada prensa


diaria, aparecen ahora revestidos de las ropas talares que

son propias de la historia . I así ésta adquirirá de hecho


entre nosotros el título de ciudadanía a que es acreedora,
completándose al mismo tiempo la una con la otra, la
relacion española con la chilena , ventaja sólida i atracti-
vo poderoso de que carece aun la obra orijinal, tomada
en su totalidad, porque ésta en resumen fué escrita para
un público estranjero , i bajo un punto de vista casi esclu-
sivamente español , si bien jeneroso , justiciero i levantado .
INTRODUCCION

El libro con que hoi contribuimos a la historia nacio-


nal i a una de sus épocas mas oscura, mas interesante i
ménos conocida i estudiada , no tiene ni remotamente pre-
tension de orijinalidad . - Es , al contrario, la transcrip-
cion de un trabajo ajeno tan hermoso como completo, tan
cabal en sus juicios como desapasionado , al menos en la
jeneralidad de los casos , de las causas , resentimientos
i motivos que por lo comun perturban el sereno criterio
de los historiadores contemporáneos .

El intelijente marino i clásico escritor a quien España ,


su patria, debe esta notable produccion literaria i profe-
sional, ha hecho un verdadero servicio a la América es-
pañola , mas en particular a Chile, pais al cual rinde siem-
pre imparcial cuanto honrosa justicia, i a su propia nativa
tierra ; porque nada acerca mas a los hombres i a los

pueblos , despues de sus fieros enojos, que la noble ver-


dad i sus claros reflejos .
En este sentido el libro que hoi reproducimos es una

obra no solo de apaciguamiento sino de reconciliacion ; i


a este título forma en su conjunto un trabajo útil , atra-
yente i de palpitante actualidad .
Cosa natural i aun ineludible es que , dados los tiem-
pos , las distancias i los casos , no ofrezcamos esa prolija
história ni al lector chileno ni al español avecindado
VIII

en Chile, en toda su estensa integridad , cual lo ha ejecu-


tado su paciente i laborioso autor. Pero en la forma frag-
mentaria en que hoi ve la luz pública en este lado de
los mares , la historia jenuinamente española reviste todo
el poderoso aliciente que ha cautivado la atencion del
público hispano- chileno i dado orijen a esta compajina-
cion, que no es en manera alguna un negocio sino una
propaganda, no es una tarea sino un deleite.
Despojando la narracion de lo que es exclusivamente
español o peruano , particularmente en sus lentos , engo-
rrosos i sórdidos comienzos ; alivianando, si es posible
decirlo así, el testo primitivo de sus estensas notas ofi-
ciales i comentarios diplomáticos , i de todo aquello que
solo sirve para eslabonar la cadena de los acontecimien-
tos , sin que sea la esencia misma de éstos , hemos creido

dar vida propia i en cierta manera rejuvenecer el drama


del Pacífico , conservándole así mas vivo el brillo i mas
animada i animosa la perspectiva que el autor peninsu-
lar ha logrado imprimir con tanta fortuna a su crónica .
Atribuimos a este sistema, ejecutado con estudio de
seleccion i buena fé de propósito , el éxito que esta pu-
blicacion ha alcanzado en la prensa diaria que lo ha re-
producido ; i ahora para imprimirle aun mayor novedad

i duplicar su interes , hemos agregado de cuando en cuan-


do algunas pájinas i aun capítulos del todo nuevos al
libro orijinal, sobre acontecimientos que habian perma-
necido relegados o incólumes , i que al presente reco-
brarán sin duda alguna su mérito e indisputable valía
intrínseca .

De los "Cuadros i Episodios " publicados , suprimimos ,


sin embargo, uno solo, porque nos es personal , i a caso
en demasía benevolo , cual fué el que bajo el número XV
salió a luz en Valparaiso el 17 de julio último con el tí-
tulo de El Ultimo . No por ser el compajinador "el últi-
mo" entre todos , créese con derecho suficiente a imponer
su figura, ni siquiera su nombre, a un libro jeneroso pero
ajeno.
En todo lo demas hemos procurado conservar en lo po-
sible la perfecta unidad de la relacion , a fin de que el

carácter en apariencias fragmentario de esta publicacion


no dañe a la marcha natural i al encadenamiento lójico
de los acontecimientos , lo que con algunas leves agrega-
ciones hemos creido obtener con perfecto resultado . De
ello sea juez el público de América i el autor de España.
Por lo demas , el lector , justo apreciador del mérito li-
terario, no tendrá talvez a excesiva merced de su parte
que le hayamos puesto en las manos , limpio del grano
ajeno i por libérrimo costo ( 1 ) una obra impresa en el es-
tranjero con dispendioso lujo ; i si bien es cierto que no
hemos pedido el usual permiso al dueño de la troj , para
hacer la aparta de la mies , dámoslo, empero, por conce-
dido a título de internacional cortesanía i amistosa co-

rrespondencia epistolar.
Efectivamente , autorízanos a ello la jenerosa liberali-
dad que el autor de la obra orijinaria i orijinal ha
gastado en estos asuntos por carta con nosotros ; no mé-
nos que el afectuoso trato i reciprocidad con que los dos
paises , reñidos hace veinte años en inverosímil, forzada
e inícua guerra, i hoi reconciliados por la luz , que es tiem-

(1) El precio de venta de la obra del señor Novo en Madrid (edicion


económica) es de seis pesos fuertes (30 pesetas) ; i los tres primeros ejem-
plares que han llegado a Chile se han vendido en el primer dia de su
exhibicion en las vidrieras de la Librería del Mercurio por el doble de
esa suma ( $ 12) . Pues bien , la presente edicion se venderá a lo sumo por
la cuarta parte de este precio.
El señor de Novo ha publicado ademas las siguientes obras que han
dado base sólida i brillante a su reputacion de escritor español. -Paseo
cientifico por el Océano (3.ª edicion) .-Historia de las esploraciones árti-
cas (2.ª edicion) .- Ultima teoria de la Atlántida (3.ª edicion agotada).-
Viajes de Juan de Tuca i de Lorenzo Maldonado. - La manta del caballo
(drama, 1878).— Vasco Nuñez de Balboa (drama, 1882) .
La Historia de la guerra de España en el Pacifico, es sin disputa la
obra de mas aliento del señor de Novo, i consta de 15 capítulos, reparti-
dos en 533 pájinas en 8.º
2
po, i la razon, que es posteridad , tiéndense calorosa mano
la una a la otra al traves de los mares que enfrian los ren-
cores .
I porque en todo caso i en el último de todos , si hu-

biese de considerarse con poca induljencia delito levísimo


de piratería literaria el que ejecutamos , en el presente
año del Señor, ¿ no seria aquél, por acaso , justa i necesi-
tada represalia de la aventura española de Valparaiso
en 1866?

Con estas lijerísimas esplicaciones de cordialidad , de


olvido recíproco del pasado i de confianza en mejores
dias , damos forma i cuerpo a nuestros comentarios , es-
perando que así de ellos como del libro de que se deri-
van, habrán de surjir para los dos paises belijerantes en
1865-66 luz i sombra , gloria i ventura en las horas ve-
nideras de una vida que ántes fué solo una sola existen-

cia, una sola heredad, una sola patria.

Santiago, agosto 1.° de 1883 .

B. VICUÑA MACKENNA.
CAPÍTULO I

EL PERÚ I LA ESPAÑA ANTES DE LA ESPEDICION DE PINZON


AL PACÍFICO

El Perú despues de Ayacucho.-Vivanco i Castilla.-Los siete presidentes.-La Conso-


lidacion. Don José Joaquin de Osma en España.- Tratado secreto de 1853.-- Su de-
saprobacion por el presidente Castilla.—Importantes notas del ministro Paz-Soldan.
-Estolidez del negociador Osma.-Sospechas i cálculos.- Viaje de la fragata Fe-
nolana al Pacífico i su acojida en Chile i el Perú.-Negociaciones infructuosas de Or-
tiz-Cevallos i de Sanchez sobre el reconocimiento de la independencia del Perú.
-Reconocimiento de la independencia de Chile por España, tranquila i honrosa con-
ducta de aquel país.

Comienza la interesante, prolija i verídica historia de


la "Guerra de España en el Pacífico ," dada recientemente
a la estampa en Madrid por uno de sus jóvenes escrito-
res de mas valía i de mejores esperanzas , por pintar, con
bastante fidelidad de pincel i de colores , la situacion que
desde Ayacucho atravesó la infortunada república del
Perú, hasta que del fondo inagotable de las revueltas sur-
jió la enerjica cabeza de don Ramon Castilla, hombre de
raza i cholo turbulento, pero de conocido jenio natural i
único hombre que, despues de Bolívar i antes de don
Manuel Pardo , haya logrado dominar de hecho todo el Pe-
rú. "Desde entónces , escribe con diestra mano el teniente
de Novo , aludiendo a la política que se desarrolló en el
Perú despues de la independencia, desde entónces el go-
bierno de ese pais ha mantenido una continuada serie de
trastornos , guerras, atropellos o traiciones . A don José
La Mar lo arrojaron Gamarra i Lafuente, que se hicieron
árbitros del poder. El prestijio de que gozaba el primero
debíalo a su mujer, bella amazona que arengaba al ejér-
cito i se batia con heroismo. Durante su mando logró
sostener una paz relativa , pero quiso que le sucediera en
la presidencia un testaferro suyo, el jeneral Bermúdez , i
éste orijinó largas i sangrientas luchas con el candidato
de las damas, que lo era don Luis Orbegoso ; al fin el po-
der supremo fué arrebatado a ámbos por el jeneral Sala-
verry, cuyos escesos i abusos ocasionaron la intervencion
de Santa Cruz , presidente de Bolivia , quién , apoderándo-
se del país , se lo anexó en 1835 i titulóse jefe i protector
de la Confederacion Perú- Boliviana . Poco conforme Chi-
le con estos sucesos , declaró la guerra a sus vecinas ,
venciéndolas despues de tres años de lucha, con lo que
caducó el protectorado , i Gamarra obtuvo de nuevo la pre-
sidencia del Perú.
"En 1841 el coronel Vivanco , proclamándose rejene-
rador, intentó destituir a Gamarra ; pero fué vencido i
nada pudo rejenerar por entónces ."

II

I en seguida , adelantando mas el bosquejo de un cua-


dro tan cargado de sombras i de liviandades femeninas ,
todavía el historiador agrega en la pájina 15 de su bien
estudiado libro :
"Difícil es condensar en pocas líneas los complicados
sucesos de tanta conspiracion i revuelta i mencionar el
enjambre de pretendientes que surjieron para gobernar
la república. Lafuente , que mandaba un ejército al sur,
se batia con San Roman , jefe de una division del mismo
ejército , en tanto que Menendez , presidente interino , de-
claraba a Lafuente traidor a la patria i enviaba contra él al
jeneral Torrico ; pero este jeneral halló mas cómodo em-
plear las fuerzas de que disponia en destituir a Menendez
i proclamarse dictador (1842) . Entre tanto, el jeneral
Vidal se habia declarado jefe supremo de Cuzco, apoyado
3

por el coronel Vivanco i aconsejado por Lafuente. Por fin


Torrico fué batido por Vidal i éste entró en Lima. ¿Para
qué? Inútiles afanes e inútil victoria , pues a la manera
que en las comedias de májia surje siempre lo inesperado ,
aquí otra amazona intrépida, la esposa de Vivanco, rea-
lizó en pocas horas una novelesca revolucion con el éxito
mas feliz , i apoderándose por sorpresa de Arequipa, pro-
clamó a su marido . Este se hallaba ausente , pero acudió
en seguida i se adornó con el título de director supremo
de la república .
Doña Cipriana Latorre , que así se llamaba la esposa
de Vivanco, altamente simpática por su gracia seductora,
consolidó cada dia mas i mas el poder alcanzado i el di-
rector supremo comenzó a disponer el campo para ensa-
yar la dictadura. En esto Lafuente conspiró de nuevo i
el jeneral Castilla se preparó a atacar a Lima con algunas
fuerzas . Sale Vivanco en su busca, i no obstante el pro-
pósito de ambos campeones , trascurrieron varios meses
sin que les fuera posible encontrarse. ¿Se hubieran por
fin avistado los dos ejércitos ? Puede que sí ; pero en aquel
intermedio i harto de esperar sin duda o por distraer sus
ocios , el gobernador de Lima , señor Elías , se instaló en
el palacio i se proclamó presidente. A tan fácil adveni-
miento sucedió un año de guerra civil , que acabó por dar
el poder al jeneral Castilla . "

III

En el curso de este escrito tendremos ocasion de es-


tampar el juicio harto distinto que dentro de la justicia
emite el escritor español sobre la conducta honrada ,
tranquila i circunspecta de Chile, con particularidad en
sus relaciones internacionales ; pero con respecto a la del
Perú que anatematiza en mas de una ocasion con el calor
en el alma i hasta con la bílis de la pluma , concluye aquél
con este párrafo de escesiva dureza en el sentir nuestro :
"Lójicamente se infiere que un pais sumido en tan es-
pantosa anarquía habia de tener sérios conflictos con las
naciones estranjeras . Los robos , los atropellos i asesina-
tos quedaban impunes , debido a la impotencia absoluta
de los tribunales de justicia en medio de tan gran des-
quiciamiento. "

IV

Por nuestra parte, i acojiéndonos a la lealtad, que es el


verdadero broquel de combate i de defensa del escritor
honrado , parécenos que el marino español ha llevado sus
acusaciones contra el Perú a un grado que se roza con la
injusticia, porque culpa a su gobierno, i especialmente a
su pueblo, de hechos i delitos de índole puramente per-
sonal i tal vez estranjera , cuales fueron el asesinato del
enamorado Sullivan , ministro de Inglaterra , i el desdi-
chado fallecimiento del ministro de Chile don Ramon
Luis Irarrázaval. Antes que todo, en medio de todo i
despues de todo, la augusta verdad!

Arrastradas por entre sangre i desastres así las cosas


de gobierno i las cuestiones internacionales del infeliz
Perú durante mas de treinta años , solo vino a preocu-
parse de reanudar sus relaciones con España bajo la ad-
ministracion Echenique, en 1853. I entonces no fué esto
un acto político , ni siquiera internacional, sino un negocio
de bolsa, una verdadera infamia administrativa , porque ,
so capa del honor de la patria , buscábase por sus auto-
res solo una especulacion de logro i ajio personal.
Bien conocida de todos es la historia, es decir, el escán-
dalo de la Consolidacion de deudas imajinarias que or-
5

ganizó el presidente Echenique , i en la cual se probó mas


tarde, por los mismos tribunales peruanos i su congreso,
que se habian ejecutado fraudes manifiestos por mas de
doce millones de pesos fuertes.
Ahora bien: hecha esa consolidacion peruana con tanta
fortuna como cinismo , Echenique i su circulo se lanzaron
en demanda de una consolidacion española , i para sacar
ésta airosa elijieron al hombre mas adecuado por su falta
absoluta de principios , su desprecio conocido por su pa-
tria i sus importantes relaciones en España , a don José
Joaquin de Osma , este conde don Julian del Perú mo-
derno , cuñado del jeneral don Juan Zavala, i amigo de
círculo , de hogar i de bolsa de todos los hombres que a la
sazon figuraban en España .

VI

Tenia esto lugar en 1853, es decir, en plena consolida-


cion, cuando un solo chileno , "el consolidado Concha,"
(que así le llamaron en su época) , como ajente del jeneral
Torrico , echó en sus gavetas un largo millon de pesos en
un año .
I en consecuencia de esto , Osma, haciendo su negocio
como los de Lima , firmó en Madrid el 25 de setiembre
de aquel año un tratado secreto (aficion peruana ! ) que era
el mas inícuo despojo i la humillacion mas vergonzosa
para su pais.
Comenzaba ese tratado , que el señor de Novo publica
in integrum, por establecer en su primer artículo una co-
sa enteramente inconducente , redundante i por lo mismo
ofensiva a la dignidad del Perú, cual era la de declarar
que " la reina de España renunciaba para siempre , del mo-
do mas formal i solemne, por sí i sus sucesores , a la so-
beranía, etc. del Perú. " ...... lo que era borrar de una

plumada a Ayacucho, su gloria i su capitulacion ; i en


seguida establecia en su artículo 2.° una cosa tan falsa i
tan pueril como aquélla, -cual era un indulto recíproco
Partes contratantes se otorgaban por las per-
que ámbas
secuciones que hacia un cuarto de siglo habian cesado
de hecho i por completo.....

VII.

Mas , aquello era solo la carátula. La médula estaba


adentro del pergamino, en los artículos 5.° i 8.° del tra-
trado , en los cuales se creaba en Madrid la consolidacion
de la deuda española , exactamente como se habia creado
la consolidacion de la deuda peruana en Lima.
I para que se vea que ni en lo mas mínimo exajera-
mos , hé aquí el testo cabal del artículo 5.° del famoso
tratado secreto de 1853 , que no seria el primero ántes de
esa fecha ni el último ántes del de 1873:
"Art. 5.° Habiendo reconocido la república del Perú
por la lei de 25 de agosto de 1831 la deuda contraida
por las autoridades españolas , durante el tiempo del go-
bierno español en aquel territorio hasta que cesaron de
gobernarlo i que gravaba sobre los diferentes estableci-
mientos de crédito i oficinas del Estado , suspendióse sin
embargo el reconocimiento de aquellos capitales que per-
tenecian a súbditos de S. M. C. entre tanto que entraban
en relaciones los dos gobiernos , lo que felizmente tiene
hoi lugar. La república del Perú reconoce desde luego i en
virtud de este tratado como deuda nacional , conforme a las
disposiciones de la lei citada , los créditos pertenecientes a
súbditos de S. M. C. a que se refiere el artículo 5.º de la
misma lei; i dichos créditos serán considerados como los
demas de su clase i gozarán de igual interes i de todas las
ventajas que se concedan a la deuda interna procedente del
mismo orijen en la lei que debe darse para su consolida-
cion i amortizacion . Pero en el caso de que en el térmi-
no de dos años , a contar desde la fecha de la ratificacion
del presente tratado, no fuera sancionada i promulgada
la mencionada lei de consolidacion , las altas partes en se-
mejante caso se comprometen a negociar i concluir un
7

convenio especial con objeto de arreglar este negocio por


lo que toca a los créditos
"" de súbditos españoles a que se
refiere este artículo .'

VIII.

El artículo 8.º era todavía mas arbitrario i en realidad


mas infame e infamante , porque disponia que las fincas
de los españoles residentes en el Perú al tiempo de la
guerra de la independencia (que era casi la totalidad del
vireinato) les serían devueltas tal cual se hallaban al
tiempo de su confiscacion por los patriotas, debiendo
pagarse en billetes de la deuda consolidada los menosca-
bos que tuvieran o su precio íntegro , si hubieran sido
enajenadas. Agregábase a esto la ironía de que el go-
bierno español, por su parte, haria lo mismo con los
súbditos peruanos que hubiesen perdido sus predios
en España, los cuales ni buscados con un cabo de vela
se habrian encontrado ... "Conoce mui bien V. S. , escla-
maba a este respecto, dirijiéndose a Osma e increpándolo
el ministro de Castilla , don José Gregorio Paz Soldan ,
hombre que ha dejado en el Perú notorias huellas de su
vigor, de su talento i de su codicia , conoce mui bien V.
S. que ni al dia siguiente de perder una batalla podría-
mos admitir tan duras condiciones . Con el articulo 8.° se
afectan el honor, la dignidad i la hacienda del Perú, in-
tereses sagrados que el gobierno i todos los peruanos que
verdaderamente amen a su pais deben defender hasta la
muerte antes que comprometer de una manera tan grave ."

IX .

Pero a todo esto, i a reprimendas mucho mas sérias


Osma siguió mostrando cara de palo , i se limitó a pedir
nuevas instrucciones para poner fin a " sus perplejidades ."
8

El magnate peruano- español, como sus cómplices de


aquí i de allá , estaba aferrado al negocio , i no queria sol-
tarlo . Esto era todo , i mas tarde se verá que la guerra de
1865 i 1866 no fué, bajo muchos conceptos , sino una faz
de ese mismo negocio, una faz de la consolidacion . "Se
ha dicho testualmente , prorrumpe a este respecto con su 1
española franqueza el autor del libro interesante que nos
comunica estos importantes documentos i revelaciones ,
se ha dicho testualmente que el señor Osma era poseedor
de valores que habian de ser objeto de arreglo entre ambas
naciones, lo que empezó a enjendrar dificultades, pues el
I
Perú creyó ver en España el instrumento de fuerza que
los intereses personales del plenipotenciario iban a poner a
su servicio para gravar la riqueza peruana con obliga-
ciones considerables . " ¿Puede hablarse con mayor fran-
queza i denunciarse un indigno plan de peculado con ma-
yor entereza delante del rostro de estuco i calicanto de
los que lo intentaron, i que a estas horas pasean todavía
sus carrozas doradas en torno de la Fuente Castellana de
Madrid?

X.

Encuentra cabida aquí otro rasgo de espontaneidad ibé-


rica que es apropiado recordar, porque cada vez que el
Perú intentaba mandar un negociador a España , los inte-
resados en el peculado , a título de ser ellos preferidos ,
estorbaban el nombramiento de los otros hasta hacer im-
posible el de ninguno.
En una de estas circunstancias habia llegado en efecto
al Callao, por el mes de julio de 1850 , la famosa fragata
Ferrolana, cuyo galante paso por Valparaiso, al mando
del bizarro capitan don José María Quezada, pocos de
los que hoi viven habrán olvidado ; i dando cuenta aquel
jefe a su gobierno de las insinuaciones que hasta entón-
ces habian mediado para celebrar un tratado de recono-
cimiento de la independencia del Perú por la España se
espresaba en los siguientes claros términos :
9

"Llegado aquí era preciso manejarse con circunspec-


cion ; todo lo que habia que evitar era un desaire que,
despues de hecho , no tuviera soldadura e impidiera tam-
bien que se arreglase esa cuestion (la de la independen-
cia) , para la que hace tiempo están dispuestos i solo les
ha detenido el haber siete u ocho pretendientes para ir a
concluirla.
"Desde luego , dije que no tendria inconveniente en sa-
ludar, si se me aseguraba la contestacion . Se me aseguró
la afirmativa ; envié una persona a propósito para verse
con el presidente, a saber si me recibiria, pues de otro
modo no saltaria en tierra ; que yo no queria hacer el
papel únicamente de tolerado , sino que todo el mundo
viese i supiese que se me recibia francamente . Se me
contestó que al momento que quisiera. Saludé, me con-
testaron, visité al gobernador i comandante jeneral de
marina en el Callao , i me recibió con todos los honores ,
i delante de todos declaró que se me recibia i se me tra-
taria no solo como la nacion mas privilejiada , sino con
todas las simpatías que eran naturales entre los dos pai-
ses . El presidente me recibió al dia siguiente que fuí a
Lima i me repitió lo mismo. Hoi ha estado el goberna-
dor a pagarme la visita i se le han hecho los honores de
su rango. Hago a Ud. esta relacion por lo que pueda va-
ler."
La conducta del comandante de la Ferrolana, dice el
autor, como si escribiese desde la cámara de la Navas de
Tolosa, mereció los mayores plácemes del gobierno espa-
ñol i así se le comunicó oficialmente, i luego añade :
"No deja de ser sencillo i algo candoroso el modo de
reanudarse las amistades brevemente i por primera vez
desde su separacion entre el antiguo vireinato i la orgu-
llosa metrópoli ."

XI .

Mas adelante i en este mismo terreno de la puja en las


embajadas de negocio, afirma el historiador español que
el célebre doctor Ortiz Cevallos , ministro universal de
10

Castilla durante la rebelion vivanquista de Arequipa en


1858 , habia obtenido , en premio de sus servicios , el ape-
tecido título de negociador. Pero al punto saliéronle al
camino los demas de la jauría , i probando que no era pe-
ruano sino quiteño, lo dejaron a la luna de Paita, es de
cir, a medio camino de navegacion i de logro.
Todo lo que Ortiz Cevallos pudo obtener, fué nombrar
a su deudo don Pedro Galvez , quien , de Paris , donde se
hallaba de ministro , trasladóse a la corte madrileña pre-
tendiendo que ántes de ajustarse las bases de un tratado
de reconocimiento de independencia , de dominios i de
consolidacion de pesos , se le admitiese en calidad de mi-
nistro plenipotenciario , lo que en cierta manera equivalia
a reconocer de hecho i sin tratado la solicitada indepen-
dencia. "La risa estalla , esclama en este punto el señor
de Novo, dando quizá muestras en ello de exceso de
españolismo ; la risa estalla al escuchar tales razones , i no
cesa con la marcha del diplomático , sino que se sostiene
i renueva a costa de la nacion desdichada , cuyos gober-
nantes la obligan a representar sainetes tan divertidos
como de pésimo gusto .
"Galvez regresó a Paris despues de fracasado el único
intento que traia , i a esto se redujo su comision estraor-
dinaria i las prometidas negociaciones de reconocimien-
to en 1859."

XII.

Coloca en este punto el autor de la Guerra de España


en el Pacifico su primer contraste i parangon entre Chile
i el Perú, recordando que a nuestro pais no se le exijió
el ajuste previo de un tratado para que nuestro plenipo-
tenciario, el ilustre i probo jeneral Borgoño , fuera admi-
tido en la Corte de Madrid como representante de Chile de
en 1844 .
I hé aquí cómo el autor establece la disparidad del es
caso honroso para nosotros , con lo cual ponemos apro- el
11

piado remate a este preliminar histórico de una guerra


que se hizo despues comun:
"Por fortuna éste, dice el señor de Novo del gobierno
español, si bien ignoraba la mala acojida de las negocia-
ciones, tuvo mui en cuenta el poco fundamento i seriedad
que distingue al Perú, donde un sencillo cambio de po-
lítica era lo bastante para deshacer todo lo concertado .
Ciertísimo es que, cuando jestionó Chile el reconocimien-
to de la independencia , su plenipotenciario obtuvo , por
escepcion, el permiso de entregar sus credenciales ántes
de ratificarse el tratado. Pero a Chile lo garantizaban no
solo su mayor cordura , sino el laudable precedente de ha-
ber reconocido hacia muchos años la deuda española, mo-
vido por un sentimiento de equidad i de justicia. Los he-
chos dan la razon a nuestro pais en no haber otorgado
al Perú lo mismo que concedió a Chile ."

XIII

Agrega el historiador español que el representante del


Perú en Madrid , el ya mui conocido personaje don José
Joaquin de Osma , faltó dos veces a su deber ; primero
tratando de engañar a su gobierno con un tratado falaz ,
i en seguida engañando de hecho al gabinete español, al
cual estudiosamente ocultó que " las bases secretas " de
ese tratado habian sido esplicitamente desaprobadas por
el gobierno peruano que sucedió a Echenique, es decir ,
por los anti- consolidados Castilla i Paz- Soldan.
La Consolidacion formó época en el Perú, a la manera de
las plagas en Ejipto , i por esto , como de la fístula de Luis
XIV , se habla en el Perú de los hombres i de los críme-
nes antes de la Consolidacion , i despues de la Consoli-
dacion , cual si se dijese , a ejemplo de Luiz XV , "ántes o
despues del diluvio . ”
Pero el laborioso investigador oficial de la marina real
española, que tan notables documentos ha exhibido ante
el juicio imparcial de sus contemporáneos , pudo todavía
12

completar mejor su pensamiento añadiendo que si Chile


firmó un tratado de reconocimiento de la independencia ,
de paz , amistad , comercio , etc. en 1844 , fué porque tras
de esos nobles atributos , vínculos sagrados de las nacio-
nes , no habia ningun peculado, ni huano, ni consolida-
cion, ni traiciones a la patria por dinero.

XIV .

I ahora que hemos espuesto los antecedentes de las


relaciones recíprocas de los dos paises con España , si-
guiendo la hilacion de una historia reciente i comproba-
da , no será difícil demostrar cómo, perdiendo la propia
España su equilibrio i triunfando los ajiotistas peruano-
peninsulares en Madrid i en Lima lanzaron la flota de
aquella magnánima pero desapercibida i casi indiferente
nacion a las aventuras que produjeron al fin la catástrofe
de 1865-66 , fruto esclusivo del ajio i de la culpa de los
malos hijos del Perú en Lima , en Madrid i en todas
partes
CAPÍPULO II

EL ALMIRANTE PINZON EN SANTIAGO

La anexion de Santo Domingo a España en 1860 i la espedicion francesa a Méjico en


1861.-Intrigas del duque de Morny en Paris, del peruano Osma en Madrid, i del sui-
zo Jecker en Méjico. El gobierno español acuerda en 1862 enviar una flotilla al
Pacífico.-Instrucciones secretas comunicadas a su almirante don Luis Pinzon.- Hosti-
lidad encubierta contra el Perú.-Error i deslealtad flagrante del gobierno español
en el envío de la espedicion científica al Perú.-Sus buenos i leales propósitos respecto
de Chile.- Funestos presajios de la escuadrilla en el Pacífico.-Recibimiento de la
escuadra española en mayo de 1863 en Chile.--Acojida de la prensa de Valparaiso.-
El almirante Pinzon en Tiltil i manifestaciones de cordialidad que le aguardan
en Santiago. Sus comunicaciones privadas al gobierno español sobre el particular.-
Conducta atrabiliaria del almirante en Valparaiso.- El banquete de 13 de junio de
1863 en esa ciudad.-Primeras susceptibilidades i primeras sospechas.- Tienese no-
ticia de un desagradable lance ocurrido en Magallanes, con el almirante, i cómo aquel
fué comentado.

Hallábanse las relaciones del Perú con España en el


punto vidrioso a que llegábamos en el capitulo preceden-
te de este libro de lecciones póstumas pero eficacísimas ,
socabada la buena fé de la una i del otro por secretas
codicias i perfidias , cuando , por imitar el tentador si bien
insensato ejemplo de Napoleon III , empeñado en asentar
su dinastía en oro, cimiento del siglo , i dar lucro a sus
amigos i a sus cómplices, lanzóse la última en el mar de
las aventuras sin brida ni timon.
Tuvo lugar su primer i desdichado ensayo en Santo
Domingo el año de 1860 ; i aunque la tentativa de peli-
grosa e innecesaria reconquista costóle 300 millones de
reales i 30 mil soldados , no escarmentó con ello,
14

Siguióse despues Méjico en 1861 , i allí fué peor, por-


que hubo de retirarse España desairada rompiendo la
primera la famosa convencion de Londres , firmada en 1861
por ella, la Inglaterra que cobraba 60.000,000 , i la Fran-
cia, que se empeñaba en convertir los suministros de
paño de vestuario del judío Jecker (fusilado despues por
la Comuna) , de 4.000,000 de francos en 75.000,000 (15
millones de pesos ! )
Entre tanto, los únicos que sacaron algo de tanjible
del embrollo , fueron los jenerales de la triple alianza,
porque Prim obtuvo la mano de una riquísima dama me-
jicana avecindada en Paris , la señorita Agüero ; al paso
que Bazaine, a su ejemplo , llevóse la suya pasando para
ello cobardemente sobre el cadáver de Maximiliano , con
cuya sangre manchóse la orla de la túnica de encajes de
su novia.
Condena el autor de la Guerra de España en el Pacífi-
co, como español bueno i honrado , aquellas calaveradas ,
i de la de Santo Domingo noblemente dice que "se hace
preciso confesar que fué debido a los españoles el orijen
de esa guerra ."
I en seguida, hablando de que tal cosa emprendióse
(como la guerra actual de Chile) por un simple decreto
gubernamental , agrega estas palabras enderezadas a la
tierra en que se hizo tipo nacional don Quijote de la
Mancha : "No es posible disculpar tamaño desacierto sino
sacando a plaza la "castellana hidalguía," adorada al par
que tirana señora nuestra , motivo de proezas asombrosas ,
pero escudo tambien de graves errores i estupendas nece-
dades."
Esto dice el teniente de Novo en el capítulo III de su
justiciero libro, capítulo que lleva por título- Santo Do-
mingo i Mejico.- Alarmas i recelos del Perú. I eso (decí-
moslo a nuestro turno nosotros ) se llama saber escribir la
historia contemporánea i en vida i responsabilidad de los
culpables . Don Leopoldo O'Donnell, apadrinador de aque-
lla política , i el duque de Morny, su orijinador infame,
porque hoi está probado con los papeles secretos de las
Tullerías que llevó el treinta por ciento del negocio ju-
daico del infeliz Jecker, supieron morirse a tiempo...
L 15

II

Pero la España , hija de Pelayo i de sus breñas , es


testaruda, i una vez lanzada no supo detenerse . Al con-
trario , irritada (i aquí comienza su verdadera culpa i su
funesto error) por la justa grita que en varias secciones
de América, i especialmente en el destemplado Perú, se
alzara contra sus empresas en las Antillas i en el golfo de
Méjico , precipitóse hácia el abismo. La España honrada
i jenerosa suele imitar , para su mal, a sus indomables to-
ros en la lisa...

III

Aquel temerario procedimiento, por mas que se haya


dicho, era, en efecto, de provocacion i era de guera . Púso-
se a la cabeza de ella un hombre fogoso e inflamable que
en la recientemente pasada guerra de Marruecos se ha-
bia dado a conocer por su arrebatada disposicion de
bombardear ciudades con emplazamiento de horas , i fuera
de esto comunicáronsele instrucciones en el fondo beli-
cosas i desatentadas .
El historiador de Novo ha hecho a su país i a la Amé-
rica el insigne servicio de desenterrar esas instrucciones
i darlas con toda franqueza a luz, i cualquiera verá que
lo que se entregó con ellas a Pinzon no fué un pliego
cerrado sino un lanza fuego en ascuas.

IV

No ha sido dable al investigador marino desentrañar


los móviles secretos de aquellas instrucciones , pero desde
que la escuadra pinzónica estuvo destinada a protejer en
16 ---

el Perúgrandes intereses, se dejó comprender quiénes eran


los manipuladores que, desde la consolidacion de 1853 ,
estaban detras de la cortina. Fijese el lector en que por
aquel tiempo no tenia la España sino un comercio limi-
tado i receloso en nuestras costas , por lo cual resalta que
esos "grandes intereses ," mal encubiertos ahora con la
hidalguía castellana, madrastra de la España, segun el
franco historiador que seguimos , no podian ser sino los
que habian venido ajitándose desde hace diez años , es
decir, desde el acceso i traicion de Napoleon III , en ma-
nos de los Morny en Paris, de los Osmas en Madrid i de
los Echeniques en Lima. Aquello era una gran consolida-
cion internacional.
Las instrucciones dadas por el ministro de Estado (de
Relaciones Esteriores ) don Saturnino Calderon Collantes
al almirante Pinzon i que el señor de Novo ha copiado re-
cientemente de los archivos ( 1882 , ) no han podido a la ver-
dad velar del todo el complot, i de su tenor se deduce un
plan perfectamente concebido de hostilidades financieras .
Hé aquí algunos de sus párrafos , que nosotros , a nues-
tro turno, copiamos de la obra, cuyo somerísimo análisis
hacemos :

"Conviene, dice el autor (pájina 86) , conocer los mas


capitales puntos de estas instrucciones ; espresábase en
ellas : que España habia reconocido mas o menos solemne.
i terminantemente la independencia de esas repúblicas
por tratados de cuyo cumplimiento no prescindiria nunca ,
i que tenia el firme propósito de estrechar cada dia mas
las amistosas relaciones ; pero que al mismo tiempo debia
protejergrandes intereses contra los desórdenes que suelen
producir las discordias intestinas en aquellos países ."
I mas adelante agrega :
"Que en todos ellos habia representantes de la reina
encargados de sostener las reclamaciones formuladas ,
con los cuales deberia ponerse de acuerdo el jefe de la
escuadra del Pacífico PARA APOYAR, SI FUERA NECESARIO ,
cualquiera de aquellas reclamaciones , haciendo compren-
der que el gobierno español no consentiria violencia algu-
na contra sus nacionales , pues en este caso la accion defuer-
za seria inmediata para que no quedase duda de que habia
llegado el término de las vejaciones, Que si , por desgracia,
Bahami 17

ocurriese algun acontecimiento grave que no diera lugar


a consulta porque afectase profunda i directamente los
intereses de España, sus representantes deberian encon-
trar en el jeje de las fuerzas navales toda la cooperacion
enérjica que pudiera prestarles para una inmediata repa-
racion.
Respecto de la república del Perú, decia : "Que era
una de las que mas hostiles se habian mostrado a España
en el último período ; que no habia motivo para creer que
las malas disposiciones de su gobierno se hubiesen mo-
dificado , i que convenia por lo mismo que en los puertos

de aquella república se ostentaran mas las fuerzas de Es-


paña, i se hiciese comprender mejor su política de mode-
racion i desinteres , pero tambien de firmeza i enerjía , si
aquellos sentimientos no bastasen, para destruir las pre-
venciones i estinguir los odios con tanta perversidad
fomentados. Que la prensa de aquel país injuriaba dia-
riamente la honra i dignidad de España , i aunque , por
desgracia, ni la autoridad ni la lei tendrian medios para
enfrenarla, bueno seria que se hiciese comprender que no
debia proseguir ese sistema de difamacion i de calumnia,
mucho mas apoyado o tal vez dirijido por el gobierno mis-
mo. Que no existiendo en Lima ni en ningun otro punto
de la república ajente diplomático o consular que pudiera
entenderse con el gobierno , el jefe de las fuerzas navales
i todos los oficiales de graduacion procurarian entablar
relaciones directas con él, con sus ministros i con los hom-
bres mas influyentes para hacerles comprender la verda-
dera situacion de España i la política de su gobierno, i
persuadirles de la necesidad en que estaban de estable-
cer con él una intelijencia amistosa i cordial, o de preve-
nir o alejar por lo ménos todo motivo de irritacion o de
rompimiento. Que no era probable que mientras perma-
neciese la escuadra en el Pacífico se cometiera el menor
esceso contra los súbditos españoles ; pero si esto acon-
teciera el jefe de aquélla deberia reclamar prontas i com-
pletas reparaciones para demostrar de este modo que , no
obstante la moderacion propia de todos los actos del go-
bierno de la reina, desplegaria la enerjia necesaria para
obtener el desagravio de cualquiera ofensa , por leve que
fuera."
18-

V.

Descubiertos ahora i exhibidos estos pliegos , ¿habria


por ventura algo que estrañar en los procedimientos arre-
batados de Pinzon, en la mision preconcebida del bilioso
Mazarredo, a quien , hallándonos nosotros poco mas tar-
de en Madrid , asaltó en el patio de las Cortes un ataque
tan violento de ira que le trajo casi moribundo a tierra ,
en la pantomina de la comision científica , por fin?
No ciertamente, porque nosotros , que no hemos per-
tenecido jamás a la escuela acomodaticia i usufructuaria
de los que escriben la historia , guardando ántes su alma
i su criterio en la arca de plata en que se custodia el in-
cienso de las sacristías , no vacilamos en condenar, como
altamente culpable, atentatoria i contraproducente, la mi-
sion encomendada a la escuadrilla española bajo el pre-
testo de un viaje científico i de reconciliacion de ánimos
o ventajas de comercio.
I entiéndase que si es un español el que honradamen-
te ha revelado todo esto, eran, conforme al decir de ese
mismo autor, peruanos de Lima i peruanos de Madrid los
que en secreto fomentaban i daban alas i cabos a la fatal
maniobra.

VI.

Mas , si evidentemente la espedicion Pinzon vino en-


derezada ab irato contra el Perú, por los hijos de los
"Ayacuchos ", o de los jenerales politicos o politiqueros
que allí capitularon i aun vivian, como Espartero , el mis-
mo espíritu de justicia i de fria, o como es mas propio i
- 19

mas sincero decir, de enfriada imparcialidad , nos obliga


a afirmar junto con el historiador español, cuya estela
seguimos , un hecho que hoi dia tiene trascendental im-
portancia : a saber , que esa espedicion no fué proyectada
ni lanzada en manera alguna contra Chile, sino todo lo
contrario. "La república de Chile , dice a este respecto el
marino i escritor que tan honradamente cuenta las cosas
del pasado ; la república de Chile es i ha sido desde su
constitucion la mas discreta i reflexiva de todas las de la
América del Sur. Su aficion al comercio i a la industria,
su respeto a las instituciones i su desamor al medro políti-
co, apénas dejan resquicio por donde deduzcamos que su
raza es española i de las mas puras; pues entre sus dos
millones de habitantes quizás solo una décima parte ha-
brá mezclado su sangre con la de los indios aboríjenes o
negros de Africa. Todas sus condiciones de carácter, es-
cepto la altivez , discrepan de las nuestras ; sus guerras
civiles han sido escasas , las esteriores cortas i propi-
cias ."

VII .

Mas adelante, pero en breve , hemos de ver cómo el bien


intencionado cronista español echa la culpa orijinal del
repentino conflicto con Chile, sobre las espaldas i el len-
guaje provocador e imprudente de su propio almirante ;
i mientras esta oportunidad llega habría sido grato solaz
para el lector trascribirle íntegro aquí el capítulo IV de
la obra del teniente de Novo , que se titula Viaje de la
escuadra del Pacífico (1862 i 1863) .
El bien informado oficial, que a mas de su natural pe-
ricia ha tenido a su disposicion todos los partes técnicos
de la campaña, hace en efecto una descripcion animadí-
sima i exacta del viaje de las fragatas españolas desde
Cádiz, de donde partieron el 10 de agosto de 1862 , hasta
su arribo a Valparaiso , el 5 de mayo del año subsiguien-
te. Ocurrió este dia el arribo de la Resolucion , porque la
20

Triunfo solo llegó el 9 de ese mes . La Covadonga habia


venido de vanguardia el 28 de abril ( 1) .

VIII.

De sobrado interes seria por esto recordar las peripe-


eias marítimas de aquel viaje marinero . Pero eso, por
hoi , no es nuestro propósito , i nos bastará decir sobre el
particular que constando de las instrucciones del almi-
rante Pinzon espedidas por el ministerio de marina la

(1) Hé aquí los calorosos términos con que El Mercurio de Valparaiso


del 6 de mayo de 1863 anunció en su seccion editorial el arribo al puerto
de la nave que traia la insignia del almirante Pinzon :
« Los residentes españoles en Valparaiso celebran , con lejítimo orgullo
i regocijo, la presencia en nuestra bahía de una gallarda nave, a cuyo
bordo está un distinguido almirante i sobre la cual ondea el noble pabe-
llon de la nacion española.
«Con lejítimo orgullo se saluda en el estranjero los colores amados de
la patria, sobre todo cuando ellos son el símbolo de la vitalidad , del pro-
greso i de la civilizacion. Este es el significado de la espedicion española
gue llega ahora a los puertos de nuestra república . La España rejenerada
de 1863 viene a manifestar con ella su espíritu de investigacion i de re-
nacimiento de su poder naval; en los mismos lugares en que recojieron
gloria i honra en otra época, los ilustres navegantes de esta nacion.
«Aplaudimos sinceramente los sentimientos de la poblacion española
de Valparaiso. I por nuestra parte, damos una cordial bienvenida a los
distinguidos huéspedes de nuestra bahía. Simpatías ardientes los aguar-
dan en nuestro pais ; sentimientos de fraternidad i aprecio saldrán de to-
das partes a su encuentro. Al romper con la tradicion política, no han
roto los pueblos de la América con la tradicion social. Los vínculos de la
sangre, del idioma i de la hidalguía española, hacen de los hijos de la Es-
paña i de los hijos de nuestra República una misma familia i una sola
nacion.»
En su seccion de crónica i copiando de la pizarra de la Bolsa el mismo
diario agregaba ese dia:
«A las 10 de la mañana de ayer entró al puerto la fragata a vapor de
S. M. C. Resolucion con procedencia de las islas Malvinas en 25 dias de
navegacion ; carga la insignia del señor jefe de la escuadra, don Luis
Hernandez Pinzon , i viene al mando del capitan de navío don Manuel
de la Rigada .
«La Resolucion es un hermoso buque, tiene la fuerza de 500 caballos ,
carga 42 cañones i trae una dotacion de 508 individuos.>>
21

mas terminante prohibicion de engolfarse con sus dos


grandes fragatas en el estrecho de Magallanes , sino
ántes bien doblar a toda costa el Cabo de Hornos , lo pri-
mero que hizo el descendiente de los compañeros de Co-
lon fué meterse al estrecho i llegar hasta la bahía de
Posesion, que se halla casi a su salida sobre el Pacífico .
Este acto de voluntariedad prueba de sobra que si el
jefe de la escuadra habia sido mal designado como po-
lítico, no habia sido mas acertada su eleccion bajo el
punto de vista de la náutica. Debióse a esto que la escua-
dra sufrió tan considerables averías , que hubo de reca-
lar a las Malvinas , donde hallóse detenida un largo mes ,
i que doblando al fin el Cabo llegó mal traida a Valpa-
raiso .
Cosa evidente es que el almirante Pinson era "hombre
de averías ." Fuera de esto, los mares de América , como
en los tiempos del almirante Pizarro i de lord Anson ,
parecian sublevarse en contra de aquellas quillas estran-
jeras que traian siniestros augurios a sus playas ( 1) .

(1 ) Hé aquí, en efecto , la desastrosa manera cómo la escuadra de la


Espedicion cientifica hizo su aparicion en el Pacífico, segun el severo na-
rrador de sus faltas i de sus proezas :
«El 10 de abril, dice el señor de Novo (páj. 111) salieron las fragatas
del puerto Stanley en las Malvinas . Al ponerse en marcha abordó la
Triunfo a la Resolucion, causándola desperfectos en la popa i en el apa-
rejo; tambien los sufrió la primera, aunque poco importantes. El 12 avis-
taron el cabo de San Juan de la Isla de los Estados i avalizados con
aquél navegaron en demanda de Cabo de Hornos. El dia 14 separó a los
buques la cerrazon, i el 18 capearon un duro temporal del SO. La capi-
tana, cuyas condiciones marineras eran excelentes, se mantuvo con las
dos gavias en tres rizos , trinquetilla, cangrejo mayor i mesana de capa;
mucha vela, pero precisa para no sotaventearse demasiado i para neutra-
lizar algo los efectos de la corriente ESE. Perdió un bote que se llevó la
mar i sufrió averías en la batayola de proa i de jardines. La Triunfo ca-
peó la fuerza del temporal con la gavia sobre el tamborete i tres rizos ,
mesana de capa, triángulo del cangrejo mayor i trinquetilla. Las olas lé
destrozaron el asiento de proa, los beques, los brazales, parte del puente, el
cuarto bote, los mamparos de la despensa, el guardamar de la limera del
timon i la caja de éste, inundando la cámara del comandante. Tambien
faltaron muchos de los cabos de maniobra , por su escasa mena, pero afor-
tunadamente se habian dado dobles. En esta ocasion ámbas fragatas de-
mostraron poseer propiedades inmejorables. Pasado el cabo Santa Lucia,
amaneció el temporal, volviendo a reproducirse el 22 , i luego el 24 ; la
Resolucion perdió el velacho i la caña del timon . El 28 con buen cariz i
vientos manejables ganó este buque la rejion del sur de la costa de Chi-
22

IX.

Pero dejemos contar con su habitual franqueza i hon-


rado donaire al historiador español la acojida que los
chilenos hicieron a sus naves i a sus tripulantes :
"El recibimiento que todas las clases sociales de Chile
otorgaron a los marinos españoles , dice el señor de No-
vo en la pájina 115 de su historia , fué no solo cariñoso
sino entusiasta. ¿Acaso podrian considerarnos como es-
tranjeros? Mas bien los imajino rindiendo tributo incons-
ciente a esa singular i dulce sensacion que despiertan
los héroes lejendarios , los pasados usos i costumbres i
las fantasiadas relaciones de la tradicion ; todos habian
aprendido en las aulas la historia de ese pais , que no era
sino la de la Metrópoli ; habian oido de boca de sus pa-
dres las luchas que libraron contra España, así como los
abuelos su afinidad mas o ménos remota con esos hom-
bres indomables que conquistaron la Araucanía i le im-
plantaron idioma, relijion i raza tan viril que será eter-
na. Así, al llegar a sus costas fuerzas españolas , no en
son de guerra sino de cordial visita, a que hacian honor
sus cañones ante el pabellon chileno como saludo a un
pais libre i amigo , la emocion debió ser grande, lejítimo
su orgullo i sinceras por tanto sus entusiastas demostra-
ciones."

X.

El mismo jefe de la escuadra no pudo ménos , a pesar


de su jenial i reconocida brusquedad i aspereza injénita ,
que recuerda la de los rudos Pinzones de Palos , no pudo
le, i el 5 de mayo recaló en Valparaiso, despues de una travesía de 2
singladuras. La Triunfo entró en esta rada el 9 por la noche. La Cova-
dodga estaba fondeada en ella desde el 28 de abril, habiendo desemboca-
do en el Pacífico el dia 4 de marzo, visitado luego a San Carlos de Chi-
loé, i echaron carbon en las minas de Lota, de la bahía de Arauco,
23

ménos , decíamos , de rendirse a la evidencia de aquella


honrosa hospitalidad , i en su primera comunicacion ofi-
cial desde Santiago, escrita en 1.° de junio de 1863 i que
acaba de ser exhibida por la primera vez de los archivos
del ministerio de marina de España , decia a su gobierno
lo que sigue en comprobacion :
"Hace cinco dias me trasladé a esta capital (Santiago)
con el objeto de presentar mis respetos al excelentísimo
señor presidente de la república , por el cual seré recibi-
do uno de estos dias, no habiéndolo verificado ya por
hallarse enfermo. Tan luego como esto tenga lugar re-
gresaré a Valparaiso a acelerar la habilitacion de los bu-
ques. La acojida que han encontrado los oficiales que han
visitado la capital de Chile ha sido tan cordial i afectuosa
como en Valparaiso .
"La noche siguiente de mi llegada me obsequiaron los
españoles aqui residentes con una espléndida serenata
en la casa del señor ministro de S. M. don Salvador Ta-
vira, en la cual estoi alojado , al propio tiempo que se ha-
bia reunido en ella lo mas selecto de la sociedad de San-
tiago . Hoi celebran un banquete en nuestro obsequio, al
que concurrirán varias autoridades del pais , i no cesarian
en manifestaciones de ésta o análoga especie si hubiese
tiempo para ellas . (1)
"A la vez que esto se verifica aquí, en Valparaiso son
tratados todos los individuos de los buques con el mayor
aprecio; se disputan los agasajos, y recuerdan siempre con
placer que los beneficios de la civilizacion que hoi disfrutan
los deben a sus esforzados ascendientes, estando hoi ya
mui estinguidos los odios que creó i sostuvo la guerra
de la independencia de la república , cuyos habitantes
fraternizan de un modo significativo con nosotros. Al mismo
tiempo me es tambien satisfactorio decir a V. V. E. que

desde nuestra llegada al Pacífico no se ha verificado de-


sercion alguna en las tripulaciones de estos buques.
"En Valparaiso devolveré el banquete con que me

( 1 ) Tavira habitaba en unos altos de la Alameda, acera norte, entre


las calles del Estado i de Ahumada. Fué el mas lucido artista de la sere-
nata el catalan Bassols, pobre libero i guitarrista eximio que en aquella
noche deleitó al almirante andaluz con las tonadas, de su tierra. Cantése
tambien en las ventanas el himno de Riego, esta Marsellesa de España .
5
24 -

agasajó el jefe supremo de la provincia i otros a otras


personas distinguidas, tanto españolas como del pais ."
Por su parte, el señor Tavira decia al ministro de Es-
tado : "La presencia en estas aguas del glorioso pabellon
de Castilla, tan vehementemente esperado por todos los
españoles que residen en estas apartadas rejiones , ha cau-
sado en su ánimo impresiones de júbilo i entusiasmo , pro-
duciendo tambien sensaciones gratas i demostraciones de
adhesion a España por parte del ilustrado gobierno chile-
no i culta sociedad del pais, que acojen a nuestros marinos
de guerra que se presentan con señaladas muestras de
interes."

ΧΙ

No estará demas que recordemos en esta parte de la


relacion histórica que proseguimos , la manera altamente
simpática , abierta i afectuosa como el almirante Pinzon
hizo su primer conocimiento con la sociedad culta de la
capital en una circunstancia rara i escepcional. Era el
26 de mayo de 1863 , i una gran parte de la juventud de
la ciudad de Santiago , acompañando a un centenar de
señoras , habíase dirijido en la mañana de ese dia a la
selvática quebrada de Tiltil con el patriótico propósito
de inaugurar en ese sitio el monolito de granito que allí
erijió un modesto patriotismo. Hacemos alusion à la pi-
rámide levantada en memoria del infortunado coronel don
Manuel Rodriguez en el 55.º aniversario de su inmola-
cion aleve, ocurrida en 1818 en esos propios parajes .

XII

Pronunciados algunos discursos al pié del monumento ,


sin que faltasen en ellos vivas alusiones a la falaz inva-
sion de Méjico por los franceses , proyecto inicuo del ajio
- 25

i usurpacion , que habia de costar a Napoleon III su coro-


na (como ahí mismo , recordando a Napoleon I i la España ,
se predijo) entregóse en pos la juvenil i brillante muche-
dumbre de los dos sexos a un alegre sarao que en la espa-
ciosa i recien construida bodega de la estacion de Tiltil
habia hecho preparar el suntuoso contratista don Enrique
Meiggs . "Concluido el banquete , (dice una pintoresca i vi-
vaz relacion de aquella época) que fué de los mas animados
alegres que se hayan tenido en Santiago, se quitaron las
mesas, i la espaciosa bodega quedó transformada en un
rústico pero precioso salon de baile. Inmediatamente se
improvisaron parejas , se armaron círculos de cuadrillas
i el baile se hizo jeneral ; un momento despues la anima-
cion exijió mas : las bandas hicieron oir la entusiasta
música de nuestra danza nacional, la zamacueca que fué
bailada por algunas señoritas i jóvenes galanes . La anima-
cion pasó a ser entónces un entusiasmo loco , delirante ,
inmenso, i ya no se oia mas que alegres vivas , ruidosas
felicitaciones de uno i otro lado del salon . Nunca había-
mos presenciado un acto en que se revelase mas patrio-
tismo , mas alegría , un entusiasmo mas cordial i mas sin-
cero ; i era natural porque nada faltó , la novedad del
paseo, el estreno del camino, la vista del campo hermoso
con su verdor i lleno de variados accidentes , la templan-
za del dia, todo contribuyó a hacer de esta fiesta una
de las mas brillantes que se hayan celebrado en San-
tiago." (1 )

XIII

De improviso, i en medio del boato del campestre


entretenimiento , que habia tomado todos los bulliciosos
alardes de una fiesta nacional, apeóse en una de las
puertas de la bodega , transformada en animadísima sala
de baile, un tropel de jinetes que habian hecho a caballo

(1) Mercurio del 28 de mayo de 1863.


26 -

el trayecto desde Llaillai (el otro estremo de la inconclusa


vía) , hasta aquel paraje. Era un grupo de marinos espa-
ñoles que trayendo por guia al jóven don Eladio Vicuña ,
se habian detenido en su viaje a la capital atraidos por el
ruido de las músicas militares en aquellos agrestos
sitios . Por su abultada personalidad, por su rostro rubi-
cundo i encendido i las vivas i atrayentes maneras del
lejítimo andaluz , conocióse luego que se hallaba entre
los entusiastas inauguradores del monumento de Tiltil ,
el almirante Pinzon i su jentil estado mayor de ayu-
dantes , i luego fueron todos calurosamente bienveni-
dos . Entre los últimos distinguíase un hermoso mancebo
de veinte años , hijo del duque de Rivas don Anjel de
Saavedra, que en esa misma tarde hospedóse en la casa
del patricio don Manuel Antonio Tocornal, quien así de-
volvia cariñosa acojida en Madrid su ilustre padre.

XIV

La corriente espontánea de simpatías recíprocas tron-


chó así con estraordinaria prolijidad todos los cálculos del
encojimiento en la pastoril concurrencia social, i cuando
al caer la noche el tren partia de regreso a la ciudad , el
almirante Pinzon , instalado en uno de sus compartimen-
tos, parecia por su cordialidad no un huésped grave i
orgulloso sino un antiguo amigo , franco querido i fami-
liar, casi un camarada . Recordamos nosotros (a cuyo car-
go, por delegacion, corria todo aquello ) que, habiéndose
iniciado en el tren una suscripcion en favor del invadido
Méjico, el almirante puso en manos de una hermosa .
colectora un cordon de oro, diciéndole galantemente en
nuestra presencia que " le guardase el secreto de aquella
violacion de la neutralidad que ejecutaba solo como una
muestra de simpatía i adhesion hácia Chile i las chi-
lenas ...'
27.

XV

I dados estos antecedentes i aun estos mismos pero


característicos lances familiares , que son todos verdade-
ros , ¿cómo aconteció cambio tan hondo i tan repentino
en las relaciones de los dos paises , que meses mas tarde el
uno quitaba al otro un barco a cañonazos , i el agraviado
le quemaba un puerto en represalias?
El noble historiador español no vacila en declararlo ,
culpando francamente al almirante Pinzon, su actual jefe,
de haber lanzado la primera torpe provocacion.
"Confieso, esclama a este propósito el señor de Novo,
que empieza aquí la parte mas dificil i delicada de mi
tarea. No siempre es grato reconocer lo justo, pero nunca
es noble huir de la verdad. Chile era la mas digna de todo
nuestro afecto, la que no se reservaba prevencion alguna
contra la antigua metrópoli i la que mejor acojida habia
dispensado a los súbditos españoles que pasaron a América
en busca de riquezas. Merecia que se estudiara por noso-
tros su flaco para evitar herirle, este flaco era el de una
les
susceptibilidad exajerada i el de un amor patrio que
hacia caer en vanidades ridículas. Tan prudente estudio
no hubiera revestido aspectos de adulacion sino de dis-
creta política i tanto mas oportuna cuanto mas se aveci-
nara la posibilidad de un conflicto con el gobierno del
Perú."

XVI

Prosiguiendo todavía el teniente de Novo el hilo de las


festividades i de los comunes regocijos , refiere los ban-
quetes de fraternidad que tuvieron lugar en Santiago el
28

5 de junio i en Valparaiso el 13 de julio subsiguiente , i


fué en éste donde Pinzon , en el calor del festin , tiró la
primera bola a la raya .
Dejamos al cronista español describir sencillamente
aquellas fiestas i sus inesperadas consecuencias .
"El 5 de junio , dice, los españoles residentes en San-
tiago dieron un gran banquete a los oficiales de la escua-
dra. Asistieron a él los ministros de estado , de justicia ,
del interior i otras muchas autoridades del pais ; todos
brindaron haciendo alarde de cariñosos sentimientos há-
cia la madre España . Uno de nuestros compatriotas
mas caracterizados en Chile pronunció estas palabras
significativas : "Yo desearia , ilustres huéspedes i paisa-
nos, que cuando volvais a la patria, ademas de nuestros
corazones lleveis estas buenas nuevas , diciéndole a nues-
tra augusta soberana que sus súbditos son felices en Chile,
en cuanto es posible que lo sean fuera de sus reales do-
minios ; i que esta república, la mas grande por la ilus-
tracion i sensatez de sus hijos , es tambien la primera en
contribuir a la felicidad de los españoles que aquí residi-
mos . Nosotros nos interesamos por la prosperidad de
esta nacion , pero aun así i todo , es lo cierto que mas
hace el pais por nosotros que nosotros por él ; i esta es
la deuda de gratitud particular que tenemos para con
Chile."

XVII

En cuanto al banquete de Valparaiso , a que ocurrieron


170 comensales , sin entrar en pormenores , refiere el te-
niente de Novo que allí estalló la bomba i que fué Pinzon
quién le arrimó el fuego.
No recordamos nosotros los incidentes de ese festin ni
sabemos que la prensa los hubiese dado a conocer siquie-
ra vagamente en aquel tiempo ; pero hablando de la
actitud i del acaloramiento del almirante en aquella oca-
29

cion, el autor español se espresa en estos términos (pá-


jina 121.)
"Los brindis del jeneral Pinzon hubieran sido oportu-
nos ante un auditorio compuesto esclusivamente de españoles,
pero olvidó que la susceptibilidad es el flaco de los chi-
lenos , i sus elojios a España llegaron a un punto en que
atacaban el amor propio de todas las antiguas colonias. Ins-
pirado tal vez por sus enojos con el Perú dió a entender
que no era sincera la fraternidad que nos demostraba .
"Esto produjo hondo disgusto , aunque contenido por el
respeto i acaso por la sorpresa. " (1)
Algo despues , agrega, que " algunos achacaban esta
especie de estravío de ideas al calor de la improvisacion ,'
lo que es un culto disfraz para decir otras cosas como el
vino. I a esto todavía el bizarro marino añade de su
cuenta la siguiente valiente nota de honrado subalterno
a arrogante superior :
"Nada de esto conta en los documentos oficiales , ni en
las revistas que del banquete hizo la prensa local ; por el
contrario, dedúcese de su lectura que el dicho banquete
de Valparaiso contribuyó a estrechar mas los lazos de
union entre españoles i chilenos . Creo que no fué así,
forzoso es decirlo. No seria digno ni jeneroso callar un mo-
tivo de censura por temor a quien puede, si quiere, hacerme
daño , i consignar a la vez todas las censuras merecidas
por personas tambien mui respetables , pero que ya han
muerto , o por otras cuyos enojos me son indiferentes.

( 1 ) Parece que en aquel célebre banquete todo anduvo desgraciado,


desde el convite a los brindis, desde la cocina al servicio, porque uno de
los asistentes escribió a El Ferrocarril de Santiago del 22 de junio las si-
guientes palabras de protesta culinaria.
"No sabemos cómo haya valor para encomiar el servicio i manjares del
banquete del 13 , dado por los dueños del Hotel de la Union, Morizot i
Caubet, cuando hubo convidados que han tenido que satisfacer su apetito
con pan i queso ; cuando los concurrentes se les quitaba las botellas de
vino para servir a los demas ; cuando es público e innegable que en clase
de comidas ha sido la peor que se haya presentado jamás. "
30

XVIII

Junto con la deplorable , aunque talvez no intencional


conducta del almirante español, resultado mas de la es-
puma del champaña que de la del odio, i aun ántes de
tan malhadada aventura , comenzaron a circular rumores
siniestros que trajeron poco a poco el hielo a los corazo-
nes ántes bien dispuestos , la sospecha a los ánimos de-
sapercibidos . Contábase que a su paso por Magallanes el
almirante español habia tratado con arrogante imperti-
nencia al gobernador de Punta Arenas , porque no habia
sido parte a procurarle con dilijencia algunas pieles pata-
gónicas , i aun, decíase , que habia amenazado extraer a su
mayordomo de una prevencion preventiva i merecida.
que sufria en tierra, con el empleo de su espada i el ca-
ñon, lo que era propio de su índole andaluza, pulida mal.
Y todo esto, agregado al calor i desenfado de sus
brindis , en que trató con lusitana altanería a todos los
americanos , produjo una reaccion tan rápida como vio-
lenta en los espíritus . Los hálitos de la guerra sentíanse
ya en el aire mezclados con los vapores de los festines .
La guerra española habia estado a punto de comenzar,
no ya por las islas Chinchas , sino por el Magallanes. (1)

(1 ) Hé aquí un rasgo del carácter del almirante Pinzon a que hemos


aludido i que el señor de Novo trae en la pájina 119 de su historia.—
« El siguiente suceso (dice) lo retrata : -Algun tiempo ántes de salir
para el Pacífico i estando sobre la costa de Africa, díjole O'Donnell que
desesperaba de obtener la sancion del último tratado hecho con Marrue-
cos. Con disculpas i protestas de mil especie lo hacian demorar i resul-
taban graves perjuicios.-Déjelo V. de mi cuenta, le dijo Pinzon . Y en
efecto , avistándose con Muley-Abbas le preguntó:-¿Cuántos dias son
necesarios para ir a Fez, hablar con el emperador i volver aquí ?—
Treinta dias, contestó Muley-Abbas.-Pues bien, si a los treinta dias
no tenemos ultimado lo que se pide, al dia treinta i uno la escuadra
bombardeará a Tanger. Esta concisa advertencia, unida al jesto mas
adecuado, fué de sorprendente eficacia. Antes de un mes se habia conse-
guido un completo éxito. »
31

"La noticia del atentado cometido por el jeneral Pin-


zon, decia en efecto un corresponsal de Valparaiso al
diario Ferrocarril, con fecha 11 de junio de 1863 , ha cau-
sado aquí bastante i desagradable impresion, tanto mas
cuanto que, como se dice : llueve sobre mojado . ¿Se ha-
bria equivocado el gobierno español al elejir al jeneral
Pinzon para que viniese a estrechar sus relaciones con
las repúblicas del Pacífico? De todas maneras , si el hecho
de Magallanes es cierto, el gobierno debe exijir inmediata-
mente la reparacion que a tal injuria es debila. No es por
medio de tropelías sin objeto i de impertinencias de ma-
la educacion como la España hará desaparecer la idea
que de ella se tiene ni despertar simpatías en los pueblos
de América." (2)

XIX

Dejábanse columbrar, de esta manera i en todas direc-


ciones los augurios de la tempestad, i esta no tardaria
en venir a estrellarse en nuestras tranquilas playas , si

Y ¿cómo con semejante lanza fuego a bordo no habria de prenderse el


dia ménos pensado la Santa Bárbara?
Nunca hizo la España dos nombramientos mas desacertados para la
América, despues del de Marco del Pont designado para presidente
de Chile , en 1815 .
(2) A este mismo propósito, algo mas tarde la prensa de Santiago
rejistraba estas esplicaciones que ponia a las claras el mal espíritu que
comenzaba a reinar.
« Hemos recibido algunos informes sobre lo acaecido en la colonia de
Magallanes en el asunto de la compra de cueros que quizo hacer el al-
mirante de la escuadrilla española. Parece que el hecho no tiene la me-
nor importancia, i que despues de una insignificante mala intelijencia ,
el señor Pinzon i el gobernador de la colonia, quedaron en la mejor armo-
nía. Sea esto dicho en obsequio de la verdad. »
Pero a renglon seguido el mismo corresponsal agregaba :
«A las cinco de la tarde de hoi están convidadas varias familias a
comer a bordo de la Resolucion . Como alli habrá señoras es probable que
no haya lugar a ninguno de los desagradables incidentes del banquete del
sábado ... Así lo esperamos al menos. >>
6
32

bien llegarian de rebote i de soslayo como ciertos vien-


tos furiosos que se cruzan en el espacio , i por lo mismo
son mas peligrosos i aleves .
Cómo aconteció todo esto, de manera tan inesperada
como injustificable, es lo que habremos de referir en el
próximo capítulo .
CAPÍTULO III

LA FELONÍA DEL COMISARIO RÉJIO DON EUSEBIO SALAZAR


MAZARREDO

Primera aparicion de Salazar i Mazarredo en la escena del Pacífico.- Quién era este
personaje, i sus singulares ideas sobre el canje de Jibraltar por las islas Chincha.
-Su viaje de España al Perú, i su regreso a Madrid para promover estas estravagan-
tes miras internacionales.-Sus supuestas o verdaderas relaciones con la emperatriz
Eujenia.-El embajador de España en Washigton Tassara i don Federico Barreda.
-Ocurren en el intervalo los sucesos de Talambo.- Cómo tuvieron éstos lugar i
cuál fué su verdadera importancia.-Regresa Mazarredo de España, i desde Panamá
da cita a Pinzon para que de Valparaiso marche a apoderarse de las islas de Chin-
cha.-Cómo tuvo lugar este acto vandálico i curiosa publicacion de los peruanos sobre
ello. Junta de jefes españoles i su resolucion. Insigne perfidia de Mazarredo
para con su pais i su gobierno.-Oculta las verdaderas instrucciones del marqués de
Miraflores i engaña a Pinzon.- Remordimientos que se apoderan incontinenti del
comisario rėjio i su fuga a España.-Singular manera como Pinzon descubre a bordo
de la Resolucion la traicion de Mazarredo, i su desesperacion por haber obrado en con-
trario a los encargos de su gobierno.-Sus notas oficiales sobre el particular.-Cuáles
fueron las verdaderas instrucciones que trajo de España Mazarredo.- El gobierno es-
pañol, metido en la aventura, resuelve temerariamente mantenerla.-Juicio sobre la
captura de las islas Chincha.-La mediacion de Chile i el Congreso Americano en
Lima.-Notas diplomáticas.-Singular i reciente revelacion de la política arjentina
sobre aquellas azarosas circunstancias.

Cuando en los primeros dias del año memorable de


1864 la flota de Pinzon, compuesta ahora de las fragatas de
madera Nuestra Señora del Triunfo i de la Resolucion , re-
gresaba de las Californias al Callao (porque la Covadonga
habíase quedado en los puertos de Centro América) , en-
contró en aquel puerto , atizando el odio de las discordias
i las venganzas , a dos hombres de mala lei : un ministril
de escuela de primeras letras llamado Merino Ballesteros ,
mozo presuntuoso i torpe a quien el presidente Castilla
34 ―

habia amenazado con la punta de su bota , a causa de su


atropellada falta de cumplimiento a un contrato de ense-
ñanza pedagójica , i al famosísimo don Eusebio Salazar i
Mazarredo , escritor i diputado a Cortes , hombre enfermo
del alma , del cerebro i del cuerpo (porque era epilépti-
co , ) i que sentia en su ser un odio tan estrañable al Perú
como era delirante su amor al huano de las Chincha.
Recordando sin duda el rescate pagado por Atahualpa
en Cajamarca a los Pizarros , pretendia rescatar a Jibral-
tar con este nuevo tesoro fabuloso , i no tenia empacho
en escribirlo así , de hombre a hombre , casi de ministro a
ministro , a un jurisconsulto eminente i que se habia he-
cho precisamente notable por haber escrito comentarios
sobre el Código Penal de España , es decir, contra los
ladrones i los detentadores de lo ajeno .
"Si alguna vez , escribia en efecto este estraño i dani-
no soñador , al ministro de España don José Joaquin
Pacheco desde Lima el 8 de abril de 1864 , esto es , una
semana antes de la ocupacion violenta de las islas de Chin-
cha por Pinzon i su escuadrilla , si alguna vez he queri-
do ser ministro , ha sido para preparar lo que la torpeza
de esta jente (los peruanos ) coloca hoi en nuestras manos .
Jibraltar ha sido siempre mi pesadilla desde niño . Por eso
me dediqué a estudios sobre marina; por eso fuí el AUTOR
de la espedicion al Pacífico; por eso contribuí el año pa-
sado a que no retornase a España , i por eso vine a ver
a Pinzon. Si dentro de algun tiempo ofreciéramos a los
ingleses quince o veinte millones de duros , por lo que
hoi les sirve de poco, quién sabe si lo obtendriamos . Es
de hombres de estado ver las cosas de lejos, i he soñado con
ser el Guisa pacífico del Calais español.”

II

Poseido de tan estraño vértigo aquel individuo , a quien


los chuscos del tiempo llamaron con propiedad Mas- en-
redo , saliéndole al encuentro en el puerto de Acapulco ,
35

metióse (despues de estar de incógnito en Lima) en la cá-


mara i en el caletre del almirante Pinzon , lo que no
era empresa dificil, porque está hoi averiguado que el
último fué mucho mas precipitado i aturdido que caviloso
o mal intencionado .
Impresionado , en efecto , el almirante andaluz , por las
mentiras (mas tarde a su costa evidenciadas ) del pérfido
ajente madrileño , i por las relaciones que este aseguraba
mantener en España i aun en Francia, porque Maza-
rredo , si nuestra memoria no nos falla, alegaba ciertas
ramas de parentesco con la emperatriz Eujenia, persona-
je de gran cuenta a la sazon en el mundo, pues paseaba
su escelsa voluntad i capricho de mujer i de devota por
Roma , por Paris i por Méjico , a su imperial antojo ; de
suerte que, arrastrado por su locuacidad enfermiza , con-
sintió el poco cuerdo almirante en tomar por consejero a
tan estrafalario personaje, i en seguida , en enviarlo a Es-
paña como consultor i ajente , con motivo de la matanza de
vascos ocurrida a fines de 1863 en la hacienda de algodon
i arroz de Talambo.

III

Partió Mazarredo, en consecuencia de esto , casi como


de incógnito de Acapulco i Panamá rumbo de Madrid , i
Pinzon vino disimuladamente a esperar el resultado de
su comision en Valparaiso, a donde llegó con sus dos
fragatas a mediados de marzo de 1864.
La Covadonga quedó en las aguas del Callao esperan-
do al mensajero .
Esta vez el almirante andaluz , descendiente de los
compañeros de Colon, venia todavía a nuestro hogar
como amigo en apariencias , pero en realidad llegaba a po-
nerse en acecho . ( 1 )

(1) El autor de la Historia de la guerra de España en el Pacifico con-


sagra un capítulo entero (el V de su obra, que abarca 30 pájinas ) a contar
S 36

IV.

Mazarredo se habia embarcado para Europa en enero


de 1864 .
I hai de curioso en esta circunstancia i de completa-
mente desconocido hasta hoi en nuestros paises , que
mientras Pinzon i Mazarredo , mancomunados en el enre-
do preparaban todo , la reina de España HABIA DADO ÓR-
DENES TERMINANTES A SU ESCUADRA PARA ABANDONAR EL
PACÍFICO I REGRESAR A CUBA, órdenes que por consejos
de Mazarredo desobedeció abiertamente en el Callao el
almirante Pinzon, cubriéndose con un acuerdo de guerra.
Escuchemos en esta parte al digno historiador español ,
que no respira sino honradez i verdad : franqueza espa-

minuciosamente lo que se llamó el crimen de Talambo . Era esta una he


cienda de algodon de Chiclayo, cultivada por emigrados vascos i propia-
dad de un tal Salcedo, que se decia compadre i gran amigo del presi-
dente Pezet, cuyo incidente verdaderamente casual i que costó la vida
a uno solo de los colonos dióse como causa eficiente de la guerra que
sobrevino.
Hé aquí lo que en sustancia dice sobre ese particular el señor de Novo,
siempre inspirándose en levantada imparcialidad :
« Los sucesos de Talambo tuvieron lugar el 4 de agosto de 1863. So-
bre ellos se ha exajerado mucho por parte de españoles i peruanos. Estos
por desfigurarios i aquéllos por ennegrecerlos mas de lo justo. Conviene
atenerse a lo razonable; que no es la saña ciega quien guia mi pluma,
sino el firmísimo propósito de sostener hasta el fin criterio tan imparcial,
que constituya mi salvaguardia i acaso tambien el único mérito de esa
historia.
Sabemos que el año 1860 llegó a Lima la espedicion de vascongados
contratados por Azcárate, i que salió con destino a la hacienda de Ta-
lambo (provincia de Chiclayo) para cultivar el algodon. Era propietario
de esta hacienda un indio llamado don Manuel Salcedo. Dos de los vas-
congados, don Julian Fano i don Juan Ignacio Sorazu , entraron como
socios del dueño i administraban la finca.
Segun parece, el tal Salcedo no cumplia equitativamente sus compro-
misos , i aun tuvo exijencias injustas con sus colonos, por lo que éstos
reclamaron en vano ante sus administradores Fano i Sorazu cuyas atri-
buciones no eran resolver, sino abogar. Tambien parece positivo que por
37

ñola dicha las mas veces con la severa mesura del ro-
mano :
"En el período mas áljido de protestas i reclamaciones
a causa de los sucesos de Talambo ( dice en efecto el se-
ñor de Novo) , recibió el almirante Pinzon un oficio que
le enviaba el representante de España en Washington ,
señor Tassara, por conducto del cónsul Ugarte , noticián-
dole confidencialmente que la escuadra habia sido destina-
da con urjencia a las aguas de Cuba . No dejó de sorpren-
der al almirante, i con razon , que en vista de la gravedad
que implicaba en las circunstancias actuales aquella ór-
den, no se le hubiera comunicado directamente, sino va-
liéndose de un comerciante que ni aun pertenecia a la
carrera consular : así se lo espresó al señor Tassara , par-
ticipándolo tambien al gobierno español . Pero Tassara
habia hecho mas , porque tambien le dirijió igual aviso
por medio del vice- cónsul de España en San Francisco
de California. Esto revelaba , al parecer, dos propósitos :
darle toda la publicidad posible, i contribuir a que el se-

fin uno de los vascongados , llamada Marcial Miner, cierto dia que se en-
contró a Salcedo se atrevió a pedirle una entrevista para hablarle en su
nombre i en el de sus compañeros . Iba Salcedo a caballo i le acompañaba
un tal Rasuri , grande amigo suyo ; aquél contestó al vascongado que nada
tenia que hablar con él. Faltóle a Miner la paciencia, i con ella el respeto
debido a su señor, quien avanzó el caballo para azotarle con la brida.
Entónces Miner sujetó el caballo, i cojiendo unas piedras le hizo saber
que si continuaba amenazándole lo pasaria mui mal. Rasuri intervino en
defensa de Salcedo, i éste entretanto volvió grupas diciéndole a su colo-
no: «Ya haré yo ver a usted quien soi i con quien se las halla. » En resú-
men, allí hubo un altercado vivo, en el que se cruzaron insultos . Al
regresar a su casa encontró Salcedo a su mayordomo de campo Valdes ,
pillo desalmado, i le dió órden de que arrestase a Miner.
...«Disculpándose el mayordomo Valdes ( segun la relacion de su pa-
tron Salcedo) con que los españoles se habian amotinado , resistiéndose a
entregar a Miner, reclutó unos cuarenta hombres armados en el próximo
pueblo de Chepen , a los que dió de beber en abundancia i a los que pro-
metió 4 duros por cabeza, i con ellos se dirijió a la hacienda.
«Cuando entraban en ella con espantoso tumulto, salian de su despa-
cho (donde estaban con otros ocho vascongados) los señores Fano i So-
razu, i sorprendidos le preguntaron qué querian.- Que se nos entregue
a Miner, respondieron con grandes gritos. Los dos administradores ,
temiendo cometieran excesos, procuraron calmarlos i resistirles, pero en
contestacion les hicieron una descarga de pistolas, de la que cinco espa-
ñoles quedaron tendidos i uno de ellos muerto: éste dejaba a su mujer
en cinta. El señor Fano recibió a mas de una herida en el pecho, un sa-
38

ñor Pinzon dispusiera sus barcos inmediatamente i se


hallara listo a zarpar en cuanto recibiese la anunciada
órden, abandonando el Pacifico . En atencion a que Tassa-
ra era intimo amigo de Barreda (hermano politico de Os-
ma) , uno de los ajentes del Perú que mas habia comba-
tido a España, creyóse por los jefes de la escuadra que
Tassara, sin comprenderlo, venia a ser instrumento de su
amigo i del gobierno peruano, por el cual se ponia en
juego una intriga para conseguir a todo trance la retira-
da de la escuadra . Era tambien estraña la actividad de-
mostrada por Tassara , si se considera que durante los
veintidos dias que permanecieron los buques en San
Francisco, no demostró igual cuidado en comunicar con
ellos bajo ninguna forma.
...Por si no fuera suficiente todo lo espuesto para que

el jefe de la escuadra se resistiera a cumplir la órden,


hai que decir que apareció por entonces en el Perú el
señor Salazar i Mazarredo, cuyos consejos no pudieron
ser mas belicosos i desatinados .
...La junta de jefes , reunida a bordo de la Resolucion ,
estendióse , en efecto, en un prolijo análisis de todas las

blazo i una estocada. Sorazu recibió balazos en el cuello i pecho , califica-


dos de mui graves . Miner, despues de herido en la cabeza i postrado, fué
peso, i quedaron de centinelas de vista los mismos agresores. »
Refere despues el autor las peripecias del juicio en que unos tribuna-
les iban revocándose sus fallos los unos a los otros, i termina con sù
propio juicio sobre el suceso que él anota de la siguiente manera en la
pájina 151 .
« Cierto es que los Gobiernos no son responsables de esos crimenes come-
tidos por malvados, i que encargándose los tribunales de su castigo,
queda desagraviado el pais a que pertenezcan las victimas : pero si los
tribunales fallan con manifiesta injusticia, dejando impune a los ofenso-
res , entonces la nacion agraviada ha de exijir responsabilidad i satisfac-
cion al Gobierno que en caso tal se constituye en responsable. ¿ Será
responsable ese Gobierno, aunque haya estimulado el celo de los tribu-
nales i severa e imparcial conciencia ? Si : cuando aquellos incurran en
injusticia notoria. Se ha dicho que Pezet, Presidente del Perú, era ami-
go de Salcedo, circunstancia que se reflejó en los tribunales . No es exac-
to ; pues amigo o nó, el Gobierno cumplió dignamente desde que tuvo
noticias del suceso , así el 13 de agosto el ministro Ribeyro comunicó
enérjicas órdenes para que se esclareciera la verdad, i un rejimiento de
caballería fué destinado a Chiclayo a fin de secundar a las autoridades
políticas i judiciales. Tambien se previno al juez de Chiclayo del vital
Interes que tenia el gobierno en el rápido esclarecimiento del crímen i
exacto cumplimiento de las leyes. >>
39 -

circunstancias que pudieran ocurrir, i se comunicó al go-


bierno el resultado de la discusion , que puede estractarse
con estas palabras : "Atendidos los recursos del Perú, la
escuadra tiene fuerza bastante para garantir el éxito en to-
dos los estremos. La simple presentacion de una sola fragata
en las islas Chincha , pondria al gobierno español en posesion
accidental de este importante punto. El éxito de las prime-
ras operaciones es seguro; resta solo poner los medios de
sostener lo hecho por un tiempo determinado i mante-
nerse en posesion de estas prendas hasta tanto que S. M.
resuelva lo que estime por conveniente" .
¡La mano epiléptica de Mazarredo estaba allí con to-
das sus articulaciones !
I enseguida el sincero cuanto minucioso historiador
añade :
"Calculóse que la respuesta a esta comunicacion po-
dria recibirse a fines de marzo , en cuyo intervalo se guar-
daria profunda reserva, i la escuadra, siguiendo el curso
ordinario de la comision , dejaria a todos en la creencia
de que despues de Chile iria al Atlántico . El señor Sa-
lazar i Mazarredo se ofreció llevar a España personal-
mente la comunicacion documentada i dar al gobierno de
S. M. ámplias esplicaciones verbales sobre todos los su-
cesos . El almirante presentaba su dimision para el caso
de que el gobierno desaprobara la conducta que habia
seguido i la resolucion que habia tomado de permanecer
""
en el Pacífico esperando nuevas órdenes .'

V.

Hecho esto, que era casi una insurreccion , Mazarredo


se habia encaminado a Madrid por la via de Panamá como
una bola de fuego envuelto en un saco de mentiras , por-
que mientras engañaba con su saliva i con su bilis al
tranquilo gobierno del marqués de Miraflores narrando las
patrañas i exajeraciones de Talambo, avivaba con las dos
manos las impetuosidades andaluzas i aventureras de
40

Pinzon , décimo quinto nieto de los rudos Pinzones de


Palos .

VI.

Mientras Pinzon en efecto esperaba en Valparaiso, en


marzo llegaba Mazarredo de regreso a Panamá, i desde
allí este hombre maligno, resuelto a dar el golpe de " tro-
car las Chincha por Jibraltar" sin dar nada encima , es-
cepto sus mentiras , azuzó al crédulo e impetuoso andaluz
a lanzarse sobre su presa, como éste de hecho e inmedia-
tamente púsolo por obra, despues de consultarse con el
bienaventurado ministro Tavira en Valparaiso .
Escuchemos otra vez al impertérrito revelador español
que escribe entre vivos , para los vivos i contra los vivos ,
a fuer de llano i leal castellano .
"Es de advertir (dice en la pájina 165 de su honrado
libro) que el señor Salazar i Mazarredo habia escrito des-
de Panamá al jeneral Pinzon , diciéndole en primer tér-
mino , que el consejo de ministros habia aprobado por
completo su conducta, que todos los obstáculos habian
sido vencidos , gracias a... muchas cosas que no podian
confiarse al papel ; que los enemigos del almirante le ha-
bian criticado mucho por su inercia en los momentos gra-
ves ; "todos dicen , añadia Salazar, que las cosas se han
puesto peor en el Pacífico desde que Pinzon anda por
allí , por no saber demostrar enerjia a tiempo . Bien se lo
anuncié a usted ."
Estas injustificadas frases , pues no habia habido oca-
sion en que demostrar poca o mucha enerjía, fué un re-
curso de Salazar para herir el orgullo de Pinzon ; precisa-
mente si algo temia España del almirante era todo lo con-
trario. ¡ Increible parece que el gobierno hubiese confiado
su representacion a persona que aparentaba merecer el
dictado de loco! ¡ Quién dijera que le estaba reservado al
gabinete Mirafiores nombramiento mas inoportuno i des-
cabellado que el del famoso cónsul Ugarte!
41

La ocupacion de las Chincha era una idea fija, una an-


tigua monomanía de aquel mal diplomático , i así lo reve-
laba en la carta de referencia. "Recibirá usted ésta el
29 (1); dése usted a la vela en seguida con las dos fragatas
i vaya usted a fondear a las islas de Chincha . Es el ren-
dez vous mas conveniente, despues de pesados todos los ar-
gumentos que usted puso i los mios ." Concluia diciendo que
no le enviaba mas comunicaciones oficiales porque queria
entregárselas personalmente.
Antes de abandonar a Valparaiso conferenció el jene-
ral Pinzon con el señor Tavira respecto a la facilidad que
pudiera prometerse para abastecer la escuadra en aquel
punto si se rompieran las hostilidades con el Perú. Tavi-
ra le indicó que no lo dudase, aunque el pueblo i la prensa
chilena se pondrian inmediatamente de parte de la veci-
na república. Acudió con puntualidad el almirante a la
cita de Mazarredo , cuyo reciente nombramiento le inspi-
raba una confianza ciega en que dicho señor era fiel in-
térprete de los deseos del gobierno de S. M. C. , con el
que habia conferenciado i discutido todos los asuntos .
Era mui natural. "

VII .

Venia, por consiguiente, Mazarredo a golpe hecho i


con resolucion inquebrantable. Habia copado al Perú,
apostando el peñon desnudo de Jibraltar contra las islas
cuajadas todavía de valioso guano, i de este pensamiento
que él decia abrigar " desde niño , como el duque de Gui-
sa la retrocesion de Calais ," nada, ni la mentira, ni la
perfidia, ni el engaño manifiesto , ni la sustraccion de do-
cumentos , ni siquiera la encerrada de Panamá lo apea-
rian.
Era todo esto una bribonada de primera magnitud en

(1 ) El 29 de marzo de 1864 en Valparaiso, donde se hallaba Pinzon


desde el 16 de ese mes.
42 -

aquel hombre desautorizado i que, sin hacer malos jui-


cios , traíala talvez aparejada con los antiguos cómplices
peruanos e hispano-peruanos de Madrid. De todos mo-
dos, era un negocio escandaloso de millones.
Pero al mismo tiempo habia en semejante empresa una
especie de demencia , i por esto habria sido talvez lícito
indultar a aquel maniático de los males que causó, así co-
mo se perdona a los locos que en los manicomios desga-
rran sus propias vestiduras o las ajenas .
Pero lo que hai de grave, de estraordinario , de verda-
deramente estupendo en toda aquella intriga que costó a
Chile veinte millones i al Perú cien millones de pesos , fué
que el tal Mazarredo engañó a su patria i a sus servidores ,
i cometiendo el mas abominable acto de felonía , trocó las
cosas de tal suerte, que , lo que iba a ser una paz tranquila
i honrosa, formó el desbarajuste de esta guerra de veinte
años que dura todavía.

VIII.

Traia, en efecto , el ajente de Pinzon instrucciones com-


pletamente pacificas i avenibles , escritas i subrayadas en
sus pasajes mas apacibles por el anciano i circunspecto
marques de Miraflores , jefe del gabinete español en esa
coyuntura; pero, falseando su mision por su base , Maza-
rredo ocultó estudiosamente esas instrucciones, i mostrando
solo las del ministerio de marina , que a aquéllas en todo se
referian, produjo la esplosion que traia encargo especial
de sofocar.
La relacion del digno señor de Novo no puede ser mas
franca ni mas noble en esta parte. Escuchémosle con pro-
funda atencion .

IX .

Despues de contar las altanerías i bribonadas de Ma-


zarredo a su llegada a Lima a fines de marzo de 1864 ,
43 -

dirijidas todas a producir el conflicto que desde Madrid


i de Panamá venia buscando i para el cual tenia ya se-
ñalados de antemano sitio, itinerario, hora i minutos a
su dócil cómplice , esplícase así el honrado marino histo-
riador, a propósito de las ácres provocaciones que el co-
misario rejio (pues este singular título trajo Mazarredo
de España) dirijió desde su llegada al gobierno asusta-
dizo de Pezet :
"...Con tal lenguaje i tales formas , dice el narrador
español, nadie dudaria que las órdenes que Salazar ha-
bia recibido del gobierno de S. M. C. eran provocar la
guerra a todo trance, estinguiendo desde el principio cual-
quier impulso de reconciliacion que pudiese tener el
Perú. Pues bien, TODO LO CONTRARIO : Salazar habia re-
cibido dos pliegos de instrucciones que venian a comple-
tarse , PERO OCULTÓ MAÑOSAMENTE UNO DE Los pliegos , i
ya veremos hasta qué punto llevó a cabo esta ocultacion .
En aquel pliego se le decia : “ Ahora , despues de todo, fije
V. S. altamente su atencion en que la mision que el gobier-
no de S. M. le confia ES DE PAZ ; que el gobierno QUIERE PAZ
I BUENA INTELIJENCIA , i por este medio, ÁNTES QUE POR
NINGUN OTRO, la justa reparacion a que aspira, i que si, sin
culpa suya, hubiera que llegar a demostraciones de fuerza ,
las razones que a V. S. determinen a ello , de concierto con
eljefe de nuestra escuadra, han de ser tales, que el gobier-
no español sin mus que hacerlas notorias, quede justificado
ante las naciones de Europa ia de las demas civilizadas. ( 1)
"Como prueba del ánimo i leal proposito del gobierno
español en este punto , si las jestiones pacíficas produje-
sen el resultado satisfactorio que es de esperar, va V. S.
autorizado para proponer despues al gobierno de la repú-
blica la continuacion de las negociaciones interrumpidas o
la iniciacion de otras nuevas , que aseguren entre los dos
paises las buenas relaciones pue hoi son ya una necesidad
entre las naciones civilizadas ."
El ministro que esto escribió i que de tan buenos pro-
pósitos estaba animado, no paró mientes sin duda es el
significado que pudiera dársele en Perú al título de comi-

(1 ) Toda esta parte de las instrucciones i otras de detendencias seme-


jantes iban subrayadas por mano del ministro de estado.
w 44 -

sario español, i de que esto fuera un grave obstáculo.


Sin embargo , este escollo hubiera sido salvado por un
hombre de buen juicio ; el error que no podia orillarse era
""
el de la eleccion de este hombre .'

"El 10 de abril de 1864 , añade el señor de Novo , entran-


do ahora de lleno en el terreno de los hechos , las fragatas
Resolucion i Triunfo fondearon en las islas de Chincha,
donde lo estaban muchos buques de todas nacionalidades
cargando huano, i el bric -barca de guerra Iquique, arti-
llado con cuatro cañones pequeños . La Covadonga llegó
casi en seguida puntual a la cita , conduciendo a Salazar
i a Merino Ballesteros , que habia embarcado en la goleta ,
temeroso de pasarlo mal en Lima .
El señor Salazar, desde el bote que lo trasladó a la
capitana, manifestaba con grandes gritos que el gobierno
del Perú no habia querido recibirlo , i despues de hallarse
a bordo , sin calmar un punto su cólera , relató los sucesos ,
enseñó las notas que mediaron entre él i el ministro Ri-
beiro, i entregó al almirante las instrucciones que traia
del gabinete español.
Legó Pinzon el oficio del ministro de marina referente
a dichas instrucciones , i al llegar al párrafo que decia
"se ha servido encomendar a don Eusebio Salazar i Ma-
zarredo la mision estraordinaria en dicha república, de
que se impondrá V. E. por las dos adjuntas copias de las
instrucciones que para su desempeño le han sido comu-
nicadas por el ministro de estado, etc. , advirtió Pinzon
que solo se le mostraba una de las copias mencionadas i
preguntó a Salazar por la otra. Este dijo que era un do-
cumento de poca importancia i que se le habia estraviado en
el laberinto de sus papeles. La respuesta no satisfizo al
almirante ni al mayor jeneral e insistieron en que lo bus-
case. No sé lo que he hecho de él, ya parecerá , repetia Sa-
lazar invariablemente."
45

ΧΙ

I en efecto, aquel pliego acusador pareceria en breve


i de la manera singularisima, digna de los dramas de
Moreto , que en seguida vamos a contar.
Refiere a este respecto el señor de Novo , que apénas
hecha la captura de las islas i saludado el pabellon de
Castilla enarbolado en el mástil del huano con 21 cañoо-
nazos , una especie de inquietud sombría i nerviosa șe
apoderó del epiléptico Mazarredo . Fuese miedo o fuese
remordimiento, no se sentia seguro en la cámara de la
almiranta , en que habia cometido una felonía de las que
el Código Penal castiga con el grillete, i a toda costa
queria irse a España . Su delito lo abrumaba i le perse-
guia a todas horas como su propia sombra, asemejándole
en esto su conciencia a todos los criminales aun a los
mas vulgares . El engañado almirante encontrábale razon ,
sin embargo, para desear la vuelta al hogar i a las Cor-
tes donde tenia un asiento, i a fin de complacerle, acechaba
la primera oportunidad de trasladarlo a un vapor de Pa-
namá , camino de la famosa cencerrada. (1 )

(1) La conducta de los peruanos el 14 de abril, cuando Pinzon tomó


atropelladamente posesion de las Chincha, i dos dias despues (abril 16)
cuando sobre los cañones de su escuadra i fortalezas fué el último a sa-
car la barca Heredia cargada de víveres, no pudo ser mas pusilánime,
porque, segun todos lo recordarán , la guarnicion militar de las islas no hi-
zo ni asomos de resistencia contra el ultraje español al mandar arriar la
bandera peruana i sustituirla por la deCastilla . Sin embargo, cuando
sacaron los españoles de debajo de las baterías del Callao la barca espa-
ñola ya nombrada, se publicó en Lima lo siguiente , que el señor de
Novo copia i comenta en esta forma :
« Cuando se tomaron las islas, cuando aparecieron los españoles en el
Callao, no habia sino un quintal de pólvora en la fortaleza ; los hemos
intimidado con una señal que puso un viejo patriota, Cirilo Coronel , que
hacia de mayor de órdenes . « Ponerse en son de combate, » hizo decir Co-
ronel a las banderas, cuando asomaban los españoles por la cabeza de la
isla de San Lorenzo, i ellos, que se habian tomado nuestro plan de se-
46-----

Pero como aquellos barcos se desviaban ahora de su


antiguo itinerario por prohibicion del gobierno de Lima ,
i la escuadrilla se hallaba escasísima de carbon, no obs-
tante haberle enviado una casa de Valparaiso (¿cuál re-
ria?) cargada de ese combustible una fragata vendida en
50,000 pesos i que la misma casa ofreció recomprar en
15,000 pesos (¿cómo seria ella?) , fué lo cierto que ni aun
yendo a cruzar en el Pelado , logró cortar el complacien-
te almirante un vapor de la carrera del Pacífico . Maza-
rredo solo se escapó de la isla cuando pasó por allí un
buque de guerra ingles , la Shearwater. (2)

ñales con la Iquique i que habian visto que un buque habia salido de las
islas de Chincha para el Callao a pocas horas de habérselas tomado , cre-
yeron que estábamos prevenidos, i no se atrevieron a tomar la escuadra ,
que era su plan (?) . Por allí debieron haber comenzado, pero la Provi-
dencia suele embrutecer a los perversos ; si con la misma felonía con que
se agarraron el guano, comienzan por agarrarse la escuadra, hoi tendrían
escuadra i guano, sin haber disparado un tiro. Tambien han tenido te-
mor de ser los primeros en hacer fuego ( ! ) ; por eso no se sacaron la es-
cuadra aquel dia ; por eso nos provocaron con la sacada de la Heredia.»
¡Cuánta Tójica!
(2) Hé aquí los términos en que el señor de Novo refiere, en la pájina
184 de su libro, la cobarde fuga de Mazarredo.
"En tales circunstancias, el señor Salazar i Mazarredo demostró (segun
frases del almirante) , el mas vehemente anhelo de regresar a Madrid a
dar cuenta de lo efectuado, i juzgando aquél que la presencia de dicho
señor seria mui importante cerca del gobierno, para que lo ilustrase ver-
balmente, i en su creencia absoluta en la buena fé con que procedia, no
vaciló en satisfacer sus deseos ; i así, a pesar de la penuria de combusti-
ble, salió en la Resolucion i la Covadonga a esperar el paquete ingles en
el frente de los islotes Mazorca i Pelado, hasta 158 millas distante del
grupo de las Chinchas, consumiendo en esta marcha no poca cantidad de
carbon, sin obtener el resultado propuesto porque no se logró avistar el
correo. "Trascurridos otros dias, dice el almirante, la "impaciencia del
" señor Salazar por verse fuera del Pacífico aumentaba, i yo secundaba
66
sus deseos con tranquilidad de espíritu , creyendo que con hacerlo así
"llenaba las miras del gobierno."
"El 6 de mayo fondeó en las Chinchas la coberta de guerra inglesa
Shearwater, que llegaba del Callao conduciendo a los señores Encargados
de negocios de Inglaterra, Francia i Chile, cerca del gobierno del Perú,
los que, en nombre del cuerpo diplomático estranjero residente en Lima,
deseaban conferenciar con el almirante español. Al dia inmediato se reu-
nieron todos a bordo de la Resolucion i espusieron su objeto de mediar
oficiosamente para el arreglo de las dificultades surjidas entre España i
Perú; opinando que para suavizar la tirantez de la situacion i conjurar
grandes desastres, se hiciese cesion o traspaso de las islas al cuerpo
diplomático en términos i condiciones honrosas para España, ofreciendo
- 47

XIII

Mas el felon comisario rejio , perseguido a gritos por


su conciencia, no habia podido abandonar la escuadrilla
de su nacion sin dejar tras su sombra la prueba de su
crimen. I habiendo oido en varias ocasiones , cuando se
hallaba a bordo, al almirante Pinzon que se proponia
leer con interes cierto libro que existia en el buque al-
mirante i pertenecia al archivo del consulado de España
en Lima , antes de fugar de la cámara de la Resolucion
metió dentro de sus pájinas el pliego que fraudulenta-
mente habia ocultado, i que a haber sido leido por el
almirante antes del forzamiento inícuo de las Chinchas ,
habria evitado este acto pirático i con él la guerra .

XIV

Mas , apresurémonos a dejar narrar oficialmente al mis-


mo indignado jefe de la escuadra este lance peregrino
que, si no fuera siniestro , seria digno de figurar entre los
mejores sainetes de don Ramon de la Cruz .

las debidas garantías. A esto se opuso Salazar enérjicamente, i desde el


principio lo declaró fuera de discusion ; lo único que pudo obtener la
mediacion de aquellos señores, fué que se devolviese la barca de guerra
Iquique, no al Perú , sino como prueba de deferencia a la jestion diplo-
mática.
Pero si la jestion diplomática no obtuvo mejor resultado, proporcionó
en cambio oportunidad de que el señor Salazar se trasladase con seguri-
dad completa al Callao en la Shearwater, para tomar allí el paquete in-
gles que debia conducirlo a Panamá , i de aquí a Europa. Le acompañó
con el carácter de secretario el alférez de navío D. Cecilio de Lora, quién
llevaba instrucciones secretas de dirijirse a la isla de Cuba i pedir al ca-
pitan jeneral refuerzos para la escuadra. "
Fué en esta vez cuando el pueblo del Panamá , azuzado por un frances ,
ajente del Perú i que todavía existe, dió a Mazarredo la famosa cencerra-
da que , tanto exaltó su bilis i la del gobierno español,
48

.."Calcule V. E. , decia en efecto el almirante Pinzon


al ministro de la marina de España , en nota oficial i pú-
blica datada en la rada de las Chinchas el 9 de junio de
1864, esto es, una semana o dos despues de la partida
casi furtiva de Mazarredo , calcule V. E. cuál seria mi
sorpresa cuando al cabo de algunos dias , rejistrando un
libro que me habia oido decir el señor ministro leeria
tan luego como la situacion se normalizase algun tanto ,
encuentro, entre otros papeles viejos de su pertenencia ,
la copia que faltaba al espediente de marina; i cuánta mi
indignacion i disgusto a la vez , cuando , penetrándome
de su contenido, vi que las instrucciones reservadísimas
que le eran comunicadas al señor Mazarredo por la prime-
ra secretaría de estado , le prescribian una línea de con-
ducta en el Perú, QUE CIERTAMENTE NO ES LA QUE PUSO
EN ACCION ; que el gobierno en este documento , tan sabia
i prudentemente redactado, i con cuya estricta observan-
cia pudieran tal vez haberse allanado algunas dificultades,
con honra i prez de España, le decia en resúmen : "PAZ I
99
ARREGLO i no hostilizar hasta el último estremo ,' i que ,
por el contrario , habíamos empezado por ESTO ÚLTIMO .
Mi disgusto no conoció límites ; mi corazon , poseido del
mas vivo patriotismo, no perdonaba el engaño i la artería
sin nombre de que habia sido la víctima.
Es de advertir que el hallazgo de este documento i
mi primera sorpresa, tuvo lugar a presencia de don José
Merino Ballesteros , que incidentalmente se hallaba en
mi cámara mientras hojeaba el libro en cuestion , que
pertenecia al archivo del consulado de España durante
el tiempo que lo desempeñó el señor Ugarte , en el cual
constaban varios datos i antecedentes que tenia necesi-
dad de conocer, i he formado espediente del caso para
mi tranquilidad i mi vindicacion en su dia.
Permitame V. E. que, ántes de pasar mas adelante ,
me detenga a considerar este suceso . Que el señor Sala-
zar, fiel al proyecto que concibiera de ocupar las Chin-
chas a todo trance, al cual, como ya he dicho , todo lo sa-
crificaba , ME OCULTÓ ESTE IMPORTANTÍSIMO DOCUMENTO , que
prescribia ciertas reglas de conducta enteramente con-
trarias , es punto que no deja lugar a duda alguna : 1.º ,
por no haberme enviado a Valparaiso mis instrucciones
49

como era su deber i lo mas lójico ; 2.°, por haberse esfor-


zado en momentos de nuestra entrevista antes de fondear
en las islas , i ántes tambien de darme los documentos , a
persuadirme que en la mente del gobierno entraban tales
actos de hostilidad , cuando tan al contrario era, que dicho
gobierno solo deseaba recurrir a éstos en último estremo;
3.º, por su insistencia en negar al mayor Lobo el docu-
mento que casi todos los dias le pedia, con el pretesto de
que se le habia estraviado , pues aunque hubiese sucedido
así, debiera quedarle el de su pertenencia , o al menos el
recuerdo de lo que espresaba un documento que era
nada menos que el alma del negocio; 4.º, por haberlo
mantenido oculto cuando estuvo en las islas el cuerpo
diplomático, pues la dificultad, que nunca se hubiera
creado por mi parte con conocimiento del mismo , pudo
entónces haber tenido la mas honrosa solucion; 5.º, por
su inesplicable impaciencia en desaparecer de esta esce-
na, sin duda atormentado por una conciencia culpable
i por el temor de mis justas reconvenciones si aparecia
el mencionado escrito ; 6. , por mis sospechas fundadas
de haberla colocado con insidia en un paraje donde no
era fácil descubrirlo al pronto, i que cuando se verificase
ya no tuviese remedio; i por último , escelentísimo señor ,
por mil circunstancias mas , que si hubiera de relatarlas
necesitaria todo un volúmen . Ahora he visto claro en la
tenebrosa conducta de este señor , que si bien tuvo suspen-
so mi juicio durante algun tiempo, logró al fin inspirar-
me la mayor confianza , especialmente en su segunda es-
cursion a América , a donde venia con caráter oficial ; lo
que no consiguió en la primera , no obstante los esfuerzos
que puso en juego ; i ciertamente, no solo a V. E. i al
gobierno de S. M., sino al pais entero le sorprenderia su
narracion.
Pero me esfuerzo en vano en calificar este proceder ;
pertenece al dominio de las cosas que se sienten , pero
para las cuales faltan espresiones , porque todas parecen
pálidas al lado de la realidad: i aunque sea digre-
sar sobre mi personalidad , ¿ es digna correspondencia es-
te deseo de medro propio con ajena mengua , sin parar
mientes en los altos intereses que comprometia , con mi
solicitud en encontrarle el dia señalado, con el sacrificio
50 ---

del gasto del carbon en la operacion del Pelado i con mi


anhelo en facilitarle con interes casi fraternal el cumpli-
miento de sus proyectos? Pero no importa. Estoi pene-
trado de que el gobierno de S. M. podrá desaprobar mi
conducta en este caso, pero al mismo tiempo confio en
que cuando esta carta llegue a manos de V. E. , se pon-
drán en su punto los hechos , i la reina i el pais sabrán
las causas que han motivado el que quizá mi conducta
no haya armonizado con las esperanzas que el gobierno
fundara . ¡ I en qué situacion nos deja el señor Salazar ,
cuyas instrucciones reservadas le prescribian que no se
separase de mi lado hasta el término de las negociacio-
nes. (1)
Pero este señor, decia en conclusion el irritado almi-
rante, midiendo a los demas por sí propio , ignoraba que
quedaban aquí servidores de S. M. dispuestos a sacrificar
sus vidas , si necesario fuese, ántes que la honra de Es-
paña se mancillase."

XV

No podia requerirse una prueba mas evidente del


crímen de felonía manifiesta i de traicion villana a su
patria cometido por el comisario rejio don Eusebio Sala-
zar i Mazarredo ; i a la verdad si hubiese habido en Es-
paña en esa época un gobierno medianamente severo ,
habria hecho lo que el de Fernando el Católico cuando
escribió al Gran Capitan en Nápoles diciéndole que si los

(1 ) Esta frase está tarjada por Pinzon , quien parece haber suminis-
trado al autor español estos i otros interesantes documentos i versiones.
Segun una nota final del señor de Novo, le han comunicado datos e
informaciones verbales para escribir su libro, ademas del almirante Pin-
zon, la señora Elena Ravina, viuda de Lobo, Pezuela , Antequera, Na-
varro, Pastor, Concas (todos actores en la guerra) , el capitan de navío
Fernandez Duro, (autor de la biografía de Pareja) don Ernesto Merlé,
cónsul de España en el Callao i don Antonio Agacio, ex-vice cónsul
de España en Valparaiso, todos los cuales vivian todavía en abril de
1883.)
- 51 -

cursores del Papa andaban por allí (siendo él por auto-


nomasia " el rei católico ") los prendiese , i sin mas trámite
los ahorcase.
I sin embargo ¡notable muestra de la flaqueza huma-
na! mientras Mazarredo recibia así del almirante español
una cencerrada moral tan dura i vilipendiosa como la de
Panamá, tratado como pillo , falsario i cobarde , el gobier-
no de Madrid , que sabia todo esto, hacia de la cencerra-
da de la última ciudad recibida por Mazarredo en su
fuga, (la cual fué un acto casi espontáneo del populacho
de aquella abigarrada poblacion) el primer capítulo de
la guerra que poco mas tarde hizo de hecho declarar al
Perú!...
Consuela i levanta el alma , entre tanto , oir, en medio
de tantos errores i falacías la voz de un hombre de bien,
que siendo español i aun españolísimo, condena por lo
mismo en los siguientes levantados términos el acto in-
ternacional que orijinó única i esclusivamente la increi-
ble felonía de Salazar i Mazarredo .
Esas palabras , que son una sentencia de la posteridad
i con las cuales ponemos término a la primera era
de la guerra del Pacífico exhibida a la luz de la no-
bilísima franqueza española, dicen así en la pájina 189
del libro de que las copiamos para honor de la Penínsu-
la , de sus hombres i principalmente de su historiador :
"LA TOMA DE LAS CHINCHAS FUÉ UNA AGRESION INJUSTI-
FICADA I ARBITRARIA ; PARA EFECTUARLA SE FALTARON A LAS
INSTRUCCIONES DEL GOBIERNO , AL DERECHO INTERNACIONAL
I A TODAS LAS CONVENIENCIAS , TRASPASANDO , desde aquel
instante i por ese solo hecho , al Perú , la razon i justicia
que nos asistia. Empezamos por dar el golpe ántes que
el amago, i ese fué nuestro gran error . Si el Perú, des-
pues de la intimacion i el ultimatum hubiese permaneci-
do tenaz en no conceder lo razonable , entónces , alta la
frente , tranquila la conciencia i con aplauso jeneral , hu-
biéramos clavado en las Chinchas nuestro pabellon en
espera de las satisfacciones exijidas . Ni los sucesos de
Talambo, ni todos los anteriores agravios reunidos , cons-
tituian causa de tanta monta que obligara a medios es-
tremos . "
52

XVI .

De sospechar es , entre tanto, por algunos actos i re-


velaciones póstumas, en que fué parte la diplomácia de
Chile i su mediacion ofrecida por medio de su prestijio-
so ministro en el Congreso americano (reunido ad hoc en
Lima) don Manuel Montt, que , despues de su arrebatado
i falaz apoderamiento de las Chincha, i conocido a fon-
do por el almirante Pinzon , la inverosímil perfidia de su
inspirador Mazarredo , tuvo algunas veleidades de aban-
donar su presa . (1)

(1 ) En cuanto a la política arjentina, que se juzgó siempre i por todos


en aquel tiempo, fria, egoista i anti-americana, una revelacion posterior
ha venido a arrojar simpática luz sobre la conducta de aquel pais i de su
presidente el jeneral Mitre , revelacion hecha por este ilustre arjentino
en la propia casa del comentador de esta historia, en la cual era aquel
un huésped querido por el mes de abril último. Hé aquí cómo El Diario
de Buenos Aires del 25 de junio de 1883 da noticia de este interesante
lance , que habrá de esclarecerse totalmente con el curso del tiempo :
El jeneral Mitre asistia en Santiago a uno de los tantos banquetes
con que lo obsequiaron los primeros hombres i la sociedad chilena; esta-
ban alli varios ministros, diputados , escritores i literatos de nota.-Des-
pues de los brindis de órden , en que se cambiaron las espansiones de na-
cionalidad, ocurrió un reproche amistoso, que dió orijen a una revelacion
histórica.
« Vicuña Mackenna, que estaba sentado al lado del jeneral, recordaba
en ese momento que éste siempre habia sido el amigo de los chilenos ,
tanto en sus épocas de mando como desde las columnas de su diario, i
agregó:
«Solamente una vez nos ha abandonado, -cuando nuestra guerra
con España.
«Momento de sensacion jeneral, porque todos la esperimentaron diri-
jiendo sus miradas al huésped, quien con su inmutabilidad acostumbra-
da, contestó inmediatamente :
-«Nó, le dijo , yo no los he abandonado nunca : Uds. me rechazaron
la alianza que yo les propuse entónces por medio de Sarmiento , agregan-
do, mas o ménos , lo siguiente :
«Teníamos nosotros pendiente con España una cuestion internacional
respecto a la nacionalidad de sus hijos : hubo un momento en que la te-
mimos como un peligro para la América entera, i entónces, siendo yo
53

Iba esto mui en conformidad con la mente i estructura


moral del marino andaluz que, así como partia de pronto
en las mas árduas resoluciones , revolvia sobre ellas con
estremada volubilidad, a diferencia del circunspecto i
obstinado Mendes Nuñez , que era gallego .
Nunca, a la verdad , estuvieron mejor cinceladas i en
mas alto relieve las condiciones de índole lugareña de
aquellos dos jefes de mar que habian venido al mundo ,
el uno a orillas del poético Guadalquivir i el otro en las
duras i selváticas sierras de la áspera e indómita Gali-
cia. "No es dudoso , dice sobre este particular el sano
i bien intencionado historiador que seguimos , no es du-
doso que cuando el almirante descubrió el engaño de
Salazar debió hallarse perplejo ante la situacion creada ,
que manifiestamente era en un todo distinta a la que le
prevenia su gobierno , i lójico parece que lucharan en su
animo por una parte el deseo de restituir las cosas al pri-
mitivo estado , con arreglo a las verdaderas instruccio-
nes , i por la otra el temor de que pudiera interpretarse
como debilidad i quebrantar su prestijio i el de sus fuer-
zas , seguir aquel impulso . Resultado de esta lucha debió
ser su buena disposicion a encontrar un arreglo digno
que salvara a su gobierno de la situacion inesperada i
violenta en que le habia colocado la demencia del comi-
sario.
"¿Pensó entonces el almirante en entregar las islas ,
haciéndolo en condiciones altamente honrosas? Pudiera
ser; mas ¿ cabe el imajinar que obedeciera al miedo? Con-
testen los mismos peruanos si esto es creible en el jefe
que algo mas tarde, con solo una fragata , abandonado ,

presidente, encargué a Sarmiento, cuando su mision a Estados Unidos ,


que les propusiera a ustedes un tratado de alianza ofensiva i defensiva, en
el caso que la España nos declarase la guerra. El presidente Perez la re-
chazó, i nosotros quedamos solos, aireglándola poco tiempo despues di-
plomaticamente por medio del ministro Balcarce.
<<Vino en seguida la cuestion de ustedes con la misma nacion i produ-
cido el bombardeo de Valparaiso , nos limitamos a protestar como lo hi-
cieron las demas naciones , por medio de nuestro cónsul,-i porque, ade-
mas, nosotros nos yeiamos envueltos en la guerra con el Paraguay.»
«Ninguno de los presentes esperaba semejante respuesta, i como tal,
la sensacion que produjo se traslució fuera del banquete, al estremo que
al dia siguiente era el tópico de las conversaciones en la Moneda.
«Todo terminó ahi, cambiándose las esplicaciones amistosas del caso .>>
- 54

sin recursos , i llorando la pérdida de la Triunfo, perma-


neció en las islas de Chincha dispuesto a defenderlas por
España , contra las triples fuerzas cuyo ataque esperaba
tranquilo." ( 1)

(1 ) Iniciando en el presente capítulo el propósito de dar a luz i con-


servar en esta historia los principales documentos chilenos que la ata-
ñen, damos cabida inmediatamente despues a dos de los mas notables
de aquellos con relacion a esa época i a los esfuerzos que hizo Chile por
libertar al Perú i a la España misma de los males de la guerra.

Contestacion de Pinzon al representante de Chile en Lima don José Nicolas Hurtado,


aceptando una transaccion honrosa bajo los auspicios del gobierno de Chile en abril
de 1864.

"Comandancia jeneral de la Escuadra del Pacífico.-Islas Chincha, a


13 de junio de 1864.- He recibido la nota que V. S. se sirve dirijirme
en 10 del corriente, en la cual, al propio tiempo que me avisa el recibo
de otra mia del 6 anterior, pidiéndole conferenciar con la Comision del
Cuerpo diplomático que éste tuviese a bien nombrar, sobre puntos con-
cernientes a intereses de súbditos estranjeros , despues de entrar V. S. en
varias consideraciones acerca de las dificultades existentes entre España
i el Perú, desea V. S. saber si el objeto de esta entrevista es meramente
para tratar de los espresados intereses , o si me hallo dispuesto a entrar
en otras negociaciones que conduzcan a un resultado pacífico, favorable
i digno para ambos paises.
Debo decir a V. S. en contestacion, que al formular mi pensamiento
de conferenciar nuevamente con el Cuerpo diplomático, me ha guiado
esencialmente el deseo de allanar las dificultades en el espresado último
concepto. Reitero a V. S. cuanto en mi última conferencia espresé res-
pecto a que la ocupacion de las islas por las fuerzas navales de mi mando
ha sido solo como represalia i no como revindicacion ; i ciertas circunstan-
cias que esplicaré a V. S. verbalmente, han llevado a mi ánimo el con-
vencimiento de que resolviendo la cuestion pendiente de un modo ami-
gable, seria, por mi parte, el medio de corresponder a los intentos de mi
Soberana i de mi Gobierno.
Ausente el señor Comisario estraordinario, como jefe superior de la
única fuerza española que existe en el Pacífico, i con poderes para ello,
asumo toda la representacion de mi nacion, a cuyo Gobierno seré res-
ponsable de mis actos.
Abrigue V. S. señor Ministro, la seguridad de que no rechazaré ningu-
na transaccion siempre que sea noble i que no vulnere la honra de las
armas ni de la nacion que represento .
Aprovecho esta oportunidad para ofrecer a V. S. las seguridades de
mis consideraciones .-B. L. M. de V. S.-(Firmado) .- Luis H. Pinzon.
Señor Ministro de la República de Chile cerca de la del Perú."
55 -

II

Nota colectiva del Congreso Americano al almirante Pinzon en bol de 1864, a pro-
pósito del apoderamiento i desocupacion de las islas de Chincha.

Lima, octubre 31 de 1864.

Los infrascritos Ministros plenipontenciarios de Bolivia, Chile, Con-


federacion Arjentina , Estados- Unidos de Colombia, Estados Unidos de
Venezuela i Perú, residentes en esta ciudad, creen de su deber dirijirse a
S. E. el almirante don Luis H. Pinzon , i hacerle saber que la ocupacion
de las islas de Chincha , verificada a nombre de España ha afectado pro-
fundamente los intereses de la América i , en especial los de las Republi-
cas que los infrascritos representan. Esta ocupacion, a que no precedió
la negativa por parte del Perú a satisfacer reclamos clara i espresamente
individualizados ; que no fué consecuencia de una declaracion de guerra
hecha con arreglo a las prescripciones de la lei internacional ; que se eje-
cutó bajo el amparo de un derecho de revindicacion i de un estado de
tregua inconciliable con la independencia indisputada de la República
del Perú, hiere los derechos de todos los Estados del Continente, e intro-
duce justas i fundadas alarmas en órden a los designios de la España so-
bre su condicion de naciones independientes. La independencia de la
América fué el resultado de esfuerzos comunes de los pueblos que se
constituyeron en Estados soberanos , i la solidaridad que aquellos hechos
establecieron, les impuso deberes , de cuyo cumplimiento no pueden dis-
pensarse. La amenaza hecha a una de las Repúblicas en su existencia
politica, por motivos que fueron comunes a todas ellas , autoriza a los
infrascritos para esforzarse en conjurar un peligro, que es de grande
atencion i de trascedentales consecuencias.-Los insfrascritos se dirijen
a S. E. el almirante don Luis H. Pinzon, como único representante del
gobierno español en esta cuestion , i como jefe superior de las fuerzas
navales que ocupan las islas, parte constitutiva de la República peruana.
Mas de seis meses corridos sin que la España haya hecho demanda algu-
na al Perú, el peligro de que la ocupacion se prolongue indefinidamente,
i la acumulacion de fuerzas, que parece agravar en los pueblos de Améri-
ca esa situacion incierta i alarmante, obligan a los infrascritos, por la
injerencia misma de la materia, a prescindir de ciertas formas, i a reque-
rir a S. E. el almirante don Luis H. Pinzon por la pronta desocupacion
de las islas i su entrega al Perú, en los términos correspondientes a los
derechos i a la dignidad de esta República.- La declaracion del gobierno
español de que no habia autorizado aquel acto, aleja toda contradicion
en su conducta, i todo menoscabo de su dignidad, restituyendo lo que no
mandó aprehender ; así como una misma declaracion en la parte que re-
prueba el principio de revindicacion i el estado de tregua invocados ,
habia dispuesto las justas alarmas de la América , si no se hubiese mante-
nido el hecho que fué la consecuencia inmediata de los principios repro-
bados. Las repúblicas representadas por los infrascritos , desean conser-
var sus amistosas relaciones con la España , i están dispuestas a dar a la
56

nacion a que estos pueblos deben su orijen sinceros testimonios de sus


sentimientos ; i el Perú que participa de ellos , lo está tambien a atender
con solicitud los reclamos justos que se le hagan, a examinarlos i arre-
glarlos por las vías diplomáticas, integrado que sea, en forma debida , en
la posesion de su territorio. No pueden, sin embargo, permanecer espec-
tantes e inactivas en presencia de la situacion creada por el acontecimien-
to del catorce de abril.- Los infrascritos no creen preciso insinuar que
sucesos que se suponen ocurridos despues de aquella fecha, tampoco
pueden ser un obstáculo para el fin propuesto, porque son imposibles, tra-
tándose de gobiernos cultos i civilizados, porque el Perú los ha rechazado
con toda la enerjía de su dignidad, i porque las insvestigaciones practi-
cadas manifiestan hasta la evidencia, que jamás existieron , ni hubo aute-
cedente que pudiese mancillar en este punto la conducta de la República
peruana. Los infrascritos, en nombre de las Repúblicas que represen-
tan, gravemente alarmadas, en justa tuicion de sus derechos, i en consi-
deracion a los deseos que las animan de mantener sus amistosas i cordia-
les relaciones con la España, se dirijen a S. E. el almirante don Luis H.
Pinzon con el objeto que dejan espresado, i esperan tenga a bien darles
una respuesta, que servirá para poner término a esta situacion , o para
arreglar sus procedimientos ulteriores.-La presente nota será puesta en
manos de S. E. el almirante don Luis Pinzon, por don Ignacio Centeno,
comisionado al efecto, a cuya persona recomendamos .-Con sentimientos
de distinguida consideracion , los infrascritos saludan a S. E. el almiran-
te don Luis H. Pinzon, i se suscriben sus mui atentos i seguros servido-
res.-V. de la Cruz Benavente, Ministro Plenipotenciario de Bolivia.-
Manuel Montt, Ministro Plenipotenciario de Chile .-D. J. Sarmiento,
Ministro Plenipotenciario de la República Arjentina .-Justo Arosamena,
Ministro Plenipotenciario de los Estados -Unidos de Colombia. - Antonio
L. Guzman, Plenipotenciario de los Estados-Unidos de Venezuela.- Jo-
sé G. Paz Soidan, Plenipotenciario del Perú .
CAPITULO IV

LOS APRESTOS BÉLICOS DEL PERÚ I LOS DE ESPAÑA.

Estolidez del gobierno de Pezet i ajitacion patriótica de los peruanos.- Cien chilenos se
dirijen en el Dart al Callao.- Aprestos, blindajes i contratas de los peruanos.- Los
españoles piden refuerzos, i hácense a la vela desde España las fragatas Villa de
Madrid, Blanca i Berenguela.- 1ncéndiase en las Chincha la fragata Triunfo, i aun
así los traidores de Lima no se atreven a atacar a Pinzon que quedó con un solo
barco en malas condiciones.- Disparatado plan de abordaje del almirante Salcedo.-
Cómo tuvo lugar el incendio de la Triunfo en noviembre de 1864.-Escenas i peligros
a bordo.- Heroismo de la tripulacion.--Estado en que quedó la Resolucion atestada
de jente.-Instrucciones características que Pinzon envia a los comandantes de la
Blanca i Berenguela a_Valparaiso.—Efecto que aquel siniestro causó en las fuerzas
peruanas surtas en le Callao.-Burlescas apreciaciones de los marinos españoles.

La insolente captura de las islas de las Chincha ha-


bia ajitado profundamente al pueblo peruano, mas no así
a su estólido gobierno, presidido por un jeneral imbécil ,
deslumbrado por la pompa monárquica de las cortes de
Europa que acababa de visitar, i para quien el tipo de
todas las grandezas humanas estaba reasumido en la
personalidad de Napoleon III i en su escolta llamada de
los Cien guardias, que él en trajes , sino en tallas , pro-
curó imitar.
Hacíase en apariencias el ademan de fortificar el Ca-
llao i los buques , de blindar viejos esquifes i construir con
injentes gastos otros nuevos , pero en el fondo la traicion
anidábase en aquellos pechos viles , i no fué parte a lle-
varlos al sentimiento del honor el hecho de haber parti-
do de Valparaiso voluntarios mas de cien chilenos al man-
do del capitan de marina don Patricio Lynch en el buque
58

de placer llamado el Dart, a fin de darles aliento i ayu-


da (1).
Todo era a la verdad en Lima i el Callao aprestos i
gastos de contratos ficticios o de contratos verdaderos i
escandalosos a bordo de la fragata resforzada Apurimac,
del Amazonas, pesado cascaron de 32 cañones , del Loa
(vapor ridículamente blindado , así como el Victoria ) del
Tumbes, del Lerzundi, de cuanto casco inservible en-
contrábase a la sazon amarrado a alguna boya en la re-
mansa bahía del Callao , sin que por esto nadie pensara
ni remotamente en ir a atacar a los que con dos fragatas
de madera habíanse usurpado la parte mas valiosa del
territorio nacional.
Todo lo contrario, porque aun habiendo perdido los
españoles la mitad de sus fuerzas efectivas por el incen-
dio casual de una de sus dos fragatas , ni aun así atre-
viéronse aquellos cobardes i villanos mandatarios a
arriesgar siquiera un simulacro de combate i reparacion
del ultraje recibido en la mejilla . ( 2 )

II

En diversos cuadros anteriores hemos trazado , en


efecto, mas con la pluma de un concienzudo historiador
español que con la nuestra , algunos jenerosos episodios

(1) Era este buque propiedad del jeneroso chileno don José Tomas
de Urmeneta, quién , a una simple indicacion del que ésta nota a su me-
moria consagra, lo cedió equipándolo ámpliamente a su costa. La espe-
dicion del Dart seria mas tarde una de las causales mas eficientes de la
guerra de Chile con España, pero el gobierno de Pezet acojió a los
ausiliares chilenos con la mas completa frialdad i, en el fondo, con pro-
funda contrariedad. Lo mas que hizo fué nombrar al jefe de la espedi-
cion su edecan de honor, para tenerlo así a su lado i desarmarlo.
(2) Es por demas curioso el siguiente plan que el almirante Salcedo,
chileno al servicio del Perú, propuso al presidente Pezet i que él cuenta
en los siguientes términos en su Esposicion de 1867 , páj . 7. « Propuse
abordar los tres buques españoles con la Amazonas, Loa, Tumbes i Ler-
zundi, yendo yo a vanguardia con el Huascar i el Chalaco , recien com-
prados, metiendo en ellos todos los presidarios de Lima i de todos los pue-
blos inmediatos.» ......
59

de mar o de cancillería que ponian de manifiesto las fa-


tales consecuencias que tuvo para la España , siempre
confiada, siempre jenerosa i quijotesca (como lo son tal-
vez en mayor grado sus hijas de estos lado de los ma-
res) , el nombramiento culpable o atolondrado de jentes
que, a su pesar i contra sus órdenes espresas i su conve-
niencia mas evidente , la precipitaron sucesivamente en
dos guerras, a cuál de ellas mas estéril i mas ingloriosa.
Pero ahora es grato al ánimo imparcial i sosegado re-
ferir algunos lances de aquella época en que el antiguo
heroismo español i su magnanimidad en los quebrantos ,
prendas que nosotros tambien heredamos , se ostentan
en toda su grandiosa pujanza. I damos hoi la preferen-
cia a aquél con el cual los españoles del Pacífico se es-
trenaron en sus aguas , cuando, apoderados de las islas
de Chincha con su flotilla, perdieron la mitad de sus
fuerzas en circustancias que, casi a tiro de cañon de su
ancladero, hervian dentro de la bahía del Callao los ar-
mamentos i los ausiliares , los contratos i los millones que
en seguida les entregaron mansamente los peruanos .

III

El incendio de la fragata Triunfo, por las circunstan-


cias especiales en que tuvo lugar, es uno de los hechos
mas interesantes de la guerra del Pacífico , i como tal
vamos a narrarlo , copiando fielmente en esta parte la re-
lacion del señor de Novo desde la pájina 233 a la 244 de
su importante libro , las cuales así dicen :
..." En la tarde del 25 de noviembre de 1864 , hallándo-
se la escuadra fondeada en la bahía de Pisco , se oyó to-
car a fuego la campana de la Triunfo al mismo tiempo
que largaba la bandera llamando a su comandante , que
a la sazon estaba conferenciando a bordo de la Resolu-
cion . Toda la jente de la Triunfo habia acudido a sus res-
pectivos puestos desde el primer instante, i de los demas
buques llegaron tambien parte de sus tripulaciones para
- 60

cooperar a la estincion del incendio. El almirante acudió


presuroso, i bien puede decirse que la lucha entablada
con el fuego que devoraba la Triunfo fué de las mas te-
naces i heróicas que rejistran los anales de todas las ma-
rinas.

El oríjen del incendio debióse a la torpeza de un sol-


dado que, en los momentos de introducir en el pañol de
pinturas varias jarras de trementina , dejó caer una que
se desfondó , al mismo tiempo que derribaba con la ca-
beza la candileja del farol sobre el líquido , inflamándolo.
La propagacion del fuego fué rapidísima ; con no ménos
rapidez se armaron a bordo todas las bombas i bombi-
Hos , que hicieron funcionar. Simultáneamente se manda-
ron abrir rumbos en la cubierta para atacar el fuego des-
de arriba ; se procuró inundar el pañol de Santa Bárbara
próximo al lugar del incendio i abrir el grifo para ane-
garlo ; los oficiales del buque destrozaban a hachazos los
mamparos de los pañoles de proa , mientras otros activa-
ban la conduccion de agua o sacaban pertrechos . El hu-
mo era densísimo , sofocante ; hacíase necesario acudir
inmediatamente al relevo del centenar de hombres que
se hallaban en el sollado i hacerlos volver en sí de la as-
ficia ; apénas estraidos , volvia a hacerse necesario un
nuevo relevo , i entre tanto las bombas , sin dejar de fun-
cionar, arrojaban con ímpetu torrentes de agua sobre los
que próximos al fuego arrancaban de las llamas las ma-
terias esplosivas i hendian a fuerza de hachazos todos
los obstáculos que se oponian a su propósito . A la vez
que se mandó avivar los fuegos de los hornos para que
el buque hiciera cabeza i recibiese el viento por la popa ,
largando el ancla por mano , que quedó avalizada.
Pero no se ganaba terreno ; el humo , cada vez mas den-
so, hacia casi imposible mantenerse en el sollado ; el al-
mirante ordenó se desocupasen los pañoles de grana-
das ; órden que fué en el acto obedecida , no obstante los
peligros que encerraba , i viéronse pasar de mano en ma-
no los terribles proyectiles lamidos por las llamas desde
sus profundos almacenes hasta el fondo de los botes atra-
cados a barlovento del buque. Hacíase indispensable
echar a pique la fragata ; para conducirla a lugar de po-
co fondo, la dieron remolque la Vencedora i Covadonga;
61 --

se abrieron las válvulas de Kingston , pero el agua no


corria a proa ; para hacerla hincar se mandó llevar hácia
proa toda la artillería, i centenares de marineros sacando
à los cañones de su sitio, los arrastraron velozmente co-
mo débiles objetos , amontonándolos cerca del palo trin-
quete .
Entre tanto , habia faltado el calabrote que la Covadon-
ga diera a la Triunfo, i la Vencedora no pudo hacerla
arrancar. Ya las llamas salian por las escotillas , ya es-
calaban el aparejo i devoraban la cubierta i las amuras ,
ya no quedaba remota esperanza de salvar el buque : en
tales momentos ordenó Pinzon desalojarlo i que solo que-
dasen a bordo veinte hombres voluntarios con su oficia-
lidad . El desembarco se verificó con gran órden ; se ha-
bia hecho noche cerrada i el buque infundia verdadero
terror; las llamas corríanse rápidamente por las jarcias ,
estais i cabos de maniobra, i enormes trozos calcinados
caian por las bandas desde cien piés de altura . Las es-
plosiones de la pólvora i granadas que habian quedado
dispersas, se sucedian casi de contínuo levantando la
tablazon de cubierta ; i temblores , crujidos , sofocante hu-
mo, ruido ensordecedor acompañaban a la inmensa ho-
guera en que se habia trocado la fragata. Aquellos vein-
te héroes , envueltos por las llamas , tuvieron que arrojarse
unos a los botes atracados a barlovento i otros al agua.

IV .

En medio de la honda pena causada por tan triste su-


ceso , fué satisfactorio el apreciar cuánto valor, disciplina
i serenidad desplegaron todos los tripulantes de la es-
cuadra. "No sé qué recomendar mas a V. E. , comunica-
ba el almirante, si lo inaudito de esos esfuerzos o el ór-
den que desde el primer momento de la catástrofe hasta
el total abandono del buque observaron todos . Mas bien
que caso verdadero parecia simulacro segun la sereni-
dad i órden que reinaban ; no tengo palabras con qué
62 --

recomendar a V. E. el mérito contraido en tan terrible


lance por estas dotaciones ."
Episodios dignos de mencion son los siguientes :
Cuando se mandó desalojar la fragata, toda la jente
que componia su dotacion se resistió a abandonarla hasta
que lo hicieran su comandante i oficiales , i preciso fué
emplear la dureza para hacerlos desistir de su propósito.
Pero lo verdaderamente notable fué que ni uno solo de
aquellos hombres salvó mas objeto de su pertenencia que
la ropa encapillada ; " a disposicion de todos se hallaron
sobre cubierta las maletas sacadas del sollado , i ni un
solo marinero , ni un solo soldado al salir de la Triunfo
tenia un cigarro que poder fumar, sabiendo que muchos
individuos guardaban en ellas cantidades de considera-
cion ; para ninguno hubo tentacion alguna apesar de con-
vidarle a sacarla la oscuridad de la noche.
"Al embarcarse la guarnicion con su oficial a la cabe-
za, uno de los soldados no tenia su carabina, porque el
cumplimiento de una órden le habia hecho dejarla a proa
sobre cubierta : no permitió salir del portalon hasta en-
contrarla ...
"En cuanto a los títulos que el comandante de la Triun-
fo tenia al cariño de sus subordinados , he presenciado
las lágrimas que despues del suceso derramaban sus ofi-
ciales , los contramaestres , etc. , al presentarse ya a bor-
do de la Resolucion al jefe que los habia mandado ." ( 1)

Uno de los guardia-marinas de la Triunfo, don Fer-


nando Ordoñez , describió en su diario particular de la
campaña la terrible catástrofe con tal colorido, injenui-
dad i dolor profundo, que no puedo resistir al deseo de
copiar algunos de los párrafos de su diario. Así aprecia-
rá el lector cuán cierto es que un marino llega a amar a

(1) Comunicacion del almirante al ministro de marina.


- 63 -

su buque como si éste fuera objeto animado i constituye-


se parte de su familia ; con harta razon se conceptúa al
buque como un pedazo del patrio territorio .
"Como yo era, cuando estaba embarcado en la Triunfo,
el encargado de los grifos de los pañoles de santa bár-
bara i granadas , inmediatamente que supe que el fuego
se hallaba a proa , me fuí al sollado, encontrándome allí
al comandante al lado de la escotilla de la bodega ; bajé
por ella para ir al grifo del pañol de pólvora, pero era
tal la densidad del humo que se aspiraba , que material-
mente hacia imposible el respirar. Al entrar yo por el
callejon de combate, recuerdo que salian dos marineros
corriendo con cara de cadáveres i medio afixiados . Lle-
gué al lugar del grifo i me encontré con que el primer
maestro calafate, Alcántara , estaba tratando de abrirlo ;
como yo conocia perfectamente la posicion en que el
grifo debia quedar al hallarse completamente abierto ,
pasé la uña por la rajita , vi que no estaba aun en un si-
tio , i entónces le dije a Alcántara.- Esto aun no está
bien del todo. - No puedo ya mas , contestó el pobre
hombre, i dos o tres segundos despues salió corriendo
porque se ahogaba . Como yo acaba de entrar podia aun
resistir algunos instantes ; forcejeé cuanto pude por aca-
bar de abrirlo, pero tuve que marcharme sin dejarlo bien
abierto; le quedarian como unos diez grados que recorrer
del arco que traza el grifo para hallarse en su verdadero
puesto ; de todos modos , entraba un torrente de agua en
santabárbara i la suficiente para anegar el pañol aun
cuando hubiera de invertirse algun tiempo mas . Subí
poco menos que volando al sollado sin poder ya ni aun
respirar, i como encontrase en aquel sitio un balde lleno
de agua, lo agarré i me lo eché entero i verdadero por la
cabeza .
"Por momentos íbamos , desesperando de salvar a
nuestro querido barco, no obstante el entusiasmo i ardor
con que de contínuo se trabajaba : nunca olvidaré como
iban aquellos bomberos de 68 corriendo por la batería ;
lo mismo se manejaba un cañon del peso de 79 quintales
que si pesara 79 onzas . Se puso la máquina en movimien-
to ; se trataba de sacar a la fragata, pero la máquina solo
pudo funcionar doce minutos ; con inmenso trabajo se
10
- 64

dieron remolques a la Vencedora , pero como la fragata


estaba tan llena de agua que ésta subia por encima de
las partillas del sollado, apénas podia gobernar la goleta ;
así es que se atracaba a bordo , se atravesaba o quedaba
al garete : fué imposible lograr ventaja alguna ... Como
a las nueve de la noche se mandó , por órden del pobre
don Enrique, (1 ) formar sobre cubierta a todo el mundo
i con gran órden embarcaron en los botes que teníamos
al costado. Quedaban a bordo don Enrique, los oficiales
de la Triunfo i Cepeda , O'Neale , mi hermano i yo ; ade-
mas quedaron veinte marineros voluntarios , buenos na-
dadores . ¡Qué marineros , qué leones mejor dicho! Tenia
yo tal conviccion, a pesar de toda nuestra tranquilidad,
de que allí volábamos todos con la fragata , que por va-
rias veces me encomendé a la Vírjen del Cármen ...

VI

"...Llegamos a la capitana, donde nos alojamos todos


durante la noche. ¡Cómo estaba aquel barco ! Asustaba
ver tanta jente, tantas caras desencajadas , tantos hom-
hombres medio desnudos . Entré en el camarote de mi
hermano , que acababa de llegar, i lo encontré en cama ,
con calentura ; confieso mi pecado , me eché sobre cubier-
ta encima de un gaban i me quedé dormido : estaba ren-
dido de cansancio i mi cabeza ardia como un volcan ; me
callé, no quise decir nada con tal de que me dejaran
tranquilo hasta el dia siguiente... Al amanecer, " ¡qué
tristeza se apoderó de mí viendo los restos de mi pobre
barco! Habia pasado en él tres años , siempre contento ;
era tan hermoso, tan bueno cuanto allí existia , que el no
quererlo hubiera sido tener corazon de acero . Hoi me he
encontrado con la frionera de cuatro contusiones en las
piernas i tres heridas que no valen nada, pero seguro

(1 ) Alude, a su comandante el señor don Enrique Croquer.


65

estoi me hubieran hecho pasar un mal rato a haberlas


recibido en otro estado del que yo me encontraba ano-
che : con sorpresa me hallé toda la ropa interior empapa-
pada de sangre al vestirme hoi . "

VII

He preferido trascribir la relacion de Ordoñez , (agrega


el señor de Novo) a la de otros oficiales , para rendir un
tributo a la memoria de este guardia marina, que años
despues murió en la Habana siendo teniente de navío .
Su pérdida aflijió profundamente a todos sus jefes i com-
pañeros , pues por rara escepcion se pueden hallar reuni-
nidas en un alma tantas virtudes como atesoraba la de
don Fernando Ordoñez . Su valor era tan grande como
su modestia, sus sentimientos tan puros i jenerosos como
caballeresco i dulce su carácter, i no ménos aplicado que
intelijente, habia merecido el unánime concepto de bri-
llantísimo oficial en la marina española .

VIII

Con la pérdida de la Triumfo quedó la escuadra redu-


cida a la mitad de sus fuerzas i el honor nacional confia-
do a una sola fragata i dos buques menores , en los pre-
cisos momentos de disponer el Perú con mas dicision que
nunca a tomar la ofensiva para recobrar la parte de su
perdido territorio. No faltó por ello el valor a nuestros
marinos , i resueltos a esperar posesionados de las Chin-
cha todos los acaecimientos , dirijió el almirante a las
tripulaciones una alocusion que terminaba con estas pa-
labras : "Es verdad que nuestros cañones se han reducido
a una mitad de los que ayer habia en el Pacífico para la
66

defensa de la honra e intereses de España ; pero segurí-


simo estoi de que vuestros corazones han cobrado si cabe
doble aliento : el sobrado para en caso preciso dejar a
salvo aquella honra i aquellos intereses , cualesquiera que
sean las prueban a que para ello estamos llamados . Así
lo espera con entera confianza vuestro jeneral."

IX

Tres dias depues de la destruccion de la Triunfo se


supo en la escuadra por el paquete llegado de Lima, que
el dia 26 se habia celebrado a bordo de la fragata perua-
na Amazonas una junta de guerra presidida por el jefe
supremo de la república, en la que quedó determinado
atacar a los marinos españoles ; i juzgando éstos que tal
determinacion se habria confirmado mas i mas al saberse
en Lima el gran quebranto sufrido por nuestras fuerzas
navales , dispuso el almirante, de acuerdo con los otros
jefes, que los trasportes que tenia a su servicio saliesen
a cruzar mui léjos para librarlos de todo riesgo i mar-
cándoles un punto de cita ; que si a los veinticinco dias
de estar en el crucero no hubiesen recibido los buques
trasportes , órden o noticia del almirante , se dirijieran a
la ria de Guayaquil, pues seria indicio de que habia tenido
mal éxito para nosotros el encuentro con las fuerzas perua-
nas. Resolvióse tambien, en vista de el gran sobrante de
jente, que se les embarcara a los trasportes alguna ma-
rinería de la que perteneció a la Triunfo . Al mismo tiem-
po se enviaron oficios por el paquete del sur al comisio-
nado español en Chile para que los entregase a los
comandantes de las fragatas Blanco i Berenguela a su
paso por aquellos puertos . En ellos se les prevenia entre
otras cosas lo siguiente : " Si al llegar a las islas de Chin-
cha no nos encuentra V. S. en el fondeadero o en el de
la próxima bahía de Pisco , será señal, aun cuando no es
probable, que hayamos sido batidos por el enemigo ; i en
semejante caso tenga V. S. en cuenta que las instruccio-
67 -

nes del gobierno de S. M. son de permanecer en estas


islas i conservarlas (1 ) hasta que el mismo gobierno dis-
ponga otra cosa . Del exacto cumplimiento de estas ins-
trucciones V. S. estrechamente responsable."
Por último, como acertada medida de precaucion , man-
dó el almirante que todos los buques de la escuadra so
mantuviesen en movimiento sobre las islas , ejerciendo
contínua vijilancia i en actitud de maniobrar en el acto
de iniciarse el combate ; i que atendido , el gran número
de buques que podian traer los peruanos , al mismo tiem-
po que a las numerosas tripulaciones que componian los
nuestros , se deberia preferir, siempre que fuera posible ,
embestir al enemigo i tomarlo al abordaje.
¡Quién podrá negar su admiracion a la firme i enérjica
actitud de aquellas reducidas fuerzas navales , que per-
suadidas de su inferioridad i de lo rudo i dudoso de un
combate inminente, permanecian dominando el territorio
sin conceder, ni aun como remota , la idea de abandonar-
lo! Así se desprendia de las frases de Pinzon : "De no
hallarnos en las Chincha será señal de que nos han
destruido" i nunca de que se hubieran refujiado en lugar
seguro .
La admiracion crece al considerar que no eran sola-
mente fuerzas del Perú las que amenazaban, sino tambien
las de Chile ; que ademas de los ocho o diez buques (?) de
guerra, en conjunto con dobles fuerzas que los nuestros ,
podrian las repúblicas aliadas hacerlos acompañar de va-
rios vapores cargados de tropas ; i que una de nuestras
goletas , la Covadonga , debia juzgarse casi imposibilita-
da, por su cortísima marcha, de maniobrar i combatir.

La nueva del incendio de la Triunfo causó en el Perú


la conmocion i el placer que era natural ; así esclamaba
la prensa : "Felizmente, si por un lado las debilidades i

(1) Palabras tarjadas por el mismo autor del libro.


68

la incapacidad nos pierden, por otro la Providencia fa-


vorece la justicia de nuestra causa . Este suceso debe de-
cidir el inmediato ataque por parte de las fuerzas perua-
nas al resto de la escuadrilla que, o aceptará el combate
i será vencida, o abandonará las islas i perderá los víve-
res i el carbon ."
Antes de conocerse en el Perú la destruccion de la
fragata ( el 27 de noviembre) la escuadra peruana habia
salido del Callao a hacer un corto viaje de prueba, i co-
mo resultado de la misma , decia un periódico : "Entre los
buques que salieron iba el Loa , que puede considerarse
hoi como buque de guerra de inmenso valor i papaz tam-
bien de prestar importantes servicios como ariete. "

XI

Entre tanto , los oficiales españoles hacian apreciacio-


nes diversas sobre el esperado ataque i escribian en sus
diarios :
"Hoi se ha sabido que la escuadra peruana ha salido
toda del Callao ; creo que si ántes del 7 no viene a ata-
carnos , despues ni aun lo intentará ..."
"Con todos sus barcos , monitores , jente de abordaje,
etc. , etc. , seguro estoi que llevarán la peor parte, pues
los marineros están con temple a propósito para hacerle
un buen avío a cualquiera."
"Gran cosa se ha perdido con la fragata Triunfo , pero
en cambio hoi todos tenemos , en vista de los hechos , una
ciega confianza en nuestras tripulaciones i la conviccion
de que será imposible que se les resista al abordaje nin-
gun buque enemigo...
"Todos sabíamos que nuestra jente era mui buena ;
pero es positivo que el siniestro de la fragata nos ha he-
""
cho apreciarla en su verdadero valor..." '
"Por supuesto que a nosotros lo que nos convenia era
que viniesen, porque entónces arderia Troya i por lo
ménos en España habrian de reconocer todo el mérito
69

que tiene nuestra permanencia aquí . Puede ser que pa-


sados veinte años hagan mas justicia i concedan su me-
recido aplauso al hombre que con tanto valor como ener-
jía ha sabido, con dos fragatas i una goleta , poner en
jaque a toda la América del Sur."
Basta lo trascrito para formar idea de cuál era el espí-
ritu que dominaba en la oficialidad de los buques ."

XII.

Habia talvez no poco de jactancia i del peculiar sobre-


salto i arrogancia de la raza a que los de allá como los
de acá pertenecemos , cuando decian los oficiales de la
fragata Resolucion , capitana de la escuadra española en
el Pacífico , aquello de que Pinzon habia puesto en jaque
α toda la América del Sur. Pero lo que no es posible ne-
gar, despues del trascurso de los veinte años solicitados
por los tripulantes de la fragata , viuda de su poderosa
consorte, a tres mil leguas de sus puertos de socorro i a
cincuenta de los del enemigo , que la entereza , resolucion
i patriotismo con que los españoles sobrellevaron aquel
desastre , que les arrebataba la mitad de sus cañones i
les embarazaba con el doble de la tripulacion necesitada .
en su barco único , fué digna de los que vencieron en Le-
panto ; de los que , sin ser vencidos ni vencedores , com-
batieron contra los terribles huracanes del Atlántico a
bordo de la invencible armada de Felipe II , i de los que
acompañaron a Colon al descubrimiento de un mundo
en una carabela de 56 toneladas i sin puente.
CAPÍTULO V

EL TRATADO VIVANCO- PAREJA .

Llega de España el almirante limeño Pareja i toma el mando de la escuadra en Chin-


cha.-Adioses de Pinzon.-Va al encuentro de Pareja el jeneral limeño Vivanco con
plenos poderes del gobierno de Pezet i se inician negaciaciones para la devolucion de
las islas de Chincha.-Antecedentes diplomáticos de esta situacion.-Jestiones del
Congreso americano en Lima i del ministro peruano Barreda cerca del emperador de
los franceses. Fundadas sospechas de la complicidad de éste i de la emperatriz Euje-
nia en los atentados de la España contra las repúblicas de Sud-América.-Viaje del
jeneral mejicano Abad de Oro por cuenta del gobierno frances i su muerte en Ca-
ñete.-Graves revelaciones de sus papeles i cómo éstos llegaron a manos del presi-
dente de Chile.-Conferencias de Vivanco i de Pareja a bordo de la Villa de Madrid.
-Absoluta intransijencia de Pareja i cómo exajera las pretensiones de su propio go-
bierno. Exije, sin estar autorizado para ello, una indemnizacion de tres millones de
pesos.-Ruptura aparente de las negociaciones.- Diríjese Pareja con la escuadra al
Callao e intima su ultimátum.- Indignacion del pueblo i villana cobardía del gobier-
no.-Acepta Pezet la intimacion de Pareja, i Vivanco suscribe el ignominioso tratado
del 4 de febrero de 1865.-Testo de éste.- Saludo a la bandera española. - Cómo se
devolvieron las Chincha i se pagaron los tres millones de pesos.-Singular estra-
tejia del jeneral Narvaez para atribuirse en Madrid esta concesion, siendo obra
esclusiva de la avilantez de Pareja.-Satisfecho éste de su éxito en el Perú, vuelve su
vista a Chile i se alista para venir a castigarlo.

Mientras tenian lugar los sucesos que dejamos recor-


dados en el capítulo precedente , i se sucedian las idas i
venidas de la diplomácia del palacio de los Pizarros ,
asiento del gobierno en Lima, a la cámara de la Villa de
Madrid, poderosa fragata que con la Berenguela i la
Blanca habia llegado desde los puertos de España en
ausilio de Pinzon , sin que los buques de Pezet se atre-
vieran a asomar su proa mas allá del cabezo de la isla
de San Lorenzo , consumábase en secreto una de las mas
villanas felonías internacionales jamás conocidas i que
lleva hasta hoi el nombre de tratado Vivanco-Pareja ,
71

por el del nuevo almirante que vino a fines de 1864 en


reemplazo de Pinzon , personaje singular que mas ade-
lante habrémos de dar a conocer ampliamente a nuestros
lectores .

II

Ajustóse ese tratado de eterna mengua para el Perú,


a bordo de la Villa de Madrid, nave capitaña , dentro de
la rada del Callao , i mientras la escuadra española man-
tenia encendidas sus hornazas i levantadas las portas de
sus cañones en señal de ataque . I se recordará que el co-
barde i villano gobierno de Pezet no solo cedió al de Es
paña en ese lance cuanto éste pedia ,-satisfacciones por la
cencerrada de Mazarredo en Panamá, admision de un
comisario especial en reemplazo de Mazarredo , envío a
España de un plenipotenciario obligado de antemano a
firmar un tratado, reconocimiento de deudas españolas
ad libitum, sino tambien algo que la hidalga España no
habia pedido i que fué i será siempre materia de sospe-
chas de reparto sijiloso entre convidados ... los consabi-
dos 60.000,000 de reales que regalaron a Pareja por su
pólvora.

III

Cuenta todo esto con alta imparcialidad el historiador


español que, despues de dos décadas de silencio i tenien-
do al alcance de su mano, como marino i como empleado
de importancia en el ministerio de marina de Madrid ,
todo jénero de documentos inéditos , ha traido tanta i
tan nueva i triste luz sobre sucesos ya olvidados por el
tiempo.
11
72

Pero lo que el señor de Novo no menciona , i tal vez


no ha alcanzado a comprender desde la distancia del
tiempo , los lugares i los hombres, en que él por su parte
se halla, es que el famoso tratado Vivanco- Pareja , bajo
la forma de presion en que se le presentó en el Callao
para firmarlo, fué solo una farsa convenida para coho-
nestar la cobardía indigna de Pezet i su gobierno ; por-
que es evidente que todo lo ajustaron en las Chinchas , a
bordo de la Villa de Madrid. El viaje inmediato de Pare-
ja al Callao con la escuadra, i el ultimatum que finjia
resistencia de parte del Perú, fué solo una comedia fra-
guada para aparecer cediendo a la fuerza , cuando en rea-
lidad se habia cedido al miedo , a la bajeza i quién sabe
si al lucro i sus secretas reparticiones ...
Hecha esta aclaracion indispensable, dejemos contar
los acomodos al escritor español , por ser éstos el punto
inicial de la revolucion del Perú, del ataque sobre Chile
i de la alianza de los dos paises . Se leerá tambien , no
sin algun asombro, la participacion de la Francia i la
supina debilidad de la Inglaterra ( al decir del escritor
español) en estos puntos .

IV

"El dia 6 de diciembre (dice en efecto el señor de No-


vo) , llegó a Pisco en el paquete ingles el jeneral Pareja,
acompañado de su secretario el teniente de navío don
Pedro Pastor i de don Joaquin Navarro, que regresaba
de España para tomar el mando de la Vencedora. Al si-
guiente dia se hizo el cambio de insignias i Pinzon en-
tregó el mando al nuevo jefe. Este no pudo ocultar su
asombro i satisfaccion ante el perfecto estado militar i
escelente espíritu de la escuadra, i así lo comunicó al
gobierno. Es de justicia reconocer que el relevo de Pin-
zon fué mui sentido ; acerca de su despedida , escribia un
oficial en su diario lo siguiente : " Don Luis salió a la
antecámara i profundamente conmovido se despidió de
73

nosotros con frases entrecortadas , terminando con éstas :


"En fin , señores , ya ustedes saben lo que yo quiero de-
cir ;" no podia hablar i se retiró. ¡Qué sentimientos , qué
disgusto tan verdadero es el que causa a todos la despe-
dida del jeneral Pinzon !"
El jeneral Pareja habia viajado de incógnito con el
nombre de Padilla, desde Madrid al Callao, sin que na-
die le conociera ; pero a poco de fondear en aquel puerto ,
un oficial de la capitanía le intimó la órden de no bajar
a tierra i dejó a bordo un vijilante para evitarlo. Pareja
comunicó su llegada al comandante ingles Harvey, quien
lo invitó a comer i conferenciaron acerca de la posibili-
dad de un arreglo en la cuestion pendiente ; tambien
acudió a verle el encargado de negocios de Francia , así
como el miembro del congreso sub-americano por Venezuela ,
el cual le hizo referencia a las notas cambiadas con el al-
mirante i a las jestiones que habia efectuado dicho congre-
so, para que el gobierno del Perú impidiese la salida de
su escuadra con el objeto de atacar las fuerzas navales
españolas. Aquél señor obtuvo de Pareja el ofrecimiento
de seguir en correspondencia oficial con el congreso sub-
americano , si bien no podia reconocerle atribuciones para
entender en una cuestion que para nada se rozaba con
el nuevo continente i sí solo entre dos naciones que ,
obedeciendo a los principios de derecho internacional,
dirimian entre sí sus asuntos .
En efecto, a los pocos dias de haber tomado el mando
le fué entregada la anunciada nota donde se reiteraba la
conveniencia de devolver las islas para entrar en arre-
glos justos , i Pareja le contestó en los términos ya es-
presados , revistiendo la negativa de la esquisita finura i
atenta forma que le era peculiar.

Tiempo es de dar a conocer las disposiciones en que


se encontraba el gobierno del Perú i las que animaban
a las potencias que mas o ménos directamente podian
74

inclinar con sus consejos hácia una u otra solucion de


los asuntos pendientes . Hallándose en Paris a fines de
1863 nuestro embajador en Roma, señor Pacheco , fué
solicitado por el representante del Perú, señor Barreda ,
para que entrase en negociaciones con él, pues su go-
bierno le habia autorizado a entablarlas con cualquier
representante de España. Pacheco convino en ello , i co-
mo resúmen de las razones espuestas, Barreda presenta-
ba las proposiciones de su gobierno en esta forma : "Que
España le devolviera las islas , i que el Perú entraria en
negociaciones inmediatamente para llegar a una inteli-
jencia perfecta sobre todos los asuntos que pudieran ser
en adelante causa de desacuerdo." Pero al poco tiempo
el mismo Barreda hacia constar en un documento pre-
sentado al gobierno frances , que el Perú estimaba satis-
faccion bastante por el atropello de Salazar , la declara-
cion del ministro peruano en su circular ; que no tenia
responsabilidad alguna por los sucesos de Talambo ; que
debia nombrarse una comision mista para que entendiese
en las reclamaciones de los súbditos españoles , i que al
devolver las islas de Chincha debia ser nuestra escuadra
la primera en saludar al buque peruano que se destinara
a recobrarlas . Parece que Barreda habia solicitado con
mas o ménos formalidad la mediacion de Francia. ( 1 )

(1 ) Existen graves razones para sospechar que la Francia procedia de


acuerdo en secreto con España, como habia acontecido en Méjico, i por
medio de un intermedio comun que era la emperatriz española. Sobre
este particular ocurrió un lance que es digno de ser recordado, i fué el
siguiente :
A fines de 1865 murió en Cañete (Perú) el jeneral mejicano Abad i
Oro, i habiendo caido sus papeles en manos de nuestro amigo don Deme-
trio O'Higgins , vecino i hacendado de Cañete, los remitió a Chile en
vista de la gravedad de sus revelaciones. Nosotros nos hallábamos a la sa-
zon en Estados Unidos, pero esos documentos fueron examinados por
nuestro padre, resultó que Abad i Oro, jeneral capitulado en Puebla,
viajaba por cuenta de Napoleon III, recojiendo datos militares en toda
la América del Sur sin esceptuar el Brasil, i venia provisto de cartas de
recomendacion de los jenerales Forey i Bazaine para todos los ajentes
franceses .
Abad atravesó el continente desde de la provincia de Rio Grande del
Brasil a Santa Cruz i de allí a Bolivia i el Perú, sucumbiendo a la fatiga
de sus viajes.
Sus papeles fueron entregados al presidente señor Perez, quien hasta
hoi recuerda su importancia con la revelacion de ese gran complot ante
75

El gobierno español no queria aceptar como satisfac-


ciones las espresadas por Barreda ; pero estaba de acuer-
do en que se nombrara una comision mista para entender
en las reclamaciones de sus súbditos , si bien exijia que
previamente quedara cumplida i satisfecha la honra de
la nacion. El gobierno de S. M. C. terminaba así su nota
dirijida al de Francia : " Convencido de su derecho i de su
fuerza, i manteniendo una escuadra al frente de las costas
del Perú, no puede admitir mediacion ni arbitraje de po-
tencia alguna i la rehusará como hasta aquí .'
Sin embargo, nuestro gobierno habia hecho alarde de
templanza procurando que el consejo de las potencias
amigas inclinase el ánimo del Perú a una resolucion acep-
table. Así, impuesto lord Russell del estado de las cosas ,
convino en la justicia de nuestra causa , en que no cabia
concesion alguna de nuestra parte i en aconsejar al Perú
que evitara las funestas consecuencias de una gueria,
accediendo a nuestras lejítimas reclamaciones . Respecto
a los Estados Unidos de América, apénas advertido , ofre-
ció su mediacion, esa mediacion ya una vez rechazada i
que se rehusó de nuevo.
Bastábale a España obtener la aprobacion de Inglaterra
para juzgar su causa justa, i con mas enerjia se afirmó en
sus propósitos de obtener desagravios posesionada de las
islas de Chincha.

VI

No obstante las diarias escitaciones del partido rojo i


de gran parte de la juventud peruana sedienta de guerra,
acaso por la mediacion del congreso o por las esperanzas
en un arreglo inmediato que infundia la llegada de Pare-
ja, cuyas instrucciones no eran un misterio , detúvose
todo apresto de ataque i ya no se pensó en buscar a
nuestra escuadra.

las repúblicas hispano-americanas, complot que tarde o temprano habrá


de salir a luz.
76

Entre tanto, las fragatas Blanca , Berenguela i Villa de


Madrid habian pasado el estrecho de Magallanes feliz-
mente i realizaban una navegacion de rapidez escepcio-
nal de Montevideo a las Chincha. La Berenguela , manda-
da por el capitan de navío don Jacobo Mac-Mahon, se
detuvo seis horas en Valparaiso, donde se proveyó sin
dificultad alguna de carbon, víveres i aguada , a pesar del
decreto vijente i de las enérjicas comunicaciones que ha-
bian mediado entre el gobierno de Chile i el represen-
tante español . La Blanca i Villa de Madrid se incorpora-
ron el 30 del mismo mes , constando desde aquella fecha
nuestra escuadra en el Pacífico de cuatro fragatas i dos
goletas .
Mientras , el gabinete de Madrid , teniendo en cuenta
la situacion política del Perú, para mayor garantía de un
buen éxito en nuestra empresa , i para contrarestar el po-
der de los buques Apurimac i Loa , que suponian acora-
zados, resolvió el que la blindada Numancia, habilitada
recientemente , saliera para el Pacífico i se incorporase a
nuestra escuadra. A la Numancia debia ocompañar en su
viaje el vapor Marques de la Victoria .

VII

El 30 de diciembre apareció a la vista de los buques


españoles un vapor de guerra peruano con bandera de
parlamento ; era el Chalaco, que llevaba a su bordo al je-
neral don Manuel Ignacio Vivanco, comisionado para
conferenciar con Pareja. Este le recibió a bordo del bu-
que de la insignia, i viéronse frente a frente dos perso-
nas de gran analojia de carácter i gran fondo de caballe-
rosidad. Creo que de su primera entrevista hubieran que-
dado orilladas honrosamente todas las dificultades , si los
poderes conferidos a Pareja hubieran sido tan plenos co-
mo lo merecia el digno representante español ; mas el
criterio de éste tenia que ceñirse a instrucciones precisas
i detalladas, en las que dominaba algo la sinrazon . No se
77 -

puede dudar que en el hecho de negarse el gobierno de


España a la devolucion previa de las Chincha , siendo así
que éstas se habian ocupado faltando radicalmente a los
deseos i mandatos del mismo gobierno , segun consta en las
instrucciones de Salazar, cometia una estraña contradic-
cion, i aparentaba una terquedad que finjia digna actitud
i una jactancia que imajinaba noble orgullo. Pues si con
efecto fueron sinceras las repetidas protestas del gobier-
no español en obtener amistosos arreglos de aquellas re-
públicas ligadas a nosotros por tantos vínculos , ¿ cómo es
que luego se preferia al placer de estrecharlos la satis-
faccion de un triunfo de amor propio, evidenciando nues-
tra superioridad? Duéleme advertir que no es suceso es-
traño ni fuera de un jeneroso proceder, el que a los Es-
tados débiles se les exijan satisfacciones ménos duras i
ménos enérjicas que a los iguales o superiores en forta-
leza .
Tal debia aparecer i aparece de censurable a ojos pro-
pios i estraños la conducta del gobierno español, pero he de
decir en su disculpa que es fácil i frecuente perder de
vista la primitiva causa de una ofensa i , por tanto , el ver-
dadero asiento de lo justo , cuando las réplicas natura-
les no se han hecho esperar. ¿Acaso se desconocian en
España los tremendos insultos i provocaciones del pue-
blo peruano herido en su decoro i las parciales manifesta-
ciones del pueblo chileno? Nó, no sorprende que la dia-
ria inventiva logre estraviar el ánimo mas sereno i dé
por frutos el que sinceramente i sin mezcla alguna de
otra pasion que el amor patrio, encabece un gobierno sus
instrucciones con las siguientes palabras : "V. E. no ig-
nora que el principal interes que tiene la cuestion pen-
diente entre España i el Perú es de honra i de dignidad
nacional. Todas las demas cuestiones que atañen a dere-
recho , ya del Estado, ya de particulares , son de impor-
tancia secundaria ante la imprescindible necesidad de
vindicar el honor ultrajado de nuestra bandera i de re-
""
conquistar el respeto debido a nuestro decoro....
- 78 -

VIII

Tanto en la primera como en las sucesivas conferen-


cias celebradas entre Vivanco i Pareja , jiró la discusion
en esponer el primero que su gobierno no habia hecho
ofensa alguna al de España, ni nada habia negado , pues-
to que nada le habia pedido ; que la ofensa al Perú, con
la ocupacion de las islas sin aviso prévio , era de las mas
fuertes que se podia hacer a una nacion ; que un dia án-
tes del suceso el ministro peruano habia pasado nota al
de Estado de S. M. C. participando lo ocurrido con el
señor Salazar i abriendo así campo para que España hu-
biese manifestado sus reclamaciones i deseos , i que a esa
nota no se habia contestado , lo que era un nuevo agra-
vio a la república ; i que a consecuencia de esta falta de
contestacion el gobierno del Perú no habia tenido medio .
hábil para dirirse al español.
A estas observaciones confidenciales contestó Pareja
que el no haber permitido la admision del comisario es-
pañol habia sido una grave ofensa, i mas grave aun la
persecucion sufrida por dicho comisario ; que ciertas cir-
cunstancias podrian hacer suponer complicidad en el go-
bierno peruano; que si bien al tomar las islas como re-
presalia pudieron apartarse de las instrucciones que te-
nian, España se habia apresurado a desaprobar la con-
ducta de sus ajentes en este punto , aunque aprobando el
medio empleado para garantir el cumplimiento de las
satisfacciones que con justo derecho exijia ; que ignoraba
lo qué pudo haber ocurrido respecto a la nota dirijida
por el gobierno del Perú al de España , pero le constaba
que el señor Moreira, autorizado, se había dirijido al mi-
nistro español despues de saberse la ocupacion de las
islas i recibido de sus manos las bases para entrar en
arreglo ; por tanto, bien pudo aquel señor haber jestio-
nado lo que hubiera creido oportuno ; i en fin, que acerca
79

de la detencion en las negociaciones era esclusivamente


de la responsabilidad del Perú, toda vez que se habia ne-
gado a entablarlas con el almirante Pinzón.
Repuso Vivanco que en vista de las pretensiones de
España no podria acordarse nada , i envió al Callao a
su secretario para obtener de su gobierno nuevas i últi-
mas instrucciones . Algunos dias dias despues regresó
aquél , i desde el 17 al 24 de enero celebraron Vivanco i
Pareja varias entrevistas de carácter confidencial sin que,
no obstante las mayores facultades conferidas a Vivanco
i el buen deseo de ámbos jenerales , se pudiese llegar a
un acuerdo. Por último , le manifestó Pareja que no po-
dia prorogar por mas tiempo el poner en práctica las nue-
vas instrucciones que acababa de recibir para dirijirse
al Callao i enviar su ultimatum al gobierno del Perú ."

IX

Hasta aquí los aprestos de la farsa.


La farsa verdadera iba a venir en seguida.
Los actores tenian ya arregladas sus túnicas de apa-
rato , puestas en órden sus pelucas (lo que Pareja no ne-
cesitaba) , perfumados sus bigotes (que este era el fuerte
del relamido i gramatical Vivanco) ; de suerte que no re-
querian sino salir a las tablas para representar papeles
estudiados i aprendidos de antemano.
Con este anticipo será fácil al lector comprender lo que
en seguida ocurrió en la rada del Callao , i lo cual fué co-
mo sigue :

"Rotas, pues, las negociaciones confidenciales, indicó Pa-


reja a Vivanco la necesidad de que verificase su marcha
desde luego , lo que efectuó en el acto a bordo del Cha-
12
80

laco . Dos horas despues salieron con rumbo al Callao las


cuatro fragatas i una goleta, i en las Chincha quedó la
Vencedora con todo el convoi . En la mañana del 25 reca-
laron en la isla de San Lorenzo , i poco despues , forma-
dos en dos columnas , dieron fondo en el Callao . Inme-
diatamente envió Pareja un oficial a la fragata Amazonas,
que arbolaba la insignia de contra almirante, con una co-
municacion dirijida al gobierno peruano (1) para cuya
respuesta le marcaba cuarenta i ocho horas de término.
Antes que nuestra escuadra hubiese fondeado , habia
sido saludada la insignia por la del comodoro ingles i por
la del contra almirante norte-americano ; tanto éstos co-
mo el encargado de negocios de Francia pasaron a cum-
plimentar a Pareja . La escuadra peruana se hallaba toda
con sus máquinas encendidas, en igual situacion que la
española .

(1) « El infrascrito, comandante jeneral de la escuadra española en las


aguas del Pacífico i plenipotenciario de S. M. C., tiene la honra de diri-
jirse al excelentísimo señor ministro de relaciones esteriores del Perú pa-
ra manifestarle que, terminadas que han sido sin ningun resultado las
conferencias habidas entre el plenipotenciario de la república, el excelen-
tísimo señor don Manuel Ignacio de Vivanco i el que suscribe, para lle-
gar a fijar las bases preliminares de un arreglo justo i equitativo entre
el Perú i la España, i siendo necesario al actual conflicto, ha llegado el
caso de que el gobierno de la república manifieste de una manera cate-
górica si está dispuesto a aceptar el proyecto de arreglo establecido en
las circulares del excelentísimo señor ministro de Estado de S. M. C. di-
rijidas al cuerpo diplomático español en el estranjero en 25 de junio i 8
de noviembre últimos trasmitidos al señor don Mariano Moreira, cónsul
del Perú en Madrid, autorizado por su gobierno para este caso en aque-
lla fecha, i posteriormente de una manera confidencial por el infrascrito
al excelentísimo señor jeneral Vivanco en 30 de diciembre último, segun
tuve el honor de manifestar a V. E. en mi comunicacion de la misma
fecha.
El que suscribe espera, por lo tanto, que en el término preciso de cua-
renta i ocho horas se servirá V. E. responder a esta comunicacion.
El infrascrito aprovecha esta ocasión para reiterar a V. E. la seguri-
dad de su mas alta i distinguida consideracion .
A bordo de la Villa de Madrid, rada del Callao, a 25 de enero de 1865 .
-Excelentísimo señor ministro de relaciones esteriores de la república
del Perú. »
81

ΧΙ

En la tarde del dia 26 , el ministro i cónsul de Francia


visitaron a nuestro jeneral, manifestándole que sus deseos
eran interponer los buenos oficios de su nacion para
un arreglo honroso ; i pintándole como mui crítica la si-
tuacion del gobierno peruano ante la actitud pública i la
de su congreso, rogaron a Pareja que cediese algo en la
parte relativa al saludo por ser éste el principal obstá-
culo . Mas como Pareja les respondiese no serle posible
complacerlos, entónces le suplicaron que suspendiese los
efectos de su ultimatum por cinco o seis dias para aguar-
dar la llegada del próximo vapor de Europa. No pudo
tampoco convenir en ello nuestro jeneral, atento a sus
instrucciones , i el representante frances le rogó , por úl-
timo , el que redujese a dos el número de los cañonazos
que el Perú debia disparar en son de saludo , ántes que
la escuadra comenzara a responderle. (Pareja habia exi-
jido de Vivanco que fuesen cuatro estos cañonazos
previos . ) A tan pequeña modificacion no tuvo reparo en
acceder, i dijo que así lo haria al indicárselo el gobierno
del Perú, con tanto mayor gusto si fuese el jeneral Vivanco
comisionado para ello . En la mañana del siguiente dia re-
cibió Pareja la contestacion que esperaba del ministro de
relaciones esteriores anunciándole la visita del jeneral
peruano, que no tardó en presentarse a bordo de la Villa
de Madrid en calidad de plenipotenciario .
Este comenzó la discusion por el punto concerniente al
saludo, pidiendo que fuera simultáneo, i Pareja repuso
que España no exijia otra cosa que lo que los franceses
obtuvieron en el arreglo de sus últimas diferencias con
la república peruana. Advirtió Vivanco que el saludo
que medió entre el Perú i la fuerza naval francesa no
podia equipararse al que exijia el gobierno de España,
pues el primero no fué hecho por los fuertes del Callao ,
82

sino en Lima, es decir a siete millas de distancia , i que


una señal convenida indicó el momento en que los fran-
coses debieron romper su saludo . Vivanco dejó a la
consideracion de Pareja el apreciar la significacion e im-
portancia que tenia un saludo respecto de otro, i cuán de
relieve vendria a resultar lo humillante que era para el
Perú el que España deseaba . Despues de un largo deba-
te i de haber obtenido Pareja el ofrecimiento de que se
le ratificaria de una manera oficial la forma en que tuvo
efecto el cambio de saludo entre Lima i la escuadra fran-
cesa, convino en aceptar que aquel fuera casi simultáneo ,
esto es , que los fuertes del Callao disparasen el primer
cañonazo .

XII

Acordando así, siguió la discusion sobre el punto pri-


mero de las bases presentadas por el señor Pacheco en
25 de junio último, al cónsul peruano señor Moreira , i
despues de un razonado debate se redactaron el primero
i segundo artículos del tratado ; ( 1 ) quedó convenido en

(1 ) Tratado preliminar de paz i amistad entre S. M. C. i la república


del Perú:
Art. 1.° Habiendo desaprobado el gobierno de S. M. C. la conducta de sus
ajentes en el litoral del Perú, tomando posesion de las islas de Chincha
a título de reivindicacion , i habiendo al propio tiempo el del Perú repro-
bado, como desde luego lo supuso el de S. M. C. la violencia intentada
contra el comisario español en Panamá, segun lo ha espresado el gobierno
de la república por medio de sus circulares i ajentes diplomáticos, en
guarda de su honor, queda allanado el principal obstáculo que se oponia
a la desocupacion de las dichas islas, i por lo tanto serán éstas evacuadas
por las fuerzas navales de S. M. C. i entregadas a la persona que el go-
bierno del Perú nombre para recibirlas .
2. El gobierno del Perú, a fin de cortar radicalmente toda posibilidad
de desavenencia, confirmando sus amistosos sentimientos respecto de la
España, acreditará un ministro cerca de S. M. C.
Art. 3. Como el gobierno del Perú nunca se negó en absoluto a la
admision del comisario español , i como el de S. M. C. ha manifestado en
sus circulares diplomáticas en 24 de julio i 8 de noviembre últimos ; que
83

que el Perú enviaria inmediatamente a Madrid la persona


nombrada para declarar que su gobierno reprobaba en
absoluto las persecuciones sufridas por el comisario espa-
ñol en Panamá . Respecto al artículo 8.º, o sea a la in-
demnizacion exijida , la formuló Pareja segun su criterio
i por su sola voluntad. Ya hablaré algo mas sobre esta
indemnizacion .
Este tratado fué presentado al Congreso del Perú para
su aprobacion, que creia alcanzar el gobierno, no obstan-
te la oposicion turbulenta que existia en la cámara pre-
sidida por el jeneral Castilla . En el Congreso se presen-
taron dos proposiciones : una solicitando fuera suprimido
el artículo referente a la indemnizacion de los 3.000,000
de duros, i la otra para que se estipulara el saludo previo
de la escuadra a la bandera del Perú. Ambas proposicio-

el título de comisario español no daña los derechos del Perú a su inde-


pendencia, queda convenido por las partes contratantes que el gobierno
de S. M. C. podrá enviar a Lima i el del Perú recibirá el comisario espe-
cial encargado de entablar jestiones o reclamaciones sobre la causa segui-
da por el suceso de Talambo.
Art. 4. El Perú autorizará con plenos poderes a su ministro en Es-
paña , para negociar i concluir un tratado de paz , amistad, navegacion i
comercio, semejante al ajustado por Chile u otras repúblicas americanas,
que S. M. C. como el gobierno del Perú, están dispuestos a celebrar.
Art . 5. En el dicho tratado se establecerán al mismo tiempo las bases
para la liquidacion , reconocimiento i pago de las cantidades que por secues-
tros, confirmaciones, préstamos de la guerra de la independencia, o cualquie-
ra otro motivo, deba el Perú a súbditos de S. M. C. con tal de que reunan
las condiciones de orijen, continuidad i actualidad española.
Art. 6. Las altas partes contratantes convienen en que la liquidacion
i reconocimiento de que trata el artículo anterior, se hagan precisamente
en virtud de pruebas documentadas, auténticas i oficiales ; i nunca en
virtud de pruebas testimoniales ni de ninguna otra clase.
Art. 7. Si ocurriese alguna dificultad o duda para la liquidacion i
reconocimiento de alguna o algunas de las cantidades reclamadas, serán re-
sueltas por una comision de seis individuos nombrados tres por cada una
de las partes contratantes.
Art. 8. El Perú indemnizará a España de los tres millones de pesos
fuertes españoles que se ha visto obligado a desembolsar para cubrir los
gastos hechos, desde que el gobierno de dicha república desechó los buenos
oficios de un ajente de otro gobierno amigo (el de Chile) de ambas naciones,
negándose a tratar con el de S. M. C. en estas aguas i rechazando de este
modo la devolucion de las islas de Chincha, que espontáneamente se le
ofrecia. El presente tratado será ratificado por S. M. C. i S. E el presi-
dente del Perú, i las ratificaciones canjeadas en Madrid dentro del térmi-
no de 90 dias.- 27 de enero de 1865 .
84

nes fueron desechadas ; pero como la minoría habia re-


suelto retirarse en el acto de la votacion haciéndola
imposible por lo insuficiente del número de ministeriales ,
se decretó la clausura del Congreso i aprobar el tratado .
Ya firmado el protocolo, tuvo efecto el saludo de 21
cañonazos en los términos convenidos , entre las fragatas
Amazonas i Villa de Madrid. Las islas de Chincha fueron
devueltas inmediatamente, retirándose de sus aguas todos
los buques españoles . Para el cumplimiento del artículo
8.º, el jeneral Vivanco envió al nuestro tres cartas de pa-
go espedidas por el ministerio de hacienda contra don Ma-
nuel Pardo, comisionado fiscal del Perú en Londres para la
entrega de un millon de pesos el 2 de junio próximo ,
otro millon en dos de octubre i el último en 2 de febrero
del año inmediato , cuyos plazos así habian sido conveni-
dos . Como estas cartas de pago fueron espedidas a favor
de Pareja, éste las endosó a la órden i disposicion del go-
bierno de S. M. C."

XIII

Pero queda todavía por hacerse mencion de lo mas


risible de aquella tristísima comedia, i que el historiador
español cuenta con su inapreciable franqueza para de-
mostrar la incorrejible mezquindad de los hombres , aun
de aquellos que han pasado a la posteridad con fama de
enérjicos i levantados . Narvaez , en efecto , el terrible
Narvaez, Narvaez el fusilador por escelencia, el duque
de Valencia i héroe de tantas jornadas en el campo de
batalla i de las cargas de caballería de Madrid en la me-
morable noche de San Damian, no pudo resignarse a
que la yapa de los tres millones sacada (Dios sabe cómo)
al tesoro peruano por la impasible estolidez de Pareja,
apareciese como triunfo de éste , i a fin de apoderarse de
semejante gloria ajena procedió a terjiversar documentos
i a falsificar cartas i fechas en la forma que en seguida
el lector va a leer asombrado .
85

XIV

"Acerca de la indemnizacion en metálico debo revelar


una circunstancia curiosa i solo conocida por los entón-
ces actuales ministros . Las instrucciones del 25 de no-
viembre decian al jeneral Pareja : " No exijirá U. S.
indemnizacion alguna por los gastos de la espedicion en el
caso de que tengan las negociaciones un desenlace pacífico ."
Pero atento el jeneral a su deber de plenipotenciario ,
TANTEÓ con éxito alcanzar mayores ventajas , i bajo su
esclusiva responsabilidad formuló el artículo 8. Nadie
puede censurar al que en un tratado logra para su pais
mayores beneficios que los previstos por su gobierno , i
mérito es éste de que nunca debiera despojársele. Pero
es el caso que cuando llegó a Madrid la comunicacion
en que Pareja participaba el resultado obtenido , mucho
mas grande quizás demasiado) del que se esperaba ,
produjo algo semejante al despecho o al enojo en el ánimo
del presidente del consejo , jeneral Narvaez . Temió éste
que conocida su imprevision sirviera de arma al partido
vicalvarista para debilitar el nuevo prestijio ganado por
la feliz terminacion del conflicto peruano ; i no cabe
admitir que en su innegable perspicacia juzgara contra-
producente i de efímera existencia el tratado por lo ven-
tajoso, puesto que, léjos de desaprobar lo hecho por
Pareja, trató de arrogárselo como gobierno i enmendar las
cosas de modo que apareciese marcado en las instrucciones
del 25 de noviembre el punto referente a la indemnizacion .
A este fin el ministro de estado , don Alejandro Llorente ,
escribió una carta semi-oficial, con fecha adecuada , a Pa-
reja, la que deberia considerar como una adicion a las
instrucciones citadas i quedar unida a ellas . En dicha
carta se daba motivo para que, aceptada por el jeneral
plenipotenciario, reformase éste su comunicacion del 28 de
enero en el sentido de que habia exijido la indemnizacion
86 ―

obedeciendo a las prevenciones del ministro de estado , i no


a su propio criterio. Por el ministerio de marina, que
rejia don Francisco Armero, se suplicó la aquiescencia
de Pareja i su conformidad con esta prevencion retros-
pectiva.

XV

¡ Oh políticos! No sois en todas partes sino los mismos


enanos cortados por la misma tijera de sastre , para ir a
figurar en los estantes de la historia como los muñecos
que los niños guardan en sus alacenas .
Cuán fácil, sin embargo, seria para todos la gloria
dentro de la verdad . I esto no obstante , ¡ cuán torpe , ne-
cio i ridículo aparece en todas partes su obra enjendrada
esclusivamente por la mentira i por la envidia!

XVI

El próximo capítulo de esta historia será siquiera una


protesta arrancada al corazon del pueblo contra tanta i
tan perseverante infamia de sus conductores , i nuestra
pluma correrá lijera en los senderos de tan necesitada i
urjente reparacion .

XVII

Por su parte el almirante español, enorgullecido con


su éxito completo i aun excesivo , meditaba en sus aden-
tros fiera venganza contra Chile , a cuyos hijos acusaba
del doble delito de haber dado muerte a su padre , hacia
medio siglo cabal, i de haber sido los insolentes atizado-
res de la resistencia que el tímido i azorado Perú habia
opuesto a sus descomedidas pretensiones . La hora de
esta acariciada venganza iba por tanto acercándose!
CAPÍTULO VI

EL MOTIN POPULAR DEL CALLAO .

Amotínase el pueblo del Callao contra el gobierno traidor de Pezet i contra los españo-
les. Inminencia de unas vísperas sicilianas en Lima i el Callao.-Culpan las autori-
dades de esta plaza a los residentes chilenos del levantamiento.- Ataque contra los
marinos españoles.-Valentía del cabo de mar Fradera i su muerte. Los marinos
españoles que se hallaban en Lima se refujian en la Legacion de Francia.- Prision
aleve del mariscal Castilla.-Medidas de Pareja, i nota amenazante de reparaciones
que exijia de Pezet.-Destitucion del prefecto del Callao.-Envío del almirante Va-
fleRiestro a España a dar satisfacciones.- Inmensurable indignidad.- Estalla la re-
volucion de Arequipa encabezada por el coronel Prado.

El motin-protesta del 5 de febrero de 1865 , que debe-


ria ser seguido del levantamiento armado que el coronel
don Mariano Ignacio Prado acaudilló tres semanas mas
tarde en Arequipa ( febrero 28 de 1865 ) , hechos que cons-
tituyen, casi simultáneamente en la costa i en la sierra
del Perú, las únicas levantadas acciones del pueblo con-
tra el cúmulo de villanías cometidas por sus gobernantes ,
ofrece para el lector chileno dos circunstancias peculiares
de interes , i éstas fueron las siguientes :
1. Que los peruanos por el órgano nada ménos que
de su almirante en el Callao , culparon de él a los chilenos,
entónces mui numerosos en ese puerto ; i
2. Que en ese mismo dia , por la mañana i ántes del
motin, escribia el almirante Pareja al ministro de Espa-
ña en Chile , don Salvador de Tavira , anunciándole sus
propósitos de humillar a esta república , exijiéndole , por
inmediata reparacion , saludos , millones , etc.
18
- 88

Presenta, por consiguiente, aquel suceso la novedad de


una protesta casi chilena en medio de la blanda i fácil
resignacion de aquellas jentes , i como tal vamos a nar-
rarla en seguida con las palabras del mismo escrupuloso
historiador de cuya ámplia tela venimos cortando estos
episodios .

II

"Cuidadoso de redactar con la mayor exactitud todos


los sucesos , dice el señor de Novo , he estudiado con gran
detencion cuanto se refiere al conflicto ocurrido en el
Callao el 5 de febrero entre peruanos i españoles .
Al siguiente dia de firmado i aprobado el convenio de
paz , dispuso Pareja que bajasen a tierra algunos hom-
bres para comprar víveres frescos , i así lo efectuaron en
reducidísimo número los dias 2 , 3 i 4, permaneciendo
encerradas a bordo la oficialidad i tripulaciones de la
escuadra ; pero con motivo de haber indicado a nuestro
jeneral el presidente de la república que pasase a Lima en
union de varios comandantes i oficiales de los buques , cuya
invitacion aceptó ofreciéndole su visita para el dia 6 , no
tuvo reparo alguno en que el domingo 5 por la mañana
bajasen a tierra los oficiales i guardia-marinas francos
de servicio , así como los individuos de clases , en total
de 154 personas , de las cuales cerca de 90 pasaron in-
mediatamente desde el Callao a la capital.

III

Poco ántes habia desembarcado Pareja para visitar al


jeneral prefecto del Callao, i observó que una muche-
dumbre de mal aspecto ocupaba parte del muelle i algu-
89

nas calles , así como tambien que los soldados que en-
contró a su paso no le hicieron demostracion alguna de
respecto , a pesar del uniforme que vestia. A poco de estar
en casa del jeneral peruano llegó a interrumpirlos el co-
mandante de la goleta Covadonga, participando que el
pueblo perseguia con palos i piedras a los individuos de
la escuadra. La noticia fué recibida con casi total indi-
ferencia por el prefecto i la espresó con una frase poco
culta.
Sorprendido Pareja i alarmado, salió al punto i se di-
rijió al muelle , donde pudo presenciar al pueblo amoti-
nado contra los españoles . Inmediatamente embarcó i
desde la capitana dió órdenes para que saliesen algunos
botes a recojer a los que se hallaban en tierra. Aquellos
botes fueron recibidos con pedradas por la numerosa
plebe que ocupaba el muelle ; entónces mandó el jeneral
que se armasen todas las lanchas con sus respectivos
cañones i comunicó al contra-almirante Mariátegui que
si no eran protejidos en el acto por la tropa los tripulan-
tes que se hallaban en tierra , enviaria todas las embar-
caciones menores de la escuadra con jente armada para
prestarles ausilios . El jefe peruano contestó que perdiese
todo cuidado, porque tanto las autoridades como la tropa
afrontaban el motin enerjicamente , i que ya ningun riesgo
corrian los individuos de la escuadra.

IV

Pero hacia el anochecer un capitan mercante notificó


a Pareja que ya habia habido algunos muertos de una
parte i otra, i que los amotinados esperaban la llegada
del tren de Lima para arrojarse sobre los españoles que
regresaran de la capital. A estas nuevas dispuso el jene-
ral que todas las embarcaciones de la escuadra con las
guarniciones i jente de maniobra armadas i municionadas
al mando del mayor jeneral Lobo i llevando a sus órde-
nes a los comandantes de las fragatas Blanca i Villa de
- 90 w

Madrid, pasasen al costado de la Amazonas , como lo


efectuaron , i reiterasen al contra-almirante Mariátegui
que iban a tomar posesion del pueblo i operar por su
cuenta . El segundo jefe de la fragata peruana les dijo que
tanto el contra - almirante como los oficiales de su buque
se hallaban en tierra ; partió a darles aviso i regresó a
poco asegurando al mayor jeneral español que el tumul-
to estaba contenido , que en el tren de Lima no regresa-
ria ningun individuo de la escuadra , pues oportunamente
fuvo el gobierno noticia de lo ocurrido . No obstante , las
tuerzas españolas continuaron al costado de la fragata
peruana hasta despues de haber recibido Pareja una
carta del prefecto del Callao i un parte telegráfico del
presidente del consejo de ministros , donde se le daban
completas seguridades de la conclusion del conflicto i de
la ninguna novedad ocurrida a los oficiales de la escua-
dra, los que regresarian al dia siguiente acompañados del
presidente de la república.

Veamos ahora cuál habia sido este conflicto i quiénes


sus promovedores . Fuera casi imposible precisar de quién
partió la provocacion, pues por un lado garantizaban a
los españoles su escelente disciplina, una recomendacion
eficacísima de Pareja para comportarse en el pueblo con
la mayor prudencia i mesura, i el hallarse todos ellos
desarmados , lo que supondria temeridad estúpida una
agresion de su parte ; i, al mismo tiempo, garantiza al
pueblo peruano la dulzura de carácter, estremada indolen-
cia i falta de rencor que lo distingue, así como las decla-
raciones prestadas por muchas personas respetables en
el sumario seguido de oficio ; pero hemos de tener en
cuenta que habia otro factor suficiente por sí solo para
provocar el conflicto , cualquiera que hubiese sido la con-
ducta de los españoles , segun se comprobó despues ; era
la revolucion : buscábase un pretesto para que estallara
91

el tumulto, i jentes mercenarias azuzaron al pueblo del


Callao sobre los marinos , i al de Lima sobre las tropas
del gobierno . (1)

VI

¿Necesitaron mucho los españoles para tomar a su vez


la ofensiva? De ninguna manera ; creo por tanto que se
confunden casi desde su orijen las especies de agredido
i agresor. Es de advertir que desde el dia 29 de enero
se profirieron gritos de muerte contra los españoles . En
la mañana del 5, segun declaracion de un peruano que
entró a almorzar en el hotel de Italia , encontró allí a
cuatro oficiales de nuestra marina que estaban tomando
cerveza, de los cuales uno, al reparar en él, dijo : Vamos
brindando por los cigarros flojos, nombre con que se pre-
tendia que habíamos calificado a los peruanos . El estra-
ñamente aludido de este modo , para evitar un disgusto
se retiró sin almorzar; i el mismo , poco despues , pasando
por una plaza observó que un marinero español pidió
fuego a un muchacho que fumaba un cigarro, i que éste
en vez de atenderlo arrojó su cigarro al suelo i echó a
correr. El marinero se molestó i tiró una piedra al chico ,
que, dándole en el cuello , le hizo caer en tierra. Los tes-
tigos de esta escena creyeron que el muchacho habia
muerto , e indignados apedrearon al citado marinero i a
otros que hallaban al paso . Pero es de advertir que des-
de una hora ántes los individuos de la escuadra habian
sido ya provocados por el populacho, pues , segun decla-
ró un comandante de aquel ejército, hácia el medio dia
habia salido a la calle atraido por el ruido , encontrando
una turba armada de piedras increpando a un grupo de
españoles que, a su vez, desempedraban la calle i se de-

(1 ) En Lima hubo varios ciudadanos muertos, i al dia siguiente (6


de febrero) el gran mariscal Castilla, al iucrepar a Pezet (su hechura) su
infame conducta en el palacio, fué apresado i mandado a navegar en el
bergantin Guise, a cargo de un villano esbirro llamado Enrique Carreño
que lo condujo a Europa.
92

fendian. No fué preciso mas para que se jeneralizara el


ataque, i que millares de hombres se arrojaran con palos
i piedras sobre los marinos , quiénes tuvieron que refu-
jiarse donde pudieron o hacer frente a centuplicados
enemigos .
El intendente de policía ordenó que saliesen partidas
de jendarmes con el objeto de recojer a los que estaban
diseminades en la poblacion para conducirlos a la pre-
fectura i que por allí se embarcasen ; pero fué tarea difi-
cil, porque los marinos , creyendo que se les queria
reducir a prision, se resistieron tenazmente i no costó
poco trabajo persuadirlos de que aquel acto no era una
hostilidad .
Alegan los peruanos como prueba de provocacion el
que los marinos españoles al verse atropellados por el
pueblo , se desataron en injurias contra los peruanos , pi-
diendo seis para los que era suficiente uno solo de ellos ,
i que otros llevaban la exajeracion hasta
el punto de pedir
25 peruanos para cada uno de los españoles. Varios pe-
riódicos dijeron que los marineros iban armados de revól-
vers i puñales ; no es verdad : solo llevaban sus sables
los sarjentos de la guarnicion .

VII

A eso de las seis de la tarde , i cuando se creia que ha-


bia cesado el desórden, el cabo de mar Estéban Fradera,
de la fragata Resolucion, que se dirijia a la chaza prin-
cipal del muelle para embarcarse, fué perseguido por
una turba que lo insultaba ; el marinero, despreciándolos ,
procuró fletar un bote, pero se negaron a admitirlo ,
mientras que los del muelle lo acosaban mas i mas . Fra-
dera, desesperado , desenvainó su cuchillo , pero un oficial
del ejército que estaba inmediato a él procuró detenerlo
ayudado por un capitan de fragata peruano. Se aquietó
el español respetando aquellas insignias militares ; mas
entónces recrudeció sus insultos la turba : un hombre del
pueblo intentó arrancarle el cuchillo i otro le dió un palo ,
93 --

traidoramente, al mismo tiempo que le arrojaban multi-


tud de piedras . Fradera contestó con un rujido de leon
desprendiéndose de aquellos jefes i repitiendo Ya no
aguanto más, se arrojó furioso sobre la plebe, que acribi-
lló a puñaladas , abriéndose paso , ciego , en todas direc-
ciones . Pronto le dejaron ancho campo, donde yacian
muertos o heridos muchos de sus acosadores , i él mis-
mo no tardó en caer exánime bajo una lluvia de enormes
piedras . (1)
Murió como un valiente i obligado a matar sin compa-
sion, porque solo le restaba ese camino o el de sufrir
sobre su honrado uniforme los palos de la canalla . Des-
pues el tumulto creció, tomó nueva forma i llegó hasta
el desenfreno . "Me llegaban avisos (decia el prefecto en
su parte oficial) ya de que se atacaba una casa , ya de
que se saqueaba otra, de que se estraian las cuñas de los
rails del ferrocarril , que se arrancaban algunos de éstos ,
i en fin, de que se apedreaban los coches en el tren."

VIII

El prefecto de policía , los jefes i oficiales peruanos con


sus tropas hicieron heróicos esfuerzos para contener a la
plebe. Entraron en lucha todas las fuerzas que estaban

(1) Del estracto del sumario seguido de oficio en averiguacion de estos


sucesos, publicado en Lima en 1866 , tomamos la siguiente declaracion
de uno de los testigos peruanos mas repetables, señor de la Haza, que a
la letra dice así:
«El capitan de fragata, don Pedro de la Haza a fojas 175 declara,
refiriendo el hecho ocurrido en el muelle con el marinero español a quien
insultaba el pueblo i a quien parece que le negaban el que se embarcara :
que entonces el marinero sacó un puñal i que el oficial de la guardia que
estaba en el muelle tomó a dicho español de la mano para contenerlo, lo
que hizo tambien el mismo señor Haza ; pero que como en esos momen-
tos un individuo de los que allí estaban intentase quitar al español el
puñal i otro le diese un palo, el español dijo que no aguantaba mas ; i
como en este acto tirasen multitud de piedras, el marinero furioso tiró
de puñaladas a cuantos encontraba i se abrió paso repartiendo puñaladas
en todas direcciones, con lo cual creció tanto el laberinto que ya no lo
pudieron contener, i entónces el señor Haza se embarcó para evitar que
1 cayesen las piedras.»
94

en el Callao , toda la division que se hallaba acantonada


en Bellavista i un escuadron de caballería que fué pedido
a la capital . El contra-almirante Mariátegui, por defen-
der a los españoles , fué atacado con las tropas que man-
daba por el pueblo i derribado de una pedrada , así como
varios de sus oficiales i soldados; viendo caido al jefe de
marina, los mismos hombres del pueblo lo llevaron al
cuartel, donde fué a buscarle el prefecto cuando acababan
de vendarle la herida. Este espresa en su parte que Ma-
riátegui le dijo que tuviese mucha vijilancia, pues aquel
no era un hecho aislado sino el principio de una revolu-
cion ; que habia advertido el que la mayor parte de los
amotinados ERAN CHILENOS i jente de Lima , pues él co-
nocia mui bien a todos los del Callao . El marinero espa-
ñol que arrojó una piedra sobre un muchacho fué asilado
por un vecino, quién, viendose incapaz de defenderle
contra el furor del pueblo , pidió ausilio a una patrulla de
25 hombres , por cuyo medio logró libertarlo. Prodijios
de esfuerzo i de valor hizo la tropa para contener el mo-
tin, pues segun consta del proceso se contaba por milla-
res el número de los agresores . Solo a la panadería
española de la plaza del Mercado la asaltaron 600 hom-
bres , i no bastando tres patrullas para defenderla fué
preciso ademas enviar un batallon .
Hácia las diez de la noche llegó de Lima el presidente
de la república seguido de numerosa escolta , en ocasion
que la campana de Santa Rosa empezó a tocar a rebato.
"Entre la comitiva de su S. E. (decia en un parte el pre-
fecto) se hacia notar por su fogoso caballo un jeneral, i
me permití gritarle : Jeneral Bustamante, corra usted a
apagar esa campana. El jeneral partió con una mitad de
la caballería que acababa de llegar, i pocos momentos
despues traia entre sus filas un grupo de perturbadores .
Este fué el último signo de la existencia de ese desórden
deplorable , en el que no se ha conocido a ninguno de
esos artesanos intelijentes i vigorosos que forman el ner-
vio de esta poblacion , sino únicamente jente colecticia
i desconocida que obraba por instigaciones pérfidas , cuyo
oríjen solo el curso de los sucesos puede dar a conocer. "
95

IX

El tumulto del Callao fué casi simultáneo en Lima.


Desde los primeros momentos los oficiales i guardias
marinas españoles que allí estaban se asilaron en la lega-
cion de Francia ; donde permanecieron hasta que, termi-
nado el conflicto , pudieron regresar a la escuadra en un
tren estraordinario escoltados por una compañía de in-
fantería i un piquete de lanceros . Esto ocurrió en la
madrugada del dia 7 , porque hasta entónces no pudo
facilitárseles el regreso . El ferrocarril habia sido cortado .
En la capital resonaba contínuamente el grito de mueran
los españoles i de abajo el gobierno ; éste, temiendo que
estallara una insurreccion , mandó dispersar al pueblo ;
pero desatendidas las primeras intimaciones , la caballe-
ría les dió varias cargas i la infantería rompió el fuego
ocasionando algunos heridos .

Cuando Pareja tuvo a bordo de la escuadra a todos los


tripulantes , con escepcion del cabo de mar muerto en el
Callao , pasó una nota con esceso dura al gobierno del
Perú, exijiéndole el pronto i ejemplar castigo de los cul-
pables i el pago de las indemnizaciones por los perjuicios
i daños que hubieran sufrido los súbditos de España ( 1 ) .

(1) Las reclamaciones de los damnificados españoles ascendieron a mas


de cien mil pesos, i el menguado Pezet envió a Pareja 6,000 pesos para
la viuda del español Estévan Fradera que habia muerto acuchillando a
sus compatriotas ... Pareja le acusó recibo i le dió las gracias por este ob-
sequio en nota del 20 de marzo que publicó A. Morgule en su libro El
Perú de la España moderna.
14
- 96 -

Acerca de esta enérjica reclamacion , digna de conocerse


porque patentiza lo injusto de las apreciaciones de la prensa
española sobre el ilustre marino , decia un escritor perua-
no . "Los sucesos que acabamos de narrar fueron causa
de que el almirante Pareja desplegara, respecto del Pe-
rú, la animosidad mas insultante i las exijencias mas
imperiosas i absurdas. Llegó a pretender la suspension
de las leyes de la república, la esclusion de sus tribuna-
les de justicia, i en una palabra, todo lo que no fuese una
inmediata i plena satisfaccion a sus demandas . Estas , a
fuer de españolas , tenian por última solucion el dinero.
Demasiado conocidas eran por el almirante la docilidad
i solicitud de ese gobierno, amigo i humilde servidor
suyo , para que hubiese necesitado desplegar tanta cóle-
ra i desprecio en sus despachos oficiales sobre los suce-
sos del dia 5 i sobre las reclamaciones consiguientes ;
pero era menester cohonestar con cualquiera apariencia
la injusticia i la mezquindad de los intereses que sos-
tenia . " ( 1)

(1) COMANDANCIA JENERAL DE LA ESCUADRA DEL PACÍFICO. -Al ex-


celentísimo señor ministro de relaciones esteriores del Perú: Firmada la
paz el 2 del corriente, el infrascrito , deseoso de no causar la mas leve
dificultad al gobierno del Perú, tuvo la prudencia de no enviar a tierra
aquel dia, así como los siguientes 3 i 4 , sino los individuos encargados
de hacer las compras para los diferentes ranchos de los buques de esta
escuadra.
El 5 , despues de hechas las visitas de cortesía al contra-almirante señor
de Mariátegui i de los saludos amistosos a que dieron lugar tanto esa
visita como la entrada en este puerto de la fragata Berenguela , de regreso
de las islas de Chincha, dispuso bajasen de paseo los oficiales i guardias
marinas francos de servicio, así como algunos condestables , sarjentos ,
contra-maestres , individuos de maestranza, fogoneros, jóvenes aprendices,
navales i músicos ; es decir, todos los que componen las llamadas clases
de los buques, i de los cuales solo los sarjentos iban armados con sus sa-
bles ( i el cuchillo de Fradera?) encargándoles a todos que observasen en
tierra la mayor moderacion i prudencia ; si bien la prevencion era escu-
sada, puesto que todos los individuos de esta escuadra, por su formali-
dad, honradez i demas buenas circunstancias, han sido en todas partes , i
siguen siéndolo , modelos de buena conducta. En todo , ciento cincuenta
i cuatro fueron las personas que bajaron a tierra , de las que unas noven-
ta subieron inmediatamente a Lima. Ese mismo dia 5, i acompañado de
los jefes de esta escuadra, pasó el infrascrito a hacer su visita de corte-
sía al jeneral prefecto del Callao : i aun cuando ni uno solo de los indi-
viduos del ejército peruano que encontró al poner el pié en tierra en el
muelle de la prefectura le hicieron la menor señal de respeto, de la que
I
97 .

XI

A la comunicacion de Pareja contestó el ministro de


relaciones estranjeras haciéndole presente que pondria
el mayor empeño en que terminaran cuanto ántes los
esclarecimientos judiciales que habia mandado practicar
i que los que resultaran delincuentes sufririan el condig-
no castigo. Mencionábale tambien el estado actual de la
república i su creencia de que el ataque a los españoles

los militares de todos los paises rinden a todo jefe, cualquiera que sea
aquél a que pertenezca, no demostró la menor estrañeza, i entró desde
luego a llenar el objeto de su bajada a tierra.
Poco hacia que el infrascrito se hallaba en la prefectura, cuando se oyó
gran ruido en la calle, con lo que coincidió la entrada en la sala del co-
mandante de la Covadonga, cuyo oficial dió cuenta de que una multitud
desenfrenada venia persiguiendo con piedras i palos a los individuos de
esta escuadra, que se hallaban tranquilos i dispersos paseando por la po-
blacion, sin creer que pudiese tener lugar semejante atentado. El prefec-
to dijo que seria cosa de poca importancia i mandó a uno de sus su-
bordinados para que se enterase de lo que era. En esto, se despidió el
infrascrito, i al ir a embarcarse en su bote , vió que éste se hallaba atra-
cado recibiendo algunos individuos de la escuadra que se descolgaban
por un balcon, acosados por numerosa i desenfrenada turba que los hos-
tilizaba.
Embarcóse en seguida el infascrito i dispuso que de los buques de su
mando fuesen botes a recojer los individuos que hubiese en tierra, a fin
de evitar que pudieran ser víctimas de la multitud, que se prevalia del
corto número i de estar éste desarmado.
Lo demas que pasó en el Callao no lo ignora el gobierno del Perú. Es
lo mas indigno de que han presentado i pueden presentar ejemplo los
fastos de todos los pueblos del universo , aun de los mas bárbaros. A la
vista de gran fuerza armada, mucha mas de la suficiente para poder cas-
tigar a aquella multitud desenfrenada , se ejercitaron los actos mas inau-
ditos contra estranjeros indefensos, que, creyendo pisar una tierra de
civilizacion i hospitalidad, se vieron asaltados i perseguidos, a pesar de
estar, con mui pocas escepciones , como va dicho, desarmados, por nume-
rosas masas de infames asesinos . No dudo que los honrados individuos
de mi escuadra que así se vieron acometidos , se valiesen de todos los me-
dios a su alcance en justa i propia defensa, i que algunos de ellos , a pesar
de la desigualdad del número, probasen a la canalla su cobardía. Lo que
98

no fué sino un pretesto para desórdenes cuyas verdade-


ras i reales causas eran de suma gravedad i trascen-
dencia.
El gobierno peruano , en atencion a la queja de nues-
tro jeneral, destituyó inmediatamente al prefecto del Ca-
llao; al mismo tiempo nombraba ministro plenipotencia-
rio cerca de S. M. C. al contra- almirante Valle- Riestra ,
que debia salir para Europa en el próximo vapor .
Creo que tanto Pezet como sus ministros eran patrio-
tas de corazon (?) i que no merecian las terribles acusa-
ciones que les prodigaron sus adversarios . Ellos hubieran
preferido sancionar un tratado mas ventajoso para su
pais , pero conocedores de la carencia de recursos marí-
timos e imposibilidad de improvisarlos ; responsables , en
primer término, ante la historia i su conciencia de los

sí me consta es que un cabo de mar de esta escuadra, comprador de la Re-


solucion, cayó ante los golpes de esas turbas i que éstas cometieron con
su cadáver los mas repugnantes i bárbaros excesos .
Pero la justísima indignacion que tales atentados han producido al
infrascrito no tiene comparacion con el asombro que le causara la cir-
cunstancia de que la autoridad superior del Callao, la autoridad que por
la situacion crítica del pais parecia que deberia tener una vijilancia es-
tremada, de modo que la mas leve cosa pudiese llegar instantáneamente
a su conocimiento, tuviese la primera noticia de lo que ocurria por el
citado comandante de la Covadonga ; ¿ i cuándo ? Cuando, como se ha sa-
bido despues , hacia gran rato que las turbas perseguian a los indefensos
individuos de esta escuadra, desde las estremidades de la poblacion. No
siendo menos estraño que cuando el comandante de la Covadonga mani-
festó lo que pasaba, se contentase aquella autoridad con mandar, como
si se tratase de la cosa mas pequeña, que fuese un subordinado suyo a
averiguar lo que pasaba, porque solo seria una...
El infrascrito ha entrado en todos estos detalles, para que no haya lu-
gar, como tan frecuente ha sido en todos los asuntos de España con el
Perú, de terjiversaciones de ninguna especie, i para que en todos tiempos
conste que ha presentado al gobierno de la república las cosas tales como
en realidad han sucedido.
Lo acontecido con los oficiales i otros individuos de esta escuadra en
Lima, es aun, si cabe, mas grave que lo ocurrido en el Callao. Estos ofi-
ciales, que indefensos, tranquilos i pacíficos discurrian por las calles de
la capital de una república amiga, i que figura en el catálogo de los pai-
ses civilizados , se han visto en la necesidad de buscar un asilo en la lega-
cion de la noble nacion francesa, para poder libertarse de los insultos i
ataques que contra ellos ya se preparaban ; i algunos individuos de las
clases de sarjentos i maestranza, que aislados e indefensos trascurrian
por la ciudad, han sido heridos por las turbas que de sorpresa los cojieron .
Esos oficiales, en fin, han tenido que volver al Callao, para poder re-
99

resultados que en tales instantes hubiese acarreado al


Perú una lucha desigual , obraron de buena fé (?) i per-
suadidos de haber escojitado entre lo malo lo mejor. Para
cosolidar lo hecho , fueron enérjicos contra la revolucion
que asomaba audaz i poderosa . Así, el jeneral Castilla ,
a la sazon presidente del senado , fué detenido en plena
sesion i encerrado a bordo de un buque que en el acto
se dió a la vela para un largo viaje . Otras muchas pri-
siones se decretaron , todas justificadas , i por algun tiempo
logró el gobierno imponer su lejítima autoridad i prose-
guir el propósito de estrechar sus relaciones con España."

XII

Una sola reflexion agregaremos por nuestra parte a


este animado i bien descrito cuadro de la indignacion
popular que recuerda los tumultos de Mazaniello en Ná-
poles contra la España.
Hemos dicho al principiar que los peruanos culparon

gresar a sus buques, a escondidas, en las altas horas de la noche, escolta-


dos por tropas, como si se tratase de criminales o fujitivos , dando con
ellos el gobierno del Perú, por sensible que le sea decirlo al infrascrito ,
triste idea de su autoridad i fuerza.
Lo ocurrido en el Callao i en Lima con las personas de esta escuadra,
es inaudito ; tanto por lo atroz, como por su simultaneidad en ambos
puntos ; siendo iududable resultado de un plan preconcebido contra todo
lo que lleva el nombre de español : porque no solo los individuos de esta
escuadra, sino la mayor parte de los súbditos de S. M. C. en el Callao ,
han sido ultrajados , mas o ménos maltratados con toda clase de armas ,
allanados sus domicilios i despojados de todo lo que en ellos tenian; por
cuya razon se verá el infrascrito en la necesidad, luego que las reuna to-
das , de remitir al excelentísimo señor ministro de relaciones esteriores las
reclamaciones que por semejante causa deba enviarle.
Todos los datos recojidos no dejan la menor duda de que el plan
era poner en práctica tan detestables sucesos cuando el infrascrito, acom-
pañado de sus subordinados, hubiese asalto en tierra, al dia siguiente en
que se anticiparon, para presentar sus respetos al primer majistrado de
la república.
La naturaleza i circunstancias todas de los sucesos que lleva solo ini-
ciados el infrascrito, i la publicidad con que han tenido lugar, a la luz
del dia, ante el pabellon de todas las naciones civilizadas, exijen que el
gobierno del Perú, por su propio buen nombre, se apresure a imponer el
mas severo de los castigos a los culpables de semejantes sucesos ; i por
100 -

a los chilenos de haber sido los Mazaniellos del tumulto


(i de ello tenemos nosotros el mas profundo convenci-
miento de ser cierto) , así como hemos en otra ocasion
manifestado que el primer acto tanjible de odio i de ven-
ganza del almirante Pareja contra Chile tuvo lugar en esa
propia fecha, el dia mencionado , 5 de febrero de 1865 .
¿Los chilenos del Callao , con su admirable instinto
patriótico, adivinaron por ventura lo que iba a suceder
i se anticiparon?...
Los sucesos que de seguida vamos a revivir servi-
rán para confirmar si fué certero o no aquel instinto i
aquella sospecha.

eso el ministro plenipotenciario de S. M. C. i comandante jeneral de sus


fuerzas navales en el Pacífico, revestido con toda la que le presta la ra-
zon i la justicia, i dispuesto como se halla con las que el gobierno de su
pais ha puesto a su disposicion para hacer que se respete su pabellon i
los intereses de sus súbditos , cuando estén de su parte , como en el caso
presente, la razon i la justicia, se apresure a manifestar al gobierno del
Perú, por medio de su excelentísimo señor ministro de relaciones este-
riores, que no considerará labado el bárbaro ultraje inferido a su pabe-
llon i a las personas e intereses de los súbditos españoles, sino con el
condigno e inmediato castigo de los autores i cómplices de semejantes
atentados . El gobierno del Perú comprenderá que al tomar el infrascrito
tal resolucion (de que nada lo hará desviarse) , obedece a los mas eleva-
dos sentimientos de dignidad nacional, de que seria fiel esclavo el infras-
crito, aunque solo tuviera un mástil en que largar su pabellon , mucho
mas teniendo a su disposicion medios sobrados con que dejar mui altos
esos sentimientos.
El infrascrito no desconoce los esfuerzos del actual gobierno del Perú
para entronizar en su pais el órden , i por eso no duda que se apresurará
a lo que de toda justicia se le exije. Mucho se felicitará el infrascrito de
que así suceda, evitando con ello todo conflicto, que cualquiera que por
otra parte fuese el que pudiese surjir, no lo desviarán un solo ápice de
su demanda; siéndole preciso al infrascrito dar conocimiento a su gobier-
no del resultado definitivo de ella.
El infrascrito faltaria a los deberes de la justicia, si al concluir no ma-
nifestase al gobierno del Perú que se halla sumamente reconocido de la
manera noble i enérjica con que la marina peruana, empezando por su
almirante el señor don Ignacio Mariátegui, se ha conducido en los suce-
sos del Callao , dando con ello muestras claras de que todos sus indivi-
duos comprenden perfectamente los deberes que le imponen el buen nom-
bre del honroso uniforme que visten, i por consiguiente el de su pais.
El mismo plenipotenciario de S. M. C. aprovecha esta nueva ocasion
para ofrecer al excelentísimo señor ministro de relaciones esteriores del
Perú, las seguridades de su mas alta i distinguida consideracion , repitién-
dose su mas atento servidor Q. B. S. M.-JOSÉ MANUEL PAREJA. -Fra-
gata Villa de Madrid, en la bahía del Callao, a 7 de febrero de 1865 .
CAPITULO VII

EL VIAJE DE LA " NUMANCIA " I LOS PREPARATIVOS BÉLICOS


DE PAREJA CONTRA CHILE .

Continúa el almirante Pareja recibiendo resfuerzos de España en vista de su insisten-


cia para castigar a Chile i humillar al Perú.- Sale de Cádiz a principio de 1865 la
fragata Numancia.- Novedad i atrevimiento náutico de este viaje.- Sus primeras
pruebas en la mar.- Su peligroso paso por el Estrecho i triunfo marinero de su capi-
tan don Casto Mendez Nuñez.-Andaluzadas.-La Numancia se detiene significativa-
mente solo media hora en Valparaiso i poco simpática acojida que le hace la prensa
de ese puerto. Continúa su viaje al Callao i el almirante Pareja se encuentra al
mando de la flota mas formidable que haya surcado las aguas del Pacífico.- Compo-
sicion de su escuadra.- El almirante español se apresta a ir a vengar en Chile la
muerte de su padre en 1813.

Mientras la revolucion de Arequipa ganaba lenta-


mente terreno hácia Tacna i hácia el Cuzco por la sie-
rra i hacia el valle de Chincha por la mar, el gobierno en-
vilecido de Pezet alistábase en Lima a combatirla como
una rebelion comun , acusando al prefecto Prado de
traidor i de ingrato , (porque reprochaba aquél al último
haber recibido en la hora postrera las joyas de cierto pa-
drinazgo) el gobierno español , mucho mas listo i esforza-
do que el de sus tímidos contendores habia enviado a su
escuadra resfuerzo tras resfuerzo , segun se ha visto en
los capítulos precedentes ; e impresionado por el rumor
desatinado de haber los peruanos construidos monitores
en sus arsenales , resolvió en los primeros dias de enero
de 1865 hacer salir de sus puertos la famosa fragata
acorazada Numancia recientemente construida en los ar-
senales de Marsella i de Tolon .
101 ―

Era aquel un hecho de suyo atrevido , considerado


como empresa náutica ; pero ponia de manifiesto, talvez
contra el parecer del autor que seguimos , cuán vivo
era su anhelo porque los acontecimientos del futuro
no encontraran desprevenida su escuadra en mares tan
lejanos .

II

Entre las cosas de mayor nota i verdaderamente


dignas de admiracion que hicieron los españoles en el
Pacífico durante la guerra con Chile i el Perú, debe con-
tarse , en efecto , en primera línea, a nuestro juicio , el
atrevimiento con que arrojaron a los procelosos mares
australes el recientemente construido acorazado Numan-
cia, barco enorme de mas de 7,000 toneladas de cabida.
Hallábase por esa época (hace 20 años ) en su período
de infancia la innovacion de las corazas navales , i ni la
Inglaterra misma con todo su atrevimiento, ni la Fran-
cia con el jenio de su inventor Dupuy de Lôme, osaban
aun confiar barcos tan pesados i poco conocidos en sus
condiciones marineras a largos viajes , cuando la España,
cuya decadencia marítima era ponderada , tal vez por lo
mismo, aventuró en el mar, adelante de todas las nacio-
nes europeas, una gran fragata , i poniéndola en la es-
tela de Sebastian de Elcano , la lanzó a dar la vuelta en-
tera del mundo .
No disimula el marino español, cuya estela literaria
nosotros ahora seguimos , su justa ufanía con este moti-
vo, i hé aquí cómo refiere la primera parte del famoso
viaje de círcunvalacion de la Numancia, es decir, su na-
vegacion desde Cádiz hasta Valparaiso i el Callao en el
verano (de enero a mayo de 1865. )
Gem 103

III

..."El 5 de mayo fondeaba en el Callao la fragata


blindada Numancia , despues de sesenta dias de navega-
cion i noventa de viaje. Como este fué el primer buque
blindado que se lanzó a resolver el problema de si era o
no posible a los de su especie atravesar los mares mas
procelosos del mundo , justo es que le dediquemos aten-
cion i espacio bastante para dar cuenta de su interesante
derrota desde Cádiz al Callao . La fragata Numancia era
en aquella época un buque de guerra de primera clase ,
blindado con planchas de hierro de 13 centímetros de
grueso ; su eslora de 97 metros , de 17 su manga i su
calado de 8. Mide 7,500 toneladas ; su máquina tiene
1,000 caballos de fuerza ; consume 100 toneladas diarias
de carbon en sus 40 hornos , i la velocidad del buque es-
cede de 13 millas horarias .
No dejó de vacilar el gobierno ántes de resolver la sa-
lida de este buque para el Pacífico . Hasta entónces las
naciones marítimas mas poderosas no se habian atrevido
a arriesgar sus acorazados en largas travesías ; todos los
creian buques impropios i estaba fija la atencion de Europa
en ver qué marina era bastante osada para emprender la
resolución del temeroso problema. Debia sospecharse
que ésta fuera España ; la primera que mandó sus naves
à un mundo adivinado por Colon fuera de los límites
prescritos por la ciencia de su tiempo ; la primera que
dió la vuelta al mundo i surcó el peligroso estrecho del
continente americano ; la primera que atravesó los Andes
i descubrió el Pacífico ; i pues se ofrecia otra arriesgada
empresa, en cuanto pudo ondear su bandera sobre una
fragata blindada , única que poseia, la mandó con sublime
sencillez seguir el rumbo de la carabela de Magallanes ,
esponiendo su ferrada i peligrosa ole en las cercanías
del cabo de las Tormentas i en las angosturas de punta
Orange i puerto Tamar.
18
- 104 C

IV

Al anochecer del 4 de enero de 1865 salió de Cádiz la


fragata, ocultándose mui pronto entre las brumas del
mar. "Los españoles que íbamos dentro (escribia un ofi-
cial de su dotacion) ( 1) , navegantes antiguos casi todos ,
esperimentábamos cierta sensacion desconocida al perder
de vista las últimas sombras de la tierra patria, cuando
nos alejábamos de ella en una nave de tan dudosa segu-
ridad . ¿Llegará el dia en que sentado entre mi familia
pueda contarle todo lo que nos va a ocurrir, o tal vez
dentro de poco tiempo rejistrarán los anales marítimos
una catástrofe mas? Con estos pensamientos anochecimos
los tripulantes de la Numancia el primer dia de mar.
Nadie contó a nadie lo que esperimentaba i todos nos
dedicamos tranquilos al cumplimiento del deber. Diri-
jióse el buque a la isla de Cabo Verde para reponer allí
el carbon que se gastase en la travesía . El dia 8 recono-
ció las Canarias i pasó a vista de Santa Cruz de Tene-
rife . Siguió su rumbo, i sin que la mar estuviese alboro-
tada , daba la fragata balances estraordinarios . Pronto se
acostumbró a ellos la tripulacion , i los resbalones i cai-
das que producian , provocaban la risa de los afortunados

(1) El alférez de navío don José Emilio Pardo de Figueroa : este bri-
llante oficial hizo toda la campaña del Pacífico, i seis años despues ,
siendo comandante de la Animosa en Filipinas, murió a consecuencia de
haber abandonado el lecho (donde se hallaba enfermo de viruelas ) para
lanzarse contra los insurrectos de Cavite, admirando a todos por su he-
roismo en el combate. Dejó escrito numerosos artículos sobre la marina
i apuntes de la campaña. No es posible imajinar lo encantador, galano,
sóbrio i castizo del estilo que poseia Figueroa. Su hermano, conocido en
la república literaria por el doctor Thebussem, despues de la muerte del
esclarecido oficial, ordenó sus escritos i los publicó , tirando 125 ejem-
plares que no se pusieron a la venta . Tocóme la dicha de poseer uno de
ellos, i me propongo dar a conocer, en el curso de la obra, algunos de
sus elegantisimos e interesantes relatos.
105

que habian tenido en donde asirse . El 13 llegó a San


Vicente de Cabo Verde, tomó su carbon i el 17 salió
para Montevideo . Los tiempos en esta travesía fueron
favorables a la Numancia, i el 13 de marzo llegó al Rio
de la Plata. (2)
"Allí , a tantas leguas de Europa, ya se hizo notable
el viaje que este buque habia hecho ; pero aun dudaban
algunos marinos estranjeros que pudiese con la misma
facilidad llegar al mar Pacífico . Mendez Nuñez , infati-
gable como siempre, alistó su fragata, i el 2 de abril
emprendió su viaje con rumbo al estrecho de Maga-
llanes .

"Todavía en el Rio de la Plata sufrió una averia la


máquina de la Numancia; pero reparada en lo posible,
siguió su viaje, acompañada del vapor trasporte Marques
de la Victoria, que le llevaba carbon para reemplazar en
el estrecho el que hasta allí consumiera. Los mares del
Cabo de Hornos saludaron con rudeza a la fragata, i así
fué que el dia 11 recibió este buque su baustimo mari-
nero ; fuertes e impetuosas olas lo combatieron , i mién-
tras la Numancia se burlaba de su ira sacudiéndolas con

(2) Segun un informe ocular de uno de los oficiales del Leander, buque
de guerra ingles surto en el Callao, cuando allí aportó la Numancia, i
que publicó el Times de Londres, esta gran fragata era mucho menos
temible que lo que parecia, porque en razon de la defectuosa construc-
cion de sus costados , no podia hacer fuego sino con dos o tres cañones a
la vez, i ademas eran éstos del corto calibre de 68.
La Numancia era por otra parte buque mal marinero por su alto
bordo i su cubierta, como la diminuta del Huáscar, no tenia mas defensa
que unos torreones blindados. En cuanto a su desocupacion de agua era
igual a la del Warrior, uno de los mas grandes buques blindados de S. M.
B. en aquel tiempo. Era con esta desocupacion de agua con la que mas
vanagloria i bulla hacian los españoles del Pacífico. Llegaron a decir
algunos andaluces que la fragata no habia entrado a Valparaiso porque
no cabia en ese puerto , i casi dijeron lo mismo del ancho Pacífico ... An-
daluzadas !
106

valentía, su compañero el Marques era poco ménos que

juguete de ellas . En este mal tiempo , que se temia i se


deseaba por los tripulantes de la blindada , se convencie-
ron éstos de que la Numancia, a pesar de sus estraordi-
narios balances , pod a luchar con las olas . Llegó al Ma-
gallanes en 13 de abril , i fondeó en el puerto del Hambre
para esperar al vapor, a quien el temporal habia alejado
de la costa .
"El 15 llegó el Marques; procedióse al embarque del
carbon que traia i el 19 se lanzó la fragata por las estre-
chas sinuosidades del Magallanes en busca del mar Pȧ-
cífico . Permítase aquí un recuerdo al comandante de la
fragata, que, con un tino raro i una habilidad imponde-
rable, condujo a la Numancia por aquellos dificilísimos
parajes . Libre de ellos bañó su proa en las aguas del
Gran Océano a las seis de la tarde del 20 , i ya en mares
francas navegó hácia Lima. El 28 tocó en Valparaiso , i
el 5 de mayo arribó con toda felicidad al Callao, en don-
de se unió a la escuadra que mandaba el inolvidable
cuanto desgraciado jeneral Pareja. En aquel puerto , fre-
cuentadísimo por buques de todas las naciones , llamó la
atencion el viaje de la Numancia. Los marinos estranje-
ros la visitaron con interes ; los papeles se ocuparon de
tan audaz viaje, i cundió por la América, por la Europa
i por el mundo entero la feliz empresa que la blindada
española habia llevado a cabo .
"Los constructores que en Tolon la habian hecho ,
mostraban su modelo en la esposicion de Paris , i el go-
bierno español i la España entera, satisfechos de que un
buque con su bandera i tripulado por españoles hubiera
dado tal ejemplo a las marinas
"" todas , premió a Mendez
Nuñez i a sus compañeros .'
El famoso problema de la navegacion trasatlántica, en
los buques blindados , quedó resuelto. Su comandante
don Casto Mendez Nuñez , su segundo don Juan Bautis-
ta Antequera, i sus brillantes oficiales de los que solo
citaré (porque ya han muerto i su mérito fué sobresalien-
te) a don Emilio Barreda i don Celestino las Hera , todos
supieron corresponder a la confianza que en ellos se pu-
so . El oficial de derrota, que lo era uno de los ántes
citados , realizó importantísimos estudios sobre las agu-
107

Jas i sus perturbaciones , corrijiendo los errores del com-


pas por efectos del magnetismo local, cuyo estudio vino
a demostrar que las grandes masas de hierro que refor-
zaban al buque , no obraban irregularmente sobre las
agujas como se temia.

VI

Pues que he dado algunos pormenores del paso por el


estrecho de las fragatas Triunfo i Resolucion, paréceme
de necesidad i de interes darlos así mismo del paso de
la Numancia, cuyas condiciones deberian orijinarle ma-
yores peligros i dificultades.
La noche antes de embocar el estrecho ( 10 de abril) , a
causa de una completa cerrazon i viento duro de SE . la
fragata perdió de vista al vapor; penetró solo en la an-
gostura i llegó al puerto del Hambre dos dias ántes que
aquel. El tiempo fué apasible i templado, pero al tercer
dia empezó a soplar del NO. duro, con chubascos de
nieve, lo que dificultó bastante el trasbordo del carbon
necesario, del vapor a la fragata. Los indios patagones
la visitaron durante su permanencia en aquel puerto ,
manifestándose siempre mui amistosos i satisfechos con
los regalos que se les hacian. En la amanecida del 19
siguió su marcha la Numancia , navegando con seis cal-
deras , i por la tarde fué a fondear en la rada de Fortescue.
A poco de haber fondeado se apareció un vapor de gue-
rra, que tambien venia del Atlántico , al que se le exijió
bandera, izando la española ; tardó el buque en contestar,
por lo que la Numancia le enfinó sus cañones i tocó zafa-
rrancho; entónces largó pabellon peruano el buque re-
cien llegado , i despues de dudar unos momentos , al ver
la actitud de la fragata , dejó caer el ancla en sus inme-
diaciones . Era la corbeta América , una de las dos adqui-
ridas por la república en Inglaterra ; escelente buque en
su clase, montaba 14 cañones de a 50 , con máquina de
250 caballos i un andar de 13 millas , La Union, que era
108

su compañera, habia tenido que arribar a Rio Janeiro


por desarbolo de todos sus palos . Entre la fragata espa-
ñola i la corbeta peruana no medió visita ni saludo algu-
no . En la mañana del 20 pasaron el Croolled Reach sin
dificultad, con tiempo cerrado en neblina i viento SE.
racheado. Al pasar por la Playa Parda volvieron a ver
la corbeta peruana (que se habia adelantado) , navegando
en la esseñada del NO. que quizas equivocaba con el
estrecho ; desde entónces siguió las aguas de la Numan-
cia hasta desembocar . En cabo Pilares encontraron mar
gruesa i tendida del O.; el buque se manejó mui bien sin
embarcar ni una gota de agua, a pesar de llevar una
marcha de 11 millas i mar por la mura. No la hubiera
hecho mejor cualquiera otra fragata en circunstancias
iguales .
Cuando la Numancia se presentó a la vista de Valpa-
raiso produjo verdadera admiracion i no pocas inquietu-
des . Era el buque mas poderoso que hasta entónces
habia surcado el Pacífico , i arbolaba una bandera a cuya
majestad no se le habia tributado recientemente toda la
consideracion debida en la república de Chile."

VII

No dejó de ser singular el encuentro de la Numancia


en los mares del estrecho con una de las corbetas que
mandaba el infortunado Grau, i mas aun que el barco
peruano siguiese su rumbo al Pacífico por el que le iba
trazando la fragata española .
En cuanto a su paso por Valparaiso , fué solo el de una
sombra que se aleja . Entró al puerto como para decir
únicamente a los chilenos ¡ Aquí estoi! i sin soltar sus
anclas, ni apagar siquiera sus fuegos , continuó como un
rayo su viaje al Callao , donde probablemente era urjida
de llegar por el empecinado Pareja , impaciente por venir
cuanto antes a dar "una leccion a Chile." "La Numancia ,
dice impacible i lacónicamente el MERCURIO del mismo
109 -

dia de su asomada al puerto ( 28 de abril de 1865) , i como


para devolver desden con desden, entró a las diez de la
mañana en nuestro puerto, pero sin tomar fondeadero ,
A las diez i media volvió a salir, creemos que con rum-
bo al Callao . "
Don Roman Vial, cronista naval de El Mercurio , se ha-
bia mostrado esta vez a la altura de Mendez Nuñez , que
era, segun se decia , hombre lacónico i aun callado.

VIII

Con la llegada de la acorazada Numancia completába-


se en las aguas del Pacífico la escuadra mas formidable
que hubiese paseado sobre sus ondas la bandera de Cas-
tilla i aun las de nacion alguna de las que han solido dis-
putarse el dominio del orbe en sus océanos . En su com-
paracion, en efecto , las escuadras de Lord Anson i de
Lor Cochrane, que en el intérvalo de 80 años ostentaron
en las costas occidentales de la América española , los pa-
bellones de la Gran Bretaña i de Chile, descendian a la
condicion de pequeños convoyes de buques aventureros ,
en los que la audacia i el jénio de sus conductores suplia a
la potencia de sus quillas i a la fuerza de las tripulaciones .
Solo la flota holandesa del almirante L'Heremite , que a
principios del siglo XVII vino tambien a desafiar el po-
der de España en el Callao , fué mas numerosa en barcos ,
pero todos ellos juntos en el número de bajeles habrian
requerido de la Numancia apénas igual número de minu-
tos para ser echados a pique como viejas bateas de
lavar.

IX

Componian, en efecto, las fuerzas navales de España


que obedecian en la rada del Callao al almirante Pareja,
ahora estrechamente aliado con el gobierno de Pezet en
110

Lima, de cinco fragatas i tres cañoneras , todas a vapor,


que componian un total de 207 cañones en esta forma:

Fragata Numancia ...... 40 cañones


66 Villa de Madrid.... 66
46
66 ""
Resolucion 40
Blanca....... 36 ""
36 ((
Berenguela .......
แ 66
Cañonera Covadonga.. 3
แ Vencedora ..... (6
3
66
Trasporte Marques de la

37
Victoria.. 3

207 cañones.

Contando los últimos en su estrecho espíritu , el almi-


rante , que habia arrancado a la timidez peruana el igno-
minioso pacto del 4 de febrero , sentíase ya no solo firme
sino poderoso e irresistible. I bajo estas impresiones de
jactancia i vanagloria resolvió emprender cuanto antes
contra la República Chile, juzgándola instigadora i ati-
zadora del Perú, en desmedro de la España , lo que en
sus adentros tenia resuelto desde el mismo dia en que
se ratificó el tratado del Callao al comenzar el mes de
febrero de 1865.
Cómo se verificó plan tan torpemente urdido i tan
neciamente inspirado, será la materia interesante i poco
conocida del próximo capítulo .
CAPÍTULO VIII

DE CÓMO FUÉ CHILE ARRASTRADO A LA GUERRA EN PRO


DEL PERÚ.

Errores capitales de la política de España en Sud América,-Quejas apasionadas contra


Chile.-El San Martin, e irritante impresion que este periódico burlesco produce en-
tre los españoles i en su escuadra. -Muestras de la literatura de este papel.-In-
sensatez de los propósitos de Pareja contra Chile i sus pérfidas reclamaciones.-
Resistelas en Santiago cuerdamente al ministro de España don Salvador Tavira.—
Resuélvese Pareja a alcanzar la destitucion de Tavira i envia a Chile al teniente
Lora para intrigar entre los residentes españoles.-Enumeracion de los motivos
de queja que alegaba Pareja contra Chile i sus aviesas acusaciones contra Tavira
por su pacto de arreglo con la república.-Nota oficial de Tavira sobre estos
particulares.-Representacion de los españoles residentes en Chile contra Tavira.
-Destitucion de este funcionario i desaprobacion del pacto Tavira-Covarrú-
bias, a virtud de las tenaces intrigas de Pareja.-Triunfo diplomático de Pareja.- El
gobierno español mantiene a todo trance sus miras de paz con Chile.-Importante
carta del sub-secretario de Estado de España Bañuelos a Tavira i a Pareja sobre ese
particular.- Inspirándose Pareja solo en su odio a Chile se resuelve a hostilizar de
hecho a este pais i se apronta para dirijirse a sus puertos.

No pudo ser mas infortunada la jenerosa pero descui-


dada España en la eleccion de los hombres que contra
su espresa voluntad trajeron en su nombre i bajo su
bandera la guerra a los pueblos del Pacífico , que en ma-
nera alguna la habian provocado .
Despues de un pícaro de cuenta como Mazarredo , en-
viaron un tonto, tonto solemne es cierto (como hai mu-
chos en estos climas ) , pero al fin tonto , i tonto vengativo ,
que es la peor especie de tontos en Chile, en España i
en todo el mundo ,
Era don José Manuel Pareja , almirante de fortuna i
aun ministro de marina de casualidad en su patria ; pero
16
112

habia nacido en Lima, por lo cual dice uno de sus bió-


grafos que amaba no poco a los peruanos , sus compa-
triotas .
Mas su padre, el jeneral don Antonio Pareja, habia
muerto en Chile de un inocente chabalongo que le causó
el sol i la negativa de los chilotes a pasar el rio Maule , i
sin mas que esto el hijo habia guardado toda su vida in-
vencible rencor a los chilenos .

II

Confiesan este punto capital, historiadores como el


ilustre i verídico señor de Novo (que llamamos ante todo
ilustre por su amor inquebrantable a la verdad ) , quien
afirma paladinamente esta circunstancia , aun haciendo el
elojio del almirante ; i para nuestro pobre criterio basta
esa sola prueba al propósito de declararlo imbécil ante
la historia.
Un hombre que odia a una nacion i que le lleva injus-
ta, alterosa i temeraria guerra tan solo por vengar un
constipado de su padre o de su abuelo, es un necio o
un malvado ; i como tenemos la conciencia de que lo úl-
timo éralo solo Mazarredo , le afincamos a él solo el título
i mantenemos el de " tonto" para su mal elejido sucesor.
Su padre, capitan de una nave en Trafalgar, habia sido
vencido por Nelson , i hai prueba de que don José Ma-
nuel aborrecia tambien de corazon a los ingleses . ¿I por
qué no fué a quitarles a Jibraltar, segun era el sueño de
Mazarredo, en lugar de venir a bloquear a Valparaiso?
¿Por qué no cargó siquiera con los chilotes o los chilla-
nejos?...

III

"Ya sabemos , dice el historiador castellano , haciéndo-


se cargo en esta altura de los sucesos , del grado de calor
a que la justa animosidad de los chilenos para con los in-
113 -

vasores del Pacífico a esas horas alcanzaba , ya sabemos que


en Chile la conducta de los españoles habia producido
honda sensacion cual si ella hubiese sido la directamente
ofendida. La mayor parte de la prensa vertia diariamen-
te insultos a nuestro pais , en tanto que el gobierno ase-
guraba al señor Tavira que la cuestion peruana en nada
habia entibiado las cordiales relaciones entre España i
Chile . No sorprende que todas las simpatías de esta re-
pública se dirijieran al Perú i que su prensa censurara
nuestra conducta, pero apénas puede concebirse que
en un pais modelo de civilizacion de la América del
Sur, pudiera soportarse por propia dignidad la publica-
cion de un, papel tristemente célebre llamado El San
Martin, cuya lectura debia enrojecer a los mismos chile-
nos . Sus soeces i groseros insultos llegaban a un grado
tal, que conseguian estraviar el mejor criterio que ciego
de ira juzgaba al pais entero por el estrecho molde de
los mas ruines de sus individuos . No quiero detenerme
ni detallar nada sobre aquel periódico , pero sí diré que
en la oficialidad de la Escuadra i en toda la marinería
despertó indignacion tan grande, que la autoridad del
almirante no bastaba a contenerlos en los límites de la
disciplina. ¡Cuán cierto es que el hombre mas insignifi-
cante i desprestijiado puede arrastrar al combate a dos
naciones , valiéndose como poderosísima palanca del sa-
grado amor patrio!
"Tavira indignado manifestó al ministro de relaciones
esteriores que era indispensable hacer que terminara la
publicacion de El San Martin, pero el gobierno contestó
escudándose con el jurado de la prensa, único tribunal
al que podia someterse la acusacion del dicho periódico ,
que probablemente saldria absuelto en vista de que en
Madrid no dejaban de publicarse furiosos artículos en
La Discusion, en La Iberia i otros diarios , contra las
repúblicas americanas . En honra de Chile debo consignar
que solo el papel ya citado descendió a tan vergonzosos
ataques, i que no faltaron periódicos en Santiago i Val-
paraiso que censuraran rudamente tan villano proceder .
Tales periódicos eran acusados de reaccionarios por El
San Martin. "¿Es ser reaccionario (contestaba uno de
ellos ) el no pedir como cierta prensa que se ahorquen
114-

godos, que se estermine a todos los que no quieran con-


sumar tan evanjélicos preceptos ? ¿ Es ser reaccionario el
no insultar a la reina de España con los dicterios que
solo se dicen en las tabernas , i de los que puede echarse
mano en los papeles destinados a la publicidad, i mucho
ménos tratándose de una mujer soberana de una nacion
con la que todavía no hemos roto las relaciones de amis-
tad que hemos contraido?" El Independiente, periódico
de Santiago i órgano del gobierno , hizo tambien algunas
amigables observaciones al San Martin por lo áspero de
su lenguaje, i no faltó algun chileno que atacara con du-
reza la indignidad de dicha publicacion.
"Pero ¿cómo se podria espresar, añade el famoso es-
critor peninsular, español ántes que todo, como que es
hijo del puerto de Santa María en plena Bética , ¿cómo
se podria espresar toda la infamia que revela la siguiente
aseveracion de un escritor contemporáneo? Habian en
Santiago dos españoles , el corazon se me despedaza
al recordarlo, que eran los principales ajentes i es-
pendedores del inmundo periódico El San Martin, que
tan escandalosos insultos escribia contra la reina de Es-
paña." ( 1 )

(1) Don Ildefonso Antonio Bermejo.-La Estafeta de Palacio, tomo


III, páj. 694 .
Pareceria por este pasaje i por los muchos que ocurren en las reclama-
ciones oficiales de Pareja, que el San Martin hubiese sido, despues de
su venganza filial, la causa mas eficaz i activa de la guerra, como sino
fuera una simple publicacion ocasional i de guerrilla cual las mil que pu-
lulan en España, especialmente en épocas de ajitacion politica o na-
cional.
El San Martin comenzó a publicarse semanalmente el 29 de agosto de
1864 i cesó en su primer período el 21 de diciembre de ese año , sin duda
por influjos del gobierno chileno. -Durante la guerra se publicó otra vez
con láminas, desde el 27 de noviembre de 1865 al 24 de marzo de 1866 .
En cuanto a su lenguaje, se juzgará por la siguiente introduccion de su
número inicial, en prosa i la versaina a Isabel II que copiamos en se-
guida. Ambas piezas dicen así:
« La España; la pobre España, la siempre atrazada España, la inqui-
sitorial i frailesca España, la España de Felipe II , de los autos de fe, de
las proscripciones, la galera i condenaciones a muerte por intole ancia
relijiosa, la España de Felipe Vi de Fernando VII, la España de la
honrada Cristina i de la casta Isabel, la España moderna como ella se
llama, es en este momento presa de una alucinacion mental, que sino
115

IV

Habia llegado entre tanto Pareja de incógnito al Ca-


Ilao segun ya prolijamente contamos a fines de 1864, i
¡cosa curiosa! elijió voluntariamente para su tránsito de
España, vía Panamá , el nombre de "Padilla" que oculta-
ba su recelo i ridícula pequeñez de ánimo .
¡ Oh ! la España sin Mendez Nuñez , que fué un grande

mereciese el desprecio i escarmiento, mereceria la compasion del mundo


civilizado .>>
HIMNO A ISABEL II

« Salud o Reina Ibérica,


Purísima criatura ,
Consuelo de tus súbditos,
Fecunda en hermosura,
En todo bien fecúndida
Como no se hallan dos,
Si admites estos cánticos,
De España Casta Diva,
Verás de que este prójimo
Que pronto a morir iba
Ventura i dicha célica
Tendrá su corazon. >>

Pero el redactor del San Martin (que lo fué por mucho tiempo el bri-
llante pero malogrado escritor don Santiago Godoy) , trataba a los perua-
nos con la misma dureza que a la Reina española, i en su número del 17
de diciembre de 1864 enderezaba a Pezet i a su cohorte de traidores i
cobardes la siguiente sátira en forma de aviso :
«Se necesitan dos millones de crinolinas, para remitir por el próximo
vapor al Perú, donde tendrá un espendio inmenso segun las últimas no-
ticias que hemos recibido de aquella incomparable república
Los interesados pueden dirijir sus propuestas al buzon de la im-
prenta del San Martin.-El Maricon.- JUAN ANTONIO PEZET. >>
I lo mas orijinal de todo esto, i prueba de la insigne torpeza de Pare-
ja, fué que los mismos marinos españoles del Pacífico, fueron los que,
sublevando la escuadra en Cádiz el 18 de setiembre de 1868. contra sus
desdichada reina , dieron razon al San Martin de sus veleidades i hasta de
sus groserias.»
116

hombre a las derechas , un almirante digno de Santa


Cruz i de Gravina, como mas adelante habrá de verse, i
sin sus caballerosos lugar-tenientes como Topete , Pe-
zuela, Alvar Gonzalez , Navarro i Barcárcel, habria sido
vencida en el Pacífico , que fué su mar, por algo que no
la habia vencido ántes en parte alguna del universo : por
el ridículo .
1

I a propósito del ilustre almirante que bombardeó a


Valparaiso , séanos lícito anticipar desde ahora como ho-
menaje de respeto a su memoria, poco conocida , estas pa-
labras que él escribiera a su gobierno, cuando en la
bahía de ese puerto recibió , despues del suicidio , la pesa-
da herencia de Pareja . "El bombardeo de Valparaiso seria
un acto que REPROBARIAN TODAS LAS NACIONES, i ocasiona-
ria a España COMPROMISOS DE TAL MAGNITUD que DUDO
pudiese resolverme a ello sin órden espresa de V. E."

VI

Refiere, entrando de nuevo en materia, el concienzudo


autor cuyos primeros pasos seguimos , con laudable fran-
queza , cómo entendiéndose como hermano con su paisa-
no Vivanco, limeño como él, ajustó Pareja el famoso
tratado que lleva su nombre i que por el motivo que
acabamos de espresar bien pudiera llamarse el "tratado
Vivanco-Padilla."
Tuvo lugar este acto infame e infamante para el Perú
i para la América , en febrero de 1865 , cual ya lo anota-
mos en el capítulo que precede al anterior, i hubo en él
de particular que los tres millones en oro que les sacó
117

Pareja a Vivanco, a Pezet i Gomez Sanchez (a millon por


cabeza) fué una ocurrencia suya, pues tenia instrucciones
precisamente para no pedir ni un centavo por indemniza-
cion .
Escuchémosle ahora cómo despues de beneficiados los
peruanos , el enorgullecido almirante pensó en acometer-
nos inmediatamente, pues será hoi cosa de novedad saber
que lo que Pareja hizo en setiembre intentó ponerlo por
obra en febrero, es decir, siete meses antes, i pidiéndo-
nos , ademas de la pólvora de los famosos 21 cañonazos ,
tres millones de reales. La lei de Pareja no era pareja ;
pero le habia gustado al parecer el número 3 , i en con-
secuencia, como a jente pobre i sin huano nos exijia en
reales de vellon (de 20 al peso) lo que a nuestros opu-
lentos vecinos habíales sacado en fuertes .
Pero dejemos contar al historiador español esta parte
de su interesantísima narracion , que es la que directa-
mente empieza a caer sobre Chile.

VII

66
Algunos dias despues de estos sucesos (comienza a
decir el señor de Novo , aludiendo a la ratificacion por
Pezet del tratado Vivanco en el Callao ) , el jeneral Pareja
pasó a Lima, acompañado de los comandantes de buques
i de varios oficiales , para hacer su anunciada visita al
presidente de la república, quien lo recibió con el mayor
afecto i cordialidad , rodeado de todos sus ministros . Arre-
glados ya nuestros asuntos en el Perú, pensó en que fal-
taba pedir a Chile las debidas satisfacciones por los
agravios que sin motivo verdadero habia inferido a Es-
paña ; reclamaciones que hacíanse mas necesarias para el
decoro de nuestro pabellon, por la circunstancia de que
aquella república no cesaba de acusar de débil con los
españoles a la del Perú. Debo convenir en que Pareja
estuvo enérjico con los peruanos , pero sin que les inspi-
rasen odio alguno , al par que hácía LOS CHILENOS SENTIA
118

CIERTO ENCONO I ARDIENTES DESEOS DE DARLES UNA LEC-


CION. Así, pues , el 5 de febrero (el mismo dia del conflic-
to) (1 ) envió a la goleta Vencedora a Valparaiso con una
carta para el señor Tavira, en la que recapitulando todos
los cargos que el gobierno español podia hacer al de
Chile, le manifestaba que estaba dispuesto a exijirles las
siguientes satisfacciones : UN SALUDO DE 21 CAÑONAZOS
EN VALPARAISO AL ENARBOLAR NUESTRO PABELLON, QUE SE-
RIA CORRESPONDIDO ; RECLAMACION DE TRES MILLONES DE
REALES POR HABER DECLARADO EL CARBON CONTRABANDO
DE GUERRA ; envío de un plenipotenciario a Madrid para
dar ESPLICACIONES SATISFACTORIAS , e igualacion de nuestra
bandera con la mas favorecida.
Como Tavira no habia recibido órdenes precisas del
gobierno, espuso al jeneral la conveniencia de pedir ins-
trucciones i continuar entre tanto en su actitud espec-
tante i pacífica. Convino en ello Pareja i permaneció en
el Callao activando los trámites que seguian sus reclama-
ciones con motivo de los atentados del dia 5."

VIII

"Tócame ahora abordar un asunto con esceso delica-


do, o sea la polémica habida entre Pareja i Tavira a
causa de las reclamaciones entabladas contra Chile .
Dije que el marino español se habia resignado a espe-
rar nuevas instrucciones para arreglar a ellas su con-
ducta ; pero cada dia se le presentaban mayores los
agravios inferidos a nuestro pabellon por aquella repú-
blica , mas en descubierto su deuda de reparacion , i en
12 de marzo escribió a Tavira esponiéndole la necesidad
de exijir cuanto antes las debidas satisfacciones . Respon-
dió aquél que no le era posible separarse de las instruc-

(1 ) Este conflicto fué una matanza de españoles que hubo en el Callao,


levantándose el populacho indignado contra el tratado Vivanco-Pareja
al dia siguiente de su ratificacion. De estos sucesos daremos cuenta en el
momento oportuno .
- 119 -

ciones del 24 de febrero ( 1) en cumplimiento de las cua-


les ya habia comenzado a jestionar. Volvió a insistir
Pareja i a contestar Tavira ; mediaron otras muchas
comunicaciones imposibles de trascribir por su estension
i que pueden condensarse en las siguientes palabras :
Pareja exijia a TODO TRANCE REPARACION INMEDIATA , i
Tavira juzgaba mas conveniente a los intereses de Es-
paña jestionar en EL TERRENO PACÍFICO.
Los motivos de queja i de agravios que planteó nues-
tro representante cerca del gobierno de Chile, eran los
siguientes :
1. En que no se tomaron medidas para evitar las
ofensas hechas a su pabellon en 1.° de mayo pasado , i
en que no se encausase al comandante del batallon cívico ,
que permaneció impasible frente a la legacion haciendo
a su tropa marcar el paso durante el acto ;
2. En que el anterior ministro de relaciones esterio-
res hubiese hecho ante las repúblicas hispano- america-
nas la protesta del 4 de mayo , infrinjiendo lo estatuido
en el art. 12 del tratado entre España i Chile ;
3. El no haber puesto el gobierno el saludable correc-
tivo a los estravíos de la opinion dentro de los límites
que la lei le autorizaba i el deber le impelia ;
4. En que al paso que permitió al vapor de guerra
peruano Lerzundi, no solo proveerse de carbon , víveres
i pólvora, sino fijar cartel de enganche de jente de mar
(de la que llevó 300 hombres) , pusiese óbices para remi-
tir víveres a la escuadra de S. M.;
5. En que no mandó formar la sumaria pedida por
Tavira para averiguar la exactitud de la espedicion de
voluntarios que se reunia en Valparaiso , i que, aun cuan-
do uniformada i anunciada por todos los periódicos , per-
mitió salir de aquel puerto para las costas del Perú en
el Dart; i haberse negado el intendente de Valparaiso i

(1) Segun esas instrucciones, la satisfaccion debia consistir en una


declaracion formal i por escrito, de que no habia sido el ánimo del go-
bierno chileno el faltar a los deberes que respecto a España le imponian
.
el derecho de jentes i el tratado de amistad i reconocimiento celebrado
con la misma, i que, deplorando lo sucedido, haria cuanto estuviera
de su parte para que no se reprodujesen publicaciones como la del San
Martin,
17
120

comandante de policía a embargar las armas , vestuarios ,


municiones i medicinas de la espedicion , a peticion ver-
bal del vice cónsul de S. M. , en aquella plaza ;
6. En que no tomó las medidas necesarias para ale-
jar el temor que en los pacíficos habitantes de la repú-
blica infundió el anatema fulminado por el libelo infama-
torio denominado San Martin en su número tercero del
7 de setiembre , en el que amenazaba con las iras popu-
lares a todo aquel que suministrase a los buques españoles
o a sus ajentes una sola libra de harina, un trozo de car-
bon, una gota de agua, etc. , etc.;
7. En que, llegada que fué la Vencedora a Lota , se la
trató como enemiga, se la negó carbon i se desatendió
por el gobernador marítimo la protesta de su comandan-
te; i en haber espedido el gobierno el decreto de 30 de
setiembre aprobando la conducta de aquel funcionario,
ántes de formar la correspondiente sumaria en averigua-
cion de tan insólito atentado , para proceder en justicia;
8. En que el gobierno declaró el carbon de piedra
contrabando de guerra, con el deseo de perjudicar a Es-
paña, i belijerantes a ésta i al Perú, sabiendo no lo eran,
i sin reparar que se ponia en contradiccion con lo que
con feclia 4 de julio último dijo al señor ministro pleni-
potenciario del Perú;
9.° Que el gobierno de la república sabia que España
no se hallaba en guerra declarada con el Perú, miéntras
le era evidente que el imperio frances lo estaba con la
república de Méjico ; que España , por el artículo 10 de su
tratado con Chile, tenia derecho a ser tratada como la
nacion mas favorecida , por lo que debió al ménos gozar
para proveer su escuadra de las mismas franquicias con-
cedidas al imperio : es así que a éste jamás se le puso el
menor óbice para proveerse de carbon, municiones i ví-
veres ; luego al prohibírselo a España se infrinjió el tra-
tado ;
10. En que , despues que el gobierno se declaró neu-
tral entre España i el Perú, permitió por cuenta de éste
se comprasen caballos , i que se embarcasen por tres
veces en Valparaiso a pesar de que están declarados
contrabando de guerra por el derecho de jentes ;
11. En que, a pesar de mis terminantes notas del 21
121 -

i 27 de setiembre, 6 de octubre i 7 i 15 de diciembre , no


tomó el gobierno las medidas que la lei le autorizaba
contra el libelo infamatorio denominado San Martin, el
mas inmoral hasta la fecha haya salido de la prensa
que
mas abyecta.'

Como se ve, no faltaban motivos para pedir satisfac-


ciones ; que debiéramos darnos por contentos con una
simple esplicacion o escusa del gobierno chileno , cosa era
que no comprendia el jeneral español, i argumentaba así :
"No podia yo imajinar que , reunidas en estas aguas las
fuerzas navales mas imponentes que desde su descubri-
miento las han surcado , se pudiesen dejar de pedir a los
gobiernos de los paises cuyas costas bañan esas aguas ,
las reparaciones que por su manejo para con la monar-
quía española a ésta debiesen. Porque si semejantes re-
paraciones eran debidas i teníamos fuerzas para exijirlas,
¿a cuándo esperaríamos para demandarlas ? I si no las
demandábamos cuando tan potentes nos mostrábamos ,
¿cómo podríamos prometernos obtenerlas en circunstan-
cias distintas?" I añadia Pareja : " Dejar de exijir esas
satisfacciones al gobierno de Santiago, seria esterilizar el
mismo tratado hecho con el Perú, ridiculizar la presencia
aquí de estas respetables fuerzas de mi mando i fomentar
por nosotros mismos el descrédito de nuestro pais."
¿No dijimos ya que Pareja era tonto , i tonto malo i po-
tente?

XI

"Quien así opinaba (añade por su parte el historiador


español) , profundamente convencido, preciso era que lle-
gase al último estremo, i cada vez mas receloso de Tavira
122 -

i mas impaciente, le envió a un oficial de su confianza , el


teniente de navío don Cecilio Lora, para que inclinase .
su ánimo hacia una política enérjica. Lora no se mantu-
vo en los límites de consejero , sino que se abrogó una
grande iniciativa , trazando al diplomático la línea de
conducta que debia seguir, llegando hasta proponerle ,
en nombre del jeneral, que se finjiese enfermo i marchase
a Lima, de cuyo modo, sin compromiso suyo, dejaria a
Pareja franco el camino para obrar por su cuenta . ( 1 )
Tavira procuró prescindir de Lora, i al fin dirijia todas
sus comunicaciones al jefe de la escuadra por conducto
del consulado ingles . A consecuencia de esto , supuso
Tavira que Lora, resentido , le habia creado varias difi-
cultades i daba a entender que por su conducto se hacian
públicos entre los españoles turbulentos allí avecindados,
los oficios que el jeneral le dirijia . Tambien le acusó an-
te Pareja de haber acordado resoluciones en su contra ,
pretendiendo convertir a la Sociedad de Beneficiencia
Española en junta constituyente ; que luego llegó su pro-
paganda a Valparaiso, consiguiendo que se redactase
cierta protesta contra sus actos . (2) 1
1

XII

"Al paso que tales quebrantos orijinaba a Tavira la


conducta de Lora, éste merecia los elojios de Pareja por
el celo imponderable con que le tenia al corriente de cuan-
to mediaba entre el diplomático español i el gobierno
chileno. No cabe duda que los manejos de Tavira se hi-
cieron sospechosos por la contradiccion en que incurrian.

(1) Se debe advertir que Lora obedecia al pie de la letra las instruc-
ciones de Pareja. Al edentificarse con su jefe no hacia mas que cumplir
su obligacion .
(2) Alude a la representacion elevada por 107 españoles residentes en
Valparaiso a S. M. la reina, con fecha 31 de mayo, pidiendo le retirase
sus credenciales al ministro señor Tavira, por no haber velado debida-
mente por la honra e intereses de España.
123

Ejemplo de ello , su comunicacion del 9 de abril , en la


que le decia al jeneral que en una conferencia tenida con
los señores Tocornal i Santa María (presidente i vice-
presidente de la cámara de diputados), les habia insi-
nuado que solo trataria con el gobierno de la república
bajo las base de un saludo anticipado i de mandar a Ma-
drid un plenipotenciario que diese las debidas satisfac-
ciones . (1)

(1) "De la comunicacion del ministro residente de S. M. en Chile, al


comandante jeneral de la escuadra ... "si bien no ponen tanta resistencia
para el envío del ministro, la ponen tenaz para el saludo anticipado ; i
como me hallasen inflexible, me dijeron : "Creíamos que hallaríamos en
usted mas benevolencia que en el señor Pareja, i nos hemos equivocado ;
hemos hecho que amigos muestros sondeen en Lima su manera de pensar,
i lo han hallado mas razonable que a usted... Es verdad que ha contes-
tado que lo tiene preocupado la cuestion de Chile, i citado, en fundamen-
to del derecho de España para hacer reclamaciones, lo prescrito por Bello
i Klubel ; pero sufre un error: con estos mismos autores nos defendere-
mos. ¿Por qué no habla usted ? Discutiremos i probaremos que no hemos
ofendido a la España. Si es por agravios hechos a su pabellon, esto no
pasó de gritos del pueblo , que ninguna consecuencia tuvieron , que el go-
bierno no pudo evitar, que tomó medidas, i no se repitieron, i que fueron
actos, consecuencia de la alarma que causó en el pueblo la palabra rei-
vindicacion, usada por los ajentes españoles al ocupar las Chinchas, i so-
bre cuyo acto el gobierno de usted no hizo un casus belli, porque recono-
ció la causa; si es por la negativa de carbon a la Vencedora, ¿ qué tiene
que ver en esto el gobierno? ¿ El gobierno tenia carbon? Si no lo tenia,
¿cómo podia el subdelegado dárselo, desde que los dueños no querian
venderlo, i él no tenia facultad para obligarlos ? Si es por haber decla-
rado el carbon de piedra contrabando de guerra, ¿ quién podrá negar a
la república el derecho de hacerlo en virtud de su autonomía, mientras
nada esté estatuido sobre ello definitivamente, ni el gobierno obligado
por ningun tratado a considerarlo o nó ? ¿ Será por la publicacion del
San Martin? Esto seria imposible desde que en Chile hai libertad de im-
prenta, i ésta no tiene otro correctivo que el jurado ; i a él hubiese sido
Îlevado, si usted terminantemente lo hubiese pedido. Por otra parte,
¿ qué es lo que usted desea ? Entónces les repliqué : "¿ Qué podré yo pe-
dir, si admitiese su manera de raciocinar? Lo que pediré es que se den
a la España las satisfacciones que se le deben ." A esto me dijeron : "I
si no, ¿ qué hará usted?" "Irme i otro vendrá, con quién se entenderán
ustedes." "Si la cuestion la hemos de decidir con el señor Pareja, éste
¿no discutirá?" Yo les contesté : "Ignoro lo que hará. " Despues de un
pequeño silencio, me dijeron : "Bien, si no discute, tanto peor para él :
nos cruzaremos de brazos , nos dejaremos bloquear, abusarán de su poder ;
pero nosotros manifestaremos al mundo entero este abuso ; i que el señor
Pareja, que ha reconocido en uno de los artículos de su tratado con el
Perú nuestros buenos oficios ; que los 3.000,000 exijidos han sido por no
haberlos admitido aquél, es el que menos justicia puede tener para ha-
124 -

Pero algunos dias despues se espresaba en esta otra


forma : "Por las instrucciones especiales a que tengo que
atenerme i por la correspondencia privada de personas
autorizadas o caracterizadas que recibo , infiero que el
ánimo del gobierno de S. M. es el de quedar bien , sin
""
pretension ninguna de exijir humillaciones.'

XIII

"Para abreviar pasaré por alto los mil detalles i dis-


tintos aspectos que fué presentando la enojosa cuestion.
Halló su término en la séria acusacion de deslealtad que
le hizo Pareja , i a consecuencia de la que el ministro de
estado, que lo era entónces Bermudez de Castro , le reti-
ró sus credenciales , ordenándole se presentase inmedia-
tamente en la corte para dar cuenta de su conducta .
Analizando estos hechos , ocurre preguntar : ¿Fué cul-
pable Tavira? ¿Fué injusto Pareja? Si la verdad i la jus-
ticia son una, ¿a cuál de los dos corresponden? El lector
juzgará."

XIV

"Don Salvador de Tavira era hombre honrado i caba-


lleroso . Su residencia en Chile databa de muchos años , i
esta circunstancia , unida a lo espansivo i agradable de
su caráter, lo habia relacionado íntimamente con toda la

cernos cargos por lo que la España juzgue agravios : ademas, los buenos
oficios de nuestro gabinete en Lima, por medio de su representante en
el congreso, han contribuido al desenlace pacifico de la cuestion ."
Es cuanto puedo manifestar a V. E. , reiterándole, etc.- (Firmado) :-
SALVADOR DE TAVIRA.
125 ―

alta sociedad del pais , entre la que contaba a sus mejo-


res amigos . Lójico era que prefiriese obtener una solu-
cion pacífica en nuestro conflicto político con Chile ,
dentro de los medios honrosos i dignos que debia espe-
rar España de su representante . Conocedor al mismo
tiempo del carácter de los chilenos i convencido de su
desmedido orgullo no habria de aceptar otra solucion que
la guerra si nuestras reclamaciones revestian una forma
humillante, halló preferible en el fondo de su conciencia
terminar el conflicto con arreglo a las instrucciones del
24 de febrero , alegando que un rompimiento con Chile
en los instantes que la revolucion del Perú (i con ella la
caducidad del tratado reciente) privaria a la escuadra es-
pañola de todo refujio en el litoral del Pacífico , a la vez
que perjudicaria altamente los intereses de todos los es-
pañoles avecindados en dichas repúblicas . I tambien
contribuyó poderosamente a que dejase de cumplir las
instrucciones del 25 de marzo , el considerar que el go-
bierno de S. M. , al espedir dicha real órden , ignoraba
que por el artículo 8.° del convenio celebrado con el
Perú se reconocia como causa para exijir la indemniza-
cion de los tres millones de duros , que aquella república
habia desechado los buenos oficios del ajente de un go-
bierno amigo de ambas naciones (Chile) . Así, pues, exijir
el saludo a dicha nacion amiga , era ponerse en CONTRA-
DICCION MANIFIESTA con el citado artículo .
Pero es el caso que aquellas esplicaciones dadas por
el gobierno chileno, con las que se conformó , eran, se-
gun su propio criterio , inadmisibles ; de donde se deduce
que tampoco cumplió con las instrucciones primitivas .
No trascribo por lo estensas las esplicaciones que obtuvo
del gobierno : baste decir que no podian satisfacer en el
grado mas ínfimo . Es cierto que Tavira tenia profundo
convencimiento de que el propósito de España era conser
var la paz i el uso de medios amistosos, como se lo habian
espresado los ministros Pacheco i Llorente, i tambien, en
carta confidencial, el subsecretario de estado señor Ba-
ñuelos ."
126

XV

Esa importantísima carta, dadas las circunstancias i el


carácter altamente oficial del personaje que la escribiera ,
dice así :
"Ministerio de Estado , 24 de febrero de 1865. - Señor
don Salvador Tavira. - Mi estimado compañero : En me-
dio de mil detalles urjentes , no puedo dejar salir la real
órden que se le comunica , sin hacerle notar que si nues-
tro Magallon la ha puesto en la forma un poco tirante, el
deseo del gobierno es quedar bien SIN PREVENCION NINGUNA
DE EXIJIR HUMILLACIONES i ménos de BUSCAR QUERELLAS .
CUALQUIERA ESPLICACION CONVENIENTE I DECOROSA Sobre
uno i otro punto nos deja en buen lugar, i lo mejor de
todo es ESTAR EN PAZ con esas lejanas repúblicas mién-
tras la dignidad lo consienta . I hasta ahora con Chile
no hai enormidad alguna , por mas que conste su mala
intencion. El subsecretario de marina ha quedado en es-
cribir en el mismo sentido al señor Pareja, a quien ruego
salude usted respetuosa i afectuosamente de mi parte.
Esperamos con ansia saber lo que ha quedado resuelto
con el Perú. Sin mas tiempo, aprovecho esta ocasion de
reiterar usted que es su afectísimo servidor i amigo Q.
S. M. B.- MIGUEL BAÑUELOS . ”
Esta carta, puesta en una nota por el señor de Novo es
sumamente importante , porque demuestra la perseveran-

cia de España en sus miras de paz i de benevolencia ,


respecto de la actitud de Pareja (a quien se le escribió
en el mismo sentido) como habia perseverado respecto
de Mazarredo . Pero entre esta pareja hicieron el enredo
que costó a Chile, a la España i al Perú cien millones .
127

XVI

"Respecto al jeneral Pareja, no cabe duda que debie-


ron sorprenderle aquella falta de cumplimiento estricto ,
aquella contradiccion incomprensible, las esposiciones
elevadas contra Tavira no solo en Valparaiso sino en
Santiago por muchos súbditos españoles, i ademas cier-
tas confidencias reservadísimas acerca del representante ,
que no podian ménos , en tales circunstancias , de hacer
mella en la credulidad de Pareja, ya por estremo rece-
loso .
Sin embargo, no conforme Pareja con la veracidad de
dichas confidencias, encargó a los comandantes de las
fragatas Resolucion i Berenguela que hiciesen en Valpa-
raiso investigaciones reservadas sobre las causas que
pudieran haber influido en el ánimo del señor Tavira
para esplicar su conducta ; i como resultado de estas
averiguaciones comunicó el jeneral al gobierno lo si-
guiente : "Todos o en su mayor parte, amigos i adversa-
rios , convienen en que toda clase de móviles le habrán
impulsado a seguir una conducta débil i contraria a los
mandatos de su gobierno , ménos los de soborno; ántes al
contrario, es opinion unánime que su crítica i embara-
zosa posicion, debida a los compromisos que tiene con-
traidos , no ha variado , i es causa que le dificulta a
abandonar el suelo de aquella república ."
No es posible, por todo esto, desconocer que el digno
jeneral demostraba hácia Chile escasas simpatías; pero si
este sentimiento de su alma no encontrara aplicacion en
las hostilidades que los chilenos habian mostrado a Es-
paña , LA ENCONTRARÁ MUI CUMPLIDA EN EL REcuerdo de
SU PADRE , MUERTO A MANOS DE LOS INSURRECTOS DE CHILE
EN LA GUERRA DE SU INDEPENDENCIA . " ( 1 )

(1) Don José Manuel Pareja i Septien nació en Lima, capital del vi-
reinato del Perú, el 8 de febrero de 1813 , en los momentos eu que su
padre, brigadier de la armada, don Antonio , salia del Callao mandando
la espedicion con que mas adelante se apoderó del puerto de San Vicen-
18
128

XVII

El rencoroso hijo del jeneral que murió en Chillan de


insolacion i de dolor de cabeza, achaque vulgar conver-
tido en gloriosas heridas, habia tenido, pues, un obstá-
culo insuperable para lanzarse sobre Chile desde el mo-
mento que humilló al Perú; ese obstáculo habia sido la
púdica honradez de Tavira . Era éste un excelente hom-
bre, manso, caballeroso i bien intencionado , que se pin-
taba de albayalde i de carmin cuanto dejaba ver de su
rubicundo rostro entre el cuello de la camisa i la peluca ,
i de quien un escritor chusco de aquel tiempo decia : que
cuando se bañaba en la poza de natacion de la hacienda
de la Compañía , se ataba a la cintura un pañuelo de seda
que tenia estampada la cena de los doce apóstoles ... ( 2 )

te i de la ciudad de Concepcion de Chile, vasto arsenal de los insurjentes .


Estos triunfos fueron seguidos de muchos otros en la campaña que em-
prendió en el interior i que habia de terminar, para él, con la accion de
la altura de San Carlos , a que asistió en una camilla. Algunos dias des-
pues, el 24 de mayo, espiró en Chillan de resulta de sus heridas (¡ así es-
cribe la historia el señor Duro !) , con la reputacion de pundonoroso, va-
liente i entendido marino , legada por toda herencia a sus hijos.— (De la
Biografia de Pareja , escrita por Fernandez Duro.)
(2 ) No era don Salvador, sin embargo, todo miel i blandura, porque
en una comunicacion oficial de su gobierno al principio de las dificulta–
des se esplicaba de esta manera: Los planes políticos de los que hacen
oposicion al gobierno hánse realizado en parte : los ministros del interior
i de hacienda , señores don Manuel Antonio Tocornal i don Domingo
Santa María, impulsados por la situacion, se han visto en la necesidad
de dimitir sus respectivas carteras, i por consiguiente la crisis ministe-
rial actual es esplotada por los muchos a que la ocupacion de las islas de
Chincha sirve de pretesto para sus planes políticos. El gobierno compren-
de perfectamente el puesto a donde desea conducirsele i ha hecho i hace
los mayores esfuerzos para contener el torrente o desborde del falso i ver-
dadero patriotismo, pues persuadida o alucinada una gran parte de la so-
ciedad sensata o de arraigo, que la ocupacion de las islas de Chincha es
el preludio de un plan preconcebido de acuerdo con la Francia, para re-
conquistar la América o monarquizarla, echan en la balanza todo el peso
de su influencia , i esta es la que mas en conflicto pone al gobierno, que
desea conservar sus relaciones amistosas con España,»
129 -

I
XVIII

La taima sorda pero tenaz de Pareja le habia traido ,


entre tanto, fortuna, porque mientras él habia derribado
a Tavira en el Pacífico por medio del chisme, el complot ,
el odio i la saliva de loro del teniente Lora (insigne
intrigante) , en España el partido de O'Donnell, es decir,
el bando en que figuraban los Osmas , los Zabala , i de-
mas peruanos i aperuanados , asaltaba el poder.
"Con la acusacion hecha a Tavira (dice el señor de
Novo) coincidió la caida del ministerio Narvaez (21 de
junio) i subida al poder la union liberal, cuyas miras
acerca de las cuestiones del Pacífico (o mas bien de Chi-
le ) eran belicosas. Así el nuevo ministro de estado , à la
vez que desaprobaba el arreglo aceptado por el señor
Tavira i lo destituia , nombraba plenipotenciario de S. M.
C. a Pareja, que desde el 26 de abril habia obtenido su
ascenso a teniente jeneral ; recibió instrucciones poco pre-
cisas i terminantes para que obrara segun los sucesos, pero
dentro siempre de exijir a Chile la reparacion indispen-
sable , siendo parte esencialísima obtener el saludo de 21
cañonazos , juntamente con declaraciones esplícitas sobre
cada uno de los puntos oríjen de los agravios . Si el go-
bierno chileno se obstinase en negarlas , debíanse decla-
rar rotas las relaciones i dirijirle un ultimatum; desaten-
dido éste , debíanse declarar en estado de bloqueo los
puertos de la república, procurando que fuese lo mas
efectivo posible para impedir todo jénero de comercio
con el puerto de Valparaiso, la estraccion de combusti-
ble por el de Lota i la esportacion de cobres por el de Cal-
dera . Si despues de UN MES de bloqueo no se hubiera ave-
nido Chile a dar la justa satisfaccion , deberia llevar mas
adelante las hostilidades , ya fuera obrando contra las
minas carboníferas en Lota , o contra el puerto de Valpa-
raiso .
Apénas recibió Pareja estas instrucciones (7 de setiem-
bre) , salió para aquel punto ."
130

XIX

La espiacion iba a comenzar, i esto será lo que, narra-


do con la honradez a toda prueba i la conciencia altiva
de un verdadero español , haremos caber en el próximo
cuadro de estos recuerdos .

1
CAPÍTULO IX

LA DECLARACION DE GUERRA DE CHILE A ESPAÑA

Pequeñez de ánimo i plan insensato de Pareja al pretender humillar a Chile.- Su in-


signe torpeza.--Primer anuncio de la desaprobacion del tratado Tavira-Covarrubias i
de la venida a Chile de la escuadra española.- Incidentes.-Inmenso i jeneroso entu-
siasmo que se apodera de todo el pais--Primeros aprestos de guerra.-El batallon 2.º
de línea se marcha a Copiapó.-Proclamas belicosas.- El canto de guerra del poeta
Matta. Falsa crítica póstuma de la actitud del gobierno de Chile en aquella situacion.
-Preséntase Pareja en Valparaiso a bordo de la Villa de Madrid el 17 de setiembre de
1817.-Su ultimátum al gobierno de Chile.- Digna respuesta de éste.- Intimacion
de quedar rotas las hostilidades el 24 de setiembre.-Jenerosa i patriótica actitud del
pueblo de Valparaiso en ese dia.-Las señoras de Valparaiso saludan el alba del pri-
mer dia del bloqueo, cantando el himno nacional en el muelle.-Actitud de los buques
españoles.-La Vencedora hace rumbo al norte i la Resolucion se dirije a Talcahuano
-Enerjica actitud del pueblo, del Congreso i del gobierno en la capital.- La Cámara
de Diputados autoriza al gobierno para declarar la guerra.-Escenas patrióticas en
su recinto.- Reunion popular en casa del presidente de la república. Sincera recon-
ciliacion de todos los partidos.- El gobierno declara la guerra a España.-Promulga-
cion solemne de este acto.-Patriótico edicto del arzobispo de Santiago.- Escenas en
la Moneda el 25 de setiembre i discurso del presidente Perez.- Prosigue entre tanto
el bloqueo de Valparaiso i su esterilidad.-Creciente mal humor de Pareja i su furor
contra la revolucion en el Perú.-Terribles instrucciones que imparte con este moti
vo a Mendez Nuñez en el Callao.- Actos de simpatías de la mariña de S. M. B. hácia
Chile en el Pacífico.-El capitan Black de la Mutine en Caldera.-Valiente provo-
cacion que hace al capitan Topete que con la fragata Blanca bloqueaba aquel puerto.-
Cólera del jefe español i órdenes guerreras que le imparte el almirante Pareja desde
Valparaiso -Inminencia de un rompimiento armado entre la Inglaterra i la España
en las aguas del Pacífico.- Estado sobrexitado del ánimo de Pareja.- Comunícale la
noticia de la captura de la Covadonga el cónsul de Estados Unidos en Valparaiso.

El asalto emprendido desde el Callao sobre las costas


de Chile por el almirante don José Manuel Pareja fué
una venganza .
Mas que esto : fué un atentado insensato e inescusable.
Chile habia arreglado satisfactoriamente en mayo to-
das sus diferencias con España , por medio de sus ajen-
tes lejítimos , el ministro Covarrubias i el enviado Ta-
vira.
132

De suerte que Pareja al desbaratar por medio de sordas


intrigas aquel avenimiento internacional , se habia hecho
responsable ante su pais de un acto de rencor perso-
nal que era una verdadera ignominia i seria pronto su cas-
tigo .

1 II

Púsose, en efecto, la poderosa escuadra española en


movimiento desde el Callao el 7 de setiembre , i la nave
almiranta Villa de Madrid echaba sus anclas en Valpa-
raiso el 17 del mismo mes de 1865 , en la víspera de una
fecha inmortal, que si hubiera sido conocida por el hijo
del vencido en Yerbas Buenas i de San Cárlos , habríale
parecido tal vez fatídica.
La Numancia quedaba en el Callao al mando de Men-
dez Nuñez .

III

Venia Pareja ciego de cólera i orgulloso con su fácil


éxito peruano .
Verdad es que su venganza habia sido aplazada siete
largos meses , desde que el 5 de febrero precedente inten-
tó consumarla con todo el peso de sus doscientos cañones
i de su tontera, que pesaba mas que todo ese metal . Pero
al fin, a virtud de las intrigas de Lora , que trocó en loros
a la mayor parte de los españoles residentes en Chile, ca-
lentándoles la mollera i la lengua con actas , cartas i pro-
testas , habia derribado al manso Tavira i ocupado su alto
puesto.
Eran dos triunfos sucesivos i a cual mayor para su
orgullo. (1)

(1) La actitud hostil de España contra Chile está compendiada en la


siguiente circular diplomática anterior solo en un mes a la partida de
Pareja del Callao para Valparaiso .
133

Por otra parte, la cómoda humillacion de los peruanos


le traia con su escasa médula cerebral a la jineta , porque,
juzgando que el presidente Perez , por la analojía de sí-
labas , seria tal vez un Pezet i el ministro Covarrúbias
un Vivanco , aprontábase para hacernos besar su pendon
con solo levantar sus portas i e izar aquél en lo mas alto
de sus mástiles .

Excm. Señor:
La inesplicable e injustificada conducta que ha observado el gobierno
de Chile, respecto de España , durante el conflicto con el Perú, autori-
zando actos de manifiesta hostilidad hacia las fuerzas navales españolas
en el Pacífico, ha sido causa de fundadas quejas, cuya satisfaccion pidió
oportunamente el gobierno de S. M. al de aquella república.
Despues de haber mediado con este motivo frecuentes comunicaciones
entre el ministro residente de S. M. señor Tavira i el ministro de rela-
ciones esteriores de Chile, le dirijió éste, con fecha 16 de mayo último ,
una nota en concepto de esplicaciones satisfactorias, que el representante
de S. M. consideró como suficiente desagravio de las ofensas inferidas a
España, faliando en ello al espiritu i letra de sus instrucciones.
En tal estado, i en vista de que el arreglo aceptado por el señor Tavi-
ra era depresivo para la dignidad nacional, puesto que la nota del minis-
tro chileno no es mas que la corroboracion de esplicaciones anteriores,
que ya habian parecido inadmisibles , no teniendo otro valor que el de
meras evasiones e infundadas esculpaciones , el gobierno ha desaprobado
la conducta del señor Tavira, proponiendo a S. M. la separacion de este
funcionario , que ya habia tenido efecto .
En consecuencia, i hallándose pendiente aun la satisfaccion tan justa-
mente reclamada del gobierno de Chile , S. M. se ha servido investir con
el carácter de su plenipotenciario, cerca de aquella república, al jeneral
Pareja, comandante jeneral de la escuadra del Pacifico, a quien se han
comunicado las oportunas instrucciones, para que insista en la reclama-
cion del desagravio pedido en vano hasta ahora al gobierno de Chile,
declarando: que no puede reconocer en la cuestion otro estado que el
que tenia antes de que el señor Tavira, contraviniendo a las órdenes que
obraban en su poder , la diese por terminada.
El gobierno de su S. M. espera i desea que el de Chile, penetrándose
al fin de la justicia i razon que nos asisten, se decidirá a obrar en el sen-
tido que corresponde al decoro de España ; pero si desgraciadamente así
no fuese, el jeneral Pareja se verá obligado a hacer uso en último estre-
mo de las fuerzas de su mando , procurando obtener por este medio , sen-
sible siempre, pero inevitable en el caso a que me refiero, lo que sin razon
se haya negado a los fueros de la justicia.
Cualquier acto de hostilidad por parte del jeneral Pareja , irá prece-
dido de la oportuna declaracion sobre los lejítimos fines a que únicamen-
te se dirije ; mas, esto no obstante, deseoso el gobierno de S. M. de que
todos los de las naciones amigas se penetren desde luego de la rectitud
de miras que le anima en la cuestion con Chile, no vacila en manifestar,
que sean cuales fueren las eventualidades a que den lugar los asuntos
134

IV

Túvose en Chile la primera noticia de la desantentada


desaprobacion hecha por el gabinete español (que no por
su reina i ménos por su pueblo, en lo absoluto ajenos a
aquellas intrigas) , el miércoles 13 de setiembre por el
vaporcito Inca, fletado de lijera en el Callao por el en-
cargado de negocios de Chile en Lima don Marcial Mar-
tinez, i a la mañana siguiente confirmó la nueva mui de
madrugada el vapor Limeña que tomó su fondeadero en
Valparaiso a las 4 A. M. del juéves 14 de setiembre.
Anunciaba el capitan del Limeña que dos fragatas es-
pañolas iban entrando a Caldera cuando él salia de
aquel puerto el dia 11 , i apénas abrióse la oficina
telegráfica, llamada entónces por su ubicacion del "Por-
tal Mac -Klure," cundió la voz i la alarma por toda la
ciudad . (2)

pendientes con aquella república, España no aspira, por el triunfo de sus


armas, a otra cosa que a obtener la consideracion i respeto que ella tri-
buta a las demas naciones ; sin deseo alguno de engrandecimiento terri-
torial o de influencias esclusivas, ni aun siquiera privilejiadas, respecto
de las que pudieran ejercer otros gobiernos, porque ambas cosas son del
todo ajenas a la política del gabinete español, que escluye hasta la inter-
vencion amistosas en las contiendas interiores de los Estados que fueron
parte de la monarquía española.
De tan esplicita afirmacion es prueba reciente la devolucion al Perú
de las islas de Chincha, ántes de que tuviera cumplimiento el pacto, en
cuya virtud se evacuaron , i no acreditan menos mis palabras la modera-
cion i templanza con que España ha procedido hasta aquí, en vista de
la inmotivada hostilidad de la república chilena.
Así lo hará V. E. presente al gobierno cerca del cual está acreditado ,
dando lectura de este despacho al señor ministro de relaciones esteriores,
i dejándole copia si desea que se la facilite.
De real órden lo digo a V. E. para su conocimiento i fin indicado.
Dios guarde a V. E. muchos años. - Madrid, 7 de agosto de 1865.-
(Firmado) M. Bermúdez de Castro.
Señor Ministro Plenipotenciario de S. M. en Lima.
(2) Un incidente personal que no carece de cierto valor histérico. El
telégrafo del Portal Mac- Klure era e aquel tiempo propiedad del exe-
135

Tomáronse en el acto enérjicas medidas . Ordenóse por


el telégrafo que la Esmeralda , que se hallaba desarma-
da , entrara en el instante al dique , i tomara en seguida
a la carrera su artillería del ponton Chile, al cual, des-
pues de esta operacion , dióse barreno . El Maipú, soli-
tario consorte de la Esmeralda, i formando con ella toda
nuestra marina de guerra a la sazon , llegó al siguiente
dia de Talcahuano i mandósele alistar a toda prisa . Al
mismo tiempo se dispuso la traslacion del batallon Buin
i del rejimiento de Artillería a Valparaiso , la plaza de
cuya ciudad atravezaba este cuerpo en medio de las
aclamaciones de la muchedumbre a las 10 de la mañana
del dia 16 .
Por la tarde de ese mismo dia se embarcaba para Co-
piapó , en el trasporte carbonero Antonio Varas, el prime-
ro entre todos los cuerpos del ejército , como en la guer-
ra actual , el batallon 2.° de línea ; i su entusiasta coman-
dante , el hoi jeneral de division don José Antonio
Villagran, al mandar " armas al hombro! " en el muelle ,
despojándose de su kepí i ajitándolo en el aire gritaba
unísono con toda su tropa ¡ Viva Chile!

· lente caballero don Ponciano Dávila, hermano político del compajinador


de estos recuerdos ; i como habitásemos en la misma casa, habíamos con-
venido desde la víspera en que las oficinas telegráficas de Valparaiso i
Santiago se abriesen a las seis de la mañana del dia 14 , " dia de vapor."
Hízose así, de suerte que a las seis i media de la mañana del dia 14 está-
bamos ámbos en posesion de la noticia i del secreto. Corrió en conse-
cuencia el que esto escribe a la casa del presidente señor Perez, que no
distaba sino tres cuadras, i aunque el último a esas horas dormia, fué
introducido a su habitacion. Recibió el presidente la alarmante nueva
con su calma habitual, comenzó a vestirse i le rogó fuera a citar a todos
los miembros del gabinete para que se reuniese en la Moneda a las 11 de
la mañana, dilijencia que en el acto practicó el último, despertando a los
señores Covarrubias, Reyes, Pinto i Errázuriz . Este último fué el que mas
emocion i enerjía pareció mostrar en el lance.
19
136

VI

Rechinaban a esas mismas horas las prensas de la


capital esparciendo proclamas i alentando el ánimo po-
pular, que no lo necesitaba, porque lo que hubo de
grande en la segunda invasion de Pareja (despues de la
que nos trajera su padre en 1813 ) fué la espontánea ,
inmensa, absoluta unanimidad del pueblo de Chile.
"Chilenos , decia una de esas proclamas , aprontaos pa-
ra la guerra .
"Sí , noble, santa, gloriosa guerra contra el godo inva-
sor.
"Sí , guerra como la que hicieron nuestros padres ,
guerra de victorias.
"Que Chile sea un solo hombre, un solo soldado, un
solo muro de pechos jenerosos contra los cobardes que
nos acometen porque nos ven indefensos ! " ( 1 )

VII

Cuando la fragata Villa de Madrid, que traia a su to-


pe la insignia del almirante español, hacia su aparicion
en las aguas de Valparaiso , el pueblo entero de Chile ,
conmovido por la chispa eléctrica que habia sacudido las

(1 ) Al dia siguiente de haberse puesto en ejecucion el bloqueo de


Valparaiso El Ferrocarril publicaba tambien en grandes letras un valiente
himno de guerra del poeta don Guillermo Matta que tenia por título ¡A
las armas! i comenzaba así :

« Chilenos a las armas, soldados ciudadanos


Al puesto del peligro, al puesto del honor,
I guerra i ódio i muerte juremos al tirano
I guerra i ódio i muerte jurad al invasor !>>
137 -

entrañas de adormecido pero no extinto patriotismo , se


hallaba entero, unido i de pié sosteniendo al gobierno i
ayudándolo . No habia pues lugar a la mas leve vacila-
cion, i los que han creido que, en semejante conflicto ha-
bria podido evitarse la guerra i aun suprimirse su decla-
racion oficial, a título de astucia i aplazamientos diplo-
máticos , podrian afirmar con la misma razon habria
que
sido mas cuerdo de parte del gobierno de Chile poner
puertas al mar o apagar un lanza fuego introduciéndo-
le a la Sanra Bárbara de sus naves.
Todo lo contrario , i sábelo ya el mundo , cuán profunda-
mente engañóse el almirante español al no tomar en
cuenta las diversidades que el clima i el trabajo , la raza
i el honor imponen a los hombres . Pero dejemos contar
al historiador español aquellas grandiosas escenas del
patriotismo en que los chilenos fueron un solo hombre, i
ese hombre se llamó gobierno .

VIII

"Llegó Pareja con la Villa de Madrid ( dice el señor de


Novo, en la pájina 322 de su hermoso libro) a la rada de
Valparaiso , i sin pérdida de tiempo ( 17 de setiembre)
pasó con la copia de sus plenos poderes una nota al
gobierno de Chile, en la que reproducia las quejas ya
presentadas por la conducta sistemáticamente hostil a
los intereses españoles que habia observado aquella re-
pública ; añadiéndole que el carácter de esas reclamacio-
nes se habia agravado por el largo período de tiempo
trascurrido sin que España fuera atendida, i terminaba
manifestando que si en el término de cuatro dias no re-
cibia contestacion satisfactoria, quedarian rotas las rela-
ciones entre España i Chile.
Este ultimatum fué dirijido al gobierno de la república
el mismo dia que ésta celebraba el aniversario de su
independencia ; la oportunidad era elocuente.
138

‫ނ‬
IX

Antes de las cuarenta i ocho horas contestó el minis-


tro de relaciones esteriores con dignidad i mesura al co-
municado español : "Si el gobieruo de S. M. C. ha espe-
rado hacer mas eficaces sus exijencias confiando la
jestion de ellas al jefe de su armada , ha padecido un
error sencible i se ha desviado , sin fruto , de las prácti-
cas mas usuales entre naciones cultas i ligadas por tra-
tados solemnes ." Refiriéndose a la sinrazon del ultimatum
decia : "Cuando en 13 de mayo último el señor Tavira
formuló los motivos de queja que España tenia contra
Chile , se limitó a pedir a la república, para diciparlos ,
solemnes declaraciones compatibles con el decoro del
gobierno de S. M. C. , a cuyas instrucciones aseguraba
ajustarse en esta demanda. Las declaraciones fueron
hechas por el infrascrito , i aceptadas como satisfactorias
por el señor Tavira ; i aun admitiendo por un instante.
que el gobierno español pudiera desecharlas ahora, no
cabe admitir, ademas , que se haya autorizado para agra-
var sus primeras exijencias cuando no se han agravado
los fundamentos en que se apoya. Hoi , el señor Pareja
no hace sino reproducir los motivos de quejas presenta-
dos entónces , i sin embargo, entónces solo se pidieron a
Chile declaraciones , i hoi se le piden esplicaciones satis-
factorias i un saludo de reparacion a la bandera española .
I ¿ cómo se dirijen las nuevas exijencias , que no se jus-
tifican por ningun nuevo capítulo de queja? Se dirijen
por medio de un ultimatum perentorio, amenazante , agre-
sivo, en que no se han salvado ni siquiera las formas de
la conciliacion i la benevolencia , i que se ha entregado al
infrascrito en el dia de mas gratos recuerdos para los
chilenos en medio de la gran festividad nacional, como si
se hubiera querido asestar así un nuevo golpe a los sen-
timientos i dignidad del pais . Un proceder semejante
está revelando el espíritu de la mas marcada prevencion
ihostilidad , el deseo de inflijir a todo trance una humi-
139

llacion a un pais casi desarmado i sin fuerzas marítimas ,


porque ha fiado su defensa a su moderacion , rectitud i
equidad, i ha consagrado todos los esfuerzos de su vida a
los trabajos fecundos de la paz ."
Pasaba luego a sincerarse de los cargos que hacíamos
a Chile, mas con poca lójica i fortuna en su empeño de
destruirlos todos , hasta los mas irrebatibles . Cierto que
esto era lo acertado, resuelto ya a sufrir los errores de
una guerra inevitable. "Lo que precede (añadia el mi-
nistro chileno) permitirá comprender al señor Pareja,
que el gobierno de la república no puede confesarse cul-
pable de imajinarios agravios contra España, ni aceptar
la indecorosa i humillante proposicion que se le hace de
saludar su bandera : proposicion que rechaza perentoria-
mente i con vivo disgusto ... Si llega la emerjencia, la
república, fortalecida por la justicia de su causa, soste-
nida por el heroismo de sus hijos, tomando a Dios por
juez i al mundo civilizado por testigo de la contienda ,
defenderá su honra i fueros hasta el último trance i
llevará la guerra por todos los caminos que le franquea
el derecho de jentes , por estremos i dolorosos que sean."

| Sin pérdida de momento contestó nuestro jeneral al


gobierno chileno ( 22 de setiembre) , que si a las seis de
la mañana del dia 24 no habia éste cambiado de pare-
cer, quedarian rotas en el acto las relaciones diplomáti-
cas entre España i Chile , siéndole entónces preciso exi-
jirle ademas una indemnizacion de guerra.
Reiteró el gobierno chileno su incontrastable resolu-
cion de no someterse ; de que no compraria la paz a costa
de su dignidad i sus derechos i que en ningun caso de-
biera esperar España indemnizacion alguna de la repú-
blica. "
140

ΧΙ
!

Amaneció en consecuencia el memorable dia 24 de


setiembre , dia domingo si el recuerdo no nos falla , i
hé aquí cual fué la jenerosa i patriótica actitud del pue-
blo de Valparaiso , que desde la primera hora de sus
sufrimientos se mantuvo a la altura de sus tradiciones i
de su deber.
El telégrafo , que en la vida de las naciones modernas
pareceria sustituir a las palpitaciones del corazon en el
hombre, contaba las emociones i los actos de aquel dia
en la ciudad bloqueada de la manera siguiente :

Valparaiso, setiembre 24 de 1865.

(A las 8 h. 50 m.)

Ningun acto de hostilidad ha practicado todavía la


escuadra española. Permanecen anclados frente a la Ca-
britería , la Villa de Madrid, la Resolucion i la Vencedora .
El Marques de la Victoria está a la vista.
El pueblo se halla en este momento reunido en el mue-
lle, i en el mismo lugar las señoras de Valparaiso han sa-
ludado con el Himno Nacional al 24 de setiembre de 1865 .

(A las 9 h. )

En este momento la Vencedora ha venido al fondeade-


ro i enviado un bote a la corbeta inglesa Mutine i al
Ponton, frances .

Valparaiso , settembre 24 de 1865.

(A las 10 h. 30 m.)

A las seis de la mañana en punto , hora en que ha em-


pezado el bloqueo de Valparaiso, tuvo lugar la reunion
141 -

de ciudadanos en la plaza de la Intendencia, concurrió


un gran número de las principales personas patriotas
porteñas que en esta ocasion de peligro para la patria,
han querido sobrepujar al entusiasmo de los defensores
de nuestro sagrado suelo.
A las seis en punto se dirijieron los concurrentes en
número de mas de mil almas a la punta del muelle , en cu-
yo lugar el señor Intendente dirijió la palabra al pueblo,
cuyas palabras no alcanzamos a oir por lo distante que
nos encontrábamos . Luego despues , se cantó con mucho
entusiasmo por las heroicas porteñas la Cancion Nacional.
El entusiasmo en esos momentos no puede describir-
se. Concluida ésta , tomaron la palabra los señores Vita-
licio Lopez i el señor Errázuriz, cuyos discursos se refi-
rieron a recordar los hechos heroicos de nuestros ante-
pasados , porque la jeneracion de 1865 siga el ejemplo
de los de 1810 , i porque esas banderas que cargaban las
naves que hoi tenemos al frente de nuestro puerto , fuesen
arrancadas de sus mástiles i sirviesen de trofeo a la ca-
tedral de Santiago.
Momentos despues, toda la concurrencia con la banda
de música con tres banderas nacionales a la cabeza , una
de las cuales llevaba en manos una de nuestras matro-
nas , se dirijió a los almacenes fiscales , en cuyo lugar se
cantó por dos veces la Cancion Nacional, en medio de
los repetidos vivas a Chile, al presidente de la repúbli-
ca, al señor Covarrúbias i a nuestros dignos mandata-
rios , cuyos vivas eran contestados por hurras desde a
bordo del ponton ingles Nereus.
De allí se dirijió el pueblo a la Intendencia, i el señor
intendente desde sus balcones le dirijió la palabra dán-
dole las gracias a nombre de la primera autoridad de la
república, recomendándole la moderacion i el respeto co-
mo nacion civilizada a las personas de propiedades es-
pañolas en Valparaiso. Concluyó así la manifestacion
hecha por el pueblo entero de Valparaiso en favor de la
patria. (1)

(1) El dia de la víspera el intendente de Valparaiso, habia dirijido al


gobierno la siguiente hermosa comunicacion sobre la actitud de esa pa-
triótica ciudad.
142

XII

A fin de completar el cuadro de los sucesos de aquel


dia en Valparaiso agregaremos todavía que a las 7 de la
mañana hizo rumbo al Norte la cañonera española Ven-
cedora i a las 10 encaminóse al Sur la fragata Reso-
lucion.- Los buques de guerra chilenos Esmeralda i
Maipú habian partido, segun se espresará mas adelante ,
en la noche del 18 de setiembre, pasando por el costado
de la Villa de Madrid i saludando el dia memorable i
las propicias olas con sus músicas marciales . La vieja
fragata Chile habia sido echada a pique en la bahía .

Entretanto , i mientras todo esto ocurria en el uerto en


el que habian comenzado a verificarse las hostilidades de
los españoles , reunido el Congreso Nacional en la capi-

Valparaiso, setiembre 23 de 1865.

Desde que se recibieron en este puerto las primeras noticias de un


rompimiento probable de nuestras relaciones con la España, no ha cesado
esta Intendencia de recibir los ofrecimientos mas desinteresados i patrió-
ticos de todos los ciudadanos sin distincion . Pero desde que se ha tenido
conocimiento de las pretensiones humillantes del almirante Pareja , pre-
tensiones que, cerrando el camino de todo avenimiento amigable, nos
acarrean la guerra, innumerables ciudadanos i gran número de estranje-
ros se han apresurado a ofrecer la cooperacion de sus personas i de sus
intereses al servicio de la nacion , para el destino en que se les considere
útiles . Estas manifestaciones del mas puro i abnegado patriotismo deben
ser para el Supremo Gobierno, como lo han sido para esta Intendencia,
altamente satisfactorias, i por eso me complazco en ponerlas en conoci-
miento de US. - Dios guarde a US.-J. Ramon Lira.
Al señor Ministro del Interior.
143

tal votaba la serie de resoluciones patrióticas que se


hayan comprendidas en el siguiente resúmen de sus actas.
"La Cámara escuchó la lectura de las notas cambiadas
entre el Ministro Covarrúbias i el almirante Pareja .
Esa lectura fué interrumpida con estrepitosas aclama-
ciones tanto de la barra como de los diputados.
A indicacion del señor vice-presidente , Santa María,
se aprobó por aclamacion el siguiente proyecto de
acuerdo :
"La Cámara de Diputados de Chile, instruida de las
notas cambiadas entre el señor Ministro de Relaciones
Esteriores i el jeneral don José Manuel Pareja,
Declara:
Que el gobierno , defendiendo como ha defendido la
dignidad de la República, ha interpretado los sentimien-
tos i las aspiraciones del pueblo i de la Cámara, i que en
las presentes circunstancias debe contar con el concurso
i la adhesion de la Cámara, como cuerpo constitucional i
de todos los Diputados , como ciudadanos de la Repú-
blica."
A propuesta de uno de sus miembros , declara subsis-
tentes por diez i ocho meses las contribuciones estable-
cidas .
La Cámara aprobó despues con gran entusiasmo i por
unánime aclamacion el siguiente proyecto de lei :
"ARTÍCULO ÚNICO . -El Congreso Nacional, tomando en
cuenta la actitud de la escuadra española, i el ultimatum
presentado por el almirante Pareja, i apreciando el rom-
pimiento de las hostilidades como un verdadero estado
de guerra, autoriza al Presidente de la República :
1.° Para que rechaze las hostilidades de la escuadra
de S. M. C. por todos los medios que permite el Derecho
de Jentes , i para que en consecuencia declare la guerra
al gobierno de España ;
2. Para que aumente las fuerzas de mar, hasta lo que
creyese necesario, i
3. Para que gaste las cantidades públicas en los ob-
jetos indicados en la presente lei , sin someterse a presu-
puestos dando oportunamente cuenta al Congreso de la
inversion .
4. Para que pueda levantar empréstitos hasta la suma
20
144

de veinte millones de pesos con hipoteca de todas las


propiedades del Estado .
5. Para poder poner una contribucion denominada de
guerra que no esceda del cinco por ciento de la renta
anual de cada contribuyente .
6. Para disminuir en un diez por ciento los sueldos ,
pensiones i jubilaciones que no bajen de 300 pesos , i no
escedan de 1,000 pesos : rebajar un diez por ciento a los
que no escedan de 1,000 i de 50 por ciento a los que
escedan, dejando al juicio del Presidente hacer cesar es-
te descuento cuando lo crea conveniente i debiendo pa-
garse a los interesados en billetes del 3 por ciento esti-
mados en un 40 por ciento de su valor nominal lo que
han dejado de percibir.
7. Para declarar puertos mayores i trasladar de un
puro a otro los empleados que fuesen necesarios .
Esta lei principiará a rejir desde la fecha en que se
promulgue i su duracion será igual a la de la guerra .
Este proyecto venia firmado por el Presidente de la
República i todos los Ministros de Estado .
El diputado por Copiapó don M. A. Matta usó de la
palabra, diciendo que tal proyecto no admitia discusion
i que debia aprobarse por aclamacion, lo que se verificó
con estrepitosos aplausos . "

XIV

A aquella sesion de la Cámara , que tuvo lugar a las dos


de la tarde del mismo dia en que se estableció el bloqueo
de Valparaiso , i durante la cual reinó la mas calorosa
unanimidad, concurrieron mas de cincuenta representan-
tes , pertenecientes a todas las agrupaciones políticas que
dividian la opinion pública , i entre ellos se hicieron notar
el diputado don Jovino Novoa , quién , postrado por grave
enfermedad , abandonó su lecho envuelto en sus propios
cobertores para ir a depositar su voto de adhesion al
patriotismo i a la dignidad del gobierno que hasta esa
145

hora habia combatido . Señaláronse tambien entre los


asistentes , a mas del presidente Tocornali a los diputados
don Melchor de Santiago Concha, don Federico Errázu-
riz , don Bruno Larrain, don Pedro Félix Vicuña , don Pe-
dro Leon Gallo , el doctor Fadin, los jenerales Maturana
i Prieto, todos los cuales han desaparecido ya en la escena
de la vida. El compajinador de estos recuerdos era di-
putado secretario, i cúpole en aquel dia la honra de re-
dactar las actas de aquellas grandiosas i sinceras manifes-
taciones del pueblo chileno .

XV

Una gran parte, casi la totalidad de los representantes


en aquella sesion, una vez terminada en medio de las
ovaciones de una numerosísima barra de pueblo, enca-
mínanse en cuerpo a la casa habitacion del presidente
de la república, calle de las Monjitas , i desde sus venta-
nas dirijió la palabra al pueblo el diputado don Antonio
Varas, dando todos muestras de la mas jenerosa concor-
dia i de olvido de pasados resentimientos domésticos en
nombre de la patria en peligro.

XVI

Al dia siguiente, 25 de setiembre, en virtud de la au-


torizacion del Congreso i como condigna respuesta al blo-
queo entablado en la víspera por el almirante Pareja , el
gobierno de la república declaró la guerra a España , lo
cual verificó en los circunspectos términos siguientes :
"El gobierno de España acaba de romper las hostili-
dades contra la república, poniendo bloqueo con la es-
cuadra que tiene en el Pacífico al puerto de Valparaiso,
i segun hai razones para presumirlo, a otros puertos chi-
lenos , no obstante las reiteradas protestas que a nombre
146

del gobierno de Chile se han dirijido al jefe de dicha es-


cuadra contra una agresion que nada justifica i que las-
tima hondamente la honra i los derechos de Chile . Pro-
vocados de esta manera a la guerra, el pueblo i el go-
bierno de la república se ven compelidos a aceptarla co-
mo el único recurso para vindicar su dignidad i fueros
injustamente conculcados , i para proveer a su seguridad
actualmente amenazada . Por tanto , en uso de la atribu-
cion que me confiere la parte 18. ° del art. 82 de la Cons-
titución política del Estado , en conformidad a la autori-
zacion de que me ha investido la lei de 24 del presente
mes i año , en el inciso 1.º de su artículo único, vengo en
declarar i decretar solemnemente :
"1. La república de Chile acepta la guerra que le ha
movido el gobierno de España .
"2.° Quedan cortados todo trato i comercio i toda es-
pecie de relaciones entre los dos Estados belijerantes .
"3. Las autoridades i ciudadanos de la república usa-
rán de un derecho perfecto i cumplirán con un deber sa-
grado hostilizando al enemigo, repeliendo sus agresiones
i defendiendo el territorio nacional por todos los medios
que permite el derecho de jentes i están admitidos entre
los pueblos cultos , en cualesquiera casos imprevistos en
que no hubieren recibido al efecto instrucciones especia-
les de mi parte .
"4.° El ministro de relaciones esteriores de la repúbli-
ca comunicará a las naciones amigas esta declaracion , i
les espondrá los motivos de la guerra i la justicia de
nuestra causa, i el ministro del interior la hará llegar a
noticia de todos los ciudadanos de la república , mandán-
dola publicar con la debida solemnidad .
"Da Santiago, a veinte i cinco dias del mes de
setiembre de 1865 , cincuenta i cinco de la independen-
cia de Chile.-JOSÉ JOAQUIN PEREZ . - El ministro de re-
laciones esteriores ,-Alvaro Covarrúbias. - El ministro
de justicia, culto e instruccion pública, -Federico Errá-
zuriz.-El ministro de hacienda , -Alejandro Reyes .
El ministro de guerra i marina, -José Manuel Pinto ." ( 1 )

(1) Con el propósito de pedir el ausilio del cielo i demostrar la una-


nimidad en que todas las clases de la república concurrian a la defensa
147

XVII

Inmediatamente de firmada la declaracion de guerra


en la Moneda, procedió el pueblo i el ejército a promul-
garla por las calles i plazas de la ciudad. "El acto ha
sido espontáneo, enérjico , digno, dice una relacion de
aquel tiempo, cual correspondia a nuestro pueblo i a
nuestro gobierno.
Desde la mañana la ciudad entera se puso en movi-
miento para asistir a esa promesa solemne de venganza,
de honor i de sacrificio. Los ciudadanos paseaban las

de su honra ultrajada, el arzobispo de Santiago hizo promulgar aquel


mismo dia el siguiente patriótico edicto:
«NOS RAFAEL VALENTIN VALDIVIESO POR LA GRACIA DE DIOS I DE LA
SANTA SEDE ARZOBISPO DE SANTIAGO CHILE , ETC.
« Al clero de la Arquidiócesis, salud en N. S. Jesucristo.
« La armada de la reina de España bloquea nuestros puertos : la guerra
ha estallado ya, i sus calamidades van a sobrevenir sobre la patria. Mién-
tras nuestros hermanos se arman para la comun defensa, justo es que
los ministros del santuario acudamos al Señor implorando su proteccion ;
rogándole, a la manera del piadoso Macabeo, que como dominador de
los cielos, envíe al buen ánjel que vaya delante de nuestras huestes i ha-
ga conocer la fuerza de su terrible i tremendo brazo, para que el Señor,
no segun la fuerza de los ejércitos , sino segun su voluntad , conceda la
victoria a los que la merecen .
« Repetidos testimonios tenemos del amparo divino acordado a la justa
defensa de nuestros derechos cuando han sido amagados por la fuerza
que se creia preponderante ; i debemos confiar en que esta vez no será
defraudada nuestra inquebrantable confianza.
«En esta virtud ordenamos : que todos los sacerdotes, en el Santo Sa-
crificio de la Misa, añadan la colecta pro tempore belli durante el tiempo
que dure la guerra con España ; i que por tres dias en todas las iglesias
se canten las letanías con las preces tambien pro tempore belli, agregan-
do a las oraciones que trae el ritual las de Santa Rosa de Lima i la del
Santo Anjel Custodio del Estado.- Dado en esta ciudad de Santiago a
veinticinco dias del mes de setiembre de mil ochocientos sesenta i cinco.
-RAFAEL VALENTIN, Arzobispo de Santiago.
Por mandado de S. S. Iltma. i Rvma.-José Ramon Astorga , secreta-
rio. >>
148

calles en grupos inmensos que se dirijian ya al teatro,


en que tenia lugar una gran reunion patriótica, ya a la
plaza de la Independencia , ya al palacio de la Moneda ,
para escuchar la voz del presidente de la república i
aplaudirla. " Viva Chile! ¡Viva Chile! ¡Guerra al inva-
sor! era el grito de órden de los ciudadanos .
"A las dos de la tarde salió de la plazuela de la Mo-
neda la formacion de aparato destinada a acompañar el
acto de promulgar la guerra declarada por el Congreso
Nacional i sancionada ya por el gobierno .
"Rompia la marcha el intendente de la provincia , a
quien acompañaba en cuerpo la ilustre Municipalidad
del departamento, sobre la cabeza de cuyos miembros
flotaba la bandera tricolor , aclamada incesantemente
por el pueblo.
"Seguia el cuerpo de bomberos , de gran parada, con
sus estandartes i todas las compañías que lo componen,
batiendo marcha en toda la estension de su camino . Un
grupo de no ménos de dos mil ciudadanos acompañaba a
estos heroicos defensores de la propiedad que luego se-
rán tambien defensores heroicos de la honra.
"A continuacion marchaba el cuerpo de cadetes , pre-
cedido por una banda de música que interrumpia a cada
momento los víctores del pueblo con el himno nacional,
i despues del cuerpo de cadetes cuatro grandes piezas
de artillería con su correspondiente dotacion .
"Marchaban en seguida, por su órden , los batallones
cívicos 1 , 2 i 3 , de gran parada , i cerraba la division el
rejimiento de granaderos a caballo.
"En este órden desembocaron las fuerzas a la plaza
de la Independencia, apoyando su cabeza en el edificio
de la Intendencia, desde el cual presenciaban el acto las
autoridades de la provincia."

XVIII

Mandaba aquel dia la parada de las tropas el anciano


coronel Jofré, soldado de Maipo , i la primera lectura
del bando de promulgacion tuvo lugar en la plaza de la
149

Independencia. Verificóse la última estudiosamente al


pié de la estátua de San Martin, en cuyas gradas pro-
nunciáronse enérjicos discursos . El ciclo que encerraba
las dos guerras con España quedaba así formado.
Iguales manifestaciones tuvieron lugar en el palacio
de la Moneda , i son dignas de ser conmemoradas las pa-
labras que con tal ocasion pronunció desde uno de los
balcones el presidente de la República .
Ciudadanos , dijo el presidente :
"Chile no ha injuriado a España , Chile no ha injuria-
do a su gobierno , i el gobierno de España , hostilizando
al pueblo chileno , le agravia, le insulta, le ofende. Estas
ofensas necesitan reparacion i la tendrán, porque el go-
bierno de Chile está resuelto a triunfar o a sucumbir en
medio de su pueblo.
"Ciudadanos :
"¡Viva Chile!
"¡Viva la libertad !
"¡Viva la union de las Repúblicas americanas! "

XIX

Tales fueron las mas notables manifestaciones del ci-


vismo i de la virilidad del pueblo chileno, representado
por el de su capital i del pueblo agredido en aquellos
dias de prueba .
Por parte de los españoles, dispersos en los puertos
del litoral chileno desde Talcahuano a Valparaiso , Co-
quimbo i Caldera i hasta el Callao , donde habia quedado
en observacion de los acontecimientos i del desarrollo
de la revolucion de Arequipa la Numancia, completa-
mente aislados i sin recursos suficientes , comenzaron a
espiar sus propias faltas i su desobediencia al gobierno
de que dependian casi desde la primera hora.
150

XX

Refiere a este propósito , el autor de la guerra de Es-


paña en el Pacífico, las fastidiosas , interminables i al
propio tiempo infructuosas jestiones diplomáticas a que
dió lugar la declaracion del bloqueo entre los representan-
tes de las naciones estranjeras , que con rara unanimidad
reprobaron aquel acto tan inícuo como estúpido en altas
voces de protesta .
A todo ello puso Pareja cara de estafermo (lo que no
le era difícil) , í a fin de que se juzgue de la insensantez i
torpeza de su orgullo , aun en vista de las pacíficas , tran-
quilas i casi amistosas instrucciones de su gobierno con
respecto al altanero Chile , léase lo que , de sus acuerdos
i disposicion furibunda de ánimo, cuenta el señor de No-
vo en la pájina 331 de su libro . Es una pájina mas del
infernal mal humor de los bloqueos .
"En el Callao continuaba (dice la pájina recordada ) la
Numancia, a cuyo comandante se le habia ordenado que
enviase a la escuadra todo el carbon posible i los víveres
necesarios . Tambien tenia instrucciones para conducirse
en las críticas circunstancias que atravesaba el Perú.
"Encargo a V. E. ( le decia Pareja) que si triunfantes i
alentados por nuestra situacion con esta república , osa-
sen los revolucionarios de ésa inferir agravios a España ,
constituidos en gobierno en Lima, no guarde V. S. nin-
gun jénero de miramientos; puesto de acuerdo con el mi-
nistro plenipotenciario de S. M. , destruirá V. S. , con el
buque de su mando , hasta echarlos a pique , cuanto buque
de guerra peruano existiese en ese puerto o se encontrase
en sus viajes, si creyese oportuno emprenderlos . En una
palabra , la mision de V. S. , en el caso de que la revolu-
cion triunfe i el nuevo gobierno cometa algun acto de
hostilidad contra España ES DESTRUIRLO TODO (1 ) , para

(1) Esta frase ha sido tarjada por el mismo autor del libro, que rara
151

lo que autorizo a V. S. , dando los oportunos avisos en


el caso de que V. S. crea llegado el momento de hostili-
zar, i obrando con la enerjía que le caracteriza i sin mi-
ramiento ni consideracion alguna en el de ser acometido
el buque del digno mando de V. S."

XXI

Tuvo asimismo lugar por este tiempo un suceso de no


! pequeña importancia i que aquí no fue llevado a sus últi-
mas consecuencias , tendió a dejar demostradas dos cosas
dignas de notar en la secuela de la guerra i en sus pers-
pectivas.
Fué la primera de aquéllas la absoluta incapacidad
moral i mental de Pareja para mantener dentro de su
nivel lejítimo la árdua mision que, contrariando órdenes
supremas, por odio i envanecimientos personales , habia
echado sobre sí ; i fué la segunda una muestra positiva ,
arrogante i casi provocadora de las simpatías con que , si
no el gobierno , la marina de la Gran Bretaña , acompa-
ñaba a Chile en su infortunio tan noblemente sobrelle-
vado .

XXII

Sabido es por todos , es verdad , tanto por los estraños


como por los chilenos , que la única potencia europea que
ha simpatizado de veras i por tres veces con Chile , des-
de que fué nacion, ha sido la Inglaterra.
Simpatizó durante la guerra de la independencia (pe-

vez ocurre a este arbitrio tipográfico para señalar alguna de las enormi-
dades de sus compatriotas en el Pacífico .
21
-- 152 --

ríodo de la patria vieja) , mediante la amistosa interven-


cion del comodoro Hylliar, a quien la municipalidad de
Santiago hizo ciudadano chileno , i con lord Cochrane (pe-
ríodo de la patria nueva ) , a quien hicimos almirante , no
obstante sus ensueños de ir a sacar a Napoleon de su
cautividad de Santa Elena con nuestra escuadra desocu-
pada... lo cual en otro lugar hemos contado al mun-
do (1).
Simpatizó en la guerra de 1865 , segun vamos a dejarlo
demostrado en seguida, i ha simpatizado , por último en
la presente e inacabable campaña , segun varios testimo-
nios que son conocidos de todos los contemporáneos .
Por lo demas , la tendencia es natural i casi irresisti-
ble. La Inglaterra grande (la Gran Bretaña ) favorece a
la "Inglaterra chica ;" la madre política i mercantil am-
para a la hija ; los ingleses del Atlántico ayudan con su
colmena i con su fragua a los "ingleses del Pacífico "...

XXIII

Entre tanto, el suceso importante i poco conocido que


vamos a referir i que estuvo a punto de traspasar la gue-
rra de 1865 de Chile a la Gran Bretaña , es decir, de don
José Joaquin Perez a la reina Victoria, gracias a la in-
signe torpeza i cargazon de espíritu del almirante Pa-
reja, tuvo lugar en el puerto de Caldera entre la corbeta
inglesa Mutine, que comandaba el entusiasta capitan
Black, i la Blanca, fragata bloqueadora de aquel puerto,
a las órdenes del impetuoso comandante i hoi vice- almi-
rante de España , don Juan Bautista Topete, hijo de Mé-
jico, i uno de los capitanes godos mas simpáticos i popu-
lares que en aquellos tiempos visitaron a Chile.
Mas, ántes de contar el episodio capital del bloqueo de
Caldera, refiramos algunos de sus incidentes iniciales , si
mas no sea por poner otra vez de manifiesto la altura de

(1) La Lectura , revista de Santiago , julio de 1883 .


153

ánimo i la sostenida independencia de juicio del histo-


riador español, que con tanta satisfaccion presentamos a
nuestros compatriotas como modelo digno de ser segui-
do en el escabroso camino'de la verdad, cueste lo que
cueste :
"Es de advertir (refiere el señor de Novo) que cuando
Pareja presentó su ultimatum en Valparaiso , el buque de
su insignia era el único de la escuadra que se hallaba en
el puerto (i no todos , como se ha procurado sostener).
Hasta el 20 no llegaron la Resolucion i Vencedora i el 23
el Marques de la Victoria. En el puerto de Caldera se
hallaban la Berenguela i la Blanca . El mayor cuidado del
jeneral era proveerse de combustible, i calculaba en
2,400 las toneladas que debian quemarse mensualmente
para hacer efectivo el servicio del bloqueo .
"El mismo dia que éste se decretó , fué comisionada la
Vencedora para llevar las instrucciones respectivas a los
comandantes de las fragatas i pliegos para los cónsules
i ajentes estranjeros . Zarpó en el acto la corbeta , i el dia
26 fondeaba en el puerto de Caldera , donde halló a las dos
fragatas . Antes de notificar la ruptura de hostilidades ,
procuraron los buques proveerse de carbon, lo que pudo
conseguirse fácilmente, porque la Compañía Inglesa con-
sultó al gobernador militar, éste a su vez por telégrafo
al intendente de Copiapó , quien, ignorando el estado de
la cuestion hispano- chilena, otorgó el permiso necesario .
En la próxima amanecida ya habian sido entregados los
pliegos a los ajentes consulares i habia recibido el co-
mandante jeneral de armas de Caldera la comunicacion
de Topete, participándole que quedaba bloqueado el puer-
to por su buque i que iba a apoderarse en el acto de los
de nacionalidad chilena que se hallaban surtos en la ba-
hia, como así lo efectuó .
"De modo que los marinos españoles , disimulando la
verdad, consiguieron rellenar sus carboneras para hallar-
se en actitud, gracias a aquel combustible, de hostilizar
el mismo puerto que sin recelo se lo proporcionaba . Es-
to no era noble, ni jeneroso ni digno , juzgado en absoluto ;
pero con relacion a las circunstancias, i considerado , ora
como ardid de guerra , ora como necesidad apremiante ,
aquella conducta debe merecer otros dictados ; i miéntras
- 154

no se ofrezca el ejemplo de que una escuadra reducida a


sus propios recursos , a tres mil leguas de su nacion , i
ante una estensísima costa enemiga, rechace un medio
equivalente de aumentar sus fuerzas , nadie debe soste-
ner que la manifiesta falta de jenerosidad e hidalguía
cometida por los marinos españoles , sea condenable . ”

XXIV

I ahora el historiador español prosigue con el conflicto


hispano-británico de Caldera, que estuvo a punto de dar-
nos por ausiliares de hecho a los mas diestros i podero-
sos marinos del mundo , de la manera siguiente :

XXV

"Preciso es relatar, comienza a decir el marino espa-


ñol, tan susceptible hoi con el ingles como sus paisanos
lo fueran en el tiempo de " los Don," preciso es relatar
un hecho que enciende en ira i que dificulta el uso de la
templanza i serenidad de juicio que debe en todo caso
contener i guiar la pluma del historiador.
Hé aquí el hecho : Entre los comandantes de buques
estranjeros mas decididos partidarios de Chile, contábase
al de la corbeta de S. M. B. Mutine, quien ya , con moti-
vo del apresamiento de un vapor, pasó al jeneral Pareja
una nota descortes que fué motivo de enérjicas reclama-
ciones al comodoro Harvey. No debió sufrir aquél un
castigo que lo escarmentara , cuando a los pocos dias se
hizo héroe de la necedad siguiente : Hallábase la Blanca
fondeada en el puerto de Caldera , cuando entró en él la
corbeta Mutine i arrojó el ancla no léjos de su costado .
En el acto su comandante se dirijió al muelle donde fué
155

recibido con músicas i aclamaciones . Vése desde luego


que el marino británico se habia permitido entrar en un
puerto bloqueado i comunicar con tierra sin pedir ántes
el necesario permiso al jefe de la fuerza naval que blo-
queaba, i que de hecho ejercia dominio sobre las aguas
territoriales . Es de advertir que su descortesía era tanto
mayor cuanto que apénas fondeado el buque ingles habia
enviado el español un oficial para que saludara a su co-
mandante. Esto aun solo supone falta de educacion .
A los dos dias de permanecer en tierra el dicho co-
mandante ingles , embarcóse en su canoa acompañado de
algunas personas ; inmediatamente que aquélla se puso
en marcha, la corbeta cubrió las vergas de jente en son de
honor, lo que hizo suponer a los españoles que iria acom-
pañado de un alto funcionario del pais ; pero no era otro
que el intendente de la provincia ; al regresar el bote
desplegó el buque ingles la bandera chilena haciéndole un
saludo de 17 cañonazos, concluido el cual cubrió la jarcia
de jente i tributó el honor de formidables hurras al fun-
cionario de Chile. Para que resultase mas claro i paten-
te el menosprecio que se hacia al deber de los neutrales ,
conviene decir que el bote ejecutó una maniobra contra-
ria a la que indicaba el viento reinante, para dar tiempo
a los saludos del cañon i al de los vivas.

XXVI

El comandante Topete presenció tan escandaloso he-


cho presa de una indecision dolorosísima i sin norte que
le indicara el mejor camino , porque en las instrucciones
no estaban previstas tan escepcionales circunstancias .
"¿Estaré yo en un error, decia Topete en su parte oficial ,
creyendo que el comandante de la Mutine no podia en
derecho conducir al señor intendente de esta provincia ,
cuyo puerto principal bloqueo , i pasarlo como a tiro de
fusil del buque de mi mando , cobijado por el pabellon de
la Gran Bretaña? De ser esto un derecho , ¿no podia ser
156

su consecuencia , que de un buque neutral sea posible, a


mansalva, observar los movimientos del enemigo, con-
certar en su vista un ataque o tomar medidas de defensa?
¿No es esto exacto? ¿I me equivocaré tambien afirmando
que los honores militares , i aun mas los hurrus (honor
que desconozco en la marina británica) violan la neutra-
lidad , puesto que son una muestra ostensible de simpa-
tía por la causa de uno de los belijerantes? Los chilenos
ciertamente no habrán visto en ello la opinion particular
del comandante de un buque de S. M. B. sino que hoi la
provincia i mañana la república, lo juzgarán como
la espresion del sentimiento de toda la gran nacion in-
glesa i de su gobierno. ¿I no dará aliento a los enemi-
gos esta suposicion , dificultando , o al ménos alargando
la necesaria solucion de nuestras cuestiones ? Mucho po-
dria estenderme si fuera a enumerar todas las consecuen-
cias perjudiciales a nuestra causa que a mi imajinacion
se agolpan, pero sobre tener la seguridad de que ningu-
na se ocultará a la superior penetracion de V. E. , temo
molestar demasiado su atencion i concluyo rogándole
nuevamente tenga a bien darme instrucciones mui ter-
minantes , pudiendo estar V. E. seguro de que serán
obedecidas i cumplidas en toda su estension."

XXVII

Indignado Pareja reclamó al comodoro Harvey , quien


le manifestó su profundo sentimiento por la conducta
del comandante Black (que así se llamaba), conducta que
él reprochaba altamente i la que ponia en conocimiento
del contra- almirante de las fuerzas inglesas en el Pací-
fico i del almirantazgo . Al mismo tiempo Pareja remitió
a Topete las instrucciones terminantes que le pedia para
un caso análogo que pudiera presentarse. Estas eran
dignas del noble jeneral ; decian así:
a
"1. Exijirá V. S. enérjica pero cortesmente la entrega
del funcionario que al amparo del pabellon neutral, en
157

puerto que dominamos por el derecho de la guerra , se


pasea i es saludado de la manera que lo fué el intendente
de la provincia de Copiapó . De no obtenerlo de esta ma-
nera, protestando ántes de las consecuencias de un con-
flicto creado por el neutral , i haciéndole responsable de
ellas , obtener POR LA FUEBZA lo que con tanto derecho ha
demandado .
2. Hacer salir del puerto que V. S. bloquee, en el
preciso término de tres horas, al buque de guerra que de
tal manera ha violado la neutralidad, previniéndole que
no le será permitida la entrada en ningun otro de aque-
llos en que dominan los buques de esta escuadra , i para
cuyo fin me dará V. S. aviso con toda urjencia. Como en
el caso anterior, de no obedecer a la intimacion, protes-
tando i haciéndolo responsable de las consecuencias del
conflicto creado por él, hacer uso de la fuerza hasta con- .
seguir lo demandado." (1)
Al trasladar la noticia de estos hechos al gobierno es-
pañol , concluia con estas palabras :
"Solo debo agregar a lo espuesto, escelentísimo señor
que si bien he creido aportuno i conveniente aprobar sin
reserva de ningun jénero la conducta del señor coman-
dante de la Blanca , si el caso de referencia hubiera teni-
do lugar a la vista de mi insignia, hubiera obrado desde
luego con arreglo a las instrucciones que doi a dicho se-
ñor comandante para cualquier otro caso de la misma
naturaleza en que pueda encontrarse , pues en mi posicion
el esceso de prudencia seria interpretado de una manera
poco decorosa para el brillo de nuestras armas i para la
dignidad de nuestra nacion."

XXVIII

Por mi parte creo no habria sido ménos digno de elo-


jio el comandante de la Blanca si hubiera evitado a viva
fuerza el desaire que el marino ingles hizo a nuestro

(1 ) Todas las frases marcadas de este párrafo lo han sido por el


historiador español.
158 ---

pabellon . Mientras mas grande i poderoso sea el agresor


injusto, ménos lugar debe darse a la prudencia i ménos
espacio al sereno raciocinio . ¿Qué no hubiera sacrificado
Topete en aquellos instantes por creerse autorizado a
castigar al buque ingles ? ¡ Lástima que a las cien veces
comprobada bravura de este marino español, le hubiera
faltado fé (en tales momentos ) para arrogarse un derecho
no dudoso , para revestirse de una autorizacion mui lejí-
tima!"

XXIX

I ciertamente que fué lástima i grande , decimos noso-


tros por nuestra parte, que así no hubiese sucedido ,
porque entonces probable fuera que la guerra hubiese
cambiado súbitamente de aspecto i que, que , atacando por
contraste el capitan Black al de la Blanca, no habrian
necesitado los ingleses de Valparaiso regalar una espada
de palo al almirante Denham, que era en todo el reverso
del capitan de la Mutine, i así la guerra habria ido a dar
de rebote a donde habia querido encaminarla Mazarredo
desde sus orijenes , es decir, a cambiar las islas de Chin-
cha por Jibraltar; peñon por peñon, pero el último con
algo encima...

XXX

Tenia todo esto lugar durante los meses de octubre i


noviembre de 1865 , cuando el ejército del coronel Prado
se acercaba a Lima, rodeado de intelijentes emisarios
chilenos , a cuya cabeza figuraba el actual presidente de
la República Domingo Santa- María .
El furor de Pareja no reconoció desde entónces límites
159

humanos , segun se ve, i solo podia parangonarse con su


torpeza insigne, la cual tradújose aun en actos de brus-
quedad i descortesía con los ajentes consulares que bajo
bandera de parlamento iban a reclamar contra alguna
irregularidad del bloqueo.
Mas la hora de la espiacion habia sonado para el triste
emisario de los odios póstumos , i uno de aquellos mis-
mos ajentes oficiosos de la diplomácia , tal vez el mas
benévolo con la España, el cónsul de Estados Unidos ,
presentábase en la cubierta de la Villa de Madrid el 28
de octubre de 1865 , llevando en su mano EL MERCURIO de
ese dia en que aparecia consignada con todos sus deta-
lles la captura de la Covadanga ejecutada dos dias ántes
con tanta gloria para la marina de Chile en las aguas de
Papudo.
Cómo habíase verificado a la vista casi de la flota
enemiga acontecimiento tan feliz i atrevido , será lo que ha-
bremos de contar en el próximo capítulo de esta série de
cuadros i recuerdos.

22
CAPÍTULO X

LA CAPTURA DE LA COVADONGA

Esterilidad recíproca de la guerra en hechos militares. -Tiroteo de Playa Ancha.- Er-


róneo criterio del historiador español respecto de los hechos de armas de su nacion.--
Version española del combate del Papudo.- Motivos que habian inducido al almiran-
te Pareja a enviar la Covadonga a bloquear a Coquimbo.-Junta de guerra i su reso-
lucion.-Opónense el mayor jeneral i el secretario del almirante a aquella medida.—
Crucero del capitan Williams desde Chiloé a las Chinchas i su regreso al sur.—inte-
resante comunicacion inédita sobre estas operaciones.- Trascendentales sucesos que
tenían lugar en el valle de Chincha.-Williams en Tongoi.- Cómo tuvo lugar el com-
bate del Papudo, segun la version española i cómo segun la version chilena.- Esce-
nas a bordo de la Covadonga en el acto de la rendicion.- La cuestion de la bandera
inglesa, segun la ordenanza naval de España i su actual derecho marítimo.- Impor-
tantes rectificaciones del contra-almirante Williams.--Cartas del capitan Prat a su ma-
dre sobre el viaje de la Esmeralda i la captura de la Covadonga.--Rasgo de patriotis-
mo de don Rodolfo Oportu i rasgo de valor del guardia-marina Valverde.--Por qué
Williams no apresó a la Vencedora.- Telegrama inédito del ministro Errázuriz.--
Magnanimidad de Roberto Souper en Constitucion i su carta al ministro Pinto sobre
ese acto de heroismo.--Fuerzas comparativas de la Esmeralda i de la Covadonga en
el combate del Papudo.

La guerra que Chile sostuvo durante un año de activas


operaciones marítimas con la España , guerra que solo
en el presente tiempo termina por un tratado mas de re-
conciliacion que de paz , i cuyo temprano anuncio ha sido
recibido con calorosas salvas de aplausos en el senado
español, no tuvo compensaciones .
Fué una guerra de sacrificios , de resignacion, de for-
zada e ineludible impotencia , i esto es lo que constituye
su único i no pequeño mérito de parte de Chile i su go-
bierno.
I análogos atributos negativos tuvo para la España ,
lanzada atrevidamente i sin la debida preparacion mili-
--- 161

tar i naval a aquella loca aventura por tres hombres que


guardaron mas pequeñas pasiones que criterio, por el
atolondrado Pareja despues del turbulento Pinzon i el in-
sensato Mazarredo .
Proviene de esta doble circunstancia , exhibida en un
solo conjunto, la completa esterilidad de aquella campaña
en la cual los dos belijerantes vivian exajerándose recí-
procamente hechos insignificantes i algunos fútiles i
ridículos , como la captura del remo de Playa Ancha que
fué con todo el de mayor resultado militar en tierra
firme contra el enemigo . (1)

II

Pero tuvo Chile una hora de fortuna que no alcanza-


ron jamás sus adversarios , i es ésta la que nos cumple
hoi narrar en este capítulo retrospectivo .
Desgraciadamente para el sereno criterio de la histo-
ria , la alta imparcialidad que hasta la actual altura de es-
ta relacion ha sido la mas noble condicion de ánimo del
historiador andaluz que hemos seguido , abandónale por
completo ; evolucion natural en el espíritu de un marino
que narra con dolor oculto pero punzante un hecho des-
graciado para su bandera.
Pertúrbase, en efecto, la tranquilidad del escritor de-
lante de las emociones del marino, hasta el punto grave
de atribuir mayor gloria a los que rindieron la cañonera

(1) Verificóse este pequeño i bullado hecho de armas, en que los es-
pañoles tuvieron dos muertos , el 23 de octubre de 1865 en la caletilla que
hoi se llama de los ingleses (por acostumbrar éstos bañarse en ella) ,
i a consecuencia de haber desembarcado de un bote de la Vencedora quin-
ce hombres para apoderarse de las chalupas que allí escondian los fleteros
de Valparaiso, i con las cuales, a hurtadillas, salian a dar aviso a los bu-
ques mercantes del estado de bloqueo de Valparaiso para que se dirijieran
a Quintero.
Los marineros españoles fueron rechazados a balazos , dejando un remo
en mano de los soldados del Buin , i, segun la version del historiador es-
pañol, tuvieron allí dos bajas.
162

Covadonga que a sus atrevidos apresadores ; i este concep-


to arrojaria suficiente luz sobre la parcialidad de su juicio ,
si no fuera que nuevos e irrecusables testimonios han veni-
do en ausilio nuestro i de la verdad. -Las rectificaciones
que mas adelante reproducimos del captor de la Cova-
donga , restablecen, a nuestro juicio, los hechos i los in-
cidentes a su verdadero nivel ; i como si la historia hu-
biese necesitado ser alumbrada en esta parte por mas
vívida antorcha, damos tambien cabida al final de este
capítulo, junto con aquellas piezas , a las cartas íntimas
de un mancebo de 18 años que en esos encuentros hallóse
i que en aquella época de su vida no amaba sino estas tres
cosas , la gloria, la verdad i la madre santa a quien
aquellas revelaciones eran dirijidas . Ese testigo fué el
justamente inmortal capitan Prat, último comandante de
la Esmeralda i que pocas horas ántes de su fin habíalo
! sido tambien, en las aguas de Iquique, de la Covadonga .
¡Consorcio sublime de los tiempos ántes de la hecatombe!

III

Ofrecidas estas esplicaciones de método i de deber, que


darán todo su interes a la relacion española , ampliándo-
la i corrijiéndola , proseguimos la relacion de los sucesos ,
interrumpida en el punto que el almirante bloqueador
de Valparaiso i de su costa enviaba la fragata Berenguela
a resforzar desde Coquimbo a la Blanca en la rada de
Caldera, i en sustitucion de la primera marchaba, en
los principios de noviembre de 1865 , la Covadonga a
Coquimbo.

IV

El plan de destacar a la Covadonga a bloquear a Co-


quimbo fué obra del miedo de Pareja, que temió con ra-
zon un golpe de mano sobre sus fragatas aisladas en los
163 -

dos puertos del norte, lo cual estuvo a punto de suceder.


I con este motivo el historiador español refiere los inte-
resantes i desconocidos pormenores de esta primera ope-
racion en los términos siguientes :
"Idea del almirante fué la de reunir las dos fragatas
en Caldera, como ántes he dicho. Los jefes con quienes
se aconsejaba el jeneral fueron casi todos de su opinion ,
i no vació en enviar la Covadonga para que trasmitiese
sus órdenes a dichas fragatas . Bien sabia Pareja los ries-
gos que aquella goleta iba a correr, i dijo al terminar la
junta de jefes : "Conozco la esposicion en que voi a poner
a la goleta ; mucho sentiré su pérdida ; pero entre ella i
la de una fragata no puedo titubear: debo sacrificarla."
Esto era lójico ; se comprende que hubiera espuesto la
goleta a los peligros de correr la costa i regresar en se-
guida; pero no se comprende ni encuentra disculpa el
que se le mandara sostener el bloqueo de Coquimbo, en
lugar de la Berenguela , como así sucedió . Sé que se su-
puso como mal síntoma, el de levantar el bloqneo de al-
gunos puertos apénas planteado, pero olvidóse que peor
efecto habia de producir el apresamiento de un barco es-
pañol débil por demas i abandonado en absoluto. La go-
leta Covadonga no fué sacrificada por salvar un buque
importante, sino estérilmente i a consecuencia de una
órden poco meditada .

Compúsose la junta de jefes , del jeneral, el mayor don


Miguel Lobo, el capitan de banderas Alvargonzalez , el
comandante de la Vencedora Patero, el de la Covadonga
Fery i el teniente de navío Pastor, como secretario . Al
plan del jeneral se opusieron Lobo i Pastor, pero aquél
cedió pronto. Pastor mantuvo tenazmente su opinion de
que no debia esponerse a la goleta, pues a su captura se le
daria en España la misma importancia que si se tratara
de un gran buque; el mas pequeño bote que apresaran los
- 164 W

chilenos causaria malísima impresion ; ademas, el temor


a las represalias con los prisioneros , seria motivo para
rehuir medidas estremas . No se hizo caso a Pastor i que-
dó resuelta la salida de la Covadonga . Entónces Fery
(que se habia abstenido de votar por delicadeza) único
de los comandantes que conocia con exactitud los cami-
nos, telégrafos i comunicaciones que habia de Coquimbo
a Chiloé , así como el andar de la Esmeralda (que se ha-
llaba en este último punto), calculó que durante 18 dias
podia hallarse seguro en Coquimbo con su goleta, pero
no despues de trascurrido dicho plazo . La junta convino
en observacion tan exacta , i se dieron órdenes para su
cumplimiento . Mas los dias prefijados fueron los justos ;
cualquier retardo podia ser fatal , i no obstante, ya fuera
porque la guerra no se habia tomado en serio aun, ya
porque las órdenes no se dieran bien terminantes i cla-
ras, o porque no se cumpliesen tan puntualmente como
era debido, ello es que retardaron cuatro dias su ejecu-
cion, dando tiempo sobrado a que se verificara la catás-
trofe de la Covadonga . "

VI

Hasta aquí las operaciones del bloqueo del puerto de


Coquimbo por la Covadonga , medida en estremo arries-
gada, que en otra ocasion hemos referido conforme al
mismo libro de bitácora de la goleta, que se encontró a
su bordo i que llega hasta el 24 de noviembre de 1883 ,
en que aparece señalada su partida para el sur, a conse-
cuencia del regreso de la Blanca . Venia ésta a tomar el
puesto de la goleta que , segun ántes se ha dicho , se ha-
İlaba emplazada para cierto dia.
165

VII

Sábese hoi entre tanto , que mientras el almirante Pa-


reja se mostraba temeroso de un asalto de los peruanos ,
coaligados ya en favor de . Chile, por la parte del Norte ,
el peligro verdadero que le amagaba vendria del Sur,
donde a falta de brazos , fuertes corazones respiraban en
los mas animosos .
Teníase, en efecto , noticia en las costas de Chile que
el capitan Williams despues de su atrevida escapada de
Valparaiso en la noche del 18 de setiembre habia vagado
en las aguas de Chiloé con sus dos pequeños buques en
pésimas condiciones de navegacion i de combate ; que
alentado por la actitud de los peruanos en el campamen-
to del jeneral Prado , cercano ya a Lima , hácia la medianía
de octubre , habíase dirijido, en obedecimiento de ins-
trucciones perentorias , a las islas de Chincha con la Es-
meralda i el trasporte Maipú ; que desengañado allí de la,
resolucion cooperativa de los peruanos que la aplazaba.n
para despues de su entrada a Lima , habian regresado al
Sud, corriendo mil peligros , i por último, que recalando
a Lebu por noticias i a Lota por carbon, el 20 i 22 de
noviembre habia vuelto a tomar rumbo hacia el Norte en
demanda de alguna afortunada o valerosa eripresa de
mar . (1)

(1) Desde Lebu dirijió el capitan Williams una import ante comunica-
cion sobre sus operaciones en la costa del Perú i sus priraeras relaciones
con los marinos peruanos . Este interesante documento retrospectivo se
habia mantenido hasta el presente reservado , pero hoi lo reproducimos
en el anexo, del que hicimos publicar en el Mercurio del 7 de agosto de
1883, cuyo orijinal nos fué enviado desde Valparaiso por el contra-al-
mirante Williams espresamente para este libro.
166

VIII

Hállase todo esto narrado en los documentos chilenos


en que damos cavida mas adelante i que en realidad son
su sustancia , i ahora cúmplenos reanudar la hilacion i
el rumbo de la historia castellana suspendida en la páji-
na anterior. (1 )

IX

El capitan chileno dejando al Maipú, ya casi inservible


en las aguas del Sur , habia pasado el 23 de noviembre
en su atrevido avance al Norte delante de la Quiriquina
i el 24 a la vista de Valparaiso , i llevando el propósito de
asaltar a la Covadonga en Coquimbo, recalaron para me-
jor lograr su intento en la noche de aquel dia al puerto
vecino de Tongoi a fin de tomar lenguas i combinar
planes.
I aquí prosigue su narracion el historiador español en
esta forma :

(1) En cuanto a los sucesos que precedieron a la llegada del convoi


chileno a las islas de Chincha en octubre, i a los preludios de la alianza
peruano-chilena en el campamento de Chincha alta, remitimos al lector
que desee conocer mas a fondo sus sucesos al libro que en 1867 publica-
mos con el título de Liez meses de mision de los Estados Unidos, vol. I.
donde se haya todo es contado con la prolijidad de un testigo de vista i
que fué actor obligado en trascedentales acontecimientos.
167

"Proyectó atacarla Williams de noche ; pero érale pre-


ciso saber con exactitud la jente i armamento que poseia la
Covadonga. A este fin el cónsul norte-americano de Co-
quimbo comisionó a un tal Walker (?) , para que visitase
a la goleta e interrogase a su comandante acerca del
bergantin de su nacion, (el Washington), que allí estaba
detenido . El comisionado no era otro que un empleado
del gobierno de Chile , i su objeto el que queda dicho .
Aquel mismo dia se vieron arder muchas fogatas en pun-
tos culminantes i de marcacion , la goleta , recelosa , se
mantuvo en zafarrancho toda la noche ; hízose notar por
lo incomprensible un estraordinario número de luces que
alimentó hasta el amanecer un vapor de guerra norte
americano fondeando en el puerto (?) . Al siguiente dia
entró la fragata Blanca, i el vapor salió rumbo a Tongoi
para avisar a la Esmeralda de que no fuera ya a Coquim-
bo porque iban a cambiárseles las tortas. (1 )

ΧΙ

La llegada de la Blanca, que sabemos bloqueaba an-


tes a Caldera, obedecia a las órdenes que el jeneral tenia
dadas para el caso de la revolucion del Perú no fuera
hostil a España . Aquellas eran que volviesen las cosas

( 1 ) Noticia verbal de un contramaestre de la corbeta Esmeralda .


Esta nota es del autor del libro i en la misma forma reproduciremos
las que tengan interes. Las que agregaremos nosotros como nuevas con-
tendrán en su testo la indicacion oportuna, cuando esto se crea necesario.
Por lo jeneral el lector las distinguirá sin advertencia previa.
28
168

a un primitivo estado, o sea de que cada fragata bloquea-


raan puerto, i que la Covadonga regresara a Valparaiso .
Si no se le hubiera mandado permanecer en Coquimbo,
habria vuelto muchos dias antes i sin riesgo alguno.
La corbeta Esmeralda (enterada por el vapor ingles
Valparaiso) , esperaba al asecho el paso de la goleta. La
Esmeralda montaba 22 cañones , i su tripulacion era de
200 hombres que habia aumentado con dos compañías
de infantería de marina para asegurar mas el éxito de su
empresa; su marcha superior en 4 millas horarias a la de
su esperada enemiga. En cambio, la goleta montaba solo
dos cañones en colisa, su tripulacion de 125 hombres , i
sus calderas en tan mal estado, que parecia milagroso
pudiera navegar con ellas. Así, pues, un combate entre
estos dos buques (apercibidos ambos i no el mas fuerte
como sucedió), debia indefectiblemente dar por resultado
el vencimiento de aquel que a 22 cañones solo podia res-
ponder con dos: que para 400 hombres contaba con 100;
que para sus maniobras invertia doble tiempo i cuyo flotan-
te recinto se hallaba dominado i al descubierto .

XII

Topete quedó bloqueando a Coquimbo i la goleta zar-


pó de él para Valparaiso el 25 de noviembre. En la
amanecida del 26 navegaba cerrado en neblina , que al
despejar dejó ver una corbeta de guerra cuyo aparejo
hizo suponer al comandante Fery fuese de las peruanas
Union o América , o de las inglesas Shearwater, Colum-
bine o Mutine, todas mui parecidas . Cuando la corbeta
estuvo a distancia de cuatro millas izó bandera inglesa
i se le contestó con la española. Sin embargo, receloso
Fery, hizo zafarrancho de combate i mandó cerrar las
vávulas de seguridad para forzar la máquina. La corbeta
tenia una marcha mui superior a la Covadonga , i gober-
nó a pasar de vuelta encontrada por su costado de estri-
bor; cuando se halló por la popa metió el timon a la
169

banda presentando aquel costado i, previo un disparo


con bala i tapa-boca, descargó la andanada sobre la go-
leta ; todos los que se hallaban en su popa cayeron o
muertos o heridos .
La corbeta chilena hizo su primera descarga izado el
pabellon ingles , i , sin cambiarlo por su lejítimo , gobernó
aproximándose mas a la goleta como si fuera su ánimo
tomarla al abordaje. Esta, que habia procurado inútil-
mente maniobrar para tener al enemigo en el campo de
tiro de sus colisas, apercibió su primer trozo de aborda-
je para que rechazara el esperado ; mas la corbeta esqui-
vó la lucha cuerpo a cuerpo i pasando de largo por la
guiñó sobre la goleta i le disparó la andanada de
babor : su propósito era batirla de enfilada. Solo entón-
ces , en los momentos de esta segunda descarga , ARRIÓ
EL PABELLON INGLES IZANDO EL DE CHILE. Las rápidas
evoluciones de la corbeta hacian ineficaces todos los es-
fuerzos de la Covadonga para encontrarla en el ángulo
de tiro de sus colisas ; aquella se mantenia siempre en el
sector indefenso de 134 grados , suplemento de los de 23
que en retirada tenian las colisas puestas ya a banda i
banda. Para enfilar al enemigo necesitaba Fery que su
buque describiera un arco de 67 grados , esto es , presen-
tarle el costado , i la Esmeralda con su mayor andar lo
evitaba fácilmente . Apelando a la astucia, finjiendo una
maniobra contraria a la que inmediatamente ejecutaba ,
logró Fery engañar a la Esmeralda i enviarle tres bala-
zos , de los cuales uno le entró por la mura i otro le par-
tió la botavara . (1)
La corbeta descargó su tercera andanada de bala i
metralla, con la que puede decirse acabó de barrer la

(1 ) "Tres disparos hizo la Covadonga : dos hirieron al enemigo, i


¿por qué? porque los cabos de cañon, con imperturbable sangre fria,
contestaban a los espíritus fogosos que los escitaban a que hiciesen fue-
go, diciéndoles : "Hacer ruido tirando al aire es mui fácil , pero apuntar,
imposible ; nunca estamos en enfilacion . " ¡ Qué dolor, qué lástima que
tan valiente tripulacion montase un buque tan imperfecto para la guerra!
-J. B. TOPETE . - Defensa de Fery."
Pudiera ser que la Covadonga hubiese sido un buque imperfecto en las
aguas del Papudo ; pero quince años mas tarde los peruanos de la Inde-
pendencia debieron encontrarlo plsscuan-perfecto en las de Punta Grue-
sa...
170

cubierta de la Covadonga . Hasta la cuarta andanada que


disparó no pudo descargarle la goleta por primera vez
su colisa de popa ; repárese en el valor de una tripula-
cion que ya tenia fuera de combate su cuarta parte justa
(?) i lejos de rendirse se hallaba atenta a aprovechar los
descuidos del enemigo i ofenderlo en lo posible . Es de
advertir que esta tripulacion , que resistia al descubierto
una lluvia de metralla , recibia tambien graneado fuego
de fusil que al amparo de su alteroso casco le enviaba el
enemigo impunemente desde mui corta distancia . Terri-
ble era en verdad el verse blanco indefenso de tanta saña
sin poderla devolver en ninguna forma .

XIII

Cincuenta minutos hacia que duraba el combate , i el


resistir mas era imposible ; así lo comprendieron Fery i
sus oficiales . ( 1 ) Dos caminos le quedaban al comandante :
o arriar el pabellon o volar el buque . Esto último hubie-
ra sido inútil i cruel , inútil, porque el refuerzo que se
daba al enemigo con aquella presa no habria ciertamen-
te de aprovecharle, pues nada valia ; cruel , porque seria
pagar con una estéril muerte el heroico comportamiento
de la tripulacion. Creo que un comandante debe volar
su buque cuando combatiendo con fuerzas iguales , resul-

(1 ) Respecto de la duracion del combate i de las acertadas maniobras


del capitan Williams, parece estar dentro de la estricta verdad el narrador
español, porque en una carta de un testigo presencial del combate del
Papudo que publicó EL MERCURIO del 28 de noviembre se lee lo si-
guiente:
"Como a las diez del dia la Esmeralda comenzó a perseguir a la Cova-
donga. A las diez i cuarto empezó el cañoneo de la Esmeralda, que la
Covadonga no podia contestar por la decision i pericia con que Williams
gobernaba su buque, pues, segun dos de los oficiales prisioneros, no los
dejaba hacer fuego, por lo que no pudieron tirarle mas que cuatro caño-
nazos sin causarle avería ninguna.
"...Salir al encuentro de la Covadonga, atacarla, rendirla, posesionarse
de ella i desembarcar los prisioneros, fué obra de tres cuartos de hora,
Hé ahí los tres cuartos de hora de Williams."
- 171

ta vencido por su impericia o por la cobardía de su jen-


te ; entónces solo puede conservar el honor clavando la
bandera i hundiéndose en el mar ; pero cuando fuerzas
con esceso superiores son las que atacan, no existe des-
doro en rendirse despues de un combate tenaz sostenido
sin esperanzas de vencer, i mas que por obligacion, por
el deseo de que la perdida bandera de la patria vaya
regada con la sangre de sus hijos como lágrimas del co-
razon en holocausto de pena, en testimonio del idólatra
cariño.
Fery, ántes de arriar la bandera ordenó que se abrie-
sen los grifos i válvulas para echar el buque a pique ;
tambien dijo a sus oficiales : "Yo volaria el buque si al
hacerlo causara la pérdida del enemigo ; pero como por la
distancia a que estamos no puede ser, no quiero sacrifi-
car inhumanamente la tripulacion al orgullo de que di-
gan de que soi un héroe." Los de la Esmeralda no perdie-
ron un instante en dirijirse a la goleta comprendiendo la
maniobra de que se ocupaba ; así pues , en cuanto llega-
ron a bordo se dirijieron en el acto a cerrar los grifos i
evitar la completa inundacion del buque. (2)

XIV

La derrota de Fery fué de aquellas que ningun jefe


hubiera podido evitar i en la que no todos hubieran ma-
nifestado tan gran corazon i noble conducta . Declaro
que por estraña casualidad no le conozco ni aun de vista
1 que ha llevado su delicadeza hasta tal estremo , que no

(2) El primer maquinista de la Covadonga era un ingles ; no sorpren-


de por tanto que se negara a quitar los grifos de inyeccion i seguridad
(que era lo preciso en aquellas circunstancias) i que manteniendo un
sério altercado con el segundo maquinista, diera tiempo a la llegada del
enemigo. La culpa no fué suya sino del gobierno español que por en-
tónces preferia a cualquier maquinista estranjero para sus buques, dando
por hecho que los nacionales no eran capaces de igualarlos ; en efecto ,
ningun español hubiera igualado su conducta con la del mercenario in-
gles de la Covadonga .
172

ha procurado enviarme dato alguno acerca del apresa-


miento de su buque, esponiéndose a que la falta de cono-
cimiento o un estudio lijero por mi parte, hubiese equi-
vocado los sucesos i hablado con inexactitud . Satisfágale
al señor Fery, en medio del profundo dolor que le acom-
paña desde aquella época, tener por indudable que a
ninguno de sus compañeros le hubiera sido posible llevar
mas allá el cumplimiento de su deber. ¡ Cuánta mayorfué
su gloria que la del enemigo vencedor! Parece que no bas-
taba a infundirle confianza en el triunfo la escesiva su-
perioridad de su buque ; su diez veces mas poderosa arti-
İlería, su doble velocidad i su cuádruple tripulacion ,
puesto que procuró valerse no de la astusia , sino de un
medio altamente reprobado : de una bandera que no era
la suya i que mantuvo arbolada, no hasta momentos

ántes de romper el fuego , sino hasta mucho tiempo despues


de comenzar el combate. Por este medio innoble evitó el
que la Covadonga, conocida su nacionalidad , le hubiese
hecho algunos disparos mientras a ella se dirijia ( 1) .
Cuando los chilenos tomaron posesion de la goleta , ya
se habia arrojado al agua la correspondencia oficial, los
libros de señales i telégrafo i todo el armamento portátil.
Las averías del buque fueron considerables ; todos los
botes quedaron destrozados por la metralla ; la arboladura
con bastantes balazos , la maniobra cortada, roto el timon

(1) «El capitan Williams (el de la Esmeralda) , obedeciendo a sus ins-


trucciones o queriendo dar a toda costa a su pais la sombra de un triunfo,
se olvidó de que él i su buque que montaba no eran prisioneros de guer-
ra desde principios de la campaña debido a esa jenerosidad que formaba
el distintivo del carácter del malogrado jeneral Pareja ; ya habia salido de
la Villa de Madrid su ultimatum al gobierno chileno, cuando se le avisó
de que la Esmeralda i el Maipú , fondeados a su costado, encendian i se
disponian a partir. « Que lo hagan, contestó : yo no me falto a mí mismo ,
ni mancho la honra de mi pais con una mala accion . » I el Maipú i la Es-
meralda salieron tranquilos bajo los fuegos de cuatro buques de guerra
españoles .
Oh ! si las marinas son el reflejo del carácter nacional, el dia que desa-
pasionadamente se escriba la historia de la campaña del Pacífico será
conocida la conducta de los belijerantes i España quedará satisfecha del
comportamiento de la suya.-J. B. TOPETE. -Defensa de Fery. »
Lo que alegaba Topete de la cachaza i jenerosidad de su almirante pa-
ra dejar salir los dos buques chilenos, que pasaron por su amura tocando
la cancion nacional de Chile, ¿ no es todavía una prueba insigne de su in-
signe tontera?
178

i el casco acribillado . Sus bajas fueron de 26 hombres,


entre los cuales se contaban al alférez de navío Jácome ,
i heridos , Bustamante i Concas , éste en la cabeza. "

XV

En cuanto a las escenas que tuvieron lugar a bordo de


la aprisionada cañonera cuando los chilenos saltaron
sobre su puente, hé aquí como las refiere un testigo pre-
sencial e irreprochable, el contador de la armada don
David Rodriguez que acompañó al bravo Thomson en
la toma de posesion del buque vencido.
"Minutos despues de haberse rendido definitivamente
el barco español (dice el señor Rodriguez en una re-
ciente publicacion) me trasladé a su bordo por órden del
señor comandante Williams, en union del valeroso capi-
tan señor Manuel Thomson, entónces teniente primero i
muerto gloriosamente durante la guerra actual, como co-
mandante del monitor Huáscar, en su atrevido ataque a
las baterías de Arica i acorazado Manco Capac.
Entre los otros oficiales que nos trasladamos a la Co-
vodonga se contaban el guardia marina señor Emilio Val-
verde-hoi capitan de corbeta- i el injeniero tercero
señor Owen.
Al pisar el portalon de la nave rendida, fuimos recibi-
dos por toda la oficialidad de la nave española, incluso
el comandante Fery, el cual despues de saludarnos cor-
tesmente i en un instante quizá de varonil despecho , se
dejó caer al lado de un cubichete.
Le preguntamos si se encontraba herido. Púsose de
pié i nos respondió, con duro acento que revelaba su de-
sesperacion : "Nó, caballeros , aun cuando por mi honor
desearia estarlo . "

El capitan Thomson le dijo en seguida que deseaba


saber si las válvulas de la máquina habian sido abiertas .
"Sí , contestó el comandante Fery; las válvulas hace
174

diez minutos que están abiertas ; la Covadonga se irá


talvez a pique .
"Está bien, agregó el capitan Thomson sonriéndose ;
en tal caso, señor Fery, haremos un lijero ejercicio de
natacion."
Entre tanto, el injeniero señor Owen habia cerrado
prolijamente las válvulas que durante quince minutos per-
manecieron abiertas.
Las últimas palabras que oí al comandante Fery,
cuando descendía por la escala real de la cañonera, fue-
ron éstas : "Yo no imajinaba la posibilidad de un com-
bate con la Esmeralda , puesto que tengo motivos para
creer que los protocolos de la paz se hallan en víspera de
ser firmados . "(1)

XVI

Llegado es aquí el oportuno momento de introducir i


de colocar frente a frente de la version española la chi-
lena , que sin pasion ni siquiera por el aguijon de empe-
ñecida vanagloria, juzgamos mucho mas ajustada en todo
a los acontecimientos , i que por lo mismo la incorporamos
en el testo, sin destruir por esto la unidad de forma que
hemos conservado inalterable en el presente libro.
La narracion del contra - almirante don Juan Williams
es en verdad parte esencial de la historia de los sucesos
en que le cupo tomar parte tan distinguida, i por esto
completa de cerca la defectuosa del cronista español , i su
tenor testual dice como sigue : ( 2)

(1) Recuerdos del combate del Papudo. Interesante artículo publicado


en El Mercurio del 7 de agosto de 1883 por el contador Rodriguez , con
motivo de las rectificaciones a que ha dado lugar en la prensa la publica-
cion de algunos fragmentos de la historia del señor de Novo .
(2) La rectificacion del apresador de la Covadonga ha sido publicada
en El Mercurio del 4 de agosto de 1883 en forma de carta, encabezada
de la manera siguiente:
"SEÑOR DON BENJAMIN VICUÑA MACKENNA ,
Distinguido señor :
"He leido con el interes que me corresponde la série de artículos que
― 175

XVII

"Cuando la Villa de Madrid arribó a Valparaiso , la cor-


beta Esmeralda se encontraba en un completo desarme,
con toda su artillería depositada en una chata , lista para
carenar sus fondos i reparar sus calderas que se hallaban
casi tan destruidas como lo estaban en la presente guer-
ra con el Perú.
Comprendiendo el objeto que traia a nuestras playas
a la nave española , fué cuestion de doce horas armar i
equipar nuevamente a la corbeta chilena.

usted ha estado dando a la publicidad en El Mercurio bajo el epígrafe de


Cuadros i episodios de la guerra con España, prestando mayor atencion
al IX que trata de la captura de la Covadonga, segun la version espa-
ñola.
Seguramente el cronista español para escribir esta parte de su libro
ha recibido sus informes de personas interesadas en alterar los hechos , o
bien se ha dejado llevar del cariño a la patria, tan natural en todos, i ha
tratado de enaltecerla con marcada parcialidad, inspirándose en su pro-
pio criterio, con un completo desconocimiento de los detalles i demas
circunstancias que favorecian o desfavorecian a ambos buques.
En vista de esta publicacion i a fin de rectificar los muchos errores en
que ha incurrido el señor Novo i Colson , me tomo la libertad de dirijir-
le los siguientes apuntes acerca del estado de nuestras fuerzas marítimas,
de algunos incidentes de la guerra con España i del apresamiento del
buque español."
A su conclusion la carta orijinal así decia ;
"Siendo yo el único que se encuentra obligado a rectificar los errores
en que hasta hoi han incurrido los escritores españoles al referir la cap-
tura de la Covadonga, he creido lo mas acertado dirijir a usted estos li-
jeros apuntes, escritos con el lenguaje rudo pero verdadero del marino.
Al adoptar este camino he contado con su benevolencia i con la facilidad
que tiene para desenvolver i aclarar un asunto cualquiera, don esclusivo
de su brillante pluma.
Confiando en que usted los recibirá sin desagrado, escusando la liber-
tad que me tomo, quedo de usted su atento i S. S.

J. WILLIAMS REBOLLEDO.

Valparaiso, julio 20 de 1883


D4
- 176 -

El 18 de setiembre, aniversario de nuestra indepen-


dencia, tenia lugar esta faena, encontrándose con este
motivo i desprevenidos como estábamos , la mitad de la
tripulacion en tierra celebrando el dia de la patria .
En cumplimiento de órdenes superiores , esa misma
noche debia hacerse a la mar en convoi con el vapor
Maipú.
Listos ambos buques en cuanto a su material , faltába-
les, sin embargo , parte de su personal, i como todo éste
no se pudo encontrar i las circunstancias eran apremian-
tes , tuvo la corbeta que prepararse para dar cumplimien-
to a la órden del gobierno, con una dotacion bisoña , li-
mitada a 195 individuos de comandante a paje , personal
que no se aumentó hasta que recaló con su presa a los
canales de Chiloé.
Mientras la Esmeralda alistaba su máquina para po-
nerse en movimiento , la Villa de Madrid tocaba a zafar-
rancho i se ponia en son de combate.

XVIII

Cuando esto tenia lugar, recibia órden de la coman-


dancia jeneral, por conducto de uno de sus ayudantes ,
para desviar el rumbo i hacerme mar afuera por la costa
del Baron, órden que no creí del caso observar.
A las 11 P. M. se largó la boya del muerto, i la cor-
beta , preparada para toda emerjencia , se deslizó suave-
mente, pasando a un cable de distancia de la fragata
española, la cual se encontraba con toda su batería ilumi-
nada i lista para romper el fuego.
La noche estaba mui oscura i la bahía tranquila ; el
silencio que nos rodeaba solo era interrumpido por el
sonido de las músicas i el ruido lejano de la poblacion.
En esos momentos llevábamos sobre cubierta como
treinta toneladas de víveres , pertrechos , municiones i
mas de veinte quintales de pólvora , que lo apremiante del
tiempo no nos habia permitido guardar en sus corres-
177

pondientes pañoles . Todo ese material , distribuido del


mejor modo posible en el puente , apénas nos dejaba el
espacio suficiente para manejar con dificultad la arti-
llería .
A la 1 A. M. nos encontrábamos en mar abierto .
El Maipú, que habia seguido las indicaciones de la
comandancia jeneral, no tardó en reunirse a nosotros i
juntos ambos buques se gobernó rumbo al sur.

XIX

Al anochecer del cuarto dia de viaje recalábamos a la


boca de Ancud.
Esa noche faltó mui poco para que el Maipú nos echa-
ra a pique.
Navegaban los dos buques a vapor i vela en demanda
del puerto, impelidos por un fuerte temporal del norte,
cuando a las 2 A. M. el trasporte abandonó su coloca-
cion i continuó gobernando a mui corta distancia de no-
sotros en la línea de nuestra estela . En estas circuns-
tancias, la Esmeralda se ve obligada a detenerse para
salvar a un hombre que habia caido al agua . El oficial
de guardia, preocupado con esta desgracia, ordenó la
maniobra sin cuidarse del Maipú, el cual, desprevenido
como se hallaba , vino a estrellarse contra nosotros . El
choque fué tan recio i la sacudida tan fuerte, que creí
por un momento habíamos encallado .
Si la corbeta recibe éste en el centro de la popa, in-
faliblemente se habria hundido . Por fortuna la afilada
proa del vapor penetró por la aleta de babor, i deslizán-
dose por este costado destrozó toda la obra muerta hasta
la tabla de jarcia del palo mayor, desmontando cuatro
cañones , i lo peor de todo , matando tres de los mejores.
marineros que en ese momento preparaban una embar-
cacion para buscar al que habia caido al mar.
Al amanecer entré al puerto sin otra novedad , trasla-
178 -

dándome en seguida a Huito para reparar las averías de


ambos buques .
La campaña habia principiado mal i muchos creyeron
un fatal presajio aquel desgraciado accidente.

XX

Prescindiré por ahora de todo lo que ocurrió desde


esa fecha hasta mi regreso del Perú a las aguas chile-
nas .
Respecto de aquel viaje (acerca del cual nuestro go-
bierno esperaba mucho, abrigando la lisonjera esperanza
de conseguir que la escuadra peruana, en combinacion
con nuestros buques , intentaria un ataque parcial a las
fuerzas españolas , distribuidas como estaban) solo agre-
garé que no correspondió en sus resultados a la serie de
dificultades i peligros a que se vieron espuestos nuestros
buques. Por una parte la escasez de combustible me obli-
gó a remolcar al Maipú en la mayor parte del trayecto ;
luego la presencia de la Numancia en el punto de reca-
lada , que a no haber sido por el contratiempo que sufrí
a la altura de San Gallan , donde una paraca desmanteló
a la Esmeralda, retardando mi llegada, el acorazado es-
pañol nos habria echado a pique , puesto que , al corrien-
te de nuestros movimientos , se habia trasladado a aque-
llas aguas con el fin de apresarnos . ( 1 )

(1 ) Nosotros podemos dar testimonio personal de este suceso, porque


encontrándonos una noche en Pisco , alojados en la casa de los señores
Elias, a fines de octubre de 1865 , llegó a media noche en un bote de las
islas de Chincha (donde habia sido destinado en observacion ) el hoi ca-
pitan de navío don Oscar Viel , con la noticia de que la Numancia cru-
zaba en esas alturas. Como se esperaba por momentos a la Esmeralda,
nos pusimos todos en alarma, i tratándose de enviar un espreso al señor
Santa María, que se hallaba con el coronel Prado en Chincha alta, ofre-
cióse como voluntario al entusiasta ciudadano don Rodolfo Oportu ,
quien, segun nos refirió mas tarde, pasó aquella noche las penas de San
Clemente por llenar su patriótico cometido. Oportu ha muerto despues
de haber dado innecesario testimonio de hostilidad política al que esto
escribe, siendo juez de Curicó. Pero por lo mismo nos es grato dejar con-
signado este rasgo de su entusiasta amor por su pais.
179

Viendo que hasta esa fecha nuestra impotencia tenia


un tanto abatido el sentimiento nacional, creí llegado el
momento de decidirme a hacer algo que influyera en
animarlo i alentara al mismo tiempo al Perú.
Animado de este deseo , a la altura del puerto de Cal-
dera, tuve una conferencia con el comandante del Maipú
a fin de combinar un plan para atacar a la Berenguela,
que, segun los informes que tenia, se encontraba sola
sosteniendo el bloqueo de dicho puerto.
Motivos que no creo del caso referir aquí me obliga-
ron a desistir de esta determinacion.

XXI

Siendo el Maipú , por sus condiciones marineras , un es-


torbo para secundar mi propósito , ordené a su coman-
dante se dirijiera al sur a esperarme en los canales de
Chiloé , mientras yo continuaba de crucero hasta conse-
guir, si me era posible , atacar a alguno de los buques de
la escuadra española.
El comandante del trasporte, en cumplimiento de la
órden que recibió , se dirijió a su destino, i la Esmeralda
en demanda del puerto de Lebu.
De este puerto me dirijí al de Lota con el objeto de
proveerme de víveres i carbon .
Arribé a él entre 10 i 11 P. M. del mismo dia , i el se-
ñor jeneral Saavedra , administrador entónces del estable-
cimiento, me proporcionó en unas cuantas horas , con un
celo i actividad que merece todo elojio , lo que necesitaba.
Mientras embarcaba los artículos de que carecia , por
los periódicos me impuse de la situacion de los buques
españoles . En la crónica de El Mercurio encontré que la
Covadonga i el Matías Cousiño sostenian el bloqueo de
Coquimbo.
Inmediatamente que leí esta noticia , resolví atacarlos ,
activando en lo posible el aprestamiento de la Esmeralda
180

No bien estuve listo , me hice a la mar pretestando


un crucero.
Al amanecer un viento fresco del sur me favorecia, i
la corbeta navegaba rumbo al norte con un andar de
once i media millas a toda vela.
Ese dia se alteró el aparejo i todo el buque se pintó
de negro ,

Al dia siguiente pasaba a corta distancia del puerto


de Valparaiso , i a la vista de la Villa de Madrid. La
Vencedora, que montaba la guardia de bahía i cruzaba
en la boca del puerto , trató de reconocerme ; le dí tiempo
para ello, con el deseo de alejarla al norte , pero no con-
seguí mi intento .
Calculando el tiempo que necesitaba para llegar a
Tongoi en la noche , creí conveniente demorar algunas
horas en Pichidangui . Allí conseguí dos bueyes , debido
a la jenerosidad de los vecinos , los cuales fueron mui
bien aceptados por la tripulacion .
A media noche continué mi viaje i llegué a Tongoi po-
co ántes de las 11 P. M. del 24 de noviembre.
Al desembarcar me recibieron con una descarga, que
debido a la oscuridad de la noche no nos sucedió nada.
La guarnicion de aquel puerto habia eqnivocado a la Es-
meralda con un buque español .
Por el coronel Barboza, que se trasladó allí inmediata-
mente , supe el arribo de la Blanca a Coquimbo i la pró-
xima salida de la Covadonga para Valparaiso .

XXII

Habiéndose frustrado mi proyecto i presumiendo que


la Covadonga emprenderia el viaje anunciado , o en el
último caso me seria posible encontrar al Marques de la
Victoria, que tambien se dirijia a Valparaiso , o a la
Vencedora, que mui a menudo se alejaba al norte, con es-
tas presunciones emprendí sin demora mi regreso al sur,
con el objeto de establecerme de crucero frente al Papudo
i permanecer allí hasta conseguir mi propósito .
181

El 26 de noviembre amanecia a barlovento del puertc


indicado .
Una delgada bruma cubria el horizonte i soplaba una
suave brisa del norte que rizaba lijeramente la marejada
del sur, un tanto mas gruesa que de costumbre.
El estado del tiempo no nos impedia distinguir con
bastante claridad los cerros de Valparaiso .
En esta situacion, a las 7 A. M. se avistó un humo al
norte . Reconocido resultó ser el vapor Valparaiso , que
nos comunicó el triunfo de la revolucion en el Perú i la
deseada noticia de que la Covadonga seguia sus aguas .
No bien depaché el vapor , el tope anunció un segundo
humo al norte.
En el acto calculé que ese humo no podia ser otro que
el de la cañonera española .
En vista del corto espacio que nos separaba de la Vi-
lla de Madrid, i seguro de que el viento que soplaba
trasmitiria sin dificultad el estampido de los cañones
hasta dicha fragata , dispuse , en prevision de una posi-
ble agresion de su parte, que un guardia marina subiera
al tope i permaneciera en observacion , tocando al mismo
tiempo a zafarrancho de combate.
Tomadas estas medidas se gobernó en demanda del
buque enemigo.
Como navegábamos rumbos encontrados , mui luego
estrechamos la distancia.
Persuadido del mayor andar de la Covadonga i temero-
so de que se me pudiera escapar, recurrí a la estrataje-
ma de izar una bandera neutral hasta tenerla bajo los
fuegos de mi artillería .
Nadie negará que esta medida puesta , en práctica en
muchos casos por diferentes naciones , ha sido i está hoi
aceptada como un medio de conseguir el fin que se per-
sigue . ( 1)

(1) «La misma ordenanza española, que aun rije lo autoriza. Esto dice
con razon el contra almirante Williams. I aun convendria citar el artí-
culo de las ordenanzas navales de 1793 , que lo estatuye, el cual dice así :
Art. 8.º, tit. 1.º , tratado IV:
«Ningun bajel de mi armada hará ni recibirá saludo sin su propia
bandera ; ni combatirá enarbolando la falsa, pena de privacion de su em-
pleo al oficial que la mande, i de mayor castigo si conviniere; pero serd
182 -

Cuando nos separaba una distancia de dos millas , el


aviso español izó su bandera i , descubriendo sus colisas ,
nos presentó el costado de estribor preparado para el
combate.
La Esmeralda continuó, entre tanto, estrechando la
distancia hasta colocarse entre las quinientas a seiscien-
tas yardas. En esta situacion se sustituyó la bandera in-
glesa que flameaba al pico de mesana por el pabellon de
la república, afianzándolo con un cañonazo disparado por
las miras de proa.
En esos momentos el buque enemigo se ponia en mo-
vimiento, aumentando gradualmente su andar.

XXIII

Calculando que intentaba evadir el combate, dí órden


de forzar todo lo posible la máquina, i pasando, por
efecto de una rápida maniobra, del costado de estribor
al de babor de la cañonera , rompí los fuegos por divi-
siones con la batería de estribor.
El enemigo estaba preparado para batirse por estri-
bor, i el inesperado movimiento ejecutado por la Esme-
ralda , lo obligó a cambiar sus colisas para rechazar el

permitido, a estilo de mar, largar bandera de otra nacion , i disparar cañona-


zos aun con bala, apartande de ofensa la punteria, para llamar a cualquie-
ra enbarcacion a que se desea reconocer o ENGAÑAR AL ENEMIGO , hasta el
acto de parlamento o combatir, que entra la obligacion de manifestarse
con anticipacion a la mas mínima hostilidad. >>
En el Derecho Maritimo del profesor don Ignacio Neguino que se en-
seña en la Escula Naval de España i cuya última edicion fué publicada
en Madrid en 1873 , esto es, ocho años despues del apresamiento de la
Covadonga, se sustenta esta misma doctrina en la pájina 111 i bajo el
núm. 134 que así se espresa:
134. La jurisprudencia marítima española , de acuerdo con estas prác-
ticas jenerales , i con lo preceptuado en el tratado 4.º de las ordenanzas
de la armada de 1793, ha establecido las reglas siguientes :
No es permitido saludar ni combatir sino con su propia bandera ; pero
puede largarse la de otra nacion para engañar al buque que se desea re-
conocer, hasta el acto de parlamento o de empezar las hostilidades.»
- 183

ataque por la banda opuesta, largando al mismo tiempo


cables por la popa para enredar la hélice de la corbeta.
Apercibido de esta circunstancia , desviando el peligro ,
se continuó el fuego , guiñando de uno a otro bordo has-
ta que la Covadonga arrió su bandera , despues de dispa-
rar por su parte unos cuantos cañonazos que no nos cau-
saron daño alguno.
El combate duró exactamente veinte minutos desde
que principió hasta que el comandante Fery, de palabra,
anunció que estaba rendido .
Es mui posible que alguien estrañe esta circunstancia
de que el comandante de un buque se vea en el caso de
anunciar personalmente que está rendido para que cesen
las hostilidades del vencedor ; pero aquí debo advertir
que el enemigo, no obstante de haber arriado la bandera,
continuó cargando sus piezas, lo que me obligó , mui a
mi pesar, a hacer nuevos disparos .
No haré al comandante español la ofensa de culparlo
por este procedimiento ; pero lo cierto es que esto suce-
dió, sin que él, preocupado probablemente de su situa-
cion, lo advirtiera, colocándome en la necesidad de im-
pedir una posible celada, pues cuando esto sucedia, los
dos buques se encontraban parados sobre sus máquinas ,
paralelos sus costados i a tan corta distancia que de viva
voz se podian comunicar.
Para dominar el cuerpo del buque enemigo, que el
humo de la artillería me ocultaba, i poder dirijir el com-
bate, me ví obligado a colocarme a media jarcia en el
palo mesana, teniendo a continuacion al guardia-marina
de órdenes señor Valverde .
En esta situacion , el contador señor Rodriguez , notan-
do el vivo fuego de rifle que se nos hacia, me previno el
peligro , a lo que contestó el referido guardia-marina (hoi
capitan de corbeta) : ¡Qué! si las balas de los godos no
matan a nadie!"
Recuerdo con gusto este dicho oportuno , en las cir-
cunstancias en que nos encontrábamos .

25
184

XXIII

Paso ahora a ocuparme de la bandera.


Los españoles han hecho mucho hincapié sobre este
punto , i el señor Novo i Colson , como todos ellos , tam-
bien asegura que la Esmeralda, durante las primeras
descargas , conservó izada la bandera inglesa .
Todo vencido buscará siempre un medio para justifi-
car su desgracia, i esto han hecho los tripulantes de la
Covadonga , únicos testigos de lo que sucedió cuando
capturé la cañonera.
No encontrando éstos cómo probar que habian sido
unos héroes vencidos , i temerosos del recibimiento que se
les haria en la patria de los Churrucas , recurrieron al
espediente de la bandera para vindicarse, sosteniendo
que yo los habia atacado cobardemente al amparo de una
bandera estraña .
Esta historia, i mucho mas pudieron decir, seguros de
que en su patria nadie podia desmentirlos , i que, por el
contrario, el orgullo español quedaria satisfecho.
No contaban con que estas aseveraciones habian de
atravesar algun dia los mares i que en Chile no faltaria
alguien que refiriera la verdad de lo ocurrido .
Ya he dicho cómo se procedió a la sustitucion de la
bandera ; solo me falta aclarar mas este asunto.
Daba tal importancia a este acto , que, sin embargo de
contar con timoneles intelijentes i de toda mi confianza ,
creí conveniente comisionar a un oficial para que se en-
cargara de llevarlo a cabo en el momento oportuno . El
cambio se efectuó con toda exactitud i de conformidad
con las órdenes terminantes que a este fin habia dado .
El oficial encargado de desempeñar esta comision fué
el contador de la armada don David Rodriguez , que está
vivo i puede atestiguar lo que digo . ( 1)
Toda la tripulacion de la Esmeralda es , ademas , testigo
185

de que poco ántes de romper los fuegos , la corbeta no


llevaba izada otra insignia que la que hasta hoi ninguno
de nuestros buques de guerra ha arriado : la de Chile.
Puedo aquí declarar que ningun oficial chileno seria
capaz de cometer un acto de deslealtad como el que se
me imputa, el cual habria sido reprobado en toda la re-
pública.

XXIV

Despues del combate, mi primera dilijencia fué evitar


que el enemigo echara a pique su buque, lo que en efecto
intentó llevar a cabo .
Con el fin de prevenir este accidente , ordené al tenien-
te Thomson que procediera sin dilacion a tomar posesion
de él , e hiciera rejistrar las válvulas i dispusiera el in-
mediato trasbordo a la Esmeralda de los prisioneros .
Cuando la fornida tripulacion de la cañonera llegó a
bordo i noté el contraste que formaba con nuestros po-
bres rotos, muchachones en su mayor parte i pobremente
vestidos , en el primer momento recelé una posible agre-
sion de parte de un personal superior en apariencia al
nuestro ; mas luego el aspecto resuelto de la marinería
chilena me convenció que mis temores eran infundados .
Inmediatamente que el comandante Fery i su oficiali-
dad pisaron la cubierta , mi primer cuidado fué invitarles
a mi cámara i ofrecerles que participaran de mi frugal
almuerzo. Ninguno aceptó, escusándose todos ellos con
aquella franqueza i caballerosidad tan propia del carácter
castellano .
No bien se encontró la Covadonga en estado de poder-
se mover, me dirijí al Papudo para comunicar al gobier-
no lo ocurrido i su resultado.
A las 11.30 A. M. efectué mi entrada en la rada , dejan-
do afuera la cañonera con órden de vijilar la costa del sur.
De acuerdo con la autoridad procedí sin demora a
desembarcar los prisioneros, asegurando al comandante
- 186

Fery, quién abrigaba serios temores de ser asesinado con toda


su jente, que podia confiar con toda seguridad en la leal-
tad i sentimientos jenerosos del pueblo chileno , el cual ,
léjos de hostilizarlos , los trataria perfectamente , respe-
tando la desgracia .
Con estas seguridades , el comandante español i sus
compañeros se separaron de mí.
Terminado el desembarco me hice a la mar i goberné
para los Vilos , con el objeto de reparar las principales
averías que habia sufrido la Covadonga y señalarle al
mismo tiempo una dotacion .
Llegamos a ese puerto a una hora avanzada de la no-
che, pero esta circunstancia no fué un inconveniente pa-
ra que se tomaran todas las medidas del caso a fin de
que al dia siguiente quedara lista para poderse batir.
Al desembarcar esa noche , los vecinos me recibieron ,
como en Tongoi, a balazos ; i a no haber estado allí don
Manuel Andres Orrego, habria tenido que lamentar al-
guna desgracia.
Por la actitud de nuestros hombres de campo , conocí
que no estaban dispuestos a permitir que el enemigo
hollase el suelo de la patria .

(1) El señor Rodriguez correspondió inmediatamente al llamamiento


de su antiguo jefe i en el artículo que de él hemos ya citado sobre el
combate del Papudo se espresa en los siguientes términos a propósito del
trance de la bandera.
«En lo que se refiere al incidente de la bandera que hizó la Esmeralda
como enseña de combate en las inmediaciones del Papudo , debo manifes-
tar que fuí comisionado por el comandante señor Williams Rebolledo pa-
ra vijilar a los timoneles de nuestra corbeta en la operacion de enarbolar
la bandera chilena en el pico de mesana.
Nuestro estandarte de guerra fué izado cuando nos separaba de la njave
española una distancia de quinientas i tantas yardas, i afianzado por un
cañonazo que se disparó por las miras de la proa.
En ese momento noté que nuestra bandera no estaba perfectamente
izada ; pero, en los propios instantes en que yo advertia el mentado error,
el señor capitan Williams se daba cuenta de él, ordenando en alta voz a
los timoneles que lo remediasen sin demora. »>
Despues de todo lo que hai de cierto sobre los errores del señor de No-
vo al describir el combate del Papudo es que el fundó su relacion sobre la
defensa del capitan Fery, en la cual, como sucede en tales casos i aun es
lícito, todo está presentado bajo una luz completamente favorable al acu
sado. Estamos ciertos que, si el ilustre historiador español conociese los
documentos chilenos, variaria noblemente de concepto.
187

XXV

Persuadido de que las noticias que nos habia comuni-


cado el vapor Valparaiso obligarian al almirante espa-
ñol a concentrar inmediatamente su escuadra, luego se
me ocurrió que para efectuar este movimiento se veria
en la necesidad de mandar la Vencedora a Talcahuano a
comunicar a la fragata Resolucion , que bloqueaba a la
sazon ese puerto , la órden de reunion .
Con este convencimiento aceleré mi viaje al sur, calcu-
lando amanecer a barlovento de Valparaiso i cruzar en
este punto para interceptarla i ver si me era posible
apresarla.
Esa noche pasamos a la vista del puerto , encontrándo-
me al aclarar en el paraje que deseaba ; mas luego tuvi-
mos la desgracia de que una espesa niebla nos cubriera,
la que no se disipó en todo el dia. Su densidad nos obli-
gaba a disparar por intervalos un cañonazo (1 ) , consi-
guiendo por este medio i el toque de la corneta conser-
var el convoi.
Temeroso de que debido a este inesperado contratiem-
po se nos pasara la Vencedora , resolví seguir al sur, a
fin de no dar tiempo a que esto sucediera , ántes de poder
dominar el horizonte..
Siguiendo esta derrota, a las 11 P. M. recalamos a
Constitucion .
La niebla se habia disipado , pero el mar en este puer-
to estaba bastante ajitado .
Sabia que allí se me esperaba, porque habia solicitado
jente para tripular la cañonera , indicando ese lugar para
embarcarla.
Una hora despues de permanecer sobre la máquina a
una distancia conveniente del embarcadero, nos abordó
una embarcacion conduciendo al señor Souper con un

( 1 ) Cañonazo que fué oido en Valparaiso.


188

pliego del señor ministro de marina que se habia trasla-


dado a esa poblacion para comunicar conmigo.
Impuesto de su contenido , ví con sorpresa que se me
ordenaba terminantemente que sin pérdida de tiempo me
dirijiera a Chiloé a esperar nuevas instrucciones .
Esta órden tan perentoria me obligaba a desistir del
plan que tenia meditado. Deseoso de que el señor minis-
tro conociera cuáles eran mis propósitos, ántes de dar
cumplimiento a dicha órden, manifesté al portador si le
seria posible volver a bordo con la contestacion a una
nota que iba a mandar a tierra. A esta interrogacion me
contestó el señor Souper que él ni nadie se atreveria a
intentar un segundo viaje , i que si esta vez habia es-
puesto su vida, era en vista de la importancia que el go-
bierno daba a la comunicacion que me entregara.
Colocado en la disyuntiva de obedecer o desobedecer
una órden superior, opté por lo primero.
Seis horas despues , la Vencedora pasaba rumbo al sur
a la vista del puerto de Constitucion ( 1) .

(1) En comprobacion de esto agregamos , por nuestra parte , que el 30


de noviembre entraba la Vencedora de regreso a Valparaiso, seguida de la
Resolucion que fondeó el 1.º de diciembre. La Vencedora, que salió de
Velparaiso en la mañana del 27 de noviembre , ignorando la captura de
su consorte, habia, por tanto, ido i vuelto sola a Talcahuano.
Su captura habia sido en consecuencia no solo facilísima sino segura ;
pero para esto debió ser indispensable que el capitan Williams hubiese
tenido conocimiento de su salida de Valparaiso, lo que naturalmente ig-
noraba.
Fundado en esta circunstancia, i para vindicar la memoria de su bene-
mérito padre a quien se culpó entónces de haber sido causal principal del
no apresamiento de la cañonera española frente a Constitucion , el distin-
guido majistrado don Horacio Pinto Agüero, publicó una interesante i ar-
diente refutacion en El Mercurio del 14 de agosto de 1883 , fundada
principalmente en los dos documentos siguientes, el primero de los cuales
hemos visto de letra del ministro Errázuriz en poder de aquel caballero
en Quillota, i ámbas dicen así :
« Señor intendente de Talca.- Santiago, noviembre 27 de 1865. - Co-
munique V. S. inmediatamente por un espreso el siguiente parte :
«Señor ministro de la guerra : la Villa de Madrid está calentando sus
calderos i se apresta a salir.
«Es probable salga en persecucion de la Esmeralda. Si este buque lle-
ga a esas costas debe ponerse en salvo sin pérdida de tiempo .
«Dios guarde a V. S.- FEDERICO ERRAZURIZ .>>
« Señor jeneral don J. Manuel Pinto .- Presente.- Santiago , diciembre
30 de 1872.- Mui señor mio :
189

XXVI

"Esmeralda" i " Covadonga ." -Poder comparativo de es-


tos buques cuando el primero apresó al segundo.

ESMERALDA

Artillería .- 16 cañones cortos de a 32 , de ánima lisa,


con un alcance de 1,200 yardas ; 2 id . largos del mismo
calibre i clase , alcance 2,000 yardas .
Estas piezas se encuentran hoi montadas en el cerro de
San Antonio para el servicio de salvas i saludos, única co-
sa en que pueden utilizarse .

En contestacion a su estimable, no tengo embarazo alguno en contes-


tar las preguntas que me hace, advirtiendo a usted que por los periódicos
de Valparaiso desmenti ciertos cargos sobre el mismo asunto en el año
de 1866 , no recuerdo la fecha ni el mes por ahora.
A la primera pregunta. La órden que usted me dió en la playa de
Constitucion fué que dijera al capitan Williams Rebolledo que por un
parte telegráfico recibido por usted se sabia que la Villa de Madrid esta-
ba caldeando sus hornos i que la Vencedora habia salido tomando al pa-
recer un rumbo al norte i que en el acto se retirara a Chiloé i que se es-
condiera.
2. Llevé pliegos de usted al capitan Williams i por lo borrascoso del
tiempo los amarré al pecho; ignoré absolutamente el contenido de ellos.
3. Al tiempo de despedirme de la oficialidad, el capitan Williams,
que a mi vista no había leido los pliegos que le llevé, salió sobre cubierta
i me llamó diciéndome que la órden verbal que le llevó no estaba confor-
me con los pliegos, a lo cual contesté que ignoraba lo que contenian los
pliegos ; que en la playa misma me habia comunicado su órden verbal al
tiempo de entrar al bote i que le volví a repetir tal como está espresada
arriba. Acto contínuo avisó a los oficiales i tripulacion de la Esmeralda
que la Vencedora habia salido al norte i que tenia órden de retirarse a
Chiloé.
Esto es todo cuanto hubo, i creo no haber olvidado un ápice de lo ocur-
rido , pues está aun fresca en mi memoria mi mision a bordo de la Esme-
ralda.
Habiendo contestado con la lealtad que me exije usted a las preguntas
de su apreciable, se suscribe de usted su mui atento i seguro servidor.-
ROBERTO SOUPER.
- 190

Andar.-A toda fuerza , con la mayor presion que per-


mitian sus calderas , 6 millas , i por momentos hasta 7 i 7
millas.
Casco .-Mui deteriorado , haciendo de 4 a 5 pulgadas
de agua por hora, motivo por el que se le iba a carenar.

Tripulacion. - 195 individuos de comandante a paje.


Formaban esta tripulacion en su mayor parte las clases
siguientes : 26 marineros segundos , 16 grumetes , 15 pa-
jes i 50 hombres de guarnicion . Total, 107 individuos.

COVADONGA

Artillería .- 2 colisas de a 68 , de ánima lisa , con un


alcance de 2,000 a 2,500 yardas .
Andar. - De 7 a 8 millas , pudiendo conseguir una ve-
locidad de 9 a 10 millas forzando la máquina.
Casco ,-En buen estado .
Tripulacion .-127 individuos .

XXVII

No se necesita ser marino para comprender, por los da-


tos que preceden, que, si bien es verdad que la Esmeral-
da contaba con mayor número de cañones, a la Covadon ,
ga favorecian dos requisitos que, en todo tiempo, serán-
si no la victoria , los medios de conservar con honra el
pabellon que se enarbola.
Antes de terminar, creo conveniente consignar aquí,
que el pueblo español, herido en su amor propio por la
inesperada noticia del apresamiento de una de sus naves ,
teniendo la seguridad de su preponderancia marítima en
el Pacifico , se irritó i pidió esplicaciones de aquel suceso .
Los culpables de ese descalabro , para minorar la res-
ponsabilidad que los abrumaba , recurrieron al único es-
pediente que les quedaba : el de desfigurar los hechos
referirlos a su modo en provecho propio , a fin de atenuar
los efectos producidos por una grave falta .
191

Deseosos en España de borrar la lijera mancha que


salpicara el lustre de su bandera , se dió crédito , sin la
menor objecion ni reservas necesarias, a la relacion de
los interesados , que, desvirtuando los documentos oficia-
les de su propia patria, exajeraron hasta el número de
los muertos , como se verá en la publicacion del señor
Novo i Colson .
Para destruir este otro error, me referiré simplemente
a la nota que ha publicado El Mercurio en el artículo
que trata de la captura de la Covadonga . Este docu-
mento está firmado por el señor Alvaro Covarrúbias , mi-
nistro de estado en aquella fecha.
La cifra de los muertos i heridos que figura en él es
exacta , con la sola circunstancia que de los 14 heridos
algunos murieron horas despues , a consecuencia de la
gravedad en que se encontraban.

XXVIII

Fáltanos todavía narrar el incidente mas trascenden-


tal a que dió orijen la pérdida de la cañonera Covadonga
en la flota española , i de ello habremos de ocuparnos por
separado en el próximo capítulo .

26
ANEXOS AL CAPÍTULO X

NOTA RESERVADA , I HASTA HOI INÉDITA , ENVIADA POR EL


CAPITAN WILLIAMS AL GOBIERNO DESDE LEBU, SOBRE SU
CRUCERO A LAS COSTAS DEL PERÚ.

"Lebu, noviembre 21 de 1865.

Señor:

Inmediatamente de haber recibido las instrucciones


que V. S. se sirvió dirijirme por conducto del capitan de
navío don Leoncio Señoret, procedí a dar cumplimiento
a lo que en ellas se me ordenaba , zarpando el mismo dia
con direccion a las Chincha.
Despues de un viaje largo i lleno de dificultades a con-
secuencia de los vientos recios i contrarios que esperi-
menté a mi salida de Chiloé , i de tener que navegar en
convoi con el Maipú , buque hecho esclusivamente para
andar a vapor i no a vela, llegué por fin al punto de mi
destino , el 28 del próximo pasado a las doce de la noche.
Luego que entré a la rada, mi primera dilijencia fué
buscar los buques de la revolucion , Union i América ; mas,
como no los viese allí , me dirijí a tierra con el objeto
de averiguar el lugar donde se encontraban . Por las no-
ticias que pude adquirir, supe que éstos habian salido
para Chilca, caleta situada un poco al sur de Chorrillos ,
193

conduciendo al ejército revolucionario que debia obrar


sobre Lima . Enterado de éstos pormenores regresé a
bordo i goberné para el punto indicado, dándole órden
al comandante del Maipú de dirijirse a la rada de Pisco ,
con el fin de ver si se encontraban en aquel paraje i , eva-
cuada esta comision , continuase en direccion al norte re-
corriendo la costa hasta juntarse conmigo , lo que dicho
comandante efectuó sin resultado alguno .
Al oscurecer llegué a Chilca, en donde encontré a los
buques mencionados i a mas a la fragata Amazonas que
llevaba la insignia de jefe de escuadra . Estos habian
encendido sus fuegos i me esperaban sobre sus máquinas
con todo el aparato de guerra . Siendo la Amazonas la
que llevaba la insignia, consideré mas propio dirijirme
a ella. Luego que llegué a su bordo , me apersoné a don
Lizardo Montero , investido del carácter de comandante
jenerali tuve una conferencia con él, en la que principié
por esponerle el objeto de mi comision i las instrucciones
que tenia de V. S. Pero este oficial no me dió tiempo de
concluir, pues me interrumpió , diciéndome que sabia todo
lo que yo le iba a comunicar, i que los comandantes i
oficiales de los buques Union i América , habian protesta-
do ese dia contra todo ataque o acto agresivo que se in-
tentase llevar a cabo sobre la escuadra española ; que con
respecto a él estaba dispuesto a todo , pero que era pre-
ciso esperar ; que tratase de verme con Santa María, al
que encontraria en Pisco, i que este caballero me impon-
dria de todo lo acordado ; por último , me agregó que era
necesario que yo volviese al punto indicado lo mas pron-
to posible i de allí a Chile u otro lugar cualquiera, porque
la Numancia habia salido del Callao i me andaba bus-
cando. A esta observacion le contesté que por lo que
hacia a mi seguridad no tuviese cuidado alguno , que esta
corria de mi cuenta, i que lo que yo queria en ese mo-
mento era saber si estaba dispuesto a aceptar algun
plan de ataque contra las fuerzas españolas en el caso de
que triunfase la revolucion, ya que en las circunstancias
en que se hallaba no podia tener lugar, en la intelijencia
de que yo estaba dispuesto a esperarlos en aquellas aguas ,
no obstante la Numancia i la escacez de víveres i com-
bustible en que me hallaba ; que tenia instrucciones de
- 194 .-

mi gobierno para obrar en este sentido i estaba determi-


nado a cumplirlas . A todas estas manifestaciones , se es-
cusó valiéndose de diferentes pretestos mas o ménos
fútiles e insistiendo en que me dirijiese a Pisco a la ma-
yor brevedad.
Considerando que nada podia esperar de todos aque-
llos oficiales , i de que se sentian altamente contrariados
por mi presencia en aquel lugar, me resolví a dejarlos
dirijiéndome a Pisco , donde, por lo que me habia dicho
Montero, esperaba encontrar al señor Santa María.
Antes de pasar mas adelante, me permitiré agregar a
V. S. que en el corto tiempo que permanecí a bordo del
Amazonas, pude notar el estado de índisciplina i desmora-
lizacion en que se halla este buque, i no dudo , señor, que
las dos corbetas se encontrarán en peor condicion ; pero
esto no es de estrañar desde que estos buques están al
servicio de una revolucion , i sus comandantes i oficiales
tienen que contemporizar en la situacion en que se ha-
llan, i en consecuencia desentenderse de las faltas que
cometan los equipajes , compuestos de jente que descono-
ce completamente la subordinacion militar. Ultimamente ,
por ignorancia en el manejo de las piezas i uso de los
proyectiles , han reventado dos de los cañones rayados
de a 62 pertenecientes a una de las corbetas .
A las ocho de la mañana del dia siguiente llegué a
Pisco . Allí encontré al capitan de navío graduado don
José Anacleto Goñi , que se incorporó a este buque en
clase de pasajero , i por él supe que el señor Santa María

habia salido esa noche para el Callao en el vapor Inca .


Tambien me comunicó que en las Chincha me espera-
ban el capitan de fragata don Nicolas Saavedra , el canó-
nigo Despott i el teniente primero don Oscar Viel , este
último con pliegos para mí i los dos primeros con el ob-
jeto de embarcarse en el Maipú para regresar a Chile.
Enterado de estos pormenores me dirijí sin pérdida de
tiempo a las islas ; en ellas encontré a las personas que
iba a buscar, las que se embarcaron en el Maipú, i recibí
del teniente Viel los pliegos que me tenia . Estos eran
dos : uno de V. S. por el cual me ordenaba ponerme a las
órdenes del señor Santa María , i el otro de este caballero
en el que me mandaba que a la mayor brevedad , empren-
195

diese mi regreso a Chiloé . Adjunto a V. S. una copia de


esta pieza .
No bien hubo recibido mis nuevas instrucciones , em-
prendí mi regreso , fijando mi recalada en este puerto con
el objeto de desembarcar los pasajeros que conducia , de
ponerme en comunicacion con V. S. i de ver modo de
procurarme algunos víveres ; pues este viaje, señor mi-
nistro , me ha obligado a consumir la mayor parte de los
dos meses con que salieron estos buques del departamen-
to ; i en la actualidad , debido a la medida que desde el
principio adopté de poner a los equipajes a dos tercios
de racion, puedo contar con una existencia de quince
dias , siguiendo el órden establecido , la que reduciendo a
media racion puede alcanzarme para algunos dias mas , i
entónces tendré la cantidad suficiente para poderme de-
morar algunos dias en Constitucion hasta recibir las ór-
denes que V. S. tenga a bien impartirme tan luego como
se intruya de la presente comunicacion i continuar en
seguida hasta Chiloé . Prevendré a V. S. que en aquella
provincia solo puedo conseguir víveres frescos , i éstos en
las actuales circunstancias con alguna dificultad .
Por lo que hace a combustible , me queda una existen-
cia de cincuenta toneladas , las que necesito conservar a
bordo indispensablemente para lastre, sin el cual este
buque no puede navegar a la vela con seguridad .
Con respecto al Maipú, me ví obligado a separarme de
él en el paralelo de los 30°, a consecuencia de la pequeña
existencia del espresado artículo que le quedaba a bordo ,
i sin el cual , no era posible que pudiese continuar conmi-
go hasta este punto i despues seguir el viaje hasta Chi-
loé. Acompaño a V. S. una copia de las instrucciones
que le dí a su comandante. Espero, señor, que esta me-
dida , tomada en virtud de las circunstancias en que me
hallaba , merecerá la aprobacion de V. S.
Como a este buque no se le hicieran las reparaciones
que necesitaba cuando entró al dique flotante últimamen-
te, esta circunstancia ha dado lugar a que tan luego co-
mo salí de Chiloé i principié a esperimentar los vientos
récios del norte , que en los seis primeros dias soplaron ,
fatigado con el peso de su artillería principió a hacer de
ocho a diez i mas piés de agua en veinticuatro horas, can-
- 196 -

tidad que las bombas apénas podian estraer . Este incon-


veniente me pone en el caso , ahora que he vuelto a estas
latitudes , de estivar seis cañones en la bodega, a fin de
que el buque quede mas marinero disminuyéndole el
peso superior i conseguir por este medio que el agua no
aumente.
Me es sensible tener que comunicar a V. S. noticia
tan desagradable en las actuales circunstancias , pero me
veo en el deber de hacerlo. Cuando salí de Valparaiso
creí que el buque podria contrarestar el mal tiempo , no
obstante las filtraciones que habia observado en sus fon-
dos ; por esta razon i la de que no se creyese que yo tra-
taba de poner un inconveniente para la realizacion de la
presente campaña , me limité a los partes que en esa fe-
cha pasé a la comandancia jeneral de marina.
Terminaré la presente nota , permitiéndome agregar a
V. S. que, para que este buque pueda presentar alguna
defensa en esta costa , ya que no puede emprender un
viaje largo, necesito en primer lugar setenta marineros
fuertes i decididos , los que deban reemplazar a igual nú-
mero de individuos que aparecen en el estado adjunto ,
parte de los cuales fueron embarcados a última hora; en
seguida que se me proporcionen cien revólvers con su
correspondientes municiones , los que me hacen gran fal-
ta a bordo. La jente se podria enganchar en Valparaiso ,
pues estoi cierto , señor ministro , que en las actuales cir-
cunstancias no habria dificultad para conseguir la canti-
dad que solicito i remitir la jente con el armamento , ya
sea al puerto de Constitucion o al de San Antonio , en
donde me seria fácil embarcarla , fijándome únicamente
el dia i lugar de mi recala . Dotado este buque así i con
el combustible i víveres necesarios , bien podria presen-
tar alguna resistencia, al cooperar en cualquier movi-
miento o plan de ataque que se intente llevar a cabo
contra las fuerzas españolas, lo que en la actualidad ,
con la jente que tengo a bordo , mui poco puedo hacer,
Dios guarde a V. S .- (Firmado) : J. WILLIAMS REBO-
LLEDO . Señor ministro de marina.
- 197

Al dejar a Constitucion , despues del combate del Pa-


pudo , entregué al señor Souper una nota para el gobier-
no , que en su último acápite dice lo que sigue:

"Noviembre 28 de 1865.

Terminaré la presente nota poniendo en conocimiento


de V. S. que este buque se encuentra en bastante mal
estado , pues con el último cañoneo a bala, se han abierto
muchas de las costuras del costado desde la línea de flo-
tacion . Aparte de ésto i de la considerable cantidad de
agua que hace por sus fondos en ajitacion, tiene sus cal-
deras en mal estado , de modo que no se puede depositar
mucha confianza en ellas.- Señor ministro de marina.

II

CARTAS DEL GUARDIA - MARINA DON ARTURO PRAT SOBRE LA


CAPTURA DE LA COVADONGA

(Fragmentos a su madre.)

..."Alta mar, noviembre 7 de 1865.

"Despues de un feliz viaje de 23 dias, arribamos a las


islas de Chincha i el comandante se dirijió al fondeadero
para informarse de la escuadra peruana ; sabiendo que
hacia cuatro dias habia dejado estas islas con el objeto
de trasportar de Chicla a Chorrillos las tropas que de-
bian obrar sobre Lima. Con esta noticia i que la Nu-
mancia se hallaba fondeada en San Lorenzo , nos diriji-
mos a Chicla. El 28 por la tarde avistamos tres vapores
de guerra con sus máquinas encendidas que se separa-
ban de la costa ; poco despues reconocimos era la escua-
dra peruana, compuesta del Amazonas , Union i América
que, creyéndonos el Apurimac i el Lerzundi, escuadra
198

de Pezet, les buscaban con intenciones de librar fuera el


combate."
Despues de esplicar la conferencia habida entre Wi-
lliams i el almirante Montero, que tuvo por objeto saber
si la revolucion nos prestaria sus buques, se espresa en
estos términos :
"Por la conferencia que el comandante tuvo con Mon-
tero , supimos que las circunstancias habian variado a
causa de nuestra demora, que dió lugar a que el coman-
dante de la Union i oficialidad protestasen alegando que,
estando ellos en guerra, debian concluir primero sus
asuntos personales ántes de mezclarse en los ajenos : ra-
zon mui justa si se quiere , pero que debian haberla he-
cho presente a nuestro gobierno ántes que se compro-
metiera. Quizás debemos felicitarnos de esta ocurrencia ,
pues habria sido mas crítico el estado en que nos hubie-
ran dejado si lo hacen cuando nos encontramos en peli-
gro.'
Prosigue su narracion i sabiendo que la Numancia los
asechaba, se dirijieron a Pisco, para encontrar allí a
Santa María, nuestro representante .
Termina avisando su llegada a Lebu despues de nar-
rar las dificultades que les ocasionó el Maipú , al cual
remolcaron desde Pisco a ese puerto .

"Noviembre 28 de 1865.

"La fecha de mi última carta fué desde Lebu, a donde


llegamos el 20. Despues de haber tomado noticia de la
escuadra española, zarpamos para Lota a donde llega-
mos el 22 a la una de la mañana en este puerto toma-
mos víveres i carbon i habiendo sabido que la Blanca
habia ido a Caldera habiéndose quedado el Matías i la
Covadonga en los puertos del norte , cerca de Coquimbo ,
se resolvió atacarlos ambos i tomarlos al abordaje. Para
esto , el 22 a las cuatro de la mañana salimos para el
norte, pasando frente a la Quiriquina donde se hallaba
la Resolucion . El 24 , frente a Valparaiso , avistamos dos
vapores i por un momento temíamos que hubiera fraca-
sado el plan pensando seria la Villa de Madrid i algun
otro vapor ; mas , luego los perdimos de vista , i cesó todo
1

199

cuidado . Este mismo dia , a las 6 P. M. , fondeamos en


Pichidangui i temprano zarpamos en direccion al norte.
"Este dia, en la noche, despues de ponerse la luna , de-
bia ser el combate : estaba ya todo arreglado ; dos divi-
siones de abordaje debian atacar, habiendo sido yo eleji-
do para la primera division con el teniente Thompson , i
para la segunda el teniente Lopez con Canto .
"La jente estaba mui entusiasmada i dispuesta a com-
batir. A las 11 llegamos a Tongoi , donde debíamos
tomar noticias frescas de la situacion de los buques i
atacarlos con seguridad ; para esto bajó el comandante a
tierra a informarse, i a las 12 todavía, o aun a mas tar-
dar, creíamos que a las dos o tres de la mañana los bu-
ques nombrados serian nuestros .
"Por estos preparativos puede usted comprender con
cuánto pesar supimos la noticia que nos trajo el coman-
dante, de que hacia dos dias había llegado la Blanca i se
encontraba en Coquimbo, en convoi con los dos vapores
que queríamos apresar.
"Con la cabeza gacha pusimos proa al sur con inten-
ciones , sin embargo , de no abandonar la empresa con
que habíamos soñado .
"El 25 avistamos un vapor en que se reconoció al Co-
vadonga ; nuevo entusiasmo, se tocó jenerala i todo el
mundo en su puesto estuvo listo i deseoso de combatir ;
mas , al acercarse ¡ solemne chasco! recibimos nueva
equivocacion, pues era el Fósforo que, a la distancia era
algo parecido .
"Mas, en honra del proverbio que dice : "a la tercera
va la vencida ," le relataré a usted lo sucedido :
"El 26 en la mañana nos pusimos al habla con el va-
por de la carrera Valparaiso, fué un bote a bordo , el que
indagó el paradero de los buques españoles i habiéndole
dicho el comandante del vapor que la Covadonga habia
salido por la mañana de Coquimbo para Valparaiso , re-
solvimos esperarlo ; a las 10 A. M. lo tuvimos a tiro de
cañon, se le hizo fuego , 20 minutos despues arrió su
bandera. A las 12 tomamos posesion inzando bandera
chilena . Nosotros no tuvimos ningun muerto ni herido ,
pues el fuego de fusilería fué mui poco certeio i en cuan-
to al de cañon creo que hicieron un solo disparo ; nues-
27
200

tros tiros le causaron bastante daño en la jente, aunque


poco en el buque (esto afortunadamente) pues tuvieron
como 8 muertos i 10 heridos . Inmediatamente nos diri-
jimos al Papudo donde desembarcamos los heridos i pri-
sioneros , que pasan de 100 ..."
CAPÍTULO XI

EL SUICIDIO DEL ALMIRANTE PAREJA

Cómo circuló en Chile la noticia del triunfo del Papudo i cómo recibió el almirante
Pareja esa noticia a bordo de la Villa de Madrid.- Pequeñez de ánimo del almirante
español i cómo se quita cobardemente la vida.—Carácter, antecedentes i costumbres
del almirante Pareja.-Confirma su odio a Chile úntes de morir.- Carta apócrifa que
se le atribuye.- Sus dos épocas, ántes de Tavira i despues de Tavira.-Jenerosos ofre-
cimientos del gobierno chileno cuando tuvo conocimiento de la muerte de Pareja.—
Sepultacion de éste fuera de las aguas jurisdiccionales de Chile.- Noble respuesta de
Topete al gobierno chileno.- Nueva faz de la guerra.

Habíase tenido apénas en la capital noticia cierta del


feliz resultado del combate del Papudo , trasmitido por
espresos desde aquel puerto (porque el telégrafo no rejia
todavía al norte de la Calera) , cuando preocupóse el go-
bierno de trasmitir tan fausta nueva a todos los pueblos
i autoridades de la república, lo cual el prestijioso minis-
tro del Interior i Relaciones Esteriores , don Alvaro Co-
varrúbias , puso por obra en la patriótica circular que a
continuación copiamos , i así dice :
"Santiago, noviembre 27 de 1865. -Me apresuro a co-
municar a V. S. la siguiente noticia que tomo del parte
dirijido con fecha de ayer por el comandante jeneral de
marina de Valparaiso :
En la mañana del dia citado , la Esmeralda , que se
hallaba en el puerto del Papudo , salió al encuentro de la
Covadonga que venia de Coquimbo . Despues de media .
hora de combate, la Esmeralda apresó a la Covadonga
con toda su tripulacion .
202

Los prisioneros españoles que se ha tomado son : 1


comandante , 6 oficiales , i de 110 a 115 hombres de tri-
pulacion. Por nuestra parte hemos tenido la felicidad de
no lamentar ninguna desgracia. Por parte de los espa-
ñoles ha habido 2 muertos i 14 heridos , entre éstos un
oficial.
La premura del tiempo ha impedido al denodado co-
mandante de la Esmeralda suministrar mas detalles so-
bre este importante suceso .
La proximidad del lugar del combate al puerto de
Valparaiso, donde existen fuerzas enemigas tan superio-
res , hace de esta accion un hecho altamente glorioso .
Dios guarde a V. S. -ALVARO COVARRUBIAS .",

II

Publicóse este boletin , junto con otros documentos fe-


hacientes del hecho i la victoria , por la prensa de Valpa-
raiso el dia 28 de noviembre de 1865 , i luego llevó a
bordo de la Villa de Madrid el diario que la reproducia ,
el cónsul de los Estados Unidos en aquel puerto .
Fácil es darse hoi dia cuenta de la mortal impresion
que produjo en el ánimo del almirante Pareja, de suyo
pequeño i ofuscado, nueva tan mortificante para su amor
propio, despues de sus fáciles victorias diplomáticas del
Perú, a lo que se agregaba ahora que el vapor Valpa-
raiso , el oportuno vijía de la Esmeralda , habia sido por-
tador de la noticia de la victoriosa entrada del ejército del
coronel Prado a Lima i la fuga vergonzosa del traidor
Pezet, hechos que habian tenido lugar en una sola maña-
na, el dia 6 de aquel mes propicio a Chile en el Pacífico .

III

Propio ha sido siempre de los corazones verdadera-


mente españoles levantarse en las adversidades a reso-
luciones magnánimas , como las que tomara, sin salir de
203

las proezas de sus conquistadores de la América,


don Francisco Pizarro cuando echando una raya con su
espada en la isla del Gallo , despues de horribles sufri-
mientos , retuvo a su lado los trece fieles de la fama que
dieron a Carlos V su mas opulento imperio ; o la del
náufrago Orellana, cuando en frájil barquichuelo desem-
bocó el Amazonas navegándolo desde el Nafo al Pará o
la del ínclito Hernan Cortés cuando en la rada de Vera
Cruz quemó sus naves .
Pero no habia de encontrar cabida dentro de las es-
trechas paredes de la mente de Pareja, hombre tan nulo
como empecinado , concepciones de aquella magnitud ; i
ántes al contrario , no alcanzando a remontar su vuelo
mas allá de su pasajera humillacion i de las tablas de su
camarote, con vulgar cobardía se quitó la vida.

IV

No habria ejecutado , a la verdad , hecho tan pusilánime


ni tan insano ni de tan funesto efecto para sus subordi-
nados en aquella crítica situacion el último de los capi-
tanes españoles que le acompañaban, i por eso hemos
sostenido siempre en el curso de esta historia i no por
ironía sino en obedecimiento a filosófica justicia , que des-
pues de un loco como Mazarredo , digno de un manico-
mio, la desaconsejada España habia sacado del hospicio
de sus nulidades políticas al caprichoso emisario , que con
obstinada culpa le causara tantos males , agravando sin
motivo los nuestros .
¿Cómo tuvo lugar a bordo de la nave-almiranta de la
escuadra española surta en la bahía de Valparaiso , suce-
so de tanto bulto i hasta hoï tan poco conocido?
Hé aquí lo que el paciente e investigador cronista cas-
tellano se ha encargado de contarnos en las pájinas que
en seguida vamos a copiar :
204 -

"Tuvo noticia el almirante Pareja (dice su historiador


i su biógrafo , en esta parte escencialmente benigno con
su memoria ) del apresamiento de la Covadonga dos dias
despues de realizada , por conducto del cónsul de los Es-
tados Unidos , el cual le aseguró que tambien habian
apresado a la goleta Vencedora. Este buque habia sido
enviado dias antes por el jeneral a la bahía de Talca-
huano con órdenes para el comandante de la fragata
Resolucion. Pero no reveló sorpresa ni disgusto visible
ante el cónsul, pero en su pecho varonil debió desen-
cadenarse una tempestad espantosa , comprimida , que
ni sus amigos i allegados pudieron presumir. El cón-
sul repitió la visita al siguiente dia i le dió deta-
lles del apresamiento de la goleta. Despidió Pareja al
cónsul con agrado i perfecta tranquilidad , i continuó
paseando por el alcázar ; luego bajó a su cámara i comió
lo de costumbre . Despues de la comida, paseó la cubier-
ta fumando, sin que su semblante ni su ademan revela-
ran preocupacion alguna. Al comandante de la Villa de
Madrid, Alvargonzalez, le hizo referencia del suceso
con los siguientes palabras : "Ya ve usted las noticias.
del cónsul américano ; ¿admite usted la posibilidad de
que halla sido apresada tambien la Vencedora?" a lo
que contestó Alvargonzalez que nada tendria de estraño
hubiese ocurrido, por la desproporcion de fuerzas entre
uno i otro buque . El jeneral continuó paseando , i despues
de algun tiempo bajó a su cámara ; a los pocos minutos
oyeron desde cubierta la detonacion de una arma de fue-
go, i casi en seguida los gritos del criado de Pareja.
Corrieron todos , i entrando en el camarote del jeneral lo
hallaron tendido en su cama , muerto al parecer, i con un
revólver en la mano.
A Pastor que era su secretario i sobrino político iban
205

dirijidas estas pocas líneas que escribió Pareja en sus


últimos momentos ; decian así: " Te estoi agradecido; QUE
NO ME SEPULTEN EN AGUAS CHILENAS ; que todos se conduz-
can con honor." (1)
La muerte de Pareja produjo un profundo disgusto a
todos los marinos españoles ; cuidaron éstos de que no
fuera conocida en Chile la triste nueva i la insignia con-
tinuó tremolando en el tope de la fragata.

VI

En aquellas dos palabras No me sepulten en aguas chi-


lenas, está vertida toda el alma del triste vengador del
chavalongo de Chillan, puesto que , de esa enfermedad
i no de heridas , habia fallecido su padre don Antonio
Pareja en 1813. Esa frase tan gráfica , el lacónico tes-
tamento de odio traspasado de la vida mas allá de la
tumba, es, diríamos , si la espresion no fuera tal vez
demasiado dura , la ponzoña que, segun la creencia vul-
gar, deja escondida la culebra entre la yerba cuando va
a beber en el arroyo ...

I en efecto, a fin de cumplir aquella singular disposi-


sicion de un hombre a quien Chile no habia hecho jamas
ofensa alguna, ni siquiera a la memoria de su padre ,

(1) Uno de los diarios de Santiago publicó, cuando en diciembre se


tuvo noticia del suicidio de Pareja, la siguiente carta a todas luces apó-
crifa pero que correspondia perfectamente al estado del espíritu del suici-
da i a la situacion que se habia creado.
A bordo de la Villa de Madrid en Valparaiso , noviembre de 1865.—
« Esta carta anunciará a usted mi muerte . Los errores de juicio i no de
• voluntad con que he est aviado al gobierno de mi reina no pueden te-
< ner otra espiacion . He sido lijero e injusto con Tavira ; supliquele us-
« ted que me perdone : él conocia mejor que nadie a esta república , i
« sus consejos i sus procedimientos fueron sanos i seguros. Está en el
interes de nuestra patria aprovechar el primer momento para hacer la
< paz con Chile.
Soi su afectísimo .

J. M. PAREJA,
206

que reposaba respetado en tierra chilena , a orillas del


caudaloso Nuble, sus fieles lugar-tenientes sacaron su
cadáver dos millas mar afuera, es decir, mas allá de los
límites territoriales de la república i lo sepultaron léjos
de las aguas de Chile," pero dentro del recinto que su
avilantez insensata i su estrechez de vista habian decla-
rado escluido del comercio del mundo .

VII

¡Pobre Pareja! El historiador español, en seguida de


narrar estos hechos , entra a discurrir sobre las causas
del suicidio del jefe de la flota española en el Pacífico , i
apunta honradamente las mismas que nosotros le hemos
asignado : el remordimiento . El remordimiento respecto
de Chile, a quien habia hecho males tan intensos como
gratuitos , i el remordimiento respecto de Tavira, a quien ,
tambien por ódio mezquino , habia calumniado . "¿Cuál
fué , esclamaba en efecto el señor de Novo , la verdadera
causa que le condujo al suicidio? ¿Cabe admitir que fue-
ra ésta la pérdida de la Covadoaga? Si se atiende al
pundonor exajerado del ilustre marino , pudiera admitir-
se , pues ya en otra ocasion en que corrió el peligro de
perder el buque que mandaba tuvo en su mano el arma
suicida ; pero sábese hoi que el ánimo del jeneral hallóse
entónces combatido por muchas causas diversas , pudién-
dose concretar las siguientes : 1. El arrepentimiento de
haber estremado su política enerjica con Chile por juz-
garla errónea , en vista de los hechos , i poco convenien-
te a España . 2. Ciertas dudas de haber acusado con no
perfecta razon i fundamento a Tavira de traidor i des-
feal, pues parece ser que éste poseia una carta del mismo
presidente del consejo (Narvaez) en que le mandaba no
hiciera caso de las instruciones oficiales i PROCURARA LA
PAZ . (No he podido confirmar la existencia de esta car-
ta .) 3. El disgusto que le producian las repetidas instruc-
ciones contradictorias del gobierno'español , que pudieran
207

calificarse con el vulgar nombre de pasteleras , procedi-


miento que a aquél repugnaba. En apoyo de esto pueden
consultarse la real órden del 26 de setiembre i la res-
a
puesta del jeneral . 4. El recelo de que el Perú, unido a
Chile, lograran colocar a la escuadra en situacion dificili-
sima, por la escasez de recursos con que habia de luchar
i el abandono en que España la tenia . 5. En que obe-
deciendo a órdenes reservadas, no podia continuar su
propósito de obtener desagravio a todo trance o castigar
con un bombardeo a la república , retirándose despues
con la escuadra , a la que un largo bloqueo le era perju-
dicial. Si a todas estas circunstancias reunidas se añade
el apresamiento de la Covadonga , que vino a represen-
társele como el principio de la realizacion de sus pre-
sajios tristes , no puede sorprender tanto lo trájico de
su fin.

VIII

"El jeneral Pareja, añade el señor de Novo , ha sido


juzgado por varios escritores , i algunos convienen en
"que fué víctima de la insana, ruda i apasionada oposi-
cion que hizo gran parte de la prensa de Madrid , por so-
lo el prurito de impugnar al gobierno , a su tratado del
Callao ,... y de la especie de sospecha que se quiso gra-
tuitamente arrojar sobre su reputacion militar de que en
ciertas ocasiones no era capaz de mostrar al mundo el
esforzado ejemplo de audacia i de coraje que se atribu-
yeron a su antecesor. "

IX

"Lo existencia del jeneral Pareja, dice otro autor es-


pañol, historiógrafo fragmentario de estos sucesos , tuvo
dos semblantes , dos faces contrarias entre sí ; dos crite-
98
208

rios , su juicio político ; dos aspectos , dos épocas , su cam-


paña diplomática i militar. Le encuentro en la primera
época conciliador sin debilidad , atinadamente firme, atento
a sacar las mayores ventajas para su pais , i su obra se
vió coronada por un convenio que aseguró a España una
indemnizacion de 60 millones de reales . En la segunda
época, le noto hirviente de cólera , altanero duro e implaca-
cable con el pobre señor Tavira i belicoso con la república
de Chile. ¿ Qué poder realizó esta profunda transformacion?
¡Dolor i vergünnza causa decirlo! La injusticia con que
la opinion acojió i juzgó su obra en el Perú i los amaños
clandestinos de algunos infames españoles que , EN CON-
CIERTO CON EL EMPERADOR DE LOS FRANCESES querian la
guerra en el Pacífico para medios i GRANEJERÍAS INÍCUAS
cuyos pormenores no quiero relevar. " ( 1)

Lo que precede ha sido escrito por el español don Il-


defonso A. Bermejo en la Estafeta de Palacio , volúmen
III... I en esas granjerías, iniciadas como salsa de apeti-
to en las Chincha por Pareja i Vivanco con los 3 millo-
nes de pesos ( 60.000,000 de reales ) que el almirante no
tenia instrucciones de demandar i que, sin embargo, en
el acto le fueron dados , ¿ no andarian metidas manos pe-
ruanas en Lima i en Madrid? ¿Los Osmas de allá con los
Osmas de aquí?
Limítase el señor de Novo , a este respecto , a agregar
discretamente por su parte estas solas palabras sobre tan
delicado asunto : "Me apresuro a decir que si no revelo
estos amaños es porque los ignoro, o mas bien , porque se
han destruido , sin duda, todas las pruebas justificati-
vas buscadas por mí con afan."

(1 ) Seria oportuno en esta parte recordar al lector las revelaciones


peruanas del jeneral mejicano Abad i Oro de que hemos dado cuenta con
anterioridad.
209

ΧΙ

Mas , volviendo al castigo de Pareja, que él se infirió


por su propia mano, dando en ello clara muestra de la
escasez de su seso i de la pequeñez de su alma, por mas
que sus compatriotas hayan pretendido encontrarle una
justificacion levantada , no ha podido encontrársela ni en
esa ni en ninguna otra ocasion de su vida, inclusa aque-
lla en que , por hallarse en peligro un buque de su mando ,
intentó ántes suicidarse .
En mucho mucho mas duro i repentino conflicto , ha-
llóse ciertamente el atolondrado pero valeroso Pinzon ,
cuando se le quemó la Triunfo en las islas de Chincha , i
se encontró con solo un barco i la diminuta Covadonga a
doce horas de navegacion del Callao , repleto de elemen-
tos i de jente de guerra, en cuya ocasion , usando un
lenguaje que recuerda a los españoles de Lepanto, escri-
bió a los comandantes que de España venian en su au-
silio , que si no le encontraban en su fondeadero de las
islas , " no le buscasen en otra parte , porque allí se habia
quedado ..."
I no fué ménos apurado el lance de Mendez Núñez
despues de sus infructíferas i atrevidas campañas a Chi-
loé i su desdoroso bombardeo de Valparaiso , impuesto a
su alma grande por un gobierno torpe i lejano, porque
entónces no recurrió el almirante humillado al cómodo i
breve disparo de nn revólver, sino que marchó resuelto
i altanero a librar batalla a los fuertes del Callao , uno de
cuyos proyectiles lentamente apagó en su pecho heróico
heróica vida.

XII

"Era delgado , dice de Pareja uno de sus subordinados ,


confirmando nuestra propia opinion de la profunda po-
quedad de su alma , vaciada en estampa amanerada de
210

hombre célibe i pulido , de regular i bien proporcionada


estatura i de fisonomía tan dulce i tan distinguida , que
sin ser buen mozo cautivaba a cuantos le miraban. Sim-
pático para todo el mundo , lo mismo se atraia la amistad
de los hombres que el cariño de las mujeres. Sin ser le-
chuguino seguia la moda en el vestir i era aseadísimo; nun-
ca varió la forma de los cuellos de sus camisas, usándolos
largos i sin doblar. Su gran calva le daba realce i digni-
nidad en la persona . Siendo un poco sordo , este efecto le
hacia lucir sus hermosos ojos, que con su viveza i pene-
tracion compensaban por completo la falta del otro sen-
tido . (1)
I en seguida con mas acierto el mismo oficial añade :
"Sus desaciertos en la guerra con Chile i la rendicion
de la Covadonga le condujeron al suicidio. Tal dirá la
historia, que juzga los hechos por las principales causas
que en ellos influyeron . Pero nosotros , que tanto le co-
nocíamos , ¿ lo hemos de culpar de todo? Nosotros que
paso a paso hemos visto i tocado los acontecimientos ,
hasta los mas insignificantes , ¿podemos en conciencia
hacer al jeneral responsable de todo lo malo ? La historia
dirá secamente que fué... suicida ."

XIII

No pondremos fin a los perfiles de este cuadro traza-


do mas por ajenas manos que por la nuestra, sin recor-,
dar un episodio altamente honroso para Chile i que en-
nobleció el triste i necio suicidio del almirante español
con un voto jeneroso de la nacion que por rencor vino a
humillar.
Refiere aquel lance de la hidalguía chilena en nobles
términos el historiador español i de la manera que en
seguida copiamos :

(1) El malogrado teniente de la Numancia, Pardo de Figueroa, en su


diario de la campaña del Pacífico.
111

"Fué cosa notable , dice, el bien guardado secreto del


fallecimiento de Pareja, que solo se supo en Chile veinte
dias despues de ocurrido .
Enterado de aquel triste suceso el gobierno de la re-
pública, dirijió una nota por conducto del intendente de
Valparaiso al comandante de la Blanca para que fuese
entregada a Mendez Núñez i decia así:
"Habiendo sabido hoi solamente el supremo gobierno
el fallecimiento del señor comandante jeneral de la es-
cuadra española , don José Manuel Pareja, me ordena con
esta fecha poner en conocimiento de V. S. que, si lo tu-
viese a bien, puede mandar a tierra el cadáver del señor
comandante jeneral para ser sepultado en el cementerio
de esta ciudad , hasta que el gobierno de España o la fa-
milia del finado disponga de él. Al cumplir esta órden
superior, me hago un deber en manifestar a V. S. la pe-
nosa sensacion con que he recibido la noticia de aquel
desgraciado accidente , i de ofrecer a V. S. la espresion
""
de los sentimientos , etc. , etc.'
A tan humanitario i noble ofrecimiento respondió en
el acto Topete con la comunicacion que sigue :
"Profundamente conmovido he tenido el honor de re-
cibir la atenta nota de V. S. fecha de hoi , en que se sirve
manifestarme, que, sabedor el Supremo Gobierno de esa
república del fallecimiento del escelentísimo señor coman-
dante jeneral de la escuadra española en el Pacífico , dop
José Manuel Pareja , le ordenaba poner en mi conoci-
miento la oferta de recibir en tierra el cadáver de S. E.
Dejo al señor brigadier don Casto Mendez Núñez , suce-
sor en el mando del finado , i que en breve llegará a esta
bahía , la amplia contestacion que merece tan digna oferta ;
yo solo me limito a rogar a V. S. se sirva hacer presen-
te al Supremo Gobierno que los restos del jeneral Pareja
tienen por sepultura las aguas del Pacífico ; pero en
nombre de los jefes , oficiales i tripulaciones de los bu-
ques surtos en el puerto , doi a V. S. , a su gobierno
la república de Chile , las mas sinceras gracias por un
acto tan distinguido que puedo asegurar a V. S. estima-
mos en todo su valor. Aprovecho tan triste ocasion para
ofrecer a V. S. las seguridades de las consideraciones i
respeto , etc. , etc."
212

Impuesto Mendez Núñez a su llegada de las notas an-


teriores , dirijió otra al citado intendente reiterándole
la espresion de gratitud a que era acreedor aquel go-
bierno ."

XIV

Fué así como Chile devolvió al mas gratuito, al mas


apocado i al mas torpe de sus enemigos el odio incura-
ble que desde su niñez , como el hijo de Asdrubal, abri-
gara contra su suelo ; i quisiera el cielo que los hombres
públicos del presente i del porvenir en nuestro pais con-
tinuaran inspirándose en esos mismos elevados senti-
mientos .
Al ménos , el telegrama colectivo de Angamos , el dia
de la captura del Huáscar, respecto de los restos del in-
fortunado i caballeroso Grau, fué todavía un reflejo de
esa magnanimidad antigua .

XV

Entretanto, la guerra iba a entrar ahora en una nueva


faz, con otro jefe, con diversos propósitos por parte de
los mal aconsejados españoles , con ventajas positivas pa-
ra Chile, que habia sabido encontrar aliados , despertan-
do la simpatía de todos los pueblos por su entereza para
resistir a la injusticia i al ultraje.
Su victoria del Papudo iba a darle como homenaje
americano la alianza del Perú , del Ecuador i de Bolivia.
El suicidio de Pareja seria el primer paso de la retira-
da de la escuadra española , que así acentuaba sus impo-
tencia para vencernos .
La guerra de Chile con España , que aquí de preferen-
cia historiamos , habia llegado a su crísis .
El revólver de Pareja, mas que el cañon del Dos de
Mayo, habia vencido a la escuadra i a la España injusta
e imprevisora en sus empresas del Pacífico .
CAPÍTULO XII

LA ALIANZA DEL PERÚ I SU DECLARACION DE GUERRA


A ESPAÑA

Notables i faustos acontecimientos del mes de noviembre de 1865.- Ocupacion de Lima


por el ejército del coronel Prado el 6 de ese mes.-Curiosas proclamas que sirvieron
de base a la popularidad de Prado.- El acta de Arequipa del 28 de febrero de
1865. Marcha del ejército restaurador desde esa ciudad hasta el valle de Chin-
cha Alta.-Reúnesele en Ayacucho el segundo vice-presidente Canseco.- Abne-
gacion del coronel Prado.- Cobardía de Pezet en su fuga i debilidad culpable de los
primeros actos del gobierno de Canseco en Lima.-El ejército resuelve proclamar al
coronel Prado dictador.-Simulacro de reunion civil en el Ayuntamiento de Lima el
26 de noviembre, i curiosa acta de aquella resolucion.- Participacion capital del mi-
nistro de Chile don Domingo Santa Maria en aquellos sucesos.-Actitud de Mendez
Nuñez en el Callao i del ministro Albistúr en Lima.-Carta autógrafa de Doña Isa-
bel II.-El dictador_celebra inmediatamente un pacto de alianza con Chile, el 5 de
diciembre de 1865.-Ratifícalo el Congreso de Chile i se promulga solemnemente en
Lima i en Santiago, el 14 i el 28 de enero de 1866.- Regocijos populares. - Viva Chi-
le i el Perú!» - El Perú declara la guerra a España.- El Ecuador i Bolivia se adhie-
ren a la alianza de Chile i el Perú.-Documentos.

El mes de noviembre de 1865 habia sido fausto para


los chilenos . La noticia de la captura de la Covadonga
coincidió en gran manera con la feliz nueva de la cap-
tura de Lima por las tropas del coronel Prado, hecho
trascendental verificado el 6 de noviembre .
No hubo combate ...
El ejército de Pezet, perfectamente vestido , equipado
con lujo i espléndidamente pagado con las sobras del
guano i la traicion, estaba podrido por dentro como los
frutos de cortesa lozana en el árbol o en el cesto . El que
mandaba el coronel Prado , i que habia tardado cerca de
nueve meses en llegar desde Arequipa , (desde el 28 de
214 -

febrero en què estalló la revolucion al 6 de noviembre) ,


venia al contrario descalzo i cubierto de harapos , pero
animado de jeneroso espíritu i mandado por valerosos je-
fes, en su mayor número jóvenes cual su caudillo . ( 1 ) Por

(1 ) Por curiosas como estilo i por haber sido talvez la única protesta
oficial contra el atentado de las Chinchas en los dias de su consumacion ,
damos aquí cabida a las dos proclamas siguientes del coronel Prado, a la
sazon prefecto de Tacna, las cuales fueron la base de su popularidad en
el Perú i aun en Chile:

EL PREFECTO I COMANDANTE JENERAL DEL DEPARTAMENTO


A SUS HABITANTES

Conciudadanos :

Disfrazados con la capa de amistad vinieron los españoles a visitar


nuestras playas.
Los recibimos con cariño.
Les dimos la mano .
I comimos i bebimos juntos.
I sin causa ni pretesto, sin que nada les debamos , sin romper las rela-
ciones i sin declaratoria de guerra, nos asaltan de improviso, faltando a
la razon , a la justicia, a la lei de caballeros, al honor de su misma patria
i al derecho de las naciones.
Los que así obran, son unos vándalos i están fuera de la lei. Son unos
bandidos i cobardes, que para descuidarnos se hicieron nuestros amigos :
nuestros huéspedes para rejistrar la morada, nos dieron la mano para cla-
varnos el puñal, i comieron con nosotros para robarnos despues .

Patriotas :

¡ Qué tales enemigos ! indignos por cierto de nuestra nobleza i valor .


No obstante, es fuerza combatirlos i escarmentarlos : es fuerza tomar de
nuevo su cabeza i humillarla a nuestros piés.
Hijos del departamento : ¿ qué hareis con ellos ? Como a pérfidos les
escupireis en la cara ; como a piratas los esterminareis.

MARIANO I. PRADO.
Tacna, abril 26 de 1864.

EL PREFECTO I COMANDANTE JENERAL DEL DEPARTAMENTO


A LOS SOLDADOS

Ved, compañeros , que llora nuestra patria : ¿ ignorais por qué ?


Llora de rabia i vergüenza, porque la España le ha herido a traicion .
Porque su bandera de oprobio tremola sobre nuestro honor .
Liora de rabia i vergüenza, porque no murieron cien de sus hijos que
215

esto bastó que las avanzadas de los arequipeños , mar-


chando de noche desde Lurin , ( como lo haria el ejército
chileno catorce años mas tarde) se presentasen en la por-
tada de Barbones , que les fué de par en par abierta,
para que todo el ejército entrase sin disparar un tiro en
la ciudad, al paso que el de Pezet, que estaba en las
afueras, por el lado de Santa Beatriz , desbandóse por
sí solo en la campiña, corriendo a refujiarse en un bu-
que de guerra ingles , el cobarde autor de todas aquellas
indignidades , pero a quien el historiador español , con-
fundiéndolo con uno de sus secuaces llama equivocándo-
se "heroico." Fué lo último solo el coronel Gonzalez , lla-
mado por apodo " el Paton", quien , habiendo recibido la
consigna de conservar a todo trance el palacio de Lima ,
defendiólo hasta el postrer cartucho con un puñado de
celadores de la ciudad .

custodiaban las islas, porque el gobernador entregó su espada sin hun-


dirla en su pecho o en el pecho de Pinzon.
Llora, en fin, porque nosotros no estuvimos allí.
Defensores del país i de la libertad: el despotismo combate la libertad
de las repúblicas.
La impura planta de caducas naciones holla el virjen suelo de la Amé-
rica.
I vandálica flota de España asecha i roba el tesoro de la patria.
¡Que perezcan los cielos primero, que la libertad de la América i del
Perú!
I si perece la libertad , nosotros como libres, tenemos que morir.
I si hemos de morir, muramos como peruanos ante las aras de la pa-
tria.- Muramos como héroes en el campo de la gloria.-Muramos como
soldados al pié del cañon .
¿ I por qué hemos de morir cuando tenemos que vengarnos i la ven-
ganza es la vida ? Cuando tenemos la justicia i el mundo nos apoya?
Cuando España es la que viene, i España para vosotros ¿ qué es?
¿Por qué hemos de morir, cuando hai yalor en el alma i en las manos
un fusil?

Soldados :

Sea lo que fuere ; matar o morir.

Vuestro coronel

MARIANO I. PRADO.

Tacna, abril 26 de 1864.

29
216

II

Iba en medio del ejército revolucionario , a título de


vice-presidente legal del Perú, el jeneral don Pedro Diaz
Canseco, que prófugo de Lima, habíase reunido al coro-
nel Prado en Ayacucho hácia el mes de junio , teniendo
el último el buen sentido i la magnanimidad suficiente
para cederle el puesto que por la constitucion, mas no
por la revolucion, le correspondia . Canseco era un exel-
ente hombre, pero tímido , irresoluto, incapaz de afrontar
la situacion, escepto por su probidad , reconocida por to-
dos , aun en el Perú.
Por manera que, cuando el ejército revolucionario en-
tró a Lima, no fué su jefe natural quien pasó a desempe-
ñar el poder supremo, sino aquel funcionario, que en
gran manera habia participado de las debilidades de la
primera hora de la invasion española .
Rodeóse éste en consecuencia de un ministerio de hom-
bres patriotas pero frios como él , presididos por el an-
ciano don Francisco J. Mariátegui ; i éstos , descono-
ciendo por completo la situacion, la actitud del pueblo ,
la resolucion del ejército i las causas mismas motivadas
en el acta de Arequipa que les habian elevado al poder,
iniciaron una política de aplazamientos i de preparativos
largos i secretos para contrarrestar al español , que no
daba treguas i estaba allí en la Numancia. I para el caso
parlamentaron con Mendez Nuñez , que desde el Callao vi-
jilaba i seguia con avidez , por encargo de Pareja , los su-
cesos de la revolucion .

III

Tan desacertada e ilójica conducta no podia sostenerse


sino horas, i cierto dia , a fines de noviembre, las diversas.
divisiones del ejército nacional amanecian en la plaza
217 -

mayor de Lima con las armas en la mano proclamando


la separacion del mando del vice- presidente Canseco, por
inhábil, i concediendo , como las lejiones romanas a César,
la plenitud de la dictadura a su jóven i prestijioso ada-
lid el coronel don Mariano Ignacio Prado , natural de
Huanuco .

IV

A fin de salvar las apariencias celebróse en presencia


del ejército , de hecho amotinado , una reunion civil en la
casa del ayuntamiento, que como se sabe existe en Lima
frente por frente i a pocas varas de distancia del vetus-
to palacio de los presidentes , que fué de los vireyes i de
los Pizarros . I en esa singular reunion , que era una ver-
dadera comedia, semejante a la que los compañeros de
don Pedro de Valdivia tuvieron en las gradas de la igle-
sia parroquial de Santiago para proclamarle por la fuer-
za gobernador, celebraron tambien por la fuerza los
acuerdos que constan en el acta cuyo último fragmen-
to es digno de ser copiado i dice así :
"No es preciso enumerar uno a uno los actos del ac-
tual gobierno despues del 6 del presente todos son in-
constitucionales , porque no pueden dejar de serlo ; i sin
embargo, se empeña en llamarse constitucional . ¿Por
qué? Doloroso es decirlo- precisamente para no realizar
los dos grandes fines de la revolucion ; esto es , para no
restaurar el honor del pais i para no implantar las gran-
des reformas que el pais imperiosamente exije. Se escu-
sa entónces con su falta de facultades i señala el cír-
culo estrecho de sus atribuciones .
Hasta hoi nada ha obtenido el pais por fruto de la re-
volucion, a no ser la duplicacion de empleados i el consi-
guiente aumento de las necesidades del Tesoro . "Para
esto no hemos hecho la revolucion," dirán a gritos todos
los pueblos del Perú.
Los que suscriben creen, pues , llegado el tiempo de
218

adoptar una política sin dobleces ni engaños i franca-


mente revolucionaria . Restaurar el honor del pais e im-
plantar todas las reformas necesarias , usando de las fa-
cultades amplísimas que los pueblos concedieron al jefe
de la revolucion en las actas primitivas -hé aquí lo que
es indispensable realizar.
En esta virtud , los ciudadanos que han concurrido al
gran meeting de hoi , se creen en el deber de dirijir la
presente acta al jefe del poder ejecutivo , para los efectos
siguientes :
1.° Que el segundo vice - presidente jeneral don Pedro
Diez Canseco asume las facultades estraordinarias i ám-
plísimas que los pueblos concedieron al jefe de la revo-
lucion en las actas primitivas .
2.° Que en uso de estas facultades restaure el honor
de la nacion , i realice las reformas que exije el estado
del pais .
3. Que indispensablemente sea presidente del conse-
jo de ministros , encargado de organizarlo, el jeneral don
Mariano I. Prado que, por sus hechos i virtudes , merece
la confianza nacional .
4.° Que en el término de cuatro meses se verifique la
eleccion directa de presidente de la república que de-
be suceder en el mando al señor jeneral Canseco .
5.° Que tan luego que cesen las circunstancias actua-
les , o ántes , si se cree llegado el caso, se convoque a
elecciones para una asamblea constituyente, a la cual se
dará cuenta de los actos del gobierno ; i
6.° Que si el jeneral don Pedro Diez Canseco no se
presta a cumplir los fines de esta acta, se encargue de
realizarlos el señor jeneral don Mariano I. Prado . — Lima ,
noviembre 26 de 1865 .
No se publican las firmas porque se están recojiendo .
Esta acta se presentará al ejecutivo , invitándole , a
nombre del pueblo, para que se adhiera a ella .
Presentado el primer artículo a la deliberacion públi-
ca, el pueblo rehusó aceptarlo tal como estaba redactado ,
alegando que el jeneral Canseco habíase negado a acep-
tar la dictadura que le ofrecia el jeneral Prado i que ha-
bia hecho constar de una manera mas patente i notoria
todavía , su decision de no aceptarla a presencia de los
-- 219

señores jenerales, comandantes jenerales de division ,


primeros i segundos jefes de los cuerpos convocados por
él exprofeso , para consultarles sobre el mismo asunto , a
quienes declaró terminantemente su resolucion de go-
bernar solo por los medios constitucionales . El señor
Morales insistió por dos veces sobre la conveniencia i la
necesidad de dar primero la dictadura al presidente de la
república i el meeting respondió por dos veces vivando
al jeneral Prado i aclamándolo unánimemente para que
reasumiese las mismas facultades que los pueblos le otor-
garon al iniciar la revolucion , i que el jeneral Canseco
se negaba a ejercerlas .
En consecuencia, quedó modificado el artículo 1.° en
los términos siguientes :--"Que el señor jeneral don Ma-
" riano Ignacio Prado , asuma las facultades estraordina-
" rias i amplísimas que los pueblos le concedieron en las
" actas primitivas ."
Como el artículo 3.º era casi una derivacion del pri-
meró, la reunion pidió que fuese suprimido.
A peticion del comicio popular se nombró una comi-
sion que qusiera en manos del jeneral Prado , la resolu-
cion que habia tomado el pueblo de Lima i que la
misma fuese al palacio con idéntico fin ante el jeneral
Canseco . "

Notable cosa era que para dar a aquel acto popular


(al cual el ejército se adhirió por separado) el carácter
mas acentuado de civilismo lo encabezaron las firmas de
tres clérigos ... Eran éstos el presbítero don Mariano
Ron (mal nombre para sacerdote) , el capellan de ejér-
cito don Romualdo Castro i el capellan de vanguardia
don Pedro Campos . Las demas firmas hasta el número
de 300 mas o ménos eran de paisanos .
220

VI

Tuvo una parte decisiva en estas levantadas medidas ,


el ministro plenipotenciario de Chile don Domingo Santa
María, quien habiendo salido de su patria a fines de se-
tiembre con facultades omnímodas i en realidad iguales
a las del presidente de la república fuera del pais , no se
habia separado un solo momento del cuartel jeneral del
ejército de Arequipa así como del consejo de Prado i de
los hombres que lo rodeaban , i entre los cuales adquirió
con justicia gran valía. Los doctores Galvez , Pacheco i
Quimper, que serian en breve los ministros principales
de la dictadura i sus brazos fuertes , junto con don Ma-
nuel Pardo , recientemente llegado de Inglaterra, eran sus
mas decididos cooperadores en el propósito de ajustar la
alianza entre los dos paises agredidos . La dictadura queria
noblemente hacer suya la causa de Chile, como ésta
habia hecho propia la del Perú, i a ello ademas hallá-
banse unos i otros comprometidos por la fuerza irresis-
tible de las cosas i de los acontecimientos . ( 1)

VII

El ministro plenipotenciario de España en Lima don


Jacinto Albistúr, mas sagaz i mucho mas tímido que
Mendez Nuñez , habíase dado cuenta cabal de todo lo que

(1) Por no alargar, o mas bien, por no repetir la relacion de estos su-
cesos i de los puntos capitales de la alianza, que comenzó a iniciarse en
el valle de Chincha, desde los últimos dias de setiembre de 1865 , remiti-
mos al lector a nuestra obra ya citada- Diez meses de mision en Estados
Unidos, en que todo eso con documentos se cuenta i comenta.
221

iba a suceder ; i desde mediados de octubre vivia refujiado


en la Numancia, no sin despertar la amarga censura del
bizarro marino , que donde creia encontrar el deber allí
clavaba su bandera, i a semejanza de los toros bravíos
de la selvática Estremadura a su pié enterraba la cabeza.
"El 6 de noviembre , dice a este respecto el historiador
español, que trata al ministro Albistúr con mayor de-
sabrimiento aun que el comandante de la Numancia ,
acusándolo de injustificada pusilaminidad, el 6 de no-
viembre triunfó la revolucion ; en el Callao se orijinaron
desórdenes i saqueos sufridos por comerciantes de todas
las naciones ; pero terminados los momentos de anar-
quía , calmada la ajitacion , el nuevo poder constituido
no se mostró dispuesto a romper con España , entre otras
razones, porque los capitalistas se negaban a facilitarle
dinero sino se les aseguraba la paz . Los chilenos , añade
el señor de Novo , esta vez sin equivocarse, los chilenos.
que se hallaban en el Perú bullian sin cesar pidiendo la
guerra i el auxilio a que les era deudora la república ,
mas fué inútil por de pronto i Canseco supo calmar
los ánimos . Tranquilo entónces el señor Albistúr , sa-
biendo ademas que los revolucionarios habian manda-
do tropas a la legacion española para que no sufriese
atropello alguno, desembarcó i fué a Lima, entrando en
conferencia con el nuevo jefe de aquel Estado ." (1)

( 1 ) Es curiosa la carta autógrafa con que doña Isabel II acreditó ante


su grande i buen amigo el presidente Pezet, al ministro Albistúr con fe-
cha 16 de mayo de 1865 , esto es, despues de los vergonzosos sucesos de
las Chinchas i de haber llegado a Madrid como humilde peticionario de
paz i de consolidacion por parte del Perú el ministro almirante Valle-
Riestra. Aquella carta autógrafa decia así :

"DOÑA ISABEL II

POR LA GRACIA DE DIOS I LA CONSTITUCION DE LA MONARQUÍA ESPAÑO-


LA, REINA DE LAS ESPAÑAS &.

Al presidente de la República del Perú.

Mi grande i buen amigo ;

El vivo deseo que me anima de fomentar las buenas relaciones feliz-


mente establecidas entre España i el Perú, me ha movido a nombrar un
funcionario de reconocido celo i esperiencia que, siendo en esa república
222

-El vice-presidente Canseco , sin quererlo talvez ,


marchaba a gran prisa por el mismo sendero que habia
llevado a Pezet a su perdicion i a su vergüenza .

VIII

La dictadura, por consiguiente, salvó la honra del Pe-


rú i ajustó inmediatamente su alianza salvadora con
Chile.
Tuvo este acto lugar el 5 de diciembre de 1865 , i por lo
mismo que hoi todos los vínculos están rotos i las gra-
tas memorias han sido revolcadas en cien charcos de
sangre, hácese necesario reproducir aquel hermoso do-
cumento que así testualmente decia:

MARIANO IGNACIO PRADO , JEFE SUPREMO PROVISORIO DE LA


REPÚBLICA .

Por cuanto : entre las repúblicas del Perú i Chile se


ha celebrado en esta capital , por los respectivos pleni-
potenciarios , el cinco de diciembre de mil ochocientos

el intérprete fiel de mis sentimientos, coopere al logro de una perfecta


armonía, tan conveniente a los intereses de ambos Estados . Al efecto, i
habiendo recaido mi eleccion en don Jacinto Albistúr, mi enviado estra-
ordinario i ministro plenipotenciario que ha sido en los Estados del Rio
de la Plata, caballero Gran Cruz de la Real órden de Isabel la Católica,
comendador de número de la real i distinguida de Cárlos III , caballero de
la ínclita i veneranda de San Juan de Jerusalen, gran comendador de la
del Salvador de Grecia, comendador de las de Cristo de Portugal, de San
Silvestre de los Estados Pontificios, de la Lejion de honor de Francia i
de San Jorje de Parma, mi secretario con ejercicio de decretos & : le he
nombrado mi enviado estraordinario i ministro plenipotenciario cerca de
esa república. Me persuado de que, otorgándole una favorable acojida
deis igualmente fé a cuanto en su espresada calidad os comunique, así
como al gobierno peruano en mi Real nombre o en el de mi gobierno.
La prudencia, el tacto i otras mui recomendables prendas que adornan a
don Jacinto Albistúr, me hacen esperar que la mision de que le encargo
producirá el resultado apetecido. En tal confianza, me es grato aprove-
char esta oportunidad para daros las seguridades del verdadero aprecio
con que soi -Grande i buen amigo.- Vuestra grande i buena amiga.-
(Firmada )-ISABEL .- (Refrendado) -Antonio Benavides,
En el palacio de Madrid, a 16 de mayo de 1865. "
223

sesenta i cinco, el siguiente tratado de Alianza ofensiva


i defensiva :
"En el nombre de Dios Todopoderoso , las repúblicas
del Perú i Chile , en presencia del peligro que amenaza
a la América i de la violenta agresion e injustas preten-
siones con que el gobierno español ha comenzado por
atentar a la dignidad i soberanía de ambas, han acorda-
do celebrar un pacto de alianza ofensiva i defensiva, a
cuyo efecto han nombrado como plenipotenciario ad hoc,
por parte del Perú, al señor secretario de relaciones es-
teriores don Toribio Pacheco, i por parte de Chile , al
señor don Domingo Santa María, quienes , habiendo en-
contrado bastantes sus respectivos poderes , han proce-
dido a formular el presente tratado preliminar :
Art. 1. Las repúblicas del Perú i Chile pactan entre
sí la mas estrecha alianza ofensiva i defensiva , para re-
peler la actual agresion del gobierno español , como cual-
quiera otra del mismo gobierno que tenga por objeto
atentar contra la independencia , la soberanía o las ins-
tituciones democráticas de ambas repúblicas o de cual-
quiera otra del continente Sur Americano, o que traiga
su orijen de reclamaciones injustas , calificadas de tales
por ambas naciones, no formuladas segun los preceptos
del derecho de jentes , ni juzgadas en la forma que el
mismo derecho determina.
Art. 2.º Por ahora i por el presente tratado, las repú-
blicas del Perú i Chile se obligan a unir las fuerzas na-
vales que tienen disponibles o pueden tener en adelante ,
para batir con ellas las fuerzas marítimas españolas que
se encuentran o pudieran encontrarse en las aguas del
Pacífico, ya sea bloqueando, como actualmente sucede ,
los puertos de una de las repúblicas mencionadas , o de
ambas , como puede acontecer, ya sea hostilizando de
cualquiera otra manera al Perú o a Chile.
Art. 3. Las fuerzas navales de ambas repúblicas , sea
que obren en combinacion o separadamente, obedecerán ,
mientras se mantenga la presente guerra, provocada por
el gobierno español, al gobierno de aquella en cuyas
aguas dichas fuerzas navales se hallaren.
El jefe de mayor graduacion , i , en caso de haber mu-
chos de una misma graduacion , el mas antiguo de entre
80
224

ellos , que se encontrare mandando cualquiera de las es-


cuadras combinadas , tomará el mando de ellas , siempre
que dichas escuadras obraren en combinacion .
Sin embargo, los gobiernos de ambas repúblicas po-
drán conferir, de mútuo acuerdo, el mando de las escua-
dras cuando obraren en combinacion , al jefe nacional o
estranjero que consideren mas competente.
Art. 4. Cada una de las repúblicas contratantes , en
cuyas aguas se hallaren, por causa de la actual guerra
con el gobierno español, las fuerzas navales combinadas ,
pagará los gastos de toda clase que el mantenimiento de
la escuadra o de uno o mas de sus buques haga necesa-
rio ; pero a la terminacion de la guerra, ambas repúblicas
nombrarán dos comisionados , uno por cada parte , los
cuales practicarán la liquidacion definitiva de los gastos
hechos , debidamente justificados , i cargarán a cada una
de ellas la mitad del valor total a que esos gastos as-
ciendan.
En la liquidacion se tomarán en cuenta , para que sean
de abono, los gastos parciales que durante la guerra
haya hecho cada una de las repúblicas en el manteni-
miento de la escuadra o de uno o mas de sus buques .
Art. 5. Ambas partes contratantes se comprometen a
invitar a las demas naciones americanas a que presten
su adhesion al presente tratado .
Art. 6. El presente tratado será ratificado por los
gobiernos de ambas repúblicas , i las ratificaciones se
canjearán en Lima, en el término de cuarenta dias , o
ántes si fuese posible.
En fé de lo cual, los plenipotenciarios de ambas repú-
blicas firman i sellan el presente tratado.
Hecho en Lima, el cinco de diciembre de mil ocho-
cientos sesenta i cinco .
(Firmados) .- T. Pacheco. L. S.- Domingo Santa Ma-
ria, L. S.
Por tanto i habiendo sido aprobado en decreto de
esta fecha el presente tratado, he venido en ratificarlo ,
teniéndolo como lei del Estado i comprometiendo para
su observancia el honor nacional.
En fé de lo cual, firmo la presente ratificacion, sellada
con las armas de la república i refrendada por el secre-
225

tario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores


en Lima, a los doce dias del mes de enero del año del
Señor de mil ochocientos sesenta i seis .

MARIANO I. PRADO.

El secretario de Relaciones Esteriores . - T. Pacheco .

IX

Aunque en su árdua mision , felizmente llevada a tér-


mino , tenia el señor Santa María facultades ámplias para
proceder a todo jénero de actos , aun los mas trascenden-
tales , sin aguardar la ratificacion de su gobierno (honor
insigne rara vez concedido en las repúblicas a uno de
sus ciudadanos ) , el tratado de alianza fué remitido in-
mediatamente a Santiago, i ahí en el acto, convocado
estraordinariamente el Congreso , sancionólo el último por
un animidad i sin debate .
Devuelto a Lima el tratado, por el vapor que llegó al
Callao el 10 de enero de 1866 , verificóse inmediatamente
su canje, promulgóse éste el 12 de enero, i el dia 14 de
ese mes, esto es , veinte meses despues del vilipendioso
asalto ejecutado por la escuadra española en las aguas
de las islas peruanas , declaróse oficialmente la guerra a
España por el siguiente solemne aunque en demasía
tardío documento :

MARIANO IGNACIO PRADO , jefe supreMO PROVISORIO DE LA


REPÚBLICA

Considerando :

Que independientemente de los motivos especiales que


tiene el Perú, para exijir del gobierno de España la re-
paracion de las graves ofensas que le ha irrogado, ha
debido reputar i reputa como suya la cuestion que ese
226

gobierno ha promovido a Chile, i en consecuencia, se ha


firmado, aprobado i ratificado un tratado de alianza ofen-
siva i defensiva entre ambas repúblicas, con el objeto de
preservarse mútuamente i preservar a la América de las
injustas i violentas agresiones de la España ;
Decreto :

Art. 1.º Se declara a la república en estado de guerra


con el gobierno de España.
Art. 2.° El secretario de relaciones esteriores cuidará
de comunicar esta declaracion a las naciones amigas ,
con el correspondiente manifiesto de las causas que la
han motivado .
Los secretarios de estado , cada uno en la parte que le
corresponde, quedan encargados de la ejecucion de este
decreto i de hacerlo publicar con la solemnidad debida .
Dado en la casa de gobierno en Lima, el 14 de enero
de 1866 .
MARIANO IGNACIO PRADO .

El secretario de guerra i marina. -José Galvez.


El secretario de relaciones esteriores .-T. Pacheco.
El secretario de gobierno .-J. M. Quimper.
El secretario de justicia.- N. Simeon Tejeda .
El secretario de hacienda i comercio.-M. Pardo . ( 1)

(1) (Acta del canje de la ratificacion del tratado de alianza ofensiva i


defensiva entre el Perú i Chile) .-Los infrascritos , Toribio Pacheco , se-
cretario de relaciones esteriores de la república del Perú, i Domingo Santa
María, enviado estraordinario i ministro plenipotenciario de la república
de Chile, reunidos en el salon de la secretaría de relaciones esteriores en
Lima con el objeto de canjear las ratificaciones del tratado de alianza
ofensiva i defensiva concluido en Lima el cinco de diciembre de mil
ochocientos sesenta i cinco ; despues de haberse comunicado sus plenos po-
deres respectivos i encontrándolos en buena i debida forma, compararon
cuidadosamente los dos testos del mencionado tratado , i habiéndose hallado
exactos i conformes entre sí i con el orijinal, verificaron dicho canje.
En fé de lo cual, los infrascritos firmaron la presente acta de canje i
la sellaron con sus sellos respectivos en Lima , a catorce de enero de mil
ochocientos sesenta i seis.

T. PACHECO.

(L. S. ) DOMINGO SANTA MARIA.

(L. S.)
- 227 -

La alegría del pueblo fué grande i lejítima en el Ca-


llao i en Lima. El ejército, en presencia de aquel acto ,
asocióse a sus calurosas manifestaciones así como la ma-
rina . Los dias de vergüenza habian pasado. La afrenta
seria ampliamente vengada. Los votos de la varonil
Arequipa quedarian cumplidos . ( 2)
Hbo , por consiguiente , salvas, iluminaciones i rego-
cijos populares ; i cuando el negociador Santa María,
conduciéndo él mismo ufano el tratado , presentóse a Val-
paraiso el 27 de enero le aclamó el pueblo i la prensa por
sus importantes i afortunados servicios . Al dia siguien-
te proclamóse el pacto de la alianza , entre repiques , sal-
vas i entusiastas paradas militares.-" En la tarde del 28
de enero, decia un diario de Santiago, hízose la promul-
gacion de la alianza de la manera siguiente : los bata-
llones de la guardia nacional i de voluntarios armados

Decreto de promulgacion del tratado:

SECRETARÍA DE RELACIONES ESTERIORES

Mariano Ignacio Prado, jefe supremo provisorio de la república


Decreto :

Articulo único. - Apruébase el tratado de alianza ofensiva i defensiva


celebrado en esta ciudad el 5 de diciembre de 1865 , por los respectivos
plenipotenciarios de las repúblicas del Perú i Chile, i, en consecuencia,
procédase al canje de las ratificaciones.
El secretario de estado en el despacho de relaciones esteriores queda
encargado del cumplimiento de este decreto .
Dado en la casa de gobierno en Lima, el 12 de enero de 1866 .
MARIANO I. PRADO.
Toribio Pacheco.

(2) En el anexo de este capítulo se publica integro este importante


documento inicial de la revolucion i de la alianza,
- 228

con sus respectivas bandas pasearon la ciudad seguidos


de un inmenso pueblo. Los gritos de ¡viva el Perú! ¡viva
Chile ! repetidos al son de los himnos nacionales i perua-
no no cesan de atronar el aire con sincera alegría ."

ΧΙ

La alianza estaba consumada, i por este solo acto de


cordura i dignidad americanas , sellado sobre el cadáver
del almirante que nos habia traido injusta guerra, la Es-
paña quedaba cruelmente vencida , tanto mas cuanto que a
la protesta de hecho de Chile i el Perú se adheririan pron-
tamente Bolivia, parapetada tras sus breñas i el Ecuador,
que valientemente púsose a fortificar su único puerto
vulnerable, la ría de Guayaquil. ( 3)
La América entera desde Mejico a Chiloé , poníase en
armas para rechazar a su antigua pero no correjida
dominadora .

(3) Entre los anexos de este capítulo, figuran tambien para memoria las
actas de alianza del Ecuador i Bolivia, que se verificaron el 30 de enero i
el 10 de febrero de 1866.
ANEXOS

PROTOCOLO DE LA ALIANZA DE CHILE CON EL ECUADOR

En la ciudad de Quito, capital de la república del Ecuador, a


los treinta dias del mes de enero del año del Señor, mil ochocien-
tos sesenta i seis . Reunidos a invitacion del excelentísimo señor
don Manuel Bustamante, ministro de relaciones esteriores de esta
república, en el salon de su despacho, los señores excelentísimos
don José Luis Quiñones, enviado estraordinario i ministro pleni-
potenciario del Perú i honorable , don José Nicolas Hurtado, en-
cargado de negocios de Chile, con el importante objeto de realizar
la UNION I ALIANZA de sus respectivos gobiernos para la guerra
con la España, S. E. el señor Bustamante, con plena autorizacion
i suficientes instrucciones, manifestó estensamente : que el gobier-
no i el pueblo ecuatoriano, consideraban la causa chilena como
eminentemente americana : que la comunidad de intereses no per-
mitia que Chile se encontrara en la lucha sin la concurrencia de
sus hermanas las demas repúblicas del continente : que importan-
do la injusta agresion de España contra Chile una amenaza a la
honra, dignidad i derechos de esa república i de las demas de
Sud-América, cumplia al deber de todas unir sus fuerzas i recur-
sos para defender su soberanía e independencia que supieron con-
quistar juntas en la guerra de su emancipacion politica ; i que fi-
nalmente, proclamaba a nombre de su gobierno i del pueblo ecuato-
riano la UNION I ALIANZA de las repúblicas del Ecuador, Perú i Chile.
Elexcelentísimo señor ministro del Perú i el honorable seño rencar-
gado de negocios de Chile, correspondiendo a los nobles , patrióti-
cos i americanos sentimientos de su excelencia el ministro Busta-
mante, espresaron los suyos en el mismo sentido. En consecuencia
de todo lo espuesto, sus excelencias los señores ministros i su
señoría honorable el señor encargado de negocios , acordaron defi-
230

nitivamente : que la república del Ecuador forma desde esta fecha


alianza ofensiva i defensiva con las del Perú i Chile, i que desde
luego hace causa comun con las mismas repúblicas en la guerra
que actualmente sostienen contra la España . Finalmente acorda-
ron dar a este protocolo el carácter de permanente i definitivo pa-
ra que inmediatamente surta sus efectos.
En fé de lo cual, los señores ministros firmaron i sellaron con
sus respectivos sellos, tres ejemplares de un mismo tenor i con
un solo objeto, por ante Nos los infrascritos secretario de la Le-
gacion del Perú, oficial mayor del Ministerio de Relaciones Este-
riores del Ecuador i oficial de la Legacion de Chile.- ( L . S.) —
José Luis Quiñones .- (L . S .) - Manuel Bustamante.-(L . S .)-
José Nicolas Hurtado. -José Manuel Suarez , secretario de la Le-
gacion del Perú.-Juan Leon Mera, oficial mayor del Ministerio
de Relaciones Esteriores . -Eusebio Larrain , oficial de la Legacion
de Chile.

II

DECRETO DEL PRESIDENTE DE BOLIVIA, JENERAL MELgarejo ,


ADHIRIÉNDOSE A LA ALIANZA DE CHILE I EL PERÚ.

MARIANO MELGAREJO

PRESIDENTE PROVISORIO DE LA REPÚRLICA DE BOLIVIA &.

Considerando :

Que entre las repúblicas de Chile i del Perú, despues de la


ruptura de sus relaciones diplomáticas con la España, ha estalla-
do, por fin, la guerra.
Que ambas repúblicas han celebrado un tratado de alianza
ofensiva i defensiva contra el gobierno español , a consecuencia del
conflicto creado en las costas del Pacífico por la agresion armada
de parte de dicho gobierno .
Que Bolivia no puede ver con indiferencia comprometidos en
dicha cuestion , los grandes intereses americanos i por lo mismo ,
ha resuelto prestar su adhesion a aquel tratado.
Que, por tanto, es deber del gobierno de Bolivia reanudar sus
relaciones diplomáticas con Chile , interrumpidas por resultado
de un acto lejislativo del Congreso Estraordinario de 1863, reuni-
do en Oruro;
231

Decreto:

Artículo único . Abrógase la lei de 5 de junio de 1863 , por la


cual el Poder Ejecutivo fué autorizado para declarar la guerra al
gobierno de la república de Chile, siempre que agotados los me-
dios conciliatorios de la diplomácia, no obtuviere la reivindicacion
del territorio usurpado, o una solucion pacífica, compatible con la
dignidad nacional, aplazando para una lei especial determinar las
facultades de que deberia investirse al Ejecutivo para la salvacion
de la integridad del Estado .
En su virtud, el gobierno de Bolivia queda apto para enviar i
recibir ministros diplomáticos que pongan en relacion a ambas
repúblicas i para entablar todo jénero de negociaciones con Chile ,
cuya situacion comprometida no puede Bolivia mirar indiferente,
i a quien desea dar esta prueba inequívoca de sincera reconcilia-
cion i de verdadera fraternidad americana.
Dado en la sala de mi despacho en la mui ilustre i denodada
ciudad de la Paz de Ayucucho, a 10 de febrero de 1866.
(Firmado)-MARIANO MELGAREJO .
(Refrendado) —El secretario jeneral de Estado. - Mariano Do-
nato Muñoz.
Es conforme.-El oficial mayor.-J. R. Taborga.

III

ACTA DE LA REVOLUCION DE AREQUIPA , EL 28 de febrero


DE 1865 .

En el nombre de Dios Todopoderoso i de la libertad . En la ciu-


dad de Arequipa, a primero del mes de marzo de mil ochocientos
sesenta i cinco años : reunido el pueblo i sus corporaciones civiles
i eclesiásticas, en el salon de la Universidad , en Cabildo abierto,
con el objeto de deliberar i acordar lo conveniente sobre la grave
situacion del pais , en vista del espléndido pronunciamiento de
ayer, i previa una ilustrada i patriótica discusion, se establecieron
i acordaron las bases siguientes :
Teniendo en consideracion que, el gobierno del jeneral Pezet no
ha querido rechazar la invasion española con la fuerza, ni ha ne-
gociado una paz honrosa i digna, bajo las bases de la justicia, del
honor i del derecho.
Que ha consentido impasible, que diez meses haya estado ocupa-
81
232 -

do el territorio por fuerzas estranjeras , tomada la riqueza nacional ,


arriado ignominiosamente nuestro pabellon , i flotando en Chincha
el pabellon de España.
Que en diez meses i mas no ha procurado fuerzas navales para
la república, sino que ha conservado i entregado el pais desarmado
e indefenso, esquilmada, sin saber cómo, la hacienda pública, i
amortiguado de propósito el espíritu nacional .
Que sin la desocupacion de las islas i saludo previo a nuestro
pabellon ultrajado , ha abierto negociaciones sumisas i degradantes
con el gobierno español, en Madrid, en Paris i en Chincha, con-
traviniendo a la lei de 9 de setiembre i al voto unánime de la
nacion.
Que ha cruzado i menospreciado la noble actitud del Congreso
Americano en favor del Perú, en tanto que, a pesar de haber de-
clarado nuestro conflicto continental, i de haber intimado previa-
mente al jefe de la escuadra invasora que desocupara nuestro ter-
ritorio para proceder a tratar, con desacato a esa gran asamblea
i dejando a un lado su augusta personalidad , envió al jeneral Vi-
vanco a negociar en Chincha con la escuadra invasora.
Que no ha tenido escrúpulo para abrir reiteradamente negocia-
ciones diplomáticas, estando invadido el territorio nacional, toma-
da nuestra riqueza i bajo la presion ignominiosa de doscientos
cañones de la escuadra estranjera, bajo cuyas condiciones ningun
pueblo de la tierra que estime en algo su dignidad , puede natu-
ralmente tratar .
Que todo esto i mucho mas ha verificado el jeneral Pezet, a
despecho del voto universal de la América, i de la voluntad uná-
nime de la nacion , manifestada por la prensa, en las cámaras
lejislativas, i en todos los círculos sociales ; siendo así que ningun
gobierno representativo puede gobernar ni proceder contra el voto
de los pueblos que le han confiado la custodia de su integridad ,
de su honra i de su seguridad esterior.
Que el resultado de esta larga serie de humillaciones, afrentas i
abdicaciones del honor de la nacion , de que se ha enumerado solo
algunas, ha sido el indigno tratado de 27 de enero, impuesto por
el ultrajante ultimatum de la escuadra invasora, i aceptado humil-
demente por el jeneral Pezet, i su ministerio, en el que se con-
sagra en cada una de sus cláusulas la deshonra, el oprobio, la
esplotacion de la hacienda pública, i hasta la vergonzosa renuncia
de la soberanía i de los mas importantes derechos de la nacion.
Que mucho menos de lo que contiene esa estipulacion , exijió
ántes el gobierno español, en sus circulares de junio i noviembre ;
i entonces el pais entero i el gobierno mismo del jeneral Pezet,
las rechazó como injustificables i ofensivas al honor i derechos de
la república ; i ahora se han admitido ciegamente, en mayor esten-
sion , calificándolas , sin embargo , de justa i decorosas.
Que no obstante de que la Constitucion del Estado declara que
233

solo al Poder Ejecutivo le concierne aprobar los tratados inter-


nacionales ; i no obstante de que el jeneral Pezet lo reconoció
esplícitamente así, sometiendo a la deliberacion de las cámaras el
proyecto de tratado de 27 de enero, una vez que no pudo alcanzar
de ellas su aprobacion, se tomó el arbitrio de aprobarlo por solo
su voluntad, despedazando de esta manera la carta fundamental
del Estado , i destruyendo radicalmente el órden social .
Que la nacion entera ha rechazado con noble indignacion sus-
cribir su afrenta i la pérdida de sus mas altivos fueros , i el jene-
ral Pezet para agregar el escarnio al dolor nacional i para acallar
con el terror los lastimosos ayes del patriotismo, ha fusilado al
pueblo indefenso , ha llenado las cárceles de hombres notables de
la república, ha amordazado a viva fuerza la libertad del pensa-
miento, ha violado la independencia del poder judicial , declarando
que las sentencias del primer tribunal de la nacion nada valen
ante su querer, i ha conculcado todas las garantías tutelares de
la sociedad .
Que se ha llevado el cinismo hasta el estremo de confesar i re-
conocer en el tratado, el jeneral Pezet, que hubo cometido el crí-
men de no admitir la devolucion espontánea de las islas , ofrecida
por el comandante de la fuerza invasora, por órgano del ministro
de Chile, motivo por el cual se paga a España tres millones de
pesos fuertes españoles ; de manera que, la confesion de ese crí-
men i la calumnia que de él se desprende contra la república, es
el justificativo único de esa inaudita exacion.
I que en este estado de completa subversion i aniquilamiento
del órden constitucional, así como en este abismo en que parecen
hundirse los mas grandes intereses de la república , es rigurosa-
mente lejítimo e indispensable que los pueblos reasuman sus
derechos .

DECLARA AREQUIPA :

1. Que el jeneral Pezet ha cesado en el mando de la república ,


por haber violado la Constitucion i las leyes en la celebracion del
tratado de 27 de enero.
2.° Que el referido jeneral don Juan Antonio Pezet, el jeneral
don José Allende, don Pedro José Calderon , don Evaristo Gomez
Sanchez, don Manuel Antonio Zárate i don José García Urrutia,
son reos de alta traicion a la patria, conforme al testo i espíritu
de los arts. 65 de la Constirucion i 108 del Código Penal, los
cuales serán aprehendidos , sometidos a juicio, i castigados con su-
jecion a las leyes del pais, para hacer efectiva la justicia nacional
i el principio de responsabilidad .
3. Que mientras el designado en estos casos por la lei, se pone
lejítimamente espedito, se encargue del poder político i militar el
señor coronel don Manuel Ignacio Prado, con la suma de faculta-
234 -

des necesarias para el objeto ; sometiendo esta resolucion al juicio


de los demas departamentos de la república ; i
4. Que este es el programa de los principios encarnados en el
pronunciamiento unísono de ayer, que Arequipa somete al recto
criterio i aprobacion de sus demas hermanos los pueblos de la re-
pública, asistiéndole la persuacion de haberse identificado, al emi-
tirlos i sotenerlos , con el espíritu i deseo de la nacion.
En fé de lo cual firmamos.

(Sigue un centenar defirmas).


CAPÍTULO XIII

EL CAÑONEO DE ABTAO

Los aliados aprovechan losmeses de diciembre i enero para alistar i enviar las naves pe-
ruanas del Callao a Chiloé, ántes de la declaracion de guerra del Perú a España.-
Itinerario inédito del viaje de la fragata Amazonas desde el Callao a Chiloé i su nau-
frajio. Esplosion del Lerzundi. -Concentracion de los buques de la alianza en el
apostadero de Chillahue i su fuerza comparativa.-Plan de los aliados.- Apurada si-
tuacion de los españoles al comenzar el año de 1866.-Mendez Nuñez, abandonado
por su gobierno, solo trata de procurarse una «honrosa retirada) .- Su plan para di-
vidir la escuadra, mandando la Numancia a Montevideo, i buscar con el resto a los
aliados.-Ordenes que recibe de España, a mediados de enero, para no retirarse sino
despues de haber obtenido la paz por las armas o un tratado.-Autorízalo el gobierno
de Madrid para celebrar un armisticio.- Mendez Nuñez resuelve buscar la armada de
la Alianza en Chiloé i atacarla.-Salen con este objeto, el 21 de enero de 1866, las fra-
gatas Blanca i Villa de Madrid a las órdenes de Topete.- Su navegacion hasta Puerto
Oscnro.-El pescador chilote. Vicente Morales Pincot, juzgándolos peruanos, los con-
duce a laisla de Abtao.- La leyenda de la Voladora en la isla de Tabon.- Aprestos del
combate i descripcion del punto en que éste debia tener lugar.- Cañoneo infructuoso
de dos horas.- El istmo de Thomson. - Relacion del combate por el teniente ARTURO
PRAT.- Comentarios españoles sobre el cañoneo de Abtao i apreciaciones náuticas
sobre la campaña de Topete.- Documentos.

Con prudente cautela i buen acierto habian empleado


los ajentes chilenos i el gobierno de la dictadura en Li-
ma, el tiempo trascurrido entre el dia del ajuste del tra-
tado de alianza , que fué el 5 de diciembre de 1865 i ( aun
desde la caida de Canseco , ocurrida el 26 de noviembre) i
la promulgacion formal de la declaracion de guerra por
parte del Perú a España, que tuvo lugar dos meses lar-
gos mas tarde ( 14 de febrero de 1866), en alistar a toda
prisa los buques de su escuadra a fin de enviarlos suce-
sivamente i con diferentes escusas a la mar, sin que los
236 -

españoles , concentrados con todos sus barcos en Chile ,


pudieran material ni lejítimamente estorbarlo . (1)

II

Encamináronse así uno en pos de otro al punto de cita


los cinco buques hábiles de la escuadra peruana a reu-
nirse en las aguas de Chiloé con los tres que ahora po-
seia Chile i poco a poco , con suerte varia, fueron llegando ,
primero el Amazonas, que conducido por el comandante
Sanchez Lagomarsino , baróse en uno de los canalizos
del archipiélago, haciéndose pedazos , en seguida el Ler-
zundi, denominado ahora Lautaro , que voló , matando sie-
te hombres, por la ruptura de sus calderos , i por último
la pesada fragata Apurimac, al mando del comandante
don Manuel Villar, hombre vulgar pero valiente , a quien
hacíale falta un ojo mas no el corazon. Las dos corbetas
peruanas recientemente llegadas de Europa , la América
i la Union, mandada esta última por el mas tarde justa-
mente famoso contra- almirante Grau , llegaron solo al ren-
dez vous de las dos escuadras , que era la ensenada de
Chillahue, formada por la isla de Abtao , i el continente ,
i no léjos de Ancud, el 4 de febrero de 1866.

III

Con la pérdida del Amazonas i del Lerzundi, las fuer-


zas navales de la Alianza quedaban en cierta manera
equilibradas, componiéndose la division peruana de los

(1) Entre los anexos del presente capítulo publicamos una interesan-
tísima relacion inédita con que nos ha favorecido nuestro amigo don
Carlos Walker Martinez sobre el viaje del Amazonas (buque en que venia
embarcado) desde el Callao hasta el apostadero de Chillahue en que
aquel naufragó. Esta relacion , que abarca puntos mui interesantes i
poco conocidos, se estiende desde el 3 de diciembre de 1865 al 16 de ene-
ro de 1866 en que el buque peruano hizo naufrajio.
237 -

tres buques Apurimac, Union i América , i la chilena de


la Esmeralda , Maipo i Covadonga . El capitan Williams ,
conforme al tratado de alianza mandaba en jefe.
Entre los seis buques de la escuadra aliada, podia dis-
ponerse en un dia de combate de 75 cañones, (miéntras
la flota española contaba cerca de 250 en sus siete fra-
gatas i trasportes) , en esta forma :

30
Apurimac.......
.....
Union... 12
América ..... 12
Esmeralda ... 16

23
2
Μαίρο .....
Covadonga..

Total ......... 75

IV

Los gobiernos aliados habian concebido esta vez un


plan , i consistia éste en concentrar en un lugar inespug-
nable del entricado laberinto de Chiloé, protejidos tanto
por sus altísimas mareas como por sus encubiertos bajíos ;
i aguardar allí la blindada Independencia i al monitor de
coraza i espolon Huáscar, que se sabia habia salido li-
bremente de los puertos de Inglaterra , siendo esta cir-
cunstancia uno de los motivos que habian retardado la
declaracion de guerra del Perú. Con este refuerzo , que
no llegaria, por desgracia a su destino sino en el mes
de junio, cuando los españoles se habian alejado del
Pacifico, la Alianza habria dispuesto de ocho naves de
guerra, dos de ellas blindadas i en las cuales , buscando
una batalla en línea i aventurando habrian podido sus
marinos presentar 100 cañones contra 200 o 250.
Sospecharon este propósito los jefes españoles que
todavía por enero bloqueaban el puerto de Valparaiso
i acordaron tentar todo jénero de esfuerzos , aun los
238

mas riesgosos , a fin de desbaratar aquellos propósitos


que en su situacion de aniquilamiento i el casi total aban-
dono de su gobierno constituia para ellos un verdadero
peligro .

Tal fué el orijen del cañoneo que en aquel tiempo


llamóse "combate, " i que tuvo lugar en las dos bocas
del canalizo de Abtao el 7 de febrero de 1866 , de la ma-
nera que pasamos en seguida a narrar siguiendo el der-
rotero de los españoles , quienes a esa altura de la guer-
ra comenzaban a desesperar de su éxito , i aun a
darse por perdidos en su empresa de humillar a Chile ,
buscando al contrario una "honrosa salida para reti-
rarse ."

VI

Despues del cobarde suicidio de Pareja, ocurrido en


efecto, segun se recordará , el 29 de noviembre de 1865 su
esforzado sucesor quedó bloqueado en el puerto que
aquél habia pretendido cerrar, i en consecuencia, la es-
cuadra española, privada de uno sus avisos , hallábase en
mucho peor situacion que la nuestra, refujiada i llena de
recursos entre los arrecifes de Chiloé .
Mendez Nuñez habria comenzado por suicidarse si hu-
biese sido del mismo temple de alma del autor de aquel
insostenible estado de cosas . Pero su grande ánimo no
buscaria la solucion del conflicto por aquel triste camino ,
i al contrario resolvió arriesgarse en las empresas marí-
timas mas temerarias de que haya tal vez ejemplo en las
- 239

rejiones australes, para sacar a flote su bandera puesta


en desmedro por el bloqueo i el suicidio .

VII

De aquí la arrojada espedicion de Topete i Alvargon-


zalez a las aguas de Chiloé, en enero de 1866 , que dió
por resultado el combate o cañoneo de Abtao i , en segui-
1

da, el mucho mas riesgoso i aun temerario viaje de Men-


dez Nuñez en la Numancia , que nos atrajo, por aven-
tura e imprevision, como la del Rimac, i tan señalada
como ésta, la captura del Paquete de Maule.
Uno i otro lance referimos en el presente i próximo ca-
pítulo en que el lector curioso encontrará mas de un asun-
to de novedad, de paz o guerra , ya en tierra firme , ya en
el ancho i movedizo mar.
Cedemos en consecuencia, i como de costumbre , la
palabra al historiador español, quien así pinta los suce-
sos que precedieron al combate de Abtao i la apurada
situacion en que se hallaban los bloqueadores desde los
primeros dias de enero de 1866 :

VIII

"Chile, para contrarestar los efectos del bloqueo de-


clarado en los pricipales puertos de su costa , dice el se-
ñor de Novo en la pájina 374 de su notable libro , habia
abierto 38 nuevos puertos , suprimiendo en todos los de-
rechos de aduana ; no obstante, su tesoro sufrió un rudo
golpe con el bloqueo de Valparaiso , centro comercial de
la república, i muchos particulares se arruinaron . Ade-
mas , un decreto del jefe de la escuadra española decla-
rando contrabando de guerra el carbon procedente de
82
240

Chile, vino a producir pérdidas enormes por efecto de


quedar suspendido artículo de tan grande esportacion.
La situacion de nuestros buques tampoco era lisonjera;
la escasez de efectos para las máquinas , como aceite i
sebo, parecia imposible de subsanar, pues desde el itsmo
tardarian por lo menos tres meses en recibirse , de Cali-
fornia mucho mas tiempo , de Montevideo solo la casua-
lidad podria conducirlo, porque no tenian comunicacion
alguna con aquel puerto, i entre tanto la escuadra se veia
obligada a consumir sus pocos recursos dia por dia ,
agravando su situacion que pudiera llegar a ser peligro-
sa. En tales circunstancias escribia Mendez Nuñez al
gobierno : "Yo no titubearia, siempre que no recibiese
órdenes absolutas de V. E. en contrario , en proveer a la
Numancia, Marques de la Victoria i Cousiño del combus-
tible suficiente para dirijirse a Montevideo, i yo con los
otros buques , provisto del mayor número de víveres po-
sible, recorreria todas las costas de Chile hasta dar con
el punto en que se hallen escondidos los buques perua-
nos Amazonas, Apurimac, América i Union i la Esmeral-
da, Maipú i Covadonga , i atacarlos , cualquiera que fuese
su posision i sin mirar las consecuencias , pues así lo re-
clamaria el honor de nuestra bandera .
"No cuento con la Numancia para esta campaña, pues
su mucho calado no le permite la entrada en los puertos
de Chiloé . La navegacion hasta allí tendria que hacerla
a la vela i necesariamente seria larga, lo que tal vez da-
ria tiempo a que avisados por un vapor pudiesen sus-
traerse a nuestras pesquisas, pero al ménos habríamos
llenado un deber sagrado. Segun las noticias que me ha
suministrado el teniente de navío Lora, se supone que
todos se reunen en un puerto del sur de Chiloé, proba-
blemente Guildad o Puerto Oscuro , i allí se unirán tam-
bien los que esperan de Europa i Estados Unidos . Si así
fuese, nuestra retirada de estas aguas seria honrosa, pues
cualquiera que fuese el resultado , se veria buscábamos
al enemigo: pero si aquel carbon no llega i tengo que
dar a la Numancia del que hoi tienen las fragatas , yo no
veo , excelentísimo señor, qué operacion pueda empren-
derse, pues el bombardeo de Valparaiso, SERIA un acto
QUE REPROBARIAN TODAS LAS NACIONES I OCASIONARIA A ES-
241

PAÑA COMPROMISOS DE TAL MAGNITUD QUE DUDO PUDIESE


RESOLVERME A ELLO SIN UNA ORDEN ESPRESA DE V. E. "

IX

Colócase aquí, despues de estas palabras que antes


habíamos citado en resguardo de la fama del almirante
Mendez Nuñez , un incidente de paz del que no se tenia
noticia i el cual el narrador español refiere como sigue :
"Por aquellos dias recibió Mendez Nuñez la real órden
fecha 23 de noviembre , que le comunicaba el ministro de
marina, así como una nota del de estado , en las que se
le prevenia de la marcha militar i política que debíase
continuar en Chile : cualesquiera que fuesen las eventua-
lidades , no debia la escuadra abandonar el Pacífico hasta
alcanzar la paz, bien por medio de las armas o por ave-
nencia del gobierno de Chile a otorgar las demandadas
satisfacciones. Determinó, pues , el jefe abandonar el blo-
queo por lo ineficaz, escepto el de Valparaiso , donde que-
darian algunas fragatas al mando de don Manuel de la
Pezuela, dirijiéndose aquél con la Villa de Madrid, Re-
solucion i Blanca hácia las costas de Chiloé en busca de
la escuadra enemiga. Esto se convino al principio en
junta de jefes (20 de enero ) , pero quedó modificado por
la misma la permanencia de Mendez Nuñez en Valpa-
raiso, a bordo de la Numancia , buque que hizo de su in-
signia, i que salieran para el sur de Chiloé no mas que
las fragatas Villa de Madrid i Blanca , como lo efectuaron
al siguiente dia. Esto obedeció a que por aquella fecha
se habia recibido en la escuadra un telegrama de nues-
tro ministro de estado que decia : "Si Chile pide una
suspension de hostilidades para negociar, se le conceda ,
a ménos que no se vea claramente es un ardid con algun
objeto perjudicial para nosotros ."
"El encargado de negocios de S. M. B. en Santiago , en
su nombre i en el del representante de Francia , participó
a Mendez Nuñez que los gobiernos de ambos ministros
242

habian estado en constantes relaciones con el de España


hasta el dia en que salió el vapor de Inglaterra (2 de di-
ciembre) a fin de obtener el restablecimiento de la paz ,
i que la república se hallaba dispuesta igualmente a ello ,
por lo cual seria mui oportuno suspender las hostilidades
durante el poco tiempo que se pudiera tardar en obtener
lo deseado . Mendez Nuñez permaneció, pues, en Valpa-
raiso, aunque suponia que el carácter orgulloso de los chi-
lenos no cederia a dar satisfacciones , i que serian inútiles
todos los esfuerzos en aquel sentido .
Por entonces tambien llegó a ese puerto con víveres i
carbon para la escuadra la fragata Guardian , proceden-
te de Montevideo ; algunos dias despues recibió aviso
Mendez Nuñez DEL CONSUL DE FRANCIA EN Panamá, de
que habian salido varios buques cargados de víveres i
carbon para la escuadra, con lo que ésta recobró grandes
alientos i fé en el porvenir. ( 1)

Salieron, pues , de Valparaiso las fragatas Villa de


Madrid i Blanca el 21 de enero , dirijiéndose a la isla de
Juan Fernandez , segun les prevenian sus instrucciones ,
para reconocerla , i no hallando buque alguno , inmedia-
tamente hicieron rumbo en demanda de la isla Chiloé ,
de la que el dia 4 avistaron la parte setentrional . El 5 ,
viéndose encalmadas cerca de tierra i con mucha mar
del suroeste, navegaron a máquina bajo una gran cerra-
zon i dieron fondo en un abrigado puerto de la isla Guai-
teca que hallaron desierto ; aquella misma noche volvie-
ron a ponerse en marcha para reconocer la isla de Chiloé

(1 ) La participacion de aquel funcionario en el proveimiento de la


escuadra española, en el envío de correspondencias i avisos, i particular-
mente su intriga personal con Mazarredo, son antecedentes que, añadidos
a los que antes contamos, forman capítulos, mui sospechosos de la secreta
participacion del imperio frances en aquellos trajines. Misterio es este
que habrá de aclararse algun dia,
243

por su parte oriental, i en la tarde del 6 dieron fondo en


Puerto Oscuro , tambien deshabitado .
El propósito de las fragatas era reconocer con deten-
cion todo el seno de Reloncaví i luego puerto San Carlos
por el estrecho de Chacao, pero teniendo vehemente pre-
suncion de que los buques enemigos debian encontrarse
en los esteros de Calbuco , i sabedores de que el Maipú
habia pasado el lúnes anterior hácia el sur, así como que
la fragata peruana Amazonas habia naufragado en los
arrecifes inmediatos , determinó Alvargonzalez hacer un
reconocimiento sobre Calbuco , el que efectuó la fragata
Blanca adelantándose hácia la boca de los canales que
conducen a aquellos esteros i ensenada de Abtao ; a poco
descubrió la Blanca a la fragata Amazonas totalmente
perdida i comunicó con un bote del pais cuyo patron , cre-
yéndolos peruanos , dió noticias de las posiciones que ocu-
paban los buques enemigos . Se hallaban éstos reunidos.
en el estero de la isla de Abtao , donde habian estable-
cido una especie de apostadero , fortificando su única i
estrecha boca con los cañones de la fragata perdida . (1)

XI

Alvargonzalez i Topete estudiaron sobre el plano


aquella localidad , i seguro es que corazones mui valero-
sos hubieran vacilado i aun retrocedido ante las faculta-
des estraordinarias que tenian que vencer para franquear

(1) Vive todavía en Chiloé el incauto pescador que, tomado prisione-


ro i amenazado por los españoles, condújolos al apostadero de Abtao.-
Llámase Vicente Morales Pincot , i fué puesto en libertad al dia siguien-
te en la isla vecina de Tabon.
Por lo demas, ha quedado desde entonces entre los injenuos chilotes
que habitan esta isla, una poética leyenda que redunda en honor de los
españoles i de su atrevimiento por navegar en aquellos mares procelosos.
Segun esa leyenda existia en Tabon una bruja llamada la voladora, que
secretamente guiaba a los españoles en todos aquellos laberintos, ponién-
dose en comunicacion cerca con ellos . (Carta al autor de don F. Marti-
nez (chilote) ,-Calbuco, agosto 4 de 1883.)
244

los arrecifes de Lamí i Carva que conducen a la isla de


Abtao ; pero ni la estratejia natural del punto , que lo
hace inaccesible a buques de gran porte (no por el cala-
do sino por la falta de espacio para sus movimientos mas
indispensables) , ni la falta de prácticos , ni las espesas
nieblas que de improviso i a menudo envuelven a aquel
los sitios con esceso peligrosos , fueron bastante causa a
disuadirlos de acometer la empresa . Así, pues , hácia el
medio dia la fragata Blanca , marchando a vanguardia,
siguió el veril del arrecife Lamí i a poco descubrieron
ésta i la Villa la arboladura de dos o tres buques que
desahogaban vapor detras de la isla de Abtao, i no tar-
daron en avistar la boca del canalizo donde se hallaba la
escuadra enemiga prevenida para el combate.

XII

La isla de Abtao en su parte norte forma un ángulo


recto ; uno de sus brazos corre paralelo a otra punta rasa
del continente , quedando entre ambos un sinuoso cana-
lizo de un cuarto de milla de ancho ; el otro brazo se
prolonga hácia el oeste dejando una salida a aquel tor-
tuoso estero, mucho mas estrecha que la del norte . For-
man esta boca del norte un promontorio a cada lado , de
80 piés de elevacion i mui poblado de árboles . La escua-
dra combinada estaba dispuesta en forma de herradura ,
acoderados los buques i con todos sus fuegos converjen-
tes hácia la boca del canalizo que cerraban por completo.
Apoyaban los estremos del arco dos vapores i seguian de
izquierda a derecha la corbeta peruana América, la go-
leta Covadonga , la corbeta Union i la fragata Apurimac,
esta última tenia al parecer un blindaje adicional que
sobresalia de su bordo i formaba parapeto.
245

XIII

Como se ve , la escuadra aliada estaba apercibida. El jefe


de la fuerza peruana decia así en su parte oficial : "A las 10
tuve conocimiento de que se encontraban en los canales
vecinos dos buques a vapor, que segun todas probabili-
dades pertenecian a la escuadra española . Inmediata-
mente dicté las órdenes convenientes a fin de que se for-
mase una línea de combate cerrada sobre boyas i espías,
de modo que dominase las dos bocas formadas por la
punta norte de la isla de Abtao con el continente, únicos
lugares por donde se puede penetrar a este apostadero .
Tambien mandé alistar a la vez las máquinas de todos
los buques, inclusive de la fragata , no obstante de no
poder funcionar con ella, segun informes de los maqui-
nistas , a causa de la avería de que ya debe V. S. estar
impuesto . Nos mantuvimos en accion de combate , esta-
bleciendo vijías en los lugares mas a propósito a fin de
darme aviso si se aproximaba el enemigo. En efecto, a
las 2 horas 40 minutos , se pudo ver claramente las dos
columnas de humo por encima de la isla de Abtao , que
indicaban la entrada de los buques por el canal del este
de dicha isla , que es el mas ancho ."
El jefe español Alvargonzalez , decia a su vez lo si-
guiente : "No era posible atracar con seguridad la boca
del estero a ménos de 10 cables por los arrecifes que
destacan sus puntas i por la falta de espacio para los
movimientos , en los cuales era preciso verilear los esco-
llos ; ni de ninguna manera lo hubiera aventurado , pues
una varada habria acarreado consecuencias fáciles de
prever. Al descubrir la línea enemiga se vieron tambien
lanchas armadas i cargadas de tropa, así como el cerro
de Abtao i otras alturas coronadas de jente armada, lo
cual me indicaba que el enemigo estaba dispuesto a la
246

defensa i al ataque, atrincherado en su inespugnable


posicion que conocia mui bien, que no podia ser forzada ,
que confiaba talvez en una varada por efecto de nuestra
falta de conocimiento de la localidad , o porque nos em-
peñáramos algunos cables mas cayendo en situacion en
que nos fuese imposible el franquearnos ."

XIV .

Conveniente es copiar a continuacion ciertos períodos


del parte oficial que dió a su gobierno el jefe peruano
señor Villar, para esplicar en seguida satisfactoriamente
lo equivocado de sus apreciaciones i lo infundado de las
ventajas que supuso haber conseguido ; decia así : “A las
tres i treinta desembocó por el indicado canal la fragata
española Blanca seguida de cerca por la Villa de Madrid,
i estando a distancia de 1,500 metros próximamente de
nuestra línea , rompió la fragata de mi mando su fuego
sobre ellas , acompañándola los demas buques , fuegos
que fueron contestados de un modo vivísimo por el ene-
migo, no pudiendo éste forzar nuestra resistencia . Obli-
gado quizás por las averías que le causamos , fué a ocul-
tarse en una ensenada situada al norte de nuestra línea ,
desde donde continuó el fuego por elevacion. En esta
posicion, si se hubiera podido mover la Apurimac , ha-
bríamos salido en línea de batalla a cortarle la retirada
i probablemente el éxito hubiera sido completo . Poco
tiempo despues salieron de la ensenada las dos fragatas ,
retirandose lentamente del lugar del combate , sin dejar
de presentar sus costados . Mediante el trayecto visible
no cesaron sus fuegos sobre nuestra línea , los que , vigo-
rosamente contestados , los hicieron alejarse hasta poner-
se a cubierto de nuestros tiros detras de la punta norte
de la isla de Abtao , que es la mas elevada. El enemigo
continuó su retirada hasta perderse de vista ; entónces
cesó el combate, que habia durado sin interrupcion dos
horas , en las que se hicieron de uno i otro lado 1,500
tiros mas o ménos ."
247 -

XV

Ahora debo decir, en primer lugar, que las fragatas


españolas tuvieron que hacer fuego alternativamente i
no a la vez, porque las condiciones de la localidad solo
permitian a uno de los buques batir la línea enemiga con
relativa ventaja ; que obligadas las fragatas a hacer de
contínuo una ciaboga para mantenerse lo mas cerca po-
sible, érales forzoso , dadas sus grandes dimensiones ,
recorrer espacios que ya las ocultaban tras la isla de
Abtao , ya las hacia aparecer de nuevo en el estrecho
canalizo desde donde era visible el enemigo . A estos
eclipses indispensables llamaban los peruanos ocultarse
a causa de averías , por mas que confiesan que entónces
continuaban sus fuegos por elevacion . Acerca del pro-
pósito de haber salido para cortar la retirada a las fraga-
tas , ocúrrese advertir que aquel intento hubiera sido de
gran satisfaccion para los españoles , ansiosos como iban
de trabar un combate contra la escuadra coaligada i no
contra pontones guarecidos en madriguera infranquea-
ble por todos conceptos .

XVI

Durante el combate se distinguieron por sus disparos


certeros , de efectos útiles i de gran alcance, los de las
corbetas América i Union . En los buques enemigos hu-
bo alguna confusion i se notaron largas interrupciones
de sus fuegos . Las fragatas , españolas recibieron entre
ambas 14 balazos , que produjeron insignificantes averías ,
i sus bajas fueron 4 heridos i 3 contusos en la Villa de
88
-- 248

Madrid, entre ellos el guardia marina don Enrique Godi-


nez, i en la Blanca , 2 heridos solamente. Las averías de
los peruanos fueron éstas , segun su parte oficial : "La
Apurimac recibió tres balas en su casco sobre la línea
de flotacion i una bomba que destrozó su primer bote.
La América , recibió cuatro balas en su costado i dos mas
que pasaron por alto cortando el obenque del palo mayor
i algunos cabos de maniobra. La Union tres : una entró
por una porta matando dos sirvientes del tercer cañon,
averiando ademas la caja de aire de la chimenea i otras
dos que cayeron en ámbas aletas . La Covadonga recibió
igualmente un balazo en el centro de su costado de
babor."

XVII

Cita alternativamente el concienzudo historiador es-


pañol, para comprobar mejor sus datos en la version
ajena, los partes oficiales de los dos comandantes de las
fuerzas unidas : el del comandante Villar que por la morti-
ficante i casual ausencia del capitan Williams mandaba
la escuadra unida , i el de éste último que reproduce inte-
gro . Pero cábenos hoi a nosotros la fortuna de ilustrar
aquel hecho de armas con la mejor i mas verídica rela-
cion que de él hayamos visto escrita por parte de los
aliados . Es una carta íntima que uno de los guardias
marinas de la Esmeralda, trasbordado a la Covadon-
ga, con el teniente Thomson trasmitia a su madre desde
Abtao el 10 de febrero de 1866 , esto es , tres dias despues.
del ca ñoneo, sus propias impresiones i noticias.
Ese guardia marina, recientemente promovido a te-
niente segundo , llamábase Arturo Prat i así decia:

XVIII

"El 7 de febrero por la mañana los vijías anunciaron


que habian dos buques a la vista, que andaban al vapor
249

i vela ; nos causó estrañeza , pero creimos seria alguna


equivocacion. A las 9.30 vino un oficial a avisar que los
buques avistados eran fragatas con las condiciones de-
ántes i se encontraban entre los bajos del Tabon con sus
botes arriados sondando .
"A las 12 ya estábamos seguros ; eran enemigos , eran
las fragatas Villa de Madrid i la Blanca , la una de 52 i
la otra de 44 cañones , total 96 .
"Nosotros nos hallábamos en malísima situacion . La
Esmeralda no se encontraba aquí i en nuestros aliados
nos asistia poca confianza.
"Por lo pronto la Apurimac no podia moverse por te-
ner una de las piezas de su máquina componiéndola en
Valparaiso . La América tampoco podia hacerlo porque
tenia su máquina desarmada ; así, era la Union i nosotros
los únicos que podiamos hacer uso del buque. Embarca-
mos apresuradamente unas 4 toneladas de carbon , por-
que ni uno ni otro buque lo tenia. Nosotros arreglamos
una colisa que le pusimos a proa a este buque (que afor-
tunadamente habíamos montado en la mañana) , embar-
camos 25 artilleros navales para que la jugaran, los que
no sabian ni cargar, i 100 hombres del mismo cuerpo en
el Apurimac.
"Nuestras fuerzas consistian en los siguientes :
66
Apurimac, 29 cañones , no pudiendo hacer uso del
mejor, que era una colisa de 110.
" Covadonga con 3 colisas de 68 i dos rayados de a 18 .
"Union, 12 cañones de a 70, rayados .
"América , 12 id . id.
"Ya ve Ud. que el total de nuestras fuerzas solo as-
cendia a 56 cañones ; el mismo órden en que se hallan
aquí apuntados es el que teníamos en el combate .
"A las 3.30 , la Blanca apareció por la boca del puerto,
disparando sobre ella el primer cañonazo la Apurimac,
i en seguida nosotros . La Blanca continuó inflexible ,
mientras nuestros tiros eran perdidos por la gran dis-
tancia en que se hallaba .
"Asomó la proa la Villa de Madrid, i la Blanca rom-
pió el fuego, el que continuó por una i otra parte mui
vivo. Los buques españoles continuaron andando hasta
entrar a una ensenada , donde pudieron virar sin que
250

nuestros proyectiles los molestasen. La Blanca fué la


primera que volvió a salir, resistiendo por espacio de
media hora nuestros fuegos sin que apareciese la Villa
de Madrid: apareció ésta i el combate se prolongaba bien
sostenido por una i otra parte. Al fin, los buques espa-
ñoles principiaron a hacer movimientos que nada signi-
ficaban i que los esponian mucho . La Blanca cambió
señales con la Villa de Madrid i principió a alejarse ,
saliendo por la boca grande i cortando la isla de Abtao .
No nos quedó duda que vendria a atacarnos por la
boca chica , es decir, por el otro costado . Durante este
tiempo la Villa de Madrid quedó sola .
"El tope dijo que la Blanca se habia varado ; inmedia-
tamente salimos para atacarla i debió tambien ir la
Union en nuestra compañía. Pronto vimos a la Blanca,
que si habia estado barada ya no lo estaba, pero sí se
habia tumbado de un lado para remediar averías que ha-
bia sufrido . Una pequeña loma de tierra nos separaba , i
la distancia no pasaba de 500 a 600 metros ; estábamos
a descubierto de todas sus baterías , i no pudiendo ha-
cer uso nosotros sino de un cañon . Entretanto la Villa
de Madrid se iba retirando , andando para atras . El fue-
go que nos hizo la Blanca fué terrible, i , en justicia,
aunque no nos hizo daño , era bien dirijida su puntería,
porque eran tiros por elevacion que es bastante difícil ;
sin embargo, ellos caian a 2 o 3 metros de uno i otro de
nuestros costados . La Villa de Madrid se unió con la
Blanca; entónces nos encontramos solos contra las bate-
rías de las dos fragatas . Ya era una imprudencia espo-
nerse por mas tiempo i nos retiramos haciendo virar,
colocándonos en línea con los demas buques nuestros .
"Un momento despues , la Villa de Madrid apareció
por la boca grande, pero se retiró sin haber disparado un
cañonazo , pasando todo el resto de la noche sobre los
cañones i ellos en la boca chica (a la salida) esperando ,
sin duda , a la Esmeralda.
"Nuestras averías son las siguientes : de las innume-
rables balas que nos mandaron solo una nos dió a nosotros
en el costado, pero rebotó i cayó haciendo solo una heri-
da de 2 o 3 pulgadas en el forro esterior. La Apurimac
rechazó en su blindaje varios proyectiles i otros varios
251 --

rebotaron en los costados de la Union i América . El pri-


mero de estos buques tuvo dos muertos i un herido , i a
esto se redujo todo lo nuestro.
"Por parte de ellos las han tenido , pero bien sérias ,
pues se han encontrado muchos pedazos de astillas , en-
tre ellas los vestidos de la reina Blanca i cuerpos de
marineros , gorras , etc. Salieron bien escarmentados . Ha-
cen dos dias que andan rondando , pero no se han atrevi-
do a entrar otra vez .
"La ausencia de la Esmeralda este dia bien se pudo
avaluar en una o dos fragatas por la gran falta que hacia

un jefe i por si hubiera estado cuando esos buques se


metieron en la ensenada .
"El Maipú tampoco estaba aquí e hizo una gran falta ,
porque con sus poderosos cañones nos habria auxiliado.
"Se encontraba por Magallanes , donde fué a buscar-
nos" ......
Hasta aquí la relacion del adolescente héroe chileno,
mozo a la sazon de 18 años .

XIX

Entre tanto los verdaderos combatientes de Abtao ha-


bian sido por parte de los peruanos , Villar i Grau que con
el Apurimac i la Union salieron al frente de la línea de ba-
talla. Pero quien sobre todo distinguióse aquel dia fué el
capitan Thomson, quien con tanta destreza como arrojo , se
avanzó en su pequeño esquife, codicia ardiente de los espa-
ñoles , a batir de cuerpo jentil a las dos fragatas , i se en-
tretuvo despues en cañonearlas por elevacion detras de
una restinga de la isla de Abtao. - Los chilotes desde.
aquella época bautizaron aquel paraje digno de recuerdo
i aun de glorificacion con el nombre de el itsmo de Thom-
son, que conserva todavía .
- 252

XX

En nada o en mui poca cosa (lo último , como es natu-


ral) apártase esta relacion de lo que, de las operaciones in-
decisas i el simple reconocimiento de aquel dia , acordá-
ronse en sus noticias los españoles , una vez enfriadas
por el tiempo las hipérboles que para cobrar aliento i en-
tusiasmar a la tibios circularon los aliados otorgándo pre-
mios i medallas a los vencedores de Abtao . "Para que se
aprecien, dice a este respecto, disminuyendo las últimas a
su verdadero nivel el historiador español , las exajeracio-
nes einexactitudes de nuestros enemigos acerca del suceso
de Abtao , léase lo que sigue : " Como no se supiere despues
del combate el rumbo que siguieron las fuerzas enemigas ,
i próxima la noche, careciendo de prácticos nuestros bu-
ques, no era posible que las corbetas saliesen en persecu-
cion de ellas. por lo que se ordenó que las embarcacio-
nes de ronda fueran a estudiar la posicion que tenian,
pero éstas no encontraron sino despojos de la fragata Villa
de Madrid i Blanca , tales como el figuron de una de ellas
hecho pedazos , fragmentos de costados, atacadores , la-
nadas , gorras de marineros, etc." (1)

XXI

"En contestacion a esto debo decir (prosigue el es-


pañol) que, consultando minuciosamente los diarios ofi-
ciales de las fragatas Villa de Madrid i Blanca , resul-

(1) Parte oficial del comandante jeneral de la division naval del Pe-
rú.--Apostadero de Chillahue, febrero 10 de 1866 .
253 --

ta plenamente comprobada la exactitud de estas frases


de Alvargonzalez : "Dos vueltas redondas se dieron a
pesar de las dificultades que presentaba la operacion ;
a las cinco i media , considerando que era ilusorio el
pensar atacar al enemigo a quemaropa, pues se inclina-
ria si no a una varada, a imposibilidad de movimien-
tos sin éxito posible ni probable ; i considerando la
imperiosa necesidad de salir de la estrechura con la
luz del dia , mandé cesar el fuego. Despues de confe-
renciar nuevamente con el señor comandante de la
Blanca, determinamos no insistir en el ataque , vista
la imposibilidad de buen resultado, cualquiera que fue-
se la forma con que se combinase i el número de nues-
tros buques . Salimos , pues , con iguales precauciones
de los arrecifes de Lamí i Carva , navegando siem-
pre con la esperanza de que el enemigo presentaria la
accion fuera de los escollos . En vano los esperamos toda
la noche con poca máquina i aun llamándoles la atencion
con algunos cañonazos . En vano volvimos a presentarnos
a la vista de dichos buques al amanecer del dia siguiente i
permanecimos allí hasta las nueve de la mañana . El ene-
migo estaba quieto desahogando vapor sus buques, nada
dispuestos a salir de sus trincheras .
No comprendo , por lo tanto, que la ignorancia del rum-
bo que siguieran nuestras fuerzas hubiera impedido a los
peruanos i chilenos el perseguirlas , así como tampoco el
que las embarcaciones de ronda no hubieran encontrado
sino restos de las fragatas , cuando éstas tuvieron el ho-
nor de visitarlos al siguiente dia i permanecer ante sus
ojos enteras i verdaderas durante algunas horas .

XXII

Entre tanto, la Esmeralda estaba en San Cárlos , desde


donde supo la llegada al archipiélago de las fragatas es-
pañolas , pero no se resolvió a dirijirse a Abtao bajo el
pretesto de que se hallaba ocupada en arreglos de conta-
254

bilidad. Con este motivo se enfrió algo la alianza entre


las marinas del Perú i Chile .

XXIII

Los peruanos , en su afan de celebrar victorias alcan-


zadas sobre los españoles , decretaron (pues nadie se los
habia de impedir) que para premiar i recordar la logra-
da entónces , se acuñase una medalla que en el anverso
decia : A los vencedores de Abtao; i en el reverso 7 de fe-
brero , 57 cañones contra 92; a cuya medalla tenian dere-
cho todos los tripulantes de la escuadra coaligada. Opino
que hubiera podido ser mas notable la diferencia entre las
artillerías de ambas escuadras , i hemos de agradecerles
se contentaran con la dicha. Sin embargo , como la histo-
ria debe subsanar los errores cometidos aun en documen-
tos oficiales , he de hacer constar que nuestras fragatas
montaban , 46 cañones la Villa de Madrid i la Blanca 37 , o
sean 83 entre las dos ; así como que los buques enemigos
poseian , la Apurimac 40 cañones , la Union 16 , la Améri-
ca 16, el Maipú , 3 , la Codadonga 3, (se le montó uno mas
de los que antes tenia) i el Lersundi 2, o sea un total de
80. Es de advertir que no se cuentan los pertenecientes
a la fragata Amazonas que fortificaban la entrada del ca-
nalizo . De modo que en rigor no fueron 57 cañones con-
tra 92 los que jugaron en la partida , sino 80 por lo mé-
ños contra 83 a lo mas .
Despues de esto debo consignar tambien que aunque
no hubiera dispuesto de un solo cañon , el resultado del
combate habria sido el mismo , por la imposibilidad ab-
soluta de llegar hasta los buques coaligados i de poder-
les hacer graves daños .

XXIV

La verdadera victoria alcanzada en Abtao , la mas hon-


rosa para una marina , la mas dificil , fué lograda merced
255

al comandante de la Blanca , quien, con estraordinario


arrojo e incomparable pericia , esploró los parajes peligro-
sísimos del Archipiélago i marchó siempre a vanguardia
sin mas guia que una imperfecta carta inglesa que no
marcaba ninguna sonda , ni fijamente la situacion de los
arrecifes i escollos . En aquel archipiélago no habian pe-
netrado jamas buques del porte de nuestras fragatas i
patentiza mas el mérito de su navegacion , que pocos
dias antes la fragata Amazouas, conducida por jentes
prácticas de la localidad i con tiempo favorable, habíase
perdido totalmente en uno de aquellos arrecifes . Los
mismos peruanos se confesaron sorprendidos con la es-
pedicion que enviamos a Abtao ; asi decia nno de ellos :
" En circustancias tan absolutamente desfavorables i
cuando descansaban los aliados en la creencia de que el
enemigo no se atreveria a aventurarse en aquellos peli-
grosos canales, fué anunciada la presencia de dos fraga-
tas de guerra, que seguramente no podian ser sino espa-
ñolas."
La Villa de Madrid i Blanca regresaron por el sur de
la isla de Chiloé , i aprovechando los vientos reinantes
hicieron rumbo a Valparaiso , fondeando en esta rada el
15 de febrero ." (1)

(1) Ademas de las rectificaciones que hemos hecho a la version espa-


ñola sobre el combate del Papudo i el cañoneo de Abtao, se anuncia por
la prensa una del comandante Valverde sobre el primero de aquellos he-
chos de armas i otra del capitan Hudson que El Mercurio publica en las
siguientes líneas :

«Puerto Montt, agosto 4 de 1883.


Señor editor de El Mercurio : En el articulo destinado al combate de
Abtao i en otro reciente que a él se refiere, dados a luz por el señor Vi-
cuña Mackenna, se aseveran por el historiador español hechos inexactos
que rectificaré por el próximo vapor. Estoi en situacion de dar testimo-
nio de la verdad, así por tener conocimiento práctico de los lugares en
que se efectuó el combate , como porque, habiéndome hallado en comision
en la cumbre norte del Abtao en la mañana del dia en que ocurrió el en-
cuentro, avisté el primero las fragatas españolas i me diriji al fondeadero
distante dos quilómetros , a dar aviso inmediato a la escuadra.
Confío en que mis rectificaciones llegarán a tiempo, ya que se trata de
hechos que deben ser fielmente constatados ante la historia.
Saluda a usted su atento i seguro servidor.

SANTIAGO HUDSON,
84
256

XXV

La espedicion de Topete habia durado, segun se vé,


algo como 25 dias, sin ningun fruto para la escuadra
bloqueadora ; i este mal éxito debia , como consecuencia
de la resolucion inquebrantable de Mendez Nuñez , reso-
lucion de verdero gallego (pues tal lo era) , traer apare-
jada la de la Numancia , que les daria por acaso mejores
resultados i es lo que de seguida i en el próximo capítulo
vamos a contar.
ANEXOS

ITINERARIO INÉDITO DEL VIAJE DE LA FRAGATA PERUANA « AMAZONAS>>


DESDE EL CALLAO AL APOSTADERO DE ABTAO EN DICIEMBRE DE 1865
I ENERO DE 1866 , POR UNO DE SUS TRIPULANTES CHILENOS.

Diciembre, 3 de 1865. -A las once i media de la noche, a favor


de las tinieblas i a toda fuerza de máquina, dejamos el puerto del
Callao i la fragata Amazonas se hizo mar a fuera, con sus escoti-
llas cerradas i apagadas todas sus luces para ocultar su salida.
Se temia que la Numancia, sabedora del objeto del viaje , lo
impidiera con el fuego de sus cañones ; lo que habria sido fácil
dado el mayor poder de su artillería i su andar inmensamente su-
perior al nuestro .
Las precauciones que se tomaron por parte de las autoridades
peruanas llegaron hasta la exajeracion . El carbon i los víveres se
habian embarcado en las noches anteriores , así como la tripula-
cion, cuya mayor parte vino a bordo horas antes de la salida.
Cualquiera que hubiese pasado cerca de la Amazonas en esos dias
no habria calculado que estaba alistándose para salir : porque no
habria notado movimiento ninguno en su cubierta, ni en sus bate-
rías ; ni siquiera oficiales de guardia en sus puentes . Nada, en fin ,
hacia traslucir la espedicion que le preparaba.
Sin embargo, como parece que algo sospechó el jefe español , se
hizo correr la voz de que el buque peruano iba a volver al depar-
tamento de Moquegua las tropas que de allí habian venido a Lima
con la revolucion de Prado ; i de esta suerte se finjió un viaje sim-
plemente de trasporte i de diez o doce dias. En efecto , se embar-
caron seiscientos hombres de ejército con su correspondiente pú-
mero de rabonas .
258

Los mismos oficiales del Amazonas lo creian así, salvo los jefes
superiores. Por lo que toca a nosotros, a los tres amigos ( 1 ) que
habíamos salido de nuestro pais en pos de aventuras , bien sabía-
mos cuál era nuestro destino i cuál el papel que teníamos que
desempeñar en la jornada. En cuando a la jente de mar i mari-
neros, que en su casi totalidad eran chilenos , enganchados en el
Callao no tenian la menor noticia de lo que hacian, ni a dónde
iban ni cuanto tiempo estarian a bordo, ni aun de los jefes i
oficiales a que obedecian .
Fácil es comprender el desórden que habria en el buque con
tales antecedentes . No se podia empezar peor una campaña. Todo
estaba revuelto , víveres, armas , soldados , marineros ; era aquello
un desconcierto infernal. Su tordilla i los camarotes estaban dis-
tribuidos entre los oficiales ; de tal manera, que algunos tuvimos
que dormir tirados sobre cubierta sin mas cama que nuestros
abrigos.
El comandante mismo de la fragata, Sanchez Lagomarsino , se
habia hecho cargo de su puesto a última hora i, como es natural ,
no conocia nada de la condicion , ni de los elementos militares de
su buque.
Parecia aquello una espedicion de filibusteros mas que otra
cosa : que tal fué el resultado del atolondramiento con que se pro-
cedió , nacido del temor i de la imprevision de los organizadores
de la espedicion .
Diciembre, 4. - En la mañana divisamos a la fragata Apurimac
que habia zarpada del Callao poco despues de nosotros , i , mas o
ménos , con las mismas cautelosas precauciones que nosotros. Traia
nuestro mismo rumbo i aprovechando su mejor andar nos alcanzó
i luego nos dejó atras. Era nuestra capitana, i marchábamos en
convoi . Nos hizo señales de seguir sus aguas , i a las nueve de la
noche, conforme a sus órdenes, entramos con ella en el puerto de
Pisco.
Durante el dia poco o nada, pudimos juzgar de importancia. Lo
único que sacamos en limpio fué la lenta marcha de nuestra fra-
gata, que no andaba mas de seis millas por hora , i la mala condi-
cion de los tripulantes , que eran rotos insubordinados i absoluta-
mente ignorantes en el servicio de buques de guerra. No habia
un solo artillero entre todos ellos, i muchos no habian sido siquie-
ra, marineros , de buques mercantes.
La fragata construida en 1852 en los astilleros ingleses , tenia
treinta i seis cañones , de los cuales ocho eran de a sesenta i cua-
tro i los demas de treinta i dos largos . Montaba una colisa a proa
de ciento diez ; su máquina era de fuerza de trescientos caballos ;
la batería ancha i desahogada, la cámara del comandante magní-

(1) Estos amigos eran don Cárlos i don I. M. Walker i el injeniero


don Javier Larrain Aldunate. El primero es el autor de este itinerario.
259

fica i mui cómodo el alojamiento de los oficiales i de la marinería .


El corte de su casco era un verdadero modelo de arte ; i segun el
decir de los intelijentes , pocos buques reunian mas cualidades ma-
rineras, sobre todo cuando andaba a la vela, que hacia entónces
diez millas por hora con buena brisa.
Diciembre 5.- Se desembarcaron en Pisco doscientos hombres ;
i a las diez de la noche salimos de nuevo , con rumbo a Arica i en
convoi con la Apurimac.
Diciembre 6 , 7 i 8.-En el mar algo se hizo en órden a arre-
glar el buen servicio ; pero poco fué lo que se obtuvo en definitiva.
Se contó el número de la jente embarcada i resultaron treinta i
un oficiales i ciento veinte marineros . Se dejaron a bordo como
guarnicion sesenta i seis soldados , que se escojieron de entre
los batallones trasportados . Estos por cierto no prometian ser mui
útiles, en razon a que eran indios de la sierra no acostumbrados
al mar i que se mareaban de una manera espantosa.
El cuerpo de oficiales quedó distribuido de la manera siguiente :
un primer comandante, un segundo, un contador , un médico , un
oficial de detall, un teniente segundo, seis alferez de fragata, cinco
oficiales de artillería , cuatro oficiales de guarnicion i diez guarda-
marinas.
Diciembre 9,-A las doce fondeamos en el puerto de Arica . Se
desembarcó el batallon Moquegua , i quedamos libres de tan sucia
compañía.
Fué este un dia de gran fiesta : hubo por la tarde un banquete
que dió el prefecto a los jefes recien llegados , i por la noche tuvi-
mos una funcion dramática adecuada a las circunstancias en la
cual a la sombra de las banderas chilena i peruana entrelazadas,
se cantaron los himnos nacionales de una i otra república con gran
entusiasmo i aplauso de la concurrencia.
Fratenizábamos chilenos i peruanos , i formábamos los proyec-
tos mas lisonjeros i fantásticos sobre nuestra espedicion , cuyo ob-
jeto ya se habia hecho público .
Como la roca Tarpeya está a un paso del Capitolio , lo sublime
tocó mas de una vez en los límites del ridículo : recuerdo el brín-
dis de un jefe peruano, que prometió a sus amigos de banquete
traerles dentro del plazo de dos meses la bandera de la Villa de
Madrid , arrancada por sus propias manos de la popa de la fra-
gata española ! ...
Diciembre 10 , 11 , 12 i 13.--Pasamos estos dias sin novedad ,
surtos en el puerto , divirtiéndonos en tierra i sin cuidarnos mucho
de nuestros buques, haciendo una vida mas carnavalesca que mi-
litar, i pensando mas en bailar danzas habaneras que en aprender
el manejo del cañon i las ordenanzas de marina.
Diciembre 14. - Puesto el sol , i siempre en convoi con la Apu-
rimac, pusimos rumbo al sur.
Diciembre 15.-A las once i media de la mañana llegamos a
260

Iquique i fuimos saludados con la buena nueva de la captura de


la Covadonga.
No se si fué suspicacia estremada, pero nos apareció a los chi-
lenos que íbamos a bordo del Amazonas, que nuestros compañeros
i aliados recibieron con frialdad la noticia. ¿ Habia en verdad , algo
de emulacion de parte de ellos , o era el fanatismo patrio de nues-
tra parte el que nos hacia encontrar una tibieza que realmente no
existia? Quien sabe !
Diciembre 16, 17 i 18.-En Iquique.- Diciembre 19. -Entrada
la noche, nos hicimos a la mar con rumbo sudoeste. El viento era
fresco i cargamos velas para ayudar a la máquina. Alcanzamos a
hacer once millas por hora.
Diciembre 20.-Nunca en mi vida he gozado de una tarde mas
hermosa. La inmensa llanura del mar apénas encrespada por una
brisa suave, era un verdadero espejo de dimensiones infinitas , cu-
yos encajes de leves olas tomaban los mas variados colores a los
reflejos de los últimos rayos del sol poniente. No empañaba una
sola nube el cielo sereno, claro i de azul profundo. La calma mas
solemne reinaba sobre la naturaleza entera ; i bajo las álas silen-
ciosas del crepúsculo , parecian convidarse mutuamente para can-
tar el himno del misterio cubriéndose de sombras el cielo i el mar
al mismo tiempo. Era aquello, como jamas otra vez lo he visto ,
la impresion de lo eterno incrustada, por decirlo así, en el fondo
del alma de los testigos de la grandiosa escena.
Sin comunicarnos nuestros pensamientos i sin darnos talvez
cuenta de ellos , todos los oficiales i viajeros nos agrupamos en la
popa, los unos sentados en la borda, los otros recostados sobre la
espaciosa cubierta, todos mudos i vivamente heridos por la majes-
tad del cuadro , i todos con los ojos puestos sobre el horizonte, en
cuya estencion sin límites no se divisaba un ser viviente ... ¡ Sola
la fragata en medio de la inmensidad ! ¡ Sola, con sus hombres de
guerra i sus cañones para formar el mas poético contraste con la
inalterable paz que reinaba en torno nuestro !
La conversacion rodó, como era natural, sobre nuestra situacion
i los acontecimientos del dia: pero con cierta tranquilidad i cari-
ño, mui en armonía con el espectáculo que gozábamos . Alta ya la
noche nos recojimos a nuestros camarotes, felices todos ; que todos
éramos tambien jóvenes ! sin sospechar que los castillos en el aire
de gloria i de esperanzas que habíamos estado formando , podrian
desvanecerse de repente i de un momento a otro ! ... I sin embar-
go, estaba escrito que así fuese .
Diciembre 21.-En ninguna parte como en el mar se precipitan
mas violentamente los contrastes . Sucede una tarde de tempestad
a una mañana de calma, i la sorpresa de una desgracia está siem-
pre asechando a las dulces confianzas de la felicidad sobre la per-
petua inquietud de las olas.
La fragata, que nunca habia hecho lujo de mas gallardía que
- 261-

en la víspera i que como nunca parecia haber tenido mas seguridad


en su casco i en sus velas, comenzó a hacer agua ; i con tal fuerza
(a razon de 30 pulgadas por hora) que en pocos momentos fué
necesario poner en juego todas las bombas para secarla. La tri-
pulacion entera probó su actividad en la triste operacion de evitar
el naufrajio que amenazaba. No hubo hombre ocioso , desde el co-
mandante hasta el último grumete en esas horas terribles de an-
gustia prolongada.
Así pasó la tarde i así pasó la noche, sin que cesase un punto
la natural intranquilidad de los ánimos : porque el trabajo tenaz i
constante no tenia éxito. El agua seguia invadiendo los fondos ;
i seguia aumentando con una lentitud implacable, terrible, deses-
perante !
Diciembre 22.- Despues de una noche de constante esfuerzo
sobre las bombas, sucedió un nuevo dia de ardiente empeño para
salvar el peligro.
A las 2 P. M. el agua habia subido hasta siete pulgadas de las
hornillas : media bodega estaba inundada : la marcha se atrasaba
de una manera notable, pues la máquina era impotente para em-
pujar la inmensa i pesada mole en que se habia convertido el bu-
que. Los temores de naufrajio fueron tambien aumentándose, i
empezó a asomar no sé qué sombra de indisciplina en la tripula-
cion . Se oian mas voces de las convenientes, i allá en proa dispu-
tas i gritos de mal agüero. El semblante de la oficialidad no disi-
mulaba su impresion penosa , i el segundo comandante hacia una
revista detenida de los botes sin disfrazar tampoco el objeto de
ella. Ciertas palabras dichas al oido, ciertas miradas amargas i
significativas , rumores que se cruzaban , pasos precipitados , confe-
rencias privadas entre los jefes ; en fin, ese algo terrible que se
palpa, por decirlo así, en las circunstancias difíciles , ese algo que
se comprende sin esplicarlo, nos vino a revelar con toda claridad
que era preciso que nos preparásemos para el caso de irnos a pi-
que.
Afortunadamente, teníamos un mar tan tranquilo, que no se
movia una ola. Un balance fuerte nos habria perdido sin remedio :
la calma profunda nos mantenia a flote, i en ella estaba cifrada
nuestra salvacion .
Al morir de la tarde (ya iban 30 i tantas horas de trabajo en
las bombas) se notó que el agua disminuia ; i aunque no conside-
rablemente lo bastante, a lo ménos para alcanzar a arribar a las
islas de San Félix i San Ambrosio, punto de reunion convenido
con la Apurimac al salir de Iquique . Esto, se entiende , si el tiem-
po seguia tan sereno como hasta aquí : que, a haber viento i mar
gruesa, se habria perdido toda esperanza!
Diciembre 23.- Siguen las bombas funcionando de dia i de no-
che. El mar siempre terso como un cristal ; i ni un átomo de vien-
to en la atmósfera.
262 ―

Diciembre 24. - A las 10 A. M. echamos anclas en el pequeño


fondeadero de la isla San Félix.
Nos esperaban la Apurimac, que habia llegado el día ántes , i
el vapor chileno Antonio Varas, cargado de carbon para nuestro
servicio : ámbos buques nos prestaron utilísimo i oportuno socorro
en nuestra penosa situacion . Nos mandaron jente para ayudar a
nuestra tripulacion en la terrible tarea en que hacia cuatro dias
estaba empeñada, de achicar las bombas i desalojar la bodega del
agua que la tenia inundada. Así pasó el resto del dia, haciendo
servir la máquina al mismo fin ; pero, desgraciadamente , no con
resultado mui favorable .
Los injenieros de los tres buques declararon que la fragata no
podia seguir su viaje al sur ; solamente un ingles perteneciente a
la Amazonas, mantuvo la opinion contraria, pidiendo un prolijo
reconocimiento de los fondos por medio de buzos i declarando que ,
a su juicio, podria remediarse el mal en unos cuantos dias de tra-
bajo. Reunidos igualmente los jefes de la espedicion , se trató lar-
gamente la cuestion de si la Amazonas debia o nó volverse al Ca-
llao , siendo diversos los pareceres , i no sin ser apoyada esta última
idea con calor, entre otros , por el comandante del Apurimac.
Por fortuna se suspendió la conferencia para dar gusto a la exi-
jencia que pedia un reconocimiento prolijo del buque.
Para penetrarse de la verdadera situacion del momento, convie-
ne recordar otros antecedentes que dan la clave de algo que no se
ha hecho público hasta ahora, i que no fué del todo estraño a los
sucesos que venimos refiriendo. Es un punto negro de esta historia.
Cuando fuimos embarcados en el Callao los tres amigos chile-
nos que veníamos a bordo, nos fué revelado por nuestro diplomá-
tico ad hoc, o embajador, o ajente, o como quiera llamársele, que
nuestra mision era influir, por bien o por mal, como pudiésemos ,
sobre el ánimo de los jefes i tripulacion a fin de que la fragata
llegase hasta Chiloé a robustecer la escuadra aliada, que se halla-
ba en aquellas aguas preparándose para batirse con la escuadra
española. « Por bien o por mal , como pudiésemos , » se nos dijo, i a
este propósito obedeció simple i sencillamente nuestro viaje. Es-
cusado es manifestar cuáles eran los medios que nos dieron para
la empresa. La razon de órden tan temeraria, que es el calificati-
vo mas suave que merece, fué primero la de que el gobierno de
Prado temia que en la oficialidad hubiese jérmenes de reaccion
Pezetista, i pudiese reventar una contra-revolucion en la marina,
si quedaban los buques en mares peruanos ; i segundo que el go-
bierno no tenia seguridad en la enerjía i decision de esa oficiali-
dad , i dudaba de que se resolviese a ir a ponerse al frente de los
cañones españoles, que eran mas poderosos que los nuestros . In-
dudablemente la primera de estas razones era de fuerza, así como
la segunda no pasaba de una puerilidad indecorosa. Nosotros lo
comprendimos de esta suerte ; i en consecuencia obramos de acuer-
263

do con las instrucciones recibidas, dando importancia a la una i no


a la otra de aquellas razones . Temimos , sí , alguna vez que el
agua que inundaba el buque tuviese su orijen en la obra de algun
cobarde o mal intencionado ! Imbuido tambien en nuestras ideas
estaba el injeuiero que pidió el rejistro de los fondos del buque
ántes de dar su opinion sobre su estado ; i nuestro influjo personal ,
en cuanto fué posible, tendió el mismo objeto en las conferencias
que tuvieron lugar a este propósito .
Cumple decir, en honor de la verdad, que si bien podia haber
oficiales no adictos al gobierno, no hallamos , salvo dos o tres es-
cepciones, absolutamente ninguna resistencia para ir al teatro de
la guerra. Los oficiales pudieron ser descuidados en su servicio ,
mas o menos flojos en el cumplimiento de sus deberes : pero no se
mostraron nunca indignos de su puesto, ni intentaron jamás vol-
ver la proa al Callao para huir de las balas enemigas.
Cuando volvió del Apurimac el comandante del Amazonas, uno
de nosotros se le acercó en presencia de algunos de los comprome-
tidos en la especie de complot tramado para seguir adelante, i le
hizo la siguiente pregunta : -Comandante, ¿ qué piensa Ud? ¿ Re-
gresamos o vamos a Chiloé? -Seria indigno de mis insignias de
capitan de corbeta, contestó con entereza , si no prefiriese mil ve-
ces perder mi buque antes de dar un paso tan vergonzoso ! -Está
resuelto el problema , le replicamos ; obra Ud . bien !
Desde este punto ya nuestros temores quedaron disipados com-
pletamente i nuestros planes revolucionarios concluyeron , todo lo
demas no fué sino cuestion de tiempo!
Diciembre 25. - El Antonio Varas nos facilitó una máquina de
gran poder, mediante cuyo trabajo se desalojó una cantidad con-
siderable de agua. Se alijeró la fragata trasbordándole seis de sus
cañones al mismo Antonio Varas.
A las 2 P. M. un buzo recorrió sus fondos ; i despues de un pro-
lijo exámen declaró que nada encontraba. Sin embargo, no cesa-
ban de achicarse las bombas ; i aunque el agua disminuia, no por
eso se conseguia impedir que entrase.
Diciembre 26.-Volvió el buzo a la misma operacion de la vís-
pera, i descubrió el oríjen del daño . Era una ruptura cerca de la
proa.
Grande i justa fué nuestra alegría ; i no tardó en aplicarse el
remedio .
En la noche ya la bodega estaba del todo seca !
Diciembre 27, 28 i 29.- Mientras que los marineros llenaban
las carboneras , los oficiales nos entreteníamos en visitar las islas .
Distan éstas mas o ménos siete millas una de otra : son dos rocas
inmensas i salvajes, sin una gota de agua: una de ellas , la de San
Félix, tiene en su parte baja una guanera de poca importancia: la
otra, de San Ambrosio, es alta, escabrosa, de dificil desembarcade-
ro : lo único que hai en ella, de mediano interes es la inmensa
95
- 264

multitud de langostas , que nosotros las pescábamos en canastos :


hai tal cantidad de pájaros que , en tierra, no acostumbrados a ver
hombres, se azotaban en nuestras cabezas obligándonos a espan-
tarlos con nuestros bastones : no dejan de abundar tambien los ti-
burones , que tuvieron a mal traer a nuestro infeliz buzo , el cual
mas de una vez se vió obligado a hacerse izar para verse libre de
ellos : por lo demas, allí falta absolutamente la vejetacion, no hai
rastros de vida, ni paisajes , ni nada que pueda interesar al viajero .
Diciembre 30. -A la tarde volvimos a hacernos al mar, con
buen tiempo i viento fresco.
Nuestras últimas instrucciones eran de ir directamente a Chiloé,
con libertad de accion para arribar al Corral , en el caso de juzgarlo
así necesario el comandante.
Diciembre 31. -Nos ocupamos de reconocer nuestros respectivos
puestos en la artillería, que hasta aquí no se nos habian señalado.
Se distribuyó igualmente a la marinería con sus correspondientes
cabos , i se les inició en el manejo de cañon que casi toda ella ig-
noraba por completo. Ahora no mas pareció pensarse sériamente
en que montábamos un buque de guerra i no hacíamos un viaje de
placer.
1866. - Enero 1.º 2 i 3. - En el mar.
Enero 4. -Con fuerte marejada i a toda vela pasamos al frente
de la isla de Mas afuera al caer la tarde i como a veinte millas de
distancia hácia el oeste.
Llevábamos un andar de ocho millas .
Enero 5, 6, 7, 8 i 9.-Ninguna novedad : la fragata hace honor
a su bandera!
Enero 10. Viento contrario : mar gruesa: apénas se hacen cua-
tro millas por hora. La noche fué mas tempestuosa ; i material-
mente no adelantábamos una sola milla.
Enero 11.-A las 11 A. M. arribamos al puerto del Corral a
buscar carbon.
Nuestra llegada produjo viva alarma porque a la distancia nos
creyeron buque español. Pero , esa alarma se convirtió en un ver-
dadero entusiasmo cuando la Amazonas izó la bandera peruana,
i gallardamente pasó bajo los cañones de los fuertes a echar an-
cla en el centro de esa hermosísima bahía, tan pintoresca, tan se-
gura i tan llena de recuerdos históricos .
No quedamos, sin embargo, mui airosos cuando se trató de sa-
ludar a la plaza, porque nuestras municiones de guerra estaban
húmedas i los estopines de nuestras baterías no daban fuego , re-
sultado del mal estado en que se hizo salir la fragata, de la nin-
guna organizacion de su servicio militar i de la tripulacion bizoña
e ignorantes que traíamos abordo.
Pruebas de verdadero espíritu de fraternidad i de cariño , dieron
aquellos amables vecinos en la recepcion que hicieron a los mari-
nos del Perú. Les manifestaron sus simpatías con todo jénero de
265

atenciones, haciéndolos ir a Valdivia para festejarlos i agazajarlos


mas cordialmente. ¿ Quién habria creido que, andando los años ,
las cosas iban a pasar de tan distinta manera? Del año 66 al año
80 cuánta distancia!
Enero 12.- Embarcamos ciento trece marineros , buena jente,
acostumbrada al mar, que el Gobierno de Chile tenia preparados
para tripular los buques peruanos .
Enero 13. -Dejamos al Corral a las 3 P. M. en medio de las
salvas de los fuertes i de las hurras estrepitosas con que nos sa-
ludaban desde tierra los jóvenes oficiales del batallon cívico de
Valdivia, con quienes habíamos pasado en alegre fiesta los dos
dias anteriores .
Enero 14.- Puesto el sol , llegamos a San Carlos de Ancud.
Encontramos fondeados en la bahía al Apurimac, que habia arri-
bado el 11 , i a la Esmeralda, que nos esperaba para convoyarnos
hasta la ensenada de Abtao, designada como el apostadero de la
Escuadra.
Enero 15.- Nos dimos un afectuoso apreton de manos con
nuestros bravos amigos , los oficiales de la marina chilena ; salu-
damos al comandante Williams Rebolledo, jefe de la escuadra ; i
con respeto pusimos el pié sobre la cubierta de la Esmeralda que
acababa de cubrirse de gloria en el Papudo !
Enero 16.-Este fué un dia de luto , el último de nuestra queri-
da fragata ! ...
Conforme a las órdenes del comandante en jefe de la escuadra,
nos pusimos en movimiento a las 6 de la mañana en la forma si-
guiente : iba a la cabeza la «Esmeralda» seguia el « Amazonas» i
cerraba la marcha la « Apurimac» . Apenas internados en el canal
de Chacao se notó que la fuerza de nuestra máquina era relativa-
mente débil para resistir a las corrientes del canal , de manera que
ibamos sediendo insensiblemente en la línea del rumbo que seña-
laba la Esmeralda. A poco, la Apurimac nos dejó atras : i queda-
mos de esta suerte a alguna distancia de la Esmeralda, lo cual
daba oríjen al peligro de no seguirla exactamente en la difícil na-
vegacion de los canales , admirablemente bien conocidos por los
marinos chilenos , completamente desconocidos por los Peruanos.
Por mas que la Esmeralda disminuia su andar, la Amazonas no
mantenia la distancia ; e insensiblemente tambien iba quedándose
mas lėjos, aumentando así la influencia de las corrientes sobre su
rumbo .
Mas de una vez , Williams Rebolledo hizo alto, esponiendo su
buque en obsequio del convoi, i mas de una vez alzó señales para
indicar los movimientos de sus aliados.

La marea, que en aquellas latitudes sube a quince i veinte piés ,


habia llegado a su mayor altura i ocultaba los bajíos i las rocas
de que estaban sembrados los canales : circunstancia que venia a
266

empeorar nuestra situacion infundiendo una seguridad que real-


mente no existia.
Lo dicho esplica lo que sucedió . A las tres i media de la tarde ,
repentinamente sentimos a nuestros piés una conmocion vibrante
i estraña : el Amazonas detuvo su marcha, i se tumbó sobre el
costado de babor ántes que nadie pudiese darse cuenta de lo que
sucedia : al mismo tiempo retumbaron sobre cubierta los gritos de
la tripulacion que salia del entrepuente atropellándose i avisando
que el mar se entraba por los fondos destrozados : todo esto fué
cuestion de un minuto. Habíamos chocado en una roca, i la fra-
gata estaba perdida !
Fácil es formarse una idea exacta de lo que pasó en aquellos
momentos . El desórden se produjo de una manera terrible, i no
hubo autoridad que pudiese hacerse respetar, ¿ A qué pensar en
achicar las bombas, cuando todo el mundo estaba en cubierta i no
quedaba un raton en el entrepuente? Ademas se habia inclinado
tanto el buque sobre uno de sus costados , que no era posible man-
tenerse de pié i mucho menos andar sobre tan violento desnivel.
Nadie podia mandar i nadie obedecia ; i debido solo a la actividad
pronta i eficaz de los injenieros , nos salvamos de un incendio que
amenazó declararse en la máquina . Los que intentaron bajar a las
cámaras inferiores, tuvieron que salir de prisa, parte porque medio
buque estaba ya debajo del agua i parte por el temor natural de
que quebrándose las costillas de babor se hundiera todo él , arras-
trando consigo a los tripulantes . Todo el mundo pedia botes para
salvarse ; i nada de provecho se hacia, porque nadie atendia a ha-
cer nada en medio del desconcierto jeneral.
Afortunadamente, pasada la primera impresion de espanto , ofi-
ciales i marineros refleccionaron en que el naufrajio tenia lugar a
trescientos o cuatrocientos metros de una isla i que por consiguien-
te estábamos encallados sobre un bajo, prolongacion de una playa
tendida i espaciosa. El buque, ademas, no se hundia, como se
temió al principio ; i esto vino a inspirar alguna confianza ; todo lo
cual, agregado al resultado de la sonda que señaló cuatro brazas
de agua en la parte de proa, produjo el favorable resultado de
volver la tranquilidad perdida en los primeros momentos .
Aunque realmente no se corrió gran peligro, el naufrajio fué
completo , pues no se pudo salvar casi nada . Nosotros mismos ,
que estábamos alojados en la cámara del comandante, no alcan-
zamos a sacar nuestro propio equipaje. Por lo que toca a los víve-
res , municiones, etc. etc. , todo se perdió .
Desgracias personales no tuvimos que lamentar mas que la de
dos marineros , que se metieron a la bodega a robar aguardiente , i
no volvieron los infelices a salir !
Nuestro desastre tuvo lugar en la punta de la isla de Abtao que
mira al oeste ; i como en ese lugar forma la costa una especie de
media luna, no alcanzó a vernos la Esmeralda, que se habia ade-
267

lantado sobre el fondo del golfo hácia la tierra firme, i tenia de


por medio la parte de la isla que se estendia entre ella i el Ama-
zonas. Así fué que para que pudiese prestarnos algun auxilio se
necesitó mandársele avisar ; i fué encargado de esta comision el
autor de estas líneas , que la llenó con toda la presteza que el caso
requeria.
Williams Rebolledo, no bien recibió la fatal noticia, se puso
en movimiento a toda máquina. Ya se oscurecia cuando empezaba
la Esmeralda a dar auxilios a la Amazonas ; i es digno de todo
elojio el esfuerzo que los valientes oficiales de la corbeta desplega-
ron en aquella noche de ímprobo trabajo para sacar a flote a la
fragata, o salvar, a lo ménos , sus cañones i municiones de guerra.
Se alimentó al principio la esperanza de que bajando la marea
hubiese facilidad de desaguar el buque, aliviándolo del peso de su
artillería, i sacarlo a flote. Pero, no se contó para alimentar esas
ilusiones con la mala condicion en que habia quedado la fragata,
destrozada toda su quilla sobre el bajo , quebrantadas todas sus
costillas, i roto en diversas partes su casco. Fuera de esto , el in-
menso peso de su artillería i de sus mástiles acabó en pocos mo-
mentos la obra que empezaron las rocas sub-marinas . En vano se
echaron abajo los mástiles i se sacaron a costa de gran trabajo los
cañones : bajó la marea i volvió a subir ; la fragata quedó siempre
enclavada en el fondo del mar!
Enero 17.-Los tripulantes nos repartimos los unos en el Apu-
rimac, los otros en los fuertes del apostadero de Abtao, los otros
en los diversos buques de la escuadra .
El último que dejó al Amazonas fué un negro viejo de Lamba-
yeque, verdadero lobo marino , que habia subido a su bordo cuando
salió de los astilleros ingleses i que durante los catorce años corri-
dos de 1852 a 1866 , no habia bajado una sola vez a tierra. Fué
preciso sacarlo a viva fuerza porque se habia empeñado en morir
con su fragata de la cual estaba enamorado con el amor mas tenaz
i estravagante de que hai ejemplo !

CARLOS WALKER MARTINEZ .

Santiago, agosto 10 de 1883.

(La anterior relacion que existia en borradores desde 1866 , ha


sido galantemente puesta en limpio por el señor Walker Martinez
para el presente libro, i aprovechamos esta oportunidad de agra-
deserle tan interesante i oportuna contribucion . )
268

II

PARTE OFICIAL DEL COMANDANTE WILLIAMS REBOLLEDO SOBRE EL


CANONEO DE ABTAO

Comandancia de la division naval aliada.- Número 157.-Fe-


brero 15 de 1866.

Emprendo mi viaje el 5 del corriente a las 6 P. M. despues de


haber prevenido al comandante de la Covadonga conserve sus fuegos
encendidos, prevencion que antes tambien habia hecho al jefe del
Apurimac, a fin de evitar una sorpresa de parte de los españoles
a quienes suponia en las aguas del sur. La mucha cantidad de
pertrechos i diferentes arreglos necesarios al órden i economía de
la contabilidad de la division , no me permitian zarpar al dia si-
guiente, viéndome obligado a postergar mi salida hasta el amane-
cer del 7 en que debia emprender mi regreso llevando a remolque
a... cargado con todo lo perteneciente a la escuadra. Me encon-
traba listo i solo esperaba la hora de la marea, cuando a las 3 i
media A. M. recibo un parte del señor Intendente, en que me co-
munica que la Villa de Madrid i la Blanca se encontraban en
Huite , esto es a una distancia mui corta de la embocadura del ca-
nal de Chacao. No bien recibí esta noticia, despaché un bote al
cargo del ayudante Walker con la órden de que a la mayor bre-
vedad se dirijiese al apostadero i pusiese en manos del jefe perua-
no el parte orijinal i le previniese al mismo tiempo que yo queda-
ba en la boca del puerto de Ancud esperando una oportunidad
para poderme reunir a la division . Ese dia no pude efectuarlo
porque las dos fragatas se llevaron cruzando ántes i despues del
combate en las inmediaciones de la isla de Abtao. Tampoco pude
hacerlo en la noche porque se colocaron en la embocadura del
canal de Chacao, una al norte i la otra al sur con el objeto de
sorprendernos , creyendo talvez que yo aprovechando la oscuridad
trataria de reunirme a la division .
Al amanecer emprendí mi regreso , pero al llegar cerca de Re-
molinos me salió al encuentro el ayudante Walker, anunciándome
que las fragatas no se habian movido de sus posiciones lo que me
obligó a regresar a Ancud i permanecer allí hasta las dos A. M.
en que volví a emprender mi regreso i pude efectuarlo sin contra-
tiempo alguno.
269

A mi arribo al apostadero recibí los partes que tengo el honor


de adjuntar a V. S. los que me han llenado de satisfaccion, pues-
to que todos los jefes i oficiales peruanos han cumplido con su
deber, como igualmente el comandante i oficiales de la Covadonga ,
Lautaro i demas que defendian el apostadero.
Como verá V. S. por los partes adjuntos las dos fragatas espa-
ñolas han sido rechazadas , i esta retirada tan violenta despues de
una agresion tan repentina no prueba otra cosa que una derrota
de parte del enemigo . A no ser así, habrian vuelto al ataque.
Si el enemigo no se hubiera conservado a una distancia tan
grande durante el combate, debido talvez al temor de la batería
que defiende la entrada con el vivo fuego que por ambas partes
se hacia, i el cual ..... duró una hora i tres cuartos habríamos teni-
do que lamentar muchas desgracias mas.
Me cabe la satisfaccion de anunciar a V. S., que no ha habido
otras desgracias que la muerte de dos marineros de la corbeta
Union i otras pequeñas averías que anuncian los partes que acom-
paño .
Dios guarde a V. S.--Juan Williams Rebolledo.-- Al señor Mi-
nistro de Marina.

III

PRIMEROS BOLETINES DEL COMBATE DE ABTAO.

El primer boletin del combate de Abtao fechado el mismo dia


en que tuvo lugar, decia así:

Ancud, febrero 7 de 1866.

(A las ocho de la noche.)

A las cuatro de la tarde se avistaron las escuadras peruano-


chilena i enemiga, i principiaron el combate, cuyo resultado aun
no se sabe, pero se cree favorable a nuestros buques.
Oportunamente avisaré a V. S. el resultado.
Emilio Sotomayor.

Pero la primera noticia oficial, no llegó a Santiago sino el 16


de febrero por la vía de tierra de Valdivia i Concepcion i por te-
légrafo desde el Parral en la forma que espresa el siguiente des-
pacho del ministro del interior señor Covarrúbias .
- 270 -

"Señor intendente de Valparaiso :


Acaba de trascribirse de Concepcion, por la vía telegráfica del
Parral, el siguiente parte:
"Señor Ministro del Interior :
El señor intendente de Concepcion, con fecha 15 del que rije,
me dice lo que sigue :
Son las doce de la noche, hora en que recibo del comandante
de Armas de Lautaro, el parte siguiente :
"Por comunicacion del inten leute de Chiloé, dirijida con fecha
8 del actual al de Valdivia, i trascrita por éste al gobierno, se sa-
be que a las cuatro de la tarde se aproximó la Blanca al aposta-
dero de Abtao, desprendiéndose la Covadonga de nuestra escuadra
para batirla, i despues de cambiar algunos tiros, sin éxito ningu-
no por la distancia, se replegó aquella a la fragata Villa de Ma-
drid, entrando juntas en combate con el resto de nuestra escuadra.
Despues de dos horas de combate se separaron del frente de la
línea i permanecen voltejeaudo en Tres Cruces .
Por nuestra parte, no ha habido desgracia que lamentar ; igno-
rándose lo que hayan sufrido los españoles.
Los peruanos se han portado mui bien, como igualmente los
chilenos .
Sírvase V. S. comunicar estas noticias al Supremo Gobierno
por medio del telégrafo.-Aníbal Pinto.
Dios guarde a V. S.- Natalio Lastarria."

ALVARO COVARRUBIAS .

En seguida i sucesivamente, fueron llegando a la capital i a su


prensa los siguientes boletines que no carecen de interes , rebajan-
do de ellos la inevitable jactancia i abultamiento propios de los
primeros momentos de emocion en una guerra nacional.

ABTAO, febrero 8.--Ayer se han aparecido los buques españoles


en nuestros canales. Una vez en el apostadero de Abtao i despues
de un combate de dos horas, tuvieron los manchegos de la Villa
i de la Blanca que abandonar su empresa. En el combate, nues-
tra escuadra ocupaba una posicion bastante ventajosa, por lo que
se presume que los godos hayan salido mui mal parados. Noso-
tros no hemos sufrido mayor cosa .
Los godos deben haber perdido bastante jente i sus buques
deben haber salido en mui mal estado, porque se les ha visto
tumbados como componiéndose. Los peruanos se han manifestado
en este primer ensayo mui valientes . No encontrándose Williams
en ese punto, uno de los jefes peruanos , señor Villar, tomó el
mando de las fuerzas i salió del apostadero con el Apurimac i el
Covadonga a batir a la Blanca, que tuvo que replegarse a la Villa
de Madrid que se encontraba fuera del alcance de nuestros caño-
nes, entre Tabon i Lagartija.
1

271 -

Las pérdidas por nuestra parte son dos muertos i dos heridos
de los buques peruano i un balazo que recibió la Covadonga.
Se puede considerar como un triunfo el rechazo de los godos ,
pues éstos se han retirado conociendo su impotencia.
Febrero 9. --- Williams ha logrado unirse con los de Abtao ; los
buques españoles se han ido para la boca del Sur , pero no se sabe
si se irán o harán compouer .
La pérdida de jente debe haber sido considerable de parte de
los españoles , porque las granadas i bombas eran mui certeras .
Febrero 11.-La pérdida de jente de la Villa pasa de veinte
hombres. Por los fragmentos barados en la isla de Abtao, la ave-
ría de los españoles debe haber sido de consideracion : han salido
lanadas , espeques, compaces de vitácora i muchas molduras do-
radas que se supone sean de las cámaras .
La noticia del número de los muertos ha sido dada por uno de
nuestros isleños , que fué tomado i forzado a servirles de práctico .
"Febrero 15. - A las siete de la mañana del dia 7 llegó a An-
cud un propio procedente de Chacao anunciando la llegada de dos
buques frente a Huite, lo que causó aquí grande alarma. A las
ocho de la noche llegó un vaporcito conduciendo a su bordo al off-
cial naval Ibañez con pliegos para la Intendencia.
Las fragatas españolas intentaron entrar al canal de Abtao por
la boca norte; pero como al cuarto de hora se rompieron los fue-
gos i se trabó el combate, que duró de hora i media a dos horas,
en el que se tiraron de ambas partes de mil doscientos a mil tres-
cientos cañonazos, resultando de este tiroteo dos hombres muertos
en la corbeta Union. Los godos , seguu se ha sabido por el isleño
que apresaron, han tenido 35 muertos i un gran número de heri-
a
dos, quedando los buques españoles bastante averiados "" , juzgar
por la cantidad de despojos que han varado en Abtao.'
Si hubiéramos estado mejor preparados , las fragatas no se hu-
bieran escapado, apesar de los 94 cañones que presentaban contra
los 55 nuestros, repartidos del modo siguiente : Apurimne 28,
Union 12, América 12 i Covadonga 3. Media hora despues sali-
mos de la ensenada i se empeñaba nuevamente el combate .
Las averías de nosotros son las siguientes : un balazo con poco
efecto a flor de agua al Covadonga , dos muertos por una granada
en la Union i nada mas , a pesar de que nos llovian las balas ; la
Apur mac rechazó cinco en su blindaje a flor de agua i la Améri-
ca cuatro, pero sin efecto, por llegar frias . Al enemigo le sucede
una cosa mui distinta : sus averías son de inmensa consideracion,
a juzgar por los restos encontrados en la playa, sin embargo de
haber sido mui notable la pérdida del timon de la Villa de Ma-
drid que fué sacada a remolque por la Blanca i cuando ésta iba
tambien tumbada sobre uno de sus costados , pues por el otro te-
nia muchos balazos a flor de agua."
86
CAPÍTULO XIV

LA " NUMANCIA" EN LAS AGUAS DE CHILOÉ I LA CAPTURA


DEL " PAQUETE DEL MAULE"

Desazon de Mendez Nuñez por el mal éxito de la espedicion de Topete a Chiloé i su


obstinacion en buscar a los aliados.-Versos burlescos que le dedica la prensa blo-
queada. Resuelvese temerariamente el almirante español a ir en busca de la escua-
dra aliada a los canalizos de Chiloé con la Numancia.- Razones que da a su gobierno
para esta empresa.-Sale de Valparaiso acompañado de la Blanca; terrible navega-
cion de los dos barcos en los mares del Archipiélago.- Tiroteo de Tubildad i su parte
oficial.-El chilote Lectuna i su estúpido amor al rei.-Peligros inminentes de los
buques españoles. Se presentan a la boca del estero de Huito en Calbuco, i los ma-
rinos peruanos solicitan echar a pique sus buques.-Gravísimo documento auténtico
sobre este acto de pánico.- Noble conducta del jefe de la division peruana Villar.-
La Numancia se dirije al norte i al entrar a la bahía de Arauco apresa el trasporte
Paquete del Maule cargado de tropas i marinería chilenas.- Oríjen i objeto de esta
desatentada espedicion.- Descargos del capitan Lynch i estratajema del teniente de
la Numancia Pardo de Figueroa, que reconoce el carácter militar de los tripulantes de
la presa. Entra la Blanca a Lota i saca dos buques cargados con carbon.- El Monta-
na.-Tiroteo de Calderilla i sus exajeraciones.

El almirante don Casto Mendez Nuñez , natural de


Vigo , era gallego , es decir, era obstinado i recio como
una viga. I así al ver que las poderosas fragatas Villa
de Madrid i la Blanca regresaban a los mares del sur
sin mas éxito que un aventurado e inglorioso cañoneo ,
resolvió ir en persona a buscar los casi invisibles buques
de la Alianza, i para ello elijió temerariamente su pro-
pio barco almirante la Numancia , buque que, al decir
de los españoles , i especialmente de los andaluces , encon-
traba estrechos los mas anchos mares para su quilla ....
El riesgoso viaje de la fragata acorazada Numancia ,
273

del porte de 7,500 toneladas , a las aguas procelosas i


para los marinos españoles totalmente desconocidas del
seno de Reloncaví , hendidura del océano cubierta de
arrecifes i de altísimas mareas , i cuando los huracanes
australes soplan con mayor violencia, puede considerar-
se, en efecto, como una de las proezas marítimas de ma-
yor atrevimiento en los modernos tiempos i entre moder-
nas naciones .
Fué en su concepcion propia i digna de Mendez Nu-
ñez , quien, ántes de resolverse a destruir una ciudad
indefensa, segun le estaba mandado por su gobierno ,
rifó su reputacion jugándola contra su gloria en una
carta de marear. El mismo anticipó a su reina que po-
dia perder en aquella escursion la Numancia, pero agre-
gaba que creia de su deber aquella temeridad náutica i
bajo su responsabilidad emprendíala .
Sigamos en consecuencia su estela que , en el libro es-
pañol que nos sirve de guia i de divisadero , se ve marca-
da como sigue :

II

"Cuando al regreso de las fragatas tuvo noticias Men-


dez Nuñez del combate sostenido en Abtao, quedó mui
complacido del comportamiento de ambas ; pero tambien
creyó deber ineludible no detenerse hasta lograr la com-
pleta destruccion de la escuadra enemiga , cualquiera que
fuese su refujio , tanto mas cuanto que este jefe era fide-
lísimo observador de las instrucciones que recibia, i las
del 23 i 27 de diciembre así lo mandaban terminante-
mente. En la junta de jefes que se celebró para resolver
acerca de aquel punto, no faltó quien le indicara que era
tambien prevencion del gobierno el que se fuese en bus-
ca de los barcos enemigos, despues que Chile se hubiera
negado a aceptar los buenos oficios de Inglaterra i Fran-
cia, admitidos por España . Mendez Nuñez halló entre los
de la junta dos vocales que siguieron su criterio i éste
274 www

prevaleció; era por todo estremo temerario, pues jugaba


mucho para ganar mui poco en el caso mas favorable.

En una palabra : resolvió salir con las fragatas Numancia


i Blanca para el archipliélago de Chiloé i rejistrar los
mas ocultos rincones de aquel dédalo desconocido, de
aquel enjambre de escollos i arrecifes i no regresar has-
ta que hubiese logrado destruir a la escuadra coaligada.
"Reconozco las dificultades de la empresa i sus peli-
gros ( le decia al gobierno) , que es mui probable que no
encontremos al enemigo o que éste se haya situado en
punto donde no lleguen los fuegos de las fragatas ; pero
creo de mi deber poner todos los medios para destruirlo .
Si al intentarlo perdiese un buque, aunque éste fuese la
Numancia , juzgo que esta consideracion no debe hacerme
vacilar cuando se trata de la honra de nuestro pais i de su
marina.'

III

Así, pues , dejando en Valparaiso a Pezuela de jefe in-


terino de la escuadra , salió Mendez Nuñez en la noche
del 17 de febrero con las fragatas Numancia i Blanca , (1 )

(1) Parece que se logró enviar por tierra el anuncio del viaje del acora-
zado español a las aguas de Chiloé.-" La Numancia, decia en efecto un
corresponsal del diario de circunstancias el Verdadero Liberal, del 22 de
febrero de 1866 , la Numancia con la rechazada Blanca, han salido en
busca de la revancha. Creo que no pillarán a nuestros marinos despreve-
nidos, pues ellos ya han de suponer lo que sucede, i los aguardan con
confianza.
Parece tambien que se les ha alcanzado a mandar noticias que se anti-
cipen a la Numancia i les pongan sobre aviso, dándoles instrucciones ,
talvez , sobre su modo de obrar en circunstancias tan sérias.
A la apurada situacion de Mendez Nuñez despues de frustrada la es-
pedicion de la Villa de Madrid, corresponden tambien los siguientes ver-
sos de la época:
"Quiérote bien Casto mio.
I con tiempo te prevengo,
Contadas las horas tengo
De tu apurado poder.
275

las cuales les combatió viento frescachon del S.S.E. que


capearon hasta el dia 24, i el 28 dieron fondo en Puerto
Low de las Guaitecas . Aquella misma tarde continuaron
navegando con rumbo a Puerto Oscuro . A las diez de la
noche las envolvió una densa neblina. "Para indicarse
su situacion respectiva , tuvieron necesidad de disparar
cañonazos de cuando en cuando i encender luces de ben-
gala, ademas de sonar continuamente las cornetas i cuer-
nos de niebla. ¡ Qué larga noche de mortales angustias!
Amaneció el dia siguiente i la niebla seguia mas espesa;
las fragatas navegaban tocándose, se hablaban i no se
veian ; era imposible continuar internándose en el archi-
piélago porque ¿ cómo franquear los estrechos pasos en-
tre islas i escollos que se presentan mas adelante?"
Pardo de Figueroa recuerda con estas palabras aque-
lla noche : "Las nieblas eran terribles , no nos veíamos
los de la Blanca i la Numancia; pero tocaban las músicas
de ambos buques , i ademas hablábamos i embromábamos
de una nave a otra para darnos ánimo i paciencia . En
situacion tan grave, aprovechando un momento de silen-
cio se oyó la fuerte voz de don Juan Topete que dijo :-
Aquí voi, gobiernen al rumbo S. 30° 0. del mundo, i no
variarlo, por Dios, no variarlo .-Está bien, está bien, don
Juan, respondimos desde la Numancia sin verlo. ¡Qué
navegación tan terrible!"
¡ I qué escena tan española i solo propia de España!
agregaríamos nosotros para completarla.

Mejor será que te alejes ,


I admite mi buen consejo
Que te lo da un pobre viejo
Que sabe compadecer.

Vuélvete con tus fragatas


En busca de quijotadas
A mares mas apartadas,
Recobra pues tu peñon.
Mira que tanto hablantismo
Del valor del castellano
Teniéndolo en otra mano
No es mui grande galardon .»
276

IV

"La Blanca marchaba siempre de esploradora ; en la-


titud de 42° 57 ' descubrió i marcó un bajo no situado en
la carta . Un marino ménos esperto que Topete hubiera
encontrado en aquel bajo desconocido la tumba de su
buque. Hácia las dos de la tarde despejó algo la niebla,
que volvió a cerrar a la puesta del sol ; las corrientes del
sur trabajaban mucho a las fragatas . En la amanecida
del 1.º de marzo , con algun horizonte, se pusieron en
demanda de las islas de los Desertores, i a las tres , avista-
ron la boca del Puerto Oscuro , en el que habia un atala-
ya chileno que hacia señales , sin duda , a fuerzas enemi-
gas . El interior del puerto estaba desierto i en él fondea-
ron , quedando a tiro de pistola de elevados i espesos
bosques. Durante la noche no ocurrió novedad , pero al
amanecer i cuando las fragatas se hallaban levando , su-
frió la Blanca una descarga de fusilería como de unos
doscientos hombres guarecidos en el bosque, que conti-
nuaron fuego graneado hasta que puesta en movimiento
la fragata hizo varios disparos de cañon contra el cerro,
que apagaron por completo los fuegos de fusilería. Aĺ
salir los buques de Puerto Oscuro, enviaron algunas ba-
las sobre la puerta del dique natural que allí existe i casa
inmediata, haciéndole desperfectos ."

Estos dos renglones es todo lo que el historiador espa-


ñol cuenta del famoso Tubildad; pero es mui curioso i
- 277

llamará justamente la atencion de las jentes en Chile, el


siguiente incidente que encuentra aquí cabida : (1)
"Del Diario de la campaña de Pardo de Figueroa .
2 de marzo de 1866 ( Chiloé) . A las tres de la madruga-
da llegó el bote de ronda conduciendo a un anciano chi-
lote (natural de Chiloé) , el cual dijo que por su amor al
rei de España i su cariño a los españoles , se esponia a
perder la vida para anunciarnos que no bajásemos a tie-
rra, pues nos esperaban 200 chilenos armados escondi-
dos entre los árboles , que tirarian sobre nosotros si po-
niamos el pié en la playa. Su aviso fué cierto i nos
aprovechó . Este es buen chilote de mas de 60 años que
se acordaba de los buenos tiempos del rei i suspiraba por

que volvieran. Sabia leer i escribir, enseñado por sacer-


dotes españoles . Dijímosle que en España habia reina, i
que el rei de que hablaba se murió. Le enseñamos una
fotografia de S. M. , i al verla dijo : " Dios la bendiga a la
niña, que ya debe tener hijos a quienes Dios bendiga ." Yo
creo que pocas bendiciones habrá recibido la reina tan
sencillas i tan de corazon como las del chilote Mateo
Lectuma. que así se llamaba . Lo mismo que piensa éste
piensan todos los naturales de Chiloé."
¿I tambien pensarán lo mismo los escelentes chilotes
de estos tiempos?

VI

"A las nueve (prosigue la relacion española) promedia-


ba la Blanca el canal de los arrecifes de las islas Carva i
banco Lamí ; zafó de ellos , gobernó en demanda de la bo-
ca de Abtao i esploró el fondo deesta ensenada , en la
que no estaban ya los buques enemigos qne habian com-
batido el 7 de febrero. " La Blanca recorrió el canalizo i

(1 ) En el anexo del presente capítulo publicamos el boletin chileno


del tiroteo de Tubildad ocurrido el 1.º de marzo de 1866 , así como el de
otro hecho de armas semejante, (i tan ponderado como aquel) , que ha-
bia tenido lugar en Calderilla, el 27 de diciembre anterior.
278 --

vió que no era posible penetrar sin prácticos ; i que si el


dia 7 hubiera intentado forzar la entrada ella i la Villa
de Madrid allí se hubieran perdido ."
"Por fin, el 30 de marzo llegamos al lugar donde crei-
mos que estarian los buques ; cruzamos sobre piedras ,
pasamos sobre escollos desconocidos , pero al fin llega-
mos. Viendo que no estaban, nos fuimos a fondear don-
de creimos mas oportuno, i contando con que la marea
bajaria de diez a quince pies , elejimos la isla de Tabon .
Dejamos caer las anclas ; pero a media hora notó la Blan-
ca que el agua vaciaba con fuerza estraordinaria , levó i
se vino junto a nosotros . A las cuatro horas , el sitio en
que el antedicho buque estuvo fondeado era un monte de
piedra……. ¡ La marea habia bajado 48 piés! Los planos i
derroteros no se ocupan mucho en describir estos para-
jes , pues suponen , i con razon , que nadie navegará por
ellos. Supimos en Tabon por los naturales (que aun se
creen súbditos de España) , que el combate entre nuestras
fragatas i la escuadra aliada fué fatal para ésta ," Aquí
menciona Pardo de Figueroa las averías i las bajas que
tuvieron los peruanos i que no trascribo porque las juz-
go exajeradas ; continúa así : "Al siguiente dia del com-
bate, remolcándose los buques unos a otros (?) se fueron
a San Carlos (? ) ; allí estuvieron tres dias (?) , i temiendo
que nuestras fragatas los hallasen , se metieron en Cal-
buco, sitio donde nosotros no podemos entrar, pues ade-
mas de ser mui estrecho , ni sabemos el fondo que hai ,
ni tenemos planos , noticias ni derrotas de semejante lu-
gar.'

VII

Tal fué la actitud sino tímida i vacilante necesaria-


mente indecisa del jefe del blindado español en la boca
del estrecho estero o estuaria de Huito (que no debe
confundirse con el baradero de Huite) , frente a la isla de
Calbuco i donde la escuadra aliada despues del cañoneo
de Abtao habia ido a refujiarse .
Pero para desdicha nuestra fué harto mas penosa la
279 -

situacion de ánimo en que el acorazado español encontró


una parte al ménos de la escuadra aliada al presentarse
a su frente. I para no ahondar aun mas de lo que hoi se
hallan agravios incurables i dolores nacionales , que no
tienen paralelo , pero que así se esplican , vamos a repro-
ducir en seguida el siguiente documento que el decoro
americano habia mantenido hasta hoi inédito i cuyo ori-
jinal existe en poder del contra almirante don Juan Wi-
liams Rebolledo. Procuróselo este en tiempo para cubrir
su superior responsabilidad en el caso que los jefes pe-
ruanos hubiesen desobedecido sus órdenes , como de he-
cho lo intentaron .
Esa pieza histórica dice así :

VIII

"En Huite, a los dos dias del mes de marzo de mil


ochocientos sesenta i seis , hallándose a la vista de los
buques españoles Numancia i Blanca , el comandante en
jefe de la division naval del Perú, reunió abordo de la
fragata de guerra Apurimac, en junta de guerra a los co-
mandantes de las corbetas América i Union i al mayor
de órdenes de la escuadra , para acordar los medios de
defensa, en caso de ser atacados por los indicados buques
españoles , esponiendo cada uno lo que tuviese por con-
veniente .
"El comandante Grau espuso que creia que las medi-
das tomadas para obstruir el canal que da entrada a esta
ensenada no eran suficientes para evitar el paso de los
buques enemigos i que por lo tanto opinaba que los va-
pores Maipú i Lautaro debian echarse a pique en dicho
canal como lo habia manifestado ya en otras ocasiones ,
para de ese modo salvar el resto de la escuadra , que
asimismo habia hecho presente en diferentes circunstan-
tancias que desde el momento en que parte de la escua-
dra española habia penetrado en los canales de Chiloé i
atacado a nuestras fuerzas en el apostadero de Chaya-
87
280 -

hué (Abtao) , era de suponerse que volviesen con el res-


to de su escuadra a dar un nuevo asalto , y que por esta
razon habia opinado desde entónces por abandonar este
archipiélago, poniendo así los buques en salvo i actitud
de obrar con mayores ventajas . No habiéndose atendido
a éstas indicaciones era de parecer que los buques alia-
dos debian permanecer en linea haciendo frente al ene-
migo hasta tanto que estos no sean acometidos por el
arriete de la Numancia , pues en este caso, siendo imprac-
ticable un abordaje a dicho buque por su perculiar cons-
truccion , no queda otro recurso que destruir nuestros
buques antes que permitir sean tomados por el enemigo
i ahorrar de esta manera el sacrificio estéril de muchas
vidas : que no obstante lo dicho, cumplirá como militar,
las órdenes que se le impartan.
"El comandante Ferreiros dijo que en vista de las me-
didas que se iban tomando desde el ataque en Chayahue
por las fuerzas españolas , ha sido de opinion , como se lo
en otras ocasiones el
ha manifestado en el señor comandante
en jefe de la division peruana , de poner los buques en sal-
vo , pues era seguro que volverian con fuerzas superio-
res sobre nosotros i que debíamos i estábamos en el de-
ber de hacer, aun SEPARÁNDONOS PARA ESTO DE LA DIVI-
SION CHILENA, cuyo jefe se oponia a esta medida ; pero
que no habiéndose tomado anteriormente esta resolucion
i reducida la escuadra aliada al estremo que habia pre-
visto , es decir , encerrada en una dársena con un enemi-
go formidable a poca distancia, i que por estas circuns-
tancias hace tan imposible la huida como la resistencia ,
si llega a pasar el canal de entrada ; cree como el coman-
dante Grau que deben sacrificarse algunos buqnes echa-
dos a pique en dicho canal a la salvacion de los demas ;
que la entrada , en su concepto, con los medios de obs-
truccion empleados hasta ahora, está franca para la Nu-
mancia i por último cree que en el caso de que este me-
dio no se adapte esta noche misma i llegue dicha fragata
a pasar el canal , es su opinion que la resistencia , abor-
daje u otros medios que se propongan, son inútiles cono-
cidas las fuerzas de ataque i resistencia que tiene dicha
fragata i su disposicion interior para hacer impractica-
ble el obordaje ; que por consiguiente es su opinion i lle-
281 ―

gado este caso, deben destruirse los buques para evitar que
caigan en poder del enemigo i ahorrar muchas vidas que
serian estérilmente sacrificadas : que todo lo dicho es su
propia opinion, la cual en nada altera la disposicion en
que se halla de cumplir la parte que le quepa en lo que
disponga la comandancia en jefe.
"El comandante Mariátegui dijo que habia sido i era
de la opinion de los comandantes Grau i Ferreiros , tanto
respecto a las medidas que debian haberse adoptado pa-
ra salvar a la escuadra de la situacion en que se encon-
traba, como a las que eran indispensable tomar para im-
pedir la entrada del enemigo a este canal ; lo cual no
obsta para dar pronto cumplimiento a las órdenes que
tenga a bien dictar la comandancia jeneral.- (Firmados ) .
-Miguel Grau.- Manuel J. Ferreiros.- Benjamin Ma-
riátegui.
Para honor de los marinos peruanos , su jefe, viejo
lobo de mar , don Manuel Villar , hijo de Arica , negóse a
suscribir tan vergonzoso documento , inspirado a todas
luces por súbito pánico, i en esta forma (disputada
hasta hoi por muchos ) pasa aquel desde este momento a
la posteridad .

IX

"No era pues posible, continúa diciendo el historiador


español continuando en esta parte su interrumpida rela-
ción del viaje de la Numancia a las aguas de Chiloé , com-
pletamente infructuoso hasta ese momento, no era pues
posible encontrar al enemigo i bastaban ya los riesgos
con esceso temerarios que habian arrostrado las fragatas .
Estas navegaron para salir del archipiélago, atravesando
todo el golfo del Corcovado envueltas en neblina . En
Puerto Low echaron el ancla para trasbordar algun car-
bon a la Blanca que se encontraba sin él, i luego ende-
rezaron el rumbo a la bahía del famoso Arauco para
hacer un desembarco en una isla que hai en ella i cono-
282

cer a los descendientes del membrudo Caupolican , como


dice Pardo de Figueroa ; pero el dia 10 , al estar alistán-
dolo todo para saltar a tierra, fué avistado un vapor que
se dirijia hácia la boca sur del puerto. "

¿ Qué embarcacion era aquella i a cuál objeto corres-


pondia su presencia en aquellos mares en los momentos
en que a todos era notorio que por sus latitudes surca-
ban en todas direcciones los mejores barcos de la flota
española? Lance es este que no puede recordarse sin pro-
nunciar franco i adverso fallo contra la prevision de los
hombres , que como en el caso posterior del trasporte
Rimac, tal hicieron , i porque con motivo del anuncio de la
próxima llegada a Montevideo (que tardaria todavía al-
gunos meses) de los acorazados peruanos Huáscar e In-
dependencia , tripulados ambos por mercenarios estranje-
ros, acordó el gobieruo enviar a aquel punto marinos i
artilleros chilenos de refresco i seguros .
Fueron estos embarcados en el pequeño vapor de
comercio Paquete del Maule en el puerto del Papudo el 6
de marzo de 1866 a cargo del capitan de fragata don
Luis Lynch, i llevando una compañía de artillería que
mandaba el capitan don José Manuel Novoa, hoi coronel
de su arma. Iban tambien a bordo en calidad de marinos
el entusiasta teniente aleman Moller, actual capitan de
puerto de Lota , un aventurero norte- americano llamado
Colin Star i el pundonoroso jóven chileno don José To-
ribio Lira, que estando retirado i gravemente enfermo ,
aceptó aquel puesto de peligro para ir a morir entre las
penalidades del cautiverio pocos meses mas tarde.
Entre los artilleros , ademas del capitan Novoa , figu-
raban el entónces teniente i hoi comandante don Anto-
nio Gonzalez i el mayor don Benjamin Blanco Viel , en
aquella época subteniente. En todo eran los chilenos
130 hombres .
283

ΧΙ

Hasta aquel punto del peligroso intento todo iba bien,


i no habria justicia en el reproche, si bien el gobierno
pudo tentar, ya que se elejia mal el dia para que aquella
espedicion , el despacharla en pequeños grupos por la vía
completamente segura de la cordillera i de las pampas .
Pero en vez de abastecer el barco de la estratajema
con los medios suficientes para salir a alta mar, prove-
yéndolo de combustible extraido de algun casco llevado
a remolque o en algunas de las lejanas islas de Chonos
o Guaitecas , con una ceguedad hoi incomprensible des-
pacháronlo del Papudo a Lota . Equivalia esto sencilla-
mente a enviarle a entregase al enemigo que por aque-
llas aguas precisamente andaba .
I así sucedió matemáticamente, porque apénas el Pa-
quete del Maule, tripulado por 120 artilleros i marinos
disfrazados , habia dejado su fondeadero en el último puer-
to, cuando apareció en el horizonte neblinoso de la an-
cha bahía de Arauco la fragata Blanca i en seguida la
Numancia a tiro de cañon.
Pudo fácilmente regresar a la costa el capitan Lynch i
encallar su buque en la playa o en los arrecifes , porque
no distaba sino milla i media del punto de salida ; pero
fuese que confiase en el disfraz , o en la bandera inglesa
que el trasporte tremolaba , fuera que no quisiese atraer
la persecucion de los españoles sobre el vapor nacional In-
dependencia que a esas horas navegaba entre los arrecifes
de la costa al mando del esperto comandante don Ramon
Cavieses ; fuera en fin, porque , como el jefe chileno lo
afirma en su parte del suceso elevado al gobierno veinte
meses despues de aquel contraste (diciembre de 1867 ) ,
quisiera atracar a los pesados barcos enemigos sobre los
bajos encubiertos de la costa de Lavapié, hácia el S. E.,
es lo cierto que continuó avanzando en demanda de los
284

buques aparecidos hasta que un cañonazo disparado a


bala por la Blanca le obligó a parar su máquina.
Desde ese momento todos estaban perdidos i de nada
sino de grotesco ridículo serviria a las armas i a la mari-
na de Chile el ardid de haberse disfrazado de ingleses, en
que, con inverosímil credulidad , habia puesto el gobierno
toda su confianza ,

XII

El Paquete del Maule habia salido del Papudo con


rumbo a perderse , i esto , en circunstancias que los espa-
ñoles no nos habian apresado un solo rehen que compen-
sara la cautividad de los prisioneros de la Covadonga , te-
nia una notoria gravedad.
En este sentido puede decirse que el bombardeo de
Valparaiso comenzó en la rada de Arauco i en un acto de
guerra mucho mas incalificable de parte del gobierno que
de la de los pobres marinos i soldados que como en un
paso de comedia , fueron cojidos en la trampa . "Al fon-
dear, dice del Paquete del Maule el oficial español encar-
gado de apresar su tripulacion (el teniente Pardo de Fi-
gueroa), al fondear cerca de la Numancia , fuí yo el
encargado de hacer un segundo reconocimiento con mas
detencion. Llegué al buque, i acto contínuo, sin que pre-
cediese pregunta ni conversacion alguna, mandé que
todos los tripulantes formasen a dos en fondo i alineasen
por la derecha, i como esto lo verificaron con la precision
i pericia de militares, los declaré prisioneros . Entónces
un señor vestido de paisano , como el resto de la tropa,
me dijo que él era un viajero pacífico , i que yo hollaba el
pabellon británico con mi mandato, pues me debian ser
conocidas las leyes i principios del derecho internacional,
a lo cual respondile que yo respetaba las banderas ami-
gas si éstas se hacian respetar siendo neutrales ; pero que
si faltaban a la neutralidad , nunca las respetaria ; que en
cuanto a mis conocimientos se reducian a saber un poco
- 285

de ejercicio de cañon i a tener obediencia a mis jefes .


Con esta respuesta, un tanto seca i fria , se entregaron
prisioneros , i despues se aclaró que iban allí un capitan
de corbeta, 3 tenientes de navio , 10 marineros , una com-
pañía de artilleros con su capitan , teniente i alférez , un
contador, un sangrador i un maestre de víveres , o sea un
total de 130 hombres de tropa chilena . Ya declarado
quiénes eran, quedaron los oficiales con nosotros i los
atendimos i obsequiamos en lo que se pudo . Ellos , aun-
que tristes con su suerte, están satisfechos al ver que los
consideramos como hermanos desde que son nuestros
prisioneros . Este será el canje de la Covadonga ."
I esto , que el alegre oficial español apuntaba en su
diario de viaje, resultaria ser dolorosamente cierto pocas
semanas mas tarde. El bombardeo no tendria ya contra-
peso ni represalia .

XIII

Prosiguiendo ahora la relacion del regreso de los bu-


ques españoles, que en aquella ocasion siquiera habian.
alcanzando , por culpa ajena un lijero desquite en sus fra-
casos , agrega el historiador, que a guisa de piloto esta vez
nos conduce, que los prisioneros chilenos (de quienes mas
tarde volveremos a tratar para recordar sus penurias i su
fidelidad a la patria) fueron repartidos en las dos fraga-
tas prosiguiendo éstas su fructífera esploracion por las
costas . "En la amanecida del siguiente dia, continúa en
efecto diciendo el señor de Novo, salió la Blanca con la
lancha a vapor de la Numancia para rejistrar el puerto
de Lota i apoderarse de los buques que se se hallaran
cargando carbon. Por la tarde regresó la fragata trayen-
do de remolque dos brick-barcas (una prusiana i otra
italiana) , que entre ambas tenian a su bordo 1,000 tone-
ladas de aquel combustible. Poco despues fué avistado
i reconocido un vapor mercante norte- americano , que ,
con crecidísimo pasaje de hombres , mujeres i niños , ve-
286

nia de Nueva York para San Francisco de California ;


Mendez Nuñez les permitió tomar en Lota todo el car-
bon que necesitasen para continuar su viaje . El dia 13
se adelantó la Numancia , que fondeó en Valparaiso el
dia 14 , i un dia despues lo efectuó la Blanca con los bu-
ques carboneros . (1)

XIV

Mendez Nuñez , como resultado del viaje que acababa


de realizar, decíale así al gobierno de España : "Termi-
nante i espresa como fué mi opinion de arrostrar toda
clase de riesgos en la difícil navegacion dos veces prac-
ticada por los buques de esta escuadra en parajes en que
las contínuas i densas neblinas , infinitas islas , islotes i
bajos que forman este archipiélago, i las no observa-
das vivas corrientes , hacen ser en cualquiera circunstan-
cia i por buques para ello a propósito i dotados de buenos
prácticos , siempre arriesgada esta navegacion ; pero , en
mi juicio, imprescindible de hacerse mientras los buques
enemigos estuviesen situados donde fuesen alcanzados.
por nuestros proyectiles ; hoi que se enconden , hoi que
me convenzo por mí mismo de la magnitud de esta em-
presa, de la que, de no haber sido ayudado por la fortuna,
no hubieran sido suficientes el conocimiento, celo , entu-
siasmo i esquisita vijilancia de los señores comandantes ,
así como los de los oficiales, para llevarla a feliz térmi-
no con esta clase de buques ; igualmente es terminante
mi juicio de que la responsabilidad en que incurria el
jefe esponiéndolos estérilmente, seria tan grande ante el
gobierno de S. M. i el pais , como sagrado el deber de la
honra de la marina , emprenderla en el anterior caso.
"Por el cróquis que acompaño a V. E. con la derrota
trazada por este archipiélago, tendrá ocasion de poder

(1 ) Era el Montana, vapor de ruedas, que habia salido de Nueva York


ea diciembre de 1865.
287

apreciar el mérito de un viaje que , si bien no tan fecun-


do en resultados como hubiera podido ser de haber logra-
do sorprender al enemigo , es una prueba del ardiente
deseo por nuestra parte de encontrarlo i del conocimien-
to i celo de los señores comandantes que lo han practi-
cado , debiendo mui particularmente llamar la superior
atencion de V. E. sobre el mérito especial contraido por
el señor comandanté de la Blanca , el que en ambas es-
pediciones ha llevado todo el peso de ellas , siendo el
constante esplorador i desempeñando su cometido con la
mayor prevision , intelijencia i tino .
"Hoi puedo tambien , excelentísimo señor, apreciar
debidamente el resultado del combate sostenido por la
Villa de Madrid i Blanca en Abtao ; i aparte de las ave-
rías considerables causadas al enemigo, el sitio donde
tuvo lugar, la hora en que fué emprendido i la noche
que tuvieron que pasar despues de él, hace un conjunto
de una operacion marinera i militar superior a todo en-
comio.
"A pesar de las buenas propiedades de este buque de
mi insignia, sus especialísimas condiciones hacen que,
solo debido a la excesiva vijilancia i conocimiento de su
celoso comandante i de su distinguida oficialidad, en las
casi contínuas nieblas por parajes tan peligrosos , no
solo no tengamos que lamentar el mas pequeño siniestro
sino que el órden excelente i disposicion militar i mari-
na en que constantemente ha estado el buque en todo
caso , ha sido de admirar."

XV

"Cuando la Numancia fondeó en Valparaiso i los mari-


nos estranjeros la visitaron i estudiaron en la carta la
derrota que habia seguido en el archiélago de Chiloé , su
asombro fué estraordinario i apénas podian concebir tan-
ta audacia unida a tan gran fortuna . En efecto , casi to-
caba en los límites de lo milagroso que nuestra blindada
hubiese logrado realizar aquella navegacion peligrosísi-
88
288

ma, que habria sido por esta manifiesta circunstancia


justo motivo para que el gobierno español exijiera a
Mendez Nuñez la responsabilidad en que se incurre por
todo hecho calificado de imprudencia temeraria ."

XVI

I era la verdad , porque en mares donde de contínuo


se pierden en los bajíos o arrastrados por violentas co-
rrentadas , las mas sútiles balandras, manejadas por prác-
ticos que han nacido como los ánades arrullados por las
olas i vivido sobre sus erizados lomos , fué estraordina-
ria fortuna hacer pasar ileso buque tan enorme i de tanto
calado como la Numancia.
El viaje de esta fragata de coraza al rededor del mun-
do , es talvez mas lejítimo blason para la marina de Es-
paña , que el todavía problemático invento de su Blasco
de Garay.
Pero antes de aquella empresa, no habíale ido en zaga
como riesgo i como buena estrella su campaña estéril
como empresa militar, si bien coronada al fin por el hallaz-
go, fatal a Chile, de un buque que fué llevado como por
la mano a ponerse bajo las baterías de las naves ene-
migas .
ANEXOS

PARTE OFICIAL DEL TIROTEO DE TUBILDAD EL 1.º DE


ENERO DE 1866 .

Huite, marzo 2 de 1866.

Segun he manifestado a V. S. en los partes que he ido remi-


tiendo desde la mañana de ayer, las fragatas españolas Numancia
i Blanca, pasaron a este fondeadero i se establecieron en la ense-
nada de Tubildad . Por este motivo , despues de haber obtenido los
datos convenientes acerca de la posicion que ocupaban, me dirijí
con la tropa de mi mando para aquel lugar, a fin de evitar un de-
sembarco que pudieran realizar, i hostilizar a los buques , si se
presentaban a tiro de fusil. No habiendo bajado a tierra ningun
bote, creí conveniente establecer mi tropa en posiciones embosca-
das desde donde pudieran dirijir sus fuegos sobre la cubierta de
la fragata, que se encontraba a sesenta metros de una punta eleva-
da que se proyecta en la ensenada. Sobre esta punta coloqué al
capitan don José María Bustamante, i al pié de ella, en otras
elevaciones inmediatas que dominaban tambien la cubierta del
buque, habian varias partidas bajo la direccion del que suscribe i
del capitan don Ramón Prado.
Cada comandante de partida tenia órden de esperar el toque de
diana a bordo, porque era de suponer que a esa hora debia salir
la tripulacion sobre cubierta, como sucedió en efecto , cubriéndose
de una gran multitud de jente. Entónces, segun se habia preve-
nido, principiaron a hacer sus descargas los piquetes con punte-
rías certeras, porque se habia ordenado que la fijasen de mampues-
290

to a la cubierta del buque , i eperasen así la voz de fuego. Una


confusion estraordinaria se dejó notar entre la jente de abordo , i no
me cabe duda que las descargas han causado algunas bajas a la
tripulacion. Despues de haberse hecho las primeras descargas , se
siguió un nutrido fuego graneado que dañó, tanto a la jente de
abordo como a la de los botes que salieron de la Numancia con di-
reccion a la Blanca , los que retrocedieron .
En este estado principió el último de estos buques a hacer un
vivo fuego de cañon sobre nuestro campo i dejándonos caer tam-
bien metralla en abundancia : pero como hubiera sido una impru-
dencia colocar la tropa en formacion unida en su primitiva posi-
cion, hube de hacerla dispersar aprovechando las desigualdades
del terreno, i así se contestó por espacio de dos horas al fuego de
la fragata. Entónces los buques levaron sus anclas i emprendie-
ron su rumbo hácia afuera ... haciendo siempre fuego , i al pasar
por Huite lo verificaron sobre el edificio que sirve de cuartel a la
tropa i que estaba en reparacion , segun órdenes de V. S.
Tengo el gusto de espresar a V. S. mi conviccion de que el ene-
migo ha sufrido daños de consideracion , sin que por mi parte ha-
ya tenido que lamentar ninguna desgracia, apesar del vivo fuego
que dirijieron las fragatas sobre el campo. Esto probará al ene-
migo una vez mas que no se llega impunemente a tiro de fusil de
nuestras costas .
En conclusion , señor, debo espresarle que la conducta de los
señores oficiales puestos bajo mis órdenes, ha sido mui buena en
jeneral, pero particularmente la de los capitanes Bustamante i
Amor, que han secundado con precision mis órdenes en las posi-
ciones peligrosas que ocupaba la tropa.
Los buques enemigos han hecho rumbo a las costas de Calbuco .
Dios guarde a V. S. - JORJE Wood.
Al señor comandante jeneral de Armas de Chiloé.

II

PRIMEROS BOLETINES TELEGRÁFICOS DEL TIROTEO DE


CALDERILLA EL 27 DE DICIEMBRE DE 1865 .

Anoche se comunicó al gobierno por la línea telegráfica del nor-


te que se junta en la Calera a la del ferrocarril, la noticia de que
he tenido lugar en Calderilla un combate entre fuerzas de los
bloqueadores i las que allí guarnecen nuestra costa.
Hasta aquí carecemos de detalles sobre lo ocurrido. Lo único
que podemos comunicar es lo siguiente:
291

Sabedores los españoles de que se encontraba en Calderilla un


buque chileno enviaron allá dos lanchas armadas con el objeto de
apresarlo. Llegadas éstas encontraron al buque protejido por los
de tierra, e hicieron fuego, al que se contestó vivamente.
La Berenguela misma se acercó entónces a la costa i disparó
una andanada sobre los nuestros . La artillería de tierra respon-
dió con granadas i así se sostuvo el fuego por algun tiempo , hasta
que llegó la Numancia e hizo retirarse a la Berenguela del teatro
del combate.
El buque quedó en poder de los chilenos .
Se dice que no ha habido pérdida en tierra .

Caldera, diciembre 27 de 1865.

Hoi a las tres de la tarde se han cambiado los primeros tiros a


bala con el enemigo en este puerto, con un resultado honroso pa-
ra nosotros i vergonzoso para ellos , que acaban de dar una prueba
de cobardía, no obstante la superioridad de sus medios de accion
i de ataque .
Poco antes de la hora indicada, nna lancha a vapor de la Nu-
mancia i otras a remo de la Berenguela se dirijieron a Calderilla
a tomar el vaporcito de Corvalan, el que sacaban a remolque
cuando llegó la compañía del 4. ° de línea, la que cruzó sus fuegos
de fusilería con los cañones de las lanchas , las que fugaron preci-
pitadamente, abandonando su presa i dando lugar a vararla.
Entre tanto les mandaron de la Numancia i Berenguela unas
lanchas i ésta última encendió sus calderos i se dirijió al lugar
del combate, volviendo poco despues al puerto con todos ellos .
Por nuestra parte, no ha habido ningun muerto ni herido, ni de
la tropa ni de los muchos curiosos, no obstante las muchas bombas
i granadas que arrojaron los godos .
Parece que tres de ellos han resultado muertos.
A las seis de la tarde, entró por segunda vez la Berenguela a
Calderilla, acompañada de una lancha a vapor i dos a remo , per-
fectamente tripuladas . La Berenguela tiró una andanada con to-
dos sus cañones .
CAPÍTULO XV

LOS INGLESES I LOS ANGLOS AMERICANOS EN PRESENCIA DEL


BOMBARDEO DE VALPARAISO .

Regresa el almirante Mendez Nuñez a Valparaiso i encuentra en ese puerto una pode-
rosa flota anglo americana.-El comodoro de ésta, Rodgers, lo invita a comer i entran
en negociaciones de acomodo.- Proposiciones inaceptables de Mendez Nuñez.- El
comodoro norte-americano le hace entender que se opondrá al bombardeo por la fuer-
za, i sus bombásticas palabras sobre el tiempo que el monitor Monadnock necesitaba
para echar a pique la Numancia en treinta segundos.) -Nobles i famosas pala-
bras de Mendez Nuñez .-- (Honra sin barcos antes que barcos sin honra. »- Papel
dudoso de Rodgers en todas estas negociaciones. - Ajencias del ministro Kilpatrick
en el mismo sentido.-Aprestos de combate que hacen los comandantes de la escua-
drilla americana i su ridiculez-Tímida actitud del almirante ingles Denman.- Se di-
rije Rodgers a Santiago i trae la singular proposicion de un combate en mar abierto
de las escuadras del cual el seria el juez.- Duplicidad del negociador i candor del go-
bierno de Chile.- El cartel de desafío.-El comodoro Rodgers ridiculiza su propia
obra en la cámara de la Numancia i declara que los chilenos son atontos i mal criados.>>
-Mendez Nuñez rehusa todo advenimiento i se prepara al bombardeo.

Dejábamos en el capítulo precedente a las fragatas


Numancia i Blanca , en viaje de regreso a Valparaiso
de su infructuosa correría a los mares australes , sin otra
presa de guerra que el Paquete del Maule, despojo mas
de nuestra incuria que de la destreza o fortuna de sus
captores ; i el 15 o 16 de marzo echaban los dos desai-
rados buques sus anclas en la rada del puerto bloquea-
do con la misma desazon que la Villa de Madrid i su
consorte un mes hacia .
293

ÏI

Habian tenido lugar en el intervalo de la ausencia


del almirante sucesos , aparentemente graves bajo el as-
pecto internacional i que ofrecian al resuelto pero poco
afortunado gobierno de la república una esperanza mas
o ménos segura de reparacion en sus agravios .
Los gobiernos neutrales , i especialmente el de Estados
Unidos, tenian acumulada , mas por acaso que por previ-
sion , en el puerto bloqueado una escuadra capaz de im-
poner respeto a la española , fuera en defensa de los
propios intereses de sus súbditos , fuera en proteccion
lejítima, jenerosa i oportuna de una potencia débil, iner-
me e injustamente agredida. Mas , para mengua i desdi-
cha de los unos i de los otros la ostentosa pujanza de los
neutrales no seria en el hecho sino vana i hasta ridicula
quijotería ; así como la espectativa de amparo internacio-
nal que el gobierno de Chile solicitára en momentos de
suprema angustia con cierta confianza , trocáronse en va-
na ilusion, en trajines pueriles i en punzantes desengaños .
I a este doloroso espectáculo de la lucha entre la fuer- .
za bruta e impune i la resignacion heróica pero estéril de
un pueblo jeneroso, vamos a asistir siguiendo en sus
preliminares al prolijo autor español que así los apunta :

III

"Durante la ausencia de Mendez Nuñez , comienza a


decir el señor de Novo , habia llegado a Valparaiso la
escuadra norte - americana al mando del comodoro Rod-
gers , compuesta de un monitor de dos torres , el Monad-
294 -

nock i de los vapores Vanderbilt, Tuscarora, Powhatan i


Mohongo; el monitor llevaba sufridos mas de diez com-
bates en la guerra separatista. Nelson habia sido ya re-
levado por el jeneral Kilpatrick, quien el 12 de marzo
presentó sus credenciales al presidente, i en union de
Nelson fué vitoreado por el pueblo de Chile, que tenia
puestas sus esperanzas en el norte de América para el
caso de que los españoles volvieran a bombardear a Val-
paraiso.
El gobierno chileno habia enviado algunos ajentes a
los Estados Unidos, para que compraran torpedos que
utilizarian contra nuestros buques , i Mendez Nuñez se
quejó de ello a los jefes navales de Francia e Inglaterra ,
advirtiéndoles que si los chilenos apelaban a aquel re-
curso , bombardearian en el acto la poblacion. Las naves
española no descuidaban la vijilancia mas activa , pues el
enemigo habia ofrecido altas recompensas a los que por
cualquier medio lograran destruirlas ; no todas nuestras
naves fueron igualmente justipreciadas . El gobierno de
la república contestó al representante ingles acerca de
este asunto , confesando que, en efecto , trataba de adqui-
rir los torpedos i de utilizarlos ; pero el resultado fué que
no se inquietó a los buques por ningun concepto.
Ademas de la escuadra norte -americana , se hallaba fon-
deada en el puerto , otra inglesa al mando del contra-al-
mirante Denman , compuesta de las fragatas Sutlej de 50
cañones , Leander de 44 i el vapor Devastation de 4. La
Francia arbolaba su bandera solo en el ponton Egerin .

IV

El 17 de marzo el comandante Rodgers convidó a co-


mer a Mendez Nuñez en el buque de su insignia , i allí
en plática amistosa le espuso sus deseos de ver termi-
nada la cuestion con Chile ; i que, pues al jefe español le
habian sido otorgados plenos poderes para tratar i resol-
ver todas las cuestiones , él se pondria en comunicacion
295

con Kilpatrick para conseguir de Chile las satisfacciones


necesarias . A los pocos dias el comodoro, acompañado de
aquel jeneral, celebraron con Mendez Nuñez una confe-
recia de carácter reservado , i Kilpatrick dijo al marino
español : "Tengo órden de mi gobierno para guardar la
mas estricta neutralidad en la cuestion hispano- chilena
i, al mismo tiempo, encargo especial de ofrecer siempre,
en todo caso , a cada momento los buenos oficios de los
Estados Unidos ; quiero que se entienda que nuestra con-
versacion no tiene carácter oficial ; soi amigo de Chile,
tambien lo soi de España ; deploro amargamente el con-
flicto i estoi dispuesto a emplear toda mi influencia parti-
cular para conseguir un arreglo. He hablado en este mismo
sentido con el ministro de relaciones esteriores de Chile ,
señor Covarrúbias , i sabe que me proponia hablar hoi
con usted ; dejo ahora la palabra al señor comodoro ,
quien tiene tanto deseo como yo de arreglar este asunto ,
i quien, sea dicho en honor de la verdad, ha tomado la
iniciativa .
El señor Rodgers procuró demostrar los inconvenien-
tes que traeria a España la prolongacion de la guerra i
que los verdaderos perjudicados serian los neutrales ,
puesto que todo el comercio era estranjero ; que temia
İlegado el caso de bombardear tropezaria España con di-
ficultades talvez no previstas, recomendando dar paso pa-
ra llegar a un arreglo . "Pensando en esto (dijo) he llega-
do a creer que lo mejor seria tomar las cosas desde su
oríjen, esto es , como si nada hubiese ocurrido , como si
usted acabara de llegar ; podria usted suspender las hos-
tilidades, vendria el capitan del puerto a dar a usted en-
trada, presentaria usted sus credenciales al gobierno de
Chile, se examinaria de nuevo la cuestion i los casos du-
dosos se sujetarian otra vez a la consideracion del go-
bierno español ; pero entre tanto se restableceria la paz
afirmándola con un saludo recíproco hecho de la manera
siguiente : Se enarbolarian en el buque de mi insignia i
en el del contra-almirante ingles los pabellones de Es-
paña i Chile , que serian saludados por nosotros con 21
cañonazos , uniéndose a este saludo la fortaleza de Val-
paraiso i los buques españoles ; de manera que con el rui-
do i con el humo nadie supiese quién habia disparado el
89
296

primer tiro. Creo que el gobierno de Chile no está dis-


tante de aceptar esto , i tambien creo que si usted pien-
sa en los desastrosos resultados de llevar la cuestion
con demaciada dureza, convendrá conmigo en el plan
que dejo propuesto .
Mendez Nuñez les contestó que por instrucciones pre-
cisas de su gobierno le estaba prohibido admitir interven-
cion oficial alguna en este asunto , ni siquiera buenos oficios,
lo que imposibilitaba aceptar el plan propuesto; pero
obedeciendo a ese mismo deseo de reconciliacion les
daria a conocer confidencialmente las únicas condiciones
bajo las cuales podia llegarse a la paz . Estas eran las
siguientes :
1. Declaracion por parte de Chile de que no habia
tenido el propósito de ofender a España, cuya honra i
dignidad respetaba ; de que deseaba mantener con noso-
tros buenas relaciones , i que, en atencion a que conside-
raba solo suspendidos los efectos del tratado por la de-
claracion de guerra , continuaria aquél en vigor, obligán-
dose a cumplir todas sus cláusulas. En prueba de su bue-
na fé devolveria la goleta Covadonga, con su bandera ,
cañones i tripulacion.
2. Declaracion por parte de España en sentido que le
seria mui satisfactorio renovar su antigua amistad con
Chile i que aprovecharia aquella ocasion para declarar
nuevamente que no aspira ni a conquista de territorio.
en América, ni a ejercer influencias esclusivas en las re-
públicas cuya independencia i autonomía respetaba. En
prueba de ello devolveria las presas existentes en poder
de la escuadra española i los prisioneros de guerra . Cam-
biadas las notas en que constaran estas declaraciones ,
se confirmaria el restablecimiento de la buena intelijen-
cia entre ambos paises por un saludo recíproco de 21
cañonazos empezando los disparos, una fortaleza chilena ,
que serian contestados tiro por tiro por uno de los bu-
ques de la escuadra.
Mendez Nuñez terminó su réplica con estas pala-
bras :
-Si no se recibiese del gobierno chileno la nota a que
se refiere la primera condicion ántes de la ocho de la
mañana del dia 27 del actual , daré un manifiesto al cuer-
297 -

po diplomático en que señalaré un plazo fatal para el


bombardeo de Valparaiso .
-En tal caso (contestó el comodoro Rodgers) no po-
dria yo permanecer espectador impasible de la destruccion
de una ciudad indefensa llena de estranjeros. Creo mui
probable que lo mismo opine el jefe de las fuerzas britá-
nicas, i usted debe tomar esto en consideracion .
-Sensible me seria ( replicó Mendez Nuñez ) romper
con naciones amigas i con personas que, como ustedes ,
me han dado pruebas de afecto, pero ninguna considera-
cion en el mundo me impedirá cumplir con las órdenes de
mi gobierno. ( 1) Este me dice que preferiria ver hundi-
da su escuadra en el Pacífico a verla volver deshonrada
a España, i yo estoi resuelto a cumplir fielmente su pen-
samiento, sea cual sea la oposicion que encuentre. Creo que
las condiciones que impongo a Chile en nada le desdo-
ran i éstas serian las mismas que impusiera a sus aliadas
para facilitar mas su aceptación. (2)

Tanto el jeneral Kilpatrick como el señor Rodgers


APROBARON LA RESOLUCION DE MENDEZ NUÑEZ , pues no
de otra suerte obrarian ellos en caso igual. El jeneral
Kilpatrick ofreció trabajar sin descanso para que el go-
bierno de Chile aceptara la proposicion del marino espa-
ñol ; el comodoro Rodgers al despedirse de Mendez Nu-
ñez le tendió la mano diciéndole :
-Si nos encontráramos frente a frente en este asunto ,
crea usted siempre en mi amistad i aprecio.
Mendez Nuñez tuvo mui en cuenta sus instrucciones

(1 ) He procurado ajustarme todo lo posible a la comunicacion oficial.


(2) Comunicacion al ministro de estado Bermúdez de Castro en 26
de enero de 1866 ... "Confiando a Dios , a la virtud de nuestro derecho i
al honor i bravura de nuestra armada, el triunfo de nuestra causa ; en la
firme intelijencia de que mas vale sucumbir con gloria en mares enemigos
que volver a España sin honra ni vergüenza ."
- 298

para presentar las bases del arreglo, pues si bien éstas


le prevenian no admitir ni formular proposicion de paz
hasta no haber obtenido satisfaccion por la toma de la
Covadonga, si este buque era devuelto por el gobierno
de Chile, equivaldria a haberlo recobrado con las armas ,
por ser una condicion impuesta bajo la presion de la
fuerza i contraria al uso establecido.
"Si desgraciadamente (decia Mendez Nuñez al gobier-
no el 24 de marzo) no consiguiese una paz honrosa para
España, cumpliré las órdenes de V. E. , destruyendo la
ciudad de Valparaiso , aunque sea necesario para ello com-
batir, ántes con las escuadras inglesa i americana aquí
reunidas i la de S. M. se hundirá en estas aguas ántes
que volver a España deshonrada, cumpliendo así lo que
S. M., su gobierno i el pais desean, esto es : PRIMERO
HONRA SIN MARINA QUE MARINA SIN HONRA . ( 1 )

VI

El jeneral Kilpatrick salió a la siguiente mañana para


Santiago, animado de un vivo deseo de arreglar el con-
flicto i con muchas esperanzas de buen éxito . Debo ad-
vertir que el antecesor de este digno jeneral plenipo-
tenciario habia sido el mayor enemigo de España cerca
del gobierno chileno ; el que con sus gratuitas promesas
de una intervencion de su pais, levantaba los ánimos, en-
soberbecia mas i mas a los chilenos , quienes traspasan-
do los límites que el decoro i la dignidad les aconsejaba,
dieron en la exajeracion ridícula de aquellas virtudes ,
cerrando en absoluto los ojos i los oidos a toda solu-
cion razonable . Esta fué obra casi esclusiva del señor
Nelson i lo evidencia mas el que, cuando Kilpatrick , mer-
ced a sus nobles jestiones , tenia predispuestos en su fa-
vor a varios miembros del gobierno chileno , el señor
Nelson tomó la palabra con tan desusado tono i tanta

(1 ) Estas palabras aparecen tarjadas de relieve por su autor .


299

acritud respecto a España , que el digno señor Kilpatrick


tuvo que amonestarle en términos desagradables i sus-
pender por entónces sus proposiciones . (?)
Las que de nuevo le llevaron a Santiago habian sido
infructuosas , pues el gobierno de Chile le respondió
que en el corto plazo que se le daba le era imposible reu-
nir i consultar a los representantes aliados acreditados en
su capital. Esta respuesta no era sino un pretesto ; i al
comunicarla a Mendez Nuñez personalmente, díjole éste
al señor ministro de los Estados Unidos que una hora
despues le enviaria el manifiesto anunciado . Entónces
Rodgers (que lo acompañaba) repuso que ya de un modo
terminante que tendria que OPONERSE POR LA FUERZA AL
BOMBARDEO DE VALPABAISO . Aquel mismo dia 27 envió
Mendez Nuñez el manifiesto al cuerpo diplomático en
Santiago . En él espresaba que habia esperado largo
tiempo satisfaccion de los agravios inferidos a España
por la república chilena ; que habia espuestos sus mejo-
res buque en navegaciones peligrosas para buscar i batir
a las escuadras enemigas sin poderlas traer a un comba-
te decisivo , i que no hallando otro medio de vengar las
graves ofensas (con arreglo a sus instrucciones ) que el
bombardeo de los puertos del litoral chileno, comenza-
ria por la ciudad de Valparaiso el 31 de marzo , o sea en
el improrogable término de cuatro dias .

F
VII

El 29 visitó a Mendez Nuñez el almirante Denman


para decirle que los derechos de la guerra no autoriza-
ban la destruccion de pueblos indefensos , i que para evi-
tar el bombardeo tendria que adoptar medidas cuya esten-
sion no podia precisar. Mendez Nuñez , le contestó : "La
cuestion de derecho es de la competencia de mi gobierno;
pero como militar, obedeceré la órdenes que me ha dado , i
cualquiera que sea la actitud que tomen las fuerzas navales
surtas en la bahía, por poderosas que sean estas fuerzas,
300

ninguna consideracion me detendrá en el cumplimiento de


mi deber."
Aquel dia hicieron los barcos estranjeros señales ine-
quívocas de prepararse a un combate : el Tuscarora se
blindé de cadenas i zafó los portalones de las colisas ; el
Vanderbilt pintó de negro sus batientes i batiportes ; las
fragatas inglesas habian sacado las colisas a la banda
apuntando a la Numancia , i el monitor era el buque des-
tinado principalmente a batirse con nuestra blindada .
Ante aquellos aprestos , la escuadra española se mostró
digna, enérjica i altamente satisfecha del jefe que la
mandaba .

VIII

Es de notar que los representantes de Inglaterra_i


Francia, encargados por sus respectivos gobiernos de
emplear sus buenos oficios para obtener un arreglo , se
habian demostrado siempre, mas que neutrales , aliados
de Chile i poco cuidadosos de cumplir su comision ; al
par que, segun frases de Mendez Nuñez , tanto el minis-
tro de los Estados Unidos como el jefe de sus fuerzas
navales , trabajaron activamente, con verdadero empeño ,
con un celo digno de todo elojio i sin faltar un ápice a la
neutralidad en favor del arreglo deseado . Acerca del se-
ñor Rodgers no estoi de acuerdo con el jefe español ,
pues si es cierto que trabajó mucho en favor de la paz ,
sus simpatías eran todas de Chile (?) , su neutralidad apa-
rente (?) , i , si al cabo no se opuso por la fuerza al bom-
bardeo, fué a causa de que el almirante Denman (que
por lo visto trató solo de intimidar) le negó su coopera-
cion i aquél no tuvo ánimos para oponerse solo con su
escuadra a los fuegos de la nuestra ( ? ) ( 1 ) . De todo esto

( 1 ) VAPOR DE LOS ESTADOS UNIDOS «VANDERBILT. » - Valparaiso,


marzo 31 de 1866. -Señor : Tengo el honor de comunicar a usted que a
mi llegada a este puerto con la escuadra confiada a mi mando, fuí a vi-
sitar al almirante ingles, quien me habia informado que intentaba impe-
301

tendrá el lector la prueba mas adelante. El mismo dia


29 volvieron a avistarse con Mendez Nuñez el comodoro
Rodgers i el secretario de la legacion , espresándose aquél
en estos términos :
"Cuando al principio me ocupé de este asunto , crei que
España no tenia razon i que me veria en el caso de em-
plear la fuerza en defensa de los intereses neutrales, si
los buenos oficios del jeneral Kilpatrick i los mios no
hubiesen surtido efecto ; mas , despues de hablar con ámbos
belijerantes, he llegado a comprender que los chilenos
SON NIÑOS MAL CRIADOS I TONTOS , pues habiéndoles proba-
do hasta el cansancio que nada deshonroso tenian las
proposiciones de usted , apoyándome para demostrarlo
en que los Estados Unidos habian , en ocasiones diver-
sas , suscrito a términos ménos liberales , nada he conse-
guido ; a la vez , tanto el jeneral Kilpatrick como yo reco-
nocemos i admiramos LA PACIENCIA , MODERACION I VALOR
DESPLEGADO POR USTED , i en consecuencia, tengo la hon-
ra de manifestarle que he decidido no intervenir absolu-
tamente en la cuestion ; mas como no puedo ser especta- "

dir un bombardeo repentino , i que solo lo consentiria despues de aviso an-


ticipado.
A esto no contesté ; pero habiéndolo considerado bien, busqué ocasion
al siguiente dia para decirle que yo le ayudaria en impedir un bombardeo
súbito , i que ademas iria hasta donde él creyese necesario.
Le aseguré que el «Monadnock» podria hacerse cargo de la « Numancia, »
que por ejercicios de tiro al blanco que yo habia presenciado, estaba per-
fectamente seguro de que en no menos de treinta segundos i no mas de
treinta minutos , el «Monadnock» solo , sin la menor asistencia, no dejaria
mas que los topes de la « Numancia» fuera del agua, i que nuestros bu-
ques de madera, ingleses i americanos, podrian vijilar a los buques de
madera españoles .
Al ofrecer de este modo, ir mas allá de la letra de mis instrucciones de
una estricta neutralidad, obré en la suposicion de que la neutralidad en-
tre naciones no escluye los esfuerzos dirijidos a mantener la paz entre
ellas ; que así como un pacífico ciudadano no está obligado a permanecer
inerte mientras que otro sufre la ilicita violencia de un tercero, sino que
puede justamente intervenir con la fuerza para impedir la infraccion de
la lei , un asesinato, por ejemplo,--del mismo modo una nacion que pre-
sencia un disturbio parecido entre naciones hermanas suyas , no debe es-
tar absolutamente pasiva , sino que, con sincera neutralidad , puede inter-
ponerse por la fuerza , si es necesario, para mantener las operaciones de
los belijerantes dentro de la lei i para la proteccion de las personas i pro-
piedades neutrales ...
El modo como España trata de hacer la guerra es terrible ; i parecién-
302 -

dor impasible del bombardeo, EN LA MISMA MAÑANA SALDRÉ


DE ESTA BAHÍA. Ahora tengo la certeza de que las fuerzas
navales de S. M. B. , no se opondrán tampoco a la des-
truccion de la ciudad , lo que pongo en conocimiento de
usted ; solo le ruego que una hora ántes de empezar el
bombardeo dispare dos cañonazos de aviso , aa fin de que
fin de
puedan ponerse en salvo las mujeres i los niños que aun
pudieran quedar en la poblacion ."

IX

Con tales argumentos i esplicaciones , ¿ cómo habia de


dudar Mendez Nuñez de la sinceridad i deferencia del
señor Rodgers ? Lo cierto es que éste queria a todo tran-

dome que con él provocará la animosidad de los particulares antes que


refrenar la voluntad de sus enemigos, aquel modo no está dirijido a su
lejítimo fin, i por consiguiente debiera inpedirse.
Sé perfectamente que toda accion de nuestra parte en este asunto en-
vuelve grandes responsabilidades ; pero supone tambien que si Inglaterra
las compartia con nosotros era mi deber el aceptarlas o proponerlas.
Dije al almirante ingles lo que acabo de escribir, añadi francamente
que su comercio era mas estenso que el nuestro, i mas activo con Espa-
ña, pero que si en efecto su nacion tenia mas que comprometer en un
rompimiento con aquélla, tambien eran mayores que los nuestros los in-
tereses propios que debia protejer en Chile en la proporcion de un mi-
llar por cada ciento.
El almirante ingles dijo al principio que iria conmigo , porque declaré
llanamente que yo no daria un paso sin él. Díjele que no tenia ganas de
servir de pata de gato para sacar delfuego las castañas europeas i que des-
pues la nacion a quien haya servido se ria de mis uñas chamuscadas,
mientras ella goza el fruto de mi temeridad.
El almirante ingles, finalmente, determinó echar la responsabilidad al
ministro de S. M. B. , al cual no pareció conveniente obrar en este
asunto.
Habiéndome faltado la cooperacion inglesa , nada quise hacer aislada-
mente, porque no habia pensado singularizarme.
He recurrido a cuantas medidas me ha sido posible para llevar la cues-
tion a un acomodo , pero inútilmente.

(El comodoro John Rodgers al secretario de marina de los Estados


Unidos .)
303

ce evitar el bombardeo, pretension digna de aplauso , i


así, una vez presentado el asunto en términos pacíficos ,
despojada su actitud de toda amenaza , e impuesto Men-
dez Nuñez de que nadie haria uso de la fuerza para evi-
tar un castigo , se aventuró el señor Rodgers a proponer
otro plan , en su opinion escelente .
-Dé usted un manifiesto ( le dijo el comodoro) espre-
sando que, puesto que nada hai que pueda impedirle el
bombardeo, desiste de él i perdona a Valparaiso . Creo
que este rasgo de jenerosidad seria correspondido por el
gobierno de Chile, accediendo espontáneamente a las
demandadas satisfacciones .
-Mi responsabilidad seria enorme (repuso Mendez
Nuñez) ; pero en obsequio de la paz aceptaré la proposi-
cion, siempre que un miembro del gobierno chileno me ga-
rantice, ante el representante de los Estados Unidos, que
mi proceder será apreciado i correspondido .

No estaba esta proposicion totalmente en carácter,


pero tanto pesaba en el ánimo de Mendez Nuñez la idea
de cañonear a una poblacion indefensa , que aceptaba
como factibles hasta las cosas que ménos visos de buen
éxito podian ofrecer. Salió el comodoro para Santiago, i
regresó a poco diciendo que su proposicion habia sido
rechazada ; en cambio entregó a Mendez Nuñez otra que
le hacia el gobierno de la República . Para apreciarla
bien trascribo parte de ella .
"Ya que el jefe de la escuadra enemiga ha alegado esa
responsabilidad ilusoria para disculpar el próximo bom-
bardeo , S. E. el Presidente de la República ha juzgado
conveniente quitar a ese acto de guerra bárbara el mas
débil pretesto que pudiera servir para escusarlo. Con
este fin me ha dado instrucciones para ordenar a V. S.
lo siguiente : V. S. se dirijirá al jefe enemigo don Casto
Mendez Nuñez proponiéndole un combate entre las fuer-
40
304

zas marítimas de que hoi disponen Chile i el Perú i las


que tiene el jefe español bajo su mando. Como estas
últimas fuerzas son por ahora incomparablemente supe-
riores a las primeras , tanto por el número de sus caño-
nes como por el blindaje i demas ventajas de la fragata
acorazada Numancia , esta nave no deberá tomar parte en
combate, i los elementos de agresion que se empleen en
él deberán igualarse por una i otra parte. Con el objeto
de que las nieblas i canales de Chiloé no sea parte a re-
husar esta proposicion , la refriega deberá tener lugar a
diez millas de distancia de este puerto, punto al que se
trasladará sin demora la flota chileno- peruana . Por lo
demas . los permenores del combate serán reglados por
el señor comodoro de la estacion naval de los Estados
Unidos en estas aguas , que se presta bondadosamente
a ser juez de la contienda . El resultado de este combate
importará la terminacion de la presente guerra. Si la Es-
paña desea sinceramente la paz , si el espíritu denodado
i caballeresco de que blazona no son vanas palabras , mal
podrá el señor Mendez Nuñez negarse a admitir un due-
lo internacional que consulta juntamente la lealtad de la
guerra civilizada , los intereses de la paz i de la humani-
dad , i que le evitará la perpetracion del acto odioso de
que se prepara a ser instrumento bombardeando a Val-
paraiso ."
Reproduciendo la proposicion contenida en la nota que
acabo de trascribir a V. S. , tengo el honor de pedirle se
sirva darme una respuesta tan inmediata como lo exijen
las presentes circunstancias."

ΧΙ

Lo que se pretendia, pues , era una especie de duelo


internacional en el que tomarán parte iguales fuerzas ,
debiendo ser su resultado el fin de la guerra i sin aña-
dirse ninguna otra declaracion . Inconcebible parece que
aquello pudiera ocurrírsele al gobierno de un pais civi-
305 ---

lizado . Mendez Nuñez leyó el reto que se le hacia i , olvi-


dando por un instante el alto puesto que ocupaba i su
responsabilidad , fué su primer impulso , su primer pensa-
miento "aceptar el reto insidioso que con la osadía del
débil se me dirijia, pero prontamente repuesto i con con-
ciencia de mi deber, manifesté al señor comodoro mi es-
trañeza de ver en la citada comunicacion lo que a él se
referia . Contestó el señor Rodgers que ignoraba el con-
tenido de la nota de que habia sido portador, que cuando
oyó hablar a los miembros del gobierno chileno del pro-
yecto de un duelo internacional, SE HABIA REIDO , dicién-
doles que lo juzgaba un disparate, que yo seguramente
lo rechazaria, i que interrogado si él se prestaria a servir
de padrino, espuso que si el jefe era tan loco que aceptaba
tal proposicion, él, amigo de ambos paises , no podria re-
husar el cargo que se le confiaba ; añadiéndome que de
ningun modo debia ni por un instante tomar tal despro-
pósito en consideracion .
En aquel momento entraron en la cámara de la Nu-
mancia el almirante lord Denman i comodoro Cursey, i
Mendez Nuñez mostró al primero la comunicacion que
habia recibido . Su lectura asombró i disgustó al almi-
rante ingles hasta el punto de hacerle olvidar su natural
reserva i decirle a Mendez Nuñez :
-Señor brigadier; La carta que usted acaba de recibir,
jestifica por si sola el acto que va usted a llevar a cabo;
usted se ha conducido de la manera mas digna i su jenero-
sidad ha sido mui mal correspondida por el gobierno de este
pais."

XII

Creo que, en efecto, ni aun al mismo gobierno de Chi-


le debia ocultársele lo ridículo de su proposicion . (1)

(1) Del discurso pronunciado en el congreso de diputados, sesion del


22 de 1866 , por el Ministro de Estado, Bermúdez de Castro, trascribo
los siguientes períodos que demuestran la opinion que hubiese merecido
MENDEZ NUÑEZ de su gobierno al aceptar la proposicion de CHILE :
"¿Qué hubiese dicho el gobierno español, qué hubiese dicho la Europa si
306

Solo hallaria disculpa concediéndoseles que los hubiera


guiado la idea de ganar tiempo ; pues no se concibe que
juzgaran ellos mismos , dentro de lo racional i lójico, el
que Mendez Nuñez sometiera la justicia de nuestra cau-
sa al azar de un duelo ; despues de todo, Chile esponia
mui poco en esta proposicion, puesto que casi todos los
buques de la escuadra coaligada eran peruanos ."
El jefe español, aludiendo a aquella circunstancia , de-
cíale así a nuestro ministro de marina : "Despues de
las operaciones que pueda practicar con las fuerzas
de mi mando sobre los puertos de Chile i el Perú ,
nada podrá ser mas halagüeño a mis subordinados , ántes
de emprender el viaje de regreso , que aceptar ese reto ,
hoi capcioso, en el que puede estar bien penetrado el
gobierno de S. M. i el pais entero, no será la bandera
de Castilla la que sucumba : júzgelo acaso el único medio
que la Providencia nos depare para poder vengar con
creces la pérdida de la Covadonga .

el señor Mendez Nuñez hubiera aceptado semejante ridículo desafío ? ¿ I


qué habia en el fondo ? Nada mas que táctica de Chile, la táctica de
aquella república, ganar tiempo, engañar, aguardar la llegada del Huás-
car, de la Independencia i de algunos vapores que para allí habian salido,
i cuando tuvieran superioridad numérica, imponer la lei i olvidarse de
todos los compromisos que hubieran adquirido anteriormente.
I despues de todo, si querian combatir, ¿no habian tenido durante
doce o catorce horas a dos fragatas solas, la Blanca i Villa de Madrid,
para ir a batirlas con siete u ocho buques que ellos tenian? ¿ Por qué se
escondian? ¿ Por qué permanecian encerrados ? ¿ Por qué sumerjian sus
buques a la entrada del Estrecho para impedir que pudiera allí penetrar
uno solo de nuestros buques ? Si deseaban el combate i se les habia pre-
sentado ocasion de combatir, ¿por qué lo habia despreciado ? Despues de
esto, lo que prueba semejante conducta, es que no tenian otra intencion
que ganar tiempo, aguardar que pudieran llegar los buques que espera-
ban, i cuando tuvieran una superioridad numérica entonces presentarse,
como siempre lo han hecho .»
Por lo que respecto a la seriedad caballeresca del reto del gobierno de
Chile, en el anexo de este capítulo damos cabida a la nota de intimacion
que el comandante de armas de Valparaiso, coronel don Vicente Villalon ,
dirijió al jefe de la escuadra bloqueadora.
ANEXOS

NOTA OFICIAL DEL GOBIERNO DE CHILE PROPONIENDO AL


ALMIRANTE ESPAÑOL EVITE EL BOMBARDEO DE VALPARAI-
SO POR MEDIO DE UM COMBATE SINGULAR DE LAS DOS ES-
CUADRAS .

Valparaiso, marzo 30 de 1866.

Señor :

Con esta fecha el señor Ministro de Marina me dice lo siguiente :


El gobierno de la república se ha instruido por medio de la
prensa periódica , del manifiesto que la escuadra enemiga ha diri-
jido al Cuerpo Diplomático estranjero residente en Santiago. En
ese documento se pretende dar a entender que la escuadra espa-
ñola ha tenido que recurrir a la medida execrable de bombardear
esta pacífica e indefensa ciudad , en atencion a la imposibilidad
absoluta que las contínuas nieblas i los tortuosos canales de nues-
tro Archipiélago de Chiloé le han ofrecido para medir sus fuerzas
con las de la pequeña escuadra chileno-peruana.
Esta triste alegacion, con que una potencia que se precia de
culta i jenerosa , procure paliar el mas injustificable de los aten-
tados, queda desvanecida recordando que las naves españolas no
tuvieron obstáculo para penetrar hasta el apostadero de Abtao, i
que si no han penetrado tambien en el nuevo apostadero de nues-
tra escuadra, solo puede atribuirse a su mala voluntad para ha-
cerlo . En efecto, no se concibe que fuera imposible a las fragatas
españolas Blanca, Resolucion, Berenguela i Villa de Madridi mu-
cho ménos a la corbeta Vencedora, entrar en un canal que ha na-
vegado sin tropiezo la fragata peruana Apurimac, de tanto calado
como las mencionadas . Fuera de eso , la profundidad del canal en
308 -

cuestion daba en realidad a la fragata blindada Numancia libre


fácil acceso hasta el apostadero de los buques chilenos i peruanos .
Pero ya que el jefe de la escuadra enemiga ha alegado esa impo-
sibilidad ilusoria para disculpar el próximo bombardeo, S. E. el
Presidente de la República ha juzgado conveniente quitar a ese
acto de guerra bárbara, el mas débil pretesto que pudiera servir
para escusarlo. Con este fin, me ha dado instrucciones para orde-
nar a V. S. lo siguiente :
V. S. se dirijirá al Jefe enemigo don Casto Mendez Nuñez pro-
doniéndole un combate entre las fuerzas marítimas de que hoi
disponen Chile i el Perú i las que tiene el Jefe español bajo su
mando. Como estas últimas fuerzas son por ahora incomparable-
mente superiores a las primeras, tanto por el número de sus ca-
ñones como por el blindaje i demas ventajas de la fragata acora-
zada Numancia, esta nave no deberá tomar parte en el, combate ,
i los elementos de agresion que se emplean en él , deberán igualarse
por una i otra parte . Con el objeto de que las nieblas i canales de
Chiloé no sean parte a rehusar esta proposicion , la refriega deberá
tener lugar a diez millas de distancia de este puerto, punto a don-
de se trasladará sin demora la flota chileno-peruana. Por lo demas,
los pormenores del combate serán arreglados por el señor Como-
doro de la estacion naval de los Estados Unidos en estas aguas
que se presta bondadosamente a ser juez de la contienda.
El resultado de este combate importará la terminacion de la
presente guerra .
Si la España desea sinceramente la paz , si el espíritu denodado
i caballerezco de que blazona no son vanas palabras, mal podrá el
señor Mendez Nuñez negarse a admitir un duelo internacional
que consulta justamente la lealtad de la guerra civilizada, los in-
tereses de la paz i de la humanidad , i que le evitará la perpetra-
cion del acto odioso de que se prepara a ser instrumento bombar-
diando a Valparaiso .
Reproducimos la proposicion contenida en la nota que acabo de
trascribir a V. S. , tengo el honor de pedirle se sirva darme una
respuesta tan inmediata como la exijen las presentes circunstan-
cias.
Con sentimientos de distinguida consideracion me suscribo
de V. S.
Atento i seguro servido. - Vicente Villalon.
Este documento un tanto singular i sobre todo evidentemente
infructuoso, fué publicado el mismo dia de su rechazo verbal (que
fué en la víspera del bombardeo) acompañado de un corto cartel
que así decia:
NO ACEPTA EL RETO

El jefe de los incendiarios españoles ha contestado de palabra


que no admite el reto que le ha hecho el Gobierno de la República.
CAPÍTULO XVI

EL BOMBARDEO DE VALPARAISO .

Intimacion de bombardeo hecha por el almirante Mendez Nuñez el 27 de marzo de 1866


-Levantada respuesta del gobierno de Chile.- Hermosa actitud de la ciudad de Val-
paraiso. La emigracion femenina.-Ultima tentativa de avenimiento hecha por el
ministro frances.-Proclamas al pueblo del intendente de Valparaiso i del presidente
de la República.- Preparativos bélicos de los españoles.-Ejecucion del bombardeo.
--Version i parte oficial del historiador español.-Parte oficial del intendente de
Valparaiso. Protestas del historiador español contra las imputaciones de alevosía
hechas al almirante Mendez Nuñez.-Pérdidas de los neutrales.-Parte del como-
doro Rodgers.-Noble i justiciero juicio del historiador español de Novo i Colson
sobre el bombardeo de Valparaiso-

Resuelto por el almirante español el acto bárbaro del in-


cendio i destruccion de una ciudad mercantili la mas rica
del Pacífico , despues de la de San Francisco de California ,
i si bien en obedecimiento a las instrucciones ineludibles
de un gobierno avieso que hacia política interna i de
camarilla mandando quemar los pueblos que su misma
nacion habia fundado, procedieron los españoles en la
víspera del injustificable asalto a tomar prolijamen-
te sus medidas como si se tratara de un arriesgado com-
bate. "El 31 del actual, decia en efecto la órden del dia
espedida técnicamente el 30 de marzo de 1866 , por el
jefe de estado mayor de la armada bloqueadora don Mi-
guel Lobo, i en cumplimiento de las órdenes del gobierno
de S. M. se procederá al bombardeo de la ciudad de Val-
paraiso.
El acto será ejecutado por las fragatas Numancia, Vin
310

lla de Madrid, Resolucion i Blanca , i por la corbeta Ven-


cedora.
La Villa de Madrid i la Blanca obrarán contra los
edificios llamados almacenes fiscales para demolerlos,
haciendo las primeras descargas con carga ordinaria i
bala sólida, apuntando hácia la medianía de la altura de
dicho edificio , o sea entre las puertas del piso bajo i las
ventanas del principal o primero ; i cuando observen haber
abiertos brechas convenientes para ello , dispararán gra-
nadas.
Si los señores comandantes lo juzgan oportuno, pue-
den destinar una division para disparar granadas , i dos
balas sólidas .
La Resolucion , con las prevenciones que quedan apun-
tadas , se encargará de la demolicion de los edificios del
ferrocarril.
La Vencedora , con las propias antedichas prevencio-
nes , se encargará de la destruccion de la Lonja i Aduaua,
que constituyen el edificio grande frente al muelle , edi-
ficio que tambien tiene frente a la plaza .
La Numancia acudirá i dirijirá sus fuegos a donde el
jefe lo considere oportuno.
Se pondrá todo el cuidado posible en medir la distan-
cia para las punterías i el tiempo de las espoletas , así
como en que aquellas se hagan con la calma debida a fin
de que no se desperdicien los proyectiles .
Antes de comenzar el bombardeo harán los señores
comandantes subir a cubierta a los cabos de cureña i les
mostrarán los parajes a que han de dirijir los tiros , prohi-
biéndoles absolutamente dirijirlos a otra parte .

II

Sigue en pos en aquel unísono documento la enumera-


cion de los edificios esceptuados que solo lo eran los hos-
pitales i algunos depósitos navales ingleses, i el señala-
miento de la colocacion de los buques que produciria la
311

demolicion de la ciudad , debiendo algunos de éstos , como


la Blanca i la Villa de Madrid, comenzar sus fuegos con
la proa lácia la ciudad i otros como la Resolucion i la
Vencedora , dándoles desairadamente la popa, i termi-
nando el mayor jeneral, minucioso hasta el fastidio , i
aun hasta el ridiculo por prevenir a sus capitanes que,
"una vez en llama un edificio se suspenderia el hacerle
fuego."
Hubiera querido entónces cañonear tambien sus es-
combros ?...

III

Fuera de esto i de la entereza moral del pueblo i del


gobierno chileno, trabajada mas hondamente que por el
pánico doméstico , por los afanes , súplicas i dilijencias de
los mercaderes estranjeros , que eran los que verdadera-
mente iban a sufrir, el aspecto de la varonil poblacion
nacional de Valparaiso, no podia ser ni mas interesante
ni mas digno de respeto i aun de misericordia . "En el
intervalo de cuatro dias , dice el historiador español , a
propósito de aquella situacion , abandonaron la ciudad
cerca de 40,000 personas, que constituian la mitad de
sus habitantes . El gobierno habia mandado retirar los
cañones del fuerte de San Antonio, para que constase de
modo indudable que la plaza estaba indefensa. La pro-
piedad depositada en los almacenes fiscales, que era to-
da de súbditos estranjeros , fué detenida allí por inter-
vencion del pueblo, que no permitió se estrajese efecto
alguno, en venganza de la conducta de las fuerzas neu-
trales .

IV

Es de advertir que desde el momento de enunciado el


bombardeo hasta que se rompió el fuego, ni una súplica ,
ni un solo paso se dió cerca de Mendez Nuñez, por quien
41
312

quiera que fuese , para disuadirlo de semejante acto e in-


clinarlo a la clemencia. Solo protestas , concebidas la ma-
yor parte en términos destemplados i de amenazas , fue-
ron las que recibió en ese intervalo ( 1 ) . El encargado de
negocios de Francia participó , en nombre del gobierno
de Chile , que para entrar en conferencia con España de-
beria ántes alejar su escuadra, quedar con un solo buque,
i que entónces bajara a Santiago a presentar sus
credencia-
les. Mendez Nuñez le contestó sencillamente que no po-
dia aceptar. El encargado de negocios de Inglaterra le
espuso que el término de cuatro dias era insuficiente ,
pues la propiedad de los neutrales estaba valorada en
40.000,000 de duros , de la que solo una pequeña parte
se podria colocar en salvo . Añadió que el bombardeo
aquel estaba fuera de las reglas del derecho internacio-
nal i protestó en nombre de su pais . Francia i Prusia
protestaron en la misma forma. Los cónsules de todas
las naciones que allí tenian intereses , protestaron en for-
ma destemplada e importuna. En ellas hacian aprecia-
ciones i se permitian tratar asuntos de política, para los
que eran incompetentes i calificaban actos que por su in-
dole i trascendencia, debian juzgar los gobiernos . Men-
dez Nuñez devolvió a lo cónsules su comunicacion , pero
estos se ratificaron en élla i el jefe español participó lo
ocurrido al gabinete de Madrid. "

Por su parte el gobierno de Chile , colocándose a la al-


tura de un supremo deber hizo dirijir una noble , altiva i
patriótica respuesta a la intimacion del próximo bombar-
deo, i en la víspera circularon en la poblacion enérjicas
proclamas del presidente de la república i del mandata-
rio local de Valparaiso .-" Réstame tan solo recordar a
US . decia el comandante de armas de la plaza al almi-

(1) Comunicacion oficial de Mendez Nuñez , 1.° de abril de 1866.


313

rante Mendez Nuñez , que es un pueblo de Chile el que


va a sufrir los horrores del esterminio i que por tanto
lo soportará con la inquebrantable entereza que le ase-
guran sus antecedentes históricos .'
"Es esta la prueba, esclamaba por su parte el jefe de
la nacion en su levantada proclama al pueblo chileno , es
esta la prueba que vienen a darnos de la antigua arro-
gancia castellana, i de la virilidad de la España moderna
que está haciendo ahora mismo alarde de tener una his-
toria que relata en cada pájina una gloria? El almirante
que nos ha pedido el desagravio de las injuriosas ofen-
sas hechas al pabellon español, lo toma ahora en sus
manos para revolcarlo en el polvo i mancharlo con la
sangre de niños i viejos inermes.
"Chilenos : el que es valiente es magnánimo. Aplacad
vuestra justa ira ; haced que sea notable el contraste de
los actos brutales del enemigo, i la conducta noble de un
pueblo culto (1) . "
Ejecutado todo esto , aprestos de destruccion de parte
de los españoles , aprestos de digna resistencia i protesta
moral de los chilenos , comenzó en el dia i hora señalados
el acto indigno, torpe i brutal de su castigo por el fuego.

VI

En la amanecida del dia 31 de marzo , refiere en efecto


el honrado historiador español , se dispuso la escuadra
para llevar a cabo el bombardeo . Los buques del convoi
a cuyo bordo estaban los prisioneros , se colocaron con
la Berenguela en un fondeadero al este de la bahía . La
ciudad, situada al oeste, ofrecia en primer término , o sea
inmediato o los muelles , los edificios que iban a sufrir el

( 1) La proclama del presidente Perez tenia la fecha de Santiago, mar-


zo 29 de 1866. Por lo demas , tanto este documento histórico como la alo-
cucion del intendente Lira i la respuesta del comandante de armas Vi-
llalon, van incorporados entre los anexos del presente capítulo.
314

fuego, siendo los mas importantes los almacenes fiscales ,


donde estaban depositadas todas las mercaderías de
tránsito ; la estacion i materiales del camino de fierro se
hallaban en el moderno barrio del Almendral. Fueron
designadas para efectuar el bombardeo , las fragatas Blan-
ca , Villa de Madrid, Resolucion i la goleta Vencedora , que
se colocaron convenientemente a cuatro o seis cables de
los puntos que debian batir. La Numancia se quedó fue-
ra de la línea para observar la operacion . A las ocho de
la mañana, las escuadras británica i norte- americana se re-
tiraron al norte de la bahía para ser lejanos i pasivos es-
pectadores del bombardeo ; à esta misma hora la Numan-
cia disparó los dos cañonazos anunciando que a las nue-
ve se romperia el fuego. Entónces la mayoría de los
habitantes que quedaban en Valparaiso , abandonaron sus
casas , coronando las alturas de las inmediaciones ; dentro
de la ciudad permanecieron tropas de la guarnicion para
reprimir cualquier desórden , i decíase tambien que para
oponerse a un desembarco que se intentara.
A las nueve i cuarto se mandó romper el fuego ; la
Villa de Madrid, Blanca i Vencedora contra los almace-
nes fiscales, la Bolsa i la Intendencia ; i la Resolucion con-
tra el ferrocarril. Esta fragata no logró situarse hasta
una hora despues en sitio conveniente para batir el punto
que se le tenia designado , i sus disparos fueron a herir aun
convento situado en una elevación ; en su consecuencia,
el jefe le mandó que se dedicara a batir los almacenes.
fiscales , i contra ellos sus disparos fueron escelentes . (1)
La Blanca fué encargada de continuar el bombardeo del
ferrocarril. La Villa de Madrid disparó por elevacion con-
tra la bandera chilena arbolada en un cuartel , i despues
de tanjentear el asta , le rompió uno de sus vientos , de-
jándola inclinada . Cito el hecho porque demuestra la
maestría que habian adquido nuestros cabos de cañon.
A las doce ardian ya cuatro de los almacenes fiscales
i parte de la poblacion enfilada con la Bolsa, por efecto

( 1) Los lectores de este libro encontrarán en el anexo de este capítulo


los detalles completos del bombardeo , bajo el triple aspecto de los españo-
les , los neutrales i los chilenos, en los partes oficiales del intendente de
Valparaiso, del almirante Mendez Nuñez i del comodoro Rodgers que
hemos coleccionado para el caso .
315 -

de una granada de la Vencedora , que atravesando aquel


edificio fué a rebotar en una botica. A esta hora mandó
Mendez Nuñez suspender el fuego, largando una bande-
ra en el penol del trinquete , que era la señal convenida
con el almirante ingles i comodoro americano. Inmedia-
tamente se dirijieron los buques españoles a su ordinario
fondeadero (1) .

VII

Apénas suspendido el bombardeo se precipitaron a


apagar el incendio los bomberos de Santiago i Valparai-
so, secundados por la fuerza pública, logrando estinguir-
lo despues de algunas horas de trabajo.
Con verdadero interes preguntó Mendez Nuñez al al-
mirante Denman si habia ocurrido desgracias personales;
aquéllas solo consistieron en dos muertos i dos heridos .
Los chilenos trataron de ennegrecer con falsas acusa-
ciones el acto dolorosísimo que la escuadra española aca-
baba de realizar, sosteniendo que los hospitales i otros
establecimientos de caridad , así como las iglesias , el hos-
picio, etc., fueron blanco de nuestros disparos ; el inten-
dente de Valparaiso llegó a decir en su parte oficial que
se tenia la conviccion de que el brigadier Mendez Nuñez
al pedir que se le señalasen con banderas blancas todos
aquellos edificios , meditó una estratajema indigna para
atraer a esos lugares mayor número de víctimas . "I en
verdad (añadia) , esta imputacion hecha al que mandó
disparar sobre los hospitales , nada tiene de calumniosa. "
Disculpables son los reproches mas duros en determina-
dos momentos ; pero nunca pueden perdonarse los de es-
pecie tan baja i ruin (2) .

(1 ) Parece ser que en aquel convento vivia un relijioso de quien te-


nian quejas i agravios que vengar los tripulantes de la Resolucion , lo que
hizo suponer a algunos que las granadas allí encaminadas iban solicitan-
do a su paternidad .
(2) Segun datos tomados de la misma prensa de Valparaiso, cayeron,
en efecto, tres balas en la iglesia Matriz, dos en la de San Francisco, cua-
tro en un cuartel improvisado de hospital, i cinco en la iglesia de los je-
- 316

VIII

Las pérdidas sufridas por el bombardeo las avaluaron


los chilenos , segun parte oficial, en mas de 14.000,000
duros (1).
El cuerpo consular dirijió un manifiesto a su respecti-
vo gobierno, tan lleno de inexactitudes i bajas aprecia-
ciones , que superó en mucho a la que hemos censurado
por parte del intendente de Valparaiso , a quien al fin
disculpaba su patriotismo. El cuerpo consular espresaba,
entre otras cosas, que merecia una mencion particular el
hecho de que casi todos los establecimientos de benefi-
cencia, a pesar de sus banderas blancas , mostrasen los
efectos de las balas , bombas o granadas tiradas sobre
ellos.

suitas, que suman un total de 14 balazos mal dirijidos entre los 2,600
que calculóse por los chilenos se habian lanzado sobre Valparaiso. Basta
apreciar la proporcion entre estas cifras para inferir que en ningun bom-
bardeo se habia conseguido acierto tan grande, ni se habia tenido mayor
cuidado en respetar los edificios señaladas con bandera blanca. Así se
comprende que no cayese un solo proyectil en el barrio del Arsenal, don-
de se hallaba la plaza de abastos, ni en el hospital particular, ni en la
iglesia de San Agustin, ni en el establecimiento de beneficencia del Buen
Pastor, ni en la iglesia de la Merced, hospital de sangre, ni en el hospital
particular ingles, ni en el asilo del Salvador.

(1) De El Mercurio de Valparaiso . Estado aproximativo de las pér-


didas sufridas por el bombardeo :
Pérdidas en edificios de particulares …… .. $ 633,000
Id. id. fiscales.... 550,700
Id. id. en muebles , mercaderías , etc. , de
particulares en sus edificios ... 1.500,000
Id. en mercaderías incendiadas en almacenes fis-
cales ......... 12.000,000
Reparacion de los daños causados en los edificios par-
ticulares por las bombas , etc. , de los españoles..... 50,000

Total...... ...... $ 14.733,700


317

IX

Mientras duró el bombardeo i algunos dias despues ,


los prisioneros de la Covadonga sufrieron sérias amena-
zas en su cárcel de Santiago ; pero en los momentos mas
críticos i de mayor efervescencia popular, cuando toda
intervencion del gobierno hubiera sido tardía , debieron
acaso sus existencias al digno señor comandante Lete-
lier i capitanes Zúñiga i Teran , que lograban contener a
la multitud sedienta de sangre española .
No contribuia poco tambien a contenerla , el saber que
en la escuadra se hallaban prisioneros todos los tripulan-
tes chilenos del vapor Maule, i que pudiera en el acto
tomarse la represalia de cualquier violencia. Al siguien-
te dia del bombardeo decretó el gobierno de Chile la pri-
sion de muchos españoles para librarles así de las iras
del pueblo , en lo que obró mui cuerdamente. Los espa-
ñoles que habian logrado escapar se hallaban escondidos ,
i a poco se decretó la espulsion de todos , lo que produjo
la ruina de la mayor parte.

"El bombardeo de Valparaiso , (concluye juzgándolo


desde la noble altura de la hidalguía española su digno
intérprete) FUE UN ACTO CUYO RECUERDO DEBE ENTRISTE-
CER SIEMPRE A LA MARINA ESPAÑOLA . Obligada por las cir-
cunstancias , hubo entónces de dirijir el fuego sobre una po-
blacion indefensa, lo que ni gloria ni lucro le podia repor-
tar i solo la animadversacion de enemigos i neutrales ,
Tengo la creencia (orijinada por los juicios que acerca
-- 318 -

del bombardeo he hallado en diarios de la campaña per-


tenecientes a oficiales de aquellos buques) de que hubiese
preferido nuestra escuadra batirse con fuerzas TRES VECES
SUPERIORES a cumplir el dolorosísimo deber de castigar a
la república en la única forma que podia hacerlo , como
no dudo que un pueblo TAN NOBLE I HERÓICO Como CHILE
debe lamentar los equivalentes casos en que incurrió en
circunstancias de su última guerra con el Perú.
Prueba lo amargo que fué para nuestros marinos el bom-
bardeo de una ciudad indefensa , que en el acto se dispusieron
a salır en busca de las formidables baterías del Callao , sin
que por un instante les detuviera la consideracion de su po-
der, ni el estudio de un ataque estratéjico i ventajoso.

1
ANEXOS

DOCUMENTOS RELATIVOS AL BOMBARDEO DE VALPARAISO


EL 31 DE MARZO DE 1866. 1.

INTIMACION DEL ALMIRANTE MENDEZ NUÑEZ AL CUERPO


DIPLOMÁTICO ESTRANJERO.

Fragata Numancia , Valparaiso, marzo 27 de 1866.

Mui señor mio :

Tengo la honra de remitir V. E. la adjunta copia del manifies-


to que dirijo al cuerpo diplomático residente en la república de Chi-
le. De su lectura se impondrá V. E. que ha llegado el momento
en que mi gobierno, cree necesario tomar por sí las justas satis-
facciones que le debe el de Chile, procediendo a bombardear el
puerto de Valparaiso .
Al ponerlo en conocimiento de V. E. , le ruego se digne partici-
parlo a sus dignos colegas , para que llegando oportunamente a
noticia de los súbditos estranjeros , puedan éstos en el plazo que
se señala tomar medidas a fin de sustraerse a los efectos de este
acto necesario de hostilidad ; en que procuraré lealmente recaiga
todo el daño sobre los intereses i propiedades del gobierno de
Chile, sin poder garantir, sin embargo, en tan estremo recurso
la de los particulares .
Con sentimiento de distinguida consideracion tengo la honra de
suscribirme de V. E. atento S. S.

CASTO MENDEZ NUÑEZ .


42
320

II

INTIMACION A LAS AUTORIDADES LOCALES DE VALPARAISO I LA


CONTESTACION DE ÉSTAS

Valparaiso, marzo 27 de 1866.

El señor comandante en jefe de la escuadra de S. M. C. en el


Pacífico, con esta fecha me dice lo siguiente :
"Debiendo romper ex fuego sobre la plaza de Valparaiso los
buques de mi mande el dia treinta i uno del actual, tengo el ho-
nor de ponerlo conocimiento de V. S. cumpliendo en ello con
un deber de humanidad, a fin de que los ancianos, mujeres, niños.
i demas combatientes puedan poner a salvo sus vidas.
Igualmente, espero se sirva V. S. disponer que los hospitales i
demas edificios consagrados a instituciones de caridad, tengan
alguna bandera o señal que pueda distinguirlos, para evitar que
99
sufran los rigores de la guerra."
Lo trascribo a V. S. para su conocimiento, i para que se sirva
dictar las medidas de seguridad que la situacion reclama.
Dios guarde a V. S.
VICENTE VILLALON.
Al señor Intendente de la provincia.

CONTESTACION

COMANDANCIA JENERAL DE MARINA

Valparaiso, marzo 27 de 1866.


He recibido la nota de V. S. de esta fecha, destinada a poner
en mi conocimiento que el dia treinta i uno del actual los buques
de su mando deben romper el fuego sobre esta ciudad. V. S. se
sirve advertirme que el conocimiento que se me da es en cumpli-
miento de un deber de humanidad para que los ancianos, mujeres,
niños i demas habitantes, puedan poner a salvo sus vidas . Igual-
mente espera V. S. que para evitar los rigores de la guerra sobre
los hospitales i demas edificios consagrados a institutos de cari-
dad, se tenga en ellos alguna bandera o señal que sirva para dis-
tinguirlos.
El pueblo indefenso de Valparaiso, como así mismo sus autori-
dades , reciben sin quebranto de ánimo el anuncio de los horrores
321

que V. S. les promete ; pero, limitándome aquí a contestar el avi-


so que V. S. se ha servido darme, debo hacer abstraccion de otro
jénero de consideraciones que no sean las que el tenor de la nota
de V. S. me sujiere.
La ciudad de Valparaiso, centro puramente comercial , incapaz
de oponer la mas leve resistencia a un bombardeo ni a otro jénero
de ataque que no esté al alcance del brazo de sus ciudadanos , no
puede ser considerada como una plaza militar, ni sus pacíficos e
inermes habitantes, acostumbrados tan solo a los trabajos de paz ,
pueden ser reputados como combatientes. Apresúrome por tanto,
a rectificar estos conceptos de V. S.
No obstante la ineficacia que atribuyo a la medida de distinguir
con señales los hospitales i demas edificios consagrados a institu-
tos de caridad, porque en un incendio jeneral como el que V. S.
anuncia, difícilmente se escaparán de las llamas los asilos del des-
valido, confundidos como están con el resto de la poblacion ; no
obstante, repito, se pondrán banderas blancas Tara indicar aque-
llos sitios, i tratar por este medio de evitar los horrores, ya que
no a los habitantes inermes, a los enfermos i moribundos.
He contestado la nota ya referida de V. S. sin tratar de repre-
sentarle la tremenda responsabilidad, que el incendio de una ciu-
dad indefensa i la matanza de sus pacíficos habitantes, imponen
al que se atreve a consumar un acto de esta naturaleza . Réstame
tan solo recordar a V. S. que es un pueblo de Chile el que va a
sufrir los horrores del esterminio, i que por tanto los soportará
con la inquebrantable entereza que le aseguran sus antecedentes
históricos .-VICENTE VILLALON.

Al comandante jeneral de la escuadra de S. M. C.

III

PROCLAMA AL PUEBLO DEL INTENDENTE DE VALPARAISO .

El intendente de la provincia al pueblo de Valparaiso.

El jefe de las fuerzas españolas estacionadas en nuestra bahía,


está dispuesto a consumar el atentado de romper el fuego de sus
baterías sobre esta ciudad indefensa, el 31 del presente a las ocho
de la mañana. Tal es el anuncio comunicado por ese mismo jefe
a la comandancia jeneral de Armas.
El pueblo de Valparaiso, que tantas pruebas tiene dadas de su
abnegado patriotismo, sabe soportar con entereza los sacrificios
que le impone la conservacion incólume del honor de la república .
322

Este mismo pueblo, que sabria escarmentar al enemigo que osase


llegar a combatirlo sin las ventajas que da la distancia i la impu-
nidad en que están las fuerzas epañolas, carece de los elementos
para hacer la mas leve resistencia al bombardeo con que se nos
amenaza ; pero tiene la inquebrantable enerjía para dejarse sepul-
tar bajo los escombros de sus hogares , ántes que consentir en la
humillacion que nos propone la España .
Con la misma decision i enerjía con que aceptamos la guerra
injusta i aleve a que se nos provocó , debemos aceptar tambien el
sacrificio bárbaro, el esterminio, con que se nos amenaza. Tal es
el pensamiento de todos , i en él la autoridad como los ciudadanos
sabremos ser dignos de nuestros antecedentes.
Pero ademas de la serenidad en el peligro, debemos presentar
al mundo el ejemplar heroico de un pueblo arrasado alevemente,
pero no manchado con la menor tilde sobre su reputacion de culto
i civilizado. Que ningun desórden tenga lugar en esta ciudad que
va a ser teatro del martirio i del heroismo de un pueblo entero !
Que solo los españoles i nadie mas que los españoles , se cubran de
afrenta al contemplar los escombros humeantes de la ciudad, que
ha sido emporio del comercio en el Pacífico del sur i que va a ser
convertida en un campo de desolacion i de ruina
Las autoridades, de concierto con los ciudadanos , cumplirán
con el honroso deber de consagrar sus desvelos a la proteccion de
las víctimas del furor español. Que todos los habitantes de Val-
paraiso, comprendan del mismo modo los supremos deberes que
tienen para con la patria i para sus conciudadanos . Nuestra re-
compensa será la satisfaccion mas grande que la Providencia pue-
de deparar a un pueblo : la de conservar sin mengua su dignidad
i su honra.- J. RAMON LIRA.

IV

PROCLAMA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA .

El presidente de la república a sus conciudadanos.

Conciudadanos :

El bombardeo de Valparaiso será el escándalo del mundo en el


siglo XIX. El asolamiento de una plaza comercial desprovistas
de muros que la protejan i de cañones que la defiendan , importa
un atentado contra la civilizacion . Nuestros enemigos tendrán la
vergüenza de haber destruido villanamente almacenes , fábricas,
ferrocarriles , telégrafos , edificios públicos i particulares en el flo-
323

reciente puerto del Pacífico, donde todos los estranjeros , incluso


los mismos españoles , encontraron siempre hospitalidad i pro-
teccion.
Chile, lo sabeis , tuvo al fin que aceptar la guerra que le declaró
el almirante Pareja el 18 de setiembre , dia de gloriosos recuerdos .
Hemos combatido noblemente : en las aguas del Papudo obtuvi-
mos un triunfo espléndido. De Abtao huyeron tristemente nues-
tros enemigos i ahora buscan la venganza, ensañándose contra las
paredes de una ciudad que no puede oponer resistencia a una es-
cuadra que la cañonea desde lejos para derribarla. ¿ Es ésta la
prueba que vienen a darnos de la antigua arrogancia castellana i
de la virilidad de la España moderna que está haciendo ahora
mismo alarde de tener una historia que relata en cada pájina una
gloria? El almirante que nos ha pedido el desagravo de las ima-
jinarias ofensas hechas al pabellon español, lo toma ahora en sus
manos para revolcarlo en el polvo i mancharlo con la sangre de
niños i viejos inermes.
Chilenos : tened confianza en vuestros gobernates que inter-
pretando fielmente vuestros nobles sentimientos , no firrán nin-
gun pacto que sea deshonroso para la República, por mui grande
que sea su deseo de estar en paz con todos los pueblos del mundo.
Chilenos, el que es valiente es magnánimo. Aplacad vuestra
justa ira; haced que sea notable el contraste de los actos brutales
del enemigo i la conducta noble de un pueblo culto.
Santiago, marzo 29 de 1866. - JOSÉ JOAQUIN Pérez.

PARTE OFICIAL DEL ALMIRANTE MENDEZ NUÑEZ , A SU GOBIERNO


SOBRE EL BORBARDEO DE VALPARAISO

«Comandancia Jeneral de la Escuadra de su S. M. B. en el Pa-


cífico.- Excmo . señor : Profundamente afectado bajo la dolorosa
impresion que V. E. puede comprender debe producir en el ánimo
del jefe de una escuadra el tener que dirijir los fuegos de los bu-
ques de su mando sobre una poblacion que no se defiende, paso a
dar cuenta de los términos en que he cumplido con este triste
deber, en obedecimiento de las instrucciones del gobierno de su
S. M. , como estremo imprescindible a que hemos tenido que ape-
lar, agotados todos los medios de conciliacion compatibles con la
dignidad, como se impondrá V. E. por comunicaciones separadas ,
i persistente el gobierno de Chile en su obstinada negativa a sa-
tisfacer justamente a nuestro pabellon ultrajado.
324

En la amanecida de hoi, listos completamente los buques , dis-


puse se pusieran en movimiento , aguantándonos dentro del puer-
to. Momentos ántes de las ocho las divisiones inglesa i americana
se dirijieron hácia afuera, aguantándose sobre la boca.
A las ocho se hizo a bordo de este buque la señal convenida de
disparar dos cañonazos, anunciando que pasada una hora seria
roto el fuego. A las ocho i tres cuartos hicimos zafarancho jene-
ral de combate, i a las nueve i cuarto, ocupando cada buque el
puesto designado en la órden jeneral de la escuadra del dia de
ayer, que acompaño a V. E. en copia, mandé romper el fuego.
La Villa de Madrid, Blanca i Vencedora, colocadas convenien-
temente de cuatro hasta siete cables de los puntos a que dirijian
sus disparos, hicieron un fuego mui certero i preciso, maniobran-
do perfectamente. La Resolucion no logró situarse hasta las diez
en sitio convenientete para batir el punto que se le tenia designa-
do , i sus disparos no fueron bastante certeros , por lo que, viendo
no conseguia poner sus granadas en los edificios del ferrocarril,
i caer varias aquellas en un convento situado en una elevacion ,
lo manda česar i retirarse de aquel sitio , e ir a batir los almacenes
fiscales, en cuyo punto sus disparos fueron bastante buenos .
Cumpliendo con órdenes verbales que le tenia dadas al señor
comandante de la Blanca, esta fragata se adelantó de los almace-
nes fiscales, i ayudó a la Vencedora a batir la Bolsa e Inten-
dencia.
A las once i media dí órden a la Blanca de batir los estableci-
mientos del ferrocarril. i a la Villa de Madrid un cuartel i fuer-
tecillo , a que le habian quitado los cañones, situados en una altura
sobre los almacenes fiscales, i en cuyo fuerte se arbolaba el pabe-
Ilon chileno. La Villa estuvo felicísima en sus disparos , logrando
romper los vientos que sujetaban el asta de la bandera, la cual
quedó colgando con el mastelerillo a medio caer, i reventando las
demas granadas en los torreones próximos al cuartel i en el cuar-
tel mismo.
A las doce, incendiados los cuatro almacenes fiscales i parte de
la poblacion enfilada con la Bolsa, por efecto de una granada dis-
parada por la Vencedora, que atravesando aquel edificio fué a re-
ventar en algun almacen o casa próxima, i con algunos destrozos
en el establecimiento del ferrocarril , mandé cesar el fuego, lar-
gando una bandera española en el penol del trinquete, señal con-
venida con el almirante ingles i comodoro americano de que habia
cesado el bombardeo.
Inmediatamente me dirijí con los buques al fondeadero que
desde el dia de la publicacion del manifiesto al Cuerpo Diplomá-
tico residente en Santiago ocupaban los buques del convoi, dejan-
do , sosteniendo el bloqueo a la boca del puerto a la Resolucion.
Regresados los buques estranjeros a sus anteriores fondeaderos , .
dirijí una atenta carta al señor almirante ingles suplicándole me
325 -

dijera si sabia habian ocurrido desgracias personales en tierra, a


cuya carta me contestó el almirante Denman con otra amistosa
participándome saber en aquellos momentos eran cuatro las des-
gacias ocurridas en tierra.
Todo lo que pongo en el superior conocimiento de V. E. en cum-
plimiento de mi deber.
Dios guarde a V. E. muchos años .-Fragata Numancia, rada
de Valparaiso, marzo 31 de 1866. -Excmo. señor.- CASTO MEN-
DEZ NUÑEZ .- Excmo. señor Ministro de Marina.

VI

PARTE OFICIAL DEL INTENDENTE DE VALPARAISO SOBRE EL


BOMBARDEO DE ESA CIUDAD

Intendencia de Valparaiso, abril 1.º de 1866.

Señores Ministros :

Por diversos despachos telegráficos he tenido el honor de ins-


truir a US . únicamente de aquellas circunstancias mas notables
del bombardeo de esta ciudad, efectuado por las fuerzas españolas
el 31 del mes que acaba de espirar. Pero la enormidad de aquel
atentado, tan deshonroso para sus perpetradores como glorioso
para el pueblo que lo ha sufrido, requiere que sea dado a conocer
hasta en sus menores detalles , para que en ellos se vea mas en
relieve el carácter de ferocidad que un enemigo que blasona de leal
i culto, ha empezado a dar a la guerra que por nuestra parte sos-
tenemos con jenerosidad e hidalguía.
Para hacer constar los hechos de que voi a dar a US. un breve
resúmen de un modo absolutamente incontrovertible, he pedido
respectivamente a los diversos funcionarios, cuenta exacta i com-
probada de aquellas circunstancias cuyo conocimiento les concier-
ne inmediatamente , i me prometo reunir en breve estos datos pre-
cisos para trasmitirlos al conocimiento de US .
Eutre tanto, trataré aquí de recapitular solamente aquellos
hechos, cuya notoriedad es incuestionable, i de que pueden dar tes-
timonio cuantos se detengan a contemplar los estragos de la bar-
bárie española, grabados indeleblemente sobre los monumentos
que el comercio i la civilizacion habian elevado en esta floreciente
ciudad, durante largos años de paz i de progreso .
Autes de relatar otros hechos ménos importantes , no debo dejar
desapercibido aquel que imprime al atentado de las fuerzas espa-
326 ―

ñolas un carácter el mas execrable, i que, mas que todos los otros ,
ultraja los sentimientos de humanidad i de cultura. -El brigadier
Mendez Nuñez , invocando sentimientos que estaba léjos de abri-
gar, habia dicho bajo su palabra oficial al señor Comandante Je-
neral de Armas de la plaza, que sus cañones respetarian los hos-
pitales i demas edificios consagrados a institutos de caridad , para
cuyo efecto pedia que se le designasen, enarbolando en ellos una
bandera blanca. Haciendo por nuestra parte cumplido honor a la
palabra formalmente empeñada por el representante de España,
todos aquellos establecimientos de caridad que son sagrados en
las guerras mas encarnizadas , fueron distintamente designados
con una bandera blanca. Esas señales fueron sin embargo, los
puntos hacia donde dirijieron muchos de sus mas certeros dispa-
ros las batenfas enemigas . Los españoles hicieron fuego sobre el
hospital de caridad , lo hicieron sobre las iglesias de la Matriz i
de la Merced, convertidas en hospitales de sangre, lo hicieron so-
bre la casa del Buen Pastor i del Hospicio, lo hicieron finalmente
sobre I18 templos de San Ignacio, Recoleta del Baron i San Fran-
cisco como si no fuera bastante atroz el hecho de atacar aque-
llos recintos sagrados , arrojaron sobre ellos alternativamente balas
i proyectiles incendiarios. La Providencia quiso preservar las
vidas de los que moraban en aquellas casas ; pero los frontispicios
e interiores de ellas ostentan las huellas de las granadas i de las
bombas . Se hace difícil concebir que el representante de una na-
cion cristiana i europea haya traspasado hasta tal extremo los
límites que demarca la humanidad i el honor militar ; pero para
quien quiera que conozca las localidades es fuera de toda duda
que los hospitales, templos i establecimientos de caridad fueron
objeto del mas desnaturalizado conato . Si el brigadier español
trataba de ofender al cuartel de artillería, a los almacenes fiscales ,
al palacio del gobierno i a la estacion del ferrocarril, es inconce-
bible de todo punto el desvío casual de sus punterías hasta sitios
tan distantes, como lo están de los lugares indicados , los estable-
cimientos de caridad i los templos bombardeados , i es forzoso con-
cluir que los tiros que recibieron son la obra de un crímen horrible
i detenidamente premeditado. Se tiene jeneralmente la conviccion
de que el brigadier español, al pedir que se le señalasen los hos-
pitales i demas establecimientos de beneficencia, meditó una es-
tratajema indigna para atraer a esos sitios mayor número de víc-
timas . I, en verdad, esta imputacion, hecha al que mandó disparar
sobre los hospitales , nada tiene de calumniosa.
Pero el brigadier Mendez Nuñez no solo ha desconocido los
deberes que el honor i la lealtad imponen al representante de una
nacion i al militar en sus relaciones con sus enemigos ; los ha
desconocido tambien de una manera no ménos odiosa con respecto
a los neutrales. - El cuerpo consular, como US . lo sabe bien, reci-
bió la formal promesa de que los intereses neutrales, i aun las
327

propiedades particulares de chilenos, serian preservados de la de-


vastacion que proyectaba inienamente sobre las propiedades del
Estado. Ahí están, no obstante, humeantes aun los depósitos del
comercio estranjero en almacenes fiscales, incendiados con prefe-
rencia a todo. Ahí están tambien los centros comerciales de las
calles de la Planchada, de Cochrane i de Blanco , de la plaza de la
municipalidad i de las calles adyacentes.
Los primeros tiros de las naves españolas fueron dirijidos a los
almacenes fiscales de depósito , i en seguida hicieron sus punterías
alternativamente sobre el cuartel de Artillería, la calle de la Plan-
chada, la Bolsa comercial i el palacio de gobierno ; despues sobre
el populoso barrio del Almendral , sobre la estacion del ferrocarril
i la poblacion del Baron .
Là carencia de datos precisos que las multiplicadas i urjentes
atenciones del momento no han permitido recojer auh, me priva
de comunicar a V. S. la enumeracion prolija de los estragos sufri-
dos en los edificios públicos i particulares ; pero puedo no obstante
dar a US. como seguros los siguientes pormenores.
En el cuartel de artillería los daños sufridos son de gran onsi-
deracion.
Los almacenes fiscales, atacados con todo jénero de proyecti-
les, bala raza, bombas i, segun se asegura, cohetes incendiarios ,
se vieron bien pronto presa de las llamas, no obstante la solidez
de su construccion i la calidad de sus materiales . De esta suerte
han sido reducidos a escombros los almaceues de que se componian
las secciones 3. i 4.ª cuyo costo , segun cálculos sacados de la Me-
moria del Departamiento de Hacienda del año de 1858, excede de
500,000 pesos . Las mercaderías depositadas en ellos , propiedad
casi exclusivamente de neutrales, fueron reducidas a ceniza. Una
especificacion detallada de ellas , con espresion de su nacionali-
dad i valor, debe serme presentada por los ministros de aduana ;
pero mientras estos funcionarios practican el balance que debe
demostrar las cifras rigurosamente exactas, que puede US. tener
como el valor mas aproximado de las mercaderías perdidas el de
8.300.000 pesos, distribuidos respecto de su nacionalidad del modo
que sigue:

Francia .... 3.500,000 $


Alemania. 2.500,000 >>
Béljica ..... 800,090 »
Inglaterra 500,000 >>
Norte América ... 500,000 >>
Otras naciones ..... 500,000 »

Total .......... 8.300,000 $

La pérdida de los edificios , por el fuego, trajo consigo la de los


43
328

malecones que defienden la esplanada, i si la primera seccion


permanece en pié son tantas las balas que han recibido, que deben
tener en su interior daños de mucha consideracion , que no es dado
apreciar con exactitud ántes de un prolijo reconocimiento .
La Bolsa comercial, el palacio de Gobierno i el cuartel que ocu-
pa accidentalmente la artillería, fueron por mucho espacio de
tiempo el blanco del furor español . Un nutrido fuego de toda
aquella especie de proyectiles cuyo uso está vedado entre las na-
ciones cultas , se hizo sobre esos edifios, sin ser por esto derríba-
dos ni incendiados.
Otro de los monumentos fiscales sobre que a su pesar no pudo
vengarse la artillería española fué la estacion del ferrocarril . De-
fendida por una fuerte muralla de circumbalacion , resistió a un
activo fuego, sin recibir deterioros de mucha monta . Una parte de
la misma muralla fué destruida ; en su frontispicio principal , co-
mo en el le la maestranza i otras oficinas , recibió innumerables
balas, cuy efecto consiste en deterioros de fácil reparacion .
Segun cálculos aproximativos en que se ha procurado la exac-
titud sible, una reparacion completa de todos los edificios fisca-
leteriorados , inclusa la reconstruccion de los almacenes de
depósito destruidos, no excederia de una suma de 545,000 pesos,
cifra bien pequeña comparada con las injentes sumas que han per-
dido, por la accion de las llamas, los particulares, i , con especia-
lidad, los estranjeros a quienes el brigadier español prometió
falazmente respetar sus intereses .
El incendio voraz provocado por las granadas incendiarias , arro-
jadas en la proximidad del Hotel de la Union en la calle de la
Planchada, tomó incremento a favor de un vivo fuego de bala que
de intento siguieron haciendo las naves españolas sobre el sitio
amagado, para hacerle imposible la aproximacion de los cuerpos
de bomberos que se disponian a acudir a su salvacion. Las llamas
de este incendio, avivadas con el designio de propagarlas hasta
los últimos ámbitos de la poblacion, se estendieron tambien pron-
to por los edificios contiguos , i han abrazado valiosísimas propie-
dades en una estension bien considerable : en la acera del sur de
la calle de la Planchada, desde el Hotel Lafayette hasta la plaza
de la Municipalidad ; en la acera del norte de la misma calle, desde
las casas de Edwards hasta las de Subercaseaux. En la calle de
Cochrane por ámbas aceras una estension poco ménos dilatada que
la anterior ; en la calle de Blanco acera del note, dos casas : en la
plaza de la Municipalidad , todo el costado del oriente ; en la calle
del Clave, dos casas de grandes proporciones ; i , finalmente , una
casa en la subida del cerro de la Cordillera.
Imposible seria por el momento asignar un valor aproximativo
a las mercaderías devoradas por las llamas en esa valiosa situa-
cion, porque ademas de las especies que ordinariamente contenian
los almacenes situados en este barrio, se habian hecho en ellos ,
329

depósitos mui considerables de los efectos estraidos de los alma-


cenes fiscales antes del bombardeo, confiados sus dueños en la
pérfida promesa, hecha por el jefe español, de no ofender los in-
tereses particulares ; pero, si bien no es dado por ahora hacer un
cálculo del valor de las mercaderías sin esponerse a errores de
mucha consideracion , puédese fijar casi con exactitud de la suma
de 600,000 pesos el valor de las espresadas mercaderías .
El incendio de este barrio en que los edificios de materiales
combustibles están estrechamente unidos en una prolongada es-
tencion, ha sido indudablemente calculado para confundir en una
inmensa hoguera a toda la ciudad. Asi lo comprueba la eleccion
del sitio para lanzar bombas incendiarias i el sostenido fuego que
se le siguió haciendo, desde que las primeras llamas asomaron
por los techos.
Si nuestros enemigos no hubiesen dado otras muestras de des-
naturalizacion i barbárie mas afrentosas aun, como la de bombar-
dear los hospitales i los templos, esta sola bastaria para dar la
medida de la perfidia i del desenfreno moral de que han hecho
ostentacion .
Aun hai otro acto de depravacion no menos ignominiosomas
cobarde. Espectadores inofensivos, la mayor parte de los cuales
eran mujeres i niños, contemplaban desde las eminencias de los
cerros , el estrago que impunemente hacían los españoles desde
sus baterias , cuando traidoramente rompió la fragata Resolucion
sus fuegos sobre aquellos grupos , que debieron solo a la provi-
dencia su salvacion ; i continuó descargando sus baterias indis-
tintamente por toda la estension que media, entre la plaza de la
Victoria i la estacion del ferrocarril . Es doblemente remarcable
este acto por su inútil crueldad i por la alevosía que encierra. No
fueron, sin embargo, mortíferos los tiros de la Resolucion, aunque
pudieron causar algunos daños en distintos parajes de la pobla-
cion. (1)
Es un hecho que bien merece fijar la atencion el pequeño nú-

(1 ) Parece hoi esa fuera de duda que fué la Resolucion la que disparó
en todas direcciones, mientras se dirijia a la estacion del ferrocarril i
regresaba a los almacenes fiscales, pasando dos veces por todo el frente
de la ciudad. Atribuyóse esta infamia al encono de su tripulacion , que
desde que apareció en aquel puerto en 1863 , tenia agravios que ven-
gar entre la jente del pueblo , i aun entre los frailes... Pero en jeneral
los comandantes de los buques españoles , supieron sostener su jente den-
tro del deber i de la órden que se les habia impartido para bombardear
solo los edificios públicos.
Por lo demas, estos fueron rápidamente separados , quedando incrus-
tadas algunas balas, como in memoriam, en el edificio de la intendencia
hasta el dia 5 de setiembre de 1883 , en que , acercándose la reconciliacion
i el blanqueo de setiembre, a nuestra vista se estrajeron. Queda solo la
del reloj que es bastante curiosa i de difícil estraccion.
330

mero de víctimas que hicieron los elementos destructores combi-


nados contra una ciudad indefensa enteramente. Sin poder fijar
con toda certidumbre el número, podríase asegurar que esta jor-
nada, tan gloriosa para Chile, cuanto ha sido afrentosa para Es-
paña, no ha causado , segun los datos que se tienen , mas de dos
muertos en personas del pueblo, i bien corto número de heridos.
que no pasarán de ocho .
Antes de terminar este suscinto parte, en que he dado cuenta
a US . del atentado mas execrable e inhumano que ha presenciado
el siglo, me es mui grato traer a la memoria lo que en medio de
la devastacion de nuestra rica i próspera ciudad era un motivo de
indecible satisfaccion-la actitud de todos los ciudadanos sin dis-
tincion de clases ni condiciones. Jamás pueblo alguno ha mani-
festado mas perturbable serenidad en el peligro , mayor presen-
cia de ánimo, mas denuedo ni mayor entusiasmo en armonía con
el órden mas admirable. Una parte principal de la gloria de esta
jornada corresponde a los abnegados bomberos voluntarios de
Valparaiso i de Santiago ; pero si son ellos dignos de una especial
meron por haber salvado a la ciudad de un horroroso incendio ,
Son menos dignos todos los demas ciudadanos de este jeneroso
pueblo que, soportando el brutal atentado español con una abue-
gacion sin ejemplo, han manifestado, que es bien digno de ser la
primera víctima sacrificada en defensa del honor de la República .
Dios guarde a US .

J. R. LIRA.
Al señor Ministro del Interior.

VIII

PARTE OFICIAL DEL COMODORO RODGERS SOBRE EL BOMBARDEO DE


VALPARAISO

Vapor de los Estados Unidos « Vanderbilt - Valparaiso , 31 de


Marzo de 1866.

Señor:

Tengo el honor de comunicar a US. que a mi llegada a este


puerto con la escuadra confiada a mi mando, fuí a visitar al almi-
rante ingles, quien me habia informado que intentaba impedir un
bombardeo repentino , i que solo lo consentiria despues de aviso
anticipado.
A esto no contesté ; pero habiéndolo considerado bien, busqué
331

ocasion al siguiente dia para decirle que yo le ayudaria en impedir


un bombardeo súbito, i que ademas iria hasta donde el creyese
necesario.
Le aseguré que el Monadnockpodia hacerse cargo de la « Numan-
cia» que por ejercicio de tiro al blanco que yo habia presenciado ,
estaba perfectamente seguro de que en no menos de treinta segun-
dos i no mas de treinta minutos, el Monadnock solo , sin la menor
asistencia no dejaria mas que los topes de la Numancia fuera del
agua, i que nuestros buques de madera, ingleses i americanos ,
podrian vijilar a los buques de madera españoles .
Al ofrecer de este modo ir mas allá de la letra de mis instruc-
ciones de observar una estricta neutralidad, obré en la suposicion
de que la neutralidad entre naciones, no escluye los esfuerzos di-
rijidos a mantener la paz entre ellas ; que asi como un pacífico
ciudadano no está obligado a permanecer inerte mientras que otro
sufre la ilícita violencia de un tercero, sino que puede justamente
intervenir con la fuerza para impedir la infraccion de la lei, un
asesinato por ejemplo, del mismo modo una nacion que presencia
un disturbio parecido entre naciones hermanas suyas, no debe
estar absolutamente pasiva ; sino que, con sincera neutralidad,
puede interponerse por la fuerza, si es necesario, para mantener
las operaciones de los belijerantes dentro de la lei , i para la pro-
teccion de las personas i propiedades neutrales .
Pocas muertes ocurrieron , nada mas que ocho a diez .
Inclusas remito varias copias de las cartas que me remitieron
los estranjeros residentes en Valparaiso, en representacion de los
intereses de casi todas las nacionalidades de la cristiandad , con
carácter oficial, i una copia de mi repuesta : ademas varias copias
del manifiesto i carta del almirante español .
Cuando estuve seguro de que el almirante ingles estaba deter-
minado a no oponerse al bombardeo, me apersoné i le dije : que
como yo no queria meterme en una colision en la que no tenia interes,
pondria a mis buques a cubierto de los proyectiles españoles. Esta
intencion la comuniqué verbalmente al almirante Mendez Nuñez .
Colocado por las circunstancias en una posicion en que se hizo
necesario tomar alguna parte, siendo la ansiedad natural de saber
si mi conducta merece la aprobacion del gobierno.
Durante los acontecimientos he conferenciado con nuestro mi-
nistro el jeneral Kilpatrick, reportando el beneficio de sus conse-
jos i ayuda. En todo cuanto he hecho u ofrecido , le he consultado
i hemos estado de acuerdo . Si no he mencionado ántes su nombre,
es porque no deseaba interrumpir el curso de mi narracion , i no
porque deje de estarle altamente obligado por su cooperacion.
Tengo el honor de ser , señor, su mui obediente servidor .

JOHN RODGERS , -Comodoro.


Al honorable Gedeon Welles-Secretario de Marina.
CAPITULO XVII

LA ESCUADRA ESPAÑOLA ANTE EL CALLAO

Espartana respuesta de Mendez Nuñez sobre sus propósitos guerreros despues del bom-
bardeo de Valparaiso.- Su diálogo singular con el almirante ingles.- Llega de Espa-
ña a Valparaiso la fragata Almansa con marineros de refresco, i la escuadra española
se dirije al Callao en son de guerra.-Aprestos que los peruanos hacen para recibirla.
-Formidables defensas del Callao.- Las baterías del norte al mando de La Cotera i
las del sur a las órdenes de Inclau.-Detalle de las defensas de tierra del Callao.-
Los elementos navales de combate.-Ultimos preparativos de los españoles para el
ataque.-Proclama de Mendez Nuñez.- La escuadra española se adelanta en dos
divisiones desde la isla de San Lorenzo.-Jeneroso patriotismo i entusiasmo indes-
criptible de los peruanos.-Consejo superior de jenerales.--Carácter americano de la
defensa del Callao.- Colombianos i chilenos.-Suscriciones de fondos.- Ardimiento
de la juventud de los colejios, i como quince cadetes se escapan por los techos i se alis
tan en las baterías.-Médicos i sacerdotes.-Abnegacion universal.-La mujer perua-
na. Veinte mil hombres ocurren a los trabajos de defensa.-Resuelta actitud del
pueblo i de las autoridades civiles de Lima i el Callao.--Exámen de las fuerzas res-
pectivas de los combatientes.- Ultima colocacion de los barcos españoles antes de
romper el fuego,

Cuentan las crónicas heróicas del Pacífico, tan prodi-


jiosamente enriquecidas durante los últimos años , que ,
el un tanto petulante , i mas que petulante , intruso como-
doro Rodgers , jefe de la armada anglo- americana, surta
en la hora crítica como por milagro en la rada de Valpa-
raiso , i quien nada logró hacer en favor de Chile ni de la
doctrina de Monroe , sino vaciar sobre las copas del festin
marítimo la maledicencia , preguntando al almirante Men-
dez Nuñez , que se alistaba a mediados del mes de abril
de 1866 para abandonar la rada de Valparaiso "A donde
iba ," dióle el ilustre cantabro esta respuesta , digna de un
romano o de un ibero antiguo --¡ Al mar!
333

Pero el moderno historiador a quien seguimos , esplaya


esa réplica , que envuelve levantada i amarga ironía en
su caso , espresando que el almirante Mendez Nuñez tu-
vo una conversacion sobre esos particulares con el almi-
rante ingles Denman , la cual rodó como sigue :
"El 2 de abril visitó a Mendez Nuñez el comodoro in-
gles , i su objeto fué hacerle una série de preguntas en
nombre del señor almirante Denman . Todas se contesta-
ron en el acto. He aquí las curiosas preguntas :
Primera pregunta .-- ¿Cuál es la conducta que se pro-
pone usted seguir?
Contestacion. - No puedo ni debo contestar a usted.
Segunda pregunta . - La señal acordada con el almiran-
te de izar la bandera española en el penol del trinquete
¿habia sido espresamente convenida para significar que
el bombardeo habia concluido?
Contestacion.- Habia sido i era así, i el bombardeo no
se repetirá, a ménos que de parte de Chile se haga una
gran provocacion .
Tercera pregunta . ¿ Hácia qué parte de la costa pien-
sa usted dírijirse?
Contestacion .- No puedo ni debo contestar a usted.
Cuarta pregunta. -¿Qué operaciones se propone usted
emprender i en qué parte?
Contestacion . No puedo ni debo contestar a usted.
Quinta pregunta. -¿Trata usted de levantar el bloqueo
de Valparaiso ?
Contestacion. No puedo ni debo contestar a usted."

II

Prosigue ahora la narracion de los acontecimientos


cuando los españoles se marcharon al Callao para lavar,
frente a sus poderosas baterías i montando simples cas-
cos de madera, la mácula que las cenizas i el ollin de Val-
paraiso, hecho escombros , habia estampado sobre su or-
gullosa bandera . I devolviendo otra vez su palabra , tantas
334 -

veces i tan ámpliamente pedida en préstamo al historia-


dor que en España ha compendiado estos sucesos con do-
cumentos españoles , dejamos a la crónica i a la escuadra
seguir su curso por el mar.

III

"El 9 de abril de 1866 , dice el señor de Novo , llegó a


Valparaiso la fragata Almansa , que montaba 50 cañones ,
conduciendo 300 hombres de trasporte para la escuadra ;
era su comandante el capitan de fragata don Victoriano
Sanchez i Barcáiztegui . La Almansa habia hecho su via-
a la vela desde Montevideo en solo 27 dias . Grande
impresion produjo su llegada al vecindario de Valparai-
so, pues habian supuesto que al pasar el cabo de Hornos
seria atacada i probablemente vencida.
Antes de disponerse la escuadra a salir para el Callao
se propuso el canje de los prisioneros con las bases pre-
sentadas en un principio, o sea que se diera pasaporte a
los españoles que lo solicitaran. No fué admitida. Pro-
puesto luego incondicionalmente, lo fué ; pero como la
escuadra no podia detener su salida, quedó sin ultimar
tan importante cuestion.
Hasta el 14 de abril se ocuparon los buques en el tras-
bordo de carbon i víveres , i la Almansa en distribuir los
efectos de trasporte ; por la tarde de aquel dia la escua-
dra levó ánclas , levantó el bloqueo de Valparaiso , i for-
mando dos divisiones , hizo rumbo a alta mar. "

IV

Dos semanas mas tarde presentábase la poderosa flota


de doña Isabel II , (i la misma que dos años mas tarde la
derrocaria de su trono con el empuje de sus quillas ) co-
mo imponente masa de combate por el cabezo de la isla
--- 335

de San Lorenzo en son i demanda de reparacion i de ba-


talla , i el 27 de abril, un mes cabal contado desde la in-
gloriosa notificacion hecha al indefenso Valparaiso el
27 de marzo, enviaba su almirante el cartel de su reto a
los peruanos , notificando a los neutrales que cuatro dias
despues romperia sus fuegos sobre las formidables ba-
terías del Callao .

V₁

La disposicion de éstas , para mejor intelijencia del


lector i segun datos peruanos, era la siguiente:
"Desde que fué declarada la guerra a España, el Jefe
Supremo (que este era el nombre oficial del dictador)
previendo el caso de un ataque al Callao , habia dis-
puesto que se fortificase ; i no pudiendo hacer uso de las
antiguas fortalezas , por estar en ese sitio los almacenes
de Aduana, fué preciso improvisar algunas baterías en
la playa, al Sur í Norte de la poblacion . Esta obra , a la
llegada de la flota española , se hallaba bien avanzada,
merced a los infatigables desvelos del señor Ministro
Galvez i de los injenieros Malinouski , Borda i Arancibia .
Las improvisadas baterías, a las que se añadieron dos to-
rres blindadas , se componian de un terraplen , parapetos
de sacos de tierra , polvorin subterráneo , i pequeñas zan-
jas de comunicacion. Su órden era el siguiente :
Baterías del Sur : Comandante jeneral el coronel don
Manuel G. Lacotera .
La primera, a poca distancia de la estacion del ferroca-
rril , era la del pueblo, con un cañon Blackely de a 450.
-Su comandante el capitan de fragata don Hercilio Ca-
bieses .
A alguna distancia, el fuerte de Santa Rosa sobre un
terraplen mas elevado , con dos cañones Blackely de
a 450, -Su comandante el capitan graduado de fragata
don Guillermo Jones .
Este fuerte era resguardado por tres baterías :
44
336 -

a
1. La de Maipú a la derecha con seis cañones de a
32. Su comandante el denodado jóven trujillano coronel
graduado don Ruperto Delfin ;
a
2. La de Chacabuco al centro , o parte delantera del
fuerte, con un cañon de a 68 i 7 de a 32. Su comandante
el teniente coronel don Miguel Rodriguez i ;
a
3. La provicional del Callao a la izquierda, con 5 ca-
ñones de a 32. Su comandante el capitan de corbeta don
José Sanchez Lagomarsino .
Al principiar la punta que separa la rada del Callao,
de la Mar biava, se encontraba una torre blindada , “La
Merced ," con su polvorin i oficinas subterráneas . La
montaban dos cañones Amstrong de a 300. Su coman-
dante el teniente coronel don Enrique Montes .
La resguardaba a la izquierda la batería de Abtao con
seis piezas de a 32. Su comandante el coronel graduado
don Benito del Valle .
A precaucion se habia colocado casi a retaguardia de
la torre, para defender el lado de la Mar brava , otra ba-
tería, la de "Zepita, " con 6 cañones de a 32. Su coman-
dante el teniente coronel don José A. Moron .
Baterías del Norte : Comandante jeneral, el coronel
don José J. Inclan.
Fuerte de Ayacucho : su construccion como la del de
Santa Rosa, con dos cañones Blackely de a 450. Su co-
mandante el teniente coronel don Benito Febres .
A la derecha, la batería de Pichincha, con 6 piezas de
a 32. Su Comandante el teniente coronel don Melchor
Delgado.
A poca distancia, la torre blindada de Junin, con dos
cañones Amstrong de a 300. Su comandante el sarjento
mayor don Tomas Iglesias .
A la derecha, la batería de la Independencia, con 6
cañones de a 32. Su comandante el teniente coronel don
Mariano Delgado de la Flor.
La comandancia jeneral de artillería estaba encomen-
dada al bravo señor coronel don Juan Antonio Ugarte-
che. Este i demas jefes en ese dia clásico para el Perú,
llenaron heróicamente sus funciones .
La defensa del centro de la poblacion , se habia enco-
mendado a nuestros pequeños buques :
337

El Loa , vapor de Madera de 700 toneladas , convertido


en monitor encorazado segun el sistema de Erikson , por
el infatigable injeniero del Estado Backus ; con un cañon
de 110. Su Comandante el capitan de corbeta don Ca-
milo N. Carrillo . En la víspera del combate se habia
""
concluido la compostura de la máquina .'

VI

Entre los débiles elementos navales de defensa , debia


contarse ademas del Loa el pequeño monitor Victoria , el
mismo que habia tenido el privilejio de atraer al Pacífico
por un efecto de óptica a la Numancia i , llevaba en su
popa el nombre de la bella esposa de uno de sus construc-
tores , el injeniero don José Tomas Ramos , hijo de chile-
no. Montaba este juguete de mar un cañon de a 68, al
mando del capitan de corbeta don Juan A. Valdivieso , i
el Tumbes, vapor de madera apénas de 250 toneladas con
dos cañones rayados de a 32 , a las órdenes del capitan
de corbeta don Juan Raigada, dirijíalo, empero, durante
el combate el capitan de navío don Lizardo Montero que
esa misma mañana habia llegado de Nueva York."
Lo anterior en relacion a los aprestos peruanos .

VII

"Las naves españolas por su parte, dice el señor de


Novo, aprovecharon los dias del plazo concedido a los es-
tranjeros , haciendo sus preparativos para el rudo comba-
te que iban a sostener el 2 de mayo. Todas las fragatas
calaron sus masteleros de gavia, echaron abajo las ver-
gas mayores i culebrearon las jarcias ; era parte mui in-
teresante resguardar en lo posible la arboladura de una
338 -

avería ; ¡como que de ella solo dependia , en caso de éxi-


to , el poder o no seguir viaje! Tambien se pintaron de
negro las fajas blancas de los costados para disminuir la
visualidad , i la Blanca blindó con sus cadenas la parte
del centro correspondiente a la máquina. Todos los bar-
cos habilitaron hospitales de sangre para la pronta cura-
cion de los heridos i , multiplicaban las precauciones que
sujeria la prevision de una lucha en que se iba a jugar a
vida o muerte. Tambien los peruanos trabajaban con ac-
tividad estraordinaria en los últimos preparativos de sus
formidables baterías.

VIII

Acerca de este punto interesantísimo debo, con prefe-


rencia a todo dato, trascribir los que constan en el parte
oficial dirijido por el jefe de estado mayor al ministro de
guerra i marina peruana :
"Nuestras defensas estaban repartidas por partes
iguales al norte i al sur de la poblacion . Cuatro cañones
de Amstrong, pareados en dos torres blindadas en los dos
estremos norte i sur de nuestra línea, i cuatro de Blac-
kely, defendidos con parapetos de tierra i establecidos
entre cada una de esas torres i la ciudad, constituian
nuestra principal defensa i eran sostenidos por cuarenta
i cuatro cañones de a 32 , repartidos en siete baterías tam-
bien en tierra , establecidas , dos en la parte norte del puen-
te, cuatro en la parte sur i una con frente a la retaguardia
de las baterias del sur... La defensa de nuestro centro
fué confiada a nuestros pequeños buques Loa , de un ca-
ñon de 110 , monitor Victoria de un cañon de 68, i Tum-
bes, de dos de 32 , rayados . Un cañon de Blackely fué
tambien precipitadamente montado dos dias ántes de la
accion, pero quedó entorpecido al hacer un primer tiro. "
Resulta, pues, por estos datos oficiales, que el Callao
contaba para su defensa con cuatro cañones Armstrong
de 300 libras i cinco Blackely de 450 , uno de 110 , cua-
339

renta i siete de 68 (i en su mayor número de 32) , o sea


un total de 57 cañones .
Estos datos difieren mucho de los que se tomaron en
la escuadra i de la nota que pasó alguna de las poten-
cias estranjeras , testigos del combate. Segun ellos , las
baterías constaban de 8 Blackely, 6 Amstrong, 40 de 16
centímetros i 38 de 32 .
No vacilariamos en prestar crédito a los datos oficia-
les del Perú si los hubiéramos hallado verídicos en lo que
se referia al número de nuestros cañones , perfectamente
conocidos i fáciles de contar con una simple inspeccion ;
pero como no obstante su evidencia , los peruanos hicie-
ron ascender su número a 300 o sea 55 mas de los efec-
tivos , estoi autorizado para admitir como cifra exacta el
número que acusan los datos oficiales del Perú i los que
las escuadras española i estranjeras mencionaron en sus
partes ; así , pues , todo lo que puede concederse es que
las baterías del Callao estaban artilladas con 76 cañones ,
por lo menos .
Algunos de los cañones monstruos estaban montados
en dos torres blindadas fijas ; rasaban en la parte alta i
apénas se distinguian a corta distancia los montajes i
sirvientes que quedaban a cubierto . Otros de éstos enor-
mes cañones se alzaban en plataformas jiratorias que les
permitian disparar en todas direcciones. Los proyectiles
de estos cañones , cilíndricos de acero , contenian pólvora
i metralla en su gran capacidad interior ; sus efectos eran
horribles ; sus dimensiones , de todos conocidas ( 1 ) , ha-
cian suponer que bastaria un solo disparo en la línea de
flotacion de un buque para echarlo a pique. Ademas de
estas defensas habian sumerjido en los puntos de la ba-
hía , hasta donde debian razonablemente avanzar los bu-
ques, varios torpedos que comunicaban con tierra por
medio de alambres eléctricos , para incendiarlos en mo-
mento oportuno ; ademas tenian perfectamente medidas
las distancias i marcadas con boyas , seguro medio de
arreglar sin tanteo las alzas de los cañones .

(1 ) La bala sólida del cañon Blackely tiene 48 centímetros de lonji-


tud i 265 milímetros de diámetro.
340

IX

La escuadra española dispuesta a entrar en combate


se componia de las fragatas Numancia de 40 cañones ; Al-
mansa, 50; Villa de Madrid 46 ; Resolucion , 40 ; Blanca,
36 ; Berenguela, 36 ; goleta Vencedora 3, que componian
un total de 145 cañones , en su mayor parte de 68 , que
era su máximo calibre. Adviértase que este número que-
daba reducido a la mitad, puesto que los buques no podian
hacer uso mas que de un costado a la vez, al disparar
sobre una plaza.
Para formarse una idea de la desproporcion enorme
entre la defensa i el ataque , recordaremos que desde la
introduccion de los bomberos Jeneral Paixhans , cuyos
terribles efectos esperimentaron por vez primera en el
combate de Sinope, quedó demostrada la impotencia de
los barcos de madera ante la nueva artillería . Con los
rápidos perfeccionamientos de ésta , se vió despues pal-
pablemente en la guerra de Rusia, i en la guerra de los
Estados Unidos mas tarde , que bastaban algunas gra-
nadas para incendiar o echar a pique a un navío de 120
cañones ; i que si ántes era admitido por todos que un
cañon en tierra valia por diez a flote, la desproporcion
ahora habia aumentado considerablemente , es decir, que
siguiendo estos principios , a los 96 cañones de tierra
hubiera debido oponer la escuadra 1,800 por lo ménos
para que las fuerzas estuvieran equilibradas.
Pero hai mas : si en el bombardeo de Sebastopol por
las escuadras aliadas (para fijar un ejemplo) una sola
granada de calibre ordinario que recibió el navío frances
Ville de Paris voló parte de su toldilla i mató e hirió gran
número de personas , ¿cuánto mas terribles no serian los
efectos de las granadas monstruosas de Amstrong i Blac-
kely que tenian a su disposicion? Lójico era suponer que
con una sola de éstas inutilizaria el buque en que pene-
trase. Ni la única fragata blindada de nuestra escuadra
- 341

era tampoco invulnerable contra semejante artillería.


Precisamente las baterías instaladas en tierra poseian el
mejor cañon que hasta hoi se conoce para batir los bu-
ques de coraza : el Armstrong de 300 , que en las pruebas
verificadas en Shoeburyness atravesó un costado blinda-
do con planchas de 19 centímetros de espesor, i la Nu-
mancia los tiene únicamente de 13 las mas gruesas .
En muchas ocasiones ha demostrado la esperiencia
que, en efecto, una batería colocada en tierra es siempre
superior a otra flotante de igual poder, i a esto débese
agregar que los disparos de los buques han de ser pre-
cisamente, por efecto de la movilidad, mucho menos cer-
teros que las baterías de tierra.
Era tan notable i evidente la superioridad de fuerza con
que contaba el Callao , que en caso de derrota es lo mas
probable que hubiera sido llamado Mendez Nuñez ante un
consejo, por no hallarse conforme con las leyes miitares i
con los principios de la táctica , empresa de tanta eslposicion
e improbable éxito .

Amaneció el dia 2 de mayo de 1866. Una espesa ne-


blina envolvia aquella costa americana : pero los rayos
solares la disiparon lentamente , i fué apareciendo cada
vez mas confuso i al fin límpido i claro un hermoso pai-
saje de tierra i de mar, de cielo i nubes , de barcos i ca-
seríos . Veíase al frente la ciudad del Callao rodeada de
fortalezas que se estendian a lo largo de las costas . Há-
cia el SO. , i separada por seis millas del océano , la isla
de San Lorenzo, i a su abrigo fondeaba la escuadra es-
pañola i su convoi . Algo mas hácia el norte hallábanse
buques de guerra ingleses , franceses i americanos , dis-
puestos a presenciar la lucha que se preparaba.
Ya habia vencido el plazo fijado en el manifiesto que
dirijió Mendez Nuñez al cuerpo diplomático residente
en Lima ; ya aquel insigne jefe habia reconocido, con la
342

goleta Vencedora, los fuertes i baterías contrarias , acer-


cándose hasta medio tiro de cañon , i adquirido el cono-
cimiento exacto de su número i poder, i ya se habia cir-
culado a los buques esta proclama de Mendez Nuñez :
"Marineros i soldados : Despues de una larga i cruda
campaña, hoi se nos presenta la ocasion de cerrarla dig-
namente, castigando cual se merece la osadía i perfidia
de un enemigo que nada ha dejado de poner en práctica
para vilipendiar a nuestra querida España ; a España ,
que hoi espera de nosotros que la venguemos dignamen-
te . Un mismo deseo nos anima a todos , i yo no puedo
dudar que con vuestro valor, decision i entusiasmo lo
vereis satisfecho , volviendo al seno de vuestras familias ,
despues de consignar una pájina de gloria en la historia
de la marina moderna , dejando su honra a la altura que
nuestra patria tiene derecho a esperar de nosotros . ¡ Viva
la reina!
Vuestro comandante jeneral .- CASTO MENDEZ NUÑEZ . ”
"Con atronadores e incesantes vivas respondieron las
tripulaciones a la lectura de la alocucion , subiéndose des-
pues a las tablas de jarcias para victorearse de unos bu-
ques a otros i clamando por la hora de romper el fue-
go... Ya entonces los barcos empezaron a levar sus anclas
i quedaron luego dando vueltas en el fondeadero , espe-
rando a que la neblina se despejase.

XI

A las once i media hizo señales la Numancia de po-


nerse en movimiento i de tocar a zafarrancho de comba-
te. Los toques de jenerala i calacuerda se oyeron entón-
ces en todos los buques , i pocos minutos despues la es-
cuadra emprendió la marcha hácia el Callao . A bordo
reinaba un silencio imponente , ese silencio precursor de
las grandes tempestades . Solo se oian las trepidaciones
de las hélices i las voces de mando. En primer término
avanzaban con lentitud las fragatas Numancia, Blanca i
343

Resolucion, que iban a atacar las baterías del sur de la


ciudad . Componian la segunda division la Berenguela i
Villa de Madrid, que se dirijieron hacia las baterías del
norte . La fragata Almansa i goleta Vencedora ocupaban
el centro, i su mision era batir a los monitores Loa i Vic-
toria i vapor Tumbes, que estaban inmediatos a los mue-
lles . Marchaba a retaguardia el vapor Maule, mandado
por el teniente de navío Yolif, i su objeto era el de pres-
tar socorros o dar remolques en caso de necesidad .

XII

Entre tanto en el Perú se habian dispuesto con patrió-


tico entusiasmo a rechazar el ataque anunciado de la es-
cuadra . El jefe supremo de la república habia dirijido
al pueblo la siguiente alocucion :
"Peruanos : Hace cuarenta años flameaba en las forta-
lezas del Callao la bandera española . Nuestros padres la
hundieron en los mares despues de haberla humillado en
los campos de Junin i de Ayacucho. Hoi nuestros ene-
migos la enarbolan de nuevo en esas mismas playas que
han contemplado dos veces su derrota i nuestro triunfo.
Mañana les probaremos por tercera vez que es invenci-
ble el pueblo que combate por su honra i su libertad .
Cincuenta cañones defienden contra 300 el honor nacio-
nal . Ellos tienen la fuerza , nosotros la justicia i el valor.
Pasó ya el tiempo en que prevalecia el peso de la fuerza
en la balanza de la justicia. Yo estaré con vosotros en
el peligro. ¡Qué gloria la mia si cayese envuelto en la
bandera de mi patria , al lado de los defensores de su ho-
nor! Si llega ese momento, os recomiendo la cordura que
aconseja la propia conveniencia para probar al mundo,
que al valor de la lucha se unen las virtudes cívicas que
os hacen dignos de su libertad .
"Peruanos : Nuestros mas fervientes votos van a cum-
plirse. Vais a vengar el ultraje del 14 de abril . La hora
de la lucha se acerca . ¡Cada hombre a su puesto! Al fuɔ-
45
- 344

go de nuestros cañones hagamos sentir a los incendiarios


do Valparaiso la virilidad de un pueblo que prefiere la
honra a la vida.
"Soldados i marineros : Nuestra causa es la causa de
toda la América . Defendemos el honor i la libertad de
todo un continente .
"Callao, abril 30 de 1866. - MARIANO IGNACIO PRADO. "

XIII

Describe en seguida el historiador español en un nue-


vo párrafo en que recuerda la pastoral espedida por el
anciano arzobispo Goyeneche, i la levantada accion del
jeneral Arrieta , que dejó la cama de inválido para mar-
char al combate, así como el entusiasmo , desprendimien-
to i valentía con que los peruanos se alistaban al teme-
roso combate .
Pero nosotros , llevados del espíritu (para ámbos cen-
surable, para nosotros simple cumplimiento del deber)
de hacer justicia i llevar ánimos a una nacion hoi inson-
dablemente desgraciada, entraremos en mayores espla-
yamientos , siguiendo datos i descripciones peruanas de
de la época.
"Léjos de que la intimacion de ataque del almirante
Mendez Nuñez , dice , en efecto , un compilador contem-
poráneo de los hechos del 2 de mayo , i usando una frase
que desde entónces se ha hecho histórica en el Perú , lé-
Jos de que tal anuncio intimidase a los habitantes de Li-
ma i el Callao , vino a retemplar de un modo enérjico su
patriotismo . Los trabajos para concluir las fortificaciones
se centuplicaron ; los ofrecimientos de personas i bienes .
no tuvieron límites ; todos a porfía injeniaban algun me-
dio de servir a la patria . Desde que se habia recibido la
noticia del bombardeo de Valparaiso , la poblacion del
Callao , mujeres , niños i ancianos habian principiado a
trasladarse a la capital . Al arribo de la escuadra fué mas
numerosa la emigracion ; i el peligro comun dió ensan-
345

che a los mas jenerosos sentimientos . En Lima se dispu-


taban las familias por alojar en sus casas a los del Ca-
llao. Ademas de que el jefe del departamento , habia de-
signado para alojamiento algunos de los establecimientos
públicos , varios vecinos acaudalados franquearon sus
fincas para este humanitario destino .

XIV

"Los antiguos militares, los que nos habian dado in-


dependencia, animados por el mismo sentimiento que
animaba al pueblo, en presencia del enemigo a quien en
otro tiempo habian vencido en Junin i Ayacucho , se
apresuraron a ofrecer sus servicios i a pedir un puesto
en que por segunda vez expusieran su vida por salvar
la independencia de América .
"El gran mariscal Lafuente i los jenerales de division
i de brigada , con las insignias de sus clases , se dirijie-
ron al Callao a prestar sus servicios ; i en ese sitio que
le señalaban la patria i el deber, permanecieron durante
el combate, dando ejemplos de valor. Por supremo de-
creto de 1.º de mayo , se formó un consejo de guerra ,
compuesto de los oficiales jenerales que se hallaban en
la plaza sin colocacion , i quedó organizado en los si-
guientes términos :

Gran Mariscal don Antonio Gutierrez Lafuente .


Jeneral de Division don José Rufino Echenique .
Id. id. " Fermin del Castillo .
""
Contra-Almirante Francisco Forcelledo .
27
Jeneral de Brigada Juan José Arrieta.
Id . id. Pedro Cisneros .
Id . id . Luis La-Puerta.
17
Id . id . Rudecindo Beltran.

Se dió otras colocaciones a los señores Jenerales don


Miguel Medina, don Pedro Bustamante i don Juan
Buendia ,
346

Se sabe que el señor jeneral don Baltazar Caravedo ,


en el momento en que oyó el bombardeo, se trasladó al
Callao e incorporó a la caballería .
Hubo coroneles que, no encontrando trenes que los
condujeran , marcharon a pié, vestidos de parada i con-
fundidos con la muchedumbre que acudia al lugar del
peligro. ¡ Qué magnífico cuadro ofrecieron estos viejos
soldados , al llegar cubiertos de polvo a pedir por favor
una colocacion en las baterías!
Manuel Zapata, anciano de 108 años , que habia mili-
tado durante la guerra de la independencia, al saber que
nos amenazaban los antiguos apresores de América, se
presentó a la autoridad a ofrecer lo único que le queda-
ba-la vida.
Olvidando toda clase de sentimientos , los jefes i ofi-
ciales que habian sido borrados de la lista militar por
haber servido a la administracion del jeneral Pezet , se
aceleraron tambien a ofrecer sus servicios . Se formó de
ellos una compañía, a la que se confió la batería provi-
sional del Callao , i algunos fueron agregados a las otras .
Los que habian sido coroneles , tenientes coroneles ,
mayores , sirvieron de sarjentos , cabos o soldados , i sos-
tuvieron su puesto con dignidad. En lo mas recio del
cañoneo , se vió al ex-jeneral Alvarado Ortiz pasear a
caballo i animar a los artilleros en la batería de Maipú.
El Jeneral Lopez - Lavalle , sabiendo el arribo de la flo-
ta española, desde la prision donde se encontraba sujeto
a un juicio criminal , suplicó para que se le permitiera
prestar sus servicios durante los dias de conflicto , com-
prometiendo su palabra de honor de volver a su arresto ,
pasados los momentos de peligro . Jefe valiente i pundo-
noroso, cumplió su palabra.
El coronel don José Gonzalez , que se hallaba en las
mismas circunstancias , pidió igual permiso ; i despues de
haber servido en las baterías i compartido los honores
del triunfo, volvió a su prision .
La sociedad de Fundadores de la Independencia, com-
puesta de antiguos militares , fué de las primeras en
ofrecer sus servicios . A muchos de estos viejos guerre-
ros se vió al frente del enemigo el dia del combate.
-- 347

XV

El señor Prefecto coronel don Mateo Gonzalez Muga-


buru, el Intendente de Policía don José Francisco An-
draca i la Municipalidad de Lima, se manifestaron tam-
bien en esos dias de peligro, activos , previsores i grandes
en todas sus medidas .
La Municipalidad fué el núcleo para la formacion de
diferentes asociaciones patrióticas . Los jóvenes peruanos
que no habian encontrado colocacion en la marina o el
ejército, capitaneados por el distinguido patriota don
Francisco Lazo , se organizaron en compañías de bom-
beros . Colejiales i estudiantes de todas clases , alumnos
de los colejios de San Cárlos , Santo Toribio , Guadalupe
i de Artes , dependientes de casas de comercio, practican-
tes de abogados , etc. , en esos dias cambiaron sus ele-
gantes vestidos por el tosco uniforme del bombero , i
satisfechos porque servian a la nacion se entregaron a
las rudas ocupaciones de su nuevo oficio .
Los artesanos de Lima, los camaleros (o sea empleados
del matadero público) , i todos los hombres de trabajo,
formaron tambien una compañía de bomberos i otras
diferentes , destinadas a salvar los intereses del Callao , o
a socorrer a los heridos el dia del bombardeo .

XVI

"Los estranjeros residentes en Lima participaron así


mismo del entusiasmo jeneral, i cual si se tratara de la
defensa del suelo donde hubiesen nacido , se esmeraron
en prestar su cooperacion. Unos dirijian los torpedos ;
348

otros servian en las baterías o en la marina , entre los


que fueron notables , don Gerrit Backus , que habia cor-
rido con el blindaje del " Loa ," i don Ernesto Malinous-
ki con la construccion de las fortificaciones , quiénes per-
manecieron en sus obras , prestando importantes servicios
hasta despues del combate ; i otros , confundidos con el
pueblo, se ocuparon en obras de fundicion , herrería , car-
pintería i albañilería .
Con una emulacion digna de elojio , los italianos , fran-
ceses , ingleses , alemanes i norte-americanos , muchos de
ellos jefes de casas de comercio , o personas acaudaladas ,
organizaron distintas i numerosas compañías de bombe-
ros, que, con las bombas respectivas i armados de ha-
chas, puñales i revólvers , marcharon al Callao , la víspera
del dia señalado para el bombardeo , entonando , alegres ,
la cancion peruana . Esas voces entusiastas que elevaron
hasta el cielo tantos i tan distinguidos estranjeros , sim-
bolizaron la mas enérjica protesta de las cultas naciones
del viejo i nuevo continente , contra la salvaje conducta
de España .

XVII

"Desde que se habia consumado el atentado del 14 de


abril, muchos jóvenes de otras repúblicas, viendo ame-
nazada la independencia sud-americana, se habian tras-
ladado a Lima para participar de los peligros i de las
glorias que debia recojer el Perú. Entre los de esta clase,
aquellos que por otras causas se encontraban en el Perú
debemos hacer mension de los siguientes :
El coronel de injenieros don José Cornelio Borda ,
natural de Bogotá (Estados- Unidos de Colombia) , sujeto
ilustrado i de buenos conocimientos sobre fortificaciones ,
ofreció sus servicios en tiempo del jeneral Pezet. Corrió
entónces con rayar los cañones de la fragata Apurimac,
i en los diarios publicó diferentes artículos sobre asuntos
de su profesion. Despues del triunfo de la revolucion ,
349

comprendiendo el señor Secretario de Guerra, coronel


Gálvez , la importancia de Borda , lo ocupó en las obras
del Callao . Se encargó del blindaje de las torres ; mas
tarde fué remitido a fortificar el puerto de Arica ; i de
allí regresó a principios de abril. Vino a bautizar con su
sangre una de las obras que habia construido!
El jóven don Juan S. Ucrós , natural tambien de Co-
lombia , fué otro de los que en tiempo del jeneral Pezet
vino a ofrecer sus servicios a la causa americana : desa-
tendido , buscó colocacion en una casa de comercio ; pero
la víspera del combate, no pudiendo dominar su entu-
siasmo, i recordando que su viaje al Perú no habia teni-
do otro objeto que el de derramar su sangre en defensa
de aquella causa, se unió a su compatriota el jóven don
Adolfo Valdes , i juntos se pusieron a las órdenes de su
paisano Borda.
El Coronel mejicano, natural de Colombia, don Justi-
niano Zubiria, arribó al Callao pocos dias antes del com-
bate. Llegada la hora solemne ofreció sus servicios al
Gobierno, i en la torre de la Merced, lidiando al lado de
Galvez, recibió muchas i honrosas heridas .
Los jóvenes ecuatorianos don Luciano Carcelen , don
Martin Lautaro Lamota, don Flavio Solórzano i muchos
mas, unos en el ejército i otros como voluntarios , pelea-
ron bizarramente.
Los que no habian tenido la fortuna de conseguir co-
locacion en las baterías , formaron diferentes asociaciones
de ecuatorianos , colombianos i chilenos , destinados a car-
gar heridos i muertos , o a servir en los hospitales de
sangre, que de órden del Gobierno se habian establecido
en Bellavista i Baquíjano .

XVIII

"Otra de las bellas manifestaciones de los habitantes de


Lima, se encuentra en las jenerosas suscriciones para
socorrer a los heridos i a las viudas de los que murieran
350 -

con motivo del bombardeo . Todas las casas de comercio


de estranjeros i nacionales , se anticiparon a hacer dona-
tivos con este destino ; i con el mismo muchos de los
vecinos hicieron erogaciones ante la Beneficencia o la
Municipalidad . Hasta en los colejios de primeras letras ,
como en el de Mr. Estrabeau , niños de siete u ocho años ,
se desprendieron con idéntico fin de las monedas que
para juguetes habian recibido de sus padres .
Cuanto mas se acercaba la hora del peligro, mas nu-
merosas se hicieron estas donaciones . Unos obsequiaron
jéneros para los garibaldis (o camisas rojas de los bom-
beros) de los que debian servir en las baterías ; diferen-
tes boticarios i almacenistas depositaron en manos de la
autoridad , drogas i otros útiles ; algunos remitieron al
Callao grandes cantidades de jamon, pan, i otros artícu-
los , para los que debian sostener el combate ; algunos
propietarios ofrecieron sus casas para recibir los heridos ;
i el establecimiento de coches del señor Suito , los dedicó
el dia del bombardeo para solo la conduccion de aque-
llos.

XIX

"Los alumnos del colejio Naval Militar, desde que llegó


la escuadra enemiga, pidieron permiso a su jefe para
servir en los buques o en tierra . Por habérseles negado,
seis de los mas resueltos fugaron en la noche del 30 de
abril i se presentaron en las baterías . Con este motivo , el
director del colejio condujo a los demas para presentar-
los al jefe supremo i manifestarle el entusiasmo que abri-
gaban. Los prófugos se unieron a sus compañeros ; fue-
ron perdonados ; insistieron , sin embargo, en su propósito
de combatir ; para tranquilizarlos , se les ofreció que des-
pues de que regresaran al colejio i se llenasen las for-
malidades legales , serian colocados . Fué un ardid para
hacerlos regresar. Una vez en el colejio se doblaron las
guardias . Ni esta precaucion impidió que los entusiastas
351

jóvenes , abandonaran el hermoso ideal de morir por la


patria. Fugaron por los techos, i en el momento del com-
bate, llegó a 15 el número de los alistados en las bate-
rías . De ellos , dos ; Abel Galindez i Abel Jesus Ordoñez
recibieron la corona del martirio . Los nombres de los
restantes fueron : Julio Benites , Pedro Roel , Bernabé Ca-
rrasco, Agustin Soto , Eduardo Andia, Manuel Rouillon,
Emilio Benavidez , Rafael Baluarte , Rafael Lagomarsino ,
José Leon, José Gamarra , Agustin Orbegozo i Federico
Taramona.

XX

"Las señoritas de Lima no se quedaron en zagá en


cuanto a entusiastas manifestaciones . Por las manos de
estas bellas patriotas , fueron cosidos los garibaldis; en
todas las casas i monasterios se veian empleadas en hacer
hilas , manos solo acostumbradas a manejar el abanico o
el rosario ; muchas matronas respetables , en la víspera
del dia anunciado para el bombardeo , se unieron a las
hermanas de la caridad i pasaron al Callao para atender
a los heridos . Mas tarde , se les vió curándolos en los
hospitales . Se hicieron notables en esta hermosa i huma-
nitaria tarea, la jóven esposa del Jefe Supremo i la viuda
del señor doctor don Juan Manuel del Mar.

XXI

"La junta médica dió tambien una prueba de acendrado


patriotismo , disponiendo que los de la profesion , distri-
buidos en diferentes series , se constituyeran en el Callao
la víspera del combate a prestar sus servicios . El dia del
46
352 ----

bombardeo llenaron con puntualidad en las baterías este


noble encargo .
A los que tocó tan riesgosa ocupacion, se agregaron
voluntariamente los practicantes de medicina, i los alum-
nos del colejio de San Fernando, que de un modo serio
se habian comprometido de antemano a llenar este pa-
triótico destino.
El acreditado cirujano norte- americano Dr. don Abrahan
Wendell, dando una prueba de amor al pais donde ha
pasado la mayor parte de su vida , i donde tiene familia ,
se trasladó desde la antevíspera a Bellavista con un abun-
dante botiquin .
Las discípulas de San Vicente de Paul, esas anjelicales
mujeres que solo viven para el alivio de la humanidad
doliente, acompañadas , como hemos dicho, de varias
señoras de la capital, fueron puntuales en el cumplimiento
del deber a que las ligaba su instituto . Desde la víspera
del dia anunciado para el bombardeo , se les vió en los
hospitales de sangre, haciendo preparativos para el de-
sempeño de sus piadosas funciones. En los momentos
mismos en que aquel principiaba, una señora recorria
algunos grupos de combatientes i les repartia reliquias
o medallas de la Virjen de las Llamas.

XXII

El Iltmo. señor Arzobispo , ese anciano i respetable


Prelado de nuestra Iglesia , con palabras tiernas , patrió-
ticas i piadosas , en su bellísima pastoral, dió cierta fiso-
nomía relijiosa al entusiasmo que embriagaba a los habi-
tantes de Lima i el Callao .
El clero secular i regular no se quedó atras en mani-
festaciones de esta clase . Desde algunos dias ántes del
anunciado para el ataque , se hicieron fervientes rogativas ;
los templos permanecieron abiertos para que acudieran
los fieles a unir sus preces a las de la Iglesia ; i allá
en esos lugares destinados para adorar a la Divinidad ,
353

las palabras de nuestra relijion en los labios de sus mi-


nistros , tomaron cierta uncion patriótica . Cada una de
las órdenes monásticas , conforme a las prevenciones del
jefe de la Iglesia , señaló seis sacerdotes para que acudie-
ran al Callao en el momento del peligro. Fueron puntua-
les en cumplir este deber ; i a muchos de ellos , así como
a varios eclesiásticos seculares , se vió recorrer por entre
las balas prodigando a los moribundos los consuelos de
la relijion .

XXIII

"Los vecinos del Callao rivalizaron con los de Lima en


actos patrióticos . El señor Prefecto , coronel don Mariano
Herencia Zevallos , i el Intendente de policía , coronel
don Celedonio del Castillo , desde ántes del arribo de la
escuadra enemiga, habian sido infatigables en facilitar
elementos para la construccion de las baterías y acopio
de provisiones , sin desatender al lleno de sus deberes i
a la seguridad de los intereses radicados en el distrito de
su mando.
Los empleados en la Aduana formaron una lucida com-
pañía de bomberos : los fleteros i demas hombres de
trabajo, tomaron ocupacion en los buques o en las bate-
rías .

Construidas con la precipitacion que demandaban las


circunstacias , habian quedado sin colocacion dos caño-
nes Armstrong. Dos dias ántes del bombardeo , se
ofreció el intelijente i patriota maquinista norte - ameri-
cano don Jorje Rumrill a à colocarlos ; i formar el terraplen ,
parapetos i polvorin subterráneo dentro de 24 horas , si
se ponian a su disposicion 3,000 trabajadores . Se anun-
ció al pueblo esta necesidad por carteles fijados en las
principales esquinas de la capital : a la hora designada
acudieron al Callao por los trenes , i la mayor parte a pié ,
porque éstos no dieron abasto, mas de diez mil hombres .
Mui pronto se vió cargando barro, arena i piedras , o
354

cavando zanjas, no solo a personas acostumbradas a estos


rudos trabajos , sino a multitud de jóvenes de levita i
guantes . Estos lindos matices que adornan aquellos her-
mosos dias , para lo futuro darán al triunfo del 2 de Mayo
una importancia rara, mas grande quizá de aquella a que
llegan nuestras actuales apreciaciones .
Por no haber concluido la obra , al dia siguiente se fijó
otro cartel , i acudieron al Callao cerca de 20,000 perso-
nas de todas condiciones . Quedó montado uno de los
cañones , porque el otro se habia descompuesto. La bate-
ría se denominó DEL PUEBLO, i fué confiada a los artesa-
nos .

XXIV

"El 30 de Abril el aspecto de la poblacion de Lima era


imponente, el que correspondia a una nacion que pronto
debia llenarse de gloria . Desde ese dia , nadie se ocupó
de asuntos particulares : todos se entregaron a las labo-
res que demandaba la defensa nacional. Los tribunales
i oficinas públicas paralizaron sus funciones ; las casas de
comercio, las tiendas i los talleres suspendieron sus dia-
rias ocupaciones ; se puso un paréntesis a las transaccio-
nes mercantiles ; nadie se acordó de cobrar ni de pagar.
Un pensamiento mas grande-el de defender la honra de
la república, preocupó la atencion jeneral . En los balco-
nes , puertas de tiendas i establecimientos públicos , ondea-
ba el pabellon nacional i en el cabildo los de las cuatro
naciones aliadas . El pueblo se habia vestido de gala
para repeler a sus injustos agresores .
En la tarde de ese dia , los trenes no bastaron para
conducir las compañías de bomberos , de artesanos i de-
mas que se habian organizado para servir al pais ; todos
ansiaban por ir a pernoctar en el Callao i compartir al
dia siguiente los peligros del combate . Cada coche con-
ducia un crecido número de personas , i las que perdieron
la esperanza de ser conducidas por el tren, marcharon a
355

pié. Las dos vías para el Callao ofrecian el espectáculo


de una inmensa procesion de hombres entusiastas y
resueltos a morir. " ( 1)

XXV.

Los buques continuaron entre tanto avanzando , prosi-


gue diciendo, a propósito de los mútuos aprestos de aquel
dia i por parte de los suyos , el narrador español , al acer-
carse el mas supremo i solemne momento de todos los
combates , hasta colocarse tan cerca de tierra que sus
quillas rascaron el fondo .
Detengámonos un momento a considerar friamente la
empresa que se acometia. La escuadra española, com-
puesta de buques de madera, a escepcion de la Numan-
cia , no contaba con un solo cañon de gran calibre que
oponer a los doce de monstruoso i estraordinario alcance
que poseian los peruanos .
Los defensores del Callao podrian renovarse contínua-
mente i tener siempre servidas sus baterías con hombres
de refresco i descansados . Las tripulaciones españolas
no contaban con reserva alguna , ni aun para reponer sus
bajas.
De los peruanos era el territorio i hallaban en él toda
clase de socorro i de recursos . La escuadra no disponia
sino de sus propios i escasos medios , i para reparar gran-
des averías o buscar refujio, no contaba con un puerto
amigo en una estension de costa de 1,200 leguas .
Ademas , las consecuencias de la lucha eran de una ma-
nifiesta desigualdad, pues los españoles solo podian cifrar
la victoria en apagar los fuegos del Callao i retirarse des-
pues , miéntras que los peruanos podian llevar su triunfo

(1) Toda esta minuciosa i compacta relacion, ha sido estraida de un


interesante i sobrio folleto publicado en Lima, inmediatamente despues
del combate del Dos de Mayo, con el siguiente título : -Una pájina glo-
riosa para la historia del Perú, o el 2 de Mayo de 1866 , escrita por J. C.
Urrea.-Lima, 1866,
356

hasta conseguir la completa destruccion de la escuadra


i el apresamiento de los buques que quedaran imposibi-
litados de retirarse o defenderse .
Creemos dudoso que muchos marinos hubieran afron-
tado la tremenda responsabilidad de semejante situacion .
Los buques habíanse aproximado tanto a las fortifica-
ciones , que los sumerjidos torpedos resultaron inofensivos ,
porque aquellos traspasaron la zona en que se hallaban .
Los peruanos no pudieron suponer que avanzarian hasta
remover el fondo con las hélices i rascarlo con sus qui-
llas. Así lo hicieron para acortar la distancia todo lo po-
sible, única manera de lograr que sus proyectiles pudie-
ran ofender con eficacia. No hai duda que, en cambio ,
las grandes dimensiones de las naves presentaban al
enemigos blancos fáciles i enormes ... Mas si todo esto es
cierto , ¿ en qué base fundaban una remota esperanza de
triunfo que viniese a disculpar acto tan temerario ? ¿No
tenian alguna escondida ventaja, algun misterioso recur-
so que les infundiera confianza i sangre fria? ¡ Oh, sí! pre-
ciso es confesarlo : la escuadra atesoraba en su seno una
asombrosa disciplina a prueba de terribles penalidades ,
i una perfecta instruccion militar i marinera, adquirida
en largos años de soledad i de esperada lucha. Estos eran
los ausiliares poderosos que infundian fé i esperanza a
aquellos pechos españoles ; los mismos cuya ausencia llo-
raba Gravina al dirijirse a Trafalgar ; los mismos que en-
tónces acompañaron a Nelson ; los mismos , en fin, que,
cual faros brillantes , alumbran, atraen i fascinan a la ins-
contante victoria.
Una vez colocados los buques en sus puestos respecti-
vos , hubo un momento de espectacion jeneral. Desde a
bordo se veia claramente a los artilleros peruanos que
rodeaban sus piezas i a éstas mui bien enfiladas . No mui
léjos , pero fuera de las enfilaciones , se hallaban , para ser
testigos de la terrible lucha , buques de las tres marinas
mas poderosas del mundo ,
2357

XXVI.

Iba a comenzar uno de los combates de mar mas re-


nombrados i gloriosos en el presente siglo, glorioso para
los que atacaron a pecho descubierto, no ménos glorio-
so para los heróicos peruanos Galvez, Zavala , Mon-
tes , Cárcamo , los dos cadetes Abeles ya nombrados ,
Abel Ordoñez i Abel Galindez (escapados para el caso
del colejio) i cincuenta mas , peruanos i chilenos , que pe-
recieron en el puesto del deber i del patriotismo- i ¿ por
qué no decirlo hoi que se hallan las banderas enlutadas
i las astas para siempre rotas?-en el puesto de la frater-
nidad . El 2 de mayo corrió sangre chilena en la mayor
parte de las baterías de la defensa junto con la peruana.
En consecuencia, a hecho tan memorable estará consa-
grado por estenso el próximo cuadro de los episodios que
ya tocan a su fin .
CAPÍTULO XVIII

EL DOS DE MAYO

Aspecto solemne del Callao al romper los fuegos la escuadra española el 2 de mayo de
1866.- Comienza la batalla i la fragata Villa de Madrid es puesta fuera de combate
ántes de entrar en línea.-Várase la Numancia en el fango i Mendez Nuñez recibe
ocho heridas.-Incéndiase la Almansa , i heróica conducta de su capitan Sanchez Bar-
cáistegui.- La Berenguela es puesta fuera de combate i valerosa tenacidad de su jefe.
--La Resolucion se bate con mas fortuna i la Blanca vuela la torre de la Merced.- De-
talles de esta catástrofe.- Muerte heróica del ministro de la guerra don José Galvez
i de varios jefes peruanos.-El capitan chileno Salcedo i su denodada bravura.-Coraje
indómito de Topete.- Mendez Nuñez ordena la retirada.- Su carácter i sus palabras.
--Los peruanos sostienen el fuego despues que los españoles han apagado los suyos
-Parte oficial del comodoro Rodgers sobre el particular.--Funestos rumores que cir-
culan en España sobre el combate del Callao. -Llega a Madrid un telegrama de Sou-
thampton con la version de la victoria.--Entusiasmo de los españoles.- Reúnense las
Cortes, i Mendez Nuñez es ascendido a jefe de la escuadra.- Discursos en el Senado i en
la Cámara de Diputados.-Fraternizan los partidos i las Cortes declaran que la armada
española ha merecido bien de la patria.-Llega a Chile la noticia del combate del 2 1
de mayo el dia 12 de ese mes i sincero entusiasmo con que es festejada por el pueblo
i el gobierno.--Notas de congratulacion del ministro Covarrúbias i del diplomático
Martinez.-Una comision de ciudadanos ofrece una espada de honor al dictador
Prado.- Suscinto parte oficial del combate del 2 de mayo pasado por el jefe de estado
mayor peruano.

"El aspecto del Callao , dice una relacion peruana es-


crita i compajinada por uno de los mas ilustres poetas
de aquel suelo, i describiendo con sobriedad de colores
la actitud espectante del pueblo armado en las baterías
en el momento en que la escuadra española iba a romper
sus fuegos , era solemne i majestuoso .
El sentimiento que produce en el ánimo la figura de
una ciudad abandonada es inesplicable : hai en ello algo
de vago, inmenso , indefinible . Todas las puertas están
cerradas . Parece un vasto cementerio .
El coronel Herencia Cevallos recorre por un estremo
359

las calles solitarias con su tropa , vijilando el órden , pron-


to a acudir donde el peligro lo requiera.
El coronel Castillo hace lo mismo por diferentes pun-
tos de la poblacion .
En el castillo están los miembros del gobierno i nu-
merosos jefes , oficiales i voluntarios prontos a cumplir
sus órdenes . La línea de las fortificaciones presenta un
espectáculo imponente. La bandera nacional flamea or-
gullosa sobre las torres i baterias manifestando al ene-
migo el sitio donde se encuentran los defensores de la
patria . Cada hombre está en su puesto : solo se oye la
voz breve e imperiosa del jefe que dicta las últimas ór-
denes . Todos esperan con valor i sin jactancia.
Al estremo norte del Callao están tendidos los cuer-
pos del ejército prontos a acudir a donde el peligro lo
requiera.
En el estremo sur el jinete de pié junto a su caballo ,
está inspirado del mismo sentimiento que el numeroso
pueblo que lo rodea.
Al lado de las últimas casas entre el Callao i Bellavis-
ta, el panorama es hermosísimo : el pintoresco grupo de
bomberos limeños i chalacos se ve, compuesto de jóve-
nes anciosos de acudir a prestar sus servicios en cual-
quier momento. Cerca de Bellavista se agrupan los bom-
beros italianos al rededor de la blanca cruz de Saboya ;
mas adelante los franceses enarbolan el pabellon trico-
lor, que ha dado la vuelta al mundo a la voz de la vic-
toria. Los alemanes , excelentes vecinos , honrados i la-
boriosos amigos del Perú, contemplan con la flema habi-
tual de su carácter el espectáculo que se desarrolla en
aquel vasto teatro . Todas las alturas están coronadas de
jente. Numerosos grupos de jinetes discurren por todas
partes . En los hospitales se agrupan los médicos , los
practicantes farmacéuticos i las hermanas de caridad. En
el trayecto se ven hombres del pueblo i los jóvenes de
las ambulancias listos con sus camillas .
El camino del Callao es un inmenso cordon de jente
que viene de la capital a presenciar aquel inmenso due-
lo .-Veinte mil personas están distribuidas en aquel vas-
to escenario, i un solo sentimiento las anima, un voto
unánime sube al cielo por el triunfo de la República .
47
360

En el mar el panorama es imponente i majestuoso : cien


buques mercantes están sobre sus anclas hacia el lado
norte, donde no pueden ser ofendidos por los tiros . En
primera línea se mecen sobre sus anclas los buques de
guerra de Inglaterra , Francia i Estados Unidos como
jueces severos e imparciales del duelo a muerte que se
va a librar en la bahía del Callao. " (1)

II

"A las once i cincuenta minutos , dice adelantando su


relacion el cronista español (a las doce i cuarto, segun
un cronista peruano) una blanca nube se desprendió del
costado de la Numancia, un fuerte estampido conmovió
la atmósfera, i , hendiendo el espacio, un proyectil fué a
estallar entre las banderas peruanas .
A este primer disparo contestaron dos descargas nu-
tridísimas , i espesas nubes de hierro cayeron sobre los
buques i sobre el Callao . Roto el fuego por todas las ba-
terías de tierra i por todas las flotantes , trocóse de súbito
el tranquilo paisaje en imponente i magnífico. Intermi-
nables truenos , rojas llamaradas, vibrantes i metálicos.
silbidos , choque sonoro de hierro contra granito i sobre
maderas , i ruidosas esplosiones de incendiados proyecti-
les, todo envuelto en un denso humo que , al ascender,
parecia modelar al jenio de la guera, aspirando sonrien-
te el olor de la pólvora i las emanaciones de la sangre.

III

La lucha comenzó terrible : ántes de que la fragata


Villa de Madrid pudiese romper el fuego, recibió una
granada de a 300 libras que, abriéndole enorme brecha ,
puso 35 hombres fuera de combate, matando la mitad, en-

(1) El Perú i la España moderna , por Arnaldo Márquez, vol. II .


361

tre ellos al guardia-marina Godinez , a quien arrancó la


cabeza (1 ) . El proyectil rompió ademas el tubo de con-
duccion del vapor e inutilizó la máquina, por lo que la
fragata, privada de todo movimiento, tomó remolque de
la Vencedora para retirarse ; mientras lo efectuaba pudo
enviar 200 proyectiles sobre el enemigo .
Entre tanto, la Numancia, blanco predilecto , se habia
aproximado a tierra tanjenteando el círculo de torpedos
i colocándose en cinco brazas de fondo : allí varó en fan-
go, i gracias a su potente máquina pudo flotar al fin li-
bremente. En pocos minutos habia recibido una lluvia
de balas que hicieron leve daño a su blindaje . Un pro-
yectil, rompiendo la baranda del puente i la bitácora ,
produjo a Mendez Nuñez ocho heridas en todo el cuer-
po (2) ; éste quiso permanecer tranquilo, pero a los pocos
minutos la pérdida de sangre le obligó a caer desmaya-
do en los brazos de Antequera . Ocultóse a la escuadra
este suceso, i el mayor jeneral don Miguel Lobo conti-
nuó mandando el combate.

IV

La Blanca, por su menor calado , habia ido a colocarse


mucho mas cerca de tierra ; allí envió sus certeros tiros
principalmente a la torre del sur, cuyos cañones mons-
truosos causaban horribles estragos . Trascurrida una
hora de fuego, logró meter en su recinto una granada
que, al estallar, produjo la esplosion de la torre blinda-
da , viéndose distintamente volar parte de su guarnicion

(1 ) Este bizarro guardia-marina habia sido herido en Abtao, i aun


convalesciente ocupó su puesto en el combate del 2 de mayo. Tuvo el
presentimiento de que lo matarian, i tan profunda era su conviccion ,
que antes de la lucha repartió entre sus compañeros de camarote todo su
tabaco, sus libros i otros objetos , diciéndoles : Sé que muero en el comba-
te ; conservad esto en recuerdo mio."
(2) Mendez Nuñez fué curado con grandísimo acierto por el inteli-
jente doctor don Antonio Censio i Romero, primer médico de la Nu-
mancia. De las ocho heridas del jefe dos fueron graves.
362

i su bandera. Despues de este hecho , la fragata ayudó a


la Numancia en la dificil empresa
99 de destruir la formi-
dable batería de Santa Rosa ,"

Séanos lícito interrumpir en esta parte la brillante i


briosa descripcion del marino español, que nos hace asis-
tir a la gran batalla naval como a un panorama, a fin de
contar, junto con el espléndido logro que allí alcanzó
la escuadra castellana , el hecho de mayor gloria i des-
ventura que el 2 de mayo trajo a los peruanos i en el
cual hállase tambien compendiada una hazaña chilena ,
la del capitan de artillería , Juan Salcedo, compañero de
dias i de batallas infantiles en la cancha del Mapocho .
"Eran las doce, poco mas o ménos , dice, en efecto , na-
rrando prolijamente el luctuoso lance de la torre de la
Merced en su parte oficial el mayor don Juan A. Fuen-
tes , uno de los pocos sobrevivientes de aquella catástro-
fe, cuando la Numancia , la Almansa i la Blanca , dirijie-
ron su proa rumbo a la torre : 800 metros de distan-
cia nos separaban, cuando la Numancia hizo sus dos
primeros tiros , que fueron contestados por mi cañon, i
la bandera nacional que desplegó orgullosa las armas de
la patria. Un viva unísono resonó en los aires . Ese fué ,
señor coronel , el augurio de la victoria .
Los compresores del cañon que yo mandaba, se ha-
bian entorpecido por causas desconocidas entónces , i no
pude volverlo a hacer entrar en batería ; inauditos es-
fuerzos se hacian ; todo era en vano : ocupados los dos
primeros números en desambarazar la corredera que se
hallaba cubierta i obstruida por una gruesa capa de or-
migon, que introdujeron las balas enemigas al rebotar
al frente de la torre, se hizo necesario tratar de reempla-
zarlos aunque fuera por el momento : llamé a dos de los
mas inmediatos , i acudieron presurosos i agradecidos los
señores Zubiria i Alarco , colocados frente a la boca del
363

cañon , con el cuerpo enteramente descubierto, hacian


ostentacion de su valor i cargaron sonriéndose i chance-
ándose con el cabo de cañon de la izquierda , sarjento
mayor señor Solar, como lo hubieran hecho en momen-
tos de broma amigable.
La pieza quedó cargada sin volver a entrar en batería ;
no pudo hacer mas que un tiro . El capitan Salcedo con-
tinuó sus fuegos con acierto i serenidad ; al segundo tiro
fué herido en la mano i pierna derecha por el montaje
de su misma pieza , i ordenándole que bajara a curarse ,
se negó obstinadamente, porque decia que la vista i el co-
razon estaban buenos. Pudo hacer cuatro tiros .
Miéntras que los que nos encontrábamos en la plata-
forma hacíamos por dejar espedito el cañon que yo man-
daba, el jefe de la torre , señor Montes , había ordenado
que se condujeran saquetes para que no se hicieran
aguardar ; así se hizo i colocaron uno en la plataforma i
dos en la galería esterior ; cada uno de los saquetes con-
tenia cuarenta i cinco libras de pólvora . El señor Borda
se hallaba en mi misma altura, pero al lado opuesto de
mi cañon. El señor secretario de la guerra , los pasa car-
tuchos , teniente don Daniel del Risco , alférez de fraga-
ta don Juan Villamar i subteniente don Abel Galindes ,
inclusive el coronel graduado Enrique Montes , ocupaban
el primer cuerpo de la torre. En la parte inferior estaban
los ayudantes del señor secretario , coronel don José Gal-
vez, los señores coronel Toribio Zavala, teniente coronel
N. Zegarra, ei de igual clase N. Odria i el capitan Tori-
bio Zavala . -Como pasa cartuchos los señores Serrano,
Gonzalez i Dublé.
Cada uno se preocupaba de atender a llenar su deber :
yo i los mios nos esforzábamos a poner el cañon en ba-
tería ; el capitan Salcedo i los suyos en continuar deno-
dadamente el fuego : el injeniero señor Borda , en apreciar
las distancias ; el señor secretario en gozarse orgulloso
de los estragos , que en el enemigo causaban nuestros
proyectiles ; los pasa cartuchos , contentos i presuros lle-
naban su cometido. Las cosas así, una bomba del enemi-
go se introdujo por la porta de la derecha , espeliéndola
en su velocidad a doscientos metros de distancia : el cho-
que de la bomba produjo la esplosion consiguiente i el
!
364 -

incencendio instantáneo con los tres saquetes arriba


mencionados." (1)

VI

"Mientras tanto la Almansa (agrega la valiente


narracion española) habia hostilizado a la poblacion i a
los monitores Loa i Victoria, recibiendo en su casco
numerosos proyectiles . A las 2.30 una granada de a 300
reventó en su batería , le mató 13 hombres , entre ellos al
guardia-marina Rull , destrozándole horriblemente , e infla-
mó la pólvora de los guarda- cartuchos ; los hombres que
los conducian quedaron abrasados , pero ninguno se mo-
vió de su puesto hasta que llegó su relevo. El incendio
se propagó al sollado ; la prudencia aconsejaba abrir los
grifos , pero el comandante Sanchez Barcáiztegui se negó
a ello tenazmente , i al fin púdose estinguir el fuego sin
mojar la pólvora. La fragata se retiró de la línea solo
durante media hora i despues volvió a ocupar su puesto ,
haciéndose notable por la rapidez de sus disparos .

( 1 ) Parte oficial del mayor Fuentes.-Lima, mayo 28 de 1866. - El


mayor Fuentes escribió este parte apénas pudo recobrarse de sus trece
heridas.
Otra relacion peruana (la de Urrea) describe así (páj . 34) la fatal es-
plosion de la torre de la Merced :
« La Blanca, mandada por el audaz mejicano Topete, rivalizando con
la Numancia, era la que mas se habia aproximado a nuestros fuegos , i
que con empeño asestaba los suyos a la torre de la Merced . Sin que se
haya podido descubrir hasta ahora la verdadera causa, de repente se in-
cendiaron en ella algunos saquetes de pólvora de 45 libras, que, para las
nuevas cargas, se habian estraido del polvorin . Una columna inmensa
de fuego, humo i polvo se elevó hasta las nubes, i cuando principió a di-
siparse, se vió descender, a manera de estopas, los restos despedazados
de sus valientes defensores. Galvez, Borda, Montes, Salcedo, Alarco i
Nieto habian desaparecido de la tierra , i volado al cielo a recibir la co-
rona del martirio.
Despues de la esplosion, la torre i sitios inmediatos ofrecian a la vista
el terrible cuadro de una masa deforme de miembros palpitantes , sangre ,
ceniza, tierra i retazos de uniformes . Los alaridos de los estropeados o
abrasados por el incendio eran desgarradores . Por fortuna los jóvenes que
365 ww

VII

Entre tanto, la Berenguela se batia sola contra las


torres blindadas i baterías del norte , haciéndoles un
espantoso fuego, que dejó inútiles los cañones Armstrong
de la torre blindada ; pero no tardó en recibir un proyec-
til Blackely, que penetró en su batería i salió por el

se habian asociado para prestar ausilios en casos de esta naturaleza, acu-


dieron al instante por entre las balas del enemigo, i prestaroa oportunos
servicios . De entre esa horrorosa mezcla de tierra i de cadáveres destro-
zados, mas tarde se estrajeron los de Galvez , Borda i Salcedo. El de Gal-
vez estaba medio carbonizado ; en su semblante se notaba cierta bravura,
con que parecia desafiar a nuestros enemigos . De Borda solo se encontró
una mano, sosteniendo todavía con firmeza el anteojo con que habia da-
do direccion a los cinco tiros que se habia disparado de la torre . El capi-
tan don Juan Salcedo, natural de Chile, era un buen oficial ; al esta-
llar en el Perú la revolucion , se habia agregado a ella con licencia de su
gobierno ; prestó servicios a la causa de los pueblos, i quiso concluir sus
nobles propósitos muriendo al pié de uno de los cañones destinados a
vengar el ultraje de Valparaiso. Su semblante revelaba la serenidad del
que está resuelto a morir por la libertad. Montes i Alarco, jóvenes valien-
tes i entusiastas, no fueron encontrados sus restos ; pero han dejado es-
culpidos sus nombres con caractéres indelebles, entre los de los héroes
del 2 de mayo .
Los heridos, en su mayor parte, fueron los que al tiempo de la esplo-
sion habian estado al lado de afuera de la torre.
Uno de ellos fué el señor coronel don Toribio Zavala. Conducido por
de pronto al hospital de sangre, apénas volvió en sí preguntó con ansie-
dad: « Hemos triunfado ? » despues por su hijo, que era tambien uno de
los heridos . El coronel Zavala murió a los ocho dias. Mientras este buen
patriota sacrificaba su vida por defender la honra i la independencia de
América, i mientras su hermano el coronel don José prestaba útiles ser-
vicios a la misma causa, como comandante jeneral de las guarniciones
peruanas en la escuadra aliada, su otro hermano, don Juan, que habia
sido llevado a la Península en 1821 , por el padre comun, antiguo mar-
qués de Valle-Umbroso, era el ministro de marina en España.
Otro de los heridos fué el jóven Ucrós. Abrasado por las llamas , se re-
volcaba entre los cadáveres ; fué ausiliado por su compatriota Valdez. Al
sentir los brazos de su amigo, abrió los ojos i esclamó : «¡ Viva Colombia!
¡ Viva el Perú ! " Sublimes palabras que revelaban que el amor a la liber-
tad tiene mas poder que los dolores físicos.D
366 -

opuesto costado bajo la línea de flotacion ; el agua se


precipitó a torrentes por aquella brecha de 56 piés de
área . No obstante, la fragata continuó batiéndose, pues ,
como decia en su parte oficial con sublime sencillez el
comandante Pezuela. " V. S. me tenia prevenido que per-
sistiese en mi puesto hasta el último estremo . " Pero pocos
minutos despues otra granada de a 300 libras penetró en
el sollado e incendió la carbonera inmediata al pañol de
pólvora ; al mismo tiempo el buque se anegaba rápida-
mente tumbando sobre babor. No era dudoso que habia
llegado el último estremo, i la Berenguela efectuó su
retirada marchando hácia atras con lentitud i disparando
los cañones que le quedaban disponibles . Solo cuando se
halló fuera de las enfilaciones se ocupó en apagar el
fuego ; despues cambió toda su artillería a una banda
para descubrir la brecha. Ante tal bravura i serenidad ,
la corbeta inglesa Shearwater largó su ancla i le salió al
paso , gritándole su comandante Mr. Douglas : ¡ Valiente
Berenguela, aqui estoi yo para recojeros! La fragata con-
testó : De nada necesito. La Berenguela , ántes de retirarse ,
habia hecho enmudecer a varios cañones de las baterías
del norte .

VIII

Los artilleros enemigos tambien se batian bizarra-


mente . En la batería de Abtao habia caido muerto el
oficial Quispe ; gravemente heridos un capitan i otros
seis oficiales . En la Torre de la Merced, volada por una
granada de la Blanca, murieron el ministro Galvez i los
coroneles Borda i Montes ; los cañones de la torre habian
disparado cinco tiros en 55 minutos ; fué entónces cuando
la granada española, cayendo sobre el lado derecho de
la cureña del primer cañon, i rebotando de allí al círculo
de la torre, entró por el hueco de la porta donde estaban
varios saquetes de pólvora ; en aquel sitio hizo esplosion ,
lanzando la porta a 90 metros de distancia, desquiciando
3687

las planchas de a 6 pulgadas de grueso astillando las


maderas i blindaje interior de la torre. Bajo sus ruinas
quedaron sepultados 27 hombres muertos i 66 grave-
mente heridos .
En la batería Chacabuco , construida en el foso de Santa
Rosa, perecieron muchos voluntarios i les fueron des-
montados varios cañones. La de Maipú, al norte de
Santa Rosa , habia tenido 15 muertos ; todos los fuegos
de esta batería habian sido apagados . El fuerte de Santa
Rosa , mandado por el comandante Jones, habia sufrido
tambien muchas bajas, contándose la del capitan de na-
vío Muñoz .
En la línea del norte, el fuerte de Ayacucho habia
tenido cuatro muertos ; uno de sus cañones Blackely fué
el que disparó el proyectil que causó avería en la má-
quina en la Villa de Madrid. Lo mandaba el comandante
Cáceres . Al fuerte de Pichincha le habian desmontado
dos piezas , que lograron colocar de nuevo en batería .
La Torre de Junin habia jugado con mucha precision sus
cañones de a 300 ; los proyectiles de los buques hicieron
poca mella en su blindaje. A la batería de la Indepen-
dencia le habian sido desmontados sucesivamente todos
sus cañones i habia sufrido numerosas bajas .

IX

Así, pues , en las primeras horas de la terrible lucha


dos fragatas quedaron fuera de combate i los peruanos
perdieron sus mayores fuerzas con la destruccion de una
de sus torres blindadas i la circunstancia de haberse
inutilizado muchos cañones . Ademas , los certeros disparos
de la escuadra habian introducido el desórden en algunas
baterías , donde la lluvia de los proyectiles no daba tiempo
a los artilleros para hacerle resonar ; las bajas del enemigo
eran cada vez mas numerosas . Sin embargo , aun comen-
zaba el combate. Este continuó una hora mas , i otra, i
otra sin que las tripulaciones diesen muestra ostensible
48
368 -

del cansancio que las postraba . Cuando se recalentaban


mucho los cañones de una banda, los buques viraban en
redondo utilizando la batería del otro costado , i ya por
babor, ya por estribor, se sostenia el fuego tan nutrido
como en los primeros momentos .
La Resolucion habia logrado incendiar diversos puntos
de la poblacion i hecho enmudecer algunos cañones de
la batería de Santa Rosa. La jente veterana i aguerrida
de este buque no dejó de batirse con heroismo hasta la
completa terminacion del bombardeo .

La fragata Blanca , inquieta siempre i afanosa de glorias


i peligros, como mandada por el bizarro Topete, podria
compararse a un brioso corcel que tascaba el freno pug-
nando por salvar obstáculos i correr al encuentro de
ambicionada meta ; así procuró avanzar sobre los fuertes
tanteando distintos rumbos hasta que pudo colocarse en
cuatro brazas de fondo, esponiéndose a varar de firme
multitud de veces ; desde allí mantuvo un vivísimo caño-
neo contra el enemigo i recibió muchos proyectiles , uno
solo de los cuales le mató ocho hombres e hirió al mismo
Topete. Mientras se hizo a éste la primera cura rápida-
mente, continuó mandando la fragata su segundo don
José de Carranza ; Topete volvió pronto a ocupar su
puesto, batiéndose hasta las cuatro de la tarde , hora en
que habia casi agotado sus municiones. Ya habíase con-
seguido apagar los fuegos de la mayor parte de los fuertes
del Callao i solo respondian al vivísimo de la escuadra
doce o catorce piezas de la batería de Santa Rosa. Tam-
bien se habia hecho retroceder e internarse entre las
murallas a los buques enemigos .
Continuó el combate sostenido por la Numancia i
Almansa , Resolucion i Vencedora , que solo tenian que
atender a los doce cañones mencionados . La goleta Ven-
cedora , mandada por Patero , se batió desde el principio
369

hasta el fin con mucho valor i prestó tambien eficaces.


auxilios a las fragatas que lo necesitaron .

XI

A las cinco de la tarde ya no contestaban a los buques


mas que seis cañones pertenecientes a una batería de
Santa Rosa; i comenzando entónces la neblina, i próximo
a ponerse el sol , hizo señal la Numancia de retirarse del
combate ( 1 ) . Suspendido el fuego, las tripulaciones cu-
brieron las jarcias i dieron vivas a la reina, encaminán-
dose despues todos los buques al fondeadero de San
Lorenzo, donde llegaran ya entrada la noche.

XII

Tal fué en sus mas marcados i heróicos perfiles el


memorable combate del Dos de Mayo de 1866 , hecho de
guerra que habria despertado en el viejo mundo vivísima
atencion, si las naciones europeas no se hubiesen hallado

(1 ) "A las cinco horas de fuego ya casi no contestaban las baterías


enemigas. Noticióse esto al herido almirante, el cual dijo al oficial comi-
sionado para ello: ¿Están los muchachos contentos?-Si, señor, contestó
el oficial, todos estamos contentos. I Mendez Nuñez añadió : -Ahora solo
falta que en España queden satisfechos de que hemos cumplido con nuestro
deber. Diga usted a Antequera que cese el fuego, que suba la jente a las
jarcias i que se den los tres vivas de ordenanza antes de retirarnos." —(Del
Diario de Pardo de Figueroa).
A este mismo respecto i sobre los resultados militares del combate debe
ser consultado el parte oficial del comodoro Rodgers , que publicamos en
el lugar respectivo, i que, dadas las circunstancias, debe ser considerado
como completamente imparcial.
I siendo así, militarmente hablando, la victoria perteneció a los pe-
ruanos.
370

en aquella sazon entregadas a las guerras i turbulencias.


que en aquel mismo año terminaron en las memorables
batallas campales de Sadowa i Custoza.

XIII

Los españoles , siempre impresionables en presencia de


los grandes hechos de su historia , dieron alas a su entu-
siasmo , como si trataran de conmemorar un gran suceso
nacional, siendo que en realidad sus valientes marinos
no habian llegado, a fuerza de sacrificio i denuedo , sino
a enmendar en parte las faltas i atolondramientos de los
intrigantes i de los prevaricadores de su Corte. -En los
primeros dias de la vaga, incierta, poco esperada i ménos
bien comprendida noticia del suceso (porque en España
la mayor parte de las jentes , entónces como ahora, no
han podido nunca darse clara cuenta de lo que fué la
guerra del Pacífico) , rumores siniestros atormentaron los
espíritus patrióticos .-" Decian (cuenta el autor de la
Historia de la revolucion de España de 1868, don Marco-
lin Bautista) , que Mendez Nuñez habia sido peligrosa-
mente herido ; que nuestra escuadra se habia pronunciado
en retirada, despues de haber sido sumerjida una gran
parte en las aguas del Callao ; que, en una palabra, el
combate habia sido un verdadero desastre, que nada era
ya capaz de restablecer."

XIV

Los océanos del orbe eran todavía mudos por aquellos


años, porque el jenio del hombre no habia arrebatado al
rujido de sus tempestades la chispa que hoi , dando vuel-
tas a escondidas por sus portentosos senos , lleva a todas
371

partes , así como el eco de las mas lejanas batallas , los


íntimos anuncios de la familia i del hogar.
Pero el 11 de junio de 1866 , llegó a Madrid un tele-
grama espedido desde Southampton i que Mendez Nuñez
habia despachado desde el Callao el 19 de mayo , i en
vista del boletin del combate sóbriamente trazado por el
ilustre almirante gallego , entregáronse sus compatriotas
al regocijo que es tanto mas natural cuando ha sido opre-
siva la incertidumbre que ha apenado los ánimos .
"Indecible fué la espresion del sentimiento público ,
esclama pomposamente el autor citado , al saberse en
España el resultado de aquel combate terrible ; combate
desigual, i en el que hubo de suplir el valor i la pericia
a la mayor fuerza del enemigo . Fué un triunfo tan ines-
perado como completo que coronaba una larga serie de
penalidades , de amargas decepciones , de costosos sacri-
ficios .
Recibiólo el pueblo con esa grata satisfaccion que en-
tusiasma al que, dormido en el seno de esas gloriosas
tradiciones que embellecen la vida nacional , despierta
para verlas continuadas allá en mares lejanos , sí, pero
con las mismas singulares peripecias , con el mismo sin-
singular arrojo con que los primeros navegantes acome-
tian las conquistas de Méjico , en los mismos parajes en
que Ercilla disputaba con su espada, para escribir al dia
siguiente el poema de sus hazañas .
Pero el aplauso que la marina recibia , la demostracion
de júbilo universal con que se saludaba de todos los án-
gulos de la Península a los héroes del Callao , no eran
solo espresion del sentimiento que inspiraba una victo-
ria a tan gran costa conseguida , el pueblo creyó ver res-
taurada la reputacion de nuestra marina militar , de aque-
lla marina que hizo formidable nuestro poder naval en
otro tiempo i que desde principios del siglo que corre
solo se habia exhibido para dar a conocer su decadencia.
El gobierno debia otorgar, a nombre de la nacion, una
recompensa que inmediatamente demostrara su gratitud
a los sacrificios hechos por los que tan dignamente ha-
bian sostenido el honor de la patria en América , i desde
luego ascendió a don Casto Mendez Nuñez a jefe de es-
cuadra , espidiéndose una real órden dando las gracias
372 -

a la del Pacífico i ordenando que se elevaran al gobier-


no las propuestas de recompensas ,

XV

El dia 12 de junio se dió cuenta por el gobierno a las


Cámaras, i se pronunciaron discursos llenos de pasion , i
como tales rebosando de elocuente entusiasmo . El jene-
ral Zabala , como jefe del ramo, fué el que usó primero
de la palabra en el Senado, i el primer cuerpo político
del Estado , abandonando su gravedad habitual, acojió la
noticia con febril entusiasmo .
Presentóse una proposicion , suscrita por las eminen-
cias de todos los partidos que estaban representados en
la Cámara vitalicia , i confundidas figuraban a sus piés
las firmas del duque de Valencia, del marques del Due-
ro, del marques de Heredia, del conde de Velarde, de
don Cirilo Álvarez , don Claudio Anton de Luzuriaga i
don Joaquin Gutierrez de Rubalcaba ; tenian a la vez su
representacion la marina, el ejército i la toga para rendir
un tributo de profunda admiracion a los que tan bizarra-
mente se habian comportado .
"Pedimos al Senado , decia la proposicion, se sirva de-
clarar que el brigadier de la armada don Casto Mendez
Nuñez, i los individuos de la escuadra que a sus órdenes
han combatido, han merecido bien de la patria."
Despues de discursos entusiastas que pronunciaron
Heredia , O'Donnell , Narvaez i Vista - Hermosa, fué apro-
bada ¡cómo no habia de serlo ! por unanimidad .

XVI

En la Cámara popular se presentó , apénas dada la no-


ticia, la siguiente proposicion:
"Pedimos al Congreso se sirva declarar que desde que
373

comenzaron las cuestiones pendientes todavía con las


repúblicas de Chile i el Perú, la marina española ha cum-
plido con su deber, i merecido bien"" de la patria por su
digno i valeroso comportamiento ."
Sostúvola, como uno de los que la suscribieron , el se-
ñor Ortiz Pinedo , quien dijo entre otras cosas :
"Esta declaracion que yo propongo es la mas alta hon-
ra que pueden dispensar las Cortes españolas , i es la
primera vez que hace tan noble i merecida declaracion
en honor de nuestra marina. ¿ Quién duda que merece
bien de la patria la marina que empieza su gloriosa cam-
paña con la toma de las Chinchas , con el rescate de la
barca Heredia, i concluye con un acto de valor heróico i
de sublime temeridad , con el ataque de torres blindadas ,
de baterías rasantes , con un hecho de armas el mas fa-
moso que rejistra la historia de la marina en los tiempos
.
antiguos i modernos ?"
Despues de este discurso , digno por cierto en conjun-
to del objeto que se debatia, nombróse una comision que
presentó inmediatamente el siguiente dictámen :
"El Congreso , fiel intérprete del sentimiento nacional,
declara que la escuadra española en el Pacífico , ha me-
27
recido bien de la patria .'
Uno de los que tomaron parte en la discusion fué el
señor Nocedal, que terminó sus discurso con las siguien-
tes sentidas frases:
"Sí , señores diputados, aun quedan glorias para Es-
paña; aun tiene fuerzas vivas ; no lo estais viendo? La
escuadra del Pacífico claramente os lo revela. Donde
quiera que la honra de España está empeñada ; donde
quiera que nuestra bandera guia a nuestros valientos
soldados de mar i tierra , acontecerá lo que poco hace en
Africa , lo que acaba de suceder en el Pacífico. ¡Gloria ,
pues , a nuestros valientes soldados de mar i tierra!
¡Gloria a esa bizarra escuadra que acaba de oponer
débiles , flotantes muros de madera , contra torres blinda-
das en tierra! ¡Gloria a España! ¡ Gloria a todos sus hi-
jos ! Callen todos los partidos : ¡gloria a cuantos ven la luz
del dia bajo de este sol, en esta tierra privilejiada, pa-
tria de la hidalguía , de las grandes tradiciones , de las
grandes esperanzas!"
374

XVII

En esta memorable sesion , añade todavía el historia-


dor español, hicieron oir su elocuente voz todos cuantos
quisieron conmemorar este triunfo nacional, i al tiempo
de votar la proposicion , 251 votos la aprobaron : no ha-
bia mas diputados en el Congreso .
Fué indudablemente en los cuerpos colejiados donde
con mas solemnidad se hizo oir el acento del pais ; fué la
prensa quien con mas ardorosa espresion llevó a toda
España el eco de la opinion pública que discernia los
honores del triunfo a la escuadra del Pacífico ; pero en
las localidades mas apartadas, en aquellas en que ménos
eco tienen esas festividades con que los pueblos celebran
las glorias de la patria, el combate del Callao i el nom-
bre de su ilustre jefe lo tuvieron completo. Un ayunta-
miento inscribe en sus salones el nombre de Mendez Nu-
ñez , otro le consagra un monumento , cuál le declara su
hijo adoptivo, otro solenizaba la victoria con una funcion
cívica o relijiosa , i todos sin escepcion elevan un altar
dentro de su corazon al que supo elevarse en su estima-
cion por su modestia, por su bizarría , por sus conoci-
mientos i por su gran corazon.
Hai hechos que España ha justificado mas ruidosa-
mente que el combate del Callao de la campaña del Pa-
cífico ; ninguno, sin embargo, será mas ardientemente
celebrado, ninguno mas popular ni mas digno de ser-
lo ." (1 )

XVIII

No fueron ménos entusiastas , calorosas i sinceras las


demostraciones a que se entregaron los chilenos en honor.

( 1) BAUTISTA. Obra citada, páj. 179


375

i aplauso de sus esquivos i a las veces recelosos aliados .


Súpose la noticia en Valparaiso i en Santiago, primero
vagamente por el recien establecido telégrafo de Co-
quimbo el 10 de Mayo i en seguida por el vapor Perú el
12 de Mayo a las 9 de la mañana ; i dióse inmediatamente
al público en un boletin que iba encabezado con estas
palabras : "Gloria a los defensores del Callao! Honor al
pueblo i al gobierno de Lima!" Organizáronse inmedia-
tamente espontáneas manifestaciones de patriotismo i de
fraternidad . Cubrieron las ciudades con los pabellones
aliados , salieron a las calles las músicas marciales ento-
nando los himnos del Perú i de Chile, i las campanas ,
estas sonoras larinjes del pueblo, echáronse a vuelo.-
"Valparaiso i Santiago , decia uno de los diarios de esa
época, se ostentaron orgullosos con la gloria de nuestro
aliado . El tricolor nacional flamea en todos los edificios
i el pueblo se entrega a las demostraciones del mas puro
júbilo ."
El ultraje de Valparaiso estaba vengado!

XIX

El gobierno de Chile , por su parte, envió a su aliado


las congratulaciones que le eran debidas , en el siguiente
despacho oficial que hoi no
no puede leerse sin la conmise-
racion que espera a los espíritus altos las ruinas profun-
das i sus escombros insondables :

A don Marcial Martinez, Encargado de Negocios de Chile en el Perú.

Santiago, Mayo 15 de 1866..

La noticia del sangriento combate que con tanto de-


nuedo i pericia como fortuna sostuvieron el 2 del presente
las baterías del Callao i tres pequeños buques de la
armada peruana contra la escuadra enemiga, ha desper-
tado entre nosotros el mas vivo i jeneral entusiasmo i un
49
376

sentimiento de justa admiracion hacia los heróicos defen-


sores del Callao y hacia el digno gobierno del Perú, que
tan bien ha sabido dirijir i secundar los esfuerzos de ese
noble pais. Aunque ya han trascurrido cinco dias desde
que los telegramas de Coquimbo nos comunicaron los
primeros informes sobre este fausto i memorable suceso,
el ánimo público se encuentra todavia esclusivamente
dominado por las gratas i profundas impresiones que la
noticia ha producido en todos los pueblos de la república
a donde ha llegado hasta hoi .
Como verá V. S. en el BOLETIN DE NOTICIAS , el gobierno
se ha asociado por todos los medios de que dispone, a
las universales i espontáneas demostraciones de alegria
i a los fervientes aplausos con que el público ha cele-
brado la brillante victoria del 2 del presente . Nada mas
natural i debido, pues esa victoria, al paso que ha cubierto
de honor las armas del Perú, ha hecho dar un gran paso
en el camino del triunfo final a la justa causa de las repú-
blicas aliadas . El Perú ha merecido bien de la América,
cuyos destinos están íntimamente enlazados con la suerte
de esa gran causa .
Nuestra satisfaccion ha sido , empero, menoscabada
por la contemplacion de las irreparables pérdidas que
el triunfo del Callao ha impuesto a esa república . La
mayor de todas, la muerte del Excmo. señor don José
Galvez , Ministro de Guerra del Perú, nos ha contristado
profundamente. El Perú, la América entera, ha perdido
en él uno de sus mas ilustres hijos . El señor Galvez , no
fué estraño en su carrera pública a ninguno de los gran-
des negocios que ocupan la actividad del hombre de
Estado en la paz o en la guerra, i en la conducta de todos
ellos , dió pruebas incontestables de su escojida inteli-
jencia, de su alto carácter, de su rara enerjía . No satis-
fecho con las fatigas del gobernante , quiso arrostrar los
peligros del soldado , i sucumbió gloriosamente defen-
diendo a su pais . Por hermosa que haya sido su muerte,
no podemos dejar de llorarla considerando cuán útil í
preciosa era su existencia .
Tales son los sentimientos que nos animan i de que
participa la república toda. Haciéndose intérprete de
ellos , espresará V. S. a nuestro noble i buen aliado el
377 ―

gobierno del Perú por el órgano de S. E. el secretario de


Relaciones Esteriores , nuestras fraternales felicitaciones
por la victoria del Callao i nuestro sentido pésame por
la muerte del señor Galvez i de los demas valientes a
quienes cupo el mismo fin de ese gran ciudadano
27 .
Dios guarde a V. S. -ALVARO COVARRUBIAS . (1)
La rota de hoi i por siempre despedazada fraternidad
americana habia dicho su última palabra .

(1) En el anexo encontrará el lector las felicitaciones que, adelantán-


dose al gobierno de su pais , como era justo i debido , envió el ministro
Martinez al gobierno del dictador Prado el 4 de mayo de 1866 , i una
nota de honor que varios ciudadanos de Santiago enviaron el 2 de junio
al jeneral Prado ofreciéndole el obsequio de una espada.
Publicamos tambien en el anexo el parte compendioso del combate del
mayor jeneral de la escuadra española i el del comodoro Rogers que allí
tambien se halló presente .
ANEXOS

NOTA DE CONGRATULACION DEL MINISTRO DE CHILE EN EL PERÚ POR


EL COMBATE DEL DOS DE MAYO

Legacion de Chile en el Perú.

Lima, Mayo 4 de 1866.

Habia diferido hasta este momento la satisfaccion del mas grato


de los deberes , que, sin duda, me cabrá llenar en el curso de mi
mision, porque esperaba que el español buscase , al dia siguiente
de vergonzosa derrota , su desquite, atacando por segunda vez las
fortificaciones del Callao . Pero, acabo de saber que la flota ene-
miga abandona el son de combate, i que las naves de guerra neu-
trales vuelven a sus antiguos fondeaderos. La victoria debe darse ,
pues, por consumada.
El Perú, no solo ha lavado la mancha del 14 de abril, sino que
ha vengado a la América i principalmente a mi patria. Esta va-
liente i noble nacion ha cumplido , con usura, los deberes que
contrajo al levantar el grito en contra del ominoso tratado de 27
de enero de 65. La España debe tomar mui en cuenta que el Perú
solo ha sabido i podido sofrenar su altanera arrogancia i poner a
raya su sórdida ambicion. El demente jefe, que acaba de recibir
la mas merecida de las humillaciones , i que acaso ha pagado con
la vida la insolencia de su manifiesto de 26 del próximo pasado
abril , se convenceria de que un pueblo noble no se deja castigar
por desarmados , i que antes bien inflije al que se atreva a inju-
riarlo la pena que merece.
La heróica defensa del Callao ha conquistado al Perú, a su dig-
379

nísimo mandatario Supremo, al Gabinete que con tanta fé i abne-


gacion lo ha secundado en sus tareas , al valiente ejército i marina
de la Nacion, un dia de inmarcesible gloria. Mi gobierno i el pue-
blo de Chile, celebrarán el triunfo de las armas de esta República
hermana i aliada como propio, elevarán al cielo accion de gracias
por tan fausto acontecimiento . El 2 de mayo será en adelante no
solo una época notable en las efemérides americanas , sino un ani-
versario de gloria i de honor para las repúblicas aliadas . Será tam-
bien, tal es mi opinion , el principio de una nueva era para este
Continente.
Pero la obra no está aun terminada. Esas naves , que cobarde-
mente huyen de las aguas del Callao , deben ser el patrimonio de
las repúblicas americanas , el trofeo de la victoria. Estoi persuadi-
do de que el ilustre jefe supremo habrá visto, con profundo pesar,
que por el momento se escapan a su valor i a los medios de que
ha podido disponer. Mas tarde se hará la justicia por entero.
¡ La dignidad , la tranquilidad de la América se ha salvado!
Una pena intensa ha venido a cortar la estension del regocijo
popular ; el gran ciudadado José Galvez ha muerto . Yo lo he sen-
tido como americano i como amigo . Era un gran corazon , un alma
elevada, una intelijencia sobresaliente. Su sangre será fecunda
para la gloria de esta hermosa nacion.
Reciba V. E. el ardiente pláceme, que corresponde a la victoria ,
i el sentido pésame por el fallecimiento del H. secretario de gue-
rra i marina .
Con sentimiento de alta i distinguida consideracion , me suscri-
bo de V. E. humilde i S. S.

MARCIAL MARTINEZ .

II

NOTA DE UNA COMISION DE CIUDADANOS DE SANTIAGO OFRECIENDO


UNA ESPADA DE HONOR AL JENERAL PRADO , DICTADOR DEL PERÚ.

Santiago de Chile, junio 2 de 1866 .


Señor :

El triunfo obtenido por las armas peruanas en el memorable 2


de mayo sobre las naves españolas en el puerto del Callao ha sido
considerado por el pueblo chileno como un triunfo de nacionales ,
cuyas glorias le alcanzan , aun cuando no haya tenido la suerte de
compartir con el pueblo peruano en ese dia las fatigas i los peli-
gros del combate . El pueblo chileno, que no ha escaseado jamas
los sacrificios en defensa de su honra i de la honra americana so-
380

bre admirar i estimar los denodados esfuerzos hechos por el pue-


blo peruano para rechazar al enemigo comun de la América que
comenzó por ajar la dignidad del Perú, que creyó despues fácil
humillar nuestra patria, i que ha concluido por encontrar su es-
carmiento en las aguas del Callao, despues de haber recojido tam-
bien la vergüenza en las costas de Chile. Esta mancomunidad de
esfuezos iniciada con gloria en los canales de Abtao, unida a la
santidad de los motivos que le han dado orijen i que forman la
base de la alianza entre Chile i el Perú, estrechará mas los vín-
culos que unen a ámbos pueblos en la guerra i en la paz , i hará
que las prosperidades i desgracias del uno se consideren prospe-
ridades i desgracias del otro . La alianza las constituirá tambien
en guardianes de los principios tutelares de la América, a cuya
sombra las repúblicas americanas se desarrollan i crecen venturo-
samente.
Pero en las glorias que el Perú ha recojido os cabe a vos una
parte mui principal, que ha contribuido a despertar en el jeneroso
pueblo chileno hondas simpatías hácia vuestra persona i una justa
admiracion por vuestras virtudes cívicas . Habeis sido en verdad
el representante de la honra i del civismo peruano , pues , cuando
vísteis mancillada la primera apelásteis al segundo i confiado en
él alzasteis en la plaza de un pueblo tradicionalmente valiente una
bandera en cuyos plegues escribisteis con audacia este glorioso
mote: guerra a España rejeneracion del Perú.
Desde entónces os consagrásteis al servicio de vuestra patria i
de la América, concluyendo por conseguir el 2 de mayo una vic-
toria que el pueblo chileno , que se apasiona por todas las causas
nobles , ha recibido con sincero aplauso i vivo entusiasmo . Esa
victoria ha venido a probar de nuevo de cuanto es capaz un pue-
blo libre que combate por su honra ; a ofrecer a los Estados ame-
ricanos una leccion alentadora i provechosa i a hacer sentir a
España lo que puede prometerse de su injusta i temeraria guerra
con las repúblicas americanas.
Habeis coronado vuestra obra dando un ejemplo de moralidad i
un testimonio de fidelidad a vuestras promesas, i habeis recojido
en premio el agradecimiento de vuestra patria, el título de gran
ciudadano americano i la estimacion respetuosa del pueblo chileno .
Una prueba de esto último es la espada que a nombre del pue-
blo de Santiago os ofrecemos i que en poco tiempo mas os será
presentada por una persona comisionada al efecto.
No mireis en ella mas que la ofrenda de un pueblo que se com-
place en honrar el mérito i en rendir homenaje a los americanos
que en servicio de las grandes causas i en los grandes peligros se
consagran con todo el ardor i la abnegacion que inspira el patrio-
tismo . Para el pueblo chileno la América es la patria.
Está seguro el pueblo chileno que esgrimereis esa espada con
honor siempre que se trate de rechazar a los que trataren de hu-
6

- 381

millar la dignidad de la America o del Perú. Ella simboliza a la


vez el poder que castiga a la injusticia i la fuerza que conquista
las glorias en la guerra.
Al constituirse los infrascritos en órgano de los sentimientos de
este pueblo, anunciándoos la manifestacion que ha acordado es-
pontáneamente haceros , les es grato aseguraros su personal esti-
inacion i profundo respeto i suscribirse A. A. i S. S.- Rafael
Larrain.- Antonio Varas. - Domingo Santa Maria.- Rafael So-
tomayor.- Guillermo Matta. - Francisco Echaurren Huidobro.

Al señor don Mariano Ignacio Prado, jefe supremo provisorio del Perú.

III

PARTE OFICIAL DEL JEFE DE ESTADO MAYOR DE LA ESCUADRA


ESPAÑOLA .

Comandancia jeneral de la Escuadra de S. M. C. en el Pacifico,


fragata Numancia, » bahia del Callao, 9 de mayo de 1866.
Mui señor mio :

El dia 2 de mayo ha sido bonbardeado el Callao i atacadas sus


formidables baterías i torres blindadas, por la escuadra española.
Noventa cañones de diferentes calibres, desde 32 a 500 libras el
proyectil contestaron a los primeros de nuestros buques . Al ter-
ninar el dia i despues de cinco horas de fuego, solo tres cañones
peruanos contestaban a nuestros tiros. Las torres blindadas mal-
tratadas por nuestras granadas quedaron inutilizadas a los tres
cuartos de hora de combate. En una de ellas murió el ministro
Galvez e injeniero Borda.
La escuadra cesó el fuego con el dia, dando tres entusiastas
vivas a la reina, con las dotaciones en las jarcias de los buques ,
dejando destruida gran parte de la poblacion i mudos 87 cañones .
El enemigo ha sufrido grandes pérdidas , ascendiendo las bajas
confesadas por ellos a 350. Entre los muertos se cita Galvez ,
Borda, comandante de marina García, coronel Baquero i otros .
En la escuadra hemos tenido 140 entre muertos i heridos, 38
de los primeros, entre los que no se cuenta ningun jefe ni oficial .
El brigadier Mendez i capitan de navío Topete han sido heri-
dos , pero ninguno de gravedad . Los buques han esperimentado
averías de mas o ménos consideracion , pero todas están remedia-
das a esta fecha. La Berenguela bastante espuesta a irse a pique
por efecto de un proyectil de a 300 libras que, atravesando sus
382

costados, le hizo por el que salió, una brecha de catorce piés de


largo por cuatro de alto .
El castigo dado al Perú por España ha oido proporcionado a la
alevosa e inicua conducta de esta república.
Reitero a V. S. las seguridades de mi distinguida consideracion
i aprecio. (Firmado ) R. O. - MIGUEL LOBO .

IV

PARTE OFICIAL DEL COMODORO RODGERS SOBRE EL COMBATE


DEL CALLAO.

Vapor Vanderbitl, en la mar, 13 de mayo de 1866.

Señor:

Tengo el honor de comunicar a US . que el almirante español


Mendez Nuñez dirijió el 27 de abril una carta al cuerpo diplomá-
tico en Lima, declarando que el puerto del Callao quedaba blo-
queado desde aquella fecha ; i otra justificando la conducta de
España, i anunciando que concedia a los habitantes neutrales un
plazo de cuatro dias, para que pusiesen en seguridad sus personas
i propiedades antes del bombardeo de la ciudad, que tendria lugar
el 30 de abril . El almirante Pearson hizo anclar a nuestros bu-
ques de guerra a tiro de cañon de las fortificaciones del Callao.
Los buques mercantes se habian colocado algunos dias antes fuera
de la línea de operaciones. Creíase que el ataque principiaria el
1.º de mayo, dia en que terminaba el plazo concedido a los neu-
trales , pero la escuadra española no se hizo a la vela hasta las
diez de la mañana del 2. Los buques emplearon algun tiempo en
formar sus líneas, i a eso de las once se pusieron en marcha en
dos direcciones para atacar las defensas del Callao . La primera
division a las órdenes del almirante Nuñez , compuesta de la fra-
gata blindada Numancia de 7,000 toneladas, i de las fragatas
Blanca i Resolucion, se dirijió a lo largo de la isla de San Loren-
zo, para atacar las baterías situada al sur del Callao ; miéntras
que la fragata Villa de Madrid, Berenguela i Almansa , pasando
por enfrente de los buques nacionales i mercantes anclados en la
bahía, se dirijieron paulatinamente hácia las baterías peruanas
situadas al norte.
A medida que los buques se acercaban a las baterías , acelera-
ban su marcha, i por fin se pusieron rápidamente en facha. A la
una ménos cuarto se disparó el primer cañonazo, creo que por la
383 1

Numancia, siendo contestado inmediatamente con dos , disparados


por una de las baterías del sur. La escuadra española tenia uno
240 cañones, casi todos de a 32. La Numancia estaba armada
con piezas de a 68, como igualmente la corbeta Vencedora , de tres
cañones , se mantuvo de reserva para remolcar, si necesario fuese,
i, segun presumo, para protejer a los trasportes ,
Las baterías peruanas montaban en todo 45 cañones ; cinco de
ellos de a 450 , modelo de Backeley, i cuatro cañones Armstrong,
de a 300, montados en torrecillas de hierro ; los restantes eran de
a 32 .
En la creaccion de las baterias se habian empleado principal-
mente sacos de arena, protejidos en parte con paredes de ladrillo,
i algunas de ellas con adobes. El fuego por ámbas partes no tar-
dó en ser sumamente vivo . A eso de las dos , la Villa de Madrid
largó las velas de foque i mayor de capa, i se retiró del combate.
Hizo algunas señales i fué remolcada por la Vencedora, porque el
vapor se escapaba en abundancia cerca de la línea de flote. Poco
despues se retiró tambien la Berenguela tumbada hácia un lado
por cuyas portas salia mucho humo. Poco ántes de retirarse re-
ventó, en la línea de flote i al estremo opuesto de la batería, una
nube de polvo negro. Creo que una bala penetró en la carbonera
i la atravesó de parte a parte .
La Almansa fué a reunirse a la primera division empeñada con
las baterías del sur, i la Resolucion i la Blanca se retiraron a las
dos i media, dejando a la Almansa i la Numancia empeñadas en
el combate. Estos dos últimos buques se retiraron a las cinco mé-
nos cuarto, i los peruanos siguieron haciéndoles fuego hasta que
los buques se hallaron fuera del alcance de los cañones de las ba-
terías. La accion empeñada por los españoles fué sostenida por
ambos lados con valor i constancia. Los cañones peruanos, que
todos estaban en barbeta no cesaron de hacer fuego; i creo que
los españoles solo lo suspendieron cuando se les acabaron las mu-
niciones. Dicese que los muertos i heridos en las baterías ascen-
dieron a unos ochenta.
En una de las baterías blindadas , reventó una bomba que hizo
volar el depósito de pólvora i desmontó los cañones , en esta es-
plosion fue hecho pedazos el señor Galvez , ministro peruano de
Guerra i Marina : persona snmamente hábil i de opiniones libera-
les, cuya muerte es una gran pérdida para la república.
Dícese que el dictador se halló en todas partes durante lo mas
récio de la pelea, animando i estimulando à la tropa , i dirijiendo
las baterías . Ignoro el daño que sufrió la escuadra española ; pero
sus pérdidas fueron seguramente considerables. Es evidente que
varios buques sufrieron grandes averías. Creemos que los españo-
les no se acercaron mucho a las baterías, porque sus balas caian
en el agua. La presencia de algunos petardos debió hacerles an-
dar con precaucion . Al regresar de una visita de despedida , el
50
384 ---

almirante Pearson recojió un petardo que flotaba cerca de nues-


tros buques . Era un barril encarnado que contenia cincuenta li-
bras de pólvora húmeda, con algunas varas de alambre aislado,
i que penetraba en el petardo para producir la esplosion por me-
dio de una batería galvánica. Tan pronto como la Villa de Madrid
i la Berenguela echaron el ancla, envié al cirujano mayor doctor
Pecke, para que ofreciese sus servicios , los cuales fueron aceptados
por el cirujano de la Villa de Madrid; pero abordo de la Beren-
quela los oficiales le rodearon en el portalon i le dijeron que agra-
decian infinito su bondad, pero que no necesitaban sus servicios .
Cuando la Numancia echó el ancla, envié abordo al doctor John-
son, mientras que el doctor Pecke que habia regresado al Van-
derbilt, fué a tierra afrecer sus servicios a los peruanos. Por el
doctor Johnson supe, con sentimiento , que el almirante Nuñez ha-
bia sido gravemente herido por las astillas que saltaron ; i que sus
heridas no bajaban de ocho en la cabeza, brazos, piernas i costa-
do . El doctor no pudo ver al almirante, i temo que sus heridas
sean mui graves .
Las baterías peruanas sufrieron mui pocos daños , i las autori-
dades confiaban en que al dia siguiente del bombardeo estariau
mejor preparadas que antes para resistir un ataque. Los peruanos
tenian dos buques blindados uno el Loa con un solo cañon de a
68, montado en una torrecilla, i otro la Victoria construido por
el estilo de los monitores confederados cubierto con rieles del fer-
rocarril i con un cañon de a 68 en cada estremo . El monitor reci-
bió diez balazos, pero no sufrió averías. Ignoro cómo fué tratado
el otro . Habia ademas otros buques menores de guerra, pero su
artillería era demasiado lijera i ademas estaban asegurados en el
muelle.
Tengo el honor de ser de US . obediente servidor .

JOHN RODGERS . -Comodoro.

Al H. Gedeon Welles, ministro de Marina de los Estados Unidos de Norte América.


CAPÍTULO XIX

DESPUES DEL COMBATE

¿A quién perteneció la victoria del Callao?-Comparacion de bajas en los combatientes,


i enorme proporcion de las que sufrieron los peruanos.- Las averías de los fuertes i
de los buques.-Comparacion de cañones.-Estado moral de los combatientes.- Los
peruanos tiran demasiado temprano en Abtao i demasiado tarde en el Callao. - Alo-
cucion de Mendez Nuñez a sus tripulaciones.-Entierro de los muertos en San Lo-
renzo i su exhumacion en 1882.-Reparacion de averías.-El torpedo de 5 de mayo.-
Juicio critico sobre el combate del Callao bajo el punto de vista naval i estratéjico.
-Cargos que el historiador Pírala formula contra Mendez Nuñez.-Análisis de éstos
i su refutacion.- Los consejeros póstumos.-Acuerdo sobre el heroismo de los espa-
ñoles, i cómo éstos han enseñado a sus hijos el arte de la guerra.

Fatigados fisicamente de pelear, porque en el cañon


aun el mas robusto músculo cede (no así el alma del va-
liente que es acero) , retiráronse los españoles con la úl-
tima luz del dia i en el último lampo de sus movibles ba-
terías a su fondeadero de San Lorenzo .
Ambos combatientes proclamáronse victoriosos , i es-
ta era i ha continuado siendo estrictamente la verdad ,
porque unos i otros , los peruanos pisando el suelo de su
patria , tantas veces vilipendiada , los españoles dentro
de los baluartes de madera de su nacion , cumplieron has-
ta el último momento de la lucha , su heroismo verdade-
ro los unos , i los otros su noble deber.
"No es posible, continúa diciendo honrosamente de los
últimos i a este mismo propósito el compajinador de las
glorias españolas en el Pacífico, no es posible negar que
386 ---

los peruanos se batieron bizarramente. Numerosos ras-


gos de heroismo i temerario valor realizaron nuestros
enemigos . Sobre la condicion indolente de aquel pueblo
resplandeció la bravura que le es innata, bravura que, con
el fragor del combate, se robustece en vez de aminorar,
i la que si no le conduce siempre a la victoria , es por su
carencia de actividad, de constancia i prevision ; dotes
que suelen ser patrimonio de los chilenos . En el comba-
te del Callao sufrieron los peruanos pérdidas de gran
consideracion ; pronto fueron insuficientes los hospitales
de sangre para contener a los heridos , de los que muchos
perecieron por faltarles una inmediata asistencia ; la tor-
peza de su gobierno en haber colocado varios batallones
en los fosos i en las cercanías de los fuertes (¡por si los
españoles intentaban un desembarco !) fué causa de que
tuvieran mayor número de víctimas ; sin embargo , la
lucha terminó ; casi todos los cañones fueron desmonta-
dos i los defensores del Perú no estaban abatidos .

II

¿Pero de quién fué la victoria? Si debemos deducirla


por el número de bajas que sufrieron ámbos belijeran-
tes, de éstas correspondieron a la escuadra 194 , entre
muertos , heridos i contusos , i al Callao cerca de 2,000 ,
segun datos de su prensa . De esta comparacion resulta
que las bajas de la escuadra fueron una décima parte de
las que tuvo el enemigo , debiéndose advertir que, a es-
cepcion de la Numancia, los tripulantes de todos los bu-
ques se batian en condiciones aun peores que a pecho
descubierto, puesto que los muros de madera eran tras-
portados por las balas sin dificultad i todo objeto que
tocaban salia convertido en mortífero proyectil . Véase
que bajo el punto de vista de las bajas el triunfo corres-
pondió a los buques españoles .
387

III

Tuvieron en efecto los españoles solo dos oficiales


muertos , los guardia marinas Rull i Godinez , i heridos a
Mendez Nuñez , a Topete i al guardia marina Bastarrate .
En cambio los peruanos perdian , ademas del ilustre
ministro Galvez, que habia sido el alma de la defensa ,
cinco coroneles ( Montes , Zamora, Baquero, Borda i Za-
bala) , este último ¡ rara singularidad ! hermano del minis-
tro de la guerra en España , el jeneral don Juan Zabala,
al valiente capitan de corbeta don Raimundo Cárcamo i
no ménos de veinte jefes i oficiales , ademas de otros tan-
tos heridos , muchos de los cuales tambien sucumbieron.
En esta parte la ventaja militar de los españoles fué
evidente sobre sus adversarios , pero ello por lo mismo
deberia ceder en abono del inquebrantable denuedo de
los que defendian lo que hoi es la tierra mas cara para
el hombre, su propia tierra. (1)

(1) Entre los jefes i oficiales muertos del ejército del Perú figuraban el
sarjento mayor don Francisco Bolívar, veterano de la independencia de
68 años de edad ; el capitan don Andres Vijil ; id. don Juan Sal-
cedo ; id. don Dionisio Cortes ; id. don Pedro J. Valdes ; id. don Nicanor
Vasquez ; id. señor Moron : teniente don Florencio Olazo ; id . don José
R. Øjeda ; id . don Jorje Paiva ; subteniente don Abel Ordoñez ; id. don
Abel Galindez ; id . don Manuel D. Cortes ; id. don Julio Guillen ; id. don
Dámaso Quispe ; id. señor Paredes ; alférez don Isaac Cornejo ; id. de
fragata don Juan Antonio Villamar ; subteniente Zabala, etc ,
Los jefes i oficiales heridos fueron los siguientes : coroneles Solis , Zu-
biria, Delfin ; comandantes García, Obrien, Mascaró , Lara, Velezmoro ,
Lagomarsino ; capitanes Palomino, Callirgos, Naranjo, Arrazoles , Fuen-
tes, Mavor La Puente, tenientes Barraza, Nieto, Delboy, Cárcamo, Ba-
zo, Valcárcel, Odrio, Castañeda, Rojada, Necochea, Urquijo, Valdes,
Ochoa ; subtenientes Reyes, Bueno, Llanos , Machuca , Novoa, etc.
Por los datos que anteceden se puede deducir que a cinco bajas habi-
das entre la oficialidad de los buques , correspondieron 60 en la plaza del
Callao o sean once veces mas; si aplicáramos esta proporcion a las 190
bajas sufridas por las tripulaciones, le corresponderian a las clases de
tropa del Callao mas de 2,000
388 ----

IV

Si la victoria ha de deducirse, continuaba diciendo i


demostrando a este respecto el autor concienzudo , pero
no siempre curado ni ileso del irresistible i motivado deli-
tos de parcialidad a los suyos , si la victoria ha de dedu-
cirse por las fuerzas efectivas que permanecieron intactas
despues de la lucha, obsérvese que en el Callao fué volada
una torre, desartillada otra e inutilizadas casi todas las
baterías, como lo prueba el que al concluir el combate
solo disparaban cinco o seis piezas de un mismo fuerte .
En cambio , cuando la escuadra se retiró acaban de reso-
nar 80 cañonazos casi a la vez , que enmudecieron obe-
dientes al mandato de alto el fuego . Las fuerzas del Perú
habian quedado reducidas a una décima parte de lo que
eran al comenzar el combate ; las fuerzas españolas con-
tinuaban estando representadas por el mismo número de
buques i disminuidas (momentáneamente) en una tercera
parte las de sus cañones . Véase tambien que por este
concepto podia la escuadra arrogarse los honores del
triunfo .
¿Es, en fin, que la victoria se debe adjudicar con rela-

Este último número es sin embargo con el triple exajerado.


En cuanto a las bajas españolas del terrible combate, alcanzaron a 194
segun el siguiente cuadro que el señor de Novo publica al final de su
libro :

Buques. Muertos . Heridos . Contusos . Totales .


Numancia 3 13 16
:ཆྤཌ

Berenguela. 10 16 12 38
Villa de Madrid . 13 22 ... 35
Blanca .. 12 19 39
Resolucion 3 3 8 14
Almansa . 9 26 16 51
5
8
:

Vencedora. 1 1

Totales jenerales ...... 43 83 68 194


389

cion, no tanto al resultado como al mérito contraido , es-


to es, a lo que se lograra mas allá de aquello que debia
esperarse fundadamente? Este caso es el ménos dudoso ;
pues ni los chilenos , ni los peruanos , ni los neutrales pu-
dieron colejir que las fragatas españolas , despues de cin-
co horas de fuego a cortísima distancia de los fuertes de
tierra con sus Blackely i Armstrong, resultaran en dis-
posicion de darse a la vela ocho dias despues , todas uni-
das, para atravesar 3,000 leguas de océano.

Hechas estas consideraciones , ocurre preguntar en qué


fundaron los peruanos sus pretensiones del triunfo ; cons-
ta que en Santiago de Chile, al recibirse la noticia del
combate, disimularon la dolorosa impresion que les hizo
i procuraron ahogarla con fiestas i demostraciones de
alegría. (1 ) Apercibidos en el Perú de las demostracio-
nes de Chile, se persuadieron mas de que su victoria era
indiscutible. En virtud de ello , decretó Prado erejir un
monumento en cuya cúspide se colocaria el busto del
ministro Galvez para perpetuar la memoria del hecho de
armas . Así mismo decretó conceder una medalla a todos
los defensores de la plaza, la que lleva en el anverso :
Callao, 2 de mayo de 1866, i en el reverso : 50 cañones
contra 300. Como se ve, ni al jefe supremo de la nacion
le era dado resistir sus impulsos de exajerar. Véase tam-
bien lo ilójico de medir la proporcion de fuerzas esclusi-
vamente por el número de cañones .

VI

Entre tanto, Mendez Nuñez habia circulado en la es-


cuadra la siguiente alocucion :

(1) Un capitan de caballería de los que custodiaban a los prisioneros


de la Covadonga, dijo acerca de aquellas fiestas : " No sé a qué viene esto ;
ahora así podrán decir que somos unos bullangueros. " (?)
390

"Soldados i marineros : Una provocacion inícua nos


trajo a las aguas del Callao ; la habeis castigado apagan-
do los fuegos de numerosa artillería de grueso calibre,
presentada por el enemigo, hasta el punto que solo tres
cañones respondian a los nuestros , cuando la caida del
dia os obligó a volver al fondeadero.
Habeis humillado a los que , arrogantes , se creian in-
vulnerables al abrigo de sus muros de piedra , detras de
sus monstruosos cañones ; ¡ cómo si las piedras de los mu-
ros i el calibre de la artillería enjendraran lo que ha me-
nester todo el que pelea : corazon i disciplina!
Impulsado por ambas condiciones , que tan sobradas
concurren en vosotros , i movidos por el mas vivo patrio-
tismo , habeis vengado ayer largos meses de inmundos
insultos , de precoces denuestos .
I si despues del castigo que vuestro valor ha impues-
to al gobierno del Perú, apagando los fuegos de sus ca-
ñones, i primero que todos , los de aquellos cuyos proyec-
tiles creia que sepultarian nuestros buques en estas
aguas , i de haberle destruido una parte de su mas im-
portante poblacion marítima , osa presentar ante nosotros
las naves blindadas que con tanta arrogancia anuncia
ese mismo gobierno como infalibles destructoras de las
nuestras , dejadlas acercarse, i entónces respondereis a
sus cañones monstruos saltando sobre sus bordas i ha-
ciéndolas bajar su pabellon .
Tripulantes todos de la escuadra del Pacífico : Habeis
añadido una gloria mas a las infinitas que rejistra nuestra
patria : la del Callao .
Os doi gracias en nombre de la reina i de la patria .
Ambas os probarán en todo tiempo , en todas cir-
cunstancias su comun agradecimiento .
Ambas i el mundo entero proclamarán siempre, i así
lo dirá la historia , que los tripulantes todos de esta es-
cuadra, no dejaron por un solo momento de ser modelo
de la mas estremada abnegacion , del mas cumplido
valor.
Vuestro comandante jeneral , -CASTO MENDEZ NUÑEZ .”
391

VII

Los españoles muertos en el combate fueron condu-


cidos a la isla de San Lorenzo i sepultados en la parte
inferior de una quebrada, como a 300 metros distante de
la orilla del mar. Despues de cubiertos de tierra , coloca-
ron en la fosa una hilera de piedras grandes para que
fuese reconocido el sitio , si los estragos del tiempo hicie-
ran desaparecer la sencilla cruz que enclavaron en tan
solitaria comarca . ( 1)

VIII

La escuadra habia sufrido averías de mui poca consi-


deracion atendido a lo que se debia esperar. La Numan-
cia recibió 52 proyectiles , que apénas dejaron rastro de

(1) Por las señas que dió en Madrid el almirante Topete, i en Lima
un antiguo encendedor del faro de San Lorenzo llamado Gabriel Huer-
tas , se descubrieron en una ensenada los restos de aquellos valientes i
fueron sepultados con grandes honores militares , tributados por el ejér-
cito chileno en noviembre de 1882 , facilitando esta circunstancia la
deseada paz con Chile que en el dia en que escribimos es un hecho rea-
lizado.
Habia en San Lorenzo un antiguo cementerio de estranjeros, pero en
él no se encontraron sino los restos del condestable de la Numancia Jo-
sé Gomez , fallecido el 30 de junio de 1865 , i los del fogonero de la Be-
renguela Melchor Varela.
Hé aquí ahora la noticia mas estensa que de la sepultacion de sus
compatriotas muertos el 2 de mayo envió el almirante Topete con fecha
3 de agosto de 1882 al ministro de marina de su pais, i que éste trasmi-
tió para su verificacion al ministro español en Lima don Enrique Va-
llés... « El fuerte convoi desembarcó en una pequeña ensenada donde
existia un edificio de madera abandonado, continuando tierra adentro ,
en direccion próximamente al N. E. , dando sepultura a aquellos glorio-
sos restos en una meseta, la mayor que debe haber, despues de recorrido
medio kilómetro i a media altura de la total del monte, espinazo de la
isla. Al S. O. próximamente domina un pico tajado, que tal vez sea el
único de la citada isla. Esto es cuanto tengo el gusto de informar a
V. E., cumplimentando lo que me previene en su citado oficio.» >
51
392

su choque en el blindaje ; solo uno de Armstrong logró


atravesarlo i penetrar 25 centimetros en el almohadillado
de teca . Fué el balazo tan bien dirijido , que si la fragata
no hubiera estado acorazada, habria determinado su
inmersion inmediata, pues al salir por el costado opuesto
lo hubiese hecho tan por debajo de la línea de agua , que
todo remedio habria sido inútil . La Almansa recibió 60
balazos , de los que la mayor parte quedaron embutidos
en los tablones de forro i cuadernas , lo que revelaba
lo excelente de su material. La Berenguela , ademas
de los dos enormes proyectiles que la obligaron a
retirarse del combate, recibió otros muchos de poca
importancia . La Villa de Madrid tuvo cinco balazos , de
los cuales el primero fué el que echó a rodar 36 hombres
e inutilizó la máquina, i el cuarto i quinto, proyectiles
Blackely de 500 , que le destrozaron un bote i parte del
aparejo. La Resolucion tuvo 30 balazos que la hicieron .
poquísima avería, i la Blanca recibió otros tantos , nin-
guno de importancia. (1 ) La goleta Vencedora salió ilesa
del combate, a pesar de haberlo sostenido sin interrup-
cion i ocupando los puntos de mas peligro. De todos
nuestros buques la Almansa fué la que mayor número de
proyectiles disparó : éstos pasaron de 2,000 .

IX

Todas las averías se remediaron fácil i prontamente ;


tan solo las de la Berenguela exijieron el concurso de los
demas buques , i como se carecia casi en absoluto de

(1) Las poco importantes averías que sufrieron se esplica sencillamen-


te : mientras estos buques (relativamente débiles ) se dirijian a las forta-
lezas, no les hicieron fuego los cañones monstruos , obedientes a un
malísimo cálculo ; entónces hubieran podido herirles con eficacia, pero
despues que se colocaron tan cerca, todos los grandes proyectiles les pasa-
ron altos . En el Callao se perjudicaron los peruanos por haber roto el
fuego demasiado tarde, así como en Abtao tambien por haberlo hecho
demasiado pronto. Si en Abtao hubieran esperado mas, probablemente la
Villa de Madrid habria seguido avanzando hasta encallar en las restingas.
393

recursos para remediarlas , se hubo de echar mano a los


materiales de una casa edificada en la isla de San Lo-
renzo con grandes tablones de pino rojo ; hallazgo pro-
videncial i sin el que acaso habrian quedado mui imper-
fectas las obras que se hicieron a la fragata.

En la noche del 5 de mayo se promovió una alarma


estraordinaria entre los buques , cuyo desórden , atolon-
dramiento i falta de seriedad , solo puede hallar disculpa
en lo grave del motivo que lo produjo. Es el caso que
uno de los botes de ronda vió acercarse a un vaporcito ,
del que se destacaba i huia un pequeño bote tripulado
por un hombre. Imajinando que el vaporcito condujera
un torpedo, le disparó un cañonazo, que no interrumpió
su marcha ; el bote de ronda encendió una luz de ben-
gala , como señal convenida. La Berenguela le envió una
bala, i luego otra i otra, a riesgo de herir a la Resolucion
i trasporte Mataura que estaban por su traves . El vapor-
cito tocó en el costado del Mataura i luego siguió mar-
chando , deteniéndose al fin en unos tablones que flotaban
cerca de la Berenguela; inmediatamente se arrojaron a él
el alférez de navío don Manuel Aleman, el guardia-
marina Rodriguez , un maquinista i varios marineros ,
para apagar sus hornos . Era en efecto un torpedo , cuyo
aparato habia quedado inutilizado por un proyectil de la
fragata que chocando en el tubo del percutor lo separó
del recipiente ; éste contenia dos quintales de fulminato .
Una vez desprendido de aquel recipiente , fué el vapor-
cito remolcado a la fragata Numancia, i en lo sucesivo
prestó servicios a la escuadra como una nueva lancha de
vapor.
-- 394

ΧΙ

El análisis o estudio crítico del combate del Callao ,


bajo el punto de vista de la táctica i de las leyes mili-
tares , abarca dos importantísimos i diferentes estremos ,
que pueden concretarse en estas dos preguntas :
Primera. -¿Debió atacar la escuadra a las fortificacio-
nes del Callao en la forma i modo que lo efectuó?
Segunda .—¿ Debió dar por terminada la lucha despues
de las cinco horas consecutivas de fuego , o debió volver
al siguiente dia o algunos mas tarde para reanudar el
bombardeo i hacer mas patente su victoria?
Creo que hoi , es decir, 17 años despues de realizado
aquel combate (con el plano bajo los ojos , sentado en su
gabinete i no de pié sobre el puente de la Numancia
como Mendez Nuñez ) , a cualquier marino de guerra se
le ocurriria acerca del primer punto este severo razona-
miento :
"Las posiciones tomadas por la escuadra para batir a
las fortalezas, fueron tan poco estratéjicas que dificil-
mente se hubieran podido elejir peores . Esto revelaba
un valor temerario, una altivez sin límites i una ciega
confianza, no ya solo en el arrojo i esfuerzo de nuestra
marina , sino en la proteccion de la fortuna . Si , como era
mui factible, hubiesen echado a pique a la mitad de los
buques en sus sitios de combate, al regresar Mendez
Nuñez a la península habria hallado dispuesto un con-
sejo de guerra que le increpara, diciéndole : ¿ Qué has
hecho de la escuadra que confié a tu pericia i no a tu
temeridad?
"Con el plano bajo los ojos hubiérasele demostrado
que la escuadra podia haber hecho un bombardeo eficaz
i poco peligroso ; colocada una division al sur de la pobla-
cion, o sea teniéndola enfilada al norte ; para ello hubiese
pasado por la parte sur de la isla de San Lorenzo, avan-
395

zando hacia el este hasta ménos de una milla distante


de tierra, en cuya situacion tendria un fondo de cuatro
brazas en adelante i ancho espacio para maniobrar. (1)
La otra division hubiérase colocado frente a las baterías
de Santa Rosa , Abtao, etc. , desde donde no hubieran
podido ofenderle con eficacia las fortalezas del norte, que
quedarian entónces distantes cerca de dos millas . Toma-
das estas posiciones , la primera division desde el sureste
de la punta del Callao habria logrado batir i poner irre-
misiblemente en fuga a todos los artilleros de las baterías
del sur, colocados entre dos fuegos i sin poder revolver
la mayor parte de sus cañones emplazados al norte ; ata-
cadas , pues , los baterías por el frente i por la espalda,
no mas que algunos minutos hubieran tardado en ser
abandonadas i desmontadas todas las piezas vistas al
descubierto desde la parte sur. Conseguido este primer
fácil triunfo, habríase incorporado la primera division a
la segunda, i unidas dirijido entónces todos los fuegos
sobre las baterías del norte, que por razon natural se
hubieran reducido al silencio mas prontamente que ata-
cadas como lo fueron solo por dos buques . Una vez con-
seguido este resultado , habríase puesto el sello a la
victoria con el bombardeo de la poblacion.
"Ahora bien: ¿qué reproches podrian hacer al jefe
español los enemigos i neutrales por haber elejido el
punto mas conveniente de ataque? ¿Pudiera suponerse
cobardía el no afrontar simultáneos todos los elementos
de defensa i de destruccion que el Perú tenia dispuestos?
Pues qué, ¿ acaso por grande que sea la bravura de un
jefe i su afan en demostrarla, puede creerse autorizado
para separarse de los preceptos de la táctica, para des-
preciar todo jénero de estratejia, para prescindir de toda
medida prudente al par que honrosa? Creo que nó. Sé
que ni Mendez Nuñez ni ninguno de los jefes de la
escuadra ( 2) pudieron ignorar nada de lo espresado, i
que si resolvieron presentarse ante las fortificaciones

( 1) La artillería de los buques alcanzaba mui bien a las baterias desde


estas posiciones.
(2) El reconocimiento que hizo Mendez Nuñez en la Vencedora ántes
del combate, fué precisamente por el sur del Callao. Habia pensado ha-
cerlo en la misma Numancia para descubrir mejor las baterías.
396

enemigas en la temeraria i primitiva forma que lo hicie-


ron, fué guiado por el afan de demostrar al mundo , despues
del bombardeo de Valparaiso , que deseaban sostener com-
bate contra todos , absolutamente contra todos los elementos
de destruccion que pudieran oponerles sus enemigos . El
dictado de cobardes que con notoria injusticia i estúpido
criterio les arrojaron al rostro por haber herido una plaza
indefensa, cegó a Mendez Nuñez i le hizo olvidar estra-
tejia, táctica, prudencia, responsabilidades i cordura. En
los puestos que elijió para combatir, ni un solo cañon
enemigo dejaba de ofenderlo , i preciso fué que la fortuna
compasiva llevase una de sus granadas a la torre de la
la hélice
Merced , procurara que la de un buque partiera el
hélice de
alambre eléctrico de los torpedos sumerjidos para que
no estallaran , i que la Resolucion , Blanca i Numancia
lograsen arrancar sus quillas del fango i salir de nuevo
a flote.
"Bien es cierto que habiendo coronado el mejor éxito
la temeraria tentativa, podria decir Mendez Nuñez : Si
afronté el mayor peligro fué por ganar mayor gloria;
convencido de vencer puesto que vencí , mi táctica fué la
mejor, mi triunfo el mas completo, agradezcamelo España.
El ilustre marino tendria razon i la patria se lo agradece ;
pero la crítica no debe sancionar como bueno lo que fué
maravilloso sin ser oportuno ni sabio ."

XIII

El oficial de marina que así razonara, i con visos de


gran acierto analizara la operacion evidenciando la impe-
ricia de Mendez Nuñez , se veria en la imposibilidad de
responder a esta sencilla observacion : Si el ataque a las
baterías del sur por retaguardia o sea con la primera
division era el mas estratéjico , fácil i prudente , ¿ cómo se
esplica que los peruanos hubieran descuidado casi en
absoluto la defensa de aquel punto vendido ? ¿Cómo no
mas que la batería de Zepita (con seis cañones pequeños )
397

tenian dispuesta en la punta del Callao para responder a


un formidable ataque por el sur? ¿ Cómo es que ni un
torpedo , ni una boya se destinaron a aquellas playas ?
Esto parece demostrar tambien que los peruanos dieron
pruebas de total impericia i torpeza... o que tenian razo-
nes poderosas para no temer el ataque por aquella parte
débil. Aun pudiese yo admitir que nuestros enemigos
hubiesen sido imprevisores , ¿pero quién ignora que en la
fortificacion i defensa del Callao tomaron parte activísima
muchos anglo- americanos i que ellos situaron los torpe-
dos i aconsejaron la colocacion de las baterías i otras
muchas cosas? Caigan, pues , envueltos en la misma acu-
sacion de torpes e imprevisores aquellos estranjeros
prácticos i astutos , para venir a esta lójica disyuntiva:
o los peruanos o norte- americanos faltaron a la estratejia
mas rudimentaria, en cuyo caso los españoles tambien
por no haberse apercibido ; o aquellos enemigos nuestros
sabian que eran inútiles las espresadas defensas i des-
lucida o desastrosa la intentona de su ataque , en cuyo
caso los españoles acreditaron su pericia i buen discurso
al huir de una añagaza o de un desengaño . ( 1)

XIV

Todas estas consideraciones i la estraña circunstancia


de que ni enemigos ni neutrales hayan indicado faltas de
estratejia en aquel combate desde que tuvo lugar hasta
hoi , me obligan a recordar cuán fácil es en todos los ca-
sos la emision de la crítica apasionada , i cuán difícil es-
tampar la justa , la verdadera, la que todo lo mide , pesa ,
desentraña i relaciona ; la que solo en firmísimas bases
cimenta su opinion , la que no hallando en fin estas ba-

(1 ) Una de las causas que dificultaban el bombardeo por el sur era el


mucho oleaje que allí reina de contínuo ; las punterías hubieran sido mui
inciertas. Dias antes del combate estuvo fondeada la Villa de Madrid en
aquella costa brava, i se vió obligada a retirarse por efecto del oleaje se
le disparó el cabrestante al levar, ocasionando 13 bajas a bordo.
398 -

ses duda , teme i acaba por decir : Sin fundamento acaso


pudiera menoscabar la fama de un ilustre marino que ya
no puede contestarme i tal vez confundirme ; ante su
sombra ilustre i ante el recuerdo de su gloria , se detiene
la pluma i habla solo el corazon. ¡Mendez Nuñez , honra
de la patria, puesto que venciste , tu táctica fué la mejor
i tu triunfo el mas completo !

XV

Acerca de la segunda pregunta , un escritor español ( 1 )


se ha aventurado a contestarla en esta forma: "Como
quiera que los fuegos de los fuertes no se estinguieron
la tarde anterior, pudo mui bien haberse repetido el ata-
que i debió repetirse al dia siguiente por la Numancia,
Almansa , Blanca i Resolucion , cuyas fragatas habian que-
dado incólumes , o con averías mui lijeras , que fueron
inmediatamente remediadas . Este segundo ataque , por
los términos en que hubiese sido contestado, hubiera
evidenciado el estado en que habia quedado el enemigo ;
i era mas que probable que esto fuera lo que proporcio-
nara la victoria verdadera i completa . El haberse retirado
los buques de la accion antes de apagar totalmente los
fuegos enemigos , dió lugar a que en el Perú se jactasen ,
i sigan jactándose, i no desprovistos de fundamento , que
de ellos era la victoria, porque habian hecho retirar mal
""
trechos a los buques .'

XVI

"Estoi en total desacuerdo , continúa diciendo el jui-


cioso señor de Novo, con el parecer del señor Pirala , cu-
ya reconocida ilustracion no puede , sin embargo, darle
competencia bastante para tratar este asunto . Cierto es
que a primera vista aparece oportuno que la escuadra

( 1) Don Antonio Pirala.- Historia contemporánea, tomo ¡III , páji-


na 316.
399

hubiese repetido el ataque para confirmar su victoria ;


pero esto si no era materialmente imposible , era de mui
de dudosa conveniencia . Habia una gran razon : la esca-
sez de municiones con que se hallaba la escuadra des-
pues de combate ( 1 ) . Al volverlo a emprender pudiéran-
se haber ofrecido dos casos : que la plaza contestara dé-
bilmente al fuego que hiciéramos sobre la poblacion , o
que organizadas de nuevo algunas baterías , respondieran
enérjicamente. En el primer caso nuestras escasas mu-
niciones se hubieran consumido despues de un corto
bombardeo , i en el segundo hubiéramos tenido que re-
troceder despues de quemar el último cartucho , cuando
aun resonaran no pocos cañones peruanos ; en ambos
casos el resultado hubiera sido desastroso , pues habría-
mos hecho la mas evidente demostracion de que nuestros
buques de guerra quedaban sin municiones , o lo que es
igual, sin artillería, sin defensa, sin medios de ataque i
a merced, por tanto, del mas insignificante cañonero ;
cuya certidumbre habria alentado a los enemigos para
perseguir, destruir o apresar a la soberbia escuadra espa-
ñola.

XVII

Nó ; por ningun concepto debió reanudarse el combate ,


dadas las condiciones i circunstancias en que se hallaban
nuestros buques . Despues del ataque los peruanos no se
habian dormido , i aunque lo hubieran hecho no debié-
ramos nosotros , en sana razon , haberlo imajinado . Así ,
pues , aun cuando la escuadra hubiese dispuesto de sufi-
cientes municiones, un segundo combate habria revestido
peligros tan grandes como el primero, cualquiera que
fuesen los daños sufridos por la plaza . Una linea de

(1 ) La gran escasez era de pólvora i de granadas. Balas sólidas habia


en exceso. La escasez de pólvora se esplica bien por la mucha invertida
en los ejercicios al blanco, en el bombardeo de Valparaiso i en los com-
bates de Abtao i Callao.
52
400

torpedos no siempre se logra esquivar ; una granada


Blackely o Armstrong bien dirijida no suele comunmente
alojarse en un casco de madera sino arrastrándolo con-
sigo al fondo del océano, i mermadas así las fuerzas o
por lo menos obligadas a remediar grandes averías ,
¿dónde encontrar recurso para ello?

XVIII

Antes de emitir opiniones de tanta gravedad sobre


este suceso preciso es darse a discurrir, no lo que debian
haber hecho para confirmar su valor hombres que aca-
baban de acreditarse de temerarios , sino que justísimas
causas les habrian impedido realizar lo que se pudiese
suponer un complemento . I entónces veríamos con la
imajinacion a un grupo de buques españoles fondeados.
cerca de una isla desierta, en frente de 1,200 leguas de
litoral hostil , que despues de cuatro años de rudísima
campaña, cuatro años de lucha, de abnegacion , de terri-
bles penalidades , sin haber recibido apénas recursos de
su patria, abandonados a sí mismos i no obstante depo-
sitarios del honor i dignidad de España , acababan de
obtener la aureola del triunfo en desigual combate ; i allí ,
aun manando sangre sus cubiertas , agujereados sus cas-
cos , hambrientas i desfallecidas sus tripulaciones , inva-
didas por el terrible escorbuto, sin víveres casi , sin
pertrechos , disponíanse para atravesar 3,000 leguas de
océano, navegacion que por sí sola constituye una larga
campaña. De esta manera, fielmente imajinada la situa-
cion de nuestros buques en el Pacífico , no deben que-
darnos fuerzas mas que para admirar i aplaudir tanto
heroismo i para terminar diciendo : EN EL COMBATE DEL
CALLAO LOS MARINOS DE OTRA NACION SE HUBIERAN TAL-
VEZ CONDUCIDO CON MAS SABIDURÍA , PERO NINGUNO CON
MAS NOBLEZA E INTREPIDEZ QUE LOS MARINOS ESPAÑOLES . "
- 401

XIX

¡ I qué cosas i qué reflecciones son estas tan parecidas


a las de Chile!

Los españoles pelearon en el Callao, cuando Topete


gritaba hasta oírsele de tierra : ¡Aquí está Topete! i el
bravo Barcáistegui, muerto gloriosamente mas tarde de-
lante de Motrico en brazos del actual capellan de la
Navas de Tolosa en su incendiada Almansa , lacónica pero
heróicamente decia: Hoi no mojo la pólvora!-los espa-
ñoles , decíamos , pelearon en el memorable 2 de mayo de
1866 , tan digno de ser recordado como el 2 de mayo de
1808 , como españoles i "a la española. " I nosotros ¿no
peleamos de igual manera en Pisagua, en Chorrillos i en
Miraflores como sus hijos , es decir, como chilenos i "a
la chilena?"
CAPÍTULO XX

LOS COMBATIENTES ESPAÑOLES EN EL CALLAO

Vida i servicios de don Casto Mendez Nuñez.-Su glorificacion póstuma en 1883.—Un


rasgo de heroismo desconocido.- El mayor jeneral Lobo i adversa fama que dejó en
el Pacífico.-El comandante de la Almansa i el de la Vencedora.- Trájico fin de ámbos.
--Pezuela i su devocion.--- Rasgos biográficos de don Juan B. Topete i su notable carre-
ra de marino.--Su rol en la revolucion de 1868.-- Valcrácel i Antequerra.- Don Clau-
dio Alvargonzalez.---Rasgos biográficos de Fery, comandante de la Covadonga.- Ma-
rinos españoles que aun sobreviven a Mendez Nuñez i a Barcaíztegui.

Imitando con verdadera maestría el sistema histórico


de Tácito i de Tucídedes , el autor castellano de la His-
toria de la guerra de España en el Pacífico , despues de la
accion, introduce en el cuadro vivo i contemporáneo que
abarca su argumento a los personajes que han animado
a aquéllos , i como Homero despues de las hazañas , can-
ta a sus héroes .
De desear habria sido que en esta parte no hubiese el
clásico (si bien en alguno que otro raro pasaje descuida-
do) autor de obra tan completa, acortado de tal modo la
brida de su injenio , a la vez libre i laborioso , en porcion
tan señalada de su tarea , porque en las cosas humanas i
especialmente en las de guerra " el hombre es todo . "
Mas aun así, dentro de sobrio laconismo,. el brillante
cronista español ha sabido trazar con tanta firmeza i co-
lorido los mas salientes perfiles de sus figuras , que és-
tas se destacan de alto relieve en el conjunto i forman
403

una de las faces mas atrayentes i mejor talladas de su


animada relacion .
En este concepto , si bien tildado de excesiva breve-
dad, vamos a presentar en seguida el bosquejo del vale-
roso i magnánimo caudillo Mendez Nuñez, tratado como
Hernan Cortes , con suma i casi oprobiosa ingratitud por
su patria, i en pos el rápido diseño de sus principales
lugar-tenientes en la guerra, para ellas formidable , del
Pacífico, i en la forma que pasamos a copiar.

II

"DON CASTO MENDEZ NUÑEZ nació en Vigo el 1.º de


julio de 1824. Desde 1840 hasta su ascenso a teniente de
navío , diez años despues , no dejó de navegar contínua-
mente i acreditar su aptitud i brillantes dotes como ma-
rino . Mui conocida es la hazaña que llevó a cabo en la
guerra con Mindano , cuando se hallaba mandando el va-
por Narvaez; entónces embistió con el buque la Cottoban-
co, mahometana, i metiendo el botalon de foque por una
tronera del puente , lanzó al abordaje su tripulacion i tras
reñido combate se apoderó de él ; es de advertir que la
columna de ataque por tierra habia sido detenida i re-
chazada. Otros varios brillantes hechos habian acredita-
do su valor en grado heróico . Pero aquí solo correspon-
de juzgarle como jefe de la escuadra del Pacífico . Era
Mendez Nuñez hombre ilustrado , modesto , de poca am-
bicion i prudente a la par que valeroso ; se mostró en
ocasiones indeciso , debido a la circunstancia de hallarse
nombrado jefe de sus compañeros o de marinos mas an-
tiguos que él ; así tuvo mui en cuenta sus consejos , que ,
como eran opuestos a veces , se reflejaron en su conduc-
ta. Cuando se trató de decidir el bombardeo dei Callao ,
pareceres mui diversos se emitieron . I como el gobierno
de España solo mandaba que despues de Valparaiso se
bombardease a Iquique i otros puntos insignificantes pa-
ra regres ir en seguida, Mendez Nuñez no podia ménos
404

de mostrarse atento a las opiniones de aquellos jefes ,


contrarias a jugar el todo por el todo ante el Callao . En
tales momentos recibió el ilustre marino una carta de su
madre (digna de haber concebido un héroe) , en la que
presintiendo acaso la lucha que mantenia el ánimo de su
hijo, le decia : "Si lo exije tu deber, muere resignado ; tu
madre no quedará en este mundo mas que para rogar a
Dios por tu alma." Al leer aquellos renglones , esclamó
Mendez Nuñez conmovido : "Nuestro plan está trazado ;
hasta las mujeres opinan que es necesario marchar al
combate en busca de un gran triunfo ." ( 1)

(1) La víspera del combate llegó a la escuadra el alférez de navío Al-


varez de Toledo con pliegos del gobierno, que mandaban el inmediato
regreso de los buques . Mendez Nuñez le dijo al oficial : "Convegamos en
que hasta el 3 de mayo no ha llegado usted al Pacífico ; entónces me en-
tregará esas instrucciones."
Con motivo de la traslacion de los restos del valeroso Mendez Nuñez ,
del puerto de Vigo donde se hallaba sepultado, al panteon de los marinos
ilustres de España, ceremonia de justa , reparacion que solo ha tenido
lugar quince años despues de su fallecimiento, esto es, el 9 de junio de
1883 , un diario de Madrid (El Imparcial del 11 de junio) decia lo si-
guiente :
«Siete horas , desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde ,
han durado las honras fúnebres verificadas en Vigo el sábado , con moti-
vo de la traslacion de los restos del ilustre almirante. El cortejo ha for-
mado en la bahía, en la iglesia i en el trayecto. La concurrencia ha sido
inmensa i grandioso el espectáculo que presentaba la ceremonia. No hai
memoria de que un acto igual hubiese revestido tanta importancia . El
pueblo en masa transitaba por las calles. Todos los balcones lucian col-
gaduras con lazos i crespones negros en señal de duelo. La marina bri-
tánica dió espontáneamente mil pruebas de consideracion a nuestro ma-
rino, i un gran número de lanchas inglesas acompañaron a las españolas
desde El Con , donde reposaban las cenizas del héroe del Callao hasta el
muelle del puerto de Vigo. Ademas de las autoridades, concurrieron al
acto , el almirante, el vice-almirante, comision de jefes i oficiales i 300
hombres de la escuadra inglesa, que formaron la escolta con tropas de
nuestro ejército i fuerzas de la guardia civil. El ayuntamiento i las au-
toridades dieron , en nombre del gobierno, las gracias al almirante ingles
por haber contribuido al mayor brillo de la ceremonia. La fragata Leal-
tad, que conduce los restos de Mendez Nuñez , zarpó ayer a las diez de la
mañana con rumbo a Cádiz .>>
A este mismo propósito La Concordia, diario de Vigo cuenta el siguien-
te razgo de sencillo heroismo de Mendez Nuñez, cuando era todavía ofi-
cial subalterno de la armada española.
«Próximo a ser fusilado por los revolucionarios de Montevideo un
español apellidado Blanco, i cuando nadie osaba imponerse a las turbas
desenfrenadas que pedian su sangre, un oficial de la marina española se
405 --

No fué Mendez Nuñez un hijo predilecto de la fortuna,


como muchos que han pasado a la posteridad ; los hechos
que realizó estuvieron a la altura de su mérito. Como
diplomático , a nadie le hubiera sido factible llenar con
mas nobleza, mesura i acierto todos los trámites de su
mision. Como marino, el tiempo vino a otorgarle el pa-
rabien en cuantas disposiciones tomó apartándose de las
órdenes de su gobierno. Su prestijio era grande en el
cuerpo de la armada ; llevaba a tal estremo la rectitud de
conciencia i su desinteres, que propagaba la idea de re-
ducir a una mitad los sueldos que percibian él i sus com-
pañeros . Esta conocida tendencia hubiera sido siempre
para que se deseara su elevacion a ministro ; i no solo
por tal circunstancia, sino por los planes de reorganiza-
cion que a menudo esplanaba , temiase por la mayor
parte del cuerpo que se le confiara la cartera de marina.
Cuando desde Rio Janeiro supo la revolucion de 1868 ,
iniciada por Topete i secundada en toda España , su
conducta fué circunspecta, pues Mendez Nuñez no tenia
determinada idea política . Cuando aquél, su bravo com-
pañero i antiguo subordinado, le ascendió a teniente je-
neral, disponiendo a la vez que regresara a la península ,
el vencedor del Callao vino a Madrid, pero rechazó el
ascenso en términos tan honrosos , que el mismo gobier-
no dió a la publicidad la esposicion en que aquél funda-
ba su renuncia.

presentó en la cárcel, i con tal fortuna i calor defendió al condenado a


inuerte, que obtuvo su salvacion . Faltaba, sin embargo, otra cosa mas
difícil i arriesgada : sacar a Blanco de la cárcel.
« Los sublevados , armados hasta los dientes, i apiñados alrededor de la
cárcel ; la violenta irritacion popular contra los reos, constituian insupe-
rable obstáculo ; pero el oficial don Casto Mendez Nuñez, obedeciendo a
un arranque de nobilísimo esfuerzo, ofreció un brazo a Blanco, i se lanzó
a la calle con él. Los amotinados les acometieron , i el héroe dominó el
peligro por un prodijio de serenidad, con lo que éste i su resucitado
compatriota llegaron vivos al muelle, i se embarcaron en el buque de
guerra en que servia, el que despues fué el héroe inmortal del Callao . »
«La Concordia de Vigo publica una relacion de este suceso, ignorado
por la jeneralidad, pues la modestia de su autor procuró siempre ocultar-
lo. Lo ha referido el contra-almirante de la escuadra inglesa, fondeada
en aguas de Vigo hasta hace mui pocos dias, cuyo jefe , entusiasta admi-
rados del marino gallego, cuenta como una honra haber mantenido con
él una excelente amistad,»
‫ منطقتي‬406 --

"Ruego a V. E. i al gobierno (decia Mendez Nuñez , )


tomen en consideracion que apénas hace siete años me
honraba yo con las modestas charreteras de teniente de
navío, i que, para que yo pueda ser útil a mi patria i al
cuerpo de la armada, no es indispensable la concesion .
de un empleo que solo desearia obtener cuando nuevos
servicios prestados al pais me hicieran digno de él , no
solamente en concepto del gobierno , sino tambien en el
de la pública opinion i en el mio propio... Yo le ruego
encarecidamente tome con empeño mi pretension i no
dude que lográndola creeré doblemente recompensados
mis servicios.
Mendez Nuñez contaba 45 años de edad cuando cayó
gravemente enfermo en Madrid . En vano buscó alivio
en las brisas de la mar ; al fin , en agosto de 1869 , la tier-
ra cubria los restos del ilustre marino, cuyo nombre pa-
sa a la historia limpio de toda mancha i rodeado de lejí-
timo e inmarcesible laurel .

IV

DOM MIGUEL LOBO I MALAGAMBA (mayor jeneral de la


escuadra) .-El jefe de talento mas preclaro que estuvo
en el Pacífico i talvez el mas estricto, enérjico i organi-
zador que ha tenido la armada en estos últimos años .
Sus defectos i debilidades aparecen totalmente borrados
ante la historia por el caudal que poseia de raras i bri-
llantes dotes . No fué en el Pacífico donde mas las de-
mostró ; allí acaso su consejo adolecia de poco acertado i
su don de organizar no halló fácil o frecuente empleo .
Sin embargo, sus servicios fueron de grandísima utilidad
a Mendez Nuñez , i herido éste continuó Lobo mandando
el combate del Callao con gran bizarría. A su regreso a
España ascendió a contra-almirante, i desde entónces
comienza la demostracion asombrosa de las escepciona-
les condiciones que Lobo atesoraba. En 1871 , mandando
el departamento de Ferrol, evitó un alzamiento republi-
--- 407

cano. Al año siguiente, i al estallar la sublevacion canto-


nalista, Lobo , que se hallaba en Cádiz sin mando , se tras-
ladó a Aljeciras , se embarcó en un guarda- costas , i reu-
niendo varios otros buques organizó una escuadrilla en
favor del gobierno constituido . En 1873 , cuando los can-
tones imperaban en Cartajena i en casi toda la Península
dominaba la anarquía , Lobo, por su propia voluntad i
con enerjía i actividad inconcebibles , venciendo infinitas
dificultades, organizó una escuadra de cuatro fragatas i
cuatro vapores , con la que bloqueó el puerto de Carta-
jena i batió despues la escuadra cantonal compuesta de
tres fragatas blindadas i un gran vapor. En 1874, nom-
brado jefe del departamento de Cartajena, a la sazon en
el mas lamentable estado , logró reponer el arsenal i or-
ganizarlo como en sus mejores tiempos , no mas que en
pocos meses. En 1876 murió en Paris este hombre nota-
ble no solo como marino , sino como publicista e histo-
riador (1) . El gobierno dispuso que sus restos se depo-
sitasen en el panteon de marinos ilustres , que se halla
en San Fernando .

( 1 ) Don Miguel Lobo dejó escritas las siguientes obras : Derrotero


de las islas Canarias. - Derrotero i guia del archipiélago de Cabo Verde.
-Instrucciones para manejar botes de remos sin cubierta, en grandes re-
sacas i rompientes .-Botes salva-vidas.-La aguja de las tormentas.—
La marina de guerra española, tal como ella es .- Manual de navegacion
del Rio de la Plata.-Método para arreglar cronómetros por distancias
lunares.-Poema fisico astronómico, de don Gabriel de Ciscar, publicado
i anotado. Señales para los buques de vapor.- Señales para el rejimen
de las escuadras i táctica para buques de hélice.- Un hijo de Inglaterra a
quien le ha dado por viajar en rejiones americanas que fueron de España, i
por escribir sendos dislates sobre ellas i sus antiguos dominadores .-His-
toria jeneral de las antiguas colonias hispano-americanas, desde su descu-
brimiento hasta el año de 1808 , etc. , etc .>>
No dejó Lobo ni lacida ni simpática fama en el Pacífico. Tenia repu-
tacion de avieso , de astuto i aun de pérfido. Era hombre de poco cuerpo
de mirar torvo i receloso, ojos pardos, casi azules i sin ninguna nobleza
en su fisonomía ni en su porte. Se le reputaba mui hábil, talvez porque
era, junto con el teniente Lora, el hombre de mayor intriga en la escua-
dra. En cuanto a su talento de escritor, juzgándolo por su última obra,
que es un libro en tres gruesos volúmenes, era una voluminosa medio-
cridad.
408

DON VICTORIANO SANCHEZ BARCAÍZTEGUI ( comandante


de la Almansa ) .— Desde mui jóven gozó fama de valiente i
arrogante ; por esto Mendez Nuñez lo nombró bajo su
responsabilidad jefe de aquella fragáta ( 1 ) . Durante todo
su viaje desde Montevideo a Valparaiso, instruyó mui
bien a su jente que era bisoña e imberbe. En el comba-
te fué notable su comportamiento , i Sanchez Barcaízte-
gui pronunció aquellas palabras sublimes de "Hoi no
mojo la pólvora ," cuando el fuego amenazaba propagarse
a los pañoles . Vuelto a España , coadyuvó con Topete
a la revolucion de 1868 , desde a bordo de la fragata
Tetuan, cuyo mando tomó en aquellos momentos . En
1875 mandaba este bravo jefe las operaciones navales
en la costa cantábrica, con mejor deseo que fortuna . Al
bombardear el puerto carlista de Motrico, una granada
le reventó en el pecho i murió gloriosamente. En Ferrol ,
pueblo de su nacimiento, se le ha erejido una estátua que
perpetuará la memoria del bravo marino .

VI

DON FRANCISCO PATERO I CHACON (comandante de la


Vencedora) .- Jóven de clara intelijencia i de carácter
firme, como lo demostró en Hong-Kong oponiéndose

(1) Cuando llegó la Almansa a Montevideo, iba mandada por el capi-


tan de navío don Francisco Navarro, i era su segundo Sanchez Barcaízte-
gui . Enterado Mendez Nuñez de que aquél habia caido enfermo, envió
un propio a traves de la cordillera (por conducto del cónsul americano) ,
ordenando a Barcaiztegui que tomara el mando del buque i continuara
con él hácia el Pacífico.
409

enérjicamente a que las autoridades inglesas atropella-


ran a un compañero suyo que a la sazon mandaba un
vapor correo. Su oposicion llegó al punto de tender la
bandera española en el portalon del buque i declarar que
haria fuego sobre todo aquel que intentase hollarla con
su planta . Hallaba justa su actitud por los jefes de las
marinas estranjeras que se encontraban en el puerto , las
autoridades británicas desistieron de su intento . En el
Callao se condujo Patero bizarramente , así como en to-
das las peligrosas comisiones que desempeñó . Algunos
años despues embarcóse con su jóven esposa en el vapor
Malaspina para ir a la capital del archipiélago filipino,
desde entónces no se ha vuelto a tener noticia alguna
del citado vapor. Créese que naufragó en el mar de
China (1).

VII

DON MANUEL DE LA PEZUELA I LOBO (comandante de


la Berenguela ) .-Fué activísimo vijilante de su buque
mientras duró el bloqueo , i cuéntase , en apoyo de esto ,
que durante semanas enteras no se desnudaba , durmiendo
siempre vestido i armado. En el consejo fué partidario
de que no debíase presentar combate sino con probabi-
lidades de que el pabellon español quedara siempre
erguido i permaneciera respetado. Para él era mui dudoso
nuestro triunfo ante las baterías del Callao ; pero una vez
resuelto por Mendez Nuñez el ataque a aquella plaza ,
Pezuela se dispuso a arrostrar tranquilo de ánimo sus
mas tremendas consecuencias , i en su virtud hizo testa-
mento ; en seguida se confesó i comulgó, i despues , buen
caballero , subió al puente de su buque, donde demostró
un valor sereno, real i asombroso ; fué uno de los jefes

(1) Nuestro amigo el conocido industrial don Julio Bernstein, invi-


tado por Patero para hacer el viaje de Hong- Kong en su compañía, acep-
tó e iba a embarcarse en el Malaspina ; pero como estaba destinado a
endulzar a Chile, no quiso su buena estrella que allí pereciese tristemen-
te entre las saladas ondas. Bernstein desistió del viaje por el anuncio de
un próximo tifon, al que juzgó no resistiria el Malaspina.
410

que mas se distinguieron en el combate i aquél que con


mayor convencimiento habia hecho a su patria, ántes de
comenzarlo , el sacrificio de su vida . Hoi es vice-almi-
rante de la armada i se halla mandando el departamento
de Cartajena.

VIII

DON JUAN B. TOPETE I CARVALLO (comandante de la


Blanca) .- La figura mas noble i varonil de la escuadra
del Pacífico, que debe colocarse al nivel de la de Mendez
Nuñez . Dudoso es que en ninguna época de la historia
de la marina haya existido un jefe con el cual se hubiera
identificado mas la tripulacion de su buque ; tampoco es
posible llevar al estremo que llevó Topete la disciplina ,
instruccion i vijilancia. Durante seis meses se mantuvo
la Blanca en constante zafarrancho i la jente dormia
armada en sus puestos de combate ; efectuaba los blo-
queos fondeando (como mandaban las instrucciones ) ,
pero siempre fuera de puntas i en actitud de avivar los
fuegos i ponerse en marcha ántes de diez minutos . A
Topete jamas se le hubiese podido sorprender. La tripu-
lacion compuesta de catalanes i andaluces, mantenia una
emulacion eterna i vivísima, i para los ejercicios de toda
clase se preferia mandarlos en presencia de estranjeros .
A pesar del contínuo trabajo de la Blanca , siempre era
su jente la que suplia a cuantos orijinaban fuera del bu-
que. Topete todo lo hallaba fácil, todo posible, nada abru-
mador.
Tuvo rasgos de supr
ema hidalguía ; basta citar el si-
guiente : Cuando apresó la barca Constancia en Caldera ,
cargada de víveres para el hospital de Copiapó , la her-
mana superiora de aquel hospital fué a bordo de la Blan-
ca a pedirle como limosna algunos de aquellos víveres
para los pobres i hambriento enfermos . Topete le entre-
s
gó cuádruple cantidad de la que le pedia , i luego , calcu-
lado el importe del donativo , que se avaloró en 1,000 pe-
411

sos fuertes , los entregó de su bolsillo particular para no


mermar en un céntimo lo que debia corresponder por
derecho de presa a la tripulacion. Enterado Pareja mas
adelante de este suceso, mandó terminantemente que
aquellos mil duros fueran abonados en partes proporcio-
nales , como era lójico . De las 19 presas que se hicieron
en el bloqueo , solo esta fragata hizo 14.
Así como he dejado íntegra la responsabilidad al co-
mandante de la Blanca de su falta de resolucion cuando
el desaire que nos hizo la Mutine, corresponde ahora de-
clarar que Topete , indignado i furioso, quiso en el acto
echar a pique a la corbeta inglesa , que mandó disponer-
se al combate, pero que los oficiales de su buque, casi
unánimes , le aconsejaron lo contrario , haciéndole ver que
no le asistia derecho, o por lo menos
menos,, que seria respon-
sable de consecuencias gravísimas , Como demostracion
de su enerjía bastará decir que cuando el Uncle Sam
condujo, por equivocacion, en vez de aceite de borras
para las máquinas, 1,000 botellas de aceite refinado, la
Jente, que solo comia por mañana i tarde arroz i habi-
chuelas cocidas en agua i sal ( 1 ) , halló modo de apode-
rarse de algunas botellas del precioso líquido ; Topete,
para evitarlo en lo sucesivo , hizo vaciar todo el aceite
en un aljibe i envenenarlo despues ; así, hasta la última
gota , solo pudo utilizarse en las máquinas. La tripula-
cion le adoraba : cuando herido en el Callao le vieron
bajar a la enfermería, apoyado en el médico Cabello , los
marineros que allí estaban esclamaron con sublime arran-
que: "Es la mayor desgracia que nos podia ocurrir."
Estas fueron las últimas palabras de algunos moribun-
dos.
La entrada de la Blanca en Rio Janeiro no ha tenido
semejante en lo atrevida i afortunada ; consumido todo
el carbon, reinando un brisote durísimo por la proa i os-
cura la noche hallábase el puerto cerrado ; pero los mé-
dicos habian dicho que cada dia que se tardara en dar
fondo habria que tirar al mar seis o siete hombres , muer-
tos de escorbuto ; ante esta triste evidencia Topete forzó

( 1 ) La misma comida hacian en la cámara, desde el comandante has


ta el último guardia marina.
412

la entrada, i tal fué de difícil i asombrosa , que a la ma-


ñana siguiente todos los marinos estranjeros acudieron
a bordo de la Blanca para felicitarlo i decir que jamas
habian presenciado demostracion mayor de arrojo i de
pericia.
Podria alargar indefinidamente esta breve reseña bio-
gráfica con otros muchísimos datos acerca del ilustre ma-
rino, que mas tarde conmovió hondamente la marcha
política de España , i que hoi vive retraido en su hogar i
venerado por su patria , donde nadie ignora que su hon-
ra inmaculada rechazó ofertas mui seductoras que otros
admitieron."

IX
1

A los datos anteriores sobre el mas famoso capitan de


mar i guerra, que despues de Mendez Nuñez envió la
España al Pacífico , nos es grato agregar los siguientes
que son simplemente de un órden jerárquico , i tomamos
de una biografía española del hoi viejo almirante :
"El bizarro iniciador de la revolucion de setiembre
nació en Tlacoltapa , provincia de Yucatan (de Méjico ) el
dia 24 de mayo de 1821 , siendo sus padres don. Juan
Bautista Topete i doña Clara Carvallo .
Desde sus mas tiernos años desmostró una decidida
aficion a la carrera de marino , i sus padres , no queriendo
contrarrestar su vocacion , le dedicaron a ella.
Empezó su carrera en la armada en clase de guardia
marina en 26 de agosto de 1835 , embarcándose luego
para la Habana, a donde hizo varios viajes . En noviem-
bre de 1839 ascendió a guardia marina de primera clase ,
i en 1840 a alférez de navío .
En 1841 obtuvo la cruz de la Marina por haber sal-
vado la vida a un marinero del vapor Congreso que cayó
al agua.
En 1844 se embarcó en el navío Soberano, con el que
ejecutó diferentes cruceros i viajes a Algeciras, Cartaje-
na, Alicante, Mahon, Barcelona, Palma, Tolon i Cádiz.
413

En 1845 fué ascendido a teniente de navío.


En 1846 salió para la Habana i se le confirió el man-
do de la goleta Cristina.
En 1849 salió de Barcelona en la corbeta Mazarredo
con direccion a Italia , encargándose del mando de dicho
buque, i a su vuelta , en 1850, una real órden declaró
que el gobierno estaba satisfecho de los servicios pres-
tados por el señor Topete en la espedicion a Italia.
En 1852 volvió a salir para la Habana , i mandando el
bergantin Galiano efectuó varios cruceros en aquel apos-
tadero . Encargado en 1854 del mando del vapor Bazan,
salió a recorrer los cayos del sur del Canal viejo . En ju-
lio volvió a Cádiz , i se le nombró secretario interino de
la comandancia jeneral de guarda - costas , saliendo para
la Habana en 1856 , de donde volvió al año siguiente .
En 29 de marzo de 1857 , fué ascendido a capitan de
fragata, i se le nombró segundo comandante del navío
Isabel II, saliendo otra vez para la Habana . En 1.º de
agosto fué nombrado jefe de la division de los buques
pequeños destinados a perseguir el tráfico ilícito de ne-
gros bozales . Por real órden de 7 de diciembre fué nom-
brado comandante de la fragata Berenguela.
En 1858 salió para Veracruz , Nueva York i Tampico ,
prestando grandes servicios , por lo que los súbditos es-
pañoles de Méjico i el capitan jeneral de la Habana le
pasaron comunicaciones , dándole las gracias por los im-
portantes servicios prestados , mereciendo tambien que
en 27 de mayo se le concediese la cruz de Cárlos III.
En agosto regresó a la Península , i fué destinado a las
órdenes del jeneral nombrado para mandar las fuerzas
navales de Algeciras .
En 1860 fué nombrado mayor jeneral de las fuerzas
navales de Africa, en cuya campaña prestó importantí-
simos servicios , por lo que se le concedió el empleo de
coronel de infantería, la cruz de San Fernando , la sen-
cilla de San Hermenejildo i la medalla de oro que el
cuerpo de injenieros de minas dedicó a la armada para
el jefe u oficial que mas se hubiese distinguido en dicha
campaña .
En 1861 fué nombrado individuo de la comision que
entendió en la construccion del fondeadero de Santa
414

Cruz de Agadiz , i poco despues segundo comandante


del arsenal de la Carraca.
En 1862 se encargó del mando del navío Francisco de
Asis destinado a escuela de marinería , en cuyo mando
cesó por haber sido elejido diputado a Cortes por Cádiz .
Terminada la lejislatura volvió a encargarse del man-
do del navío, el que desempeñó hasta que fué nombrado
comandante de la fragata Blanca . En 27 de julio recibió
una real órden en la que se le manifestaba el agrado con
que la reina habia visto por el resultado de la visita pa-
sada al navío Francisco de Asis, el buen estado i órden
en que dicho buque se hallaba i lo bien cimentada que
quedaba la instruccion militar i marinera de los quintos
i jente de mar existentes en dicho buque. ( 1 )

(1) Los diputados españoles en 1868 pintados por sus hechos, vol . I ,
páj. 97.
En otra biografía de Topete encontramos los datos siguientes :
Ascendido a alférez de navío en 1844 , se le concedió a poco el mando
de la goleta Cristina, desempeñando con gran celo e intelijencia las co-
misiones que tuvo en el apostadero de la Habana. Así mismo mandó al-
gun tiempo la corbeta Mezarredo, concurriendo mas tarde a la espedicion
de Italia, donde con el bergantin Galiano prestó notables servicios.
Siendo ya capitan de fragata, tomó el mando del vapor Isabel la Ca-
tólica i fué nombrado mayor jeneral de la escuadra que se formó para la
guerra de Africa, cargo importante en que demostró las dotes de inteli-
jencia, actividad i enerjía que constituyen un buen jefe.
Posteriormente mandó la fragata Berenguela, con la que desempeñó
comisiones mui delicadas en Costa Firme i Mejico, dejando en Tampico
colocado a gran altura el pabellon de la marina española.
Topete ha sido tambien el primer jefe de la armada que se ha puesto
al frente de una division de goletas i vapores en la isla de Cuba para
perseguir el tráfico negrero, consiguiendo en esta penosa i difícil mision
hacer muchas presas .
Ascendido a capitan de navío por antigüedad, obtuvo el mando del
Rei Francisco de Asis destinado a la instruccion de marineros, en la cual
obtuvo los resultados mas satisfactorios : por último , dejó este puesto pa-
ra tomar el de jefe de la fragata Blanca, en la cual salió para el Pacífico
en julio de 1864. »
Por último, Topete con Serrano i Prim fué el verdadero autor de la
revolucion llamada «de la hon radez , » que destronó a Isabel II i a su fa-
vorito Marfori en setiembre de 1868. Los dos primeros se pusieron al
frente del ejército i Topete al de la marina, hallándose a la sazon la es-
cuadra del Pacífico en Cádiz.
415

DON CARLOS VALCÁRCEL I USSEL DE GUIMBARDA (co-


mandante de la Resolucion) .- Siendo teniente de navío
mandaba el Scipion, i por una difícil maniobra que hizo
con este bergantin al entrar en la Habana , mereció que
el jeneral del apostadero (Armero) lo citase con elojio en
la órden de la escuadra. En el Pacífico fué un jefe por
estremo bondadoso con su tripulacion , i si bien es cierto
que ésta lo merecia por lo valiente i veterana, tambien
es verdad que correspondió mal a aquellas bondades en
el bombardeo de Valparaiso , al descuidar la recomenda-
da precision en las punterías . En el combate del Callao
se condujo Valcárcel bizarramente ; bravo i tenaz buscó
con empeño los riesgos mayores aproximándose a cortí-
sima distancia , disparando con notable acierto i mante-
niéndose allí hasta el postrer instante, hasta oir resonar
el último cañonazo de la escuadra. Hoi es vice -almiran-
te de la armada.

XI.

DON JUAN B. ANTEQUERA I BOBADILLA (comandante de


la Numancia) .-Amigo predilecto de Mendez Nuñez i
uno de sus mas desinteresados i juiciosos consejeros .
Comunmente tomaba la iniciativa en los asuntos mas
trascendentales i con tenacidad sostenia su opinion , siem-
pre encaminada a los medios mas eficaces i honrosos .
Partidario acérrimo de atacar al Callao , defendió esta
solucion en la junta de jefes con mucha enerjía, llegando
el caso de que Pezuela dijera a Lobo, que ya vacilaba :
54
- 416

"Tambien le ha arrastrado a usted el bota-fuegos de An-


tequera." Este jefe se distinguió por su serenidad i gran
acierto durante el combate, cuyo mando compartió con
Lobo desde que fué herido Mendez Nuñez . A su llegada
al cabo de Buena Esperanza, en las circunstancias que
ya sabemos , ordenábale el gobierno de Madrid que si-
guiese a Rio Janeiro, si así lo resolvia el consejo de ofi-
ciales que debia reunir a bordo. Esta órden impremedi-
tada estaba en desacuerdo con lo que las ordenanzas
previenen para semejantes casos , pues solo el coman-
dante de un buque es el que debe decidir ; sin embargo ,
Antequera no quiso aprovechar el fácil medio que el go-
bierno le dejaba para dirijirse a España i no a Rio
Janeiro, resolviendo esto último bajo su sola respon-
sabilidad, pues, en efecto, no era dudoso que un con-
sejo de oficiales habria resuelto la vuelta a España ,
no solo porque era su ardiente i justificado afan, sino
porque su egoismo (si asi puediese llamarse en tales mo-
mentos), quedaria entre muchos compartido. Esta cir-
cunstancia prueba la viva fé i el verdadero entusiasmo
que animaron siempre al comandante de la Numancia.
El buen deseo de Antequera no se ha desmentido al de-
sempeñar posteriormente mandos de escuadra i la carte-
ra de marina .

XII

DON CLAUDIO ALVARGONZALEZ I SANCHEZ (comandante


de la Villa de Madrid) .- Despues de haber hecho algu-
nas navegaciones en calidad de piloto, mui jóven aun,
prestó exámen e ingresó en la marina de guerra . El año
1837 era alférez de fragata. Hizo toda la campaña de la
guerra civil en las de Vizcaya , i hasta poco ántes de ser
nombrado capitan de navío no cesó de navegar . Su peri-
cia marina era mui grande i universalmente celebrada .
Al dejar la capitanía del puerto de Santarder se le dió
el mando de la Villa de Madrid. Era Alvargonzalez ma-
- 417

rinero chapado a la antigua , i mas de una vez contestó


en estos términos a los que le ponderaban las excelen-
cias de aquella hermosa fragata : "Sí , el barco es magní-
fico , pero le sobra la máquina." En el combate era mas
bravo que reflexivo ; así no estraña que cuando la espe-
dicion a Chiloé comunicara a Topete su propósito de
ataque de esta manera : "Es mui sencillo : avanzaré con
mi buque hasta colocarme en el centro de la escuadra
enemiga i la cañonearé con las dos bandas ." Este ilustre
veterano se halla hace años exento de todo servicio i re-
side en una ciudad de la costa cantábrica, donde las ru-
jientes olas baten casi de contínuo . No es dudoso que
hoi aqueje al espíritu del antiguo e incansable navegan-
te esa melancólica dolencia que se llama nostaljia de la
mar."

XIII

Hasta aquí los retratos , si no de cuerpo entero , de cuer-


po presente de los principales combatientes castellanos
del Pacífico , todos comandantes de buques ; i es algo
que ofrece una especie de doloroso interes el considerar
que en el espacio de 18 años haya sucumbido entre la
lucida hueste su jóven adalid , mientras que casi la tota-
lidad de los jefes de bandera que le siguieron, aun sus
predecesores en el mando, sobreviven al ínclito Mendez
Nuñez .

XIV

No terminaremos sin embago , esta enumeracion de


los comandantes de buques que acompañaron en la
guerra del Pacífico a los almirantes españoles , sin hacer
alguna mencion del desgraciado jefe de la Covadonga,
por lo mismo que tuvo ménos fortuna que los otros i hoi
vive oscuro i olvidado en España.
418

"Nació don Luis Fery, dice a este respecto El Mu-


seo , periódico ilustrado que se publicaba en Madrid du-
rante la guerra, en la invicta Bilbao, i entró en el colejio
naval como aspirante el 14 de enero de 1846 , ascendien-
do por su aplicacion a guardia-marina de segunda clase
en 15 de enero de 1849 ; dió la vuelta al mundo en la
corbeta Ferrolana i a su vuelta fué ascendido a guardia-
marina de primera clase, en 20 de enero del 52 .
En 1855 , i en las difíciles circunstancias porque atra-
vesó Cuba en aquella época , montaba el bergantin Alce-
do, en el que asistió al bloqueo i cruceros que practicó
dicho buque, con tanto celo , que los que le tripulaban
fueron declarados por las Cortes beneméritos de la patria.
Embarcado mas tarde en el vapor Sena, navegó en
el golfo de Mejico i sus costas ; fué trasbordado a la fra-
gata Esperanza, i luego, por quebrantos de salud , desti-
nado a España , i a la urca Labarde, desempeñando en
Galicia varios trabajos científicos .
A fines del 59 , fué llamado a formar parte de las fuer-
zas navales de operaciones en la costa de Africa, en don-
de le esperaban dias de pruebas , así como a todos los
que tomaron parte en aquella ruda campaña .
Con la Rosalia que montaba, practicó cuatro recono-
cimientos de las plazas ocupadas por los enemigos , i en
dos de ellas , cañoneo el castillo i la batería de la plaza
del rio de Tetuan. El 29 de diciembre, varó próximo a
tierra, i en medio de las maniobras que practicaba su
tripulacion para sacarla a flote, sostuvo un nutrido fuego
de fusilería con los moros . Al siguiente dia volvió la Ro-
salia a entrar en accion en unión de las fuerzas sutiles .
El 9 de enero de 1860 , se desencadenó un furioso tem-
poral i a las nueve de la noche , rotas las amarras del bu-
que, se hizo pedazos contra la costa , salvándose la tri-
pulacion que alcanzó a las fuerzas de tierra .
Cuatro dias permaneció Fery con el ejército , man-
dando, pasados estos dias, una cañonera. Acabada la
campaña, volvió a Cuba con la fragata Blanca i prestó
importantes servicios .
Formó parte de la primera division espedicionaria so-
bre Méjico, posesionándose del castillo de San Juan de
Ulua i de la plaza de Vera- Cruz ,
419 -

Vuelto a España i nombrado Fery comandante inte-


terino de la fragata Resolucion destinada a la escuadra
del Pacífico, salió de Cádiz el 10 de agosto del 62 , en
union de la fragata Triunfo, arbolando ésta la insignia
del exelentísimo señor don Luis Hernandez Pinzon , jefe
de escuadra. Visitaron las Canarias , islas del Cabo - Ver-
de , bahía de Todos los Santos (Brasil) , Rio Janeiro i die-
ron fondo en Montevideo en 4 de diciembre del mismo
año . En 1.º de enero de 63 , se hizo cargo del mando de
la goleta Covadonga . En este buque pasó el estrecho i
prodigó servicios i atenciones a la comision científica , a
cuyos individuos hemos oido hacer los mayores elojios
de tan digno oficial.
Despues de recorrer con parte de la comision los puer-
tos de Chile, Coquimbo , Huasco, Caldera , donde recojió
al malogrado don Fernando Amor, que habia estado for-
mando una magnífica coleccion de minerales , pasaron a
Cobija, Bolivia , i llegaron al Callao a mediados de julio.
Prestados varios servicios en Centro- América i Pana-
má a la escuadra , asistió a la toma de posesion de las
islas de Chincha , en 15 de abril , i apresó i marinó la
barca peruana Iquique, tomando parte mui activa en la
demostracion del Callao del 16 de abril.
El resto de su vida será contado mas adelante por el
resto de sus infortunios .

XV

En cuanto a los sobrevivientes españoles de la guerra


del Pacífico , diremos todavía una palabra de recuerdo.
Pinzon, "almirante de España", como ántes se decia
"almirante de Castilla " , vive , retirado en sus posesiones
del sur de España , no léjos de Palos (en Moguer, segun
creemos ) , de donde partieran al descubrimiento del Nue-
vo Mundo sus directos ascendientes , los Pinzones de
Palos compañeros de Colon.
Topete, el bravo i simpático "topeador " del Pacífico ,
420

vive tambien retirado en Madrid , i el 2 de mayo último


asistia, junto con su compañero de armas Valcárcel , a las
honras que por los marinos muertos en el combate del
Callao , celebráronse en la iglesia de la Encarnacion de
Madrid . Ambos vestian en esa ocasion el uniforme de
vice-almirantes . Antequera, el mas hermoso de los capi-
tanes españoles del Pacífico, a juzgar por su moderno
retrato , hallábase tambien presente en aquella ceremonia
de los recuerdos , en calidad de contra-almirante . I éstos ,
con el capitan de fragata Yolif, teniente de marina que
mandó el Paquete de Maule i el Matías Cousiño , eran
todos los que allí se hallaban en aquella clásica fecha de
España para conmemorar un gran dia , probablemente ya
olvidado por el mundo .

XVI

Entre tanto a Barcaíztegui , tan solo porque murió en


guerra civil, erijiéronle sus compatriotas una estátua en
su ciudad natal ; al paso que, entre los escasos honores.
póstumos tributados al denodado marino que salvó el
honor de España, comprometido en estas aguas por un
imbécil , no tenemos hasta hoi noticia de otro digno de
cuenta que el haber cambiado el nombre de una plaza
de Cádiz, que antes se llamaba de la Cruz de la Verdad,
por el de "Mendez Nuñez " que quedó así crucificado ...
Su resurreccion por lo que ántes dejamos escrito a
propósito de su vida i de su tumba, ha tardado diezisiete
años .
¡Pero al fin se ha cumplido!
CAPÍTULO XXI

LOS CHILENOS EN EL COMBATE DEL DOS DE MAYO

Impostura aleve atribuida a un escritor peruano sobre la actitud de los chilenos en el


combate del Callao.-Un peruano contesta a otro peruano.- Nómina de los chilenos
que se batieron en las baterías del Callao el 2 de mayo de 1866. - Ocupan los chilenos
los puntos mas vulnerables de la defensa.- Juan Salcedo en la torre de la Merced, i
el capitan Sayago en la torre de Junin.-Rasgos biográficos de estos dos valientes.-
Heroismo del capitan Montalvo.-El chileno Wenceslao Jaña en el Amazonass.-El
mayor Herquíñigo i su heróica muerte posterior.-Eujenio Argomedo.-Chilenos que
han prestado sus servicios al Perú despues de la independencia, en calidad de milita-
res o marinos.--Los contra-almirantes Salcedo i Postigo.-Los coroneles Guerrero,
Arancibia, Sepúlveda, Contreras, Herreros, Diaz Galvez. Gonzalez, etc.-"El loco
Larrosa."-Subalternos.-- El balance de los servidores del Perú en Chile.

Tributada en este libro ajeno, i que, mas por razon


de reparto de justicia que por acopio de labor propia,
hemos hecho nuestro, la porcion de gloria que a cada
cual cupo en el memorable i hasta hoi poco conocido
combate del Callao , al peruano por su heroismo en la
defensa, al español por su porfiado denuedo en el ataque,
cábenos la grata i vengadora tarea de consagrar siquiera
breves pájinas a la memoria de los bravos chilenos que
allí pelearon i murieron , sellando con su sangre una
alianza que pérfida i escondida ingratitud trocó seis años
mas tarde en pacto aleve de traicion i olvido.
Háse contado , en efecto, por muchos , que cierto escri-
tor peruano, haciendo gala de odio i de sarcasmo , dijo en
alguna ocasion de la presente guerra, aludiendo a la
participacion que los chilenos habian alcanzado en el
422 ---

combate del 2 de mayo de 1866 , que no se habia divi-


sado uno solo de ellos en el peligro ni en el fuego . Pero
agrégase que interrumpiéndose inmediatamente, como
para lucir su injenio con un rasgo brillante de pluma , se
rectificaba diciendo : -" Pero nó : hubo un chileno , uno
solo , i a éste , mientras los peruanos peleaban por Chile ,
le sorprendió la policía en un despacho robando ..."

II

Con leal franqueza lo decimos : nunca hemos dado cré-


dito a semejante frase, porque no encontraríamos , a ser
cierta, fórmula de lenguaje capaz de ser, por la estigma
que debiera imprimir en la espalda del calumniador,
bastante candente como marca de oprobio enderezada a
su castigo.
Pero si tal villanía hubiese sido cierta , un peruano se
habria encargado de dar respuesta a otro peruano, por-
que enalteciendo los hechos heróicos de aquel dia , el
narrador contemporáneo i testigo de vista del combate
que tantas veces hemos citado en estas pájinas , cuenta
de los chilenos estos rasgos :
"El capitan de artillería Montalvo , natural de Chile ,
fué herido en la entrada a Lima el 6 de noviembre ; apé-
nas restablecido , recibió órden de permanecer en el
cuartel de Santa Catalina . Luego que oyó los primeros
cañonazos del bombardeo esclamó : "No puedo sufrir ;
quiero morir despues de matar cuatro españoles incen-
diarios " , marchó al Callao i allí se llenaron en parte sus
deseos , fué hecho pedazos por una granada .
Un vecino notable de Chile, ocultando su nombre i esta-
do, ha combatido en las baterías disfrazado de marinero.
Pelearon en ella con intrepidez : el ayudante mayor
chileno don Guillermo Gaona (1 ) i los jóvenes chilenos
don Manuel Salcedo , don Juan de Dios Silva , don San-

(1) Actualmente mayor del batallon cívico de la Serena.


423 -

tiago Aliaga, don Cárlos Dublé i don Claudio Cruz . Los


dos últimos acompañaron al señor Galvez en la torre de
la Merced , en donde , a consecuencia de la esplosion ,
fueron heridos . " ( 1)

III

Mas no era esto solamente, porque si hubo chileno


bastante magnánimo para ocultar su nombre i su herois-
mo con un disfraz de mar, otros lo ostentaron a cara
descubierta en los sitios de mayor peligro i allí pagaron
con su vida su jenerosa alianza.
Los puntos culminantes i mas espuestos de la defensa
del Callao, a juicio de todos los hombres de profesion i
conforme al arte militar, eran sin disputa posible las dos
torres en esqueleto de la Merced i de Junin, en que,
como sobre un balcon saliente de fierro , debian pelear
todos de cuerpo jentil i a descubierto . Eran aquellos
simples armazones de fierro que montaban los mas efica-
ces i mas poderosos cañones de la plaza : dos Blackely
de a 300 cada una . I tal era su trasparencia i falta de
proteccion, que los españoles a ojo desnudo contaban
ántes del ataque a los artilleros de cada pieza.
Ahora bien: los capitanes que manejaron esos cañones
i causaron a los asaltantes , segun el testimonio de estos
mismos , mas serias averías, eran dos artilleros chilenos :
Juan Salcedo , natural de Santiago , que pereció gloriosa-
mente en la torre de la Merced , al lado del valeroso
ministro Galvez , i Nicanor Sayago, hijo de Valdivia ,
que jugó sus piezas " con mucha precision, " segun las
palabras del historiador español, en pos del cual hemos
llegado ascendiendo hasta esta cima.
Mas todavía : el injeniero que habia construido aquella
torre i dirijió la parte técnica del combate, como el inje-
niero colombiano Borda la de la torre fronteriza de la

(1) URREA, relacion citada, pájina 46 .


65
424

Merced , en el costado sur de la bahía , era hijo del coro-


nel chileno don José Arancibia , natural de Arauco i
bravo como hijo de la tierra de los bravos .
I así como éstos hubo muchos otros que han desa-
parecido de los fastos militares de aquellas contiendas , o
que prestaron servicios mas humildes con la rabiza del
cañon o vistiendo las túnicas del enfermero de las ambu-
lancias .

IV

Pero ya que no es posible formar hoi el rol completo de


aquellos jenerosos ausiliares, todos voluntarios servidores
de una nacion eminentemente ingrata , nos será lícito
dejar siquiera rápida constancia de los que mas se seña-
laron, i cuyos nombres no ha sido todavía posible borrar
del todo de la lápida de los tiempos por la accion corrosiva
de la baba de la ingratitud púnica.

Era el capitan de artillería don Juan Salcedo un apuesto


mozo, moreno, de rostro abierto como su levantado i
ancho pecho , alto de seis piés , nervudo como un atleta i
de alma tan entusiasta como jenerosa . Conocímosle en
la niñez , i en todas las riñas de aquel tiempo , cuando , en
vez de afeminados guantes de Preville , criabase a los
muchachos manejando en las manos las toscas piedras
del Mapocho , era el primero en la acometida i en la pro-
teccion del débil . I así continuó siéndolo hasta su noble
prematuro fin .
Hijo de un honrado comerciante de tienda de los por-
425

tales de Sierra Bella, tuvo educacion mediocre i entró al


ejército cuando tenia ya 25 años , como subteniente del
batallon Santiago 5.º de línea durante la revolucion polí-
tica de 1859 , i fué ascendido a teniente despues de sus
batallas .
Hallábase incorporado en esta graduacion al reji-
miento de artillería , cuando sobrevino el levantamiento
de Arequipa, en febrero de 1865 , contra los traidores de
Lima, i en el acto dispúsose a prestar a aquella varonil
protesta del pueblo de la sierra su cooperacion mas de-
cidida.
Solicitó, en consecuencia , el teniente Salcedo , con
fecha 5 de mayo de aquel año , permiso para ir a comba-
tir en el Perú, lo que le fué otorgado , i sin mas equipaje
ni título de recomendacion que unas pocas cartas que el
autor de estos recuerdos al acaso le diera, hizo toda la
campaña de la sierra , i fué él quien, acompañado de su
segundo en la batería, el bravo capitan Montalvo, entró a
cañonazos a Lima el 6 de noviembre de 1865 i rindió el
palacio donde se habian asilado los últimos defensores de
Pezet.
En cuanto a su conducta en el combate del 2 de mayo ,
conócela ya el lector por las revelaciones de un peruano,
el mayor Fuentes, que mandaba la pieza de la derecha
en la torre de la Merced . Herido por un astillazo de su
propia batería, Salcedo no consintió en retirarse , decla-
rando que "su vista i su corazon todavia estaban buenos ,'
i gracias a esta magnanimidad hízose eficaz la defensa
en esa parte de las baterías, porque el cañon de Fuentes
no logró verificar un solo disparo . (1)

(1) Hé aquí un estracto que de la hoja de servicios del capitan Sal


cedo hemos hecho sacar recientemente para honrar su memoria, 0
<Hizo la campaña al sur i norte de la república, desde el 1.° de febrer
de 1859 hasta el 6 de marzo del mismo año.
Se halló en el sitio de la ciudad de Talca , desde el 4 de febrero hasta
el 28 del mismo, a las órdenes del señor ministro de la guerra , don Ma-
nuel Garcia, en el ataque de 11 de marzo, que tuvo lugar a inmediaciones
de la plaza de Arauco contra los perturbadores del órden público que se
habian apoderado de ella.
En la batalla de Cerro Grande, el 29 de abril del mismo año , a las
órdenes del señor jeneral don Juan Vidaurre Leal .
El 14 de noviembre del mismo año hizo nueva campaña al sur a las
rdenes del señor coronel graduado don Mauricio Barbosa, i el 18 del
426

VI

Pereció tambien hombro con hombro al lado de aquel


valiente , su segundo , el ya nombrado capitan Montalvo ,
un arrogante mozo natural de Concepcion, que junto con
él habia hecho toda la campaña, i que dejó el regalo de
su lecho de herido " en la toma de Lima " para ir a mo-
rir por los peruanos en el puesto del honor‘americano .

VII

La vida militar del capitan Sayago, el certero e impa-


sible artillero de la torre de Junin, habia sido en Chile
mas larga i afortunada que la de Salcedo , si bien ámbos
habian vivido los mismos años . I en cuanto a los servi-
cios del primero, comenzados en el rejimiento de artille-
ría de Santiago , el 3 de febrero de 1854 , hállanse com-
prendidos en la siguiente árida agrupacion de fechas i
de nombres que hoi , empero, constituye toda la heráldi-
ca de la guerra :

mismo mes i año se batió bajo las órdenes del teniente coronel graduado
don Juan Contreras , en el lugar denominado los Maquis, con los indios i
montoneros que intentaban quemar el pueblo de Arauco, de cuyo encuen-
tro resultó la dispersion de ellos. El 11 de diciembre del mismo año
emprendió su marcha al interior, bajo las órdenes del mismo señor coro-
nel, en persecucion de los montoneros e indios, i cuya campaña duró
hasta el 11 de marzo de 1862 i dió por resultado la dispersion completa
de los perturbadores del órden i tranquilidad de este departamento. El
22 de abril hizo nueva internacion al territorio indijena, donde perma-
neció hasta el 10 de julio del mismo año. El 2 de noviembre volvió al
territorio i permaneció hasta el 12 del mismo mes. Fué destacado en las
riberas del Bureo, donde se trabajó el puente del Mulchen , desde el 22
de diciembre de 1861 hasta el 3 de abril de 1862. -Es copia conforme.
-Santiago, agosto 3 de 1883. - David Silva S.-V. B. -VARAS.
427

"Hizo el capitan Sayago una campaña al sur en clase


de agregado al batallon de línea Chillan, desde el 25 de
setiembre de 1851 hasta el 31 de diciembre del mismo
año , a las órdenes del señor jeneral don Manuel Búlnes :
se halló en la accion de guerra de los Guindos el 19 de
noviembre del mismo año, i en la batalla de Loncomilla
el 8 de diciembre del espresado año . Hizo otra campaña
a la provincia de Talca, a las órdenes del señor jeneral
don Manuel García , desde el 8 de febrero de 1859 hasta
el 25 del mismo mes i año , hallándose en el sitio que se
puso a la ciudad de Talca, ocupada por los revoluciona-
rios mandados por el caudillo don Ramon Vallejos . Hizo
otra campaña a la provincia de Coquimbo, bajo las ór-
denes del teniente coronel don José María Silva Chavez ,
desde el 26 de febrero de 1859 hasta el 17 de marzo del
mismo año en que regresó a Valparaiso con motivo de
la derrota sufrida en la accion de guerra de los Loros .
Hizo otra campaña a la misma provincia bajo las órde-
nes del señor jeneral don Juan Vidaurre Leal , desde el
30 de marzo de 1859 hasta el 16 de mayo del mismo año ,
habiéndose hallado en la accion de guerra de Cerro Gran-
de el 29 de abril de dicho año , en la que fué recomenda-
do por su jefe inmediato por la serenidad con que se ba-
tió. Por esta accion se le confirió el grado de capitan."

VIII

Una dolorosa aventura llevó al capitan Sayago al Pe-


rú desde Valdivia , su ciudad natal , en febrero de 1864 ;
pero luego tomó allí servicio i acreditándose por su pe-
ricia i su valor, diéronle a mandar una de las piezas Bla-
ckeley en la torre de Junin, que dirijia en jefe el sarjen-
to mayor don Tomas Iglesias.
No olvidaron los peruanos su nombre despues de la
batalla porque le tributaron elojios merecidos , especial-
mente en un apurado trance que ocurrió en la torre de Ju-
428 .

nin, i que el cronista poeta Arnaldo Márquez refiere en


los siguientes términos :
"Una bomba se atascó en uno de los cañones , era de
percusion; el esfuerzo para sacarla podia hacerla esta-
Îlar. El injeniero Arancibia hizo construir a la lijera un
instrumento de fierro que fué acabado en minutos por
los herreros en medio de las balas . Era preciso apurar
la operacion porque un cañon estaba inutilizado . El jó-
ven teniente Domingo Rivero empuña el instrumento i
emprende aquella arriesgadísima operacion . Lo sigue su
compañero Sayago, Valdivieso , un sarjento i los herre-
ros . Cinco minutos luchan aquellos valientes a la boca
del cañon arriesgando su vida a cada golpe de martillo .
Hurra! el cañon está libre, sigue i sigue sus fuegos . ¡La
fortuna es de los audaces!" (1)

IX

Desde esa época avencindóse el capitan Sayago en el


Perú, junto con el bravo chileno Wenceslao Jaña , sar-
jento en Loncomilla i gobernador de Tarapoto en el Uca-
yali, i por el año de 1876 desempeñaba la comandancia
de jendarmes de Cerro de Pasco, de donde pasó como
gobernador a un departamento lejano del Amazonas . I
allí , hasta pocos meses há, en que ha regresado a Lima ,
vivió alejado i tal vez perseguido por sus antiguos com-
pañeros de armas .

Derramaron tambien su sangre en aquel dia de eterna


memoria en los fastos americanos los jóvenes paisanos

(1) Perú i la España moderna, vol. II, capítulo "Las baterías."


429

Cruz i Dublé , siendo este último uno de los pasa- cartuchos


de la torre de la Merced cuando se produjo la esplosion.
Batíase así mismo con denuedo a esas horas i en cali-
dad de simple cabo de cañon de la batería Independen-
cia un valiente colchagüino que despues ofreció el holo-
causto de su vida a su patria , en calidad de guia del
ejército de Chile en las batallas de San Juan i Chorri-
llos . Llamábase este voluntario don Francisco Leon Her-
quíñigo . Era hijo de San Fernando , i despues de haber
ascendido, como Eujenio Argomedo, colchagüino tam-
bien, a comandante en la caballería peruana, regresó
en 1879 para morir en batalla campal en defensa de
su patria vengada i vengadora, en enero de 1881. Ar-
gomedo, su comprovinciano en el servicio de las armas
en el Perú i en el combate del Callao , para fortuna suya,
habia desaparecido de la escena de las persecuciones , fa-
lleciendo en la ciudad de Piura dos años antes de la ac-
tual guerra con Chile . ( 1)

(1) Argomedo fué nuestro condiscípulo en el Colegio de Santiago, i des-


pues de haber sido fraile recoleto domínico i tomado parte en la revolu-
cion de 1851 , emigró al Perú, donde fué un oficial favorito de Castilla i
del jeneral Prado.
En cuanto a Herquíñigo era un chileno patriota i entusiasta, que su-
frió como repatriado cruel persecucion en Iquique; i despues de haber
intentado levantar un cuerpo de esploradores en Santiago, marchó a la
campaña como simple práctico, sin colocacion ni sueldo, recibiendo por
toda paga i memoria tres balazos en Chorrillos , de los que murió en el
campo de batalla.
Herquíñigo habia peleado en el Callao como simple cabo de cañon ,
siendo sarjento mayor, en la batería Independencia, a las órdenes del co-
ronel Delgado de la Flor.
A este propósito agregaremos que es casi increible el número de chile-
nos que en cosas de guerra han servido al Perú despues de su independen-
cia, porque ademas de los contra-almirantes penquistos Postigo i Salcedo i
del capitan de fragata don Ignacio Dueñas , hemos contado en su ejército
moderno no menos de diez coroneles , algunos de los cuales viven todavia.
Son éstos : el coronel de injenieros don José Arancibia, padre del injenie-
ro de la torre de Junin, i largo tiempo cónsul del Perú en Béljica ; los
coroneles don José María Guerrero i F. de P. Latapiatt, que juntos con
el teniente coronel de artillería Fuentes, tambien chileno, se batieron en
Ayacucho ; el coronel don José Antonio Sepúlveda, el célebre protagonis-
ta del drama nacional titulado el Tribunal del honor, rudo anciano que
aun habita en Lima i fué padre del valiente mozo mestizo que en Jer-
mania cayó a la cabeza de los Húsares de Junin (que le dejaron solo) ; el
coronel don Nicanor Contreras, natural de Chillan, que hace poco vivia
430

XI

Tal era el saldo de gloria , de ausilios , de sangre i gra-


titud que el Perú moderno , despues del Perú de la inde-

pendencia i del Perú de la restauracion , tenia para con


Chile cuando sus hombres públicos , casi sin escepcion .
de uno solo , juntáronse en celada secreta de odio injus-
tificado i de bastarda envidia , para ir a amotinar contra
sus antiguos libertadores las pasiones i las armas de to-
das las repúblicas que hacen frontera a la nuestra.
¡Ah! duro , mui duro ha sido el lote del infeliz Perú en

casado en Arequipa ; el coronel don Eustaquio Herrera, de los Herreras


de Aconcagua arriba, que en 1866 era edecan del presidente Prado; el
coronel Matías Gonzales, hijo de Santiago; el coronel Gálvez, de Con-
cepcion ; el coronel Esteban Dias, que mandó los Húsares de Junin, i el
célebre don Felipe Larrosa, llamado en Chile el " loco Larrosa," hombre
de temeraria bravura, que falleció en Trujillo hace solo dos o tres años.
La mayor parte de estos jefes han pertenecido a la caballería peruana
i se han ido de Chile llevando a aquel país de jente desmontada, caballos
i sables, bravura i sablazos .
El coronel Gálvez habia comenzado su carrera de soldado raso, i en
1875 era jefe provisorio del rejimiento Húsares de Junin.
Entre los jefes de menor graduacion han figurado los comandantes
Tapia (Nicasio) , Moreno i Morales ; entre los capitanes don Felipe Ara-
vena i don Juan Santibañez, hombres valientísimos que murieron en el
sitio de Arequipa , sostenido por Vivanco contra Castilla en 1858 ; los ca-
pitanes don Isidoro i don Pedro Nolasco Letelier (este último vive toda-
vía) , los sarjentos mayores don Ambrosio Benitez i don Pedro José An-
drade, chilote ; el capitan Rojas de la Serena, i los tenientes Andres
Salgado, José Medina, Fermin Zapata (de Talca) . N. Jorquera, Alejo
Yañez, N. Ansieta i Francisco Cousiño , de la Serena, estos tres últimos
oficiales de caballería, i otros muchos, alguno de los cuales han hecho
armas i aun muerto en las filas peruanas durante la actual guerra.
En cambio de esta verdadera lejion de soldados chilenos que han ser-
vido al Perú durante el último medio siglo, no hemos conocido en Chile
sino dos peruanos al servicio de sus banderas : el mayor Castillo, natural
de Trujillo, instructor de las milicias de San Fernando, i el mayor Alva-
rado, que lo fué de las de Santiago.
I ahora que cada cual haga a su manera su balance...
- 431

la guerra que hoi camina a su fin ; pero la historia, que


sabe encontrar nombres apropiados para todas las gran-
des cosas i para todas las deplorables miserias de la hu-
manidad , llamará algun dia esa desdicha , i con sobrada
justicia : "El castigo de la ingratitud . "

56
CAPÍTULO XXII

LOS PRISIONEROS CHILENOS I LOS PRISIONEROS ESPAÑOLES

Los prisioneros del Paquete del Maule en el bombardeo de Valparaiso i en el combate


del Callao. - Dureza de su cautiverio.--Su viaje a España i muerte del teniente Lira
i de varios marineros.--Vida de los prisioneros en España i elojio que hace de su en-
tereza de ánimo a su jefe don Luis Lynch.- Represalias del patriotismo.-- Riñas.--
Canje i regreso de los prisioneros.- Carácter completamente incruento de la guerra
con España.-El torpedista Flaxman.-Los prisioneros de la Covadonga en Chile.--
Su viaje del Papudo a la Ligua i de la Ligua a Santiago.- Exajerados informes su-
ministrados al historiador español.-El alférez Urrea i el guardia marina Escurra.-
Entrada de los prisioneros a Santiago i rectificacion de errores evidentes.- Escenas
del dia del bombardeo en la prision de los españoles. -Exajeraciones enmendadas.--
Canje de los prisioneros de la Covadonga i fria recepcion que le hacen sus compatrio-
tas i compañeros de armas en Europa. Decreto de espulsion de todos los españoles
i su benigno cumplimiento.-"La cabeza de Chopitea.»

Los chilenos que se batieron en las improvisadas for-


talezas del Callao no estuvieron solos.
Al contrario, frente a la isla de San Lorenzo , metidos
dentro de los lóbregos i mal sanos pañoles inferiores de
los trasportes españoles , yacian no ménos de doscientos
chilenos, muchos de ellos metidos por los piés en la bar-
ra de fierro de los criminales , de cuyo suplicio solian
ser estraidos por misericordia a respirar el aire libre de
dia, a ratos i por cuadrillas .
Estuvieron así aquellos infelices escuchando a la dis-
tancia el nutrido cañoneo del 2 de mayo , como habíales
cabido en Valparaiso la escasa fortuna de presenciar ater-
rorizados el atroz bombardeo de sus hogares un mes
hacia.
433

II

Tambien eran los tripuulantes del Paquete del Maule


un verdadero i mortificante embarazo para los marineros
españoles , no solo por los cuidados que requeria su se-
guridad, sino principalmente porque en su calidad de
brazos inútiles consumian una buena parte de las esca-
sas vituallas de sus postradas tripulaciones .
De buen grado habria ocurrido por consiguiente el al-
mirante Mendez Nuñez a un canje con sus compatriotas
apresados en la Covadonga, los cuales engordaban en
Santiago ; pero los afanes de su situacion siempre apu-
rada que les hacia vivir como vencidos , i el casi total
abandono en que los mantuvo el criminal gobierno de
politiqueros de Madrid , no permitió a los jefes españoles
demorarse en los acuerdos necesarios para aquel fin, i en
consecuencia resolviéronse a conducirlos consigo i mal
que mal a la lejana España.
Repartiéronlos para este efecto en las fragatas Alman-
sa, Villa de Madrid i Resolucion , que fueron las que con
grandes penalidades doblaron el Cabo de Hornos , duran-
te el rigoroso invierno de 1866 , i en esos barcos apor-
taron a los puertos de la Península , a fines de aquel año ,
los unos a Cádiz , los otros a la Coruña i otros por fin a
Cartajena, segun el destino del buque en que venian cus-
todiados .

III

No tuvo lugar viaje tan recio i tan penoso sin que al-
gunos de aquellos desdichados sucumbieran a su condi-
cion de cautivos , forzosamente mal alimentados ; i fué la
434

mas señalada víctima de aquella cruel peregrinacion el


jóven teniente don José Toribio Lira , que , embarcado en
el Papudo i ocultando por pundonor los síntomas de mor-
tal enfermedad, agravóse de tal manera en Rio Janeiro,
que los españoles diéronle soltura solo para ir a morir a
bordo de un vapor ingles , seis horas ántes de su arribo
a Colon.
Antes que él, habia sucumbido en la Almansa , el 27
de junio, el marinero del resguardo de Caldera , Manuel
Gonzalez , cojido junto con un patron de bote en una cela-
da, i en seguida el marinero Jorje Smith en la Villa de
Madrid, cuando iba este barco en viaje a España , el 4 de
noviembre de 1866 .
En el trayecto de Rio a Cartajena falleció tambien ,
de inflamacion jeneral, a bordo de la Resolucion , el 19
de noviembre, el marinero Alvarado . Cada barco carcele-
ro tuvo así su racion de víctimas .

IV

Desembarcados en los puertos de España los chilenos ,


cuya estoicidad en la desgracia es un rasgo tradicional
i casi de familia, por lo araucano i lo ibero , fueron re-
partidos en diversos cuarteles i fortalezas , dejando a los
oficiales libres , bajo su palabra de honor, en las ciuda-
des . El comandante Lynch fuése a vivir a la de Sevilla i
el capitan Novoa , que tenia a su cargo a los artilleros , a
la Coruña .
Habíales concedido el gobierno español una corta pen-
sion alimenticia, i la hospitalidad i baratura de España ,
especialmente en Andalucía , hacian todo lo demas para
pasarlo mediocremente en tierra tan remota, i por aque-
Îlos dias justamente aborrecida .-" Todos , dice el coman-
dante Lynch en el parte que de su cautividad pasó al go-
bierno de Chile en el mismo dia de su regreso a Valparai-
so, por diciembre de 1867 , todos sobrellevaron con firmeza
las penalidades de su larga prision, penosa especialmen-
435

te para la tropa i marinería , sometidas a una vijilancia


rigorosa i suspicaz , cuya forma principal constantemen-
te fué la barra de noche."

No habia carecido esta mortificacion cruel , pero talvez


inevitable en los anales de la guerra , de alguna com-
pensacion i jenial represalia, porque todavía se cuenta la
impávida arrogancia con que mas de uno de aquellos ru-
dos i encarcelados patriotas respondia gritando con to-
dos sus pulmones viva Chile! (con su inevitable apéndice
de la tierra) a la patriótica algazara de los españoles ,
que a la llegada de sus buques les rodeaban vitoreando
a España i a la reina.
De cuando en cuando algunas riñas , como la malhada-
da de Coquimbo , ocurrió en las tabernas de los puertos
españoles ; pero, en jeneral, la afabilidad nativa de la
sociedad española aun en sus últimas esferas i la re-
signacion propia del chileno , hicieron llevadera su estan-
cia en aquellos climas durante largos meses.

VI

Al fin, pactado su canje total, por el intermedio del


cónsul de Chile en Paris , fueron embarcados 226 prisio-
neros chilenos en la barca Gaspard, capitan Le Bour-
gois , i en seguida conducidos desde el Havre a Valparai-
so, a cuyo puerto llegaron en buena salud i felices el 12
de diciembre de 1867. La cautividad habia durado cerca
de dos años . (1)

(1 ) Para mayores pormenores haria bien el lector en consultar una pro-


lija i animada relación que se atribuyó al comandante Lynch i se pu-
blicó en la prensa de Chile poco despues del regreso de los prisioneros , i
en la cual se hayan relatado todas sus aventuras.
436

En España quedaron solo dos enfermos i los huesos


de dos muertos . Llamáronse estos últimos , Manuel Alva-
rado, que falleció en el hospital de la Coruña el 26 de fe-
brero de 1867 i Rafael Perez , que casi a la mismas horas
(febrero 28 ) espiraba en el hospital de Cádiz . En este
viaje de regreso falleció tambien en el Gaspard i de en-
fermedad de consuncion el marinero Benito Perez .
En cuanto a los rezagados José Dolores Toledo , sol-
dado de artillería i el marinero del resguardo de Copia-
pó Antonio Lopez , regresaron sucesivamente a su pa-
tria en junio de 1868 , el uno (Toledo) en la barca francesa
Jean Pierre i el otro en el buque Etoile de mer que fon-
deó en Valparaiso el 22 de junio de 1868 .

VII

Tal fué la larga i dolorosa peregrinacion de los pri-


sioneros del Paquete del Maule , víctimas de ajena impre-
vision . Absolvió plenamente a su jefe un consejo de guer-
ra, i con justicia, porque no tuvo aquel mas culpa que la
aceptacion, a título de obediencia, de una empresa tan
temeraria como mal urdida . Pero fué fortuna que solo
siete de sus subordinados perecieran en tan prolongada
cautividad, siendo el mas digno de compasion i de me-
moria el jóven marino Lira , persona amable , bondadosa
i revestida de excelentes cualidades .
El teniente Lira fué el único oficial chileno que pere-
ció en la poco cruenta guerra con España, i esto de ca-
sual enfermedad .
Por lo demas, i con escepcion del desastre que en el
fondo del mar encontró el injeniero mecánico Flaxman,
ensayando un torpedo subterráneo en la bahía de Val-
paraiso con su hijo i seis obreros , pudo decirse que aque-
lla guerra no nos costó siquiera un litro de sangre , si
bien su oro pudo medirse por quintales i aun por tonela-
das. La guerra de España costó a Chile 20 millones de
pesos .
437

VIII

¿Cuál fué, entre tanto, la suerte de los prisioneros de la


Covadonga bajo el cielo i el réjimen de Chile, siempre
hospitalario i en ocasiones hasta el exceso , especialmen-
te con los huéspedes de su propia raza?
Dejémosles contar a ellos mismos sus propias aventu-
ras , descartando i corrijiendo alguna que otra exajera-
cion , hija de inspresiones fugaces que el tiempo abulta
con sus sombras . El dolor, como la rutina, tiene tambien
su optica i sus oftalmías .

IX

Aprisionados en el Papudo el 26 de diciembre, "nues-


tra orden de marcha, dice narrando su primera peregri-
nacion por los campos i caminos de Chile el guardia

marina Concas , que resultó herido en aquel hecho de


armas , es el siguiente : los oficiales i guardias marinas
aglomerados en un coche de cuatro asientos , el condes-
table i yo, que íbamos mal heridos , en un quitrin , la jen-
te en carretas tiradas por bueyes i la escolta caminaba a
pié . El médico con cuatro heridos mui graves i un ma-
rinero para ayudarlo quedaron en el Papudo en la impo-
sibilidad de seguirnos .
A las ocho de la noche (del dia 26 de noviembre de
1865) llegamos al pueblo de la Ligua , cabeza del distri-
to ; el condestable i yo mui agravados por el viaje. Fui-
mos encerrados en el cabildo , los mariñeros en el patio i
los oficiales , maestranza , etc. , en un salon , sin haber si-
do molestados por la multitud de jente que encontrába-
mos en el trayecto .
438 --

Una vez instalados , pedimos al gobernador que dejara


venir con nosotros a los marineros heridos , lo que nos
negó, teniendo éstos que pasar la noche al raso . A las
dos horas trajeron tres colchones : uno fué para mí, otro
para el condestable i el tercero sirvió de almohada je-
neral.
Yo estaba completamente privado de habla i movi-
miento, pero no de sentido , i así oí como , al mismo tiem-
po que mi buen amigo Jácome me desnudaba algo para
que estuviese mas desahogado , todos en sentidos térmi-
nos me rezaban el de profundis . Con asombro de mí mis-
mo ví amanecer el dia siguiente ya algo mejor ; al des-
pertar acababan de tomar un frugal almuerzo i se dis-
ponian a partir todos ménos yo i el condestable, a los que
nos era humanamente imposible seguir, quedando el
practicante para curarnos . Momentos despues se pusie-
ron en marcha i desaparecieron por una de las calles de
la plaza en que estaba mi prision ; me metí dentro , me
tendí en la cama i me eché à llorar...'
Pobrecillo!

"Suprimo por su estension el resto del relato de otro ofi-


cial (añade el señor de Novo , que tal vez habria hecho me-
jor en no suprimirlo) hasta su llegada a la capital , pero
creo jeneroso consignar uno de los párrafos en que mencio-
na un rasgo digno de ser aplaudido i recordado . Antes de
tomar el tren para Santiago se detuvieron en un fonducho
o taberna del pueblecillo la Calera , donde almorzaron i
comieron once de los prisioneros españoles . "Antes de
marchar (dice Concas) fué a pagar el médico don José
Lopez i là dueño de aquel pobre restaurant le pidió dos
pesos por el gasto de todos . Creyó Lopez que esa era la
parte que le correspondia a cada uno, pero enterado de
la verdad demostró su asombro ; la mujer, enternecida ,
le contestó que no se habia atrevido a dejar de pedir al-
439

go porque éramos unos señores ; pero que viéndonos en


desgracia nos pedia solo el valor de los materiales . Con-
movido Lopez le obligó a tomar medio cóndor (cinco pe-
sos ) quizás el único que le quedaba . Nos impresionó
mucho el tierno acto de caridad de la pobre mujer."

ΧΙ

De la relacion del alférez de navío Gurrea solo citaré


aquellos períodos que dedica a elojiar la conducta de de-
terminadas personas , para que sean conocidas en este li-
bro , así como la gratitud de los prisioneros españoles .
En atencion al actual estado de nuestras relaciones con
Chile, no quiero mencionar los nombres ni los hechos de
chilenos soeces o poco jenerosos que entendieron con los
tripulantes de la Covadonga.
Dice Gurrea:
"Llegamos a otro sitio donde nos esperaba una com-
pañía del batallon 1.° de línea, la que se hizo cargo de
nosotros poco despues , al pié de la cuesta del Melon . El
teniente Gárfias i el capitan Barbosa se condujeron como
dignos caballeros.
"Al medio dia llegamos a la hacienda de don José Ra-
mon Echeverría , donde debíamos pasar la noche. El reci-
bimiento que nos hizo este señor no pudo ser mas afectuo-
so i cordial. Enterado el señor Echeverría que la jente
venia a pié, mandó algunas carretas para que subieran
la cuesta del Melon i les preparó tambien un abundante
rancho ; nos preguntó qué podria hacerse por los heridos ,
agregando que de su cura se encargarian su señora, su
hija i sobrinas , como así lo hicieron , llenas del mayor
interes i dulzura. En cuanto a nosotros , fuimos tratados
con muchas atenciones i amabilidad . Solo un disgusto
tuvimos en aquella hacienda : fué la falsa noticia de que
habia sido tomada la Resolucion . Con tales datos i seña-
les la oimos referir, que no era posible dudar de la cer-
teza del suceso , pues hasta nos dijeron que el capitan
OT
440 --

Barbosa (jefe de la escolta) habia recibido una carta de


Concepcion , en la que le decian que un hermano suyo
habia perecido en el sangriento abordaje, que tuvo por
resultado la toma de la fragata . Debo decir, en elojio
del señor Barbosa , que a pesar de la noticia de esta des-
gracia, su comportamiento con nosotros fué el de un
hombre de honor, de un amigo , mas que el de un coman-
dante de escolta ."
"Al amanecer del siguiente dia nos pusimos en cami-
no a la Calera. El señor Echeverría nos acompañó con
su hijo hasta la estacion ; i nos separamos por fin de aquel
caballero sintiendo en el alma no poder pagarle sus bon-
dadosos actos para con nosotros , mas que con una grati-
tud profunda e imperecedera...
Al llegar a Santiago , les salió al encuentro una multi-
tud de 3 a 4,000 personas que los saludaron con gritos
de viva Chile! ¡mueran los godos! gritos que las tropas
procuraban sofocar i tambien algunos señores . "Entre
éstos vimos a don Emilio Undurraga, a quien habíamos
conocido el año 63 , cuando llegamos a Valparaiso . El se-
ñor Undurraga se acercó a nosotros . Nos dió la mano i
nos habló con afecto ; pero al comenzar los gritos , cre-
yendo yo que la tempestad iba a estallar, le supliqué se
retirara para que no lo envolviera el chubasco que des-
cargaba sobre nosotros , agradeciéndole en el alma la
prueba de simpatía que nos daba . "

XII

No nos seria dado proseguir mas adelante en estos es-


tractos de impresiones a todas luces apasionadas i vehe-
mentes , sin estampar lijera protesta contra su veracidad ,
porque si bien pudo escaparse de en medio de la curiosa
muchedumbre algun grito inconveniente , no debió con-
siderarse aquél como la espresion jenuina de la acojida
benévola i aun compasiva que el pueblo de Santiago tri-
butó a sus desgraciados huéspedes de aquel dia . Con el
441

rótulo de Valor i moderacion habíase publicado aquella


misma mañana un párrafo en la prensa de la capital , en
el cual decíase al pueblo estas palabras :
"Inútil será recomendar la mayor moderacion a la lle-
gada de los españoles prisioneros . Es un deber que nues-
tro pueblo ha sabido siempre cumplir. Respeto a los ven-
cidos . Que esta sea la voz de órden de nuestro pueblo .
Mostrémonos dignos de la primer victoria que obtienen
nuestras armas ! ¡Viva la República! Que este sea el úni-
co grito que salga de nuestros labios . Nada de recrimi-
naciones , ni acentos de venganza. Un pueblo valiente es
siempre magnánimo ."
I es preciso reconocer que todo eso fielmente i sin es-
fuerzo fué cumplido . "Ayer a las 10 de la mañana, dice ,
en efecto, El Ferrocarril del 30 de noviembre de 1865 ,
hicieron su entrada a la capital los prisioneros de la Co-
vadonga.
El comandante i oficialidad , llegados a la estacion del
ferrocarril, fueron trasportados en carruajes particula-
res al cuartel de Cazadores , donde se les tenian prepara-
das cómodas habitaciones.
Su entrada casi pasó desapercibida para la mayor parte
de la jente .
Los individuos de tropa fueron transportados en el fe-
rrocarril hasta enfrentar la calle de Teatinos , donde ba-
jaron de los carros , teniendo que marchar a pié una cua-
dra hasta el cuartel de Cazadores .
Su entrada se hizo con el mayor órden . Los prisione-
ros , estamos seguros que serán los primeros en dar testi-
monio de los sentimientos de benevolencia con que han sido
acojidos en todas partes. Desde que han pisado nuestro sue-
lo se han visto rodeados de las atenciones que inspira su
situacion ." (1)

(1) Relacion por relacion, nosotros oponemos aquí a la de los impetuo


sos i naturalmente despechados oficiales españoles, la de un oficial chile-
no, el capitan de Guardias nacionales don Eduardo Barra Lastarria, que
asistió oficialmente a la recepcion i custodia del convoi de prisioneros, i
quien, ratificando la relacion de los oficiales Gurrea i Concas, así se es-
presa en carta que nos dirijió a mediados de julio de 1883 :
..."Era yo a la sazon capitan de guardias nacionales , i a la llegada a
Santiago de los prisioneros de la Covadonga me tocó recibirlos.
La afluencia de jente era inmensa, como nunca la habia visto. El tra-
442

XIII

Otra version escrita en los lugares mismos en que mas


vivamente debia sentirse el calor de la refriega i en la
hora de ésta, es decir, una carta del Papudo que publicó El
Mercurio del 28 de noviembre, añadia todavía lo que si-
gue i fué a todas luces cierto .
"No tendrán motivo alguno de queja los prisioneros
españoles . Ni de parte de los vencedores ni de la jente
que habia en el Papudo han recibido humillaciones ni
vejámenes de ninguna clase. Se les ha tratado como a

yecto bien largo de la estacion del ferrocarril central al cuartel de Caza-


dores, a donde se les condujo, estaba lleno de espectadores , todos mudos
i recojidos .
A la llegada de los españoles era grande la curiosidad de los que desde
temprano aguardaban. Llegó al fin el tren i se sintió como una oleada en
la multitud ; todos se empinaban, los pescuezos se alargaban, la jente se
volvia ojos para divisar a los huéspedes por fuerza que iba a alojar San-
tiago. Bajaron éstos un tanto impresionados , en medio del mayor silen-
cio, i se formaron para seguir al lugar donde les condujo la tropa. Era
imponente aquella multitud compacta, enardecida por la situacion, que,
sin embargo, no tenia ni una voz, ni una leve manifestacion contra el
enemigo vencido i desarmado que tenia a su presencia. Cuando mucho,
al pasar oí a las mujeres palabras de conmiseracion :-¡Pobrecitos! decian,
i tendrán madre! i tendrán hijos!...
Yo estaba agradablemente sorprendido, porque aun no sabia cuán je-
neroso es nuestro pueblo. Bastante me impresionó su espontáneo recoji-
miento i su hidalga comportacion. En aquella ocasion aprendí a cono-
cerlo.
Es, pues, falso, de toda falsedad , que aquel dia el pueblo de Santiago
haya prorrumpido en gritos de rabia i rencor contra los vencidos de la
Covadonga, a quienes compadecia en aquellos momentos i despues aga-
sajó.
Lo que le cuento es lo que presencié, i lo mismo que Vicente Sol pue-
de repetir en España, pues él era entónces voluntario armado de los bom-
beros i tambien presenció la llegada a Santiago de los prisioneros . Ademas,
lo que yo afirmo está corroborado por la conducta de nuestro pueblo du-
rante la guerra actual. Ahora ha tenido un solo momento de exaltacion,
cuando la pérdida del Rimac, como ántes cuando el bombardeo de Val-
paraiso. Por lo demas, ha sido tranquilo, sereno i siempre jeneroso."
443

vencidos en legal contienda. Léjos de haber odio ni en-


carnizamiento con ellos , se les ha tendido la mano , si no
del amigo, del caballero de sentimientos nobles que sa-
be hacerse cargo de las situaciones , que respeta el in-
fortunio.
Léjos de hostilizarlos les han prestado cuanta atencion
era posible, evitando hasta demostraciones de entusias-
mo a fin de no hacerlos sufrir una humillacion que pu-
diera herirlos .
En las playas del Papudo han encontrado las mismas
hospitalarias playas de Chile, i en sus hijos el corazon i
el sentimiento de los que están acostumbrados a dar
pruebas de bondades i de cultura.
Allí el lanchero , el cargador, el hombre rudo , en fin ,
ha sabido colocarse a grande altura partiendo con el pri-
sionero el pan de que podia disponer . Se hacian un ho-
nor en ir a ofrecerles su empanada o caldúa , como ellos
la llaman, endulzándola con miel de esta clase :
-Tome usted, paisano , que esto no tenian a bordo, i sı
han dejado su buque ha sido tal vez por venir a comer car-
ne fresca. Aquí no les faltará nada , gracias a Dios!
No sin razon se ha visto reflejar la alegría en los es-
cuálidos i macilentos semblantes de los prisioneros i has-
ta oírseles espresar la confianza de que les espera una
mejor vida entre los chilenos ."

XIV

"En Santiago , continúa diciendo el historiador espa-


ñol, los prisioneros del Papudo fueron alojados en el
cuartel del rejimiento de Cazadores a caballo, donde per-
manecieron en incomunicacion absoluta. Don Víctor Con-
cas hace mencion , con elojio , de la oficialidad que los
custodiaba . "Su comandante, don Emeterio Letelier, fué
desde el primero al último dia de nuestra permanencia
allí , un verdadero amigo , i en jeneral, todos los oficiales ,
con raras escepciones, se condujeron bien con nosotros ,
444

distinguiéndose
"" entre ellos , el capitan Zúñiga i el alférez
Teran.'
"Mas adelante daré noticia, agrega el señor de Novo,
de la crítica situacion en que se hallaron los prisioneros
españoles a consecuencia del bombardeo de Valparaiso ,
i de otras circunstancias que amargaron mas aun su cau-
tiverio. "

XV

Con la adicion inesperada de los cautivos del Papudo ,


la poblacion española de Chile, entónces mucho menos
numerosa que al presente, habíase entre tanto aumenta-
do en cerca de un quince por ciento , llegando el total
estadístico a 890.
Cuatro años antes , en un censo tomado por encargo
del señor Tavira, i conforme a un dato que se publicó en
El Mercurio del 12 de abril de 1862, los españoles resi-
dentes en Chile en ese año eran en efecto apénas 769 ,
inclusos entre éstos 12 mujeres , es decir, 11 mas que las
que trajo consigo don Pedro de Valdivia."

XVI

En consecuencia del estado de los ánimos , no calen-


tados todavía por el fuego del siniestro bombardeo del
31 de marzo de 1866 , los españoles , tanto los antiguos
como los recien llegados , i éstos principalmente, en razon
de su desventura, vivian en grato regalo ; al punto de
que en los primeros dias de su captura codeábanse en el
zaguan del cuartel de Cazadores los mozos de las " casas
grandes" de Santiago con los cubos de helados , las ban-
dejas de coronillas tapadas con una gasa verde o azul , i
445

los canastos de bizcochuelos i alfajores . " La Antonina”


hizo su agosto con la hospitalidad hispano- santiaguina, i
a la verdad desde entónces comenzó a alzarse en fama
i... en sobrinas.

XVII

Mas como nada de lo que es placentero se prolonga


mas allá del heno de Rioja,

"En la mañana, verde,


""
seco a la tarde ....' rega
Mug
M
F. s
us

Llegó para los regalados prisioneros de la Covadonga


el dia terrible del bombardeo, que a muchos aparecióse
en sus ántes tranquilos aposentos como la siniestra imá-
jen de las vísperas sicilianas de Palermo .
Es el mismo guardia marina Concas quien cuenta sus
impresiones de aquel dia , i así dice , advirtiendo que el
teatro de la narracion era el cuartel de Cazadores , frente
a la Moneda.

XVIII

"El 31 de marzo de 1866 , a las nueve i tres cuartos


de la mañana , llegó a Santiago el telegrama de que nues-
tra escuadra habia roto el fuego sobre Valparaiso .
El ancho paseo que nos separaba de la casa de go-
bierno estaba lleno de un jentío innumerable. Pasado un
momento de estupor, se volvió entera la multitud contra
el cuartel de Cazadores , pidiendo nuestras cabezas con el
frenesí mas espantoso , aumentando el vocerío i acortando
la distancia a tocar el cuartel, que escasamente tenia
- 446 ―

unos 125 soldados de ninguna confianza . Estábamos los


oficiales almorzando en silencio , i pensativos todos , au-
mentando la seriedad de la escena la escasa luz de dos
velas que alumbraban el oscuro comedor , que tenia cer-
radas todas las aberturas al esterior. Oidos los prime-
ros gritos se levantó Fery, tan sério como las circuns-
tancias lo requerian , i en voz solemne , que no hemos de
olvidar nunca, como tampoco aquellos momentos , nos
dijo : "Señores , nuestro puesto es con nuestra jente, pa-
ra correr juntos la suerte que Dios nos depare." Nos le-
vantamos todos sin decir palabra, como movidos por un
mismo resorte i bajamos rápidamente la escalera , que en
aquel momento ninguno de nosotros creyó que volveria
a subir.

XIX

Nuestra presencia en las cuadras de la jente fué reci-


bida росо ménos que con una ovacion ; nuestros pobres
marineros , tan valientes en el combate i en tantos peli-
gros como juntos habíamos corrido, estaban aterrados
ante la muerte salvaje que les esperaba en manos del popu-
lacho desenfrenado. Las cuadras eran un verdadero caos ;
todo hierro visible estaba arrancado , listo para servir ;
no quedaba ni una traviesa de hierro de una série de ta-
quillas que habia sobre los camastros; las puertas de las
taquillas , los camastros , todo habia servido para procu-
rarse algo que pareciera un arma, i como si se hubie-
ran multiplicado a medida de su deseo, casi todos te-
nian su cuadrilla i la voz unánime era , que ya sabian
que tenian que morir ; pero que vivos no los arrastrarian
por la calle. A duras penas calmamos a nuestra jente ,
pues teníamos en contra los gritos de la multitud que, a
traves de la puerta del patio del cuartel , llegaban direc-
tamente a nosotros , i en vano les decíamos que la tropa
chilena nos defendia, pues objetaban, con sobrada razon ,
que serian los primeros en acuchillarnos .
- 447

XX

En aquellos momentos de tribulacion habia , sin em-


bargo, una figura que descollaba entre todos i era el co-
mandante Letelier, quien se multiplicaba , infundia ánimo
a sus oficiales i les hablaba de su deber, i por fin , diri-
jiéndose a nosotros nos juró mil veces , que antes de to-
car a uno de los nuestros pasarian por encima de su ca-
dáver.

En vano, sin embargo , queria tranquilizarnos , pues


era el primero que no contaba con su jente ; así su temor
no era que el paisanaje llegara a nosotros , sino sus pro-
pios soldados ; los oficiales Zúñiga i Teran, con arenga
tras arenga, trataban de sostener su espíritu en union de
su digno jefe, Hasta la una de la tarde seguimos en la
misma angustiosa situacion , aumentando el peligro en
razon directa de la impresion que los partes recibidos de
Valparaiso producian en la multitud, i cuya importancia
nos traia el eco. Cuando se supo que la escuadra volvia
al fondeadero, acudió en nuestro socorro don Antonio
Varas, jefe ( como primer ministro del partido montt-va-
rista ) conservador i opuesto a la guerra con España , el que
arengando a la muchedumbre la arrancó de enfrente de
nuestra prision , para que fuera a buscar a los españoles
esparcidos por la ciudad i los llevasen a la cárcel, en
donde el gobierno se encargaria de tomar represalias ."
No eran poco anchas , por lo visto , las concavidades en
que el señor Concas guardaba aquel dia su miedo i sus
creederas .

XXI

En cuanto a la suerte que los prisioneros españoles


corrieron en Chile despues del bombardeo, sábese solo
que los trataron con decencia i holgura en la capital i
58
448

que fueron embarcados en Valparaiso el 27 de marzo de


1866 , en la barca Casimir Lequellec con destino al Ha-
vre, puerto donde se ejecutaria el canje. "Los prisione-
ros chilenos , dice a este respecto el señor de Novo , con
mas amargura que justicia i empeñado en formar un
contraste de situaciones sobre informes que no han sido
correctos , los prisioneros chilenos fueron enviados a los
castillos de la Coruña, Cádiz, i a Cartajena, pero a sus
jefes i oficiales se les permitió residir en Sevilla i Coru-
ña sin mas custodia que su palabra de honor. A estos
oficiales les señaló S. M. la reina un socorro mensual de
27 pesos fuertes , pero lo rechazaron por motivos de de-
licadeza dignos de elojio. En cuanto a los soldados chi-
lenos , se les proporcionó vestuario esterior e interior ,
tabaco , etc. , etc.
Doloroso contraste, añade el mal informado cronis-
ta castellano , hizo la conducta observada en Chile con
los prisioneros españoles. Estos habian estado en total
incomunicacion , i cuando supo el gobierno de la re-
pública la libertad que disfrutaban sus compatriotas
en España, notificó a los antiguos tripulantes de la Co-
vadonga que podrian salir a la ciudad a ciertas horas los
oficiales de dos en dos cada dia , i no mas que los marine-
ros que Fery designase. Tan ridícula proposicion fué
rechazada. Continuaron , pues , incomunicados i cada dia
con mas rigor sometidos a la estúpida tiranía de un nue-
vo comandante que los custodiaba . Ademas , la escasez
de recursos en que se veian era estremada ; carecian de
todo , absolutamente de todo, i en su prision de San Isi-
dro escatimaban el agua porque tenian que comprarla.
Solo el jeneral Mendez Nuñez les envió algunas cantida-
des, i por último les asignó la mensualidad de 1,000 pe-
sos fuertes , de las que solo cobraron una porque el go-
bierno español desaprobó lo dispuesto por el ilustre ma-
rino. Cuando ya carecian de lo mas indispensable, hasta
del tabaco , les asignó nuestro gobierno una mensualidad
de 550 pesos ; pero 40 dias despues , por efecto del canje ,
se puso a todos en libertad , i el 27 de mayo los embar-
caron en una barca francesa con destino al Havre. En
este puerto los aguardaba la goleta de guerra Caridad,
cuyo comandante no quiso recibirlos bajo pretesto de que
449

no los entregaba nadie. Así , pues , aquel dia la antigua


jente de la Covadonga ¡ no comió ni cenó! por fin , el ca-
pitan del puerto frances se hizo cargo de ellos i los en-
tregó a la goleta Caridad. Creo que cualesquiera que hu-
bieran sido las instrucciones del comandante español ,
cuyo nombre ignoro , fué un mal compañero. Aquellos
desgraciados marinos llegaron a Cádiz i fueron arresta-
dos en el Arsenal. Los oficiales del departamento los re-
cibieron con gran reserva i escasa solicitud ; tambien pe-
caron de poco jenerosos . La causa que se les formó pasó
por una serie de fiscales holgazanes , hasta que dió en
manos del brigadier don Francisco Ramos Izquierdo , el
que con recta conciencia trabajó sin descanzo . El conse-
jo de guerra falló absolviendo a todos con las notas mas
favorables ."
Ignoramos a ciencia cierta lo que haya de verdadero
en el mal trato o indiferencia que los prisioneros de la
Covadonga encontraron de parte de los chilenos en su
espacioso cuartel de San Isidro, donde, por lo menos vi-
vian tranquilos i a sus anchas .
Pero si hubo alguna animosidad de parte de un pais
celebrado desde antiguo por su franca hospitalidad, pre-
ciso es tener presente que esto sucedia despues de un
bombardeo atroz i cuando la España misma se negaba a
socorrer con mil duros mensuales a mas de cien de sus
infortunados marinos . De todas suertes , será preciso re-
conocer que los prisioneros de la Covadonga no fueron
peor tratados por los chilenos en Valparaiso que por los
españoles en el Havre...

XXII

Por lo demas , las severidades del gobierno chileno pa-


ra con los residentes españoles , autores verdaderos i res-
ponsables de las calamidades que a ellos como a nosotros
nos trajera la guerra , porque fueron los ciegos instigado-
res del odio de Pareja, limitáronse a un decreto de es-
- 450 ---

pulsion jeneral que tuvo muchas escepciones , i que , por


tardío, habria talvez convenido obviar, porque, en reali-
dad , fué solo una medida de retaliacion i apaciguamiento
ofrecida al enojo popular.
Esa resolucion, dictada un mes despues del combate
del Callao i al dia siguiente de la partida para Europa
de los prisioneros españoles , estaba concebida en los du-
ros términos siguientes , que correspondian al justo sen-
timiento de la nacion :

Santiago, mayo 28 de 1866.

Considerando :

1.° Que durante la discusion diplomática anterior al


arreglo que en mayo próximo pasado puso término mo-
mentáneamente al conflicto chileno español , i sobre todo
en los dias siguientes a dicho arreglo, muchos de los
súbditos españoles residentes en el pais cooperaron a
frustrar ese avenimiento amigable i honroso por medio
de sus protestas i escitaciones contra Chile, dando con
ello testimonio de su malevolencia e ingratitud para con
una nacion en que habian recibido la mas jenerosa hos-
pitalidad ;
2.° Qué la actitud de los súbditos españoles en presen-
cia de los sucesos recordados contribuyó a encender la
presente guerra ;
3. Que la conducta de las fuerzas navales de España
en el curso de las hostilidades , i principalmente el exe-
crable i bárbaro atentado de bombardear a una ciudad
indefensa i puramente mercantil como Valparaiso , con
el solo objeto de incendiar sus edificios i asesinar a sus
habitantes, a quienes no se dió siquiera el término nece-
sario para abandonar la ciudad , han privado a España
de todos los fueros de los belijerantes cristianos i civili-
zados , i a sus súbditos residentes en Chile de todo título
a las consideraciones que de otra manera les habria dis-
pensado ;
4. Que tales antecedentes han hecho imposible una
reconciliacion entre Chile i España e investido del mas
451

ámplio derecho de represalia al gobierno de la república,


He acordado i decreto :
1.° Los súbditos españoles residentes en Chile deben
dejar el territorio de la república en el término de 30
dias contados desde esta fecha ;
2. Solo podrán eximirse de salir del pais los súbditos.
del enemigo que obtuvieren carta de ciudadanía confor-
me a la Constitucion del Estado , dentro del mismo plazo
de 30 dias ;
3.° Queda prohibida irrevocablemente la entrada en el
territorio de la república a todo súbdito español , debien-
do ser considerados i juzgados militarmente como espías
los que se introdujesen en él ;
4. Al mismo tratamiento quedan sujetos los que resi-
den actualmente en Chile e infrinjieren lo dispuesto en
los arts . 1. i 2.° de este decreto ;
5. Las autoridades políticas , militares i marítimas de
la república son responsables de la fiel ejecucion de las
disposiciones precedentes .
Comuníquese , anótese i publíquese.

PEREZ .
Alvaro Covarrúbias,

P XXIII
認inMy

Esto no obstante , i segun ántes lo espresamos , cum-


plióse con evidente lenidad aquel severo decreto , mas
severo en las palabras que en las intenciones . No pocos
de los españoles señalados por su amor al pais continua-
ron viviendo en paz en el seno de sus familias , i la ma-
yor parte regresó dos o tres años mas tarde , dando así
testimonio irrefragable de la innata i jenerosa cordiali-
dad del pueblo que unos cuantos frenéticos , azuzados
en mala hora por un intrigante i un imbécil (Lora i Pa-
reja) habian calumniado en daño suyo.
En la segunda guerra ccn España , si ocurrieron algu-
452

nas prisiones i destierros precautorios , nadie, por mas


que así lo dijese de la suya el guardia-marina Concas ,
nadie pidió "la cabeza" de Chopitea, i , por consiguiente ,
la reconciliacion de Chile con España, de la hija con la
madre, no seria "imposible." I esto es lo que a la vuelta
de los tiempos i de los sucesos ha sido demostrado con
la aparicion en nuestras aguas de un barco español que ,
en lugar de bombas incendiarias , nos ha traido olorosos
ramilletes de flores i las promesas de una paz honorable
i duradera.
CAPÍTULO XXIII

LA RETIRADA DE LOS ESPAÑOLES POR EL PACÍFICO

Los españoles reparan sus averías en la isla de San Lorenzo, i de improviso desapare-
cen.-Incertidumbres i jactancias.-Notificaciones de Mendez Nuñez al cuerpo diplo-
mático.- Forma el almirante español dos divisiones de su armada i se dirije una a
Filipinas al mando de Pezuela i otra al Atlántico a su propio cargo.-Estado lastimo-
so de la escuadra española i criminal abandono de su gobierno.-Proclama del dictador
Prado sobre la retirada de los españoles.-La Numancia i la Berenguela en su viaje de
Tahiti.-Horribles penalidades i privaciones. -El paraiso despues del infierno. La es-
cuadrilla en Filipinas.-Prosigue la Numancia su viaje al derredor del mundo por el
cabo Buena Esperanza. i en Santa Elena recibe órden de dirijirse a Rio Janeiro donde
ballábase estacionado Mendez Nuñez.-Horribles sufrimientos de los marinos españoles
en aquella retirada.

Dejábamos a los que en el Callao combatieran por la Es-


paña, cual en Lepanto , a la vida o a la muerte, "barcos
con honra pero no barcos sin ella" , en el final del capítulo
que precede a los anteriores , reposando su gloria i su
fatiga a la sombra de los altos farellones de la isla de
San Lorenzo, tajamar de la naturaleza que da a las aguas
del Callao su plácida ondulacion , libertándola de levan-
tados mares i huracanes, cuando una semana despues del
combate, i cuando esperábase su renovacion , de un ins-
tante a otro echóse de ver que como por encanto habian
desaparecido a manera de sombras de la noche i del mar,
todos sus barcos .

II

¿A dónde se habia dirijido la poderosa escuadra de


Mendez Nuñez , la mas poderosa hasta entónces conocida
en estos mares ?
454

Nadie podia siquiera presajiarlo .


¿Habia regresado a Chile para recomenzar su desde-
ñado castigo ?
¿O dirijíase a Panamá, a los puertos de Méjico , a las
costas de las Californias , a las islas del Océano para re-
poner su jente i su vitualla , i dar la vuelta en torno del
mundo?
¿ O pondrian sus proas resueltamente a España?
Ni agua suficiente tenian siquiera aquellos argonautas
perdidos en inclemente Océano, a tres mil leguas de su
patria i del socorro que nunca les llegaba en tiempo . "Pa-
rece acuerdo providencial dice a este respecto el histo-
riador español que juzga de las cosas de la historia i de
sus hombres con tan levantado criterio, i como si ex-
profeso escribiera para Chile , que el heroismo sin segun-
do desplegado por el pueblo español en los grandes mo-
mentos de su historia, se haya visto contrarrestado
siempre por la falta de cordura, sentido práctico , inteli-
jencia o arrojo de sus próceres o gobernantes ; pues si a
imitacion de Inglaterra o de Alemania siguiese a nuestras
empresas navales o terrestres , en toda su duracion , una
mirada investigadora de cariño i de cuidado , un pensa-
miento de constante solicitud i firme propósito , ¿ adónde
llegarian los efectos del valor, del sufrimiento , de la
constancia, de la inquebrantable enerjía que, individual
o colectivamente, han demostrado en todos los siglos los
marinos i soldados españoles ?

III

Entre tanto, en los postreros dias de mayo aportó al


Callao una barca hamburguesa llamada Mazatlan , cuyo
capitan declaró que el dia 15 de mayo habia divisado
con rumbo SO. a 540 millas de la costa cuatro fragatas .
"Es probable, decia , haciendo conjeturas de aquel en-
cuentro la prensa del Perú, que fuesen aquellas fragatas
la Villa de Madrid, la Almansa , la Resolucion i la Blan-
ca," i en efecto lo eran.
I luego en el tono bombástico de los que gritan a los
455

que van ya léjos , el cronista peruano de aquellas aven-


turas ya póstumas , agrega : "¿A dónde se dirijian esas
fujitivas naves a ocultar su vergüenza ? ¿En dónde habian
quedado sus mal paradas compañeras , la Numancia , la
Berenguela i la Vencedora? Por datos posteriores se ha
sabido que estas últimas llegaron a la isla de Tahití pa-
ra pasar a las Filipinas, que las otras doblaban el cabo ,
sin duda con direccion a Montevideo , i que la Resolucion
en estado deplorable habia arribado a las islas Malvi-
nas. Han fugado para no volver, o llevan este propó-
sito? Volved altivos castellanos : venid a proporcionar
nuevos laureles a los valientes del Callao ; no defraudeis
al Perú otras mayores glorias , que le tiene destinada la
Providencia!"

IV

1
Era lo cierto , entre tanto , que la escuadra española,
agrupada en dos divisiones , se habia alejado definitiva-
mente del Pacífico despues de una larga campaña tan
infructuosa como llena de penalidades ; i esto habia teni-
do lugar el 9 de mayo en la forma que, copiando el últi-
mo capítulo de la historia matriz de estos sucesos , dice
así :

"Dispúsose el Almirante Mendez Nuñez a abandonar


las aguas del Perú, obediente a sus instrucciones . Para
ello determinó el almirante que las fragatas Numan-
cia, Berenguela, vapor Marques de la Victoria, el Uncle
Sam (1 ) i la fragata Mataura ( 2 ) , se dirijieran al archi-

(1) Este vapor de 180 caballos i 1,400 toneladas, habia sido comprado
en Panamá ántes del bombardeo de Valparaiso.
(2) Fragata hamburguesa que habia sido contratada como trasporte .
58
456

piélago filipino con escala en las islas de la Sociedad .


Esta division iba mandada por el comandante de la Be-
renguela.
Formaban la otra division las fragatas Villa de Ma-
drid, Almansa , Resolucion i Blanca , que con Mendez Nu-
ñez debia emprender la navegacion por el Cabo de Hor-
nos . Estos acuerdos del jefe fueron oportunísimos i mui
sensatos , pues ni la Berenguela por sus gruesas averías
no bien reparadas, ni la Numancia por su calado i con-
diciones, ni la Vencedora por su pequeñez , debíanse
aventurar al tránsito del estrecho o del cabo en la rigu-
rosa estacion que comenzaba .

VI

El dia 9 de mayo dirijió Mendez Nuñez al decano del


cuerpo diplomático la siguiente despedida : " Mui señor
mio : Castigada por las fuerzas navales de mi mando la
provocaaion injusta del gobierno del Perú, con el bom-
bardeo del Callao i ataque contra sus fortificaciones , de
cuyos numerosos i gruesos cañones solo tres respondian
últimamente a los de esta escuadra al regresar a su fon-
deadero, el infrascrito tiene la honra de participar al
honorable señor don Juan Barton, que desde esta fecha
queda levantado el bloqueo del Callao , dejando dicha es-
cuadra las aguas del Perú. I así mismo, que si el go-
bierno de la república ejecuta o tolera tropelías contra
los súbditos españoles en ella residentes , las fuerzas na-
vales de S. M. C. vendrán otra vez a estas aguas para

vengarlas . El infrascrito aprovecha esta ocasion , etc. ,


etc.'

VII

El jefe supremo del Perú, apénas hubo zarpado Men-


dez Nuñez dirijió tambien una alocucion al pueblo feli-
citándolo por la victoria lograda. "El enemigo que huyó
- 457

ante el fuego de nuestros cañones el glorioso 2 de mayo,


decia , acaba de abandonar las aguas del Callao... Hoi su
vergonzosa retirada nos ha enseñado que no debimos
juzgar su decoro por el nuestro . Moderados en el triun-
fo, hemos formado contraste con su incalificable jactan-
cia . El documento de su despedida es quizas el mejor
trofeo de nuestras glorias ... Reservado estaba a los in-
vasores del 14 de abril , a los derrotados de Abtao , a los
incendiarios de Valparaiso , llamar castigo a su derrota i
añadir a su fuga la amenaza ... Ciudadanos : la guerra no
ha concluido . El enemigo irá a reponer sus pérdidas o
a aguardar refuerzos , esperando un momento oportuno
para volver. No reposemos confiados en nuestros recien-
tes triunfos : en todo tiempo le probaremos que la honra
del Perú descansa en el corazon i en el brazo de sus
hijos ."

VIII

Pero a pesar de todo esto i del natural encono i ce-


guedad que entónces dominaba en los espíritus , no les
fué posible a los peruanos negar el valor desplegado por
la escuadra española, así como nosotros no hemos podi-
do ménos de reconocer la bravura que asistió a los de-
fensores del Callao .
En la Crónica del 2 de Mayo , publicada en Lima, en
un tomo de documentos , en 1866 , se lee lo siguiente :
"Tienen algunos la costumbre de deprimir al enemigo,
creyendo así ostentar su patriotismo. A mas de uno he-
mos oido calificar a nuestros contrarios de cobardes : ca-
lificacion injusta, nunca merecida por los españoles i
ménos que nunca el 2 de mayo . Es por el contrario sen-
sible que tanto valor desplegado en ese dia haya sido
empleado en tan detestable causa, pues bajo cualquier
aspecto que se juzgue el actual conflicto con España, los
amigos de la humanidad i los hombres que juzgan sin
pasiones , lamentarán siempre que se emplee el valor i la
458

disciplina de tan buenos soldados , solo por dar gusto,


solo por satisfacer la ambicion de la camarilla de Sor
Patriocinio . Hagámonos superiores a mezquinas aspira-
ciones , i hagamos la debida justicia a nuestros enemi-
gos , que con esta conducta honraremos mas i mas nues-
tra causa.
"Las fragatas españolas combatieron bizarramente ,
siendo notable entre ellas la Almansa , cuyo valiente co-
mandante debe mandar una tripulacion perfectamente
disciplinada . Esta fragata solo hizo fuego con uno de
sus costados que habia reforzado en San Lorenzo con sa-
cos de arena i cadenas, i disparaba sus cañones por ba-
terías primero, i despues por cuartas de batería, hasta
concluir con el fuego graneado . La Blanca combatia con
con una especie de rabia , i claramente se vió a su co-
mandante pasar del alcázar de popa a proa, i presentar
todo el cuerpo al enemigo. El brigadier Mendez Nuñez
abandonó la torre de su fragata i se presentó al descu-
bierto , despues de haber pasado su bote a la Berenguela .
Los demas buques de la flota española cumplieron igual-
mente su deber. ¡Qué mayor gloria para nosotros que
haber visto a esos buenos soldados abandonar el campo
sin contestar los últimos disparos de nuestras baterías . "

IX

El 10 de mayo (bastante mejorado Mendez Nuñez de


sus heridas) zarpó la escuadra del Callao, i ántes de se-
pararse para emprender tan distintos rumbos , incendió
el vapor chileno Paquete de Maule, que consideraron em-
barazoso mas que útil , i devolvió por órden del gobierno
el apresado Matias Cousiño. El 11 se despidieron i se-
pararon ámbas divisiones , cuya suerte fué mui distinta .
Sigamos primero a la que se dirijió al archipiélago fili-
pino, o sea a la afortunada.
-- 459 Com

Durante los primeros dias navegaron las fragatas en


conserva ; pero como debian atravesar las 4,000 leguas
de océano sin hacer uso de las máquinas i el andar de
los buques era mui diferente, resultaba que mientras la
Numancia iba con todo el velámen desplegado, la Beren-
guela necesitaba, para no adelantarse , dar al viento solo
el bolso de la gavia, i otras veces mantenerse a palo se-
co . Una circunstancia gravísima decidió que los buques
navegaran independientes i con toda la velocidad que les
fuera posible : tal fué el desarrollo del terrible escorbuto ,
cuya epidemia no admitia otro remedio que alcanzar tier-
ra, i en ella buenos víveres frescos i sanos . Así, pues ,
la Berenguela, a cuyo bordo habian muerto ya varios de
los atacados , hizo fuerza de vela i se adelantó con el va-
por Uncle Sam. A esta fragata siguió la Vencedora por
igual motivo, i la Numancia quedó sola recorriendo
tranquila i pesadamente el paralelo de 11 ° con viento flojo.
La Berenguela llegó a la isla de Otahiti el 9 de junio con
155 enfermos de escorbuto . El Marques de la Victoria i
la Vencedora el 13 , el Uncle- Sam i la Mataura el 17 , i el
24 la Numancia con 110 escorbúticos . (1)

(1) Trascribo por lo curiosas algunas pájinas del diario de Pardo de


Figueroa.-14 de mayo de 1866. (Navegando hácia Otahiti.) -Desde el
dia 5 de diciembre del año pasado de 1865 , no comunicamos con tierra ;
de manera que desde aquella época no ha entrado en los buques fresco de
ninguna clase. Los ranchos ya no son ranchos : se almuerza sopa de ajo
sin ajo i con aceite malo, un poco de charqui (carne seca que usan los
indios del Perú i Chile) i café con pan. La comida consta de sopa con
caldo de charqui i garbanzos duros como un leño ; carnero o vaca salada
i podrida, sin mas aliño que vinagre, i la cena se reduce a gazpacho fres-
co, sin ajo ni cebolla. Esto es pasar hambre ; hoi dariamos aquí un doblon
por un diente de ajo , aun cuando por el olor sacasen nuestra villaneria.
Lo único fresco que disfrutamos , son algunos bonitos que se cojen al an-
zuelo : pescado azul, seco, ordinario i malsano. El dia que tenemos un
principio de este veneno, llamamos opípara a nuestra mesa, i sacamos el
460

XI

La isla de Otahití fué un verdadero paraiso para los


tripulantes de nuestros buques . "No es posible esplicar
el placer inefable que embargó nuestro corazon al pisar
la tierra... Así , cuando la sentimos bajo nuestros piés ,
nos detuvimos primero a contemplarla, a remover sus
piedras i esparcir sus arenas , a recojer las hojas que
arrastraba el viento i golpear en los troncos de los árbo-
les ; a examinar despues los nuevos hombres que se apa-
recian a nuestros ojos admirados ; i cuando la realidad
hubo penetrado por todos los sentidos , entónces nos di-
mos a correr sin descanso en todas direcciones como pa-
ra tomar posesion de aquella tierra de tantas esperanzas .
I a cada paso crecia nuestro asombro ante las maravillas
que desplegaba la naturaleza. Aquí un pequeño rio cu-
bierto por la espesa bóveda que forman las copas de se-
culares árboles ; i entregadas a juegos infantiles , tan pronto
en lucha con las cristalinas ondas como humillando el
césped de las orillas , mujeres de voluptuosas formas sin
otro velo para ocultarlas que la mata jentil de sus cabe-

vientre de mal año. La jente hace comedias en el alcázar, i es preciso


reírselas para que se distraiga. Hai funcion todos los dias festivos i al-
gunos entre semana. Ellos han imajinado sus ridículos vestidos : salen
disfrazados de mujer, i representan farsas estravagantes , compuestas mu-
chas por la misma marinería. Así vamos pasando.
5 de junio de 1866. (Navegando hácia Otahiti. ) - Se pescó un tiburon
de tres varas de largo, i ¡ se lo comieron ! Buen provecho les haga. El ta-
baco escasea tanto, que se vende a ocho duros la libra en este buque ...
La salud del equipaje no es mui buena : hai síntomas del terrible es-
corbuto ... Los males van en aumento desde que no fuman . ¡ Parece men-
tira lo que esta falta influye en una tripulacion ! Los marineros andan
tristes , macilentos i sin ganas de hacer comedias. Dímosles casi todo
nuestro tabaco, pues llegóse a vender la libra a veinte duros, i a real cada
cigarrillo de papel . Hubo muchos que fumaron raspaduras de madera de
pino. La privacion que con ménos paciencia llevamos todos es la de la
hierba de Nicot.
461

llos tendida por los hombros . Mas allá un delicioso valle


defendido de los ardores del sol por las anchas hojas de
mil variadas palmeras , embriagando la atmósfera con el
aroma del azahar allí nacido espontáneamente, ofrecien-
do al cansado caminante una alfombra de flores para
tenderse, una agua fresca i dulcísima para templar su
sed, sin mas trabajo que estraerla de los caidos frutos.
del cocotero ; i para arrullar su sueño , el armonioso trino
de aves de deslumbrantes colores ." (1 )

XII

No creo preciso detenerme a hacer una descripcion de


esta isla deliciosa i recomendable , mas que por sus frutos
delicados , escelente pesca , hermoso clima i hospitalarios
hijos , por la hermosura de sus mujeres , tan liberales de
sus gracias como fuera de desear. Los marinos españoles
se juzgaron bien retribuidos de todos los trabajos de la
campaña, merced a los dulces momentos que pasaron en
aquella nueva Citeres. En la isla de Otahiti , que sabemos
se halla bajo el protectorado de la Francia , fueron mui
atendidos los españoles por el comisario imperial conde
de la Ronciére , que habilitó un hospital para los enfermos
de escorbuto , los que en breve recobraron la salud como
por intervencion de majia . Entre los oficiales de la marina-
francesa i los nuestros habia algunos antiguos conocidos
de las espediciones de Méjico i Cochinchina. Tambien la
reina Pomaré IV asistió a un baile que tuvo lugar a
bordo de la Numancia . Esta fragata limpió sus fondos ,
para lo que utilizó los buzos del pais ; entónces hallaron
arrollados en la hélice los alambres eléctricos que prove-
nian de los torpedos del Callao. ( 2 )

(1) Iriondo. Viaje de circunnavegacion de la Numancia.


(2) Se sacaron mas de 300 metros de alambre.
- 462 .-

XIII

El 17 de julio zarparon los buques españoles despues


de saludar la bandera francesa , i cada cual siguió la der-
rota que supuso preferible en demanda de las islas Fi-
lipinas .
La navegacion de 5,000 millas de océano Pacífico se
efectuó sin novedad , i el 8 de setiembre llegó la Numan-
cia a la ciudad de Manila, cuyas autoridades , comercio i
poblacion la recibieron con el entusiasmo que era natu-
ral . Tambien organizaron una gran fiesta o recepcion
oficial para cuando hubiesen arribado todos los buques .
Esta se efectuó el 13 de de octubre. Los bailes , los ban-
quetes i las atenciones de todo jénero se sucedian de
contínuo en honor de los ya bien felices tripulantes .

XIV

"La Numancia, que habia salido de Manila con rum-


bo a España , recibió órdenes al recalar en el cabo de
Buena Esperanza para dirijirse a Rio Janeiro a incorpo-
rarse a la escuadra de Mendez Nuñez . Esta órden obe-
deció a infundadas noticias de que amenazaban al co-
mercio de la isla de Cuba lasfuerzas combinadas del Perú
i Chile
Es de advertir que la tripulacion de la Numancia en
su mayor parte estaba compuesta de todos los veteranos
de la Triunfo i de la Vencedora , que con tres años cum-
plidos en el servicio ansiaban ardientemente la vuelta a
sus hogares . Por mui grande que fuese la subordinacion
i disciplina de estos hombres debia temerse el que se
quebrantaran al recibir noticia de emprender una nueva
campaña. El comandante Antequera creyó oportuno ocul-
463

tar por entonces el nuevo destino de su buque ; pero al


zarpar de Santa Elena hizo formar a toda la tripulacion
en el alcázar de la fragata i allí le comunicó "que las
órdenes recibidas eran ir a unirnos con el valiente Men-
dez Nuñez i con su escuadra para batir a la enemiga si
por acaso la halláramos en las costas del este de la Amé-
rica Meridional. Que esperaba siguiesen todos en la
nueva campaña con los mismos buenos deseos , subordi-
nacion i valor que en la primera, i que una vez termina-
da volverian a sus casas con la honra de haber hecho la
campaña mas notable que los españoles han llevado a
cabo en este siglo..." Un vira a la reina repetido por
todos fué la respuesta a las palabras del jefe . La anima-
cion se veia en todos los semblantes , i al saber la tropa
i marineros la posibilidad de hallar cuatro buques ene-
migos , dos de ellos blindados , manifestaron , en vez de
temor, gran deseo de que así sucediese por el gusto , de-
cian, de pelear uno contra cuatro . Tal es la jente española!
La de esta fragata, despues de dar la vuelta al mundo ,
de dos bloqueos , un combate, dos epidemias de escor-
buto, otra de viruelas i la mayor parte de la tripulacion
cumplida, ve no solo con paciencia sino casi con gozo torcer
el rumbo que despues de tantos trabajos nos llevaba a la
patria i que se endereza en busca de nuevas penalidades
para honra i gloria de la pobre España."

XV

I ahora cábenos dar como postrera noticia en esta re-


lacion ya larga, la del penosísimo i casi funesto viaje
que la division española comandada en persona por Men-
dez Nuñez verificó doblando el cabo de Hornos donde
las cuatro fragatas estuvieron cerca de correr la misma
suerte que cupo a las del almirante Pizarro un largo si-
glo hacia.
Pero de esos sucesos , del mar bravío i de la incontes-
table constancia española habremos de ocuparnos en el
siguiente i penúltimo capítulo de esta historia.
60
CAPÍTULO XXIV

LA RETIRADA DE LOS ESPAÑOLES HÁCIA EL ATLÁNTICO

La retirada de Mendez Nuñez por el Cabo de Hornos en el invierno de 1866, i espanto-


sas calamidades que lo asedian.--Tienen los buques españoles mas de 900 enfermos
de escorbuto i arrojan de tres buques 70 muertos al agua.- La Villa de Madrid con
cerca de 400 enfermos hace su servicio con solo 24 marineros i oficiales.-Cruel des-
nudez de las tripulaciones en medio de la nieve i de los hielos.- La Blanca i sus 300
enfermos.--Sale peor librada la Resolucion, que escapa de naufragar en la isla de
Diego Ramirez , i socorrida por un buque danes se refujia en las Malvinas .-Jenerosa
conducta de los ingleses e importantes servicios náuticos del teniente Lora.-Viene
un vapor de Rio Janeiro i ausilia a la Resolución en su viaje a ese puerto.- Mendez
Nuñez se estaciona en Rio Janeiro i despacha tres fragatas a España, quedándose
con la Almansa , que es la que mejor escapa en el paso del Cabo de Hornos.- Lo res-
fuerza la fragata Navas de Tolosa, i se aprestan en España los encorazados Tetuan i
Zaragoza, en prevision de una campaña con la Independencia i el Huáscar que llegan
al Pacífico.

"Afortunada" llama el historiador de la guerra de Es-


.
paña en el Pacífico, la suerte i ia derrota de la division
de su escuadra que al mando del esperto capitan Pezuela
atravesó aquel inmenso mar, en medio de nunca vistas
privaciones .
Pero si la última mereció tan benigno atributo fué solo
por el contraste de las penalidades increiblemente ma-
yores que asaltaron a la division del Atlántico , que atra-
vesando los mares australes hubo de perderse .

II

"La division que al mando del almirante Mendez Nu-


ñez , continúa diciendo en efecto el señor de Novo, habia
- 465

salido para el Atlántico , conducia a los prisiones en las


cuatro fragatas . Débese fijar la atencion en las desven-
tajosísimas circunstancias con que estos buques arrostra-
ron los peligros del viaje de regreso remontando el Cabo
de Hornos , i la admirable entereza, la incomparable ener-
jía que les fué necesario demostrar a las tripulaciones
para sobreponerse a los trabajos casi increibles que su-
frieron desde el Callao hasta Rio Janeiro . El terrible es-
corbuto habia tomado un incremento estraordinario a la
vez en las cuatro fragatas ; para combatirlo no poseian
alimentos frescos de ninguna clase ; léjos de buscar en
climas cálidos algun lenitivo , íbanse a lanzar hasta dis-
tinguir los helados témpanos del polo sur en el rigor del
invierno ; en vez de procurarse tranquilidad de espíritu
i descanso corporal en mares bellas , iban a sostener ter-
rible lucha contra los mas fieros vendabales i el oleaje
mas bravo del mundo . Así no puede sorprendernos el
tristísimo cuadro que presentaba el interior de los bu-
ques durante toda su navegacion .

III

La Villa de Madrid, que solo navegó a máquina cinco


dias en los 43 de viaje , hubo de manejar su aparejo con
solo 24 hombres a que ascendia la guardia de mar, ayu-
dados por todos los oficiales i guardias marinas , a causa
de tener bajo cubierta postrados en sus cois 382 hom-
bres hinchados del escorbuto , de los que tuvo que arro-
jar al agua 31. Imajínese el horror i la tristeza de seme-
jante travesía , en contínua lucha con los temporales del
cabo de Hornos i costa patagónica , teniendo que manio-
brar constantemente envueltos en la oscuridad de las
noches que duraban 18 horas . La fragata Blanca , que
llevaba batiportada la artillería para alijerar de pesos a
los costados , resistió valientemente al fiero temporal ; su
tripulacion, tambien postrada por el escorbuto , tenia que
dedicarse, en medio de un intensísimo frio, a despejar
466

de nieve la cubierta, i en el manejo de la cabullería i de


la lona (1 ) ; al fondear en Rio Janeiro el 29 de julio , lle-
vaba esta fragata 300 enfermos , i 26 habian sido sepul-
tados en el fondo del mar .
La Almansa , cuya dotacion contaba mucho ménos
tiempo de campaña i por tanto de privaciones , resistió
mejor los frios i los malos alimentos , siendo la ménos
castigada por el escorbuto. Llegó a Rio Janeiro el 27 .

IV

La Resolucion se salvó por milagro ; cuando el 1.º de


junio fueron dispersados los cuatro buques por el tem-
poral del norte que reinaba , continuó esta fragata nave-
gando en demanda del Cabo de Hornos hasta la amane-
cida del 13 en que, por efecto de un grandísimo error en
las observaciones , avistaron por la proa la isla de Diego
Ramirez, i hubiérase estrellado en su costa a no haberse
descubierto con perentoria oportunidad. Aquella misma
noche sufrió el buque la pérdida del timon i del codaste
esterior, i desde entónces se halló combatida por los
vientos i a merced de las olas ; así pasaron la larguísima
noche. "Seguimos navegando con el ausilio de la Provi-
dencia únicamente , porque no fué posible darle gobierno
al buque por medio de ninguna de las cuatro espadillas
que ensayamos i cuya descripcion es adjunta.

En esta tristísima situacion i corriendo peligro de per-


dernos en la isla de los Estados , que rebasamos a favor
de las corrientes en la noche del dia 15 , fuimos a reca-

(1 ) Las tripulaciones no tenian ninguna ropa de abrigo; sus pantalo-


nes de lanilla, rotos por el uso, apénas cubrian media pierna.
El abandono en que se tuvo a la escuadra fué infame i muchos pere-
cieron por esta causa . ¡ Los culpables quedaron impunes!
467

lar en la costa de las islas Malvinas ; pero felizmente en


la del 18 al 19 avistamos un buque , i habiéndole hecho
señales con faroles , luces de Bengala, etc. , nos contestó ,
i comprendiendo nuestra situación i que le pediamos
ausilio, se aguantó a corta distancia de nosotros . En la
mañana siguiente, reconocida ser la fragata dinamar-
quesa Peter Fordt, capitan Broderson , le suplicamos que
no nos abandonara, a lo que al momento accedió el re-
ferido capitan, conservándose próximo a nosotros : hici-
mos los mayores esfuerzos para ver si conseguíamos el
que nos remolcase, lo cual no pudimos obtener ni tam-
poco al dia siguiente, i ya en esta angustiosa situacion,
sin mas esperanzas para salvarnos que el trasbordo a la
mencionada fragata , reuní la junta de oficiales a las siete
de la noche, con el objeto de discutir si estaríamos en el
caso de empezar el trasbordo abandonando esta fragata
por mas doloroso que a todos nos fuese.

VI

Acordado así por la junta, aunque con la condicion de


hacer los últimos esfuerzos en la mañana próxima , prin-
cipiamos el desembarco por los enfermos , cuyo número
ascendia a unos 250. Aun cuando la noche era buena,
atendida la latitud casi del Cabo de Hornos en que nos
hallábamos i lo crudo de la estacion, solo pudimos en-
viar dos botes conduciendo como 35 personas , pues antes
de las doce refrescó el viento al sur, i aumentando la
mar, nos vimos obligados a suspender la operacion , en
la cual , no siendo posible colgar mas que un bote , por-
que el sesto no pudo regresar de la fragata mercante, se
perdió éste sin que pereciese persona alguna. Amaneció
el dia 21 , i aunque la fragata se hallaba a la vista , el
tiempo no era bueno , i se dejó de ver a las ocho , lleván-
dose así la única esperanza que teníamos en el probable
caso de un naufrajio . Sin observacion hacia ya algunos
dias , ignorábamos por lo tanto el punto en que nos ha-
llábamos , si bien no podíamos distar mucho de la tierra.
468

VII

"Navegando solo con la trinquetilla i a veces el con-


trafoque, pasábamos las horas en una prolongada agonía :
al medio dia se picó sonda en 75 brazas (arena i fango) ,
continuando sondando de 80 a 35 brazas hasta el ama-
necer que avistamos la tierra , i milagrosamente pudimos
fondear en las islas de los Leones marinos , fondeadero
desabrigado i mui espuesto, pero que nosotros , en tan
amargos momentos , considerábamos como el mas segu-
ro puerto de salvacion. Inmediatamente se preparó la
segunda lancha , que tripulada i al mando del teniente
de navío don Cecilio de Lora , que voluntariamente se
prestó a desempeñar la arriesgada comision de ir desde
esta bahía a Stanley, distante noventa millas , para pedir
ausilios , salió a las dos de la tarde del 23 , llevando para
el señor gobernador el oficio de que es adjunta copia , e
hizo la travesía felizmente en el cortísimo plazo de ca-
torce horas, teniendo que vencer ademas de la distancia
lo riguroso del clima, el horrible frio que es natural en
los 52 grados de latitud i en lo mas crudo del invierno.
La providencia que tanto ha velado por nosotros en
estas críticas circunstancias , nos favoreció hasta el es-
tremo de hallar en este puerto al vapor de la marina real
inglesa Spiteful, cuyo distinguido comandante se prestó
en el acto a ir a sacarnos de la peligrosa situacion en
que nos hallábamos , i así sucedió, pues a la una de la
noche del 26 llegó a nuestro fondeadero, i como V. S.
comprenderá, al instante principiamos a levar las anclas
i a prepararnos para tomar remolque, lo que verificado
a las siete de la mañana , salimos con un tiempo bonan-
cible i la mar mui llana, entrando con toda felicidad en
este puerto a las veinte horas. La conducta del capitan
de fragata Mr. Fletcher, comandante del vapor Spiteful,
ha sido la mas honrosa i distinguida que puede V. S.
469 -

considerar, i en tal concepto pasé al señor gobernador


de esta isla la comunicacion que en copia acompaño a
V. S.

VIII

"Habiendo encontrado aquí a la fragata danesa que


nos ausilió, i teniendo yo a bordo una verdadera epide-
mia de escorbuto, de la cual i de otras enfermedades han
fallecido 23 individuos hasta el dia de la fecha , se han
trasbordado a dicho buque el número de 200 enfermos
próximamente, no solo con el objeto de que sean allí me-
jor asistidos por nuestros mismos facultativos , sino para
que este buque pueda ventilarse i asearse del pésimo
estado en que naturalmente se halla. Me ha decidido
tambien a tomar esta determinacion la imposibilidad que
se ha tocado de enviar a tierra algunos enfermos como
habíamos proyectado , i lo difícil de conservar a bordo el
número de cerca de 300 a que en total ascienden aqué-
llos . Desembarazados ya de ese principal inconveniente ,
se procederá sin levantar mano a construir un timon
provisional con los elementos que tenemos i con los que
puedan adquirirse en tierra ; pero de todas maneras consi-
dero que esta fragata no puede ni debe salir de aquí, sin
que venga otra de su clase para convoyarla i ausiliarla en
caso necesario, puesto que su máquina se encuentra inutili-
zada a causa de la pérdida del codaste esterior llevado por
el timon."

IX

"He trascrito los anteriores párrafos de la comunica-


cion oficial solo hasta este punto , para agregar, que no
obstante mi propósito de ser mui parco en alabanzas
470

hácia los jefes i compañeros que viven hoi, creeria pecar


en injusto si no otorgara sincero aplauso al teniente de
navío don Cecilio de Lora . Su enerjía e intelijencia se
destacaron mucho en tan críticos momentos , i no merced
a la fortuna, sino al caudal que poseia de aquellas dotes .
Su viaje desde la isla de los Leones a puerto Stanley,
acompañado del guardia marina don Miguel Aguirre
(reputado actualmente como uno de los mas ilustrados i
dignos oficiales de la armada) , fué un acto , sino de te-
meridad, de verdadera abnegacion i arrojo. Pero si allí
comprobó su audacia , poco despues acreditó sus conoci-
m entos científicos i la tenacidad de su carácter ; no con-
foirme con la idea de que el buque necesitara ser convo-
yado por efecto de la pérdida del codaste esterior que el
timon arrastró consigo, ofrecióse a construir otro codaste
i otro timon , cuyo buen resultado garantizaba.
Permitiósele emprender esta operacion dificilísima con
los escasos recursos de que disponian a bordo i en tierra ;
bajo su esclusiva direccion i utilizando varias tozas de
roble americano , logró dar fin a la empresa en solo 49
dias , o mejor dicho en 440 horas de trabajo. Los inteli-
jentes sabrán apreciar el mérito de su obra al añadir
que, examinada por los oficiales de las escuadras estran-
jeras , les llenó de admiracion i la consideraron objeto
digno de estudio . Sensible es que la índole de este libro
no me permita insertar su descripcion i sus planos que
podrian servir de modelo i utililizarse por los buques
que se hallaren en circunstancias análogas .
El comandante de la Resolucion envió a su segundo ,
el capitan de fragata señor Lopez Soane, a Montevideo
en el Spiteful, i desde aquel punto se trasladó a Rio Ja-
neiro, presentándose a Mendez Muñez el 19 de julio . En
el acto mandó este jefe al mayor jeneral Lobo en el va-
por Colon a las islas Malvinas con toda clase de ausilios ,
i llegó a punto de hallarse comenzadas las obras del ti-
mon. El 16 de setiembre salieron la Resolucion i el va-
por Colon rumbo a Rio Janeiro ; aquella misma noche se
separaron ambos buques a causa del temporal i continuó
sola la fragata hasta el punto de su destino . Desde la sa-
lida de Stanley pudo esperimentarse que el nuevo timon
construido por Lora erà escelente , i mas adelante con-
471

vinieron todos en que aventajaba mucho al primitivo ,


que su manejo era mas fácil, su movimiento mas suave
i admirable su gobierno ; en fin , tal seguridad ofrecia i
estaba tan bien construido , que con el mismo timon i sin
reparacion de ninguna clase regresó a España la fragata
poco despues . El teniente de navío Lora habia desem-
peñado ademas una activísima mision en la campaña
del Pacífico ; en sus diversas comisiones habia atravesa-
do dieziocho veces el istmo de Panamá, sin que por esto
dejara de hallarse siempre oportuno en la ocupacion de
las Chinchas , en la espedicion de Chiloé , en el bombar-
deo de Valparaiso i en el combate del Callao .

ΧΙ

Apénas llegó Mendez Nuñez a Rio Janeiro ( 24 de Ju-


nio) , envió a España al teniente de navio Pastor con
pliegos para el gobierno. Este dispuso que regresaran a
la Península las fragatas Villa de Madrid, Blanca i Re-
solucion, dirijiéndose respectivamente a Cádiz , Ferrol i
Cartajena ; que Mendez Nuñez , ya ascendido a jeneral,
continuase en Rio Janeiro con la fragata Almansa , i que
cuando se le incorporasen las fragatas Concepcion i Na-
vas de Tolosa, hiciera aquel frecuentes cruceros para ase-
gurar la recalada de nuestros buques mercantes en el
Rio de la Plata.

XII

Entre tanto se habilitaron en España la fragata blin-


dada Tetuan i el vapor San Quintin para dirijirse a Rio
Janeiro si la marcha de los asuntos del Pacífico lo acon-
sejara; al fin no fué necesario . La escuadra enemiga,
61
--- 472

que a fines de Mayo habia salido del archiplélago de


Chiloé con rumbo al Callao , esperimentó tan fuertes tem-
porales en su travesía , que durante algunos meses tuvo
que ocuparse en remediar los desperfectos ; ademas los
buques blindados Huáscar e Independencia habian pa-
sado el Estrecho de Magallanes con escasas tripulacio-
nes compuestas en gran parte de estranjeros mercenarios
e indisciplinados ; sin embargo, a su paso por las costas
del Brasil habian apresado dos buques mercantes espa-
ñoles . Tambien volvieron a ajitar a la república del Perú
los disturbios políticos , orijinados por ciertas modifica-
ciones introducidas en el sistema administrativo ; el fa-
natismo relijioso se pronunció contra la dictadura ; la
escuadra se hallaba descontenta ; el coronel Balta procu-
raba sublevar algunas provincias , i la presencia del je-
neral Castilla dió grandes alientos a los mal avenidos ;
entónces se decidió Prado a convocar los comicios para
que el congreso redactara nueva Constitucion i elijiera
Presidente de la República. Elejido Prado tuvo que so-
meter a Arequipa, combatir la sublevacion de Puno , i
por entónces acaeció la muerte del turbulento i popular
jeneral Castilla, mui llorado en todo el Perú.

XIII

La escuadra española habia sido recibida con mucha


cordialidad en Rio Janeiro, no solo por el Emperador i
funcionarios , sino por los almirantes estranjeros que allí
se hallaban. Casi todos los enfermos de escorbuto se res-
tablecieron por completo. Los prisioneros chilenos se
habian hecho acreedores a nuestra gratitud ausiliando
de buena voluntad en todas las faenas marineras que
ocurrieron en el viaje tormentoso desde el Callao a Rio
Janeiro .
Las fragatas Blanca , Villa de Madrid i Resolucion fue-
ron recibidas con entusiasmo en nuestros departamentos
marítimos , que rivalizaron en sus demostraciones de ca-
- 473

riño hacia los españoles heróicos que tan alta i honrosa-


mente habian sostenido el pabellon nacional. El gobierno
por su parte espidió reales órdenes de calurosa gratitud
para que fuesen leidas a las tripulaciones de aquellas
fragatas , otorgó ámplias mercedes i recompensas a todos
los vencedores del Callao , i mandó acuñar una medalla
conmemorativa de aquel brillante hecho de armas .
Inmediatamente se hicieron en estas fragatas las repa-
raciones precisas , se les cambió el artillado por otro de
mayor calibre i alcance, i por entónces tambien se les
dió gran impulso a las obras de la blindada Zaragoza i
otros buques . "

XIV

Al dar término a las calamidades que los castellanos


soportaron, a ejemplo de sus mayores, con ánimo sufrido
.
i pecho tan levantado, cual es su índole i costumbre , du-
rante una espedicion de cinco años (1863-1868), promo-
vida por causa tan nimia en apariencias , como fuéralo la
casual muerte de dos españoles en la estancia cerril de Ta-
lambo en el Perú , i tan repulsiva en el fondo como éralo
la gula a secas del guano de las Chinchas (porque el sa-
litre todavía no se contaba como estímulo de la codicia) ,
no puede ménos de recordarse la poca ventura que de
ordinario ha encontrado la España en sus combates i
empresas navales, escepto en las del descubrimiento. La
España ha sido la única nacion que ha quemado sus na-
de
ves ; pero, sin contar a Lepanto, desde la dispersion de
la gran armada de Felipe II hasta Trafalgar, i desde la
escuadra que en seguimiento de lord Anson trajo a estos
mares , hasta los que aportó el almirante don José Pi-
zarro en la mediania del pasado siglo , todo fué contras-
tes , hambres , naufrajios , imprevision i desastres en la
larga e infructífera derrota . La prevision no es virtud
española ni chilena .
Todo lo cual por lo ménos está probando que no son
- 474 -

flotas de cañones lo que la moderna España habrá de


enviarnos , hinchando sus velas las brisas tormentosas
del Pacífico , sino sus esquifes de comercio repletos con
sus ricos productos , i sus fornidos labriegos , sobrios a la
par que esforzados tipos de los pobladores que hace
trescientos años fundaron esta república, tan española
como la Estremadura que le dió sus primeros conquis-
tadores , i como la Vizcaya que le envió sus primeros
mercaderes , labradores i colonos .
CAPÍTULO XXV

LA RECONCILIACION

¿Cuáles fueron los frutos reales de las árduas cam-


pañas marítimas del Pacífico en los años de 1865 i 66
para las tres potencias empeñadas en sostenerlas a fuer-
za de sacrificios , de penalidades i de millones , que fue-
ron sin tasa arrojados al agua?
Ninguno apreciable bajo el aspecto de la civilizacion
moderna, i solo digno de ser estimados con relacion a
aquella edad de la caballería andante, desfacedora de
ajenos maleficios que habia elejido ahora, de una parte i
otra, no ya la histórica planicie de Castilla la Nueva sino
el océano líquido e inmenso, para teatro de sus hazañas
i quebrantos .
La España i Chile con mayor particularidad nada te-
nian que ganar i sí mucho que perder en romperse la
crisma i la carne a cañonazos ; pero aconteció que los fi-
dalgos de allí encontráronse con los de estas remotas
tierras , i despues de cambiados los saludos de estilo en
la arena del palenque, desnudaron ámbos a un tiempo las
espadas i arremitiéronse, como don Quijote i el valiente
vizcaino en los llanos de Montiel, hasta que reconociendo
unos i otros sus buenas partes como jente de pelea , ten-
476

diéronse las manos a traves del océano i han vuelto a


tomar juntos la ruta interrumpida desde la Mancha al
Pacífico .

II

"El análisis de la campaña, dice en efecto a propósito


de esto i con relacion al malogrado afan de sus compa-
triotas el ilustre historiador cuyos bien intencionados
juicios hemos casi siempre adoptado como nuestros , i
sintetizando en una pájina todo su libro, el análisis de
la campaña del Pacífico es bien sencillo.
"La espedicion científica no fué un pretesto, como aun
se supone en la América del Sur. El gobierno español
no deseaba promover la guerra . Esta se orijinó por las
causas que he señalado i contra la voluntad de nuestro
pueblo. La codicia i la traicion arrojaron la manzana de
oro entre naciones indiferentes , que no vieron claro o
que no pudieron cortar el mal de raiz . Tocóle al Perú
ser imprudente, a España desbordado turbion i a Chile
tercero en discordia , a título de desfacedor de entuertos .
El vejatorio tratado de enero fué causa determinante de
la revolucion i de la guerra . Esta se hizo por España
con absoluta carencia de plan i fiada en lo milagroso.
Rotas las hostilidades ¿por qué no se ocuparon de nuevo
las Chinchas i se esplotaron por la escuadra? ¿ Por qué
no se tomó i fortificó cualquier islote fértil de la costa ene-
miga para centro de grandes depósitos? ¿ Por qué no se en-
viaron a los buques ausilios periódicos de jentes , de ví-
veres, de municiones , de vestuarios , etc. ? ¿ Creian nues-
tros gobernantes que todo iba a ser eterno en la escuadra?
I si no lo creian, ¿cómo olvidaban que los enemigos me-
dian con exactitud i hora por hora la fuerza moral i ma-
terial de los buques i que veian inmediato el momento
de que la escuadra española, exhausta de todo , tuviera
que paralizarse, no de otra suerte que un reloj cuando
consume la cuerda? Advierto en estos errores de nues-
477

tros gobiernos , mas que ignorancia de lo debido , irreso-


lucion i espanto ante ciertas medidas vigorosas ; pero no
tienen disculpa . La guerra debe hacerse eficaz , enérjica ,
exuberante de medios , para que sea rápida i propicia ; de
otro modo, con mayores pérdidas de vidas i caudales ,
nada se consigue si no es el desprestijio , o pálidas vic-
torias, o triunfos incompletos .
Si la conducta de la escuadra hubiera corrido parejas
con la de los gobernantes de la Península, la campaña
habria sido sencillamente vergonzosa ; merced al herois-
mo i abnegacion por aquella derrochados , puede i debe
calificarse al par que de inútil i miserable para España,
‫دو‬
de gloriosa, noble i fecunda para su marina .

III

I luego , llegando a la época presente i pasando por


dos decadas casi completas de incertidumbres i recelos ,
añade el historiador español en sus últimas pájinas :
"Hasta el año 1871 existió un estado de guerra técni-
co entre España i las repúblicas aliadas del Pacífico . En
aquel año, por mediacion de los Estados Unidos , fué fir-
mado un armisticio , merced al cual se obligaban las par-
tes belijerantes a no renovar las hostilidades sino tres
años despues de haberlo notificado ; entre tanto quedó
permitido comerciar libremente con las naciones neutra-
les en todos los artículos considerados de lícito tráfico
en el Estado de paz . Este convenio , firmado el 11 de
abril en Washington por los ministros plenipotenciarios
de España, Perú, Chile, Ecuador i Bolivia, fué debida-
mente ratificado i sus ratificaciones canjeadas poco des-
pues .
- 478

IV

Considerada esta nueva situacion como un paso hácia


la paz , podria disculparse ; pero en rigor parecia absur-
da , por ofrecer casi todos los inconvenientes de la gue-
rra sin las ventajas con que convidan unas buenas rela-
ciones entre paises cultos . El Perú, mejor informado que
Chile de los verdaderos sentimientos del pueblo español
hácia los del sur de América , impuesto por muchos de
sus hijos de que ni aun en los momentos de cruda guer-
ra habian sido los peruanos molestados en España , que
veia sin odio ni rencor, ellos fueron los primeros en aca-
riciar la idea indicada por la antigua metrópoli de re-
anudar sobre firmes bases fraternales relaciones . I hom-
bres eminentes de ámbos paises trabajaron con fé hasta
lograr lo deseado . Entónces , mirando España la cuestion
bajo un punto de vista mas digno i sabio, esto es , bajo
el punto de vista del decoro universal i sin mezcla de
egoismo, logró enaltecerse mas a los ojos de las repúbli-
cas americanas i señaladamente del Perú. El 14 de agos-
to de 1879 fué firmado en Paris un tratado de paz . entre
España i aquel pais , que se ratificó i canjeó en 15 de no-
viembre del mismo año.

Respecto a Chile los trámites fueron diferentes . Con


carácter confidencial habíanse entablado negociaciones
entre nuestro embajador en Paris i el representante de
aquella república ( 1881 ) , las que coincidieron con el de-
479 -

creto del gobierno de Santiago que abria los puertos de


Chile a los buques españoles .
Por cuestiones de fórmula no lograron los dichos di-
plomáticos llegar a una perfecta intelijencia para la ce-
lebracion del tratado de paz . En tales circunstancias
nuestro encargado de negocios en Lima , señor don En-
rique Vallés , comunicó al ministro de Estado que los
sentimientos del pueblo chileno eran altamente amisto-
sos para con España, i en respuesta le fué encomendado
al señor Vallés que continuase las negociaciones desde
Lima . Admitió éste el importante i honroso encargo , tra-
bajando con gran intelijencia, decoro i actividad estraor-
dinaria. El éxito no pudo ser mas completo. La fórmula
hallada fué tan noble i digna, que era imposible no acep-
tarla, pues honraba mucho a ambos paises . Hé aquí el
oríjen de esta fórmula feliz.

VI

El presidente de la Sociedad de Beneficencia de Lima ,


señor Cosio, concibió la idea de trasladar al cementerio
de aquella capital los restos de los tripulantes de la es-
cuadra que murieron en el combate del Callao, i aproba-
do el pensamiento lo consultó Vallés a nuestro ministro
de Estado . Este respondió en un telegrama que si se
obtenia permiso de las autoridades peruanas , la confor-
midad del jeneral chileno (del ejército de ocupacion ) , i
si dicho jeneral se asociara al acto caritativo mandando
un piquete de honor, el gobierno de S. M. C. , agrade-
ciendo tal proceder, enviaria en seguida un buque de
guerra a Valparaiso a saludar el pabellon chileno. La
proposicion fué aceptada en el acto i con verdadero jú-
bilo por el gobierno de Chile. En su consecuencia todo
se dispuso al efecto. Como no quedaban huellas del si-
tio donde fueron enterrados los marinos españoles , hubo
que pedir noticias a la península , que unidas a las de un
antiguo torrero o empleado del faro de San Lorenzo , fueron
62
- 480

suficientes para determinar con exactitad el punto donde


habia sido abierta la fosa . El 27 de noviembre de 1882 ,
se trasladó a la isla nuestro cónsul en el Callao don Er-
nesto Merlé, para presidir la marcha del convoi que tras-
ladaba los restos embarcados en la balandra María
Luisa.
Una lancha -vapor inglesa dió remolque a la balandra ,
que marchó escoltada por 28 botes de las marinas es-
tranjeras , tripulados por oficiales i marinería . El cortejo
desembarcó en el muelle del Callao ; los diez féretros que
guardaban los restos de nuestros marinos fueron lleva-
dos en hombros por marineros estranjeros i las cintas
por oficiales . Desde el Callao se trasladaron a la capital,
donde el señor Vallés continuó presidiendo la ceremonia
solemne hasta su terminacion. Ademas de los jefes i ofi-
ciales de las marinas estranjeras, de la colonia española,
de los jefes i oficiales del ejército de Chile, asistió el ba-
tallon Arica 4.° de línea, mandado por el jeneral en je-
fe. (?) Aquel batallon hizo los honores i la descarga cor-
respondiente . "Considero estas demostraciones como
saludo a la nacion i bandera española, " decia Vallés en
su telegrama al gobierno de Madrid . Inmediatamente
éste comunicó órden a Montevideo para que cuando lle-
gase la fragata Navas de Tolosa (encargada de saludar a
Chile) continuase sin pérdida de momento a Valparaiso.

VII

Segun últimas noticias , la fragata llegó a aquel puer-


to (febrero de 1883 ) e hizo el saludo , al que contestaron
en el acto ; el recibimiento mas sincero i fraternal les fué
dispensado por el pais ; el deseo de una paz perpétua pa-
rece ser hoi el sentimiento mas vivo de los chilenos ; i
banquetes, funciones teatrales , recepciones en honor de
la oficialidad del buque se suceden de contínuo ; la polí
tica de olvido i transaccion comienza a dar sus hermo-
sos frutos , i el nombre de España vuelve a pronuciarse
- 481

en aquellos paises con respeto, con cariño i con entu-


""
siasmo."

VIII

I en efecto, en la hora en que escribimos i al poner


remate a estas interesantes pero estériles reminiscencias ,
que no tienen mas compensativo que su renombre i sus
enseñanzas para agresores i agredidos , aguárdase en los
puertos i ciudades de Chile el anuncio de fausta nove-
dad que para algunos ánimos tarda demasiado.
I no es ni la noticia de que una comision científica de
la Península viene a esplorar de nuevò nuestras vírjenes
tierras , ni la nueva de que un almirante españo ! llega a
velas desplegadas i con sus portas abiertas a insultar
nuestra bandera , solicitando se humille ante la suya , sino
precisamente el pacto del olvido de todos los errores pasa-
i de la reconciliacion ámplia i jenerosa de dos pueblos
dosque formaron un solo hogar en el pasado i que por
lo mismo habrán de vivir fraternalmente , en comuni-
dad de tratos i comercio, en los siglos venturosos del
porvenir.

FIN.
INDICE

Pájina
Advertencia preliminar .. III
Introduccion ....... VII
CAPÍTULO I.-El Perú i la España ántes de la espedicion de Pin-
zon al Pacífico .......... 1
II .-El almirante Pinzon en Santiago .......... 13
> III. — La felonía del comisario réjio don Eusebio Salazar
Mazarredo ...... ………. 33
IV.-Los aprestos bélicos del Perú i los de España ..... 57
V.- El tratado Vivanco-Pareja ..... 70
>> VI.- El motin popular del Callao .... 87
VII.- El viaje de la Numancia i los preparativos bélicos
de Pareja contra Chile......... 101
VIII . De cómo fué Chile arrastrado a la guerra en pro
del Perú............ 111
…… ....
IX.- La declaracion de guerra de Chile a España ... 131
X.-La captura de la Covadonga ..... 160

ANEXOS AL CAP. X.

Núm. 1. Nota reservada, i hasta hoi inédita, envia-


da por el capitan Williams al Gobierno desde
Lebu, sobre su crucero a las costas del Perú...... 192
Núm. 2. Carta del guardia-marina don Arturo Prat
sobre la captura de la Covadonga ........ 197
XI.-El suicidio del almirante Pareja... 201
>>> XII .- La alianza del Perú i su declaracion de guerra a
España.... ........... .... 213
484 -

ANEXOS AL CAP. XII.

Núm. 1. Protocolo de la alianza de Chile con el


Ecuador ..... 229
Núm. 2. Decreto del presidente de Bolivia, jeneral
Melgarejo, adhiriéndose a la alianza de Chile i
el Perú........ 230
Núm. 3. Acta de la revolucion de Arequipa el 28
de febrero de 1865 .......... 231
CAPITULO XIII .- El cañoneo de Abtao......... 235
H
ANEXOS AL CAP. XIII.

Núm. 1. Itinerario inédito del viaje de la fragata


peruana Amazonas desde el Callao al apostadero
de Abtao en diciembre de 1865 i enero de 1866 ,
por uno de sus tripulantes chilenos ........ 257
Núm. 2. Parte oficial del comandante Williams
Rebolledo, sobre el combate de Abtao ............. 268
Núm. 3. Primeros boletines del combate de Abtao . 269
XIV.- La Numancia en las aguas de Chiloé i la captura
del Paquete de Maule..... 272

ANEXOS AL CAP. XIV.

Núm. 1. Parte oficial del tiroteo de Tubildad , el 1.º


de enero de 1866 ........ 289
Núm. 2. Primeros boletines telegráficos del tiroteo
de Calderilla, el 27 de diciembre de 1865 ......... 290
XV.-Los ingleses i los anglo-americanos en presencia
del bombardeo de Valparaiso .... 292

ANEXOS AL CAP. XV.

Nota oficial del Gobierno de Chile proponiendo al


almirante español evite el bombardeo de Valpa-
raiso por medio de un combate singular de las
dos escuadras ........ 307
XVI.-El bombardeo de Valparaiso... 309

ANEXOS AL CAP. XVI.

Núm. 1. Documentos relativos al bombardeo de


Valparaiso el 31 de marzo de 1866 ................ 319
Núm. 2. Intimacion a las autoridades locales de
Valparaiso i la contestacion de éstas ………………... 320
- 485

Núm. 3. Proclama al pueblo, del intendente de


Valparaiso ...... 321
Núm. 4. Proclama del Presidente de la República . 322
Núm. 5. Parte oficial del almirante Mendez Nuñez
a su Gobierno, sobre el bombardeo de Valparaiso . 323
Núm. 6. Parte oficial del intendente de Valparai-
so , sobre el bombardeo de esa ciudad ............. 325
Núm. 7. Parte oficial del comodoro Rodgers , sobre
el bombardeo de Valparaiso... 330
CAPÍTULO XVII. - La escuadra española ante el Callao......... 332
» XVIII.- El dos de mayo………………….... 358

ANEXOS AL CAP. XVIII.

Núm. 1. Nota de congratulacion del ministro de


Chile en el Perú por el combate del dos de mayo . 378
Núm. 2. Nota de una comision de ciudadanos de
Santiago ofreciendo una espada de honor al je-
neral Prado, dictador del Perú ……………………… 379
Núm. 3. Parte oficial del Jefe de Estado Mayor
de la escuadra española ... 381
Núm. 4. Parte oficial del comodoro Rodgers, sobre
el combate del Callao......... 382
XIX.- Despues del combate ....... 385
XX.- Los combatientes españoles en el Callao ... 402
XXI.-Los chilenos en el combate del dos de mayo........ 421
XXII.- Los prisioneros chilenos i los prisioneros españoles . 432
» XXIII .—La retirada de los españoles por el Pacífico ......... 453
» XXIV.- La retirada de los españoles hacia el Atlántico ..... 464
» XXV.- La reconciliacion ..... 475
}
1
1
1
1
UNIVERSITY OF MICHIGAN

3 9015 07025 8374

También podría gustarte