"En el rincón tranquilo de la biblioteca, un rayo de luz iluminaba las
páginas amarillentas de un antiguo libro. Las palabras danzaban como mariposas, llevándome a un mundo de aventuras desconocidas. Mientras el reloj marcaba el tiempo en silencio, me sumergí en las letras que pintaban paisajes en mi mente. Cada página era un portal a la imaginación, donde los personajes cobraban vida y las historias se entrelazaban como hilos mágicos. Así, entre estanterías llenas de conocimiento, encontré la magia de las palabras y el tiempo se detuvo, dejándome perderme en la eternidad de la lectura."