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Maestría en Derecho Administrativo

Materia:
Ética y Transparencia Pública

Docente:
Dra. Karem Patricia González Palma

Tema:
La Dimensión Moral de la corrupción en la
Administración Pública

Maestrante:
Menéndez Palacios María Cecilia

2023
INTRODUCCIÓN

La corrupción es el mal que aqueja a miles de países en el mundo, afectando gravemente


el desarrollo económico de un país al afectar gravemente la seguridad, efectividad y
confianza de las diferentes políticas públicas y económicas previamente establecidas.

Por su parte, la moral, implica la capacidad de un pueblo para juzgar los actos
entorno a los valores que estos hayan forjado, en este sentido, la moral, es aquella que
mide el nivel de tolerancia de la corrupción.

A través del presente trabajo se pretende abordar la dimensión moral que implica
la corrupción, de manera específica en la administración pública, por ende, los recursos
estatales.
LA DIMENSIÓN MORAL DE LA CORRUPCIÓN EN LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Desde épocas atrás la administración pública se ha visto manchada por una serie de
acontecimientos que han marcado la historia de la nación, por las consecuencias de altas
magnitudes económicas, sociales y políticas, por el mal que asecha a todo el mundo: la
corrupción; pero ¿qué es la corrupción?

Jorge Malem Seña (2000) manifiesta que: “Aquellos actos que constituyen la
violación activa o pasiva, de un deber posicional o del incumplimiento de alguna función
específica realizados en el marco de discreción con el objeto de obtener algún beneficio
extraposicional, cualquiera sea su naturaleza” (Malem, 2000).

Conforme con lo que establece el autor, la corrupción constituye una práctica


ilegal contrario a un deber u obligación que se tiene en razón de la posición social, política
o económica en un Estado con la finalidad de acrecentar su patrimonio a expensas de
recursos económicos que han sido destinados para otro fin (en el caso de servidores
públicos).

En este sentido, debe tenerse en cuenta que la corrupción no solo se visualiza en


funcionarios públicos, sino en el sector privado; sin embargo, es mayor la relevancia
cuando suceden actos de corrupción por parte de servidores del Estado en razón de que,
utilizan los recursos estatales para su beneficio, afectando gravemente la seguridad,
educación e incluso la confianza y efectividad de las políticas públicas previamente
establecidas.

Por su parte, la moral se relaciona con la cultura de cada comunidad o grupo de


individuos, quienes son los que determinan lo bueno y lo malo de acuerdo a los valores
con los cuales se forma dicha sociedad, convirtiéndose en casi una imposición de la
comunidad hacia el individuo.

Por consiguiente, si tratamos de analizar la dimensión moral de la corrupción,


debemos ser conscientes de la realidad social, por cuanto esta ha normalizado este delito
de cuello blanco desde sus pequeñas dimensiones hasta las más grandes, inmutándonos y
sólo reaccionando ante ellas cuando la situación nos ha afectado en todos los ámbitos.
Ante ello, de acuerdo a un artículo publicado por el grupo de noticias Primicias el
15 de enero del 2020, se establece que “Ecuador es el cuarto país de América Latina y
El Caribe en el que más ciudadanos afirmaron haber sido afectados directamente por la
corrupción, con un 26,6%, solo superado por Bolivia (38%), México (32,2%) y Paraguay
(28,3%)” (Primicias, 2020)

Si nos referimos en la actualidad del país, el caso en tendencia denominado


Metástasis ha sido aquel que ha destapado una trama de corrupción que va desde el desvío
de recursos estatales desde la pandemia (2020) como los diferentes vínculos entre grupos
delictivos con grandes autoridades del país y de diversas ciudades para ejecutar
actividades como el narcotráfico, ante esta situación y pese a que estamos en una sociedad
que tolera hasta cierto grado de corrupción, nos encontramos ante una ciudadanía que
apela a la justicia, por cuanto tales desvíos de recursos podrían haber evitado las crisis
económicas y de seguridad que vivimos actualmente, por consiguiente, moralmente se
juzga estas actuaciones por parte de la administración pública.

Ante esta situación se debe optar por una mejor creación de políticas públicas,
regular e invertir mayormente en el fortalecimiento de los órganos de justicia o de
combate a la corrupción, pero sobre todo crear consciencia en la sociedad sobre estos
actos, de tal manera que se cree una postura de cero tolerancia a la corrupción, en donde
seamos capaces de denunciar tales actos que terminan afectando a la sociedad.
CONCLUSIÓN

De manera generalizada, se puede decir que la corrupción no solo afecta el ámbito


privado, sino también el público, causando graves perjuicios a los recursos estatales que
previamente eran destinados para planes sociales y educativos en áreas que requieren
mayor atención por parte del Gobierno, sólo por obtener beneficios personales mediante
actos ilegales -delitos de cuello blanco-

A nivel de la sociedad, hay que ser conscientes que, como ecuatorianos tenemos
cierto nivel de tolerancia de la corrupción, por cuanto aquellos actos ilegales por más
mínimos que sean, y al no generar grandes pérdidas no los denunciamos, cuando para
combatir la corrupción es necesario alzar la voz ante este tipo de arbitrariedades; así como
educar a nuestros niños con valores, capaces de enfrentar el sistema y entender que, como
país se debe buscar el bienestar común.

En este sentido, y en aras de velar por el cumplimiento de las políticas públicas se


han creado diversos observatorios, y cursos en donde se capacita a la ciudadanía en temas
de anticorrupción para forjar ecuatorianos capaces de frenar este tipo de delitos y crear
una sociedad que sea inflexible ante los abusos por parte de los gobernantes.
BIBLIOGRAFÍA

Malem, J. (2000). Globalización, Comercio Internacional y Corrupción. Barcelona:


Gedisa.

Primicias. (Enero de 2020). Primicias. Obtenido de


https://www.primicias.ec/noticias/politica/ecuador-paises-mas-propensos-
tolerar-corrupcion/

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