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OCTUBRE 2023
Ciclo A - Año XIII - N.º 154

Textos para la misa de cada día

Señor
de los Milagros

ESPECIAL:
CURSO BÍBLICO
NUEVO TESTAMENTO
Lección 9:
Las cartas de san Pablo:
Gálatas.
Liturgia del Mes OCTUBRE 2023
D 1 XXVI del Tiempo Ordinario 2.a semana
L 2 Santos Ángeles Custodios Mem. obligatoria 2.a semana
M 3 2.a semana
M 4 San Francisco de Asís Mem. obligatoria 2.a semana
J 5 2.a semana
V 6 San Bruno Memoria libre 2.a semana
S 7 Bvda. Virgen María del Rosario Mem. obligatoria 2.a semana
D 8 XXVII del Tiempo Ordinario 3.a semana
L 9 Santos Dionisio y Comps. Memoria libre 3.a semana
M 10 3.a semana
M 11 San Juan XXIII Memoria libre 3.a semana
J 12 3.a semana
V 13 3.a semana
S 14 San Calixto Memoria libre 3.a semana
D 15 XXVIII del Tiempo Ordinario 4.a semana
L 16 Santa Margarita María de Alacoque Memoria libre 4.a semana
M 17 San Ignacio de Antioquía Mem. obligatoria 4.a semana
M 18 San Lucas Fiesta Propio
J 19 Beato José Timoteo Giaccardo Memoria libre 4.a semana
V 20 4.a semana
S 21 4.a semana
D 22 1.a semana
L 23 XXX del Tiempo Ordinario / Dom. Mundial de las Misiones 1.a semana
M 24 San Juan de Capistrano Memoria libre 1.a semana
M 25 San Antonio María Claret Memoria libre 1.a semana
J 26 1.a semana
V 27 1.a semana
S 28 Propio
D 29 Señor de los Milagros / Santos Simón y Judas Fiesta 2.a semana
L 30 XXXI del Tiempo Ordinario 2.a semana
M 31 2.a semana

Tiempos especiales Tiempo Ordinario Mártires y Apóstoles Adviento y Cuaresma


TEXTOS PAR A LA MISA DE CADA DÍA

Ciclo A N.º 154

OCTUBRE
2023
TEXTOS UTILIZADOS
octubre
Valoremos la santidad:
San Bruno, pág. 50 CENTROS DE DIFUSIÓN
San Dionisio, pág. 67
PERÚ
San Juan XXIII, pág. 74
LIMA: Jr. Callao 198 / Teléfonos: 427-8276 /
San Calixto, pág. 84
946763442 / librerialima@paulinas.org.pe
Santa Margarita María de Alacoque, pág. 95
San Isidro: Av. Víctor A. Belaúnde 121-129
Beato José Timoteo Giaccardo, pág. 105
Teléfono: 989594338 / libreriasisidro@paulinas.org.pe
San Juan de Capistrano, pág. 122
AREQUIPA: Calle Jerusalén 122 / Teléfonos: (054)
San Antonio María Claret, pág. 126 313132 / 989594339 libreriarequipa@paulinas.org.pe
Anexo: Lección 9: Las cartas de san Pablo: CAJAMARCA: Jr. Amalia Puga 937
2 Corintios, pág. 155 Teléfonos: (076) 343958 / 989391492
libreriacajamarca@paulinas.org.pe
Los textos de la liturgia de Palabra y
IQUITOS: Jr. Arica 230 / Teléfonos: (065) 221057 /
Eucaristía son aprobados por la Confe-
989594337/ libreriaiquitos@paulinas.org.pe
rencia Episcopal Peruana y adaptados al
nuevo Misal Romano. PIURA: Calle Cuzco 653 / Teléfonos: (073) 320743/
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Título: Palabra y Eucaristía (Ciclo A) PUNO: Conde de Lemos 220
Autor: Equipo Paulinas Teléfonos: (051) 363825 / 989191417 /
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Editorial: Paulinas
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ISSN: 2220-0290 Teléfonos: (052) 426807 / 989191416
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Comentarios dominicales: adaptados del P.
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Curso bíblico: Andréz García Vásquez
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4
octubre
Domingo 1 de octubre
XXVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2.ª semana del Salterio - Verde

«Recapacitó y fue a la viña»


Ez 18, 25-28; Sal 24, 4-9; Flp 2, 1-11 F. B. Flp 2, 1-5; Mt 21, 28-32

Como vimos el domingo pasado, Dios no actúa según nuestra


lógica. Los exiliados de Babilonia solo podían encontrar una res-
puesta para su tragedia: sus padres pecaron contra el Señor, pero
son ellos los que están pagando las consecuencias. Bien decía el
refrán: Los padres comieron uvas agrias y a los hijos se les destemplan los
dientes (Ez 18, 2). La primera lectura de hoy responde a estas dudas.
Es cierto, pensaba Ezequiel, que las consecuencias de las maldades
se arrastran por generaciones, pero también está en nuestras manos
contribuir a reconducir la historia. Quien baja los brazos, el que se
resigna, no puede atribuir la culpa a los padres. La responsabilidad
recae sobre uno mismo: Muere por la iniquidad que ha cometido (v.
26). La triste herencia del pecado se cancela con la conversión y un
compromiso activo con el bien.
En el evangelio, Jesús aborda la misma cuestión. ¿Es posible en-
derezar nuestros caminos? Apelando a la imagen de la viña —sím-
bolo de Israel—, nos presenta el caso de un padre y dos hijos. Los
oyentes de Jesús intuyen inmediatamente que el padre representa a
Dios, pero, seguro, se quedan sorprendidos del hecho de que tenga
dos hijos. El hijo de Dios es uno solo: Israel. Oír hablar de dos
hijos de Dios es desconcertante para un israelita; y esto es solo el
comienzo, el resto de la parábola será aún más provocador.
Ante la invitación del padre de ir a trabajar en la viña, el primo-
génito responde entusiasta, con presteza: «Sí, señor» (literalmente:
«¡Yo, señor!», como diciendo: «No pienses en otro; aquí estoy yo»),
pero después no fue (v. 30). No se dice que, por desgano o por
alguna otra opción más atrayente propuesta por los amigos, simple-
mente «cambió de idea». No era él cuando había dicho que sí; no

5
1 DOMINGO
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

estaba para nada de acuerdo con el programa del padre; solo había
pronunciado palabras, palabras vacías. Él representa a aquellos is-
raelitas que solo respetan la alianza con base en formalismos, ritos,
sacrificios.
Las provocaciones de la parábola no han terminado. El padre
pide también al segundo hijo que vaya a trabajar a la viña y la
respuesta fue «No, no tengo ganas». Después, sin embargo, lleno
de remordimiento, fue (v. 29). La referencia a los odiados paga-
nos, que ahora son elevados al rango de hijos, es explícita. Estos
no habían dado ninguna adhesión formal a la voluntad del Señor;
sin embargo, han sido los primeros en entrar en el Reino de Dios.
Mateo veía cómo estaba ocurriendo esto con el gran número de
paganos que entraban a las comunidades cristianas.
La conclusión de la parábola es todavía más escandalosa: «Les
aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas están
entrando antes que ustedes en el Reino de Dios» (vv. 31b-32).
¿Por qué es así? Porque a los publicanos y las prostitutas, que se
saben alejados de Dios, no se les pasa por la cabeza estar haciendo
la voluntad del Padre. Son conscientes de haber dicho no. Esto los
predispone a ser los primeros en recibir el don de Dios. No pue-
den ampararse en la religión para sentirse «puros». Por eso, el otro
hermano entrará en la viña solo cuando deje de considerarse justo,
cuando se alegre de sentirse salvado por el amor gratuito del Padre.
En esa misma línea, san Pablo, en la segunda lectura, nos invita a
salir de nosotros mismos e imitar el camino de humildad y amor
de Jesús para superar todo egoísmo.

Adaptado del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales


explicadas a la comunidad – Ciclo A del P. Fernando Armellini. Para
acceder a un video-comentario más amplio del evangelio de hoy
y su transcripción en PDF, escanea el código QR o digita este link:
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_57.jsp

6
DOMINGO
octubre 1
Monición general
Para ser fieles a la acción del Señor en nuestra vida, las lecturas de
hoy nos invitan a seguir con decisión el camino emprendido; fortalecer
los vínculos de unidad entre nosotros y ser los unos para los otros
estímulos para crecer en santidad.
El Evangelio es un fuerte llamado al compromiso con la palabra
dada. En un mundo donde las palabras no tienen valor, donde se
puede decir una cosa y hacer otra, Jesús nos invita a que no sea así
entre nosotros: palabra dada, palabra cumplida.
Gracias, Señor, por la luz y la fuerza de tu Palabra, ella nos enseña
la coherencia entre lo que decimos y hacemos.

Antífona de entrada Dn 3, 31.29.30.43.42


Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo mereci-
do, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus
mandamientos; pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu
gran misericordia.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Oh, Dios, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón
y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, as-
pirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Ezequiel nos permite ver que la santidad o la maldad dependen
de nuestra libertad: Dios ofrece la salvación a todos; quien la acepta
es justificado, el que la rechaza se condena. Pero ninguna situación
es definitiva en esta vida: si el justo se aleja de Dios, se pierde; y el
pecador siempre tiene la posibilidad de convertirse.
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28
Así dice el Señor: «Ustedes comentan: “No es justo el proceder
del Señor”. Escucha, pueblo de Israel: ¿es injusto mi proceder?,
¿no es más bien el proceder de ustedes el que es injusto? Cuando

7
1 DOMINGO
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere


por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de
la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo
salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos,
ciertamente vivirá y no morirá».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 24, 4-9
R. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que
camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salva-
dor, y todo el día te estoy esperando.R.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no
te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.R.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a
los humildes.R.

Segunda lectura
San Pablo nos hace una entrañable invitación a permanecer
unidos; para ello nos exhorta a no dejarnos llevar por el espíritu de
rivalidad, sino alimentar en todo momento los sentimientos de Jesús.
¡Escuchemos!
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11
Hermanos: Si quieren ustedes darme el consuelo de Cristo
y aliviarme con su amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen
entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse
unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la
humildad y consideren siempre a los demás superiores a ustedes
mismos. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos

8
DOMINGO
octubre 1
los intereses de los demás. Tengan entre ustedes los mismos
sentimientos de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó
de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de
tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó
hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por
eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-so-
bre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla
se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua
proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Forma breve:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-5
Hermanos: Si quieren ustedes darme el consuelo de Cristo
y aliviarme con su amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen
entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse
unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la
humildad y consideren siempre a los demás superiores a ustedes
mismos. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos
los intereses de los demás. Tengan entre ustedes los mismos
sentimientos de Cristo Jesús.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Jn 10, 27
Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—, y yo las
conozco, y ellas me siguen. Aleluya.
Santo Evangelio
La parábola de los dos hijos nos dice claramente que lo que cuenta
en la vida no es lo que decimos o prometemos, sino lo que cada uno
demuestra con sus acciones y actitudes. ¡Escuchemos!

9
1 DOMINGO
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los
ancianos del pueblo: «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos
hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en
mi viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después recapacitó
y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó:
“Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el
padre?». Contestaron: «El primero». Entonces Jesús les dijo: «Les
aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán antes que
ustedes en el Reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñán-
doles el camino de la salvación, y no le creyeron; en cambio, los
publicanos y las prostitutas le creyeron. Y ustedes, a pesar de esto
no se arrepintieron ni creyeron en él».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice el credo.

Oración universal
Invoquemos a Dios, que por Cristo nos enseñó el camino que
lleva a la vida, y digámosle:
R. Muéstranos tu misericordia.
10
DOMINGO
octubre 1
1. Para que no falten en la Iglesia quienes, con su coherencia de
vida, instruyan en los caminos del Señor. Oremos al Señor. R.
2. Para que obrando con rectitud promovamos el bien y la justi-
cia. Oremos al Señor. R.
3. Para que la unidad y el amor fundamenten la paz y la justicia
en nuestra sociedad. Oremos al Señor. R.
4. Para que la ternura y la misericordia del Señor se hagan pre-
sentes en los enfermos, en los que sufren, en los que están
solos y en los que son explotados. Oremos al Señor. R.
5. Para que el Señor destierre de los corazones las envidias, egoís-
mo y rivalidades. Oremos al Señor. R.
6. Para que, teniendo los mismos sentimientos de Cristo, viva-
mos con humildad. Oremos al Señor. R.
Escucha, Señor, nuestras súplicas, mándanos a trabajar a tu
viña, y no permitas que nada demore nuestra respuesta a tu
amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Oración sobre las ofrendas


Concédenos, Dios de misericordia, aceptar esta ofrenda
nuestra y que, por ella, se abra para nosotros la fuente de toda
bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: en que Él dio su
vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida
por los hermanos.
Oración después de la comunión
Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de Aquel cuya
muerte hemos anunciado y compartido. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

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Lunes
octubre 2 de octubre
ÁNGELES CUSTODIOS (MO)
XXVI semana del Tiempo Ordinario - Propio del Salterio - Blanco

Monición general
Hermanos, con toda la Iglesia, hoy damos gracias a Dios porque
en su providencia amorosa nos ha dado a cada uno un ángel que nos
protege y conduce hacia Él. El libro del Éxodo nos muestra cómo Dios
acompaña al pueblo de Israel en la difícil travesía del desierto; los
ángeles son los mediadores de su presencia protectora.
En el evangelio, Jesús indica a los discípulos el secreto de la
verdadera grandeza: cultivar la apertura, la sencillez y la confianza
propia de los niños; y les recuerda que los ángeles que cuidan de ellos
están siempre ante el trono de Dios.
¡Qué hermoso es saber que desde esta tierra estamos en comunión con
los ángeles y santos que contemplan en el cielo el rostro radiante de Dios!
Antífona de entrada Dn 3, 59
Ángeles del Señor, bendigan al Señor, ensálcenlo con himnos
por los siglos.
Oración colecta
Oh, Dios, que en tu providencia inefable te has dignado
enviar a tus santos ángeles para nuestra custodia, concede, a los
que te suplicamos, ser defendidos siempre por su protección y
gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de Éxodo 23, 20-23a
Así dice el Señor: «Voy a enviarte un ángel por delante, para
que te cuide en el camino, y te lleve al lugar que he preparado.
Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre y
no perdonará tus rebeliones. Si lo obedeces fielmente y haces lo
que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios
serán mis adversarios. Mi ángel irá por delante».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

12
Ángeles custodios
Memoria obligatoria
LUNES
octubre 2
Salmo responsorial Sal 90, 1-6.10-11
R . A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden
en tus caminos.
Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del
Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío,
confío en ti».R.
Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá
con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás.R.
Su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las
tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía.R.
No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus
caminos.R.

Aclamación antes del Evangelio Sal 102, 21


Aleluya. Bendigan al Señor, ejércitos suyos, servidores que cum-
plen sus deseos. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5.10

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le
preguntaron: «¿Quién es el más importante en el Reino de los
Cielos?». Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: «Les asegu-
ro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el Reino de
los Cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese
es el más grande en el Reino de los Cielos. El que acoge a un niño
como este en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar
a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están
viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

13
2 LUNES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

O bien (En otros lugares)

Monición general
El profeta Zacarías nos revela que la reconstrucción del templo de
Jerusalén es un símbolo del triunfo definitivo de la alianza de Dios con
la humanidad al final de los tiempos: Dios estará definitivamente con
nosotros y nosotros con Él.
Y Jesús nos asegura que Dios estará presente entre nosotros en los
más pequeños e insignificantes de la tierra porque solo ellos pueden
dar espacio a la grandeza de Dios.
Gracias, Señor, por el don inmenso de la revelación de tu amor y tu salvación.

Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías 8, 1-8
En aquellos días, vino la Palabra del Señor del universo,
diciendo: «Así dice el Señor del universo: Siento gran celo por
Sion, y ardo de pasión por ella. Esto dice el Señor: Volveré a Sion
y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará “Ciudad
Fiel”, y el monte del Señor del universo, “Monte Santo”. Esto
dice el Señor del universo: De nuevo se sentarán en las calles de
Jerusalén ancianos y ancianas, hombres que, de viejos, se apoyan
en bastones, pues, su vida será muy larga. Las calles de Jerusalén
se llenarán de niños y niñas que jugarán en la calle. Esto dice el
Señor del universo: Si el resto de este pueblo lo encuentra impo-
sible aquel día, ¿será también imposible a mis ojos? —oráculo
del Señor del universo—. Esto dice el Señor del universo, aquí
estoy yo para salvar a mi pueblo de oriente a occidente, y los
traeré para que habiten en medio de Jerusalén. Ellos serán mi
pueblo, y yo seré su Dios con verdad y con justicia».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 101, 16-21.29.22-23
R. El Señor reconstruyó Sion, y apareció en su gloria.

14
Ángeles custodios
Memoria obligatoria
LUNES
octubre 2
Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion, y aparezca en su gloria, y se
vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peti-
ciones.R.
Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que
será creado alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su
excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra, para
escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a
muerte.R.
Los hijos de tus siervos vivirán seguros, su linaje durará en tu pre-
sencia, para anunciar en Sion el nombre del Señor, y su alabanza
en Jerusalén, cuando se reúnan unánimes los pueblos y los reyes
para dar culto al Señor.R.

Aclamación antes del Evangelio Mc 10, 45


Aleluya. El Hijo del hombre ha venido para servir y dar su vida
en rescate por todos. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir sobre
quién era el más importante. Jesús, conociendo los pensamientos
de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y
les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y
el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. Porque el más
pequeño de ustedes es el más importante». Juan tomó la palabra
y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en
tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido
impedir». Jesús le respondió: «No se lo impidan, porque el que
no está contra ustedes, está con ustedes».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

15
2 LUNES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Oración sobre las ofrendas


Recibe, Señor, los dones que te presentamos en honor de tus
santos ángeles, y concédenos, por tu bondad, vernos libres, con
su continua protección, de los peligros presentes y llegar feliz-
mente a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio: La gloria de Dios manifestada en los ángeles
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Y proclamar tus alabanzas en tus ángeles
y arcángeles, pues lo que se honra verdaderamente en ellos re-
dunda en tu grandeza y gloria. Siendo ellos dignísimos de todo
honor, tú eres inmenso y has de ser reconocido sobre todas las
cosas, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, la multitud de los ánge-
les celebra tu majestad; a ellos nos unimos en gozosa adoración
cantando a una sola voz tu alabanza: Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión Sal 137, 1
Delante de los ángeles tañeré para ti, Dios mío.
Oración después de la comunión
Señor, a los que has alimentado para la vida eterna con tan
grandes sacramentos dirígelos, por ministerio de los ángeles, en el
camino de la salvación y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Ángel santo de la guarda, compañero de


mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de
noche ni de día. Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado, escuchas mis
oraciones y cuentas todos mis pasos.

16
octubre
Martes 3 de octubre
XXVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
En la primera lectura, el profeta Zacarías prefigura que Jerusalén, la
ciudad de Dios, será un lugar abierto que atraerá a todas las naciones
y pueblos. Dios quiere construir unidad, no divisiones.
En el evangelio, vemos que, frente al rechazo, algunos discípulos de
Jesús se dejan asaltar por tentaciones violentas. Pero, ¿es ese el ejemplo
que nos ha dejado Jesús o más bien construir un mundo de paz?
Señor, haznos fermentos de paz y justicia en este mundo.

Antífona de entrada Dn 3, 31.29.30.43.42


Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo mereci-
do, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus
mandamientos; pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu
gran misericordia.
Oración colecta
Oh, Dios, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón
y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, as-
pirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías 8, 20-23
Esto dice el Señor del universo: «Todavía vendrán pueblos y
habitantes de grandes ciudades; los de una ciudad irán a los de
otra y les dirán: “Vamos a apaciguar al Señor”. “Yo voy contigo
a contemplar al Señor del universo”. Y vendrán pueblos nume-
rosos y naciones poderosas buscando al Señor del universo en
Jerusalén e implorar su perdón. Esto dice el Señor del universo:
En aquellos días, diez hombres procedentes de distintas nacio-
nes y lenguas agarrarán a un judío por el borde del manto y le

17
3 MARTES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

dirán: “Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios


está con ustedes”».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 86, 1-7
R. Dios está con nosotros.
Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las
puertas de Sion a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan
glorioso para ti, ciudad de Dios!R.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios
y etíopes han nacido allí». Se dirá de Sion: «Uno por uno todos
han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado».R.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».R.

Aclamación antes del Evangelio Mc 10, 45


Aleluya. El Hijo del hombre ha venido para servir y dar su vida
en rescate por todos. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56

R. Gloria a ti, Señor.


Cuando ya se acercaba el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús
tomó la decisión de subir a Jerusalén. Y envió mensajeros de-
lante de Él. De camino, entraron en un pueblo de samaritanos
para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se
dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos,
le preguntaron: «Señor, ¿quieres que mandemos que caiga un
rayo del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y les reprendió.
Y se fueron a otro pueblo.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

18
MARTES
octubre 3
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Dios de misericordia, aceptar esta ofrenda
nuestra y que, por ella, se abra para nosotros la fuente de toda
bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: en que Él dio su
vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida
por los hermanos.
Oración después de la comunión
Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de Aquel cuya
muerte hemos anunciado y compartido. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

Jesucristo, quiero recibirte en mi interior


con sencillez, apertura y humildad. Me pongo
de rodillas ante ti y te digo que acepto tu
Reino. Quiero configurar toda mi vida con tu
Evangelio. Quiero cambiar mis criterios, mis
reacciones altaneras, para que todo lo haga
por amor. Quiero saber agradecer y valorar a
tantas personas santas que has puesto en mi
camino. Dame tu gracia para que todo esto
sea posible.
Catholic.net

19
Miércoles
octubre 4 de octubre
SAN FRANCISCO DE ASÍS (MO)
XXVI semana del Tiempo Ordinario - 2.ª semana del Salterio - Blanco

Monición general
En esta fiesta de san Francisco de Asís, san Pablo, en la primera
lectura, nos comparte su experiencia de la cruz de Jesús. Eso le permitió
aprender, ante todo, el camino de la humildad, como san Francisco.
En el evangelio, vemos que la Buena Noticia de Jesús tenía mayor
acogida entre la gente sencilla; porque los sencillos, los simples,
los pequeños encuentran la sabiduría de Dios allí donde está: en la
sencillez, en la debilidad y en la simplicidad de Jesús.
Señor, tú que amas a los humildes y pequeños, danos un corazón
humilde para acoger tu Palabra.

Antífona de entrada
Francisco de Asís, varón de Dios, dejó su casa, abandonó su
herencia y se hizo pobre y humilde. Así, el Señor lo tomó a su
servicio.
Oración colecta
Oh, Dios, que concediste a san Francisco de Asís ser configu-
rado a Cristo en la pobreza y la humildad, concédenos, cami-
nando por sus sendas, poder seguir a tu Hijo y unirnos a ti con
amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de
nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado
para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es circun-
cisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. La paz y la
misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a
esta norma; también sobre el Israel de Dios. En adelante, que
nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las

20
San Francisco de Asís
Memoria obligatoria
MIÉRCOLES
octubre 4
marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con su
espíritu, hermanos. Amén.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 15, 1-2.5.7-8.11
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú
eres mi bien». El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi
suerte está en tu mano.R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi
derecha no vacilaré.R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu
presencia, de alegría perpetua a tu derecha.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 11, 25


Aleluya. Bendito seas, Padre, Señor de cielos y tierra, porque has
revelado los secretos del Reino a la gente sencilla. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor
de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y
entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así
te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados,
y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que
soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

21
4 MIÉRCOLES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

O bien (en otros lugares)

Monición general
En la primera lectura podemos ver cómo el permiso real para
regresar a Jerusalén y reconstruir la ciudad es interpretado por
Nehemías como señal de protección divina. Dios pone en nuestro
corazón deseos santos y los confirma abriendo caminos para
realizarlos.
En el evangelio, vemos que el seguimiento de Jesús conlleva tres
exigencias radicales; de esta manera, quiere advertir a todos sus
discípulos sobre la seriedad y riesgos del camino que van a emprender.
A Jesús no se le sigue por ningún voluntarismo, seguirle no atrae
ninguna ganancia humana y, por último, no se sigue a Jesús para
obtener libertad, sino se le sigue en libertad.
Señor Jesús, queremos seguirte por amor y en libertad.

Primera lectura
Lectura del libro de Nehemías 2, 1-8
En el mes de Nisán, el año veinte del reinado de Artajerjes,
siendo yo responsable del vino, tomé vino y se lo serví al rey.
Y como nunca había estado triste en su presencia, el rey me
preguntó: «¿Por qué tienes esa cara tan triste? No estás enfermo,
pero seguramente algo te aflige». Entonces con mucho miedo
dije al rey: «Larga vida al rey. ¿Cómo no he de estar triste cuando
la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas,
y sus puertas consumidas por el fuego?». El rey me dijo: «¿Qué
es lo que pretendes?». Yo me encomendé al Dios del cielo, y le
respondí: «Si le parece bien al rey, y si está satisfecho de su siervo,
déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados
mis padres».
El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me pregun-
taron: «¿Cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?». Al rey le
pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir. Pero añadí: «Si
le parece bien al rey, que me den cartas para los gobernadores de

22
San Francisco de Asís
Memoria obligatoria
MIÉRCOLES
octubre 4
Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. Y una
carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales, para
que me proporcionen madera para reconstruir las puertas de la
ciudadela del templo, para el muro de la ciudad y para la casa
donde voy a vivir». Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 136, 1- 6
R. Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti.
Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nos-
talgia de Sion; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras
cítaras.R.
Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros
opresores, a divertirlos: «Cántennos un cantar de Sion». R.
¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me
olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.R.
Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si
no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías.R.

Aclamación antes del Evangelio Flp 3, 8-9


Aleluya. Por Él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de
ganar a Cristo y existir en Él. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discí-
pulos, uno le dijo: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le respondió:
«Los zorros tienen madriguera y las aves del cielo nidos, pero
el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». A otro
le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar
a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus

23
4 MIÉRCOLES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios». Otro le dijo: «Te


seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia».
Jesús le contestó: «El que pone la mano en el arado y mira hacia
atrás no vale para el Reino de Dios».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Al presentarte nuestras ofrendas, te pedimos, Señor, que nos
dispongas para celebrar dignamente el misterio de la cruz, al que
san Francisco de Asís se adhirió con tanto ardor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Antífona de comunión Mt 5, 3
Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es
el Reino de los Cielos.
Oración después de la comunión
Por este sacramento que hemos recibido, concédenos, Señor,
imitar la caridad y el celo apostólico de san Francisco de Asís,
para que gustemos los frutos de tu amor y los comuniquemos
para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración de san Francisco de Asís


Maestro, que yo no busque tanto ser
consolado, como consolar,
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se
encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

24
octubre
Jueves 5 de octubre
XXVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Santa Faustina Kowalska (ML) - 2.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
El pueblo de Dios halla su alegría en dos acciones concretas: leer
la Palabra de Dios y entenderla, así nos lo explica la primera lectura;
y añade: «el gozo en el Señor es la fortaleza de ustedes», que así sea
también entre nosotros.
Los enviados de Jesús, para proclamar el Reino de Dios, deben ir
por el mundo con total confianza en la providencia y en la fuerza de
su Palabra; solo así se entienden los mandatos que hoy leemos en el
Evangelio. La seguridad máxima no está en los bienes que poseemos,
sino en la paz que dejamos en tantos corazones afligidos y necesitados.
Señor Jesús, ayúdanos a confiar en que tu gracia nos abrirá las puertas
necesarias para proclamar tu Evangelio.

Antífona de entrada Dn 3, 31.29.30.43.42


Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo mereci-
do, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus
mandamientos; pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu
gran misericordia.
Oración colecta
Oh, Dios, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón
y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, as-
pirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de Nehemías 8, 1-4a.5-6.7b-12
En aquellos días, todo el pueblo se reunió como un solo hom-
bre en la plaza que está delante de la Puerta del Agua y pidieron
a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la ley de Moisés, que el
Señor había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo el libro de la
ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los

25
5 JUEVES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo. En
la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el medio-
día, leyó el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían
uso de razón. Toda la gente escuchaba con atención la lectura
de la ley. Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de
madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro
a la vista de todo el pueblo, que se hallaba en un puesto elevado,
y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie. Esdras bendijo
al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos,
respondió: «Amén, amén». Después se inclinaron y adoraron al
Señor, rostro en tierra.
Los levitas explicaron la ley al pueblo, que permanecía en
pie. Leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el
sentido, de forma que comprendieron la lectura. Entonces el go-
bernador Nehemías, el sacerdote y escriba, Esdras y los levitas que
enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Este día está con-
sagrado a nuestro Dios: no hagan duelo ni lloren». Y es que todo
el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley. Y Nehemías les
dijo: «Vayan, coman bien, beban un buen vino e inviten a los que
no tienen nada preparado, pues este día está consagrado a nuestro
Dios. No estén tristes, pues el gozo en el Señor es la fortaleza de
ustedes». También los levitas calmaban al pueblo, diciendo: «Si-
lencio, que es un día santo; no estén tristes». Entonces el pueblo se
fue, comió, bebió, e invitó a los demás y organizó una gran fiesta,
porque había comprendido lo que le habían explicado.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 18, 8-11
R . Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto
del Señor es fiel e instruye al ignorante.R.

26
Santa Faustina Kowalska
Memoria libre
JUEVES
octubre 5
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma
del Señor es límpida y da luz a los ojos.R.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los manda-
mientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.R.
Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la
miel de un panal que destila.R.

Aclamación antes del Evangelio Mc 1, 15


Aleluya. Está cerca el Reino de Dios, dice el Señor, conviértanse y
crean en el Evangelio. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, el Señor designó otros setenta y dos, y los
envió delante de Él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares
adonde pensaba ir Él. Y les decía: «La cosecha es abundante y los
obreros pocos; rueguen, pues, al dueño del campo para que mande
trabajadores para su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los
envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alfor-
ja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y si
allí hay gente de paz, descansará sobre ellos la paz; si no, volverá
a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que
tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando
de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que
les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: “Está cerca de
ustedes el Reino de Dios”. Cuando entren en un pueblo y no los
reciban, salgan a la plaza y digan: “Hasta el polvo de esta ciudad,
que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos sobre ustedes. De to-
dos modos, sepan que está cerca el Reino de Dios”. Yo les digo que
aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
27
5 JUEVES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Oración sobre las ofrendas


Concédenos, Dios de misericordia, aceptar esta ofrenda
nuestra y que, por ella, se abra para nosotros la fuente de toda
bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: en que Él dio su
vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida
por los hermanos.
Oración después de la comunión
Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de Aquel cuya
muerte hemos anunciado y compartido. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

Oh Jesús, que hiciste de santa Faustina


una gran devota de tu infinita misericordia,
concédeme por su intercesión, si fuese esto
conforme a tu santísima voluntad, la gracia
de…, que te pido. Yo, pecador, no soy digno
de tu misericordia, pero dígnate mirar el
espíritu de entrega y sacrificio de sor Faustina
y recompensa sus virtudes atendiendo las
súplicas que a través de ella te presento
confiando en ti.
Aciprensa

28
octubre
Viernes 6 de octubre
XXVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Bruno (ML) - 2.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
El profeta Baruc nos indica hoy los primeros pasos para una
verdadera conversión: reconocerse pecador y confiar en el Señor.
En el evangelio, Jesús cuestiona duramente a las ciudades donde
había hecho más milagros porque se resisten a creer en Él. A nosotros
también nos llama a abrir los ojos y darnos cuenta del amor que Dios
nos tiene. Cuántos milagros de su amor en nuestra vida: la familia,
los amigos, las oportunidades para crecer; la fe, la comunidad, la
Eucaristía... No podemos ser ciegos y seguir resistiendo a su amor.
Señor, ayúdanos a descubrir tu amor y volver a ti de todo corazón.

Antífona de entrada Dn 3, 31.29.30.43.42


Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo mereci-
do, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus
mandamientos; pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu
gran misericordia.
Oración colecta
Oh, Dios, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón
y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, as-
pirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de Baruc 1, 15-22
Confesamos que el Señor, nuestro Dios, es justo, y a nosotros
en cambio nos abruma hoy la vergüenza: a los judíos y vecinos
de Jerusalén, a nuestros reyes y gobernantes, a nuestros sacer-
dotes y profetas y a nuestros padres; porque pecamos contra
el Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro
Dios, no siguiendo los mandatos que el Señor nos había dado.

29
6 VIERNES
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto


hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios, hemos
rehusado obedecerle. Por eso, nos persiguen ahora las desgracias
y la maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo,
cuando sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra
que mana leche y miel. No obedecimos al Señor, nuestro Dios,
que nos hablaba por medio de sus enviados, los profetas; todos
seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y
haciendo lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 78, 1-5.8-9
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Dios mío los paganos han entrado en tu heredad. han profanado
tu santo templo, han reducido Jerusalén a ruinas. Echaron los
cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo, y la carne de
tus fieles a las fieras de la tierra.R.
Derramaron su sangre como agua en torno a Jerusalén, y nadie
la enterraba. Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión
y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a
estar siempre enojado? ¿Arderá como fuego tu cólera?R.
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que
tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados.R.
Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre.R.

Aclamación antes del Evangelio Sal 94, 8ab


Aleluya. No endurezcan hoy su corazón; escuchen la voz del
Señor. Aleluya.

30
San Bruno
Memoria libre
VIERNES
octubre 6
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti,
Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido,
vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será
más llevadero a Tiro y a Sidón que a ustedes. Y tú, Cafarnaún,
¿piensas escalar el cielo? Caerás hasta el abismo. Quien a ustedes
escucha, a mí me escucha; quien a ustedes rechaza, a mí me
rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Dios de misericordia, aceptar esta ofrenda
nuestra y que, por ella, se abra para nosotros la fuente de toda
bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 16
En esto hemos conocido el amor de Dios: en que Él dio su
vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida
por los hermanos.
Oración después de la comunión
Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de Aquel cuya
muerte hemos anunciado y compartido. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

31
Valoremos la santidad
octubre
JUEVES
2
San Bruno
Su nombre significa «fuerte como
una coraza». Nace en Alemania
en el año 1030. Desde muy joven
mostraba un especial don para dirigir
espiritualmente, enriquecido con sus
cualidades intelectuales. Fue ordenado
sacerdote, nombrado profesor de
teología y canciller del arzobispo.
Se cuenta que en una ocasión escuchó
la voz de un hombre que tuvo fama de
ser buena persona, pero que en la vida
privada no fue nada santo. Mientras
celebraban su funeral, habló tres veces, diciendo: «He sido juzgado».
«He sido hallado culpable». «He sido condenado». Los presentes se
llenaron de tal espanto que salieron corriendo y arrojaron el cadáver
al fondo de un río muy caudaloso. En Bruno causó tal impacto que
decidió alejarse de la vida mundana, renunció a toda su riqueza, a
sus amistades influyentes y a su propio prestigio para dedicarse por
completo a la vida de oración, en silencio estricto y a la penitencia, en
un sitio bien alejado de todos. El lugar se llamaba Cartuja, y los nuevos
religiosos recibieron el nombre de cartujos.

Testimonio de vida
Sus normas de vida son consideradas las más severas en la historia
para una comunidad: observar silencio perpetuo, levantarse a media
noche a rezar por más de una hora, luego, a las 5:30 a. m., orar otra
hora en la capilla, lo mismo a mediodía y al atardecer; no comer carne
ni tomar licor; recibir visitas solamente una vez al año; dedicar varias
horas al día al estudio o a labores manuales, especialmente a copiar
libros; vivir totalmente incomunicados con el mundo. Es un reglamento
propio para hombres que quieren llegar a un alto grado de santidad.
Murió el 6 de octubre del año 1101.
Que Dios nos conceda, como a él, ser capaces de apartarnos de lo que es
mundano y materialista, y dedicarnos a lo que lleva a la santidad.

32
octubre
Sábado 7 de octubre
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL ROSARIO (MO)
XXVI semana del Tiempo Ordinario - 2.ª semana del Salterio - Blanco

Monición general
Luego de la cruz y la resurrección, vemos a la comunidad de
discípulos de Jesús reunidos en oración. Junto a ellos, está María. Su
presencia materna alienta e impulsa a las primeras comunidades
cristianas, así como lo sigue haciendo hoy con nosotros.
En el evangelio, María recibe el anuncio del ángel de que Ella
será la madre de nuestro salvador. En medio de su turbación y sin
comprender el misterio de la misión que recibe, María nos sorprende
con su respuesta y nos deja un gran ejemplo de confianza en Dios.
María, madre nuestra, ayúdanos a crecer en la fe y el seguimiento
de tu Hijo como tú nos mostraste.

Antífona de entrada Lc 1, 28.42


Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo: ben-
dita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.
Oración colecta
Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que,
quienes hemos conocido, por el anuncio del ángel, la encarna-
ción de Cristo, tu Hijo, lleguemos, por su pasión y su cruz, y la
intercesión de la bienaventurada Virgen María, a la gloria de la
resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a
Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de
Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa,
subieron a la sala, donde se alojaban, Pedro, Juan, Santiago,
Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo,
Simón el Zelote y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban

33
7 SÁBADO
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas


María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Lc 1, 46-17.48-55
R . Bienaventurada eres, Virgen María,
que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador.R.
Porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho
obras grandes por mí: su nombre es santo.R.
Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él
hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón.R.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. R.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como
lo había prometido a nuestros padres— en favor de Abrahán y su
descendencia por siempre.R.
Aclamación antes del Evangelio Lc 1, 28
Aleluya. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo;
bendita tú eres entre las mujeres. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a
una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada
con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen
se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alé-
grate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante
estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel

34
Bvda. Virgen María del Rosario
Memoria obligatoria
SÁBADO
octubre 7
le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante
Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre, y su Reino no tendrá fin». Y María
dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El
ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza
del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el santo que va
a nacer ser llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel,
que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis
meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay impo-
sible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra». Y la dejó el ángel.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien (En otros lugares)
Monición general
Hermanos, hoy el profeta Baruc nos dice que las aflicciones son
permitidas por Dios: algunas veces para purificarnos del pecado, otras,
para probar nuestra fidelidad e impulsarnos a servir a los demás. En
cualquiera de los casos, un sufrimiento nos ayuda a crecer y nos traerá
siempre consolación y alegría.
Los discípulos, a quienes Jesús envió en misión, vuelven a Él muy
felices porque han constatado cuánto poder tiene su nombre para
liberar del mal. Y Jesús los confirma participándoles su mismo poder
para vencer al maligno; pero les advierte que no serán ellos quienes
obrarán, sino Dios mismo por su mediación. La verdadera alegría es
estar con Él.
Señor, centra nuestro corazón en ti.

Primera lectura
Lectura del libro de Baruc 4, 5-12.27-29
¡Ánimo, pueblo mío, que llevas el nombre de Israel! Ustedes
fueron vendidos a los paganos, pero no para ser aniquilados; por

35
7 SÁBADO
octubre
XXVI del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

la cólera de Dios contra ustedes los entregaron a sus enemigos,


porque irritaron a su Creador, sacrificando a demonios y no a Dios;
olvidaron al Dios eterno, Él que los había alimentado, y afligieron
a Jerusalén, la que los alimentó. Cuando ella vio que el castigo de
Dios se avecinaba, dijo: «Escuchen, habitantes de Sion, Dios me ha
enviado una pena terrible: vi cómo el Eterno desterraba a mis hijos
e hijas; yo los críe con alegría, los despedí con lágrimas de pena.
Que nadie se alegre viendo a esta viuda abandonada de todos. Si
estoy desierta, es por los pecados de mis hijos, que se apartaron de
la ley de Dios. ¡Ánimo, hijos, griten a Dios!, porque Aquel que los
castigó se acordará de ustedes. Si un día se empeñaron en alejarse de
Dios, vuelvan a buscarlo con redoblado empeño. Porque el que les
mandó las desgracias les mandará el gozo eterno de su salvación».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 68, 33-37
R. El Señor escucha a sus pobres.
Mírenlo los humildes y alégrense, busquen al Señor, y revivirá su
corazón, no desprecia a sus cautivos. Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas.R.
El Señor salvará a Sion, reconstruirá las ciudades de Judá, y las
habitarán en posesión. La estirpe de sus siervos la heredará, los
que aman su nombre vivirán en ella.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 11, 25


Aleluya. Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has
revelado los secretos del Reino a la gente sencilla. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y
dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu

36
Bvda. Virgen María del Rosario
Memoria obligatoria
SÁBADO
octubre 7
Nombre». Él les contestó: «He visto a Satanás caer del cielo como
un rayo. Miren: les he dado potestad para pisotear serpientes y
escorpiones y para dominar a todo poder del enemigo. Y nada
les hará daño alguno. Sin embargo, no estén alegres porque se
les someten los espíritus; alégrense más bien de que sus nombres
están inscritos en el cielo». Y en aquel momento, lleno de la
alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y a los entendidos, y las has revelado a los sencillos. Sí,
Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado
mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién
es el Padre, sino el Hijo, y Aquel a quien el Hijo se lo quiere
revelar». Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bien-
aventurados los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo
que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y
no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Haz, Señor, que nos preparemos dignamente con estos dones
presentados, y que celebremos de tal modo los misterios de tu
Unigénito que merezcamos ser dignos de sus promesas. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 1, 31
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús.
Oración después de la comunión
Te rogamos, Señor y Dios nuestro, que quienes anunciamos
en este sacramento la muerte y resurrección de tu Hijo, asociados
a su pasión, merezcamos participar del gozo y de la gloria. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

37
Domingo
octubre 8 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
3.ª semana del Salterio - Verde

«Arrendará la viña a otros viñadores»


Is 5, 1-7; Sal 79, 9.12-16.19-20; Flp 4, 6-9; Mt 21, 33-43

La viña en Israel era el símbolo de la paz, de la unión familiar, de


la alegría, de la fiesta. Este es el contexto en que se inscribe el poema
del profeta Isaías que escuchamos hoy. Describe la pasión de un
agricultor por su viña, un afecto avasallador como el del enamorado
por su novia. Las cepas plantadas eran las mejores y el terreno fue
preparado con sumo cuidado. El resultado, sin embargo, es todo
lo contrario al esperado: en lugar de uvas exquisitas, solo produce
frutos agrios, incomibles (v. 4). Como ocurre con el enamorado
traicionado y decepcionado, cuyo amor se transforma en desilusión
y resentimiento, el agricultor decide infligir un terrible castigo a su
viña: abatirá el cerco, le quitará la lluvia (vv. 5-6).
Ante tanto amor, Israel ha respondido con infidelidad y rebe-
lión. Los frutos (la uva buena y dulce) que el Señor esperaba eran
la fidelidad a la alianza, la justicia social, la ayuda al pobre, al huér-
fano y a la viuda. ¿Qué ha encontrado? Gritos de gente oprimida
y explotada, una religión hecha de procesiones, peregrinaciones al
templo, ritos, pero carentes de una auténtica conversión del cora-
zón. La advertencia también es clara para nosotros hoy: cuidado
con creerse en buenas relaciones con Dios por el solo hecho de
realizar impecables prácticas religiosas. Lo que Él espera son frutos
de justicia y misericordia.
Como el profeta Isaías, también Jesús, en el evangelio de hoy,
recurre a la imagen de la viña para describir la obra de Dios y la
respuesta del ser humano. Sin embargo, el papel protagónico lo
ocupan el dueño y los arrendatarios a quienes encomienda su cui-
dado. Asimismo, están los emisarios del dueño que procuran tomar
la parte de los frutos que corresponden a su patrón. La viña no es es-
téril, da frutos; pero estos solo van en beneficio de los arrendatarios.

38
DOMINGO
octubre 8
Es claro que Jesús, como Isaías, emplea un lenguaje simbólico. El
patrón es el Señor que ha prodigado incontables cuidados y ha mos-
trado un inmenso amor por su pueblo (v. 33). La cerca es la Torá, la
ley que Dios ha dado a su pueblo para protegerlo de sus enemigos,
es decir, de las propuestas de vida insensata que lo habrían llevado
a la ruina. Los viñadores representan a los jefes, los líderes religiosos
y políticos cuya tarea era ayudar al pueblo a producir los frutos que
el dueño espera de ellos; los cuales, según la primera lectura, son el
amor al prójimo y la justicia social.
Los dos grupos de emisarios se refieren a los profetas que, antes
y después del exilio fueron enviados para exhortar a Israel a
mantenerse fiel a la alianza; pero fueron sistemáticamente recha-
zados. El último enviado es el Hijo, es decir, Jesús. El tiempo de
la vendimia representa el momento del juicio de Dios que —hay que
tener esto bien presente— no debe entenderse como un ajuste de
cuentas, sino como una intervención salvífica. Por eso, mientras
los interlocutores de Jesús solo piensan en premios y castigos, Él
habla de la fuerza de Dios que puede sacar bienes incluso de los
males. Es lo que le sucede a Jesús mismo: tenido por un blasfemo,
por impuro, fue conducido fuera de los muros de la ciudad para
ser ajusticiado. Pero Dios, resucitándolo, lo ha glorificado, lo ha
constituido Señor, piedra angular de un nuevo edificio, del pueblo
renovado. A pesar de todos los rechazos del hombre, al final, Dios
encuentra siempre la manera de alcanzar su objetivo y obtener los
frutos buenos que desea.

Adaptado del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales


explicadas a la comunidad – Ciclo A del P. Fernando Armellini. Para
acceder a un video-comentario más amplio del evangelio de hoy
y su transcripción en PDF, escanea el código QR o digita este link:
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_58.jsp

39
8 DOMINGO
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

Monición general
Hermanos: Nos congregamos en torno al Señor de la vida para
depositar en Él nuestras fatigas y preocupaciones y recibir su gracia
poderosa que reaviva nuestra esperanza.
En analogía con los cuidados que requiere una viña para ser
fecunda y ser motivo de alegría para el viñador, las lecturas de hoy
nos permiten descubrir el cuidado amoroso y solícito de Dios para con
cada uno de nosotros.
¿En qué momentos de mi vida he experimentado el amor del Señor?
Si estoy atento a los detalles de amor que Dios me brida día tras día,
puedo mantener la paz y la alegría del corazón en cualquier situación,
y mi corazón estará abierto a todos.
Señor, gracias por los incontables detalles de tu amor.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Con este hermoso cántico, Isaías nos deja ver cómo Dios, que ha
cuidado a su pueblo con una ternura entrañable, decide con hondo
dolor abandonarlo, para que así pueda reconocer los innumerables
detalles de su predilección. ¡Escuchemos con fe!
Lectura del libro de Isaías 5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su
viña. Mi amigo tenía una viña en fértil colina. Cavó la tierra,

40
DOMINGO
octubre 8
quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una
torre y cavó un lagar donde hacer el vino. Y esperó que diese
buenas uvas, pero dio racimos amargos. Pues bien, habitantes
de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sean jueces entre mí
y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya
hecho? ¿Por qué, esperando que diera buenas uvas, dio racimos
amargos? Pues ahora les diré a ustedes lo que voy a hacer con
mi viña: le quitaré su valla para que sirva de pasto, derribaré su
tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni
la desyerbarán, crecerán zarzas y espinos; prohibiré a las nubes
que lluevan sobre ella. La viña del Señor de los ejércitos es el pue-
blo de Israel; son los hombres de Judá su plantación preferida.
Esperó de ellos cumplimiento de la ley, y ahí tienen: asesinatos;
esperó justicia, y ahí tienen: lamentos.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 79, 9.12-16.19-20
R. La viña del Señor es el pueblo de Israel.
Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los paganos, y la trasplan-
taste. Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el
Gran Río.R.
¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los tran-
seúntes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?R.
Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar
tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa.R.
No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu
nombre. Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu
rostro y nos salve.R.

Segunda lectura
San Pablo hace una preciosa síntesis de las actitudes que un cris-
tiano ha de alimentar ante Dios: acción de gracias y búsqueda sincera

41
8 DOMINGO
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

de su voluntad; así como él mismo nos muestra con su ejemplo. ¡Escu-


chemos!
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos: Que nada los angustie; al contrario, en cualquier
situación presenten sus deseos a Dios, orando, suplicando y
dando gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, cus-
todiará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo
Jesús. Finalmente, hermanos, tengan en cuenta todo lo que es
verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es
virtud o mérito, ténganlo en cuenta. Practiquen así mismo lo
que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí. Y
el Dios de la paz estará con ustedes.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Jn 15, 16
Aleluya. Yo los he elegido, para que vayan y den fruto, y su fruto
dure —dice el Señor—. Aleluya.
Santo Evangelio
Con la parábola de los viñadores que, olvidándose de la bondad
de su amo, se independizaron de él para apropiarse de la viña, Jesús
nos exhorta a depender de Dios como hijos amados para gozar de la
libertad y la felicidad que solo Él puede dar. ¡Escuchemos con fe!

42
DOMINGO
octubre 8
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los
ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Había un propie-
tario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella
un lagar para hacer el vino, construyó la casa del guardián, la
arrendó a unos viñadores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de
la vendimia, envió sus criados a los viñadores, para recoger los
frutos que le correspondían. Pero los viñadores, agarrando a los
criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, en mayor número que la primera
vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su
hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los viñadores,
al ver al hijo, se dijeron: “Este es el heredero: lo matamos y nos
quedamos con su herencia”. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera
de la viña y lo mataron. Y, ahora, cuando vuelva el dueño de
la viña, ¿qué hará con aquellos viñadores?». Le contestaron:
«Hará morir sin compasión a esos malvados y arrendará la viña
a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo». Y
Jesús les dice: «¿No han leído nunca en la Escritura: “La piedra
que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el
Señor quien lo ha hecho: ha sido un milagro patente"? Por eso
les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser
entregado a un pueblo que produzca sus frutos».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice el credo.

Oración universal
El Apóstol nos exhortaba hoy a presentar a Dios nuestras
oraciones. Por eso, oremos juntos:
R. Escucha, Señor, nuestra oración.

43
8 DOMINGO
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

1. Por el Papa, los obispos y los sacerdotes: para que el Señor


dirija su vida, sus proyectos y dé fecundidad a sus ministerios.
Oremos.R.
2. Por la Iglesia: para que sea abierta, solidaria, universal y cerca-
na a los hombres y mujeres del mundo. Oremos.R.
3. Por la paz en el mundo: para que todos podamos disfrutar de
una tranquila y feliz existencia. Oremos.R.
4. Por los que son perseguidos a causa de su fe: para que no de-
caigan ante las dificultades y encuentren en Jesús su consuelo.
Oremos.R.
5. Por los que sufren: para que el Señor los alivie y libere de sus
males. Oremos.R.
6. Por los que hemos sido adquiridos por la sangre de Cristo:
para que demos nuestra vida por el Evangelio. Oremos.R.
Señor, atiende las oraciones que te presentamos los obreros
de tu viña, ayúdanos a acoger con gozo la salvación que nos trae
tu Hijo y a dar frutos de santidad para la gloria. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.

Oración sobre las ofrendas


Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

44
octubre
Lunes 9 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Ss. Dionisio y compañeros (ML) - 3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La historia de Jonás es muy peculiar: él es un profeta que huye de
esa vocación, pero incluso su huida habla del Dios a quien representa.
El evangelio nos invita a pensar en la frase que dice: «vale más una
acción que mil palabras». ¿Cómo podemos reconocer a un seguidor de
Cristo?, no solo porque habla con palabras de vida, sino porque hace
vida todas sus palabras. Que así sea entre nosotros.
Señor Jesús, danos la gracia de aprender a ser prójimo de
nuestros hermanos cada día.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Comienzo de la profecía de Jonás 1, 1—2, 1.11
El Señor dirigió su Palabra a Jonás, hijo de Amitai, en estos
términos: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y llévate
este mensaje contra ella, pues me he enterado de sus crímenes».
Pero Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos del Señor; bajó a
Jafa y encontró un barco que zarpaba para Tarsis; pagó el pasaje
y embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos del Señor. Pero el
Señor envió un viento impetuoso sobre el mar y se alzó una gran

45
9 LUNES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

tormenta en el mar que la nave estaba a punto de naufragar. Los


marineros temieron, e invocaron cada cual a su dios. Arrojaron
los pertrechos al mar para aligerar la nave, mientras Jonás, que
había bajado a lo hondo de la nave, dormía profundamente. El
capitán se le acercó y le dijo: «¿Qué haces durmiendo? Levántate
e invoca a tu Dios; quizá se compadezca ese Dios de nosotros,
para que no perezcamos». Y decían unos a otros: «Echemos suer-
tes para ver por culpa de quién nos viene esta calamidad».
Echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces, le inte-
rrogaron: «Dinos, ¿por qué nos sobreviene esta calamidad? ¿Cuál
es tu oficio? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo
eres?». Él les contestó: «Soy un hebreo; adoro al Señor, Dios del
cielo, que hizo el mar y la tierra firme». Muchos de aquellos
hombres se asustaron y le preguntaron: «¿Qué has hecho?». Pues
comprendieron, por el propio Jonás, de que iba huyendo del
Señor. Y entonces le preguntaron: «¿Qué haremos contigo para
que el mar se calme?». Porque el mar seguía embraveciéndose. Él
contestó: «Levántenme y arrójenme al mar, y el mar se calmará;
pues sé que por mi culpa les sobrevino esta terrible tormenta».
Pero ellos remaban para alcanzar tierra firme, y no podían,
porque el mar seguía embraveciéndose. Entonces invocaron al
Señor, diciendo: «¡Señor, que no perezcamos por culpa de este
hombre, no nos hagas responsables de una sangre inocente! Tú
eres el Señor que obras como quieres». Después, levantaron a
Jonás y lo arrojaron al mar; y el mar calmó su furia. Tras ver lo
ocurrido, aquellos hombres temieron profundamente al Señor.
Ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron promesas. El Señor
envió un gran pez para que se tragara a Jonás, y estuvo Jonás en
el vientre del pez tres días y tres noches seguidas. Luego, el Señor
dio orden al pez de vomitar a Jonás en tierra firme.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

46
Ss. Dionisio y compañeros
Memoria libre
LUNES
octubre 9
Salmo responsorial Jon 2, 3-5.8
R . Sacaste mi vida de la fosa, Señor.
En mi aflicción clamé al Señor, y me atendió; desde el vientre del
abismo pedí auxilio, y escuchó mi clamor.R.
Me arrojaste a lo profundo en alta mar, me rodeaban las olas, tus
corrientes y tu oleaje pasaban sobre mí.R.
Yo dije: «Me has arrojado de tu presencia; quién pudiera ver de
nuevo tu santo templo».R.
Cuando se me acababan las fuerzas me acordé del Señor; llegó
hasta ti mi oración, hasta tu santo templo.R.

Aclamación antes del Evangelio Jn 13, 34


Aleluya. Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se
amen unos a otros, como yo los he amado. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, se presentó un maestro de la ley y le pre-
guntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué debo hacer
para heredar la vida eterna?». Él le dijo: «¿Qué está escrito en la
ley? ¿Qué lees en ella?». Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas
y con toda tu mente. Y al prójimo como a ti mismo». Él le dijo:
«Haz respondido bien. Haz esto y tendrás la vida eterna». Pero
el maestro de la ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y
quién es mi prójimo?». Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusa-
lén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos que lo asaltaron,
lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo
medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel
camino y, al verlo, se desvió y pasó de largo. Y lo mismo hizo un
levita que llegó a aquel sitio: al verlo se desvió y pasó de largo.

47
9 LUNES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y,


al verlo, sintió compasión, se le acercó, le vendó las heridas; y
después de habérselas limpiado con aceite y vino, y, montándolo
en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día
siguiente, sacó dos denarios y dándoselos al encargado, le dijo:
“Cuida de él y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”.
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que
cayó en manos de los bandidos?». Él contestó: «El que practicó
la misericordia con él». Jesús le dijo: «Anda, y haz tú lo mismo».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo
busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios quiere la misericordia del corazón,


porque Él es misericordioso y sabe
comprender bien nuestras miserias, nuestras
dificultades y también nuestros pecados.
Papa Francisco

48
VIERNES
Valoremos la santidad
Semana
Propio
JUEVES
Santa
del Salterio
octubre 2
San Dionisio
Con el nombre de Dionisio se conocen
por lo menos 22 Santos. El Santo del que hoy
celebramos la fiesta, fue obispo de París en el s.
III y fue decapitado junto a sus dos compañeros
de viaje y evangelización Rústico y Eleuterio.
Sobre su tumba, en la colina de Montmartre,
fue edificada una basílica, junto a la cual el rey
Dagoberto fundó en el 630 una abadía. Los
monjes de esta abadía son los responsables de
la equivocada identificación de su mártir patrono con otros dos santos con
el nombre de Dionicio: Dionicio el Aeropagita y Dionisio de Alejandría.
Se sabe muy poco de sus orígenes. Su nombre significa «aquel que
mantiene la fe en Dios». Perteneció a una familia noble. Nació pocos
años después de Jesucristo. Estudió en la cuna de los grandes filósofos,
científicos, pensadores y adonde concurrían de todas partes los mayores
talentos.
Testimonio de vida
Fue enviado por el Papa san Fabián, acompañado del presbítero
Rústico, del diácono Eleuterio y cuatro compañeros más, a evangelizar
las Galias, en Francia, donde dominaba la idolatría. Denunciaron su
paganismo, haciéndoles comprender la imposibilidad de muchos
dioses. Les explicó con tal elevación y claridad las verdades esenciales
de nuestra religión que muchos fueron bautizados.
Durante la persecución de Decio, fueron obligados, tanto él como
sus compañeros, a renegar de su fe, a lo que Dionisio respondió: «Ni los
tormentos más horribles, ni la misma muerte serían capaces de aminorar
la constancia de nuestra fe». Fueron azotados con ramales armados de
puntas de acero y, finalmente, degollados, el 9 de octubre del 275.
Cuenta la leyenda que, luego de ser decapitado, Dionisio recorrió
seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo. Luego, entregó su cabeza
a una piadosa mujer y después se desplomó. Ella, a precio de dinero,
logró recuperar los cuerpos de Rústico y Eleuterio.
Señor, suscita nuevos santos en las familias cristianas, capaces de dar
la vida proclamando tu Evangelio.

49
Martes
octubre 10 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia de hoy nos enseña que quien escucha de corazón a Dios
encuentra su plena realización. Cuando los ninivitas abren el corazón a
la predicación del profeta Jonás y se arrepienten de sus perversidades,
Dios retira su amenaza y extiende sobre ellos su misericordia.
Jesús nos revela que escuchar su Palabra en íntima unión con Él
y servir a los hermanos son dos aspectos esenciales de nuestra vida
cristiana que han de estar en profunda armonía. Jesús reprende a
Marta no por lo que hace, sino porque se deja absorber por el trabajo
y porque este trabajo no nace de una escucha atenta a las necesidades
del Maestro.
Señor, que nuestro servicio brote del amor que se alimenta
en la comunión contigo.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Jonás 3, 1-10
El Señor dirigió su Palabra a Jonás por segunda vez. Le dijo:
«Levántate y ve a Nínive, la gran ciudad, y anuncia el mensaje
que yo te comunicaré». Jonás se levantó y fue a Nínive, como
mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían

50
MARTES
octubre 10
falta para recorrerla. Jonás comenzó a entrar por la ciudad y
caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días
Nínive será destruida!». Creyeron en Dios los ninivitas; procla-
maron el ayuno y se vistieron con ropas de penitencia, grandes y
pequeños. Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono,
dejó el manto real, se cubrió con ropa de penitencia, se sentó
en el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio
de parte del rey y de sus ministros: «Hombres y animales, vacas
y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse con
ropa de penitencia, hombres y animales; invoquen ferviente-
mente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de
la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca
Dios, quizá cese el incendio de su ira y no nos destruirá». Y vio
Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y
se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a
Nínive, y no la ejecutó.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 129, 1-4.7-8
R. Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus
oídos atentos a la voz de mi súplica.R.
Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero
de ti procede el perdón, y así infundes respeto.R.
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y
Él redimirá a Israel de todos sus delitos.R.

Aclamación antes del Evangelio Lc 11, 28


Aleluya. Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cum-
plen. Aleluya.

51
10 MARTES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo y una mujer llama-
da Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada
María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
En cambio, Marta estaba atareada con todo el servicio de la casa;
hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana
me haya dejado sola con el servicio? Dile que me ayude». Pero
el Señor le contestó: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por
tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la mejor
parte y no se la quitarán».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo
busca.

Oración después de la comunión


Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

52
octubre
Miércoles 11 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Juan XXIII (ML) - 3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia de hoy nos muestra el rostro amoroso de nuestro
Padre celestial. Dios busca al profeta Jonás, que huye enojado por su
clemencia y compasión con los ninivitas, y, en medio de su rebeldía, le
revela su más espléndida identidad: la misericordia. Dios es Padre y no
puede abandonar a ninguna de sus criaturas.
Jesús nos enseña a orar dirigiéndonos a Dios con el dulce nombre de
Padre y pedirle lo que un buen hijo pide a su papá: que su voluntad se
cumpla en todos sus hijos; venga su Reino de misericordia, y perdone
nuestras culpas para que todos nos perdonemos como hermanos. La
gozosa experiencia de sentirnos amados y perdonados por el Padre
nos hará más fácil el amor y la comprensión entre nosotros.
Jesús, Maestro bueno, enséñanos a orar como tú lo haces.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Jonás 4, 1-11
Jonás se disgustó y se indignó profundamente. Y rezó al Señor
en estos términos. «¿No lo decía yo, Señor, cuando estaba en mi
tierra? Por eso intenté escapar a Tarsis, pues bien sé que eres un
Dios bondadoso, compasivo, paciente y misericordioso, que te

53
11 MIÉRCOLES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

arrepientes del mal. Así que, Señor, toma mi vida, pues vale más
morir que vivir». Dios le contestó: «¿Por qué tienes ese disgusto
tan grande?». Salió Jonás de la ciudad y se instaló a oriente. Armó
una choza y se quedó allí, a su sombra, hasta ver qué pasaba
con la ciudad. Dios hizo que una planta de ricino surgiera por
encima de Jonás, para dar sombra a su cabeza y librarlo de su
disgusto. Jonás se alegró y se animó mucho con el ricino. Pero
Dios hizo que, al día siguiente, al rayar el alba, un gusano atacase
al ricino, que se secó. Cuando salió el sol, hizo Dios que soplase
un recio viento solano; el sol pegaba en la cabeza de Jonás, que
desfallecía y se deseaba la muerte. «Más vale morir que vivir»,
decía. Dios dijo entonces a Jonás. «¿Por qué tienes ese disgusto
tan grande por lo del ricino?». Él contestó: «Sí, tengo un disgusto
de muerte». Dios repuso: «Tú te compadeces del ricino, que ni
cuidaste ni ayudaste a crecer, que en una noche surgió y en otra
desapareció. ¿Y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran
ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas, que no
distinguen la derecha de la izquierda, y muchísimos animales?».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 85, 3-6.9-10
R. Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando
todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma
hacia ti.R.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia
con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la
voz de mi súplica.R.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú
eres el único Dios».R.

54
San Juan XXIII
Memoria libre
MIÉRCOLES
octubre 11
Aclamación antes del Evangelio Rm 8, 15bc
Aleluya. Ustedes han recibido un espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre». Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4

R. Gloria a ti, Señor.


Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando ter-
minó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar,
como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oren
digan: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos
cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos ofende,
y no nos dejes caer en tentación”».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo
busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

55
Valoremos la santidad
octubre
JUEVES
2
San Juan XXIII
Angelo Giuseppe Roncalli nació en
Italia, en 1881, fue el tercero de los hijos de
Giambattista Roncalli y Mariana Mazzola,
campesinos, pobres y muy piadosos. De
niño era alegre, dado a la soledad y a la
lectura. A los 11 años ingresó al seminario
y a los 23 fue ordenado sacerdote.
Durante la Primera Guerra Mundial
sirvió como sargento de sanidad y teniente
capellán del hospital militar. Fue testigo
del dolor y el sufrimiento que causa la guerra. En la Segunda Guerra
Mundial, como delegado apostólico, se encargó de llevar consuelo
y ayuda a las víctimas. Se desempeñó como visitador apostólico en
Bulgaria, Turquía y Grecia; nuncio apostólico en París; patriarca de
Venecia, como cardenal y Papa.

Testimonio de vida
Su buen humor era contagioso. En una ocasión un periodista que
le preguntó: «¿Cuánta gente trabaja en el Vaticano?». A lo que él
respondió: «Más o menos la mitad».
Durante su pontificado, replanteó el ecumenismo católico; redactó
dos encíclicas: Mater et Magistra y Pacem in Terris. Proponía la dignidad
del hombre como el centro de todo derecho, de toda política y de toda
dinámica social o económica.
Convocó el Concilio Vaticano II para «elaborar una nueva teología
de los misterios de Cristo. Del mundo físico. Del tiempo y las relaciones
temporales. De la historia. Del pecado. Del hombre. Del nacimiento. De
los alimentos y la bebida. Del trabajo. De la vista, del oído, del lenguaje,
de las lágrimas y de la risa. De la música y de la danza. De la cultura. De
la televisión. Del matrimonio y de la familia. De los grupos étnicos y del
Estado. De la humanidad toda».
Su breve pontificado cambió el curso de la historia. Murió el 3 de
junio de 1963.
Papa Juan, tú que cambiaste a la Iglesia desde dentro, ayúdame a vivir
la fe hacia dentro y hacia fuera.

56
octubre
Jueves 12 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Nuestra Señora del Pilar (ML) - 3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia nos enseña hoy que quien ora con confianza y
perseverancia se sentirá seguro.
El profeta Malaquías levanta el ánimo del pueblo, abatido por
las injusticias, haciéndole vislumbrar el cumplimiento feliz de sus
promesas: Dios hará brillar un sol de justicia sobre todos los que han
confiado en Él y ellos experimentarán su tierna compasión.
Jesús nos recuerda que Dios es para nosotros el Padre bueno, que
busca siempre nuestro mayor bien y, por su ternura paternal, nos da
lo que Él sabe que nos hará felices y no lo que nosotros creemos que
es lo mejor. Para ello, nos invita a orar: llamar, pedir y tocar a su puerta
sin cansarnos.
Gracias, mi buen Dios, porque no solo nos das lo mejor, sino porque
tú mismo te entregas por nosotros.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 13-20a
Dice el Señor: «Ustedes hablan de manera insolente contra
mí y todavía preguntan: “¿Qué hemos dicho contra ti?”. Porque
ustedes dicen: “No vale la pena servir al Señor; ¿qué sacamos
con guardar sus mandamientos?; ¿para qué andamos enlutados

57
12 JUEVES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

en presencia del Señor del universo? Al contrario: nos parecen


dichosos los malvados; a los impíos les va bien; tientan a Dios y
quedan sin castigo"». Entonces hablaron entre sí los que temen
al Señor. El Señor prestó atención y escuchó, y se escribió un libro
memorial, en su presencia, en favor de los hombres que temen
al Señor y respetan su nombre. «Ese día que estoy preparando
—dice el Señor del universo— ellos volverán a ser propiedad
mía. Me compadeceré de ellos, como un padre se compadece
del hijo que lo sirve. Entonces verán la diferencia entre el justo
y el malvado, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.
Porque miren que llega el día, ardiente como un horno: mal-
vados y perversos serán como paja, y los quemaré el día que ha
de venir —dice el Señor del universo— y no quedará de ellos ni
rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un
sol de justicia y hallarán salud a su sombra».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 1, 1-4.6
R . Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de lo impíos, ni entra
por la senda de los pecados, ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.R.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en
su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene
buen fin.R.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Por-
que el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de
los impíos acaba mal.R.

Aclamación antes del Evangelio Hch 16, 14b


Aleluya. Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las
palabras de tu Hijo. Aleluya.

58
Nuestra Señora de Pilar
Memoria libre
JUEVES
octubre 12
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos: «Supongamos
que alguno de ustedes tiene un amigo y este viene a medianoche
para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis ami-
gos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y desde
dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está
cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme
para dártelos”. Yo les digo que, si no se levanta y se los da por ser
amigo suyo, al menos para que no siga molestando se levantará
y le dará cuanto necesite. Por eso yo les digo: Pidan y se les dará,
busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien
pide recibe, quien busca encuentra, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre ustedes, cuando su hijo le pide pan, le dará una
piedra? ¿O si le pide pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide
un huevo, le dará un escorpión? Pues, si ustedes, que son malos,
saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo
dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

59
Viernes
octubre 13 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia de hoy, con un lenguaje claro y explícito, nos invita a
convertirnos y a estar en guardia frente al mal.
El profeta Joel invita al pueblo y a nosotros a prepararnos para la
venida del Señor, volviendo a Él con todo el corazón.
Jesús, después de expulsar un demonio, explica con gran humildad
y paciencia a quienes lo acusan de ser aliado del maligno que Él es
el único que puede liberarnos del mal. Y nos advierte que, aun
habiendo sido liberados, si no permanecemos con Él, podemos ser
de nuevo víctimas del mal. Mientras vivamos, nuestra lucha contra el
mal no tiene tregua; pero estamos seguros de que con Jesús siempre
venceremos.
Señor, eres nuestro liberador; confiamos en ti de corazón.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel 1, 13-15; 2, 1-2
Vístanse de luto, sacerdotes; laméntense, ministros del altar;
vengan a dormir en esteras, ministros de Dios, porque faltan en
el templo del Señor ofrenda y libación. Proclamen el ayuno,
convoquen la asamblea, reúnan a los ancianos, a todos los habi-

60
VIERNES
octubre 13
tantes de la tierra, en el templo del Señor, nuestro Dios, y clamen
al Señor. ¡Ay de este día! Se acerca el día del Señor, vendrá como
azote del Todopoderoso. Toquen la trompeta en Sion, griten en
mi monte santo, tiemblen los habitantes del país, que viene, ya
está cerca, el día del Señor. Día de oscuridad y tinieblas, día de
nubarrones y densa niebla; como aurora extendida sobre los
montes, es el ejército denso y numeroso; como jamás hubo otro,
ni lo habrá después de él en muchas generaciones.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 9, 2-3.6.16.8-9
R. El Señor juzgará el orbe con justicia.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, proclamando todas tus
maravillas;me alegro y exulto contigo y toco en honor de tu
nombre, oh Altísimo.R.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío y borraste para
siempre su apellido. Los pueblos se han hundido en la fosa que
hicieron, su pie quedó prendido en la red que escondieron.R.
Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para
juzgar. Él juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con
rectitud.R.

Aclamación antes del Evangelio Jn 12, 31b-32


Aleluya. Ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera,
dice el Señor. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a
todos hacia mí. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, luego de que Jesús expulsara un demonio,
algunos de entre la multitud dijeron: «Expulsa a los demonios
con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios». Otros,

61
13 VIERNES
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, cono-


ciendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra
sí mismo va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también
Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su
reino? Ustedes dicen que yo expulso los demonios con el poder
de Belzebú; si yo expulso los demonios en nombre de Belzebú,
los hijos de ustedes, ¿con qué poder los expulsan? Por eso, ellos
mismos serán sus jueces. Pero, si yo expulso los demonios con el
dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio,
sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo
vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte sus bienes. El
que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo
desparrama. Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, da
vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero,
como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí”. Y al
volver, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va, toma otros
siete espíritus peores que él, y se meten a vivir allí. Y el final de
aquel hombre resulta peor que el principio».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

62
octubre
Sábado 14 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Calixto I (ML) - 3.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
En este día dedicado a María, la liturgia nos ayuda a fortalecer
nuestra esperanza.
El profeta Joel nos habla del juicio final, en el que Dios tomará una
decisión irrevocable: habitará en medio de su pueblo, y habrá justicia
y vida plena para todos los que confiaron en Él.
En el evangelio, una mujer, al escuchar a Jesús, llena de entusiasmo
proclama dichosa a su madre. Jesús le hace comprender que María
es dichosa no tanto por haber sido su madre, sino por escuchar la
Palabra de Dios y cumplirla con todo el corazón. Todo el que escucha
la Palabra con el sincero deseo de vivirla llega a la familiaridad e
intimidad con Dios.
María, enséñanos la escucha y la obediencia a la Palabra del Señor.

Antífona de entrada Est 4, 17


A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie
puede oponerse a ti. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas
todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundan-
cia de tu amor los méritos y los deseos de los que te suplican,
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que perdones lo
que pesa en la conciencia y nos concedas aun aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel 4, 12-21
Así dice el Señor: «Alerta, vengan las naciones al valle de
Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Pongan
mano a la hoz, madura está la cosecha; vengan a pisar la uva, lle-
no está el lagar. Rebosan las tinajas, porque abunda su maldad.

63
14 SÁBADO
octubre
XXVII del Tiempo Ordinario
3.a semana del Salterio

Muchedumbres y muchedumbres en el valle de Josafat, se acerca


el día del Señor en el valle de la Decisión. El sol y la luna se
oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde
Sion, desde Jerusalén alza la voz, tiemblan cielo y tierra. El Señor
protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Sabrán que
yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sion, mi monte santo.
Jerusalén será santa, y no pasarán por ella extranjeros. Aquel día,
los montes manarán vino, las colinas, leche; las acequias de Judá
irán llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor,
que regará el valle de Sitín. Egipto será un desierto, Edom se
volverá árida estepa, porque oprimieron a los judíos, derrama-
ron sangre inocente en su país. Pero Judá estará habitada por
siempre, Jerusalén, de generación en generación. Vengaré su
sangre, no quedará impune, y el Señor habitará en Sion».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 96, 1-2.5-6.11-12
R. Alégrense, justos, con el Señor.
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan
su gloria.R.
Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de cora-
zón. Alégrense, justos, con el Señor, celebren su santo nombre.R.

Aclamación antes del Evangelio Lc 11, 28


Aleluya. Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cum-
plen. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28

R. Gloria a ti, Señor.

64
San Calixto I
Memoria libre
SÁBADO
octubre 14
En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando, una mujer
levantó la voz en medio de la multitud, diciendo: «Dichoso el
vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron». Pero Él le
respondió: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra
de Dios y la cumplen».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos
santos misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio,
perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora de
tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lm 3, 25
El Señor es bueno para quienes esperan en Él, para quien lo
busca.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que nos alimentemos y
saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos transfor-
memos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Gracias, Jesús, por recordarme que en


tu Palabra es donde puedo encontrar tu
voluntad. Es relativamente fácil saber qué
es lo que me puede llevar a la santidad; la
complicación se da cuando hay cosas que no
me agradan o cuando flaquea mi voluntad.
Quiero ser bueno y generoso como la Virgen
María, dame tu gracia para renovar mi
fidelidad.
Catholic.net

65
Valoremos la santidad
octubre
JUEVES
2
San Calixto I
Nació en Roma cerca del 155 y murió
martirizado cerca del 222. Sus padres eran
paganos de origen griego, pero se cree
que su padre practicaba el cristianismo en
secreto. Calixto significa «el más bello». Ya
en la edad adulta abrazó el cristianismo.
Trabajó como administrador de un alto
funcionario, cristiano, del emperador;
con quien se vio implicado en un gran
fraude de malversación de fondos. El
funcionario fue condenado a muerte, pero Calixto fue encarcelado
y más tarde liberado con la condición de que recuperara el dinero
malversado. Se cree que el dinero se había destinado para ayudar
a viudas y huérfanos cristianos. Al no devolverlo fue enviado a las
minas de azufre de Cerdeña, para realizar trabajos forzados. Al cabo
de tres años fue liberado, gracias a la intervención de una concubina
del emperador.

Testimonio de vida
Poco después de su liberación, el Papa Ceferino, conociendo su
devoción y piedad, lo nombró su secretario personal, lo ordenó diácono
y administrador del cementerio cristiano en la Vía Apia. Al morir el
Papa Ceferino, Calixto fue elegido como su sucesor, por la mayoría del
pueblo y el clero de Roma, a la edad de 62 años.
El mayor opositor de su pontificado fue Hipólito de Roma, quien se
proclamó antipapa, acusándole, injustamente, de herético, ambicioso
y corrupto; de negar la Santísima Trinidad y de gran permisividad al
otorgar en un edicto que se administrara la santa comunión a los
adúlteros arrepentidos. Por otra parte, se recogen testimonios de que
Calixto fue un gran defensor de la sana doctrina, de la disciplina y con
gran visión pastoral. Murió martirizado en Roma, en el 222, con 67
años, apaleado hasta la muerte. Es el santo patrón de los sepultureros.
Jesús, ayúdame a realizar obras de caridad muy sencillas que no me
cuesten nada y otras grandes que me cuesten mucho.

66
octubre
Domingo 15 de octubre
XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
4.ª semana del Salterio - Verde

«A todos los que encuentren, invítenlos a la boda»


Is 25, 6-10a; Sal 22, 1-6; Flp 4, 12-14.19-20; Mt 22, 1-14 F. B. Mt 22, 1-10
En la Antigüedad, solo los reyes y algunos ricos podían permitirse
ofrecer suntuosos banquetes. Sin embargo, en la primera lectura, el
profeta Isaías anuncia algo sorprendente: Dios en persona ofrecerá
un festín con manjares suculentos, vinos añejados, sabrosas carnes
de todo tipo (v. 6), una lista de platillos que podía hacer agua la
boca de cualquier pobre de Israel.
¿Quiénes serán los invitados?, se preguntan ansiosos los oyentes.
Todos los pueblos de la tierra, sin exclusión alguna, es la respuesta.
Todos serán convocados a la misma mesa; se alegrarán los pueblos
que antes se odiaban, que ejercieron violencia unos contra otros.
Y no solo se compartirá la mesa. Verán cosas extraordinarias: «El
Señor hará caer el velo», la costra que cubre los ojos de los hombres
(v. 7), y todos podrán contemplarlo sentado a la mesa junto a ellos.
Después, destruirá la muerte para siempre y «enjugará las lágrimas
de todos los rostros» (v. 8). Pero más que de la muerte biológica, se
refiere a una vida sin sentido y sin ideales, la burla del fracaso y del
dolor, el hambre, la enfermedad, la marginación; todo lo que no
deja vivir al ser humano.
En tiempos de Jesús, el paraíso también era imaginado como un
banquete suntuoso de manjares exquisitos. Y lo más maravilloso,
Dios mismo se sentaría junto a los comensales presidiendo el gran
festín. Ese es el trasfondo cultural de la parábola que escuchamos
hoy, pero desde la perspectiva del Reino de Dios, Jesús le da un
sentido distinto. Él no habla de un más allá futuro, sino del ban-
quete del Reino de Dios para el aquí y ahora. Esta es la condición
nueva en la que entra inmediatamente quien acoge el don de su
Espíritu, el que cree en su propuesta de felicidad, quien se fía de sus
bienaventuranzas.

67
15 DOMINGO
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

La fiesta de bodas es la imagen bíblica del encuentro de amor


entre Dios e Israel. En la parábola, el esposo es Jesús, Él es el Hijo,
y la esposa es la humanidad entera, a la que, aun mostrando tantos
aspectos poco atrayentes (odios, guerras, injusticias, lágrimas de
inocentes…), Dios ama perdidamente. El banquete representa la
felicidad de los tiempos mesiánicos. Quien acoge la propuesta del
Evangelio y entra en el Reino de Dios experimenta la más profunda
y auténtica alegría.
Antes, por medio de sus profetas, Dios intentó reiteradamente
hacer ingresar a su pueblo en el banquete del Reino. Ahora, en los
tiempos mesiánicos, los nuevos emisarios son los apóstoles y las
puertas están abiertas para todos. Los primeros invitados, los guías
espirituales de Israel, no han entrado en la fiesta porque fueron
incapaces de abandonar sus intereses (v. 5). Se sentían saciados,
pensaban que poseían ya todo lo necesario para una vida sin pro-
blemas. La estructura religiosa que se habían fabricado les bastaba.
Si no se toma conciencia de la propia pobreza, si no se tiene hambre
ni sed de un mundo nuevo, nunca se entrará en el Reino de Dios.
Los invitados recogidos en las plazas y a lo largo de los caminos
son los hombres de todo el mundo, independientemente de sus
méritos (malos y buenos). De esa forma, se recalca la completa
gratuidad del amor de Dios. El pueblo de Dios es un campo donde
siguen creciendo juntos el trigo y la cizaña, el bien y el mal. Este es
un llamado a la humildad y la comprensión frente a las fragilidades
de los hermanos y las propias. También nos anima a la esperanza: el
banquete del Reino da espacio para el cambio, para la conversión y
la mejora continuas.
Adaptado del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales
explicadas a la comunidad – Ciclo A del P. Fernando Armellini. Para
acceder a un video-comentario más amplio del evangelio de hoy
y su transcripción en PDF, escanea el código QR o digita este link:
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_59.jsp

68
DOMINGO
octubre 15
Monición general
La liturgia de hoy nos promete la plenitud de vida y felicidad que
todos anhelamos. Isaías habla de un banquete al que todos estamos
invitados y en el cual quedarán saciados todos nuestros anhelos. Y
Jesús añade que para participar en el banquete del Reino hemos de
tener traje de boda.
Con su ejemplo de vida, san Pablo nos enseña que el vestido de boda
lo adquirimos viviendo sobriamente y centrando nuestra vida en Cristo.
Qué hermoso es ser conscientes de que el banquete que el Padre ha
preparado para nosotros con tanto amor es la Eucaristía que ahora
celebramos: el alimento que nos sacia es Jesús resucitado hecho pan;
y el vestido de boda que nos permite alimentarnos con este manjar
celestial es el estado de la gracia con el cual nos acercamos a comulgar.
Señor, reaviva nuestra fe en la Eucaristía, banquete de tu amor.

Antífona de entrada Sal 129, 3-4


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y
nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Con la imagen de un banquete al que todos los pueblos serán invi-
tados, el profeta Isaías describe la soñada liberación para un pueblo,
que vive la amenaza de la destrucción. Hoy esta palabra va dirigida a
nosotros, escuchemos con atención.
Lectura del libro de Isaías 25, 6-10a
Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los
pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un
festín de buenos vinos; sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y
arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos,

69
15 DOMINGO
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para


siempre. El Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros,
y borrará de la tierra la deshonra de su pueblo. Lo ha dicho
el Señor. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien
esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su
salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me
hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis
fuerzas.R.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque
camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges
la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de
mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.R.

Segunda lectura
En contraste con las demás lecturas que hablan de banquete y
abundancia, san Pablo nos da testimonio de una vida austera; por
amor a Cristo y a la misión que Él le ha confiado, ha aprendido a vivir
tanto en la abundancia como en la escasez. Cristo es todo para él.
¡Escuchemos!
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses
4, 12-14.19-20
Hermanos: Sé lo que es vivir en la pobreza y también lo
que es vivir en la abundancia. Estoy entrenado para todo y en
todo: a estar satisfecho y a pasar hambre, para la abundancia y

70
DOMINGO
octubre 15
para la privación. Todo lo puedo en Aquel que me conforta. Sin
embargo, ustedes hicieron bien compartiendo mis sufrimientos.
Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza atenderá con gene-
rosidad todas sus necesidades por medio de Cristo Jesús. A Dios,
nuestro Padre, sea la gloria por siempre. Amén.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Ef 1, 17-18
Aleluya. El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de
nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a
la que nos llama. Aleluya.
Santo Evangelio
Con una parábola, Jesús nos indica que, si bien Dios comienza
invitando al banquete del Reino a los más cercanos, en realidad la
invitación es para todos los que quieran acogerla. Solo nos advierte
que para entrar al banquete hay que estar dispuestos a vivir como Él
nos enseñó. ¡Escuchemos!

71
15 DOMINGO
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en
parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El
Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de
su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la
boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargán-
doles que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado
terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Vengan a la boda”.
Los invitados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro
a sus negocios; otros agarraron a los criados y los maltrataron
hasta matarlos.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con
aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a
sus criados: “La boda está preparada, pero los invitados no se
la merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a todos
los que encuentren invítenlos a la boda”. Los criados salieron
a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos
y buenos. La sala del banquete se llenó de invitados. Cuando
el rey entró a saludar a los invitados, reparó en uno que no
llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin vestirte de fiesta?”. El otro no abrió la boca. Entonces el rey
dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a
las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”. Porque
muchos son los llamados y pocos los escogidos».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice el credo.
Oración universal
Sabiendo que la bondad y la misericordia del Señor nos
acompañan todos los días de nuestra vida, digámosle con fe:
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
72
DOMINGO
octubre 15
1. Para que la Iglesia salga al encuentro de los que sufren, no
tienen fe o necesitan ayuda. Oremos.R.
2. Para que el Señor manifieste su presencia y consuelo a los que llo-
ran a causa de la guerra, la opresión o la injusticia. Oremos.R.
3. Para que los que trabajan por la convivencia fraterna de todas
las personas experimenten la fuerza de Dios que los conforta.
Oremos.R.
4. Para que los hombres y mujeres de cualquier raza, condición
social o religión se sientan seducidos por el bien, el amor y la
verdad. Oremos.R.
5. Para que todos los difuntos gocen del banquete de bodas de
Jesús, el Hijo de Dios. Oremos.R.
6. Para que crezcamos en el amor y un día podamos disfrutar de
la gloria. Oremos.R.
Muestra, Señor, tu misericordia a tu Iglesia que te suplica,
acoge sus intenciones y da fecundidad a su tarea evangelizadora.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Oración sobre las ofrendas


Acepta las súplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas, para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta
piadosa celebración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a Él, por-
que lo veremos tal cual es.
Oración después de la comunión
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como
nos fortaleces con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

73
Lunes
octubre 16 de octubre
XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Santa Margarita María de Alacoque (ML) - 4.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia de hoy es una exaltación de Cristo Jesús, el Señor, que
por amor asumió nuestra fragilidad humana.
San Pablo, al dirigirse a los romanos, se presenta como apóstol de
Jesucristo, de quien se siente orgulloso de ser heraldo y testigo. Este es
su Evangelio: Cristo Jesús muerto y resucitado.
En el evangelio, Jesús se compara con Jonás y Salomón y constata
con dolor que ellos, en su tiempo, fueron escuchados; pero ante Él,
que es el Hijo de Dios, sus oyentes tienen cerrado el corazón. También
nosotros, como ellos, corremos el riesgo de cerrar los ojos y el corazón
ante los signos de la presencia del Señor en nuestra vida y en las
personas que nos rodean.
Señor, abre nuestro corazón; que podamos acoger los signos
de tu presencia entre nosotros.

Antífona de entrada Sal 129, 3-4


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y
nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7
Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol y
escogido para anunciar el Evangelio de Dios que fue prometido
por sus profetas en las Santas Escrituras y se refiere a su Hijo,
nacido según la carne de la estirpe de David; constituido Hijo de
Dios, en poder según el Espíritu de Santidad por la resurrección
de entre los muertos: Jesucristo, Señor nuestro. Por Él hemos

74
Santa Margarita María
de Alacoque
Memoria libre
LUNES
octubre 16
recibido la gracia de ser apóstoles, para suscitar la obediencia
de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre
ellos están también ustedes, llamados por Cristo Jesús. A todos
los que están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia
y paz de Dios, nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 97, 1-4
R. El Señor da a conocer su victoria.
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad a favor de la casa de
Israel.R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro
Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen.R.

Aclamación antes del Evangelio Sal 94, 8ab


Aleluya. No endurezcan hoy su corazón; escuchen la voz del
Señor. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, la gente se aglomeraba alrededor de Jesús y
Él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perver-
sa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de
Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo
mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del
Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación
y los condenará; porque ella vino desde los confines de la tierra
para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que
es más que Salomón. Los hombres de Nínive se levantarán en

75
16 LUNES
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

el juicio con los hombres de esta generación, y la condenarán,


porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí
hay alguien que es más que Jonás».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta las súplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas, para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta
piadosa celebración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a Él, por-
que lo veremos tal cual es.
Oración después de la comunión
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como
nos fortaleces con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

¡Oh Santa Margarita María, que por


tu fidelidad a la gracia llegaste a la más
alta y heroica santidad! Compadécete
de mi inconstancia y consígueme que yo
comprenda bien que, de ser fiel y dócil a
la gracia, depende mi santificación y mi
felicidad eterna. Alcánzame también lo que
tanto deseo si es para gloria de Dios y bien de
mi alma. Amén.

76
VIERNES
Valoremos la santidad
Semana
Propio
JUEVES
Santa
del Salterio
octubre 2
Santa Margarita María de
Alacoque
Nacida en Francia el 22 de julio de
1647 y fallecida el 17 de octubre de
1690. Sus padres, Claude Alacoque y
Philiberte Lamyn, tuvieron 7 hijos, y
Margarita era la quinta. A los 23 años
entró al monasterio de la Visitación de
Santa María.
Estando en adoración ante Jesús
Sacramentado, el 27 de diciembre
de 1673, tuvo la primera visión de
Jesucristo, a partir de ahí se repetiría el evento cada primer viernes
del mes durante dos años. En los días posteriores al Corpus Christi de
1675, Jesús se le manifestó con el corazón abierto y le dijo: «He aquí
el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado
nada, hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor. Y en
reconocimiento no recibo de la mayoría sino ingratitud. Mi Divino
Corazón, está tan apasionado de amor a los hombres, en particular hacia
ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad,
es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para
enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo, los
cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para
separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de
indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía».

Testimonio de vida
No le faltaron calumnias e injusticias, incluso sus superioras
miraban con recelo sus visiones. Estuvo a punto de no ser admitida
a la profesión religiosa. Ella acudió al Señor y este le respondió: «Di
a tu superiora que te haré más útil a la religión de lo que ella piensa;
pero de una manera que aún no es conocida sino por mí». Margarita
destacó por su fervor ante el Santísimo Sacramento, por su amor y
devoción al Corazón de Jesús y por su obediencia.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

77
Martes
octubre 17 de octubre
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, obispo y mártir (MO)
XXVIII semana del Tiempo Ordinario - 4.ª semana del Salterio - Rojo

Monición general
En la carta a los Romanos, Pablo afirma con entusiasmo que la
Buena Nueva de Cristo es potencia de Dios para quien a Él se confía.
En el evangelio, Jesús exhorta a los fariseos a no preocuparse tanto
por la apariencia externa, sino, ante todo, por tener limpio el corazón.
Cuando tenemos el corazón limpio es más fácil ayudar a quien sufre a
nuestro lado y hacer lo que Dios quiere de nosotros.
Señor, concédenos la gracia de querer mantener limpio nuestro corazón.

Antífona de entrada Ga 2, 19-20


Estoy crucificado con Cristo, vivo yo, pero no soy yo el que
vive, es Cristo quien vive en mí. Vivo en la fe del Hijo de Dios,
que me amó y se entregó por mí.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que embelleces el cuerpo místi-
co de tu Iglesia con el testimonio de los santos mártires, haz que
el glorioso martirio que hoy celebramos nos alcance protección
constante, como fue causa de gloria eterna para san Ignacio de
Antioquía. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 16-25
Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio, que es la
fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree, primero
del judío, y también del griego. Porque en él se revela la justicia
de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la Es-
critura: «El justo vivirá por su fe». Desde el cielo, se revela la ira
de Dios contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
por su injusticia tienen la verdad prisionera. Porque todo cuan-
to se puede conocer de Dios lo tienen a la vista; Dios mismo

78
San Ignacio de Antioquía
Memoria obligatoria
MARTES
octubre 17
se lo ha puesto delante. Lo invisible de Dios, su eterno poder
y su divinidad, desde la creación del mundo, sus perfecciones
invisibles, son perceptibles para la inteligencia a partir de la
creación del mundo a través de sus obras; de modo que no
tienen disculpa. Porque conociendo a Dios, no lo glorificaron
como Dios ni le dieron gracias; todo lo contrario, se ofuscaron
en sus razonamientos, de tal modo que su corazón insensato
quedó envuelto en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron
unos necios que cambiaron la gloria del Dios inmortal por
imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y rep-
tiles. Por esa razón, Dios dejó que fueran dominados por sus
malos deseos, a una impureza tal que degradaron sus propios
cuerpos, por haber cambiado la verdad de Dios por la mentira,
adorando y dando culto a la criatura en vez del Creador, el cual
es bendito por siempre. Amén.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 18, 2-5
R . El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la
obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la
noche se lo susurra.R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a
toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su
lenguaje.R.

Aclamación antes del Evangelio Hb 4, 12


Aleluya. La Palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e
intenciones del corazón. Aleluya.

79
17 MARTES
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo
lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el
fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de
comer, el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, limpian por fuera
la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de robos y
maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo
de dentro? Den, más bien, como limosna lo que tienen dentro y
todo será puro».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
La ofrenda de nuestra piedad sea grata a tus ojos, Señor, que
aceptaste a san Ignacio de Antioquía, trigo molido de Cristo,
como pan inmaculado por el padecimiento del martirio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión
Trigo de Cristo soy: seré molido por los dientes de las fieras, a
fin de llegar a ser inmaculado pan.
Oración después de la comunión
Señor, el pan del cielo que hemos recibido en la fiesta de san
Ignacio de Antioquía nos alimente y nos ayude a ser cristianos de
nombre y de obra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

80
octubre
Miércoles 18 de octubre
SAN LUCAS, evangelista (F)
XXVIII semana del Tiempo Ordinario - Propio del Salterio - Rojo

Monición general
Celebramos hoy con alegría la memoria de san Lucas, a quien
debemos el tercer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles.
En la carta a Timoteo, Pablo, que experimenta soledad e
incomprensión en su misión, se siente sostenido por Dios y reconoce
con gratitud que san Lucas lo acompañó hasta el final.
En el evangelio, Jesús envía a setenta y dos discípulos delante de
Él y les indica las actitudes con las cuales han de anunciar a todos la
llegada del Reino de Dios: cercanía y acogida sencilla y humilde. Los
verdaderos discípulos del Señor serán reconocidos por estas actitudes.
Amado Dios, te pedimos la gracia de dar testimonio de Jesús
con nuestra vida.

Antífona de entrada Is 52, 7


Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero
que proclama la paz, que anuncia la buena nueva, que pregona
la justicia.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Señor Dios, que elegiste a san Lucas para que nos revelara con
la predicación y los escritos el misterio de tu amor a los pobres,
concede, a cuantos se glorían en tu nombre, perseverar viviendo
con un solo corazón y una sola alma y que todos los pueblos
merezcan ver tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
4, 9-17a
Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este
mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha
ido a Galacia, Tito, a Dalmacia; solo Lucas está conmigo. Coge

81
18 MIÉRCOLES
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
Propio del Salterio

a Marcos y trátelo contigo, pues me ayuda bien en la tarea. A Tí-


quico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en
casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo
los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy
mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado
con él también tú, porque se opuso violentamente a mis pala-
bras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron y
nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó
y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que
lo oyeran todos los gentiles.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 144, 10-13.17-18
R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus
fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus
hazañas.R.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu
reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de
edad en edad.R.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas
sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que
lo invocan sinceramente.R.

Aclamación antes del Evangelio Jn 15, 16


Aleluya. Yo los he elegido del mundo, para que vayan y den
fruto, y su fruto perdure —dice el Señor—. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los
mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares

82
San Lucas
Fiesta
MIÉRCOLES
octubre 18
adonde pensaba ir Él. Y les decía: «La mies es abundante y los
obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande
obreros a su mies. Pónganse en camino! Miren que los mando
como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja,
ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y si
allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá
a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que
tengan, porque el obrero merece su salario. No vayan de casa en
casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que
les sirvan, curen a los enfermos que haya, y digan: “Está cerca de
ustedes el Reino de Dios"».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Por estos dones del cielo, concédenos, Señor, servirte con
libertad de espíritu, para que la ofrenda que te presentamos en la
fiesta de san Lucas ponga remedio a nuestros males y nos alcance
la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Lc 10, 1.9
El Señor mandó a los discípulos que anunciaran a todos los
pueblos: «El Reino de Dios ha llegado a ustedes».
Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos santifique el don
recibido de tu santo altar y nos fortalezca en la fe del Evangelio
que san Lucas predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

83
Jueves
octubre 19 de octubre
XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Beato José Timoteo Giaccardo (ML) - 4.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
San Pablo proclama, con profunda certeza, que somos justificados,
no por las obras que realizamos, sino porque Cristo Jesús, Hijo de Dios,
al entregar su vida por nosotros, nos ha rescatado del pecado y de
todo mal.
Y Jesús sigue expresando sus ayes de dolor a los doctores de la
ley que, apegados a doctrinas y normas, han endurecido el corazón;
y, exigiendo a otros el estricto cumplimiento de leyes, han creado un
ambiente religioso sin esperanza, sin confianza, sin fe y sin Dios. Sería
muy triste que nosotros también viviéramos nuestra fe como una
obligación pesada, sin amor ni alegría.
Señor Jesús, ayúdanos a descubrir la alegría de la fe.

Antífona de entrada Sal 129, 3-4


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y
nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
3, 21-30a
Hermanos: Pero ahora, independientemente de la ley, se
ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la ley y los
profetas; justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los
que creen. Pues no hay distinción, ya que todos pecaron y están
privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús. Dios
lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre,

84
Beato José Timoteo Giaccardo
Memoria libre
JUEVES
octubre 19
para mostrar su justicia pasando por alto los pecados del pasado
en el tiempo de la paciencia de Dios; actúo así para mostrar su
justicia en este tiempo, a fin de manifestar que era justo y que
justificará al que tiene fe en Jesús. Y ahora, ¿dónde está la gloria?
Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras?
No, sino en virtud de la ley de la fe. Pues sostenemos que el
hombre es justificado por la fe, sin obras de la ley. ¿Acaso Dios lo
es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También
lo es de los gentiles porque no hay más que un solo Dios.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 129, 1-5
R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus
oídos atentos a la voz de mi súplica.R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.R.
Mi alma espera en el Señor, espera en tu Palabra; mi alma aguar-
da al Señor.R.

Aclamación antes del Evangelio Jn 14, 6


Aleluya. Yo soy el camino y la verdad y la vida, dice el Señor,
nadie va al Padre, sino por mí. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 47-54

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de ustedes, que edifican
sepulcros a los profetas, a quienes sus antepasados mataron! Así
se hacen testigos y cómplices de lo que hicieron sus antepasados;
porque ellos los mataron y ustedes les edifican sepulcros. Por
algo dijo la sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles;

85
19 JUEVES
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

a algunos los perseguirán y matarán”; así a esta generación se le


pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la
creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías,
que pereció entre el altar y el santuario. Sí, se lo repito: se le
pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de ustedes, maestros de la
ley, que se han quedado con la llave del saber; no han entrado
ustedes y a los que intentaban entrar les impidieron!». Al salir
de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo con muchas
preguntas capciosas, para sorprenderlo con sus propias palabras.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta las súplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas, para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta
piadosa celebración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a Él, por-
que lo veremos tal cual es.
Oración después de la comunión
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como
nos fortaleces con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

86
VIERNES
Valoremos la santidad
Semana
Propio
JUEVES
Santa
del Salterio
octubre 2
Beato José Timoteo Giaccardo
El 13 de junio de 1896, en Italia, nace José,
el primogénito de los cinco hijos de Esteban
y María Giaccardo, piadosos granjeros. Ya a
los cuatro años, recitaba con devoción todas
las oraciones del buen cristiano. La primera
Comunión rindió frutos copiosos en su vida.
Desde muy joven se caracterizó por su intensa
vida de oración, serenidad, recogimiento,
inteligencia y su rostro siempre sonriente.
A los doce años recibió el sacramento
de la Confirmación. Para aquella época, el beato Santiago Alberione
(fundador de la Familia Paulina) fue enviado a asistir al párroco.
Cuando Alberione vio llegar al joven José, para servir en la Misa, quedó
impresionado por su docilidad, espíritu de oración y su asistencia
diaria a los sacramentos. De hecho, José había deseado ser sacerdote
desde que fue capaz de desear algo. Ese mismo año (1908) ingresó
al seminario, donde don Alberione era director espiritual. Nueve años
después ingresa a la naciente congregación de la Sociedad de San Pablo.
Ordenado sacerdote el 19 de octubre de 1919, José se convierte en el
primer sacerdote paulino. Constituyendo así, la predicación realizada con
los medios de comunicación como verdadera evangelización. Recibió el
nombre de Timoteo en honor al discípulo predilecto del Apóstol.

Testimonio de vida
Como maestro, en la congregación, dio testimonio predicando con
el ejemplo, lo construía todo con su oración iluminada y ferviente.
Sabía hablar de Dios y con Dios. Vivía de piedad eucarística, mariana,
litúrgica; de amor a la Iglesia y al Papa. Supo armonizar la más profunda
vida espiritual con la más intensa vida apostólica.
El Señor aceptó la ofrenda de su vida por su Congregación y por la
aprobación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Murió el 24 de
enero de 1948 a causa de una leucemia aguda.
Señor Jesús, ayúdanos a proclamar como Giaccardo: «Yo te amo, vivo
para ti, no sería capaz de vivir sin tu presencia».

87
Viernes
octubre 20 de octubre
XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
4.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
Nadie puede ser justificado delante de Dios si Él mismo no lo
justifica, nadie puede decir que le ha dado algo a Dios y por eso Dios
está en deuda con él. De esta manera, el apóstol Pablo trata de explicar
la hermosa relación de gratuidad entre Dios y su pueblo.
En el evangelio, mediante comparaciones, Jesús nos alienta a tener
una vida transparente, sin hipocresías, y a no tener miedo, ya que Dios
cuida de cada uno de nosotros de forma especial y única; una invitación
a hacer lo mismo con cada una de nuestras hermanas y hermanos.
Amado Jesús, que nuestra vida sea solo el reflejo de tu gran amor.

Antífona de entrada Sal 129, 3-4


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y
nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 1-8
Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, nuestro padre según
la carne. ¿Quedó Abrahán justificado por sus obras? Si es así,
tiene de qué estar orgulloso, pero no delante de Dios. Pues, ¿qué
dice la Escritura?: «Abrahán creyó a Dios, y le fue contado como
justicia». Pues bien, a alguien que trabaja el jornal no se le cuen-
ta como un favor, sino como algo que se le debe; en cambio, a
alguien que no trabaja, sino que cree en el que justifica al impío,
la fe se le cuenta como justicia. También David llama dichoso al
hombre a quien Dios otorga la justificación, prescindiendo de

88
VIERNES
octubre 20
sus obras: «Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a
quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el
Señor no le cuenta el pecado».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 31, 1-2.5.11
R . Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepulta-
do su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta
el delito.R.
Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Con-
fesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.R.
Alégrense, justos, y gocen con el Señor; aclámenlo, los de cora-
zón sincero.R.

Aclamación antes del Evangelio Sal 32, 22


Aleluya. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como
lo esperamos de ti. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 1-7

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta
pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero
a sus discípulos: «Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea,
con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrir-
se, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que
digan de noche se repetirá a pleno día y lo que digan al oído,
o en el sótano, se pregonará desde la azotea. A ustedes, amigos
míos, les digo: no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero
no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién tienen que
temer: teman al que tiene poder para matar y después arrojar al
infierno. A este tienen que temer, se los digo yo. ¿No se venden

89
20 VIERNES
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

cinco gorriones por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos


se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de su cabeza están
contados. Por lo tanto, no tengan miedo: ustedes valen más que
muchos gorriones».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta las súplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas, para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta
piadosa celebración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a Él, por-
que lo veremos tal cual es.
Oración después de la comunión
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como
nos fortaleces con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te llama a ser fecundo. Dios te


llama a trasmitir esa vida. Dios te llama
a crear esperanza. Dios te llama a recibir
misericordia y a dar misericordia. Dios te
llama a ser feliz. ¡No tengas miedo! No tengas
miedo. ¡Juégatela toda! La vida es así.
Papa Francisco

90
octubre
Sábado 21 de octubre
XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
4.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
Hermanos, hoy la liturgia nos invita a testimoniar con alegría
nuestra fe.
San Pablo nos recuerda que no fue por las obras, sino por su fe
que Abrahán llegó a ser el padre de todos los creyentes, porque supo
fiarse totalmente de Dios y de su amor, aunque no viera de inmediato
el cumplimiento de sus promesas.
En el evangelio, Jesús anuncia a sus discípulos que dar testimonio
de Él pondrá en riesgo sus vidas. Pero los invita a no temer, porque
el Espíritu Santo habitará en ellos y les dará sabiduría y fortaleza en
cualquier dificultad. También será así para nosotros; solo si confiamos
en la promesa del Señor y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo,
afrontaremos todo con paz y fortaleza.
Señor, queremos ser fieles a ti; danos tu fuerza.

Antífona de entrada Sal 129, 3-4


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y
nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
4, 13.16-18
Hermanos: No fue la observancia de la ley, sino la justificación
obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia
la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende
de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda
la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino

91
21 SÁBADO
octubre
XXVIII del Tiempo Ordinario
4.a semana del Salterio

también para la que procede de la fe de Abrahán, que es padre


de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te he constituido padre
de muchos pueblos». La promesa está asegurada ante Aquel en
quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a la exis-
tencia lo que no existe. Apoyado en la esperanza, creyó, contra
toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchos pueblos,
según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 104, 6-9.42-43
R . El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, ¡su elegido! El
Señor es nuestro Dios, Él gobierna toda la tierra.R.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil
generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento
hecho a Isaac.R.
Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su
siervo Abrahán, sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con
gritos de triunfo.R.

Aclamación antes del Evangelio Jn 15, 26b.27a


Aleluya. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí, dice el
Señor, y también ustedes darán testimonio. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno se pone
de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se
pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me niega
ante los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar,
pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.

92
SÁBADO
octubre 21
Cuando los conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las
autoridades, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo
se van a defender. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel
momento lo que tengan que decir».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta las súplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas, para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta
piadosa celebración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1 Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a Él, por-
que lo veremos tal cual es.
Oración después de la comunión
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como
nos fortaleces con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

El Espíritu Santo es especialista en acortar


las distancias; nos enseña a superarlas. Es Él
quien conecta la enseñanza de Jesús con cada
tiempo y cada persona. ¡Con Él, las palabras
de Cristo cobran vida, hoy! Sí, el Espíritu
las hace vivas para nosotros. A través de la
Sagrada Escritura nos habla y nos orienta en
el presente.
Papa Francisco

93
Domingo
octubre 22 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
1.ª semana del Salterio - Verde

Jornada Mundial de las Misiones

«Denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»


Is 45, 1.4-6; Sal 95, 1.3-5.7-10; 1 Ts 1, 1-5b; Mt 22, 15-21

La primera lectura se sitúa en tiempos del exilio en Babilonia.


Los israelitas llevaban allí cerca de setenta años y no parecía vis-
lumbrarse ninguna esperanza de liberación. En ese contexto surge
un profeta anónimo genial, al que se ha denominado el Segundo
Isaías. Mientras otros no ven más que intrigas políticas, él vislumbra
la acción salvífica de Dios poniéndose en marcha. Babilonia, la
sanguinaria, pronto caerá en manos de los persas capitaneados por
Ciro el Grande. En poco tiempo, él publicará un edicto que concede
la liberación a los cautivos; quienes lo deseen podían regresar a la
tierra de sus padres.
De esa forma se entiende que el Señor, por boca de este profeta, pre-
sente a Ciro como su elegido, a quien lleva de la mano y lo ha destinado
a ser gobernante del mundo: Te llamé por tu nombre, te di un título, […].
Te impongo la insignia, aunque no me conoces (vv. 4-5). El rey persa, sin
saberlo, era un instrumento para que Dios ejerza su obra liberadora.
De esa forma, la primera lectura es una invitación a mirar la historia
con confianza, esperanzados en la acción salvífica del Señor.
Por su parte, el evangelio de hoy es uno de los más conocidos, pero
ha recibido diferentes interpretaciones. Para entender lo que dice Jesús,
hay que situarlo en el contexto del diálogo. El emperador de Roma
exigía de todo súbdito suyo desde los catorce años, si era hombre, o
los doce, si mujer, hasta los sesenta y cinco años la contribución de un
denario anual al erario público. Este era el tributum capitis (tributo por
cabeza) para el que se hacían los odiosos censos que provocaban, a ve-
ces, revueltas populares (cf. Lc 2, 1-5; Hch 5, 37). Contar a los israelitas,
hijos de Dios, era subyugarlos a un poder humano.

94
DOMINGO
octubre 22
Con tal de tenderle una trampa a Jesús, los fariseos se juntan con
los herodianos a pesar de ser rivales. Luego de alabarlo hipócrita-
mente, le lanzan su insidia: Dinos tu opinión: ¿es lícito pagar el tributo
al César o no? (v. 17). La pregunta está formulada de tal manera
que deje sin escapatoria a Jesús. Si se pronuncia contra el pago del
tributo, podría ser denunciado ante las autoridades romanas como
un subversivo. Si se declara favorable, atraería las antipatías del
pueblo, que odiaba a los colonizadores romanos.
En ninguna parte, se pagaba de buena gana los impuestos. En
Palestina había además razones religiosas. El denario tenía en
una de sus caras la figura del emperador de Roma y la inscripción:
«Tiberio César, augusto hijo del Divino Augusto»; en la otra cara,
junto con el título de «Romano Pontífice», estaba la imagen de una
mujer sentada, símbolo de la paz. Es conocida la repugnancia de los
israelitas por las imágenes humanas. Pero usar el denario de Tiberio
significaba dar el propio consentimiento a una forma de idolatría.
Con gran habilidad, Jesús detecta la trampa y revierte la situa-
ción. Los obliga a buscar una moneda, Él no lleva ninguna. En
cambio, ellos la utilizan sin problemas. De allí la conclusión de
Jesús: Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (v.
21). Es decir, cumplan con sus deberes civiles, su contribución al
bien común. Junto con este, está el deber de dar a Dios lo que es de
Dios (v. 21), es decir, restituir el ser humano a Dios, la criatura en
quien está impresa su imagen y semejanza (cf. Gn 1, 26-27). Solo el
dinero le corresponde al poder, nadie puede apropiarse ni oprimir
al ser humano.

Adaptado del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales


explicadas a la comunidad – Ciclo A del P. Fernando Armellini. Para
acceder a un video-comentario más amplio del evangelio de hoy
y su transcripción en PDF, escanea el código QR o digita este link:
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_60.jsp

95
22 DOMINGO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

Monición general
Qué bueno es reencontrarnos en el día del Señor para reavivar
nuestra esperanza. Las lecturas nos dejan ver hoy, muy bellamente,
cómo Dios está presente en el tejido de nuestras vicisitudes cotidianas
y todo lo orienta a nuestro mayor bien.
Se sirve de un rey pagano para salvar a su pueblo. Hace madurar la
fe de los tesalonicenses en medio de grandes tribulaciones. Y, mediante
las palabras y actitudes de Jesús detalladas en el evangelio, nos hace
dar cuenta de cuál debe ser la posición social de todo cristiano: dar a
Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
Señor Jesús, danos tu espíritu de discernimiento para que podamos
optar por ti todos los días.

Antífona de entrada Sal 16, 6.8


Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
A través de Isaías, Dios escoge a Ciro, un rey pagano, para que salve
al pueblo de sus enemigos; así, todos, creyentes y paganos, podrán
reconocer que el Dios de Israel es el único Dios. ¡Escuchemos!
Lectura del libro de Isaías 45, 1.4-6
Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien lleva de la mano:
«Para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes, abriré
ante él las puertas, y las puertas no se le cerrarán. Por mi siervo
Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un
título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro;

96
DOMINGO
octubre 22
fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me
conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro
fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 95, 1-5.7-10
R . Aclamen la gloria y el poder del Señor.
Canten al Señor un cántico nuevo, canta al Señor, toda la tie-
rra. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las
naciones.R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más te-
mible que todos los dioses. Pues los dioses de los paganos son
apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo.R.
Familias de los pueblos, aclamen al Señor, aclamen la gloria y el
poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor, entren
en sus atrios trayéndole ofrendas.R.
Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su pre-
sencia la tierra toda. Digan a los pueblos: «El Señor es rey, Él
gobierna a los pueblos rectamente».R.

Segunda lectura
San Pablo reconoce, con gran alegría, cómo la fe de los tesaloni-
censes madura y se expresa en actitudes y gestos concretos de amor
fraterno. ¡Escuchemos con fe!
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los Tesalonicenses 1, 1-5b
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica,
que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Gracia y paz
a ustedes. Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y los
tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro
Padre, recordamos sin cesar la actividad de su fe, el esfuerzo

97
22 DOMINGO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

de su amor y el aguante de su esperanza en Jesucristo, nuestro


Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que Él los ha
elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre ustedes,
no hubo solo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y
fruto abundante.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Flp 2, 15d.16a
Aleluya. Ustedes brillan como lumbreras en el mundo, mostran-
do una razón para vivir. Aleluya.
Santo Evangelio
En contraste con la ambigüedad de los fariseos, que para tentar a
Jesús le preguntan si tienen que pagar o no tributo al César, Él con toda
transparencia les demuestra que tanto al César como a Dios hay que
darles lo que les corresponde. ¡Escuchemos con fe!

98
DOMINGO
octubre 22
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un
acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron
unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de
Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no
miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué opinas: ¿es
lícito pagar impuesto al César o no?».
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por
qué me tientan? Enséñenme la moneda del impuesto». Le pre-
sentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién es esta cara
y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Entonces les
dijo: «Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es
de Dios».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice el credo.

Oración universal
Hermanos, solo Dios es el Señor y solo Él tiene poder para
socorrernos en nuestras necesidades. Por eso, digamos unidos a
toda la Iglesia:
R. Señor, escúchanos.
1. Para que en constante acción de gracias la Iglesia dé testimo-
nio del amor y la esperanza que nos trajo Cristo. Oremos.R.
2. Para que el Espíritu Santo guíe a nuestros pastores. Oremos.R.
3. Para que entre todos construyamos nuestro país con esfuerzo,
trabajo y honestidad. Oremos.R.
4. Para que los enfermos y los que sufren experimenten el con-
suelo y la fortaleza de Dios. Oremos.R.

99
22 DOMINGO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

5. Para que quienes en su vida se entregaron al anuncio del Evan-


gelio y pasaron haciendo el bien, sean recompensados ahora
en el cielo. Oremos.R.
6. Para que la Eucaristía nos ayude a ser buenos cristianos, ciu-
dadanos honrados y hombres y mujeres de bien. Oremos.R.
Tú que nos ayudas a vivir en la verdad, escucha nuestras
oraciones y haz que te demos gloria asumiendo nuestros deberes
y obligaciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Oración sobre las ofrendas


Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

¿Cuáles son los lugares donde madura


una verdadera educación en la paz y en la
justicia? Ante todo, la familia, puesto que los
padres son los primeros educadores.
Benedicto XVI

100
octubre
Lunes 23 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Juan de Capistrano (ML) - 1.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
Iniciamos una semana más en nuestro itinerario de fe.
San Pablo pone en relación la fe cristiana con la fe de Abrahán.
Este confió plenamente en la fidelidad de Dios a sus promesas, y fue
justificado. Los cristianos somos justificados por acoger el amor fiel de
Dios manifestado en Cristo muerto y resucitado.
Jesús nos exhorta a no dejarnos llevar por la ambición de las
riquezas. Nuestra vida no está asegurada por los bienes que poseemos.
La vida, la paz y la felicidad dependen de la relación que vivimos con
Dios, fuente segura de todo lo bueno y hermoso que anhelamos en
nuestro corazón.
Amado Padre, ayúdanos a acoger el amor gratuito que por tu Hijo
Jesucristo nos ofreces.

Antífona de entrada Sal 16, 6.8


Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 20-25
Hermanos: Abrahán, ante la promesa de Dios, no fue incré-
dulo, sino que se hizo fuerte en la fe, dando gloria a Dios; pues
estaba persuadido de que Dios es capaz de hacer lo que promete;
por lo cual le valió la justificación. Y no solo por él está escrito:
«Le valió», sino también por nosotros, a quienes nos valdrá si
creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor

101
23 LUNES
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

Jesús, el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado


para nuestra justificación.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Lc 1, 69-75
R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo.
Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su
siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus
santos profetas.R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano
de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo
con nuestros padres, recordando su santa alianza.R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para conceder-
nos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nues-
tros días.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 5, 3


Aleluya. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el
Reino de los Cielos. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro,
dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le con-
testó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre
ustedes?». Y dijo a la gente: «Miren: guárdense de toda clase de
codicia. Que por más rico que uno sea, la vida no depende de
los bienes». Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo
una gran cosecha. Y comenzó a hacer cálculos, diciendo: “¿Qué
haré? No tengo dónde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo

102
San Juan de Capistrano
Memoria libre
LUNES
octubre 23
siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y
almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces
me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para
muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero
Dios le dijo: “Necio, esta misma noche vas a morir. Lo que has
acumulado, ¿para quién será?”. Así le sucede al que amontona
riquezas para sí mismo y no es rico a los ojos de Dios».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oh Dios, que suscitaste a san Juan de


Capistrano para confortar a tu pueblo en las
adversidades, te rogamos humildemente que
reafirmes nuestra confianza en tu protección
y conserves en paz a tu Iglesia.

103
Valoremos la santidad
octubre
JUEVES
2
San Juan de Capistrano
Nacido en Capistrano, Italia,
en 1385. Juan significa «Dios es
misericordia». A lo largo de su vida
se desempeñó como abogado, juez,
gobernador, sacerdote, predicador
y nuncio apostólico. Luchó contra
la corrupción, el soborno, las
injusticias, las herejías, contra los
que amenazaban la fe, y en favor de
las costumbres católicas en casi toda Europa.
Juan tenía un don sobrenatural para la diplomacia, enriquecido por
la sabiduría y la prudencia. En 1416 se desató la guerra entre Perugia
y Malatesta, y en un intento por conseguir la paz, Juan fue tomado
como rehén. Su tiempo en la cárcel fue de gran bendición, pues allí
decidió entregarse por entero a Dios. Al ser liberado, ingresó a la Orden
Franciscana el 4 octubre de 1416. Fue ordenado sacerdote, y se dedicó
por entero a la predicación itinerante por toda Europa.

Testimonio de vida
En 1456 los musulmanes atacaron Belgrado amenazando con
invadir toda Europa, superando a los cristianos en número y en armas.
Estos tenían la intención de retirarse, pero Juan los convenció de lo
contrario. Recorriendo los diferentes batallones con una bandera en
sus manos, gritaba: «Jesús, Jesús, Jesús. Creyentes valientes, todos a
defender nuestra santa religión». Sus únicas armas eran la oración,
la penitencia y la predicación. Juan ofreció su vida a Dios para salvar
la cristiandad. Los cristianos lograron la victoria y que se retiraran los
musulmanes. El santo murió unos meses después.
Su actitud ante la vida fue de una continua conversión, penitencia,
oración y gran sencillez. Con sus consejos y oraciones logró mantener
el fervor de creyentes y la libertad de los cristianos. Tenía el don de
sanación y su fama de santidad atraía a muchos jóvenes a la vida
religiosa.
Que, en estos tiempos de crisis religiosa, los cristianos actuemos con la
valentía de Juan Capistrano en defensa de la fe.

104
octubre
Martes 24 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Antonio María Claret (ML) - 1.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
Para la humanidad desorientada, Dios, en su bondad, ha trazado
una ruta segura: Jesús, su Hijo y hermano de todos; en Él está la razón
de nuestra esperanza y su cumplimiento final.
San Pablo usa todos los medios posibles para hacernos comprender
el inefable misterio de Cristo resucitado y la sobreabundancia de vida
divina que en Él nos ofrece el Padre.
Y Jesús enseña a los discípulos las actitudes necesarias para
crecer en la vida nueva que en Él ya hemos recibido: confianza filial
en el Padre, desapego de los bienes terrenos y vigilancia interior para
anhelar y esperar en todo momento el encuentro definitivo con Dios,
meta feliz de nuestra existencia.
Todo será mejor si Cristo Jesús llega a ser el centro de nuestra vida.

Antífona de entrada Sal 16, 6.8


Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
5, 12.15.17-19.20b-21
Hermanos: Por un hombre entró el pecado en el mundo, y
por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los
hombres, porque todos pecaron. Sin embargo, el don no es como
el delito: si por el delito de uno murieron todos, mucho más, la

105
24 MARTES
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a


un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos. Si por
el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte,
cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y rei-
narán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don
de la salvación.
En resumen: si el delito de uno trajo la condena para todos,
así también la justicia de uno traerá la justificación y la vida para
todos. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en
pecadores, así también por la obediencia de uno todos recibirán
la salvación. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Y
así como reinó el pecado, a través de la muerte, así también, por
Jesucristo, nuestro Señor, reinará la gracia, para una justificación
que conduce a la vida eterna.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 39, 7-10.17
R . Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste
el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí
estoy».R.
«Como está escrito en mi libro, para hacer tu voluntad». Dios
mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado
los labios: Señor, tú lo sabes.R.
Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan; digan siem-
pre: «Grande es el Señor» los que desean tu salvación.R.

Aclamación antes del Evangelio Lc 21, 36


Aleluya. Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para mante-
nerse en pie ante el Hijo del hombre. Aleluya.

106
San Antonio María Claret
Memoria libre
MARTES
octubre 24
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tengan ceñida
la cintura y encendidas las lámparas. Ustedes estén como los que
aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas
venga y llame. Bienaventurados los criados a quienes el señor,
al llegar, los encuentre en vela; en verdad les digo que se ceñirá,
los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la
noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

107
Valoremos la santidad
octubre
JUEVES
2
San Antonio María Claret
El quinto de los once hijos de Juan y Josefa
Claret nació el 23 de diciembre de 1807,
en España. Desde su más tierna infancia se
caracterizó por su buen corazón y su peculiar
inteligencia. Con apenas cinco años pasaba
largos ratos sentado en la cama pensando en
la eternidad. Participaba con gran devoción en
la santa Misa, acostumbraba realizar visitas al
Santísimo y rezaba diariamente el rosario.
En 1835 fue ordenado sacerdote y en el
1841 recibió de Roma el título de misionero
apostólico. A partir de entonces, se dedicó
por entero a la misión. El 16 de julio de 1849, impulsado por Dios,
fundó la congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado
Corazón de María, confiado en la promesa que Dios le había hecho: la
Congregación se extenderá por todo el mundo, durará hasta el fin de
los tiempos y todos sus miembros se salvarán.

Testimonio de vida
Poco después de la fundación de la congregación, fue nombrado
arzobispo y enviado a Cuba. Durante 6 años trabajó incansablemente
sembrando el amor y la justicia en medio de tanta discriminación racial
y toda clase de injusticia social. Fundó instituciones religiosas y sociales
para ayudar a niños y ancianos: asilos, escuelas técnicas y agrícolas,
estableció cajas de ahorros y la congregación de las Misioneras
Claretianas. Luego fue nombrado confesor de la reina Isabel II de
España. Durante los próximos 11 años, su actividad apostólica en la
corte fue intensa, el Reino de Dios era anunciado y el pueblo respondía
con generosidad.
Poseía el don de penetrar las conciencias y un temple de acero que le
permitía resistir todo tipo de adversidad. Escribió cerca de cien obras,
pues consideraba la imprenta como uno de los medios más poderosos
al servicio del Evangelio. Murió el 24 de octubre de 1870.
Antonio María, que tu pasión misionera y amor a las personas inspire
hoy todo lo que haga.

108
octubre
Miércoles 25 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
1.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia nos invita a orientar decididamente nuestro corazón a
Dios. San Pablo nos exhorta con amor a luchar contra el pecado, que
nos hace esclavos y nos lleva a la muerte.
Y Jesús, con una breve parábola, nos pide estar preparados para
su última venida como juez universal, porque no avisará antes, sino
que llegará de improviso. Si cada uno de nosotros cumple fielmente lo
que el Señor le confía día tras día, recibirá sobreabundancia de bienes.
Pero si vive despreocupado de la voluntad del Señor, se perderá para
siempre.
Señor, queremos orientar nuestra vida hacia ti, única fuente de
felicidad; danos tu fuerza en la lucha contra el mal.
Antífona de entrada Sal 16, 6.8
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 12-18
Hermanos: No permitan que el pecado reine en sus cuerpos
mortales, sometiéndoles a sus deseos. No entreguen sus miem-
bros al servicio del pecado, como instrumentos de injusticia;
sino más bien ofrézcanse a Dios como hombres que de la muerte
han vuelto a la vida; y pongan sus cuerpos como instrumentos
de justicia, al servicio de Dios. El pecado no tendrá dominio
sobre ustedes: ya no están bajo la ley, sino bajo la gracia. En-
tonces, ¿qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino

109
25 MIÉRCOLES
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

bajo la gracia? ¡De ningún modo! ¿No saben que, al ofrecerse


a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de
aquel a quien obedecen: esclavos del pecado, que los llevará a la
muerte; o bien esclavos de la obediencia a Dios para la justicia?
Pero gracias sean dadas a Dios, porque ustedes eran esclavos del
pecado, pero ahora han obedecido de corazón a aquel modelo
de doctrina a la cual fueron confiados y ahora, liberados del
pecado, han llegado a ser esclavos de la justicia.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 123, 1-8
R. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte —que lo diga
Israel —, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando
nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto
ardía su ira contra nosotros.R.
Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el
cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito sea el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes. R.
Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre
del Señor, que hizo el cielo y la tierra.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 24, 42a.44


Aleluya. Estén en vela y preparados, porque a la hora que menos
piensen viene el Hijo del hombre. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Comprendan
que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no
le dejaría asaltar su casa. Lo mismo ustedes, estén preparados,

110
MIÉRCOLES
octubre 25
porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre».
Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros
o por todos?». El Señor le respondió: «¿Quién es el adminis-
trador fiel y prudente a quien el amo ha puesto al frente de su
servidumbre para que les reparta la ración de alimentos a sus
horas? Bienaventurado el criado a quien su señor, al llegar, lo
encuentre portándose así. En verdad les digo, que lo pondrá al
frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi señor
tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y a las criadas,
y se pone a comer y beber y a emborracharse. Llegará el señor de
aquel criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despe-
dirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado
que conoce la voluntad de su señor, pero no está preparado y
no obra según su voluntad, recibirá un castigo muy severo. En
cambio, el que sin conocer esa voluntad hace cosas reprobables,
recibirá un castigo menor. A quien se le dio mucho, se le exigirá
mucho; y a quien se le confió mucho, se le pedirá mucho más».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

111
Jueves
octubre 26 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
1.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia de hoy nos hace ver con toda claridad los frutos que
producimos cuando estamos en el pecado y cuando vivimos en el
camino del Señor.
San Pablo nos dice que el pecado produce desamor y muerte,
mientras que la gracia nos da paz interior, alegría y vida eterna.
En el evangelio, Jesús afirma que su Palabra y la manera nueva de
vivir que ha venido a traer al mundo es como el fuego: enciende el
corazón de quien lo acoge y se expande creando lazos de fraternidad
y comunión. En cambio, quien lo rechaza se sentirá dividido
interiormente y vivirá relaciones conflictivas que llevan a la desunión.
Señor, haz que aceptándote de todo corazón seamos creadores
de fraternidad.

Antífona de entrada Sal 16, 6.8


Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 19-23
Hermanos: Uso un lenguaje corriente, teniendo en cuenta la
debilidad natural de ustedes; quiero decir esto: si antes entregaron
sus miembros haciéndolos esclavos de la impureza y de la maldad
para la maldad total, póngalos ahora al servicio de la justicia para
su santificación. Pues, cuando ustedes eran esclavos del pecado, la
justicia no los gobernaba. ¿Qué frutos obtuvieron de eso? Frutos

112
JUEVES
octubre 26
de los que ahora se avergüenzan, porque acaban en la muerte.
Ahora, en cambio, libres del pecado y hechos esclavos de Dios,
producen frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna.
Porque el pecado paga con muerte, mientras que el don de Dios es
la vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 1, 1-4.6
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni
entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de
los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley
día y noche.R.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en
su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene
buen fin.R.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Por-
que el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de
los impíos acaba mal.R.

Aclamación antes del Evangelio Flp 3, 8-9


Aleluya. Por Él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de
ganar a Cristo y existir en Él. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo he venido
a prender fuego sobre la tierra, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!
Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se
cumpla! ¿Piensan ustedes que he venido a traer paz a la tierra?
¡No, sino división! Desde ahora, una familia de cinco estará
dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el

113
26 JUEVES
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la


hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera
contra la suegra».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Jesús advierte a sus discípulos que ha


llegado el momento de la decisión. Su venida
al mundo, en efecto, coincide con el tiempo
de las decisiones decisivas: no se puede
posponer la opción por el Evangelio. Y para
hacer comprender mejor este su llamado, se
sirve de la imagen del fuego que Él mismo
vino a traer a la tierra.
Papa Francisco

114
octubre
Viernes 27 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
1.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La liturgia nos recuerda hoy que ser cristiano requiere de la lucha
interior y la capacidad de distinguir el bien del mal.
San Pablo, que experimenta la fuerza de la tendencia al mal en su
corazón, reconoce humildemente que por sí mismo no puede hacer el
bien. Se siente necesitado de Cristo para ser liberado del mal.
Y Jesús nos invita a no permanecer cerrados a nuestra propia
interpretación de la realidad; hay que tener abierto el corazón para
captar la novedad que Dios nos quiere revelar en lo que nos acontece
a diario. Su presencia es muy cercana y amorosa, pero solo un corazón
atento la percibe.
Señor, que sepamos leer los signos para descubrir tu presencia.

Antífona de entrada Sal 16, 6.8


Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el
oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus
ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una
voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero
corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 7, 18-25a
Hermanos: Sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi
carne; el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el
realizarlo. Pues, no hago el bien que quiero, sino el mal que
no quiero. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero,
señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en
mí. Así, pues descubro la siguiente ley: cuando quiero hacer lo
bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo a mi alcance.

115
27 VIERNES
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

En efecto, en mi interior me complazco en la ley de Dios, pero


percibo en mi cuerpo un principio diferente que lucha contra la
ley de mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que
está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este
cuerpo que lleva a la muerte? Así, pues, yo mismo sirvo con la
razón a la ley de Dios y con la carne a la ley del pecado. ¡Gracias
a Dios por Jesucristo, Señor nuestro!
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 118, 66.68.76-77.93-94
R . Instrúyeme, Señor, en tus leyes.
Enséñame a gustar y a comprender, porque me fío de tus man-
datos.R.
Tú eres bueno y haces el bien; instrúyeme en tus leyes.R.
Que tu bondad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo. R.
Cuando me alcance tu compasión, viviré, y mis delicias serán tu
voluntad.R.
Jamás olvidaré tus decretos, pues con ellos me diste vida.R.
Soy tuyo, sálvame, que yo consulto tus leyes.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 11, 25


Aleluya. Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has
revelado los secretos del Reino a la gente sencilla. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Cuando ven subir
una nube por el poniente, dicen en seguida: “Va a llover”, y así
sucede. Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Hará calor”, y
así sucede. Hipócritas: si saben interpretar el aspecto de la tierra
y del cielo, ¿cómo no saben interpretar el tiempo presente?

116
VIERNES
octubre 27
¿Cómo no saben juzgar ustedes mismos lo que es justo? Cuando
te dirijas al tribunal con tu adversario, haz lo posible por llegar
a un acuerdo con él, mientras van de camino; no sea que te lleve
ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta
en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el
último céntimo».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las ofrendas


Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un
corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos
sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los
que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las rea-
lidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y
seamos instruidos por los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos


acerca a Jesucristo, está muerta. Y por esto
Jesús les reprende por estar cerrados, por no
ser capaces de reconocer los signos de los
tiempos, por no estar abiertos al Dios de las
sorpresas.
Papa Francisco

117
Sábado
octubre 28 de octubre
SEÑOR DE LOS MILAGROS (F)
XXIX semana del Tiempo Ordinario - 1.a semana del Salterio - Morado

Monición general
Con profunda alegría celebramos hoy la festividad del Señor de los
Milagros, quien, desde su divina imagen, sigue recordándonos su amor
entregado por nosotros y su poder liberador. Gracias a su muerte y
resurrección, hemos recibido el Espíritu Santo que nos participa
su filiación divina; unidos a Él podemos llamar a Dios Papá, Abbá, y
dejarnos cobijar por su misericordia sintiéndonos hijos amados.
Acojámoslo en nuestro corazón, confiemos en su poder transformador
para que su amor misericordioso nos lleve a una profunda conversión.
Señor Jesús, que tu amor misericordioso nos ayude a vivir más unidos
en nuestras familias, comunidades, parroquias y grupos de trabajo.

Antífona de entrada Ga 6, 14
Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo: en Él está nuestra salvación, vida y resurrección; por
Él somos salvados y liberados.
Se dice el gloria.

Oración colecta
Oh, Dios y Padre nuestro, en tu Hijo Unigénito, que es para
nosotros el Señor de los Milagros, nos ofreces una ayuda y pro-
tección singular; perdona y acoge a tus hijos suplicantes, para
que quienes nos sentimos agobiados por los sufrimientos expe-
rimentemos constantemente tu clemencia y la paz de tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
El pueblo de Israel, arrepentido de su pecado, pide perdón a Dios
por medio de Moisés. Y Dios, a través del símbolo de una serpiente
colocada en alto, los perdona, anticipando y anunciando el perdón re-
dentor que Cristo Jesús nos alcanzará desde la cruz. ¡Escuchemos con fe!

118
Señor de los Milagros
Fiesta
SÁBADO
octubre 28
Lectura del libro de los Números 21, 4b-9
En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y
habló contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de
Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y ya
estamos hartos de este pan sin consistencia». El Señor envió contra el
pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos
israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos
pecado hablando contra el Señor y contra ti; intercede ante el Señor
para que aleje de nosotros esas serpientes». Moisés intercedió ante
el Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente
venenosa y colócala en un mástil. Todo el que haya sido mordido,
al mirarla, quedará sano». Moisés hizo una serpiente de bronce y la
puso en un mástil. Cuando alguno era mordido por una serpiente,
miraba la serpiente de bronce y quedaba curado.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 83, 2-8.11-12
R. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma
se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.R.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.R.
Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos
los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación. R.
Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como
si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de
baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sion.R.
Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el
umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.R.

119
28 SÁBADO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

Porque el Señor es sol y escudo, Él da la gracia y la gloria; el


Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.R.

Segunda lectura
San Pablo proclama, en el himno cristológico, el Misterio de nuestra
redención realizado plenamente en la encarnación, pasión, muerte y
resurrección de Cristo, Hijo de Dios y hermano de todos. ¡Escuchemos
con alegría!
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 5-12
Hermanos: Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de
Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde
de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y
tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así,
actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse
incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levan-
tó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de
modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo,
en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es
Señor, para gloria de Dios Padre. Por lo tanto, queridos herma-
nos, ustedes que siempre me han obedecido, trabajen por su
salvación con temor y temblor, no solamente cuando estoy entre
ustedes, sino mucho más ahora que estoy ausente.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Jn 3, 15
Aleluya. El Hijo del hombre tiene que ser elevado, para que todo
el que cree en Él tenga vida eterna. Aleluya.
Santo Evangelio
En diálogo con Nicodemo, Jesús nos revela el amor infinito del
Padre que, para rescatarnos del pecado y participarnos su filiación
divina, lo entregó por nosotros en la cruz. ¡Qué inmenso es el amor del
Padre y de Jesús por nosotros! ¡Escuchemos con gratitud!

120
Señor de los Milagros
Fiesta
SÁBADO
octubre 28
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 11-16

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Yo te aseguro que
hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que he-
mos visto; pero ustedes rechazan nuestro testimonio. Si no me
creen cuando les hablo de la tierra, ¿cómo van a creerme cuando
les hable de las cosas del cielo? Porque nadie ha subido al cielo,
sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que
Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado
el Hijo del hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida
eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único
para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que
tengan vida eterna».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Oh, Dios, recibe las oblaciones de tu pueblo, para que, alejan-
do de nosotros todo peligro, podamos ofrecerte este sacrificio de
expiación y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la victoria de la Cruz gloriosa
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque has
puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz,
para que donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida,
y el que venció en un árbol fuera en un árbol vencido, por Cristo,
Señor nuestro. Por Él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las
dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes
y los santos serafines te celebran unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu
alabanza: Santo, Santo, Santo...

121
28 SÁBADO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
1.a semana del Salterio

Antífona de comunión Lc 1, 50
La misericordia del Señor llega a sus fieles de generación en
generación.
Oración después de la comunión
Te rogamos, Señor, que mires con piedad a los que hemos
recibido esta Eucaristía: ayúdanos con tu gracia, para que
experimentemos siempre la misericordia, que brotó de la cruz
redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

En otros lugares
SANTOS SIMÓN Y JUDAS, apóstoles (F)
XXIX semana del Tiempo Ordinario - Propio del Salterio - Rojo

Monición general
Celebramos la fiesta de los apóstoles Simón y Judas, que entregaron
su vida al anuncio del Señor y derramaron su sangre por Él.
En la carta a los Efesios, san Pablo exalta la dignidad de los
bautizados que, incorporados en Cristo resucitado y edificados sobre
el cimiento de los apóstoles, formamos un solo templo en el Señor.
Y Jesús, después de orar toda la noche, elige a los doce apóstoles
que vivirán con Él. Mediante esta elección en estrecha comunión
con el Padre, Jesús nos asegura que cada uno de nosotros está en el
corazón de Dios. Él nos ama a cada uno de forma única; nos llama a
la vida y nos confía una misión. No podemos decidir nuestra vida sin
contar con Dios.
¿Tomo mis decisiones con Jesús?

Antífona de entrada
Estos son los varones santos a quienes eligió el Señor amoro-
samente y les dio la gloria eterna.
Se dice el gloria.

122
Santos Simón y Judas
Fiesta
SÁBADO
octubre 28
Oración colecta
Oh, Dios, que nos concediste llegar al conocimiento de tu
nombre por medio de los santos apóstoles, te rogamos que, por
intercesión de san Simón y san Judas, la Iglesia siga creciendo
siempre por el incremento de los pueblos que crean en ti. Por
nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciu-
dadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Están
edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el
mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por Él todo el edificio
queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo
consagrado al Señor. Por Él también ustedes se van integrando
en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 18, 2-5
R . A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la
obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la
noche se lo susurra.R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a
toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su
lenguaje.R.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya. A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A
ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles. Aleluya.

123
28 SÁBADO
octubre
XXIX del Tiempo Ordinario
Propio del Salterio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la
noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discí-
pulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón,
al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago,
Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón,
apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que
fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano,
con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de
toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían
a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados
por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de
tocarlo, porque salía de Él una fuerza que los curaba a todos.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Al venerar la gloria eterna de los santos apóstoles Simón y
Judas, te pedimos, Señor, que recibas nuestras súplicas y nos dis-
pongas para participar dignamente en estos sagrados misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Jn 14, 23
El que me ama guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y
vendremos a él y haremos morada en él, dice el Señor.
Oración después de la comunión
Después de participar en la comunión, movidos por el Espí-
ritu Santo te pedimos, Señor, que cuanto hemos celebrado en
recuerdo del martirio de los apóstoles Simón y Judas nos ayude
a perseverar en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

124
octubre
Domingo 29 de octubre
XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2.ª semana del Salterio - Verde

«Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo»


Ex 22, 20-26; Sal 17, 2-4.47.51; 1 Ts 1, 5c-10; Mt 22, 34-40

Hoy en día es difícil ser emigrante, peor aún lo era en la An-


tigüedad ya que se carecía de cualquier servicio diplomático que
protegiera a los extranjeros, personas que se veían obligadas a dejar
su tierra y su pueblo por escasez, guerras, trabajo u otros motivos.
Con frecuencia, ellos eran víctimas de abusos, injusticias, atropellos.
Explotar a los extranjeros, someterlos a trabajos penosos y humillan-
tes, reducirlos a la esclavitud era una práctica habitual para muchos
pueblos. En Israel, al menos en las leyes, esto estaba prohibido, pues
ellos también fueron emigrantes en Egipto (cf. Dt 10, 17-19).
La primera lectura de hoy prosigue prohibiendo cualquier abuso
contra otras personas desprotegidas: el huérfano, la viuda y el pobre.
Los dos primeros, sin el resguardo de un varón adulto, eran víctimas
fáciles de explotación y abuso. Pero es Dios mismo quien asume su
protección, ya que Él es padre de huérfanos y defensor de viudas
(Sal 68, 6). A favor de ellos, había prescrito, por ejemplo, que no se
rebuscaran los frutos de una cosecha, y que se los dejara al emigran-
te, al huérfano y a la viuda (Dt 24, 19). Igualmente, Dios asume la
protección del pobre y prohíbe cualquier préstamo con intereses.
Esa era, a veces, su única forma de conseguir con qué alimentarse.
El evangelio de hoy también nos invita a mirar lo esencial de
la ley. En tiempos de Jesús, los rabinos habían identificado 613
mandamientos en la Biblia. De ellos, 365 eran prohibiciones (com-
portamientos que se debían evitar) y 248 obras por cumplir. Esto,
para la gente sencilla, era prácticamente imposible de aprender y
menos de practicar. Por eso, eran despreciados por algunos líderes
religiosos del pueblo. Jesús, en cambio, consideraba este abultado
bagaje de normas como un yugo pesado que oprimía y fatigaba,
ahogaba y mataba la alegría de vivir (cf. Mt 11, 28).

125
29 DOMINGO
octubre
XXX del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Un día unos fariseos, estrictos observantes de la ley, se acercan a


preguntarle a Jesús por el mandamiento más importante. En reali-
dad, esperaban que les dijera que los 613 son igual de importantes
y debían observarse todos. Sin embargo, había otros rabinos menos
intransigentes y, por ejemplo, procuraban diferenciar entre precep-
tos graves y leves o proponían algunos mandamientos generales que
engloben a los demás. Uno de ellos era el Shemá («escucha Israel»):
«Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y
con todas tus fuerzas» (Dt 6, 5). Y el rabino Hillel, que vivió pocos
años antes de Jesús, sintetizó la ley en esta frase: «No hagas hacer a
tu prójimo lo que no te guste hacer a ti. Esto es toda la ley; lo demás
es comentario».
La propuesta de Jesús es semejante. En principio, ratifica la She-
má, que mañana y tarde repetía todo israelita. La novedad es que
diga que el segundo mandamiento («Amarás al prójimo como a ti
mismo») es semejante (homoia, en griego) al primero. El término
griego significa «igualmente grande», «igualmente importante»,
«igual a». De esa forma, Jesús confiere al amor al ser humano
el mismo valor que el amor a Dios; solo Él ha colocado los dos
mandamientos al mismo nivel. Esa es la novedad. Además, para
un israelita, «prójimo» eran los hijos de su pueblo; para Jesús, en
cambio, lo es todo hombre, aun el enemigo (cf. Mt 5, 43-48).
Por último, vale la aclaración de san Juan: «Quien no ama a su
hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve» (1 Jn 4,
20). El amor a Dios se hace concreto y se demuestra en el amor al
prójimo.

Adaptado del libro Escucharte es una fiesta. Las lecturas dominicales


explicadas a la comunidad – Ciclo A del P. Fernando Armellini. Para
acceder a un video-comentario más amplio del evangelio de hoy
y su transcripción en PDF, escanea el código QR o digita este link:
https://libreriapaulinasonline.com/lecturas_dominicales_61.jsp

126
DOMINGO
octubre 29
Monición general
La liturgia de hoy, como en una corriente misteriosa, nos infunde
nuevamente el amor cristiano. La primera lectura nos exhorta a vivir
la compasión y la ternura con los más vulnerables y desprotegidos.
San Pablo exalta el testimonio de amor cristiano de la comunidad
de Tesalónica, y Jesús nos invita explícitamente a vivir con todas
nuestras fuerzas el mandamiento principal de Dios: el amor a Dios
y a los hermanos. Al final de nuestra vida seremos juzgados sobre el
amor fraterno. Si hoy fueras llamado al juicio, ¿crees que recibirías la
aprobación de Dios?
Señor, no nos dejes cerrar el corazón a ninguna persona, queremos
disfrutar la paz que viene de la verdadera comunión.

Antífona de entrada Sal 104, 3-4


Que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a
su poder, busquen continuamente su rostro.
Se dice el gloria.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza
y caridad, y, para que merezcamos conseguir lo que prometes,
concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
En el libro del Éxodo, hoy, Dios nos pide tratar a las personas solas,
emigrantes y desfavorecidas con la misma compasión y ternura que Él
ha tenido y tiene con cada uno de nosotros. ¡Escuchemos con fe!
Lectura del libro del Éxodo 22, 20-26
Así dice el Señor: «No oprimirás ni maltratarás al forastero, por-
que extranjeros fueron ustedes en Egipto. No explotarás a viudas
ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los
escucharé. Se encenderá mi ira y a ustedes los haré morir a espada,
sus mujeres quedarán viudas y sus hijos huérfanos. Si prestas dinero
a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él
un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu

127
29 DOMINGO
octubre
XXX del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene


otro vestido para cubrir su cuerpo. Si no, ¿con qué va a dormir? Si
grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo».
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 17, 2-4.47.51
R . Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi defensa,
mi libertador.R.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salva-
dora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre
de mis enemigos.R.
Viva el Señor, bendita sea mi roca, sea ensalzado mi Dios y Sal-
vador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu
Ungido.R.

Segunda lectura
Con honda alegría, Pablo recuerda a los tesalonicenses cómo llegó
a ellos buscando solo su bien y cómo ellos, acogiendo de corazón sus
enseñanzas, se convirtieron en un modelo admirable de vida cristiana
en toda la región. ¡Escuchemos!
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los Tesalonicenses 1, 5c-10
Hermanos: Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes
buscando su propio bien. Y ustedes, por su parte, siguieron
nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio
de tantas tribulaciones con la alegría del Espíritu Santo. Así
ustedes llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Ma-
cedonia y de Acaya. Y no solo en Macedonia y en Acaya ustedes
han difundido la Palabra del Señor, sino que en todas partes
se ha extendido la fama de su fe, de suerte que nada tenemos
que añadir por nuestra parte, ya que ellos mismos cuentan los

128
DOMINGO
octubre 29
detalles del recibimiento que nos dieron y de cómo ustedes,
abandonando los ídolos, se volvieron a Dios, para servir al Dios
vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús
desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que
nos libra del castigo futuro.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Jn 14, 23
Aleluya. El que me ama guardará mi Palabra, dice el Señor, y mi
Padre lo amará, y vendremos a él. Aleluya.
Santo Evangelio
Con la sabiduría que le es propia, Jesús resume la ley de Dios en
un solo mandamiento: amar a Dios por encima de todo y amar a los
hermanos como nos amamos a nosotros mismos. ¡Escuchemos con fe!
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho
callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era ex-
perto en la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál
es el mandamiento principal de la ley?». Él le dijo: «“Amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo
tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos
mandamientos sostienen la ley entera y los profetas».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice el credo.
Oración universal
Pidamos a Dios que nos enseñe a amar y presentémosle las
intenciones de toda la humanidad, diciendo:
R. Escucha, Señor, nuestra oración.

129
29 DOMINGO
octubre
XXX del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

1. Que el Evangelio se anuncie como Buena Noticia de salvación


en todas las situaciones que atraviesa la humanidad. Ore-
mos.R.
2. Que nuestro amor a Dios se refleje en el amor a las personas.
Oremos.R.
3. Que la justicia, la solidaridad y la paz garanticen la conviven-
cia fraterna de todos los hombres y mujeres. Oremos.R.
4. Que los oprimidos, perseguidos, necesitados y marginados
encuentren quien los ayude y defienda. Oremos.R.
5. Que los jóvenes y adolescentes abran sus ojos a los verdaderos
valores, a la belleza, al bien y al amor puro. Oremos.R.
6. Para que al comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo nos
comprometamos a vivir en el amor. Oremos.R.
Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, ayúdanos a vivir el
mandamiento del amor y danos fortaleza para no claudicar
nunca de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Oración sobre las ofrendas


Mira, Señor, los dones que ofrecemos a tu majestad, para
que redunde en tu mayor gloria cuanto se cumple con nuestro
ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ef 5, 2
Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación de
suave olor.
Oración después de la comunión
Que tus sacramentos, Señor, efectúen en nosotros lo que
expresan, para que obtengamos en la realidad lo que celebramos
ahora sacramentalmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

130
octubre
Lunes 30 de octubre
XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
Frente a nosotros hay dos caminos: vivir según la carne o según el
Espíritu, nos dice san Pablo. La vida nueva que nos ha dado Cristo nos
capacita para vivir según el Espíritu.
En la lectura del evangelio, vemos a Jesús en la sinagoga. En la
asamblea, hay una mujer encorvada, pero las normas sabáticas
prohíben realizar curaciones en sábado. ¿Qué primará para Jesús, la
norma o la misericordia?
Señor Jesús, ayúdanos a ser solidarios y compasivos con los que
sufren, según el ejemplo que nos diste.
Antífona de entrada Sal 104, 3-4
Que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a
su poder, busquen continuamente su rostro.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza
y caridad, y, para que merezcamos conseguir lo que prometes,
concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 12-17
Hermanos: Estamos en deuda, pero no con la carne para vivir
carnalmente. Pues, si viven según la carne, morirán; pero si con el
Espíritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirán. Los que se dejan
llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Y ustedes han
recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino
el Espíritu de hijos adoptivos, que nos hace exclamar: «¡Abbá!» es
decir, «Padre». El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar
testimonio de que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo
que, si sufrimos con Él, seremos también glorificados con Él.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
131
30 LUNES
octubre
XXX del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Salmo responsorial Sal 67, 2.4.6-7.20-21


R . Nuestro Dios es un Dios que salva.
Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presen-
cia los que lo odian. En cambio, los justos se alegran, gozan en la
presencia de Dios, rebosando de alegría.R.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa
morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos
y los enriquece.R.
Bendito el Señor cada día, Dios lleva nuestras cargas, es nuestra
salvación. Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos
hace escapar de la muerte.R.
Aclamación antes del Evangelio Jn 17, 17b.a
Aleluya. Tu Palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad.
Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17

R. Gloria a ti, Señor.


Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Y había una mu-
jer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de
un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla,
Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos y en seguida se enderezó y glorificaba a
Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había
curado en sábado, dijo a la gente: «Seis días tienen para trabajar;
vengan en esos días a que les curen, y no en sábado». Pero el
Señor, dirigiéndose a él, dijo: «Hipócritas: cualquiera de ustedes,
¿no suelta al buey o al asno del pesebre y lo lleva a beber, aun-
que sea sábado? Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás
ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que liberarla de sus
ataduras en sábado?».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
132
LUNES
octubre 30
Oración sobre las ofrendas
Mira, Señor, los dones que ofrecemos a tu majestad, para
que redunde en tu mayor gloria cuanto se cumple con nuestro
ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ef 5, 2
Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación de
suave olor.
Oración después de la comunión
Que tus sacramentos, Señor, efectúen en nosotros lo que
expresan, para que obtengamos en la realidad lo que celebramos
ahora sacramentalmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Jesús nunca se ha desentendido de su


cuidado [de los enfermos]. Nunca ha pasado
de largo, nunca ha vuelto la cara hacia otro
lado. Y cuando un padre o una madre, o
incluso simplemente gente amiga le llevaban
delante de un enfermo, para que lo tocase y
lo sanase, no ponía tiempo de por medio; la
curación estaba antes que la ley, incluso de
aquella tan sagrada como el descanso del
sábado. Los doctores de la ley reprendían
a Jesús, porque curaba en sábado. Hacía el
bien el sábado. Pero el amor de Jesús era dar
la salud, hacer el bien. Y eso está en el primer
lugar siempre.
Papa Francisco

133
Martes
octubre 31 de octubre
XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
2.ª semana del Salterio - Verde

Monición general
La redención del mundo es una esperanza no solo para los seres
humanos, sino también para la creación entera, nos dice san Pablo.
En solidaridad con la creación, aguardamos expectantes la salvación
definitiva que Dios nos ha prometido.
En el evangelio, Jesús nos presenta algunas metáforas sobre el
Reino de Dios que nos evocan sencillez, paciencia y perseverancia.
Señor, fortalece nuestra perseverancia para seguir edificando tu Reino.

Antífona de entrada Sal 104, 3-4


Que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a
su poder, busquen continuamente su rostro.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza
y caridad, y, para que merezcamos conseguir lo que prometes,
concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-25
Hermanos: Sostengo que los sufrimientos del tiempo pre-
sente no pueden compararse con la gloria que un día se nos
manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando
la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida
a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la so-
metió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se
vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la
libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta
hoy toda la creación está gimiendo y sufre con dolores de parto.
Y no solo ella; también nosotros, que poseemos las primicias
del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora

134
MARTES
octubre 31
de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en
esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es
esperanza. Efectivamente, ¿cómo es posible esperar una cosa
que se ve? Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con
perseverancia.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 125, 1-6
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sion, nos parecía soñar: la
boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.R.
Hasta los paganos decían: «El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.R.
Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. R.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.R.

Aclamación antes del Evangelio Mt 11, 25


Aleluya. Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has
revelado los secretos del Reino a la gente sencilla. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21

R. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿A qué se parece el Reino de
Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que
un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un árbol
y las aves anidan en sus ramas». Y añadió: «¿A qué compararé el
Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer mezcla con
tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

135
31 MARTES
octubre
XXX del Tiempo Ordinario
2.a semana del Salterio

Oración sobre las ofrendas


Mira, Señor, los dones que ofrecemos a tu majestad, para
que redunde en tu mayor gloria cuanto se cumple con nuestro
ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Ef 5, 2
Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación de
suave olor.
Oración después de la comunión
Que tus sacramentos, Señor, efectúen en nosotros lo que
expresan, para que obtengamos en la realidad lo que celebramos
ahora sacramentalmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Del Bautismo deriva también un


modelo de sociedad: la de los hermanos. La
fraternidad no se puede establecer mediante
una ideología y mucho menos por decreto
de un poder constituido. Nos reconocemos
hermanos a partir de la humilde y profunda
conciencia del ser hijos del único Padre
celestial. Como cristianos, gracias al Espíritu
Santo, recibido en el Bautismo, se nos ha
concedido el don y el compromiso de vivir
como hijos de Dios y como hermanos, para
ser como «levadura» de una humanidad
nueva, solidaria y llena de paz y esperanza.
Papa Francisco

136
CURSO BÍBLICO
NUEVO TESTAMENTO

LECCIÓN 9: Las cartas de san Pablo: 2 Corintios

La mayor parte de esta carta, al parecer, se compuso en Mace-


donia el año 55 d. C., como respuesta a una situación cambiante
de la comunidad de Corinto. La primera cuestión es la ofensa que
había recibido Pablo en Corinto durante su segunda visita, seguro,
por parte de uno de los pocos poderosos de la comunidad (cf. 2 Co
2, 5-11). Su oportuna intervención logra restablecer la paz. Pronto,
sin embargo, misioneros procedentes de Palestina causan nuevos
conflictos en la comunidad, que obligan la reacción del apóstol.
Otra parte de la carta, Pablo la dedica a la organización de la colecta
entre las comunidades griegas para socorrer a la Iglesia de Judea (2
Co 8, 1—9, 15).
¿Una o varias cartas?
A diferencia de la 1 Corintios, que es una sola carta, 2 Corintios,
más bien, parece ser, según la mayoría de especialistas, una colec-
ción de cartas agrupadas por un editor posterior. Eso explicaría, por
ejemplo, la presencia de dos acciones de gracias (2 Co 1, 3-11 y 2,
14-17). Vimos en lecciones anteriores que esta sección de una epís-
tola va luego del saludo. ¿Por qué la segunda, entonces, se presenta
tan lejos del inicio? ¿Correspondía originalmente a otra misiva? Por
otro lado, la noticia de Pablo sobre su viaje a Tróade en busca de
Tito y su posterior partida a Macedonia (2 Co 2, 12-13) es inte-
rrumpida por una extensa reflexión sobre el ministerio apostólico
(2 Co 2, 14—7, 4). El asunto previo recién se retoma y concluye en
2 Co 7, 5-16. Indicios como estos indicarían, pues, que 2 Corintios
es el resultado de haber juntado, quizás, unas cinco cartas como lo
representamos en el Esquema 1.

137
LECCIÓN 9: Las cartas de san Pablo: 2 Corintios

Esquema 1. Cartas que componen 2 Corintios

Carta 1 Carta 2 Carta 3 Carta4 Carta 5

CAP. 1,1 2,4 7,5 8,1 9,1 10,1 13,13

Directrices Instrucciones Defensa de


Reconciliación Reflexión sobre
ASUNTO el ministerio para la para la colecta Pablo frente a
con los los ataques de los
corintios apostólico colecta en las Iglesias
en Corinto de Acaya «superapóstoles»

La división del Esquema 1, empero, es hipotética. No nos permite,


por ejemplo, determinar el orden cronológico en que se compusieron
las cartas, pues, no necesariamente el editor las unió según la secuencia
temporal en que fueron escritas. Sin embargo, nos ayuda a identificar
la estructura temática de la epístola leída como una totalidad.
Estructura de la carta y breve lectura
En su versión actual, se pueden distinguir cuatro grandes seccio-
nes. La primera aborda la reconciliación de Pablo con los corintios
(2 Co 1, 1—2, 13; 7, 5-16). Intercalada, se presenta una extensa
reflexión sobre el servicio apostólico (2 Co 2, 14—7, 4). Prosigue
un bloque dedicado a la organización de la colecta (2 Co 8, 1—9,
15), y se concluye con la férrea defensa de Pablo frente a los cues-
tionamientos de los misioneros palestinenses (2 Co 10, 1—13, 3).
I. Entre el sufrimiento y la reconciliación (2 Co 1, 1—2, 13; 7, 5-16)
El trasfondo de las reflexiones de esta sección parecen ser dos acon-
tecimientos pasados: a) el encarcelamiento de Pablo en Éfeso, donde se
había librado de ser condenado a muerte y b) la ofensa de un eminente
miembro de la Iglesia de Corinto y la reconciliación alcanzada luego de
una dura carta y la visita de Tito. El tono, por tanto, es alegre y agradecido.
La acción de gracias (2 Co 1, 3-11), justamente, habla de esos su-
frimientos, pero también de su contraparte: la consolación en Cris-
to. Si sufrimos tribulaciones (como la cárcel y el peligro de muerte),
también contamos con el consuelo que Dios nos ofrece por medio

138
LECCIÓN 9: Las cartas de san Pablo: 2 Corintios

de Jesucristo y del Espíritu Santo. De esa forma —dice Pablo— no


solo nosotros somos aliviados, sino que nos convertimos en fuente
de consolación para los demás.
Posteriormente, Pablo comenta la injuria recibida durante su se-
gunda visita a Corinto. ¿Cuál fue esa ofensa? No se la menciona en la
carta, pero el biblista James Dunn sugiere que, a lo mejor, el agraviante
lo acusó de querer aprovecharse de la colecta para su propio bene-
ficio. A causa de semejante calumnia, el apóstol, quizás, se marchó
de Corinto. Un tiempo después, por medio de Tito, su colaborador
en el apostolado, les remite una severa carta conminando a que la
comunidad castigue al ofensor para que se arrepienta (esa carta no nos
ha llegado a nosotros). Cuando están en Macedonia, llega Tito con
buenas noticias: los corintios no solo se habían arrepentido, sino que
estaban deseosos de que fuera a visitarlos pronto (2 Co 7, 6-16). Se
logró la reconciliación, por tanto, y las relaciones fueron restablecidas.
II. El ministerio apostólico (2 Co 2, 14—7, 4)
Esta sección constituye una primera defensa del apostolado de
Pablo, suscitada, al parecer, por la llegada de los misioneros de Ju-
dea con cartas de recomendación (2 Co 3, 1-3). La confrontación,
sin embargo, es más abierta en los capítulos 10-13. Por lo pronto,
lo que quiere dejar claro es que la legitimidad de su apostolado
está fuera de toda duda. Para justificarlo lo equipara con la expe-
riencia de Moisés (2 Co 2, 14—4, 6), que veía a Dios cara a cara. Él
también, con su apostolado, está descorriendo el velo que oculta al
Dios vivo. Luego, formula una meditación sobre lo paradójico del
poder divino, cuya fuerza opera, más bien, a través de la debilidad
humana (2 Co 5, 11-21). El ejemplo es él mismo, el más débil de
todos, que, aun así, recibió el llamado personal de Dios para ser
apóstol de los gentiles (2 Co 5, 11-21). Similar inquietud suscita,
por otro lado, el hecho de que, a pesar de que los apóstoles, como
él, anuncien la salvación, se topen con múltiples dificultades y opo-
siciones (2 Co 6, 1-10). Pablo concluye esta parte con un llamado
a mantener la coherencia entre la fe y la vida (2 Co 6, 11—7, 4).

139
LECCIÓN 9: Las cartas de san Pablo: 2 Corintios

III. La organización de la colecta (2 Co 8, 1—9, 14)


La colecta en favor de «los santos» (la Iglesia de Judea) fue una
de las obras más queridas por Pablo e involucró en ella a todas
las Iglesias griegas que había fundado. Era una forma de afianzar y
consolidar la comunión con la Iglesia matriz de Jerusalén debido a
las estrecheces en que vivían. Si bien, como señalamos, los capítulos
8 y 9 parecen ser dos cartas distintas, debemos leerlos en conjunto.
El entusiasmo inicial de los corintios por la colecta parece que se
había enfriado. Por eso, Pablo les dirige estas líneas para animarlos
a llevar a término la obra comenzada. El paradigma que debe inspi-
rarlos y moverlos a la caridad es Jesús mismo, que «siendo rico, se
hizo pobre por ustedes para enriquecerlos con su pobreza» (2 Co 8,
9). Dos criterios adicionales plantea el apóstol. Primero, que cada
uno dé «espontáneamente y según sus posibilidades» (2 Co 8, 3),
y «no de mala gana ni forzado» (2 Co 9, 7). Y segundo, todos te-
nemos algo que ofrecer. Dentro de nuestra estrechez o abundancia,
siempre podemos contribuir con quienes nada poseen para que, al
menos, tengan algo: «No se trata de que ustedes pasen apuros para
que otros tengan abundancia, sino de procurar la igualdad» (2 Co
8, 13). De esta forma, la generosidad, más que filantropía, es un
acto de justicia, contribuye a reducir las desigualdades.
IV. Apología de Pablo (10, 1—13, 13)
Esta sección es conocida también como «carta de las lágrimas». Como
dijimos, habían llegado de Judea algunos misioneros portando cartas de
recomendación. Ellos empiezan a desatar de nuevo las rencillas entre el
apóstol y la comunidad. Quizás los que eran más desafectos a Pablo se
sumaron rápidamente a las críticas propaladas por los recién llegados.
Aunque parece que estos misioneros no exigieron (o aún no)
la circuncisión a los cristianos de origen pagano como en Galacia,
consideraban que la misión de Pablo estaba incompleta. Debía ser
más cercana a la corriente judeocristiana. Por eso, ellos hacían alarde
de su herencia judía, de su proximidad a la Iglesia madre de Jerusa-

140
LECCIÓN 9: Las cartas de san Pablo: 2 Corintios

lén y a los apóstoles. También exhibían carismas, tales como recibir


revelaciones, ser expertos en la Sagrada Escritura y dominar con
habilidad la oratoria, a diferencia de Pablo (cf. 2 Co 10, 9-11). Cues-
tionaban, asimismo, que Pablo se negara a aceptar el sustento de los
corintios, pues Jesús mismo había dicho que el «obrero merece su
salario» (Lc 10, 7). El biblista Gerd Theissen sostiene que, en parte,
estas discrepancias se debían al diferente origen y estilo misionero
de Pablo y los evangelizadores palestinos (ver el Esquema 2).

Pablo Misioneros palestinos


Origen Urbano Rural
Misión previa Urbana Rural
Misión actual Urbana Urbana
Sustento Con el propio trabajo Deber de la comunidad

Los «superapóstoles», como los denomina Pablo, provenían de


Palestina donde primaba la evangelización rural. Su origen y expe-
riencia no les permitía ejercer los oficios que conocían en contextos
urbanos, como Corinto. Pablo, en cambio, era tejedor de tiendas
y podía trabajar en la ciudad. A los primeros, solo les quedaba
apelar al sostenimiento de la comunidad, amparados en lo que
Jesús mismo había dicho. Como vimos en la Lección 6, Pablo, en
ocasiones, aceptó la ayuda de los filipenses (cf. Flp 4, 15-19); pero
se niega al sostenimiento de los corintios. Pensamos que lo hacía
para no comprometer su libertad ni dar pie a otras habladurías,
«pues [yo] no busco sus cosas, sino a ustedes» (2 Co 12, 14). Su
actitud es la de un padre, da sin esperar recibir nada a cambio (cf.
2 Co 12, 15). Aparte de eso, más que alardear de sus grandes dotes,
Pablo dice que se ufana de su debilidad, porque «cuando soy débil,
entonces es cuando soy fuerte» (2 Co 12, 10). De esa forma, se hace
más visible el mérito de la gracia divina que el propio esfuerzo.

141
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

RITOS INICIALES
Canto de entrada
Reunido el pueblo, el sacerdote se dirige al altar, con los ministros, mientras
se entona el canto de entrada.
Cuando llega al altar, habiendo hecho con los ministros una inclinación
profunda, venera el altar con un beso y, si es oportuno, inciensa la cruz y el
altar. Después se dirige con los ministros a la sede.
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan
con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.
◊ TIEMPO ORDINARIO
Después el sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo, diciendo:
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
O bien:
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el
Señor, estén con ustedes.
El pueblo responde: Y con tu espíritu.

Acto penitencial
A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los
fieles, diciendo:
Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados.
O bien:
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la
Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues,
que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia
de Dios.
O bien, pero solo en los domingos:

142
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

En el día en que celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado


y sobre la muerte, reconozcamos que estamos necesitados de la
misericordia del Padre para morir al pecado y resucitar a la vida nueva.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos dicen en común la
fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que
he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Y, golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes,
hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Y el pueblo responde: Amén.

◊ TIEMPO ORDINARIO I
Tú, que eres el camino que conduce al Padre: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Tú, que eres la verdad que ilumina los pueblos: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Tú, que eres la vida que renueva el mundo: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
◊ TIEMPO ORDINARIO II
Tú, que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Tú, que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Tú, que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo: Señor,
ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

143
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:


Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde: Amén.
A continuación, cuando está prescrito, se canta o se dice el himno:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que
ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha
del Padre, ten piedad de nosotros. Porque solo tú eres Santo, solo tú
Señor, solo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria
de Dios Padre. Amén.
Oración colecta
Acabado el himno, el sacerdote dice: Oremos.
Todos, con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de
tiempo. Al final de la oración colecta, el pueblo aclama: Amén.
La colecta termina siempre con la conclusión larga:
—Si la oración se dirige al Padre:
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
—Si la oración se dirige al Padre, pero al final de ella menciona al Hijo:
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
—Si la oración se dirige al Hijo:
Tú, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y
eres Dios por los siglos de los siglos.

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ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Los domingos se lee un fragmento del Antiguo Testamento. En Tiempo
Pascual, es de los Hechos de los Apóstoles. El lector se dirige al ambón y lee
la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Al final de la lectura, el lector dice: Palabra de Dios.
Todos responden: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial
El salmista, o el cantor, canta o recita el salmo, y el pueblo pronuncia la
respuesta.

Segunda lectura
Después, si hay segunda lectura, el lector la lee desde el ambón, como la
primera.
Para indicar el final de la lectura, el lector dice: Palabra de Dios.
Todos responden: Te alabamos, Señor.

Aclamación que precede a la lectura del Evangelio


Sigue el Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, un canto indicado antes del
Evangelio.

Evangelio
Si el diácono va a proclamar el Evangelio, profundamente inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote, en voz baja, dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo †, y
del Espíritu Santo.
El diácono se signa con la señal de la cruz y responde: Amén.

145
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

El sacerdote, o el diácono, dice: El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde: Y con tu espíritu.
El sacerdote, o el diácono, dice: Lectura del santo Evangelio según san N.
Y, mientras tanto, hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente,
labios y pecho. El pueblo aclama: Gloria a ti, Señor.
Luego el diácono, o el sacerdote, si se usa incienso, inciensa el libro y
proclama el Evangelio. Acabado el Evangelio, el diácono, o el sacerdote,
aclama: Palabra del Señor.
El pueblo responde: Gloria a ti, Señor Jesús.

Homilía
Luego se pronuncia la homilía, que corresponde al sacerdote o al diácono, y
que debe hacerse todos los domingos y fiestas de precepto; se recomienda
los otros días.

Profesión de fe
Acabada la homilía, cuando está prescrito se canta o se dice el símbolo o
profesión de fe:
Credo niceno-constantinopolitano
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo; y por
obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
Reino no tendrá fin.

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ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede


del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo de los apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó
de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha
de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos
y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión
de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y
la vida eterna. Amén.
Oración universal
Después se hace la oración universal u oración de los fieles.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Preparación de los dones


El sacerdote, de pie junto al altar, toma la patena con el pan y dice:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y
ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Si no se hace el canto para el ofertorio, el sacerdote puede decir estas
palabras en voz alta; al final, el pueblo puede aclamar:

147
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

Bendito seas por siempre, Señor.


El sacerdote echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la
divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.
Después, el sacerdote toma el cáliz y, teniéndolo con ambas manos un poco
elevado sobre el altar, dice en voz baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid
y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora
te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
Si no se hace el canto para el ofertorio, el sacerdote puede decir estas
palabras en voz alta; al final, el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor.
Luego el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde;
que este sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu
presencia, Señor Dios nuestro.
Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos diciendo:
Lava del todo mi delito, Señor, y limpia todo mi pecado.
Después, de pie en el centro del altar, de cara al pueblo, extendiendo y
juntando las manos, dice:
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo se pone de pie y responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las
ofrendas. Concluida esta oración, el pueblo aclama: Amén.

148
ORDINARIO
ORDINARIO DE
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A MISA
MISA

PLEGARIAS EUCARÍSTICAS
Entonces, el sacerdote empieza la plegaria eucarística. Extendiendo las
manos, dice: El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde: Y con tu espíritu.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue: Levantemos el corazón.
El pueblo responde: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice: Demos gracias al Señor,
nuestro Dios.
El pueblo responde: Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
Al final del prefacio, junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el
mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene
en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
PREFACIOS
Prefacio I dominical del Tiempo Ordinario
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Quien, por su Misterio pascual,
realizó la obra maravillosa de llamarnos de la esclavitud del pecado
y de la muerte, al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones y con
todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
Prefacio común I
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien hiciste fundamento de

149
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo Él


de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada
en la cruz, puso en paz el universo; y así, exaltado sobre todo cuanto
existe, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él. Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Prefacio II dominical del Tiempo Ordinario
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, compadecido del extravío de
los hombres, quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz, nos libró de
eterna muerte, y, resucitando de entre los muertos, nos dio vida eterna.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones y con
todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
Prefacio III de la bienaventurada Virgen María
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
y alabarte debidamente en esta celebración en honor de la Virgen María.
Ella, al aceptar a tu Verbo con inmaculado corazón, mereció concebirlo
en su seno virginal, y, al dar a luz al Creador, preparó el nacimiento de
la Iglesia. Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de tu amor divino,
tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural
por la muerte de Cristo. Ella, esperando con los apóstoles la venida del
Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el
modelo de la Iglesia suplicante. Desde su asunción a los cielos, acompaña
con amor materno a la Iglesia peregrina y protege sus pasos hacia la patria
celeste, hasta la venida gloriosa del Señor. Por eso, con los santos y todos
los ángeles, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo…
Prefacio de los santos pastores
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro. Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy

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ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

la fiesta de san N., fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida


santa, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y con la multitud de los santos, te cantamos el
himno de alabanza diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
Prefacio I de los apóstoles
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque tú, Pastor eterno, no abandonas nunca a tu rebaño, sino
que por medio de los santos apóstoles lo proteges y conservas, y quieres
que tenga siempre por guías a los mismos pastores a quienes tu Hijo
estableció como enviados suyos. Por eso, con los ángeles y arcángeles,
tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Prefacio II de los santos
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque eres glorificado en la asamblea de los santos, y, al coronar sus
méritos, coronas tus propios dones. Tú nos ofreces el ejemplo de su
vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino; para
que, animados por tan abundantes testigos, cubramos sin desfallecer la
carrera que nos corresponde y alcancemos, con ellos, la corona de gloria
que no se marchita, por Cristo, Señor nuestro. Por eso, con los ángeles
y los arcángeles y con la variada asamblea de los santos, te cantamos el
himno de alabanza diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
Prefacio de santas vírgenes y religiosos
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque celebramos tu providencia admirable en los santos que se entregaron
a Cristo por el Reino de los Cielos. Por ella llamas de nuevo a la humanidad
a la santidad primera que de ti había recibido, y la conduces a gustar los
dones que espera recibir en el cielo. Por eso, con los santos y todos los
ángeles, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo…

151
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

Prefacio de los difuntos


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, nuestro Señor. En Él brilla la esperanza de nuestra feliz
resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela
la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de tus fieles, Señor,
no termina, se transforma, y, al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos una mansión eterna en el cielo. Por eso, con los ángeles
y arcángeles, tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Prefacio I de los santos mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre del glorioso mártir san N., derramada, como la de
Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder;
pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de
la fragilidad tu propio testimonio; por Cristo, Señor nuestro. Por eso,
con las virtudes del cielo, te aclamamos continuamente en la tierra,
alabando tu gloria sin cesar: Santo, Santo, Santo…

PLEGARIA EUCARÍSTICA I O CANON ROMANO


V. El Señor esté con ustedes.R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Padre misericordioso, te pedimos humildemente por Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos † dones, este
sacrificio santo y puro que te ofrecemos, ante todo por tu Iglesia santa
y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en
la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa
N., con nuestro obispo N.,

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ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

*Aquí se puede hacer mención del obispo coadjutor o de


los obispos auxiliares: con el obispo coadjutor (auxiliar) N.,
o bien: y sus obispos auxiliares,
**El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: conmigo,
indigno siervo tuyo,
o bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario
diocesano, dice: con mi hermano N., obispo de esta Iglesia
de N., conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los demás obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe
católica y apostólica.
Acuérdate, Señor, de tus hijos [N. y N.] y de todos los aquí
reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los
suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te
ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza a ti,
eterno Dios, vivo y verdadero.
Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
[En los domingos, cuando no hay otro
Reunidos en comunión propio, puede añadirse: para celebrar
el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos
ha hecho partícipes de su vida inmortal,]
veneramos la memoria, ante todo de la gloriosa siempre Virgen
María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo,
san José, la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés,
[Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón
y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo,
Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. [Por
Cristo, nuestro Señor. / Amén.]
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda
tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la
condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos. [Por Cristo,
nuestro Señor. / Amén.]

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ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

Bendice y santifica esta ofrenda, Padre, haciéndola perfecta,


espiritual y digna de ti: que se convierta para nosotros en el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, la víspera de su pasión, tomó pan en sus santas y venerables
manos, y, elevando los ojos hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso,
dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI
CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en
sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a
sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ
DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HAGAN ESTO EN
CONMEMORACIÓN MÍA.
Luego el sacerdote dice: Este es el Misterio de la fe.
O bien: Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando: Anunciamos tu muerte, procla-
mamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
O bien: Aclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando: Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que
vuelvas.
O bien: Proclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando: Sálvanos, Salvador del mundo, que
nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al
celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de

154
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A MISA
MISA

su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y


majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro,
inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste
los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en
la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta
ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por
manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados
de gracia y bendición.
Acuérdate también, Señor, de tus hijos [N. y N.], que nos han
precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. A
ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del
consuelo, de la luz y de la paz.
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita
misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles
y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio,
Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia,] y de todos los santos; y acéptanos en su
compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.
Por Cristo, Señor nuestro. Por quien sigues creando todos los
bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes
entre nosotros.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad
del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo responde: Amén.

PLEGARIA EUCARÍSTICA II
V. El Señor esté con ustedes.R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

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MISA

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias,
Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por Él, que es tu Verbo, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste
para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de
María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte
y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así
adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y con todos los santos, proclamamos tu
gloria, diciendo a una sola voz: Santo, Santo, Santo…
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te
pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de
manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo † y la Sangre de
Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado a su pasión, voluntariamente
aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI
CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote
gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ
DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HAGAN ESTO EN
CONMEMORACIÓN MÍA.
Luego el sacerdote dice: Este es el Misterio de la fe.
O bien: Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando: Anunciamos tu muerte, proclamamos
tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

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ORDINARIO DE
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A MISA
MISA

O bien: Aclamemos el Misterio de la fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando: Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que
vuelvas.
O bien: Proclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando: Sálvanos, Salvador del mundo, que
nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y
resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de
salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu
presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue
en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
[En los domingos, cuando no hay otro
Acuérdate, Señor más propio, puede decirse: y reunida aquí
en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y
nos ha hecho partícipes de su vida inmortal];
y con el Papa N., con nuestro obispo N., y todos los pastores que
cuidan de tu pueblo, llévala a la perfección por la caridad.
*Aquí se puede hacer mención del obispo coadjutor o de
los obispos auxiliares: con el obispo coadjutor (auxiliar) N.,
o bien: y sus obispos auxiliares,
**El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: conmigo,
indigno siervo tuyo,
o bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario diocesano,
dice: Con mi hermano N., obispo de esta Iglesia de N., conmigo,
indigno siervo tuyo, y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.

157
ORDINARIO
ORDINARIO DE
DE LLA
A MISA
MISA

En la misa de primera Comunión:


Acuérdate de tus hijos (N. y N.), que por vez primera invitas en
este día a participar del Pan de vida y del Cáliz de salvación, en la
mesa de tu familia; concédeles crecer siempre en tu amistad y en la
comunión con tu Iglesia.
En la misa del Matrimonio:
Acuérdate, Señor, de N. y N., a quienes has concedido llegar al
día de su matrimonio; que permanezcan, por tu gracia, en el amor
mutuo y la paz.
En la misa por los difuntos:
Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste [hoy] de este mundo a
tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de
Jesucristo, comparta también con Él la gloria de la resurrección.
Acuérdate, Señor, también de nuestros hermanos que durmieron
en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en
tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros, y así con María, la Virgen
Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron
en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo
Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Junta las manos, toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, y elevándolos, dice:
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad
del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama: Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
El sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina
enseñanza, nos atrevemos a decir:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:

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MISA

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en
nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras
esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
El pueblo concluye la oración aclamando:
Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz les dejo, mi
paz les doy»; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia y, conforme a tu Palabra, concédele la paz y la unidad. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde: Amén.
El sacerdote añade: La paz del Señor esté siempre con ustedes.
El pueblo responde: Y con tu espíritu.
Luego el diácono, o el sacerdote, añade: Dense fraternalmente la paz.

Fracción del pan


Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una
partícula dentro del cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este
cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se recita:

159
ORDINARIO
ORDINARIO DE
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A MISA
MISA

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Comunión
El sacerdote muestra a los fieles el pan eucarístico y dice:
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos
los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya bastará para sanarme.
Después toma la patena y se acerca a los que van a comulgar, y les dice:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde: Amén.

Oración después de la comunión


Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos.
Luego el sacerdote dice la oración después de la comunión. Al final de la
oración el pueblo aclama: Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN
Después tiene lugar la despedida.
El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde: Y con tu espíritu.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:

160
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MISA

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,


descienda sobre ustedes.
El pueblo responde: Amén.
El diácono, o el sacerdote, dice: Pueden ir en paz.
El pueblo responde: Demos gracias a Dios.

Bendiciones solemnes y oraciones sobre el pueblo


◊ TIEMPO ORDINARIO, I
El Señor los bendiga y los guarde. R. Amén.
Haga brillar su rostro sobre ustedes y les conceda su favor.R. Amén.
Vuelva su mirada a ustedes y les conceda la paz.R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †, y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.R. Amén.
◊ TIEMPO ORDINARIO, II
La paz de Dios, que supera todo juicio, custodie sus corazones y sus
pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †, y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. R. Amén.
◊ TIEMPO ORDINARIO, III
Dios todopoderoso los bendiga con su misericordia y los llene de la
sabiduría eterna.R. Amén.
Él aumente en ustedes la fe y les dé la perseverancia en el bien
obrar.R. Amén.
Atraiga hacia sí sus pasos y les muestre el camino del amor y de la
paz.R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †, y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.R. Amén.

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Mensaje
para el
del Papa

2023
DOMINGO 22
DE OCTUBRE
INTENCIONES DE ORACIÓN DEL SANTO PADRE:
INTENCIONES Por el Sínodo
DEL PAPA
Oremos por la Iglesia, para que adopte la escucha
y el diálogo como estilo de vida a todos los niveles,
Octubre 2023 dejándose guiar por el Espíritu Santo hacia las
periferias del mundo.

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