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El Nuevo Testamento está formado en total por 27 libros, siendo divididos por las formas
que tienen y, en parte, también por su contenido, no contando todos la misma etapa
histórica. La forma de organizar el Nuevo Testamento es la siguiente:
Los Evangelios son los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan que sirven para narrar la
vida de Jesús desde el punto de vista de cuatro de sus apóstoles.
Los Hechos que narra la fundación de la Iglesia Católica y su expansión por todo el
Imperio Romano.
Las epístolas que son cartas escritas hacia los cristianos por figuras relevantes de la
religión
Y por último encontramos el Apocalipsis, siendo un libro que narra el fin del mundo desde
el punto de vista cristiano.
La vida de Jesús en la Biblia
La primera parte del Nuevo Testamento y que se narra en los Evangelios son hechos
narrados por sus Apóstoles y que hablan del largo camino de Jesús: desde su nacimiento
hasta su muerte.
Se dice que el arcángel Gabriel se presentó ante la Virgen María y le dijo que en su
vientre se encontraba el hijo de Dios. María se encontraba casada con José, siendo los
dos descendientes del rey David. Poco después de esto el emperador de Roma ordenó
que todos los vasallos de los romanos debían empadronarse en su lugar de origen,
provocando que el matrimonio tuviera que ir a Belén, quedándose en un establo de la
zona. Fue en ese establo que tuvo lugar el nacimiento de Jesucristo.
Tras enterarse, el rey Herodes de la existencia de un niño al que llamaban el rey de los
judíos pidió que todos los niños de menos de dos años en Belén fueran asesinados,
causando que María y José escaparan al desierto con el recién nacido hasta llegar a
Nazaret.
Tras volver del desierto, Jesús comenzó a predicar por las calles, siendo el momento en
el que eligió a doce personas para ser sus apóstoles y que predicaran su palabra por todo
el mundo. También fue durante estos tres años que Jesús realizó numerosos milagros
como resucitar a gente, curar a ciegos o andar sobre el agua.
Jesús murió poco tiempo después por el método de la crucifixión, siendo condenado a
muerte por los romanos al ver cómo el pueblo se levantaba contra el que hace no mucho
era su Mesías. Fue enterrado un viernes, pero se dice que el domingo resucitó, visitando
a sus más fieles seguidores y pidiéndoles que llevaran la palabra de Dios a todos los
lugares del mundo.
Debido a los ataques de los sacerdotes de Judea y que la expansión por la región ya era
enorme, los apóstoles comenzaron un viaje por otras regiones para llevar la palabra de
Jesús. Los viajes no están totalmente documentados, pero se habla de que llegaron a
zonas lejanas como Etiopía o la India y que gracias a Dios eran capaces de hablar
numerosas lenguas.
A lo largo de los años, los apóstoles fueron muriendo, siendo todos ellos martirizados y
siendo la única excepción la de San Juan. La vida de todos fue servir a Dios hasta sus
últimas consecuencias.
Se dice que al principio del Juicio Final, Dios se aparecerá con un pergamino con 7 sellos
que tan solo Jesús puede abrir. Los primeros de estos cuatro sellos son los Jinetes del
Apocalipsis, victoria, guerra, pestilencia y hambre, que comienzan a terminar con el
mundo. El quinto sello libera las almas de los mártires y el sexto sello es el que termina
con el mundo tal y como lo conocemos.
Justo antes de abrir el séptimo sello, un ángel marca a las personas que merecen vivir,
pero al abrir el sello se dice que se necesitan tocar siete trompetas para el juicio. Las
cuatro primeras trompetas causan destrucción y fuego, con la quinta aparecen las
langostas que atacan a los no señalados por Dios, la sexta mata a un tercio de la
humanidad y la séptima convierte el mundo en el reino de Dios.
En la segunda parte del Apocalipsis aparece la llamada bestia, un niño que cumple como
falso profeta y enemigo de Dios. Es la bestia y los reyes de la Tierra quienes enfrentan a
Jesús y sus tropas y siendo la victoria de Jesús lo que termina con la maldad en el
mundo.
Recopilamos en esta página el listado de libros que componen el nuevo testamento
junto con una breve descripción y resumen de los mismos.
El Nuevo Testamento es la segunda parte de la biblia cristiana y recoge todos los escritos
sobre Jesucristo escrito por sus discípulos y apóstoles. Consta de un total de 27 libros,
entre los cuales encontramos varios géneros diferentes:
Primero los Evangelios: ordenados por la que se consideró antiguamente que era su
fecha de escritura
Segundo el libro de los Hechos de los Apóstoles
Tercero todas las Cartas / Epístolas
En primer lugar las cartas de Pablo ordenadas por tamaño
A continuación el resto de cartas juntas las de cada autor y ordenadas también por
tamaño
Por último, el libro del Apocalipsis
Este es el listado de los 27 libros que encontramos en el nuevo testamento en el orden de
la mayoría de las biblias católicas:
Todos los libros del nuevo testamento tienen asignado un autor, pero la mayoría de las
veces ese autor no se identifica a si mismo en el texto, sino que fue asignado por los
padres de la iglesia cuando los analizaron y de acuerdo a la tradición.
Además, algunas identificaciones que se realizan en las cartas resultan hoy en día
cuestionables y los expertos suelen coincidir en que se tratan de atribuciones (por ejemplo
a San Pablo o a San Pedro), por parte de discípulos de esas personas para dar más
autoridad al texto de la carta.
Las cartas
De los 27 libros, 21 son cartas, de entre las cuales destacan las cartas de Pablo: existen
siete consideradas como auténticas, que Pablo escribió dando ánimos y como respuesta
a dudas que se producían en las comunidades que había fundado, las conocemos por el
nombre de la ciudad o región a la que van dirigidas: Primera a los Tesalonicenses,
Gálatas, Primera y Segunda de Corintios. La carta a los Romanos es diferente, porque
Pablo no había estado en Roma y la carta la escribe como resumen de su pensamiento
antes de viajar hacia allí. La otra carta «auténtica» es la dirigida a Filemón.
Posteriormente, discípulos de Pablo escribirán otras cartas: Efesios, Colosenses,
Segunda a los Tesalonicenses y las conocidas como cartas pastorales (dos a Timoteo,
Tito). Este bloque de cartas deutero-paulinas, o postpaulinas ya no están dirigidas a una
comunidad concreta. Aunque usan el nombre de un destinatario concreto, fueron escritas
no como cartas, sino como homilías o catequesis para un conjunto de iglesias.
Ocurre lo mismo con Hebreos, que no es una carta sino una catequesis, al principio
considerada como carta paulina pero ahora incluida en el siguiente grupo de cartas
apostólicas.
Las cartas apostólicas son aquellas que no están escritas por Pablo. Además de Hebreos:
Carta de Santiago, tres cartas de Juan, dos de Pedro y una de Judas. Todas estas cartas
siguen el esquema de reflexión teológica o catequesis destinada a varias iglesias.
El apocalipsis
Por último tenemos el Apocalipsis, que se trata de una revelación sobre la lucha entre el
bien y el mal. Un libro que desde los sufrimientos padecidos por los cristianos de aquella
época, anuncia la victoria definitiva de Dios al final de los tiempos.
El evangelio más antiguo es el de Marcos, que pudo ser escrito entre el año 50 y el 65
d.C. El de Juan pudo ser de la misma época, pero la mayoría lo consideran de final de
siglo I. Mateo, Lucas y Hechos están escritos no mucho más tarde del año 70 d. C
Las fechas para las cartas de Pablo pueden ser: Primera a los Tesalonicenses hacia el 49
o 50 d.C. (el escrito más antiguo del nuevo testamento), Gálatas 54 o 57, Filemón entre el
54 y el 63, Primera y Segunda de Corintios 55 o 56, Romanos 57 o 58. La carta a los
Filipenses suele colocarse entre el 54 y 57, podría ser la más tardía entre las auténticas.
Las dos a Timoteo, Tito suelen datarse entre el 80 y 90 d.C. después de la muerte de
Pablo, al igual que Efesios y Colosenses entre los años 90 y 100. Segunda a los
Tesalonicenses es difícil de datar.
La carta de Hebreos ya nadie la asigna a Pablo como autor pudo ser escrita entre el 80 y
90 d.C.
Se atribuyen al final del siglo I las cartas de Juan y el Apocalipsis. La primera de Pedro,
entre el 60/65. La de Santiago parece tardía, y Judas y la segunda de Pedro suelen
ponerse en el siglo II, siendo probablemente el último de los escritos incluidos en los libros
del nuevo testamento.