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La primera parábola trata sobre el Reino de los Cielos que se compara con un grano de mostaza que aunque es pequeño crece hasta ser el mayor de los árboles. La segunda parábola trata sobre un hijo pródigo que malgasta su herencia y luego regresa arrepentido siendo recibido con alegría por su padre. La tercera parábola trata sobre un samaritano que ayuda a un hombre herido que fue ignorado por un sacerdote y un levita.
La primera parábola trata sobre el Reino de los Cielos que se compara con un grano de mostaza que aunque es pequeño crece hasta ser el mayor de los árboles. La segunda parábola trata sobre un hijo pródigo que malgasta su herencia y luego regresa arrepentido siendo recibido con alegría por su padre. La tercera parábola trata sobre un samaritano que ayuda a un hombre herido que fue ignorado por un sacerdote y un levita.
La primera parábola trata sobre el Reino de los Cielos que se compara con un grano de mostaza que aunque es pequeño crece hasta ser el mayor de los árboles. La segunda parábola trata sobre un hijo pródigo que malgasta su herencia y luego regresa arrepentido siendo recibido con alegría por su padre. La tercera parábola trata sobre un samaritano que ayuda a un hombre herido que fue ignorado por un sacerdote y un levita.
reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza(B), que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas. PARABOLA "EL HIJO PRÓDIGO " (Lucas 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 15: 11-32) 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a 11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la besó. parte de los bienes que me corresponde; y les repartió 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y los bienes. contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y desperdició sus bienes viviendo perdidamente. calzado en sus pies. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. hagamos fiesta; 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que había perdido, y es hallado. Y comenzaron a apacentase cerdos. regocijarse. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, comían los cerdos, pero nadie le daba. y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 17 Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí aquello. perezco de hambre! 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido pecado contra el cielo y contra ti. bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO llevó a un alojamiento y lo cuidó. 35 Al día siguiente, sacó dos monedas de plata[c] y se las dio al dueño del alojamiento. (lucas 10: 25 - 37) “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”. 36 ¿Cuál de estos tres piensas que 25 En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los prueba a Jesús, le hizo esta pregunta: ladrones? —Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? 37 —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley. 26 Jesús replicó: —Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús. —¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú? 27 Como respuesta el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”,[a] y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.[b] 28 —Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás. 29 Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo? 30 Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. 32 Así también llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. 34 Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo