La Draga.

Una aproximación al estilo decorativo

■ ANGEL BOSCH LLORET1, JOSEP TARRUS GALTER2

RESUMEN La complejidad y la variedad de los temas decorativos puede estar relacio-

nada con su antigüedad, ya que parece existir una gradual simplificación a lo largo del Neo-
lítico antiguo. Pero también puede responder a aspectos simbólicos y culturales con mar-
cadas diferencias regionales. En el caso de La Draga nos encontramos con un conjunto
cerámico en el que hay un gran predominio de la decoración cardial, con arrastre e impre-
sión, pero manteniendo siempre una constante simplicidad en la temática decorativa del
vaso.
Palabras clave: Neolítico, Cardial, Cerámica, Técnica decorativa, Estilo decorativo.

A B S T R A C T The complexity and the variety of the decorative items can be related to their
age and antiquity, as it seems there is a gradual simplification throughout the Early Neoli-
thic. But it can also be due to symbolic and cultural aspects with marked and clear regional
differences. In the case of La Draga, we can see a ceramic assemblage in which there is a
predominance of cardial decoration, with dragging and printing techniques, but always
keeping a constant simplicity in the subject of decorative ceramics.
Keywords: Neolithic, Cardial, ceramics, decorative art, decorative style.

1. Introducción lago, en la que había una excelente conservación de

En la primera monografía sobre el poblado de La Draga
(Bosch, Chinchilla & Tarrús, 2000) se publicó un análisis
de los elementos cerámicos que comprendía los halla-
zgos realizados hasta la finalización de la campaña de
excavación de 1998, reducidos básicamente a aquellos
objetos aparecidos en la zona A del yacimiento. En esta
publicación ya se ponía de manifiesto la precaria conser-
vación de este elemento arqueológico y su relativa baja
representación, en comparación con otros elementos
que aparecían mejor conservados. El causante de esta
anomalía es la particular condición edafolófica que sufre
la zona, objeto de las excavaciones en los primeros años
de intervención arqueológica de urgencia en esta esta-
ción lacustre.
Cuando en 1994 se iniciaron los trabajos en la zona
subacuática (zona C) se pudo comprobar que la precaria
conservación de la cerámica no era un hecho atribuible
a las condiciones de humedad del yacimiento sino a la
variabilidad de éstas que había en la zona A. Después de
las prospecciones de 1996 que permitieron delimitar el
yacimiento, se pudo también comprobar que las posibi-
lidades de conservación de los restos arqueológicos de la
zona subacuática se podían aplicar a la mayor parte del
yacimiento, suponiendo la zona A una excepcionalidad
por su elevación topográfica. En 1997 la excavación en la
zona emergida se trasladó a B, más cercana a la orilla del
todos los restos arqueológicos, incluida la cerámica. El
conjunto cerámico recuperado en las zonas B y C entre
1997 y 2005 permite contemplar con una nueva perspec-
tiva la evolución cultural y cronológica de la población
que vivió en las orillas de l’Estany de Banyoles en el Neo-
lítico antiguo.
Al terminar la campaña de 2005 se habían recuperado
un total de 1302 fragmentos cerámicos, repartidos de
manera desigual entre las diferentes zonas excavadas. En
el sector A, excavado entre 1991 y 1995, con un total de 328
m2 se ha recuperado un conjunto de 802 fragmentos, con
una densidad de 2,44 fragmentos por m2. En el sector B,
las excavaciones de 1997 a 2005, con un total de 120 m2, se
han recuperado 428 fragmentos, con una densidad de 3,56
fragmentos por m2. Finalmente, los 72 fragmentos recupe-
rados en el sector C representan una densidad inferior a 1.
2. Técnicas decorativas
Tradicionalmente, se han utilizado los análisis de las
técnicas decorativas para definir la periodización de las
primeras fases neolíticas. Aplicando al conjunto cerá-
mico de La Draga los criterios definidos por Joan Berna-
beu (1989) y más recientemente por Lluís Molina, Joan
Bernabeu y Pablo García (2010) nos encontramos con
unas proporciones de fragmentos decorados con impre-

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Languedoc y Provenza, con múltiples variantes (Bal-

dellou,1974-1975; Mestres,1981-1982; Martín/Biosca/
Albareda, 1985; Baldellou et alii, 1989; Bernabeu, 1989;
Bosch,1992; Blasco/Edo/Villaba, 2005; Martín/Edo/Tar-
rús/Clop, 2010; Bernabeu/Molina/García, 2010; Molina/
Bernabeu/García, 2010; Van Villigen/Hadjas/Bonani,
2010; Binder et alii-A i B, 2010; Manen/Guilaine, 2010).
Un tercer motivo también muy representado es el cor-
dón liso aplicado (Fig. 2.4.), en recorrido horizontal y
vertical, formando frecuentemente una temática ortogo-
nal (Fig. 2.10), pero con una malla poco tupida. Contra-
riamente, y a diferencia de muchos yacimientos epicar-
diales, como el próximo Plansallosa (Bosch et alli, 1998),
no aparecen los cordones impresos con digitalizaciones
o uña. Esta fuerte presencia de cordones lisos, formando
diversos motivos, la encontramos en la mayor parte de
Fig.1 Comparación de les proporciones de técnicas decorativas yacimientos de Catalunya, Valencia y Languedoc (Bal-
de la Draga en relación a los yacimentos Cardiales de les coves de l’Or dellou et alii, 1989; Martín/Edo/Tarrús/Clop, 2010; Ber-
y Cendres (Bernabeu, 1989) y el poblado Epicardial de Plansallosa
nabeu, 1989; Bernabeu/Molina/García, 2010; Molina/
(Bosch et alii, 1998).
Bernabeu/García, 2010; Van Villigen/Hadjas/Bonani,
siones, impresiones/incisiones y relieves, cercanos a los 2010; Binder et alii-A i B, 2010; Manen/Guilaine, 2010 ).
niveles antiguos de l’Or y Cendres, sobretodo cuando Finalmente cabe destacar los triángulos rellenos, tanto
prescindimos de la zona A. Ésta, en cambio, por sí sola se los impresos con espátula entada (gradina) (Fig. 2.24)
encuentra cercana a los niveles tardíos como Or IV o como los cardiales (Fig. 2.23 y 2.25), que son un motivo
Cendres VIII, ya sea por su baja proporción de decoracio-
nes cardiales como por su alto porcentaje del grupo
impresa/incisa. Estas diferencias decorativas entre zonas
pueden estar potenciadas por un problema de conserva-
ción de los restos cerámicos y que, algunos fragmentos
con la superficie muy alterada clasificados como impre-
sas diversas podrían ser, en realidad, cardiales.
Es probable que el poblamiento neolítico de La Draga
se prolongase en dos o más episodios entre 5300 aC i
5100 aC. En este caso, la zona A habría estado predomi-
nantemente ocupada durante la fase más tardía.
De todos modos, aún suponiendo posibles reocupa-
ciones en el poblado, el conjunto cerámico de las zonas
B y C, que es mayoritario, presenta suficiente entidad y
homogeneidad para poderlo tratar de manera unitaria.

3. Motivos decorativos

El motivo decorativo que mejor identifica el conjunto

cerámico de la Draga es, sin duda, la banda formada por
arrastre cardial bordeada por ambos lados por impresio-
nes cardiales (Fig. 2.8). Se trata de un motivo bien cono-
cido en ambientes cardiales y epicardiales tanto en Cata-
lunya (Baldellou et alii, 1989; Bosch, 1992 y 1994; Miró,
1994; Bosch Argilagós, 2005) como en Valencia (Berna-
beu/Molina/García, 2010, p.220, fig.5C) y Languedoc.
Otro motivo muy repetido es la banda formada por
diferentes líneas paralelas de impresión cardial (Fig. 2.8).
Éste es el motivo más frecuente en toda la seriación cerá-
mica Cardial, desde el momento antiguo al final, pero
desaparece en contextos epicardiales. Lo podemos
encontrar en yacimientos de Catalunya, Valencia y el Fig. 2 Cuadro de los motivos decorativos representados en La Draga.

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característico en La Draga. Este motivo era poco cono-
cido en el registro cerámico del neolítico antiguo catalán
(Baldellou et alii, 1989), pero, en cambio, es bien cono-
cido en Valencia, especialmente en la cova de l’Or (Ber-
nabeu, 1989; Molina/Bernabeu/García, 2010) y en la
zona del Languedoc (Binder et alii-A-B, 2010).
4. Los temas decorativos y su zonación
La fragmentación cerámica hace difícil poder recons-
truir el tema que decoraba la superficie de un vaso, y
muchas veces nos hemos de conformar con poder deter-
minar la técnica utilizada o el motivo que aparece en una
parte del vaso. Sólo en un pequeño conjunto de vasos se
puede reconstruir con cierta garantía el tema decorativo
completo. Podemos destacar los siguientes temas a par-
tir de los vasos reconstruibles, ordenados con una deco-
ración de menos a más compleja:
A) Banda horizontal situada bajo el borde
Es una de las formas más simples de decoración, pero
resulta relativamente frecuente. Consiste en una única
banda, formada por una aplicación plástica, como un
cordón (Fig. 3.A.1), o impresiones de una (Fig. 3.A.2) o
diversas líneas horizontales paralelas entre si (Fig. 3.A.3).
Se puede situar justamente por debajo el borde o, en un
registro ligeramente inferior, recogiendo las asas.
B) Banda horizontal bajo el borde, con derivacio-
nes que cubren parte del cuerpo
Supone un grado superior de complejidad en relación
con las anteriores. La banda, formada por diferentes téc-
nicas decorativas, es el elemento de suspensión de otros
elementos decorativos que cubren parcialmente hasta
los 2/3 superiores de la superficie del cuerpo cerámico.
En un primer ejemplo, un cuenco decorado con téc-
nica cardial (Fig. 3.B.1), la banda impresa sirve de sostén
a una guirlanda, también impresa, formando un tema
decorativo que cubre la mitad superior del cuerpo.
En un segundo ejemplo, un vaso subesférico decorado
con impresiones (Fig. 3.B.2), la banda impresa sirve de
sostén a un fleco de líneas oblicuas, que se alargan en
grupos de tres en torno al elemento de prensión, como si
se tratase de bigotes.
En un tercer ejemplo, un cuenco decorado con arras-
tre e impresiones cardiales(Fig. 3.B.3), la banda horizon-
tal, formada por líneas de arrastre horizontales, bordea-
das por líneas de arrastre oblicuas, sirve de sostén a
bandas impresas verticales que se extienden hasta cubrir
2/3 del vaso. Estas bandas dividen la superfície del vaso
en tercios o cuadrantes y pueden estar en relación con el
número de asas.
Muy similares son los ejemplos cuarto (Fig. 3.B.4.) y
quinto (Fig. 3.B.5.), un cuenco y un vaso subesférico en
los cuales tanto la banda horizontal como las suspendi-
das, verticales, están realizadas por líneas de arrastre
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bordeadas por líneas impresas, siempre cardiales
C) Banda horizontal situada bajo el borde y una
segunda banda en el tercio superior del vaso que
recoge los elementos de prensión
La encontramos en vasos con cuello. Disponen de una
ancha banda que cubre buena parte del cuello, formada
por arrastre o por impresiones cardiales y, después de
una zona libre, una segunda banda que recoge las asas,
situadas normalmente en el tercio superior del cuerpo
cerámico. A pesar de que la fragmentación no lo permite
asegurar plenamente, las dos bandas horizontales debe-
rían unirse por otras verticales situadas en los arranques
superiores de las asas. Esta forma puede verse clara-
mente en un primer ejemplo (Fig. 3.C.1) en el que las
bandas están realizadas con una decoración por arrastre,
bordeada con impresiones cardiales. En un segundo
ejemplo (Fig. 3.C.2.) no se puede corroborar por la falta
de conservación de los elementos de prensión.
D) Banda horizontal bajo el borde y una segunda
banda en el tercio superior del vaso que recoge los
elementos de prensión y que tiene derivaciones
que cubren el cuerpo del vaso
En esta categoría encontramos una repetición de los
parámetros del segundo grupo, con la diferencia de que
en este caso es la banda inferior la que sirve de sostén a
los elementos que cubren parte del cuerpo.
En un primer ejemplo, una gran jarra decorada con
arrastre e impresiones cardiales (Fig. 3.D.1), vemos que
su decoración está constituida por una banda bajo el
borde, formada por arrastre y doble línea impresa; y una
segunda banda que recoge los elementos de prensión,
desde la que cuelgan anchas guirlandas que cubren la
mitad superior del cuerpo. Unas bandas verticales unen
ortogonalmente las dos bandas horizontales con los ele-
mentos de prensión y traspasan la banda inferior hasta
el nivel conseguido por las guirlandas.
En un segundo ejemplo, un cuenco decorado con
impresiones (Fig. 3.D.2.), la banda que se encuentra bajo
el borde está formada por líneas impresas que sostienen
triángulos; mientras que la que une los elementos de
prensión forma una ancha guirlanda. En este caso, el ele-
mento de prensión sirve de punto de partida a la banda
que se une con la superior y a otras bandas que cubren
hasta 2/3 de la superficie del vaso.
En un tercer ejemplo, un vaso subesférico decorado
con arrastre e impresiones cardiales, encontramos la pri-
mera banda bajo el borde, mientras que la segunda, que
une los elementos de prensión, sirve de sostén a largos
triángulos. Debajo de estos elementos hay bandas en los
espacios intermedios, que llegan a cubrir más de 2/3 de
la superficie del vaso. En este caso, no hay bandas verti-
cales que unan las dos bandas horizontales en la zona de
las asas, posiblemente porque la distancia entre las dos
bandas es mínima.
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Fig. 3 A: Ejemplos de decoración simple de banda horizontal bajo el borde; B: Ejemplos de decoración con banda horizontal bajo el borde con
derivaciones que cubren parte del cuerpo; C: Ejemplos de decoración con banda horizontal situada bajo el borde y una segunda en el tercio superior del
cuerpo del vaso que recoge los elementos de prensión; D: Ejemplos de decoraciones impresas con doble banda horizontal, una superior bajo el borde
y otra en el tercio superior del vaso que recoge las asas y de la cual derivan fajas descendentes; E: Ejemplos de decoraciones con triple banda horizontal.

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E) Triple banda horitzontal
Son vasos en los cuales el tema decorativo está estruc-
turado a partir de tres bandas horizontales. Sólo se puede
constatar a partir de dos ejemplos y no queda muy claro
que forme grupo propio o sea una variable de la catego-
ría anterior.
En un primer ejemplo, una gran jarra decorada con
arrastre e impresiones cardiales y aplicaciones plásticas
(Fig. 3.E.1.), una primera banda cubre la mayor parte del
cuerpo. Desde ella, bandas verticales se unen con las
asas y con aplicaciones verticales, dando origen a una
doble guirlanda que recoge las asas. En este caso, pode-
mos considerar la doble guirlanda como una variable de
una banda horizontal o una de doble.
El segundo ejemplo es una gran jarra (Fig. 3.E.2.) que
dispone de la decoración más compleja encontrada
hasta ahora en La Draga. En el cuello, no hay una única
banda, sino dos, realizadas con bandas de impresiones
cardiales de las que se sostienen triángulos impresos.
Una tercera banda horizontal recoge las asas, de la que
se sostienen más triángulos y bandas que cubren buena
parte del cuerpo. Desde las asas, bandas verticales se
unen con las bandas horizontales que decoran el cuello
F) Decoración plástica
Los vasos reconstruibles seguramente no cubren la
totalidad de variables en la zonación y temática de las
decoraciones cerámicas. En el caso de las aplicaciones
plásticas, los cordones suelen encontrar-se aplicados
horizontalmente bajo el borde, como una variable más
de una banda impresa, pero también formando un tema
decorativo ortogonal, con malla poco tupida, cubriendo
la mayor parte del vaso cerámico. Esta variable la encon-
tramos en diferentes fragmentos que no permiten una
reconstrucción fiable del vaso.
5.- Consideraciones finales
Sobre la superficie del vaso la decoración puede ocu-
par diferentes zonas. En el caso de La Draga, y a partir del
registro actual, no hemos encontrado ningún caso en el
que la zona decorada se encuentre en:
• El labio, zona que, en cambio, está bien documen-
tada en el Epicardial del Nordeste de la Península
Ibérica.
• La base del vaso. Las bandas y cordones de recorrido
vertical y curvo se interrumpen antes de llegar a la
base.
• Toda la superficie en forma de placas cubrientes.
La estructuración de esta decoración se realiza gene-
ralmente a través de bandas horizontales, que pueden
ser simples, situadas bajo el borde, o múltiples, cuando
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además recogen los elementos de prensión. En este
segundo caso, de los elementos de prensión salen otras
bandas verticales que llegan hasta el borde, uniendo en
tercios o cuadrantes las dos bandas horizontales. Estas
bandas horizontales sirven frecuentemente de sostén a
otros elementos decorativos que cuelgan de ellas y que
llegan a cubrir hasta 2/3 del cuerpo del vaso.
Ningún elemento decorativo parece reproducir un ele-
mento natural. Posiblemente, y de manera muy vaga,
podrían recordarnos formas cercanas a la cestería o cor-
reajes para colgar recipientes. Algunas decoraciones soli-
formes situadas en las asas y los triángulos rellenos resul-
taran temas recurrentes en las temáticas simbólicas y
decorativas del arte de las primeras sociedades agrícolas
occidentales.
La complejidad y la variedad de los temas decorativos
puede estar relacionada con su antigüedad, ya que
parece existir una gradual simplificación a lo largo del
Neolítico antiguo. Pero también puede responder a
aspectos simbólicos y culturales con marcadas diferen-
cias regionales (García/Molina/Bernabeu, 2003; Berna-
beu/Molina/García, 2010; Martín/Edo/Tarrús/Clop,
2010; Binder et alii-B, 2010; Manen/Guilaine, 2010). En
el caso de La Draga nos encontramos con un conjunto
cerámico en el que hay un gran predominio de la deco-
ración cardial, con arrastre e impresión, pero mante-
niendo siempre una constante simplicidad en la temá-
tica decorativa del vaso. Una decoración que si bien llega
a cubrir los 2/3 superiores del vaso, deja importantes
espacios vacíos, sin decorar.
El yacimiento que muestra una mayor proximidad en
cuanto a estilo decorativo es el de Leucate-Corrège (Gui-
laine/Freises/Montjardin, 1984), con el cual también se
comparten similitudes en relación al emplazamiento del
yacimiento, así como otros elementos de la cultura mate-
rial. En el caso de Leucate-Corrège, las bandas de arras-
tre bordeadas por impresiones cardiales son también
muy frecuentes, pero, en cambio hay motivos como los
cordones impresos, las impresiones en el borde o las
bandas de incisiones, que tienen una filiación epicardial.
Los mismos autores ya se habían hecho eco de esta ano-
malía y contemplaban la posibilidad de que estuvieran
representados dos períodos diferentes.
Volviendo al conjunto de La Draga, y para finalizar,
consideramos que las proporciones de las técnicas deco-
rativas nos sitúan dentro del período Cardial, y que el
gran número de vasos decorados con arrastre y la poca
complejidad decorativa nos sitúan en fases medias y
finales de este período, que se corresponde perfecta-
mente con las dataciones radiocarbónicas que nos sitúan
entre 5300 y 5100 aC.
1
Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles. CE: aboschlloret@gmail.com
2
Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles. CE: joseptarrus@gmail.com

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