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El documento discute la importancia del derecho de alimentos para los niños en Colombia. Explica que la Constitución colombiana protege este derecho y requiere que los padres proporcionen lo necesario para la subsistencia de sus hijos. Luego, resume los testimonios presentados en un caso judicial sobre el incumplimiento del pago de alimentos por parte de un padre hacia su hijo menor de edad. Concluye que el padre tiene la capacidad económica para pagar la cuota alimentaria acordada, pero no lo ha hecho, por lo que no
El documento discute la importancia del derecho de alimentos para los niños en Colombia. Explica que la Constitución colombiana protege este derecho y requiere que los padres proporcionen lo necesario para la subsistencia de sus hijos. Luego, resume los testimonios presentados en un caso judicial sobre el incumplimiento del pago de alimentos por parte de un padre hacia su hijo menor de edad. Concluye que el padre tiene la capacidad económica para pagar la cuota alimentaria acordada, pero no lo ha hecho, por lo que no
El documento discute la importancia del derecho de alimentos para los niños en Colombia. Explica que la Constitución colombiana protege este derecho y requiere que los padres proporcionen lo necesario para la subsistencia de sus hijos. Luego, resume los testimonios presentados en un caso judicial sobre el incumplimiento del pago de alimentos por parte de un padre hacia su hijo menor de edad. Concluye que el padre tiene la capacidad económica para pagar la cuota alimentaria acordada, pero no lo ha hecho, por lo que no
Es preciso mencionar la importancia del derecho de alimentos toda vez que La
normatividad colombiana consagra el derecho de los alimentos con categoría superior, como parte integrante del desarrollo integral de los seres humanos. En nuestra Constitución Política, este derecho se halla en un capítulo especial, que se enmarca dentro de los derechos de la familia, del niño, niña y adolescente. Los artículos 42, 43, 44 y 45 desarrollan el tema.
De acuerdo con lo indicado por la Corte Constitucional: “El derecho de alimentos
es aquel que le asiste a una persona para reclamar de la persona obligada legalmente a darlos, lo necesario para su subsistencia, cuando no está en capacidad de procurárselo por sus propios medios. Así la obligación alimentaria está en cabeza de quien por ley; debe sacrificar parte de su propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del acreedor de alimentos”.
Partiendo de qué se entiende por derecho de alimentos y su conexidad con la
salvaguarda de los derechos del menor, es necesario hacer un análisis de los testimonios rendidos en el juicio oral y del material probatorio. En este sentido, el primer testimonio rendido, es el de Yerfy Marcela Ocampo Pardo, quien es la madre del menor, que a su vez manifiesta qué evidentemente el señor Rubén Darío Jaimes Pinzón no ha cumplido con su obligación, es decir, con la cuota pactada en la comisaria de familia, qué es de $200.000 más las dos mudas de ropa, una a mitad de año y otra a final de año. Marcela ha sido la encargada del cuidado del menor y de costear la afiliación a salud y aunque Rubén Darío no cumpla con su obligación, no le niega disfrutar tiempo con su hijo, al contrario, manifiesta que la relación padre-hijo es muy amena. De acuerdo al testimonio de Hernán Darío Gama Piñares, quien es funcionario de la fiscalía general de la nación y desempeña el cargo de asistente de la fiscalía 15 de la subunidad de asistencia alimentaria, se evidencia qué realizó una petición a la empresa Ventanar sobre Rubén Darío y el informe que recibió de respuesta, indicaba que: “el señor Rubén Darío Jaimes Pinzón identificado con la cedula de ciudadanía número 91.536.790 de Bucaramanga, labora en nuestra empresa Ventanar S.A.S, desde el 22 de agosto de 2012 desempeñando el cargo de instalador de películas, devengando un salario mensual de $915.900 con todas las prestaciones de ley y recibe subsidio familiar por parte de la caja de compensación Comfenalco Santander, cordialmente Rocío Acevedo directora de gestión humano de la firma Ventanar Ingeniería de Fachadas.” Así mismo, la señora Lucila Pinzón Sánchez, quién es la madre de Rubén Darío rindió su testimonio, y afirmó que su hijo sí ha cumplido con el pago de la cuota pactada en la comisaria y que ella muchas veces se encargaba de llevar el dinero y para certificarlo, hacía firmar un papel; cabe aclarar qué dicho papel no se encuentra en el material probatorio, por tanto, no es un hecho cierto, no hay evidencia alguna. De igual forma afirma que la relación entre Rubén y el menor es realmente buena. Como última prueba testimonial, se tiene a la señora Erika Sánchez Rincón quién es la actual pareja de Rubén Darío, quien, a su vez, afirma qué Rubén cumple con los aportes para su menor hijo y qué algunas veces ella se encarga de llevar lo qué el padre le envía al menor.
Con el respectivo análisis de los testimonios, es menester afirmar qué el señor
Rubén Darío ha incumplido con la cuota pactada en la comisaría, pues así lo menciona Marcela Ocampo, madre del menor y la encargada del cuidado y de los gastos de este. No hay prueba qué logre desvirtuar el testimonio de la madre, toda vez que ni la señora Lucila ni Erika tienen claridad en las fechas de los pagos de los cuales hacen mención y tampoco tienen sustento que acredite la veracidad de estos. Por tanto, podría decirse qué dichos testimonios no son conducentes pues surge duda sobre los mismos. A su vez, el documento aportado por Hernán Darío Gama, deja en evidencia qué el señor Rubén Darío sí se encuentra laborando en la empresa Ventanar, por tanto, tiene capacidad económica para cumplir su obligación y no solicitar la exoneración de la misma.
En todo acto, decisión o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza
que deba adoptarse en relación con los niños, las niñas y los adolescentes, prevalecerán los derechos de estos, en especial si existe conflicto entre sus derechos fundamentales con los de cualquier otra persona. En caso de conflicto entre dos o más disposiciones legales, administrativas o disciplinarias, se aplicará la norma más favorable al interés superior del niño, niña o adolescente.