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La creación de Adán es una de las pinturas al fresco de

Miguel Ángel Buonarroti que decoran la bóveda de la


Capilla Sixtina. La escena representa el origen del primer
hombre, Adán. El fresco forma parte de una sección
pictórica de nueve escenas basadas en el libro del
Génesis del Antiguo Testamento.

Esta es una de las obras más representativas del espíritu


del Renacimiento italiano, debido al modo de representar
la creación del hombre. Destacan la imagen antropomorfa
al Creador, la jerarquía y proximidad entre los personajes,
el modo en que Dios aparece y el gesto de las manos de
Dios y el hombre, tan original como revolucionario.
Veamos por qué.

Análisis de La creación de Adán de Miguel


Ángel
Miguel Ángel: La creación de Adán, 1511, fresco, 280 × 570 cm, Capilla
Sixtina, Ciudad del Vaticano.
La escena tiene lugar después de que Dios ha creado la
luz, el agua, el fuego, la tierra y los demás seres vivos.
Dios se aproxima al hombre con toda su energía
creadora, acompañado de una corte celestial.

Por esa energía creadora la escena está cargada de un


intenso dinamismo, acentuado por las líneas ondulantes
que atraviesan toda la composición y que imprimen un
ritmo visual. Asimismo, gana un cierto sentido escultórico
gracias al trabajo de volumen de los cuerpos.

Descripción iconográ ca de la Creación de Adán

La imagen principal nos presenta en un solo plano dos


secciones divididas por una diagonal imaginaria, la cual
facilita establecer una jerarquía. El plano de la izquierda
representa la presencia de Adán desnudo, quien ya está
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formado y espera a ser insu ado por el don de la vida. Por
eso vemos a Adán acostado y lánguido en una super cie
terrestre, sujeta a las leyes de la gravedad.

La mitad superior está dominada por un grupo de guras


suspendido en el aire, dando a entender su carácter
sobrenatural. Todo el grupo está envuelto en un manto
rosa que ota en el cielo como una nube. Parece un portal
entre la Tierra y el orden celestial.

Dentro del grupo, el Creador destaca en el primer plano


sostenido por querubines, mientras circunda con su brazo
a una mujer, acaso Eva esperando su turno o acaso una
alegoría al conocimiento. Con su mano izquierda, el
Creador sostiene por el hombro al que parece un niño o
querubín, y que algunos sugieren podría tratarse del alma
que Dios insu ará en el cuerpo de Adán.

Ambos planos parecen unirse por medio de las manos,


elemento central de la composición: las manos se abren a
la conexión entre ambos personajes mediante los dedos
índices extendidos.

Las fuentes bíblicas sobre la creación del hombre


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Bóveda de la Capilla Sixtina donde se encuentran las nueve escenas del
Génesis. En rojo, escena La creación de Adán.
La escena representada es una interpretación muy poco
ortodoxa del pintor sobre el libro del Génesis. En este se
cuentan dos versiones de la creación del hombre. Según
la primera, recogida en el el capítulo 1, versículos del 26
al 27, la creación del hombre ocurre de la siguiente
manera:

Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según


nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar
y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los
animales que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al hombre
a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.

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