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COMIENZOS
Génesis
PASAJES Y HECHOS CLAVES
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Gn 1.1)
La Biblia comienza con esta magnífica y fascinante declaración, que nos retrotrae a
los comienzos de nuestro mundo. En estas pocas palabras, el autor establece las grandes
verdades fundacionales de que hay un solo Dios, quien existía en los comienzos, y que
toda la creación es obra suya. Todo descansa en esto, y desde aquí discurre toda la
narración bíblica.

La creación del mundo


A continuación, tenemos una descripción de la creación, que comienza:

Dijo Dios: «Sea la luz». Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las
tinieblas. Llamó a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la
mañana del primer día. (Gn 1.3-5)
Cada uno de los dramáticos actos creadores comienza con las palabras: «Dijo Dios:
“Sea...”» o «“Haya…”», y termina con las palabras: «Y fue la tarde y la mañana», y el
número del día.

La creación del mundo se nos describe en el lenguaje de la poesía y los


acontecimientos se ordenan dentro de un patrón perfecto.

La poesía no solamente comunica belleza; es también un maravilloso vehículo para


transmitir verdad.
Las afirmaciones no son meras declaraciones de carácter científico, sino que
representan la verdad.

El relato de Génesis no pretende presentar un informe de los hechos sobre cómo Dios
creó el mundo —digamos, en siete días literales— sino que permite al lector absorber la
verdad esencial sobre la creación: el sol, la luna, las plantas, los animales y los seres
humanos entraron en existencia por el magnífico poder de Dios y en respuesta a su
expreso deseo y mandato.

Hombre y mujer
A medida que se desarrolla el relato, los mares turbulentos son contenidos, el mundo es
vestido de árboles y plantas, y la tierra, el mar y el aire se llenan de criaturas vivientes.

Pero cuando hace a los seres humanos, el propósito creador de Dios se describe de una
manera diferente.

Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra


semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias,
sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra». (Gn 1.26)

¡Abramos la Biblia! 1
Hombres y mujeres fueron hechos para parecerse a Dios de una manera imposible
para la creación animal.
Hombres y mujeres tendrían la capacidad de amar, de recordar, de elegir y de estar en
relación con Dios mismo.

También fueron creados para ser agentes de Dios, a cargo del resto de la creación,
para administrarla bien. El autor no percibe a los seres humanos como resultado del azar
ciego ni a merced de planetas y estrellas.

Los describe como una obra artesanal de un Dios amante que los diseñó para gobernar
su mundo y —algo aún más asombroso— para gozar de su amistad. Es una escena
perfecta y el autor concluye el relato con las palabras:

Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. (Gn 1.31)
Un segundo aspecto de la historia es la creación de la mujer como una pareja para el
hombre, en igualdad con este. Dios los acerca y el autor resume allí el criterio de Dios
acerca del matrimonio:

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una
sola carne. (Gn 2.24)
En lenguaje poético, el autor ha descrito el vasto alcance de la buena creación de Dios.
Ha dado respuesta a algunas de las preguntas más profundas sobre el origen y la finalidad
de la vida. Nos ha presentado ante un mundo perfecto.

Pero todos sabemos que la vida no es perfecta. Incluso en el mundo natural hay
perturbación y caos, y entre los seres humanos hay codicia, ira, explotación y crimen.

De modo que el autor relata en seguida, siempre en el lenguaje de la poesía, cómo se


introdujeron estos elementos extraños en ese mundo perfecto.

Tragedia
El primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva, vivían en el hermoso Jardín del Edén,
ocupándose de plantas y animales, en feliz compañía de Dios. Tenían completa libertad,
excepto por una condición:

Del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas,
ciertamente morirás». (Gn 2.17)
Esas fueron las palabras de Dios. El nombre del árbol nos da una clave sobre su
significado.
Hombres y mujeres pretenderían saber por sí mismos lo que era bueno o malo para
ellos.
Eso destruiría la inocencia e introduciría un conocimiento peligroso. Comer de ese
fruto traería como resultado la muerte.

¡Abramos la Biblia! 2
La narración describe cómo la astuta serpiente tentó a Eva para comer el fruto
prohibido. En otra parte de la Biblia se dice que la serpiente es el nombre dado a Satanás,
el enemigo de Dios y de la humanidad.
Eva tomó el fruto porque vio que era «agradable a los ojos y deseable para alcanzar
la sabiduría».

Ella también le dio un poco a Adán y, cuando hubieron comido, sus ojos se abrieron.
Habían perdido su inocencia.

Tomaron conciencia de su desnudez delante de Dios y el uno frente al otro. Por


primera vez sintieron vergüenza de encontrarse con Dios y se escondieron de él. Habían
elegido la autonomía y la desobediencia en lugar de la dependencia amorosa de Dios, su
Hacedor; y por este acto la creación entera se desquició.

Este trágico acto desencadenó una multitud de amargas consecuencias.


Dios aparece hablando a la serpiente y a Adán y Eva, mostrándoles las consecuencias de
sus actos.

De ahora en adelante la tierra dará espinos y abrojos. La relación entre los sexos se echará
a perder por la explotación.
La muerte física los alcanzará, aunque no en forma inmediata. La muerte espiritual ya
había destruido su estrecha relación con Dios.

En un acto profundamente significativo, Adán y Eva fueron expulsados de su jardín


paradisíaco. Sangre, sudor, trabajo y lágrimas estaban esperándoles.

La poesía de estos primeros capítulos de Génesis es seguida por informes narrativos


sobre los primeros descendientes de este primer hombre y de esta primera mujer. Su hijo
Caín mató a su hermano Abel, por celos, y sus descendientes prosiguieron la espiral de
creciente pecado y violencia. Finalmente:

Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra… y se arrepintió Jehová
de haber hecho al hombre en la tierra. (Gn 6.5-6)
Versículo a Memorizar
Dios vio todo lo que había hecho, y todo había quedado muy, pero muy bien. Luego
llegó la tarde y después la mañana. Ese fue el sexto día. Génesis 1:31 PDT

¡Abramos la Biblia! 3

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