Está en la página 1de 1

Hola risitas,

Debo confesar que esta carta no es fácil por más que me divertí contigo. El miedo que tuve
al principio fue muy amenazante creí que no iba a lograr. Pero poco a poco incluyéndote en
mi vida, rutina, mis temores y mi estrés, te fuiste apoderando de mí en las risas y carcajadas
que me lanzaba en el cuarto sola. Cuando empecé toda esta travesía lo hice como una
materia más sin imaginar que iba a encontrar lo más bonito que tengo hoy.

Pase muchos cambios, muchos momentos donde creí que nunca iba a encontrar a mi
payaso interior, de cierto modo, hablaba mi miedo a hacer algo diferente de lo que conocía y
no conocía. A pesar de tener las herramientas en clase decidí buscarte de otra forma, con
canciones que creo que hoy te pertenecen. Puede que suene ridículo pero aquí no pinta
nada lo normal o lo cotidiano.

Tu nombre al principio no lo entendí y me negaba de cierto modo a tenerlo. Pero creo que
es lo que más me representa, detrás de una risa alta y que se contagie, también existe el
momento malo que hace que ella salga, algo así como una catarsis dentro de tanto que he
vivido.

También te confieso que tu vestuario nació de la nada, simplemente por cumplir pero luego
tu nombre me hizo idearme mil cosas pero también poner los pies en la tierra. Esa blusa
verde es lo que yo llamaría “pomposo en lo simple” lo que llama la atención pero
recatadamente. Quise un toque de mi en ti. Y fue ahí como nació tu vestuario y maquillaje.

Gracias por el aprendizaje que me dejas, por hacerme reír a pesar de todo y porque me
enseñaste esa parte de mi que me enamoró más de lo que hago. Me llevo todo de ti.

Te quiero risitas
Gaby

También podría gustarte