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La travesía que recorrieron los treinta y tres orientales durante la

cruzada libertadora
Los treinta y tres orientales eran un grupo de patriotas que habían luchado junto a
Artigas contra los portugueses y brasileños que ocupaban la Provincia Oriental, hoy
Uruguay. Algunos de ellos se habían exiliado en Buenos Aires, donde recibieron el
apoyo de Juan Manuel de Rosas y otros saladeristas que querían recuperar el
mercado de la carne vacuna. El líder de los orientales era Juan Antonio Lavalleja, un
valiente militar que había sido coronel de Artigas.

Lavalleja organizó una expedición secreta para cruzar el río Uruguay y desembarcar
en la playa de La Agraciada, donde esperaba contar con el respaldo de los orientales
que vivían bajo el dominio brasileño. Para ello, consiguió dos lanchones, armas,
municiones y caballos. También reclutó a 32 hombres dispuestos a acompañarlo en
la empresa. Entre ellos estaban Manuel Oribe, Fructuoso Rivera, Aparicio Saravia,
Andrés Latorre y Gregorio Sanabria.

La expedición partió de San Isidro, sobre el Río de la Plata, el 15 de abril de 1825.


Navegaron por las islas del delta del río Paraná, donde acamparon por cuatro días
para evitar ser detectados por las patrullas brasileñas, además del mal tiempo.
Luego atravesaron el río Uruguay en una noche oscura y tormentosa, sorteando las
corrientes y los escollos. Finalmente, llegaron a la playa de La Agraciada el 19 de
abril, al amanecer.

Allí desembarcaron con su bandera tricolor, roja, azul y blanca, que llevaba la
consigna “Libertad o muerte”. Juraron luchar por la independencia de la Provincia
Oriental y su reincorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego se
dirigieron al interior del país, donde fueron recibidos con entusiasmo por los
pobladores. Muchos se unieron para formar un ejército libertador que enfrentó a los
brasileños en varias batallas.

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