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PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO PARA LA CARACTERIZACIÓN DEL DEPORTE

AUTOR: Manuel Copello Janjaque.


INSTITUCIÓN: Corporación Nacional para el Desarrollo Tecnológico del Deporte CNADTED

INTRODUCCIÓN
Para dirigir acertadamente el proceso de preparación del deportista resulta imprescindible conocer
con suficiente profundidad al deporte como objeto en sí mismo, entendido este como el conjunto de
acciones, conceptos, normas y procesos que contiene, condicionados social e históricamente. La
estructuración lógica del deporte, como las formas de relación entre sus componentes prácticos y
teóricos, no es coincidente con el proceso de enseñanza o entrenamiento, pero lo determina, dicho
más explícitamente, la lógica del deporte como objeto en sí mismo condiciona la lógica del proceso de
preparación del deportista, donde la relación del individuo con la actividad deportiva tiene lugar a través
del proceso pedagógico que orienta su formación y desarrollo.
Siendo así la caracterización del deporte es la referencia que permite orientar cualquiera de las
acciones metodológicas que tienen lugar en las etapas de formación de los deportistas, como el diseño
del programa de enseñanza, la programación del entrenamiento y hasta la determinación de los
criterios de detección y selección de talentos.
Desde una perspectiva general, la caracterización consiste en determinar las propiedades o
peculiaridades que distinguen a un objeto, fenómeno o proceso, de modo que sea posible reconocer
claramente su singularidad, pero en el caso particular del deporte que presenta un carácter multilateral
y una gran inestabilidad, es necesario determinar aquellos elementos tan estables de la actividad que
no tendrían una variación significativa a pesar de las modificaciones que va marcando su evolución.
A estos parámetros esenciales del proceso, capaces de aportar los datos que revelan las propiedades
del deporte se le denomina “indicadores”. Comprensión que es compartida por autores como: Colli y
Faina (1982); Hernández Moreno (1988); Sampedro y Moral (1992); Refollo (2001); Barrios (2002) y
Leónidas Bertorrello (2003), citados por Díaz González (2010)
Pudiera afirmarse que la caracterización del deporte como punto de partida para el diseño de cualquier
proceso en la formación y desarrollo de los deportistas es un consenso general. El asunto es ¿Qué
aspectos del deporte se tomarán como referencia? Porque como se sabe abarca diferentes esferas y
procesos; entre los primeros la condición física y las habilidades técnicas entre otros y en el segundo,
la competición, la selección, la reglamentación y muchos más, pero seguramente estaremos de
acuerdo en que debe ser aquella manifestación de mayor generalidad, capaz de contener todas las
expresiones posibles que enmarcan su identificación.
Desde este punto de vista y partiendo del sistema de habilidades de los deportes, se asume que la
habilidad más general e integradora es la de competir y si la relación entre habilidades y capacidades
se manifiesta con carácter de ley. Fung, T. (1996), la condición física queda de facto incluida,
evidenciando así la generalidad de la habilidad competir, Por otra parte, las dimensiones intelectuales
y psicológicas no se pueden sustraer de ese acto, relacionando de esta manera los parámetros
objetivos y subjetivos que caracterizan el desempeño del competidor, pero caracterizar al competidor
y a la competición simultáneamente, ignorando que el mismo ejercicio competitivo genera esfuerzos
diferentes para cada uno de los sujetos participantes, puede conducir al diseño de modelos
desacertados, al tomar como referencia las cualidades que distinguen a los competidores y no a la
competición.
Por lo tanto, es la actividad competitiva la referencia más adecuada para caracterizar el deporte,
entendida ésta como la sumatoria de las presentaciones que tienen lugar en el evento y el contexto
donde los deportistas ponen a prueba el nivel de la preparación que han alcanzado Copello M. (2005);
comprensión que obliga entonces a reconocer dos conceptos vinculados al proceso: ejercicio
competitivo por una parte y actividad competitiva por la otra. Se entiende por ejercicio competitivo a la
interacción entre los competidores en el deporte dado y que de acuerdo a su naturaleza, finalidad y
modos de participación incluye un conjunto de acciones, relaciones y esfuerzos propios de la
disciplina, mientras que la actividad competitiva es el proceso más general, que incluye tanto la
interacciones entre los competidores como los factores externos que los condicionan, entiéndase
convocatoria, escenario, reglamentación y aseguramiento tecnológico entre otros.
En este estudio se entiende que, si bien la actividad competitiva es el resultado de la actuación de los
individuos, es también un sistema que presenta sus relaciones, sus contradicciones y su propio
desarrollo, pero este enfoque no es compartido por los autores antes mencionados, excepto Refollo
(2001). El resto considera además de ciertos parámetros relacionados con el ejercicio competitivo
propiamente, otros aspectos como la frecuencia cardíaca, frecuencia cardiaca según la actividad y
hasta los índices de producción de lactato, que son efectos que se producen en el organismo del
individuo que compite, pero no en la actividad como proceso de competición en sí mismo.
Habiendo llegado a este punto es posible concluir que la caracterización de la actividad competitiva,
en la actualidad no es suficientemente objetiva, al desestimar los modos de relación y contradicción
entre competición y competidor, lo que consecuentemente afecta el diseño de los procesos de
formación, desarrollo y especialización de los deportistas. Por lo tanto, el objetivo que anima el
presente estudio consiste en ofrecer un procedimiento metodológico orientado al logro de una
caracterización de la actividad competitiva, capaz de servir como referencia objetiva para el diseño e
implementación de cualquiera de los procesos que tienen lugar en la formación y preparación del
deportista.

Desarrollo
Se trata de un estudio predominantemente cualitativo, donde aplicando el enfoque de sistema se
simplifica la complejidad de la actividad competitiva desde su expresión más general hasta aquellos
parámetros esenciales y concretos que permiten obtener objetivamente los datos que sirven de
referencia para la selección y preparación de los deportistas, así como las estrategias de
posicionamiento a gran escala, si se tienen en cuenta tanto los modos de relación y contradicción
entre los competidores como aquellos aspectos que los condicionan.
En ese análisis debe tenerse en cuenta que, aunque la competición no es sin los competidores, cada
una de estas categorías del proceso tiene su propio ritmo y desarrollo, de modo que tal como asegura
Moran E. () es preciso distinguir, pero sin desarticular.
Al reconocer que tanto la actividad competitiva como el ejercicio competitivo tienen un carácter
multilateral, se acepta implícitamente que un criterio unilateral de ambas designaciones no alcanza a
revelar las propiedades esenciales de ambos procesos, se entiende además que sus expresiones
cuantitativas y cualitativas no son objetivamente verificables, que están sujetas a múltiples
interpretaciones y cambian frecuentemente, afectadas por diversos factores. De ahí que en este
estudio las denominamos “variables”, las que según Hernández León R. A. y Coello González S.
(2002) “son características y propiedades cuantitativas o cualitativas de un fenómeno, que toman
distintos valores respecto a la unidad de estudio”.
Los criterios de ejercicio competitivo y actividad competitiva son constructos tóricos, conceptos
elaborados, con el propósito de designar el referente que orienta la preparación del deportista,
sabiendo que la revelación de sus propiedades precisa de la simplificación de su complejidad,
posicionamiento que está en línea con la idea de Espinoza F. E. (2019) quien asegura que varaible,
“son todos los conceptos que permitan establecer ciertas características determinables y que cambian
su valor de forma cualitativa y cuantitativa.
Entonces es posible afirmar que hemos arribado a la definición conceptual de nuestras variables:
actividad competitiva como la más general y ejercicio competitivo como más específica de acuerdo al
objetivo propuesto. “Las variables son factores que intervienen tanto como causa o como resultado
dentro del proceso o fenómeno de la realidad formando parte esencial de la estructura de un
experimento dado”.
Sin embargo, a ese nivel las variables son incapaces de ofrecer información objetiva sobre el proceso
que se estudia, porque como ya se ha dicho no hay estabilidad en sus parámetros cuantitativos y
cualitativos, de modo que es preciso operacionalizarlas.
“La definición operacional de un concepto consiste en definir las operaciones que permiten
medir ese concepto en indicadores observables por medio de los cuales se manifiesta ese
concepto… Las dimensiones vendrían a ser subvariables o variables con un nivel más cercano
al indicador. Cada una de estas subvariables son las dimensiones de la variable. A su vez estas
dimensiones para poder ser contrastadas empíricamente por el investigador, requieren
operacionalizarse en indicadores, que no son otra cosa que parámetros que contribuyen a
ubicar la situación en la que se halla la problemática a estudiar. En un sentido restringido los
indicadores son datos”. Espinoza F. E. (Sep-2019)
Se asume entonces que la operacionalización de nuestras variables: actividad competitiva y ejercicio
competitivo consiste en llevar a cada una de ellas de un nivel marcadamente subjetivo y
multidimensional a un plano objetivo, donde resulten concretas y medibles. Siendo así, los pasos a
seguir en la operacionalización de cada una son los siguientes:
 Definición operacional de sus dimensiones.
 Determinación de Indicadores capaces de aportar datos sobre éstas.
Para empezar ya se sabe que la actividad competitiva es el concepto más amplio y que incluye al
ejercicio competitivo, siguiendo el mismo razonamiento, entonces el ejercicio competitivo es una
dimensión de la actividad competitiva, mientras que los factores que afectan esa interacción entre los
contendientes. Es decir, al ejercicio competitivo propiamente dicho, deviene la segunda dimensión y
consecuentemente aparecen entonces dos dimensiones claramente definidas: la interna y la externa.
Ahora bien, tanto el ejercicio competitivo (dimensión interna) como los factores externos que los
condicionan (dimensión externa) carecen del nivel de concreción requerido pues, aunque tienen un
menor nivel de generalidad no permiten obtener datos suficientemente objetivos. Siendo así, se
impone la necesidad de operacionalizar también a estas dimensiones, haciéndose evidente que el
ejercicio competitivo tiene sus propias regulaciones, las que se hacen evidentes a partir de la
reglamentación, pero a la vez se reconoce que no existen fuera de las interacciones entre los sujetos
que la realizan: de sus acciones técnicas, de sus habilidades que son en última instancia, lo único
concreto, pero a su vez esas acciones producen un efecto en los individuos que es preciso cuantificar,
como referencia para la obtención del dato.
Por supuesto que todos los aspectos que se derivan de esas relaciones causales están orgánicamente
relacionados de forma muy dependiente, pero nadie duda que para obtener datos concretos de un
proceso como el aquí se plantea es necesario, sin desarticular el sistema distinguir y analizar el todo,
hasta arribar a sus componentes.
Así es que, seguramente estaremos de acuerdo en que los subdimensiones que conforman el todo
que supone el ejercicio competitivo y a la vez contienen las invariantes esenciales capaces de
caracterizarlo, están dadas por:
Los parámetros asociados a la reglamentación propia de cada ejercicio competitivo.
Los que describen las acciones con las que los individuos llevan a cabo el ejercicio.
Los que definen el efecto que tales acciones producen en los sujetos participantes.
De esa manera en un segundo paso de abstracción, se han definido los subdimensiones que se
derivan de los factores internos y que, aunque son incapaces de ofrecer información concreta,
permiten un acercamiento definitivo a los indicadores que se desean obtener. En ese mismo nivel de
abstracción al realizar un análisis de la dimensión “factores externos” y teniendo en cuenta la
naturaleza de los diversos factores que se relacionan, es posible polarizarlos en los siguientes
subdimensiones:
Sistemas de participación: los que definen los modos de clasificación a los eventos en cuestión.
Reglamentación: tienen un carácter más general que los que se relacionan con los factores
internos, pero determinan las condiciones de realización.
Aseguramiento material y tecnológico: están asociados aspectos logísticos y utilitarios como los
registros de puntuación, el vestuario e implementos entre otros.
Así, la complejidad del concepto actividad competitiva se ha simplificado en seis subdimensiones que
propician una comprensión de sus relaciones esenciales y un acercamiento a la determinación de los
parámetros que identifican las singularidades aquellas que se desean caracterizar, como se aprecia
en la figura a continuación.
Fig. ¿? De la variable a los subdimensiones del proceso
Variables Dimensiones Sub dimensiones
Parámetros asociados a la reglamentación
Los que describen las acciones que se aplican
Internas
Los que definición del efecto de las acciones en los
Actividad sujetos participantes
competitiva
Sistemas de participación
Externas Reglamentación
Aseguramiento material y tecnológico

Finalmente, en una tercera fase de abstracción es posible, a partir de los subdimensiones obtenidas,
determinar los parámetros que ofrecen los datos concretos que describen las propiedades de la
actividad competitiva y que en este caso reciben el nombre de “indicadores”. Es importante acotar
que, si el ejercicio competitivo y los factores internos son coincidentes, entonces los indicadores que
se derivan de su simplificación describen sus propiedades y en consecuencia devienen referentes a
partir de los cuales es posible programar la enseñanza, el entrenamiento y hasta establecer referentes
para el proceso de selección, Véase su representación en la siguiente figura:
Fig. ¿? Operacionalización de los factores internos hasta los indicadores.
Dimensión Subdimensiones Indicadores
Duración real y total de las presentaciones
Tiempo reglamentario entre presentación y
presentación
Condicionados por la Cantidad de presentaciones para estar
reglamentación del entre los primeros
ejercicio competitivo
Duración aproximada de la competencia
Factores internos Limitaciones espaciales y temporales
(Ejercicio Criterio de efectividad de las acciones
competitivo)
Descripción de las Clasificación de las acciones
acciones que se aplican Estructura funcional de las acciones
Tipo de estímulo predominante
Definen el efecto en los Densidad de las cargas que representa el
sujetos participantes ejercicio competitivo
Carácter de los esfuerzos

A continuación, se fundamentan cada uno de los indicadores obtenidos:


Duración real y total de las presentaciones. En algunos deportes la duración depende del
desempeño de los competidores como las disciplinas de tiempo y marca; y en otros como los
juegos deportivos y de combata la duración total es aquella que está previamente determinada
por el reglamento, pero la duración real es la que se refiere al tiempo que dura objetivamente
el ejercicio competitivo considerando los tiempos de pausas entre los intercambios de los
contendientes, teniendo en cuenta que se interrumpe reiteradamente por parte de los oficiales
a fin de garantizar el cumplimiento de lo establecido en el reglamento, de cualquier forma se
obtiene un dato concreto relacionado con la resistencia específica.
Tiempo reglamentario entre presentación y presentación. En general existe una norma que
establece un tiempo mínimo reglamentario entre una y otra presentación. La consideración de
este tiempo mínimo reglamentario ayuda a determinar el tiempo máximo de descanso entre
una actividad y otra durante el entrenamiento de la preparación para la competencia. Sin
embargo, este tiempo es casi siempre indeterminado, por lo que es necesario hallar la
regularidad que permite calcular un promedio.
Cantidad de presentaciones para estar entre los primeros. Los tipos de organigramas que se
aplican en los eventos competitivos son muy variados, sobre todo teniendo en cuenta los
objetivos de las competencias donde tienen lugar, entiéndase eventos preparatorios, oficiales
o de entrenamiento, pero en los oficiales por lo general, la cantidad de presentaciones es un
dato regular, salvo que no se presenten todos los competidores previstos. Ese dato permite
acercarse a una idea adecuada sobre el volumen general de la competencia y las necesidades
de autocontrol y regulación.
Duración aproximada de la competencia. La duración de las competencias no parte de la misma
concepción, siendo muy variadas. Mientras para algunos se desarrolla en una sesión, para
otros puede durar varios días, pero de todas formas es una referencia de particular importancia
no solo para la selección del contenido, sino también para la programación del proceso.
Limitaciones espaciales y temporales. Se refiere al tamaño del área o las limitaciones de
desempeño, como en la pista olímpica o el que demarcan las cocheras en natación; en otros
deportes existen reglas que sancionan al que salga deliberadamente del área donde se
desarrolla el evento, como los de combate y arte competitivo. Por otra parte, muchas veces la
estrategia trazada guarda relación con la duración del ejercicio competitivo, y de igual modo
la percepción de la distancia entre los oponentes, los ángulos entre sus apoyos y en relación
con los límites del área son aspectos que complican y enriquecen el accionar táctico y la
proyección estratégica entre los adversarios.
Criterio de efectividad de las acciones. Se refiere al modo en que resultan válidas las acciones
realizadas, no solo desde el punto de vista de la reglamentación, sino además por la finalidad
de la misma, como sucede con aquellas que son defensivas, que no marcan puntuación a
favor, pero evitan que la marquen en contra. Este indicador es uno de los más importantes,
pues identifica el carácter y la finalidad de los deportes.
Clasificación de las acciones. Según el carácter de los deportes las acciones pueden ser cíclicas,
acíclicas y acíclicas variadas, pero también pueden ser de estructura simple, combinada o
poliestructurada. Esta consideración del carácter externo de los movimientos permite
seleccionar tanto los medios para el desarrollo de la coordinación, como... Además, las
acciones según la finalidad del deporte, pueden clasificar en ofensivas y defensivas
Estructura funcional de las acciones. La consideración de este aspecto, permite valorar cuáles son
las partes de cuerpo más comprometidas con el ejercicio competitivo, ella es el fundamento
de la selección de los medios más específicos para el entrenamiento de la fuerza y la
resistencia somática, en correspondencia con el repertorio táctico del deportista, lo que
permite inferir su importancia para la individualización de la preparación.
Tipo de estímulo predominante. Como es conocido el accionar del competidor transita
constantemente desde la percepción hasta la respuesta motriz. En ese arco reflejo la
percepción es la primera fase y la calidad de la misma determina en gran medida la efectividad
de la acción. Por eso, en la medida en que se conduzca mejor el proceso de especialización
de las percepciones, la conducta del competidor en la competición debe ser superior.
Densidad de las cargas que presenta el ejercicio competitivo. Se refiere a la cantidad de acciones
por unidad de tiempo. En ese sentido véase que la tendencia de los deportes de combate y
juegos deportivos es a disminuir la su duración e incrementar la frecuencia de acciones,
mientras que, en los de tiempo y marca y arte competitivo no existen pausas intermedias, por
lo que la densidad es máxima.
Carácter de los esfuerzos. Está claro que desde una simple observación no es posible determinar el
costo energético de la acción realizada. Sin embargo, su duración aproximada y la intensidad
con que se ejecutan ayuda a inferir si se trata de un evento de velocidad – fuerza, de velocidad
propiamente o de fuerza máxima, lo que da una idea del tipo de esfuerzo al que se debe
orientar la adaptación.
Nótese que los datos que se obtienen a partir de la valoración de los indicadores derivados de la
dimensión interna de la actividad competitiva (ejercicio competitivo) pueden servir de referencia para
programar el proceso de enseñanza, el plan de entrenamiento o fundamentar los criterios de detección
y selección de talentos.
Pero en cambio, si lo que se pretende es construir un modelo de preparación ajustado a las
condiciones propias o crear una estrategia de posicionamiento de alcance general, habría que
relacionar los indicadores antes expuestos con los que se derivan de la dimensión externa. ¿Por qué?

Dimensión Subdimensiones Indicadores


Factores Externos Sistema de clasificación
Medidas del área
Sistema de puntuación
Número de presentaciones
Reglamento Tiempo de descanso entre presentación y presentación.
Formas de sorteo
Divisiones y/o número de participantes
Otros según deporte
Registro de puntuación
Medios auxiliares
Innovaciones tecnológicas.
Vestuario
Instalaciones
Tipos de área competitiva

Bibliografía
Espinoza F. E. (Sep-2019) Las variables y su operacionalización en la investigación educativa.
Segunda partehttp://orcid.org/0000-0002-0537-4760. Conrado vol.15 no.69 Cienfuegos

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