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LECTURAS

Serie Hª del Arte y de la Arquitectura El PAISAJE


D!RECTORSS Juan Miguel Hernández Le6n y Juan Calatrava

Génesis de un concepto

JAVIER MADERUELO

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ISBN 84-96258-56-4
d~pósito legal M-25.062-2006

preimpresión AMPARO DíAZ-CüRRALEjO


impresión i.AVEL, S.A. LECTURAS DE PAISAJE
1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE

1.1 ÜRJGEN DE UN CONCEPTO

Por todas partes oímos hablar de <<paisaje». Esta palabra, cuya implantación
en el idioma español fue costosa, ha ido cobrando significados más o men~s
específicos en diferentes dominios disciplinares y profesionales sin haber
gozado de una clara delimitación epistemológica, dada la diversidad de cam-
pos de conocimiento en que se emplea. El que hoy la palabra paisaje forme
plenamente parte del lenguaje coloquial más cotidiano ha traído comÜ conse-
cuencia una extensión abusiva del término, que amplía los múltiples signifi-
cados·, y una expansión conceptual que ha desvirtuado su sentido y su conte-
nido originarios. Además, esta amplitud de significados ha permitido que,
con no menos ligerez;a, se haya extendido su uso innecesariamente en el
tiempo histórico y que hoy, no sin cierta dosis de frivolidad o ignorancia, se
emplee el término paisaje p.ara mencionar fenómenos que han sucedido' en
épocas en las que no existieron ni el concepto ni la palabra que lo nombra.
Este uso indebido no responde a una supuesta mala fe de historiadores y
narradores cuando aplican impropiamente la palabra «paisaje» en sus escri-
tos, sino a la inevitable traición que entraña el ejercicio de la traducción y,
sobre todo, al fenómeno de la actualización del lenguaje que se realiza cuando
se procede a la reedición de textos antiguos. Aunque éste es un tema que se
remonta al origen de la traducción, cada vez con mayor frecuencia se recurre
16 EL PAISAJE. GENESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 17

a verter los textos antiguos con términos actuales con el fin de hacer más fácil- Augustin Berque nos advierte ya de la existencia de malentendidos cuando
mente comprensible su contenido a lo_s lectores contemporáneos. En muchos escribe: «Las gentes (y comprendo aquí a los historiadores del arte, los etnólogos, los filósofosy
casos las palabras que mencionan objetos o situaciones actuales, aunque otros conocedores de la cosa cultural) creen de buena gana que todo ser humano goza de fo belleza de
1
posean raíces griegas o latinas, son fácilmente reconocibles como netamente los paisojes,y que la naturaleza en sí misma no puede ser más que bélla» • Efectivamente, las
actuales, así sucede con automóvil o teléfono que designan inventos de gen,tes, en general, creen una serie de tópicos cuyo origen podríamos rastrear
reciente aparición, pero se puede comprobar fácilmente que no todo el en el romanticismo; entre aquellos que están más arraigados se enCuentra la
mundo posee una idea tan clara de cuándo surgió el concepto paisaje y cómo universalidad del concepto de belleza unido a la idea de naturaleza. Una de las
se gestó la palabra que lo designa, por lo que ésta es empleada con enorme prinieras cosas que hay que hacer es deslinqar la idea de naturaleza del con-
prodigalidad al tr~ducir text_os de épocas en las que el término, simplemente, cepto de paisaje, con el fin de que términos como <<paisaje natural» no
no existía. Es más, una gran mayoría de las personas que disfrutan de cierto parezcan tautologías y que otros, como «paisaje urbano» o «paisaje indus-
,,nivel cultural. creen que el paisaje es un concepto universal o que los orígenes trial», no se consideren un contrasentido.
,:_ del término se pueden perder en la oscuridad de los tiempos. Pero el términ;"\ Los valores que ha conformado nuestra cultura consumista nos han con-
/'paisaje es una palabra moderna y, por lo tanto, hay que tratarla con cierta ' ducido a una «cosificación» del paisaje; sin embargo, el paisaje no es una
p~evención cuando i~· ~llCOilfi-"ii:ihos en textos, transcripciones o traducciones ¡ cosa, no es un objeto grande ni un conjunto de objetos configurados por
anteriores al siglo XVII y, por supuesto, cuando la empleamos en el uso con:! la naturaleza o transformados por la acción humana. El paisaje tampoco es la
temporáneo. naturaleza ni siquiera el medio físico que nos rodea o sobre el que nos situa-
En el caso que nos interesa aquí, el problema de la lectura o traducción mos. El paisaje es un constructo, una elaboración mental que los hombres
atañe a términos griegos, como tapia, latinos como prospectus, loca amoena, o a realizamos a través de los fenómenos de la cultura. El paisaje, entendido
palabras italianas como paese, que son traducidos voluntariosamente en la como fenómeno cultural, es una convención que varía de una cultura a otra,
actualidad con la palabra «¡)aisaje», induciendo, tanto en expertos como en esto nos obliga a hacer el esfuerzo de imaginar cómo es percibido el mundo;'
aficionados, ciertas confusiones que se han ido arrastrando y que resultan en otras culturas, en otras épocas y en otros medios sociales diferentes del
cada día más difíciles de deshacer. nuestro.
Para agravar esta confusa situación nos encontramos con que hasta en los Vivimos en un mundo en el que nos hallamos rodeados de objetos, cons-
más prestigiosos museos de pintura, en los más cuidados catálogos razonados trucciones, ambientes, etcétera. Habitamos en lugares muy diversos en los
de obras y en los más eruditos ensayos sobre historia del arte se udliza con que nos encontramos rodeados por multitud de escenarios diferentes en
frecuencia la palabra «paisaje» para titular dibujos y pinturas que, en los que desarrollamos nuestras actividades vitales, como son los espacios
muchos casos, fueron.realizados antes de que esta palabra empezara siquiera a domésticos, laborales, recreativos, deportivos, públicos, urbanos, rurales,
usarse. Estos títulos con los que ahora nombramos y reconocemos las pintu- forestales. Estamos, por lo tanto, constantemente sumergidos en «paisajes»
ras, desde luego no fueron propuestos por los autores de las obras, sino que cuya morfología diferenciamos y, como empecé explicando, utilizamos con
fueron generalmente otorgados a finales del siglo XVIII y, sobre todo, en el alegría el término paisaje para nombrar estos ambientes, distinguiendo entre
siglo XIX, cuando cuadros, grabados y dibujos fueron catalogados y descritos paisaje natural, paisaje rural, paisaje agrícola, paisaje urbano, paisaje indus-
por albaceas testamentarios o funcionarios de hacienda, quienes identificaban trial e, incluso, paisaje virtual o paisaje interior.
los objetos que inventariaban por medio de la adjudicación de un título des- Esta inmersión en el paisaje nos conduce a asegurar que pertenecemos a
criptivo que hiciera alusión a la supuesta escena temática de la obra. una «cultura paisajista». ¿Pero es que, acaso, hay culturas que no lo Son?
Lógicamente, la filología no era entonces una ciencia que tuviera utilidad Como ha señalado Augustin Berque, los hombres del primer mundo inter-
para el.albacea, el anticuario o el historiador del arte, y aquellos incorrectos pretamos e imponemos una visión etnocéntrica de paisaje pero hay, efectiva-
títulos. se fueron consolidando por el uso, ayudando así a generar una cierta mente, «culturas no paisajistas», Según Berque, «La historia, la lingüísticay la
confu~ión. Esto nos induce a comenzar este libro rastreando los orígenes del antropología han establecido irrefutablemente que la noción de paisaje no existe ni para todos ni
concepto y la utilización de las diferentes palabras que lo nombran, y plan-
teando cuáles son los sentidos y significados que en la actualidad posee el
Augustin BERQUE, «Paysage, milieu, histoire», en AA.VV., Cinqproposilionspourune the·oriedup~sage,
término paisaje. Champ Vallan, Seyssel, 1994, p. 15.
r8 EL PAISAJE. GÍ:NESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 19
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siempre» 2 • Las cuatro condiciones necesarias que Berque ha estable_cido empí- como sucedió con el Imperio Romano, que disfrutó de una espléndida litera-
ricamente y que él exige para que se pueda considerar que una civilización tura, denominada pastoral, en Ía que se describe el encanto de los lugaress y
posee una cultura paisajista son: primera, que en ella se reconozca el uso de construyó hermosos jardines creados para e_l placer y no para obtener de
una o rnás palabras para decir «paisaje»; segunda, que exista una literatura ellos alguna Utilidad productiva, pero, sin embargo, no llegó a generar una
(oral o escrita) describiendo paisajes o cantando su belleza; tercera, que exis- auténtica pintura de paisaje ni, tal vez lo más importante, poseyó una palabra
tan representaciones pictóricas de paisajes; y cuarta, que posean jardines cul- ~ ' específica para no'rnbrarlo.
tivados por placer 3. .~--- El que una cultura no llegue a necesitar inventar una palabra es algo más
Ciertamente algunas culturas no reúnen ninguna o casi ninguna de estas que -una mera cuestión lingüística que atañe al vocabulario, es algo que afecta
condiciones, es el caso de culturas muy refinadas, como la griega clásica, a su concepción del mundo. Por lo tanto, intentar entender de qué modo las
que, desarrollando una actitud esencialmente humanista, ha relegado a un civilizaciones sin paisaje ven el mundo es tan difícil para nosotros como para
segundo término todas aquellas cosas físicas que no son humaii-á.S;-·cQ'mo son ellos imaginar qué es lo que ahora llamamos paisaje. Algunas culturas de otras
J~. natur~~eza y sus creaciones. En la lit_~r~~ura grieg~ se a¡:irec_i~_una fuerte latitudes, por el contrario, muy pronto distinguieron varias palabras para
vocacióll d~ na~rar yiajes que se désarrollan ·alO'larg~ d~ u¡; archipiélago nombrar diferentes aspectos de la contemplación de paisajes, así como varios
fortiliido por cerca de tres mil islas, cada una de ellas con características géneros literarios, pictóricos y jardineros. Éstos son los casos de Japón y, muy
territoriales propias. Estas islas se hacen omnipresentes en la narración particularmente, de~na, en el seno de cuya cultura aparece por primera
homérica, así como en otras sagas literarias, sin embargo, es muy curioso vez el concepto pleno e inequívoco de paisaje.
comprobar cómo las islas no merecen la menor descripción siendo identifi-
cadas con parcos epítetos qU:e sorprenden por su economía expr'esiva. Así, se
habla de Ítaca presentándola en diferentes lugares del texto como «rodeada 1.2 VALORAR LA CONTEMPLACIÓN
de mar», <<escarpada» y, haciendo un alarde poético, corno «hermosa al
atardecer». A Ogigia se la califica de «rodeada de corrientes», a Zante de Como si la Historia fuera caprichosa en la elección de sus temas, podemos
«boscosa», a Asteris de «pedregosa en mitad del mar», pudiendo compro- _encontrar en Oriente un período, correspondiente a la dinastía china Han
barse que el calificativo «escarpada» que se aplica á Ítaca vale también para (206 a.C.-220 d.C.), que cronológicamente es casi paralelo al del Irnpe_rio
caracterizar sin mayores matices a Same y Quíos. La indiferencia hacia lo Romano eitOC:Cidente. Para la historiografía china, este período, corno para
que se halla fuera del hombre lleva a Hornero a mencionar algunas de estas nosotros el mundo romano, es uno de los mejor valorados ya que, según
islas no por sus características físicas o geográficas más tópicas, sino por sus ellos, en él se alcanzaron los mayores logros sociales, políticos y culturales 6.
habitantes, así Creta es la isla «donde viven los Ciclones» mientras que Eea es Al igual que le sucedió al Imperio Romano, la China de la dinastía Han fue
«la isla de Circe» 4 • atacada sistemáticamente por los «bárbaros-» y sus habitantes se tuvieron que
Aunque en griego no se encuentra ningún término que se aproxime af-\ ir replegando hacia el sur. En el año 220 cayó la dinastía Han y se descom-
concepto de paisaje, la retó1:.~~-ze~a llegó a destilar dos palaóras relacionadas \ puso el Imperio.
con la idea de «descripción del lugar», tgp!!grafa y topotesia, que se refieren res- ,}',J De la misma manera que el cristianismo se fue introduciendo lentamente
pectivamente a «lugar r~al» y «luga~ ficticio». Curiosamente, la retórica en el mundo romano, según fueron perdiendo fuerza política sus empera-
latina no dispone de ninguno para nombrar estos conceptos y tendrá que dores, el debilitamiento político de la dinastía Han, que condujo a la frag-
recurrir a la locución descriptio loci, que fue empleada para referirse al «lugar de mentación del imperio chino y a un confuso panorama entre dinastías del
los hechos» en los debates judiciales. norte y del sur, dando origen a estados legítimos e ilegítimos, trajo como
En otras cultui-as se han llegado ·a alcanzar dos o tres de las condiciones pro- consecuencia que el confucianismo, que fue la religión oficial, perdiera
puesta/ por Berque para poder considerar que poseen el concepto de paisaje,
5 Esta literatura tiene su origen en los Idilio! del poeta helenista Teócrito (315-250 a.C.) y cobu su
esplendor en las Bucólicas de Virgilfo (70-19.a.C.) y en el poema conocido como .&otus il/e... del Épodo
11, I, de Horado (65-8 a.O.).
2 !bid, p. 15.
6 Según ha bel Cervera, « ... los chinos se autodenominan gentes de Han, y su lengua e.sel idioma de Han, s6/o /DS
3 Ibíd, p. 16.
occidentales util~amos el término China para referimos a su país, nombre que deriua de fo dinastía Quin (pronunciado
4 Los términos en esparlol citados han sido tomados de la traducción de José Luis Calvo Martinez en
chin)». En Isabel CERVERA, E/Arte chino, Historia 16, Madrid, s.f. [1989]. p. 54.-
HOMERO, Odi1ea, Editora Nacional, Madrid, 1983°.
~o EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 21

fuerza y desde la India se fuera introduciendo el budismo, que predica la Veinte años más joven, Xie Lingyung (385-433) 'era un personaje totalmente distinto. Nacido
renuncia a las vanidades del mundo. La quiebra de las instituciones y la des- en una familia ilustre, arrogante_ e indisciplinado, .ru vida transcurre en medio de la magnificencia,
confianza generada por las guerras civiles tuvo como consecuencia la pérdida entre la capital (la actual Nankín)y sus propiedades en las afueras de Shaoxing: Allí es donde escri-
del sentimiento de colectividad, ~o que se tradujo en un fuerte.individualismo bió los primeros poema_!_P.~.C!.É-ial!)e!JJ_~_pg._!~aj_ísticos de la literatura mu!l;~ial. '
que propició el auge del Taoísmo, cuyos ideales remiten a ~aturaleza más Uno de estos poemas descn'be una camin--;fa Po-;~;·;_~nÚ;·k~-~iji. Hacia ~j fin~l del terto Xie
que al or~~gcial. El tao~ r~spondió a una crisis na.éÍonal y se convirtió Lingyung escri?e esta frcise: 'El S.:!!_timi'i"Ptq;:·~'fri:z71?s del gusto, crea la belleza'. Podemos considerar
en la religión autóctona de la salvación individual. estas palabras como el acta de nacimiento del paisaje. En-efias se 'trata, en efecto, explícitamente del
En este contexto de cambios sociales y religiosos se desarrollará un fenó- sentimi'ento de belleza que se experimenta ante el espectáculo de la naturale_za. Y esta be/le.za tiene
meno, la práctica del «retiro en la naturaleza», que dará origen al descubri- que ver más con la mirgdn._que se dirige a las cosas que con las cosas mismas: es el sentimiento (qing)
miento del paisaje como tal. Este tipo de retiro es una actitud que adoptaron . lo que crea (wei) lo bello (mei). Dicho de otra manera, si la naturaleza se convierte en algo bello
10
algunos hombres ilustrados que, al caer en desgracia, querían.manifestar su agradable de mirar es porque la miramos como paisaje» •
desacuerdo con el nuevo régimen. En su soledad, estos eremitas se despren- En chino existen varias palabras para nombrar el paisaje, cada una de ellas
dieron de las constricciones del pensamiento moral y político del confucia- expresa un matiz específico, sin embargo, el término más genérico, que
nismo, para empezar a considerar la belleza de la naturaleza e~.s_f_r.nisma. Pero incluye a todos los demás, es shanshui, palabra que surge de la contracción de ~L"•

a la vez, la bú~;~idU.a1 f~v~·;~-~ió--~;·~ -¡Af~·~-~;~tividad en nuevos(''. dos sinogramas shan (montañ~y¡ui (agua, río), que son, por supuesto, muy
tipos de arte, entre ellos la caligrafía, que desarrolló tres estilos de escritura y antiguos, muy anteriores a shanshui (paisaje) en cuanto tal.
la práctica de nuevas formas P~éticas. <<Fue en este momento cuando el papel, la tinta, el Como ha señalado Xavier Bentué, el concepto «montaña-río» evolucionó
tinteroy el pincel se perfilaron como los instrumentos básicos para el desarrollo de la caligrafia» 7. durante el siglo V hacia el término «mo_ntañas y valles»n que se consideró
Baste recordar que en la China clásica el gran arte fue la caligrafía y que la más oportuno para contener todas las p;sibl~s variedades de paisajes. «'Mon-
pintura, según el literato Cao Zhi (192-~32), se había desarrollado a partir de tañas' hacía referencia a todo lo geográficamente elevado. 'Valles' se refería a todo terreno bajo, llano
8
la escritura como mera ilustración de ésta . El paso de la caligrafía a la pintura y muchas veces con presencia de agua. Todos los seres que habitan lo elevadoy lo profundo quedan
12
se realizó al trasladarse los conceptos y los gestos de la escritura a la represen- incluidos en estageneraliz.ación simbólica» .

tación plástica, lo que fue posible gracias al carácter ideogramático de la escri- Pero aún antes que la poesía, el arte de laj~~~~ría en Oriente había tra-
tura china. ·-~---- · · tado y transformado ya l~ga;es y parajes para convertirlos en paisajes. Los
Pero una vez más tenemos que volver a citar a Augustin Berque, a quien orientales habían sabido disfrutar de su contemplación, ya que la jardinería
'1
seguiremos en la exposición de los próximos párrafos, porque él ha dedicado J~ñChina y en Japón no sólo había desarrollado la idea de jardín como repre-
un gran esfuerzo a rastrear y esclarecer cómo se produjo el nacimiento de la sentación de un lugar, sino los jardines creados para la delectación visual de iV'I
idea de paisaje en la China antigua 9• Berque describe así cómo aparece el un entorno en el que la topografía, los cauces de agua, las especies vegetales y..,,__,/'?
interés estético por el paisaje en la China de aquella época: «Dos poetas desempe- las rocas han sido compuestos para producir efectos visuales y han sido dís- (,_ ~ ·'
ñaron a este respecto un papel fandacional. El primero, Tao Yuanming (365-4!¿7 ), era un fan- puestos para formar conjuntos que serán contemplados desde miradores y
cionario de rango med1'0 que un día decidió abandonar la ciudad para establecerse en el campo, al puertas, ventanas y celosías, que enmarcan determinadas vistas de una natura- :,. 1

pie del monte Lu. [. .. ]Vivir en l?s campos es pa.ra él~~ i~e~_I ~tico. m_'!!__q_~e estético; sin embargo, )eza que ha sido alterada con el único fin de producir sensaciones en sus con-___/
éticay estética resultan aquí"iiisfPa~~bk~: ---~-·-- · · ·- .- -- ... ---·- __ _, templadores, e
El diseño de puertas y huecos abiertos en los muros que rodean los jardi-
Isabel CERVERA, El Arte china, op. d!., p. 76. . nes chinos llegará a ser, a su vez, un arte más específico dentro del de diseño
8 Cfr. Sabine HESEMANN, «China:,>, en Gabriele FAHR- BECKER (ed.), Arte osüflírn, Konemann, Colonia,
1999, p. 109.
9 Véase iil respecto las siguientes publicaciones de Augustin BERQUE, L~s roiSOI!> du P'!Ysage. de la Chine antique IO Cfr. Augustin BERQUE, «En el origen del paisaje», en Revista de Ocádenle n° 189, febrero 1997, pp. 7-2I.
auxen~'ironnementsdef)'nlhe>e, Hazan, París, 1995, pp. 71-102. -, «Paysage, milieu, histo_ire», enAA.W., n En realidad, en chino no existen nj el artículo ni el plural, por lo que algunos autores escriben en
Cinq propasitíanspourune thioriedu pqyiage, Champ Vallon, Seyssel, 1994, pp. 13-29- -, «Ethique et esthéti- plural lo que otros expresan en singular, en este caso respeto el término en plural tal como lo trans-
que de l'environnement: la lumiere re peut-elle venir d'Orient?», en Critique, n° 577/578, junio- cribe Xavier Bentué.
julio 1995, pp. 421-436. -, «El nacimiento del paisaje en China», enJavier MADERUELO (ed.), El I2 Xavier BENTUÉ ALONSO, Las jardines de China. De la aprorimudón a la nuluruleza a uno conc~pción profunda de/jardín
Paisaje, Diputación de Huesca, Huesca, 1997, pp. I3-'2I. -, «En el origen del paisaje», en Reuisia de (2000), aún sin editar, p. IOQ. Agradeuo aquí al autor el envio de la maqueta de su libro antes de
Occiden!e n° r89, febrero 1997, pp. 7-'2!. editar y el permiso para utilizar esta cita.
EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO
1: LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 23

de jardines. Así las puertas con forma de flor de loto o las puertas «de la
obra pictórica. En esas notas describe cómo eran los barrancos cubiertos de
luna llena» (de forma circular), aquellas que están delimitadas por siluetas nubes, con caminos y cascadas, ejecutados con gran detalle, sin olvidar men-
caprichosas o las que se hallan clausuradas con celosías de compleja tracería, cionar los animales salvajes que beben en el agUa. No se trata, todavía, de un
imprimen un carácter poético a este tipo de aperturas en los muros,- cuyas paisaje autónomo sino de un escenario para enmarcar unas figuras, que
formas ponen en evidencia la ausencia de otra función que no sea la mera- representan un maestro taoísta con sus d1Sc1pu os .
. . j •S
mente contemplativa 13 • A través del diSeño y la construcción de jardines, los Durante el período Tang (618-907) la pintura de paisaje estaba ya total-
_ chinos fueron los primeros que cobraron consciencia del interés de los efec- mente consolidada como género autónomo; entonces se configuraron dos
tos de luz y sombra y los primeros que valoraron estéticamente los cambios tipos .de pintura paisajista: el Verdey dorado, de carácter claramente decorativo,
de textura, de luminosidad y de colorido que adquieren las plantas en ~as en el que se utilizan fundamentalmente los colores azules y verdes, contornea-
distintas estaciones anuales. dos con oro 0 marrón rojizo; y el 1Í"ntay aguada, caracterizado por su tonalidad
La existencia de paisajes pintados es otra de las cuatr·o condiciones mono~roma y por su ejecución, con tinta china aplicada en trazos vigorosos y
impuestas por Augustin Berque para que podamos hablar con propiedad de contrastados que definen los contornos de unas figuras completadas a la
la existencia del concepto «paisaje» en una cultura. En China, la pintura aguada. ~ste último fue el género practicado por Wu Daozi y Wang Wei, artis=j 7
como arte independiente no comenzó a ser considerada hasta que aparece la tas considerados como los creadores de un tipo de pintura de paisaje practi.:J ( ,,,
figura de Gu Kai~hi (346-407). Como es sabido, la pintura china no se pre- cado como experiencia individual.
senta en forma de murales ni cuadros sino en rollos de seda pintada con Como muestra, veamos el caso de Wang Wei (699-761), personaje que
tinta china 14 • El formato oblongo de los rollos, que se despliegan para per- ejerció como letrado de la corte y asumió diferenteséargos-oficiales a lo largo
mitir su lectura, es un signo inequívoco de la primitiva dependencia que la de su vida. La muerte de su mujer le hizo abandonar la corte y convertirse en
pintura tiene del arte de la escritura y refuerza el. carácter_ narrativo y des- monje budista. La contemplación le condujo por los caminos de la poesía y la
crip~ivo _del.arte pictórico. -~--- ------ .. ·--~
pintura. Él mismo se consideraba mejor poeta que pintor, sin embargo, se le
El soporte de seda de los rollos, que es muy f:fágil, no ha permitido que considera e] fundador de ]a escuela pictórica del sur, basada en el uso <le la tin :_,
hayan llegado hasta nuestros días pinturas originales de épocas tan primitivas ta negra. En cualquier caso, es la poesía contemplativa la que le induce a la \·
como los siglos IV y v, aunque conocemos la obra de Gu Kaizhi y de otros representación de paisajes en los que muestra vistas de su pueblo natal Wang :
1
pintores gracias a las copias que de sus modelos se realizaron en sig~os poste- Chuan, que realiza con la técnica de la agua~a aplicada a g~lpes de pince~ para /
riores. Las pinturas de este artista tenían un carácter narrativo, como el de la
escritura de la que provienen, y representaban figuras budistas que se repiten innovador tanto en la técnica como en el tema .
,,
conseguir plasmar las texturas de la materia, creando as1 un nuevo genero)

formando sucesiones de escenas. Este nuevo género d~ la pintura de paisaje no es casual ya que Wang Wei,
Lo curioso es que en estas primitivas pinturas, que coinciden en el tiempo además de pintar, escribió Un tratado titulado Fórmulas para el paisaje, donde
con el momento en que los poetas Tao Yuanmingy Xie Lingyung están des- manifiesta sus opiniones sobre la manera de conseguir una atmósfera real Y
cribiendo sus emociones sobre el paisaje, los pintores empiecen a preocu- una composición equilibrada en la pintura. Desgraciadamente, ninguna de
parse también por él. Cu Kaizhi pintó :un rollo titulado Hua yuntaishan ji sus pinturas sobre seda ha sobrevivido, pero por las descripciones literarias,
1 (Montañas de Yuntai) en el que se muestra lo que podríamos calificar de por los testimonios y por copias de sus obras, se puede inducir que se trataba
,_ paisaie _.~ísta. Este rollo no ha llegado hasta nosotros, pero el propio ~rtista de lo que hoy llamaríamos «p~eccJ.g_~~~~-~~imentales», lo que convierte
que, como todo pintor chino culto, ejercitó también el arte de la escritura, sus obras pictóricas en indiscutibles paisajes y confirma que en su época, en
nos ha dejado unas notas explicando de qué manera había compuesto esta el siglo VIII, el concepto de paisaje está ya totalmente consolidado en la cul-
13 La importancia de las puertas y' las ventanas para contemplar los jardines se pone claramente de mani- tura china.
fiesto en el tratado de jardinería deji Cheng (!634), donde, en el volwnen_III, dedica un capitulo a Aunque he tomado a Wang Wei como ejemplo, no se trata de un caso ais-
las pq1ertas y las ventanas. VCase: Ji CHENG, foa~e /etraitidujardin (1634). Les Editions de l'lmprimeur,
Besano;on, 1997, pp. 213-229. . lado17 ni en su época ni en las dinastías siguientes, durante las cuales el paisaje
14 Las pinturas murales si existieron en la antigua cultura china, pero tienen un carácter fune.rar10 y
ritual, que no es decorativo, y se hallan en el intedor de las tumbas. En otras ocasiones las p1~turas
r5 Cfr. Sabinc HESEMANN, «China», op. cit., p. no.
murales están supeditadas a la decoración de elementos arquitectónicos, como relieves en pilares,
16 Cfr. Isabel CERVERA, E/ArtHhino, op. cit., PP· 95-96.
jambas de puertas y frontones, careciendo de función representativa. r7 En su Cpoca fueron también muy famosos pintores de paisaje como Wu Daozi, Zhou Fangy Han Gan.
24 EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAJS¡\JE 25

se afianzó como género hasta desplazar a los demás tipos de pintura, llegando una nueva palabra nos acercaría a la idea del «aspecto de un territorio» o las
hasta nosotros la idea de que la pintura china es eminentemente paisajista. características que le definen como modelo, como país.
Entre las lenguas de raíz latina, el primer idioma en el que cristalizan los
términos para nombrar un territorio y la especificidad de sus vistas es el ita-
l. 3 Los NOMBRES DE LUGAR liano, donde se generan los té:t:minos paese y, por derivación, paesettoy paesaggi¿;\ ir¡;, .;-':.'""'
con el mismo sentido que tendrán las palabras francesas PC!Ys y P'Dlsage. En ei-J .~S 1 "·

Hay que recordar que el concepto sobre el que queremos saber tiene en Vocabolario Toscano dell'Arte del Disegno, de Filippo Baldinucci, editado en 1681, está ·.
f-~"'· ~ :..c\-

Europa dos raíces lingüísticas diferenciadas. Una:, que es germánica, dará perfeétamente definido el término paese en su forma plural para referirse a los
origen a términos como Landscha.ft en alemán, landskip en holandés o landsccpe paisajes 19 • . ·;;..,/~f. "/~· 7 :-'·("
en inglés; de la otra, que es latina, derivan palabras como pae.saggio en:-úa- Como es sabido, estas lenguas romances provienen del latín, por lo que
liano, pcgsa~e en francés, paisagem en portugués y paisaje en esp~-ii_~l~--Estas dos para comprender la evolución del término será necesario rastrear el origen de
raíces defl"otan no sólo u~; 'diferente constr{icéfóii gramatical, según los esta raíz común de la que derivará también la palabra paisano, paisanaje, etcétera.
distintos hábitos lingüísticos de dos zonas geográficas, la de los países del Esa raíz latina la encontramos en el término pagus que se puede traducir al
norte y la de los del sur, sino que, como mostraré más adelante, correspon- español como aldea, distrito o cantón, y en p~s con el que se nombra al
den también a dos modos distintos de entender, ver y representar el aldeano, al rústico y aquello que pertenece a la aldea o al campo. De paganus
mundo. surge también el término paisano, en el sentido de aquel que no es militar. El
El término Landschaft en alemán está documentado desde el siglo VIII, sin ablativo latino de pagus es pago, que hace referencia a las cosas del campo y de la
embargo, entonces y hasta el Ren~cimiento, este término significaba sola- vida rural. Pqgo, con su forma latina inalterada, es una palabra que aparece en
mente «región» o «provincia». El Landschaft o Lantschaft alemán no se refería documentos españoles desde el año IIOO y que aún perdura para referirse a
originalmente a una vista de la naturaleza sino a un área geográfica definida una tierra o heredad, especialmente cuando se trata de viñas u olivares. Pero,
por unos límites políticos. A finales dei siglo XV, la tierra que se halla situada con el paso del tiempo, el término pago, como expresión de la idea de lugar,
alrededor de un pueblo se denominaba Landschajt, un significado que todavía fue dejando paso a la palabra}!!!..~! que expresa las ideas de región, provincia o r'-' --~ ~.
sobrevive en algunos lugares concretos, como en el cantón suizo de Basilea. territorio y que, junto a nación, son las acepciones que actualmente posee el
Así, en las xilografías que muestran vistas de ciudades en la Crónica de Nuremberg término pats. -
(1493) de Hartmann Schedel
18
cada ciudad se presenta con su contorno· y ese Como muy acertadamente señala Francisco Calvo Serraller, «El término pago,
territorio rural adyacente podría designarse el Landschaft de la ciudad. Por lo si bien siempte vinculado a la vida rural, en nuestro idioma tuvo fuertes connotaciones utilitarias,y
tanto, el moderno significado de este término se ha conseguido, no a través de ello nos queda i:Jemplo en un verbo que nadie ignoray todos usamos continuamente, que es 'Jmg!ir'.
de una transformación o evolución de su ortografía, sino de un desplaza- Y es que durante la Edad Media la m~orp~rte de la actividad económica tenía como punto de refe-
miento en su significación. rencia el campo.y esto no sólo por las operaciones de compraventa de terrenos que pudieran darse o
El término inglés land significa tierra, entendida como parte sólida de la el predominio de una economía de subsist,encia basada fundamentalmente en el sector primario, sino
superficie terrestre, como terreno o terruño, cobrando en plural el sentido también porque era en el campesino en quien recaía la m'D1orparte de la carga tributaria, que se tra-
de «bienes raíces». En cierto modo, este término está, por lo tanto, unido a ducía en los diezmos que tenía que pagar religiosamente a la Iglesiay en los impuestos que le cobrab.q__
la idea de propiedad del suelo. Con el tiempo, este sentido se extenderá tam- su señor. &í, el verbo 'pagar', que tan comúnmente uti/i;;:.amos, se ha instalado en nuestro lenguaje 'i
1

bién a la idea de país, dominio, zona o reino_, según se afianzan estos concep- como recuerdo... inconsciente de una época en la que cualquier actividad económica tenía que ver con ,---!
tos. El su_fijo scape es una derivación del termino shape, en el que la letra h se ha los bienes rústiCos, con la tierra». Y añade más adelante Calvo Serraller: «Cuando se
convertido en c. Origi'nariamente, shape significa forma, en el sentido de con- tiene que pagar la tierra, es evidente que no puede ~stir ni país ni paisc!Je. Alguien que está agobiado
torno (J?¡o de estructura) y se puede interpretar también como «aspecto» o por sacar rentabilidad a la tierra no puede contemplar con entusiasmo su belleza;y así nos lo prueba
«modelÜ». La contracción de estos dos términos, land y scape, para construir la historia de la apreciac~?n estética_ de la naturaleza. ,Hace falta que el hombre s_e libere de_ esa carga
~- : , : '"' ,;, .. , "';-¡-- ,.., -,°"º"" }. r.

18 Es interesante hacer notar que Hartmann Schedel imprimió su «Crónica:t>, que consta de 645 graba~
19 «Poesi. Appresso i Pittori so no que/la sor/a di pitturn, che rapresrntana campagne aperte, con alberi,fiumi, mon!i, e pioni, &altre
dos, e''n el taller de Wolgemut, en los años en que estaba allí de aprendiz Alberto Durero, y que el
cose de campagna e uillaggio», en_Filippo BALOlNUCCI, Vocabolario Toscano dell'Arte Je/ Disegrw ... , Accademici della
Crvsca, Florencia, 1681, p. n6. Ed. facsímil: S.P.E.S., Florencia, o.a. [1981].
impresor de estas láminas en las que se mostraban Land.chaften fue su padrino Anton Koberger.
EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO
1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 27
onerosay pueda mirar a su alrededor sin la preocupación de que una tonnenta o la sequía arruinen que intentan insinuar una ubicación o denotar un ca'rácter, como lugar cerrado
su economía para que pueda realmente recrearse en fenómenos como la lluvia, el crepúsculo, la o abierto, y de cuyo contexto y localización emana una parte del mensaje. -....
aurora o la variedad de lucesy tonalidades que d1an las estaciones a su paso. Es necesario sf!sasirse En italiano, que sill duda es la lengua que desarrolla el vocabulario más \
de ese sojr.agamiento que significa estar pensando_~~.!? r:n~~bilidad para que su~a la idea del"paísy específico y rico para referirse a la pintura, a los cuadros de «historia» se loW t ..J
del paisaje. Y de hecho -y ésta es una de las mU~hasy extraordinarias lecciones que nos ofrece el aná- reconoce por los temas que en-ellos se representan; así, se escribía en inven-
lisis de la lengua- cuando en castellano se utiliza el término 'pago' ligado a las grandes servidumbres tarios y relaciones frases como «un Sileno» o «Nostra Donna che va in
que tiene el hombre respecto a su supervivencia, no h<g posibilidad alguna de que se produ;:..ca, noya Egitto» para referirse a cuadros en los que, respectivar.b.ente, se muestra un
una contemplación, sino ni siquiera un mínimo interés respecto a .aspectos no utilitarios del entorno. caract~rístico sátiro viejo.º la escena de san José y la Virgen sobre el borriqui-
La naturaleza tuvo que d~ar de ser perentoria para la vida del hombre para que a{guien transformara f l llo huyendo hacia Egipto; sin embargo, a mitad del siglo XVI no existe una
el 'pago' en 'país' o 'paisaje'» 20• palabra específica que sirva para mencionar los fragmentos paisajísticos.
Esta transfor_mación se empieza a producir cuando se toma concieri.cia de 22
Vasari, en 1550, utiliza los términos paese, paesi y verzure • ·__....;
las características diferenciadoras de los pagos, es decir, de los distintos luga- En español, esos espacios que quedan entre las figuras, o que se perciben a
res. Aquel paisano o aldeano medieval que ha nacido, trabajado y agotado sus través de una puerta o ventana, recibieron los nombres de «fondos» o
fuerzas en un mismo pago 21 , unido a la aldea en la que ha vivido y morirá, «lejos». Con estos términos se resuelve en la pintura el problema de nom-
sin haber salido jamás de los límites visuales del valle en el que habita, no brar esos fragmentos pictóricos, que no necesariamente ejecutaban los maes-
puede llegar a tomar consciencia de país porque él pertenece al lugar con- tros, y que han ido cobrando progresivamente más interés plástico hasta
creto en el que está arraigado, como lo están los árboles o las montañas que reclamar una especificidad y llegar a convertirse en género autónomo.
permanecen inevitablemente ahí, formando un conjunto inseparable. Ade- Pero veamos qué opinión merecen estos «fondos» o «lejos>>. Alonso
más, esta dependencia del hombre rústico con respecto a la tierra estaba López Pinciano (1547- 1628), en su Philosophía antigua poética, tratado de teoría
relacionada con un sistema de propiedad según el cual las vidas y hacienda literaria basado en Platón, .Aristóteles y Horacio, comparando las descripciones
pertenecían por completo al señor feudal, quien podía disponer del pago y literarias con la pintura, dice «... me parece a mí que los episodios son los montes, lagos,
de todos los bienes que en él hubiera, así como de los frutos, animales y per- arboledas que por ornamentoy sin necesidad los pintores fingen alrededor de aquello que es princi-
sonas que produjera. pal en su intención... » 23• De esta frase se desprende claramente que se acusa a los
lqos pictóricos de ser ornamentales e innecesarios por separarse de lo «prin-
cipal en su intención» que es, sin duda, la historia humana o divina que la
1.4 DE LOS PAÍSES A LOS PAlSAJES pintura debe describir.
Vicente Carducho, en el «Diálogo cuarto» de su tratado titulado Diálogos de
Como vemos, los conceptos no surgen de una forma ni inmediata ni espontá- la Pintura, publicado en Madrid en 1633, cuando quiere referirse al disfrute de
nea, los términos para nombrarlos tampoco. En esta génesis del concepto pai- un paraje .real situado a orillas del río Manzanares, parece no querer utilizar
saje tiene también algo que decir la manera de ser representados esos pagos y el término leras (lejos), palabra de la que, por otra parte, se sirve en otros
países en los cuadros. Si comparamos las pintura bizantina y medieval con los momentos de su diatriba, y ante la falta de un término exacto que sirva para
cuadros renacentistas, veremos cómo se va pasando paulatinamente de la repre- nombrar un lugar real y concreto (no un fragmento de un cuadro, donde
sentación de unas imágenes sin ninguna ambientación, cuyas siluetas aparecen sería perfectamente pertinente servirse del término lejos), tiene que recurrir a
recortadas sobre fondos dorados o intentan toscamente un conato de ambien- formar la frase <<bellos ped~~~~j.e Paises». La composición lingüística
tación por medio de la inclusión de imágenes aisladas de carácter si:riibólico empleada por Carduch9, desde el punto de vista filológico, es particular-
que, de forma esquemática, representan un árbol o unos animales, a pretender mente interesante ya q-J.e explica de una manera asombrosa la génesis del
ambientar estas mismas imágenes de Cristo, la Virgen o los santos en lugares
¡'
22 En Giorgio Vasari podemos leer frases com.o «... ¡¡/cuni tedeschi eccellenti pitio~ di P.ª~'. e 11erzure: !• ~oc o m~s
20 Francisco CALVO SERRALLER, «Concepto e historia de la pintura de paisaje>>, enM.W., Laspaisaje!del
adelante expresiones como « ... con un paese fontana». Giorgio VASARI, Le 111te dei pm eccellenti pittori, se u/ton e
Prado, Nerea, Madrid, 1993, pp. II~I2. '
architeití (!550), Newton Compton, Milán, 1991, 1993'. PP· 1286 y 1287, respect_ivament~. .
2r El Diccionario de la Lengua Española, en su vigesima primera edición, señala que en Río de la Plata y
23 Alonso LÓPEZ PINCIANO, Philasophiaaniiguapoelica (!596) (ed. A. Carballo), Consejo Supenor de Investi-
Perú, Pago es el «Lugnr en el que ha nacido o ffiá arraigada una persona».
gaciones Científicas, Madrid, r953, Il, 7.
EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 29

moderno término paisaje en español. Además, el hecho de que sea precisa- de la frase se refiera precisamente al concepto de paisaje, que la fórmula
mente Vicente Carducho quien utilice esta fórmula y no una palabra concreta «bellos pedazos de Paises» explique cabalmente la idea de paisaje.
tiene un interés añadido·, ya que en su tratado muestra un enorme conoci- Así lo entiende un ·siglo después el Diccionario de Autoridades que en su edición
miento sobre los nombres y términos referentes a las artes, mencionando de 1737, citando a Palomino 27 , recoge por primera vez el térmi!J.O ,P--ªÍMJgf (sic)
28
incluso su relación y corrección con respecto al italiano, dedicando a este definiéndolo como «un pedazo de país en la pintura» . Aquí, la valoraciÓn
asunto el «Diálogo octa_vo», ·en el que sorprende al lector por su variedad y estética está implícita en éTté'.riiiíllO pl:O:tura;S'i'i:;_..q~e, por el momento, paisaje
2
dominio del léxico 4::;;;\...- defina las bellezas del lugar físico que sigue siendo nombtado como país. Esto
Carducho, qúeé~~{t;tliano de nacimiento , se eiicuentra en una disposi-
25
nos conduce a otra idea muy interesante: que~~ntura ~~uien ~gseña a ~
ción inmejorable para expresar una idea nueva (la de paisaje) para la .que valorar las delicias Y. ~E;!licl~Q.es.de. lanatur.aleza.
entonces no existía aún en español una palabra concreta que la nombrara. El téi'mino español «paisaje» no está documentado hasta el año IZ.<?_8 29
Carducho ha necesitado estudiar la mecánica y el vocabulario del segundo y, según el Diccionario crítico--éti~ológico castellano e hispánico, no aparece en fut'ores
idioma de forma lógica y no intuitivamente, como hacen los niños, de aquí el anteriores a Góngora, Villaviciosa y Balbuena. Sin embargo, contra este
cuidado que muestra en el empleo del léxico y el carácter analítico del com- dato de Joan Corominas esgrime el antropólogo Julio Caro Baroja que
30
puesto léxico que utiliza en su libro. Lope de Vega «utiliza la palabra 'paisajes' aludiendo a ámbitos naturales» y que «Cer-
31 32
Como indica el título completo de su tratado, Diálogos de la Pintura, su defensa, vantes en La Gitanilla alude a 'cuadrosy paisajes de F7andes'» . El eminente antropó-
origen, esencfo, definición, modosy diferencias, esta obra muestra el arte de pintar y lo logo Julio Caro Baraja es víctima aquí de una de esas «actualizaciones» que
hace a través de unas conversaciones entre un hipotético maestro pintor y su denunciaba al principio de este ca¡)ítulo, ya que en la edición crítica de las
discípulo. Por el contexto del diálogo al que me refiero se intuye que lo 'que Obras Completas de Miguel de Cervantes, editada por Florencío Sevilla Arro-
Carducho quiere explicar por boca de la figura del discípulo es la idea de llo33, en La Gitanillo, aparece la frase citada por Caro Baraja de la siguiente
«paisaje real», pero carece de una palabra concreta en castellano, por eso manera: «Por dorados techosy suntuosos palacios estimamos estas ba1Tacasy movibles ranchos;
tiene que recurrir a explicar con varias palabras aquello que desea transmitir y por cuadrosy países de Flandes, los que nos da la naturaleza en estos levantiscos riscosy nevadas
lo hace utilizando la expresión ·«bellos pedazos de Paises». Aparece en este peñas, tendidos pradosy espesos bosques que a cada paso a los ojos se nos muestran» 34 . En la
compuesto léxico la palabra países, de la cual, como he indicado, derivará el edición que menciono, aunque se ha corregido la ortografía adaptándola a
moderno término paisaje, pero acota que no se trata de todo un país, de la la actual, se ha conservado la palabra «países», tal como la escribió Cervan-
extensión de toda España o de toda Castilla, a las que se les podría aplicar con tes. Sin embargo, esta frase tiene un alto interés porque pone en evidencia
toda propiedad el término país o países, sino de unos «pedazos», es decir, del 1 , que si bien :O.o puede disponer aún ~~?tes de un término tan específico
un lugar más concreto, en este caso la ribera del río Manzanares, que es el ,•, 0 K como paisaje, en el temprano año de r6r3 comprende ya plenamente el i ·~ {t-
r o 1/
objeto de su descripción, de un lugar acotado a los límites de la mirada qu:J ·',- 'F nuevo concepto y conoce el género picróñCo, pues los cuadros que se pintan
alcanza a ver la «... espesura de alisos, saucesy chopos ... ». Pero hay algo más, sigue _ , ., '· ..- en ~l~, caracterizados por su representación minuciosa de «pais~>,
escribiendo Carducho « ...ya la sombra de las ramas bebiendo reflejos en cortezas de ála- O '"
mos,yya en los resplandores lavando arenas, que retofando están con los plateados pececi- (;"" 27 Antonio PALOMINO DE CASTRO YVEU.SCO (1655-1726), pintor y tratadista autor de Parnasoespoñol pin-
25
/los ... » , cualidades que le inducen a calificar esos parajes con el calificativo de toresco laureada (El museo pictórico), 3 vols., Madrid, r715-1724, Aguilar, Madrid, 1947
28 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, DicdonariodeAutoridades (ed. facsímil, Madrid, 1737), Gredas, Madrid,
«bellos>>. Es precisamente esta·valoración estética la que hace que el conjunto 1990 (3 vols.), V, p. 80 a.
29 Vease:Joan COROMINAS yJ.A. PASCUAL, Diuionoríocnlico e!imalógicocastel/ana e hi5pdnico, Gredos, Mitdrid,
r98r. Los términos país y paisaje no aparecen en el diccionario de Sebastián de COVARRUBIAS; Tesoro de la
24 Vicente CARDUCHO, Diálogos de la Pinturu, su defensa, or(g'en. esencia, definición, modosy diferencias (r633), ed. de lengua castellana a española, ní en su edición de 16II ni en la de 1674. Vease la ed. a cargo de Martín de
Francisco Calvo Serraller, Turner, Madrid, 1979, pp. 379-395. Riquer, Horta, Barcelona, 1943.
25 Vicente Carducho CVincenio Carducd) nació en F1orenda el 6 de agosto de 1576 y llegó a España, en 30 Pero no dice en que obra ha leído esta palabra en Lope de Vega, quien vivió entre r562-1635, por lo
compañía de su hermano Bartolome, en el año 1585, cuando contaba nueve años. En España_ vivió en que se ha he~ho imposible comprobar o refutar esta aseveración.
el drcUlo de artistas italianos que, como su hermano, habían sido contratados para trabajar en el 31 La Gitanillo, primera d.e las No~elos ~jemplores, se publicó en Madrid el año 1613.
monasterio de El Escorial hasta que en r599 se independiza. Su dominio de la lengua española fue 32 Vease:Julio CARO BAROJA, Arle Visoriayatrai-lucubracim1espictóricas, Tusquets, Barcelona, 1990, p. II2, no
posterior al del italiano, lengua materna que conocía en sus aspectos tecnico-a.rtísticos y que no dejó siendo creíble que una adaptación editorial haya operado en sentido contrario, sustituyendo las pala-
de utilizar y leer durante toda su vi.da, corno lo atestigua la gran cantidad de libros en ese idioma que bras originales por otras mas antiguas.
poseía a su muerte. 33 Miguel de CERVANTES, Obras Completas, edición de Florencio Sevilla Arrollo, Castalia, Madrid, 1999·
26 Vicente CARDUCHO, Didlogosde/a Pintum ... , op. cit., p. 177· 34 Ibíd., p. 528.
30 EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 3r

son comparados con los riscos, peñas, prados y bosques «que nos da la natu- nombrar y describir muchos cuadros que· carecían aún de título estable.ciclo.
raleza» y que «a los ojos se nos muestran». De los 2.397 cuadros que cataloga, el diez por ciento, 238 en concreto, son
Mientras tanto, en español, para referirse a los paisajes se .utilizaron las reconocidos como paisajes, pero sólo a once de ellos concederá ese título,
locuciones: «pintura de países» y «pintura paisista», de la que derivará «pai- mientras que la gran mayoría, 198 exactamente, serán nombrados con el tér-
sajista». Por su parte, en el campo específico de la pintura, los términos pre- mino «países», veintiuno como «marinas» y diecisiete como «vistas», que
cedentes de paisaje serán «f9ndo» y «lejos», y en literatura se utilizarán los generalmente corresponden a entornos urbanos o edificios. Sorprende la
t' .
erm1nos <h' . . 35 y «ekph rasis» 36 , cuyo sentido general responde a la
:< ipotlpos1s» enorme cantidad de cuadros que aún se nombran a mediados del siglo XIX, y
idea de «descripción». Define Fernando de Herrera 37 «Hipotiposis ... 0 descripción, aun después, con 'el anticuado término país, de la misma manera que sor-
cuando lo que se trata se répresenta con palabras de modo que parece que se ve con los ojos» 38. · prende que muchos de sus pintores sean alabados como «paisis!_as», sin que f~.~~
Si Covarrubias en el Tesoro de la lengua castellana o española (1611) todavía no quede claro, ni por los contenidos de los cuadros ni por la descripción que de
recogía el término paisaje, en esta temprana fecha ya aparece e~ su dicciona- ellos se hace en el catálogo, que exista una distinción en cuanto al tema, el
rio la voz «descripción» y el verbo «descrevir» que define:. «narrar o señalar con tipo de vis.ta o la técnica que diferencie a los «países» de los once cuadros a
la pluma a{gún lugar o caso acontecido, tan al vivo como si lo dibuxara» 39 • De aquí podemos los que se ha concedido el nuevo término. Es más, de los ocho cuadros de
deducir algunas particularidades: primera, los escritores narran con la pluma paisaje que cataloga de Nicolas Poussin, sólo uno es nombrado con esa pala-
lugares como si los dibujaran. En este sentido no es una banalidad que utilice bra, siendo los siete restantes calificados de «países» 41 •
«dibuxaran» y no «pintaran» porque, como veremos más adelante, el pai- En la actualidad, en ciertos ambientes, paradójicamente en el medio rural,
saje surgió de la práctica del dibujo y no de la pintura de caballete ejercida en el término paisaje resulta aún difícil de comprender. Para el campesino que
el estudio. Segunda, los escritores empiezan a preocuparse por «describir l, no disfruta de una concepción intelectual del término, el paisaje se sigue
lugares» en la narración, de la misma manera que los pintores están inten- ! identificando con el «país», con el territorio, tal como ha constatado Henri
tanda «dibujar lugares» en los cuadros, cobrando así nuevo sentido l_a senc-f Cueco que sucede en Francia 42 .
tencia horaciana « Ut pictura poesis».
En el siglo XIX todavía se puede apreciar cierta dificultad para utilizar con Podemos apreciar en las lenguas europeas un fenómeno curioso en la forma-
normalidad en español la palabra paisaje, como queda claro al observar el ción del términq paiscye, cual es que se ha generado una ambigüedad que ori-
catálogo de cuadros del Museo del Prado publicado por su director, Pedro gina la polisemia que hoy posee, ya que la palabra paisaje sirve tanto para desig-
de Madraza, en 1843
40
• Para su realización Madraza tuvo que reconocer, 'l nar un entorno real (país) como una repre~entación de ese entorno (lejos), al
contrario de lo que sucede en los idiomas chino o japonés, en los que existen
35 Hypothyposis en griego significa «bosquejo», lo que indica una cierta proximidad a la idea de dibujo. palabras de raíces diferentes para estos conceptos. Por ejemplo, en japonés se
36 El .término «ekphrasis», que se puede interpretar literalmente como «descripción», aparece por
primera vez en Hermógenes (S. n d. C.) cuando habla del discurso solemne en oposición al discurso utiliza la raíz keikan para nombrar el entorno y fokiega para referirse a la repre-
político. Véase: HEMÓGENES, Sobre1asformasdelestilo (L. I, 244), Gredas, MacÍrid, 1993, p. I29· Tal sentación, que ponen en evidencia no sólo dos orígenes diferenciados, sino
como recuerda Consuelo Ruiz Montero, responsable de esta edición, el término katii ekphasin empleado
por Hermógenes « ... hace referencia a uno de los ejercicios re!Oricos más trpicas de fa /iferaturn imperia!Jque llega a canstituir dos Conceptos distintos 43 , mientras que en la cultura europea no ha existido
un gincro literario, la descripción de imdgenes o cuadros (eikónes) ... ~>, lbíd., nota al pie u5. Sobre el término
«ekphrasis» se habla más adelante.
37 Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597), autor de las Anotudones a Garcilaso.
38 Herrera, «Anotación 42», citado por Juan Emilio ESTIL·LES FARRÉ, «C1.mdroy tableou: La terminolo- 4¡ El cuadro que recibe este calificativo es el catalogado con el nllmero 2 .308, titulado Paisaje de fo antigua
gía moderna del paisaje literario», en Darío VtLLANUEVA¡ Fernando CABO AsEGUINOLAZA (eds.), Roma. Pedro de Madrazo lo describe así: «El autor .rn propuso, no tan/a ~cordar las glorias de fa antigua capital del
Paisaje,juegoy mu/tilingüisma. Vol. 1. El paisaje en la literatura, Universidad e de Santiago de Compostela, San- mundo, cuanto nombrare/ paradero de todas lasgrandezyis humanas, poniendo en primer tirmino á un hombre que señala con un
tiago de Compostela, 1996, p. 277. dedo hacia el sepulcro de Jirirfido que sostiene dosestotuas de mcírmal recostadas. En fa parte opuesta hf91 otro viandante sentado
39 Sebastián de CoVARRUBlAS, Tesoro de lo lengua castellana o española (cd. Martín de Riquer), Horta, Barce- fÍ la orilla de un camina. A ambas lados árboles Jrondosas,y, en el centro, montañas, entre las cuales se descubren fábricas anti-

lona, 1943, p. 457. guas magníficas», Pedro de MADRAZO, op. cit., p. 414.
40 Véase: Pedro de MADRAZO, CatdlogodelosGuadrosde/Museode/Prodo,J. Lacciste, Madrid, 1910'ª. Hay que 42 Véase: Henri CUECO, «Approches du eoncept de paysage», en Alain ROGER (dir.), Thioriedup(fYsoge en
hacer n ptar que, aunque la edición que he consultado·data de 63 años después de publicada la pri- France (197+-1994), Champ Vallan, Seyssel, 1995, p. r69. '
1
mera, y que, como reza en su frontispicio, ha sido «corregida», el repetido termino pmS no ha sufrido 43 Cfr. Augustin BERQUE, Les ruisorudu Pf!Ysoge de fo Chine antiqueaux enuironnemenls ~ !Jmthise, Hazan, París, 1995,
todavía «corrección» alguna, manteniéndose con toda su carga arcaica. Como dato curioso se puede pp. ll-I'Z. Posteriormente, en una conferencia impartida por Augustin Berque en el seminario Les
añadir que un cuadro de Nicolas Poussin, el catalogado con el número 2.310, que fue recogido en estetiquesddpaisatge (Olot, 13 de noviembre de 2003) ha proporcionado la siguiente lista de términos
este catálogo con el título País quebraday frondoso sigue manteniendo el término «país» en el título en la japoneses que se pueden traducir por paisaje: shamhui sansui,fengjingfokei,fabgguangfUko, guangjingkrikei,faiwnu
Nuevagu1il dii/M.useo del Prado, editada en 1965. Véase: Ovidio-César PAREDES HERRERA, Nueuagu1il ¡/,¡/Museo fobut.ru,ferwflifochi,jíngse keshiki, keikan, toshi hikan, shonshuihua sen{uiga,fokuiga, fengshui pungsu, shijin sao, lms6, y que
de/Prado, Mayfe, Madrid, 1965, p. 87. expresan diferentes matices del mismo concepto.
32 EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE
33

la necesidad de esta diferenciación o, mejor dicho, lo que ha sucedido es PinO pino, abeto abeto, roca roca se entrelazan
que ambos conceptos han surgido y se han desarrollado juntos. Esto es par- Arr~o arr~o, monte monte, qué lugar misterioso este lugar.
ticularmente interesante P:orque indica que no ha empezado a haber con-
templación del entorno como paisaje hasta que los artistas no.·h~~- corrien- El novelista Yi Mun-yol, refiriéndose a este poema nos dice que Kim Sa-
zado a representf!crlo, lo que conduce a la confirmación de ·ün:a
Utilidad kat «Estaba satisfecho consiga mismo por haber sido capaz. de captar el esplendor del paisaje en ape-
añadida a la pintura, la de servir como escuela de la mirada. Tal como expli- nas un instante»- 44 . Este pareado, que es considerado una de las joyas de la poe-
can ciertas corrientes filosóficas, sólo se conocen las cosas y los fenómenos sía coreana, resume la idea de paisaje. Para ello recurre a Ia enumeración de
cuando se logran nombrar y se pueden describir-. La ekphrasis puede, sin alguno·s pocos elementos físicos significativos, cuales son: pino, abeto, roca,
eII?-bargo, adquirir muy diversas maneras de expresión, a través de la formu- arroyo y monte que sintetizan los doce mil picos y las mil cien cascadas que
lación matemática, de la palabra o. de la representación gráfica, según el tipo componen este conjunto paisajístico.
de disciplina científica y del graclo de subjetivismo con que afrontemos el En realidad, si el poeta hubiera querido expresar simplemente la idea de
conocimiento. que las montañas de Diamante le parecían un paisaje, le hubiera bastado con
En el caso del entorno físico, este conocimiento goza también de muy trazar dos ideogramas unidos «arroyo-monte», que son los signos clásicos
diferentes maneras de conocer, desde el positivismo geográfico de quienes para definir el concepto paisaje, pero Kim Sa-kat, a pesar del carácter sinté-
representan el territorio en un mapa, dotando a los símbolos de una exactitud tico y restrictivo de que hace gala en este poema, propio de la técnica del Libro
de ubicación y a los trazos de una medida y proporcionalidad rigurosas para de las odas 45 , ha recurrido a una auténtica enumeración ·de elementos. Estos (
que sean reflejo fiel de la realidad física, hasta el subjetivismo del pintor que elementos, todos ellos naturales, se presentan en el poema con el ánimo de
transforma y altera caprichosamente formas y colores para conseguir transmi- explicar la diversidad del lugar. Los pinos y los abetos, en plural 46 , pertenecen
tir la expresión de sensaciones. Geógrafi?:s y.~~~~s consiguieron ofrecer;·· .. \A al reino de lo vegetal, mientras que las rocas, los arroyos y los montes, repre-
como veremos más adelante, visiones paisajísticas del mundo antes de que el_../ sentan el mundo mineral. Los árboles y .el agua de los arroyos son mutables
común de los mortales fuera capaz de descubrir el paisaje en la contemplacióh con el tiempo, el paso de los años y las estaciones, mientras que las grandes
del entorno. rocas y las siluetas de los montes perrrianecen imperecederas. Las formas de
Las representaciones cartográficas y pictóricas mostrarán unas realidades los abetos son diferentes de las de los pinos, mientras que los arroyos modifi-
invisibles, como lo son el mundo atómico o el celular que no somos capaces can sus cursos y cambian el caudal.
de percibir aunque existen ante nosotros, haciendo que objetos y representa- Pero por encima de esta descripción esquemática que pretende insinuar
ción surjan a la vez, de tal forma que la representación hace emerger el toda la variada diversidad que conforma los montes de Diamante, completan
objeto, lo que quiere decir que no tendríamos consciencia paisajística sin los el breve poema tres palabras (tres conceptos) que son los que definen la cua-
mapas y los cuadros que nos han mostrado muchas de las cualidades que posee lidad paisajista de este impresionante conjunto heterogéneo. Esas palabras
el territorio como paisaje. ~----- son: «entrelazan», «lugar» y «misterioso».
Escribe el geógrafo Manuel de Terán: «Lo real en la superficie de la tierra
no es la forma del relieve, las caracterísiticas climáticas qu en él actúan, su
1. 5 APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE PAJSAJE revestimiento vegetal y todo aquello que el afán del hombre añade, lo real es su
tr_abazón» 47 • Efectivamente, esta trabazón queconvierte los fenóme"norterri-
Antes de pasar a desarrollar el tema de este libro es necesario, en este capítulo t-;;;i·ál'e-5 en paisaje no es física ya que en cualquier lugar, tanto si es considerado
introductorio, ofrecer algunas definiciones del concepto paisaje en la actua-
lidad con el fin de saber qué estamos buscando y adónde queremos llegar. 44 Yi MuN-YOL, Elpaeta, Ediciones B, Barcelona, 2000, p. I3L Se trata de una biografía novelada de la
vida del poeta Kim Sa-kat. De esta misma página esta tomado el poema que se cita.
El poeta coreano Kim Byung-ion (1807-1863), más conoc~do por el seu- 45 ~Libra de las odas [Shihjing] es uno de los cinco libros cl<isicos necesarios para la práctica del confucia-
nismo.
dónimo !Kim Sa-kat, tras realizar su primer viaje a las montañas de Diamante,
46 Hay que hacer notar que en coreano, al igual que en el chino clasico, idioma del que pr~)a
formadas por doce mil picos, con laderas rocosas y numerosas cascadas, que se estructura ideogram<itica no permite la eicistencia del plul"al. pal" lo que hay que recurl"ir a otrÓ'·~o
de l"ecunos como la enumeración o repetición.
han hecho famosas por su belleza y sus más de cien templos budistas, escribió
47 Conceptos tomados de las explicaciones dd profesor José Sancho Comíns, catedr<itico de Geografia,
el siguiente poema: en sus dases impartidas en la Universidad de Alcalá.
EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO
34 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE
35
paisaje 0 no, todo árbol se halla fuertemente unido al suelo por sus. raíces que 48
de cualquier religión. Cuando la traductora del poema ha elegido la pala-
se introducen entre las rocas, toda roca se estratifica en el terreno según sus bra. «misterioso» y no cualquier otro sinónimo para verter al español el
.Propiedades fisicas y se apoya sobre otra observando la implacable ley de la gra- ideograma escrito por Kim Sa-kat, sin duda há tenido en cuenta el sentido
vedad universal y, de esta manera, se conforman las montañas, mientras que religioso que contiene la palabra y la cualidad de reservado o secreto a la que
todo arroyo surca el territorio aprovechando las diferencias de nivel que ofre- se refiere.
cen esos estratos; por lo tanto, todo conjunto de elementos que ha surgido de En cuanto metáfora, el sentido que la palabra «misterio» adquiere. en su
forma natural se encuentra físicamente trabado por las leyes que dicta una desplazamiento nos conduce en estos versos de lo religioso a lo poético, en la
naturaleza ajena a los caprichos humanos. La trabazón que hace que un terri·J··-- medid.a en la que toda poética es revelación de verdades ocultas, algo aceptado
torio cobre el calificativo de paisaje hay que buscarla, por lo tanto, más allá de \ en la filosofía occidental desde Platón a Heidegger. Si aceptamos esta inter-
aquello que nos ofrece la madre naturaleza, más allá de su mera unión física. pretación como posible, nos encontraríamos con que aquello que traba los
El segundo. concepto que encontramos en el poema de Kim Sa-kat es elementos físicos de un lugar hasta hacerlo paisaje es lo misterioso, es decir,
«lugar». Esta palabra es realmente importante en la definición de paisaje, al ,~¡-lo revelado a través de la poética, lo reservado, lo subjetivo, lo interpretativo.
menos desde el punto de vista occidental, ya que tanto en los idiomas latinos ~C) // Efectivamente, sólo hay paisaje cuando hay interpretación y ésta es siempre
como en los anglosajones el concepto de «lugar» se halla formando parte del ~ubjetiva, reservada y poética o, si se quiere, estética.
término respectivo que se refiere al concepto paisaje, es decir, en todos los Muchos parajes son apreciados por su fertilidad, su capacidad productiva,
idiomas occidentales el concepto «paisaje» hace referencia a un «lugar» más su situación estratégica o por la abundancia de sus yacimientos minerales,

1
o menos grande, pero, atendiendo a sus desinencias <<-aje», <<-scape», etcé- otros, por el contrario, se valoran sólo por su inusitada belleza. Las cualida-
tera, es algo más que un simple o determinado «lugar>>. · -~.>.des estéticas de algunos lugares pueden llevar a que sean considerados como
·/ El sentido completo del concepto paisaje se obtiene ~uando es_e co~j~nto ( -,~mplazamientos divinos. Hay parajes cuyas formas naturales sobrecogen,
de elementos diversos y trabados que definen un lugar obtiene la calificac1on de :-~ como por ejemplo el monte Athos en Grecia, el Valle de los Reyes en Egipto,
la última de las palabras que elige el poeta coreano, es decir, cuando el lugar está ··la ladera de Selinunte en Sicilia, o los montes de Diamante en Corea con sus
~

dominado por lo «misterioso». ciento ocho templos budistas. Estos y otros muchos lugares poseedores de una
- Hay que reconocer que esta palabra es la más conflictiva de todas las que gran belleza han sido objeto de una ven:ración que se ha expresado a través de
componen los versos; lo es por varias razones que someramente se exponen a ... la construcción de templos, túmulos funerarios o hitos religiosos que señalan
continuación. La primera es que en ella descansa la metáfora del poema. Es '~°"'~us cualidades «misteriosas». De esta forma los lugares se sacralizan, se con-
decir, sin ella el conjunto de palabras elegidas por Kim Sa-kat sería una vierten en paisajes cuyo valor está más allá de lo físico, de lo utilitario. De la
buena aproximación a la definición de paisaje pero no llegaría a ser un autén- --, ./CC'intemplación religiosa a la contemplación estética hay un breve paso, el paso
tico poema. El hálito poético está en la metáfora, es decir, en la traslación del \_-....,:1 /'que va de la creencia mítica, es decir, de la aceptación del misterlo religioso,
sentido correcto de las voces empleadas hacia otro figurado. Por esto, será -~·-'j ( al disfrute de los placeres de la imaginación, o sea, a la racionalización poética
necesario especular sobre cuál es el sentido que tuvo para el poeta el té:rmino L.~ de ;;znsaciones empíricas.
«misterioso» y cuál es para nosotros, ahora, este sentido.
Otro aspect~ del conflicto que encierra este término, y que se encuentra
unido al anterior, es que la palabra en cuestión fue caligra:S.~da por el poeta en 1. 6 DEFINIR EL PAISAJE
ideogramas coreanos y nosotros la le_emos doblemente tra~ucida de ~deogramas
a letras y del coreano al español, por lo tanto, esto nos obhga a una 1nte1!r~t~­ Ante nuestros ojos se abre un espectáculo increíble formado por infinidad de
ción hermenéutica que conduce a un rastrear en elementos culturales, histor1- elementos de distintos tamaños, formas, apariencias, colores y texturas que,
cos, lingru:sticos, filológicos, poéticos y perceptivos. No es, ciertamente, éste el rodeándonos por completo, .se encuentran situados a muy diferentes distan-
. lugar Jara exponer estos estudios, por lo que me atendré ~olamente. a las con- cias. Ante nuestros ojos se abre un campo visual que muestra el mundo en
clusiones, obviando la prolija argumentación del proceso 1ndagator10. toda su variedad y complejidad. Pero no ha sido fácil aprender a ver ese
·Qué puede querer decir en el poema la palabra «misterioso»? Origina-
ria~ente el misterio es el arcano o el secreto en el que se basa la razón de ser 48 Me Young Chac.
EL PAISAJE. GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICIÓN DE PAISAJE 37

mundo complejo y diverso, mucho menos a conocerlo. Por esto surgen algu- supone que tras ella hay un tipo diferente de pellsamiento, se establece así
nas preguntas: ¿cómo hemos ido descubriendo la tierra?, ¿cómo se han ido
apreciando y valorando Sus entornos y paisajes? y ¿cómo el hombre ha pasado
r' una relación entre objeto y sujeto a través de la mirada que se torna inten-
cionada e instrumental y que pone en evidencia un paralelismo sinestésico
de la niirada sobre sí mismo a observar, disfrutar y comprender los fenóme-
' elltre ojo y pensamiento. Vemos solammente aquello que somos capaces de
nos que nos ofrece el mundo físico que nos rodea? Preguntas que constituyen reconocer, y pensamos según·aprendemos a ver la diversidad fenoménica del
algunos de los grandes retos a los que hoy debemos responder cuando que~e­ mundo.
mos saber sobre el paisaje. E~ paisaje y los valores que se encuentran asociados a él se han redescu-
Una vez superada la duda metafísica, el paisaje eÍnpieza a ser un tema inte- bierto en estos últimos años por vías muy diferentes en un abanico que se abre
resante de reflexión filosófica 49 • El paisaje, en cuanto idea-que representa.al desde el diletantismo artístico hasta el activismo ecologista, pasando por la
medio físico, es lo otro, algo que se encuentra fuera de nosotros y nos rodea, práctica urbanística, las actividades turísticas o el positivismo biológico. Esta
pero en cuanto constructo cultural es algo que concierne muy directamente al diversidad de intereses demuestra que el concepto paisaje se ha extendido
individuo, ya que no ~~tS.~~ P.~.isaj:_~i~.. ~Il:~e.i;_pretación. En los últimos años, el pero, a cambio, el término que lo designa ha diluido su capacidad de referirse
interés por el paisaje-~stá resurgi~ndo con inusitada presencia a través de inte- a algo concreto y preciso. Su contenido se ha dilatado de tal manera que
resantes libros y ensayos que desvelan aspectos que jamás habían sido tratados corremos el riesgo de no saber muy bien a qué nos referimos exactamente
hasta ahora. En buena medida esto se debe a un cambio radical en la orienta- cuando pronunciamos la palabra paisaje.
ción sobre la que se basan estos estudios. El paisaje había.caído en una región Si puede causar una cierta sorpresa el comprobar cómo Pedro de Madraza,
incierta y olvidada como género periclitado e insustancial de la pintura, en en 1843, es todavía reticente a utilizar el neologismo «paisaje» para calificar
una serie de recetas de aplicación para urbanistas, en una metodología de los temas de los cuadros que se hallan en el Museo del Prado, no resultará
análisis para geógrafos 0 se había extraviado como caballo de batalla de las rei- menos sorprendente constatar cómo se ha extendido hoy el uso de este tér-
vindicaciones de grupos ecologistas. mino comprometiendo seriamente la posibilidad de enunciar una definición
50
El interés que ahora mismo está despertando un tema como el paisaje en _,,,general de paisaje .
los ámbitos populares, a través del turismo y de las posibilidades de viajar a / Por otra parte, el arte, a través de su necesidad de imitación y representa-
lejanos lugares en los que poder contemplar el exotismo de una naturaleza ción, nos ha enseñado a mirar y valorar los escenarios de la naturaleza, con-
que antes sólo había sido soñada, tiene su paralelo en los niveles intelectua- tribuyendo decisivamente, por medio de la pintura, la poesía y la jardinería, a
les y profesionales. Cursos, congresos y publicaciones ·específicos se encargan configurar el concepto «paisaje». Las metamorfosis que ha experimentado el
de tratar temas relacionados con el impacto ambiental, mientras se promul- arte del paisaje, desde la conquista de su autonomía como tema pictórico
gan leyes y se formulan teorías y recetas para enfrentarse profesionalmente a hasta la apropiación y abuso· que de él hacen las corrientes posmodernas,
unos fenómenos que, habiendo estado siempre ante nuestros ojos, resulta- muestran la riqueza y complejidad de estas relaciones.
ban invisibles hasta hace poco tiempo. Sin embargo, muchos de estos actos y Existen unos elementos físicos, como montañas, valles, bosques, ríos, prade-
publicaciones no suelen entrar en el verdadero trasfondo ontológico del pai- ,1ras, asentamientos humanos, costas o rebaños de animales, que son mensura-
saje, ni llegan a matizar la mallera en que el hombre lo ha ido descubriendo y ~~;.bles
y cuantificables y, como tales, pueden ser objeto de narraciones literarias y
~emprendiendo, temas que son necesarios para poder entender en qué catalogaciones científicas o pueden ser descritos y registrados en documentos
punto nos encontramos ahora en la compleja relación entre el individuo y su notariales y mercantiles, también pueden ser representados en dibujos o planos
\,
medio ambiental. y recogidos en fotografías. Estos elementos, entre otros, constituyen el <<sus-
Es necesario establecer un puente entre la descripción literaria y plástica trato físico» de lo que entendemos por paisaje.
y el análisis científico y filosófico, mostrando que el paisaje no es una enti- Para nombrar el conjunto de esos elementos utilizamos el término
dad cenrada sobre sí misma sino que ofrece muchas caras como tema de estu- «paraje» que designa un sitio o lugar dispuesto de una manera determi-
dio. C~da forma de ver la tierra, cada manera de describirla o representarla
50 Ignacio Español ha intentado en el capítulo I, «El concepto de paisaje», de su libro Lasobraspúblicaoen
d pai>aje, hacer un resumen de las difel'entes definiciones de paisaje que surgen desde distintas posicio-
49 Rosario A.ssunto,Joachim Ritter, Anne Cauquelin, Massimo Venturi Ferriolo, Philippe Nys;Mathieu nes científico-ideológicas. Véase: Ignacio Miguel ESPAÑOL EcHÁNIZ, Las obras páblicas en el paisaje. Guia
Kessler ojean-Marc Besse son algunos de los filósofos que, durante el siglo XX, han adoptado el pai- paro el ana"/i>isy evaluación del impacto ambienta/ en el pais'!Íe, Centro de Estudios y Experimentación de Obras
saje como tema de refleúón. Véanse las notas 1 a 4 de la Introducción. Públicas, Madrid, 1998, pp. u-25.
EL PAISAJE, GÉNESIS DE UN CONCEPTO 1. LA DEFINICJÓN DE PAISAJE
39
t » 53
nada 5I. Pero, para que esos elementos antes nombrados adquieran la catego-
co n1un
. o · Est a Vls1on
.. , d l · ·
e paisaje, que corresponde a la crítica esteticista del
ría de «paisaje», para poder aplicar con precisión ese nombre, es necesario simbolis~o de finales del siglo XIX, se ha mantenido muy arraigada durante
que exista un ojo que contemple el conjunto y que se genere un sentimiento, todo el siglo XX, de tal manera que términos como refinamiento luJ· 0
. , . , , y gra-
i que lo interprete emocionalmente. cia, as1 como imagenes estereotipadas como las que ofrecen los árboles agru-
1
El paisaje no es, por lo tanto, lo que está ahí, ante nosotros, es un con- pados en ramilletes, las ondulaciones suaves del terreno o el «verde» del cés-
cepto inventado o, mejor dícho, una construcción cultural. El paisaje no es ped, por recurrir sólo a los elementos citados por Pater, han aportado un
un mero lugar físico, sino el conjunto de una serie de ideas, sensaciones y aura.de calidad al té~mino paisaje, relegando al resto de los <<escenari_os» que
sentimientos que elaboramos a partir del lugar y sus elementos constituyentes. carecen de estas cualidades a una condición no paisajista. Así. pues, la idea más
La palabra paisaje, con una letra más que paraje, reclama también algo más-: ~eneral de paisaje se ve unida a la sensación de disfrute en la apreciación de la
reclama una interpretación, la búSqueda de un carácter y la presencia de una imagen de un territorio.
emotividad.
Paisaje, según el diccionario de la Real Academia Española, en su vigésima
primera edición, se define como la «extensión de terreno que se ve desde un
sitio». Por lo tanto, la idea de paisaje no se encuentra tanto en ~l objeto que se
contempla como en la mirada de quien C..2_ntempla. No es lo que está delante
sino lo que se ve. Pero la mirada requiere, a s~ez, ;n
adiestramiento para con- ,
1
templar. La contemplación del paisaje desde el punto de vista del arte debe ser/'
desinteresada, estética. Así, el paisaje es el resultado de la contemplación qU.e se
ejerce sin ningún fin lucrativo o especulativo, sino por el mero placer de con- ¡ /J
templar. Cuando se viaja de un país a otro se perciben las diferencias entre los ~<-:o.
(
distintos entornos. De la constatación de estas diferencias procede el términ~·-..c::
paisaje, que se perfila como el conjunto de aspectos característicos de un país .....
que se detectan al ser comparados con los de otros lugares o países,
Lo que se ve requiere de un aprender a mirar para distinguir las diferencias.
Requiere una escuela de la mirada en la que poder aprender a distinguirlos
aspectos característicos y estructurales, prescindiendo de los accesorios. Esta
escuela, en buena medida, la proporciona la pintura, por eso la palabra pai-
saje surge en la cultura occidental como un término «pictórico», originando
un género que cobrará particular fortuna a partir del siglo fiii:,'1.Icanzando
su máxima expresión durante el ~iglo XIX, en ese período que abarca desde el
romanticismo hasta el impresionismo.
Para la crítica de arte de finales del siglo XIX el paisaje reúne unas determi-
nadas condiciones de calidad. Así, Walter Pater 52 define el paisaje con las
siguientes .Palabras: «aquello que llamamos en Inglaterra, un 'park scenary', con ese senti-
miento de refinamiento discreto que expresan las habitaciones rústicas, el !!.!foso césped, los grupos
de árbolesy las ondulaciones del terreno donde la sabiay sobria economía concurre a la gracia del
í
SI La etimología del tCrniino parrije es muy distinta de paisaje, a pesar de su similitud. Parrije viene del latín
parare, que en espaiiol da parar, término polis6mico que, entre otras acepciones, equivale par un lada
a cletener, por otro a habi!ary hospedarse; así paraje se refiere a un sitia o lugar en el que uno se ha dete-
nido, está parado, o si se quiere, en el que se ha parado para habitar a quedarse.
52 Waiter Haratio Pater (1839-1894), autor de un ensayo sobre Winckelmann (I867) y otros sobre el
Renacimiento, recogidas en El Renadmfonta: estucliassobrn el artey lo poesía (1877). 53 Citado sin especificar lugai: en Kenneth CLARK, L'ArtduPsvsage, Gerard Monfart, Paris, 1994, p. 77.

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