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Trasladada su fortuna a números de nuestra época, sería uno de los hombres más ricos
de la historia. Se estima que llegaría a más 300 mil millones de dólares. Por otra parte,
hubiese estado más alto en la lista si no hubiese donado más de la mitad de sus
beneficios. No está mal para un hombre cuyo padre poco cargo se hizo de sus familia, y
que arriesgó en un negocio novel, en el que pocos veían futuro, el petróleo.
Muchos estarán al tanto de que este personaje hizo su dinero con el oro negro. Es
verdad, pero hay mucho más en su historia, y en la manera en que se hizo rico. Hay
mucha historia también en lo que hizo con él, pero esta es menos conocida.
John D. Rockefeller.
Infancia
John Davison Rockefeller nació en Richford, Nueva York, el 8 de julio de 1839. Era el
segundo vástago y primer varón del matrimonio formado por William Rockefeller, un
fraudulento vendedor de elixires, y Eliza Davison, ama de casa. Desde temprana edad
John tuvo que hacerse cargo de la familia, pues Bill era un hombre que a menudo
abandonaba a la familia a su suerte, reapareciendo sólo ocasionalmente.
Eliza era una mujer muy religiosa, e instigó a sus hijos un modelo de vida pío, con los
valores típicos de los baptistas: trabajo duro, ahorro y pocos placeres mundanos.
John Rockefeller nunca bebió ni fumó, y sí aprendió a ganarse los cuartos vendiendo
diversos productos a sus compañeros en la escuela. Además, trabajaba en una finca
vecina por las tardes, atendiendo la cría de pavos. Y ahorraba lo poco que le quedaba
de mantener a la familia.
Eliza y Bill Rockefeller.
John no era el estudiante más brillante, pero destacaba en algunas asignaturas,
matemáticas principalmente, lo que le animaría a los 16 años a estudiar un curso de
contaduría. Al poco tiempo, encontró trabajo en una pequeña empresa de
distribución de alimentos. Ahí, según él mismo contó más tarde, aprendió las bases de
la administración de empresas.
Oro negro
Por aquel entonces, la zona de Cleveland, ciudad donde los Rockefeller habían ido a
parar, era la capital del petróleo de Estados Unidos, y probablemente del mundo. Los
pozos se abrían casi a diario, impulsada la demanda por la Guerra Civil. No había aún
vehículos motorizados, pero el keroseno, un subproducto del oro negro, era ya el
principal combustible para lámparas.
La primera refinería de Rockefeller en Cleveland.
La sociedad entró en el negocio construyendo una refinería, The Flats en 1863. La
empresa fue muy bien desde el principio, sobretodo porque Rockefeller insistió en el
aprovechamiento de algunos subproductos del petróleo que hasta entonces se consideran
desperdicio, como la Vaselina.
Dos años después, Rockefeller tomó una decisión crítica en su vida. Con sus ahorros y
dinero de otros inversores, Rockefeller compró a los Clark su parte de la empresa. En
sus propias palabras, “fue el día que marcó mi carrera”.
Standard Oil
William Rockefeller abrió su propia refinería en 1866, y pronto trajo a su hermano
mayor como socio. Junto con Henry M. Flagler y Samuel Andrews, el químico de las
refinerías, los Rockefeller fundaron al año siguiente Rockefeller, Andrews & Flagler.
Para 1868, ya era la compañía refinadora más grande del mundo.
Sólo dos años duró ese nombre, pero con los mismos socios, Rockefeller fundó en
1870 la Standard Oil Company. La expansión fue rápida gracias al apalancamiento
que Rockefeller utilizaba, pidiendo dinero prestado, reinvirtiendo los beneficios y
controlando los costes. La Standard Oil abrió oficinas en Nueva York, Philadelphia y
Chicago, desde donde vendía sus productos. Pero no todas las prácticas de Rockefeller
fueron legales, o éticas.
Irónicamente, el hombre que para muchos representa lo más granado del capitalismo,
estaba en contra de uno de los principales aspectos de éste, la competencia. Rockefeller
pensaba que la atomización de la industria, había una treintena de refinerías sólo en
Ohio, era perjudicial para el negocio.
Crecimiento
El obstáculo no frenó a Rockefeller, todo lo contrario. Ampliando su cartera de
inversores, se lanzó en una carrera para eliminar a la competencia, comprándola. En un
periodo de cuatro meses en 1872, Standard Oil compró 22 de las 26 refinerías en la
zona, y no siempre con métodos éticos.
Rockefeller millonario
No todos se arrepintieron de vender. Algunos de los antiguos competidores de la
Standard Oil se convirtieron en accionistas, y con el tiempo se harían millonarios.
Rockefeller aprovechó el tamaño de su empresa y los beneficios aprovechando las
economías de escala. Además, expandió el negocio comprando sus propios vagones
cisterna y construyendo los primeros oleoductos. Standard Oil, a pesar de su poder,
mantuvo los precios bajos, lo cual le atrajo más clientes y redujo la competencia.
Certificado de la STC.
A finales de la década de 1870, Standard Oil ya controlaba el 90% del negocio de
refinado en Estados Unidos, y la fortuna de John D. Rockefeller llegó al millón de
dólares.
Monopolio
En un país federal como los Estados Unidos (EUA), los estados tienen muchas
competencias, entre ellas el comercio. En muchos casos, las leyes locales no permitían
que una empresa incorporada en otro estado operara en el propio. Para ello, Rockefeller
había fundado decenas de empresas, algunas muy pequeñas. No era una manera muy
eficiente de gestionar tanto poder.
Entonces, a los abogados de la Standard Oil se les ocurrió una treta. Rockefeller y sus
socios fundaron un “trust”, que viene siendo algo así como una “corporación de
corporaciones. Desde el trust, podían operar las 41 compañías desde un punto
centralizado, sin quebrantar las leyes locales.
Aunque todo fuese legal, las críticas del público y la prensa no se hicieron esperar,
y más cuando otros copiaron el truco. Standard Oil, con sus 20,000 pozos y más de
100,000 empleados, se había convertido en un poderoso monstruo, y daba miedo. El
gobierno también tomó nota.
Antitrust
A partir de 1880 la Standard Oil continuó su marcha, pero Rockefeller nunca consiguió
el monopolio mundial que buscaba. El negocio crecía, y con él la competencia. Aún así,
y a pesar de perder parte del mercado, la Standard Oil nunca bajó del 80%. John se
convirtió en el hombre más rico del mundo, y uno de los más odiados.
Theodore Roosevelt.
Para 1891, no obstante, y apenas con 52 años, Rockefeller decidió dejar el día a día de
la empresa a su hijo John y otros directivos. A partir de entonces se dedicó a su otro
gran hobby, la filantropía. Eso no detuvo al gobierno, que ya había legislado en contra
de los monopolios, y todo fue a peor para Rockefeller cuando Theodore Roosevelt llegó
a la Casa Blanca en 1901. Roosevelt inmediatamente lanzó una campaña contra la
Standard Oil.
Salud
Además, Rockefeller fundó el Institute for Medical Research (1901) el primer centro de
investigación médica del mundo. De este centro saldrían las curas, entre otras, para la
fiebre amarilla y la anquilostomiasis, una enfermedad causada por gusanos parasitarios
que afectaba, principalmente, a mujeres embarazadas.
Epílogo
John Rockefeller murió el 27 de mayo de 1937, poco antes de cumplir los 98 años.
Logró su objetivo financiero, y casi el de la edad.
Rockefeller sigue siendo sinónimo de millonario, y puede que lo sea para siempre. La
suya fue la primera fortuna en llegar a los mil millones de dólares (billion en
inglés).Pero los dólares no llegaron solos. Rockefeller fue también el blanco principal
de los ataques de la prensa y del gobierno, temerosos ambos entes de que un grupo de
magnates pudiesen acumular más dinero y poder que el gobierno del país.
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1. franciscojaviertostado dice
Hola Jesús,
cuando uno lee este artículo sobre Rockefeller le puede hacer sentir cierta envidia pero en parte
también pena al hacer nuestra la frase de que el dinero no da la felicidad. Precisamente estos días
dieron la noticia de que Bill Gates, otro año más, es el hombre más rico de nuestro planeta. Imagino
que cuando uno llega a este nivel (nivelazo) deja de preocuparse de sus empresas, de su riqueza, y
al menos en el caso de Gates, emplea su tiempo en organizaciones y fundaciones que ayuden a
mitigar un poco las desgracias que nos rodean. No sé, llámame iluso, pero… ¿lo importante en esta
vida no es vivir sin preocupaciones? Ellos seguro que las tendrán, millones de ellas.
Abrazos
Hola Francisco,
Ayer precisamente estaba viendo un documental sobre Warren Buffet, el inversor más exitoso de la
historia, y otro que ha donado ingentes cantidades de dinero. A sus 86 años, sigue trabajando, y por una
sola razón, para él ganar dinero no es un trabajo, sino un juego, una diversión. No le preocupa en lo más
mínimo tenerlo, sino ganarlo. Es un tipo conocido por vivir en la misma casa que se compró de recién
casado, y de no comprarse nunca ropa de marca. Un tipo sencillo, sí, algo como Bill Gates, con quien ha
hecho muy buenas migas.
Por otra parte sí hay gente cuyas fortunas sólo les traen problemas, preocupaciones, estrés. Hemos visto
a lo largo de la historia como hermanos se han matado por la herencia de un padre millonario, o se han
metido en el mundo de la droga. Algo que une a Buffett y Gates, es que ambos han dicho que no
piensan dejarles mucho dinero a sus hijos, para que se lo ganen ellos mismos. Me parece una política
acertada, y es lo que ienso hacer yo cuando sea millonario, y cuando tenga hijos…
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
2. joebarcala dice
AGOSTO 25, 2016 EN 6:52 PM
Juzgarlo ahora no conviene. Según su época, fue un hombre que la hizo de pionero en muchos
aspectos, asuntos que hasta esa fecha no tenían precedentes. Tenía metas y era disciplinado, al
tiempo que ponía en predicamento a otros empresarios compitiendo con un monstruo. De eso se
tenía que aprender. Una buena ley anti-monopolios surgió de la lección y además, terminó
beneficiándose de ella. Tomar la decisión de ayudar a los menos favorecidos habla bien de él. Quizá
se debería mejorar la percepción de él. Desgraciadamente, muchos tomaron el ejemplo de lo malo y
terminaron peor que él. Vaya predicamentos.
Hola Joe,
coincido contigo. a Rockefeller, como a otros magnates, más que ganar dinero le impulsaba un deseo
por construir algo.Pensaban ue estaban haciendo un bien a la sociedad, y de hecho, lo hicieron. Por otra
parte, no podemos juzgarlos con los principios de nuestra época. Ellos recibieron otra educación, vivían
en un mundo muy diferente, con modelos y valores muy diferentes a los nuestros. Que no fueron
perfectos, está claro, pero nadie lo es, ni lo será.
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
3. BOIRA_A dice
Yo creo que no se merece ningun escarnio, hizo lo que cualquier otro en su situacion haria
Así es,…
incluso gracias a hombres como estos, las leyes tuvieron que evolucionar y mejorar..
Saludos.
Juan.
Hola Juan,
tus palabras son muy adecuadas en esta historia. Los “Barones ladrones” sólo hicieron lo que podían, como
cualquiera otro haría. Que probablemente abusaron, no lo dudo, pero insisto, prácticamente todos hubiésemos
actuado de la misma manera. Además, Estados Unidos era en aquel entonces un país muy joven, y no estaba
preparado para limitar este tipo de actuaciones simplemente porque nadie hasta entonces las había llevado a
cabo.
La virtud de ese país estriba precisamente en que su sistema político le permite adaptar sus leyes a los tiempos
cambiantes. Con la serie de regulaciones que Roosevelt implementó a principios de siglo, se frenaron los
monolpolios, y todo el mundo se benefició, haciendo la economía aún más eficiente. Ironías del destino.
Muchas gracias por tu valiosa colaboración. Un cordial saludo.
No le hace ningun merito a nadie, dar de lo que le sobra. De esos habemos muchos. Hay que
recordar a Rockefeller, como aquel que se encargo “gestionar” la prohibicion del alcohol (entonces
combustible para coches Ford), e imponer al petroleo (gasolina) en el combustible de preferencia
por los siguientes 120 años; y de paso ser el responsable directo de la contaminacion en las
grandes ciudades del mundo.
Hola Daniel,
Estoy de acuerdo contigo, en parte. Donar dinero a una buena causa es siempre es siempre bienvenido,
ya sea parte de tu fortuna o toda. Además, no olvidemos que Rockefeller donó una parte de sus ingresos
toda su vida, aún cuando era un simple empleado. Ahora bien, no conozco el episodio que mencionas
sobre “imponer” la gasolina. Nunca he encontrado ninguna evidencia al respecto, lo cual no quiere decir
que no exista.
Mucha sgracias por tu comentario. Un cordial saludo.
Opino que si no hubiera acumulado tantas riquezas y luego destinarlas a obras benéficas, tal vez
otro no lo hubiera hecho.
Hola Carlos,
hay de todo en este mundo. A gente como Steve Jobs, a pesar de su enorme fortuna, apenas se le
conocen obras de caridad. Por otra parte tienes a Bill Gates y Warren Buffet, quienes han donado la
mitad de sus muchos recursos a la fundación Bill y Melinda Gates, cuyas actividades en el campo de la
salud ya se han hecho notar.
Un detalle que me gusta mencionar, es que a ninguno de los personajes arriba citados, incluyendo a
Rockefeller, les importó nunca el dinero en sí. Lo que les gustaba o gusta es hacer dinero, pero ya que lo
tienen les da igual, y por eso lo donan. Ojalá y hubiese más así…
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.