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El Aprendizaje Cooperativo: Su objetivo, su

organización, tipos, el rol del docente y


habilidades docentes
Una de las experiencias motivadoras más hermosas que los seres humanos disfrutamos con
profunda sinceridad y convicción, al alcanzar una meta u objetivo, es sentir “en el corazón, en el
alma” que estamos dando lo mejor de nosotros para conseguir o haber conseguido el llegar
“hasta allí”.

Es muy reconfortante el estar totalmente convencido que hemos dado lo más que podíamos y
que hemos superado nuestra marca anterior, … es una fuerza que no viene de la capacidad
corporal, sino de la voluntad del alma (cf Gandhi). Ese alcanzar los objetivos, esa experiencia, se
da en el proceso del aprendizaje; y puede hacerse el camino en solitario, con un guía o
acompañante o en grupo. Y es en este último en el que se suelen distinguir dos enfoques en el
proceso educativo: el de cooperación o el de colaboración.

Un buen número de profesores utilizamos “el trabajo en grupo como una estrategia para
desarrollar las habilidades sociales. Sin embargo, nuestra función como profesores va más
allá de agrupar a los alumnos para que desarrollen cierta tarea, va más allá de dar
instrucciones y decirles a los alumnos: “desarrollen la actividad en pares o grupos de tres”.
Tenemos que saber de qué forma enseñarles a los alumnos a alcanzar una meta cooperando
y colaborando unos con otros, es decir, aprovechar la propia experiencia y la de los demás
para maximizar el aprendizaje. Y por ello, nos es muy importante saber que no todo trabajo
en grupo en el aula es necesariamente aprendizaje cooperativo o colaborativo.

“El aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo son enfoques que en su forma


son similares, ambos trabajan con grupos de alumnos, no obstante, características como
el objetivo que persiguen, las estructuras o el rol del profesor los diferencian. El aprendizaje
cooperativo tiene fines socio-afectivos, es decir, que los alumnos se ayuden para lograr una
meta, por su lado el aprendizaje colaborativo busca desarrollar habilidades personales y
sociales, los aportes de los integrantes para lograr una meta” (Macarena Guerra Azócar).

Para profundizar en estos conceptos les sugerimos leer nuestra fuente: APRENDIZAJE
COOPERATIVO Y COLABORATIVO, DOS METODOLOGÍAS ÚTILES PARA DESARROLLAR
HABILIDADES SOCIOAFECTIVAS Y COGNITIVAS EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

El Profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Ángel Fidalgo, afirma que no hay acuerdo
en las diferencias entre colaboración y cooperación, y que para saber si se coopera o
colabora hay una serie de “dimensiones” que tener en cuenta: las personas, el recurso que
comparten y la visión del resultado final. Porque “la realidad es que la intensidad de los
vínculos entre personas, entre recursos y entre los aspectos comunes que compartimos es lo
que define las distintas formas de compartir para llegar a desarrollar un bien común”. Su
posición la podemos leer en: COLABORACIÓN Y COOPERACIÓN.

Orientados por el modelo educativo del pedagogo norteamericano John Dewey, nos
preguntamos: ¿Qué es el Aprendizaje cooperativo? Creo que podemos estar de acuerdo que la
cooperación consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. “En una situación
cooperativa, los individuos procuran obtener resultados que sean beneficiosos para ellos
mismos y para todos los demás miembros del grupo. El aprendizaje cooperativo es el
empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para
maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. Este método contrasta con el aprendizaje
competitivo, en el que cada alumno trabaja en contra de los demás para alcanzar objetivos
escolares tales como una calificación de “10” que sólo uno o algunos pueden obtener, y con el
aprendizaje individualista, en el que los estudiantes trabajan por su cuenta para lograr metas
de aprendizaje desvinculadas de las de los demás alumnos.

Sabemos que “cooperar no es una actividad extraña. Desde siempre las personas nos hemos
unido para lograr objetivos comunes, como manifestación clara de la vertiente social del
género humano. Quizás, para algunos docentes, pueda resultar más innovador la idea
de cooperar como metodología para aprender. Es decir, hacer de la cooperación
una herramienta para aprender más y mejor. Aunque, …tampoco tan novedoso” (José Blas
García Pérez).

El aprendizaje cooperativo comprende tres tipos de grupos de aprendizaje: los


grupos formales, los informales y los de base. “No hay nada mágico en el trabajo en grupo.
Algunos tipos de grupos facilitan el aprendizaje de los alumnos y mejoran la calidad de vida
en el aula. Otros entorpecen el aprendizaje y provocan insatisfacción y falta de armonía en la
clase. Para manejar con eficacia los grupos de aprendizaje, el docente debe saber qué es y
qué no es un grupo cooperativo”.

“La capacitación para emplear el aprendizaje cooperativo no es un proceso rápido. No basta


con tener talento natural para ser un buen docente. También es necesario estar
bien entrenado en el empleo del aprendizaje cooperativo y tener una excepcional disciplina
para implementar los cinco elementos básicos en cada clase. La capacidad del docente de
organizar tareas cooperativas se evidencia en su habilidad para:
1. Tomar cualquier clase, de cualquier materia, con alumnos de cualquier nivel,
y estructurarla cooperativamente.
2. Emplear el aprendizaje cooperativo (como procedimiento de rutina) del 60 al 80 por
ciento del tiempo.
3. Describir con precisión lo que está haciendo y por qué a efectos de comunicar a otros
las características y las ventajas del aprendizaje cooperativo, y enseñarles a los colegas
cómo llevarlo a cabo.
4. Aplicar los principios de la cooperación en otras esferas, como en las relaciones entre
colegas y en las reuniones del cuerpo docente”.

El profesor, para aplicar el procedimiento de enseñanza usando el aprendizaje


cooperativo, parte de la organización de la clase en pequeños grupos mixtos y
heterogéneos donde los alumnos trabajan conjuntamente de forma coordinada entre sí
para resolver tareas académicas y profundizar en su propio aprendizaje (cf Joan Rue, UAB).
“No se trata de repartir tareas y que cada cual haga lo suyo para luego unirlos en el producto
terminado, sino que todos se vean involucrados en cada una de las etapas y elementos de
producción, para obtener el mejor resultado posible, y alcanzar conclusiones generales del
grupo en conjunto. El rol del maestro es fundamental, como guía, como árbitro en la
resolución de conflicto, como mediador, como referente y como evaluador de procesos y de
resultados.” (DeConceptos.com).
El aprendizaje cooperativo exige decisiones previas, como la selección de materiales y
objetivos didácticos, la confirmación de los grupos, la disposición del aula y la asignación de
roles; la ejecución de las tareas y el trabajo en equipo que deben ser explicadas y definir la
interdependencia positivas, así como las conductas deseables; la puesta en marcha,
la supervisión, la finalización y la evaluación de la calidad y la cantidad del aprendizaje.

Una publicación anterior, que les puede ser útil: 54 TÉCNICAS DE APRENDIZAJE
COOPERATIVO: DESARROLLO Y CONSEJOS PARA SU APLICACIÓN EN EL AULA.

David W. Johnson, Roger T. Johnson y Edythe J. Holubec, propulsores de este recurso, nos
dicen que “los estudiantes mismos no están acostumbrados a trabajar juntos y tienden a
ser competitivos. Nuestro consejo es empezar de a poco, empleando el aprendizaje
cooperativo para un solo tema o en una sola clase, hasta que el docente se sienta cómodo al
utilizar el método, y luego extenderlo a otros temas o clases. Implementar el aprendizaje
cooperativo en el aula exige esfuerzo y disciplina. No es fácil. Pero vale la pena”.

Les invitamos a completar estas orientaciones, descargando en PDF y leer: EL APRENDIZAJE


COOPERATIVO EN EL AULA.

Por otro lado, el profesor José Blas García Pérez afirma que “la misma estructura de la escuela
es contraria a los principios cooperativos y hacen casi impracticable su desarrollo. Es
necesario un cambio de cultura, un cambio organizativo y un cambio metodológico que
esté orientado a la cooperación. La cooperación como vehículo hacia una escuela
insertada en su contexto, democrática e inclusiva, al mismo tiempo que autónoma, crítica y
empoderadora de individuos”, para hacer frente al aislamiento docente; la homogeneización
de currículos y método; el culto al silencio, al esfuerzo y trabajo individual, a las
calificaciones como símbolos de logro,…la división burocrática por cursos y aulas; la
clasificación de las escuelas en ordinarias y especiales; la promoción a base de resultados; la
especialización por asignaturas, por departamentos, por materiales; la organización por horas
en las que cada maestro o profesor solo sabe y le interesa “lo suyo”; el conocimiento
enlatado; los alumnos tratados bien como insumos o bien como piezas intercambiables de
un puzzle [rompecabezas] …, contra las metodologías reproductoras, limitadoras de la
creatividad y la iniciativa, visibilizadoras de las carencias y no de las posibilidades… (cf
“Aprendizaje cooperativo hoy: una paradoja y tres interrogantes”).

“Aprender cooperativamente representa una ocasión privilegiada para alcanzar objetivos de


aprendizaje muy diversos, no solo referidos a los contenidos, sino también orientados al
desarrollo de habilidades y destrezas interpersonales, con claros beneficios para el
aprendizaje de los alumnos” (Leonor Prieto).

Les sugerimos ampliar los conceptos anteriores, la tabla de los beneficios del aprendizaje
cooperativo en el aula, y el Decálogo a tener en cuenta para el desarrollo metodológico del
aprendizaje cooperativo, en la publicación de INED21: APRENDIZAJE COOPERATIVO HOY:
UNA PARADOJA Y TRES INTERROGANTES.

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