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Metrópolis

La película la cual vamos a analizar trata sobre un distópico mundo situado en 2026. La
ciudad Metrópolis se encuentra dividida en dos grupos: una élite formada por
científicos, intelectuales, propietarios… que viven en rascacielos y pasan la vida de
forma contemplativa, es decir los poseedores de los medios de producción; y el otro
los trabajadores que pasan su vida haciendo que las elites puedan vivir con las
comodidades a las que están acostumbrados, es decir el proletariado. Este mundo es
un claro ejemplo de la división en dos grandes clases sociales de las que habla el
marxismo. Dicho mundo está dirigido por Fredersen, personaje que será importante en
la trama de la película.
La película gira en torno a una posible revolución y a dos personajes que intentan
evitar dicho acontecimiento. Estos personajes son María y Freder, hijo de Fredersen.
María desea una revolución social, pero pacífica y paciente. Ella desea que se espere a
la llegada del “Mediador”, una figura que unirá a los dos mundos sin necesidad de
derramamiento de sangre. Además, el personaje femenino de la película carga con el
hecho de tener que actuar de acuerdo a sus creencias religiosas, una losa que como
Marx describió no es compatible con la revolución social. De ahí su famosa frase de “la
religión es el opio del pueblo”. Porque la religión no es más que un método para aliviar
el dolor y las desgracias de las masas populares a través de las experiencias religiosas.
Sin embargo, en el mundo de los trabajadores se está fraguando otro tipo de
revolución, una más acorde con el marxismo. Y es a este mundo al cual llega Freder
siguiendo a María. Freder se enamora de ella a primera vista y la sigue a un mundo que
hasta entonces es desconocido para él, al mundo de los subordinados. En ese mundo
descubre que los trabajadores son reemplazados rápidamente cuando sufren un
accidente, que no son atendidos, que viven con lo mínimo y no gozan de ninguno de
los privilegios a los que él está acostumbrado. Se da cuenta entonces que los
propietarios, a los cuales él pertenece no consideran a los trabajadores personas, sino
simplemente una vía para mantener su modelo de vida. Algo que vemos reflejado en
Marx cuando habla sobre la sociedad del S.XIX, una sociedad que da el salto de la
sociedad estamental del Antiguo Régimen a una sociedad dividida por la posesión de
los medios de producción.
Fredersen se da cuenta de las intenciones de los trabajadores y se pone en contacto
con Rotwang, un científico judío. Rotwang ha creado un robot que puede tomar la
apariencia de una persona y deciden que suplante a María. De esta forma mandan al
robot a que inicie disturbios entre la población, para que Fredersen tenga una excusa
para mandar a la fuerza armada contra ellos. De esta forma aplacaría la revuelta
incluso antes de empezar. El robot cumple su objetivo y consigue que los trabajadores
destrocen la “máquina robot”, una máquina que es la encargada de hacer funcionar la
ciudad. Esto hace que la ciudad de los trabajadores se inunde y los hijos de estos se
vean en peligro. Por suerte son rescatados por la verdadera María y Freder. Al final de
la película se descubre la existencia del robot y los dirigentes de ambas partes, los
trabajadores y los poseedores, inician una conversación. Se da a entender que es el
inicio de un nuevo comienzo y sociedad. Además de que el corazón debe regir al
cerebro. Este final no es acorde con el ideal marxista. Según Marx se debería haber
dado la revolución social que llevara al comunismo, y con ellos a una sociedad sin
clases. Una sociedad en la que no existan los poseedores y los trabajadores.
Es importante para comprender el significado de la película conocer el concepto de
historia que tiene Marx: la historia no tiene una continuidad lineal y los hechos del
pasado no son parte de una cadena que obligatoriamente nos dirigía al presente que
conocemos, como si no hubiera habido otros caminos posibles. La historia avanza por
la lucha de las clases sociales, y por lo tanto en Metrópolis se debería de haber dado
un gran salto histórico si la revolución se hubiera dado. Y de esta forma la historia
hubiera avanzando, sin olvidar que el objetivo final es alcanzar una sociedad
comunista.

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