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Felipe Criado Boado
*UXSRGH,QYHVWLJDFLyQHQ$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH8QLYHUVLGDGHGH6DQWLDJRGH&RPSRVWHOD
Primera Edición, Abril de 1999
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&ULWHULRV\&RQYHQFLRQHVHQ$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
FRPLWpHGLWRULDO
Felipe Criado Boado, USC (director)
Xesús Amado Reino, USC (secretario de TAPA)
Mª del Carmen Martínez López, USC (secretaria de CAPA)
César Parcero Oubiña, USC (secretario de TAPA)
César A. González Pérez, USC
Sergio Martínez Bogo, USC
María Pilar Prieto Martínez, USC
Sofía Quiroga Limia, USC
Anxo Rodríguez Paz, USC
FRQVHMRDVHVRU
David Barreiro Martínez, USC
Francisco Burillo Mozota, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense
Isabel Cobas Fernández, USC
Manuel Díaz Vázquez, USC
Ramón Fábregas Valcarce, Dpto. de Historia I, Fac. de Xeografía e Historia, USC
Matilde González Méndez, USC
Faustino Infante Roura, D. X. do Patrimonio Cultural, Xunta de Galicia
Elena Lima Oliveira, USC
Mª Isabel Martínez Navarrete, Centro de Estudios Históricos, CSIC
GLUHFFLyQGHFRQWDFWR
Secretaría de CAPA
Grupo de Investigación en Arqueología del Paisaje
Universidade de Santiago de Compostela
Apdo. de Correos 994
15700 Santiago de Compostela
Galicia, España
Tel. 981 590555
Fax 981 598201
E-mail phpubs@usc.es
Web http://www-gtarpa.usc.es/CAPA
HMHPSODUHV
Cualquier persona interesada en recibir ejemplares de esta serie
puede ponerse en contacto con la Secretaría de CAPA
mediante el teléfono o e-mail que figuran arriba.
DXWRUGHOWH[WR
Felipe Criado Boado
DXWRUHVGHO$SpQGLFH
Faustino Infante Roura
Jacobo Vaquero Lastres
Felipe Criado Boado
DXWRUDGHO$SpQGLFH
Victoria Villoch Vázquez
GHOLQHDFLyQ
Anxo Rodríguez Paz
DXWRHGLFLyQ
Sergio Martínez Bogo
ILQDQFLDFLyQ
Financiación de la edición: Grupo de Investigación
en Arqueología del Paisaje
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Se presenta en este trabajo la Arqueología del Paisaje como pro-
35(È0%8/2
puesta para estudiar la espacialidad humana en Arqueología y,
más en general, para aproximarse a la interpretación del registro Como hemos propuesto en otros puntos (veánse
arqueológico. Para ello se parte de una teoría crítica específica, las referencias recogidas en la bibliografía final),
se redefine el concepto de paisaje, se describe una metodología la $UTXHRORJtDGHO3DLVDMH (ArPa en lo sucesivo) es
de trabajo, a título de ejemplo, se aplica ésta a un problema es-
una estrategia de trabajo que puede ser utilizada
pecífico. En concreto se estudian los primeros paisajes basados
en la arquitectura monumental en el neolítico atlántico europeo. como una herramienta de gestión y estudio del
En este momento se inicia un proceso creciente de domestica- registro arqueológico, y que permite acceder a
ción del entorno que no sólo es expresión de una nueva econo- aspectos de éste a los que generalmente la Ar-
mía y aparato tecnológico, sino ante todo de una nueva relación queología no se ha aproximado. La comprensión
de la sociedad con la naturaleza. Esta nueva actitud se corres-
ponde con la sustitución de un patrón de racionalidad anterior de estas dimensiones, sin embargo, no sólo es de
por otro que inaugura el proceso de modificación y explotación importancia básica para entender el pasado de
del espacio físico y que se correlaciona con transformaciones los seres humanos en el mundo (ya que una parte
paralelas en la sociedad. La aparición de la arquitectura monu- fundamental de esta historia es el modo cómo el
mental sería la representación de esa nueva forma de estar-en-el-
mundo y el paisaje monumental su expresión. Veremos como el ser está en el mundo y esto implica ante todo
análisis riguroso de las diferentes dimensiones del espacio social determinar cómo se adapta a, modifica, utiliza,
nos permite reconstruir la existencia de unos mismos principios organiza y comprende el espacio), sino que ade-
de organización y acceder así al código cultural que subyace a más posee una cierta utilidad crítica y actual (ya
las nuevas formas de construcción del paisaje.
que se relaciona con temas que están muy pró-
ximos de la sensibilidad y preocupaciones a las
$%675$&7 que en la actualidad se enfrentan nuestras socie-
In this text we dealt with Landscape Archaeology as a way to dades).
study human spatiality in Prehistory and, beyond that, to inter- En el primer sentido diremos que en este tra-
pretate archaeological record. Our proposal is based on a specific
critical theory, rethinks the very concept of landscape, develops bajo no trataremos las GLPHQVLRQHV SUiFWLFDV y VR
a distinct working methodology and, finally, is applied to a par- FLDOHV de los paisajes arqueológicos (ver más aba-
ticular case-study from the european atlantic neolithic. The first jo), ni tampoco las aplicaciones de la ArPa para la
cultural landscapes based on monumental architecture are stud- JHVWLyQGHO3DWULPRQLR$UTXHROyJLFR. En cambio ha-
ied. In this moment a process of domestication of environment
starts, reflecting not only a new economy but a new relationship remos otras dos cosas: resumir la EDVH WHyULFD
of society towards nature. Such attitude corresponds to modifi- sobre la que se puede movilizar un programa de
cation and exploitation of human surroundings and relates to
parallel social transformations. The appearance of monumental
architecture (megalithism) would represent this new way of be-
ing-in-the-world whose expresion would be the monumental 1 Laboratorio de Arqueología, Edificio “Monte da
landscape. A deep analysis of different dimensions of megalithic Condesa”, Campus Sur, Universidad de Santiago de
space discovers similar principles of organization in all of them Compostela (A Coruña, España) / phcriado@usc.es,
and shows the cultural code what underlies to the new forms of
http:// www-gtarpa.usc.es. Este trabajo, como otros, es
constructing landscape.
fruto del esfuerzo e ilusiones que desde hace años
alientan el proyecto colectivo del Grupo de Investiga-
3$/$%5$6&/$9( ción en Arqueología del Paisaje. A todos mis compañe-
ros en estos años, gracias por su estímulo y fortaleza,
Arqueología del Paisaje. Arqueología teórica. Monumentalidad.
por abrir espacios y clausurar sinrazones. La parte
Megalitismo. Neolítico Domesticación. Campesinado. Espacio
social. Espacio simbólico. práctica de este texto debe mucho a Victoria Villoch y
Lolo Santos, con quienes compartí horas de campo y
análisis en los terrenos de Amoedo. Las figuras han
.(<:25'6 sido delineadas, como otras veces, por Anxo Rodríguez
Paz, a quien además agradezco su profesionalidad y
Landscape Archaeology. Theoretical Archaeology. Monumen-
tality. Megalithism. Neolithic. Domestication. Peasantry. Social compenetración con mis propósitos. Las figuras del ap.
space. Symbolic space. “Un ejemplo arquitectónicoµ fueron elaboradas por
Sergio Martínez Bogo. El texto y bibliografía fueron
revisados por Matilde Millán.
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investigación en ArPa (y que en concreto es la Dejando a un lado los casos de utilización es-
que sigue y desarrolla nuestro *UXSRGH,QYHVWLJD tratégica de cualquier pensamiento dentro de
FLyQ HQ $UTXHRORJtD GHO 3DLVDMH en la Universidad cualquier ideología (pues ¿de dónde aprendieron
de Santiago), y en concreto aplicar esas formula- el concepto ‘plusvalía’ los patrones?), creemos
ciones al estudio de las GLPHQVLRQHVLPDJLQDULDV que es exactamente lo contrario. El saber-poder
(o simbólicas) del paisaje. hiperliberal se fundamenta una vez más en una
En el segundo sentido diremos que, de hecho, recuperación del humanismo que reinstaura un
el REMHWLYR FRJQLWLYR en última instancia de la cierto canon de hombre como sujeto de acción
ArPa sería deconstruir los paisajes sociales; esto mientras margina a los seres humanos concretos.
es: descomponer los mecanismos mediante los El JLUR VXEMHWLYLVWD GHO VDEHU GH OD WDUGRPRGHUQLGDG
cuales las WHFQRORJtDV HVSDFLDOHV \ DUTXLWHFWyQLFDV está cubriendo precisamente esta función. En Ar-
producen el espacio doméstico reproduciendo el queología está pendiente hacer el examen crítico
sistema de poder; mostrar, de este modo, que HO que evidencie que también es ésta la misión que
HVSDFLRFRQVWUXLGRHVHOSURGXFWR GH XQD VHULH GH PH están desempeñando ciertas ramas del post-
FDQLVPRV GH UHSUHVHQWDFLyQ, de sistemas mecánicos procesualismo, al menos sus orientaciones más
de reproducción que, en principio, no son apa- subjetivistas. Pero esa es otra historia.
rentes para el observador ni para el participante;
y, al final, FXHVWLRQDU HVDV WHFQRORJtDV GH GRPHVWLFD
FLyQGHOHVSDFLR, que son dispositivos conceptuales
antes que efectivos, discursivos antes que mate- &,(1&,$62&,('$'<
riales, que configuran el espacio en el sistema de
saber para permitir que éste sea compatible con 3$,6$-(
el sistema de poder2.
En este sentido, un objetivo tangencial pero 7HRUtDGHODFLHQFLD\WHRUtDVR
importante de esta línea de investigación es con-
tribuir a VXSHUDUOD$UTXHRORJtDFRPRVDEHUKXPDQLV
FLDO
WD, proponer una reconversión antihumanista, La imagen tradicional y dominante del desarrollo
aunque humana, de nuestra disciplina. En el pre- de la ciencia moderna propone un paradigma
sente contexto, en el que el imperio de las ideolo- evolucionista según el cual el progreso científico
gías hiperliberales no sólo sacude mediante el habría permitido eliminar a dios y la providencia
ejercicio del poder a nuestras sociedades, sino como dispositivos para explicar el mundo y los
que además, rearmándose intelectualmente, habrían sustituido por la Razón objetiva, síntesis
adapta el sistema de saber para mejor sostener suprema del razonamiento positivo (ie., la posi-
los neopoderes, es especialmente conveniente bilidad de predecir científicamente las causas de
desenmascarar los disfraces humanistas. Durante todo) y la racionalidad técnica (ie., la intención
bastante tiempo ha sido un tópico de la crítica de usar ese saber para doblegar el mundo y ma-
funcionalista y de izquierda presuntamente radi- ximizar el sistema). De hecho, sobre esta conjun-
cal alegar que el pensamiento estructuralista de ción de una epistemología (más general e impro-
la PXHUWH GHO KRPEUH (que representa a una tradi- piamente llamada ‘teoría de la ciencia`) Positi-
ción intelectual que los anglosajones dieron en vista y un Saber eficaz, se construyó la Moderni-
llamar SRVWHVWUXFWXUDOLVWD) aportó la metáfora bási- dad misma, la revolución industrial, el desarrollo
ca de la dominación y el control desindividuali- técnico, el progreso universal y, a la postre, la
zador y antihumanista que necesitaba el aparato misma sociedad moderna caracterizada por la
ideológico de los sistemas industriales avanza- democracia liberal y la hegemonía del individuo
dos. Algunos incluso ven aquí el huevo intelec- concebido como ser libre y autónomo. La crítica
tual de la serpiente neoliberal. En España, por social nos ha mostrado las causas y consecuen-
ejemplo, está extendido entre los sectores que se cias de esta convergencia entre desarrollo cientí-
dedican a la crítica literaria apurar que los esta- fico y dinámica social, pero a los efectos de esta
mentos intelectuales colaboracionistas de las introducción únicamente queremos resaltar aho-
dictaduras chilena y argentina eran postestructu- ra que este modelo de saber, definido por la colu-
rales y postmodernos porque ésa era/es la ideo- sión de HPSLULVPR, SRVLWLYLVPR y IXQFLRQDOLVPR, se
logía del compromiso con el sistema y el des- impuso, y mantiene todavía de forma tiránica,
compromiso con el ser humano. primero en las ciencias físicas y naturales y des-
pués, como consecuencia de su mayor prestigio
científico, en las disciplinas humanistas. La En el
caso de la Arqueología, los conceptos de VRFLHGDG
2 Utilizamos ambos conceptos en el sentido que les ha (entendida como sistema), de VXMHWR (concebido
conferido Foucault 1979, 1980; la proclama ‘olvidar a
como opuesto a la naturaleza y el mundo objeti-
Foucault’ es un buen reclamo para vender libros o una
vo) y de DFFLyQVRFLDO (comprendida como adapta-
buena fórmula para conjurar el complejo de Edipo; pe-
ro por demás no nos parece rentable ni coherente. ción) indican en el caso de la Nueva Arqueología,
al igual que de la Antropología Funcionalista o la
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
Arqueología Espacial, la estrecha relación entre En este contexto se ha producido un cierto JL
ciencia social y poder burgués. URVRFLROyJLFR en las ciencias y saber moderno. Este
Hace tiempo, sin embargo, que esta visión ex- giro se percibe en diferentes disciplinas y posee
cesivamente optimista del desarrollo científico diferente alcance, pero, en síntesis, se podría in-
entró en crisis. De hecho, si se revisa la historia terpretar desde un punto de vista optimista como
del pensamiento (y no sólo la de la Ciencia) en la emergencia de una perspectiva que intenta
profundidad, casi no se puede encontrar un solo aproximarse a los fenómenos que tienen que ver
momento en el que esa visión hubiese sido acep- con la sociedad y el ser humano como hechos so-
tada de forma unánime. Ya a finales del siglo pa- ciales, desde dentro de su dimensión social, y no
sado el Positivismo rampante fue mitigado por la sólo como ‘cosas’ externas: medio ambiente, cri-
tradición fenomenológica que consolidó la ruptu- sis ecológica... Este cambio de actitud es espe-
ra entre las ciencias naturales y las sociales (las cialmente notorio en las disciplinas y especialis-
primeras empeñadas en la explicación objetiva de tas que estudian y evalúan las relaciones de la
los hechos naturales y las segundas en la com- humanidad con el medio físico.
prensión subjetiva de los fenómenos sociales) al Sin embargo, al tiempo que nos debemos
reconocer la imposibilidad de dar cuenta de los congratular de que la historia y el efecto humano
segundos desde las primeras. se hayan incorporado a la investigación científica
A pesar de que se pueda (y deba) rechazar a para superar una perspectiva estrecha de los
la fenomenología por sus fundamentos idealistas, problemas ambientales que no tomaba en consi-
su crítica percibió las limitaciones del complejo deración a la sociedad (salvo en su dimensión de
saber-sociedad moderno que, desde entonces, se ‘población’ como en las perspectivas ecologicis-
han precipitado y ampliado: en la Guerra del 14, tas, que constituyen una forma de reduccionismo
en la crisis del 29, en la Segunda Guerra Mun- que no aporta nada al simplificar la valoración de
dial, en el orden de la Guerra Fría, en la crisis la historia a las magnitudes cuantitativas de un
ecológica de los 70, en la actual crisis del Orden flujo ecosistémico), debemos distanciarnos de
Internacional..., se ha intentado sucesivamente esta estrategia para poder diagnosticar sus limi-
amortizar los problemas de la modernidad a tra- taciones y su alcance alternativo.
vés de una solución meramente tecnocrática con- Esta actitud crítica es conveniente porque, de
sistente en maximizar las posibilidades producti- hecho, es tremendamente fácil incurrir en una
vas del sistema económico-industrial, lo que concepción inadecuada del papel de la historia y
otorgó una función clara al saber científico mo- el ser humano en estos procesos. Es fácil, direc-
derno y confirió a éste una hegemonía cada vez tamente, caer en la trampa del +XPDQLVPR y, de
mayor. Pero las soluciones coyunturales, en vez hecho, creemos que en él se está cayendo. Esto
de resolver nada han puesto en evidencia que lo puede ser debido en parte a las dificultades de
que de verdad está fallando es este complejo téc- las ciencias naturales para pensar las humanida-
nico-economo-industrial, que esta crisis continua des, al hecho de que aquellas carecen del aparato
se manifiesta en la dificultad de comprender conceptual adecuado para pensar el HIHFWR KXPD
científicamente la interacción entre la sociedad y QR. Pero sobre todo se debe a que el Humanismo,
el mundo, y que el resultado es una gigantesca tradición intelectual mayoritaria en las Ciencias
inadaptación entre el medio y la cultura que Humanas, no sólo ha constituido la base de las
nunca se había dado a tal escala en ninguna eta- Humanidades sino también la forma misma de
pa anterior de la historia. considerar el ser humano por parte de la ciencia.
El reconocimiento de estas limitaciones, que En realidad, como demostró M. Foucault, el
es sobre todo el reconocimiento del fracaso rela- Humanismo convierte en objeto empírico al su-
tivo del sistema técnico-industrial moderno, de la jeto trascendental de la metafísica moderna. Esta
paradoja de que el incremento de la capacidad pensó al ser como sujeto transcendental, sujeto y
para dominar el mundo ha conducido a una de- objeto al tiempo de pensamiento, intención, ac-
gradación cada vez mayor de la calidad de la vi- ción... Aquél, de forma coherente con ese modelo,
da social y del propio mundo, ha propiciado en representó al hombre como un ser individual,
la última década el intento de reintegrar al hom- autónomo y libre creando con ello el prototipo de
bre y la sociedad en la investigación. Como ar- individuo que el desarrollo socio-económico mo-
güiremos a continuación, este intento se ha sal- derno requería. Sin el sujeto burgués, objeto de
dado con la hegemonía de una estrategia idea- las libertades individuales y emancipado de las
lista, ingenua, que hace una mera y escueta refe- constricciones de la sociedad estamental del An-
rencia a procesos históricos y dimensiones hu- tiguo Régimen, no habrían existido las diferentes
manas que, sin embargo, no se analizan ni cues- figuras del control y la dominación que posibili-
tionan, y que ha conducido en definitiva a la taron el desarrollo del sistema burgués: el ciuda-
reemergencia (sino re-construcción) de un hu- dano, el obrero, el soldado, el preso...; pero tam-
manismo neoidealista en la Arqueología y, tam- bién el mercado, las clases sociales, el estado-
bién, en los estudios del paisaje y el medio natu- nación, la disciplina...; (aunque la bibliografía
ral. sobre este debate es muy amplia, se puede con-
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sultar al respecto Bermejo 1987, 1989, 1994; o Es necesario conjurar dentro del discurso
Foucault 1978, 1980b, 1984, 1987). científico la apelación al hombre en tales térmi-
Esta gigantesca operación de ingeniería so- nos metafísicos, idealistas y subjetivistas. Del
cial, que ha configurado al fin el sistema cultural mismo modo que en las Humanidades se ha pe-
más vasto que ha conocido la historia, no habría leado contra el Humanismo, sigue siendo ahora
existido sin el Humanismo. Este fue el saber en- necesario perseguir su reemergencia en otros sa-
cargado de pensar el hombre, de construir el beres4. Ello supone, en vez de hablar del hombre,
modelo de individuo que ese sistema de poder buscar a la sociedad, en vez de apelar a la Histo-
burgués requería. ria, reconstruir las fuerzas y conflictos del proce-
so histórico. Si se invoca el efecto humano, hay
Pero HO +XPDQLVPR HV HQ UHDOLGDG XQ LGHDOLVPR. que hacerlo de una forma radical, sin volver al
Es el responsable de una actitud subjetivista im- prístino humanismo auto-explicativo. El hombre
plícita en las Humanidades que simplifica el tra- no es en realidad más que nada; es un punto en
tamiento de los hechos sociales e inhibe una ple- el espacio, un espacio cruzado por relaciones de
na comprensión de los mismos. El humanismo poder. Y la auténtica forma de tratar la dimen-
reintroduce en la ciencia a la providencia como sión social es descubriendo las formas y determi-
dispositivo explicativo, con la salvedad de que la naciones de esas relaciones.
función gnoseológica que antes se confería a la
divinidad, se ha trasladado ahora al hombre: si En este trabajo intentaremos replegar esta es-
antes la referencia a dios operaba como un GHXV trategia sobre la práctica arqueológica y, en con-
H[PDFKLQD (ie., mecanismo argumental que, como creto, sobre la Arqueología del Paisaje. Como ya
en la tragedia griega, “cae del cielo” para resol- advertimos, nos limitaremos sólo a algunas di-
ver artificiosamente el conflicto presentado por la mensiones de la compleja realidad que conforma
trama), ahora se sustituye por la referencia al aquello que puede ser definido como SDLVDMH FXO
hombre. WXUDO; (un tratamiento integral del paisaje con esta
orientación se puede ver en los diferentes traba-
Humanista es todo saber que invoca al hom- jos que constituyen el volumen Criado 1998).
bre y la historia como fuerzas autoexplicativas
sin que, en realidad, expliquen nada. La paradoja
del humanismo es que, al tiempo que afirma al $UTXHRORJtDPRGHUQD\$UTXHR
Hombre, lo niega; mientras invoca a la Historia, ORJtDGHO3DLVDMH
la tergiversa. Humanismo es apelar al Hombre
como instancia explicativa mientras se cercena la Cuando se revisa la evolución de la $UTXHRORJtD
posibilidad de discutir quién es ese hombre, qué como ciencia, al igual que cuando se piensa el
intereses tiene, de qué fuerzas es producto o qué SDLVDMH como problema de estudio y trabajo (y no
poder lo representa. Apelación retórica: esta ac- solo dentro de la Arqueología, sino en muchas
titud intelectual sustituye un proceder científico otras disciplinas, incluyendo las ciencias históri-
riguroso y crítico por una función puramente le- cas, las naturales y las de la vida), se descubre la
gitimadora de los postulados propuestos y de los pertinencia de los comentarios anteriores. Las
intereses ideológicos que, como en todo discurso, orientaciones más ‘progresistas’ aplicadas a am-
se ocultan tras ellos. Este proceder no sólo no bas temáticas, han intentado implementar el pro-
cuestiona la fundamentación humanista, sino que yecto ‘modernizador’ adoptando el modelo em-
la refuerza en un momento en el que si algo de- pirista-positivista-funcionalista.
bería estar claro es que ya no sirve el modelo En el caso de la $UTXHRORJtD ello dio lugar a
moderno de hombre y que es preciso construir orientaciones centradas exclusivamente en los
un nuevo patrón de subjetividad. Pero, en reali- fenómenos ‘reales’ (ie., aquellas dimensiones de
dad, lo que estamos viendo es que el modelo la sociedad que se pueden reconocer mediante la
moderno se ha restaurado convirtiéndolo en su- observación empírica directa como, por ejemplo,
jeto de consumo3. el patrón de asentamiento de las sociedades pre-
históricas), que se pretendían explicar de forma
científica (ie., objetiva y con valor universal) li-
3 Posiblemente haya sido T. Eagleton (1986: 98) el pri- mitándose a descubrir la función práctica que
mer crítico que supo percibir que la solución a la crisis desempeñaban. Esta orientación define a la 1XH
económica de los 70 y primeros 80 se basó en un repun- YD$UTXHRORJtD, $UTXHRORJtD3URFHVXDO o )XQFLRQDOLV
te del consumo individual que necesitó reestablecer el
modelo de sujeto y readaptar los sistemas de indivi-
duación de la tardo-modernidad: de esa restauración queología Postprocesual) habrían sido el correlato ar-
salió el hombre reconvertido en \XS\, GLQN o en cual- queológico de ese sistema de saber-poder.
quier otra de las figuras representativas de la ética y
estética de los 80. Por nuestra parte hemos propuesto, 4 Un ejemplo de esta ‘resurrección’ sería el intento de
en diferentes ocasiones, que la misma recuperación del KXPDQL]DU las tecnologías, de darles un disfraz humano
LQGLYLGXR DJHQWH que preconizó el Postprocesualismo limitándose a decir que la pura técnica sin latín y cultu-
(uno de los principios téoricos fundamentales de la Ar- ra no es nada.
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
WD, que sustituyó a la anterior Arqueología Histó- do o tratado de forma secundaria o como epife-
rico-Cultural o tradicional de base humanista, se nómenos5.
hizo hegemónica en la disciplina durante los
Del mismo modo que urge redefinir nuestras
años 60 y 70 y constituye todavía la ordoxia ar-
nociones de UHDOLGDG e LQYHVWLJDFLyQ para superar
queológica actual.
las limitaciones y consecuencias negativas de la
En el caso de las FLHQFLDV GHO SDLVDMH dio lu- tradición positivista moderna, en el caso de la
gar a aproximaciones empiristas, centradas en el temática que nos ocupa urge UHGHILQLUHOFRQFHS
estudio de sus dimensiones físicas y visibles (ie., WRGHSDLVDMH para abrir su estudio a la considera-
accesibles a través de la investigación empírica) y ción de nuevas dimensiones y aspectos y operar
en la aplicación de estrategias positivas (ie., capa- con él de una forma integral. En este punto es
ces de transformar el saber en un valor producti- donde los comentarios del apartado anterior de-
vo para el sistema, lo que constituye de hecho la jan de ser meros planteamientos críticos para ad-
característica básica del positivismo, tal y como lo quirir implicaciones prácticas directas.
definió Lyotard 1987) de acción sobre el espacio.
Yendo más allá de la perspectiva empirista
Y cuando se combinaban $UTXHRORJtD\SDL estrecha que toma al paisaje como una realidad
VDMH, dio lugar en concreto a las estrategias de- ya-dada, como una entidad que se auto-contiene
nominadas $UTXHRORJtD (VSDFLDO o (FROyJLFD, que y se auto-explica, y que, por diferentes razones,
pretenden desarrollar un estudio arqueológico de se niega a sí misma, y de la funcionalista, que ex-
la relación entre el hombre y el medio a lo largo plica el paisaje como el medio y el producto de
de la historia, y que han constituido durante los los procesos sociales, nosotros proponemos con-
años 70 y 80 la aproximación fundamental de la cebir el paisaje como el SURGXFWR VRFLRFXOWXUDO
Arqueología a estas temáticas. FUHDGR SRU OD REMHWLYDFLyQ VREUH HO PHGLR \ HQ WpUPL
Todas estas estrategias eran muy productivas; QRVHVSDFLDOHVGHODDFFLyQVRFLDOWDQWRGHFDUiFWHUPD
satisfactorias y complacientes. Basaban su renta- WHULDO FRPR LPDJLQDULR. Esta acción social está
bilidad en la ventaja del empirismo consistente constituida tanto por las prácticas sociales (ie., la
en que, al definir y tratar con objetos reales, éstos acción social de carácter intencional: procesos de
se pueden cuantificar, explicar, predecir, mani- trabajo, utilización de técnicas, ritos, enunciación
pular... Reproducían los valores de la humanidad de discursos...) como por la vida social misma
moderna y positiva que, mediante la simplifica- (ie., la acción social no intencional, instintiva,
ción del mundo y la realidad, logran actuar de determinada por los imperativos biológicos de la
forma positiva sobre éstas. naturaleza humana y por la satisfacción de éstos
sin dotar a la acción correspondiente de sentido
Sin embargo, el problema de estas estrategias adicional alguno).
era basarse en un HPSLULVPR UHGXFLGR, en una no-
ción simplificada de realidad que no consideraba Godelier (1989) propone que el ser humano, a
como entidades reales y objetos empíricos la di- diferencia de otros seres vivos, no sólo vive en el
mensión no visible, el lado oculto del mundo. entorno, sino que crea su propio entorno para
Paradójicamente, mientras el progreso científico vivir o, dicho en otras palabras, construye su
ha permitido ampliar paulatinamente las dimen- propio medio socio-cultural. Como dice S. Mos-
siones de la realidad, incorporando nuevos fe- covici: “el hombre es lo producido y no lo dado”
nómenos y entidades a nuestro modelo del uni- y así “dependemos de nuestro medio porque lo
verso físico (piénsese como caso paradigmático hemos hecho mientras él nos hacía” (1975: 320 y
en la cosmología), se ha ido reduciendo su espe- 318). Estos postulados son especialmente útiles
sor al quedar fuera de esa imagen del mundo para fundar un estudio arqueológico del paisaje
ámbitos de reflexión y experiencia que antes, so- social. De hecho, aunque la artificialización pro-
bre todo en el seno de las sociedades tradiciona- gresiva del medio se ha acelerado en la historia
les, ocupaban también el espacio de la realidad reciente de la Humanidad, este fenómeno no es
(caso de los saberes IRON y analógicos). De modo
paralelo, la ciencia positiva se ha olvidado sobre
todo de las dimensiones sociales y culturales de 5 Un buen ejemplo de esto lo ofrece el estudio de la
los fenómenos que consideraba, de todas aque- potencialidad del suelo: su valoración mediante proce-
llas dimensiones que no tienen un carácter efecti- dimientos técnicos, aunque eficaz, prescinde del saber
vo y físico concreto. Este tipo de elementos, al no tradicional al respecto (que en ocasiones permitía pre-
ser controlables ni predecibles de modo directo, cisar aspectos inaccesibles al científico) y no toma en
consideración el contexto social de uso de ese suelo; un
son más difíciles de manejar de forma eficaz e
suelo no es malo ni bueno en términos absolutos, sino
introducen indeterminación y márgenes de error que es mejor o peor según el uso al que se dedique, la
en la investigación y en sus aplicaciones, razón tecnología con la que se explote, la rentabilidad pre-
por la que tradicionalmente se han dejado de la- tendida, etc; la pretensión de una eficacia suma olvida
que una cosecha excelente es, en muchos contextos so-
ciales, antes un perjuicio que una bendición, ya que
puede estimular procesos sociales no deseados.
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ción de un orden imaginado (el espacio simbóli- un cambio en la estrategia para reconstruir el
co: sentido, percibido, pensado...). Esta concep- sentido del registro arqueológico y supone, de
ción supone que la dimensión simbólica consti- hecho, una decadencia progresiva en el subjeti-
tuye una parte esencial del paisaje social y que vismo7.
una comprensión integral del mismo debe dar
La primera oleada (ca. 1980-86) del postpro-
cuenta de ella. Esta proposición es plausible in-
cesualismo (bajo la influencia del estructuralismo
dependientemente de que, según la matriz teóri-
y la Antropología Simbólica) intentó reconstruir
ca que elijamos, se otorgue prioridad (descripti-
el sentido desde el contexto, a partir de las rela-
va, causal, genética o lógica) a una u otra de las
ciones contextuales del registro arqueológico
tres dimensiones constitutivas del paisaje que se
(Hodder 1982a, 1982b, 1987a, 1987b, Miller et al.
citaron más arriba6. 1984). La segunda oleada (ca. 1986-91) pretendió
(bajo el influjo de la Hermenéutica) reconstruirlo
/D FXHVWLyQ. ¿Cómo podría ser analizada, estu-
reproduciendo la intención del agente social (in-
diada y reconstruida esa dimensión simbólica?
dividuo o grupo) que produjo ese registro (Ho-
¿Como podría la Arqueología, tal vez la única de
dder 1991, Hodder, Shanks et al. 1995, Shanks et
las ciencias sociales que afronta la paradoja de
versar sobre seres humanos y ser en cambio un al. 1987a, 1987b, 1989, Tilley 1990)8. La tercera
GLVFXUVRPXGR, un estudio de objetos que nada di- (ca. 1991-1996) procura hacerlo a partir de la pre-
cen y una invocación a seres prístinos que ya no suposición de que la reproducción de las condi-
dicen nada, acceder a un sentido que se constru- ciones de observación permite acceder a un sen-
ye en la lengua, la comunicación y la conviven- tido que a lo mejor no es esencialmente el origi-
cia? nal, pero sí el del fenómeno considerado (es la
$UTXHRORJtDGHOD3HUFHSFLyQ que indicábamos más
/D V DOWHUQDWLYD V . Este problema, cuya resolu- arriba, aunque sería más correcto denominarla
ción constituía el proyecto inicial del postproce- $UTXHRORJtD )HQRPHQROyJLFD); ejemplos de ‘logros’
sualismo y dio lugar al giro postprocesual en la prácticos de esta orientación podría ser Barrett
Arqueología de la pasada década, ha sido refor- 1994 o Shanks 1992.
zado merced a las recientes orientaciones de la Esta posición se basa en el principio esencial
práctica interpretativa en sentido ya no herme- de la filosofía fenomenológica (Husserl, Dil-
néutico sino fenomenológico. they...) de que existe una continuidad entre el VHU
Tilley (1994), o Thomas (1996) anticipaban y y el SHUFLELU, que a su vez se basa en la identidad
dejan ver una inflexión del postprocesualismo en suprema entre el 6XMHWR 7UDVFHQGHQWDO, los IHQyPH
dirección hacia una $UTXHRORJtD GH OD 3HUFHSFLyQ. QRV y las DSDULHQFLDV, de tal modo que el sujeto que
En esta orientación, que empieza a ser bastante percibe tiene de hecho una intuición del sentido
dominante, se acepta que se puede acceder al del mundo.
sentido RULJLQDO del registro arqueológico desde Sin embargo, el problema de esta posición es
QXHVWUD percepción actual de ese sentido. En el que reconstruye el subjetivismo en todas sus
caso concreto de la Arqueología del Paisaje Sim- formas. Propone una aproximación VXEMHWLYD y
bólico, se entiende que el juego de percepciones VXEMHWLYL]DQWH. Pues, por una parte, sustituye la
que se desata en un observador actual y docu- reconstrucción de la percepción del mundo por
mentado ante un espacio arqueológico, contiene, parte de los otros (los sujetos estudiados) por la
reproduce o refleja el significado original de ese reificación de nuestra propia percepción. Y por
espacio. otra es también subjetivizante, pues al hacer esto
extiende nuestro patrón de subjetividad sobre la
/RV SUREOHPDV. Así se ha llegado al borde de la historia. La noción de que, situado ante un de-
tercera mutación de la Arqueología Postproce- terminado problema, podemos descubrir la reac-
sual. Cada una de estas mutaciones representa ción de cualquier observador ante él a partir de
nuestras propias reacciones, no sólo es idealista
sino que instaura la ilusión de que el patrón de
6 Esta afirmación es, como cualquier otra dentro del
tipo específico de discurso que llamamos ‘ciencia’, dis-
cutible, pues ella misma depende de un determinado 7 Aquí se alumbra un tema distinto que no procede
tipo de opción teórica y, como tal, no puede pretender desarrollar pues, entre otras cosas, es más complejo y
tener validez a priori más allá de esa opción o inde- discutible; sin embargo debemos tenerlo en cuenta: ca-
pendientemente de ella. Sin embargo no es menos cier- da una de esas mutaciones representa un cambio en la
to que, a estas alturas de siglo, y superando las débiles estrategia de construcción de la individualidad en las
posiciones que se identifican de forma fácil con el sociedades postindustriales; son en suma los cambios
postprocesualismo, no podemos obviar el hecho de que que han sacudido el sistema de saber-poder occidental
la realidad humana se construye según articulaciones desde mediados de los 70 hasta ahora mismo.
simbólicas, de tal modo que toda teoría o interpreta-
ción social debe considerar de algún modo esta dimen- 8Esta posición fue oportuna y hábilmente criticada por
sión de la humanidad. Johnsen y Olsen 1992.
&$3$
subjetividad no cambia, sino que se mantiene in- que marcan el umbral a partir del cual todo lo
variable independientemente del contexto social que se dice es palabrería y, en el mejor de los ca-
e histórico que se considere9. sos, metáfora (es decir, lo que de verdad decimos
sin saber que es dicho mientras pretendemos ha-
(O REMHWLYR. Pero, ¿se puede reconstruir la di- cer ver que decimos otra cosa). Por eso creemos
mensión significativa y simbólica de los paisajes necesario diferenciar entre LQWHUSUHWDFLyQ GpELO e
arqueológicos sin extender el sentido y percep- LQWHUSUHWDFLyQIXHUWH, como veremos más abajo.
ciones del observador actual a otros contextos,
Esto implica que, como veremos más abajo, la
reproduciendo así nuestro modelo de subjetivi-
Arqueología del Paisaje puede reconocer las rela-
dad, limitando de hecho la libre efervescencia de
ciones formales de un paisaje prehistórico y, des-
otras subjetividades10, e inhibiendo en este caso de ellas, aproximarse al sentido implícito en ese
una interpretación del sentido original del regis- paisaje. Creemos que es posible llegar a com-
tro y paisajes arqueológicos independiente de prender sus líneas maestras pero, más allá de un
manipulaciones actualistas? cierto y cercano punto, dejan de hablar las for-
mas mismas y empieza a hablar nuestra propia
/D QHFHVLGDG. Satisfacer este objetivo es difícil.
subjetividad. La interpretación se desliza enton-
Pero debe ser el imperativo que guíe la práctica
ces del marco de la materialidad al de los enun-
arqueológica. Apurar ese riesgo permite superar
una Arqueología esclerotizada en temáticas que ciados subjetivos12. En la Arqueología del Paisaje,
poco importan a pocos (tipologías, cronologías, sobre todo cuando esta aproximación se con-
periodizaciones...), afrontando en cambio cues- vierte en metáfora cobertora para cobijar prácti-
tiones que son comunes a las ciencias sociales y cas tradicionales13, se pueden encontrar muchos
que éstas están obligadas a pensar (el sentido de y variados ejemplos de este tipo de LQWHUSUHWDFLyQ
la vida social, la construcción de la racionalidad, LQFRQWLQHQWH. Llamamos así a la interpretación que
las esencias mismas de la cultura y la sociedad...). se extiende como un rosario sin reconocer de
Superarlo evita convertir a la Arqueología en un forma explícita (y a menudo ni implícita) el ca-
instrumento de la metafísica, en una disciplina rácter de eslabón que tiene cada propuesta inter-
puesta al servicio del patrón moderno de subjeti- pretativa y que determina que su efectividad
vidad y empeñada, merced al reconocimiento en disminuya a medida que uno se aleja a lo largo
el pasado de los mismos horizontes de racionali- de esa cadena.
dad que nos resultan familiares (por ser los En un mundo inflaccionado de sentido, en el
nuestros), en la mundialización de ese modelo de que cada sujeto, agente o grupo de presión cons-
racionalidad. truye su propia visión de las cosas en aras de sus
intereses específicos, en el que la pluralidad se
(O OtPLWH. Pero coronar con éxito esta empresa refleja y concreta en una HVSLUDO KHUPHQpXWLFD14 o
supondría dos cosas: aceptar primero que las co-
sas hablan por sí mismas y asumir después que
no podemos encontrar más que un VHQWLGR GHELOL
WDGR, que comprenderlo todo es un imposible. O observando al final qué modificaciones (si alguna) ex-
dicho de otro modo: la práctica interpretativa perimenta el sentido del discurso: en cierta medida,
tiene en Arqueología límites muy claros que vie- todo lenguaje o metalenguaje contiene en sí las claves
nen dados por el hecho de que los fenómenos de su decodificación. Aquí radica la clave del éxito de
arqueológicos son mudos (no disponemos de los la $QWURSRORJtD (VWUXFWXUDO que es una metodología que
permite acceder al sentido de formas de racionalidad
sujetos que, al hablar, les confieren sentido)11, y
diferentes a la nuestra desde dentro de sí mismas y sin
extender sobre ellas nuestro propio modelo racional.
9
En ausencia de sujetos orales (o de su remedo, obras
Esto nos lleva a un tema distinto que hay que apun-
textuales) que nos transmitan la versión indígena del
tar, pues ésta es (utilizando el término acuñado por metalenguaje, el sentido sólo podrá ser reconocido de
Derrida 1976, 1989) la estrategia del ORJRFHQWULVPR, de la forma fragmentaria.
metafísica tradicional moderna, humanista y subjetiva,
que recupera en todas las prácticas y discursos espon- 12 Conviene matizar, pues estamos dando vueltas con-
táneos esa subjetividad convertida en una identidad tinuamente a esta característica, que lo subjetivo no se
esencial constante y consolidada como UD]yQXQLYHUVDO. debe entender tanto como la antítesis de lo objetivo (es
10
decir, como algo diferente a lo efectivo o real), sino
Uno de los problemas radicales del subjetivismo es
como aquello que deriva de un sujeto: representa un
que allí mismo donde se afirma, se niega, pues el énfa- horizonte de realidad cuya objetividad se funda subje-
sis en una subjetividad, cualquiera que ésta sea, anula tivamente, a partir de un sujeto concreto.
o determina la existencia de otra subjetividad distinta.
13 Se podrían citar muchos ejemplos...
11 Cuando se trata en cambio con discursos y sujetos
lingüísticos, es posible llegar a traducir el sentido que 14Creemos que esta figura es mejor para reflejar la me-
ellos comunican reordenando las piezas de su discurso, cánica del proceso interpretativo que la categorización
buscando las redes de sinonimia y analogía que lo cru- del mismo enunciada por Giddens 1982: 11-4, 1984: 374
zan, sustituyendo una pieza por sus equivalencias y (y recuperada en Arqueología por Shanks y Tilley
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
proceso sin-fin de enunciación de lecturas y sus- tención, sentido y racionalidad15 previa que se
titución de las interpretaciones “viejas” por las actualizan en elementos formales concretos y
“nuevas”, debería ser principio de acción práctica que, como tal, esos elementos deben representar
el VWRS PDNLQJ VHQVH de 7DONLQJ +HDGV de 1983. La de algún modo (siquiera sea distante) los contor-
encadenación de interpretaciones, como la de nos de aquella racionalidad, podemos intentar
preguntas en ese disco del grupo neoyorquino, a desarrollar una descripción del paisaje que de-
la postre únicamente conduce al sinsentido. construya éste y permita aislar los elementos y
Aporta una satisfacción al hedonismo y narci- relaciones formales que lo constituyen. El sentido
sismo del sujeto postindustrial, pero no reporta se debería desprender de las propias formas y
beneficios absolutos al conocimiento crítico de la relaciones, imponer por el peso de su propia
realidad. Como en la moda (y de hecho la analo- materialidad, sin precisar del concurso de un ho-
gía es doblemente pertinente por cuanto este fe- rizonte de inteligibilidad ajeno a él16. Podemos
nómeno tiene también mucho de moda), la enca- entonces articular el análisis de los paisajes ar-
denación y sustitución de fórmulas viejas por re- queológicos como una práctica deconstructiva
cursos nuevos crea la ilusión de que las cosas que intenta reconstruir un objeto de estudio dado
realmente cambian, de que el conocimiento se de acuerdo con sus propias normas y sin intro-
enriquece y el mundo mismo se transforma; pero ducir un sentido ajeno a él. Para ello precisamos,
en realidad lo único que señala es que el mundo además de las correspondientes BASES TEÓRICO-
viejo, el orden de la interpretación subjetiva e in- EPISTEMOLÓGICAS (que hemos delineado aunque
continente y de la metafísica humanista moder- de forma esquemática en otro punto: Criado
na, permanece. Como dice U. Eco, en una obra 1998b), de PROPUESTAS y HERRAMIENTAS TEÓRICO-
que junto a Vattimo (1995) debería ser lectura METODOLÓGICAS adecuadas, que sean de hecho
obligada para todos los que se dedican a la inter- algo así como la concreción tecnológica de aquél
pretación, se trata de evitar aquellos “casos en los aparato previo, desarrollen en un sentido prácti-
que el exceso de interpretación produce un GHUUR co sus presupuestos teóricos y permitan, a partir
FKH de energías hermenéuticas que el texto no de ellos y de las hipótesis que implican, producir
convalida” y de saber por lo tanto rechazar las conocimento nuevo. A continuación definiremos
interpretaciones insostenibles (1992: 16; también este DSDUDWRPHWRGROyJLFR, incluyendo dentro de
370). él la discusión de: las SURSXHVWDVGHWUDEDMR, de las
KHUUDPLHQWDV PHWRGROyJLFRFRQFHSWXDOHV para pensar
(ODSDUDWRPHWRGROyJLFR el estudio, el PpWRGR de trabajo, su PHWRGRORJtD
propiamente dicha, y los principales SURFHGLPLHQ
WRVRWpFQLFDVGHDQiOLVLV, grosera e impropiamente
(OSODQWHDPLHQWR
denominados a menudo “metodología”. Para ce-
Frente a los riesgos de la interpretación subjetiva, rrar el apartado incluiremos una VtQWHVLV o resu-
habría que volver a los orígenes del proyecto ar- men de esta propuesta y su aplicación y, todavía,
queológico foucaltiano enunciados en una frase añadiremos la descripción somera del HVTXHPD o
de su +LVWRULDGHODORFXUD en 1964: “¿No sería po- tQGLFHWLSR al que se ajustará el tratamiento del
sible un análisis estructural del significante, que ejemplo práctico que se aborda en el apartado 0
escape a la fatalidad del comentario, dejando en de este volumen. Este esquema no es gratuito,
su originaria adecuación significado y signifi- sino que está determinado por el proceso meto-
cante?” (Foucault 1976). En esta cita (en la que dológico que estamos definiendo.
por comentario se entiende la glosa, la exégesis,
De este modo completamos la presentación
la LQWHUSUHWDWLR, la multiplicación de opiniones) se
de nuestra PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA
contiene el principio fundador de una estrategia
PARA HACER ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE y
que conjura el ORJRFHQWULVPR occidental renun-
CONSTRUIR CONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO. Cre-
ciando a la reconstrucción directa del sentido.
Aunque la implosión posterior de la Hermenéu-
tica en las Ciencias Sociales de los últimos quince
15 Estos tres términos, complementarios, están relacio-
años ha sustituido sin superar a ese proyecto, es
todavía necesario volver a él. Ese proyecto, con- nados entre sí del siguiente modo: por UDFLRQDOLGDG en-
sistente en el análisis estructural del significante, tendemos, en la estela de Lévi-Strauss, el modelo de
pensamiento de una determinada formación socio-
creemos que ofrece también un marco adecuado
cultural (volveremos más abajo sobre ello), por VHQWLGR
para plantear los estudios de Arqueología del el contenido simbólico que la instantanealización de
Paisaje. ese modelo confiere a las cosas, y por LQWHQFLyQ el uso
Teniendo en cuenta que el paisaje, como todo estratégico y contextual (o coyuntural) de los sentidos
producto humano, es la objetivación de una in- por parte de los agentes sociales (sean éstos grupos o
individuos).
16 En Criado (1993a) exploramos las bases teóricas e
1987a: 107-8) como FtUFXORKHUPHQpXWLFR o HQFDGHQDPLHQWR interpretativas para convertir en práctica aqueológica
de hermenéuticas. estos planteamientos.
&$3$
emos que esta propuesta es aplicable no sólo al racterísticas y relaciones con los contextos de los
estudio de los espacios arqueológicos y de la Ar- que proceden y en los que funcionan deberían
Pa, sino en general a la totalidad del UHJLVWUR DU permitirnos reconstruir arqueológicamente las
TXHROyJLFR y, especialmente, al estudio de la FXOWX formas del paisaje.
UDPDWHULDO, incluyendo dentro de ella los SURGXFWRV Tenemos que reconocer que el paisaje se ma-
y HIHFWRVde las prácticas sociales, por cuanto estos nifiesta en productos materiales de distintas es-
conjuntos de objetos están constituidos por for- calas (monumentos, construcciones, herramien-
mas espaciales. tas, cacharros, decoración, tatuajes, etc), y pre-
senta múltiples QLYHOHV GH DUWLFXODFLyQ HVSDFLDO,
/DVSURSXHVWDV desde el entorno natural hasta el personal (más
La asumpción teórica esencial para el estudio de en concreto: espacio salvaje, espacio social, veci-
los Paisajes Arqueológicos debería ser que las nos, comunidad, muerte, vida, uso del suelo,
actividades que tienen lugar en relación con el asentamiento, producción, casa, grupo, individuo
espacio están organizadas de forma coherente …). Estos en realidad se corresponden con los
con la representación ideal del mundo que tiene diferentes niveles espaciales de las prácticas so-
el grupo social que las realiza. Un espacio no es ciales (lo natural, lo silvestre, el exterior, la co-
nunca independiente de los sistemas de repre- munidad, la muerte, la producción, lo doméstico,
sentaciones que lo monitorizan (Wigley 1993: lo individual, la cultura material). Por lo tanto,
160). Entre otras cosas, son elementos básicos de necesitamos aplicar un PHFDQLVPRGH]RRP o mo-
ese VLVWHPD GH UHSUHVHQWDFLRQHV: la forma de conce- delo metodológico e interpretativo que nos per-
bir la naturaleza, el espacio, el tiempo, la tempo- mita cruzar una mirada transversal sobre todos
ralidad, y las relaciones entre los seres humanos esos niveles, observando y comprendiendo los
y su ambiente. rasgos formales de cada uno de ellos como dife-
Toda sociedad dispone de ciertas tecnologías rentes objetivaciones de los mismos principios o
para domesticar el espacio, para construir el es- FyGLJRV HVWUXFWXUDOHV que dan lugar a su/una UH
pacio doméstico. Dado que son tecnologías JXODULGDG HVSDFLDO manifestada en la existencia de
constructivas podemos, metafóricamente, deno- UHODFLRQHVGHFRPSDWLELOLGDG entre los diferentes ni-
minarlas DUTXLWHFWyQLFDV: la arquitectura, las es- veles y códigos espaciales. Estos últimos con-
trategias de uso del medio, las artesanías... Pero ceptos necesitan ser aclarados.
esa construcción es una producción que depende Proponemos llamar UHJXODULGDG HVSDFLDO al pa-
de sistemas de representación. Esas tecnologías trón común de organización espacial que se re-
no consisten sólo en dispositivos mecánicos que cupera en los diferentes productos, escalas, ni-
construyen el espacio social, sino que incluyen veles de articulación, ámbitos de la acción so-
dispositivos conceptuales que configuran (defi- cial... de una misma formación socio-cultural. En
nen, articulan y nombran) el espacio en el saber. sentido más estricto es el patrón de actualización,
Podemos analizar esas representaciones expresado en términos o contextos espaciales, de
aceptando que son una parte esencial del 3HQVD un sentido general previo (pensamiento), a través
PLHQWR en el sentido que le confiere Lévi-Strauss, de productos concretos (forma), dentro de un
y que podemos llamar también SDWUyQ GHUDFLRQD instante determinado (acontecimiento), y con un
OLGDG. Un cambio en éstos implica un cambio en valor estratégico específico (estrategias de poder
las formas del paisaje social y, viceversa, un y anti-poder)17.
cambio en la relación entre las comunidades y el Los FyGLJRVHVSDFLDOHV18, por su parte, serían el
entorno supone un cambio similar en la formas conjunto de principios estructurales y normas a
de pensamiento social. De esta forma, una ade-
cuada reconstrucción de los Paisajes Arqueológi-
cos debería permitirnos ofrecer una interpreta- 17 Los conceptos UHJXODULGDG y DFRQWHFLPLHQWR están to-
ción parcial de esos patrones de racionalidad. mados de Foucault (1980a), que los aplicó al análisis de
los discursos. La definición que aportamos es en reali-
Esto implica que las concepciones o repre-
dad una síntesis y reescritura de las posiciones de ese
sentaciones espaciales reaparecen de alguna for- autor, aplicada al estudio del espacio cultural.
ma en todos los ámbitos de la acción social (sabe-
18 Debemos matizar el concepto de FyGLJR, ya que es al
res, discursos, prácticas y efectos sociales) que
pueden ser definidas arqueológicamente y confi- tiempo útil pero de uso ambigüo; en ocasiones se con-
funde con los conceptos VDEHU y GLVFXUVR. Por FyGLJR en-
guran lo que podemos llamar una UHJXODULGDG HV
tendemos el “sistema de convenciones explícitas y so-
SDFLDO (ver más abajo). De esta forma, ese sistema
cializadas” (Guiraud 1977: 56) o en definitiva el conjun-
de concepciones (o representación cultural del to de principios estructurales fundadores de una prác-
paisaje) puede reconstruirse a través del análisis tica social, pero por extensión adquiere un sentido am-
de la interrelación entre el mundo, el entorno ar- pliado y confuso ya que sirve para referirse a ese área
tificial y los productos físicos de las prácticas so- de actividad concreta (que en sentido estricto constitu-
ciales. Todas estas cosas, pero especialmente la ye un GLVFXUVR y, si se habla en términos generales, el
última, son arqueológicamente reconocibles a VDEHU). Para evitar esta ambigüedad sería preferible op-
7DEOD(VTXHPDWHyULFRPHWRGROyJLFRWHUPLQRORJtDFODVLILFDFLyQHLQWHUUHODFLRQHVGHORVWHPDVGHDQiOLVLV
QHJDWLYD de Adorno (1975). Adorno había descu- tumular. Se podrá aducir que el ejemplo es sim-
bierto, antes que la crítica postestructural o la de- plista, pero ello es así porque por su naturaleza
construcción y simultáneamente al pensamiento nadie establecería una identidad o continuidad
estructural, que la reificación de la subjetividad entre los constructores de túmulos y los respon-
occidental como razón universal se operaba tam- sables de la red eléctrica; eso es precisamente lo
bién a través de la dialéctica tradicional, que al que hay que hacer siempre al comparar, y a eso
actuar siempre en positivo termina recuperando le llamaremos analogía débil para remarcar que
en la síntesis lo que ya estaba en la tesis y anu- nuestro propósito no es el implícito en una ana-
lando en cambio la antitesis: de ahí que propug- logía tradicional.
ne invertir el método dialéctico para servirse de
él pero razonando en negativo: la tesis y la antí- (OPpWRGR
tesis no se refieren a una misma identidad que, El proceso de trabajo que se seguirá es el habitual
como tal, se reconstruye en la síntesis, reemer- en el DQiOLVLV DQWURSROyJLFR HVWUXFWXUDO y se opone
giendo por sí misma a pesar de que no se la espe- tanto a las metodologías objetivistas hipotético-
raba, sino que son irreductibles entre sí, con lo deductivas de la Nueva Arqueología, como a las
que la síntesis no acogerá ya la imagen concilia- subjetivistas del círculo hermenéutico vigentes en
dora de una operación de auto-reconocimiento, la Arqueología Postprocesual. El modelo que
sino de una práctica deconstructiva en la que las presentamos ocupa en nuestro caso el lugar del
dos identidades de partida son forzadas a dialo- PpWRGR, esto es: su aplicación permite establecer
gar para de este modo establecer cada una su ho- el grado de certeza de las hipótesis interpretati-
rizonte de racionalidad. vas que propongamos. En este sentido ofrece una
De este modo, denominaremos DQDORJtD GpELO alternativa distinta a los dos métodos anteriores:
al establecimiento de una correspondencia entre el hipotético-deductivo y el hermenéutico; y tal y
dos fenómenos que se aproximan pero que están como adelantamos más arriba, como tal método
suficientemente alejados como para que no se de conocimiento arqueológico es aplicable no
pueda instaurar una relación de identidad o ge- sólo al rango de fenómenos que estudia la Ar-
nética entre ellos. queología del Paisaje, sino a los diferentes temas
Esta lucubración puede parecer demasiado que considera la Arqueología. Nuestra propuesta
abstracta. Como casi siempre su aplicación es, se basa en comparar entre sí los modelos forma-
una vez que la teoría está clara, sencilla. Veamos les de organización del espacio desprendidos del
un ejemplo muy obvio. En la Sierra de Barbanza estudio de diferentes códigos arqueológicos.
se observa una relación estrecha entre la gran
El análisis se puede desarrollar aplicando dos
concentración tumular del interior de la misma y
estrategias distintas, según los espacios arqueo-
los numerosos tendidos eléctricos que atraviesan
lógicos considerados pertenezcan a un mismo
la sierra y que se cruzan en el sector de la misma
horizonte cultural o a contextos distintos. Lo
en el que se sitúa la principal necrópolis de toda
primero constituye un estudio VLQFUyQLFR y lo se-
la península de Barbanza. Una analogía positiva
gundo uno GLDFUyQLFR; ambos, además, se pueden
deduciría sabe dios qué despropósito. Afortuna-
combinar entre sí. En ambos casos se sigue un
damente, los dos fenómenos comparados son tan
método de trabajo que podemos esquematizar de
diferentes, que a nadie (confiamos...) se le ocurri-
la siguiente forma, con la única diferencia de que
rá nunca establecer una relación directa entre
en los estudios sincrónicos se añade una cuarta
ambos fenómenos. Sin embargo la analogía débil,
etapa a este modelo. (Para facilitar la compren-
tomando buena cuenta de la irreductibilidad de
sión del texto, se representa gráficamente este
ambos fenómenos entre sí pero a pesar de ellos
modelo en la Tabla 3.2).
comparándolos, descubre que los túmulos y las
redes eléctricas se han emplazado, al menos en La SULPHUDIDVH del análisis se centra en el estu-
parte, en función de la zona de paso (o collado) dio de un rango específico de fenómenos tomado
más apto para atravesar de un lado a otro de la a la escala de un determinado nivel de articula-
península de Barbanza y poder salvar el obstá- ción espacial, por ejemplo: la arquitectura de las
culo que la sierra representa21. De este modo ve- unidades domésticas, el emplazamiento de los
mos, que la lógica del fenómeno actual nos per- monumentos funerarios o la decoración cerámi-
mite acceder a la comprensión de una circunstan- ca. Si nos valemos de una analogía foucaltiana,
cia que, en buena medida, debió también de ha- podemos decir que en este punto el objeto de
ber determinado la lógica del emplazamiento análisis se centra en los GLVFXUVRVFRQFUHWRV. El ob-
jeto de esta fase es (primero) establecer la IRUPD
EiVLFD o SDWUyQ IRUPDO LQYDULDQWH al que responde
21
ese rango discursivo, y (después) definir un 0R
Para completar la comprensión de este ejemplo se
GHOR &RQFUHWR +LSRWpWLFR (MCH) de la RUJDQL]D
puede consultar el estudio específico del espacio tu-
mular de la Sierra de Barbanza recientemente publica-
FLyQHVSDFLDO de ese rango de IHQyPHQRVFRQFUHWRV.
do por Criado y Villoch (1998). Esta fase se corresponde con la etapa de DQi
OLVLV IRUPDO propiamente dicha, que ofrece el
&$3$
procedimiento adecuado para reconocer la IRUPD la evidencia empírica, no es posible estudiar ám-
FRP~Q (también la podríamos llamar IRUPDHVWUXF bitos diferentes, al menos se podrán analizar
WXUDO) por debajo de la pluralidad de IRUPDVHPSt otras zonas distintas para ver si en ellas reapare-
ULFDV, (ver el ap. “El Análisis formal del espacio ce asimismo el MCI. Esto supone en definitiva
arqueológico”). El objeto del análisis formal es observar si en ámbitos (o zonas) diferentes de la
tanto el HVSDFLR ItVLFR como los HVSDFLRV DUTXHROyJL misma cultura se evidencian los mismos códigos
FRV en él existentes. Estos últimos se representan, de organización espacial que se observaron en el
entre otros, en el patrón de distribución y empla- primero.
zamiento de los yacimientos arqueológicos de La correspondencia entre los códigos que se
cada período. El estudio del espacio físico, por su descubran en cada ámbito (o zona) permitirán
parte, incluye tanto el análisis de su morfología definir el 0RGHOR *HQpULFR ,GHDO (MGI) y describir
(lo que a una cierta escala podemos llamar fisio- lo que, de hecho, constituye el PRGHOR HVWUXFWXUDO
grafía) como de los patrones de poblamiento y de una determinada regularidad de organización
uso del suelo tradicionales; éstos aportan una espacial, entendido éste como elFyGLJRJHQpULFR en
analogía débil que permite resaltar qué es rele- el que se basan las correlaciones entre las dife-
vante en el espacio considerado. rentes formas y dimensiones del paisaje cultural.
La VHJXQGDIDVH del análisis se centra en el estu- Si mantenemos la analogía foucaltiana que
dio de otros niveles de articulación espacial del hemos propuesto, el objeto de análisis llegan a
mismo ámbito fenomenológico considerado, por ser ahora otros VDEHUHV o el VLVWHPD GH VDEHU en su
ejemplo: la arquitectura del asentamiento y el uso conjunto. De este modo, el objetivo del análisis
del espacio doméstico, la arquitectura tumular y será ahora definir el FyGLJR HVWUXFWXUDO GHO SDLVDMH
la distribución de las pinturas murales en un VRFLDO en el momento crono-cultural considera-
monumento megalítico, la obtención de las mate- do22, entendiendo por tal el conjunto de princi-
rias primas cerámicas y la funcionalidad de los pios, conceptos y normas que regulan las dimen-
productos cerámicos. Así, una vez que se ha des- siones espaciales de las prácticas sociales en ese
prendido el MCH o esquema formal del nivel es- contexto y que, ya sea para mantenerse, trans-
pacial inicialmente considerado, se compara con formarse, invertirse o negarse, emergen de un
los esquemas formales derivados del análisis de modo u otro en las diferentes manifestaciones
esos otros niveles con el fin de evaluar el grado fenomenológicas y en los productos materiales
de correspondencia entre unos y otros. de esa formación económico-social. Definido este
Si mantenemos la analogía foucaltiana, po- código, podremos formular el 0RGHOR *HQpULFR
demos decir que el objeto de análisis es ahora un ,GHDO que dará cuenta del paisaje cultural del
iPELWRGHO VDEHU XQDIRUPDFLyQRSUiFWLFD GLVFXUVLYD contexto considerado. Llegados a este punto, la
y que constituye unaUHJXODULGDGGLVFXUVLYD. El ob- interpretación de su sentido o racionalidad es
jetivo del estudio es (primero) establecer la HVWUXF una operación autocontenida. En concreto, este
WXUDRUJDQL]DWLYD o PRGHORHVWUXFWXUDO de la que de- modelo se puede interpretar y verificar obser-
penden las diferentes formalizaciones empíricas vando si permite comprender las características y
de ese ámbito del saber, lo que de hecho consti- configuración de otros ámbitos del mismo con-
tuye un 0RGHOR &RQFUHWR ,GHDO (MCI) de articula- texto socio-cultural inicialmente menos conoci-
ción espacial o, en sentido estricto, FyGLJR; y (des- dos.
pués) definir un 0RGHOR *HQpULFR +LSRWpWLFR de la
Finalmente existe una FXDUWD IDVH de carácter
RUJDQL]DFLyQ HVSDFLDO de ese iPELWR GH IHQyPHQRV,
muy distinto a las anteriores, ya que en ella el
cuyo valor y sentido será determinado en las fa-
análisis se sale del contexto cultural único que
ses siguientes de la investigación. Este modelo,
hasta ahora se estaba considerando (el megali-
en realidad, es una generalización del modelo
tismo, la Edad del Bronce...). Se traslada en cam-
concreto que se puede establecer a partir del
bio a otros contextos (cronológicos y/o espacia-
análisis y comparación de fenómenos espaciales
les) culturales distintos y distantes, lo que per-
pertenecientes al mismo contexto cultural.
mite contraponer los resultados obtenidos a la
La WHUFHUD IDVH del análisis se centra, en cambio, RWUHGDG, compararlos con situaciones que depen-
en la revisión de ámbitos fenomenológicos dife- den de patrones de racionalidad diferentes o se-
rentes al considerado hasta ahora con el fin de mejantes (nunca homólogos). Al tratarse de con-
poderlos comparar entre sí; por ejemplo: el análi- textos muy distantes, no hay riesgo alguno de
sis comparativo de los tres ámbitos a los que nos que las similitudes y diferencias se puedan poner
venimos refiriendo como ejemplos. Se trata de en relación con procesos de conservación o inver-
contrastar la coherencia del modelo anterior con- sión de una determinada tradición cultural. En
siderando en detalle ámbitos distintos de acción
social (otras prácticas y efectos y -si pudiéramos- 22 Esto podría ser denominado de múltiples formas:
otros saberes y discursos) para FRPSUREDU VL HQ
sistema estructural, estructura incluso, gramática espa-
HOORVUHDSDUHFHHOPLVPRPRGHORLGHDO o, en todo caso, cial (como propuso Glassie 1975).
transformaciones de éste. Si, por limitaciones de
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
cambio, las concordancias y discordancias entre Si la primera fase se correspondía con el DQiOLVLV
las situaciones comparadas nos pondrán sobre la IRUPDO, la segunda fase que hemos descrito se
pista de principios y normas que funcionan en corresponde con la HWDSD GHFRQVWUXFWLYD en la
todos los casos y que, sino son transparentes en que se despieza el registro empírico considerado
el caso estudiado, pueden en cambio ser más vi- para acceder a sus regularidades espaciales; la
sibles en el caso comparado. tercera, por su parte, se corresponde con la HWDSD
Así, una vez desprendidos los modelos gené- GHVFULSWLYD en la que se reconstruye el sentido de
ricos (MGI) de cada periodo o regularidad espa- esas regularidades y se expresa mediante una
cial, se comparan con los de contextos, zonas o descripción interna o auto-contenida de las mis-
periodos culturales que no tienen nada que ver mas; y la cuarta con la HWDSD LQWHUSUHWDWLYD, ba-
entre sí, con el fin de examinar las conjunciones y sada sobre todo en el establecimiento de FRUUHV
disyunciones más notables entre ellos. El princi- SRQGHQFLDVDQDOyJLFDV entre órdenes de fenómenos
pio teórico de esta fase del análisis es que las co- que, sin ser idénticos, pueden ser referidos unos
rrespondencias que se encuentren entre los dife- a otros para perfilar así el sentido de cada uno.
rentes códigos espaciales, no son debidas a una Sin embargo, este paralelismo es en parte fal-
identidad o continuidad cultural (cosas ambas so o simplista. Pues, como ya dijimos más arriba,
que de partida sabemos que no pueden existir), estas acciones en realidad se-dan juntas en el
sino el resultado de principios de organización proceso de estudio y constituyen ante todo los
semejantes, los más obvios de los cuales están planteamientos y herramientas de la estrategia
predeterminados y propiciados por la propia or- interpretativa que configuramos a través de esta
ganización del espacio físico, otros, si se hiciera propuesta metodológica. De todos modos, es lí-
caso a la hipótesis de Lévi-Strauss, por la natu- cito entenderlas como cuatro etapas sucesivas del
raleza invariante de la razón humana, y otros, en análisis que se corresponderían con cada una de
fin, por concomitancias cuyo sentido habrá que las principales fases del mismo y que dan nom-
descubrir entre los patrones de racionalidad de bre a cada una de ellas en función del tipo de ac-
los que derivan. Esta fase del análisis es fácil de ción que en ella predomina.
abordar si se hace un HVWXGLR GLDFUyQLFR, ya que Por otra parte, los resultados que se deriven
entonces el propio estudio ofrecerá marcos de de este análisis, podrían ser clasificados como
comparación muy diferentes. LQWHUSUHWDFLRQHV GpELOHV o IXHUWHV según estén
En cualquier caso, la interpretación del senti- más o menos ‘pegadas’ a la materialidad formal
do original se beneficiará de la YLROHQFLDFRPSDUD del fenómeno interpretado. Descubrir que ese
WLYD entre situaciones o contextos tan distintos. fenómeno posee un principio de orden y descu-
Esta RSHUDFLyQ LQWHUSUHWDWLYD adapta enton- brir incluso las reglas con las que funciona, pue-
ces la forma de una OHFWXUD de la descripción ante- de ser una interpretación GpELO pero con peso ob-
riormente re-construida, desde un KRUL]RQWH GH jetivo; comprender el sentido, origen y funciona-
lidad de ese código, será casi siempre una inter-
LQWHOLJLELOLGDG R LQWHUSUHWDWLYR distinto23, lectura
pretación IXHUWH y, consiguientemente, con mayor
que debe ser en realidad confrontación entre la
consistencia subjetiva.
descripción y ese horizonte, forzando una ‘vio-
lencia comparativa’ que permita destacar los
elementos significativos. El horizonte de inteligi-
bilidad u RWUHGDG con el que se contraponen los
modelos espaciales derivados de las fases ante-
riores estará constituida bien por DQDORJtDVGpELOHV
o bien por distintos SDWURQHVGHUDFLRQDOLGDGDQWUR
SROyJLFD, tomados éstos en todo caso como analo-
gías debilitadas24.
NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL N NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL N NIV 1 .... NIV N N1 .... N1 .... N1 .... 1 ... 2 ...
FASE 1 Modelo
Concreto
Hipotét.
NIVEL 1
7DEOD(VTXHPDWHyULFRPHWRGROyJLFRSURFHGLPLHQWRIDVHV\UHVXOWDGRV
Antes de acabar este apartado, y para que más de otros ámbitos culturales o fenomenoló-
clara quede su argumentación, podemos poner gicos. En este caso pueden ser: el espacio
un ejemplo de la forma de aplicar este método de doméstico, el uso del suelo, la territoriali-
trabajo. El ejemplo en cuestión nos sirve además dad y sus formas; o, en todo caso, con los
para introducir de forma resumida la organiza- esquemas formales de otras zonas distin-
ción y esquema del caso práctico que presenta- tas. De aquí se desprendería el MGI del
mos en el ap. “Análisis de tránsito”: espacio megalítico, o código estructural
del paisaje monumental.
Supóngase que queremos estudiar (cual es de he- 4. Finalmente, podríamos comparar ese có-
cho nuestra intención) el paisaje ceremonial me- digo, relativo a un periodo cultural con-
galítico y definir su código estructural. El proce- creto, con los códigos organizativos de los
dimiento que seguiremos será en síntesis el si- restantes paisajes culturales que se suce-
guiente. dieron en la misma zona: el espacio do-
1. En primer lugar analizaremos un ámbito méstico, uso del suelo y territorialidad de
específico del tema propuesto a sus dife- la Edad del Bronce, la distribución y or-
rentes escalas. Teniendo en cuenta el tema ganización de los petroglifos (arte rupes-
del que se trata, lo más natural parece tre al aire libre)... A partir de ahí podría-
empezar el trabajo por el estudio del em- mos valorar la dinámica de continuidad y
plazamiento tumular, pues a priori parece discontinuidad en las formas de paisaje de
que es este aspecto el que mejor nos podrá esa zona y determinar qué significan las
ilustrar sobre las formas de organización permanencias y los cambios. Se puede re-
del paisaje megalítico; sin embargo vere- saltar que el sentido se desprenderá tanto
mos más abajo que también resulta renta- del hecho de que ese código estructural se
ble empezar desde otros puntos. En todo mantenga en épocas distintas, como del
caso, la primera fase del estudio considera hecho de resultar contradictorio con el re-
las distintas escalas de articulación del gistro de esos otros momentos.
emplazamiento tumular, desde el rango
de detalle al comarcal, su correspondencia Sin embargo, antes de exponer el caso práctico,
con el medio físico y la fisiografía... todavía tenemos que precisar otros aspectos con-
2. A continuación, una vez establecido el cretos de la metodología de trabajo y de los pro-
MCH del emplazamiento tumular, se cedimientos (o técnicas) analíticas que utilizare-
comparará éste con los modelos obtenidos mos.
al analizar otros niveles espaciales del
mismo ámbito fenomenológico. En este /DPHWRGRORJtD
caso podrían ser: la arquitectura tumular, Una vez establecidas las bases que posibilitan
la arquitectura de la cámara, la distribu- pensar los paisajes arqueológicos, habría que
ción y estilo de las pinturas megalíticas, el concretar la PHWRGRORJtD de trabajo. La falta de
ajuar existente en los monumentos y su rigor teórico que impregna la Arqueología y las
distribución... De aquí se podrá derivar el ciencias humanas, lleva a utilizar habitualmente
MCI, que en realidad será la síntesis de como sinónimos los términos ‘método’ y ‘meto-
los MCHs de cada nivel analizado. dología’. Pero en un sentido estricto, la PHWRGROR
3. En tercer lugar se comparará el MCI ante- JtD es el sistema que permite construir conoci-
rior con los esquemas formales derivados miento nuevo, mientras el PpWRGR es el sistema
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
siguiente se ofrecerá de forma muy sintética) el aspectos que se refieren al análisis del tránsito
DQiOLVLVIRUPDO y ILVLRJUiILFD del espacio físico. (ap. En los bordes del paisaje”) y de las condicio-
• Para completar la anterior descripción, es pre- nes de visualización (ap. “Análisis de condicio-
ciso (aunque no siempre posible) calibrar el nes de visualización”).
ambiente actual considerado introduciendo pa-
ra ello todas las referencias posibles a su SD
OHRDPELHQWH. (O$QiOLVLVIRUPDOGHOHVSDFLRDU
• Por último se incluirá una descripción sintética TXHROyJLFR
del UHJLVWURDUTXHROyJLFR existente en la zona.
• /DGHFRQVWUXFFLyQGHOHVSDFLR (DQiOLVLV). Entendemos por DQiOLVLVIRUPDO28 o morfológico
El segundo apartado contiene el análisis el análisis de las formas materiales concretas que
formal y deconstructivo del espacio ar- constituyen el paisaje, tanto las naturales (fisio-
queológico considerado; en general puede gráficas) como las artificiales (elementos de Cul-
llegar a incluir todas las fases y técnicas tura Material, monumentos...), sin introducir un
de análisis antes comentadas; sin embar- sentido extraño a ellos. Es por lo tanto un tipo de
go, en versión reducida comprenderá práctica deconstructiva que, cuando tiene éxito,
siempre: describe el objeto de estudio GHVGH GHQWUR GH Vt
• El estudio de la interrelación entre yacimientos
PLVPR y constituye de hecho una forma de GHV
y patrones de movimiento. FULSFLyQGHQVD.
• La situación de los yacimientos en relación con El modelo de análisis formal que seguimos
el espacio físico o natural. está derivado de las estrategias de análisis formal
• El análisis de las FRQGLFLRQHV GH YLVLELOLGDG \ que se aplican en el diseño arquitectónico y, en
FXHQFDVYLVXDOHV de los yacimientos. concreto, de Baker (1985). Debemos reconocer
• (OVHQWLGRGHOHVSDFLR (UHVXOWDGRV). que, genéticamente, es una SURSXHVWDIXQFLRQDOLVWD,
El tercer apartado incluye la GHVFULSFLyQGHO ya que esta metodología de diseño fue puesta a
PRGHOR GH RUJDQL]DFLyQ HVSDFLDO H[LVWHQWH, la punto por los primeros arquitectos modernos y
UHFRQVWUXFFLyQ GH VX FyGLJR y la LQWHUSUHWD funcionalistas (Le Corbusier particularmente) pa-
FLyQ (débil y fuerte) del mismo. ra proyectar edificios que respondieran a las fun-
• Para ello primero se describe la estructura or- ciones y exigencias de sus habitantes y superaran
ganizativa del paisaje arqueológico considera- las insuficiencias y amaneramientos del diseño
do. historicista.
• Aunque no en todos los casos, es conveniente La principal novedad que aporta nuestra
considerar antes de finalizar la WHPSRUDOLGDG GH
propuesta no es tanto una modificación de esa
HVH SDLVDMH DUTXHROyJLFR; (esto en realidad se co-
rresponde con la cuarta fase del método de tra-
formulación inicial del análisis formal arquitec-
bajo que hemos definido, ya que al considerar tónico, sino su aplicación (basándonos en la
la diacronía de ese paisaje y su relación con norma de la OyJLFD ]RRP enunciada más arriba:
momentos de paisaje anteriores o posteriores, “Las propuestas”) a los diferentes niveles del es-
en realidad se compara la estructura anterior pacio, incluyendo no sólo el HVSDFLR FRQVWUXLGR si-
con la de otros modelos de paisaje). no también el HVSDFLRQDWXUDO e incluyendo, dentro
• Esto último contribuirá (mediante la contrapo- del primero, no sólo la escala de la FRQVWUXFFLyQ
sición de diferentes modelos de paisaje) a in- DUTXLWHFWyQLFD concreta sino también la escala de la
terpretar esa estructura; podremos así aproxi- FXOWXUDPDWHULDOPXHEOH e, incluso, la escala del HQ
marnos a la definición del modelo estructural
WRUQR KXPDQL]DGR (natural y doméstico simultá-
del paisaje arqueológico y a la reconstrucción
neamente).
de su sentido.
8QHMHPSORDUTXLWHFWyQLFR
En Arquitectura, esta metodología de análisis
352&(',0,(1726'( consiste en definir (o descomponer) las dimen-
siones constitutivas de cualquier entidad formal
$1È/,6,6 fijándose para ello en su: configuración formal,
emplazamiento en el espacio circundante, confi-
,167580(17$/
guración espacial concreta, articulación interna
Como hemos propuesto en diferentes momentos, de su espacio, función social que cubre, condicio-
estos SURFHGLPLHQWRV son en realidad el meca-
nismo para DECONSTRUIR los espacios arqueológi-
28
cos mediante el DQiOLVLV IRUPDO. Nos detendremos Es importante no confundir este tipo de análisis con
sobre todo en este tema (ap. siguiente) dado su el DQiOLVLVILVLRJUiILFR, que dentro de la Geografía se de-
carácter sintético e, incluso, sincrético; detallare- nomina de forma más propia y actual DQiOLVLVPRUIROyJL
FR. Cuando los consideremos en el subapartado “Un
mos asimismo las claves básicas para realizar un
ejemplo arqueológico: quedarán claras las distinciones
análisis fisiográfico (ap. “Análisis fisiográfico”).
entre ambas.
En cambio, revisaremos de forma más somera los
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
nes de visibilidad y visibilización, patrón de mo- A continuación procede definir cómo juega
vimiento y de accesibilidad. Lo veremos con ma- esa forma con el entorno inmediato, cómo se em-
yor detalle valiéndonos de un ejemplo presenta- plaza sobre y se interrelaciona con las líneas de
do en Baker (1985) y basado en el análisis de la movimiento en las que se integra y con el modo
primera &DVD&LWURKDQ de 1920, de Le Corbusier. de acceder a ella. En el caso de un edificio esto
Este diseño estaba inspirado en los modelos co- incluye su relación con la calle o vía de circula-
ches, por lo que su nombre incluye una referen- ción inmediata, con las construcciones próxi-
cia explícita a la empresa Citroën. La intención mas... Todo ello constituye el HPSOD]DPLHQWR de la
básica del diseño (que la misma fuente de inspi- construcción y se concreta o materializa gene-
ración elegida por otra parte evidenciaba) era ralmente en la RULHQWDFLyQ del edificio.
producir un modelo de vivienda unifamiliar para
la era industrial concebida como una materializa-
ción del ideal lecorbusiano de construir casas
concebidas como ‘máquinas para habitar’.
'250
'250 62/$5,80
3/$17$1,9(/&8%,(57$
6$/Â1
+8(&2
%$f2
3/$17$683(5,25
'250
(67$5
&2&,1$
3/$17$%$-$
)LJ(MHPSORDUTXLWHFWyQLFRSURGXFWRILQDO
Ambas cosas en realidad implican de- por el paralelismo de los planos verticales equi-
finir las IXQFLRQHV SUiFWLFDV que la para al edificio con la analogía automovilística en
construcción y sus partes desempe- la que se inspira, creando así un producto que
5
68
3(
5,2 ñan. A esto es a lo que habitualmente traduce los ideales mecanicistas y de velocidad
se denomina el SURJUDPD del edifico, y de la modernidad). En un sentido más amplio, el
,9$
'$ se supone que de su adecuada prede- patrón de orientación provoca asimismo el modo
35 ,9$
(;
3$
16
finición por parte del cliente o pro- de YLVLELOLGDG y de YLVLELOL]DFLyQ de la construcción,
motor depende en gran medida el es decir: qué se ve desde ella y cómo destaca en
éxito futuro de la construcción. Este su entorno. Y, en último término, determina el
paso, si se está diseñando una cons- sistema de LOXPLQDFLyQ, el modo de capturar la luz
trucción nueva, se cumplimenta con natural y de utilizar la artificial.
anterioridad a los dos anteriores; en
cambio, si se está analizando una
construcción ya existente para com-
prender su lógica, se hace de forma
posterior, ya que el conocimiento
previo de la forma concreta de la
construcción y de su articulación, 25,(17$&,Â1
)LJ 'HILQLFLyQ GH OD IRU permitirá descubrir las exigencias o 9,6,%,/,'$'
PDHVSHFtILFD\GHODDUWLFXOD ,/80,1$&,Â1
requerimientos funcionales que pre-
FLyQLQWHUQDGHOHGLILFLR sidieron su diseño29.
'250 '250
7(55$=$
&20('25 6$/Â1
$8;,/,$5
%$f2
683(5,25 %$-$
)LJ(OµPRYLPLHQWR¶GHOHGLILFLRGHILQLFLyQGH
VXRULHQWDFLyQ\YLVLELOLGDG
75$16,&,Â1 $%,(572 Por último hay que concretar las IRUPDV R SD
WUyQ GH PRYLPLHQWR dentro de la construcción: el
'250
6$/$
3$7,2,17(5,25
acceso, la permeabilidad del edificio, los flujos de
%$f2
tránsito internos, la red de movimiento... Si el se-
gundo punto consideraba en parte estos aspectos
0(',$ )81&,21(6 desde la perspectiva del contexto local en el que
la construcción se emplaza, éste los considera
)LJ'HILQLFLyQGHODVIXQFLRQHVTXHDEDUFDHOHGLILFLR desde una escala de detalle y en el interior de la
propia construcción.
Una sexta dimensión a considerar es la RULHQ
WDFLyQ del edificio, que en gran medida está en
función del emplazamiento elegido, y que dota a
la construcción de un movimiento y dinamismo
propio capaz de expresar el sentido o intención
última de la misma (el predominio en nuestro
ejemplo de una composición lineal subrayada
)RWR\3DQRUiPLFDVGHOD]RQDHQODTXHVHVLW~DODHVWDFLyQGHSHWURJOLIRVGH/D[HGDV5RGDV 6DQ)UDQFLVFR
0XURV$&RUXxD
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
Tomaremos para ello la estación30 de petroglifos dentes y formas del relieve), nos permiten definir
(grabados rupestres de la Edad del Bronce) exis- la IRUPDEiVLFD de la zona de estudio.
tente en el área de 6DQ)UDQFLVFR (Muros, Coruña
-en las proximidades del Monte Louro, gran
promontorio rocoso que cierra por el norte el ini-
cio de la ría de Muros). En el centro de la zona
elegida se sitúa el petroglifo de /D[HGDV5RGDV,
que es una de las representaciones de combina-
ciones circulares más importante de Galicia; rela-
cionada con la combinación principal hay un
grabado de una escena de monta o doma. Los
restantes petroglifos existentes son combinacio-
nes circulares sencillas (nº en el mapa 10, 11 y 14)
y piedras con simples cazoletas. Esta distribución
fue analizada en detalle en Bradley et al. (1994b y
1994-531).
FLPDV
/D[HGDV5RGDV FXHQFD
FD]ROHWDV HVFDUSHV
VXSHULRU
FXHQFDV
LQIHULRUHV
0$5
',9,625,$6 +,'52*5$)¾$ $&&,'(17(6 5(/,(9(
&UXFHLUR
6LVWDPDUHV
150 GHVFRPSRVLFLyQGH
IRUPDVIXQGDPHQWDOHV
6DQ)UDQFLVFR
200 GHOWHUUHQR
100
)250$ $1»/,6,6'(
%É6,&$ 7(55(12
50
DJUHJDFLyQGHFXHQFDV
VtQWHVLV
Z 1 FXHQFDVFRQH[DV
DQiOLVLV HVFDORQDGDVHQ
)LJ'LVWULEXFLyQGHSHWURJOLIRVGHODHVWDFLyQ 200 m
QLYHOHVGLIHUHQWHV
0RQDVWHULRGH6DQ)UDQFLVFRKDFLDHOQRUWH (
XQLGDGHV
UHGKLGURJUiILFD GLYLVRULDV IRUPDVGHUHOLHYH
9,6,%,/,'$'
ILVLRJUiILFDV
9,6,%,/,=$&,Ð1
GHILQLU
9,68$/(6
GHVFRPSRVLFLyQ 150
GHORVHOHPHQWRVILVLRJUiILFRV
200
100
DEDQLFRVGH
YLVLELOLGDG
$57,&8/$&,Ð1 $1»/,6,6'( 200 m
,17(51$ 7(55(126
SRVLFLRQHV SRVLFLRQHV
3$125»0,&$6 &8(1&$6
SURPLQHQWHV GHSULPLGDV
50
GHILQLFLyQGHXQLGDGHVFRQVWLWXWLYDV
0$3$),6,2*5È),&2 10 15
A
*
9
* * 14
B
: 1
* * *
C FDUDFWHUL]DU UHODFLRQHVGH
* * * 3(50($%,/,'$'9,68$/ LQWHUYLVLELOLGDG
D
* * *
)LJ$QiOLVLVGHODYLVLELOLGDG\OD YLVLELOL]D
E
* * * FLyQ
5LDGH0XURVH1RLD
F
El análisis del SDWUyQ GH WUiQVLWR \ PRYLPLHQWR
se puede iniciar definiendo las líneas que permi-
ten atravesar el terreno y, a continuación, aislan-
do los puntos claves del tránsito (aquellos que
6¾17(6,6 adoptan una función especial) que, a su vez, se
esquematizarán en un diagrama de caracteriza-
A B C D E F ción de las claves de tránsito. Por último se sinte-
tizará el tránsito en un GLDJUDPD GH SHUPHDELOLGDG
)LJ $QiOLVLV GH 7HUUHQRV DSUR[LPDFLyQ GH GHWDOOH ODV GHOHVSDFLR.
XQLGDGHV ILVLRJUiILFDV R IRUPD HVSHFtILFD GHO WHUUHQR FDGD IRUPD
FRQFUHWDVHUHSUHVHQWDFRQXQDOHWUDGHVGHOD$DOD) LQQHFHVDULD
75É16,72
A continuación podemos analizar las FRQGL
FLRQHVGHYLVLELOLGDG\YLVLELOL]DFLyQ fijándonos para
GHILQLU
ello en las panorámicas y cuencas visuales. Esto
/¾1($6'(75»16,72
nos permite, a partir de la individualización de
GLIHUHQFLDUHQWUH
los nudos visuales (puntos que conectan visual-
OtQHDV*5$),&$0(17(SRVLEOHV
mente zonas no intervisibles) y de los ángulos OtQHDV62&,$/0(17(QHFHVDULDV
muertos (zonas que no se ven desde casi ningún 200 m
débil, que podemos calibrar basándonos en datos Dentro de una unidad topográfica en la que
paleo-ambientales y en inferencias arqueológi- se individualizan dos zonas (de hecho cuencas)
cas32. independientes (una alta y de montaña, y otra
86235(7e5,72'(/(63$&,2 baja y litoral) pero complementarias (pues po-
seen aptitudes funcionales distintas: la primera
)81&,Ð1 8626$&78$/(6'(/(63$&,2
es preferentemente un área de reserva de pasto
62&,$/
862675$',&,21$/(6'(/(63$&,2 húmedo durante los meses de verano y de culti-
vo de roza -cuyas labores fundamentales también
$1$/2*¾$ &$5$&7(5,=$&,Â1'(/$87,/,'$'
62&,$/327(1&,$/'(/(63$&,2 863( se practican en verano, mientras la segunda
'e%,/
GDWRVSDOHRHFROyJLFRV
constituye una zona abrigada y de acceso directo
&$/,%5$&,Â1'(863(
LQIHUHQFLDVDUTXHROyJLFDV
a la costa y sus recursos), se localiza una distri-
bución de petroglifos formados por dos motivos
8626 6,*1,),&$&,Â1 principales y (en general) excluyentes: combina-
75$',&,21$/(6 $548(2/Â*,&$
FXOWLYRGH]RQDV ciones circulares y cazoletas simples. En la cuen-
PRQWH
SDVWRH[WHQVLYR ca superior hay un sólo petroglifo con combina-
ciones circulares (/D[HGDV5RGDV, nº 2 en el mapa)
que es también el grabado de mayor complejidad
LQFXOWR
(y con diferencia) de toda la estación; en la cuen-
FD]D
LQKyVSLWR ca inferior, en cambio, hay tres grabados con
combinaciones circulares (nº 10, 11 y 14) que son
ODEUDGtR ERVTXH FD]D
]RQDV UHVHUYDVGH
mucho más sencillos, pues tienen una única
K~PHGDV SDVWRLQWHQVLYR combinación circular, de menor tamaño y de me-
200 m
PDU UHFROHFFLyQ nor exhuberancia plástica. /D[HGDV5RGDV ocupa el
punto central (casi la clave visual y de tránsito)
)LJ)XQFLRQHV\XVRVSRWHQFLDOHVGHOiUHD de la cuenca superior, que está rodeada por pe-
GHHVWXGLR troglifos simples con cazoletas situadas en las
cimas y promontorios que la rodean; mientras
Finalmente, la integración de los datos ar- que los grabados 10, 11 y 14 están sucesivamente
queológicos con los datos anteriores, nos permiti- en el centro y en las márgenes de la cuenca infe-
rá establecer el SDWUyQGHHPSOD]DPLHQWR del fe- rior, existiendo además interconexión visual en-
nómeno en el área estudiada. Su DESCRIPCIÓN tre ellos.
(entendida ésta en el sentido que aquí le conferi-
3$75Ð1'(
mos) en el presente ejemplo sería: 150
(03/$=$0,(172
4
7
8 200
'(/263(752*/,)26 1 3
ORVJUDEDGRVGH/D[H
5
6Ì17(6,6'($1É/,6,6)250$/
GDV 5RGDV \ GH VX
UHODFLyQ FRQ HO HQ
15
50
10
SDLVDMHHOHPHQWRVDUWLILFLDOHV
WRUQR /D FRQWUDSR GHVGHHOHVSDFLR
13
11
14
GHVGHHOHOHPHQWR
LPDJHQ\ODDQWHULRU 200 m
TXHROyJLFRSRUSDUWH
3 8
1
6
B NO
5
C NO
OD $UTXHRORJtD GHO
3DLVDMH (VWD H[WLHQ 15
D SI
GHXQDPLUDGDVREUHODHQWLGDGFRQVLGHUDGDTXH
10
14
13
ODFRPSUHQGHFRPRSDUWHGHXQHVSDFLRPD\RU\
11 E NO
12 9
HQUHODFLyQFRQpO 200 m
F
cazoleta
círculos concéntricos simples
círculos concéntricos complejos
vés de ella comprobamos que la estación rupestre señalar de hecho que el lugar de vivienda se ha-
de San Francisco posee un patrón de organiza- bría localizado en ellas;...
ción espacial bien definido, en el que las relacio-
nes de simetría alto//bajo y complejo//simple $QiOLVLVILVLRJUiILFR
permiten ordenar de forma estricta el entorno
natural y transformarlo en espacio social, facili- El DQiOLVLV ILVLRJUiILFR, en cuanto HVWXGLR GH ODV
tando de este modo su apropiación y uso. Cre- IRUPDVFRQFUHWDVGHOUHOLHYH, se puede confundir con
emos no obstante que esta relectura constituye el análisis formal anterior. Sin embargo, tal y co-
una LQWHUSUHWDFLyQGpELO, en la que no se movili- mo se ha visto en el ap. “El Análisis formal del
za realmente ningún significado que no se derive espacio arqueológico”, este último es en realidad
de la materialidad formal analizada: del estudio un examen completo de un espacio dado (artifi-
del contexto espacial se entresaca su lógica inter- cial, natural y, sobre todo, natural artificializado)
na, sus principios de organización y una suge- que moviliza varias técnicas distintas de análisis
rencia de su sentido o, al menos, de que algún integrando sus resultados entre sí. Entre estas
sentido estricto tuvo. Podemos optar por aban- técnicas específicas figura el análisis de las condi-
donar la interpretación en este punto: es el VWRS ciones de visualización, el analisis de tránsito o el
PDNLQJVHQVH al que nos referíamos al principio. mismo análisis fisiográfico. En el marco de un
Pero podemos también arriesgarnos a hacer análisis formal del espacio, éste último es de he-
una LQWHUSUHWDFLyQIXHUWH. Pero entonces se debe- cho una técnica que nos ayuda a definir la forma
rá asumir que esas interpretaciones en realidad básica y la forma específica del producto espa-
constituyen nuevas hipótesis que, retrotrayéndo- cial. Concretaremos a continuación algunos con-
nos a las fases 3 y 4 del método propuesto en “El ceptos y herramientas útiles para realizar un
método”, deberán ser comprobadas mediante análisis fisiográfico.
comparación con otros ámbitos fenomenológicos Para aclarar esta temática es conveniente pre-
o contextos culturales. En el caso de San Francis- cisar la terminología36, empezando por conceptos
co podríamos argüir por ejemplo: que la comple- que, dada su contigüidad, a menudo se confun-
jidad de /D[HGDV5RGDV se corresponde con el he- den entre sí: SDLVDMHWRSRJUDItD WHUUHQR UHOLHYH
cho de que el espacio que controla no era ocupa- WHUULWRULR.
do permanentemente sino visitado periódica-
De todos ellos, WHUULWRULR es el término que
mente (ya que sería o bien una zona de pasto y
posiblemente resulte menos equívoco a los ar-
cultivo de verano, o bien un área silvestre y de
queólogos (después de una cierta confusión en
caza)33; que su complejidad marca un lugar pre- las primeras generaciones de $UTXHRORJtD(VSDFLDO)
ferente de agregación periódica de unidades so- gracias a la crítica que en la pasada década se
ciales que viven en régimen dispersivo34 y/o de realizó de la llamada $UTXHRORJtD7HUULWRULDO, y que
celebración de ritos complejos35; que en la cuenca destacó que un territorio es una construcción po-
inferior se habría situado el asentamiento del lítica, y no una unidad natural o física. En socie-
grupo de San Francisco, mientras la superior se dades primitivas móviles, por ejemplo, el territo-
destinaba a usos extensivos; que la subdivisión rio es una realidad discontinua y episódica: el
de las cuencas superior e inferior en dos cuencas territorio del grupo es el allí dónde puntualmente
más pequeñas que no tienen petroglifos podría está el grupo, interpenetrándose entonces con el
‘territorio’ de otros grupos. Ello da lugar a terri-
torios fragmentarios y cambiantes; se le podría
denominar WHUULWRULDOLGDGSURWHLFD.
33 Hipótesis que deriva de la observación de Cassimir
El concepto de SDLVDMH también puede resul-
(1992a) de que las comunidades antropológicas con
tar equívoco por su pluralidad significativa. Los
patrón de asentamiento itinerante, tienden a marcar los
lugares que visitan ocasionalmente con signos más diccionarios de geografía no ayudan mucho,
complejos para reducir así la ambigüedad en la recla- pues definen paisaje como el objeto de estudio de
mación de derechos de apropiación de ese espacio, la Geografía, configurando así la típica definición
mientras los lugares más ocupados disponen de signos envolvente y autocontenida (del mismo tipo que
más simples porque la propia ocupación sería el signo ‘la Arqueología es lo que hacen los arqueólogos’
marcador de los derechos del grupo sobre ese espacio; o ‘el Patrimonio Arqueológico es aquel Patrimo-
sin embargo, no cuesta mucho imaginarse que esta in- nio factible de ser estudiado con metodología ar-
terpretación ‘fuerte’ funcionase asimismo en el sentido queológica’) basadas en perífrasis circulares que
contrario.
sustituyen a lo definido en la definición y que de
34 Hipótesis sugerida por Vázquez Varela (1991 y 1992)
y Vázquez Rozas (1997), y desarrollada en un sentido
más completo por Santos Estévez (1998).
35 Hipótesis que ha sido sugerida por L. Monteagudo, 36Las siguientes definiciones se pueden consultar en
quien propugna que /D[H GDV 5RGDV es un calendario obras básicas y de referencia como Johnston et al. 1987,
astronómico de base lunar. VV.AA. 1993.
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
este modo lo aclaran todo sin aclarar nada37. Por genética y procesal, ie: fijándose en los procesos
eso, ante un estudio concreto de Arqueología del que forman esas formas y en su evolución.
Paisaje procede ante todo empezar definiendo Evidentemente debe ser un debate específico
qué se entiende por paisaje, tal y como nosotros de la disciplina geográfica en el que no entramos,
hicimos en el ap. “Arqueología moderna y Ar- resolver si la necesidad de saber (valiéndonos de
queología del Paisaje”. una analogía) para qué sirve una casa o quién y
Los conceptos relieve - terreno - topografía, por qué la hizo, es razón suficiente para renun-
aunque contiguos y por lo tanto erróneamente ciar al estudio formal de la casa, aunque asuma-
intercambiables, están mejor delimitados. En pu- mos que este último no puede ser el único objeti-
ridad, el UHOLHYH es exclusivamente la forma físi- vo cognitivo del estudio de la casa.
ca, superficial y natural de la superficie de la zo- Sin embargo, desde la Arqueología (o al me-
na de estudio considerada. El WHUUHQR, en cambio, nos desde nuestra propuesta de Arqueología del
es la síntesis de las características físicas QDWXUDOHV Paisaje) podemos argüir que el estudio del pai-
de esa zona: relieve, hidrografía, suelos, vegeta- saje necesita todavía hacer un DQiOLVLVILVLRJUiIL
ción...; es, dejando fuera los efectos humanos, la FR o morfológico del relieve. En concreto consti-
concreción empírica de la WRSRJUDItD. Esta, por su tuye una parte básica del HVWXGLRGHOHPSOD]DPLHQWR
parte, es la forma WRWDO de la tierra, incluyendo o patrón de localización puntual de un yaci-
por lo tanto el relieve, el terreno y también los miento arqueológico y de su interacción con el
efectos humanos y los rasgos interferidos por el entorno.
hombre: suelos, vegetación, elementos modifica-
dos artificialmente...; no incluye en cambio as- A pesar de la sinonimia entre 0RUIRORJtD y )L
pectos tales como la climatología, la ecología o la VLRJUDItD, en lo sucesivo nos quedaremos con esta
biogeografía, salvo en el efecto que tengan sobre segunda denominación para evitar la confusión
el modelado terrestre. Así, por ejemplo, el mo- entre estudio de las formas del relieve físico o
delado superficial que produce un espacio de fisiografía, y estudio formal del espacio, al que se
cultivo basado en terrazas y bancales forma par- podría denominar propiamente morfología39.
te, hablando con propiedad, de la topografía, pe- Daremos a continuación algunas referencias
ro no en cambio del terreno y, con más razón, del prácticas para la realización de ese necesario
relieve. análisis fisiográfico.
Puestas así las cosas, del mismo modo que la La definición de la fisiografía supone la capa-
*HRJUDItD es el estudio del paisaje, o la Arqueolo- cidad de abstraer las formas empíricas del relieve
gía del Paisaje el estudio del paisaje prehistórico, para identificar su forma geométrica. Este identi-
y la *HRJUDItD)tVLFD el estudio de la topografía, de ficación se basa lógicamente en el reconocimiento
la hidrología y oceanografía, de la biogeografía y del modelo o figura abstracta al que se vinculan
ecología, y de la climatalogía, el $QiOLVLVGH7HUUH los accidentes del relieve. Al elenco de modelos
QRV será el estudio de los terrenos, de sus tipos y posibles lo podemos denominar ILJXUDVILVLRJUi
en suma de “los rasgos morfológicos, vegetación ILFDV, entre las que hemos diferenciado trece
y suelos de una zona determinada en relación esenciales, algunas de las cuales son casos especí-
con los usos a los que va destinado”38 mientras el ficos de otras (se han definido en Criado 1991d:
estudio del relieve y sus formas, hecho con mera 53-4 y fig. I.2). Desde un punto de vista geométri-
perspectiva formal, constituye la 0RUIRORJtD o co se definen por el número de planos que las
)LVLRJUDItD. constituyen y por su configuración prominente
(convexa) o deprimida (cóncava).
La superación y descrédito de una Geografía
excluvisamente descriptiva, ha conducido al El OODQR es una figura constituida por un solo
abandono de los estudios morfológicos o fisio- plano horizontal. La ODGHUD es un plano inclinado
gráficos planteados de forma autónoma y ence- que forma parte de un relieve prominente, mien-
rrados en sí mismos. Han sido sustituidos de he- tras que la YHUWLHQWH es también un plano inclina-
cho por la *HRPRUIRORJtD, que es el análisis de las do dentro de un relieve deprimido. El UHOODQR es
formas de relieve realizado con una perspectiva un plano predominantemente horizontal dentro
de un relieve que en el mismo eje presenta confi-
guración cóncava y convexa simultáneamente; en
37 La pluralidad de definiciones y su interrelación ha
tanto que el FROODGR tiene configuración cóncava
en un eje y convexa en el eje transversal.
sido sintetizada recientemente en la tesis doctoral de F.
Méndez Fernández (pendiente de lectura en el momen-
to de escribir estas líneas), texto al que nos remitimos 39 En todo caso, para aclarar la diferencia entre ambos
para completar la discusión de este término.
términos, nada mejor que volver al significado original
38Un aspecto básico del análisis de terrenos ha sido la en griego de SK\VLV y PRUIRV, pues mientras el primero
determinación de su capacidad de tránsito; éste y otros es ante todo la QDWXUDOH]D, el segundo es IRUPD y se utili-
aspectos de esta técnica derivan de su vinculación ge- za ya en época presocrática en sentido abstracto para
nética con la planificación y estrategia militar. denominar la forma de las palabras.
&$3$
todas sus posibilidades y, sobre todo, de que se utilidad, no obstante, se ha visto reducida en los
hayan artificializado. últimos años con la proliferación de elementos
Esa malla es la que hace permeable el terreno. (vías de comunicación, vallado de terrenos,
Por lo tanto constituye un recurso potencial para alambradas, repoblaciones...) que circunscriben
humanizar el entorno, introducirlo en coordena- los movimientos libres del ganado. A pesar de
das sociales e imponerle una escala u orden hu- ello, sigue siendo muy util observar esta temática
mano. El tránsito preludia un movimiento que es, en áreas reducidas.
antes de nada, experiencia del espacio y cons- Este trabajo se puede hacer de dos formas. La
trucción del tiempo, ya que tiene lugar en una primera es más rentable pero también más costo-
extensión espacial y temporal concreta. En este sa. Consiste en la observación directa y segui-
sentido el tránsito es un mecanismo para articu- miento de los movimientos del ganado en régi-
lar la percepción de un terreno y su estudio un men de libertad. En Galicia, en concreto, resulta
recurso para aproximarse a una Arqueología de muy util estudiar las pautas de movimiento,
la Percepción prehistórica. agregación y desagregación de los pequeños
Por lo tanto, el tránsito se debe entender co- grupos de ganado vacuno y caballar que vive
mo reflejo de la red de permeabilidad de un es- suelto en las áreas de monte. Registrar los puntos
pacio, y la reutilización de unos puntos u otros de reunión, de descanso, de comida, de abreva-
del tránsito por elementos arqueológicos ilustrará dero, los lugares en los que se recogen los días
el proceso de semantización concreta de ese es- fríos, lluviosos o ventoleros, los lugares a los que
pacio por una cultura específica. Para nosotros en cambio se encaraman para refrescarse en días
ésta es la utilidad y finalidad principal del análi- y horas de calor, en fin, las líneas de desplaza-
sis del tránsito. Objetivos derivados serían des- miento entre todos esos puntos, permite acceder
pués el estudio de la apropiación del territorio a una nueva dimensión del entorno que, conve-
por cada grupo, de las interacciones entre gru- nientemente cartografiada primero y relacionada
pos, y de la comunicación. después con la distribución de elementos ar-
queológicos, ofrece una perspectiva distinta del
La definición de la red de tránsito de un terreno espacio arqueológico analizado. Dado el interés
se puede realizar combinando diferentes medios: de esta temática, republicamos en el Apéndice de
1. $QiOLVLV GHO UHOLHYH, realizado sobre carto- este volumen el único estudio exhaustivo reali-
grafia, para definir las líneas naturales de zado hasta la fecha.
tránsito; son factores clave para ello la El problema de esta aproximación es que re-
disposición de la red fluvial y humedales, sulta dificil y requiere un gran volumen de es-
el encharcamiento del terreno, las pen- fuerzo. Hay que seguir de forma constante al ga-
dientes... nado durante varios días, sometiéndose además
2. El conocimiento de la red natural de trán- a su horario, lo que a la postre termina por ser
sito se puede completar con el análisis de realmente agotador. Ante ello se puede optar por
las SDXWDVGHPRYLPLHQWRGHORVDQLPDOHVVDO realizar un estudio indirecto de esta temática pe-
YDMHV (lobos y zorros) y que viven en régi- ro igualmente productivo. Aprovechando los
men de libertad (en Galicia, vacas y caba- trabajos ordinarios de prospección arqueológica
llos). se puede ampliar el elenco de fenómenos obser-
3. 7UDEDMR \ HQFXHVWD HWQRJUiILFD, observando vados para fijarse en los desplazamientos de los
las líneas de desplazamiento y los puntos animales y, a falta de un seguimiento directo de
de tránsito utilizados por las comunida- éstos, registrar indicios físicos de su movimiento.
des locales más frecuentemente. Son especialmente significativas: las sendas
abiertas por los animales en la vegetación, las
4. El análisis de la cartografía antigua para
huellas y defecaciones que ilustran por dónde
reconocer la UHG GH FDPLQRV WUDGLFLRQDO, an-
han pasado, las concentraciones de pisadas o de-
terior a la mecanización masiva que ha
fecaciones en ciertos puntos que permitirán
creado en los últimos 20 años una red to-
identificar áreas de agregación, descanso, abrigo
talmente nueva de caminos, pistas y pe-
o refresco, las zonas de revolcadero, de abreva-
queñas carreteras; a estos efectos son es-
dero. Todos estos signos constituyen el ‘sustrato’
pecialmente útiles en Galicia los mapas
de cualquier prospección; sólo hace falta tener
1:25.000 realizados por el Servicio Geográ-
ojos para verlos y modelos para poder recono-
fico del Ejército en los años 40.
cerlos.
El segundo punto citado resulta de especial inte- Se puede, incluso, aplicar pequeños trucos.
rés y rentabilidad. Permite con facilidad definir Como espantar a los grupos de animales para
las pautas y los puntos clave de tránsito en un registrar por donde huyen. O fijarse en la dispo-
terreno dado y, adicionalmente, percibir aspectos sición de los cercados y obras realizadas por los
de la distribución de recursos, patrón de uso y campesinos para impedir el acceso a lugares con-
potencialidad de un terreno a los que de otro cretos del ganado suelto y coartar o dirigir sus
modo posiblemente no se prestaría atención. Su movimientos en direcciones concretas. Estos sig-
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
corresponde con un espacio singular (OXJDU42, percibidos con integridad desde una altura de
cuenca de ocupación o, incluso, unidad parro- observación de 1,50 m, desaparecen cuando se
quial) de la geografía tradicional. mira hacia ellos desde una altura inferior. Segu-
ramente esto abrirá interesantes perspectivas de
En el caso concreto del Megalitismo, convie-
estudio, permitiendo por ejemplo empezar a di-
ne, aunque todavía no se le haya sacado mayor
ferenciar la percepción del paisaje prehistórico de
rendimiento a esta aproximación, examinar si
adultos y niños. No sería extraño que en algunos
existen diferencias en la percepción del entorno
casos se comprobase que el paisaje ceremonial
desde la base del túmulo y desde su zona supe-
cuyos contornos descubren nuestros estudios
rior. De hecho, en casos aislados hemos compro-
actuales, fuese realmente una experiencia per-
bado que un elemento sustantivo (sea otro tú-
ceptible sólo a adultos y en cambio vedada a ni-
mulo, una braña, afloración rocosa...) con el que
ños. En todo caso, creemos que es una intuición a
está relacionado visualmente un túmulo dado,
tener en cuenta en posteriores aproximaciones al
desde su base sólo se percibe su presencia mien-
tema.
tras que desde su cima se divisa su totalidad.
El estudio de la visibilización, al igual que en
El DQiOLVLV GH OD YLVLELOL]DFLyQ es comple-
parte de la visibilidad, se puede realizar de múl-
mentario del anterior. Se debe registrar desde
tiples formas. Son herramientas especialmente
donde se ve un yacimiento dado, para intentar
útiles tanto el empleo de PDWULFHVGHYLVLELOLGDG (en
caracterizar a continuación si hay puntos priori-
las que se marca qué entidades arqueológicas se
tarios de vista o no. En ese mismo sentido, con-
ven desde otra entidad dada), como la UHDOL]DFLyQ
viene registrar si desde esos puntos se domina el
GH GLEXMRV y bocetos topográficos en los que se
yacimiento en cuestión con lo que (a partir de
pueden resaltar de forma esquemática las pano-
Vaquero) denominamos percepción zonal o
rámicas divisadas. No es la primera vez que, en
puntual: ésta quiere decir que el yacimiento se
nuestra primera aproximación a un yacimiento,
individualiza desde lejos, mientras que la prime-
el dibujo recoge unos pocos puntos del entorno
ra quiere simplemente decir que se percibe la zo-
que, después del análisis, resulta que son preci-
na o unidad fisiográfica en la que está el yaci-
samente los puntos con los que ese yacimiento se
miento. Esta última precisión es de gran impor-
relaciona de forma significativa.
tancia, pues existen elementos naturales que po-
seen una gran visibilidad, lo que permite que se-
an divisados a varios kilómetros de distancia y,
tal vez como consecuencia de ello, han sido reu-
tilizados para emplazar sobre ellos elementos ar-
/$&216758&&,Ï1'(81
queológicos (túmulos, castros, abrigos, petrogli-
fos...) que, en cambio, no se singularizan a dis-
3$,6$-(02180(17$/
tancia, bien por su tamaño relativo o bien por-
que, a lo mejor, fueron dispuestos de forma que
(1(/0(*$/,7,602
su visibilización puntual no restringiese el prota- (-(03/2
gonismo de la forma natural sobre la que se si-
túan. Vamos a analizar un caso práctico que nos per-
mita ejemplificar la metodología que hemos defi-
En el caso de túmulos hemos comprobado
nido. El ejemplo concreto está tomado del mega-
que es importante concretar si éste simplemente
litismo gallego (NW de la Península Ibérica), y se
se ve o se recorta sobre la línea de horizonte. En
encuadra dentro del fenómeno megalítico de la
trabajos recientes en las sierras de O Bocelo y A
fachada atlántica europea (entre finales del V
Coriscada, V. Villoch ha podido reconstruir el
milenio y mediados del II milenio a.C. en crono-
sentido prioritario del tránsito que marcan los
logía calibrada), primera arquitectura monu-
túmulos reconociendo que éstos se ven siempre
mental en el neolítico del viejo continente y que
recortados desde una misma dirección, mientras
representa el primer modelo de paisaje basado en
que desde la inversa o no se ven o se ven con-
construcciones artificiales de carácter permanen-
fundidos con el fondo (Villoch 1998, 1999).
te.
También convendría comparar en el futuro
Tal y como hemos tratado en otros puntos
las condiciones de visibilización de un yaci-
(Criado 1989c, 1998c), en este momento se inicia
miento situándose el observador a la altura nor-
un proceso creciente de domesticación del entor-
mal de un adulto y a la altura de un niño. De
no que no sólo es expresión de una nueva eco-
forma ocasional hasta ahora, hemos observado
nomía y aparato tecnológico, sino ante todo de
que túmulos prominentes y visibles, en tanto son
una nueva relación de la sociedad con la natura-
leza, caracterizada por una DFWLWXGDFWLYD ante ella
42 En el sentido gallego del término, esto es: una uni- que se aplica a su transformación sistemática y
dad de habitación con el conjunto de tierras de labra-
progresiva. Esta actitud expresa una fisura radi-
dío y monte que utiliza. cal en el orden de la cultura y se corresponde con
la sustitución de un patrón de racionalidad ante-
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
rior, que podríamos identificar con el SHQVDPLHQWR cronía y correspondencia con los paisajes
VDOYDMH de Lévi-Strauss, por otro que podemos culturales de épocas inmediatamente
denominar SHQVDPLHQWRGRPpVWLFR, que inaugura el posteriores en la zona de estudio (ap. “La
proceso de modificación y explotación del espa- temporalidad del paisaje monumental”), y
cio físico (Criado 1989a) y se correlaciona con abordaremos el estudio de otros ámbitos
transformaciones paralelas en la sociedad que se megalíticos, concretamente la arquitectura
corresponden con la modificación y explotación, tumular (ap. “Interpretación y sentido”);
muy pronto, también del cuerpo social (Criado esto nos permitirá establecer primero un
1993b). PRGHOR JHQpULFR KLSRWpWLFR y, una vez con-
Esta nueva forma de estar-en-el-mundo im- trastado éste, describir el PRGHOR JHQpULFR
plica no sólo una nueva forma de relacionarse LGHDO del espacio megalítico.
con la naturaleza, sino también de conceptualizar • A partir de aquí podremos, valorando las
el espacio y el tiempo. El paisaje social de este continuidades y discontinuidades en las
momento es la expresión y materialización prác- formas del paisaje monumental, interpre-
tica de ese universo conceptual. En concreto, la tar el modo operativo y el sentido de las
aparición de la arquitectura monumental sería la estrategias megalíticas de domesticación
representación de esa nueva forma de estar-en-el- del espacio físico y construcción de un
mundo. La arquitectura es una tecnología de paisaje cultural (ap. “El código estructural
construcción del paisaje social que mediante dis- del paisaje monumental”).
positivos artificiales domestica el mundo físico Se ha hablado y escrito mucho durante los
no sólo introduciendo hitos arquitectónicos en el últimos años del proceso de domesticación inicial
espacio natural para ordenarlo según referencias del paisaje a través de la arquitectura monu-
culturales, sino también controlando e impo- mental. De hecho ha sido uno de los temas más
niendo la pauta de percepción del entorno por visitados por la bibliografía reciente (Barrett
parte de los individuos que la usan. De hecho, el 1994, Bender 1993, Berg 1995, Bradley 1993, Par-
examen minucioso de las diferentes dimensiones ker Pearson 1993, Parker Pearson et al. 1994,
del espacio megalítico nos permite reconstruir la Thomas 1991, Tilley 1994). También de la emer-
existencia de unos mismos principios de estruc- gencia de la misma arquitectura monumental en
turación del paisaje y acceder así, al menos par- relación con un proceso que es domesticación de
cialmente, al código cultural que subyace a las la naturaleza sólo en la medida en que es, previa
formas de construcción de un paisaje que pode- y/o simultáneamente, domesticación de la cultu-
mos denominar monumental (Criado 1993b). ra y el pensamiento. Tal y como escribimos en
De acuerdo con el modelo metodológico que 1988: el 1HROtWLFR QRHVODFXOWXUL]DFLyQGHODQDWX
hemos definido, seguiremos el siguiente itinera- UDOH]D y mejor VH GHEH HQWHQGHU FRPR QDWXUDOL]DFLyQ
rio de estudio: GHODFXOWXUD; los avances que la Arqueología des-
• Ante todo haremos un análisis formal de de G. Childe había supuesto que representaba el
la zona de estudio elegida, situada en la neolítico, pertenecen más bien a un proceso que
zona de Amoedo (provincia de Ponteve- se puede entender mejor como domesticación de
dra, en el sur de Galicia) en la que se en- la razón y paso consiguiente de la UD]yQVDOYDMH a
cuentra una importante necrópolis de la UD]yQGRPpVWLFD; en ese proceso nos pareció que
monumentos tumulares (ap. “Las formas al megalitismo en concreto, y a la aparición de la
del espacio”); de aquí derivaremos un arquitectura monumental en general, correspon-
modelo de laIRUPDEiVLFD del espacio natu- día una función básica, pues la primera arqui-
ral. tectura artificial hecha para dominar el espacio y
superar el devenir del tiempo habría sido el dis-
• A continuación haremos el análisis formal
positivo o tecnología mediante la cual se expresa-
del espacio tumular, para de este modo
ron y construyeron nuevas formas de representa-
deconstruir el paisaje monumental de la
ción del espacio adaptadas a un nuevo patrón de
zona de estudio (ap.”La deconstrucción
racionalidad. Ese patrón de racionalidad trans-
del espacio”), para ello revisaremos el
formado habría sido el que correspondía a socie-
ejemplo considerado, a sus diferentes es-
dades que para reproducirse ya no precisaban,
calas: emplazamiento de los túmulos, re-
como en el antigüo orden salvaje de los grupos
lación con el entorno inmediato, corres-
cazadores-recolectores, la conservación natural
pondencia con la fisiografía...; a partir de
de la naturaleza, sino su modificación y trans-
aquí derivaremos un PRGHOR FRQFUHWR pri-
formación progresiva. En ese sentido la arqui-
mero KLSRWpWLFR y después LGHDO (ap. “La
tectura monumental no podía ser un proceso
estructura organizativa del paisaje mo-
histórico distinto del proceso de IRUPDFLyQ GH ODV
numental”) de ese paisaje.
VRFLHGDGHV FDPSHVLQDV, de su incorporación como
• La deconstrucción del espacioDespués grupos dependientes a élites jerárquicas, y de
evaluaremos el valor de este modelo como formación de sociedades de guerreros y caudillos
estructura o código de funcionamiento en la posterior Edad del Bronce europea. La do-
general; para ello consideraremos su dia- mesticación del pensamiento inaugura el proceso
&$3$
/DVIRUPDVGHOHVSDFLR
(ODQiOLVLVIRUPDOGHOHVSDFLRItVLFR
/D]RQD\ODSRVLELOLGDG
La ]RQD GH $PRHGR es una sierra prelitoral, si-
tuada en el sureste de la provincia de Pontevedra
y paralela al sector interior de la ría de Vigo.
Configura un escalón montañoso que obstaculiza
la penetración hacia el interior desde la planta-
forma y valles litorales. Forma parte de un siste-
ma de alineación N-S paralelo a la depresión me-
)RWR9LVWDGHOD]RQDGH$PRHGR(VWDSDQRUiPLFDGHOVHFWRU1GH$PRHGRHQOD]DSRUODGHUHFKDFRQODSDQRUiPLFDGHO
VHFWRU6
A pesar de la escasa distancia que lo separa ha dado lugar a diferentes estudios monográficos
de estos terrenos, el escalón montañoso prelitoral de distribución de túmulos (Villoch, 1995b), em-
presenta en cambio características muy diferen- plazamiento e iconografía de los petroglifos
tes, ofrece un espacio de aprovechamientos ex- (Santos 1996), de cultura material cerámica de la
tensivos y complementarios del anterior, y posee Edad del Bronce, particularmente cerámica cam-
un registro arqueológico distinto, en que predo- paniforme (Prieto 1998), asentamiento y uso del
minan elementos de la Prehistoria reciente. suelo en estos momentos (Méndez 199843) e, in-
cluso y con carácter preliminar, de sistemas de
La ocasión para estudiar la zona en profun- parcelación antiguos (Criado y Parcero 1995).
didad fue aportada por el hecho de que ella fue
atravesada por las obras del ROHRGXFWR &RUXxD
9LJR (de la empresa CLH) en 1993 y por las del
en profundidad esta zona (Criado, Amado y
y a partir de aquí se plantearon labores intensi-
(OUHJLVWURDUTXHROyJLFR )LJ0DSDGHOD]RQDGH$PRHGRFRQODGLVWUL
EXFLyQGHHOHPHQWRVDUTXHROyJLFRVLGHQWLILFDGRV
Todo esto ha permitido reconocer y estudiar en la
zona de Amoedo un paisaje social completo de la
Prehistoria reciente, desde época megalítica a la
edad del bronce, (Fig. 5.2) integrado por túmulos
43 Véase sobre todo la tesis doctoral de este autor, pen-
(se han identificado 25), petroglifos (con un total
de 47 rocas grabadas descubiertas) y varios diente de lectura.
asentamientos prehistóricos. El trabajo realizado
&$3$
Los túmulos existentes son del tipo habitual [R \ &RWR &RVHO, Lima 1999), y un yacimiento de
en Galicia. Sólo uno de ellos (nº 14) presenta res- fosas del tipo generalmente adscribible al Bronce
tos superficiales de una cámara megalítica, que Final (0RQWH%X[HO, Parcero y Lima e.p.). Los dos
en este caso se trata de una estructura de peque- primeros están situados respectivamente en los
ño tamaño, más próxima a una cista megalítica extremos norte y sur de la zona de Amoedo, vin-
que a un sepulcro megalítico. La falta de datos culados a los llanos y cubetas asociadas que se
visibles y el estado alterado de las masas tumula- encuentran en ambas posiciones, y en las proxi-
res (debido con seguridad a las remociones su- midades además cada uno de dos túmulos. El
perficiales causadas por el cultivo de rozas y el último se sitúa en el borde de una pequeña cu-
aprovechamiento del monte) no nos permite dis- beta lateral, que está rodeada por el lado opuesto
poner de evidencias para ordenar este registro. por una de las dos estaciones de petroglifos com-
Los petroglifos localizados en la zona se plejos que antes citamos.
agrupan en cinco estaciones44: $ 3HGUHLUD, 2 3H Aunque la evidencia es escasa y confusa,
GURVR, 5HJR1RYR (que incluye los grupos de $0D existen indicios de otro yacimiento que posible-
WDQ]D, &KDQV GH (VSLxHLUD, 5HJR 1RYR y $OYHGRVD), mente se podría adscribir al Neolítico (0RQWH GR
0RQWH 7D[XJXHLUDV y &RWR GR &DVWUR. Todos ellos (VSLxRGH$UULED). Está situado en una de las cua-
forman dos grupos bien definidos según tengan tro cimas del extremo norte de la zona de estu-
motivos complejos o simples. Entre éstos últimos dio, enfrente a otras dos coronadas por túmulos.
predominan sobre todo los petroglifos que úni- Se debe resaltar que no existen en esta zona
camente tienen representaciones de cazoletas y, elementos arqueológicos de épocas posteriores a
secundariamente, círculos sencillos y pequeños las tratadas. Este dato se puede entender como
aislados. un ejemplo más de la ruptura en los patrones de
Los petroglifos con motivos complejos tienen asentamiento y uso del suelo que se dan entre la
combinaciones circulares de diferentes tipos, cír- Edad del Bronce y el mundo castreño45.
culos con radios transversales, círculos rellenos
de cazoletas (más pequeñas que las presentes en /D*HRJUDItD
grabados con sólo cazoletas, que son más anchas La zona de Amoedo pertenece en gran parte al
y profundas) y, en algún caso, reticulados. Estos concello de Pazos de Borbén (Pontevedra). Está
petroglifos se encuentran en tres zonas muy lo- constituida por un sistema de cimas que se suce-
calizadas: existe una estación (&RWR GR &DVWUR) en den en dirección norte-sur y que prolongan hacia
las proximidades del yacimiento de Monte Buxel, el norte la Serra do Galleiro. La zona de estudio o
otra en el piso intermedio de la EUDxDGH5HJR1R de Amoedo propiamente dicha tiene una exten-
YR y una tercera ($ 3HGUHLUD) en la vertiente occi- sión longitudinal de 7 km y de 2 km de ancho E-
dental de Monte do Espiño. Los grabados se dis- W.
tribuyen en torno a las cubetas húmedas a las
que se asocian, rodeándolas y limitando la pri- El relieve de la zona de Amoedo está consti-
mera línea de horizonte visual que se observa tuido por un sistema montañoso de disposición
desde el interior de éstas, mostrando por lo tanto longitudinal norte-sur, en el que sobresalen dos
un patrón de emplazamiento que ha sido descrito formas vigorosas que conforman los extremos
en otros estudios y que parece tener validez ge- (0RQWH GR (VSLxR, de 479 m de cota al norte, y $
neral en el arte rupestre gallego. 6HUUD, de 631 m de altura en el sur) y una infle-
xión más deprimida en su centro, sector en el que
Los petroglifos con motivos sencillos, por su se concentra el poblamiento tradicional y actual,
parte, tienen una distribución más amplia y pre- con una altura mínima de 280 m, en la zona nu-
sentan tres tipos distintos de patrón de empla- clear de la parroquia de $PRHGR. Entre las dos
zamiento, que, sin embargo, parecen ser varia- cimas predominantes se extiende un FRUGDO mon-
ciones distintas del mismo modelo anterior. En tañoso que forma la divisoria entre los ríos que
general, y al igual que los grabados más com- desaguan hacia el W en la Ensenada de San Si-
plejos, limitan espacios de brañas y cuencas; las món, sector interior de la ría de Vigo, y el río
restantes singularidades se verán más abajo. Borbén, al E. Las vertientes laterales de este sis-
Se han encontrado además tres asentamientos tema se corresponden con unos escarpes vigoro-
de la Edad del Bronce, evidenciados por la apari- sos de gran pendiente (en torno al 30 %).
ción de abundante cerámica y presencia de es-
tructuras excavadas en el xabre (Méndez 1998).
Se han registrado dos adscripciones crono-
culturales bien individualizadas: yacimientos con
material campaniforme (0RQWHGR(VSLxRGH$EDL
)RWR9LVWDGHOSHUILOPRQWDxRVRGH$PRHGRGHVGHODRULOOD1GHO(VWUHFKRGH5DQGH UtDGH9LJR
sendas divisorias de agua, limitan el espacio ex-
terior del sistema montañoso, dejando paso a los
escarpes laterales, y forman en cambio en el inte-
rior dos vaguadas de disposición N-S. El si-
guiente elemento fisiográfico que destaca en la
zona son las escasas zonas de relieve suave y
plano que constituyen OODQRV muy localizados. A
este grupo pertenecen los llanos entre cumbres
de los extremos norte y sur. A partir de ellos, el
relieve se prolonga formando varios escalones de
llanos. El más extenso e importante de ellos es el
llano que coincide con la inflexión central del
sistema y sobre el que se concentran los lugares
de asentamiento tradicional.
Dentro de las dos vaguadas internas de la zo-
na, se individualizan a su vez varias FXHQFDV más
reducidas y angostas que dan lugar a un rosario
de cubetas húmedas, en ocasiones con formacio-
P nes turboriformes tipo EUDxD, y que se escalonan a
diferentes alturas formando varios pisos de bra-
)LJ $QiOLVLV ILVLRJUiILFR GH OD ]RQD GH ñas que han sido y son utilizadas como zonas de
$PRHGR GHILQLFLyQ GH ODV IRUPDV HOHPHQWDOHV reserva de pasto húmedo. En función de esto es
GHOHVSDFLRItVLFR(QYH]GHXQPDSDGHXQLGD frecuente encontrar que la mayor parte de éstas
GHVILVLRJUiILFDVSURSLDPHQWHGLFKRVHRIUHFHXQ formaciones han sido cerradas con muros de
HVTXHPDPRUIROyJLFRGHOD]RQDHQWRGRFDVRHO piedra para evitar el consumo del paso por el ga-
PDSDILVLRJUiILFRVHSRGUtDGHULYDUGHDTXt3DUD nado libre y marcar así los derechos de propie-
VLPSOLILFDUQRVHGHVWDFDQODV]RQDVGHHVFDUSHV dad y uso por grupos campesinos concretos. Una
de estas brañas (5HJR 1RYR) fue cruzada por el
El DQiOLVLVILVLRJUiILFRRPRUIROyJLFR46 de la gasoducto. El perfil resultante ha posibilitado ob-
zona nos permite reconocer, a una escala de ma- servar su estratigrafía longitudinal y los procesos
yor detalle, lo que podemos llamar IRUPDVHOHPHQ sedimentarios de la cuenca. Cuando esté com-
WDOHV GHO HVSDFLR (el análisis correspondiente y el pleto el análisis de su registro, ofrecerá una gran
cantidad de información que permitirá recons-
truir con fiabilidad las condiciones paleoecológi-
46Para simplificar el texto y evitar reiteraciones con cas de la zona, así como la interacción con el me-
análisis y descripciones que desarrollaremos con ma- dio de las poblaciones que construyeron y utili-
yor profundidad más abajo, en vez de introducir una zaron los monumentos tumulares y petroglifos
caracterización detallada del espacio estudiado si- que se sitúan en su entorno.
guiendo todos los pasos del proceso analítico al que
nos ajustamos, nos limitaremos a comentar algunos
rasgos generales en los que profundizaremos al hacer
más abajo el análisis del espacio tumular.
&$3$
Las cumbres de los extremos norte y sur,
El DQiOLVLVGHOWUiQVLWR a nivel comarcal (Fig.
5.4) nos muestra que la zona de Amoedo y, en
/DGHFRQVWUXFFLyQGHOHVSDFLR
(ODQiOLVLVIRUPDOGHOHVSDFLRDUTXHR
OyJLFR
)LJ $QiOLVLV GH GHWDOOH GH OD JHRJUDItD GHO
Los estudios realizados sobre emplazamiento de
WUiQVLWRHQHOVHFWRUFHQWUDOGHOD]RQDGH$PRH
túmulos en Galicia han permitido precisar de qué
GR 6H LQGLFDQ ODV SULQFLSDOHV FODYHV \ OtQHDV GH
modo éstos funcionaban como referente artificial
PRYLOLGDG\VHUHSUHVHQWDHOPRGHORHVTXHPiWLFR
de un paisaje monumental que representa el
GHOWUiQVLWRHQOD]RQD
primer proceso de domesticación intensiva de la
El estudio del XVR \ RFXSDFLyQ GHO VXHOR naturaleza, aunque de carácter todavía simbólico.
ofrece unos contrastes muy relevantes, ya que Analizaremos este fenómeno en la zona de
mientras la mayor parte de la zona está ocupada Amoedo revisando primero el emplazamiento de
por terrenos incultos y de monte, dedicado tradi- los túmulos y viendo después el modelo espacial
cionalmente a aprovechamientos extensivos (cul- que se implementa a través de éstos.
tivo de rozas, obtención de WR[R para la produc- Lo primero lo haremos comparando la distri-
ción de estiercol, ganadería extensiva y pasto bución de túmulos con el análisis formal del es-
natural, áreas de reserva de pasto en las cubetas pacio natural que acabamos de realizar y, más
y, en los últimos años, repoblación forestal), la concretamente, observando su asociación con la
LQIOH[LyQ GH $PRHGR constituye el único sector red de tránsito (ap. “Monumentos y movimien-
ocupado y dedicado a agricultura de labradío. En to”), su situación en relación con los accidentes y
esta zona se concentra el escaso poblamiento formas naturales (ap. “Los monumentos en la
existente en la actualidad. Presenta unas caracte- naturaleza”), y las interrelaciones entre túmulos,
rísticas geográficas que la convierten en el sector entre éstos y otros yacimientos arqueológicos y
más idóneo para la agricultura intensiva y el entre éstos y el espacio físico a través de los tipos
asentamiento permanente: una amplia vaguada, de visibilidad ap. “Monumentos y cuencas vi-
con reserva de agua y al tiempo sin problemas de suales”); esto nos posibilitará definir un primer
encharcamiento, bien orientada (a mediodía) y al MODELO CONCRETO HIPOTÉTICO del espacio tumu-
tiempo resguardada de los vientos dominantes lar. De aquí desprenderemos la estructura orga-
del SW (que traen las lluvias y nieblas marinas). nizativa o MODELO CONCRETO IDEAL de la zona de
Todos estos análisis nos permiten definir la Amoedo durante el Megalitismo (ap. “La es-
UHGGHOXJDUHV naturales y establecer, además, la tructura organizativa del paisaje monumental”).
jerarquización de los mismos. El modelo resul-
tante (Fig. 5.6) es en realidad un HVTXHPDWRSRJUi
ILFRLGHDO48 de la zona de estudio en el que desta-
can dos mitades contrapuestas (norte y sur) que
presentan una cierta VLPHWUtDQDWXUDO, que se
constata, por ejemplo, al esquematizar las vistas
topográficas de cada una de esas mitades desde
la otra.
P
Empezamos entonces a percibir detrás del es- Esto es sobre todo notorio tomando los pares
pacio tumular de Amoedo un principio de orden de los extremos N y S donde, como se recordará,
que se basa en la aplicación al entorno de un mo- se agrupan las siguientes formas fisiográficas:
delo imaginario basado en la simetría. Pero esta cuatro cimas, con un llano entremedias y dos va-
reconstrucción sólo es, de momento, un PRGHOR guadas a cada lado de ese llano. La localización
FRQFUHWR KLSRWpWLFR. Para concretar mejor estas de los grupos de túmulos reconvierte esta forma
observaciones y convertirlo en modelo concreto natural en una forma artificial en la que dos de
ideal tenemos que ampliar el elenco de temas las cimas (una a cada lado del collado, para ma-
considerados, ampliar nuestra inspección a otros yor paralelismo) tienen túmulos, otras dos que-
niveles y ámbitos de articulación espacial. Segui- dan libres, y el tercer grupo de túmulos se asocia
remos en esta línea. al llano medial.
Por su parte, los túmulos 15 y 16 que aparen-
/RVPRQXPHQWRVHQODQDWXUDOH]D temente quedaban descolgados de este esquema,
Esta imagen de simetría se refuerza si observa- forman ellos mismos un par de simetría que, en
mos las agrupaciones de túmulos sobre el mapa este caso, se dispone en sentido transversal al eje
topográfico (Fig. 5.9). Marcando como mitad el principal del espacio tumular.
eje de la inflexión o collado de Amoedo, se pue- La simetría se convierte en orden y éste en
den hacer pares de túmulos tomando alternati- construcción ordenada del espacio si observamos
vamente uno de la mitad norte y otro de la sur. la situación de cada grupo en relación con el re-
Yendo todavía más allá, sorprende encontrar que lieve: cada uno se sitúa en un piso o escalón alti-
los elementos de cada uno de estos pares se si- tudinal (recuérdese que la mitad norte y la sur
túan siempre en la misma posición relativa. descienden y convergen hacia la inflexión cen-
tral) y, además, se emplazan exactamente en la
línea de ruptura de pendiente, con lo que se re-
fuerza la imagen de una sucesión de escalones
topográficos resaltados por construcciones artifi-
ciales. Este rasgo se aprecia mejor sobre un perfil
N-S de la alineación de túmulos (Fig. 5.10). Lógi-
camente, las altitudes absolutas de los elementos
de cada par no son iguales, aunque sí hay co-
rrespondencia entre altitudes relativas: dado que
nos estamos aproximando a una relación de si-
metría que, caso de existir, se construye sobre y a
expensas de la naturaleza, el paralelismo no
puede ser total.
Sin embargo, estas características dan lugar a
un efecto visual interesante. Antes indicamos que
visualmente se percibe una cierta semejanza for-
mal entre la apariencia de las dos mitades, obser-
vación que ilustramos con unos diagramas sinté-
ticos de esas panorámicas (Fig. 5.6). La semejanza
se convierte en similitud cuando sobre esas vistas
panorámicas se sitúan los grupos de túmulos
(Fig. 5.10). Téngase en cuenta que todos los gru-
pos situados en una de las dos mitades son visi-
bles desde la otra y, en aquellos casos en los que
no hay una visibilización directa del túmulo, se
visibiliza al menos y de forma rotunda la forma
fisiográfica sobre la que se sitúa. La disposición
de los túmulos parece, entonces, haber servido
además de todo para reconvertir la apariencia
natural del espacio físico en una imagen que,
convenientemente ordenada y artificializada,
P anula las diferencias naturales y las transforma
en semejanzas.
)LJ5HSUHVHQWDFLyQGHODVUHODFLRQHVGHVLPHWUtDHQ Hoy, cuando entendemos que el paisaje mo-
HO HVSDFLR WXPXODU GH OD ]RQD GH $PRHGR WDPELpQ VH numental y la emergencia de la misma arquitec-
LQFOX\HQ ODV VLPHWUtDV HQWUH ORV SREODGRV GH OD (GDG GHO tura monumental son expresiones del primer
%URQFHGH0RQWHGR(VSLxRGH$EDL[R\GH&RWR&RVHO\ proceso de domesticación generalizada del mun-
OD VLWXDFLyQ GH 0RQWH %X[HO TXH HVWi IXHUD GH HVWH do, de introducción del mundo en coordenadas
VLVWHPDGHVLPHWUtDV
domésticas y artificiales, el mecanismo que he-
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
P
)LJ5HSUHVHQWDFLyQGHOSHUILOWRSRJUiILFRGHODGLVWULEXFLyQGHW~PXORVGH$PRHGRHQHOTXHVHDSUHFLDQ
ORVGLIHUHQWHVHVFDORQHVGHUHOLHYHUHVDOWDGRVSRUORVW~PXORV\HOHIHFWRYLVXDOTXHJHQHUDQGHODPLWDGQRUWH
\GHODVXU (OSHUILOVXSHULRUHVXQPRGHORLGHDOVLPSOLILFDGRPLHQWUDVTXHHOSHUILOLQIHULRUHVXQDUHSUHVHQWD
FLyQGHOUHOLHYHUHDO
mos empezado a identificar se puede entender en
realidad como dispositivo de una tecnología
compleja de domesticación del espacio basándose
0RQXPHQWRV\FXHQFDVYLVXDOHV
Pero la domesticación de la visión, del espacio y
de su percepción utiliza todavía otros recursos.
(por ej. Barbanza, Criado y Villoch 1998), los mo-
En la zona de Amoedo encontramos, ante to-
do y empezando por el nivel más general, un es-
pacio centrado en los túmulos y bloqueado o de-
P
)LJ5HSUHVHQWDFLyQGHODFRUUHVSRQGHQFLDHQWUHHOHPSOD]DPLHQWRGHORVW~PXORV\HOHVTXHPDWRSRJUiILFR
LGHDOGHOD]RQDGH$PRHGR
&$3$
que también ellos dependen del mismo modelo que se domina en torno a las mámoas, formando
de organización del espacio social, (este tema se de este modo un espacio circular cuyo centro es
tratará en el ap. “La temporalidad del paisaje el túmulo.
monumental”); analizando a continuación si en Si cogemos la principal estación de petrogli-
RWUDV ]RQDV se constata el funcionamiento de ese fos, situada en torno al piso intermedio de la
modelo; y examinando si ese modelo reaparece braña de Rego Novo y en la que se concentran los
en RWURV iPELWRV (prácticas discursivas o saberes) JUDEDGRV PiV FRPSOHMRV de la zona, podemos ver
del megalitismo (aspecto que se revisará en el ap. que su patrón distributivo es complejo (Fig. 5.13).
“Interpretación y sentido” mediante el análisis de Los petroglifos se sitúan todos en la línea de
la DUTXLWHFWXUDWXPXODU). ruptura de pendiente inmediata a la braña, lo
que conlleva que, cuando se examina el terreno
/DWHPSRUDOLGDGGHOSDLVDMH desde dentro de la braña o de sus bordes, el hori-
PRQXPHQWDO zonte visual de primer plano está semantizado
Disponemos al menos de tres horizontes cultu- por la presencia de petroglifos.
rales y/o fenomenológicos distintos en la misma
zona de Amoedo con los que comparar el espacio
tumular y su modelo constitutivo: los \DFLPLHQWRV
KDELWDFLRQDOHV con campaniforme de la (GDG GHO
%URQFHDQWLJXR; el yacimiento de Monte Buxel, del
%URQFH)LQDO; y, sobre todo, los SHWURJOLIRV.
Empecemos por estos últimos. Existen indi-
cios de que los SHWURJOLIRV se pueden aproximar
al mismo modelo de espacio: se vinculan en al-
gunos casos a túmulos para conformar con ellos
espacios unitarios, se asocian a cubetas y confi-
guran su propio espacio circular de control de
una zona que dispone de recursos específicos (re-
serva de pasto para la estación seca)51 y, sobre
todo, se encuentran en las cubetas de la mitad
oriental.
Este análisis, sin embargo, es superfluo y
simplista. Podemos ir más allá.
Los SHWURJOLIRV FRQ PRWLYRV VHQFLOORV (cazoletas)
presentan WUHV WLSRV GLVWLQWRV GH SDWUyQ GH HPSOD]D
P
PLHQWR, que, sin embargo, parecen ser variaciones
distintas del mismo modelo anterior. En primer )LJ 0RGHOR GH GLVWULEXFLyQ \ HPSOD]D
lugar se sitúan, al igual que los grabados más PLHQWRGHSHWURJOLIRVHQWRUQRDODEUDxDGH5HJR
complejos, OLPLWDQGR HVSDFLRV GH EUDxD; presentan 1RYRHQOD]RQDGH$PRHGR
sin embargo la salvedad de que las brañas en
torno a las que se sitúan se encuentran un piso Sólo hay un caso que no se encuentra en este
por encima de aquellas a las que se asocian los emplazamiento, y es la roca con mucho más
grabados complejos. En segundo lugar aparecen compleja de la estación teniendo en cuenta el
HQ]RQDVHOHYDGDV, casi en los puntos más altos de número, tamaño y tipo de los motivos. Esta se
las divisorias por encima de los valles; estos ca- localiza (cosa insólita !) en el centro de la braña,
sos parecen una adaptación singular de la situa- sobre una roca plana de forma rectangular, con el
ción anterior en torno a cubetas, con la singulari- lado mayor muy largo dispuesto en sentido
dad de que en vez de limitar pequeñas cuencas transversal al eje longitudinal de la braña. Esto
bordean vaguadas más amplias. El tercer con- hace que, por su disposición, la roca sólo se pue-
texto de aparición de los petroglifos con cazoletas da ver completa cuando, ya sea mirándola desde
es YLQFXODGR D W~PXORV; esta regularidad ha sido arriba o desde abajo, simultáneamente se adquie-
estudiada por Villoch (1995b), que ha visto cómo re una panorámica de conjunto de la braña, in-
los petroglifos con cazoletas rodean a los túmulos cluyendo su extensión y sus bordes delimitados
y subrayan de hecho el primer horizonte visual por las vertientes laterales y coronadas por otras
rocas grabadas.
51 Esta circunstancia ha sido ampliamente tratada en la Este petroglifo hace alineación con otro situa-
Prehistoria gallega, tanto en lo que se refiere a la rela- do en el extremo superior del eje central de la
ción de asentamientos del Bronce con brañas (Méndez braña, que presenta el mismo motivo (círculos
1991 y 1994), como a petroglifos (Bradley et al. 1994a y concéntricos con radio) acompañado de cazoletas
1994b, 1995, Santos 1998). y con la única excepción de que sólo tiene un
motivo, en vez de muchos. La alineación que
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
marcan ambas piedras corta la braña (de orienta- económico y de cultura material) que apoyan la
ción N-S) en dos mitades (oriental y occidental). existencia de ese ciclo largo52.
La situación y motivos de ambos petroglifos
Podemos definir un poco más la amplitud de
guardan un cierto equilibrio, pues ambos tienen
este ciclo y la vigencia del modelo considerando
grabados del mismo tipo, pero uno de ellos se
ahora los datos sobre los DVHQWDPLHQWRV SUHKLV
encuentra DUULED y sólo tiene un motivo repre-
WyULFRV localizados que, al menos, tienen una ubi-
sentado, y el otro se localiza DEDMR y presenta mu-
cación cronológica mejor definida, tal y como
chos motivos distintos.
tratamos más arriba.
Con todo, lo sustantivo de esta organización
Ante todo hay que hacer una salvedad: es
es que el motivo y tipo de los petroglifos cambian
cierto que la localización de yacimientos habita-
totalmente en la mitad oriental en relación con la
cionales depende a veces del azar; en nuestro ca-
occidental. En aquella se encuentran varios gra-
so, sin embargo, el haber dispuesto de dos zanjas
bados del tipo complejo con PRWLYRVFLUFXODUHV. En
que atravesaron la zona con una longitud total de
la otra en cambio se invierte esta tipología ya que
15 km, el hecho de que en concreto discurrieran a
aparecen PRWLYRV VHQFLOORV (cazoletas, sin más) y
través de terrenos de buenas y óptimas condicio-
sólo dos rocas con un motivo que formalmente es
nes para la existencia y asentamientos (pegados a
opuesto al de la mitad de enfrente, pues presenta
brañas y cubetas húmedas, algunas de ellas con
UHWLFXODGRV (motivo por cierto que no es frecuente
petroglifos), y de que además hubiéramos exten-
en Galicia).
dido la prospección a cuantos terrenos pudimos
Se puede alegar que ambos grupos de petro- inspeccionar en la zona, nos lleva a aceptar como
glifos son posiblemente de cronologías dispares. evidencia provisional pero significativa la ac-
De hecho no es imposible. Pero en todo caso lo tualmente existente.
importante creemos que es el hecho de que aquí
Hecha esta precisión, podemos entonces re-
tenemos una HVWDFLyQ UXSHVWUH RUJDQL]DGD GH QXHYR
conocer que la situación de los dos DVHQWDPLHQWRV
SRUSULQFLSLRVGHGXDOLGDG\VLPHWUtD, con dos mita-
FDPSDQLIRUPHV (Monte do Espiño de Abaixo y
des (oriental y occidental) que presentan caracte-
Coto Cosel) es sorprendente y coincidente con el
rísticas opuestas. Vemos por lo tanto como los
modelo por varios motivos. En primer lugar se
rasgos y principios básicos (la forma básica, en
encuentran ambos en situación paralela y for-
definitiva) del modelo del espacio tumular pare-
man, por lo tanto, un par del mismo tipo que
ce conservarse cuando se graban los petroglifos.
hemos visto que formaban los túmulos (Figs. 9,
Si, finalmente, fuera cierto que el fenómeno 10 y 12). En segundo lugar ambos se encuentran
megalítico y el arte rupestre son contemporáneos fuera del sistema de Amoedo, situados inmedia-
(como sugieren algunos autores, Peña y Rey tamente después de los extremos norte y sur. En
1993), entonces esta evidencia no sólo nos mos- este sentido es tentador suponer que ello repre-
traría que en un ámbito distinto del funerario- sentaba que la zona de Amoedo era fundamen-
monumental de la misma cultura (ie, en el espa- talmente un espacio cultual y ceremonial, obvia-
cio de la representación ritual, vinculada a accio- mente utilizado para aprovechamientos domésti-
nes del varón, al pastoreo y posiblemente a la ca- cos (pasto en los humedales y cultivo de rozas en
za) se recupera el mismo modelo de organización el monte circundante), pero sin asentamiento ha-
espacial, sino que además se revigorizaría el ca- bitacional asociado. Los espacios propiamente
rácter particular y de vocación más doméstica de domésticos se emplazarían en cambio en relación
las cuencas orientales en contraposición con las directa con este espacio pero justo en sus limbos.
occidentales.
Si en cambio resultara que ambos fenómenos
son de momentos crono-culturales distintos, pues
entonces la concordancia de modelo espacial que 52 F. Méndez ha caracterizado sociológicamente ese
hemos descubierto nos plantea el desafío de en- ciclo vinculándolo al proceso de descomposición de la
tender que, a pesar de existir un intervalo cro- sociedad primitiva y de formación de las sociedades
nológico fuerte y una diferencia cultural grande, campesinas; dentro de ese proceso de larga duración
se habría mantenido con todo el mismo modelo habrían existido antes FRPXQLGDGHV SULPLWLYDV FRPSOHMDV
de organización espacial. Habría que concluir (definición que intenta definir mejor las características
entonces que este modelo no pertenece exclusi- del periodo Neolítico) y después FRPXQLGDGHVGHFDPSH
VLQRV SULPLWLYRV (caracterización en cambio que corres-
vamente al megalitismo, sino a un FLFORFXOWXUDOGH
ponde a la Edad del Bronce); entre ambas situaciones
ODUJD GXUDFLyQ HQ HO TXH HO LPDJLQDULR VLPEyOLFR
existen grandes diferencias, pero sobre todo una cohe-
FRQFHSWXDOVHFRQVHUYD\IXQFLRQDPLHQWUDVQRVHDOWH rencia radical derivada de ser modos de disolución de
UHQSURIXQGDPHQWHODVWHQGHQFLDVRIRUPDFLRQHVVRFLR la VRFLHGDGSULPLWLYD e inaugurar así un nuevo ciclo his-
FXOWXUDOHV. Este ciclo completo podría haber au- tórico; véase Méndez 1998 y tesis doctoral; además tra-
nado al megalitismo y a la Edad del Bronce, y taremos en los siguientes capítulos otras dimensiones
aunque no es ahora el momento de detenernos en de la continuidad cultural entre Neolítico y Edad del
ello, lo cierto es que hay un gran número de evi- Bronce, al menos en el mundo atlántico.
dencias (de orden social, simbólico, tecnológico,
&$3$
P
)LJ5HSUHVHQWDFLyQHVTXHPiWLFDGHOPRGHORJHQpULFRLGHDOGHOSDLVDMHPRQXPHQWDO\VXVFRQVHFXHQ
WHVHQOD]RQDGH$PRHGR\WUDVODFLyQGHOPLVPRDOHVSDFLRItVLFR
te) muy claras y de signo opuesto: la una abierta dos mitades que soportan significaciones
a la acción humana de FDUiFWHUGRPpVWLFR, y la otra opuestas.
cerrada, oculta y orientada hacia el ODGR LQFXOWR H 4. Por último, entra el movimiento: un punto
LQKyVSLWRGHODQDWXUDOH]D. sucede a otro, los puntos se transforman
En un sentido más interpretativo, pero pega- en línea, la línea atraviesa el terreno; una
dos todavía lo más posible a la materialidad de panorámica circular sucede a otra, los cír-
las correspondencias formales, podemos también culos aislados se transforman en exten-
decir que la YLQFXODFLyQ GH ORV PRQXPHQWRV FRQ HO sión, la extensión produce el espacio.
WUiQVLWR indica que éstos funcionan como los refe-
rentes artificiales de un complejo código de se- Esta sucesión organiza la percepción, introduce
ñales que transmiten información sobre las rutas. orden en el espacio natural, domestica el entorno
Además de la dimensión práctica de esta función, y produce así un paisaje cultural concreto. Este se
evidentemente también tenía una dimensión funda sobre la conjunción de SXQWRV FtUFXORV
simbólica importante. Por una parte vinculaba el OtQHDV\PLWDGHV: el individuo es un punto, cen-
mundo de la muerte con el camino y creaba una tro de percepción; desde ahí controla, mediante
representación de la relación entre los seres vivos la visión, lo que le rodea, y así crea el espacio;
y los muertos, entre la vida y la muerte, basada después camina, aprehende el entorno y así
en una PHWiIRUD GHO PRYLPLHQWR \ HO GLVFXUVR. Por comprende el espesor de ese espacio; después
otra utilizaba dramática y escenográficamente el piensa, y dispone, divide y establece distinciones
movimiento, el acceso y la aproximación a los significativas, y así introduce sentido y orden en
túmulos, como un recurso básico para construir el espacio, lo transforma en paisaje. Este modelo,
su monumentalidad. que se representa esquemáticamente en la figura
5.15, sería el FyGLJR HVWUXFWXUDO EiVLFR del paisaje
Así, el proceso de domesticación simbólica megalítico. Desde él se generan por transforma-
del espacio que se articula a través de los monu- ción los espacios empíricos concretos (de la es-
mentos se apoya, además de en un control del cala que sea, desde el territorio a la cultura mate-
espacio-tiempo basado en la visibilidad y perma- rial pasando por el emplazamiento de los túmu-
nencia inherente a la construcción monumental, los y su arquitectura); como veremos en el si-
en el control y manipulación de la experiencia guiente apartado, en otros ámbitos y escalas del
del tiempo y del movimiento sobre el espacio que megalitismo, y como hemos visto en otros traba-
se produce a través de los monumentos. Al mis- jos, en otras zonas y fenómenos (Cobas, Criado y
mo tiempo, la hegemonía de la SHUFHSFLyQFLUFXODU Prieto 1998, Criado y Villoch 1998, Santos y Cria-
GHOHVSDFLR tal vez se deba entender como una H[ do 1998), reaparece este mismo código.
SUHVLyQ PHWDIyULFD GH OD GRPHVWLFDFLyQ KXPDQD GHO
HQWRUQR. La forma circular es la mejor expresión
del dominio y el control, del mismo modo que las
panorámicas circulares son el fundamento del
SDQySWLFR.
Encontramos aquí un fenómeno que es de
gran importancia en el neolítico europeo: la
existencia de patrones circulares de organización
del espacio que se concretan en la reutilización
de espacios circulares naturales y/o en la cons-
trucción de espacios artificiales circulares y, más
en general, en la producción de formas de per-
cepción del paisaje basadas en la circularidad.
del funcionamiento de este modelo es el juego de demos aplicar ahora), con el fin de determinar
la *DOOLQLWD FLHJD; pruebe sino el lector escéptico: (SULPHUR) qué modelos espaciales subyacen bajo
¿cómo descubre el espacio la gallinita que no ve? los diferentes ejemplos y prototipos arquitectóni-
De hecho este modelo aparece tanto en el paisaje cos, comprobar (GHVSXpV) si esos modelos son
neolítico monumental como en el paisaje social compatibles o se relacionan de algún modo con
de la Edad del Bronce construido con base en el los que hemos definido al estudiar la distribución
arte rupestre (véase al respecto el trabajo de y emplazamiento de túmulos, y considerar (SRU
Criado, Villoch y Santos 1997). ~OWLPR) si es posible aislar al final los auténticos
Sin embargo, el hecho de que este código es- códigos estructurales que condicionarían los pro-
tructural sea tan básico que pueda reaparecer de cesos de construcción del espacio social en las
forma casi instintiva en experiencias y contextos sociedades neolíticas.
muy diferentes, no quiere decir que sus concre- Esta incursión no pretende ser exhaustiva, si-
ciones empíricas no sean distintas ni que en cada no sólo puntual. Se plantea explorar la viabilidad
contexto cultural no posea una significación es- y potencialidad de este tema, así como establecer
pecífica. Todo lo contrario: en cada contexto esa los jalones que puedan guiar una investigación
estructura SHJD forma y sentido configurando así más detenida. Nos centraremos en el análisis de
un código estructural propio. Un ejemplo: en el un túmulo recientemente excavado por nuestro
megalitismo el punto central no es sólo un indi- compañero C. Parcero en el marco de los trabajos
viduo ni una obra perecedera cualquiera, sino de corrección del impacto arqueológico de la Ga-
que es un monumento artificial, que se yergue sificación de Galicia (Parcero 1998)54.
sobre el terreno circundante, y en esa característi-
El túmulo en cuestión es denominado PiPRD
ca radica la diferencia fundacional del megali-
QGH6DQ&RVPH, aunque propiamente su topó-
tismo como un tipo concreto de tecnología (la
nimo concreto es $V&RXWDGDV. Se sitúa en las pro-
primera, artificial, ceremonial, simbólica, no-
ximidades del Círculo Mercantil de Vigo, en el
cotidiana, permanente, desigual, compleja, costo-
límite entre los concellos de Vigo y Mos, y al lado
sa) de domesticación del mundo. Es diferente que
de un FDPLxR UHDO que, de hecho, se corresponde
aplique ese modelo un cazador paleolítico que se
con la continuación hacia el sur de la ruta de di-
pone en pie, mira a su alrededor y camina para
rección N-S que identificamos en la zona de
así aprehender el espacio silvestre en el que caza;
Amoedo. Existen varios monumentos más en la
o que lo aplique una primitiva comunidad cam-
zona, la mayor parte vinculados a esta ruta.
pesina que levanta un monumento artificial,
Además existen en las proximidades dos yaci-
construye un espacio circular, señala las líneas de
mientos de la Edad del Bronce con material cam-
tránsito e introduce distinciones pletóricas de
paniforme: uno de ellos, el yacimiento de Entre-
significación. El modelo mismo no es el mismo.
piñeiro en la necrópolis de As Pereiras, se conoce
El código estructural ha cambiado.
desde hace algún tiempo (Vázquez Collazo 1995)
y el otro, situado a escasa distancia del túmulo,
,QWHUSUHWDFLyQ\VHQWLGR se ha localizado mediante el control de las obras
/DVWUDQVIRUPDFLRQHVGHOFyGLJR del Gas en la zona.
HVWUXFWXUDOGHOSDLVDMHPRQXPHQWDO
El túmulo, de unos 20 metros de diámetro y
En este sentido, decidir si el modelo del espacio 1.2 m de altura máxima, fue excavado durante el
tumular de Amoedo corresponde a una versión o mes de agosto de 1997.
actualización de un determinado código estruc- Sería muy sencillo decir que en la arquitectu-
tural de valor y sentido más amplio, implica ob- ra megalítica se mantienen los esquemas forma-
servar si HQ RWUDV ]RQDV se constata el funciona- les que hemos visto porque no en vano son
miento del mismo modelo y, al mismo tiempo, construcciones circulares con un espacio central
examinar si éste reaparece HQ RWURV iPELWRV IHQR priorizado y de carácter ritual.
PHQROyJLFRV (prácticas discursivas o saberes).
El tema, sin embargo, es más complejo. Para
Lo primero es algo que se puede responder poder hacer esa afirmación no llega con docu-
afirmativamente comparando el modelo que aquí mentar una cierta semejanza formal, proximidad
hemos reconstruido con el que se ha identificado que puede ser engañosa o casual. Hay que asegu-
en una revisión reciente del megalitismo de la rarse que las formas comparadas responden a los
Sierra de Barbanza (Criado y Villoch 1998). mismos principios de organización. En el caso de
Lo segundo es algo que todavía resta por ha- la arquitectura tumular, y si tomamos como mo-
cer. Con carácter meramente preliminar, vamos a delo hipotético el que se desprende del modelo
introducir ahora este tema tomando como ámbito
de contraposición la DUTXLWHFWXUD WXPXODU. Se
trataría con ello de hacer una revisión de este fe- 54Proyecto realizado por el Grupo de Investigación de
nómeno (que ha sido considerado a menudo por
Arqueología del Paisaje de la USC, y financiado por el
la Arqueología desde puntos de vista que no tie- Grupo Gas Natural.
nen nada que ver con los que nosotros preten-
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
genérico ideal que más arriba hemos descrito, que estaba situada enhiesta de tal modo que las
esto supone que tenemos que poder encontrar dos caras principales se afrontaban al sur y norte,
indicios de una VLPHWUtDLQYHUVDHVWHRHVWH, en la que quedando los laterales enfocados a este y oeste.
cada mitad posea características opuestas a la Las caras mayores de la losa son planas, con su
otra pero sin embargo compatibles entre sí y pa- superficie regularizada para conferirle un acaba-
ralelas, en cambio, con las que hemos identifica- do discreto. Pero si se observan los dos laterales,
do a nivel de la distribución de túmulos. se percibe con nitidez que presentan tipos de
En la mámoa de San Cosme estos principios acabado muy distintos: mientras el oriental pre-
de oposición y correspondencia se ilustran de senta el mismo tipo de acabado que los dos fren-
varios modos, con lo que se complementan entre tes mayores, esto es, está totalmente plano y re-
sí y apoyan. Siempre es más significativo y po- gularizado, el occidental es rugoso y tiene una
tencialmente más útil encontrar una correspon- apariencia de diente de sierra.
dencia estructural expresada de formas y con re-
cursos distintos. Veamos.
Ante todo el túmulo dispone de una FRUD]D o,
con más propiedad, DQLOOR SpWUHR. El análisis y le-
vantamiento exhaustivo de este elemento arqui-
tectónico permitió comprobar una diferencia no-
table en su planta: a lo largo de una línea imagi-
naria cuya orientación se aproxima a la alinea-
ción N/NE-S/SW y pasando por el centro del
túmulo, queda el anillo cortado en dos mitades,
de las cuales la occidental se caracteriza por ser
muy estrecha (en algunos puntos casi se reduce a
un única hilada de losetas), mientras la oriental
es más espesa y ancha (Fig. 5.16).
Otro elemento que subraya esta dualidad en
el anillo es la distribución del PDWHULDO SpWUHR de
carácter foráneo utilizado en su construcción. La
Coraza y estela central
absoluta mayoría de las piedras del anillo utili-
zan la materia prima local, un gneis. En las pro- ’Atrio’
ximidades existen vetas de roca metabásica, de
las que se desprenden piedras de color verde,
además de numerosas vetas de cuarzo. Estos dos
materiales también se utilizan en la construcción
del túmulo, pero de forma muy estricta, ya que se
emplean casi exclusivamente en el sector oriental
y tienden sobre todo a concentrarse en el cua- N
actualización del mismo modelo en registros em- formalizar en la parte ‘WHRUpWLFD· de este texto y
píricos tan distintos como dos zonas geográficas que persigue un triple objetivo: FRJQLWLYR (pre-
diferentes (el análisis correspondiente a la Sierra tende GHVFXEULUHQOD3UHKLVWRULDORVPRGHORVGHUHSUH
de Barbanza se puede consultar en Criado y Vi- VHQWDFLyQHVSDFLDOHQFXDQWRPDQLIHVWDFLyQSULYLOHJLD
lloch 1998), en los diferentes niveles o escalas de GDGHODVSUtVWLQDVIRUPDVGHSHQVDPLHQWR\UDFLRQDOL
las mismas (desde el puntual hasta el distribu- GDG), WHyULFR (se propone GHVDUUROODU GHQWUR GH OD
cional), y en la propia arquitectura tumular, es $UTXHRORJtDORVPHFDQLVPRVSUHFLVRV SDUD HYDOXDU ORV
decir, en los diferentes niveles de articulación es- FRQWHQLGRV LPSOtFLWRV HQ OD PDWHULDOLGDG GHO UHJLVWUR
pacial de la arquitectura megalítica y en dos ám- DUTXHROyJLFR UHFRQRFLHQGR pVWRV SRU Vt PLVPRV \ VLQ
bitos fenomenológicos diferentes (en la relación QHFHVLGDG GH FDUJDU GH LQWHUSUHWDFLyQ VXEMHWLYD QXHV
con el espacio físico y en la arquitectura funera- WUD SUiFWLFD), y PHWRGROyJLFR (de hecho, se ha
ria), muestra a nuestro entender que el modelo aportado en este texto un boceto del DSDUDWRDQDOt
de organización que hemos descrito es en reali- WLFR necesario para ello, centrándonos funda-
dad un PRGHORJHQpULFRLGHDORFyGLJRHVWUXFWX mentalmente en la ARQUEOLOGÍA DE LOS PAISAJES
UDO a partir del cual se configura la H[SHULHQFLDPH IMAGINARIOS).
JDOtWLFDGHOHVSDFLR\GHOWLHPSR y se crea un paisaje Antes de cerrar el texto, incluiremos todavía
domesticado articulado con base en referentes dos disgresiones que ilustrarán mejor estos pun-
monumentales. tos, aclararán nuestra posición y, esperamos,
iluminarán nuestra aportación.
$48(1'(<$//(1'(
Resulta que la distribución y emplazamiento del
grupo tumular de Amoedo, también se podría
comprender muy bien desde el )HQJ6KXL, el sa-
,QXQRORFRGHLQGHVWHODUXPH[SHFWRPHLSVH ber tradicional chino (o ‘arte’; los QHZDJLHV irre-
dentos le llamarán directamente ‘ciencia’) para la
La estrategia que hemos seguido en la parte localización y distribución de las construcciones
‘SUiFWLFD· de este trabajo consistió en contraponer humanas.
los ESPACIOS ARQUEOLÓGICOS (ie: la GLVWULEXFLyQ de
Esta tradición se basa en establecer corres-
monumentos, su HPSOD]DPLHQWR y las WLSRORJtDVDU
pondencias analógicas entre, de un lado, el espa-
TXLWHFWyQLFDV, que son los elementos que podemos
cio construido y el entorno físico en el que se lo-
observar sin necesidad de realizar excavaciones)
caliza la construcción y, de otro, el cuerpo huma-
con los ESPACIOS GEOGRÁFICOS y fisiográficos. Esta
no, las estaciones, la rosa de los vientos y otros
comparación nos permitió GHVFXEULU ODV FRUUHV
órdenes naturales... Su eficacia práctica se funda-
SRQGHQFLDV existentes entre ellos y, de este mo-
ría precisamente en la pertinencia afectiva de es-
do, GHFRQVWUXLUORVPRGHORVGHRUJDQL]DFLyQ HV
tas analogías, establecidas unas veces con base en
SDFLDO vigentes dentro del paisaje ceremonial
transposiciones metafóricas y otras en extensio-
megalítico. A partir de aquí pudimos GHVFULELUHO
nes metonímicas: así, por ejemplo, es bastante
PRGHORGHDUWLFXODFLyQGHOSDLVDMHPRQXPHQWDO
obvio que una persona diestra se sentirá más có-
y, finalmente, reconstruir el posible PRGHOR HV
moda disponiendo de un espacio libre a la dere-
WUXFWXUDO al que ese paisaje responde. El resulta-
cha de su lecho, pues será la zona por la que
do final se sintetiza en el MODELO DEL PUNTO-
tienda a moverse de forma natural, o más segura
CÍRCULO-LÍNEA-MITAD.
teniendo el umbral de la estancia también hacia
Una consecuencia importante del trabajo fue su derecha y visible, pues de ese modo adquiere
descubrir que HQGLIHUHQWHVQLYHOHVHVSDFLDOHVGHOSDL inconscientemente sensación de seguridad al po-
VDMH PRQXPHQWDO VH UHFXSHUDQ ORV PLVPRV SULQFLSLRV der reaccionar con presteza a cualquier sorpresa
GH DUWLFXODFLyQ R FRGLILFDFLyQ GHO HVSDFLR. Haciendo exterior56. El Feng Shui establece, por transposi-
una aproximación tipo ]RRP, comprobamos la ción a partir de las destrezas de la diestra, que la
reaparición de esa regularidad en el conjunto de derecha es el ODGR GHO WLJUH, que sirve para defen-
la zona de Amoedo, en cada una de las unidades der y atacar, que representa la fuerza física, y que
o grupos que lo componen, en la organización y está siempre alerta y dispuesto a saltar, por eso
disposición concreta de un pequeño grupo de
túmulos y, finalmente, en la propia arquitectura
tumular.
Aunque finalmente hemos arriesgado alguna 56 Un ejemplo práctico: los preceptos del Feng Shui
interpretación sobre la significación cultural de sancionan que la mesa de trabajo nunca deberá estar
estos modelos, creemos que de sus propias ca- dispuesta de forma que el trabajador de su espalda ha-
racterísticas formales se deriva una cierta FRP cia la puerta pues, se dice, eso crea sensación de inse-
SUHQVLyQ GpELO de los mismos. Intentamos contri- guridad; independientemente de otras ‘metafísicas’, lo
buir así a un SURJUDPD GH LQYHVWLJDFLyQ sobre cierto es que todos hemos experimentado el sobresalto
las correspondencias entre FORMA, ESPACIO Y que cualquier interrupción nos produce cuando traba-
RACIONALIDAD EN LA PREHISTORIA que, adelantado
jamos en esa posición.
en otro punto (Criado 1993a), hemos procurado
&$3$
necesita espacio libre y formas bajas, alargadas y con el entorno se representa de forma muy preci-
macizas (como el cuerpo del tigre). sa con un modelo que reproduce el mapa de los
De este modo, el Feng Shui construye un ma- cinco animales. La disposición espacial de los
pa mental ideal para ordenar la realidad cotidia- túmulos 6 a 16 parece seguir fielmente los pre-
na y lograr la armonía. Una de las representacio- ceptos del Feng Shui para localizar el espacio
nes más frecuentes de ese mapa cognitivo es el más correcto para erguir una construcción: situa-
PDSDGHORVFLQFRDQLPDOHV, que sirve para ordenar dos sobre un repecho, con montaña detrás, reco-
el espacio y la experiencia del individuo, tanto si gidos por los lados, espacio abierto delante y
se trata de diseñar una vivienda o distribuir una fuentes de agua enfrente. En los túmulos de la
estancia, como de interaccionar con otras perso- mitad norte se mantiene incluso la corresponden-
nas. El centro del mapa lo ocupa siempre la per- cia con los puntos cardinales, que en cambio está
sona, y se representa con una VHUSLHQWH, que sim- invertida en los túmulos de la mitad sur.
boliza estabilidad. Hacia delante en el sentido de
la mirada se encuentra el DYHIHQL[, volando alto,
que representa la visión, la percepción sensorial y
la capacidad prospectiva. Hacia la derecha está el
lado del WLJUH. Hacia la izquierda se sitúa el lado
del GUDJyQ, que también está en lo alto, entre las
nubes, y representa la sabiduría y la reflexión. Y
hacia atrás se encuentra el lado de la WRUWXJD, que
representa seguridad, estabilidad y protección.
Es bastante obvio que este mapa mental se
basa en una representación metafórica del cuerpo
humano: espalda (tortuga), cabeza (dragón),
vista (ave fenix), brazo derecho (tigre) y tronco
(serpiente).
Aunque este mapa se orienta en el sentido de
la visión de cada sujeto, cuando está estático se
corresponde respectivamente con el norte (tortu-
)LJ /D UHLQWHUSUHWDFLyQ GHO HVSDFLR WXPXODU
ga), este (dragón), sur (ave fenix), oeste (tigre) y
GH$PRHGRHQFODYHGHO)HQJ6KXL
centro (serpiente).
Extendiendo la cadena de analogías, las for-
Podríamos todavía ampliar este análisis: podría-
mas espaciales que se corresponden con cada
mos, tomando como centro los túmulos, exami-
animal serían: masa elevada maciza (tortuga),
nar la correspondencia entre el significado de los
volumen alto (dragón), vacío (ave fenix), volu-
ocho trigramas del ,&KLQJ y de las ocho direccio-
men bajo y abierto (tigre) y centro (serpiente).
nes de la rosa de los vientos, de un lado, y la or-
De este modo, si por ejemplo se tratase de ganización del espacio... 3HUR QRV GHWHQGUHPRV
amueblar una habitación, tomando la puerta co- DTXt. Es necesario interrumpir la pulsión herme-
mo el lado hacia el que se orienta la visión, el néutica, y no sólo por imperativo ético (tenemos
centro se situaría en la cama, que debe estar apo- mejores cosas que hacer que reduplicarnos en
yada contra una pared sólida, tener por la iz- discursos autistas que nos singularizan pero no
quierda un armario alto y por la derecha espacio aportan nada a la comprensión de las condicio-
libre cerrado por un mueble bajo o escritorio, y nes de la realidad social y a su transformación) o
hacia delante espacio libre de obstáculos hasta la profesional (pues somos arqueólogos e historia-
puerta. dores, y no artistas o literatos), sino sobre todo
Del mismo modo, los accidentes geográficos por motivaciones teóricas que se han defendido
que mejor se corresponden con este mapa mental en este texto.
son: montaña (en el lado tortuga), montañas lejos Es posible que la aplicación del Feng Shui en
y valle entremedias (en el lado dragón), espacio nuestro caso tenga sentido y permita aclarar co-
llano y abierto (en el lado ave fenix), montañas sas, pero no estamos legitimados para hacerla.
bajas o llano (en el lado tigre) y repecho o rellano Otra cosa sería que estuviéramos en China o que
(en el centro serpiente). pudiéramos aceptar que alguna forma de saber
Ahora bien, se puede apreciar que este juego análogo al Feng Shui fue relevante en el diseño y
de correspondencias ‘describe’ con bastante pre- construcción de los túmulos. Pero como no lo sa-
cisión el espacio tumular de Amoedo y reprodu- bemos ni lo podemos suponer con un mínimo de
ce algunas de las observaciones que nuestro aná- verosimilitud, estamos obligados por asepsia in-
lisis descubrió en él. Si tomamos los túmulos co- telectual y coherencia teórica a aplicar el princi-
mo una línea de centros y nos orientamos desde
ellos siguiendo la dirección de la visibilidad, ob-
servamos que la relación de cada uno de ellos
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
pio limitador del VWRS PDNLQJ VHQVH. Más vale ca- forma de un cierto tipo de relato), pero en vez de
llar, antes de incurrir en la pura verborrea57. estancarnos en una pulsión narrativa sin fin en la
que unas interpretaciones simplemente conducen
a las siguientes y éstas sin embargo no son más
válidas que las anteriores, optamos por:
1. Introducir el sentido no a partir de nues-
tra subjetividad sola sino de un PRGHOR
FRQWH[WXDO que buenas razones (teóricas y
empíricas) o el mero VHQWLGR FRP~Q58, ani-
men a pensar que está justificada. La críti-
ca que aquí hemos hecho de la interpreta-
ción nos impele a adoptar como referencia
interpretativa (como horizonte de inteligi-
bilidad de la interpretación, dijimos más
arriba) un PRGHOR GH UDFLRQDOLGDG TXH VHD HO
GHOFRQWH[WRRULJLQDOGHORLQWHUSUHWDGR R, da-
da la imposibilidad práctica en Arqueolo-
gía Prehistórica de acceder a éste59, VH
DSUR[LPH D pO, y que funcionará como ins-
)LJ5HFKDFHPRVORVH[FHVRVPHWDIyULFRV tancia subjetiva H[WHUQD (meta-subjetiva)
para constituir la interpretación. Todo lo
La aplicación de razonamientos (analógicos) contrario es descontextualizar la inter-
basados en el Feng Shui a nuestro caso de estudio pretación, manipular el objeto original y
es un buen ejemplo de lo que aquí hemos llama- generar una práctica interpretativa mera-
do LQWHUSUHWDFLyQIXHUWH no justificada: es decir, un mente subjetiva.
modelo interpretativo que se construye con rela- 2. Comprobar, una vez hecho lo anterior,
tiva indiferencia a los datos contextuales del ob- que el PRGHOR (código o estructura) TXH VH
jeto interpretado. Es un buen ejemplo también de GHULYD GH OD LQWHUSUHWDFLyQ UHDSDUHFH HQ RWUDV
saber narrativo: es decir, aquél que encuentra su HVFDODV iPELWRV \ IHQyPHQRV. Esta UHRFX
sentido antes en el narrador y en la narración que UUHQFLDHVWUXFWXUDO funcionará como PRWRU
en lo narrado. GHKLSyWHVLV\PHFDQLVPRGH FRQWUDVWDFLyQ de
Nuestra alternativa no es ésta, cual sería en las mismas. Esta propuesta no es un
cambio la del postprocesualismo incontinente, apriori. Es legítima porque los códigos
que en epistemología representa la fenomenolo- expresivos de una comunidad se repiten
gía. Pero tampoco la del objetivismo cientificista, independientemente de los contextos de
que en Arqueología representa la Nueva Ar- expresión y de sus significados especiali-
queología y en epistemología el positivismo. Nos zados; porque, bueno es repetirlo, se basa
comprometemos con la construcción de una ter- en el SULQFLSLR GH OD FRPSDWLELOLGDG HVWUXFWX
cera vía. ¿Existe? ¿Es posible? UDO HQWUH FyGLJRV y en el hecho de que los
códigos expresivos de una cultura son,
Creemos que sí, pues entre las dos alternativas por fuerza, limitados, de tal modo que si
clásicas de la Modernidad, optamos por producir
un conocimiento que en un cierto sentido es QD
UUDWLYR (pues sólo puede GDUVH como narración, ya 58 Apelar al sentido común puede parecer injustificado
que se construye narrativamente y se expresa en y peligroso. Lo hacemos en el mismo sentido en que
Eco afirma que en muchos casos (particularmente en
todos aquellos en los que “el texto es, al mismo tiempo,
57
objeto y parámetro de sus interpretaciones” (Eco 1992:
Que es otra forma de decir, y de aplicar, la recomen-
16), cual es el caso fundamentalmente del registro ar-
dación con la que Wittgenstein cierra el 7UDWDFWXV: “De queológico) la mejor forma de interpretar la intención
lo que no se puede hablar hay que callarse” (1987: 183, de un texto es atenerse al texto mismo, que debe ser
7); previamente ha aclarado de qué no se puede hablar leido con sentido común y aplicando el principio del
y por qué: “no decir nada más que lo que se pueda de- mínimo esfuerzo (1992: 124-31).
cir, o sea, proposiciones de la ciencia natural (...) y en-
tonces, cuantas veces alguien quisiera decir algo meta- 59 Hay que aclarar inmediatamente que en Arqueología
físico, probarle que en sus proposiciones no había dado Histórica, Etnoarqueología o Arqueología Contempo-
significado a ciertos signos” (1987: 183, 6.53);. según ránea, este modelo es visible y por lo tanto utilizable;
esto, lo que diferencia a la ciencia de la metafísica, a la por lo tanto nuestras propuestas, en vez de ser sólo una
interpretación legítima (justificada, contextual, débil) alternativa metodológica para superar esa ‘ausencia’ en
de la ilícita (injustificada, arbitraria, fuerte), es que los la investigación prehistórica, entendemos que constitu-
signos que utiliza posean sentido en-sí o lo adquieran yen asimismo una propuesta operativa y más produc-
desde-un-sujeto; esto último define el umbral de la me- tiva en esos otros terrenos de la investigación arqueo-
tafísica y de ello más vale no hablar. lógica.
&$3$
uno tiene que ordenar su entorno posi- a la nuestra nos permitiría comprenderla. Más
blemente lo hará con categorías transferi- bien hemos intentado percibir desde una subjeti-
das de un ámbito próximo y, con seguri- vidad otra distinta y distante apoyándonos en
dad, aplicando un único y mismo con- que la forma como se manifestaron los fenóme-
cepto de espacio, que es el que el sistema nos de la primera posee una materialidad que se
de saber en el que está embebido le sumi- impone a la nuestra y que reaparece además en
nistra. diferentes escalas y ámbitos del mismo contexto
cultural.
De este modo creemos poder abrir un QXHYRWLSR
Queda pendiente aplicar estos planteamien-
GH H[SOLFDFLyQ. La H[SOLFDFLyQ puede ser de dife-
tos y métodos a otros registros y problemas.
rentes tipos: causal, estadística, descriptiva, no-
motética... El método que aquí se propone genera ´0LV SURSRVLFLRQHV HVFODUHFHQ SRUTXH TXLHQ PH
(o eso al menos defendemos) un tipo concreto de HQWLHQGHODVUHFRQRFHDOILQDOFRPRDEVXUGDVFXDQGRD
explicación que no es la causal-estadística, pero WUDYpV GH HOODV VREUH HOODV KD VDOLGR IXHUD GH HOODV
que se aleja del mero saber narrativo, construido, 7LHQHSRUDVtGHFLUORTXHDUURMDUODHVFDOHUDGHVSXpV
fundado y legitimado subjetivamente60. GHKDEHUVXELGRSRUHOOD 7LHQHTXHVXSHUDUHVWDVSUR
SRVLFLRQHVHQWRQFHVYHFRUUHFWDPHQWHHOPXQGRµ
Si nuestra estrategia tuviera éxito, habríamos
logrado alcanzar algo que, situándonos fuera del Wittgenstein, 7UDFWDFWXV /RJLFRSKLORVRSKLFXV
explicacionismo objetivista tanto como del inter- (6.54).
pretacionismo subjetivo, podríamos denominar
H[SOLFDFLyQ LQWHUSUHWDWLYD o, mejor, LQWHUSUHWDFLyQ
H[SOLFDWLYD. Pues mediante una práctica esen-
cialmente interpretativa podríamos comprender
de forma objetiva el ámbito de la realidad anali-
zado e, incluso, establecer predicciones o hipóte-
sis estructurales sobre él u otros ámbitos del
mismo contexto61. Explorar esta posibilidad
constituye uno de los objetivos fundamentales de
nuestra investigación. ¿Cómo podría un sujeto
esperarse a sí mismo en otro lado? Disolviendo la
quimera de la identidad suprema y situando la
racionalidad en un más allá, fuera de él, fuera de
la conciencia subjetiva.
En el caso de estudio que hemos considerado,
no creemos haber reconstruido el sentido original
a partir de la percepción actual de la forma mate-
rial en la que se ha manifestado ese sentido, lo
que supondría postular la existencia de una sub-
jetividad transcultural cuya proximidad subjetiva
$3e1',&(
efecto, si resulta que, tal y como es previsible (a
pesar de alguna pequeña salvedad que comenta-
'(),1,&,Ï1'(81$*(2*5$)Ë$'(/ remos más adelante), los movimientos del gana-
do doméstico en régimen de libertad están de-
029,0,(1723$5$(/(678',2 terminados por las tres variables propuestas en el
$548(2/Ï*,&2 párrafo anterior, tendremos entonces que la ob-
servación de esos movimientos nos permitirá
Faustino Infante Roura apreciar una dimensión dinámica63 del entorno
Jacobo Vaquero Lastres físico que normalmente queda intacta en las
Felipe Criado Boado aproximaciones usuales a éste.
/D(WRORJtDDQLPDOQRVHQVHxDPXFKDVFRVDV\FDGD Este trabajo posee un planteamiento forzado,
GtDPiVSHURD~QQRVDEHPRVOHHUVXILFLHQWHPHQWHVX
obviamente, por tocar un tema inédito y consti-
OHQJXDMHSDUDHQWHQGHUHVWDVFRQYHQFLRQHV
tuir la primera aproximación (o mejor, experi-
Carlos Alonso del Real, Sociología de la Prehistoria mento) en esta línea. Por esta razón se articula en
tres partes fundamentales. La primera pretende
,QWURGXFFLyQ presentar el tema de estudio, definir la base sobre
la que se desarrolla y destacar el interés o renta-
Este trabajo apunta a dos objetivos concretos. En bilidad arqueológica de esta estrategia. La se-
primer lugar se plantea determinar en qué medi- gunda la constituye una breve descripción del
da el estudio de los movimientos actuales del ga- único caso de estudio realizado hasta la fecha con
nado 'semi-doméstico' (caballos y vacas) que vive esta orientación. Y la tercera pretende, a través de
en régimen de libertad en los montes gallegos, una rápida y sencilla comparación entre los datos
puede rendir datos válidos para completar una aportados por la prospección de caballos con los
adecuada comprensión del paisaje rural y de las suministrados por la prospección arqueológica,
imbricaciones de éste con la geografía física. Y en valorar el rendimiento y utilidad de este tipo de
segundo lugar pretende explorar de qué forma la trabajo, defendiendo su ampliación e intensifica-
comprensión adquirida de este modo sobre ese ción en el futuro.
paisaje actual podría aportar evidencias signifi-
cativas para comprender el registro arqueológico 7HyULFD
y, más concretamente, la utilización y posición
dentro del espacio topográfico por parte de las La primera observación que se puede realizar en
comunidades arqueológicas. relación con el tema que tratamos es que, por
Para ello es preciso realizar una 'prospección medio de él, se intenta entender el espacio topo-
arqueológica superficial' que, en vez de alentar gráfico no sólo en base a elementos físicos e in-
los objetivos convencionales de toda prospección, móviles, sino a través de especies vivas, que se
prefiere perseguir a ese ganado para fijar sus desplazan, y que permiten esbozar una compren-
pautas de desplazamiento por el entorno obser- sión dinámica de ese espacio.
vando de qué modo las condiciones topográficas, Generalmente los estudios de tipo espacial en
climatológicas y las variaciones estacionales arqueología se plantean en base a relaciones en-
afectan a dichas pautas. tre los datos relativos a la sociedad arqueológica
A pesar de la posible 'anormalidad' u origi- considerada y los que se refieren al medio físico.
nalidad del trabajo dentro de la Arqueología,
creemos que un estudio de este tipo puede re-
63 Nos estamos refiriendo con ello a una distinción ya
sultar muy rentable, tal y como lo permite supo-
ner una corta serie de asunciones previas. En antigua de bibliografía de las ciencias sociales (Hart y
Moore 1973; Downs y Stea 1977; Schmitz 1967; Janni
1984) pero ausente con normalidad en la disciplina ar-
queológica; distinción de dos diferentes concepciones
62 Este trabajo ha sido inicialmente publicado con el del espacio, concretamente diferentes criterios de con-
título “Vacas, Caballos, Abrigos y Túmulos: definición cepción del mismo. Espacio locacional/espacio direc-
de una geografía del movimiento para el estudio ar- cional, estudios espaciales/estudios secuenciales y del
queológico” en &XDGHUQRVGH (VWXGLRV *DOOHJRV 105, pp. mismo modo espacio cartográfico/odológico; todos
21-39 (1990). Formaba parte del 3UR\HFWR%RFHOR)XUHORV ellos son pares establecidos en base a una considera-
GH$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH, realizado entre 1987 y 1991. A ción del espacio como estado en el primero de los casos
pesar de la especificidad y antiguedad del texto, nos y como proceso en el segundo. Es evidente que la 'ar-
parece oportuno reproducirlo en este volumen para queología espacial' ha obviado la segunda de las no-
ofrecer un ejemplo práctico del análisis del tránsito y ciones quizás por su interés en la objetividad científica,
movimiento en Arqueología que permita completar las perseguida generalmente en la aplicación de una con-
notas apuntadas en este sentido en el ap. “Análisis de cepción matemática de ese espacio. Intentaremos reto-
tránsito”. Las referencias bibliográficas citadas en este mar entonces unos elementos alternativos de ordena-
Apéndice están incorporadas a la bibliografía general ción, de una posible concepción del espacio para de-
del volumen. terminadas culturas prehistóricas.
&$3$
Sin embargo sería preciso introducir aquí un ter- arqueológicas tradicionales, que pensarían que
cer nivel o, mejor, desdoblar el segundo de ellos. los caminos de la arqueología en ningún caso pa-
Ya que, en efecto, el medio natural no está confi- san a través de otros animales y cuadrúpedos
gurado únicamente por formas inmóviles sino que no sean más que aquellos que, una vez
también por una naturaleza viva y móvil. Esto muertos, se han incorporado al registro arqueo-
nos permite completar una 'geografía estática' lógico. Ante esta actitud, únicamente podemos
con datos procedentes de una geografía del mo- remitirnos a las conclusiones ofrecidas en este
vimiento, que se sobreimpone a la primera y tor- mismo trabajo, aguardando que ellas defiendan
na tanto más significativos elementos físicos co- la rentabilidad de este tipo de práctica arqueoló-
mo los accidentes geográficos que en vez de ser gica.
entendidos como meras configuraciones topográ- Dejando a un lado críticas descalificadoras ex
ficas, podrán ser revalorizados como áreas de initio, cualquier revisión, que incida en los pro-
tránsito, paso y deambulación. Así pues, es de blemas reales que sin duda plantea esta investi-
esperar que el estudio de los desplazamientos del gación, (tanto en el ámbito de la teoría, como en
ganado libre nos permita definir áreas de brebaje, el de sus consecuentes implicaciones prácticas),
pasto, abrigo, paso o agregación. será bien recibida. En este sentido podemos de-
La relevancia de estos datos para la compren- tallar algunas cuestiones.
sión del registro arqueológico se concreta en dos Siempre dentro del plano de la naturaleza se
direcciones bien diferenciadas y complementa- seleccionó una escala de trabajo que hiciese posi-
rias. Por un lado, de esta geografía 'físico-móvil' ble el objetivo que se perseguía. El escoger vacas
se derivan evidencias sobre la posible utilización y caballos semi-salvajes para nuesro estudio
de la naturaleza por parte de las sociedades pre- mantiene disponibles conceptos etológicos como
históricas; en efecto, para algunas comunidades
el de exploración64 que están directamente rela-
prehistóricas, especialmente para las cazadoras-
cionados con el conocimiento de una determina-
recolectoras las pautas de desplazamiento de las
da parcela del espacio y el asentamiento sobre la
especies animales (cazables) habría sido de una
misma; recursos, vías de tránsito natural y otro
gran significación: estos grupos sería previsible
tipo de condicionantes van a ser abordados a una
que hubiesen acechado a las especies cazadas en
escala homogénea.
áreas de abrevadero, abrigo o pasto. Pero ade-
más, esa geografía 'dinámica' permite definir, al Se podría suponer que los cambios ambien-
menos de un modo aproximado, las áreas de tales que se han dado a lo largo del Holoceno,
tránsito dentro de la naturaleza; en este caso, es- sobre todo en la transición del Würm a la etapa
tos datos serán de gran interés para estudiar co- post-glaciar, anulan la validez del estudio que
munidades concernidas con la geografía de la aquí se propone. Sin embargo creemos que estas
'movilidad', ya fuesen grupos que se dedicaran a circunstancias no invalidan las consideraciones
la caza sirviéndose para ello de las zonas de trán- que se hacen en este trabajo, ya que las observa-
sito, o ya fuesen grupos de cualquier tipo (itine- ciones e interpretaciones que realizamos, hechas
rantes, pastores o, como se verá, también los me- a una escala de detalle y muy exhaustiva, depen-
galíticos) que circulasen a través del territorio, y den más de las características topográficas y fi-
no simplemente por él. siográficas que de esas circunstancias climáticas
y de vegetación.
Conviene hacer una matización. El plantea-
miento que aquí hemos resumido tiene poco que También se puede cuestionar la validez de un
ver con la propuesta tópica de estudiar los luga- trabajo que trata con especies animales distintas a
res de paso del ganado para después decidir qué las existentes en etapas prehistóricas, sobre todo
funcionalidad tendrían los yacimientos descu- teniendo en cuenta que son especies en la que
biertos en la prospección arqueológica (oteade- hemos de reconocer cierto grado de domestica-
ros, cazaderos...). El objetivo de este trabajo no es ción. Por otro lado, a nada que se reflexione so-
leer la cultura arqueológica a partir de una ana- bre el tema, surge el problema de orden práctico
logía etológica o natural directa que, en último más importante: los movimientos actuales del
extremo, incurriría en posicionamientos quasi- ganado están condicionados por una interferen-
socio-biológicos. Si así se nos entiende, entonces cia humana que se manifiesta en el hecho de
es que se nos entiende muy mal. Porque el obje-
tivo de este estudio es entender la naturaleza pa-
ra después poder valorar mejor la significación
geográfica de la distribución arqueológica.
64 En tanto que se trata de explicar una primera rela-
Pero podemos hacer varias matizaciones más,
ción con la naturaleza y una primera aproximación a
habida cuenta de las dificultades inherentes a
su ordenamiento. Podemos completar el concepto en
este trabajo, tanto por el tipo de tema que trata,
los siguientes autores (Lorenz 1986 ;Lorenz y Leyhau-
como por ser el primer esbozo sobre ese tema. La sen 1981; Eibl Eibesfeldt 1983; Carthy 1969; Alsina
propia concepción que hemos elegido puede ser 1986).
rechazada de antemano por parte de posiciones
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
coartar ese movimiento, a través de cepos65 y so- co de unos 15.000 años) que posibilitaba, desde
bre todo de vallas o valos, para evitar efectos no un principio, el estudio de la relación entre el
deseados en el espacio rural (penetración de los medio físico, el registro arqueológico y las vías
animales en tierras de cultivo). Tales inconve- de tránsito.
nientes y dudas se solventan si se atiende al pro- El medio físico de la sierra ofrece múltiples
pio planteamiento del estudio. Alejándonos de paisajes y lecturas, pero varias razones hicieron
nuevo de lo que se puede entender como reduc- que centrásemos nuestros esfuerzos en la peni-
cionismo etológico, nos fijaremos como aspectos llanura terminal de la misma. Dicha zona con-
básicos del comportamiento animal en su movi- forma un todo con rasgos suficientemente signi-
miento, además de en el contexto natural en el ficativos como para atraer nuestra atención. En
que ése se realiza. Así pues, habiéndo acotado un primer lugar presenta un paisaje uniforme, con
espacio geográfico estático, restringimos asímis- una altitud media de 750 metros sobre el nivel
mo el dinamismo aparejado a él. del mar, caracterizado por un sustrato geológico
Como en muchas ocasiones, es la extrapola- de ortogneis sobre el que se asienta una vegeta-
ción del método y la asunción de los resultados ción de monte bajo inculto compuesta por brezal
obtenidos en disciplinas diferentes, lo que limita y tojo. Sin embargo, quizás lo más interesante es
y a veces justifica a los estudios ecologicistas. la existencia de un camino real que la cruza por
Desde un principio mantenemos la distinción su cuerda en toda su longitud en sentido NE-SW
entre los datos ecológicos y el ecologicismo, entre y que tradicionalmente ha servido como vía de
la etología y sociobiología; nos proponemos ser- paso para trasiego de personas, animales y vehí-
virnos de lo primero sin caer en lo segundo. culos.
Es pues un primer ensayo, en el que, si bien Para experimentar nuestro diseño metodoló-
se trabaja con una superficie reducida y con esca- gico, se eligió el área de &UX]GR%RFHOR, situada
sas observaciones, los resultados iniciales nos pa- en el extremo SW de la sierra, a las faldas del &R
recen suficientemente significativos como para WRGR3LODU, que es la cima más alta del Bocelo. Se
que sigamos desarrollando esta linea en las nu- trata de una zona de relieve fundamentalmente
merosas regiones del NW que disponen de las plano, situada en torno a unas brañas de cabecera
condiciones adecuadas para ello. de corrientes de agua, y flanqueada al norte por
la divisoria de la sierra (por la que discurre el
camino real citado) y al sur por la masa del Coto
=RROyJLFD do Pilar.
Una de estas regiones del NW donde previsible-
mente resultaba rentable aplicar una estrategia
de prospección de este estilo es la 6LHUUDGHO%R
FHOR (ayuntamientos de Melide, Sobrado y To-
ques, provincia de A Coruña -véase mapa de la
figura Ap. 1). Esta sierra, cuyo punto máximo (el
Coto do Pilar) se eleva 806 metros sobre el nivel
del mar, presentaba una serie de condiciones que
hacía de ella una zona piloto idónea para poner
en práctica una actividad en esta línea. Así, nos
encontrabamos con un paisaje rural, poco altera-
do, donde numerosas manadas de caballos y va-
cas pastan en régimen de casi total libertad.
Además, disponemos de un exhaustivo registro )RWR $S 3DQRUiPLFD GH OD ]RQD GH &UX] GH
arqueológico66 (abarcando un abanico cronológi- %RFHOR 7RTXHV$&RUXxD GHVGHHO&RWRGR3L
ODU
bientales68 para registrar aquellos datos que fue- otras manadas (tanto de caballos como de vacas)
sen necesarios para una correcta caracterización de esa misma zona.
del medio físico. Por su parte los movimientos de La experiencia comenzó el día 16 a las 19:00
los animales se reseñaron sobre un mapa escala horas. Situados en el lugar Cruz do Bocelo se pu-
1:10.000 que se reveló como el más útil para esta do comprobar la presencia de, al menos, 300 ca-
operación. Sobre este mismo mapa se dibujaron bezas de ganado equino y vacuno que estaban
todos aquellos elementos que, de una manera u comenzando a abandonar el lugar. Se eligió un
otra, resultaban significativos. Entre ellos destaca grupo compacto de 25 caballos (de entre varios
la presencia de valos levantados precisamente posibles) que se localizaba sobre la zona que
para evitar el paso de los animales a los cultivos. después denominaríamos P169. Se prefirió seguir
Es obvio que, si bien estos valos coartan la actual caballos en vez de vacas, por suponer que ten-
libertad de movimientos de los animales; al haber drían una mayor movilidad. Al poco, el grupo
sido realizados con este propósito, nos están in- empezó a bajar lentamente mientras pastaba en
formando de la existencia de una vía de tránsito dirección a una vaguada próxima (P2). En esta
pretérita en esta zona. Muchos de estos datos zona permaneció unas 2 horas y luego comenzó a
fueron confirmados por fuentes etnográficas. desplazarse hacia P3, posición en la que se en-
contraba (todavía pastando) cuando comenzó a
oscurecer. En ese momento comenzó a bajar des-
de el Coto do Pilar una espesa niebla que obligó a
la manada a bajar de nuevo de cota hacia P2,
donde buscó refugio toda la noche.
' '
Al día siguiente, con las primeras luces, la
manada se desplazó a P1. En ese momento varios
3
3 grupos (tanto de caballos como de vacas) comen-
3
3
3 3 zaron a llegar a la misma zona. Las direcciones se
pueden observar en el mapa. Debemos consignar
que P1 se corresponde con un gran circo de bra-
3 3
' ' ñas70 que presenta unas condiciones muy ade-
cuadas como área de pasto71. En la cabecera de
3
3
dicho circo está la zona que denominaremos co-
mo P4 donde también se encontraban algunos
animales pastando. A medida que avanzaba el
P P
día y aumentaba el calor (se llegaron a superar
los 30 grados) las manadas interrumpieron la ac-
tividad de pasto y se retiraron a una loma (D1)
)LJ$S5HSUHVHQWDFLyQGHODJHRJUDItDGHOWUiQVLWRHQHOiUHDGH$&UX] seca y aireada buscando protección contra tába-
GR%RFHOR nos y moscas que habían llegado a resultar inso-
portables en la braña. En esta zona se llegó a su-
El trabajo de campo fue efectuado por dos perar una concentración de más de 300 animales
personas (F.I.R y X.V.L.) auxiliadas por un equi- entre caballos y vacas. Unos pocos se retiraron a
po base. Las personas que acometieron dicho tra- D2, que presentaba unas características similares
bajo poseen una amplia experiencia en temas de a D1.
ecología y etología, habiendo estado vinculados a En esos sitios permanecieron estáticos, des-
estudios de este tipo desde hace más de diez cansando y rumiando, el resto del día hasta que
años. comenzó a refrescar. Al atardecer se disgregó el
Durante 42 horas se siguió de forma ininte-
rrumpida una manada de caballos a una distan-
cia lo suficientemente prudencial como para no
69 Para poder seguir los itinerarios de la manada y lo-
alterar su comportamiento. Dicho seguimiento se
efectuó siempre a pie e incluyó la pernocta al aire calizar los lugares a los que se hace referencia en el tex-
to remitimos la consulta a la figura anexa. En ella los
libre al lado de la manada. Al tiempo, se contro-
puntos de pasto se señalan con la sigla P, los de des-
laron, de manera colateral, los movimientos de canso con la D y las zonas de abrevadero con la abre-
viatura A.
70Con el nombre de braña se conoce en Galicia un tipo
68
de terreno con características de turbera o preturbera.
Esta ficha fue definida por el equipo del proyecto
Bocelo-Furelos con el fin de objetivizar una serie de 71 Fuentes etnográficas hicieron referencia a que en las
información sobre las condiciones ambientales defini- 'brañas' se refugia el ganado durante el verano, a pesar
torias de la zona de estudio (véase sobre ella el capítulo de la mayor concentración de insectos, por estar el pas-
1 en Criado Boado et al. 1990). to más tierno.
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
gran grupo y comenzaron movimientos genera- • Las implicaciones de esta configuración topo-
les de dispersión (consultar el mapa) en busca de gráfica son básicas para definir la configura-
los abrevaderos y los pastos. Resaltaremos que ción del tránsito.
las vacas abrevaron en el desagüe de la braña • Nos encontramos ante un área en la que, a
(A1) mientras que los caballos lo hicieron en una nivel general, están presentes dos 'claves
fuente a mitad de una loma (C1). Esto no es más del desplazamiento'.
que la expresión final de un comportamiento di- • Por un lado la conjunción de la cuerda serrana
ferencial que ya habíamos tenido la oportunidad y de las dos dorsales señaladas permite definir
de constatar a lo largo del día. En general, las va- a esta zona como una cruz, nudo que abre el
cas preferían siempre situarse en las zonas bajas, movimiento hacia los cuatro puntos cardinales,
especialmente en el eje E-W.
mucho más encharcadas, mientras que los caba-
llos se situaban en los lugares más secos. Ello • Por otro lado, el tránsito en sentido N-S se en-
tiende mejor en base a la distinción de cuatro
quizá pueda deberse a que la pezuña partida de
collados, esto es: estrechamientos de la cuerda
la vaca es más apta para desenvolverse en suelos idóneo para superar el obstáculo que supone la
de firme inestable que el casco del caballo, al re- sierra en el tránsito entre las tierras bajas de un
partir sobre una superficie mayor el peso del lado y otro de la misma. En nuestro caso esos
animal. collados se presentan de la siguiente forma: a
un lado tenemos una depresión occidental que
Esa noche no bajó la niebla, quizá por ello
deriva hacia una dorsal inmediata (esto explica
nuestra manada la pasó pastando en una cota el movimiento lateral de los caballos que por
más alta que el día anterior, concretamente en P5. otro lado abandonan la cruz debido a un vala-
Posteriores comprobaciones (aisladas y en dife- do que les cierra el paso), y de otro, hacia el N,
rentes días) revelaron que este era el lugar donde encontramos tres collados paralelos entre los
normalmente pastaban por la noche. Esto parece cuales el de mayor entidad es el más occiden-
confirmar la primera impresión de que el descen- tal, anejo al primero citado.
so a la vaguada (P2) de la noche anterior, había
sido motivada por la niebla. La braña por donde deambulan los caballos y las
vacas ofrece toda esa serie de opciones de des-
Al amanecer del día 18 asistimos a una se- plazamiento.
cuencia totalmente paralela a la registrada el día
anterior. Es decir, a primeras horas de la mañana Para resaltar la significación arqueológica de to-
llegan diversos grupos que pastan en P1 y P4 y da esta tramoya geográfica, topográfica y zooló-
que luego se retiran a D1 y D2. Finalmente, al gica, hemos elegido comparar los resultados an-
mediodía del 18, abandonamos la observación. teriores con la situación de yacimientos arqueo-
Con posterioridad efectuamos diversos controles lógicos pertenecientes a dos conjuntos diferen-
(no sistemáticos) que confirmaron lo anterior- ciales que, por otra parte, son los únicos que se
mente anotado como la tendencia general du- documentan en el área de trabajo: los yacimien-
rante la estación seca. tos con industrias líticas pertenecientes a un
momento díficil de concretar a partir del Paleolí-
$UTXHROyJLFD tico Superior Final72 y los túmulos megalíticos y
no-megalíticos que configuran en este punto una
Todo el movimiento de los grupos de caballos necrópolis de acusada personalidad73.
anteriormente descritos ¿qué nos puede mostrar
a los arqueólogos sobre fenómenos arqueológi- El primer conjunto de yacimientos arqueoló-
cos? Para constestar a esta pregunta deberemos, gicos está constituido por una serie corta de
en primer lugar, trazar una breve síntesis de toda puntos identificados gracias a la aparición (su-
la descripción zoológica anterior a través de la
cual se pueda observar la relación entre la geo-
grafía del movimiento de los animales y la geo- 72La catalogación de estos yacimientos ha sido reali-
grafía física de la zona elegida para probar esta zado por Dolores Cerqueiro Landín dentro de los tra-
estrategia de trabajo. De este modo podemos bajos de campo del mismo Proyecto de Investigación
concretar el siguiente esquema: Arqueológica en el que se enmarca este trabajo; una
• En nuestra unidad de estudio se observa publicación somera de estos resultados se puede en-
la confluencia de dos vías de tránsito de contrar en Criado Boado et al. 1990; la descripción
pormenorizada de esos yacimientos se encuentra en
gran significación:
una memoria inédita (Criado et al. MT88), en tanto que
• La primera recoge los desplazamientos longi- su estudio ha sido iniciado en Cerqueiro Landín 1989.
tudinales a través de la parte alta (cordal) de la
sierra de O Bocelo, así como el acceso occiden- 73 Dos de los túmulos de esta necrópolis han sido exca-
tal a las zonas bajas a través de una dorsal de vados dentro del mismo Proyecto reseñado en la nota
estribación lateral, situada hacia el W. anterior, en la campaña de 1988; la publicación del in-
• La segunda permite acceder a esa vía longitu- forme de su excavación se puede encontrar en Criado
dinal anterior desde el S a traves de otra dorsal Boado et al. 1990; su descripción pormenorizada se en-
de estribación que, en este caso, muere en el cuentra en una memoria inédita (Criado et al. MT88).
valle del río Furelos.
&$3$
9DORUDFLyQ
Llegados a este punto algunos pensarán que no
es objeto ni objetivo de los autores auto-valorar
su propuesta. Sin embargo, sólo desde un reco-
nocimiento, implícito y explícito, que viaje desde
los objetivos hasta las consecuencias de nuestro
trabajo, podremos animarnos a continuar desa-
rrollando esta línea. Por tanto, aquí tomamos
conciencia de las múltiples lagunas que han que-
dado subyacentes en el texto, pero también reco-
nocemos las nuevas preguntas que nunca imagi-
namos antes poder llegarnos a hacer.
En base a los resultados aquí presentados,
entendemos que este tipo de estudios deben con-
tinuar, abarcar otras zonas geográficas (tanto
dentro de la misma sierra como en otros lugares)
buscando ámbitos más amplios de comparación.
Estos trabajos deberían mitigar algunas de las
limitaciones más importantes que presenta la
presente aportación. En este sentido sería im-
prescindible extender el trabajo a otras estaciones
del año (no en vano somos conscientes que he-
mos planteado un esquema de estación seca) en
un intento de acercarnos a una mayor compren-
sión de una 'geografía del movimiento'. Y, por
supuesto, en el mismo sentido deberíamos co-
menzar a estudiar otros animales que puedan
ofrecernos datos rentables. Finalmente, en otras 76 Para acabar quisiéramos expresar nuestro agradeci-
zonas y con otro tipo de registro arqueológico miento a todos nuestros compañeros de equipo, espe-
podría ser factible acercarse a una lectura ar- cialmente a Dolores Cerqueiro, pues, además de pres-
queológica más globalizadora que abarcase otras tar la base logística para sobrevivir en la sierra, ellos
épocas cronoculturales distintas de las dos a las están asimismo implicados en la definición del marco
que aquí nos hemos reducido. general que hace significativo este trabajo. Igualmente
a Maruchi Tallón Nieto que ha preparado la primera
Pese a estas limitaciones, entendemos (con versión de la parte gráfica (no reproducida en esta edi-
toda la subjetividad que implica el término) que a ción).
través de este tipo de trabajos nos acercamos a un
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
• Una zona de cumbres que ejerce de divi- fácil cruzar el río por su cabecera81 y comenzar a
soria con el valle del río Verdugo, entre ascender por una dorsal, sin accidentes ni hume-
476 y 380 m.s.n.m. aproximadamente. dales destacados, hasta llegar al gran collado
• Los SHTXHxRV YDOOHV que vierten sus aguas existente al S de la zona de estudio. En esta mitad
al $OYHGRVD y que discurren perpendicula- meridional existe otra línea de desplazamiento
res al valle de dicho río hasta desembocar paralela por el E a la que acabamos de describir;
en su nacimiento, entre 260 y 380 m.s.n.m. saldría del fondo del valle del río $OYHGRVD para
• Las cumbres y cimas que limitan la zona ascender por la dorsal (que cierra una gran cuen-
por el SW y el SE, y ejercen de divisoria ca denominada 9DORQJR por el lado E), y llegar a
con los afluentes de cabecera del /RXUR, la zona de cumbres; desde ahí se puede descen-
entre 458 y 616 m.s.n.m. der hacia el valle del %RUEpQ o hacia el gran colla-
do82.
En una escala de análisis más detallada tenemos Otra gran línea de desplazamiento ha sido
las FXHQFDV KLGURJUiILFDV, definidas en función definida en sentido E-W, uniendo las tierras lito-
de la red hidrográfica y sus divisorias. Al N está rales de Redondela con el valle del río %RUEpQ;
la cuenca del río 9HUGXJR y su afluente el 2LWDYpQ; ésta ascendería por las laderas del valle del $OYH
al S la cuenca del 1HVSHUHLUD, afluente del río /RX GRVD (tanto por la N como por la S)83 hasta llegar
UR; al E la cuenca del río %RUEpQ; y en el sector a la cabecera del río, al collado, donde se une con
central, nuestra zona de estudio, el valle corres-
la anterior en un cruce claro de caminos84.
pondiente al curso superior del $OYHGRVD, que está
delimitado por las cumbres existentes al N y al S,
y las dorsales que se extienden desde ellas, ce- (YLGHQFLDVSDUDHOHVWXGLRHOUH
rrando visualmente la cuenca sobre si misma. JLVWURDUTXHROyJLFR
A su vez, dentro de la cuenca fisiográfica del
Tras el análisis geográfico procederemos a conti-
río $OYHGRVD hemos distinguido dos XQLGDGHV IL
nuación a enumerar de N a S los yacimientos ar-
VLRJUiILFDV cuyo límite viene dado por dicho río;
queológicos localizados en el territorio conside-
una, la septentrional tiene su eje en la pequeñas
rado (véase Fig. 5.2); para ello los agruparemos
cubetas existentes en la zona de 5HJR 1RYR; la
en función de las regiones fisiográficas que ocu-
otra, meridional, tiene su eje central en el valle de
pan.
9DORQJR (una representación de las vistas pano-
rámicas de ambas unidades puede verse en la Es en una de estas regiones donde hemos
Fig. 5.6). Dentro de éstas existen XQLGDGHV JHR puesto en práctica el WHVW de visibilización en el
JUiILFDV altamente significativas desde el punto que incluimos el tipo de elemento fisiográfico ob-
de vista arqueológico, que vienen a coincidir con servado, su forma (cóncava, convexa o llana), su
varias cubetas dispuestas de manera escalonada denominación tradicional, si está al N o al S del
a lo largo de la suave pendiente, y que general- sistema analizado, si se percibe bien o mal, para
mente presenta humedales turbosos. finalizar con los yacimientos arqueológicos que
se encuentran en dicho elemento fisiográfico, di-
ferenciando los monumentos tumulares del resto
(OPRYLPLHQWRHQHOHVSDFLROt de los yacimientos.
QHDVQDWXUDOHVGHWUiQVLWR Dado que en análisis similares llevados a ca-
Es ésta una zona que, a pesar de su condición de bo en otras zonas gallegas (Villoch 1995a y
barrera topográfica, facilita los desplazamientos 1995b) observamos una relación entre túmulos y
entre el valle del %RUEpQ al E y la plataforma lito-
ral al W, ya que la cabecera del río $OYHGRVD cons-
81 No en vano en esta zona, a la izquierda de la carrete-
tituye una amplio collado natural de fácil tránsi-
to; en sentido N-S los desplazamientos resultan ra que desde Redondela lleva a $PRHGR, existe un pe-
menos costosos por existir numerosos llanos y queño puente moderno, reconstrucción de uno ante-
dorsales de suaves pendientes. Dada la cantidad rior, que actualmente se encuentra en desuso por las
modificaciones realizadas en las pista forestales.
de variables y soluciones en los desplazamientos
por esta zona, que como ya hemos dicho consti- 82Esta vía de desplazamiento es utilizada aún en la
tuye un eje central de paso, articularemos nuestra actualidad por los vecinos de la zona para llevar el ga-
descripción primeramente en sentido N-S, para nado a pastar a las zonas superiores del monte.
posteriormente hacerlo de W a E, al tiempo que 83 En la margen S ha sido materializada en un camino
señalamos las variantes y/o derivaciones más tradicional que actualmente se conserva en alguno de
significativas (Fig. 5.5 y 5.7). sus puntos, mientras que en la N la materialización se
Desde el N accedemos a la cuenca del $OYHGR ha realizado con capa asfáltica.
VD por un collado múltiple desde el que descen- 84En las proximidades del puente antes citado existe
demos por suaves dorsales, bordeando por el E o un FUXFHLUR que viene a confirmar la importancia del
el W las cubetas de la zona conocida como 5HJR lugar como cruce de caminos.
1RYR. Una vez llegados al fondo del valle resulta
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
petroglifos con cazoletas, se priorizarán ahora los collado y una cubeta entre esas elevaciones, do-
grabados que presentan este tipo de motivos y minadas por los elementos arqueológicos ante-
que por su simplicidad no describiremos de ma- riores. Estamos por tanto ante un caso en el que
nera individualizada, sino que serán dados a co- las formas fisiográficas más destacadas están ge-
nocer en función de los túmulos a los que se aso- neralmente ocupadas por evidencias arqueológi-
cien espacialmente85. cas, por lo que cabe preguntarse si dichas formas
son las que determinan el emplazamiento.
0RQWHGR(VSLxR\VXHQWRUQR
Existen en este sector ocho monumentos tumula-
/DFXHQFDGHO$OYHGRVD
res que se distribuyen en pequeños grupos en las Pasando ya al sector central de la cuenca del$O
cimas de 0RQWH GR (VSLxR y las dorsales de des- YHGRVD, al S del anterior, y en la zona conocida
censo hacia el río $OYHGRVD. Un primer grupo está como 5HJR 1RYR, han sido localizados tres mo-
compuesto por dos túmulos (nº 1 y 2), el primero numentos alineados (nº 6 a 8) con una distancia
de los cuales presenta al menos cuatro ortostatos máxima entre ellos de cuatrocientos metros, que
pertenecientes a la cámara y restos de coraza; serán tratados conjuntamente dado su emplaza-
ambos están emplazados en una pequeña llana- miento común en una dorsal de estribación de
da, extremo de un collado, en la parte superior suave pendiente que facilita el tránsito entre el
de 0RQWHGR(VSLxR, concretamente en el inicio de valle del $OYHGRVD y el collado de 0RQWHGR(VSLxR.
una dorsal de estribación que facilita el descenso Aunque no ejercen de límite entre ninguna de las
hacia el río 9HUGXJR. A pesar de su localización en unidades definidas, sí delimitan una unidad
un sector elevado y prominente, no presentan un geográfica, que estaría constituida por la cuenca
gran arco de visibilidad hacia la zona interior de- de 5HJR1RYR, hacia la que se orientan claramen-
bido a su orientación septentrional. No lejos de te. Cabe destacar además que estos monumentos
ellos han sido localizadas dos áreas con material se localizan en el segundo rellano existente en la
cerámico en superficie y estructuras que serán vertiente N del $OYHGRVD. En las inmediaciones de
tratadas en detalle más adelante. estos monumentos han sido localizados numero-
sos petroglifos tanto con cazoletas como con otro
Al SE de los anteriores se localiza el monu-
tipo de motivos que mencionaremos más ade-
mento nº 3 que aparece en un cerro predomi-
lante.
nante en el paisaje, que ejerce de límite entre
cuencas hidrográficas y unidades fisiográficas;
(OHPHQWR )RUPDILVLR 'HQRPLQDFLyQ 6HFWRU 3HUFHSFLyQ 7~PXORV 2WURV\DFLPLHQWRV
desde él se aprecia una amplia panorámica, he- ILVLRJUiILFR JUiILFD WUDGLFLRQDO 6L1R
cho que da sentido a su emplazamiento en un Sierra Convexa A Serra S Buena Si Petroglifo
lugar de difícil acceso. En sus proximidades nos con cazoletas
a menor altitud de todos los estudiados. Es nece- dos. El primero, con los túmulos 17 a 19, se loca-
sario mencionar también aquí que este grupo es liza en el primer rellano de la dorsal de estriba-
límite de dos unidades fisiográficas, y al igual ción que desde el $OYHGRVD conduce hasta 0RQWH
que en el caso anterior podría limitar una peque- %X[HO, en una zona que ejerce de límite una vez
ña unidad geográfica constituida por la cubeta más entre unidades fisiográficas y que aparente-
hacia la que se orienta. En sus inmediaciones mente resulta simétrico con el grupo de 5HJR1R
existe un petroglifo con cazoletas. YR por la disposición. En sus proximidades fue-
Al E de los anteriores existió al menos un tú- ron localizados diversos petroglifos con cazole-
mulo (nº 16), sepultado actualmente bajo el cam- tas, uno de ellos a escasos metros de uno de los
po de fútbol de $PRHGR; que se emplazaba en túmulos.
una zona relativamente llana con suave pen-
El gráfico de visibilización desde el túmulo 18
diente hacia el SW, ejerciendo de límite entre
(tabla 3) ofrece un arco de posibilidades más va-
unidades fisiográficas; este monumento cobra
riado que el anterior, ya que su posición en un
importancia por situarse en la parte central de la
lugar más elevado contribuye a mejorar la per-
zona de trabajo. Por otra parte, la proximidad del
cepción del entorno. Así, tenemos que se divisan
lugar de $PRHGR hace pensar en la posibilidad de
cinco elementos fisiográficos (tres al N y dos al
que algunas evidencias arqueológicas hayan sido
S), todos ellos con nitidez. De esos cinco, dos po-
destruidas o alteradas debido a la acción antrópi-
seen túmulos y petroglifos con cazoletas; son los
ca.
mismos que acabamos de mencionar para el tú-
mulo 16 (tabla 2), uno en el extremo N y otro en
(OHPHQWR )RUPDILVLR 'HQRPLQDFLyQ 6HFWRU 3HUFHSFLyQ 7~PXORV 2WURV\DFLPLHQWRV
ILVLRJUiILFR JUiILFD WUDGLFLRQDO 6L1R el extremo S.
Sierra Convexa A Serra S Buena Si Petroglifo A escasa distancia al S de los anteriores, pero
con cazoletas
a una altitud mayor, está otro túmulo (nº 20),
Collado Cóncava Monte Espiño N Buena Si Petroglifo compartiendo con ellos las características de em-
con cazoletas
plazamiento, aunque en este caso el monumento
Collado Cóncava Portela S Buena No Petroglifo complejo se orienta ligeramente hacia el E y pierde domi-
nio sobre el entorno al quedar en una zona de
7DEOD 9LVLELOL]DFLyQ GH IRUPDV WRSRJUiILFDV GHVGH HO W~PXOR Q ruptura de pendiente cóncava, que es límite
&DPSRGHI~WEROGH$PRHGR además de la misma unidad fisiográfica que en el
caso anterior. En sus proximidades fue localizado
La visibilización de elementos fisiográficos desde un petroglifo con dos posibles cazoletas y a más
este monumento (tabla 2) es buena muestra de su distancia una roca con una cazoleta de gran ta-
emplazamiento en una zona deprimida, ya que maño.
desde él tan sólo se ven tres elementos fisiográfi-
cos (dos al S y uno al N), todos ellos percibidos Altamente significativos nos parecen los resulta-
con claridad; además, en dos de ellos, uno en el dos obtenidos en las observaciones sobre la visi-
extremo N de la zona de estudio (un collado, bilización desde éste túmulo. Igual que ocurría
cóncavo por lo tanto) y otro en el extremo S (una con el de Rego Novo (nº 8, tabla 1), en situación
sierra, convexa), existen túmulos acompañados topográfica simétrica, se observan bien siete ele-
por petroglifos con cazoletas. Únicamente el ele- mentos fisiográficos (cinco al N y dos al S); de
mento fisiográfico que carece de túmulos pre- ellos, cuatro poseen túmulos acompañados por
senta otro tipo de yacimiento, en este caso un petroglifos con cazoletas, dos en formas convexas
petroglifo complejo. y dos en formas cóncavas (por lo tanto más difí-
ciles de percibir).
(OHPHQWR )RUPD 'HQRPLQDFLyQ 6HFWRU 3HUFHSFLyQ 7~PXORV 2WURV
ILVLRJUiILFR ILVLRJUiILFD WUDGLFLRQDO 6L1R \DFLPLHQWRV
Sierra Convexa A Serra S Buena Si Petroglifo
0RQWH%X[HO\VXHQWRUQR
con cazoletas Pasando ya alas tierras altas de0RQWH%X[HO, y la
Collado Cóncava Monte Espiño N Buena Si Petroglifo parte superior de la dorsal que conduce a ellas
con cazoletas
desde el $OYHGRVD, se localiza un túmulo (nº 21) en
Cerro Convexa Outeiro do N Buena No Petroglifo
Allo con cazoletas una zona de rellano predominante en el terreno;
Collado Cóncava Portela S Buena No Petroglifo complejo
ejerce de límite entre unidades fisiográficas y es
Dorsal Convexa Picapedrouzos N Buena No —
coincidente además con el límite administrativo
entre los términos municipales de Redondela y
7DEOD9LVLELOL]DFLyQGHIRUPDVWRSRJUiILFDVGHVGHHOW~PXORQ0RQWH Pazos de Borbén.
7D[XJXHLUDV
El pequeño túmulo nº 22 se localiza en la ci-
Ya en la dorsal que pone en conexión el valle ma del monte conocido genéricamente como %X
del $OYHGRVD con 0RQWH%X[HO, al S, y al igual que [HO, constituyendo el punto más alto de la dorsal
pasaba con la parte N de nuestra zona de estu- en la que se localizan los monumentos citados en
dio, nos encontramos con una serie de monu- los párrafos anteriores; está en un terreno llano
mentos, dispersos en pequeños grupos o aisla- que ve limitada su orientación hacia el SE por
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
una pequeña cima, quedando su arco de visibili- (OHPHQWR )RUPD 'HQRPLQDFLyQ 6HFWRU 3HUFHSFLyQ 7~PXORV 2WURV
dad reducido a unos escasos metros en el terreno ILVLRJUiILFR ILVLRJUiILFD WUDGLFLRQDO 6L1R \DFLPLHQWRV
circundante. Es ésta una zona que sirve de límite Cerro Convexa Monte Espiño N Buena Si Petroglifo con
cazoletas
entre unidades fisiográficas y entidades admi-
nistrativas igual que en el caso anterior. En la la- Sierra Convexa A Serra S Buena Si Petroglifo con
cazoletas
dera S de la pequeña elevación en que se localiza
Collado Cóncava Monte Espiño N Buena Si Petroglifo con
el monumento fue localizado un yacimiento de la cazoletas
Edad del Bronce durante las obras del oleoducto Cuenca Cóncava Chans N Buena Si Petroglifo con
y del gasoducto (Parcero y Lima, e.p.). Por otra de Espiñeira cazoletas
parte, al S del monumento y en una zona con una Cerro Convexa Outeiro do N Buena No Petroglifo con
Allo cazoletas
altitud relativa considerablemente inferior fueron
Dorsal Convexa Monte S Buena No Petroglifo complejo
localizadas diversas rocas con motivos comple- Rebordiño
jos; además, en el collado al E de la elevación en
Dorsal Convexa Picapedrouzos N Buena No —
la que se encuentra el túmulo fue registrada otra
roca con una combinación de dos círculos con- 7DEOD9LVLELOLGDGGHIRUPDVWRSRJUiILFDVGHVGHHOW~PXORQ0RQWH
céntricos con cazoleta central. 7D[XJXHLUDV
Los más meridionales de este grupo son los mediata se reduce a escasos metros alrededor,
túmulos nº 24 y 25, que se localizan al W del gran pero a larga distancia ésta se prolonga varios ki-
collado llamado 3RUWHOD GH 9DORQJR y se orientan lómetros. Es ésta una zona de límite además en-
hacia el mismo; están además en una zona que tre cuencas hidrográficas, unidades fisiográficas
ejerce de límite natural entre dos cuencas hidro- y municipios, cosa frecuente en elementos fisio-
gráficas y dos unidades fisiográficas, localizán- gráficos de este estilo.
dose muy cerca el límite administrativo entre dos
Ya al SW de los montes en los que se localiza-
municipios. Queremos mencionar aquí que a pe-
ban los anteriores, y esta vez en las tierras bajas
sar de que en la bibliografía se hace mención a
de piedemonte, hemos localizado otros dos mo-
rocas con grabados en esta zona (Filgueira y Gar-
numentos, en una zona que es límite entre cuen-
cía 1953: 85), su búsqueda ha resultado infruc-
cas hidrográficas, unidades fisiográficas, los tér-
tuosa. Sin embargo, en sus proximidades fue lo-
minos municipales de Pazos de Borbén y Pontea-
calizado abundante material arqueológico que
reas y tres parroquias, dos del primero y una del
veremos más adelante.
segundo respectivamente.
$6HUUD\*DOOHLUR
Ya al E de la región anterior, en losmontes de$
/RV\DFLPLHQWRVHQHOHVSDFLR
6HUUD y *DOOHLUR nos encontramos con una mayor DQiOLVLVGHOHPSOD]DPLHQWRWX
dispersión de monumentos tumulares que en los PXODU
casos anteriores. Así, tenemos en primer lugar el
túmulo 23 que aparece aislado en un punto pre- Procederemos a continuación a analizar los datos
dominante del relieve, aunque no descartamos que acabamos de exponer, teniendo en cuenta los
que los cortafuegos que lo rodean por dos de sus factores de emplazamiento expuestos en trabajos
lados hayan arrasado alguno más. Se emplaza en anteriores (Villoch 1995a, 1995b y 1995c).
una pequeña elevación existente en el extremo de
una sierra que sirve de límite entre cuencas hi- <DFLPLHQWRV\PRYLPLHQWR
drográficas y unidades fisiográficas, no encon- En lo que al factor GHVSOD]DPLHQWR se refiere,
trándose lejos el límite entre tres parroquias, lo podemos decir que todos los túmulos están vin-
cual da idea de lo señero que este punto ha sido a culados, de uno u otro modo, a alguna de las lí-
lo largo de la historia. En sus proximidades han neas de tránsito definidas para la zona. Si co-
sido localizadas algunas rocas con grabados, to- menzamos a examinarlas por el N nos encontra-
das con motivos exclusivamente de cazoletas. mos con que el gran collado existente en 0RQWHGR
En la misma zona montañosa, pero a cierta (VSLxR está jalonado por diversos túmulos, algu-
distancia al S han sido localizados dos túmulos, nos de los cuales marcan los diferentes puntos de
uno emplazado en la cima y otro en la dorsal de acceso a esa figura fisiográfica (Figs. 5.2 y 5.7).
estribación que desde la cima desciende hacia el Así, tenemos que los túmulos nº 1 y 2 están
SE. El primero es un gran monumento86 localiza- jalonando la línea natural de ascenso por una
do en el lugar más predominante de la zona ob- dorsal desde el río Verdugo. El túmulo nº 3 do-
jeto de estudio, y desde el que la visibilidad in- mina el collado existente al W, que sirve como
punto de paso hacia el valle del Verdugo, y todas
las zonas superiores existentes en su entorno;
86 A pesar de haber sido arrasado en toda su superficie además, los petroglifos con cazoletas próximos a
unos cuarenta centímetros y de tener encima una case- éste, no visibles desde el monumento, podrían
ta, el túmulo es de ingentes proporciones. estar marcando el ascenso hacia él. Lo mismo que
en el caso anterior podemos decir para los mo-
&$3$
numentos nº 4 y 5, tanto en lo que a vinculación que como ya indicamos más arriba es utilizada
al tránsito por dominio sobre el collado se refiere, aún en la actualidad por los vecinos de la zona89.
como en la vinculación que los petroglifos pue-
Ya al SW de éste gran paso, pero también
den tener con la misma línea natural de despla-
vinculados visualmente con él, existen otros mo-
zamiento. Por lo que respecta al grupo de mo-
numentos (nº 24 y 25) en un pequeño collado
numentos nº 6 a 8, decir que estos jalonan direc-
desde el que se domina la portela, lugar funda-
tamente la línea natural de desplazamiento por la
mental de paso entre el valle del $OYHGRVD y los
zona, actualmente materializada en pista forestal.
valles de cabecera del /RXUR.
Ya en el centro del valle nos encontramos con
Por lo que respecta a los dos monumentos
la mayor concentración de túmulos de toda la
más meridionales, éstos también se encuentran
zona, en un sector del territorio que sirve como
en una vía de desplazamiento que, como ya indi-
lugar de comunicación entre la plataforma litoral
camos, comunica la cabecera del $OYHGRVD con
de Redondela y las tierras altas de Amoedo, clave
estas tierras altas de $6HUUD; desde ellas se puede
en el tránsito a nivel comarcal. Cuatro de estos
descender hacia el S hasta otro par de monu-
monumentos (nº 9 a 12), casi alineados en sentido
mentos localizados en este caso en medio de un
NNE-SSW, parecen marcar el sentido de ascenso
collado de especial importancia ya que facilita la
hacia las zonas que acabamos de citar, mientras
comunicación entre el valle del río Borbén y los
que los otros parecer señalar las vías de despla-
afluentes de cabecera del Louro, conectando así
zamiento hacia la plataforma litoral (nº 14 y 15) y
las dos grandes depresiones del S de Galicia, de
hacia el paso a la otra vertiente del valle (nº 13),
modo similar al gran collado de la cabecera del
por lo que todos ellos parecer ejercer como dis-
Alvedosa.
tribuidores del movimiento por la zona, marcan-
do la dirección a tomar por el viandante. El últi- Visto esto creemos poder decir que es el pro-
mo de los monumentos mencionados, el nº 13, pio tránsito por la zona el primer factor o cir-
conecta con el túmulo sepultado bajo el campo de cunstancia general que determina el emplaza-
fútbol de $PRHGR (nº 16)87, localizado éste en el miento. Así, nos encontramos con grupos de mo-
principal cruce de las líneas de desplazamiento numentos que jalonan los grandes collados, bien
por la zona; su importancia por lo tanto no viene por estar emplazados en dicha forma fisiográfica,
dada por su emplazamiento en un lugar promi- bien por dominarla desde zonas predominantes
nente, sino por su situación en un nudo de trán- del entorno; tenemos además una serie de mo-
sito fundamental y determinante. numentos que marcan literalmente las vías de
desplazamiento, en este caso generalmente por
Ya en la vertiente S del valle del $OYHGRVD en- las dorsales y, finalmente, nos encontramos con
contramos de nuevo que los monumentos jalo- un gran grupo central que ejerce de distribuidor
nan la vías de tránsito; por ejemplo, los túmulos en un cruce de distintas vías.
nº 17 a 20 se localizan a escasos metros de una
pista forestal que sigue la vía natural de despla- Por otra parte, al analizar la visibilización de
zamiento, estando el más meridional afectado formas fisiográficas desde los monumentos tu-
por la misma; esta misma proximidad a la línea mulares, hemos constatado que se observan con
de tránsito se observa en el siguiente monumento mayor nitidez los elementos del relieve que po-
que encontramos al continuar ascendiendo por la seen algún tipo de elemento arqueológico. Así
dorsal nº 21. por ejemplo, tenemos que desde el monumento
nº 8 se visibilizan con claridad las formas fisio-
Inmediatamente al S nos encontramos con un gráficas en las que están los monumentos nº 17 a
caso similar al de 0RQWH GR (VSLxR, ya que existe 19, 21, 22 y 25 y petroglifos con cazoletas; mien-
un gran collado llamado 3RUWHOD GH 9DORQJR, do- tras que otros puntos en los que solo hay petro-
minado por dos formas fisiográficas predomi- glifos se divisan con dificultad. Todas las forma
nantes en las que se asientan sendos túmulos88: al fisiográficas con túmulos están al S del monu-
W el 22 y al E el 23, el último de los cuales ade- mento, coincidiendo con la orientación visual del
más se encuentra en la línea de desplazamiento mismo, a considerable distancia y por ellas discu-
que asciende desde la portela hasta la sierra, y rren las vías principales de desplazamiento por
la zona, por lo que debemos preguntarnos si su
emplazamiento, con esas condiciones de visuales,
es algo más que una casualidad.
87La importancia que la zona del túmulo tuvo como
Otro ejemplo es el monumento nº 16, que co-
punto de paso queda avalada por la existencia de un mo ya hemos dicho constituye un punto estraté-
puente y un FUXFHLUR, como ya mencionamos anterior-
mente.
88 Esta localización de megalitos en puntos de control 89A pesar de la aparente elevada altitud relativa cre-
de paso ha sido constatada también en otras zonas de emos importante indicar que la subida por la dorsal
la Península Ibérica (Galán y Martín 1991/92). presenta una suave pendiente fácil de salvar.
'HO7HUUHQRDO(VSDFLR3ODQWHDPLHQWRV\3HUVSHFWLYDVSDUDOD$UTXHRORJtDGHO3DLVDMH
gico en el movimiento; desde él que se divisan Esta ordenación simétrica se extiende por el
los dos grandes collados que limitan y dan acceso resto del territorio, en el que los monumentos se
el valle del Alvedosa por el N y el S: 0RQWHGR(V sitúan en las rupturas de pendiente de los dife-
SLxR y 3RUWHOD GH 9DORQJR, y la sierra que jalona rentes niveles altitudinales relativos que presenta
éste último por el E. la fisiografía, como se observa tanto en el gráfico
El túmulo nº 8 es respecto al nº 20, simétrico de permeabilidad (Fig. 5.8) como en el perfil to-
en el espacio, ya que ambos están en el segundo pográfico de la zona (Fig. 5.10).
escalón del relieve, pero inverso en cuanto a visi- Encontramos que existen también monu-
bilización ya que desde el primero (al N del sis- mentos vinculados visualmente a formas fisio-
tema) predomina la visión sobre elementos fisio- gráficas cóncavas, en las que generalmente existe
gráficos del sector S, y desde el segundo (al S del una EUDxD, y que pudieron haber tenido un inte-
sistema) predomina la visión del lado N. rés específico en la Prehistoria por haber sido lu-
Creemos pues que el tránsito ha sido deter- gares de captación de recursos90. Esta circunstan-
minante en la elección del punto de emplaza- cia se produce en la mayoría de los monumentos
miento de los monumentos documentados, ya antes enunciados: los nº 1 a 5 se vinculan a una
que estos se sitúan en lugares estratégicos del re- cuenca central que constituye una unidad geo-
lieve que condicionan el desplazamiento por el gráfica en sí misma, los nº 6 a 8 a la cuenca de
territorio, y que al resultar visibles desde largas 5HJR 1RYR, los nº 9 a 16 a la cuenca de cabecera
distancias constituyen un reclamo para el vian- del río $OYHGRVD, los nº 17 a 19 a la misma cuenca
dante. Es ésta vinculación entre monumentos y que los anteriores y simultáneamente a la gran
tránsito la que posibilita un espacio permeable cubeta de 9DORQJR, y los nº 24 y 25 a los múltiples
(su abstracción se representa en la Fig. 5.8) mar- valles de cabecera del /RXUR.
cadamente simétrico, condicionado, o más bien Dichas cuencas o cubetas húmedas están
posibilitado, por un espacio físico marcadamente siempre en el ámbito de visibilidad general desde
simétrico. el monumento, pero la visibilidad inmediata no
suele primar estas unidades geográficas. Un
<DFLPLHQWRV\QDWXUDOH]D ejemplo es la necrópolis formada por los túmulos
En cuanto a los HOHPHQWRV QDWXUDOHV, tenemos nº 6 a 8, en donde las EUDxDV quedan abarcadas en
casos en los que un gran afloramiento granítico la visibilidad general, pero al existir un sector de
limita totalmente la panorámica visual del mo- las mismas que no puede ser observado, no pue-
numento por uno de sus lados, como es el caso den ser incluidas en el ámbito de visibilidad in-
del túmulo nº 1, que además se asienta en parte mediata (véase Fig. 6 en Villoch 1995b).
sobre el afloramiento potenciando así su monu- Podemos decir entonces que el orden natural
mentalidad, o el nº 15, en el que el sustrato roco- (simétrico) ha posibilitado una artificialización
so contribuye a potenciar la orientación del mo- (también simétrica), que tiene en cuenta tanto la
numento hacia los puntos de fluidez del tránsito. fisiografía general de la zona como las unidades
Existen también casos en los que las rocas que geográficas menores, en este caso las cuencas
rodean los monumentos cobran importancia por húmedas.
haber sido grabadas, especialmente donde la roca
del sustrato aflora sólo a ras de suelo pero no (ODVHQWDPLHQWRGHORV
destaca como elemento visible, pero dado que FRQVWUXFWRUHVGHPRQXPHQWRV
esto no pertenece al orden natural serán tratadas
más adelante. En cuanto a la vinculación a los posibles HVSDFLRV
GH DVHQWDPLHQWR de las comunidades sociales
Si aceptamos que en realidad, o al menos, en contemporáneas a los monumentos, cabe desta-
un cierto sentido todo elemento fisiográfico per- car diversos puntos en los que durante la cons-
tenece al orden natural, observamos que el em- trucción del Oleoducto y del Gasoducto han sali-
plazamiento de monumentos en las formas más do a la luz tanto estructuras en la zanja de obra
destacadas del relieve (convexas) contribuye a como materiales arqueológicos en superficie (en
potenciar la visibilización zonal de dichos ele- la Fig. 5.9 aparecen localizados en función de la
mentos fisiográficos, y por lo tanto los arqueoló- toponimia). En todos ellos se procedió a la ins-
gicos allí situados, desde puntos lejanos; ejem- pección detenida de los perfiles y a la documen-
plos de este tipo son el túmulo nº 3 o el nº 23. tación gráfica, y en algún caso se procedió a la
Ambos monumentos, y los elementos fisiográfi-
cos que los acogen, resultan además simétricos
en el diagrama de permeabilidad (Fig. 5.8), como
también resultan simétricos sus vecinos 1 y 2 res-
pecto a 24 y 25 (en una zona llana en los extre- 90De importancia por lo tanto para la subsistencia,
mos del sistema), y 4 y 5 respecto al 22 (en sendas como ha sido sugerido para el caso de los hábitats de la
cimas que dominan el acceso a la zona del Alve- Edad del Bronce (Méndez 1994) y para el arte rupestre
dosa). gallego (Bradley HWDO. 1994b).
&$3$
con los túmulos que con él forman este grupo (nº buyendo así a hacer permeable el espacio. Pero el
6 y 8); el yacimiento funerario nº 8 tiene su límite tránsito no es el único factor determinante del
en petroglifos también con cazoletas, además de emplazamiento ya que él mismo está mediatiza-
por el túmulo 6. Constatamos también que son do por el relieve. Relieve que como hemos visto
las rocas con cazoletas que limitan el espacio fu- repite los mismos condicionantes a N y S: gran-
nerario por el E las que pueden estar sirviendo des collados en los extremos, pisos o escalones
de nexo entre túmulos y brañas, ya que es preci- fisiográficos en igual número en ambas laderas, y
samente desde ahí donde obtenemos un dominio zona deprimida en el centro, con el río como eje
visual total de ambos elementos. central, que constituye un punto clave en el trán-
Existen otros ejemplos de linde visual de los sito a nivel comarcal.
túmulos con rocas con cazoletas. En las proximi- Esta simetría natural se ve reforzada por pro-
dades de los túmulos 17 a 19 han sido localizadas ductos sociales: los túmulos, que se distribuyen
exclusivamente rocas con cazoletas; a escasos por el terreno manteniendo el equilibrio N-S y
metros del nº 18 se localiza una de ellas, y a más contribuyen de manera decisiva en la fluidez de
distancia hacia el W, en el lugar donde los tres los desplazamientos.
monumentos dejan de verse al alejarnos de ellos, La relación de simetría, entre las partes sep-
es decir, en el límite del arco de visibilidad inme- tentrional y meridional del valle del Alvedosa, ya
diata, se ha documentado otra roca con cazoletas, apuntada más arriba y cuyo análisis más porme-
que comparte funciones liminares con el túmulo norizado puede verse en el presente volumen,
20. Otro ejemplo viene dado por el túmulo 25 que unida a la disposición de los grupos de túmulos
aparece rodeado por dos rocas, limitando su arco en los escalones topográficos de sus laderas, nos
de visibilidad inmediata, que en este caso ade- muestran que existe una ordenación espacial
más se orienta en el sentido del tránsito por la unívoca, por lo que todo el conjunto tumular de
zona. También otros petroglifos con motivos de Amoedo constituiría una gran necrópolis en la
cazoletas son límite respectivamente de los arcos que los túmulos se distribuyen por el territorio en
de visibilidad inmediata del grupo central de subgrupos, ordenando el espacio y posibilitando
monumentos nº 9-13, del monumento 16 y del 20. su permeabilidad. A menor escala, pero en la
Por otra parte, existen casos como el túmulo misma línea, observamos subgrupos como el de
nº 3 en cuyas proximidades han sido documen- $OYHGRVD, en los que los monumentos parecen ha-
tados petroglifos con motivos exclusivamente de ber sido construidos unos en función de los otros,
cazoletas, que aunque no son visibles desde el de manera ordenada para hacer permeable el es-
monumento, podrían estar marcando una línea pacio, ya que parecen ejercer de distribuidor en
de ascenso o un límite territorial en torno al el cruce principal de vías de desplazamiento. Pa-
mismo94. ra ello sería necesario que todos tuvieran una
misma concepción organizativa, independiente-
Todo esto parece confirmar la relación pro-
mente del momento (temporal) de su erección.
puesta entre túmulos y cazoletas, constatándose
en este caso la aparente función delimitadora del Pero esos monumentos no están solos; com-
espacio funerario que habrían desempeñado es- parten el espacio con rocas insculturadas con ca-
tos grabados. Por otra parte, no descartamos que zoletas como motivo exclusivo, que parecen estar
esta modificación de un elemento natural sea un adjetivando el espacio funerario de manera or-
sustituto de elementos naturales señeros que denada, delimitando su entorno visual más in-
condicionan algunos casos de emplazamiento mediato95, en la lejanía el límite de visión está
tumular. conformado por elementos topográficos promi-
nentes, en ocasiones con yacimientos tumulares
&RQVHFXHQFLDV y/o rupestres; en ambos casos estamos ante per-
cepciones circulares del espacio.
Hemos visto que los monumentos aparecen inva-
riablemente en puntos que ejercen de límite entre
cuencas hidrográficas, unidades fisiográficas,
geográficas o límites administrativos.
Todos ellos se vinculan, de un modo u otro, a
las vías naturales de tránsito por la zona, contri-
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&$3$
Consello de redacción
Felipe Criado Boado, IEGPS, CSIC-XuGa (director)
Xesús Amado Reino, IEGPS, CSIC-XuGa (secretario)
Agustín Azkárate, Universidad del País Vasco
Teresa Chapa Brunet, Universidad Complutense
Marco García Quintela, LPPP, Universidade de Santiago de Compostela
Antonio Gilman Guillén, California State University (EEUU)
Kristian Kristiansen, University of Göteborg (Suecia)
Antonio Martínez Cortizas, LPPP, Universidade de Santiago de Compostela
María Isabel Martínez Navarrete, Instituto de Historia, CSIC
Eugenio Rodríguez Puentes, D. X. do Patrimonio Cultural, Xunta de Galicia
María Luisa Ruíz Gálvez, Universidad Complutense
Consello asesor
Björnar Olsen, University of Tromso (Noruega)
Christofer Tilley, University College (Gran Bretaña)
Gonzalo Ruíz Zapatero, Universidad Complutense
João Senna Martínez, Universidade de Lisboa (Portugal)
José Mª López Mazz, Universidad de la República Oriental del Uruguay (Uruguay)
Juan Manuel Vicent García, Instituto de Historia, CSIC
Luis Caballero Zoreda, Instituto de Historia, CSIC
María Pilar Prieto Martínez, Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, CSIC-XuGa
Paloma González Marcén, Universitat Autònoma de Barcelona
Pedro Mateos, Instituto de Arqueología de Mérida, CSIC
Víctor Hurtado, Universidad de Sevilla
Edita
Laboratorio de Patrimonio, Paleoambiente e Paisaxe
Unidade asociada ó CSIC a través do Instituto de Estudios
Galegos Padre Sarmiento (CSIC- Xunta de Galicia)
Enderezo de contacto
Laboratorio de Patrimonio, Paleoambiente e Paisaxe
Edificio Monte da Condesa, baixo
Campus Sur
15 782 Santiago de Compostela
A Coruña, Galicia
Tel.: +34 981 547 053
Fax:+34 981 547 104
e-mail: lppp@usc.es
Autores
Xurxo M. Ayán Vila
Becario predoctoral del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento,
(CSIC - Xunta de Galicia) del Programa I3P financiado por el Fondo Social Europeo
phxurxo@usc.es
Rebeca Blanco Rotea
Becaria del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, (CSIC - Xunta de Galicia)
phrebeca@usc.es
Patricia Mañana Borrazás
Becaria del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, (CSIC - Xunta de Galicia)
phpatrim@usc.es
Delineación
Anxo Rodríguez Paz
Diseño y maquetación
Rafael Rodríguez Carreira
Responsable de edición
Xesús Amado Reino
Dirección de la serie
Felipe Criado Boado
Referencias administrativas
Michel Foucault
Vigilar y castigar
Felipe Criado
Del Terreno al Espacio: Planteamientos y
Perspectivas para la Arqueología del Paisaje
Índice
C APÍTULO 1. I NTRODUCCIÓN 12
O BJETIVOS 12
P LANTEAMIENTOS 12
C ONTENIDOS 13
EL ANÁLISIS FORMAL 31
Análisis estratigráfico 32
Proceso del Análisis Estratigráfico 32
Análisis espacial 33
Proceso del Análisis Formal del espacio 36
A NALIZANDO LA PERCEPCIÓN 36
Los análisis del movimiento 37
Análisis de circulación 37
Análisis gamma 37
El análisis de la percepción visual 38
Proceso del análisis de la percepción 39
CAPÍTULO 5. ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA 40
EL ANÁLISIS DE LA ARQUITECTURA FUNERARIA MEGALÍTICA 40
Análisis formal 42
Análisis formal del emplazamiento 42
Análisis formal de la arquitectura tumular 46
Análisis de percepción 55
Análisis de movilidad - circulación 55
Análisis de las condiciones de visualización 57
El modelo y el sentido 60
EL ANÁLISIS DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA PROTOHISTÓRICA : EL CASTRO DE ELVIÑA 64
La visión actual sobre la arquitectura castreña 66
Caracterización del castro de Elviña 67
El análisis estratigráfico de elementos constructivos: la Casa de la Exedra 68
Correlación, simplificación y periodización 69
Periodización, característcas constructivas y restauraciones 72
Conclusiones 77
El análisis espacial de las estructuras habitacionales 79
El espacio doméstico. Evolución y cambio 81
El modelo de especialidad castreño 82
El modelo de especialidad galaicorromano 86
BIBLIOGRAFÍA 93
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
Resumen Abstract
En la primera parte del texto se propone los planteamientos In the first part of the text we propose a theoretic and
teórico-metodológicos desarrollados en la línea de investigación methodological plan to develop research line in Archaeology of
en Arqueología de la Arquitectura, orientados desde la óptica de Architecture, orientated from Landscape Archaeology
la Arqueología del Paisaje. Desde estos presupuestos se articula propositions. In this plan we articulate a methodological frame that
un marco metodológico que incluye técnicas de análisis includes analythical techniques from different disciplines:
provenientes de diferentes disciplinas: (Arqueología, Arquitectura, Archaeology, Architecture, Anthropology and Psychology. This
Antropología y Psicología). Como son el análisis formal (análisis analysis are formal analysis (stratigraphical analysis, spatial
estratigráfico, análisis espacial) y los análisis de percepción. analysis) and perception analysis.
La segunda parte incluye dos ejemplos de esta clase de análisis. The second part includes two examples of this kind of analysis.
El primero de ellos muestra los resultados de esta línea de The first one shows the result of it carried out on a small burial
investigación en un enterramiento del Neolítico, afectado por la barrow that was affected by the construction of the Galician
construcción de la red de Gasificación de Galicia. El segundo Gasline. The second case is integrated into a major project about
caso se integra en un proyecto de Revalorización de un castro en Heritage Management of a hillfort in North West of Spain: the
el NW de España: el Castro de Elviña (A Coruña, Galicia). El Plan Castro of Elviña (A Coruña, Galicia). The Director Plan included
Director incluyó varios estudios entre los que se encuentra el several works among whose was the study of architectonical
estudio del registro arquitectónico que aquí se presenta. record that here we show.
12 I NTRODUCCIÓN
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
OBJETIVOS
La razón de ser del presente texto dentro de la línea de político-económico, subsistencial y simbólico que
publicaciones TAPA ha sido el planteamiento de nuevas prevalecían en las comunidades del pasado.
perspectivas en la investigación arqueológica e histórica Con la intención de maximizar toda la información
sobre la arquitectura y el espacio construido. En este escondida tras el registro arquitectónico se inició en 1997
sentido, se pretende superar los enfoques tradicionales esta nueva línea de investigación en Arqueología de la
que prevalecen todavía en este tipo de aproximaciones en Arquitectura; los primeros resultados de la misma se han
Galicia e incorporar herramientas teórico-metodológicas concretado en los trabajos de investigación de los
que permitan profundizar en la (lógica sociocultural del firmantes del presente texto, centrados en el análisis
registro arquitectónico, concebido como un producto más estratigráfico del espacio construido en monumentos
de la cultura material y un mecanismo formal de medievales (Blanco 1997, 1999), en el estudio de la
reproducción de los sistemas sociales). arquitectura funeraria tumular (Mañana 1999) y el análisis
De acuerdo con estos postulados, este nuevo número de la arquitectura doméstica de los poblados de la Edad
de la serie presenta los resultados preliminares de una del Hierro (Ayán 2000, 2001, 2003).
nueva línea de investigación abierta en Arqueología de la Aunque estos trabajos abordan problemáticas
Arquitectura dentro del Grupo de Investigación en arqueológicas de diferente adscripción cronocultural,
Arqueología del Paisaje que conforma el actual Laboratorio todos ellos forma parte de un programa de investigación
de Arqueoloxía (en adelante LAr), del Instituto de Estudios integral centrado en la arquitectura y espacios
Galegos Padre Sarmiento (en adelante IEGPS) (CSIC-Xunta construidos, siendo ésta una ocasión propicia para dar a
de Galicia) y la Unidad Asociada del Laboratorio de Formas conocer una síntesis general de este programa de trabajo,
Culturais (Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la así como presentar de manera preliminar los primeros
Universidad de Santiago de Compostela). Este equipo, avances conseguidos a nivel de investigación básica. Así
dirigido por el Pr. Dr. Felipe Criado, ha venido pues, se pretende aportar desde Galicia una experiencia
desarrollando en los últimos años un ambicioso plan de de análisis arqueológico que contribuya al debate sobre la
investigación centrado en el estudio de los paisajes necesidad de articular y explotar nuevas perspectivas al
culturales construidos durante la Prehistoria en el NW de la estudio de la Arquitectura desde nuestra disciplina, como
Península Ibérica; el análisis de la concepción territorial, la ya se ha hecho desde otras ciencias sociales como la
forma de conceptualización del espacio y construcción del Antropología o la Sociología.
paisaje generados por las diferentes sociedades que
habitaron nuestro país desde el Paleolítico hasta la PLANTEAMIENTOS
romanización.
Los estudios llevados a cabo hasta el momento se han Como se apuntaba al principio, esta propuesta parte de la
desarrollado a escala macroespacial, aportando una necesidad de plantear nuevas formas de ver y pensar la
visión clara de la ubicación de los espacios habitacionales, arquitectura desarrollada por las sociedades del pasado.
de los patrones de emplazamiento (dando lugar incluso a En la investigación arqueológica del registro arquitectónico
modelos predictivos de localización de yacimientos), de y de los espacios construidos pesa mucho la perspectiva
los sistemas de ocupación del espacio y de las propia del funcionalismo, en la que se hace escaso
condiciones medioambientales y de subsistencia. No hincapié en lo que implican social y simbólicamente estas
obstante, a medida que avanzó la investigación, se fue construcciones del espacio. Es por lo tanto, necesario
haciendo cada vez más patente la necesidad de superar esta perspectiva con un nuevo enfoque que
contrastar estos modelos mediante un desplazamiento de considere estos factores inherentes a la arquitectura, ya
la escala a la que había sido tratado el objeto de estudio. que como actividad humana, es también social.
Así pues, con el objetivo de matizar y completar la visión Para ello se desarrollarán vías abiertas en la
de los paisajes prehistóricos resultante de estos trabajos, investigación desde hace algún tiempo y que están siendo
se propuso iniciar una nueva línea de trabajo abordando el optimizadas en otros contextos, pero que en el caso
estudio a escala microespacial del registro arqueológico, gallego sólo han comenzado a plantearse en los últimos
lo que llevó a afrontar directamente la problemática del años. En este sentido, el marco teórico de partida asumido
estudio de la arquitectura funeraria y doméstica. El registro para llevar a cabo esta iniciativa es la denominada
arquitectónico se presentaba como la clave para la Arqueología del Paisaje, mientras que el bagaje
comprensión de las formaciones socioculturales metodológico con el que se cuenta lo debemos tanto a la
estudiadas, ya que potencialmente, este nivel del registro propia Arqueología del Paisaje como a la recientemente
aporta una enorme información que permite ver de formulada Arqueología de la Arquitectura. Esta última
diferente forma los factores de orden individual, social, disciplina, centrada en el estudio de las construcciones
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
históricas con una metodología arqueológica, aporta unos como base la investigación básica, desacralicen la ruina 13
modelos analíticos y herramientas metodológicas que arqueológica y faciliten la comprensión e interpretación del 2002
Como se decía, actualmente se impone la necesidad de sobrenaturales; establecer una morada; crear una zona
ampliar las perspectivas de la investigación adoptando humanizada y segura, en un mundo ajeno y
enfoques que permitan una maximización de la potencialmente peligroso; acentuar la identidad e indicar
información generada por el espacio construido. la posición social, y así sucesivamente. De ahí que, para
El predominio durante mucho tiempo de una comprender los orígenes de la arquitectura, conviene
Arqueología ateórica marginó la formulación de nuevos adoptar una perspectiva más general y considerar que los
planteamientos o formas de repensar arqueológicamente factores socioculturales, en su sentido más amplio, son
el concepto de arquitectura y espacio arquitectónico como más importantes que el clima, la tecnología, los materiales
objeto de estudio en nuestra disciplina. Esta ausencia de y la economía. En cualquier caso, la interacción de todos
reflexión crítica conllevó la utilización en Prehistoria y esos factores es la que mejor explica la forma de los
Arqueología de un concepto tradicional tanto de edificios. No basta una sola explicación, ya que los
arquitectura, considerando a las construcciones como edificios - hasta las viviendas más modestas- son algo
algo estático, valorando simplemente sus elementos más que objetos o estructuras materiales. Son
físicos (muros, vanos, etc), y por lo tanto, únicamente instituciones, fenómenos culturales básicos. La gente
descriptible y tipologizable, como de espacio que, en línea concibe los ambientes antes incluso de conseguirlos. El
con la racionalidad burguesa, se reducía a su dimensión pensamiento ordena el espacio, el tiempo, la actividad, la
de territorio (espacio dominado para ocupar o explotar), condición social, los cometidos y la conducta. Pero es
estando además en descrédito en relación con el tiempo importante dar impresión física a las ideas. El codificar las
(Criado 1993b: 15 y ss.). ideas las convierte en útiles mnemotécnicos; las ideas
ayudan a la conducta, recordando a la gente cómo debe
El concepto de arquitectura es muy amplio. Este
actuar y lo que se espera de ella. Es importante recalcar
concepto ha sido tratado en diversos ámbitos de manera
que todos los ambientes construidos - edificios,
mucho más amplia y profunda de lo que se hará en este
asentamientos, paisajes- constituyen una manera de
texto (Arquitectura y Filosofía principalmente, también en
organizar el mundo haciendo visibles los sistemas de
semiología, sociología, etc). Uno de los objetivos de este
ordenación. El paso esencial, pues, es la ordenación u
volumen era buscar una definición actual del término. En
organización del entorno" (Rapoport 1972).
este sentido existe una amplia gama de definiciones,
desde la más simple, recogida por la Real Academia Finalmente, en la línea de investigación en Arqueología
Española de la Lengua que define Arquitectura como el de la Arquitectura que se desarrolla dentro del LAr, se
"arte y la ciencia de proyectar y construir edificios", hasta entiende por Arquitectura la manipulación antrópica de un
otras mucho más específicas y ricas postuladas por los espacio dado mediante técnicas constructivas que varían
propios arquitectos, como la de Le Corbusier, para quien a lo largo del tiempo atendiendo a factores sociales,
"Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los culturales y económicos. La arquitectura estaría
volúmenes reunidos bajo la luz" (Ching 1998: 8); o la de relacionada tanto con su entorno físico como con la
Sigfried Giedion (1988) quien definió la creación sociedad que la genera, siendo su forma concreta fruto de
arquitectónica como la correcta aplicación de los una idea o percepción compartida por la colectividad de
materiales y de los principios económicos a la creación de individuos de una sociedad, y por lo tanto comprensible
espacios para el hombre. dentro de ella, directamente relacionada con los códigos
de uso y concepción del espacio y con los esquemas de
Se entiende, por lo tanto, que los nuevos conceptos
pensamiento de esa sociedad. En este sentido, la
teóricos de arquitectura y de espacio, y sus
Arquitectura es ante todo forma, ya que es mediante la
interpretaciones en el campo de la Filosofía y Arquitectura
forma como se concreta el registro arquitectónico, pero
(Van de Ven 1981; Rapoport 1982; Giedion 1988; Baker
entendiendo que la forma no está exenta de contenido, de
1994, 1998; Ching 1995) podrían ser los fundamentos que
significado, siendo forma y contenido dos facetas que no
permitiesen a los arqueólogos interpretar la acción social se pueden separar (Eco 1979). Este hecho tiene
reflejada en el registro arquitectónico de sociedades implicaciones significativas, ya que se parte de la premisa
pretéritas. Es muy significativa y enriquecedora en este de que analizando la forma de las arquitecturas se puede
sentido, la reflexión que hace Amos Rapoport sobre acceder al contenido de dicha forma. Por último, resaltar
Arquitectura, quien nos dice que "los ambientes edificados que la arquitectura es continente de una función social y
tienen varios fines: proteger a la gente, sus actividades y en base a ella se genera y articula interna y externamente,
posesiones frente a los elementos, frente a sus enemigos es decir, que se debe comprender como un fenómeno
humanos o animales, y frente a los poderes social y no como un hecho aislado, sin contexto.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
Dentro de la reflexión sobre Arquitectura - Espacio formación social del pasado, la Arqueología debe 15
Arquitectónico, la investigación arqueológica ha girado desarrollar una aproximación que maneje la analítica 2002
16 concretamente en su obra Arqueología Analítica (1968) que · Nivel Semi-Micro: dentro de los yacimientos; a este
2002 refleja el gran interés de los Nuevos Arqueólogos por nivel de espacio comunal los factores sociales y
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
emplear técnicas cuantitativas más sofisticadas en las que culturales cuentan más que los económicos. El
fuese posible el apoyo informático así como el yacimiento se concibe como un lugar geográfico que
aprovechamiento de ideas procedentes de otras alberga un conjunto de actividades humanas (o sus
disciplinas, sobre todo la Geografía. Además de la consecuencias) y un conjunto de estructuras:
necesidad de reconocer el peso de la información espacial complejos de industrias, asentamientos domésticos,
en el registro arqueológico, se reivindica una etc... A este nivel las relaciones se dan entre artefactos-
sistematización de sus concepciones, elementos, otros artefactos, estructuras y estructuras, estructuras-
modelos, métodos y problemas mediante la configuración espacios con recursos, y espacios con recursos-otros
de un cuerpo teórico, de una teoría espacial arqueológica espacios con recursos.
que resulte de la interrelación con otras Ciencias Sociales Esta clasificación propuesta por Clarke, fue seguida
(Clarke 1977: 7-8). En este sentido, es necesario aplicar a ampliamente como marco para el análisis de la
los datos arqueológicos las aportaciones metodológicas información espacial; sin embargo, a la hora de abordar la
desarrolladas por otras disciplinas interesadas también en explicación de los fenómenos y procesos espaciales,
el estudio de la realidad espacial (Ecología regional, tendieron a asumir y aplicar teorías procedentes de otros
estudios geográficos...). ámbitos como las Ciencias Naturales y otras Ciencias
El objetivo primordial de la Arqueología espacial sería, Sociales.
por lo tanto, el estudio de las relaciones espaciales entre
Para el tratamiento y análisis de toda esta información
elementos, es decir, la estructura espacial, en la que se
espacial se aplicaron a los datos arqueológicos
pueden definir tres niveles o escalas (Clarke 1977: 11-5),
herramientas metodológicas procedentes de otras
cada uno de los cuales está sujeto a métodos y modelos
disciplinas interesadas también en el estudio de la realidad
propios que permiten ver de diferente forma los factores
espacial. A este respecto, el trabajo de Clarke sobre el
de orden individual, económico, social, etc... que
poblado lacustre de Glastonbury (Clarke 1972) constituye
caracterizan toda cultura:
un buen ejemplo práctico de esa idea interdisciplinar, ya
· Nivel Macro: between-sites system. A nivel Macro, la que se aplicaron nuevas aproximaciones procedentes del
aproximación teórica más utilizadada sería la teoría ámbito de la arquitectura, y otros derivados de la geografía
espacial económica, basada en la concepción de que y de los estudios ecológicos a escala del yacimiento, lo
las comunidades humanas realizan sus actividades que proporcionaría una nueva perspectiva arqueológica
económicas en función de tres principios: la del yacimiento objeto de estudio. Esta Arqueología
maximización de los recursos, la minimización de Espacial abordó a escala micro y semimicro la
costes y la ley del mínimo esfuerzo. Inicialmente arquitectura, el urbanismo y los modelos de asentamiento
concebida en téminos monetarios y económicos, esta (Ucko et al. 1972)1.
teoría es realmente una subteoría nacida en el seno de
Aunque no cabe ninguna duda de la fundamental
la teoría ecológica general de explotación de los
aportación2 que esta Arqueología Espacial procesual
recursos. En este ámbito se desarrollaron modelos
supuso dentro de la investigación prehistórica y
locacionales tomados de la Geografía (Von Thünen,
arqueológica en general, la matriz determinista imperante
Weber, Christaller y Chisholm) partiendo de técnicas
en la misma, limitaba en enorme medida su proyección.
cuantitativas y métodos de análisis procedentes de
otras disciplinas (Hodder 1977; Hodder y Orton 1990).
PRESUPUESTOS TEÓRICOS POSTPROCESUALES
· Nivel Micro: dentro de las estructuras (pequeñas
unidades que albergan actividades humanas y sus
Los presupuestos teóricos manejados por la investigación
consecuencias: casas, habitaciones, silos, p.e.); a este
se enmarcan en una perspectiva propia de un
nivel de espacio, personal y social, los factores
funcionalismo arquitectónico, mecanicista y simplificador
individuales y culturales dominan a los económicos. En
que ve la forma del edificio como una respuesta única a
este nivel las relaciones se dan entre artefactos y otros
causas físicas (materiales de construcción, paisaje y clima,
artefactos, artefactos y espacios con recursos, y
fundamentalmente). Con ello no se está invalidando el
espacios con recursos-espacios con recursos.
1 En este volumen se refleja perfectamente la perspectiva funcionalista. Recoge los trabajos presentados en el Research Seminar in Archaeology and
Related Subjects celebrado en el Institute of Archaeology de la London University siguiendo la línea teórico-metodológica marcada en el precedente
encuentro sobre Domestication and Exploitation of Plants and Animals. Se analiza desde una perspectiva crosscultural los asentamientos no urbanos así
como el fenómeno de la urbanización tratando diferentes factores condicionantes como el patrón de subsistencia, la incidencia de los recursos y el medio
ambiente, etc...
2 De este modo, podemos señalar como principales aportaciones de esta corriente la potenciación del espacio como importante tema de estudio dentro
de la investigación arqueológica, la renovación metodológica de la disciplina, la incidencia en la problemática del poblamiento de las primitivas
poblaciones humanas y en la necesidad de desarrollar un estudio del asentamiento dentro de un doble sistema de relaciones: el entorno ecológico y la
totalidad del entorno social.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
modelo planteado, sino que se pretende remarcar una material; por el contrario, debe ser analizada como una 17
carencia implícita en el mismo: el escaso hincapié que se entidad viva que desempeña un rol activo en la 2002
3 La diversidad y multiplicación de enfoques de este ámbito de investigación en la actualidad se ha puesto de manifiesto claramente en el 5º Coloquio
Internacional de Arqueología Espacial celebrado en Teruel en septiembre de 1998, centrado precisamente en el debate sobre la Arqueología del Paisaje;
aunque no se profundizará en esta temática teórico-metodológica, sería conveniente revisar, para una síntesis de las diferentes aproximaciones desde la
Arqueología al estudio del paisaje, el volumen que recoge las comunicaciones presentadas en el citado coloquio (Burillo ed. 1998) y, más concretamente
al trabajo de A. Orejas (1998: 9-19) en el que se resumen las tendencias más significativas desarrolladas en las últimas décadas.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
18 Dentro de este contexto historiográfico (Bernardi 1992; dentro de coordenadas espaciales; a través de ella se
2002 Rossignol y Wandsnider 1992; Ashmore y Knapp 1999), trata de pensar el registro y la Cultura Material
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
esta orientación se configura a partir una determinada arqueológica desde una matriz espacial y,
perspectiva sobre la práctica arqueológica y su objeto de simultáneamente, de convertir al espacio en el primer
estudio, perspectiva reflejada en el marco conceptual objeto de la investigación arqueológica, pero con el
propuesto para definir los términos básicos que objetivo de superar las limitaciones de la Arqueología
componen esta corriente: Espacial Ambiental, ya que no sólo se remite a reconstruir
· Arqueología: se entiende como aquella disciplina o el ambiente primitivo, sino que intenta elaborar modelos
práctica cognoscitiva que intenta interpretar a través sobre las interrelaciones entre espacio imaginado,
del registro arqueológico la integración de la Cultura utilización del espacio y organización social en las
Material dentro de los procesos socio-culturales de comunidades (pre)históricas6.
construcción de la Realidad (Criado 1995: 8).
· Registro Arqueológico: se concibe como el registro ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA COMO
de las formas producidas (elementos muebles e INSTRUMENTO METODOLÓGICO
inmuebles) por la acción social pretérita y que
muestran la orientación específica del contexto socio- Al margen y/o a la par de los planteamientos teóricos
cultural (o pensamiento) hacia la realidad circundante citados, se ha desarrollado en las últimas décadas un
(o mundo) (Criado 1992: iv). En este sentido se compendio de analíticas y herramientas que conforman un
considera que en la formación del Registro corpus metodológico que se identifica con el campo de la
Arqueológico (Criado 1993c: 42) intervienen tres Arqueología de la Arquitectura. Dentro de este ámbito
instancias distintas: una social (pretérita) que produce destaca el estudio de las estratigrafías murarias (sobre
las formas originales; otra física (o ambiental) que todo en el ámbito de la Arqueología postclásica) y las
afecta a esas formas una vez producidas; y otra analíticas aplicadas al estudio del espacio doméstico.
socioinstitucional (o contemporánea) que las hace
accesibles a través de una práctica interpretativa La Arqueología de la Arquitectura y el estudio de
realizada en un determinado contexto socio- construcciones históricas
institucional.
· Paisaje: se aboga por un nuevo concepto que supere Tradicionalmente el estudio de la arquitectura histórica,
la consideración formalista del espacio como algo que sobre todo de los grandes conjuntos arquitectónicos
viene ya dado, como una realidad estática de orden (iglesias, catedrales, palacios,...), se ha abordado desde
físico y ambiental4, una nueva noción que, a diferencia enfoques formalistas, tipológicos y estilísticos propios de
de la anterior, permita considerar la realidad espacial la Historia del Arte o de la Historia de la Arquitectura.
como una realidad eminentemente social que se Generalmente este tipo de estudios tendía a encasillar los
construye culturalmente. El espacio es una edificios en uno y otro estilo cultural. Cuántas veces se ha
construcción social, imaginaria, en movimiento identificado una iglesia como románica cuando tan sólo
continuo y enraizada en la cultura, existiendo una conservaba la portada medieval, pudiendo estar
estrecha relación estructural en las estrategias de reutilizada, o a la inversa como neoclásica ante la carencia
apropiación del espacio entre pensamiento, de elementos de estilo que permitieran identificar otros
organización social, subsistencia y concepción- periodos cronoculturales.
utilización del medio ambiente; a este respecto, la Los edificios, bien sean grandes iglesias urbanas o
categoría abstracta de espacio se substituye por otra pequeños conjuntos rurales, a lo largo del tiempo han
más contextual: el paisaje5, concebido como la sufrido numerosas modificaciones que han transformado
objetificación de prácticas sociales de carácter su forma inicial atendiendo a cambios culturales,
material e imaginario (Criado 1993c: 42). problemas estructurales o a la simple modificación de su
De acuerdo con este marco teórico y conceptual, la función y uso iniciales. Estos cambios, como se dice, han
Arqueología del Paisaje se define (Criado 1995: 8, producido importantes modificaciones en las
1996b:17) como la inclusión de la práctica arqueológica construcciones. Desde la Arqueología de la Arquitectura
4 Para una crítica del concepto funcionalista, empirista y moderno de espacio empleado por la Arqueología Espacial véase Criado (1993a: 9-55).
5 "El espacio no es sólo materia, sino también imaginación, y el resultado de esta reconversión conceptual es precisamente el paisaje" (Criado et al. 1991: 29).
6 Como se puede apreciar la reorientación teórica de la Arqueología Espacial propuesta por F. Criado y el LAr, se basa en una concepción sociológica del
paisaje, siendo concebido éste como el resultado de los procesos sociales; en este sentido, esta perspectiva (desarrollada desde posicionamientos que
podríamos definir como materialistas/estructuralistas), coincide en gran medida, dentro de la ya apuntada diversidad de enfoques presente en la década
de 1990, con los planteamientos de la Arqueología del Paisaje Agrario defendida por J. Vicent (1991). La diferencia entre ambos enfoques radica en el hecho
de que, mientras el primero hace mucho más hincapié en la dimensión simbólica del paisaje, el segundo, partícipe de una línea de investigación propia
de la Arqueología y la historiografía marxistas, concibe el paisaje primitivo como el despliegue espacial de los medios de producción agraria de una
formación social extinta y, por lo tanto, como el resultado de la explotación humana de un paisaje natural.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
se parte de la consideración de que es tan importante Finalmente, si se tiene en cuenta que los elementos y 19
identificar la forma genérica o inicial de la construcción huellas de las actividades antrópicas conservados en los 2002
7 No debemos olvidar que las construcciones históricas también estarían formadas por la sucesión de depósitos arqueológicos denominados elementos e
interfaces.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
20 Universidad del País Vasco, dirigido por Agustín para la excavación arqueológica como es el "método
2002 Azkarate Garai-Olaun. Harris", un sistema de registro en excavación desarrollado
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
· Excavación arqueológica: aunque esta herramienta por E. C. Harris en los años 70 (Harris 1991), al análisis y
procede directamente de la Arqueología Clásica, si se registro de las construcciones históricas o, lo que es lo
tiene en cuenta todo lo dicho anteriormente, la mismo, a la arqueología de lo elevado. Este apartado se
formación de los depósitos soterrados responde a la centrará básicamente en dicha metodología, ya que ha
misma génesis que la de los depósitos elevados, por sido la más desarrollada desde la breve experiencia del
tanto deberían analizarse de forma conjunta y acudir a LAr, pero es importante recalcar nuevamente que el
la excavación arqueológica del subsuelo de los análisis estratigráfico de paramentos no sería valido si no
edificios, empleando metodología harris, siempre que es con la ayuda de otros tipos de análisis que la
sea necesario. complementan y enriquecen.
· Analítica de materiales: radiocarbono, análisis de La Arqueología de la Arquitectura es una rama de la
morteros, dendrocronología... Estas analíticas, Arqueología muy reciente, que comienza a utilizarse entre
procedentes de las Ciencias Naturales se emplean las décadas de 1970-80, por varios motivos; por un lado
sobre todo en Arqueología de la Arquitectura para la estaría la consideración del edificio como un documento
obtención de dataciones absolutas. histórico de carácter arqueológico, y que por lo tanto debe
ser estudiado con una metodología arqueológica
· Documentación escrita y archivos: planos, archivos
(Caballero 1992: 1-2), y por otro, como consecuencia del
fotográficos, grabados antiguos, fuentes
desarrollo de la arqueología medieval y postmedieval -o
documentales, epigrafía... Al igual que las técnicas
arqueología postclásica según Parenti (1995: 20)-. La
anteriores, este tipo de fuentes proporcionan
mayor conservación de restos murarios, con respecto a
dataciones absolutas.
otros períodos más antiguos inmersos dentro de la
arqueología convencional, demandaban la necesidad de
La Arqueología de la Arquitectura y el análisis desarrollar una metodología de estudio arqueológico
estratigráfico de paramentos adecuada a este propósito, a fin de elaborar un análisis
más exhaustivo y sobre todo riguroso de las fábricas de
Como se decía, el análisis estratigráfico o lectura de estas épocas. Todo ello explica que el mayor desarrollo en
paramentos es la herramienta con la que se ha identificado metodologías de estudio arqueológico de arquitecturas -
y se identifica generalmente la Arqueología de la "integradas como un elemento de cultura material,
Arquitectura, es además la que ha tenido una mayor perteneciente a la estratificación del yacimiento" (Quirós
difusión y desarrollo en la Península Ibérica. Este hecho ha 1994: 141)- se haya producido precisamente dentro de la
motivado también que se hayan producido una gran arqueología medieval. Según Quirós (1994:14), esta
diversidad de propuestas y variantes entre los distintos metodología es una de las principales aportaciones de la
grupos que han empleado esta metodología, sin embargo arqueología medieval a la Arqueología en su conjunto.
se considera que es el Grupo de Investigación dirigido por Continúa diciendo, que la corta experiencia en arqueología
Luis Caballero Zoreda, el que mejor ha sistematizado y medieval y postmedieval en España y las discusiones que
desarrollado dicha herramienta y será este modelo el que aún se están llevando a cabo sobre la misma, han
se siga en el presente volumen y en la línea de provocado la carencia de planteamientos más unitarios
investigación reseñada. sobre la aplicación de la arqueología de la arquitectura.
Pero ¿qué es realmente el análisis estratigráfico de Siguiendo en esta línea de desarrollo de la arqueología
paramentos? Se trata de una metodología de análisis postclásica y corroborando lo que se acaba de indicar,
perteneciente a la Arqueología de la Arquitectura, Mannoni (1994: 65) expone que la conservación de una
concretamente, y como su propia denominación indica, mayor riqueza de restos arqueológicos de civilizaciones
una metodología para el análisis estratigráfico de medievales y postmedievales, con respecto a las
construcciones históricas que conjuntamente con otro tipo civilizaciones antiguas, contribuyó a que aumentase el
de análisis (algunos de ellos reseñados arriba) conforman interés de los arqueólogos por las construcciones
el corpus metodológico de la Arqueología de la elevadas, potenciando la transferencia de un sector a otro
Arquitectura. Este último punto es importante, ya que la de metodologías e instrumentos de trabajo provenientes
difusión que ha tenido el análisis estratigráfico de de varias disciplinas. Resumiendo, la Arqueología de la
paramentos en la península ha motivado que se maximice Arquitectura comenzará a desarrollarse plenamente a raíz
dicha herramienta dentro del corpus metodológico de la de la consideración del monumento como un objeto
disciplina o, lo que es más preocupante, que se entienda histórico con carácter arqueológico, además de
que Arqueología de la Arquitectura es lo mismo que lectura arquitectónico, y del aumento de interés por la arqueología
de paramentos. Como se verá en este mismo apartado, postclásica, que al variar las características de su objeto
esta metodología deriva directamente de la arqueología de estudio, hace necesario el desarrollo de nuevas
del subsuelo, adaptando una de las herramientas básicas metodologías que se adapten a sus necesidades.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
En definitiva, para poder llevar a cabo un estudio de las es que son menos útiles que los nuevos instrumentos, 21
construcciones históricas dentro de la Arqueología de la pero, aún así, es posible que algunas de sus habilidades 2002
8 La siguiente cita de Azkarate (1995: 65) ilustra perfectamente esta idea: "Esta metodología de trabajo parte de la consideración del edificio como una
prolongación en altura del subsuelo, dado que los elementos que la componen en ambos casos son producto de una estratificación arqueológica
(aunque en muy diferente estado de conservación) y, como tal, producto de la actividad constructiva y destructiva y de transformaciones operadas por
el hombre, además de las acciones debidas a agentes naturales".
9 Según Parenti, la mayor atención con que se observaron las obras de fábrica a raíz del desarrollo de la arqueología postclásica, tuvo como resultado la
constatación de que una fábrica es el resultado de una serie de actuaciones constructivas que se suceden en el tiempo (Parenti 1995: 20).
10 La validez del análisis estratigráfico está en el hecho de que "la lectura de paramentos, y extrapolándola, la arqueología de la arquitectura, permite
recuperar para la historia de la arquitectura, objetos arquitectónicos que, de otro modo, o no se hubieran considerado arquitectura o no hubieran
llegado a ser fuente de nuestro conocimiento por su aparente dificultad" (Caballero 1996b: 2).
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
22 por Roberto Parenti en la Universidad de Siena y su voluminosidad, su significado y papel social, como por
2002 posteriormente por Gian Pietro Brogiolo en la Universidad su continuidad funcional, constituyen uno de los
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
de Padua y Francesco Doglioni en la Universidad de patrimonios heredados más notables. Esta complejidad
Venecia. nos obliga a encontrar una metodología de estudio
A raíz de las experiencias italianas, comienzan a caracterizada por su sistematización analítica y orden
desarrollarse en España trabajos aislados que culminarán científico, así como por su adecuación a las diversas
en la creación de varios centros de investigación desde los situaciones, es decir, tanto por su carácter científico como
que se lleva a cabo la aplicación de una metodología por su flexibilidad. El punto de partida es el análisis
arqueológica al análisis, conservación y gestión de las estratigráfico, que permite interpretar en clave histórica
construcciones históricas, desde posiciones distintas los restos materiales.
(posiciones que cuentan con una gran tradición
historiográfica en nuestro país, de la mano de Gómez La Arqueología del espacio doméstico
Moreno, Vicente Lampérez o Torres Balbás, entre otros): la
arqueológica y la restauradora. Estos grupos son: A pesar de su importancia, el estudio de la arquitectura en
· El Servei de Catalogació y Conservació de Arqueología tradicionalmente se ha llevado a cabo desde
Monuments de la Diputació de Barcelona dirigido por un enfoque formalista y tipológico propio de la Historia del
Antoni González Moreno-Navarro cuya aproximación a Arte, como se ha dicho anteriormente. Para maximizar la
las construcciones históricas se lleva a cabo desde el información que puede aportar la vivienda a la
punto de vista de la práctica restauradora. comprensión de una formación social pretérita, algunos
· El Centro de estudios Históricos del CSIC dirigido por arqueólogos han desarrollado una aproximación que
Luis Caballero Zoreda, cuya labor se centra en la maneja los análisis espaciales como metodología y la
discusión metodológica sobre el análisis de teoría social como marco interpretativo.
paramentos y su aplicación a la diagnosis Estas analíticas surgen en el marco de las
restauradora. denominadas Settlement Archaeology (Ucko et all. 1972) y
· El Grupo de Investigación en Arqueología de la Household Archaeology (Wilcj y Rathje 1982; Allison 1999)
Arquitectura del Departamento de Arqueología de la las cuales remontan sus orígenes a la New Archaeology.
Universidad de Vitoria (País Vasco) dirigido por Agustín Se enmarcan aquí sucesivos trabajos que analizan la
Azkarate Garai-Olaun, su experiencia se ha centrado interacción entre arquitectura y medioambiente, estructura
en el campo de la documentación y el análisis de parentesco, espacio doméstico y articulación espacial
estratigráfico, aunque este grupo ha maximizado las de las unidades domésticas, utilizando la analogía
potencialidades de la Arqueología de la Arquitectura en etnoarqueológica y los estudios crosscultural como
el campo de la gestión del patrimonio edificado estrategia de trabajo (Kent 1990; Blanton 1994).
(cuentan éstos dos últimos grupos con una importante Con el objetivo de sacar a la luz esas relaciones
colaboración entre ambos). espaciales y de definir las áreas de actividad dentro del
Además de los grupos arriba mencionados por ser los espacio doméstico, se han diseñado diversas
que tienen una mayor tradición y experiencia en la herramientas metodológicas entre las que destaca el
Península Ibérica existen otros, que bien se encuentran en análisis sintáctico del espacio que contempla
proceso de formación bien cuentan con una aproximación metodologías como los análisis de acceso, de visibilidad y
diferente a las arriba mencionadas, como el grupo de recorrido circulatorio (Hillier y Hanson. 1984; Blanton
desarrollado de la mano de Miguel A. Tabales Rodríguez 1994; Foster 1989; Steadman 1996). El análisis de las
en la Universidad de Sevilla, el grupo dirigido por Antonio relaciones espaciales significativas entre las entidades del
Almagro Gorbea en la Escuela de Estudios Árabes de registro, permite reconstruir mínimamente su contexto y, en
Granada (CSIC). Por otro lado, existen también otras menor medida, su sentido originales. El estudio de estas
experiencias aisladas. Todo ello ha contribuido a que en la relaciones espaciales entre elementos, esto es, la
actualidad se generen diferentes aproximaciones a la estructura espacial, permite un acercamiento no sólo a la
disciplina que a su vez pueden crear un foro de debate lógica espacial de una determinada comunidad, en este
necesario en la discusión instrumental y teórica11. caso el conjunto de relaciones interespaciales que
construyó una sociedad, sino también a la propia lógica
Resumiendo y volviendo al punto inicial, como indica
social de ese espacio.
Quirós (1994: 142), las construcciones históricas tanto por
11 En este sentido se ha producido un interesante foro de debate durante el Seminario Internacional de Arqueología de la Arquitectura celebrado en febrero
de 2002 en Vitoria (País Vasco), organizado por la Fundación Catedral Santa María, el Área de Arqueología de la Universidad del País Vasco y la Unidad
Asociada Instituto de Historia del CSIC / Universidad del País Vasco (Grupo de Arqueología Tardoantigua y Medieval. Arqueología de la Arquitectura).
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
12 Expresamos aquí nuestro agradecimiento a Yolanda Porto Tenreiro, restauradora de arqueología, miembro del LAr, sus aportaciones al texto en materia
de restauración y consolidación de estructuras inmuebles.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
24 · Difundir y divulgar el patrimonio construido, a través Esta necesidad se justifica por cuestiones ya
2002 de la creación de modelos tridimensionales para hacer esbozadas anteriormente tales como la inconsistencia del
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
visualizaciones virtuales de los Bienes Culturales, estudio del registro arquitectónico y la superación de una
discursos expositivos, rentabilización de la tradición investigadora que ha remarcado e incluso
investigación básica integrando las construcciones defendido la imposibilidad de abordar una lectura social e
pretéritas en el tejido social actual,... integral del mismo. En este sentido, a pesar de las enormes
· Finalmente, crear archivos documentales que limitaciones y condicionantes que conlleva la problemática
contribuyan en la conservación del patrimonio en cuestión, se cree que resulta imprescindible la propuesta
construido. y desarrollo de nuevas aproximaciones que intenten ampliar
el estado actual de conocimientos sobre el tema. A
LA NECESIDAD DE UNA ARQUEOTECTURA continuación, se reseñan brevemente los planteamientos y
principios básicos sobre los que se puede asentar una vía
¿Qué es la Arqueología de la Arquitectura? ¿Se trata de un de estudio alternativa que, si bien es cierto, no tiene por qué
nuevo territorio de la Arqueología o de un modo de resultar ser la más adecuada o concluyente, al menos
aproximación a un ámbito del registro arqueológico fruto permite modelar una mirada arqueológica que plantee
del proceso de fragmentación del discurso arqueológico nuevas y necesarias preguntas al espacio construido.
experimentado en la Postmodernidad? Difícil respuesta. A este respecto se aboga por una tercera vía, una
Su ámbito de estudio se presenta vago, difuso, perspectiva simbiótica entre Arqueología y Arquitectura,
fragmentado, no tiene un dominio propio, específico, sino una Arqueotectura que maximice su potencialidad como
que se define como una vía de profundización en temas disciplina integrada en la práctica arqueológica y que
pertenecientes a otros sectores de la disciplina garantice una interdisciplinariedad real que resulte
arqueohistórica: el estudio del reflejo en la arquitectura de enormemente rentable para la investigación, como así se
las estructuras de parentesco, el trasfondo simbólico de la espera que lo demuestre el conjunto de trabajos
forma arquitectónica, la lógica social inherente a la reseñados en este texto.
ordenación del espacio construido o las técnicas Por otro lado, es fundamental que esta corriente sea
constructivas son todos ellos temas insertos en el marco una expresión de las demandas planteadas por nuestra
de estudio de otras tendencias como la Arqueología sociedad ante la existencia del registro arquitectónico, una
Simbólica, la Arqueología Social o la Arqueología vía por la cual, partiendo de la investigación básica, sea
Histórica. posible facilitar la comprensión e interpretación del
En principio, la Arqueología de la Arquitectura intenta pasado, desacralizando la ruina arqueológica, el edificio
maximizar toda la información que los restos histórico. Se propone que Arqueotectura es la respuesta a
arquitectónicos aporten sobre el conocimiento de las las exigencias surgidas de un nuevo contexto sociopolítico
sociedades del pasado, desde su patrón de subsistencia en el que el ámbito de la Protección y Gestión del
hasta el universo simbólico. Ahora bien este objetivo tan Patrimonio ha ganado un peso creciente.
ambiguo, impreciso y general la convierten en un Es remarcable la rentabilidad que conlleva la
verdadero cajón de sastre extraordinariamente plural que proyección de programas de investigación sobre
absorbe innovaciones metodológicas de cualquier tipo, arquitectura prehistórica e histórica en los que la
procedentes de otras disciplinas. De este modo, quizás se investigación arqueológica se ha enfocado con una clara
corresponda más a un momento que a un sector de la orientación patrimonial. Así pues, el plan de trabajo
investigación arqueológica; hoy atrae hacia ella los nuevos reseñado se implica en proyectos integrales de Gestión
métodos, y las nuevas problemáticas, como ocurrió en su del Patrimonio arquitectónico, en los que la investigación
día con la Nueva Arqueología. básica constituye el punto de partida de un proceso que
Entonces, la Arqueología de la Arquitectura ofrece culmina en la puesta en valor y divulgación del Patrimonio
nuevas metodologías de análisis para nuevas visiones Arqueológico. En estos proyectos, Arqueotectura no se
sobre el registro construido. De cualquier manera, reduce a una mera práctica interpretativa, sino que actúa
actualmente es necesario una sistematización teórica y como una técnica que por un lado, se adapta y responde
metodológica que permita obtener una definición de a los problemas planteados por la existencia del
Arqueología de la Arquitectura como una línea de trabajo Patrimonio Arqueológico, y por otro, genera conocimiento
específico dentro de la Arqueología. que revierte en la propia sociedad.
13 En este punto, se debe añadir también que el conocimiento y la documentación exhaustiva de los elementos y momentos constructivos y destructivos, es
primordial para establecer los criterios generales de restauración. En ocasiones las decisiones de restauración suponen la potenciación de algún elemento
o momento constructivo frente a otro, decisión que viene fundamentalmente determinada por su entidad, estado de conservación, vulnerabilidad frente
al deterioro y excepcionalidad. Por este motivo la documentación ofrecida por el estudio estratigráfico es un punto de partida básico para tomar este
tipo de decisiones.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
14 A este respecto, se comparte una estrategia de investigación concreta que defiende la superación final de esta falsa dicotomía mediante la articulación
de proyectos de trabajo planteados como programas de Gestión Integral del Patrimonio, en los que el conocimiento generado por la disciplina
arqueológica revierta en la sociedad mediante su revalorización y divulgación (Criado 1996a, 1996b, 1996c, Criado y González 1994, González 1996, 1999).
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
26 muerto, mientras que el tiempo era rico, fecundo, etc., EL ESTUDIO DEL ESPACIO EN ARQUITECTURA
2002 dejando al espacio en un segundo plano, supeditado al
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
el movimiento una de sus claves), se perfila como tienen lugar en relación con el espacio están organizadas 27
fundamental en el estudio de la arquitectura. de forma coherente con la representación ideal del mundo 2002
28 y sociedad están íntimamente ligados, siendo la Desde este punto de vista, destaca la importancia del
2002 construcción del espacio una parte fundamental de la estudio de las formas y del espacio que constituye
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
15 Se trataría de superar el paradigma actual que conceptualiza el espacio como un ser sin contenido social y la sociedad como un ente sin contenido
espacial.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
En una sociedad de la que no existe registro escrito, en aspectos temáticos que conforman una cultura. Para ello 29
la que no permanecen sujetos que hablen y comuniquen su se explicitarán a continuación, tanto los presupuestos 2002
16 Para ver la explicación y el proceso completo del método aquí reseñado, consultar Criado 1999.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
30
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Para llevar a cabo este análisis se debe aplicar un pretende llegar a una descripción a partir de la lógica
mecanismo de zoom. Es un modelo metodológico e interna de los espacios construidos, un estudio desde
interpretativo que se basa en la multidimensionalidad del dentro, y con ello establecer la forma básica o patrón
espacio, las distintas escalas en las que se manifiesta una formal invariante que se manifiesta en dicha construcción
formación socio-cultural, permitiendo observar y y a partir de él definir un Modelo Concreto Hipotético
comprender los rasgos formales en cada uno de los (MCH) de la organización espacial de esa construcción
niveles identificados como "diferentes objetivaciones de (Criado 1999: 13).
los mismos principios o códigos estructurales que dan La siguiente fase dentro de este método es la
lugar a su/una regularidad espacial manifestada en la comparación de varios Modelos Concretos Hipotéticos del
existencia de relaciones de compatibilidad entre los mismo ámbito, obteniendo con ello un Modelo Concreto
diferentes niveles y códigos espaciales" (Criado 1999: 10). Ideal (MCI), que viene a ser una generalización del modelo
La herramienta metodológica primordial de esta extraído de un mismo ámbito cultural y permite una primera
propuesta es el análisis formal. Aporta un procedimiento comprobación de la validez de dicho modelo. Este análisis
analítico que permite (1º) desconstruir y (2º) describir los formal aplicado a través del mecanismo de zoom a
fenómenos considerados, sin introducir un sentido extraño distintos ámbitos de un mismo fenómeno, proporcionaría
a ellos. Ésta es una técnica fundamental en esta otros modelos concretos, que si se comparan entre sí
metodología y un objetivo en sí mismo, porque cuando permiten comprobar si reaparece el mismo modelo o
tiene éxito, describe el objeto de estudio desde sí mismo, transformaciones de éste dentro de una misma cultura;
eliminándose factores más subjetivos que cambian el esta fase comparativa nos permitiría obtener el Modelo
significado de lo estudiado. La deconstrucción implica la Genérico Ideal (MGI), que constituye el modelo estructural
descomposición del espacio social pretérito en los niveles de una determinada regularidad espacial, el código
que lo constituyen, con el fin de identificar cuáles son los genérico de las diferentes formas y dimensiones del
elementos básicos que lo conforman y descubrir su paisaje. Una última fase del método consiste en contrastar
morfología y configuración interna, tratando de evitar que éste último modelo con otros modelos de culturas distintas,
el estudio reproduzca los rasgos del horizonte de lo que ayuda a resaltar los principios y normas que
racionalidad del estudioso. Con este tipo de análisis se funcionan en cada uno de los fenómenos comparados.
17 Estos tipos de análisis y los procedentes de las CC.NN. se denominan indicadores cronológicos.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
También conviene señalar la importancia del uso de La forma de las estructuras que se identifica en los 31
diagramas como instrumento básico de análisis. Son un elementos arquitectónicos (Ching 1995) es la que define el 2002
32 Finalmente, ambos tipos de análisis tienen como fin último son unidades estratificadas que atienden a unos principios
2002 el estudio de los patrones espaciales y constructivos que estratigráficos (Caballero 1995: 38-9), es decir, los edificios
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
son implementados por un determinado tipo de sociedad, están sujetos a unas transformaciones producidas por una
cuyos rasgos formales se plasman en la construcción sucesión continua de acciones constructivas y
tanto vertical como horizontalmente. destructivas que conforman una secuencia estratigráfica,
la cual se debe extraer a través de la lectura estratigráfica
Análisis estratigráfico de paramentos.
19 Antes de nada decir que, aunque se propondrán aquí unas pautas metodológicas, a fin de llevar a cabo el trabajo de forma sistemática y ordenada,
esta metodología se caracteriza por su flexibilidad, pudiendo adaptarse dichas pautas a cada caso concreto que analicemos.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
· En una segunda fase, se diferenciarán elementos e · A continuación vendrían los procesos de síntesis y 33
interfaces (Unidades Estratigráficas Murarias, UEM en datación. A través de ellos se recuperará la unidad de 2002
34 debe empezar por la descripción formal en dos ámbitos espacio contenido. Si el espacio menor-contenido
2002 fundamentales: empezara a crecer, disminuiría el impacto que como
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
· el que implica al elemento construido hacia el exterior, campo tridimensional envolvente tiene el espacio
su relación con el entorno (emplazamiento, relación mayor-contenedor, pudiendo llegar incluso a perder
con otros espacios construidos); ese carácter de espacio envolvente, con lo que se
convertiría en una mera capa en torno al espacio
· el que analiza las forma y relaciones formales del
contenido, desapareciendo la impresión inicial.
propio espacio construido en sí mismo (análisis formal
También se le puede dotar de una mayor singularidad
de cada componente arquitectónico, de la distribución
al espacio contenido si este está orientado de distinta
de elementos muebles, arte, etc.).
manera que el contenedor, o si este adopta una forma
Uno de los objetivos del análisis formal del espacio es (geométrica) distinta. "Esta diferenciación formal
identificar los factores organizativos que actúan en una puede ser reflejo de la diferenciación funcional ente
construcción, con la especificación de las relaciones que ambos espacios o de la importancia simbólica de la
se establecen entre los distintos niveles espaciales, el que goza el espacio contenido" (Ching 1995: 196).
modo y principios que lo organizan, las relaciones entre
· Espacios conexos: su relación
distintos volúmenes, etc, lo que proporciona el código
consiste en una solapación de sus
espacial o modelo formal de dicha construcción20 . Dentro
campos, generando una forma
del análisis que se realiza en Arquitectura (Baker 1994 y
espacial compartida. Con esta
1998; Ching 1995)., encontramos un modelo de análisis,
relación, cada uno de los espacios conserva su
técnicas y vocabulario que nos permite realizar un análisis
identidad y definición, dependiendo la interpretación
formal más satisfactorio de los espacios arquitectónicos, y
de si el espacio compartido es igual en ambos
más concretamente las claves para determinar cuales son
volúmenes o si se inserta preferentemente en uno de
sus factores organizativos. Para ello se fundamentan en
ellos, o si este espacio de conexión desarrolla su
diversos factores, como la disposición volumétrica, el
propia individualidad y pasa a ser un volumen
modelo de circulación y la situación de los ejes
intermedio entre los dos, etc.
organizativos de la construcción, tanto en el interior como
respecto al emplazamiento del edificio, así como la · Espacios contiguos: es el modelo de relación espacial
importancia de los materiales constructivos respecto a la más frecuente. En él se
organización global. Una parte importante de este tipo de identifican con claridad todos
análisis es identificar cómo se relaciona la construcción los espacios, teniendo una
con el lugar en el que se emplaza, ya que tal como apunta gran importancia las
Baker (1998:65), el "análisis establece nexos entre las características del plano que
fuerzas del lugar (orientación, vistas y accesos incluidos) y los une/divide, dependiendo del grado de continuidad
las fuerzas organizativas que se localicen en el edificio, espacial y visual que posibilita (puertas, unas
intenta hallar como se concibió la obra en relación al columnas, un plano, un escalón, etc.)
lugar". · Espacios vinculados por
Lo habitual es que los espacios definidos por la otro común; dos espacios
arquitectura se encuentren "interrelacionados en función separados entre si pueden
de su proximidad o de la circulación que los une" (Ching estar comunicados por
1995: 194). Así, siguiendo a Ching (1995), distinguimos otro intermedio, dependiendo las características de los
entre varios tipos de factores organizativos: dos primeros de las características del tercero, al que
están ligados por un nexo común. Este espacio
- modos de relaciones espaciales
intermedio puede ser diferente de los dos restantes en
- modos de organización espacial forma y orientación, con lo que su imagen de nexo
- principios organizadores adicionales. queda resaltada. También puede tener una tamaño y
Entre los modos de relaciones espaciales están: forma idéntico, formando así una secuencia de
· Espacio interior a otro: en el que existe espacios.
un espacio contenedor y de mayor Los distintos modos de organización espacial en los
tamaño, y otro contenido y de menor que se puede ordenar y disponer las formas y los espacios
tamaño; el espacio contenido depende de una construcción, se pueden tipificar en seis
del contenedor en virtud de los nexos paradigmas. Para analizar cada ejemplo en particular,
directos que éste tiene con el exterior. Es importante la Ching (1995: 205) propone hacerle un examen, viendo 1)
relación de tamaños entre el espacio contenedor y el qué clase de espacios se disponen, dónde y cómo se
20 Como se puede apreciar, uno de los presupuestos fundamentales en los que se basa esta metodología es el hecho de que el contexto original se puede
reconstruir buscando relaciones espaciales significativas entre las entidades del registro arqueológico y otros códigos o niveles de su misma formación
social, permitiendo con ello el estudio de la relación entre la acción social y sus resultados.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
definen, 2) qué relaciones vinculan los espacios entre sí y sistemas de organización o principios adicionales de 35
con el exterior, 3) dónde está el acceso y que circulación se ordenación que implantan cierto orden en la composición 2002
esfuerzo de síntesis y valoración que nos permitan definir La organización de un espacio, además de responder a
los diferentes modelos a los que hace referencia el cuestiones formales y principios arquitectónicos, también
espacio construido analizado. Es una premisa de nuestra se ajusta al orden perceptivo que de esa construcción se
aproximación a la Arquitectura que éstos análisis son quiere dar, en el que se reconoce los elementos físicos al
incompletos sino se articulan con el resto de las experimentarlos en una secuencia temporal (Ching 1995).
dimensiones (materiales) de una sociedad, si no se Es ésta una de las vertientes potencialmente más rica de
relacionan con el patrón de racionalidad de la sociedad los análisis propuestos, pues implica estudiar la relación
que lo creo y usó, por lo que es necesario un medio por el vivencial del ser humano con las construcciones que usa
que se integren estos análisis en un sistema de análisis de o construye, intentando así acceder al tipo de
mayor grado. Para ello, todo el proceso de análisis que pensamiento o racionalidad al que responde la forma de
acabamos de realizar debe servirnos para identificar la organizar tanto las estructuras como los espacios
Forma Básica, que como ya hemos visto, hace referencia construidos. Por lo tanto, implica el análisis de la relación
a la idea de la que parte el diseño de la construcción emocional y simbólica del ser humano con su entorno y a
analizada y por lo tanto, accede en cierta medida a dicho través de ellos, se trata de identificar cómo el medio es
patrón de racionalidad (cómo esa sociedad concibe el modificado y cómo los edificios y espacios construidos
espacio). Una vez identificado, se debe describir cual es la son diseñados y llevados a cabo con el objetivo de
Forma Específica, que es por la que reconocemos a cada propiciar ciertas percepciones.
espacio construido / construcción como diferente. La La percepción humana se realiza por medio de los
Forma Específica es el resultado de la manipulación de la sentidos (vista, olfato, tacto,...) y por medio del
idea básica, del plan del que se parte (la Forma Básica), movimiento, es decir, al experimentar algo en relación con
por parte de los condicionantes concretos con lo que se lo que hemos percibido anteriormente. Precisamente, las
encuentra a la hora de la verdad, tanto las exigencias técnicas analíticas aquí presentadas se vertebran en torno
funcionales concretas, como los límites y posibilidades del a dos acciones relacionadas con la percepción de las
emplazamiento así como las exigencias sociales construcciones y espacios construidos: el movimiento, por
concretas. Por último, se debe llega a la definición del medio del cual se ha desarrollado el denominado análisis
Modelo Concreto Hipotético al que responde la de accesos y de amplia aplicación en los estudios de
construcción, una primera fase del método estructural, lo construcciones desde su aplicación por Faulkner al
que permite compararlos con otros modelos que surjan de análisis de castillos y casas escocesas en 1964 (p.e.
la aplicación de esta analítica a otros casos de estudio. Leach 1976; Hillier y Hanson 1984; Foster 1989; Sánchez
1998); y la percepción visual de los espacios y estructuras,
Proceso de Análisis Formal del espacio ya que gran parte de la información que recibe el ser
humano es de carácter visual y esta información forma
Sintetizando lo anterior, estos serían los pasos para un
parte de la racionalidad del individuo; este aserto ha
Análisis Formal del espacio:
derivado en los denominados análisis de visibilidad, que
1º. Descripción formal (en cada uno de los niveles - han tenido gran desarrollo en la investigación post-
ámbitos significativos del espacio construido) procesual (Bender 1993; Bradley 1993; Criado 1988,
- emplazamiento 1989a y 1993b; Thomas 1991). Además de estos dos tipos
- relación con otros espacios construidos (entorno de análisis, se están desarrollando análisis de percepción
arqueológico - histórico) relativos a las cualidades cromáticas de ciertos elementos
- de cada componenete arquitectónico y espacial constructivos, las propiedades acústicas21, olfativas,...
análisis que permiten acceder a una parte importante de la
- distribución de materiales, decoración, etc.
experiencia de la percepción de los espacios construidos,
2º. Descripción de las relaciones espaciales aspectos que no se desarrollan en este trabajo, que se
- Modo de relación centra únicamente en los relacionados con cuestiones
- Forma de organización visuales, pero que son del máximo interés para identificar
por completo el proceso de experimentación de las
- Sistema de organización
construcciones.
3º. Definición de:
Estos análisis tiene como base el Análisis Formal, en
- Forma Básica el que se ha identificado los elementos formales y
- Forma Específica organizaciones espaciales que se dan en la construcción,
- Modelo Concreto Hipotético y que nos describe por su propia lógica formal lo que aquí
21 Un volumen recopilatorio de este tipo de aproximaciones es el editado por C. Jones y C. Hayden (1998), del que destacamos el artículo de G Lawson et
al. sobre las propiedades acústicas de las construcciones megalíticas, algo que también podemos ver en el artículo de A. Watson y D. Keating (1999).
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
pretendemos analizar por su lógica perceptiva. O sea, recorrido queda por identificar qué tipo de dirección y qué 37
tratamos de identificar cómo los espacios son diseñados / sentido adquiere nuestra circulación, movimientos que 2002
22 Son lugares en oposición a nuestro entorno, ya sea rincones, esquinas, puertas, muros planos, arcos, zonas amplias o estrechas, elevaciones, etc. Esta idea
se recoge de Julia Sánchez (1998: 93), refiriéndose a la obra del G.L.C. Study de 1978. An Introduction to Housing Layout, publicada por: The Architectural
Press, Londres.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
38 (simetría/asimetría) y la cantidad y disposición de los construcción según un determinado recorrido, otro lo hace
2002 accesos (distribuida/no distribuida). en su conjunto, en el juego de volúmenes, etc. Son
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Por medio de estos análisis se puede descubrir las objetivos de estos análisis identificar el ámbito de dominio
relaciones sociales que mantienen los individuos que visual en un espacio construido, tanto de manera estática
habitan una estructura y entre éstos y los foráneos a ella. como en movimiento; identificar la organización de los
Los diagramas de permeabilidad se han adaptado y volúmenes y espacios de una construcción (uniforme o no,
utilizado en el estudio de paisajes monumentales en preeminencias...), las estrategias de visibilidad que se
Galicia (Criado y Villoch 1998; Criado 1999) así como en la dan, los espacios públicos - privados, etc.
investigación sobre tumbas y casas ibéricas de la Alta Así, los análisis de visibilidad vuelven a considerar la
Andalucía, en los que se examina la potencialidad que percepción del espacio en movimiento. Si en el análisis de
este tipo de análisis puede tener para el estudio los accesos se valora el grado de permeabilidad de los
arquitectónico y espacial (Sánchez 1998). espacios y cómo se realiza el acceso a ellos, qué
elementos lo dirigen, etc, en este tipo de análisis se estima
El análisis de la percepción visual la percepción del espacio dentro y entre estructuras,
definiendo espacios privados y públicos según el grado de
Este análisis trata de identificar qué orden perceptivo se su "exposición a la vista". Actuando los planos verticales
implementa en una construcción, partiendo de la base de como segregadores de los espacios, y las aperturas en él
que la percepción espacial de una construcción está aplicadas como elementos de control, su disposición
influida por las cualidades lumínicas, cromáticas, condicionará qué grado de privacidad tiene un
acústicas, de texturas y vistas de los distintos espacios determinado espacio. Tratan de identificar el dominio
(Ching 1995). visual de los distintos espacios construidos y el grado de
exposición que sufren en relación con el recorrido que se
Las investigaciones que versan sobre la percepción
hace a través de ellos.
visual de los espacios construidos se fundamentan en la
cualidad transespacial de la visión, ya que actúa a ¿Cómo se llevaría a cabo un análisis de la visibilidad?
distancia, crea una gradación visual según se dispongan Para este análisis es fundamental un punto de vista desde
los umbrales que, como líneas divisorias entre lo público y el cual percibir el espacio construido. En espacios
lo privado, pueden variar los porcentajes de visibilidad cerrados, el punto de vista se sitúa en el centro de cada
(Ven 1977). Siendo los umbrales un medio de control de la umbral de acceso a los distintos espacios, a la altura
circulación y también de restricción de la visibilidad, su media del ojo humano, con un ángulo visual de 240º (tal y
existencia implica la restricción de ciertas áreas a como corresponde a la naturaleza humana), dirigiendo la
individuos de una sociedad: no es un espacio público, de vista hasta los límites que ofrecen las barreras
libre acceso, sino que sea cual sea el grupo discriminado, arquitectónicas (Sánchez 1995: 104). Este es el sistema
más habitual, pero planteamos además la posibilidad de
hay individuos que se quedan fuera de la circulación. El
realizar este tipo de análisis en espacios sin límites
análisis de estos aspectos permite "trabajar con aspectos
visuales, sin un umbral físico desde el cual dirigir nuestra
relacionados con la estructura y la ideología de la
visión, aunque si que necesitamos un punto de vista
sociedad" (Sánchez 1998: 94).
desde el cual observar a la construcción. Éste puede venir
Básicamente, se llevan a cabo dos tipos de análisis de dado por el propio análisis de circulación y acceso a la
condiciones de visualización: construcción: las rutas de tránsito identificadas a escala
· el que se realiza en base a la situación del individuo de emplazamiento marcan una forma, un punto de vista
que percibe, a la visibilidad desde un punto de vista concreto de divisar y acercarse al monumento. Por lo
determinado, definido normalmente por un umbral y en tanto, el punto de vista vendría dado por los puntos claves
espacios cerrados (análisis de la percepción del de la circulación, tanto la ruta de acceso como el recorrido
espacio dentro y entre estructuras) (Sánchez 1998), (es interno por la misma.
la percepción desde); Este tipo de análisis pone en relieve
· el basado en la percepción o impacto visual de los fundamentalmente, los grados de privacidad de un
volúmenes espaciales, fundamentado en la espacio, partiendo de la premisa de cuanto más
visibilización23 de los elementos y de cómo estos expuestos, más a la vista, más públicos, y cuanto más
influyen en la percepción; en este análisis es ocultos, más privados.
fundamental el reconocimiento de las formas El análisis de la visibilización pretende identificar el
existentes (es la percepción de). orden y organización perpeptiva de un espacio construido,
Tal y como se entiende en este texto, estos dos análisis valorando su percepción de manera estática. Se trata, por
son complementarios, pues mientras uno valora la lo tanto, de determinar cómo los distintos espacios que
23 Se entiende por visibilización a cómo se ve determinado elemento arqueológico desde fuera de él y sobre el entorno, mientras que visibilidad es lo que
se ve desde un determinado elemento arqueológico
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
componen una construcción se ven en relación tanto a su Creemos que con los análisis de percepción visual es 39
entorno -el físico / topográfico y el construido (en relacióna posible valorar las estrategias que configuran y ordenan 2002
Se plantea en la Introducción el enfoque asumido por este mientras que el segundo se ha llevado a cabo en el seno
grupo de investigación para dar respuesta a las exigencias de un Plan de Revalorización consecuencia directa de la
surgidas de un nuevo contexto sociopolítico24 en el que el planificación urbanística de una zona periférica de la
ámbito de la Protección y Gestión del Patrimonio ha ciudad de A Coruña. Estos dos casos muestran la
ganado un peso creciente en nuestro país. Esta estrategia vertiente aplicada de la Arqueología de la Arquitectura.
de trabajo partió de una reformulación de la práctica
arqueológica convencional que comenzó a fraguarse en el EL ANÁLISIS DE LA ARQUITECTURA FUNERARIA
seno del grupo con ocasión de los trabajos arqueológicos MEGALÍTICA
realizados en el marco de los grandes proyectos de Obras
Públicas realizados en Galicia en la década de los 90 En este apartado se van a aplicar los análisis
como fueron el Oleoducto Coruña-Vigo, las Autovías de anteriormente expuestos a un monumento funerario, la
acceso a la Meseta o la Red de Gasificación de Galicia. mámoa nº 3 de San Cosme (Mos, Pontevedra), yacimiento
En ese momento, se reivindicó la rentabilidad en adscrito al megalitismo gallego, que se encuadra dentro
términos de investigación de proyectos supervisados del fenómeno megalítico de la fachada atlántica europea
arqueológicamente que suponían la destrucción del (entre finales del V milenio y mediados del III milenio a.C.),
Patrimonio; dado que la destrucción del Patrimonio que no primera arquitectura monumental en el neolítico del viejo
se conoce y la afección sobre parte del conocido era continente y que representa el primer modelo de paisaje
inevitable en el caso de esas Obras Públicas de interés histórico basado en construcciones artificiales de carácter
estratégico para el país, era necesario adoptar una permanente.
estrategia que compensase la agresión con un superávit Su excavación ha formado parte del Plan de Control y
de información. Con esta nueva perspectiva se intentó Corrección del Impacto Arqueológico de la construcción
superar la actitud extremadamente conservacionista de la Red de Gasificación de Galicia, Red de Vigo-Porriño,
imperante en la Arqueología actual, poco coherente con desarrollado por el Grupo de Investigación en Arqueología
las necesidades impuestas por este tipo de problemáticas. del Paisaje de la Universidad de Santiago de Compostela
Así pues, este tipo de proyectos obligaron a articular (Amado et al. 2000). Ante la imposibilidad técnica de
un programa de trabajo en los que la investigación básica desviar las obras en este punto, se propuso como medida
se aplicase para solventar el problema de la protección del correctora la excavación del sector del túmulo afectado,
Patrimonio afectado por las obras y a su vez permitiese intervención que ha sido publicada por su director, C.
profundizar en el estudio y conocimiento de la Prehistoria Parcero Oubiña (1998a).
e Historia de Galicia. Este programa englobaría cuatro Antes de iniciar el análisis de este yacimiento, es
actuaciones consecutivas: labores de Catalogación necesario concretar algunos aspectos teóricos
(localización y documentación de los restos relacionados con la investigación relativa al megalitismo.
arqueológicos), Valoración de los Bienes Culturales (en su Como ya se ha expuesto, una parte fundamental de esta
aspecto arqueológico y patrimonial), Intervención línea de investigación es la identificación de distintos
(prospección, seguimiento arqueológico, sondeos y niveles de articulación social - espacial dentro de las
excavaciones) y Rentabilización (puesta en valor y manifestaciones de una formación socio - cultural. El
divulgación social). paisaje, en cuanto entorno físico, social y simbólico, se
Hasta el momento, la Arqueología del Paisaje ha sido manifiesta en productos materiales de distintas escalas
la estrategia de investigación aplicada para desarrollar (monumentos, construcciones, herramientas, cacharros,
este programa integral. Ahora, lo que se pretende es incluir decoración, tatuajes, etc.) y presenta múltiples niveles de
también la Arqueología de la Arquitectura en estos articulación espacial, que van desde lo más
trabajos de investigación aplicada para contribuir a valorar general/público/social a lo más personal/privado. Cada
el registro arqueológico y ampliar las perspectivas de su una de estas manifestaciones se corresponde con
puesta en valor. diferentes niveles espaciales, cuyos rasgos formales se
Se muestran a continuación dos ejemplos prácticos de entienden como una objetivización de los mismos
esta iniciativa; el primero se integra en el plan de trabajo principios o códigos estructurales, lo que da lugar a una
desarrollado en el Plan de Control y Corrección de Impacto regularidad espacial, manifestada por la existencia de
Arqueológico de la Red de Gasificación de Galicia, relaciones de compatibilidad entre los diferentes niveles y
24 El desarrollo de la disciplina arqueológica en la última década se puede considerar como una consecuencia directa del papel relevante que ha adquirido
el Patrimonio Histórico y Arqueológico al ser concebido éste como un recurso gestionable dentro del marco de una Industria Cultural. Diversos factores
condicionantes, como la sistematización de una completa normativa legal, la creciente demanda de una sociedad cada vez más concienciada con la
problemática ambiental y patrimonial, o el papel de la Administración en lo referente a la rentabilización sociocultural de los bienes históricos y arqueológicos,
dibujan un marco global que establece como necesidad prioritaria la gestión de ese Patrimonio.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
códigos espaciales (Criado 1999: 10-11). Es la existencia túmulos y asentamientos de las sociedades que lo 41
de estos códigos estructurales lo que da lugar a las crearon, porque estas son líneas de fuerza que influyen en 2002
42
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Zona ampliada
Figura 1: Mapa de relieve de la zona de San Cosme, con la indicación de las líneas de tránsito y collados en la zona.
Este análisis se centrará en determinar las líneas de fuerza La zona en la que se emplaza el túmulo de San Cosme está
que influyen en la configuración de la arquitectura del constituida por un sistema de cimas prelitorales en torno a
túmulo estudiado a nivel de su emplazamiento: los 500 m de altitud que se suceden en dirección norte -
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
43
2002
sur, orientación que se caracteriza por su uniformidad configuración de la red hidrográfica, etc.) determinan unas
altitudinal y mayor suavidad del relieve, en contraste con el líneas en las que el movimiento entre las diferentes áreas
sentido este - oeste, en el que predominan las fuertes naturales, la accesibilidad a dichos espacios es más
pendientes. Este sistema de cimas funciona como línea asequible: una línea principal de tránsito norte - sur
divisoria de dos entornos bastante diferenciados: las tierras siguiendo la alineación de los montes, y otras líneas
prelitorales del valle del Louro (al este) y la zona costera de secundarias, con direcciones transversales,
Vigo (al oeste), actuando como un factor limitador del principalmente en sentido este - oeste, que se realizan en
movimiento y la comunicación entre ambas zonas que se los collados y dorsales secundarias. Estas zonas, por sus
salva únicamente a través de ciertos puntos de paso. características topográficas, su fácil accesibilidad y
El monte donde se emplaza este túmulo enlaza al sur permeabilidad, son un recurso potencial para ocupar el
con la sierra de O Galiñeiro por medio de un collado entorno, introducirlo en coordenadas sociales e imprimirle
bastante amplio, que constituye un importante punto de escala humana (Criado 1999:32).
paso tanto de norte a sur, como de este a oeste. Hacia el El túmulo nº3 del Alto de San Cosme se emplaza en la
norte del Alto de San Cosme se desarrolla una dorsal de estribación sur de dicho monte, en una posición casi
estribación que va descendiendo progresivamente hasta geométricamente central entre la cima del Alto de San
encontrar un importante punto de paso en la zona de Cosme y el collado localizado al sur. Se sitúa justo en el eje
Puxeiros. de la línea divisoria, eje bastante estrecho y con caídas
La forma del relieve, por lo tanto, se caracteriza por bastante abruptas al este y oeste. En concreto, ocupa un
seguir un eje de organización topográfica en sentido norte pequeño y remarcado rellano con una ligera pendiente
- sur. Las condiciones naturales del terreno (relieve, norte - sur.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
44 Puxeiros
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Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Círculo
Mercantíl
Entrepiñeiro
Xunqueiras
Alto das Pereiras
Pedra da Cruz
túmulo 3
0 1000 4000
O Galiñeiro
túmulo
otro 0 1 km
45
2002
Análisis formal del espacio tumular (Círculo Mercantil), que se conoce desde hace algún
tiempo (Vázquez Collazo 1995); el otro, Pedra da Cruz,
Esta zona es pródiga en número de manifestaciones situado a unos 500 m al N del túmulo, ha sido identificado
tumulares, localizándose una alineación primordial de en los controles de las obras del Gasoducto de Transporte
túmulos que sigue el eje norte - sur desde el conjunto de en la zona (Amado et al. 2000: 24-25; Prieto 2001). En
O Galiñeiro hasta Puxeiros, junto con otros túmulos que ninguno de los sitios se ha llevado a cabo una intervención
están vinculados a las dorsales secundarias. en área con suficiente extensión como para obtener datos
Estas disposiciones están directamente relacionadas que permitan definir el tipo de yacimiento ante el que nos
con las características formales del terreno, pues se sitúan encontramos y por lo tanto, el tipo de actividad al que se
en zonas cuya propiedad principal es su permeabilidad (o pueden vincular: en el primero, el área intervenida del
facilidad de acceso): son claves porque se sitúan en zonas yacimiento se reduce a unos sondeos mientras que el
en las que el movimiento entre las distintas áreas naturales segundo se documentó por la presencia de material
es más fácil, donde es más sencillo evitar o vadear zonas cerámico y estructuras en el área removida por las obras
húmedas, arroyos y ríos, con un relieve continuo más del gasoducto.
suave y que exige un menor esfuerzo a la hora de moverse
por él.
El fenómeno tumular en esta zona mantiene la
regularidad descubierta en los análisis del emplazamiento
de los monumentos tumulares gallegos (Vaquero 1990,
1992; Criado y Vaquero 1993; Villoch 1995a y b; Criado y
Villloch 1998; Criado 1999), en los que se observa que los
factores que condicionan el tránsito son fundamentales en
la distribución y emplazamiento de los túmulos.
El túmulo nº3 de San Cosme se vincula directamente
con la zona central de la alineación principal de túmulos,
concretamente cerrando al norte el collado utilizado
actualmente por la carretera Porriño - Gondomar.
Aparte de los túmulos, se han documentado en las
proximidades dos yacimientos con material campaniforme Figura 5: Vista de la parte N del área de Pedra da Cruz, donde se
adscritos a la Edad del Bronce: uno de ellos es el documentaron estructuras excavadas en el horizonte
yacimiento de Entrepiñeiro en la necrópolis de As Pereiras mineral y material en superficie.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
en el que destacan los fragmentos de campaniforme, así Características superficiales y método de excavación25
como la presencia de diversas estructuras en tierra o
acumulaciones de piedra (Entrepiñeiro) o improntas de El túmulo, una vez rozada la vegetación que lo cubría,
excavaciones en el horizonte mineral (Pedra da Cruz), en presentaba las siguientes dimensiones: el diámetro era
ambos casos de escasa entidad, aunque no se descarta ligeramente inferior a los 20 metros en el eje norte - sur,
la posibilidad de haberse documentado una parte siendo los límites del eje este - oeste demasiado
secundaria de dichos yacimientos. La relación de estos inconcretos como para aventurarse con una medida. Su
yacimientos con los túmulos viene dada por la presencia emplazamiento en una zona con pendiente, hace que su
de ese material cerámico campaniforme, lo que marca un altura varíe notablemente según lo observemos desde el
mismo horizonte cultural para ambos tipos de yacimientos, sur o el norte. Así desde el primero de estos puntos podría
hecho que no implica necesariamente su coetaneidad. llegar a alcanzar los 80 o 90 cm de altura y desde el norte
Otro factor muy interesante es su proximidad espacial a no alcanzaba los 40 cm. Presenta un cono de violación
los túmulos que, aunque su adscripción general es central amplio y de cierta profundidad en relación con sus
Neolítica, en ellos también se ha llegado a documentar dimensiones totales: sobre un metro de diámetro y unos
material campaniforme, como es el caso del túmulo 3 del 30 cm de fondo.
Alto de San Cosme. Estas características permiten valorar
Respecto a su estado de conservación, aparentaba
este tipo de yacimientos como de ocupación esporádica,
estar bastante deteriorado, pues es difícil determinar
de un uso corto, quizás relacionado con algún tipo de ritual
visualmente los límites espaciales del terreno, por lo que
celebrado en el entorno de los túmulos (Prieto 2001: 118-
se presume que estaba bastante arrasado y rebajado,
119). Por lo tanto, parece que las evidencias
probablemente por las labores agrícolas. A esto se añade
documentadas indican un uso del espacio tumular aún
el hecho de que por la parte central del túmulo, pasa un
después de finalizada la etapa de construcciones de
camino que discurre en sentido norte - sur, lo que ha
túmulos, que por las dataciones se relaciona con
debido afectar notablemente a su estado de conservación.
momentos neolíticos, pero que siguen funcionando como
elementos referentes dentro de la racionalidad de la Edad
de Bronce.
25 La descripción de los métodos empleados en la excavación, elementos documentados, tanto materiales como estructuras que en este apartado se ofrecen,
tienen como base documental la publicación de César Parcero (1998) sobre los resultados de la excavación del túmulo nº 3 de San Cosme. Para el análisis
estratigráfico del yacimiento, su interpretación y demás información que aquí no se explique con suficiente claridad, nos remitimos a esta publicación.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
47
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26 Esta cifra se refiere a las unidades estratigráficas del yacimiento (UE001), cuya numeración se corresponde con la del corte estratigráfico. Para una descripción
completa de todas las unidades estratigráficas, su relación e interpretación, véase Parcero 1998a.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
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Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
El tipo de volumen que conforma la masa tumular (un lados es distinta. Mientras la mitad sudeste de la
casquete hemisférico) y la distribución espacial del anillo estructura es más amplia y potente, la mitad noreste está
pétreo, permiten identificar la forma genérica de este nivel, mucho menos desarrollada y es más estrecha, e incluso
la forma básica a la que responde, sin elementos aditivos en determinadas zonas más desestructurada. Esta
o secundarios. La figura geométrica que sigue es el oposición en la forma se confirma en la composición
círculo, elemento que es considerado arquitectónica y material de la estructura, en la que los materiales
geométricamente perfecto, equilibrado. Una vez que singulares y no comunes (cuarzo y piedra verde) se
sabemos que el círculo es la forma básica de ordenación, concentran principalmente en la mitad sudeste. La
se puede valorar el resto de elementos organizativos que identificación de estas oposiciones formales permite
conforman el espacio tumular, pues la forma específica reconocer que el túmulo se organiza en torno a un eje que
que asume el túmulo tiene, además de esta idea pasa por el centro del túmulo, con orientación N/NE- S/SW,
fundamental de la forma circular, una finalidad específica a partir del cual se estructura dos zonas antitéticas del
que satisface las exigencias funcionales y sociales de la túmulo, en relación con una simetría inversa o disimetría.
sociedad que lo ha originado, lo que se refleja en la
configuración final de los elementos tumulares y en sus
especifidades. Tanto la forma genérica, como estos
elementos que rompen la geometricidad original, son
mecanismos que construyen el espacio, incluyendo
también dispositivos conceptuales que definen, articulan y
nombran el espacio en el saber, pues estas actividades
están organizadas de forma coherente con el sistema de
representación ideal del mundo que tiene el grupo social
que las realiza, con su racionalidad (Criado 1999).
Un análisis exhaustivo del anillo pétreo ha permitido
identificar unas diferencias notables en su planta, que si
siguiera la forma genérica identificada, debería ser regular.
Marcando un eje que pasa por el centro del túmulo, se
puede observar que la forma de la estructura a los dos Figura 10: Vista de la parte oriental del túmulo, desde el NE.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
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2002
2m
Figura 11: Planta de la excavación, en la que se marca el eje en torno al cual se organiza el anillo.
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Figura 12: Vista de la losa central desde el N, con la fosa N (UE019) en primer plano.
En el centro del túmulo se emplazan los elementos Se han documentado las evidencias de otras
arquitectónicos interiores, las estructuras intratumulares. estructuras: unas fosas excavadas en el xabre,
Es un nivel espacial significativamente distinto, siendo emplazadas en el espacio intratumular, justo a los lados
además éste el lugar en donde se hacen los norte y sur de la losa central. La situada más al norte se
enterramientos el los monumentos megalíticos. Es habitual corresponde con la zona del cono de violación (UE019),
que el estado de conservación de este espacio sea que ha desestructurado toda evidencia certera de una
bastante precario, pues desde antiguo esta zona ha sido estructura de enterramiento en esta zona. Pero en la base
objeto de continuas violaciones de los buscadores de del cono, aunque está totalmente removido, aparece un
tesoros. En el túmulo de San Cosme, las sucesivas conjunto de 10 piedras de tamaño uniforme y semejantes
violaciones del centro del túmulo parece que han entre sí, sin orden aparente. Éstas podrían formar parte de
deteriorado y desestructurado gravemente los elementos una estructura central de enterramiento que ha quedado
que constituyeron este espacio, tanto en lo que se refiere desmantelada por las violaciones.
a las estructuras del enterramiento original como la Al otro lado de la estela (hacia el sur), se ha
disposición del ajuar que contendría. Este deterioro de las documentado otra fosa. Esta nueva estructura parece
estructuras arquitectónicas es más grave cuando éstas estar menos deteriorada que la anterior, conservada a
son de naturaleza más endeble que las formadas por una partir de cierto momento por la caída de la estela encima
cámara de grandes losas (como estructuras en de ella. Se trata de una fosa excavada en el xabre de 1 m
mampostería, de madera, etc.), aunque son bien de diámetro, con paredes casi verticales y poco profunda
conocidos casos en que estas grandes losas también han (10-15 cm), con forma tendente al círculo (UE020 y
sido extraídas o destruidas totalmente. UE021). En ella, destaca la presencia de al menos cuatro
Entre los restos que se han conservado en San pequeñas manchas circulares de material más oscuro y
Cosme, destaca una gran losa de esquisto de orgánico, dispuestas en círculo hacia el extremo oeste de
1'24×0'75×0'18 m, de base rectilínea y remate la fosa, estando en su extremo este una piedra de esquisto
semicircular, que aparece tumbada hacia el S/SW con una alargada de unos 30 cm, única dentro de este relleno. La
inclinación de 45º. Su base se ubica en el centro zona norte de la fosa está desfigurada por el
geométrico del túmulo, y parece que únicamente está desplazamiento de la base de la losa, por lo que no se
vencida, pero no desplazada. Ante la ausencia de puede determinar claramente sus características formales:
evidencias de otras losas semejantes (no hay ningún otro si estaba cerraba por este sector o ambas fosas (norte y
testimonio de fosas de cimentación), parece claro que se sur) formaban una sola, aunque en ambos casos la losa se
trata de una estela central: un único elemento pétreo sería situaría en el centro. Bajo este nivel de relleno de la fosa
el que señalaría el espacio cameral. sur, aparece en su parte central un pequeño agujero de
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UE023
UE021
1m
Figura 13: Planta de las estructuras intratumulares con y sin la laja central en posición vencida; con las UEs del cono de violación (UE019)
y fosa bajo laja (UE021 y UE023).
unos 15 cm de diámetro, relleno de tierra negra muy en relación con un eje (la losa), que destaca, además, por
homogénea y con abundantes carboncillos (UE022 y su tamaño y forma rectangular, en oposición al espacio
UE023), siendo éste el último elemento documentado en que organiza y que lo circunda, que son circulares.
esta fosa. No se ha documentado ningún elemento de Entrando en un terreno que se mete más en la
ajuar o improntas de cadáveres, aunque parece que se hipótesis reconstructiva de la composición material de
trata de los restos de un enterramiento original de túmulo. dichas fosas, podemos aventurar que, mientras una
Ante estas evidencias se puede plantear la hipótesis de estaba constituida principalmente de piedra (si las
que esta estructura intratumular estuviera compuesta por localizadas en el fondo del cono de violación se
dos estructuras de enterramiento, dos fosas, que se sitúan corresponden con una estructura cameral), la otra
a ambos lados de la losa central, por lo que ésta divide y conserva restos de una/s estructura/s de madera (las
organiza el espacio intratumular en dos partes. improntas circulares en la fosa), que serían el material
Hacer el análisis formal de un espacio que se básico de dicha estructura27. Si esto fuera así, tendríamos
encuentra desmantelado resulta un poco carente de un espacio cuyo eje organizativo y único elemento visible
sentido, porque no se va a apreciar la organización de sería la laja de esquisto, y cada uno de los lados de este
dicho espacio, pues lo que se tiene acerca de su eje tendría características opuestas, disimétricas.
estructuración son conjeturas. Pero a pesar del estado en También se puede analizar un espacio por los tipos de
el que se encuentra, es posible señalar ciertos puntos relaciones que mantiene con los otros niveles espaciales
significativos acerca de su disposición y organización que componen el conjunto. La zona intratumular está
formal. La fundamental es que la losa ocupa un lugar directamente relacionada con el túmulo, siendo la primera
central en dicha organización, actuando como eje el un espacio interior al segundo, y por lo tanto, depende de
marcado por sus caras mayores: únicamente se han él en sus relaciones con el resto de los espacios del
documentado evidencias de fosas posiblemente conjunto. La relación de tamaños entre ambos espacios
relacionadas con enterramientos en el túmulo en estos indica un predominio del túmulo sobre el espacio
lados de la laja (hacia el norte y hacia el sur), y no en otra intratumular, que queda envuelto por él. Las características
zona, tal y como indica la falta de testimonios de cualquier singulares de este espacio, cuyo eje organizativo es
tipo de estructura hacia el este y el oeste de la laja. perpendicular al del túmulo, su situación central, la forma
Con estos datos se puede caracterizar al espacio y el tamaño de la laja, etc, remarcan su singularidad dentro
intratumular como cerrado, tendente al círculo, organizado del túmulo.
27 Después de todo, esta interpretación es el resultado de aplicar el modelo estructural que se ha identificado a nivel tumular a la estructuración del nivel
intratumular - modelo organización de espacios disimétricos en torno a un eje central -, lo que posibilita esta disquisición sobre la composición material de
la estructura basado sobre todo en los pobres datos arqueológicos, que resultarían más carentes de sentido si no se tuviera como herramienta interpretativa
el código de organización de los espacios del túmulo.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
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Se ha identificado una masa tumular exterior (UE005), Otro de los elementos del Paisaje Monumental que se
con una composición granulométrica y coloración deben estudiar dentro de la configuración espacial de la
diferentes a la de la masa tumular principal (ver perfil). arquitectura tumular es la distribución espacial de las
Cubre en gran medida las piedras del anillo pétreo, por lo representaciones gráficas o de los elementos
que estratigráficamente es posterior a todo el espacio 'decorativos' en un túmulo. El denominado arte megalítico
tumular central y al pavimento que acabamos de describir, se centra habitualmente en la cara interior de losas que
pudiendo incluso interpretarse como la base y preparación forman la cámara del túmulo, en donde se distribuyen las
de esta segunda masa tumular. Esto probablemente refleje pinturas y grabados conservados. En el caso de San
dos momentos de construcción del túmulo (Parcero 1998a: Cosme, no hay un conjunto de losas formando una
7 y ss). Se ha optado por incluir esta estructura dentro de cámara, sino que este espacio se configura con una única
las manifestaciones del espacio circundante porque, a losa, presentando la peculiaridad de que está trabajada -
pesar de ser masa tumular, ésta queda diferenciada a nivel recortada de diferente manera en sus lados menores:
superficial por el anillo pétreo, que no queda del todo mientras el lado sudeste se encuentra pulido y afinado, sin
oculto por ella, por lo que se diferencian perfectamente irregularidades significativas, el lado noreste está
ambos espacios. Es un elemento que amplía la superficie recortado de forma irregular, formando como unas líneas
del túmulo, pero no aporta nada nuevo ni distinto a la de dientes de sierra, dándole el efecto visual opuesto al
ordenación espacial del conjunto arquitectónico. otro lado. Por lo tanto, de la distribución espacial de los
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
28 El estudio del material cerámico del que parte este análisis fue realizado por Pilar Prieto Martínez, y publicado dentro de la monografía de Parcero sobre
la excavación del túmulo (1998).
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Análisis de percepción 55
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Análisis de movilidad-circulación
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tránsito
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NW
SE
0
0
50 100 150
200 m.
200
Figura 20: Mapa de detalle señalando el trásito concreto en el entorno inmediato del túmulo.
entorno inmediato (forma hemiesférica, altura superior al acción social común: frente a los espacios en el que el
entorno y delimitada por el anillo lítico), por lo que el acceso es restringido (como una cámara), con una
acceso es posible desde todas las áreas del entorno del capacidad restringida, cerrada visualmente al exterior, por
túmulo, aunque como hemos visto, parece indicar una lo que cierto tipo de personas (bien sea por razones de
intención de dirigir el recorrido por el sector sudeste. edad, sexo, jerarquía, etc.) no van a poder acceder o ver
El espacio central (las estructuras intratumulares) es un que es lo que pasa en su interior; en el espacio que se
espacio cerrado, y de acceso muy restringido, pues crea alrededor de un túmulo, no hay ningún tipo de umbral
únicamente se puede llegar mediante la excavación de un físico que controle y restrinja el acceso a ninguna persona,
pozo, lo que implica la destrucción de ciertas partes de la ni, por lo tanto, nadie que lo pueda controlar, por lo menos
masa tumular e incluso los depósitos anteriores. Es muy de forma física. Los espacios 'públicos' son espacios
probable que las fosas identificadas sean enterramientos sociales, por lo que este espacio es identificado como un
que se realizaron con la construcción del túmulo, pues la espacio social.
estructura formal (fosa excavada y laja señalando el lugar) Como valoración destacamos el hecho de que la
no está ideada para facilitar su acceso, su reutilización de circulación posible en este tipo de construcción es más
forma no destructiva para el túmulo. inducida que obligada, o sea, que salvo para acceder al
El hecho de que sea el túmulo un nivel espacial que se espacio central una vez concluida la construcción del
significa hacia el exterior (no como una cámara, que crea túmulo, no hay límites físicos al movimiento, no hay ningún
un espacio significativo en su interior), habla de sus pasillo, vano, etc. que limite nuestro movimiento. Lo que sí
características como un espacio dirigido a ser testigo de la parece reconocerse es la intención de influir en el
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
Figura 21: Gráfico del análisis gamma. Análisis de las condiciones de visualización
desarrollo del recorrido, de dirigir el movimiento. Así, Los elementos conservados de la configuración original de
primero se realizaría la aproximación al monumento en la arquitectura tumular permiten la identificación de
sentido N-S, realizando un recorrido lineal que remata en factores influyentes en la percepción del túmulo,
el centro del túmulo después de atravesar tres espacios elementos que ya han sido especificados en el análisis
significativamente distintos, en los que destacan los formal del conjunto: son materiales que por ser diferentes
cambios de nivel (abajo- arriba-abajo) del recorrido. al resto, llamativos tanto por sus propiedades cromáticas
Los análisis gamma son otro tipo de análisis que se (en la composición material de las estructuras,
basan en el movimiento a través de los espacios, coloraciones significativas en las tierras y piedras) como
cuantificando la permeabilidad de los espacios y por sus texturas (contraposiciones entre materiales
valorando el grado de dependencia y control qué ejerce un pétreos y térreos), influyen en la impresión que vamos a
espacio respecto a los otros. En este análisis, por lo tanto, tener del monumento. Así, en este caso, se analiza una
se puede valorar la relación entre el espacio exterior, el construcción que contrapone las texturas y colores de la
espacio contiguo (A), el túmulo (B) y el intratumular (C). piedra y la tierra, destacando además el uso restringido de
Mediante el diagrama de permeabilidad se puede ver materiales pétreos de color llamativo (piedras verdes y
qué tipo de relaciones sintácticas se establece entre los blancas) sobre todo en la mitad sudeste del túmulo. Son
espacios, representados cada uno de ellos por medio de estos elementos formales los que van a ser analizados en
un círculo, y colocando en la misma horizontal los este apartado, pero no para hacer otro estudio de cómo se
espacios que tiene igual valor. organizan espacialmente, sino tratando de dilucidar qué
orden perceptivo se implementa en la estructura.
Al ser el túmulo una composición central, el acceso
únicamente está controlado por el espacio El análisis de la visibilidad, concebido como el
inmediatamente contiguo. Según la sistematización de examen de la percepción de un elemento desde un
Hillier y Hanson (1984: 94), los espacios del túmulo tienen determinado punto de vista, necesita precisamente un
una relación asimétrica, pues para llegar a C (estructuras punto desde dónde dirigir la mirada al túmulo. En este
intratumulares) es necesario pasar antes por A y por B, por examen proponemos que este punto de vista esté
lo que cada uno de estos espacios depende del anterior. marcado por la ruta de acceso, la forma de aproximación
Es complicado dirimir si ésta es una organización que se ha identificado en el análisis de acceso a la
distribuida (sólo se puede acceder de una manera) o no arquitectura tumular. De él se desprende que, aunque el
distribuida (en las que hay más de un camino para acceder acceso no está expresamente dirigido por los elementos
a los distintos espacios). Quizás se ajuste más una tercera arquitectónicos, pues no existen umbrales que constriñan
vía, un grado intermedio en esta organización, pues y dirijan nuestra circulación, sí se ha reconocido un sentido
ninguno de estas dos se ajusta al tipo de organización de de circulación preferente, que desde la parte sudeste del
este espacio. Antes hemos visto que aunque el acceso túmulo llega hasta el centro de la estructura. Esta
está privilegiado por una zona (sudeste), no es la única vía entronca, a su vez, con la circulación que se lleva a cabo
de acceder a los distintos niveles espaciales aunque por lo a escala del emplazamiento, en la que las características
que parecen indicar otros elementos del registro topográficas del terreno indican un sentido norte - sur de
arqueológico, como la distribución espacial de la cultura la circulación.
material, se habría privilegiado el uso de este sector. Esta Pero una de las características de la percepción visual
organización distribuida - no distribuida es posible de este túmulo en concreto es que apenas destaca sobre
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
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Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
su entorno: es un túmulo muy bajo, tanto actualmente inmediato, la zona más alta de la colina, recortándose esta
(apenas se eleva 80 cm en su lado sur y 40 cm por su lado línea de horizonte contra el cielo.
norte) como en épocas precedentes, tal y como queda En el análisis de la visibilización se trata de ver qué
evidenciado en el análisis estratigráfico: tendría unos 50 características visuales tiene el monumento tumular en
cm por el lado norte y casi un metro de altura respecto al conjunto, tratando de determinar qué estrategias se
nivel del suelo en el lado sur. Estas diferencias de altura emplean para configurar y ordenar los volúmenes visibles
están determinadas por el emplazamiento concreto del de los elementos arquitectónicos.
túmulo, que se ubica en una pendiente con inclinación
Para la descripción de la visibilización del conjunto del
norte - sur.
túmulo, se ha optado por dividirlo en cuadrantes que
Que el acceso al túmulo se realice predominantemente siguen los ejes cardinales, tratando así de ofrecer una
por el sector sudeste, indica que éste se realiza por la zona explicación simple y clara de las características visuales
en la que el túmulo tiene una mayor altura relativa respecto del conjunto.
al nivel del suelo, con lo que este elemento adquiere una
Ya se ha especificado en el análisis de la visibilidad qué
mayor monumentalidad, logra un mayor impacto visual,
percepción se recibe del monumento si éste se observa
coincidiendo además con la zona más destacada
desde el cuadrante sudeste. En el análisis formal, se ha
formalmente.
identificado que los cuadrantes noroeste y suroeste tienen
Las dimensiones del monumento permiten visualizar una menor consistencia formal respecto al conjunto en
desde esta posición casi la totalidad de la superficie del todos sus niveles espaciales: tanto el túmulo, siendo en
túmulo, recortándose desde esta perspectiva la parte estas áreas el anillo mucho menos ancho, como en el
culminante de todo el anillo lítico que rodea el túmulo, por espacio circundante, en la distribución de los materiales,
lo que desde nuestra posición se alcanza a ver la totalidad en la losa (lado rugoso) e incluso en la distribución del
del espacio tumular encerrado por el anillo lítico. material. Esta característica de sobriedad visual se ve
Otro aspecto del análisis se refiere a cómo se percibe ampliada por el hecho de que la altura relativa de estos
el entorno del túmulo en relación con este punto de vista, cuadrantes respecto al entorno (sobre todo la del
qué escena generan las características topográficas del cuadrante noroeste) es nimia. Esta conjunción lleva a la
entorno. La visibilidad del entorno del túmulo se puede consecuencia de que estos sectores casi no tendrían
describir como una panorámica constreñida, pues como impacto visual si no fuera porque todo el túmulo está
nuestra mirada se dirige más o menos hacia la parte norte rodeado por el anillo lítico. Desde el sector noroeste, el
de la dorsal en la que se emplaza el túmulo, y aunque esta conjunto del túmulo se percibe de forma parcial, estando
pendiente es muy suave, se tiene la percepción de un el límite visible del túmulo muy someramente marcado,
espacio más cerrado, limitando nuestra visión del entorno pues son escasos los elementos que de él se perciben, no
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
60 túmulo, desde determinados puntos de vista y en que está organizado en torno al túmulo (que en este caso
2002 diferentes reconstrucciones, y así ver de manera gráfica es el espacio predominante); además, solamente se
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
qué áreas son visibles y qué otras quedan ocultas desde advierte cierto esfuerzo constructivo en la mitad sudeste
determinados puntos de vista. del entorno del túmulo, ya que en la zona opuesta no se
documentó ninguna evidencia de este estilo. Esto muestra
El modelo y el sentido dos mitades disimétricas que están organizadas en torno
al eje marcado por el túmulo.
A lo largo de la descripción de los distintos aspectos
afrontados en el análisis del túmulo se ha incluido ya una
valoración las características formales y perceptivas del
monumento. En este apartado se hará una valoración
general, centrándose fundamentalmente en la parte de
interpretación y en la relación con el método de análisis espacio
empleado. contiguo
túmulo
estela
Figura 24: Esquema del modelo espacial del túmulo. Figura 26: Esquema del modelo espacial del espacio central.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
61
La espacialidad megalítica 2002
MCH
Es formalmente disimétrico
NW SE
> Mayor altura relativa del túmulo espacio
> Menor altura relativa del contiguo
túmulo (0,5 m) (1 m) túmulo
Planta y estela del Túmulo nº3 del Alto de San Cosme (Parcero 1998).
MCI
El modelo espacial
El modelo espacial
y corredor no es simétrica
de la estela
> rugoso
NE SW
cara NW > Corredor más largo > Corredor más corto
> En la cámara, > En la cámara,
disposición lineal de disposición curvada
las losas de las losas
CUENCAS VISUALES
El centro de la sierra
> Eje principal: N-S marcado por la vía de tránsito y la está "cerrado" visualmente
por un cinturón de cimas
disposición de los túmulos ALTO
ABIERTO
ESCARPES > Centro: dos túmulos en posición destacada. Marca eje E-W
del paisaje
VISIBLE
CHANS
CUMBRES
CIMAS N S Tres chans elevados
coronados por un túmulo
OUTEIROS
> Dos alineaciones de
ESPACIO DOMESTICABLE
BRAÑAS
> Una alineación de
túmulos túmulos Centro de la necrópolis OESTE ESTE
8 La W recorre zona
deprimida
ESCARPES ESPACIO SILVESTRE
CUENCAS
E W
> Zona alta, abierta, visible > Zona baja, cerrada, oculta
> Cuenca sin túmulos > Cuenca con túmulos BAJO
CERRADO
OCULTO
SUR
500 m
Análisis Fisiográfico de la Sierra de Barbanza: definiciónde las formas Modelo formal de la estructura organizativa de la Sierra de Barbanza
elementales del espacio y esquema ideal de las mismas (Criado y Villoch 1998) (Criado y Villoch 1998)
Consecuencias MGI
El Modelo espacial subyacente Diagrama Interpretación (Analogía débil)
> Circular > Círculo, percepción circular
> Cerrado 8 implica control, hegemonía
> Espacio central dominante Ä metáfora del control, de la domesticación del entorno
> Organizado axialmente > Se modifica el entorno
> Disimétrico en su conjunto 8 monumentalización de la muerte
8 más somero, menor esfuerzo constructivo 8 construcción de un referente de control y manipulación del espacio y
(NW) del tiempo
8 más destacado, con mayor esfuerzo > Ambigüedad
constructivo (SE) 8 disimetría formal y visual en las construcciones / paisajes
> Apropiación y significación de elementos Ä NW: más natural, menos humanizado
naturales (gran comprensión del entorno)
Ä SE: más humanizado, menos natural
8 ambigüedad constructiva: se construye - se oculta pero a la vez se
Figura 27: Regularidades espaciales en la arquitectura megalítica de Galicia. Autoría: F. Criado Boado y P. Mañana Borrazás, 2002.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
En tercer lugar se compara el modelo anterior con el posible), que pueden (y deben) ser utilizadas 63
patrón del emplazamiento tumular, aspecto que a priori es simultáneamente (Criado 1999): 2002
que inaugura el proceso de modificación y explotación del debemos fijarnos en quién puede asumir los costes de
espacio físico y se correlaciona con transformaciones construir un monumento o a quién beneficia que el grupo
paralelas en la sociedad que se corresponden con la lo asuma. Esto permitiría explicar la función social de un
modificación y (muy pronto) explotación también del monumento concreto, pero para interpretar su sentido
cuerpo social. cultural es preciso reconocer que a través de esa
Esta nueva forma de estar-en-el-mundo implica no sólo estrategia de materialización se expresa una racionalidad
una nueva forma de relacionarse con la naturaleza, sino cultural concreta que implica, entre otras cosas, una forma
también de conceptualizar el espacio y el tiempo. El específica de construir la realidad social basándose en
paisaje social de este momento sería la expresión y nuevos conceptos de espacio, tiempo y de interrelación
materialización práctica de ese universo conceptual. En sociedad-naturaleza.
concreto, la aparición de la arquitectura monumental sería
la representación de esa nueva forma de estar-en-el- EL ANÁLISIS DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA
mundo. La arquitectura es una tecnología de construcción PROTOHISTÓRICA: EL CASTRO DE ELVIÑA (A CORUÑA,
del paisaje social que opera la domesticación del mundo GALICIA)
físico a través de dispositivos artificiales no sólo
introduciendo hitos arquitectónicos en el espacio natural Este apartado recoge los resultados del trabajo
para ordenarlo según referencias culturales, sino también desarrollado en el marco de un amplio proyecto de
controlando e imponiendo un determinado patrón de revalorización, concebido con el fin último de plantear
percepción del entorno a los individuos, una pauta para estrategias de intervención que sirvan de base para el
experimentar el espacio-tiempo comunitario e individual. diseño de un Parque Temático sobre la Edad del Hierro en
La arquitectura megalítica (a través de todos sus el castro de Elviña (A Coruña). Este proyecto ha sido
niveles fenoménicos, desde la cámara y el túmulo a la elaborado por nuestro equipo a instancias del Excmo.
organización de la necrópolis y la distribución de los Concello de A Coruña, bajo la dirección de Felipe Criado
monumentos en el territorio) construye un modelo Boado y la coordinación de Matilde González Méndez.
(volviendo a Heidegger 1994a) de pensar el mundo que es Nuestra colaboración en este proyecto se centró en el
también una forma de habitarlo, de estar en él. Es un estudio de los restos arquitectónicos descubiertos en el
modelo basado en una artificialización que, por ser yacimiento con el objetivo de desarrollar uno de los
incipiente, se cierra en círculos de actividad humana presupuestos básicos del Plan programado para el castro
rodeados por un entorno silvestre. El círculo tiene un de Elviña, como es contextualizar y dotar de sentido
centro substantivado por lo funerario, la muerte, el más histórico a un yacimiento que se presenta como
allá; dos mitades opuestas, una hacia naciente (sobre documento de un determinado período y de una formación
todo al SE) vinculada a la vida y al mundo humano sociocultural concreta (Edad del Hierro). A su vez, este
(seguramente también al doméstico)32, y otra hacia estudio tiene como finalidad primordial llevar a cabo una
poniente relacionada con la naturaleza, lo silvestre, lo aproximación al problema de la arquitectura y la
salvaje. La luz desempeña un papel esencial en esta organización del espacio doméstico en la cultura castreña
oposición, siendo la mitad de oriente luminosa y blanca, y del NW y el análisis, a partir de ese estudio, del registro
la mitad opuesta oscura y negra33. No es imposible pensar arquitectónico exhumado hasta el momento en el castro
que el itinerario norte-sur (el que se corresponde con el eje de Elviña.
que divide las dos mitades) fuese en la tierra una ruta Así pues, esta actuación se integra en una amplia línea
procesional34 que reproducía un itinerario en el firmamento de investigación básica con la que se trata de llevar a cabo
de un valor cosmológico que se nos escapa. una revisión del ámbito doméstico de la cultura castreña a
Ciertamente se ha pasado de la interpretación débil través de un análisis arqueológico del registro
(constatar la existencia de una regularidad formal) a la arquitectónico que permita plantear y contrastar nuevos
interpretación fuerte (reconstruir narrativamente un modelos interpretativos sobre la estructura social y las
sentido). estrategias de construcción del espacio generadas por las
32 Es el lado hacia el que quedan los asentamientos domésticos visibles desde el monumento, los espacios factibles de uso humano y, según se ha
comprobado en ciertos casos, efectivamente aprovechados.
33 Denotado por la orientación de los corredores hacia el SE, las diferentes condiciones de iluminación de la mitades norte y sur de las cámaras en función
de la ligera disimetría que éstas tienen y, sobre todo, por el empleo de materiales geológicos distintos en las cámaras y corazas tumulares, con predominio
del cuarzo hacia el este y de la pizarra o piedras oscuras hacia el oeste.
34 Pues es la orientación esencial que presentan las necrópolis, estando subrayada por el hecho de que el tránsito y relaciones visuales entre túmulos se
ajusta a esa ruta.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
65
2002
200 Km
1 Km
Elviña Hillfort
100 h
75
As Ranas 50
CONTINENTE
Avd
50
a.
25
de
A
Alfo
A
nso
A
Mo
h facultade
50
lina
A
CAMPUS
75 UNIVERSITARIO 50
facultade facultade
A
h facultade
Lagar Elviña
h S. Vicente
Mesoiro A
75
A
A
75
h
50
Castro
h
125
h
50
75 ANTENA
Escorial
E.T.S. ARQUITECTURA
A 100
A A
A
h 5
Elviña 12
0
A A
15
S. Fernando h A
75
A
100
h
Obradoiro 150
5
12
175
h
75 150
17
15ø
5
100
N
Feans - A Coruna
Concello de
h
1 25
-
Penasquedo
ø
15
A Xoeira
125
Concello de Culleredo
125
200 m 150 h
A Xoeira
comunidades de la Edad del Hierro del NW. Por otro lado, Para abordar el estudio del espacio arquitectónico del
este trabajo presentaba a su vez una vertiente de castro de Elviña se aplicaron metodologías desarrolladas en
investigación aplicada relacionada con la futura el marco de esa Arqueología de la Arquitectura. Este tipo de
musealización y divulgación del yacimiento. De este modo, analíticas todavía no han sido utilizadas por la investigación
el análisis de la arquitectura doméstica fundamenta una sobre la Edad del Hierro del NW de la Península Ibérica, por
propuesta de reconstrucción de una unidad doméstica lo que este estudio se presenta como un esbozo que
castreña dentro del futuro espacio museográfico visitable avanza la potencialidad de esta metodología.
del yacimiento.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
66
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Aunque la aplicación y contrastación empírica de este período de ocupación (transición Hierro I-Hierro II) durante 67
modelo a través del registro arqueológico presenta el cual el espacio habitacional se ceñiría exclusivamente al 2002
68
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
house
stairs
house
tower
sentry box
tower
phallic temple
house
Acropolis
on
ati house
nd
fou
wall
house
house
ropolis
wall of Ac
house
fountain
- cistern
house house
10 m
hillfort structures
Casa de la Exedra
Figura 32: Planta de las estructuras excavadas en el castro del Elviña, digitalizada a partir de la planta de excavación de 1983. Señalada
la situación de la Casa de la Exedra.
69
2002
70
5004
1001
2002
5005
1001
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
5001
1001
CONTEMPORÁNEO
7004
S. XX
5002
1001
5002
1001
//
5001
1001
3004
1001
3001
5003
1001
3002
3003
1001
1003
7005
ABANDONO
5001
1001
8001 1005-1008-3004 2001 5005
1ª 1/2 S. II d. C.
4006
1001
4003
1003
7005
//
7007
1004-1007
1001
7004
1006
7003
// GALAICO-
// ROMANO II
1007
4005-4004 2003 2002- 2005
2001
4002
2ª 1/2 S. I d. C.
4001
7001
7002
2003
1001
2002
7006 5004
2005
1001
4004
7001-7002-7003- 7007
6001
4001
5003 5002
1006
1001
4005
1001
GALAICO-
1001
4002
?
ROMANO I
8002 = 4001-4003-4006 = 1001-1002-1003 = 3001-3002
Fin. S. I a. C.
4003
6002
1ª 1/2 S. I d. C.
8002
7006
8001
//
6003
//
? CASTREÑO II
6003- 4002 = 3003 II Edad del Hierro
// S. III-II a S. I a. C.
//
CASTREÑO I
6001-6002 5001 II Edad del Hierro
S. IV a S. III-II
En primer lugar tendríamos la construcción del casa y mediante el cual se accedía a la misma por el único
perímetro de la casa, Etapa de Obra 103.1 formada por las vano de entrada con el que contaría en un primer
UE: 1001, 1003, 3001, 3002, 4001, 4003 y 8002. momento.
La Etapa de Obra 103.2 estaría formada por las UE Finalmente, la etapa de obra 103.4, compuesta por las
5002 y 5003 y se correspondería a la construcción de un UE 5004 y 7006, estaría vinculada a la organización del
horno adosado a la fachada N exterior de la casa, espacio circundante de la casa, se trataría del muro de
levantado sobre la cimentación de una casa circular contención para un aterrazamiento de acceso a la zona al
castreña Sabemos que estas unidades son anteriores a la S de la casa, y vinculado con la rampa de subida a la
UE 5001 porque, por un lado, sobremontan a ésta y, por acrópolis, y una escalinata al N de la misma de acceso a
otro, su aparejo es distinto, de mejor factura. El motivo de las estructuras situadas al NW de la casa.
la distinción de esta etapa con respecto a la anterior Como vemos, dentro de cada actividad nos fuimos
creemos que se debe a la construcción de este posible encontrando con diversas etapas de obra, las cuales no
horno, el cual no estaría previsto en el planteamiento inicial consideramos como una actividad independiente por ser
de la casa. Una vez aterrazado el terreno exterior de la secundarias y corresponder al mismo período cronológico
construcción rectangular, se encontrarían con la y a la misma acción constructiva que generó cada una de
cimentación de una casa circular, que como vemos está ellas. Hemos utilizado el ejemplo de la Actividad 103, pero
muy por debajo del nivel de cimentación de la casa nos hemos encontrado con este mismo caso en casi la
galaico-romana. Deciden aprovechar esta cimentación totalidad de las actividades. A continuación indicaremos
para construir una estructura anexa a la casa, por ello las actividades resultantes de la simplificación y sus
adosan un muro de planta trapezoidal (UE 5003) en el etapas de obra.
esquinal NE para poder cerrar esta estructura.
En cuanto a la periodización fueron varios los criterios
La etapa de obra 103.3, formada por las UE 7001, que nos ayudaron a datar la Casa de la Exedra. Por un
7002, 7003 y 7007, se corresponde con un atrio, creemos lado, hicimos un vaciado previo sobre la escasa
que porticado, elevado sobre el terreno del entorno de la
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
1005
1007
1004
1009
1003
1010
1002
1001
1m
ABANDONO
1005 105.1
1ª 1/2 S. II d. C.
//
//
//
1008
//
104.4
1007 GALAICO-ROMANO II
//
2ª 1/2 S. I d. C.
1009 104.1
1004 o
o
// 1010 ?
1002 1003
GALAICO-ROMANO I
Fin. S. I a. C.
1001 103.1 1ª 1/2 S. I d. C.
105.1
105.1
104.4
104.1
103.1
1m
Figura 36: Diferenciación de UE y Actividades en el alzado interior W de la Casa de la Exedra, con el diagrama de UE y Actividades.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
72 Fases Construcciones Período Datación muros de la casa rectangular. López (1994a) y Tomás
2002
Fase I Casas circulares Castreño I II Edad del Hierro (2000) lo fechan como tardío dentro del período de
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
documentación que existe en Galicia sobre tipologías Se distinguieron seis períodos en la Casa de la Exedra, de
constructivas de los castros gallegos y vinculamos cada los cuales, cuatro son fases constructivas y las otras dos
aparejo, planta o alzado a las características constructivas son de abandono y destrucción. Se describirán a
de los distintos períodos castreños y galaico-romanos continuación los distintos períodos. Con respecto a las
conocidos. Además, como hemos indicado con fases I y II no podemos profundizar en sus características
anterioridad, realizamos un vaciado de toda la y probablemente haya que esperar a una segunda lectura
documentación existente sobre el castro, ahondando que confirme estos datos, ya que, como hemos dicho
concretamente en aquella que se refería a los procesos de anteriormente estas estructuras están actualmente
excavación y los datos extraídos de los mismos, que en cubiertas por la vegetación.
muchos casos resultaron insuficientes en lo que a
estratigrafía se refiere. Finalmente, utilizamos toda la Fase I
información extraída de la lectura estratigráfica que A esta fase pertenecen los restos de dos construcciones
nosotros realizamos. de planta circular, cortadas por una posible casa absidiada
El resultado del vaciado documental se correspondía y posteriormente por la casa rectangular. Están situadas
aproximadamente con el de la lectura, aunque con el en la esquina SW y en la esquina NE de la casa
primero obteníamos tres fases y con el segundo cuatro respectivamente.
fases constructivas, con sus consiguientes subetapas, · La primera estructura está situada al SW de la Casa
además de dos fases que podríamos denominar de la Exedra. Su acceso en la actualidad presenta
destructivas teniendo en cuenta la acción que las genera. bastante dificultad, ya que está cubierta por una gran
Fases constructivas según el vaciado documental: capa de vegetación. Se conserva aproximadamente la
mitad de la planta. Su aparejo se compone de
· Una primera fase vinculada a una casa de planta
mampostería asogada (con tendencia a formar hiladas
circular, cortada diametralmente por una casa
horizontales) tomada con argamasa caolínica36. La
rectangular, reaprovechada posteriormente para la
estructura está levantada sobre un zócalo de
construcción de una estructura abovedada, aunque
cimentación. Su fachada W interior parece confundirse
como hemos visto más arriba Monteagudo (1990: 14)
con el esquinal SW de la casa rectangular, que
considera que ya presentaba falsa cúpula cubierta con
probablemente haya reutilizado parte de esta estructura.
una losa en época castreña. La casa presenta aparejo
de mampostería asogada de pequeño tamaño, con Esta construcción planteó bastantes problemas a la
dos caras y relleno, aunque en algunos casos los lectura, ya que al conservarse parte de sus alzados y
mampuestos ocupan todo el grosor del muro. Esta fase parte de los alzados de una posible casa absidiada,
se correspondería con el período castreño del poblado. situada al E de la misma, nos ponía en la duda sobre si
ambas se habían conservado a lo largo del tiempo, lo
· Una segunda fase en la que se construye una casa de
cual resultaba impensable ya que la estructura
planta rectangular con una única estancia con entrada
absidiada carecería de función posible al contar dentro
con los machones salientes y atrio. Estaría realizada en
de sus muros con esta otra construcción. Nosotros
mampostería asogada muy bien escuadrada, con dos
hemos llegado a la conclusión siguiente. Al construir la
caras y relleno. Se correspondería con la temprana
casa absidiada, se realiza una labor de aterrazamiento
ocupación romana del castro
de toda la zona, arrasando estructuras anteriores,
· Finalmente, se reestructuraría el espacio interno de la aunque creemos que se reutilizaría la fachada W de la
casa construyendo un muro medianero que divide la estructura circular que nos ocupa para la construcción
estancia en dos, de peor factura que los primitivos de la absidiada.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
73
103.4
2002
105.4
105.1
103.2
102
107
104.3
ABANDONED
105.1 105.2 105.3 105.4
1ª 1/2 s. II d. C.
//
104.4
104.3
104.3
106
1m
//
104.2
105.3
103.1
103.3
GALAICO-
104.1 ROMAN II
2ª 1/2 s. I d. C.
104. 1
103.4
103.3
103.2
104.2
GALAICO-
ROMAN I
103.1
101
end s. I a. C.
1ª 1/2 s. I d. C.
//
103. 4
HILLFORT
CULTURE II
105.2
102
II Iron Age
102
s. III-II to s. I a. C.
// ?
HILLFORT
101 107 CULTURE I
II Iron Age
s. IV to s. III-II
¿Por qué conservamos entonces hoy parte del alzado · La segunda estructura está situada al N de la casa
de la primera casa? La única explicación posible es rectangular. De ella conservamos la planta casi íntegra,
que se reconstruyera y consolidara parcialmente en aunque de su alzado conservamos tan sólo parte de la
alguna de las campañas de consolidación realizadas cimentación. Se levanta sobre una cimentación de
en Elviña, al no contar con ninguna documentación al piedras graníticas de considerable tamaño en
respecto no lo podemos asegurar con certeza, pero comparación con los mampuestos de los muros
creemos que ésta sería la hipótesis más acertada. castreños del resto del poblado. El aparejo es de
Nuevamente, y aunque resulta repetitivo, debemos mampostería asogada, presenta dos caras y relleno de
indicar que hasta que se roce la totalidad del castro cachotes y barro caolínico más impuro que el utilizado
todas estas cuestiones deben considerarse meras para unir los mampuestos de las caras interna y
hipótesis, todas ellas lo suficientemente externa, sin embargo en algunas zonas estos
fundamentadas como para ser ciertas. mampuestos cubren todo el ancho del muro. La
Como hemos dicho, esta estructura parece reutilizarse cimentación mide hasta 1 m de ancho (restos del interior
posteriormente por una construcción de planta de la casa rectangular).
absidiada, sobre la cual creemos que se levantaría el Esta estructura resulta muy interesante por su
edificio rectangular, aprovechando parte de su reutilización posterior como posible horno, como
cimentación. veremos más adelante. Está cortada diametralmente
35 Es importante tener en cuenta que esta denominación Castreño I y II y Galaico-Romano I y II, la hemos utilizado para diferenciar ambas etapas castreñas
y galaico-romanas dentro de la casa de la Exedra, pero no estamos empleando una denominación universal, es decir, la etapa Castreño I no se
corresponde con la I Edad del Hierro, sino con una subetapa de la II Edad del Hierro que se da en la Casa de la Exedra, y así sucesivamente.
36 Habría que esperar a hacer un análisis de las argamasas, nos hemos guiado para su descripción en la documentación con la que contábamos.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
74 por la casa rectangular, aunque creemos que con pisada según la documentación fotográfica de las
2002 anterioridad fue cortada por una casa absidiada. campañas de los años 80). En la fachada E se situaría la
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Hemos vinculado ambas estructuras al mismo período única puerta de entrada, desconocemos su anchura
cronológico por analogías tipológico-constructivas, dentro primigenia, ya que se modificó con posterioridad cuando
de la IIª Edad del Hierro, entre los siglos IV y III-II a.C, lo que se reestructura el interior de la casa, su anchura actual es
hemos venido denominando como Castreño I. de 2'25 m aproximadamente. A esta puerta se accedía
mediante un atrio levantado sobre un podium, que
Fase II creemos estaba porticado, como lo demuestra la UE
A esta fase hemos vinculado los restos de una posible 7007.
construcción de planta absidiada. La tipología de los Desconocemos el tipo de cubierta que tenía la casa en
muros es mampostería asogada irregular, con dos caras y este momento, sin embargo, por los restos materiales
relleno de cachotes y barro caolínico, los mampuestos encontrados (ímbrices y tégulas), creemos que se
están unidos con barro, también caolínico, y ripios. trataba de una cubierta de teja, aunque no sabemos si a
Durante los trabajos de campo nos encontramos con la una, dos o cuatro aguas. Según la Memoria de
existencia de un muro circular que partía del esquinal SE de Monteagudo del año 47 (recogida en el Anexo de García
la casa rectangular, y que parecía embutirse en la misma. En 2000) en el interior de la estancia de menor tamaño se
posteriores análisis de la planta, así como a través de la encontraron "muchos fragmentos de ímbrices de arco
documentación gráfica de las diversas campañas de muy cerrado, de tégulas, ánforas, sigillata, piedras
excavación y consolidación, también comprobamos la calcinadas, pizarras de tejar, cerámica castreña y
existencia de un posible esquinal circular, cuyas carbones de roble", si tenemos en cuenta esto,
características sólo podemos referir a partir de la podríamos llegar a la conclusión de que la cubrición de
documentación gráfica de que hablamos, en la esquina NW la casa combinaría losetas de pizarra y teja, sin embargo
de la casa rectangular. Por otro lado el ensanchamiento del creo que no debemos llevarnos a engaño, en un párrafo
muro de la casa circular al SW, en su fachada W, nos hizo anterior dentro de esta misma descripción también
pensar en la construcción en un período de transición de podemos leer lo siguiente: "Bajo el umbral corre de E a W
una casa de planta absidiada. Otro dato que nos ayudó a una especie de canal de piedras cubierto con pizarras.
decantarnos por esta posibilidad fue la comprobación de Acaso a este canal perteneció la losa rectangular de más
que en el perímetro de la casa rectangular que se de medio metro de largo de gneis fino exfoliable que se
correspondía con la planta de esta casa absidiada, la encontró en el escombro de esta casa", como vemos
cimentación era de mayores dimensiones que en aquellas sería más factible vincular estas losetas de pizarra a la
zonas (fachada S) que no se levantarían supuestamente cubrición de este canal y no a la cubierta de la casa,
sobre la casa anterior. sobre todo porque tipológicamente en época galaico-
Hemos fechado esta construcción como perteneciente romana se emplea la cubierta de teja o incluso de paja y
al Castreño II dentro de la IIª Edad del Hierro, entre los S. III- no de pizarra -que sí se emplearía en determinadas
II y fin del S. I a. C. zonas del territorio gallego para la construcción de
muros-.
Fase III
Probablemente para la construcción de esta casa se
Corresponde a la construcción de una casa rectangular de alisó parte del terreno donde se asentaría la misma, o al
aproximadamente 11 x 5'75 m por el exterior y 9'75 x 3'5 m menos el terreno exterior. Como sabemos el castro de
por el interior. Podríamos decir que el recinto se compone Elviña se emplaza a lo largo de una ladera con
de tres elementos o estructuras diferenciadas, por un lado afloramientos rocosos, los cuales se aprovechan para la
la propia construcción rectangular con atrio-pórtico de cimentación de parte de ésta y otras estructuras,
entrada, por otro un posible horno exterior adosado a la mientras que en otras zonas parece haber existido una
fachada N de la misma y, finalmente, dos estructuras remoción de tierra. Creemos que fue este hecho el
vinculadas con el acceso de la casa a otras zonas del causante de la construcción de la estructura exterior
castro. Pasamos ahora a analizarlas: abovedada al N de la misma.
· Construcción rectangular con atrio-pórtico de · Posible horno abovedado. Esta estructura presenta
entrada. Se levanta sobre una cimentación de roca base, una planta semicircular, que a medida que asciende en
grandes cachotes y piedra descompuesta. La planta altura tiende a formar bóveda. Su cimentación se
presenta un trazado bastante regular. El aparejo se encuentra por debajo del nivel del suelo y cimentación de
compone de mampostería granítica asogada, bastante la casa rectangular.
regular, sobre todo en sus partes inferiores. La cara
Creemos que al realizar las labores de aterrazamiento
interna está perfectamente careada, mientras que la
se encontrarían con la cimentación de una casa
externa es algo más irregular. En sus fachadas interiores
circular anterior que decidieron aprovechar para la
W, N y parte de la E, se conserva un zócalo sobre el que
construcción de esta estructura, cuya función
se situaría el pavimento de la casa (compuesto de tierra
consideramos que fue la de un horno por presentar la
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
76 Este atrio de entrada a la estancia más pequeña progresivamente va contribuyendo a su ruina. Nosotros
2002 estaría enlosado, como podemos saber por la creemos que parte de estos derrumbes, sobre todo los
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
documentación consultada de las memorias de que afectan a las zonas altas de los muros, pueden
excavación, pero además parte del suelo que quedaba deberse a este desmoronamiento de las murallas, aunque
anteriormente integrado en el pórtico de entrada posteriormente comenzaría un proceso de deterioro de las
parece emplearse en este momento como bancal, se estructuras.
configuraría ahora un espacio apto para reunirse un Exactamente corresponden a:
grupo en torno a la estancia que creemos quedaría
· El muro W de la casa rectangular.
entonces vinculada a lugar de trabajo, para realizar las
tareas cotidianas, como demuestra el material · El muro S de la misma.
aparecido en ella. · El muro medianero, que divide la casa rectangular en
· Construcción de un muro adosado al alzado dos estancias.
interior W de la estancia de menor tamaño. Se trata · El muro de la estructura circular.
de un muro de aproximadamente 1 m de altura que se Los tres primeros están formados por mampuestos
adosa longitudinalmente, creemos que actúa a modo caídos, mezclados con tierra, y en el caso del muro W
de contrafuerte para contrarrestar los empujes del encontramos también el desplazamiento del muro hacia el
paramento W de la casa. "Suponemos que la cubrición interior de la casa. Por último, en el caso de la estructura
del muro W fue destinada a soportar una viguería ésta presenta por un corte en el muro (UE 5005).
pesada o a preservar a los mampuetos de la
Corresponderían a la fase de Abandono del castro, que
calcinación del fuego ¿Sería este lado W el sitio
hemos fechado en torno a la primera mitad del S. II d.C.
destinado al hogar? La calcinación de las piedras y la
olla apoyan la hipótesis" tal y como se apunta en Fase VI
Monteagudo (1990: 17). Finalmente, hemos incluido una etapa contemporánea
Según este texto podemos deducir dos cosas, por un que podría abarcar las excavaciones efectuadas en las
lado este muro puede adosarse con la intención de diferentes campañas37. Sabemos que toda excavación
preservar la fachada W interior del fuego de la cocina, supone una destrucción de parte del registro. Por otro
apoyando la hipótesis que exponíamos anteriormente lado, durante las diferentes campañas en las que se ha
de que esta estancia se reserva para cocina, por otro intervenido en la Casa de la Exedra, se han llevado a cabo
lado, y aquí ya entraríamos en un tema más difícil de consolidaciones en parte de la estructura de la misma,
asegurar, creemos que efectivamente sí estaría pero como decimos habría que esperar a una nueva
destinado este muro para contrafuerte no sólo lectura para identificar qué partes de las que conservamos
contrarrestando los empujes del muro W, sino los responden a una restauración contemporánea y cuáles no.
empujes producidos por una viguería pesada que tal Lo que sí sabemos es que han afectado a la losa (UE
vez soportase un ¿segundo piso? Tendría así una 7003) que se encuentra en el atrio de la entrada a la
doble función, por un lado estructural y por otro estancia de mayor tamaño, que ha sido movida con
funcional. Volvemos a incidir en que la necesidad de respecto a su ubicación original.
efectuar una nueva excavación que permita corroborar Esta losa se encontró tal y como se muestra en las
estos datos. plantas que se recogen en el apéndice documental, como
Esta fase se incluiría dentro del Galaico-Romano II, podemos observar ni tan siquiera era éste su sitio
comprendido entre la segunda mitad del S. I d.C. y S. II d.C. primigenio. Sin embargo, durante las campañas de los
años 80, se levanta la losa para excavar por debajo de ella,
Fase V
encontrándose otra losa rectangular trabajada, de un
En esta fase hemos incluido una serie de destrucciones tamaño algo menor que ésta, que presentaba todos sus
sufridas en los muros de la Casa de la Exedra y que lados rectos y estaba partida. Creemos que esta losa
creemos tienen con ver con el propio abandono del castro. inferior podría conformar el umbral de la puerta de acceso
Distintos autores apuntan la posibilidad de que en el a la casa y la que estaba por encima sería el umbral del
mismo momento de abandono del castro se derrumben atrio. Por descontado todas estas son suposiciones. Lo
algunas estructuras como es el caso de la muralla (Porto y que sí está claro es que estos desplazamientos responden
Blanco 2000), que a su vez provocaría el derrumbe de a una intención antrópica, aunque la desconozcamos en
otras estructuras situadas en la ladera del castro, como la este momento. Ignoramos el actual paradero de la losa
Exedra, que se encuentra a 6 m de la muralla. que estaba por debajo de la UE 7003.
Qué duda cabe, que una vez abandonados los Hemos diferenciado el contorno de la losa superior ya
poblados comienza una etapa de deterioro que que actualmente no se encuentra como aparece recogida
37 Aunque no nos aventuramos a identificarlas por el momento, ya que sería necesario hacer una lectura del alzado completo de la casa.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
en el dibujo, sino perpendicular al muro E de la casa, · Fase V → Abandono → primer mitad S. II d.C. → 77
desplazamiento que sí sabemos es posterior a las abandono generalizado del castro, se ocupan 2002
38 Sin embargo, han aparecido en algunos castros, como el de Troña, restos de enlucidos en el interior de casas circulares, aunque corresponden a poblados
romanizados, lo cual creemos que viene a reforzar nuestra hipótesis. "En estas nuevas excavaciones se desenterró totalmente una vivienda de planta circular,
de unos 3'25 metros de diámetro, que conservaba en la pared interna de su muro de piedra, restos de un enlucido de color blanquecino, pero de escaso
grosor" Hidalgo 1985: 7
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
78
2002
Fase I Fase II Fase III Fase IV
S. IV a III-II a.C. S. III-II a I a.C. F. S. I a.C. a 1ª 1/2 S. I d.C. 2ª 1/2 S. I d.C.
7006 5004 7005
7001-7002-7003-7007 1004-1007
6001-6002 5001 6003-4002 3003
? = =
8002 = 4001-4003-4006 1001-1002-1003 3001-3002 4005-4004 2003 2002-2005
Diagrama de UE
Restos arqueológicos
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
Horno Escalera
Atrio
enlosado
Zócalo de
cimentación
Atrio Atrio
porticado porticado
Entrada Entrada
Murete
adosado
Muros de contención
Reconstrucción hipotética
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
Se embellece ahora el interior de la casa, que ya no una mayor insolación y la más resguardada de los vientos 79
sólo es centro del núcleo familiar y de las funciones del N. En esta ladera de acusada pendiente se realizó un 2002
39 Sería conveniente completar este análisis con lo expuesto en el Estudio Parcial (Ayán,2000: 36-46)
40 Acrópolis
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
80
2002
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
Figura 40: Análisis gamma y recorrido circulatorio de las principales estructuras domésticas del castro de Elviña.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
82 las viviendas no se reducen a edificios para el caso de las estructuras circulares, vendría dado
2002 descontextualizados, sino que se convierten en una fuente por la utilización de la cubierta cónica; este sistema de
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
básica tanto para estudiar la evolución del espacio cubrición impide la existencia de paredes medianeras,
doméstico, como para ver los cambios culturales ya que imposibilitarían la evacuación normal del agua,
producidos durante la fase de ocupación del yacimiento. realizada alrededor de todo el perímetro de la vivienda.
A su vez, junto a las condiciones climáticas y
El modelo de espacialidad castreño topográficas, el predominio de la forma circular impide
una distribución de las construcciones según una red
El marco que ha utilizado la investigación protohistórica más o menos ortogonal. Lo que se da es un
para definir el patrón de espacialidad configurado por la apiñamiento desorganizado de estructuras, con
arquitectura doméstica castreña se inscribe dentro de la numerosos espacios muertos entre ellas -verdaderos
corriente histórico-cultural tradicional. Desde esta óptica, focos de insalubridad- y unos pasos tan estrechos que
el modelo habitacional imperante en los yacimientos dificultan la libre circulación. Los escasos espacios
prerromanos se dibuja a partir de las siguientes libres destinados al tránsito se definen más por la
características: ausencia de construcciones que por ser verdaderos
· Las comunidades castreñas explotaban los recursos espacios de articulación o unión de varios edificios. No
petrológicos ubicados en el área próxima a los parece existir un plan preconcebido, sino más bien un
asentamientos. La técnica empleada para el alzado de urbanismo espontáneo que surge como consecuencia
los muros fue siempre el opus incertum, el aparejo de de una adecuación a la topografía del terreno y a las
mampostería, trabajándose siempre con más cuidado condiciones climáticas.
el exterior que el interior de los paramentos. La · La evolución del espacio construido se materializa en
disposición de los mampuestos depende de las el cambio paulatino de la forma de las plantas de las
propias características de la piedra local empleada: viviendas; de la forma circular se pasaría a
lajas de pizarras formando hiladas horizontales en los construcciones ovaladas con las esquinas
yacimientos ubicados en zonas de sustrato redondeadas, hasta llegar a estructuras de planta
esquistoso, aparejo helicoidal en algunas áreas mixta. Finalmente, la conquista romana da lugar a la
graníticas, etc... aparición sistemática de viviendas de planta cuadrada
· El hábitat aparece definido por la presencia con esquinas vivas y/o redondeadas, coexistiendo con
generalizada de construcciones de planta circular, de las construcciones circulares indígenas tradicionales.
dimensiones reducidas (entre 3 y 5 m de diámetro), en Este modelo de espacialidad parece reflejarse en el
las que la puerta de entrada se presenta como el único área excavada del castro de Elviña, si partimos del
vano que canaliza la iluminación y ventilación de la presupuesto de que las viviendas circulares/ovales
estructura. El sistema de cubrición consiste en un documentadas se corresponden con el nivel de ocupación
tejado cónico de paja, empleado como solución más prerromano del yacimiento.
rentable para adaptar la vivienda al régimen de La interpretación sociológica de este patrón espacial
pluviosidad tan acusado del Noroeste. se ha centrado únicamente en remarcar todo ese conjunto
· El hogar se ubica generalmente en el centro de las de soluciones arquitectónicas asumidas para buscar un
viviendas, por lo que se constata una disposición radial aislamiento e independencia de las unidades domésticas
en torno a la lareira de los diversos espacios en los que de carácter familiar. La ausencia de muros medianeros y la
se llevaban a cabo las diferentes actividades presencia constante de espacios vacíos entre las
domésticas. construcciones implica una nula maximización del espacio
· Los conjuntos de construcciones que configuran los habitacional, ya que se evitan prácticas que, como los
poblados muestran una clara adaptación a la adosamientos, supondrían un ahorro y comodidad a la
morfología del terreno, aunque en algunos yacimientos hora de construir. A este respecto, el modelo castreño
también se modifica éste mediante trabajos de contrasta con el ordenamiento espacial imperante en otros
aterrazamiento. Dentro de los recintos amurallados se espacios geográficos de la Edad del Hierro, como es el
da una distribución aparentemente arbitraria de las caso de la cultura ibérica.
construcciones, en función de la topografía del Ampliando este punto de vista, cabe plantear la
poblado; así las viviendas parecen aprovechar hipótesis -partiendo de los presupuestos teóricos
individualmente el terreno, se esparcen o agrupan explicitados en el presente texto- de que la vivienda
aprovechando rellanos, repechos, etc... castreña no se reduce a un mero objeto arquitectónico,
· Consecuencia de todo ello, una característica condicionado por un contexto material; por el contrario,
fundamental de los asentamientos castreños es el debe ser analizada como una entidad viva que
marcado individualismo de las viviendas, que nunca desempeña un rol activo en la constitución social de la
comparten muros unos con otras. Este aislacionismo, realidad arqueológica. Desde esta perspectiva puede ser
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
abordado el trasfondo social y simbólico que se esconde presenta las características definitorias de lo que en 83
tras el modelo de espacialidad reflejado en el interior de Antropología se ha dado en llamar arquitectura primitiva 2002
84 sustitución (no del todo definitiva) de ese tipo constructivo desde el umbral de la entrada, así como la iluminación
2002 por otro diferente. artificial establecen, desde el punto de vista perceptivo,
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
41 En algunas viviendas se documenta un pequeño banco corrido en la cara interna del muro, en torno al hogar central (un ejemplo más de la disposición
radial alrededor del punto neurálgico que es la "lareira"). Las referencias estrabonianas nos hablan de comidas durante las cuales los miembros del grupo
se distribuyen en ese tipo de asiento, de acuerdo con una jerarquía marcada por la edad. Se trata, por lo tanto, de un indicio que nos remite a una
determinada organización espacial y composición grupal dentro de la vivienda a la hora de desarrollar una actividad colectiva como es la comida. El
esquema espacial imperante, que desconocemos, podría reproducir simbólicamente la articulación social interna del grupo familiar.
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
86 por la comunidad, en el que se desarrollan las actividades es el resultado de una tradición cultural que establece un
2002 económicas de subsistencia: tierras trabajadas, pastos modelo constructivo muy uniforme. Se trata de una
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
para el ganado, zonas de extracción de materias primas, arquitectura construida por todos, con un tipo casi único
etc... El castro, hito monumental -construido para ver y ser de vivienda, sin cabida para la originalidad o la innovación;
visto- ocupa el punto central en torno al cual se disponen este marcado conservadurismo hace que las casas
radialmente las diferentes esferas espaciales de acción castreñas sean prácticamente idénticas unas a otras y,
económica que integran el territorio controlado que aparentemente, la arquitectura de la II Edad del Hierro
directamente por el asentamiento. Este modelo de paisaje tenga una naturaleza no-cronológica. Este modelo
define, por lo tanto, dos áreas espaciales: un área central arquitectónico sólo comenzará a experimentar
conformada por el asentamiento, las tierras de labor y de transformaciones significativas con el inicio del proceso de
pasto, y un área periférica de terrenos baldíos que actúa aculturación que experimentan las comunidades
como límite con el territorio de otras comunidades. castreñas bajo el dominio romano.
Así pues, creemos que la sociedad castreña genera un En este sentido, el yacimiento de Elviña muestra a la
proceso de territorialización y de domesticación del perfección los cambios más notables experimentados a
paisaje, a partir del cual comenzaría a dibujar un modelo partir del cambio de era por la arquitectura castreña del
espacial circular para estructurar la realidad material y que área N galaica. En primer lugar, comienza a extenderse
pudo ser un principio estructural básico dentro de la paulatinamente la planta cuadrada o rectangular en las
sociedad. Este modelo conceptual podría ser aplicado en construcciones domésticas; los trazos curvos se
la organización espacial del territorio definiendo una serie sustituyen por esquinas vivas perfectamente escuadradas.
de oposiciones relevantes: asentamiento-comunidad Se rompe así el predominio de la forma circular dentro de
[nosotros]-área central-cultura-vida [vosotros] periferia- los poblados, aunque se dará una convivencia de ambos
comunidades limítrofes [ellos]-naturaleza-muerte. De este tipos de construcciones hasta época tardía como lo
modo el espacio social castreño se articula mediante demuestra el poblado galaicorromano de Viladonga.
estrategias conducentes a remarcar la identidad y Se mejoran notablemente las técnicas constructivas;
cohesión de la comunidad con respecto al exterior: así por ejemplo, se constata la generalización del uso de
visibilización y monumentalidad del asentamiento, acceso instrumental de hierro en las labores de cantería
restringido al mismo con el amurallamiento del poblado (sustituyendo al uso común del bronce) y un importante
que, a su vez, oculta y aisla el espacio habitacional interno desarrollo del trabajo de carpintería. El aparejo de
con respecto al exterior, etc... mampostería de los muros es objeto de mayor cuidado,
Este modelo se reproduciría en las unidades que utilizándose en algunos casos argamasa de mortero en las
conforman el espacio doméstico; la vivienda circular actúa juntas; la cara interna de las paredes recibe también un
como un microcosmos (igual que el castro funciona como mejor tratamiento, extendiéndose la práctica decorativa
una imago mundi), como un negativo del espacio social, del enlucido. Asimismo data de esta época la introducción
aunque la dicotomía que se refleja ahora es la oposición de nuevas soluciones arquitectónicas, como es el empleo
entre la unidad familiar y la comunidad. De ahí que las de la teja para la cubierta de las construcciones
soluciones arquitectónicas adoptadas, rectangulares (el tejado va haciéndose un hueco al lado de
independientemente de los condicionantes la tradicional cubierta de colmo).
medioambientales, tengan como objetivo alcanzar un total Estos cambios en la arquitectura van acompañados a
aislamiento de la vivienda. La casa castreña es la su vez de novedades en el ajuar doméstico de las
encarnación física de un ambiente ideal: el ideal viviendas: la introducción del molino circular giratorio, la
campesino de subsistencia, de autarquía, que preside la generalización de la cerámica de mesa romana (común y
vida de una unidad familiar concebida como una entidad terra sigillata) o la presencia de ánforas de
de producción y consumo. Por su parte, el castro, es la almacenamiento en el interior de las casas, son todos ellos
expresión física de ese mismo ideal: el asentamiento como indicios claros de tendencias nuevas en los hábitos
marco identitario de una comunidad campesina cerrada domésticos cotidianos.
sobre sí misma. Ambos sirven de dispositivo para
Sin embargo, lo más llamativo de este proceso de
perpetuar y facilitar ese ideal, reflejando la cosmovisión y
cambio, es la paulatina modificación del esquema de
el modo de vida que lo sustenta.
organización espacial definido por la arquitectura
Esto es lo que, por el momento, nos permite hablar de doméstica prerromana. En este sentido se registran una
la naturaleza simbólica de la arquitectura castreña. serie de variaciones significativas:
· La utilización de la planta cuadrangular supone una
El modelo de espacialidad galaicorromano maximización del espacio interior de la vivienda; no
olvidemos que la construcción circular constituye una
Hemos visto cómo la arquitectura doméstica de la Edad solución arquitectónica poco rentable en lo que se
del Hierro del NW, y la organización espacial que genera, refiere al aprovechamiento de la superficie
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
habitacional. Asimismo la línea recta permite una mantendrían la tradición indígena, aunque incorporando 87
distribución más ordenada de las edificaciones, las innovaciones aportadas por la romanización. 2002
42 La Antropología nos muestra casos en los que el paso de la vivienda circular a la rectangular enmascara una continuidad en la organización básica del
espacio. Así por ejemplo, en algunas zonas de África occidental la colonización propició el abandono de la vivienda circular; aún así las nuevas casas
rectangulares vinieron a ser la expresión, mediante una forma diferente, del modelo conceptual/espacial precedente (Hingley 1990: 135-6).
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
88 correspondería con la ausencia de una segmentación del con un control y una restricción más acusada del acceso
2002 espacio doméstico en función del género. En detrimento a la misma.
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 25
VALORACIÓN FINAL 89
2002
43 Esta línea de investigación se dio a conocer previamente en las sesiones que bajo la temática general de Arqueología de la Arquitectura fueron
organizadas por los autores de este texto en el 6th Annual Meeting (Lisboa, 10-17 de septiembre de 2000) y el 7th Annual Meeting (Esslingen am Neckar,
19-23 de septiembre de 2001) de la European Association of Archaeologists. En Archeotecture: Archeology of Architecture (Ayán et al. 2003) se ha recopilado
la mayor parte de los trabajos aportados a dichas reuniones. Otros avances -más recientes y a nivel estatal- de nuestra línea de trabajo se recogen en el
conjunto de pósters presentados en el Seminario Internacional de Arqueología de la Arquitectura (Victoria-Gasteiz, 18-20 de febrero de 2002) y en las
lecciones del Curso de Arqueología de la Arquitectura organizado en Santiago por el Laboratorio de Arqueoloxía del Instituto de Estudios Gallegos Padre
Sarmiento (15-20 de julio de 2002).
Arqueotectura 1: Bases teórico-metodológicas para una Arqueología de la Arquitectura
Somos arqueólogos y trabajamos con las manos y preservación, por su significación histórica y por su valor
hacemos cosas, creamos objetos que antes no existían. patrimonial. Pero fuera de ello es registro arqueológico
En un mundo académico cada vez más alejado del mundo como cualquier otro. Es cultura material inmueble.
del trabajo, tenemos el raro privilegio, más raro aún en las Ese registro debe y puede ser objeto del análisis
humanidades y ciencias sociales, de practicar una arqueológico convencional. Hay que estudiar la
disciplina que produce cosas con las manos, que pone arquitectura como cultura material, con metodologías
delante lo que no existía mediante un proceso de trabajo formal(es/istas) rigurosas, aplicando los procedimientos
que es pensamiento y acción, proyecto y esfuerzo. A pesar de la cadena tecnológico-operativa, reconstruyendo los
de que nuestra labor es antes de-constructiva que estilos arquitectónicos lo que implica ante todo redefinir el
constructiva o simplemente re-constructiva, producimos estilo como concepto operativo, analizando sus
realidades. Destruimos, pero creamos. Llegamos a un correspondencias con otros ámbitos del registro
campo verde y lo deshacemos, pero hacemos algo nuevo arqueológico y la realidad socio-cultural, la cultura
invirtiendo trabajo fisico y reflexivo, y ese algo nuevo saca material, el paisaje.
a la luz una realidad que existió pero ya no se veía.
Hay otro motivo para interesarnos por la arquitectura.
¿Será esta dimensión constructiva a pesar de La historia reciente de la arquitectura, su evolución en el
destructiva lo que establece un vínculo indeleble de la siglo pasado, en la misma medida en que representa bien
arqueología con la arquitectura? Los dos disciplinas hacen las vicisitudes de la historia contemporánea, la evolución
cosas, y las dos las hacen a fuerza de destruir algo del sistema de saber y los equilibrios y reequilibrios del
existente. Los arqueólogos excavan y exhuman, los poder en la modernidad, representan asimismo muy bien
arquitectos excavan y cimientan. Ellos levantan y nosotros la propia historia de la arqueología, la evolución teórica de
profundizamos. Pero los dos hacemos algo en lo que se nuestra disciplina.
combina reflexión y acción, accediendo así a una
La Arquitectura ofrece un ejemplo muy bueno de toda
experiencia que al historiador (encerrado en su biblioteca),
esta historia (resumida en Jencks 1993 y, desde una
al historiador del arte (atado en la contemplación y estudio
perspectiva interdisciplinar, correlacionándola con el saber
de lo que otros hicieron manualmente), al sociólogo
de la época en Montaner 1997). Si la historia de la
(recluido en la fábrica, el templo o la ciudad), al
Arqueología moderna ha transitado del historicismo al
antropólogo (liberado en la prisión que es el trabajo de
funcionalismo, de éste al postprocesualismo postmoderno
campo), les está simplemente vedada.
y desde éste se reclama una nueva conciencia que supere
La frecuentemente tormentosa relación entre los excesos subjetivistas pero mantenga la necesidad de
arqueólogos y arquitectos ¿será un algo más que tratar lo subjetivo, en la historia de la arquitectura se refleja
compartir y pugnar por espacios comunes? Podría ser el esta misma evolución pero con años de anticipación, pues
halo y el efecto de la pasión por el construir materializada lo que sí caracteriza a la arquitectura es su carácter
de dos formas distintas y antagónicas. exploratorio y anticipatorio. Primero con la superación de la
Pero al magen de esta convergencia poética, retórica o arquitectura historicista por parte del movimiento moderno,
metafórica, nos interesa como arqueólogos la y después en el agotamiento de éste y su arquitectura
arquitectura. No podría ser de otro modo. Veamos funcionalista o International Style, que refleja el cansancio
rápidamente las razones que llevan nuestro interés de la (sino el fracaso) de la modernización. R. Venturi (1978,
arqueología a la arquitectura y de ésta al espacio orig. 1966) teoriza muy pronto estas insuficiencias y abre el
construido. camino al postmoderno arquitectónico (Jencks 1991), que
Salvo raras excepciones (p.e. Locock 1994), todavía acaba en el pastiche, en la arquitectura espectáculo y en
está pendiente una convergencia interdisciplinar entre obras concebidas y construidas como objeto de consumo,
arqueología y arquitectura para afrontar problemas por lo que fue virulentamente criticada (p.e. Toca et al.
analíticos e interpretativos comunes (y no sólo para 1990), hasta llegar a un punto de convergencia crítica en el
enfrentarnos arqueólogos y arquitectos profesionalmente que la arquitectura afronta los problemas de la
sobre los solares que ellos construyen y nosotros construcción con nueva madurez en el neo-moderno.
excavamos). Aunque los trabajos de este volumen se integran
Hace falta normalizar la arqueología de la arquitectura, dentro de la línea de investigación en Arqueología del
hacer de ella un tema arqueológico más, que si debe Paisaje que nuestro grupo sigue desde hace algunos
destacar por algo es por su importancia y excepcionalidad, años, su genésis y razón de ser entronca con una
pues el tipo de registro que la arquitectura es, es reformulación actual de esa línea que aporta novedades
importante y excepcional, tanto por su número, por su respecto a formulaciones anteriores.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
A partir de nuestras aproximaciones anteriores a esa Arqueología del Espacio Construido. El grupo de 91
línea, se ha visto la necesidad de ampliar el espacio investigación de nuestro laboratorio que se dedica a este 2002
contextual e interpretativa, estudiar contextos y proponer podríamos revisar los propios estilos arquitectónicos,
interpretaciones.Pero también nos plantea, nos interroga, sustituyendo por una perspectiva social la tradicional
con preguntas que afectan a un ámbito general del definición estática de los estilos en la historia del arte.
conocimiento, más del gusto del cientificismo positivista En definitiva, lo que hace tan importante a la
de antaño que de los nuevos posmodernistas de juja y arquitectura es que la sociedad no es un tipo especial de
salón. Pues no podemos negar que mientras un edificio es objeto sino que son relaciones sociales que movilizan
una realidad particular, ese edificio nos lleva a otros cultura material para crear sentido. Y parte básica de esa
edificios a los que lo une una identidad o correspondencia cultura material es arquitectónica.
del estilo. Un edificio es al tiempo acontecimiento y
Siempre he creído que uno de los mejores libros de
regularidad, pues tiene historia en-sí e implementa una
'arqueología' de la arquitectura era Foucault (1984).
historia a través de-sí. Un edificio, en fin, se puede explicar
¿Sorprendente? Pues creo que no, pues pocas
como acontecimiento singular y como parte de una
investigaciones son capaces como ésa de mostrar la
regularidad.
racionalidad y la política de un modelo arquitectónico, en
Si todo en la sociedad es social, la arquitectura es tan este caso el prototipo de la prisión moderna.
social como cualquier otra cosa, o más que muchas,
La única razón por la que estas consideraciones están
porque en ella la sociedad habita, en su construcción se
al final, es porque no llegaron a tiempo sino cuando el
reconstruye, en su uso se reproduce, en su concepción se
texto ya estaba compuesto. No obstante, tal vez sea éste
representa. Siendo un objeto social, su análisis debe
el espacio que les corresponde. Una vez más, el espacio
procurar evitar cualquiera de los reduccionismos de
exhibe el orden mejor que el tiempo. ¿Cuándo los
antaño (funcionalistas, ecológicos, económicos,
arqueólogos e historiadores aprenderán esta lección?
tecnológicos...). A fin de cuentas la arquitectura es el
producto de una determinada cadena tecnológico-
operativa, y este concepto, útil analítico especialmente
desarrollado para proponer un estudio dinámico y
materialista de los objetos muebles (que es como lo aplicó AGRADECIMIENTOS
la tecnología lítica) y más recientemente desarrollado por I.
Cobas y P. Prieto (ver por ej. Cobas y Prieto 2002) para El presente trabajo es el resultado de varios años
posibilitar un estudio cultural del concepto de estilo de esfuerzo y dedicación al estudio de los
(comprendido en afortunada expresión de P. Prieto como espacios construidos que no hubiera sido posible
la materialización del sistema de poder), resulta sin el apoyo y la colaboración de muchos colegas
especialmente rentable para estudiar la arquitectura, y amigos que han posibilitado la existencia del
aunque la historia del arte y tan siquiera la historia de la trío de los Tapias. En especial agradecer a todos
arquitectura lo hayan aplicado. La construcción es un los compañeros del Laboratorio por ser y estar
aparato de producción y como tal precisa técnicas, con nosotros y fundamentalmente a Felipe Criado
trabajos... Pero también necesita modelos, y lo producido por su continua motivación y entusiasmo a la hora
demanda usos; el espesor de la cadena técnica refleja el de plantear retos. A todos ellos debemos los
espesor de la sociedad: una sociedad compleja complica pilares, los tejados y los contrafuertes, que nos
los procesos de trabajo, los hace más dilatados y hicieron buena falta para superar la presión.
>> P. Mañana Borrazás, R. Blanco Rotea, X. M. Ayán Vila
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TAPA 4 La Arqueología en la Gasificación de Galica 2: Evaluación de Impacto Arqueológico de la Red Vigo - Porriño
TAPA 5 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 3: Excavación del Túmulo nº3 del Alto de San Cosme
TAPA 7 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 5: Corrección de Impacto del Ramal Pontevedra - Ourense
TAPA 9 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 7: Hacia una Arqueología Agraria de la Cultura Castreña
TAPA 11 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 8: Corrección de Impacto del Gasoducto de Transporte Vilalba - Valga
TAPA 12 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 9: Corrección de Impacto del Gasoducto de Transporte Valga - Tui
TAPA 14 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 11: Corrección de Impacto del Gasoducto de Transporte Ribadeo Vilalba
TAPA 18 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 13: Corrección de Impacto de las Redes de Pontevedra
TAPA 20 La cultura material cerámica en la Prehistoria Reciente de Galicia 1: Yacimientos al Aire Libre
TAPA 21 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 14: Corrección de Impacto de las Redes de Coruña
TAPA 24 Estudio de depósitos con industrias líticas del Paleolítico Inferior y Medio en la cuenca media del Miño
TAPA 26 Especificaciones para una gestión integral del Impacto desde la Arqueología del Paisaje
TAPA 27 La Arqueología en la Gasificación de Galicia 16: Excavación del yacimiento de Monte Buxel
TAPA 28 La Organización socio-política de los Populi del Noroeste de la Península Ibérica. Un estudio de antropología
política histórica comparada
NORMAS DE PUBLICACIÓN
TAPA
TEMÁTICA TAPA
Esta serie ofrece de forma sintética resultados de trabajos y proyectos arqueológicos. Su finalidad básica es divulgar
de forma ágil y rápida una información que habitualmente no es accesible hasta estados avanzados de elaboración.
La serie es un instrumento esencial de una filosofía de trabajo, basado en un modelo de gestión integral del Patrimonio
Cultural dentro de la cual se comprende la práctica arqueológica como una unidad que se inicia en la identificación y
recuperación del registro arqueológico, continúa con su valoración y estudio, ofrece soluciones a la gestión actual de
los bienes que lo integran, y culmina en la rentabilización, divulgación y publicación de los resultados del trabajo.
ADMISIÓN DE ORIGINALES
· Se admitirán para su publicación los trabajos que sean presentados y aprobados por el Comité Editorial siempre que
se ajusten a la temática anterior y a las normas que aquí se establecen.
· Los originales serán revisados por un grupo de evaluadores que informarán sobre la pertinencia de su publicación y
recomendarán cuantas modificaciones crean convenientes para incluir el trabajo dentro de las series. En todo caso
la correspondencia con los autores se realizará desde el Comité Editorial.
· Los trabajos serán remitidos a la secretaría de Capa y Tapa, y tendrán como fechas límites para su entrega el 30 de
Abril y 30 de Octubre de cada año.
· A los autores se les enviará una prueba del documento para que sea revisado antes de su publicación, con la
sugerencia de que realice las correcciones recomendadas. Una vez sean publicados se le remitirán dos ejemplares,
independientemente del número de autores firmantes.
· Los autores podrán solicitar ejemplares adicionales previo pago de los mismos.
NORMAS DE FORMATO
· Los trabajos se podrán realizar en cualquier idioma, pero siempre tendrán que llevar un resumen/abstract (máximo
150 palabras) y palabras clave/keywords en inglés (máximo 20 palabras). En el caso de que el trabajo estuviese en
inglés, estos irán en un segundo idioma.
· Tendrán una extensión mínima de 25.000 palabras y una máxima de 40.000, ó 50 páginas a una columna con tamaño
de letra 10, interlineado sencillo, incluyendo el espacio para las figuras.
· Irán precedidos de una hoja donde se indiquen: título, nombre del autor, dirección, teléfono, correo electrónico (si lo
tiene), y fecha de envío del trabajo.
· Se enviarán en soporte digital, aparte de dos copias en papel.
· Se deben de enviar preferentemente en Microsoft Word y si no fuese posible en un programa compatible.
· Dado el carácter de ambas series, se recomienda emplear una parte gráfica lo más amplia posible. Se recuerda que
toda la publicación será en B/N, por lo que las figuras deberán ser elaboradas en función de ello.
· Los títulos se tendrán que diferenciar fácilmente del texto y entre ellos, pudiendo ir numerados.
· Los diferentes apartados: anexos, apéndices, etc..., deberán ir precedidos de un salto de página.
· Los cuadros, mapas, gráficos, ... se presentarán preferentemente en soporte digital y, además y en cualquier caso,
copia impresa en papel de calidad y numeradas al dorso.
· Se señalará a lápiz en el margen del texto el lugar sugerido para su ubicación de cada una de las figuras.
· Los pies de figura se colocarán en una hoja aparte indicando claramente a que figura pertenece.
· Las notas deberán de ir al pie, y su numeración debe de ser continua.
· La bibliografía se colocará al final del documento, ordenándola alfabéticamente y adaptándose a los siguientes
ejemplos:
Arias Vilas, F.; Cavada Nieto, M. 1979. Galicia bajorromana. Gallaecia, 3-4: 91-108. Santiago de Compostela.
Harris, E. C. 1991. Principios de estratigrafía Arqueológica. Barcelona: Crítica (Ed. Original inglesa de 1979).
Renfrew, C. 1986. Introduction: peer polity interaction and socio-political change. En Renfrew, C.; Cherry, J. F. (ed.). Peer polity
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