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Características del cubismo

El cubismo es un movimiento artístico moderno que surgió alrededor de 1907 en París,


Francia. Cuatro características importantes del cubismo son la aplicación de múltiples
perspectivas, el uso de formas geométricas, una paleta de colores monocromática y
un plano de imagen aplanado.
finalizó en 1914 de la mano de los pintores Pablo Picasso y Georges Braque. Su impacto
fue tal que se le considera precursor de la abstracción y de la subjetividad artística
en su sentido contemporáneo.

El cubismo es un movimiento artístico moderno que surgió alrededor de 1907 en París,


Francia. Cuatro características importantes del cubismo son la aplicación de múltiples
perspectivas, el uso de formas geométricas, una paleta de colores monocromática y un
plano de imagen aplanado.

El novedoso manejo de la forma, el color y la perspectiva del cubismo supuso un


cambio respecto a las convenciones existentes en la pintura modernista europea. El
cubismo reimaginó el tratamiento de la forma al rechazar las tradiciones de la
perspectiva, el modelado y el escorzo. El resultado de este método era una
composición muy abstracta que representaba el tema desde todos los ángulos o con
planos de imagen superpuestos.

Múltiples perspectivas
Los cubistas pretendían representar en sus cuadros toda la estructura de los objetos y
las personas sin utilizar técnicas como la perspectiva o el sombreado graduado para
darles un aspecto realista. Querían mostrar a sus sujetos tal y como eran realmente, en
lugar de crear una ilusión de un objeto o persona.

El uso de la perspectiva lineal y la ilusión de profundidad favorecidos por el


movimiento renacentista contrastaban con la bidimensionalidad que los cubistas se
esforzaban por definir. Los artistas cubistas representaban sus temas desde múltiples
perspectivas simultáneamente, trabajando para representar todos los ángulos del tema
en la superficie plana de un lienzo y dentro de un único plano del cuadro.
La imagen de abajo muestra la obra de Juan Gris, Casas en París (Maisons à
Paris), (1911) donde la estructura parece ser visible desde múltiples ángulos a la vez. El
resultado es una casa que aparece distorsionada pero que sigue siendo reconocible
como una casa.

Formas geométricas
Las imágenes de tipo cúbico, así como otras formas geométricas como conos, esferas y
cilindros, aparecen a menudo en las primeras pinturas cubistas y, más adelante, en las
esculturas cubistas. Los cubistas consideraban que podían representar la forma de un
objeto con mayor precisión utilizando formas geométricas para representar sus
distintos lados y ángulos. El uso de formas geométricas sustituyó a técnicas como la
perspectiva y el sombreado, que también acentuaban la planitud bidimensional del
lienzo.

La imagen de abajo representa el cuadro de Pablo Picasso titulado Muchacha con


mandolina (1910), en el que varias formas geométricas se unen para sugerir la forma
de una chica que toca una mandolina.

Paleta de colores monocromática


Los colores brillantes no se utilizaron normalmente en las pinturas cubistas hasta
mucho más tarde en el movimiento. Los primeros pintores cubistas preferían los tonos
grises, negros y ocres apagados a los colores vivos, como el verde o el rosa. Una
combinación de colores simplificada hizo que se destacara más la estructura y la forma
del tema.

La imagen de abajo representa el cuadro de Georges Braque titulado Naturaleza


muerta (violín y candelabro) (1910), en el que se aprecian tonos marrones y grises. Los
cubistas simplificaron su paleta de colores para poner mayor énfasis en la estructura
del propio tema.

Plano de imagen aplanado


El plano del cuadro se conoce comúnmente como la superficie del lienzo. Sin embargo,
antes del cubismo, la pintura ilusionista trataba el plano del cuadro como una ventana
a una escena, en la que los temas se representaban y los pintores creaban la ilusión de
realidad dentro de la obra. Los cubistas rechazaban la ilusión y creían que todos los
elementos de un tema debían ser visibles en el plano del cuadro. Los cubistas también
pensaban que era una representación más honesta de la realidad en comparación con
sus predecesores más tradicionales o «académicos»

La imagen de abajo representa el cuadro de Pablo Picasso titulado Tazón de fruta,


violín y botella (1914), que, a primera vista, muestra múltiples piezas de diferentes
objetos que parecen casi irreconocibles. Si se observan con detenimiento, el cuenco de
fruta, el violín y la botella parecen haber sido desmontados y luego vueltos a montar
pieza a pieza, con cada ángulo representado en un plano bidimensional.

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