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La filosofía medieval
Encuentro del cristianismo con la
filosofía griega.
La Edad Media comienza a partir del hundimiento del Imperio
Romano, a finales del siglo V, y se prolonga hasta el siglo XIV. A la
Edad Media le sigue el Renacimiento (siglos XV y XVI), el cual
concluye con la instauración definitiva de la Modernidad (siglo XVII).
Pregunta. ¿Qué período abarca la Edad Media?
Por otro lado, los pensadores de las tres religiones comparten el mismo trasfondo filosófico: todos ellos
estudian y aprenden la filosofía de los griegos. Por eso es muy importante el encuentro del cristianismo
con la filosofía griega: este encuentro, a partir del cual se desarrolla la filosofía medieval, tuvo lugar en los
primeros siglos de nuestra era, durante el imperio romano.
Pregunta: ¿Cuáles son las tres grandes religiones monoteístas? ¿En qué época tuvo
lugar el encuentro con la filosofía griega?
El encuentro del cristianismo con la filosofía griega fue un acontecimiento de enorme importancia para
nuestra cultura. De hecho, suele decirse que nuestra cultura se asienta y crece a partir de dos raíces: la
griega y la judeocristiana. Estos dos orígenes son especialmente visibles en la constitución y desarrollo de
la filosofía medieval.
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Las cuatro escuelas filosóficas que protagonizaron el período helenístico (la platónica, la aristotélica,
el epicureísmo y el estoicismo) se mantuvieron vigentes durante el imperio romano, sosteniendo un
intenso intercambio entre sí. En este proceso el platonismo acabó resultando la corriente filosófica más
fuerte y acogió dentro de sí elementos de las otras escuelas (salvo del epicureísmo, que se consideraba ateo
y licencioso). A partir del siglo III, la doctrina más vigorosa y con filósofos de mayor categoría es el
neoplatonismo. El filósofo neoplatónico más importante fue Plotino (siglo III), pensador que influyó
decisivamente en San Agustín.
La noticia de que Dios se había hecho hombre y había muerto crucificado por los romanos no podía ser
asimilada por la filosofía griega, que la criticó insistentemente como absurda y ridícula (¿cómo podía ser
Dios afectado por sufrimientos y dolores?
¿por qué había elegido precisamente un lugar y un momento determinado de la historia humana y no
otros?
Según el mensaje cristiano, Dios había hablado a los hombres, primero a través de ciertas personas en el
Antiguo Testamento y, después, Él mismo, directamente, encarnado en Cristo. Esta circunstancia hace que
el cristianismo presente una actitud ante la verdad muy diferente a la que mantenía la filosofía en esta
época: (1) la filosofía griega insistía en los límites del conocimiento humano; (2) la filosofía griega se
caracterizaba por haberse acostumbrado a una pluralidad de escuelas filosóficas que mantenían cierto diálogo
entre ellas, para lo cual es necesario que se acepte que ninguna de ellas tiene la verdad absoluta.
El cristianismo, al afirmarse de origen divino, presenta la verdad cristiana como “la verdad” sin más, por lo
cual situaba su fundamento y criterios de justificación en un plano superior al de las doctrinas filosóficas con
las que había de dialogar, actitud que desagradaba a los filósofos, a quienes parecía primitiva e insultante,
acostumbrados a discutir de manera serena diferentes teorías, y no a defender una teoría de manera
fanática hasta incluso morir martirizado por ella.
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Pregunta: ¿Qué criterio de “verdad” consideras que introduce el cristianismo?
- Monoteísmo: los cristianos defendieron siempre la existencia de un único Dios (es cierto que Platón
o Aristóteles también habían tenido un acercamiento a posturas monoteístas)
- Creacionismo: según el cristianismo Dios crea el mundo de la nada. Esta idea de creación era extraña
a la filosofía griega. Desde Parménides, la imposibilidad de que algo surja de la nada absoluta fue
siempre considerada como un principio racional incuestionable.
- Omnipotencia: la idea de omnipotencia divina está vinculada al monoteísmo (sólo si Dios es único
puede ser omnipotente) y al creacionismo (solo si es omnipotente puede ser creador). También
se vincula esta idea a los milagros: este punto chocaba fuertemente con la filosofía griega, ya que
para los griegos el universo se caracteriza por la idea de necesidad (los acontecimientos
suceden como tienen que suceder, y esto hace que el universo sea un cosmos, no un caos). La idea
de que un Dios interviniera arbitraria y frecuentemente en el universo les parecía un atentado
contra el orden y la racionalidad.
- Paternidad divina: Según el cristianismo, Dios -que se había hecho hombre para salvar a los
hombres-, es padre. Esta idea era también extraña para los filósofos griegos.
Por otro lado, en el terreno de la moral también el cristianismo trae novedades: para los griegos,
básicamente, el mal, el pecado, no es otra cosa que ignorancia (esto se conoce como “intelectualismo moral”). En
el cristianismo, en cambio, el pecado no es ignorancia sino el resultado de dos factores: la maldad
humana, que inclina a la infracción, y la libertad del individuo, que cede a tal inclinación. Así,
cobran sentido pleno y dramático las ideas de culpa y de arrepentimiento, de pecado y de redención.
Pregunta: ¿Cuál es el origen del mal según el cristianismo y según los filósofos
griegos? ¿Y según tú?
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Cristianismo y platonismo
El cristianismo entró definitivamente en contacto con el pensamiento griego a partir del siglo II. Este
contacto, al comienzo, fue hostil. Y es lógico que así fuera, dadas las profundas discrepancias que había
entre las creencias cristianas y las doctrinas filosóficas griegas. Así, inicialmente el cristianismo se opuso
radicalmente a la filosofía, y la filosofía, a su vez, atacó duramente al cristianismo.
Posteriormente, sin embargo, se produjo un proceso de acercamiento entre ambos que tuvo como
resultado la asimilación de la filosofía griega por parte de los escritores cristianos, que tomaron
de ella buena parte de sus conceptos y argumentaciones. Este acercamiento permitió que el cristianismo se
formulara en un cuerpo doctrinal de conceptos básicamente platónicos. Y es que el platonismo, a parte de
ser la corriente más vigorosa de la época, era la que más semejanzas ofrecía con respecto a la doctrina
cristiana:
- Tanto en el platonismo como en el cristianismo se afirma la existencia de otro mundo más allá del
mundo físico. El mundo de las ideas platónico se acabó situando, en el desarrollo final del
platonismo, en la mente divina, lo cual facilitó aún más la adopción cristiana de esta teoría.
- El mundo ha sido hecho a imagen y semejanza de las ideas, idea que también encaja con el
cristianismo: los seres sensibles en Platón participan de las ideas (“reciben” de ellas su ser). Los
filósofos cristianos se sirvieron de esta idea para subrayar la contingencia de lo creado y su
dependencia del Creador.
- La afirmación platónica y neoplatónica de la trascendencia del primer principio (el bien en
Platón, “lo Uno” en Plotino), situado “más allá” de la realidad fue aprovechada por los cristianos
para subrayar su monoteísmo y la radical diversidad de Dios respecto de los seres creados.
- Platón defendió la inmortalidad del alma con varios argumentos que fueron asimilados
plenamente por los filósofos cristianos. (No obstante, había discrepancias: para Platón y otros
filósofos griegos lo inmortal -lo que no tiene fin- es también inengendrado -no tiene comienzo-;
así, para Platón las almas existen desde siempre y para siempre, sufriendo sucesivas
reencarnaciones; para el cristianismo, aunque al principio hubo vacilaciones, se impuso la
afirmación de que las almas son creadas directamente por Dios).
- Platón había insistido en que el verdadero lugar y destino del alma no se encuentra en este
mundo, sino en el de las ideas, al cual pertenece por naturaleza y al que se halla
naturalmente atraída: según el diálogo platónico Fedón, la vida no es sino un período de
purificación y preparación para la existencia posterior a la muerte. Esta concepción del alma era
perfectamente compatible con el pensamiento cristiano.