¿Por qué resulta difícil educar con valores?

Con la premisa, que los valores son principios éticos y morales que guían nuestras acciones y
decisiones, y su ausencia en la educación puede dar lugar a una serie de consecuencias nefastas.
Es importante analizar dicha problemática desde varias perspectivas, ya sea desde el plano
familiar y desde el modelo educativo vigente.

En alusión al plano familiar, no es que las familias carecen de valores, sino que se han ido
perdiendo con el tiempo. Vygotsky (1979), señala que todo aprendizaje en la escuela siempre
tiene una historia previa, todo niño ya ha tenido experiencias antes de entrar en la fase escolar,
por tanto, aprendizaje y desarrollo están interrelacionados desde los primeros días de vida del
niño.
La concepción que se tiene de los valores depende de cada persona, y también de la influencia de
su cultura o religión, pero, sobre todo, del núcleo familiar, que es donde son inculcados desde la
infancia. Y es que de pequeños, en muchos hogares nos enseñan la solidaridad, a saludar cuando
se ingresa a un domicilio, en un grupo de amigos, en la calle, a las personas mayores.
Lamentablemente, valores como la honestidad, tolerancia, respeto, responsabilidad y empatía,
han quedado como legado de nuestros abuelos, ya que actualmente no se practican o no forman
parte de nuestro diario vivir. Lo señalado se puede evidenciar en la conducta de las personas, el
maltrato a las mascotas, la intolerancia, el irrespeto de las normas de tránsito, los incendios
premeditados, la insalubridad luego de los eventos de concurrencia masiva, el quemeimportismo
ante el dolor ajeno, el irrespeto hacia otras formas de pensar, la fobia a los extranjeros, la
impuntualidad, deshonestidad académica y un sinfín de actitudes que demuestran nuestra falta de
valores. A menudo escuchamos relatos de antaño, que cuando una persona se encontraba dinero
en la calle, enseguida se buscaba al dueño o simplemente no se recogía, si no es mío debe ser de
alguien, se decía.
Respecto al modelo educativo vigente, El artículo 38 de la Ley Orgánica de Educación
Intercultural (LOEI) establece que la educación en valores es un componente fundamental de la
educación intercultural1, entonces, ¿Por qué es complicado lograr una simbiosis adecuada entre
conocimiento y valores? La respuesta no es sencilla, por una parte, el estado garantiza una
educación no solamente basada en conocimientos, pero que, en la práctica, no funciona como
debería, ya que no incluye un verdadero pensum de estudios, que permita la aplicación de
valores que vaya de la mano con los saberes de las diferentes asignaturas. ¿Por qué no
implementar actividades en las que los estudiantes aprendan conocimientos y valores en cada
hora clase? ¿Se debería incluir de manera obligatoria una enseñanza de la vida diaria en base a
una anécdota, un vídeo, un refrán que se relacione con el tema de estudios? Muchos
profesionales de la educación ya lo hacemos, pero falta que aquello se generalice, ya que cómo
dice un refrán de H. Adams: “Un profesor trabaja para la eternidad porque nunca sabe el alcance
de su obra”
Situaciones básicas para la vida como labores domésticas, ornamentación, labores agrícolas,
cuidado del medio ambiente, todo ello con el retorno de la asignatura de cívica y ética, la
implementación de “escuelas para Padres”, seguramente contribuirá a una educación práctica
para la vida, pero ¿qué hacemos para aquello acontezca?
En conclusión, la falta de valores en la educación es un problema que trasciende el ámbito
escolar y afecta la cohesión social y el desarrollo humano. Es imperativo que los sistemas
educativos reconozcan la importancia de la formación en valores y trabajen activamente en su
integración en los programas educativos. Solo así podremos construir una sociedad más justa,
ética y solidaria.

Mg. José Ramos Ortega

DOCENTE U.E.CH.