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Diego Citterio
Universidad Nacional de Jujuy
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All content following this page was uploaded by Diego Citterio on 14 October 2022.
El primer texto histórico para considerar es la obra del abogado Joaquín Carrillo, quien a
los 25 años en el año 1877 publicó en la ciudad de Buenos Aires Jujuy Provincia Federal
Argentina. Apuntes de su Historia Civil (con muchos documentos).
Siguiendo los planteos de Martínez(Martínez, 2013) nos es difícil clasificar a Carrillo como
un intelectual de provincia, dado que cuando publica su única obra histórica vive en La
Plata y su vínculo con Jujuy es de ida y vuelta, en un momento se desempeña como
funcionario de la Universidad Nacional de La Plata y luego regresa a la provincia para
desempeñarse como profesor en el Colegio Nacional, Juez y diputado provincial
Con ese libro buscaría ordenar el pasado del pueblo jujeño, otorgarle significado haciendo
coherente el estado presente del mismo y abriendo un campo de lucha política a través
del cual se estaría disputando el lugar que ocuparían las provincias del interior –en este
caso Jujuy- en el escenario de la política nacional.
Tomando los recaudos necesarios sostenemos que el análisis de la obra de Carrillo debe
ser entendida en el contexto de producción de otras obras y en un contexto político a nivel
regional que incide en la escritura del texto de Carrillo.
Las obras del género histórico de la segunda mitad del siglo XIX estaban todas
influenciadas o regidas por la imponente narrativa de Bartolomé Mitre(Mitre, 1967) y por
un contexto de producción que como bien ha señalado Buchbinder se fortalecía a través
de los vínculos privados y la sociabilidad.
El libro de Carrillo según Paz es una obra “de historia comprensiva de una provincia
argentina ad urbe condita, aparecía en medio de una fuerte tormenta política que
amenazaba con la estabilidad de las instituciones provinciales. El momento no parecía
propicio para la publicación de una obra consagrada a ensalzar los sacrificios de Jujuy (y
sobre todo de su élite) en aras de la independencia y la organización nacional”(Paz, 2015)
Gustavo Paz ha señalado que la época en la que se publicó el libro de Carrillo fue justo
un punto de inflexión en la política provincial jujeña(Paz, s. f., 2015). El gobierno de
Jujuy estuvo en manos desde 1853 hasta 1874 por una familia importante como lo eran
los Sánchez de Bustamante, denominados los “conspicuos”. La caída del rosismo dejó un
vació político en la provincia de Jujuy que fue ocupado rápidamente por las familias de
la elite jujeña que retornaron a la provincia, desde su exilio. Desde 1853 la legislatura
adquirió en Jujuy un papel central como institución de gobierno, que no había tenido en
el período rosista. Los Sánchez de Bustamante lograron progresivamente controlar la
Legislatura provincial al colocar allí miembros de la red familiar. En la década de 1850,
un tercio de los representantes pertenecía a esta y, desde el comienzo de la década de
1860 hasta mediados de la de 1870, la mitad de los dieciocho escaños fueron ocupados
por miembros de los poderosos “conspicuos”.(Paz, 2010b) Gustavo Paz señala lo
siguiente:
La segunda mitad de la década de 1870 fue uno de los periodos más turbulentos de la
historia política de Jujuy. La facción de la elite que tomó el poder luego del
desplazamiento de la familia Sánchez de Bustamante pretendió instala en la provincia un
orden similar al anterior pero los acontecimientos que se sucedieron entre 1875 y 1880
dieron por tierra con esa pretensión. Entre esos años la elite jujeña se vio enfrascada en
enardecidos enfrentamientos por el control de la provincia. La tendencia a resolver
conflictos políticos por medio de alzamientos armados locales, que reconocía un
antecedente inmediato en el derrocamiento de los Bustamante en 1874, se incrementó en
la segunda mitad de esa década(Paz, 2010a).
Carrillo publicó su libro en Buenos Aires a pesar de que en Jujuy había imprentas, la edad
de este era muy joven apenas 25 años tenía. Y regreso recién a Jujuy en 1895 a
desempeñarse como Juez Federal y profesor de Historia del colegio Nacional(Citterio &
Corbacho, 2021).
En la introducción de su libro Carrillo señala el objetivo que lo llevo a escribir dicha obra
También en ella podemos ver las influencias historiográficas que posee el autor
(Macaulay, Mitre, Gutiérrez, Quesada) y una clara idea de escribir una historia que no
confronte con la historia de la vecina provincia de Salta, “seremos parco i seremos
prudentes”(Carrillo Joaquín, 1877)
El libro se inicia con una apartado que realiza una larga descripción de la conquista del
Perú, y continúa con el desarrollo del avance español en las tierras del noroeste de
argentina para finalizar explicando el desarrollo de la vida colonial de la ciudad de San
Salvador de Jujuy. En esa primer parte Carrillo transcribe e inserta gran cantidad de
documentos vinculados a la fundación de la ciudad.
“Como una tribu de la familia de Jacob, aquella sociedad hizo con dolor i lagrimas los
preparativos para aquel ecsodo, i despidiense con llanto i amargura de aquella tierra
querida, amenazada por el realismo, marchó resignada a su peregrinación”(Carrillo
Joaquin, 1877)
El libro de Joaquín Carrillo inaugura un relato sobre la historia de Jujuy que persistirá
durante mucho tiempo hasta las primeras décadas del siglo XXI como narrativa rectora
de que se debe y como recordar del pasado jujeño.
Terminado los festejos por el centenario de mayo de 1810, el gobierno decidió celebrar
la jura de la bandera en Jujuy en el año 1912. Para ello el Senado y la cámara de diputados
sancionó la ley n° 8220 que establecía los festejos en la provincia en el mes de mayo de
19121. El artículo 3 de la ley señalaba lo siguiente:
1
El artículo 1 de la ley establecía: “El Poder Ejecutivo procederá a conmemorar en la ciudad de Jujuy, el
25 de mayo, el centenario del primer juramento y bendición de la Bandera Argentina” en El Monitor de
la Educación Común Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación, 1912 Año 30, no. 473 (1912), p. 261-
309
2
El Monitor de la Educación Común Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación, 1912 Año 30, no. 473
(1912), p. 261-309
En mayo de 1912 se llevarían a cabo una serie de festejos organizados por la comisión
del centenario cuyo programa establecía varios días de celebración. En el primer día, el
23 de mayo, se realizaría un traslado de 3 banderas la de los Andes que llegaría a la posta
de Yatasto y ahí las dos banderas, las de Belgrano y San Martin volverían a la ciudad de
San Salvador y se reunirían con otra bandera histórica que se encontraba en Abra Pampa.
El segundo día el 24 mayo habría actos por la tarde en la plaza Urquiza y a la noche velada
literaria musical. El 25 de mayo serian los actos centrales con desfile del ejercito y
escolares, discursos de la autoridades y a la tarde habría una cena de gala para las
autoridades. El día 26 las delegaciones que visitaban la provincia se dirigirían a la zona
de lo oriente San Pedro y Ledesma, territorio productivo de los principales ingenios de la
época.
Art.1 La comisión nacional encomienda al Sr. Ricardo Rojas la edición de las actas
capitulares y demás documentos históricos existentes en el Archivo de Jujuy
relativos a la Guerra de la Independencia.
Art. 2 El sr Rojas toma a su cargo ese trabajo, comprometiéndose a ejecutarlo en la
extensión y de acuerdo con el plan critico expuesto por el en la sesión celebrada por
la comisión el 1 del presente mes, que bajo su firma se encuentra transcripto en este
contrato3
Y el prestigioso escritor se comprometía a:
3
Archivo Histórico de Jujuy, Caja Comisión Nacional del Centenario, Libro de Actas, Folio 13.
permitan en los términos y formas expuestos en el plan referido en los artículos
anteriores.4
Así comenzaría un derrotero de idas y vueltas entre el escritor y la provincia de Jujuy que
recién finalizaría treinta años después en 1942. Rojas llevara a cabo parte de su contrato
publicando solo los tres primeros volúmenes y luego de arduas gestiones provinciales y
volviendo a cobrar otra importante suma de dinero logró publicar en 1942 el cuarto tomo
de las actas capitulares.
Pero lo que nos interesa analizar en este apartado es la visión de Rojas de la historia de
Jujuy a la cuál en cada tomo le dedica un espacio considerable para su análisis en los
estudios preliminares de cada publicación.
En su plan de trabajo Ricardo Rojas señalará algunos de sus objetivos con esta empresa
que se le ha encargado y que está vinculada a su predica en la Restauración Nacionalista.
Señalando que los estudios históricos habían evolucionado hacia una forma científica que
tiende a convertirla (la historia) en síntesis de la vida social; “el simple testimonio de la
tradición oral ya no basta a los nuevos historiadores, ni los cambios dramáticos de la
guerra o la política, constituyen el límite de sus asuntos. De ahí ha nacido la necesidad
moderna de organizar archivos, conservar documentos y atesorar museos, como apoyo a
la discusión racional o de la evocación estética que constituyen la historia”5 señalaba
Rojas en su plan de trabajo presentado ante los notables jujeños que decidieron
contratarlos para llevar adelante la tarea.
Y luego en el texto ampliará cuáles son sus objetivos para estos cuatro volúmenes dejando
entrever algunas de sus principales opiniones que podemos sindicar como los rastros de
ideas fuerzas que luego encontraremos en los autores que durante el siglo XX vinculados
a la Academia Nacional de la Historia como miembros correspondientes de la provincia
de Jujuy terminaron de fortalecer.
4
Archivo Histórico de Jujuy, Caja Comisión Nacional del Centenario, Libro de Actas, Folio 13.
5
Archivo Histórico de Jujuy, Caja Comisión Nacional del Centenario, Libro de Actas, Folio 9
revelará que, si nuestra evolución democrática arranca en 1810, nuestra historia
social se remonta a las fuentes hispano-indígenas de los siglos anteriores. Se
conseguirá más justicia y solidaridad en Buenos Aires con la obra hasta hoy oscura
de las provincias; y más justicia y solidaridad en el país con la acción de España en
América y con las razas indígenas en la formación colonial. A esa obra compleja y
trascendental va a contribuir en forma importantísima la publicación del archivo
jujeño.6
Rojas en el primer tomo del Archivo Capitular de Jujuy expresa su preocupación por los
archivos de las provincias y señala la necesidad de organizar e instruir en la ciencia de la
catalogación a otros agentes que permitan organizar los archivos, dado que le preocupan
su estado de conservación y la posible pérdida de estos, describe de la siguiente manera
en que estado halló los documentos;
En los siguientes tomos Rojas redactará en los estudios preliminares su visión sobre la
historia de la bandera legada por Belgrano a Jujuy, pero también en ese texto dará cuenta
del acontecimiento histórico conocido como jura y bendición de la bandera de 1812
desarrollado con su prosa característica, donde se aloja quizás la imagen mas fuerte del
vínculo entre Belgrano y Jujuy. Rojas a través de documentación que encontró, escribirá
un texto donde representa como habría sido la jura y bendición de la bandera, e incluso
6
Archivo Histórico de Jujuy, Caja Comisión Nacional del Centenario, Libro de Actas, Folio 10
se arriesga a decir cuales eran las palabras vertidas por el pueblo de Jujuy el 25 de mayo
de 1812. Con una prosa barroca característica de su estilo literario Ricardo Rojas logra a
través de los estudios preliminares de los cuatro tomos fortalecer la narrativa que hace eje
en el pueblo de Jujuy, que se sacrifica en las guerras de independencia y que lo liga a la
figura de Manuel Belgrano en tanto prócer de la patria celebrada en 1910.
Miguel Ángel Vergara desarrolló una ardua labor historiadora, que incluyó la escritura de
uno de los textos de la historia de Jujuy en la Historia de la Nación Argentina dirigida por
Ricardo Levene, publicada por la Academia Nacional de la Historia. Si bien Vergara era
académico correspondiente por la provincia de Salta le tocó a el escribir el desarrollo de
la historia jujeña durante el siglo XIX. Escribió varios textos sobre aspectos de la historia
de Jujuy, sobre los orígenes, sobre la historia eclesiástica, sobre hombres vinculados a la
política jujeña como Gorriti y Zegada pero quizás sus dos mayores aportes hayan sido;
Jujuy bajo el signo federal(Vergara, 1938) y Compendio de la Historia de Jujuy(Vergara,
1968) publicado por el Gobierno Provincial.
Esta ultima obra mencionada tuvo la característica de ser un manual escolar como lo
señala el decreto que autoriza y dispone la impresión de 1500 ejemplares de la obra.
Esa texto consolida la mirada que Carrillo había aportado en su libro sobre la conquista y
colonización del territorio, fortalece la mirada sobre la presencia de Belgrano en Jujuy y
además suma las figuras rectoras de otros actores históricos y políticos de la primer mitad
del siglo XIX, como lo son el Canónigo Gorriti y Escolástico Zegada.
El libro sobre las biografías posee una división temporal en capítulos comenzando en el
virreinato, continuando con la revolución de mayo, la época federal y finalizando con la
generación del 80. Para cada capítulo Sánchez de Bustamante dedica una o dos paginas a
reseñar la biografía de personajes que muchos de ellos están vinculados a la elite local,
pocos son personas provenientes de los sectores subalternos, pero es llamativo que en su
dedicatoria el autor exprese lo siguiente “AL SOLDADO JUJEÑO DESCONOCIDO DE LA
INDEPENDENCIA ARGENTINA”. Su obra es claramente una contribución a los estudios
genealógicos donde solo ensaya un panegírico para cada individuo que describe,
utilizando como fuentes algunos archivos particulares y otras obras históricas.
Emilio Bidondo será otro miembro correspondiente por Jujuy ante la Academia Nacional
de la Historia, y quizás el más prolífico. Publicó varios artículos referidos a la cuestión
militar en la revista Investigaciones y Ensayos perteneciente a dicha institución.
Al igual que sus predecesores Bidondo señala que su interés y objetivo al escribir sobre
temas referidos a Jujuy es motivado por “contribuir en alguna medida a un mayor
conocimiento histórico de la provincia de Jujuy, de sus hombres y de las acciones que se
desarrollaron en la misma, sin que ello pretenda desmerecer en absoluto el esfuerzo de
Salta y de su gente en esta emergencia nacional”(Bidondo, 1968).
Cuando promediaban los 80, la universidad pública fue el epicentro de una intensa
actividad académica y con la llegada de los 90 se creara la Secretaria de Políticas
Universitarias, una de las primeras innovaciones fue el diseño de la figura del docente
investigador que promovía la integración de ambas esferas, reforzando así la actividad
académica e incrementando las remuneraciones de quienes revestían aquella condición;
la herramienta empleada para este propósito fue el Programa de Incentivos creado en
1993 cuya vigencia aún persiste. A fines de 1994 el Ministerio de Cultura y Educación
de la Nación creó la Comisión de Acreditación de Posgrados, función transferida luego a
la Comisión de Acreditación de Posgrados, función transferida luego a la Comisión
Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), convertido en un
organismo autónomo en 1995 por la Ley de Educación Superior. Ese mismo año y
mediante un decreto del poder ejecutivo, se creaba el Fondo mara el Mejoramiento de la
Calidad Universitaria (FOMEC), organismo que propiciaba la elaboración de las
estrategias de reforma y mejoramientos acordes a cada contexto disciplinar y académico.
Estos cambios y reformas operadas “desde arriba” ejercieron sus efectos en la actividad
historiográfica dotando de nuevas implicancias el proceso de profesionalización y
normalización iniciados en la etapa transicional; tal discontinuidad ameritaría pensar el
fenómeno en términos de Re-profesionalización.(Pagano, 2010)
Un nutrido grupo de estudiantes cursaban las materias de dicha carrera entre ellos los futuros
miembros del grupo originario de la Unidad de Investigación en Historia Regional, María Silvia
Fleitas, Marcelo Lagos, Viviana Conti y Ana Teruel.
7
Entrevista a María Silvia Fleitas 25/07/2018
En el año 1988, el Profesor Daniel Campi se dirigía al decano de la Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales Dr. Daniel González, a través del expediente N° FH800-537/88 donde se
proponía la creación de una Unidad de Investigación de Historia Regional, proponiendo un
reglamento y sugiriendo los nombres que la integrarían.
8
Expediente FH 800-537/88 Folio 46.
9
Expediente FH 800-537/88 Folio 37- 26 de mayo de 1988.
A través del programa “Articulación, conectividad y Desarrollo en la región del Tucumán
(Siglos XVI al XX)”, que constaba de tres ejes temáticos; el primero se denominaba
Estructura Económica de la región I (estructuras y modos de producción), el segundo eje
Estructura económica II (red de comunicaciones, abastecimiento y circulación) y el tercero
Estructura social de la región. En esos tres ejes la diversidad de temas y líneas de análisis
era muy vasta10.
10
Las líneas propuestas eran: Eje 1: Producción de alimentos, vestido y vivienda. Composición de la dieta
estándar. Análisis de los sistemas de propiedad de la tierra y de los medios de producción. Formas, oferta
y demanda de mano de obra (encomienda, mita, patronazgo, servidumbre por deudas, trabajo asalariado).
Trabajo y Tecnología. Artesanía e industria (papel de la producción doméstica, el obraje, el taller y la
fábrica de la región). En el segundo eje; Mercado regional, mercados comarcales. Los flujos comerciales.
Y el tercer eje: La estructura de poder. Elites, oligarquías y grupos de presión. Indios, negros, mestizos y
criollos. Sistemas relacionales. Estratificación y movilidad social. Conflictos interétnicos y de clase.
11
Expediente FH 800-537/88 Folio 33. Nota dirigida al Decano Daniel González, 6 de Julio de 1988.
Para ello fue necesario elaborar un reglamento de funcionamiento de la novel
unidad de investigación. En ese reglamento podemos encontrar los objetivos, las
funciones, del director, obligaciones y derechos de los miembros. El artículo 2
señalaba lo siguiente:
-DC: O sea que ustedes cuando se crea la unidad ¿no tenían una idea
teórica sobre lo que era la historia regional?
-VC: No.
-DC: Digo la discusión de Van Young,
-VC. Si eso sí, y yo tenía bien claro que la historia regional no era una
historia local, y esa era mi discusión eterna con Campi y el noroeste.
Yo dije, noroeste no es historia regional, la historia regional se forma
de acuerdo con el problema 13
Cuando preguntamos a los primeros miembros de UNIHR sobre que entendían ellos
por extensión al medio, nos responden lo siguiente.
12
Expediente FH 800-537/88 Folio 30
13
Entrevista a Viviana Conti 15/08/2018 “Si vos querés ver ingenio anda a ver los ingenios que también
están funcionando en Bolivia, agarra una región más amplia. Entonces me decían que yo era
circulacionista, esa era las discusiones que teníamos. Porque yo podía ver más allá de la
frontera, porque era circulacionista. Yo les decía que ellos veían las fronteras políticas trazadas
en la época de Onganía. Porque además yo lo que leía mucho era geografía económica
DC: Porque vos habías leído a Balan. A mí lo que me llama la atención es que en las tesis no aparece la
cita de Van Young y después en la producción del Jujuy en la historia I y II, Daniel si trae esa discusión
VC: No, pero nosotros ya la conocíamos, ¿en mi tesis yo no lo cito a Van Young?
DC: En la tesis no. En tu tesis de la tablada no”
14
Entrevista a María Silvia Fleitas 25/07/2018
Nos resultaba excesivo y exagerado el número de participantes que mencionaba la
Dra. Fleitas en la entrevista, pero cuando corroboramos los datos en las planillas de
asistencia de los docentes a los cursos comprobamos que efectivamente 200
personas se habían inscripto en esos cursos que los dictaban, en un primer momento
los propios miembros de la UNIHR con otros colegas invitados, dado que según las
entrevistas no había mucho para hacer en Jujuy en esa época.15
Otra de las cosas que nos señalan los entrevistados es que la poca bibliografía que
había sobre Jujuy eran Carrillo, Bidondo y Vergara16.
15
Nos referimos las publicaciones Campi Daniel (Coordinador) Jujuy en la Historia. Avances de
Investigación I. UNIHR, FHyCS-Unju. 1993; Lagos Marcelo (Coordinador) Jujuy en la Historia. Avances
de Investigación II. UNIHR, FHyCS-Unju 1995.
16
Entrevista a Viviana Conti; “Sobre historia regional no había. A ver a mi me regalaron
Carrillo, me regalaron Vergara y yo me compre Bidondo. Olvídate no había más nada.”
Mandrini. En el caso de los cursos de posgrado participaron Barbara Goebels,
Tristán Platt y Eric Langer entre otros.
Una fuente particular que nos permite observar la evolución y desarrollo de los
primeros años de la UNIHR son los informes anuales que realizan las unidades de
investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJu.
En este tercer año de existencia de esta unidad investigativa se han alcanzado algunos
niveles de actividad cualitativamente superiores con relación a los de los años
académicos 1990 y 1991, a la vez que se mantienen inalterables las serias
limitaciones de orden material que afectan su funcionamiento desde su creación17
Ese año de 1991, a los 3 miembros rentados y dos ad-honorem, se sumaron dos
investigadoras más ad-honorem. Los proyectos colectivos que se informan en ese escrito
eran dos, uno relacionado con las transformaciones laborales en el noroeste argentino
durante el siglo XIX y primera mitad del XX y el otro proyecto se basaba en estudiar las
transformaciones sociales y el sistema de articulaciones espaciales en el noroeste
argentino a impulso de los cambios de las estructuras productivas, 1850-1930.
Algunos miembros de la UNIHR para ese año estaban concursando para ser becarios de
CONICET e incluso inscribiendo sus proyectos de tesis doctorales en la UNLP y en la
Complutense de Madrid.
También aparecen en los informes de estos años los cursos de capacitación que realizaban
para la capacitación de la docencia jujeña, que luego sería publicado como Jujuy en la
Historia volumen I y II, como dicen los informes
17
Informe período 1991- 16 de marzo de 1992. En este informe las preocupaciones que señalaba Campi
eran las siguientes: “Con relación al segundo punto, creo conveniente transcribir un párrafo del informe
presentado en marzo de 1991, pues la situación considerada no se ha modificado; “Sin embargo, serias
limitaciones de orden material afectan su funcionamiento (el de la Unidad). A la inexistencia de una
elemental asignación presupuestaria que posibilite encarar publicaciones, adquirir bibliografía, realizar
indispensables visitas de trabajo a bibliotecas y archivos de fuera de la provincia de Jujuy, debe sumarse el
no contar todavía con un elemental lugar de trabajo. Ello obliga a los integrantes de la Unidad a trabajar en
sus domicilios, dificultando los contactos y el intercambio de opiniones y experiencias entre ellos, a la vez
que no se cuenta con un lugar para centralizar la información, el archivo, etc. ”
reúnen síntesis de las exposiciones realizadas en el marco de un curso de
actualización para docentes medios dictado en agosto de 1992 por los
miembros de la Unidad de Investigación con la colaboración de las profesoras
Marta Ruiz y Gabriela Sica18
En los informes también se detallan los congresos a los que asistían los miembros de
UNIHR, como también las publicaciones individuales, becas obtenidas y las visitas de
profesores externos para dictar cursos.
Consideraciones Finales
Texto que desprende la matriz de la idea de lo histórico en Jujuy, una idea de una
población sacrificada, sin diferencias internas, sin pujas que siempre esta mirando hacia
el puerto en búsqueda de un reconocimiento. Es discurso principal y fundacional se
consolidará con la prosa barroca y extensa de Ricardo Rojas entre los años 1912 y 1936.
Donde el escritor santiagueño será quien cree para nosotros los fundamentos de la
“jujeñidad”, otorgándole al hecho histórico de la presencia de Belgrano en Jujuy el lugar
de la historia de la provincia en el gran relato nacional.
Serán los académicos correspondientes de Salta y Jujuy quienes a través de sus textos
generales y específicos sobre Jujuy cimentarán una idea que se transmitirá a través de las
décadas en las aulas de las escuelas y en las celebraciones de las efemérides locales.
Ese discurso se verá puesto en contradicción y conflicto en el año 2012, cuando algunos
integrantes de la Unidad de Investigación en Historia Regional señalen dificultades en la
representación de los acontecimientos del pasado que consolidaban el eje identitario
jujeño sacrificio y valor en el documental realizado por canal Encuentro.
Durante el siguiente año al bicentenario el debate público sobre el Éxodo jujeño llego
hasta la legislatura provincial y el Senado de la nación.
18
Informe período 1992- 21 de febrero de 1993
Nuestra tarea fue recapitular y ordenar la historia de una historiografía ligada a una
preocupación el lugar de Jujuy en el relato histórico nacional. Hoy esa historiografía ha
sido renovada por los estudios de historiadoras vinculadas a la universidad y el Conicet,
pero en el público general aún continúan los ecos de aquellas primeras ideas de Carrillo
en 1877.
Bibliografía