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Masferrer Kan, Elio

Religión, política y metodologías. Aportes al estudio de los sistemas religiosos.-


! • ed. - Buenos Aires: Libros de la Araucaria , 2013.
228 p .; 22 x 16 cm .

ISBN: 978-607-00-7670-1

Religión, política Y
l. Religión . 2. Política. 3. Iglesia católica . 4. Evangélicos. 5. Metodología

Colección Religión en debate, diriguida por Elio Masferrer Kan

metodologías.
Diseño y formación: Alejandro Díaz Barriga C. Aportes al estudio de los sistemas

Correción de estilo: María Teresa González Pineda


religiosos

© 2013, Elio Masferrer Kan


© 2013, Libros de la Araucaria.
Elio Masferrer Kan
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 (Argentina)
Impreso en México 1 Printed in Mexico

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l. Una propuesta metodológica alternativa

El presente estudio constituye un aporte para la construcción de


una propuesta metodológica en las ciencias sociales de las religio-
nes. Su desarrollo se origina desde el Sur e inicia con algunos as-
pectos de la formación universitaria de quien suscribe, con el fin de
exponer esa experiencia interdisciplinaria. Aborda el concepto de
campo social de Kurt Lewin ( 1951), en contraste con el de Pi erre
Bordieu, y refiere la pertinencia del concepto de arena de Victor
Turner para el análisis de los procesos sociales y simbólicos. Por
otra parte, compara las ideas de subcultura, personalidad básica, persona-
lidad de status, personalidad de clase y carácter nacional-desarrolladas por
la Escuela de Cultura y Personalidad ( 1930-1950)-, con la idea de
habitus y ftabitus de clase de Pierre Bordieu, a la vez que retoma las
críticas a estas ideas emitidas por Roberto Varela, quien explica su
similitud con lo planteado en su momento por Tomás de Aquino.
Además, discute los conceptos de religión y religión popular en
busca de proponer, desde una perspectiva etnológica, el concepto
de sistema religioso; desarrolla los planteamientos del relativismo
cultural y su importancia para el estudio de las religiones, expo-
niendo el concepto o punto de partida desde la perspectiva de los
15
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uesta metodológica alternativa
una prop
16 Elio Masferrer Kan
. s conceptuales, me sentía extraño en las co-
creyentes; y explica el concepto de estructuras macrosistémicas y la dia- Jas matena , ender
alumno en b go esta experiencia me sirvio para compr
léctica denominación-sistema religioso. dificadas. Sin,~rn ar ~stiones legales Yel ejercicio Yla defensa de
A lo anterior, agrega la dimensión temporal de los sistemas religiosos esos pohttcos, cu
proc
retomando los aportes de Ferdinand Braudel en materia de tiempo los derechos. 1 so de psicología social, estudié el concepto
corto, larga duración, larguísima duración !J tiempo estructural; así como la En 1~68, ena~r~~;do por Kurt Lewin (1951) . Este autor lo de-
discusión en torno a los conceptos de aculturación, transculturación !! de campo socwl d~s de fuerzas concurrentes y/o confrontadas.
conversión religiosa, relacionando la conversión con la dinámica del sis- , mo un ststema . d 1 o se-
finta co ·unto de reglas de funcionamtento e camp '
tema religioso en el que está involucrado el creyente. También, re- Planteaba un c?~eno de "locomoción"' según el cual las fuerzas se-
aliza una conceptualización de los evangélicos; introduce el mejante al feno ·tuación de "estancamiento"' como
. llegaban a una st
concepto de coniuntos borrosos, tomado de las matemáticas; y expone ciales, st . un e uilibrio entre fuerzas similares y contrapues-
el concepto de capital simbólico, partiendo de los planteamientos de consecuencta de q 1 1 mpo hasta obtener una resultante
. rcaban reformu are ca d 1
eficacia simbólica de Claude Lévi-Strauss. tas, trnP ' . tación que definía la conducta e os
. t ma de fuerzas; onen .
En cuanto al concepto de campo político-religioso, se explica d e 1sts e . olucrados en el campo social respecttvo.
humanos tnv d ¡ ·
como la definición que mejor refleja la realidad latinoamericana, to- seres sé Ble er (2003). uno de los teóricos en b~ga e a p~tco-
mando distancia, de alguna manera, de los conceptos de campo reli- Jo . g. re reivindicó el aporte de Lewtn, un refugtado
gioso o campo político; categorías o tipos de ideas que pueden resultar logía ~rgenttna, s~e:uir a tiempo del nazismo. Sus principales fo~mu­
confusos. Otro elemento que se agrega es un factor cuantitativo-cua- aleman que !~gro 1 d , ada de 1930, Y publicó artículos que final-
litativo, el de energía del sistema religioso, punto clave para entender la ladones las htzo en a ec d . . , en 1951 Existe una
f piladas en una e tetan ·
expansión de los sistemas religiosos alternativos. Respecto al modelo mente . ~eron cornil blicada en 1988 por la editorial Paidós:
estructural de la Iglesia católica, éste se aclara y se le añade el con- traduccton al caste ano pu
El concepto de campo en las Ciencias Sociales.
cepto de congelamiento estructural que padece o padeció en el período
Juan Pablo 11-Ratzinger-Benedicto XVI, desarrollando someramente
las contradicciones entre estructura segmentaría y monarquía divina. En
fin, se trata de un estudio extenso y profundo, elaborado para abrir De campo a campo.
una discusión. ,1 b . de Pierre Bordieu sobre el
Reconozco que cuando let os tra a¡os b d
.d , no me aporta an na a
campo y el campo religioso, const ere que rt de
novedoso. En sentido estricto, me planteé que eran una sue :en-
"redescubrimientos" de la categoría campo, resultado de~ e~nof -
Mi experiencia personal.
trismo lingüístico en los países del Primer Mundo_; es dectr, os rana
En las ciencias sociales es muy importante la formación que hemos , 1 h b·t almente a los anglos y vtceversa. Hay un
tenido quienes nos dedicamos a la investigación. En lo personal, cofonos no een a t u t ,
. 1 to de campo social \ewiniano: el autor, un eo-
estudié antropología e historia en la Universidad Nacional de Ro- venta¡a en e concep d. ' ·
. 11 one como un concepto mamtco
rico de la psicología saeta • 0 prop . h b s
sario, en Argentina, carreras en las que me titulé. Posteriormente, . ble ya que no es lo mtsmo en om re
¡ el campo es vana ' .
aprobé cuatro años de la carrera de psicología en la misma univer- en e que 1 d·ferentes categorías de edad y los grupos saeta-
sidad, y para complacer a mis padres, me dediqué a estudiar la ca- y mujeres, en das 1 t d. t·ntos actores está referenciado al contexto
les. El campo e os ts 1
rrera de abogacía, la cual decidí no continuar; aunque era un buen
18
Elio Masferrer Kan
Una propuesta me todológica alternativa 19
y a las experiencias concretas de los mismos . Es evidente que este
concepto de campo inspira a Lewis Rambo ( 1996) en su clásico tra.
.
1 misma sacie. dad o cultura. Ralph Linton d
o;r~rofundizó ~~~siste
bajo sobre conversión. Cabe apuntar que un psicólogo social mex;. miembro de a ceptos y desarrolló el concepto e
cano, publicó un libro sobre el impacto de Kurt Lewin en la de en estose en un conjunto de normas, va-
psicología, me refiero a Guillermo Deiahanty ( 1997), quien reivin. (197 Jnalidad de status' q u acticados por q u lenes tiene_n un m os m o
dica la actualidad de este teórico.
pers Ycomportamientos
lores pr
de persona l"d
1 a d de status-. Implica la persa-
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Por el contrario, Bordieu (2007), con una formación y expe. status --el concepto onsidera . que e n las sociedades comp 1e]as,
riencia sociológica, piensa en el campo como una estructura general nalidad básica, perodc status o clase social, tienen a su vez un mn-
que define todo el contexto; refiere a un campo estructuraL Para
quienes trabajamos cuestiones religiosas en situaciones de cambio,
Jos integrant."s de: ;isposiciones compartidas, que les per:;:~
junto especofocos mientas de los integrantes de su mos':"." e
tenemos que explicarnos los procesos de conversión, que en mu- P
rever los comporta rt las variables individuales. Tambien des-
chos casos son individuales o familiares, grupales o locales, en fuer- . 1 ·n desea ar · dd 1
goría socia ' SI . "1 l concepto de personahda e e ase.
tes conflictos con otros miembros de la familia o de la mism a arrolló en forma SI mi are tiva analítica no está de más retomar el
comunidad. Mi conclusión es que resulta más útil para analizar el Desde esta
b ltperspec
ra que fue d esarro l'lado hace bastante tiempo b
asunto el campo lewiniano que el bordes/ano. Con un agregado, concepto de su cu u . n t e de cultura y personalidad. Ca e
por distintos autores de_ la come_
Bordieu no mencionó a Lewin, cuando es de buen tono en el trabajo recordar q ue Linton senala que.
científico discutir y diferenciarse de los autores anteriores. Otro de-
talle es que muy pocos investigadores, en el campo de los estudios
religiosos, saben siquiera que ese concepto había sido ya planteado "[ ... 1existe en toda cultura. un número considerable
. d " "duos deno
pero que carac-
son
desde hace sesenta y cinco años, aproximadamente. rten Ciertos m IVI '
terísticas que campa . b d la sociedad ni a todos los
d s los miem ros e
Paralelo a estas elaboraciones, Victor Turner desarrolló el comunes
que ato o a cualquiera
pertenecen . d e 1as categorías reconocidas so-
concepto de arena, "el escenario concreto en el cual/as ideologías
se transforman en símbolos y el poder político se moviliza, actuando cialmente. . d . .d ales no pueden clasificarse
los símbolos como fuerzas en los procesos sociales y cumplen de- Las peculiaridades m IVI u se comparten por
terminadas funciones en las ceremonias y rituales" (Chihu Amparán como parte de una cultura, [... l. ydaa~u[ep:~o) al mismo tiempo
y López Gallegos, 2001: 139). , . bros de una sacie
los demas miem . 1 d. 'mica de la cultura, porque
son de gran importancia en a ·~nade todo aquello que más
representan el punto de parti a
La Escuela de Cultura y Personalidad. tarde se incorpora a ella" (1977: 270-271) .

Otro asunto similar ocurre con los desarrollos en materia de perso- - 1 ue "pueden ex1s . t.Ir sub-culturas característicasllde, el a-
Luego sena a q · das y que se t ransmiten dentro de e as .
nalidad básica, un concepto planteado en las corrientes culturalistas ses sociales determma d C lt a y Persona ¡·dad 1
es un esfuerzo inter-
Yde cultura y personalidad de la antropología y la psicología norte- La Escuela e u ólogos ur . analistas desarrollado entre
YPSICO
americanas. La personalidad básica es compartida por los miembros disciplinario entre antrop . do Sus principales autores
. . ta del Sig1o pasa . .
de una sociedad, sobre la que se tejen los comportamientos indi- los años tremta Ycmcuen H Mead Ruth Bened1ct, Mar-
d. (1945) George · '
viduales, permitiendo razonablemente prever el comportamiento fueron Abram Kar mer . . ' l h Linton, entre otros. Todos estos
gareth Mead, Clara ~ulhvan y
autores están traducidos al casteRallpa no en editoriales de gran difusión,
una propuesta metodológica alternativa 19
18 Elio Masferrer Kan

y a las experiencias concretas de los mismos. Es evidente que este ·embro de la misma sociedad o cultura . Ralph Linton
de otro mt , d
concepto de campo inspira a Lewis Rambo ( 1996) en su clásico tra- fund izó en estos conceptos y desarrollo el concepto e
( 1977) pro
bajo sobre conversión . Cabe apuntar que un psicólogo social mexi- ·dad de status que consiste en un conjunto de normas, va-
persona t ' . . .
cano, publicó un libro sobre el impacto de Kurt Lewin en l a ortamientos practicados por qutenes ttenen un mtsmo
lores Y co' mp · 1
psicología, me refiero a Guillermo Delahanty (1997), quien reivin - concepto de personalidad de status-. Impltca a persa-
status-el . ¡ ·
dica la actualidad de este teórico. nalidad básica, pero considera que en las sociedades comp e1as,
Por el contrario, Bordieu (2007), con una formación y expe- Jos integrantes de cada status o clase social, t~enen a su vez un c~n­
riencia sociológica, piensa en el campo como una estructura general junto específicos de disposiciones ~ompart1das, que le_s perm1t~
que define todo el contexto; refiere a un campo estructural. Para mportamientos de los mtegrantes de su mtsma cate
prever los Co . . . . .,
quienes trabajamos cuestiones religiosas en situaciones de cambio, goría social, sin descartar las vanables mdividu~les. Tamb1en des-
tenemos que explicarnos los procesos de conversión, que en mu- arrolló en forma similar el concepto de persona~1dad d_e clase .
chos casos son individuales o familiares, grupales o locales, en fuer- Desde esta perspectiva analítica, no esta de mas retomar el
tes conflictos con otros miembros de la familia o de la misma concepto de subcultura que fue desarrollado hace basta~te tiempo
comunidad. Mi conclusión es que resulta más útil para analizar el por distintos autores de la corriente de cultura y personalidad . Cabe
asunto el campo lewiniano que el bordesiano. Con un agregado, recordar que Linton señala que:
Bordieu no mencionó a Lewin, cuando es de buen tono en el trabajo
científico discutir y diferenciarse de los autores anteriores. Otro de- "l ... ] existe en toda cultura un número considerable de carac-
talle es que muy pocos investigadores, en el campo de los estudios terísticas que comparten ciertos individuos, pero que no son
religiosos, saben siquiera que ese concepto había sido ya planteado comunes a todos los miembros de la sociedad ni a todos los
desde hace sesenta y cinco años, aproximadamente. que pertenecen a cualquiera de las categorías reconocidas so-
Paralelo a estas elaboraciones, Víctor Turner desarrolló el cialmente .
concepto de arena: "el escenario concreto en el cual las ideologías Las peculiaridades individuales no pueden clasificarse
se transforman en símbolos y el poder político se moviliza, actuando como parte de una cultura, 1... ] ya que no se comparten por
los símbolos como fuerzas en los procesos sociales y cumplen de- los demás miembros de una sociedad ¡pero] al mismo tiempo
terminadas funciones en las ceremonias y rituales " (Chihu Amparán son de gran importancia en la dinámica de la cultura, porque
y López Gallegos, 200 1: 139). representan el punto de partida de todo aquello que más
tarde se incorpora a ella" (1977: 270-271).

La Escuela de Cultura y Personalidad . Luego señala que "pueden existir sub-culturas características de cla-
ses sociales determinadas y que se transmiten dentro de ellas" .
Otro asunto similar ocurre con los desarrollos en materia de perso- La Escuela de Cultura y Personalidad es un esfuerzo ínter-
nalidad básica, un concepto planteado en las corrientes culturalistas disciplinario entre antropólogos y psicoanalistas desarrollado entre
Y de cultura y personalidad de la antropología y la psicología norte- Jos años treinta y cincuenta del siglo pasado. Sus principales autores
americanas. La personalidad básica es compartida por los miembros fueron Abram Kardiner ( 1945), George H. Mead, Ruth Benedict, Mar-
de una sociedad, sobre la que se tejen los comportamientos indi- gareth Mead, clara Sullivan y Ralph Linton, entre otros. Todos est,os
viduales, permitiendo razonablemente prever el comportamiento autores están traducidos al castellano en editoriales de gran difusion,
20 Elio Masferrer Kan
Una propuesta metodológica alternativa 21

como el Fondo de Cultura Económica. La Escuela de Cultura y Per-


varela también destaca que el concepto de habitus de clase no
sonalidad elaboró los conceptos de personalidad básica (Kardiner
de sostener, porque "esta es una mera unidad operante agre-
1945), personalidad de status y personalidad de clase (Linton 1977). La per~
se pue lo más de identidad confundiendo un ejercicio de simple
sonalidad básica es un conjunto de disposiciones compartidas por gada o a ' .
·ón de operaciones intramentales con realidades extramen-
los miembros de una cultura; por ello, los miembros de una cultura elaboract 1 h 'b"t "
pueden prever el conjunto de "respuestas" esperadas por los otros tales: um·f·te a en la mente habitus una realidad extramenta . . a 1os
(Vare la, 2005: 91) . Si pensáramos en hábitos y no en u.n hab1tus smgular,
miembros de la sociedad. Elaboró, también, el concepto de carácter
"podríamos entender el comportamien;o .diferenct~l de los actores
nacional, definido como un conjunto de disposiciones, comporta-
· les· unos compartirían algunos habttos seme1antes, pero no
mientos y valores compartidos, en este caso, por los habitantes d e saeta . . d ,
un país o un grupo de personas de una nación . to d os 1o S ha'bitos serían compartidos por la totalidad. Ten ,namos .
diferencias entre edades, sexos, ciclos de los grupos domestiCas,
Estos conceptos están incorporados, incluso, en enciclope-
experiencias individuales de la vida laboral, etc." (Varela, 2005: 92).
dias Y esfuerzos de síntesis. Sugiero consultar la Enciclopedia interna-
Nuestro autor considera que el hecho de que se comparta una cul-
cional de Ciencias Sociales (Sills, 1974), editada en castellano por la
tura, no quiere decir que los comportamientos sean uniformes u ho-
Editorial AguiJar (existe una versión en portugués, originalmente en
mogéneos. Para complementar esta idea, incluyo en anexo el texto
inglés), con objeto de que el lector ahorre tiempo en la consulta del
en latín que cita Varela.
tema tratado. Cuando estudié los conceptos de habitus y de habitus
de clase, debo reconocer que el "aire de familia" con las definiciones
de personalidad básica, de status, de clase y carácter nacional era
Desarrollo de categorías desde el Sur.
ineludible, pero había un detalle más complicado . El concepto
habitus tampoco era novedoso, había sido formulado por un autor
Durante mucho tiempo los científicos sociales latinoamericanos em-
sumamente conocido y quizá poco leído en esos tiempos: Tomás
pleamos formulaciones conceptuales desarrolladas en otros contex-
de Aquino, un santo e intelectual connotado de la Iglesia católica,
tos sociopolíticos, culturales y económicos, realizando procesos de
que vivió en ,el siglo XII y desarrolló este concepto en la Summa The-
ologica. interpolaciones teóricas, que nos llevaron a transitar en forma acrí-
tica por las modas conceptuales de los centros hegemónicos. El des-
Roberto Varela, destacado antropólogo mexicano, con for-
afío que enfrentamos es la elaboración de propuestas que partan
mación teológica, criticó duramente el asunto (2005 : 91 ). Varela, fun-
de nuestros contextos y traten de resolver nuestros problemas, asu-
dador Y mentor académico de uno de los departamentos de
miendo los aportes conceptuales hechos no sólo en el Primer
antropología más prestigiados de México, el de la Universidad Au-
mundo, sino aquellos que se construyen en el Tercer mundo, parti-
tónoma Metropolitana, campus Iztapalapa (UAM-1), señala que no
cularmente en América Latina y en nuestros propios países.
se puede emplear habitus en singular, como lo hace Bordieu . Destaca
Para construir una antropología de las religiones en socie-
que ya Tomás de Aquino en la Summa Theologica había señalado que
dades complejas, considero importante partir de las distintas visio-
un habitus singular no podía estar compuesto de varios hábitos, pues
nes del mundo desarrolladas en nuestros propios países,
plantea que "el hábito al ser una cualidad es una forma simple. Pero
rompiendo con los criterios etnocéntricos, eurocéntricos y neocolo-
ningún ente simple se constituye de muchos. Luego !reafirma! un
niales que sólo ven como legítimas las instituciones Y propuestas
hábito singular no puede estar compuesto de muchos " (Aquinatis:
religiosas originadas en los centros hegemónicos; mientras que a
190 1: Art. IV, Ouaestio LIV) .
las propuestas locales les asignan la categoría de religión popular,
ta metodológica alternativa
23
22 Elio Masferrer Kan una propues

. dos de otros sistemas culturales, sociales y


protestantismo popular o catolicismo popular, sin tomar en cuenta ·mples denva
no corno SI
que los antropólogos deberíamos excluir esos juicios de valor para palíticos.
estudiar nuestras realidades. No podemos olvidar que cada cultura
o subcultura, o cada sociedad en Jos contextos multiétnicos, pluri- os aportados.
con ce Pt
culturales y complejos que definen nuestras sociedades, merecen . d de formular un marco conceptual, teórico, an~-
nuestro respeto y la posibilidad de ser estudiadas como formacio- ptanteo la neces,da att'vo de la antropología de las reh-
d talmente oper d'
nes en sí mismas. lítico y fun am~n de lado el etnocentrismo Y se aboque al estu lO
En numerosos casos algunos científicos sociales de las reli- giones que deJe d se formulan en nuestras sociedades;
giones han tomado como punto de partida las definiciones, cons- de las visiones del mun\1 o que de manera habitual denominamos
t aque as que .
trucciones teológicas e incluso propuestas utópicas, construidas en
Particularmen· e, ortante menciOnar .
a
Clifford Geertz (l989}. qu¡en
Jos centros hegemónicos, para estudiarlas como si fueran la realidad religiosas. Es tmP . t ma de s'¡mbolos que obra para es-
\" ·, omo "un sts e
que estamos analizando . Frente a esta situación es importante re- definía la re ¡giOn e t duraderos estados anímicos Y mo-
cordar a Herskovits ( 1991}, un clásico de la antropología, quien plan- tablecervigorosos, penetrantes y \ando concepciones de un orden
teó los espacios de la convivencia, el relativismo cultural: "es una
. ¡ s hombres, ormu
tivaetones en o . t' do estas concepciones con una au-
· tencia y rev1s 1en .
filosofía de la cual surge el respeto mutuo basado en los hechos que genera1d e exls t dos anímicos y motivaCiones
f · 'd d tal que 1os es a
pone en audaz relieve el duro núcleo de las seme;anzas entre las cul - reola de e ecttVI a , . " (Geertz 1989· 89} Empero, sin des-
turas que han sido tenazmente pasadas por alto a favor del acento parezcan de un realismo umcod bemos, reco~oce~ que en términos
puesto en las diferencias culturales. Estos hechos demuestran que cartar los aportes de Geertz, e b', religión a todo "sistema con-
toda sociedad tiene valores e impone restricciones que todo sis- operativos consideraremos t~m ¡len planteé en términos de
,. · bTco y ntua que se
tema de ética ejerce sobre los que viven de acuerdo con aquel " ceptual, mltiCO, slm o 1 . 'd d de verificación o si la re-
( 1992: 711}. Este contexto es primordial para analizar la antropología verdades absolutas, operando sm nedcesl ~f. .ón que se verifica a sí
\"dad un proceso e ven ¡caet '
de las religiones y, además, nos permite ubicar a nuestros objetos- clama es en rea 1
¡' · " (Mas ferrer 2004·. 76} ·
sujetos de estudio. mismo, un esquema tauto ~g~co . cti~a analítica; en muchos
Asumir el relativismo cultural como un criterio básico de la Es conveniente dehmr mt perspe d los
d 1 \" iones se han centra o en
antropología de las religiones, no implica renunciar al control social, casos, los investigadores e as re ~Tr les ocasiones como tales a
como ya Jo dijo hace mucho tiempo Herskovits: "hay que distinguir informantes claves, tomand? en m~ IP . de formalización . Por
. . 1 ue tienen cierto mve 1
agudamente entre relativismo cultural y la relatividad de la conducta líderes instltUCiona es q b k -intermedia-
, f 1 son realmente ro ers
individual que equivaldría a negar todo control social sobre la con- lo general, los lideres orma es , 1 1 'ásticas y sus feligreses
. 1 d e entre las cupu as ec esl
ducta. Se ha visto que en toda sociedad humana existen fuerzas mo- nos de po er-, qu . do máticas y teológicas, con
rales integradoras, ly] el núcleo mismo del relativismo cultural es la tratan de adscribirse ~ ~as. ortoddox:s 1 g, ula refiriéndose más al
disciplina social que respeta las diferencias, es el respeto mutuo. ob'eto de obtener legitimidad es e a cup . ' . .
1 " 1 ideal" o los paradigmas mstltUCionales, que a
Subrayar el valor de diversos modos de vida, y no el de uno sólo, campo de la cu tura . c'¡o' n sin perder necesariamente el
significa afirmar los valores de cada cultura" (Herskovits, 1992: 92}. 1 y 1a .. cu ¡tura rea \" .de la, orgamza •
de se plantean en numerosas ocasiones
' " La historia cultural nos enseña que si es importante discernir y estudiar los pa-
control de su fehgresla, don b dores de consensos. Esto no
1 menos usca
ralelismos en las civilizaciones humanas, no es menos importante discernir y estu- como constructores o a t gias de control sobre sus feligreses,
diar las diferentes maneras que el hombre ha estudiado para satisfacer sus
descarta el desarrollo de estra e
necesidades" (Herkovits, 1992: 92) .
24 25
Elio Masferrer Kan una propues t a metodológica alternativa

debido a tratan que éstos abandonen lo que llaman contaminacio- . · os . Esta de-"
., n de Jos sistemas re lIgios
·o'n y reproducciO . ¡· t s "no formalizados
l~cf~~ s~pal~:stpo~r~
nes "paganas", resultado de una "educación religiosa deficiente", ducCI especia IS a
para que sufran las transformaciones "que los llevarán a la verda- afi incluye, por¡ que los creyentes consideran con
dera fe". 2 ni 'pulas ec esi •
desde las cu
Para quienes partimos de la observación participante, y de estos roles.
una antropología de las religiones en sociedades complejas, en las
sociedades de masas el problema que tenemos es entender que . denominaciones.
istemas re ligiosos y las iglestas o
esas "masas" no son amorfas ni homogéneas, sino que por el con-
trario están segmentadas, estratificadas y escindidas por tradiciones LOS s 1 pto de sistema religioso para
. empleo e canee l . ro
D sde esa Perspectiva ¡- ., a que en mue has casos e pnme
d~erenciarlo del térmi~ore rg~: i.s grandes corrientes religiosas,-
históricas, económicas, culturales, sociales y religiosas.
Por ello, nos parece importante partir de la perspectiva de los
creyentes; el punto de partida para una lectura etnológica es el aná- fue utilizado como smom~o , o etcétera- (Weber, 1980: 17). o
lisis de las transformaciones sufridas en los sistemas de eficacia sim- cristianismo, catolici~mo, JUdai~:ti~ución. En este trabajo de,inv~s-
o concepto refendo a una I fiero emplear el termmo
bólica y en los rituales, ceremonias y prácticas religiosas vinculadas
a los mismos. Buscar la perspectiva del creyente, de los consumi-
c~m. 'n
tigacio . como señalé anteriorment~,
. t ma ntua , sim bo'lico • mítico y relati-
pire. .
dores, productores y reproductores de bienes simbólicos y religio- sistema religioso como un sisl~ do por un conjunto de especialistas
sos, permite abrir vamente consistente, desarro a . . a en un sistema cultural o sub-
religiosos, que se articula o pa:IC~ del ritual, porque mediante _la
ltu
"1 ... ) caminos para comprender adecuadamente la dinámica cu ral ·4 Considero clave
. el p·tuales
p es qu e se internalizan Jos. SIS-
de los sistemas religiosos y las solidaridades que se constru- participación en los sistema_s ~ éstos que se articulan en los sis_t~-
yen entre miembros de distintas confesiones religiosas, quie- temas religiosos, y es a partir be ordar que la endoculturaoon
. bélicos· ca e rec
nes muchas veces comparten más entre sí que con miembros mas míticos Y sim ' . ·ento de los niños. .
de otros sectores de la misma iglesia a la que pertenecen. Las religiosa se inicia desde el nacimi sta en numerosas ocasiOnes
perspectivas de los creyentes ponen en entredicho los siste- En el desarrollo de esta p~o~ue ' lar para referirme a los
he emp 1ea do e l concepto de rehgwn popu
mas eclesiales jerarquizados, se configuran muchas veces
como sistemas de poder de los laicos, en ciertos casos alter-
nos al de las iglesias y sus sistemas clericales basados en es-
pecialistas religiosos 'iniciados' en los términos · mo ' budismo,
. 1 sal confucionismo, h .m d UlS .,
institucionales" {Masferrer, 2004: 50). JWeber entiende por religiones mund¡J·a ·eosamente determinados de regulaCJobn.~e
cristianismo e islamismo: 51~
. " · temas re 1g1 d t " Tam 1en
derredor a multitudes de a ep os . 1 . ra-
la vida que han sabido reumr en ~ud , o por su impacto en el Islam y e cns 1
En la caracterización de especialistas religiosos que propongo, tomo incluye como sexta posl"bTdad
11 al JU aJsm ' 1
en cuenta a todos aquellos que están dedicados preferentemente nismo (Weber, 1980: 17). . s individuales en las creencias y en el
• "Podríamos decir que las difere~~:necen a un sub-grupo o comunidad !~ca
2

den~o e~an
Al respecto, Manuel Marzal expone algunos planteamientos, cuando considera com ortamiento de personas que p , u mi dos en los consensos que caractenzan
de una sociedad particular, s te modo hacen posible distinguirlos unos
que "el catolicismo popular no es la religión de los pobres, sino de las mayorías
poco cultivadas religiosamente" (2002: 316-317). Después veremos que ofrece di- las sub-culturas de los dos grupos y te'pei:os de pensamiento Y de conducta" (Hers-
versas definiciones. de otros en términos d e sus patrones 1
kovits, 1992: 631 l.
26
Elio Masferrer Kan 27
Una propuesta metodológica alternativa
sistemas religiosos.5 sin emb
bilidades, pues pr~su ond ~rgo, este concepto tiene bastantes de- R sulta interesante destacar, que los autores referidos polemizan
ortodoxia o que nos P
J" .
na que las clases altas se adscriben a la
on capaces de generar S .
c:n un texto contemporáneo a esa época de Manuel Marzal. Años
re rgiOsas.6 Tal argumento ya habí "d - us propras propuestas después, Marzal, revisando sus definiciones, les contesta en Tierra
catalán, Manuel Delgado; a sr o senalado por el antropólogo encantada, donde emite un conjunto de definiciones sobre catoli-
cismo popular que son divergentes. Es importante recordar que
Aquí reside la gran parado·a nuestro autor, además de antropólogo, era sacerdote jesuita y ase-
denado a repetir La , . J que el aparato eclesial se ve con- sor activo de espacios confesionales, lo anterior es evidente cuando
. unrca manera d d" ¡
de su sistema religioso es vehiculánd el rvu ga_r los me~sajes considera que:
y conceptos que le son . o os medrante actitudes
a¡enos y a vece .
narse un cierto grado d . ' ., s contranos. Para ga- 1... 1el catolicismo popular puede definirse en general, como
e artrculacwn soc· ¡ ¡ 1 1 .
constantemente cristianizar el f 1 1 ra ' a_ g esra debe la forma en que se expresan religiosamente para dar un sen-
nismo. La religión q 1 o e ore y folclonzar el cristia- tido trascendente a su vida, las grandes mayorías del pueblo
ue as gentes pr f
medio y un obstáculo su . . 1 . ac rcan es, a la vez, un de América Latina, que se definen a sí mismas como católicas,
. ' pnnCipa ahado y s . a pesar de su escaso cultivo religioso, que se debe tanto a la
El catol!cismo entendr"d u peor enemrgo.
' o como relig"' t 1, .
todo y casi únicamente la re)· . , 1 ron eo ogica, es, ante falta de una mayor atención de parte de la Iglesia Católica [ ...
. • rgron en a que
trcan los teólogos y la pau , . creen y que prac- 1como a que dichas mayorías no buscan mayor atención reli-
pernma mino ' ¡
canos significan Llam na para a que sus ar- giosa y se contentan con ser católicos a su modo (Marzal, 2002:
. . · ar a esa estructura · · .
ordmana o sistema religioso de d . ., expenenaa rel!giosa 315-316).
. enommacwn cató/" ¡ ,·
fenble a la artificial religiosidad o !ca es egrtrmo y pre-
valor de tales nociones p pu/ar. Lo que ocurre es que el
se acerca al del f ·
en antropología y cuando h 1 eu emrsmo, porque, Las estructuras macrosistémicas.
. a ugar a ello -e d .
exrste un espacio sociocult 1 s ecrr, cuando
goría-, el nombre que "bura !exento a que referir tal cate- En este contexto, las denominaciones religiosas tienen en su interior
. reCI e e conglo d d
trcas y creencias no es mera o e esas prác- distintos sistemas religiosos. Igualmente, estos sistemas religiosos,
religión" (Delgado 1993 otro que el de, sencillamente la aunque diferentes entre sí, pueden tener un conjunto de elementos
, : s.n.p.). '
comunes que traspasa las estructuras organizativas, eclesiásticas o
denominacionales; una estructura macrosistémica, cuyo ejemplo
6
más notable son los llamados modos nacionales de expresión reli-
Unad e h"lpotesis
- de este traba "o 7
giosa, como es por ejemplo la llamada religión civil norteamericana.
d.e ~a Prosperidad en las clase~ a~::ue el desarr~llo_de la Nueva Era o la Teología
Una línea de investigación pendiente, trataría de ubicar los distintos
:lmll.ar a la llamada religión popular ~:~rana logia, tiene un rol estructuralmente
Vanos autores des!" d 1 .. , os sectores populares.
1 m an a religlon 1
e ases populares y la contraponen po~u. _ar como instrumento de lucha de las
:~;~~JOn
de la Iglesia a partir del siglo XIX (Pi: oficial, resultado de la romanización
7 "Se trata de una religión que evita identificarse con una sola confesión religiosa,
con Dussel, sin embargo, disiento d ussel, 1986: 110-111) . Estoy de acuerdo que toma prestado de las tradiciones religiosas de tal modo que el americano
altas generen a su vez sus pro . en esca~ar la posibilidad de que las clases medio no ve conflicto alguno entre ella y su fe particular si es que la tiene" ; además,
mente s Plas construcciones rer · . "la religión civil consiste en uso de símbolos religiosos en la vida pública" (Giner,
ean 1as mismas que las "oficiales". lgJOsas, sm que necesaria-
1994: 144).
28
Elio Masferrer Kan
Una prOpuesta metodológica alternativa 29
modos nacionales de configuración de los sistemas religiosos espe-
cíficos, así como sus modos de articulación, en sistemas culturales · tema reli-
oción no instituciona 1 d e sis
más amplios. 8 Precisamente, esta n. herramienta habitual del
, sada en el trabaJO de campo, . rtadores de
ioso estaba , f ·sen los grupos sociales po .
Bajo este enfoque, los sistemas religiosos se articulan en la g
antropo' l ogo, que
. .hace en. asi
recurrir necesariamente a 1a perspectiva
dinámica de las sociedades nacionales y regionales donde están in- 1 , ·cos de dichos sistemas,
sertos, a la vez que producen importantes transformaciones en las los sr'stemas religiosos,
d
sm
10 s intelectua es orgam . d .
los teólogos Y . . sti'tucional y de autonda . m-
estructuras eclesiásticas nacionales e internacionales. Del mismo e d 1 perspectiva m .,
quienes parten e ad los procesos sociales de reproducCion y re-
d' ntemente e . .
I~-
modo, estas estructuras transnacionales tienen inercias burocráticas
e históricas que tienden a encauzar u orientar los procesos de los depen
formulaciOn d e los sistemas culturales y reltgiosos.
sistemas religiosos concretos, produciéndose así una tensión per-
manente, ortodoxia-lectura sistémica, que genera tendencias a la
fisión de las estructuras eclesiásticas y la creación de nuevas formas . , tempera 1en los sistemas religiosos.
La dimen siOn
organizativas que respondan a las actuales demandas de desarrollo
de los sistemas religiosos. 1 n la comprensio . , n de los sistemas religio-
Un aspecto fundamenta e d' , ·ca del tiempo. Ferdinand Brau-
La dialéctica denominación-sistema religioso 9 es importante d . · to de la mami 'd
sos es el enten Imien , 1 E la de los Anales, consi era
en gran medida, porque pone en duda las estructuras de poder tra - , . f ances de a scue . .
del ( 1980), el teonco r
.
. 1t' po corto o de los acontec!mlen-
de t1empo: e lem
dicionales de las iglesias y sus aparatos burocráticos, las cuales son q
ue existen cuatro tipos . . 1 de alrededor de cincuenta o
expresión visible de su confrontación . Otra evidencia de la organi- ., e ubica en CIC os d 1
tos; la larga duracwn, qu ., ue identifica en tiempos e a -
zación de las solidaridades transdenominacionales, reside en las sesenta años; la lar~uísima du!aCI.on, ~"tiempo estructural", que retoma
dificultades de las iglesias para construir verdaderos diálogos ecu-
ménicos en América Latina. 10 reded or de cuatrocientos anos, '! .
d Cl de Lev1-Strauss.
Este último refiere al
de los conceptos e au , explica se presenta "con-
t iempo de los ~itos fundadores y,:re;~:llo también sufre procesos
8 gelado" en los ttempos, pero a pes
Al respecto, en América Latina los desarrollos más avanzados en esta cuestión
son los realizados por investigadores brasileños, del Cono Sur y el Mundo Andino; de transformaciones. " utoridades religiosas"' los teólogos
9además de los mesoamericanistas (en un sentido más histórico) y los mexicanos.
Y
De alguna manera, las
. 1. ~ 1 1' . so se refieren a esta te-
e analizan o re 1g10
El término denominación ha sido desarrollado en los Estados Unidos y es consis- demás especia tstas qu , . d ct'o' n cuando no en e
tente con el concepto de sociedad civil. Implica que cada grupo religioso no se 1 largutsima ura ' .1
mática actuando en la arga y 1 1, ica que impulsó la Iglesia
asume como la iglesia, sino que son sólo partes en el proceso de construcción de 1 e b recordar, a P0 em
t iempo estructura . a e enfocada en su rec amo
ésta; es decir, denominaciones de una parte del cuerpo de Cristo, construcciones inconclusas 1 · t'andad europea, 1.,
de la Iglesia que propuso Cristo. En ese sentido, hay una controversia con la Iglesia cat ólica en torno a a cns I d 1 s documentos de la Umon
. . , d este concepto e o . t'
católica. El término denominación es útil pues, aunque connotado, no implica juicios por la elimmaCJon e d 'd'to en Europa de las ms 1-
b s tal el escre I .,
de valor descalificatorios, como es el caso de secta, nuevo movimiento religioso o Europea. Sin em argo, e . . , de relevancia . La Umon
cu/t. Existe un acuerdo tácito, entre los científicos sociales de las religiones en Amé- . . la olémica carecio . .
rica Latina, de emplearlo como término neutral. tuciones rehgiOsas, que . p multiculturales y plurirrehgiOsas;
10 Europea le apuesta a sociedades
Véase Goodall, apéndice de M. Pérez Rivas ( 1970). donde se muestran los avan-
ces Y retrocesos del movimiento ecuménico. Originalmente planteado en Europa,
su traslado a América Latina ha sido complicado, debido a que la disputa por la . cluye a los pentecostales, Y en el caso de los
iglesias históricas hasta la Reforma, ex t'enden a apartase. Será después de 1965,
feligresía es la tónica y el diálogo ecuménico sólo se centra en los feligreses de las
bautistas, la mayor ~a
rte de las veces '
anorama cambie.
con el 11 Concilio Vaticano, que e 1 P
31
una prop U esta metodológica alternativa
30 Elio Masferrer Kan
h chos coexistentes (personas y objetos) canee-
incluso, su preocupación es, entre otras cuestiones, la europeización Totalidad de etuamente interdependientes. !La conducta! es
del Islam que, evidentemente, "llegó para quedarse" . bidos como m u te de un campo t .. . J La parte del campo
. el emergen . ,
Es notorio que en las polémicas sobre el aborto y el matri- stempre 1. d. ·duo se denomina entorno o medro, reservan-
dea a m tVI . 1
monio entre personas del mismo sexo, la discusión alude justo a que ro . . , d medio ambiente para el entorno socia
estas dinámicas temporales. La vida de las personas, a lo máximo, dose la designacJOn e
se desarrollará en un ciclo de larga duración o podrá vivirse en dos ci- humano. 1 . , su¡·eto-medio no es, entonces, una simple re-
clos, si les toca una coyuntura o, dicho de otro modo, la transición de La re aCion d. f t y
. , ineal de causa a efecto entre dos objetos ts m os
un ciclo a otro. La coyuntura se define como la inversión de una ten- lacJOn 1 b s son integrantes de una sola es-
dos sino que am o dd 1
dencia o la construcción o configuración de nuevas situaciones. La separa ' 1 la que el agente es siempre la totalida e
defensa que, en términos genéricos, hace la Iglesia católica de la fa - tructura t~~= ~~:tos se producen también sobre, o d~~tro .~e
milia refiere sólo al tiempo estructural; en cambio, a la población le campo Y "d d La conducta es, así, una modihcaCion
'1 ismo como um a · d
preocupa la familia concreta que tiene frente a sí misma. ~e~campo y los efectos se producen también :obre, o d~~tr~
Los planteamientos anteriores nos llevan a entender la di- '1 . mo como unidad . La conducta es, asi, una m~ 'tea
námica en el corto plazo. Como ya había adelantado, para ello seguí
las posturas del psicólogo social Kurt Lewin ( 1988) . Nuestro autor
~~~ :e;sca~po y no una mera exte~iorización cualidades ?e
. del su·¡eto ni tampoco un stmple refle¡o o respuesta
considera que los individuos, en su articulación social, actúan sobre mternas
lineal a estímulos externos. . .
"campos sociales" que tienen una multiplicidad de factores, los cua- T do campo y toda situación son siempre ongma 1es y
les inciden en el comportamiento humano. El dato más interesante único~,
en el sentido que no se repiten totalmente de la
reside en que esta configuración es distinta por categorías de edad
misma manera (Bleger, 2003: 43) .
y sexo. Lewin discrimina en términos analíticos si los individuos
están en la niñez, la adolescencia, la juventud o la etapa adulta, si
son hombres o mujeres y si están en una clase social o en otra. La Una hipótesis para comprender las conversiones y los cambios
configuración que adquiere el campo social es diferente para cada
uno de estos sectores y, por lo tanto, los comportamientos espera- religiosos.
dos serán desiguales. Lewin plantea, también, que los individuos Para entender los procesos de conversión o de cambio relidgiolso, eos
socialmente articulados aplican distintas estrategias de la toma de ·, algunos aspectos e a P -
importante centrar nuestra atenCion en d . . en
decisiones y configuran campos sociales disímbolos. Respecto a la . ue observamos a tano
lémica en torno a las conversiOnes q .
toma de decisiones, ésta se define de acuerdo a los vectores de . . para explicarlos es necesano
nuestro trabajo de campo; asimtsmo, 1 . , 11 que se dio
fuerzas contrapuestas que construyen, de hecho, la personalidad recordar la polémica sobre el concepto de acu turacJOn,
de los individuos. Cuando estos vectores de fuerzas alcanzan un hace bastante tiempo en la antropología.
equilibrio o estancamiento en la toma de decisiones, se produce el
fenómeno de locomoción; procedimiento mediante el cual los indi- . , d 1 in lés acculturation, denomina el proceso de
11"El fenómeno de la aculturaClon , e_ , gd 11 de un pueblo por contacto con la
viduos recomponen el campo, introducen nuevos factores o cam- , ¡ de recepcwn e e a,
adaptacion a una cu tura, 0 vocablo aculturación, el cubano Fer-
bian la fuerza o el peso de los mismos. , , d rrollado Frente a1
civilizacion de otro mas esa ; . t nsculturación y lo presenta de la
José Bleger, importante psicólogo argentino, retomando a . 1 0 del termmo ra
nando Ort1z propone e us blo transculturación expresa mejor las
Lewin, sintetiza el concepto de campo como: siguiente manera: 'entendemos que e 1voca
33
ta metodológica alternativa
32 Elio Masferrer Kan una propues
, de los casos, no tienen respuestas. La
En el caso que nos ocupa, destaca la necesidad de los cre- la mayona d' · 1 y de los
las que, en . . b, lica del catolicismo tra tetona ,
yentes de tomar decisiones en contextos de cambio cultural y social p~r~ de la eficacta stm o lidad que ha carecido de un es-
' cnsts tes históricos, es una rea t ta de un proceso diverso.
que no sólo involucra a los migrantes, sino a quienes permanecen
en sus propias localidades. Los cambios acelerados han incidido en p~~~s;~:cuado, pues colnsipd;~~e~~: ~: ;:significación de los mitos
la eficacia simbólica (Lévi-Strauss, 1976: 169-184) de los sistemas tu os descartar os . . e dan en una suerte
religiosos y, particularmente, de las instituciones o denominaciones No,pobd~: de ciertos sistemas re~tgtosos .. q~::cartar la posibilidad
y stm o . d ellos mtsmos, sm , .
religiosas; también, han confrontado a éstos frente a nuevas situaciones mbios al intenor e 1 llevó a replantearlos en termt-
de ca e éstos sean profundos, o qdue .. 'n del mundo, abriendo la
de qu . 1 s sistemas e vtsto
nos cualitattvos en .o evos sistemas religiosos.
diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no con- 'bt'lidad de configurar nu . 'tsar la aplicación del con-
post d s obltgan a rev
siste solamente en adquirir una cultura, que es lo que en rigor indica la voz anglo- Estas noveda es no J'tativo y valorativo estra-
americana aculturación, sino que el proceso implica también necesariamente la . bT n elemento cua t
Pto de eficacia srm orca, u ·o'n y cambio religioso, como
pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial ce s de converst
deculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos
tégico tanto en \~s proc~sod en un sistema religioso. Una consecuen-
culturales que pudieran denominarse neoculturación'. Dicho concepto de las in-
en la permanenoa YJea ta t· . o es la ruptura o el abandono de
·, d s'tstema re tgtos ·, ¡· · sa
fluencias y las transformaciones culturales nos permite ver el punto de vista lati- ct·a de la nocton e d 1 yentes con 1a denominacton re tgto
noamericano del fenómeno, y revela una resistencia a considerar la cultura propia la noción de lealtad e os crle . t'tución religiosa en términos for-
y tradicional, que recibe el impacto externo que habrá de modificarla, como una o, para ser mas , prect·so , con a ms1 ' 1 \tad de los feligreses es fun -
males. Mi hipótesis plantea modo que a eda onsumo producción y
entidad solamente pasiva o incluso inferior, destinada a las mayores pérdidas, sin
ninguna clase de respuesta creadora. En el proceso de transculturación podrían e e '
damentalmente con su , . la medida que se produce
identificarse tres etapas: l. Una parcial pérdida de la cultura que puede alcanzar . ·mbohcos, Y en
diversos grados y afectar variadas zonas trayendo consigo siempre la pérdida de
reproducción de b ten es st d . act'o' n de origen, los creyen-
. on la enomm 1
componentes considerados como obsoletos. 2. La incorporación de la cultura ex- un desfase del ststema e 1 d' t'ntas denominaciones en a
. se con as ts t
terna. 3. El esfuerzo de recomposición mediante el manejo de los elementos que tes tienden a re 1actonar f ar un sistema religioso pro-
sobreviven de la cultura originaria y los que vienen de fuera. Pero el anterior diseño medida que les son útiles para con tgur
no considera los criterios de selección y de invención que se deben considerar en
todos los casos de movimiento cultural, ya que ese estado da cuenta de la energía
P io y en condiciones de operar. tvadebemosen
tender a los "evangéli-
, .
Desde esta perspec 1 • Jos protestantes histon-
y la creatividad de una comunidad cultural. Si está viva, cumplirá esa selectividad, " yo grupo me1uyo a 'd
cos" o "cristianos 'en cu . 'tones que en sentt o
sobre sí misma y sobre el aporte exterior, y efectuará invenciones con un arte de . 1 a las organtzac
combinación adecuado a la autonomía del propio sistema cultural. cos pentecostales e me uso 1 orlas elites pero que los
' ·d s como ta es P '
Podríamos decir, incluso, que el proceso de selección es una búsqueda de valores teológico no son reconoct a , como adventistas, mermo-
más fuertes, capaces de enfrentar el impacto de las culturas, por lo cual se puede creyentes incorporan en esta categona,
ver también como una tarea inventiva, como una parte de la neoculturación de que nes y testigos de Jehová. . histórico éste ha derivado en
habla Fernando Ortiz, trabajando simultáneamente con las dos fuentes culturales En el caso del protestan:~smlot'noamer¡cana que implica la
puestas en contacto. Entonces, se puede decir que hay pérdidas, selecciones, re- strucoon a ' .
el evange\ismo, una con mayoría de los Estados Unt-
descubrimientos e incorporaciones, y que estas operaciones se resuelven dentro . adres -en su
de una reestructuración general del sistema cultural, que es la función creadora ruptura con las ig1estas m ara construir expresiones na-
dos y en menor P a rte de Europa-
. h P sido la expansJOn ·' del
más alta que puede cumplirse en un proceso intercultural (Yoon Bong Seo, 2001:
d termmante a ,
1). Esto no es compartido por Herskovits ( 1992: 572), quien considera que trans- cionales, cuya e talismo que en un buen numero
culturación no implica, en modo alguno, que las culturas que toman contacto deban .
pentecostahsmo Ye 1 ne opentecos '
distinguirse una de otra como superior, o más avanzada.
34
Elio Masferrer Kan metodológica alternativa 35
una Propues t a
de casos ha carismatizado a los históricos (Campos, 1997) . La construcción . los límites entre las denomma · dones se
de un protestantismo latinoamericano es uno de los fenómenos rn- Bajo este esce~an~,n procesos de configuración de una ma-
interesantes, un aspecto novedoso estriba en la capacidad de los as orrando y se p~o. uc ue les permiten actuar unificadas para
evangélicos para construir una macroindentidad que les Perrnite van·denti
b 'd a d evangehca, .f. qt' os en la socte . d a d . Los evangélicos en
aglutinarse frente a los otros y actuar coordinadamente, sin prescin. crotn . acios signt tea tv , . denomina con;untos
strutr esp 1 que en matemattcas se e
dir de sus profundas diferencias; precisamente, en este punto re. co nuyen o d finen esqu -
México cons ' ·nas 1995), es decir, aquellos que . e. 12
sulta fundamental la apropiación del término cristiano o sim ilares d'fusos o borrosos (Tn. ' yos límites no están defmtdos .
(Cox, 1995). Los evangélicos representan un ejemplo de construc- 1 s de perteneneta pero cu . nto resulta decisivo en los procesos
ción macrosistémica interdenominacional, concepto que construyo rna Este último planteam\e creyentes se escinden Y oponen a
e rnultirreligiosid~d: donde .os es conforman el grupo de hombre.s
~s q~ten
partiendo de Frederik Barth, quien define un sistema poliétnico es-
tratificado como aquel "donde los grupos están integrados de un especialistas reltgtosos, de los que se esperan ciertos m-
modo especial: comparten ciertas orientaciones generales de valor dedicado a manejar .1~. sag~~ ~~y En este contexto, los especialistas
que les sirven de base para elaborar juicios de jerarquía" ( 1976: 33). le s de "consisteneta teo og . . es cubren aspectos par-
ve merosas ocaston ' b .
Cabe recordar que las iglesias evangélicas, tanto históricas, institucionalizados, en n~ . erantes. Esta hipótesis de tra a)?
como pentecostales, fueron rompiendo sus lazos de dependencia ciales de los sistemas rehgtoso~ op s de multirreligiosidad {Rodn-
1. los fenomeno , . Latt'na y' pro b a bl e-
con sus matrices norteamericanas y, por lo tanto, comenzaron a s ur- sen'a u'ti\ para exp tcar . t s en Amenca
gir estrategias pastorales y autoridades nacionales independientes. gues Brandao, 1985: 705} existe~ e O sde esta perspectiva, rechazo
Recientemente, ingresaron al contexto latinoamericano los grupos mente, en otras partes de~ munl ~·cr:encias religiosas propias, P?~-
neopentecostales, cuya peculiaridad consiste en que realizan una e l concepto de deslealta con a .. , del mundo y más espeetft-
que la lealtad con su ststema. de .VIStOn f ndos en sus '
sistemas d e
fusión de las doctrinas tradicionales pentecostales con las presbi-
terianas o reformadas, las cuales les permiten desarrollar estrategias camente la asimilación de cambtos pro u rtar de las denomina-
! reyentes a reco .
pastorales y de evangelización con contenidos políticos y sociales visión del mundo, lleva a os e rt' entes para operar su sts-
ciones religiosas, aquellos aspectos pe m
más acordes a los nuevos tiempos, sin dejar de lado los aportes de
la Teología de la Prosperidad. tema religioso específico. h' o' tesis de trabajo está
· é que otra tp
El discurso neopentecostal está fuertemente adaptado para Anteriormente mencwn . .ones y los sistemas
. bT de las denommact
influir en sectores sociales medios y altos, incluyendo a los sectores referida al capital sim o tco . , d las denominaciones re-
, la confrontaCion e . l
populares, a quienes les permite insertarse y afrontar los desafíos religiosos, esta propone f ma pertinente, el captta
ligiosas con la capaet'd a d de operar, en or . bo'1'ICO
· , de capital s1m
de la posmodernidad. Otra característica de los neopentecostales,
simbólico históricamente acumu ¡a do . La noCton
es el desarrollo de redes latinoamericanas que involucran a las de-
nominaciones neopentecostales latinoamericanas autónomas, y que
estas redes, a su vez, ingresan a los Estados Unidos y Canadá para el len uaje específico de los conjuntos bo-
12"l ... )la posibilidad de repn::sentar, en os sob~e universos fijados y de realizar con
disputarle feligreses a las iglesias pentecostales tradicionales, e in- rrosos a determinados predicados vagf t ' nferencias. La lógica borrosa ha co-
cluso, a las neopentecostales americanas. En este marco de ideas, ' , . mita e ec uar 1 t ca-
ellos un cálculo log¡co que per . , d 1 nacimiento , tanto para represen ar
debemos mencionar el desarrollo de las megaiglesias que, según Hi- , 1 · emena e co · t as
brado un gran interesen a mg t' , de incertidumbre en ciertos SIS e m
. para la ges IOn - · fre-
lario Wynarczyk (2009: 154-155), se relacionan con la Nueva Reforma nocimientos imprecisos como
1, ·
b
orrosa
es un instrumento utll, Y con gran
· t
Apostólica. expertos 1.. . ). En general, la o~lca o de diversas modalidades del razonamten o
cuencia simple, para el tratamtent
aproximado" (Trillas, 1995: 145) .
36
Elio Masferrer Kan una propuesta metodológica alternativa 37
que empleo, alude a un proceso h" t, . d .,
~s onco_ e aceptaCJon y recono-
1:
cimiento de la eficacia simb T
cepto de eficacia simbólica t~~é ~ unClsisdtema, r~ligioso. El con-
e au e Levi-Strauss:
ue los creyentes operan, fundamentalmente, en contextos sociales
q socializados que excluyen proyectos individuales; aunque no se
y uede descartar que la conversión implique una toma de decisión
1... 1se trataría en cada caso de ind . personal, más que individual. Entiendo el término personal, refe-
gánica consistente, en esencia, en ~~~ ~r:~:;~~~f~;~~~ón or- ~do a un contexto social del que ningún individuo puede sus-
~~=~~~-~~~e~~~si~~:í: precisamente en esta propiedad inds:;t~~ traerse.
Por otra parte, resulta imposible prescindir del concepto de
formalmente h, '1 con respecto a otras, ciertas estructuras nicho social en una sociedad compleja, segmentada y escindida en
les diferentes :~i~~:~~=~~~~=~~= ~:~::tui:se,
con materia- clases sociales, grupos residenciales, categorías de edad y concep-
gánicos . . r VIVO: procesos or- ciones sobre los géneros, y que además está afectada por procesos
, psiqUismo inconsciente pensam.
(Lévi-Strauss, 19 95 : 225 ). ' Iento reflexivo migratorios, entre otras cuestiones. El éxito del desarrollo de las
propuestas denominacionales estriba, precisamente, en la defini-
Con frecuencia, el capital simbóli . . ción adecuada del target 13 en el mercado religioso; esto es, encontrar
nación rel· . co es capitalizado por la denomi- un segmento donde la propuesta denominacional y el sistema reli-
Igiosa: un aparato institucional 1
cierta capacidad de operación le 'f a qu~ se le reconoce gioso sean adecuados, pertinentes y congruentes.
las estructuras eclesiásticas. g¡ Ima sobre el Sistema religioso y En este contexto la multirreligiosidad, de la que hablan cier-
tos especialistas, contará con dos definiciones: la primera, suele
aplicarse a la coexistencia de varias propuestas religiosas históricas
KS (capital simbólico) =Acumulación hi"sto' . d f" .
nca e e ICaCJa en la misma sociedad; por ejemplo: los cristianos, judíos, musulma-
simbólica
nes, budistas e hinduistas en Europa. En este caso, los límites y los
Considero que e s t a t ens10n
·, denominad' espacios están bastante definidos.
·
elemento que debemo t ' en-sistema religioso, es un Por otro lado, en América Latina la coexistencia de diferen-
s ener en cuenta p .
de conversión religiosa as¡' 1h ara ana 1Izar los procesos tes tradiciones religiosas es vista desde otra perspectiva histórica,
' como e echo de d sin embargo, y retomando los planteamientos de Rodrigues Bran-
el interior de una misma d . ., que pue e darse en
. enommac10n -por · 1
nsmáticos católicos e¡emp o, entre los ca- dao, los latinoamericanos no tenemos mayor problema en aplicar,
1
les; sin embargo esto en a ruptu:a de las lealtades instituciona- a distintos aspectos de nuestra vida cotidiana y social, mecanismos
' 0 no es posible e ¡ b"
religioso, como es el traspaso de lo . n, ~ cam IO de sistema de interacción y prácticas religiosas que, en términos teológicos y
o a sus diferentes variantes. s cansmaticos al pentecostalismo de origen histórico, son contradictorios e incluso conflictivos. Así,
Se entiende entonces que la . . . podemos tomar sesiones de yoga, ir a un centro budista, participar
cidos de eficacia simbo'!· ' . cnsis de los Sistemas recono-
Ica -propios de la d · · 13
Término proveniente del mundo publicitario que se refiere a un segmento defi-
están en un momento ded" d 1 " . s enommaciOnes que
Ica asa a admm· t ., "d nido del mercado. Lo utilizo deliberadamente, pues existen asociaciones religiosas
religioso específico- 11 . , IS raCion e un sistema
, eva a 1a conversion 0 al b· . . que se comportan como auténticos supermercados de la fe. Por ello, descarto en
que, de alguna manera, es la bús ueda d . . ca~ IO religiOso el concepto de neopentecostales a la Iglesia Universal del Reino de Dios, porque
cial, entre la denominaci·, q e COinCidencia, total o par- considero que su comportamiento está más vinculado a la venta de productos y
an Y1os procesos d b· .
de visión del mundo del . e cam Io, en el sistema servicios de tipo religioso, que a la estructura de uno o varios sistemas religiosos
creyente. Es Importante tener en cuenta específicos.
39
sta metodológica alternativa
una propu e
38 Elio Masferrer Kan
· ·d d en mi libro
iento lo expuse con antenon a . . ,
en una sesión de cura divina pentecostal, entrar en un ritual de Ese plantea~ ? Un modelo antropológico del campo relrgwso; ,a_h,,
santería, asistir a misa el domingo y bautizar a nuestros hijos en el ·Es del césar o es de ows . e "la construcción de un modelo anaht!CO
catolicismo. ~o \as condusione~ P~?P:~ica del campo religioso y su rela~ió~ con
Otro aspecto importante de recordar, está vinculado con los para compren,d_er ad ;de la perspectiva de los actores . Aslmls~o,
procesos de cambio social y cultural, y con el hecho de que nuestras el camPo poht!CO, e los mismos no son esferas separada~ ~¡no
·mos demostrar que munes que se exphCitan
sociedades o los integrantes de un mismo grupo social, e incluso pu d 1 . t de elementos co ,
los miembros de una misma familia, reaccionan de manera diferente ue tienen un conJun o po o espacio de interacciones-
q . , de un nuevo cam . . .. (Mas
frente a las dinámicas de globalización e interrelación; más bien en la construcc!On. . 1\ mamos campo polílico-relrgwso -
1
't·co que provlsonamente a
buscan, en la mayoría de casos, formas alternas de articulación y re- peCII •
2004-2007:310) .
lación con los distintos espacios sociales. Margareth Mead propone ferrer,
tres tipos de dinámicas culturales: las pre~gurativas, se distinguen en
. U ode\o energético.
que los nietos se parecen a los abuelos; las co~gurativas, en ellas las La dinámica de los sistemas re\igJOsos. n m
generaciones se endoculturan a sí mismas; y las post~gurativas o trans-
figurativas, en donde las sociedades son endoculturadas desde . . nto de distintas propuestas religiosas,
El crecimiento Y decreclmle d 1 dinámica de los sistemas
afuera , desde otra cultura o sociedad. Esta dinámica diversa puede · s evidentes e a
es una de las cuestione nitorios de algunos colegas
darse en el interior de una misma familia y configura formas variadas . los excesos premo d
de espiritualidad, así como diferentes articulaciones al mismo o a religiosos. Sm caer en - de actores religiosos interesa os ~n
distintos sistemas religiosos. En América Latina, como resultado de -por ejemp\~, St~H ( 1_9_90) Je\ triunfo de su propuesta, es obviO
demostrar la mevltablhdad . e existen propuestas que
los procesos de interrelación y el desarrollo de los medios de in- . · es camb1ante Y qu
que el campo re \¡gwso , franca decadencia. Lo ante-
formación de masas, podemos aculturarnos aun sin mudarnos de la .d otras que estan en \
\
se han forta eCI o Y . . d 1 mundo católico, como en e
casa donde nacimos.
rior es patente tanto en el mtenor e
protestante. '\" isten menos de una hora al
Los 80 millones de cato ¡cos ~s. n tanto los 20 millo-
Distinción entre el campo religioso y el campo político o d. \ servicios rehgwsos; e ' ..
mes, en prome lO, a os h anales a sus serviCIOS Y
político- religioso. nes de evangélicos asisten ocho oras _se~ de Richard N. Adams
. r cáramos los ente nos d \
otras activida d es. S1 ap 1 ,. que en realida os
Un punto a destacar de la antropología y la sociología europeas, y tum energetiCO, vemos ,
(l975, 1978) so b re quan humanos 0 para ser mas
particularmente francesas, es la consideración del campo religioso . de mayores recursos ' ,
evangélicos d ¡sponen l s católicos· y ello sena una
y el campo político como dos espacios o arenas separadas. Pen- ' a humana que o , .
preciso, mayor energl . , de los mismos que se mere-
sando en la tradicional separación Estado-Iglesia en Francia, país . ara la expanswn '
de las explicacwnes P , he tratado de plantear
de origen de nuestro autor, podríamos suponer que se trata de un d 10 años Por esta razon,
menta un 50% ca a · . disponible en un sistema re-
eurocentrismo. Sin embargo, en el continente americano lo que se una fórmula para definir la estrategia
da es un campo político-religioso, donde los actores se mueven
constantemente en ambas dimensiones, a las que toman como un ligioso: . li ioso) =tiempo socia\+ tiempo
E (energía del s1stema re g f . )
espacio único; aunque existan pretensiones de separarlo en térmi- . . do (recursos + edi ic1os
cnsta1¡za
nos de discursos formales .
41
a metodológica alternativa
una propues t
40 Elio Masferrer Kan
. render qué implica esta separación en
ecesano comp l' · y de co-
Llamaremos tiempo social al tiempo y trabajo socialmente disponibles lo que es n d más de las cuestiones po ¡tlcas .
para el sistema religioso; consiste tanto en la asistencia a los servi- ";.:n¡nos estruct~raf\es; ad: la temática de este estudio. Fue notono
cios, como el involucramiento de los participantes en un conjunto t untura. que estan uera enedicto XVI con los miembros de l_os mo-
de actividades de la organización . El tiempo cristalizado es un término yl encuentro del papa B m unidades edesiales, el cual conto con la
provisional, se refiere a los recursos monetarios o en especie que ~¡rnientos y las nuevas ~o anizaciones. Los papeles destacados. se
aportan los feligreses, así como a edificios y demás instalaciones fí- articipación de \23 o g l Comunidad de San Egidio, el Cami~O
sicas. En sentido estricto, considero que el sistema religioso nece- pcentraron en los Focolare~., a Y L!"beración Sodalicio de Vida Cns-
1 Comumon ' · 1' Bo-
sita tiempo social para su desarrollo, de lo contrario entra en crisis. flleocatecumena ' aternidad Sacerdotal de San N!CO as
Es notable la venta de templos o su renta para otras actividades en tiana. los alumnos de la ~r . de Cristo;t 4 en cuanto a las
Europa, donde no logran los recursos necesarios para su manteni- rromeo Y de los _Leg!Ona~~:e éstas no fueron invitadas ni si-
miento. Otra salida más digna consiste en el desarrollo de la lla- comunidades Edes!ale~ de 11 ' esta situación? En términos es-
. . r ·Que con eva . \l va
mada arqueología histórica, que es una forma amable de q uiera a part¡opa . c. . h¡"pótesis de traba¡o, con e
d cuerdo con mi \"d d
incorporarlos al "patrimonio cultural"; es decir, los contribuyentes tructurales, y e a d t Tcos en términos de universa 1 a ;
comprender el concepto e ca o_ 1 ompe el equilibrio estruc-
se hacen cargo finalmente del mantenimiento de los edificios reli - . , se mantiene se r d1d
giosos, con el fin de admirarlos como "monumentos de un pasado sin embargo, Sl esta no . ue la lnlesia católica es un mo e o e
. . , n pues opmo q "' .
tural de la orgamzac!O ' . . tos de la estructura se mantienen
glorioso". · d d los d1stmtos segmen
Este modelo contempla la posibilidad de la existencia de estructura segmentana~ on e d ilibrio dinámico inestable,t 5 siguiendo ~or
grupos religiosos que hagan una fuerte inversión en recursos mate-
cohesionados por un sistema e equ lE s Pritchard \977: 280), que m-
, d d ¡05 Nuer van - ' . _
riales, dinero y construcciones, y que no les interese tanto una reli- analog1a el m o e1o e t lo' gicas y ritos d1ferentes
· , de propuestas eo . .
cluye la aceptaoon . f" "d d de carismas rehg¡osos,
gión de las mayorías; por el contrario, que fortalezcan su presencia d de una m m1 a
más de 30 en el m un o-, . . as y de teologías diversas.
en un nicho social, para desde allí potenciarse hacia el conjunto de "f t órdenes re 1¡g¡os
expresados en dl eren es d n grupo de conceptos que
la sociedad. Dentro del catolicismo, esto se expresa con toda clari - ·f· bre la base e u
Este pluralismo um ¡ca so tando las diferencias. Por
dad en los llamados nuevos movimientos eclesiales, que hacen én- ·dad pero res pe .
permite mantener a um 1 ' . . \icaría la ruptura del eqUl-
fasis en la formación de líderes y dejan las masas al trabajo rutinario . ·, d na tendenoa 1mP
ello la e\immaoon e u t"o' n que es rechazada por
de los párrocos. Estos líderes serían quienes, con su ejemplo e ima- • t ción cues 1
librio y llevaría a la fragmen a ~ t. a del mundo. Los inten-
gen, las atraerían y les servirían como modelos de identificación; de . . . , eligiosa mas an 1gu . d
la Iglesia, la mst1tuoon r . \"grosos porque t1en en
ahí el interés en el control de los medios masivos de información . tos de homogeneización son VIstos como pe l
Esta estrategia podría ser operativa en situaciones monopólicas de
a la ruptura.
una propuesta religiosa, sobre todo, en contextos de sistemas de
. 4 (292) edición
religión de Estado. En un mercado religioso competido, equivale a , 1954J,del8al15dejumode2006 ,p. '
14 t.:Osservatore Romano, num. 23 (
un abandono de espacios que son cubiertos por las distintas pro- '· mente
mexicana. d lantea que la sociedad, matemattca
puestas evangélicas, las cuales tienen una gran capacidad para ge- 15 Coincido con Edmund Leach cuan o p . n agregado de variables; que los mo-
nerar organizaciones diversas que capten esta situación de d de cosas, smo u · d d del
hablando, no es un agrega o lican únicamente a soete a es
"vacante" en los diversos sistemas religiosos. \" ados no se ap 1 d
cielos estructurales genera tz mt"sma ordenación estructura pue e
t y que una
Resulta interesante observar, cómo la Iglesia católica recien- mismo tipo estructural aparen e , . d d (Leach 1971: 20-21)
· r de soete a
encontrarse en cualqUier tpo
'
temente se ha retirado de espacios completos del campo religioso,
43
sta metodológica alternativa
una propue
42 Elio Masferrer Kan
. . d · y característi-
d alternativas rehgtosas e ongen .
Es importante tener presente q ue la Santa Sede es, en tér- ra el desarrollo e . osibilidad estructural de incluir en s~,tn-
minos de ciencia política, una monarquía absoluta de base teocrá- pas diferentes. Ante la~mp . s y carismas, el catolicismo perdto la
tica, debido a que el papa designa a Jos cardenales, quienes a su ca ·or a todas las ten enc~a., n única e incluso está desaprove-
ten ·dad d e ser la rehgto ' ¡· . , de las mayorías . Por
vez designarán al nuevo papa. Los cardenales, formalmente, no ac- 0 rtunt se como re tgton
túan por sí mismos, sino por inspiración del Espíritu Santo, quien los ~~ando el desafío de mante:~os para otras propuestas religiosas
orienta para identificar y elegir al sucesor de Pedro, Obispo de Roma, esta razón , se abren los ca dades y los desafíos sociales, culturales
Vicario de Jesucristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Su- que dan cue nta de las;:s::rollan actualmente en las sociedades la-
premo Pontífice de la Iglesia Universal, Patriarca de Occidente, Pri- y espt
·r"ttuales ' que se . _
mado de Italia y Arzobispo de la Provincia Romana, así como tinoamericanas. ., nuevo papa, corrobora mt plante~
Soberano de la ciudad del Vaticano. El papa tiene la capacidad de La designaciOn de un . d tablecer la noción de eqUt-
. t' propomen o res , d 1
seleccionar a todos los obispos y cardenales, también por inspiración miento; Franctsco es a . d al teórico de la Teologta e a
del Espíritu Santo . Esta concentración personal de poder de base te- librio dinámico inestab.le, acogtent odo de reincorporar a los secto-
. encana y tra an .
ocrática tiene, al mismo tiempo, un sistema de contrapesos horizon- Liberaci~n Latmoam n Pablo 11-Ratzinger-Benedicto XVI ; ~artteu-
tales que hace posible el libre juego de las facciones internas, para res margmados por Jua . . d católica. Veremos cuales son
los sectores de la ¡zquler a
evitar precisamente la ruptura del equilibrio; en este caso, retomo \armen t e, a
en términos analíticos el modelo de monarquía divina de los Chilluk los resultados.
(Lienhardt, 1959) . 16
La Iglesia vive siempre en el fflo de la nava;a de la autoridad
legítima y el autoritarismo. La estructura de autoridad de la Iglesia
es posible expresarla en la metáfora de la cadena arborescente , donde
cada eslabón cuenta con un espacio de autonomía relativa, aun
cuando todos los hilos de la red confluyan en el papa, quien es el
responsable de la legitimidad de cada eslabón . En numerosos casos ,
su poder sólo consiste en que puede ratificar lo decidido en esa ins-
tancia, pues, además, todo está matizado por los principios de liber-
tad, libre albedrío e historicidad del cristianismo. 17 El problema estructural
es delicado, pues implica la ruptura sistemática de los mecanismos
de consenso como constructores de legitimidad .
Mi hipótesis de trabajo plantea que el congelamiento estructural
del catolicismo generó la diversificación y segmentación del campo
religioso mexicano y latinoamericano; asimismo, abrió las puertas

16
Agradezco a Félix Báez-Jorge la sugerencia de tomar esta hipótesis en torno a los
Chilluk, aunque él la aplica al sistema político mexicano.
17
Desde esta perspectiva , la posición de Juan Pablo 11 sobre la "eternidad y uni-
versalidad de los valores ", es un punto que debe ser matizado por las propias tra-
diciones del cristianismo.

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