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5 Urología
Bibliografía: Brunicardi F, Andersen DK, Billiar TR, Dunn DL, Kao LS, Hunter JG, Matthews JB,
Pollock RE, editores. Schwartz. Principios de Cirugía, 11ra ed. McGraw Hill; 2020. Disponible en
https://accessmedicina-mhmedical-com.binasss.idm.oclc.org/
content.aspx?bookid=2958§ionid=248570262
Contenido: Diagnóstico
Cáncer de Próstata
El cáncer prostático es el cáncer no cutáneo más común en los varones. La detección del cáncer
prostático con antecedentes detallados, tacto rectal y pruebas de antígeno prostático específico
(PSA, prostate specific antigen) en suero ha cambiado la historia natural de la enfermedad.
Si el tacto rectal es anormal o si el nivel de PSA es superior al esperado para la edad y el tamaño
de la próstata de los pacientes, en la mayoría de los casos se realiza una biopsia de próstata. Las
pruebas más recientes, como la puntuación de 4K, el índice de salud de la próstata y el PCA3, se
usan en algunas ocasiones para informar la decisión de proceder con la biopsia.
Dado que la mayoría de los pacientes sobreviven a la enfermedad, los sistemas de estratificación de
riesgo se utilizan de manera habitual para guiar la estadificación y el tratamiento. La etapa clínica de
TNM, los niveles séricos de PSA y el sistema de clasificación de Gleason se utilizan en la práctica
clínica.
Se utilizan estudios de imagen como TAC y gammagrafía ósea para descartar la enfermedad
metastásica en pacientes de alto riesgo. Los dos sitios más comunes de enfermedad metastásica
son los ganglios linfáticos pélvicos/retroperitoneales y las estructuras óseas.
Extra:
La prostatectomía radical y la disección de los ganglios linfáticos pélvicos, la radioterapia con
modulación de imagen (IMRT) y la braquiterapia son los estándares de atención para los tratamientos
curativos. Todos brindan la misma supervivencia específica para el cáncer de riesgo bajo e
intermedio. Para los pacientes con mayor riesgo de cáncer prostático, tanto la cirugía como la IMRT
con tratamiento de privación de andrógenos brindan un excelente control. Luego de un tratamiento
definitivo del cáncer prostático localizado, el aumento del PSA es un indicador extremadamente
confiable de recurrencia o progresión.
4.5.002 Cáncer testicular
Cólico renoureteral
Este tema no se encuentra dentro de la bibliografía oficial, por lo que se adjunta el artículo médico
que sirvió como referencia
guia-actuacion-colico-renal (2).pdf
Síndrome clínico agudo caracterizado principalmente por dolor intenso en uno de los ángulos
costovertebrales, que puede ser irradiado, y que se produce como resultado de la obstrucción del
tracto urinario superior por un cálculo (lo más frecuente), una papila renal o un coágulo.
Las zonas de obstrucción más frecuentes son los cálices renales, la unión pieloureteral, el cruce del
uréter por las arterias ilíacas y el uréter pelviano
Diagnóstico
El síndrome consiste en un dolor de inicio brusco, de tipo cólico, que va incrementándose
paulatinamente y que se irradia de forma característica siguiendo el trayecto ureteral y hacia la
región genital.
A la hora de valorar el cólico nefrítico es importante conocer su clasificación. Los cólicos se clasifican
en cólico complicado y cólico no complicado y la actitud terapéutica dependerá del tipo de cólico
que presente el paciente.
Anamnesis:
Dirigida a los aspectos de la clínica del cólico y de los síntomas generales.
Además, es necesario conocer la historia previa de cólicos, el antecedente de traumatismos, el hábito
deposicional y factores desencadenantes de deshidratación.
Es importante en la anamnesis y con las exploraciones complementarias descartar las causas no
urológicas de dolor lumbar tipo cólico descritos en el apartado de etiología. En este punto cobra
especial importancia los trastornos ginecológicos (rotura/torsión de quiste ovárico, anexitis…),
cuadros gastrointestinales (cólico biliar, pancreatitis, apendicitis, diverticulitis…) y hematoma
retroperitoneal (espontáneo o secundario a traumatismo, LEOC, anticoagulación…).
Además, es importante conocer si el paciente tiene antecedente reciente de cirugía pélvica. El
diagnóstico inicial del cólico nefrítico es clínico. Para ello es necesario conocer los síntomas y
sus características
Clínica:
• Dolor: de inicio brusco tipo cólico y de duración variable. La intensidad del dolor también es
variable, pero en general se trata de un dolor muy intenso. La localización es lumbar con máxima
intensidad en el ángulo costovertebral y puede irradiarse de forma característica siguiendo el
trayecto ureteral y hacia genitales externos. Además, este dolor puede provocar agitación
psicomotriz. Esto es, el paciente busca constantemente una postura antiálgica y se muestra
impaciente e irritable.
• Clínica miccional: en cálculos situados en uréter distal próximos a la vejiga puede asociar
clínica irritativa miccional (polaquiuria, disuria, escozor, urgencia) y hematuria (macroscópica o
microscópica)
• Síntomas gastrointestinales: como naúseas y vómitos repetidos, paresia intestinal e incluso íleo
paralítico por irritación local.
• Fiebre: la presencia de fiebre asociada a dolor tipo cólico sugiere pielonefritis obstructiva y se
considera cólico complicado. Suele asociar dolor en flanco y es imprescindible realizar prueba de
imagen.
• Síntomas generales: puede estar acompañado de aumento de la TA y la FC, así como de
sudoración y palidez.
Exploración física
En primer tomar las constantes (temperatura, TA y FC).
En el cólico nefrítico es típico que el paciente se muestre intranquilo y ansioso, no así en los
hematomas retroperitoneales.
El paciente presenta dolor espontáneo y a la presión en el ángulo costovertebral (signo de Guyon).
El paciente puede presentarse con contracción del hemiabdomen afecto, aunque la postura y los
movimientos no modifican el dolor.
Pueden realizarse otras exploraciones para descartar origen urológico del dolor:
• Dolor a la presión de hipocondrio derecho: cólico biliar, colecistitis
• Exploración abdominal: peritonismo u organomegalias, masa pulsátil en aneurisma aórtico.
• Auscultación pulmonar: sospecha de neumonía.
Exploraciones complementarias
Para completar el diagnóstico y poder clasificar el cólico en complicado y no complicado es necesario
realizar una serie de exploraciones complementarias
Datos de laboratorio:
• Anormales y sedimento: es casi imprescindible la presencia de hematíes (dudar de cólico si no
hay hematíes); puede asociar leucocituria, cristaluria, bacteriuria y nitritos.
• Hemograma: en caso de pielonefritis obstructiva puede aparecer leucocitosis.
• Bioquímica: valora los iones y la creatinina (Cr > 1,5mg/dl cólico complicado)
• Reactantes de fase aguda: en caso de fiebre para valorar el riesgo de sepsis.
Pruebas de imagen:
• Radiografía simple de abdomen vacío decúbito y ortostático: exploración radiológica que
permite diagnosticar cálculos con componente cálcico (radioopacos) con una sensibilidad de 45-
60%. Hay que buscar imágenes radioopacas sobre la silueta renal y el trayecto ureteral. Además,
permite valorar el gas intestinal y el marco óseo.
• Ecografía abdominal: es la exploración inicial de elección. Es necesaria en todos los casos
agudos de nuevo diagnóstico. Permite valorar la dilatación de la vía urinaria con una sensibilidad del
96%, la presencia de litiasis, el tamaño renal, tumores, abscesos y colecciones perirrenales. Además,
permite diagnosticar otras patologías abdominales.
• TAC abdominopélvico (con o sin contraste): permite identificar litiasis independientemente de
su tamaño, localización y composición con una sensibilidad del 94-100%. Además, en los casos de
duda diagnóstica es capaz de identificar causas no urológicas de dolor lumbar de tipo cólico
En un primer momento es prioritario aplicar un tratamiento sintomático analgésico, antiemético y de
fluidoterapia.
Posteriormente en caso de que se trate de un cólico complicado (valoración por Urología) se
planteará la necesidad de aplicar tratamiento intervencionista. Finalmente, en caso de cólico no
complicado y si el paciente responde bien a la medicación puede ser dado de alta con tratamiento
analgésico y expulsivo.
Fluidoterapia: es necesaria debido a que los pacientes habitualmente presentan deshidratación.
Preferiblemente con suero fisiológico 20-40 ml/h. Es importante no aumentar la velocidad,
principalmente en momentos de dolor debido a que incrementa el dolor.
Tratamiento analgésico y antiemético hospitalario: como primera elección se deben administrar:
AINES. Evitarlos en ancianos, monorrenos, diabéticos, úlceras gástricas…
Metamizol (Nolotil®): 1 vial 2 g/8h. Vigilar TA (puede hipotensar). Buena tolerancia digestiva.
• Diclofenaco (Voltaren®): 1 vial 75mg/12h.
• Ketorolaco (Toradol®): 1 vial 30 mg/6h (ajustar según función renal).
• Meperidina (Dolantina®): ½ o 1 ampolla de 100 mg subcutánea si el dolor no cede con AINES.
• Metoclopramida (Primperan®) 1 vial de 10 mg/8h; Ondansetrón (Yatrox®) 1 vial de 8 mg/12h en
caso de vómitos.
Tratamiento analgésico al alta y expulsivo: el tratamiento al alta consiste en medicación analgésica
con protector gástrico, medicación que favorece la expulsión del cálculo y recomendaciones
(hidratación).
El paciente debe ser dado de alta tras comprobar una buena respuesta al tratamiento sintomático
inicial tras permanecer en observación unas 4 h.
• Tratamiento analgésico: Paracetalmol 1 g/8h, Metamizol 575 mg/8h, Ibuprofeno
600mh/8h, Diclofenaco 50 mg/12h. Debe tomarse de manera alterna y dependiendo de la intensidad
del dolor. Se recomienda mantener el tratamiento de 3 – 10 días.
• Protector gástrico: Pantoprazol 40mg/día, durante el tratamiento antiinflamatorio.
• Tratamiento expulsivo: alfa-bloqueantes (Tamsulosina 0,4 mg/día, Silodosina 4 8 mg/día) 4
semanas.
Se define como la incapacidad para alcanzar y mantener una erección adecuada para la
relación sexual, también puede ser un síntoma temprano de enfermedad cardiovascular debido
a la disfunción endotelial.
Para que una erección se pueda desencadenar, se activa estimulación sexual una cascada de
eventos. El óxido nítrico es liberado desde las fibras nerviosas y se activa guanilil ciclasa
conduciendo a un aumento de guanosina monofosfato (GMPc). La vía GMPc favorece la relajación
muscular de los cuerpos cavernosos permitiendo que la sangre llene los espacios lagunares
Una vez que los espacios lagunares están llenos, el tejido se expande y comprime las vénulas de la
subtunica atrapan la sangre dentro del pene y bloquean la salida venosa. La fosfodiesterasa tipo 5
hidroliza el GMPc para revertir el proceso
Hay muchos mecanismos implicados en la disfunción eréctil: vasculogenicos, neurogénicos,
iatrogénicos y psicológicos; usualmente es multifactorial. DE vasculogenica suele ser resultado
de enfermedad cardiovascular y disfunción endotelial que lleva a una insuficiencia de la arteria
cavernosa. Enfermedades como hipertensión, diabetes, dislipidemia o abuso de tabaco pueden
aumentar el riesgo DE. El daño a nervios debido a enfermedades (diabetes, Enfermedad de
Parkinson, Esclerosis Multiple, daño cordon espinal) ó cirugías (Prostatectomia radical, resección
abdominoperineal y otros procesos pélvicos radicales) puede provocar interrupciones en la
señalización nerviosa que provoca la liberación de oxido nitrico y por lo tanto conduce a DE.
Las causas iatrogénicas pueden ser resultado de una cirugía ó de medicamentos (antihipertensivos,
opioides, antiandrógenos y psicoterapéuticos). La disfunción eréctil psicógena, una reacción común
al estrés y la ansiedad, es el resultado de la noradrenalina que provoca la contracción del músculo
liso y, por lo tanto, inhibe las erecciones.
El tratamiento de la DE comienza con cambios en los estilos de vida, identificando cualquier
factor de riesgo reversible como estrés/ ansiedad, medicamentos, dietas poco saludables,
falta de actividad física y abuso de tabaco.
La terapia médica inicia con inhibidores de la 5 fosfodiesterasa (PDEi), que trabaja prolongando
la actividad de la GMPc permitiendo que continúe la relajación del musculo liso permitiendo que
haya más flujo sanguíneo al pene. La mayoría de medicamentos dentro de los que se incluye
sildenafil, tadalafil, vardenafil y avanafil difieren en el pico de concentración (siendo más bajo en
avanafil, sildenafil y vardenafil) medio en tadalafil y el impacto de los lípidos en los alimentos
(sildenafil y vardenafil deben tomarse con el estómago vacío)
Los efectos secundarios más comunes incluyen: dolor de cabeza, pirosis, rubicundez facial,
congestión nasal y mialgias. Los pacientes que están en tratamiento con medicamentos que
contienen nitratos no deben recibir PDE5i por el riesgo de hipotensión severa. Condiciones
relacionadas con la visión como degeneración macular, retinitis pigmentosa y neuropatía óptica
isquémica no arteriosa son causa de consulta con el oftalmólogo.
La segunda línea de medicamentos para DE incluye: dispositivos de erección al vacío (VED),
inyecciones intracavernosas (ICI) y supositorios intracavernosos. El VED es un dispositivo
mecánico compuesto por un cilindro que se coloca alrededor del pene y que utiliza un vacío para
crear un presión negativa y atraer sangre hacia el pene; para que la sangre permanezca en el pene
después de que se libera el vacío se debe colocar una banda de constricción apretada en la base
del pene. Debido a la dificultad de uso hay un cumplimiento deficiente y reacciones comunes como
petequias, parestesia temporal, cambios de color y pene frío al tacto.
De manera alternativa las ICI usan sustancias vasoactivas (prostaglandinas E1: alprostadil,
papaverina y fentolamina) ya sea solas o en combinación para desatar la cascada de la erección.
Los pacientes son entrenados para darse una inyección ellos mismos cuando quieren una erección,
toma de 5 a 15 minutos si hay respuesta. La principal preocupación es una ereccion prolongada o
priapismo así que se debe monitorear cuidadosamente.
Los supositorios intrauretrales están compuestos por alprostadil en forma de gránulo que luego se
coloca en la uretra y se masajea para su absorción. Con su uso hay preocupaciones sobre la eficacia
(solo 46-65%) y el cumplimiento debido a una sensación de quemadura, que limita el interés de
algunos usuarios.
La tercera línea de tratamiento en DE es cirugía con colocación de una prótesis de pene. Hay
tres tipos principales (maleable, dos piezas y tres piezas). El dispositivo maleable no se infla ni se
desinfla y simplemente se dobla dentro y fuera de su posición para el coito.
Los dispositivos de dos y tres piezas son inflables y se diferencian por la presencia de un depósito
de fluido separado. El dispositivo de dos piezas tiene el líquido mantenido en la mitad inferior de los
cilindros del pene, mientras que el dispositivo de tres piezas tiene un depósito de líquido colocado
en la pelvis o la pared abdominal. En general, la prótesis inflable tiene una alta satisfacción del
paciente y de la pareja
Campbell Walsh Urología 10ª Edición Tomo 1, Páginas 811- 821
Eyaculación precoz
Definición de eyaculación precoz
Se define eyaculación precoz con base en 3 criterios:
1. Eyaculación que sucede siempre ó casi siempre antes o dentro del minuto siguiente a la
penetración vaginal
2. Incapacidad de retrasar la eyaculación en todas o casi todas las penetraciones vaginales
3. Consecuencias personales negativas, como tensión, malestar, frustración, abstinencia de
intimidad sexual o todas ellas.
Dispareunia y vaginismo
Resulta un desafío por las múltiples causas y pocos estudios controlados. El tratamiento debe
involucrar, idealmente, un equipo multidisciplinario que pueda encarar los factores fisiológicos,
emocionales, de relación y psicológicos. La terapia física del suelo de la pelvis con
retroalimentación biológica, la estimulación eléctrica de la pelvis, la ecografía perineal y los
dilatadores vaginales se han usado y todos los informes sobre ellos mencionan beneficios, aunque
sin evidencias científicas.
La farmacoterapia para los trastornos de dolor durante el sexo está dirigida al tratamiento de las
situaciones subyacentes. Las mujeres posmenopáusicas con dolor secundario a la vaginitis
atrófica deben tratarse con estrógenos tópicos, mientras que las que padecen vulvovaginitis
tienen que ser tratadas con antimicóticos orales o transvaginales. Los antidepresivos
tricíclicos, SSRI y corticosteroides se usaron para tratar la vestibulitis vulvar, aunque la
información para sustentar su uso es limitada.
Disfunción sexual relacionada con SSRI
Los inhibidores selectivos de la fosfodiesterasa de tipo 5 se han utilizado en el tratamiento de
la disfunción sexual inducida por SSRI. En varios estudios informaron mejorías significativas en
la función y la satisfacción sexual global con el uso de sildenafilo
Algunos informes sugieren que el bupropión puede ser un antídoto eficaz en este tipo de
disfunción; no obstante, los datos acerca de la restauración del funcionamiento sexual normal en
esta población de pacientes son variados
Tratamiento quirúrgico
Trastornos del dolor sexual
Considerar solo en pacientes en quienes fracasa la terapia conservadora médica y psicológica
Trastornos del suelo de la pelvis femenina
Aunque el prolapso de órganos de la pelvis, la incontinencia y la vejiga hiperactiva mostraron
impactar de forma negativa sobre la función sexual femenina, la restauración quirúrgica de la
anatomía normal con alivio de los síntomas no mejora consistentemente los resultados vinculados
con la sexualidad femenino.
4.5.005 Epididimitis
Epidimitis / Orquiepididimitis
La epididimitis es una afección médica que afecta a hombres de todas las edades, pero es más
común en hombres jóvenes y de mediana edad. A menudo se presenta como una inflamación
dolorosa en el epidídimo, que puede ser unilateral o bilateral. La inflamación puede ser causada por
una infección bacteriana, una lesión o una enfermedad de transmisión sexual(ETS).
Causas
-Infección bacteriana: La causa más común de epididimitis es una infección bacteriana. Las bacterias
pueden ingresar al epidídimo a través de la uretra, el conducto deferente o el torrente sanguíneo.
Las ETS, como la gonorrea y la clamidia, son causas comunes de epididimitis.
-Lesiones: Traumatismos o lesiones en el área genital también pueden desencadenar una
epididimitis
-Reflujo de orina: El reflujo de orina hacia el epidídimo, como resultado de una infección urinaria,
puede causar inflamación.
Síntomas:
Dolor en uno o ambos testículos, que a menudo se desarrolla gradualmente.
Hinchazón y enrojecimiento de los testículos.
Sensibilidad en el área afectada.
Fiebre y escalofríos, en caso de una infección.
Dolor al orinar.
Secreción uretral, en el caso de una ETS.
La orquiepididimitis por lo común es consecuencia de infección bacteriana que se origina en las vías
urinarias. Sin embargo, la mayor parte de los varones no muestran datos de infección urinaria. Entre
los síntomas se incluye hinchazón unilateral dolorosa del epidídimo, del testículo o de ambos, a
menudo acompañada de fiebre, puede haber eritema del escroto en el lado afectado. El inicio es
bastante rápido, pero no tan súbito como en los casos de torsión. La ecografía puede proporcionar
datos de incremento del flujo sanguíneo al epidídimo. Podría observarse un hidrocele reactivo. La
infección intratesticular en ocasiones causa orquitis isquémica y en la ecografía puede observarse
reducción del flujo sanguíneo testicular. Aunque la anamnesis revele datos de inicio gradual que
sugieran causa infecciosa, es necesaria la exploración escrotal cuando hay reducción del flujo
sanguíneo para descartar torsión, a menos que se encuentren otros signos como piuria, leucocitosis
o fiebre.
El tratamiento consiste en antibióticos orales si el paciente no tiene fiebre importante y se encuentra
por lo demás estable. Es necesaria la hospitalización con administración de antibióticos parenterales
si hay fiebre elevada, leucocitosis significativa o inestabilidad hemodinámica, porque es posible que
surja septicemia por la orquiepididimitis. Puede formarse un absceso intratesticular que sea
indicación para orquiectomía. La túnica albugínea del testículo no es distensible, de forma que el
incremento de las presiones por inflamación intratesticular puede ocasionar necrosis isquémica del
parénquima.
4.5.007 HEMATURIA
Bibliografía: capítulo 40 Urología / capitulo 308 Nefrología
Schwartz Principios de cirugía 10ma edición / Harrison principios de medicina interna 21a edición.
HEMATURIA
Puesto que puede penetrar sangre en las vías urinarias desde cualquier estructura, el primer paso
es identificar el origen.
Los síntomas de los trastornos de las vías urinarias bajas son disuria, frecuencia urinaria, urgencia,
vaciamiento incompleto, hematuria más notoria al principio del chorro y un chorro urinario más
pequeño. Algunos pacientes que realizan ejercicio extenuante sufren hematuria que puede
descartarse al reanalizar la orina después de una o dos semanas de reposo.
Origen urinario bajo: dolor de flanco o cólico ureteral, además de hemorragia abundante con
coágulos, como un cálculo o una lesión obstructiva.
Origen urinario alto: dolor de flanco sin cólico, es importante descartar edema renal y
distensión de la cápsula renal, como se observa en la obstrucción urinaria aguda, infecciones
renales, nefritis intersticial y, en ocasiones, nefritis glomerular aguda.
RIÑON: durante las contusiones abdominales se explica casi 90% de las lesiones al riñón,
presentándose como una hematuria macroscópica o microscópica con estudio de imágenes
normal, tratando se de forma conservadora.
URETER: La ubicación retroperitoneal del uréter lo protege de traumatismos externos; es
poco común la lesión por contusión, pero puede ocurrir con lesiones por desaceleración
rápida. La pielografia ascendente es la prueba más sensible para lesión ureteral; si se
observa sección parcial puede colocarse una endoprótesis. Con frecuencia también se
lesiona el uréter en el transoperatorio, más a menudo en procedimientos quirúrgicos abiertos
o laparoscópicos incluyendo histerectomía, resección colónica anterior baja o cirugía aórtica.
VEJIGA: Las lesiones vesicales pueden ocurrir por traumatismos cerrados y penetrantes.
Debe sospecharse el diagnóstico en cualquier traumatismo pélvico o en la porción baja del
abdomen. Casi todos los pacientes manifiestan hematuria macroscópica, aunque en
ocasiones se observa hematuria microscópica. La valoración radiográfica inicia con
cistografía por CT o por fluoroscopia. Las lesiones vesicales extraperitoneales por lo
común se tratan con drenaje con catéter por 7 a 10 días. Si la exploración transoperatoria
se lleva a cabo por otras lesiones, puede realizarse la reparación en ese momento.
URETRA: En todo paciente con traumatismo pélvico cerrado, sangre en el meato de la
uretra, hematuria, incapacidad para orinar o hematoma perineal debe sospecharse lesión
uretral. La estadificación se lleva a cabo por una uretrografía retrógrada. Este estudio
puede realizarse con facilidad en la sala de urgencias con el paciente en posición oblicua y
un catéter calibre 12 F colocado en el meato de la uretra. Aplicando tracción al pene, se
introducen 30 ml de material de contraste mientras se obtiene una radiografía durante la
administración del medio de contraste. En pacientes con lesiones
uretrales parciales puede intentarse la colocación de catéter. Aquellos con rotura completa
deben tratarse con colocación de sonda suprapúbica.
4.5.008 Hidrocele
Se usaron los libros de medicina interna, cirugía y pediatría que da ECOM y no se encuentra nada
en específico del tema.
Lo poco que se encuentra con la bibliografía que se debe utilizar se encontró en el libro de Medicina
familiar. Martin-Zurro A, Cano-Pérez JF, Gene-Badia J. Atención Primaria. Problemas de la salud en
consulta Medicina de Familia 8ª. Elsevier; 2019.
El primer objetivo será determinar si la masa es intra- o extra testicular. Las masas intra testiculares
deben considerarse malignas hasta que no se demuestre lo contrario, especialmente en la primera
infancia y entre los 20 y los 35 años.
Las características generales de las masas escrotales benignas frente a las malignas son: se trans
iluminan de manera homogénea, se desplazan libremente, pueden ser quísticas, responden a los
antibióticos, y las determinaciones de βgonadotropina coriónica humana y α-feto proteína son
normales. La prueba de imagen más adecuada para la identificación y diagnóstico de las masas
escrotales es la ecografía.
Principales entidades clínicas Hidrocele Consiste en una colección anormal de líquido seroso entre
la capa visceral y la parietal de la túnica vaginal. Es la causa más común de hinchazón escrotal
indolora. Pueden ser congénitos o adquiridos, y secundarios a infecciones intra escrotales,
traumatismos, cirugía o enfermedades regionales, aunque una gran mayoría son idiopáticos.
Si existe una falta de cierre de la túnica vaginal, se puede asociar a una hernia inguinal indirecta.
Aparecen en varones de más de 40 años de edad como masas crónicas que originan tirantez y
pesadez, y generalmente tienen una evolución benigna. Si la evolución ha sido rápida, debe
descartarse la presencia de un mesotelioma de la túnica vaginal.
La HPB es la causa más frecuente de obstrucción del tracto urinario en la población masculina.
Asienta principalmente sobre la zona transicional.
La HPB no es un riesgo para el desarrollo de Ca de próstata
Clínica:
Diagnóstico:
o Tacto rectal
o Flujometría miccional
o Ecografía urológica por vía abdominal para medir el volumen prostático ( esto nos orienta al
tratamiento ) se dice que el estudio más fiable para la medición el volumen prostático es la
ecografía transrectal.
Abordaje:
Historia clínica, además hay que valorar otras causas compatibles con síntomas urinarios
bajos ( enviar EGO a todo aquel que tenga sintomatología urinaria a descartar otras causas)
Tacto rectal se utiliza para identificar el tamaño prostático: agrandamiento simétrico, sin
presencia de nódulos ni induraciones.
además los niveles de PSA no se miden de rutina, se van a medir en quienes tienen una
expectativa de vida > a 10ª en caso de sospecha de Ca de próstata o anomalías en el tacto
rectal.
Tratamiento:
Tratamiento no invasivo:
En síntomas leves:
Hay que tener una espera vigilante, en ausencia de complicaciones debido a la HPB, la tolerancia
de los síntomas es variable
Complicaciones asociadas:
o Litiasis vesical
o Divertículos vesicales
o ITU a repetición
o Residuo postmiccional
o Globo vesical
o LRA
Tratamiento invasivo:
Indicaciones:
Incontinencia Urinaria
CAPÍTULO 308: Estudio del paciente con enfermedad renal o de las vías urinarias
Enfasis: Diagnóstico
Tratamiento:
Leves a moderados pueden recibir tratamiento eficaz con antagonistas adrenérgicos α, inhibidores
de la fosfodiesterasa5 (PDE5i), esteroides inhibidores de la 5αreductasa o fármacos anticolinérgicos
solos o combinados. Los antagonistas adrenérgicos α selectivos suelen ser el tratamiento de primera
línea. La administración combinada de un inhibidor de la 5αreductasa y un bloqueador α1
adrenérgico mejora con rapidez los síntomas urinarios y reduce el riesgo relativo de retención urinaria
aguda y cirugía.
Infertilidad Masculina
La infertilidad se define como la falta de concepción a pesar de un año de coitos regulares sin
protección. Por lo general, la infecundidad masculina se identifica por anormalidades en un análisis
seminal; sin embargo, otros problemas pueden ocasionar infecundidad a pesar del semen normal.
En ocasiones no es posible reconocer la causa de la infecundidad o una anomalía en el análisis
seminal, en cuyo caso la infecundidad se denomina idiopática
El propósito de la valoración de la infertilidad masculina es:
1) Identificar y corregir las causas reversibles de esta con la finalidad de permitir a una pareja
concebir mediante el coito o con la menor cantidad de tecnología.
2) Reconocer trastornos irreversibles que podrían ser susceptibles de tratamiento con
tecnología de reproducción asistida (ART, assisted reproductive technology) y uso de los
espermatozoides del varón de la pareja.
3) Identificar trastornos irreversibles en los que no es posible obtener espermatozoides del
varón, en cuyo caso la pareja puede considerar la donación de espermatozoides o la
adopción
4) Reconocer enfermedades médicas que podrían relacionarse con la infertilidad y que
requieren tratamiento
5) Identificar causas genéticas específicas de dicho trastorno, que podrían transmitirse y
afectar a la descendencia
Anamnesis
La valoración de la infertilidad masculina comienza con una anamnesis minuciosa de antecedentes
reproductivos, médicos y quirúrgicos.
Los componentes importantes incluyen:
1) Duración de la infertilidad, momento y frecuencia del coito, y salud sexual
2) Paternidad o tratamientos para la fertilidad previos
3) Enfermedades y desarrollo infantiles
4) Enfermedades médicas, infecciones previas y fármacos
5) Cirugías o traumatismos previos
6) Exposición a posibles toxinas gonadales ambientales, como calor, radiación, solventes
químicos o pesticidas
7) Exposición a posibles toxinas gonadales basadas en el estilo de vida, como tabaco,
marihuana, alcohol y otras drogas recreativas.
La anamnesis debe incluir antecedentes de lesiones testiculares (torsión, criptorquidia, traumatismo),
infecciones (orquitis por parotiditis, epididimitis, infecciones de transmisión sexual), factores
ambientales (calor excesivo, radiación, quimioterapia, exposición prolongada a pesticidas), fármacos
(la testosterona, finasterida, cimetidina, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y
espironolactona pueden afectar la espermatogénesis; el difenilhidantoinato puede reducir las
concentraciones de FSH y la sulfasalazina y nitrofurantoína afectan la motilidad de los
espermatozoides; la tamsulosina causa eyaculación retrógrada) y otros fármacos (alcohol, tabaco,
marihuana). La función sexual, la frecuencia y horario del coito, el uso de lubricantes y la fecundidad
previa de cada uno de los integrantes de la pareja son factores importantes. Los antecedentes
médicos o quirúrgicos pueden revelar enfermedades crónicas, entre ellas obesidad, afecciones
cardiovasculares, tiroideas o hepáticas (disminución de la espermatogénesis), diabetes mellitus
(disminución de la espermatogénesis, eyaculación retrógrada o aneyaculación), operación pélvica o
retroperitoneal radical (ausencia de emisión seminal como consecuencia de lesión de los nervios
simpáticos).
EXPLORACIÓN FÍSICA
Es importante una exploración completa del varón estéril para identificar problemas de salud general
relacionados con infertilidad. El paciente debe estar virilizado, ya que los signos de escasez de vello
corporal o ginecomastia sugieren una deficiencia androgénica o exceso de estrógeno.
El contenido escrotal debe palparse con cuidado con el paciente de pie. La exploración testicular
causa incomodidad psicológica a los varones jóvenes, por lo que es conveniente realizar la
exploración lo más eficiente y objetiva posible. Deben identificarse tres aspectos del testículo:
tamaño, consistencia y cualquier anormalidad relacionada. La consistencia es más difícil de valorar,
pero puede describirse como firme (normal) o blanda (anormal). Los testículos con volumen menor
al normal se denominan hipotróficos, mientras que los que son más blandos de lo normal se
conocen como atróficos.
Una tumoración o una lesión testicular son indicaciones para valoraciones adicionales con el fin de
descartar un cáncer testicular de células germinales.
También debe examinarse la zona peritesticular. Las irregularidades del epidídimo, localizado en la
parte posterior-lateral del testículo, incluyen induración, sensibilidad o quistes. Es crucial confirmar
la presencia o ausencia del conducto deferente escrotal, ya que 2% de los varones infértiles puede
tener CAVD. La ingurgitación del plexo pampiniforme de venas en el escroto indica un varicocele.
Los varicoceles suelen reconocerse en el lado izquierdo (90%) y pueden relacionarse con atrofia del
testículo.
También deben identificarse anormalidades de la próstata o el pene. Las anormalidades penianas
como hipospadias, curvatura anormal o fimosis pueden derivar en el depósito insuficiente de semen
en la cúpula vaginal superior durante el coito. La infección prostática puede detectarse por la
presencia de una próstata sensible. La pérdida del contorno de la próstata en un varón con bajo
volumen del eyaculado puede indicar un utrículo prostático persistente. Las vesículas seminales
crecidas, indicativas de obstrucción del conducto eyaculador, también pueden ser palpables en la
exploración rectal.
ESTUDIOS DE LABORATORIO
Estos son parte importante de la valoración de la infecundidad masculina.
El análisis de semen se lleva a cabo después de dos a cinco días de abstinencia eyaculatoria. La
muestra debe analizarse en la primera hora después de su recolección.
Una concentración anormal de espermatozoides es <15 millones/mL (la oligospermia es una cifra
< 15 millones de espermatozoides/mL en la muestra; azoospermia es la ausencia de
espermatozoides).
El volumen seminal normal es de 1.5 mL o más (los volúmenes menores pueden ser resultado de la
eyaculación retrógrada, obstrucción del conducto eyaculador, ausencia bilateral congénita de los
conductos deferentes o hipogonadismo).
Se considera normal > 39% de células móviles y morfología normal en > 3%. La motilidad anormal
(astenospermia) puede ser efecto de varias causas, incluidos varicocele, anticuerpos contra
esperma, infección, anormalidades en los flagelos espermáticos y obstrucción del conducto
eyaculador. La morfología anormal es secundaria a un varicocele, infección o alguna exposición a
gonadotoxinas (p. ej., fumar tabaco o marihuana).
La valoración del eje hipotálamohipófisisgónada está indicada si la concentración espermática es
< 10 millones de espermatozoides/mL o si la anamnesis y la exploración física sugieren un origen
endocrino. Las pruebas iniciales deben incluir concentraciones séricas de testosterona y FSH
Si existe alguna anomalía se realizan otras pruebas como LH y prolactina. La FSH y LH elevadas y
la testosterona reducida (hipogonadismo hipergonadotrópico o primario) se acompañan de
insuficiencia testicular primaria. Los bajos valores de FSH y LH acompañados de una concentración
baja de testosterona (hipogonadismo hipogonadotrópico o secundario) pueden tener un origen
hipotalámico o hipofisario. La elevación de la prolactina sérica puede deberse a un prolactinoma.
C. Estudios genéticos
Los varones con concentraciones espermáticas <1 millón/mL deben someterse a un análisis en
busca de anomalías de microdeleciones del cromosoma “Y” y cariotípicas.
Las deleciones del brazo largo del cromosoma Y provocan azoospermia u oligospermia y deterioro
de la espermatogénesis, relacionadas con la edad y se transmiten a los hijos. Cuando se identifican
testículos duros y pequeños (5 mL), el cariotipo revela en ocasiones síndrome de Klinefelter. La
ausencia parcial o completa de los vasos deferentes obliga a realizar de inmediato una prueba de
mutaciones de la fibrosis quística.
D. Estudios de imagen
La ecografía escrotal puede ayudar a caracterizar los testículos y permite detectar una tumoración o
un varicocele subclínico. En los varones con un volumen reducido de la emisión sin evidencia de
eyaculación retrógrada se debe realizar una ecografía transrectal para revisar la próstata y las
vesículas seminales. En varones con concentraciones elevadas de prolactina o con hipogonadismo
hipogonadotrópico debe realizarse MRI de la silla turca a fin de valorar la porción anterior de la
hipófisis.
E. Estudios especiales
En pacientes con volumen de eyaculación bajo se deben realizar análisis de orina después de la
eyaculación, a fin de detectar espermatozoides al centrifugar y analizar las muestras para descartar
eyaculación retrógrada
4.5.013 Nefrolitiasis
Capítulo 318 Harrison
Generalidades: La nefrolitiasis, o enfermedad por cálculos renales, donde un cálculo puede formarse
por cristalización de factores litógenos en las vías urinarias superiores y después desplazarse hacia
el uréter y causar cólico renal.
Tipos: cálculos de oxalato de calcio (casi 75%), a continuación, en orden, los de fosfato de calcio
(casi 15%), ácido úrico (alrededor de 8%), estruvita (casi 1%) y cisteína (< 1%). Muchos cálculos son
una mezcla de cristales (p. ej., oxalato de calcio y fosfato de calcio) y también contienen proteína en
la matriz de los cálculos. Rara vez están compuestos de fármacos como aciclovir, atazanavir y
triamtereno.
Sitios de formación: en biopsias renales de individuos con tendencia a formar cálculos han revelado
fosfato de calcio en el intersticio renal, donde el fosfato de calcio se deposita en la extremidad del
asa de Henle y entonces se extiende hacia la papila y causa erosión a través del epitelio papilar,
donde proporciona el sitio para el depósito de oxalato de calcio y cristales de fosfato de calcio.
La mayor parte de los cálculos de oxalato de calcio crece en el fosfato de calcio en la punta de la
papila renal (placa de Randall). Los tapones tubulares de fosfato de calcio pueden ser el evento que
inicia el desarrollo de cálculos, de esta manera el proceso de formación puede empezar varios años
antes de que el cálculo se detecte clínicamente.
Calcio: El consumo más elevado de calcio se relaciona con disminución en el riesgo de formación
de cálculos. Esto quizá se deba a reducción en la absorción intestinal de oxalato dietético, lo cual
disminuye las concentraciones de oxalato en la orina. Está contraindicada una dieta con bajo
contenido de calcio, ya que puede contribuir a la disminución de la densidad mineral ósea en
individuos con tendencia a la formación de cálculos.
Complementos de calcio pueden incrementar el riesgo de formación de cálculos. La discrepancia
entre los riesgos del calcio dietético y los complementos de calcio quizá obedezcan al tiempo en el
que se consume el calcio complementario o al incremento en el consumo total de calcio, lo que
ocasiona excreción de calcio urinario en cifras más elevadas.
Oxalato: El oxalato dietético es un factor de riesgo débil para la formación de cálculos, pero en la
orina, constituye un riesgo elevado, por tanto, serían beneficiosos los esfuerzos para evitar el
consumo de grandes cantidades.
Volumen urinario: Como se mencionó, los bajos volúmenes urinarios incrementan las
concentraciones de factores litógenos, lo que es una situación común y un factor susceptible de
modificación. Un estudio clínico con asignación al azar demostró la eficacia de incrementar el
consumo de líquidos y aumentar el volumen urinario para reducir el riesgo de recurrencia de cálculos.
Presentación clínica: cólico renal y hematuria macroscópica indolora. El cólico renal es un nombre
inapropiado, porque el dolor por lo general no cede por completo; más bien varía su intensidad.
Cuando un cálculo se desplaza hacia el uréter, la primera molestia es dolor de inicio súbito, unilateral,
en el flanco.
La intensidad del dolor puede incrementarse con rapidez y no hay factores que lo alivien. Este dolor,
que a menudo se acompaña de náuseas y vómito, puede irradiarse dependiendo de la ubicación del
cálculo. Si el cálculo se aloja en la porción superior del uréter, el dolor puede irradiarse en dirección
anterior; si se ubica en la porción inferior del uréter, el dolor puede irradiarse hacia el testículo
ipsilateral en varones o hacia el labio mayor ipsilateral en mujeres. En ocasiones el paciente tiene
hematuria macroscópica sin dolor.
Otros diagnósticos llegan a confundirse con cólico renal agudo. Si el cálculo se aloja en la unión
ureteropélvica derecha, los síntomas simulan colecistitis aguda. Si obstruye el uréter en un punto
donde cruza el borde pélvico derecho, los síntomas quizá se asemejen a apendicitis aguda; la
obstrucción en el borde pélvico izquierdo llega a confundirse con diverticulitis aguda. Si el cálculo se
encuentra en el uréter en la unión ureterovesical, el paciente tal vez experimente urgencia y
frecuencia urinarias. En mujeres, estos síntomas podrían llevar al diagnóstico incorrecto de cistitis
bacteriana; la orina contendrá eritrocitos y leucocitos, pero los urocultivos son negativos.
Anamnesis: detallada, obtenida del paciente y de una revisión amplia del expediente médico, debe
incluir número y frecuencia de los episodios (para diferenciar el paso de cálculos de la formación de
estos) y los estudios previos de imagen, intervenciones, valoraciones y tratamientos; además debe
incluir antecedentes de infecciones de vías urinarias, cirugía bariátrica, gota, hipertensión y diabetes
mellitus.
El antecedente familiar de cálculos renales quizá revele predisposición genética. Es esencial obtener
una lista completa de los fármacos que ha recibido el paciente, incluyendo los de prescripción y
aquellos de venta libre, así como complementos de vitaminas y minerales.
Antecedentes alimentarios, que incluya información sobre los hábitos dietéticos (comidas y
bocadillos), consumo de calcio, alimentos ricos en oxalato (espinaca, ruibarbo, papa) y líquidos (las
bebidas específicas que suelen consumirse y la cantidad). Debe evaluarse con mucho cuidado la
cantidad y frecuencia del uso de suplementos de vitaminas y minerales.
En la exploración física se valora el peso corporal, presión arterial, dolor en el ángulo costovertebral
y edema de extremidades inferiores, así como signos de otras enfermedades sistémicas como
hiperparatiroidismo primario y gota.
La química sanguínea en suero suele ser normal, pero puede haber incremento en el recuento de
leucocitos. El examen del sedimento de orina suele mostrar eritrocitos y leucocitos, y en ocasiones
cristales. La ausencia de hematuria no descarta un cálculo, en particular cuando éste obstruyó por
completo el flujo de la orina.
Posponer intervención urológica a menos que existan datos de infección de vías urinarias, una
baja probabilidad de paso espontáneo del cálculo (p. ej., cálculo que mida ≥6 mm o en presencia de
anomalías anatómicas) o dolor intratable. Una opción es colocar una endoprótesis en el uréter o por
vía cistoscópica, pero este procedimiento suele requerir anestesia general y la endoprótesis es
bastante molesta, también propicia hematuria macroscópica e incrementa el riesgo de infección de
vías urinarias.
La litotripsia con choque de onda extracorpórea (ESWL), utiliza ondas de choque generadas
fuera del organismo para fragmentar el cálculo, pero se utiliza con menos frecuencia. Un acceso
endourológico, ahora en mayor uso que la litotripsia mencionada, puede eliminar el cálculo mediante
extracción con canastilla o fragmentación con láser. La extracción a través de nefrostolitotomía de
cálculos más grandes de las vías urinarias superiores tiene mayor probabilidad de eliminarlos por
completo.
Laboratorio
Deben cuantificarse las siguientes sustancias si no se han medido en fechas recientes: electrólitos
(para detectar hipopotasemia o acidosis tubular renal), creatinina, calcio y ácido úrico. También se
miden las concentraciones de PTH si hay aumento de las concentraciones de calcio en orina o suero.
A menudo se miden los niveles de 25hidroxivitamina D junto con la PTH para percibir una posible
elevación secundaria de los valores de PTH en casos de insuficiencia de vitamina D.
El examen de orina, incluyendo el análisis del sedimento. En individuos con cálculos renales
residuales asintomáticos, a menudo hay leucocitos y eritrocitos en orina. Si existe la posibilidad de
infección, se realiza urocultivo. El examen del sedimento puede revelar cristales que ayudan a
identificar el tipo de cálculos y proporcionan información pronóstica.
Los resultados de la recolección de orina de 24 h sirven como base para las recomendaciones
terapéuticas. Debe diferirse la modificación del estilo de vida hasta que se complete la recolección
de orina. El paciente debe recolectar al menos dos muestras de orina de 24 h mientras consume su
dieta normal, con el consumo habitual de líquido. Deben cuantificarse los siguientes factores:
volumen total, calcio, oxalato, citrato, ácido úrico, sodio, potasio, fósforo, pH y creatinina.
Tratamiento
Oxalato de calcio: diuréticos tiazídicos en dosis elevadas pueden disminuir la excreción de calcio
urinario, evitar el consumo de alimentos como espinaca, ruibarbo y papa, citrato el cual es un
inhibidor natural de la formación de cálculos de oxalato de calcio y de fosfato de calcio; además la
restricción del consumo de proteína animal no láctea como carnes rojas, pollo y mariscos.
Fosfato de calcio: cabe destacar que no hay estudios clínicos con recomendaciones preventivas
pero el uso de diuréticos tiazídicos, complementos alcalinos (citrato de potasio o bicarbonato)
podrían utilizarse a manera preventiva de la formación de estos.
Ácido úrico: el pH urinario bajo persistente y elevada excreción de ácido úrico son los principales
factores de riesgo, por eso es importante la alcalinización de la orina que se logra con el consumo
de alimentos rico es compuestos alcalinos como frutas y hortalizas por ejemplo y reducir el de
alimentos que producen ácidos (carne animal). Además, se puede utilizar bicarbonato o citrato de
potasio. Disminuir el consumo de alimentos que contienen purinas para la reducción de la excreción
de ácido úrico urinario. Es importante destacar que no solo las modificaciones dietéticas reducen lo
suficiente la excreción de ácido úrico por lo cual se opta por el uso de un inhibidor de la xantina
oxidasa como el alopurinol o febuxostat que lo reducen a un 40-50%.
Cistina: tiopronina es el preferido por sus efectos secundarios, alcalinizante preferido (alcanza pH
urinario de 7.5) es el citrato de potasio o bicarbonato de sodio, se evita el uso de sales de sodio por
pueden incrementar la excreción de cistina.
Prevención de la formación de nuevos cálculos: Para todos los tipos de cálculos, la dilución de
la orina reduce la probabilidad de su formación. El volumen urinario debe ser de al menos 2 L por
día. Por las diferencias en la pérdida insensible de líquidos y el consumo de líquidos de fuentes
alimentarias, el consumo total de líquido requerido varía de un individuo a otro.
Seguimiento
Importante la vigilancia a largo plazo, que incluya varias recolecciones de orina de 24 h, para
asegurar que se haya implementado un régimen preventivo y que reduzca el riesgo de nueva
formación de cálculos.
¿Qué es? Es la erección persistente por más de 4 h, no relacionada con estimulación sexual.
Tipos:
Priapismo isquémico o por bajo flujo (el más común), es una urgencia médica. En el EF
el pene es muy doloroso a la palpación y ambos cuerpos cavernosos se encuentran rígidos
mientras que el glande se encuentra fláccido. La disminución del flujo venoso con
persistencia del flujo arterial ocasiona incremento de la presión en el interior de los cuerpos
cavernosos y tumefacción, lo cual es normal en el proceso de erección. El priapismo es un
síndrome compartimental. Con la erección prolongada la disminución sostenida en el flujo
arterial finalmente causa hipoxia hística, acidosis y edema, lo que da origen a fibrosis a largo
plazo e impotencia y en ocasiones a necrosis franca.
Diagnostico: el análisis de gases en sangre peniana proveniente de los cuerpos cavernosos en los
que se demuestra hipoxia y acidosis de la sangre.
Bibliografía
- Brunicardi F, Andersen DK, Billiar TR, Dunn DL, Kao LS, Hunter JG, Matthews JB, Pollock RE, editores. Schwartz.
Principios de Cirugía, 11ra ed. McGraw Hill; 2020.
Capítulo 40: urología
Diagnóstico: anamnesis y examen físico pero puede ser respaldado por una ecografía Dopper.
Torsión testicular
Anamnesis: el paciente describe dolor de inicio súbito en el momento bien definido, con
hinchazón subsiguiente.
Examen físico: puede evidenciar un escroto hinchado y asimétrico con un testículo
sensible y elevado. Los niños normalmente tienen un reflejo cremastérico enérgico que por
lo general se pierde en el contexto de la torsión.
Ecografía Doppler: con frecuencia evidencia una disminución del flujo sanguíneo
intratesticular en relación con el testículo contralateral. Si no se dispone de un ultrasonido
de forma rápida, se debe realizar una exploración quirúrgica oportuna.
Uretritis infecciosa
Área: Cirugía General
Subárea: Urología
Tema: uretritis infecciosa
Evaluación: diagnóstico y tratamiento.
No se encuentra información en el libro de cirugía se agrega información del Harrison y del CTO
La uretritis en el varón genera secreción uretral o disuria, por lo general sin polaquiuria. Algunas de
las causas son Neisseria gonorrhoeae, C. trachomatis, Mycoplasma genitalium, Ureaplasma
urealyticum, Trichomonas vaginalis, HSV y, en raras ocasiones, adenovirus.
Diagnostico
C. trachomatis es el microorganismo causal más frecuente de la uretritis no gonocócica (NGU) y
uretritis posgonocócica (PGU). El término PGU hace referencia a una NGU que surge en varones
dos o tres semanas después del tratamiento de la uretritis gonocócica con la administración de dosis
únicas de fármacos como penicilina o cefalosporinas, que carecen de actividad antimicrobiana contra
las clamidias.
Para diagnosticar NGU, se identifica un exudado uretral leucocítico, y se excluye gonorrea con tinción
de Gram o cultivo.
La uretritis por C. trachomatis, sus síntomas incluyen secreción uretral (muchas veces blanquecina
y mucoide más que purulenta), disuria y prurito. uretral. La exploración física puede revelar eritema
y dolor a la palpación en el meato urinario, así como exudado uretral que muchas veces solo puede
identificarse al exprimir la uretra.
La disponibilidad de NAAT para estudiar muestras del chorro inicial de orina facilitó la realización
más generalizada de estudios de detección de la infección asintomática en pacientes varones.
Tratamiento
Un curso de siete días de doxiciclina oral (100 mg cada 12 h) o una dosis oral única de 1 g de
azitromicina son los principales regímenes recomendados para el tratamiento de infecciones por
clamidia no complicadas.
Los regímenes alternativos de siete días incluyen eritromicina (500 mg cada 6 h) o una
fluoroquinolona (ofloxacina, 300 mg cada 12 h, o levofloxacina, 500 mg/día). Una sola dosis oral de
1 g de azitromicina tiene la misma eficacia que un ciclo de siete días con doxiciclina para el
tratamiento de las infecciones genitales no complicadas por C. trachomatis en adultos.
Se recomienda un ciclo terapéutico de dos semanas en las infecciones por clamidia que presentan
complicaciones (p. ej., PID, epididimitis) y por lo menos un ciclo de tres semanas con doxiciclina (100
mg VO dos veces por día) o eritromicina base (500 mg VO cuatro veces por día) en caso de LGV.
4.5.018 Varicocele
Bibliografía: Capítulo 40: Varicocele
Katz M.H., & Doherty G.M. (2021). Urología. Doherty G.M.(Ed.), Diagnóstico y tratamiento quirúrgicos,
15e. McGraw Hill. https://accessmedicina-mhmedical-
com.binasss.idm.oclc.org/content.aspx?bookid=3076§ionid=260878996 (no se encuentra
información en la bibliografía recomendada)
VARICOCELE
Se debe a la incompetencia de las válvulas de la vena testicular, lo cual permite que se transmita la
presión venosa hidrostática, y ello da por resultado la distensión y tortuosidad del seno pampiniforme.
El 15% de los adolescentes tiene varicocele con predominio del lado izquierdo (90%), supuestamente
debido al drenaje venoso de los testículos en la vena renal izquierda, que causa aumento de la
presión venosa retrógrada. Los varicoceles testiculares son palpables en menos de 2% de los
varones adultos.
Los varicoceles moderados suelen ser asintomáticos, pero es posible percibir una sensación de
drenaje escrotal. En algunos varones ocasiona infertilidad.