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El desarrollo integral del ser humano ha sido, desde el origen mismo del sistema educativo

mexicano, el propósito que ha guiado la educación básica. Esta orientación establecida en el


Artículo Tercero Constitucional indica que la escuela y el trabajo del profesor además de contribuir
al desarrollo sistemático de las habilidades intelectuales y a la adquisición de conocimientos
básicos de las ciencias naturales y sociales deben contribuir a la formación de actitudes y valores
fundamentales que permitan a los individuos desarrollar plenamente sus potencialidades,
integrarse a la sociedad y participar en su mejoramiento. En el marco del proceso de reforma
educativa, la Secretaría de Educación Pública ha emprendido un conjunto de acciones para
asegurar el logro de los propósitos educativos. Una de las orientaciones centrales de este proceso
de reforma ha sido la atención de campos que, por diversas circunstancias, no habían sido
abordados de manera suficiente en el trabajo educativo cotidiano; entre éstos se halla la
educación sexual de niños y jóvenes.

LA SEXUALIDAD EN PREESCOLAR (4 A 6 AÑOS)

Cuando los niños y las niñas llegan a preescolar se enfrentan con un mundo desconocido. Su
mamá, su papá, sus hermanos o hermanas, el espacio familiar de su casa, sus juguetes, todos
aquellos elementos con los que han venido relacionándose a lo largo de su corta vida, y que
constituyen el universo donde se sienten seguros, quedan atrás, en casa. Ante la nueva situación,
la conducta de cada infante será diferente, pues habrá quienes ya hayan conocido los jardines de
niños, quienes estén acostumbrados a vivir medio día en la casa de la abuela o de algún familiar o
amigo y, también, aquellos para quienes sea la primera vez que son dejados “solos en el mundo”.
Las reacciones, como lo saben perfectamente las maestras de este ciclo educativo, son de muy
diversa índole. Ahí comienza propiamente para los infantes otra etapa de su proceso de
socialización: la escolaridad. Convivir con adultos y niños ajenos a la familia, aprender otros
juegos, el abecé del conocimiento, tener, en suma, otras experiencias. Para comprender mejor a
los niños y a las niñas en esta etapa, hay que tener en cuenta el paradójicamente largo recorrido
que han hecho desde su nacimiento; desde esa etapa llamada lactancia y que abarca hasta los
doce meses de edad, pues, si cuando nacemos contamos únicamente con el llanto y los gestos
para comunicarnos, a los cinco años de edad, niños y niñas disponen ya de un amplio vocabulario.
Así también, los adelantos conquistados en el área motora entre el año de edad y los cuatro o
cinco son sorprendentes: quienes al año apenas se atrevían a ensayar sus primeros pasos, a los
cuatro corren y brincan con agilidad. Así, quienes durante la lactancia se llevaban todo a la boca
para probarlo y conocerlo, a los cinco años, más bien, preguntan por todo.

Para (Corcuera, 2004), la masturbación es la autoestimulación de los genitales por placer. Es algo
más que la inspección normal de los genitales que realizan casi todos los niños en el baño, que
puede comenzar desde que el niño es capaz de agarrar objetos (hacia los 5 o 6 meses) y que es
muy frecuente hacia los 2 años de edad. La masturbación, que es una actividad normal y frecuente
en los niños, puede practicarse a cualquier edad, pero es muy rara antes de los 6 meses. Los más
pequeños frotan sus muslos uno contra otro, con movimientos rítmicos de las caderas cuando está
boca arriba o moviéndose sobre las manos o las rodillas cuando están boca abajo. Un poco más
tarde pueden aprender a frotarse contra algún muñeco, el brazo de un sillón, etc. La manipulación
rítmica de los genitales con la mano no se suele producir antes de los 2 años y medio. La
frecuencia con que un niño se masturba puede variar, por ejemplo, entre varias veces al día o una
vez a la semana, pero es más frecuente cuando el niño se va a dormir, está aburrido o viendo la
televisión o si está sometido a algún tipo de estrés.

En cualquier caso, durante la masturbación, el niño puede parecer ensimismado, acalorado y


sudoroso, con movimientos rítmicos de la cabeza o extremidades y al concluir puede quedar
agotado, lo que en algún caso ha llevado al error de diagnosticar el episodio de ataque epiléptico.

Sobre las causas, la masturbación hasta ahora no tiene un origen médico u orgánico que la
explique, algunos niños se masturban cuando están aburridos o insatisfechos por algún motivo,
desde falta de juguetes y chupete, hasta sueño y cansancio. En la mayoría de los casos forma parte
de su desarrollo evolutivo, del descubrimiento de su propio cuerpo y de nuevas sensaciones
agradables.

"Lo importante es saber distinguir si se trata de una conducta exploratoria o compensatoria. Hay
niños que lo hacen solo porque es agradable, pero hay otros que se masturban en situaciones de
estrés, cuando no son contenidos social y emocionalmente por sus figuras de apego y lo hacen
para calmarse".

Cómo identificar la masturbación infantil: en general es la inspección que hacen a sus genitales
cuando se están bañando. Es la frotación rítmica del área genital con sus propias manos o contra
objetos (muñecos, peluches, brazos de sillones y pupitres), pueden mover todo el cuerpo o
extender y flexionar las piernas.

Ante tal escena, si es pública o privada, primero no te asustes. Los expertos dicen que es algo
completamente normal, y que no produce ningún daño físico o psicológico en tu pequeño o
pequeña.

Cuando lo está haciendo, una opción es ignorarlo. Puede que le hayas explicado a tu hijo que tiene
partes privadas que nadie más que él o ella puede tocar, pero lamentablemente para un menor de
tres años el concepto de privacidad puede significar exactamente nada.

Entonces, si llamas su atención y le refuerzas mucho la idea, incluso puede que logres que se
masturbe más. A esta edad les encanta medir los límites de los mayores por lo que, a veces, lo
mejor que puedes hacer es hacer vista gorda. (Aguilar gil, 1990).

¿Cuál es la causa?

La masturbación esporádica en niños preescolares es una conducta normal. Hasta un tercio de los
niños de esta edad descubren la masturbación mientras exploran su cuerpo. La mayoría continúan
masturbándose simplemente porque les gusta, aunque algunos pueden hacerlo de forma más
frecuente si tienen algún problema o si se les castiga o presiona para que dejen de hacerlo.

No hay causas médicas. La irritación del área genital puede producir dolor e inflamación, pero es
más probable que sean consecuencia y no causa de la masturbación.

¿Cuándo dejará de hacerlo?

Una vez que el niño ha descubierto que la masturbación le proporciona placer, no hay que esperar
que deje de hacerlo de forma inmediata. Además, si no se le reprende lo hará abiertamente. Hacia
los 5 a 6 años es muy probable que disminuya su frecuencia o, por lo menos, que lo haga de forma
más reservada. Más tarde, en la adolescencia, la masturbación es casi universal, en relación con
los cambios hormonales y el inicio del deseo sexual.

¿Qué le pasará si se masturba a menudo?

Aparte del placer que le proporcione al niño, nada. No le provocará ningún daño corporal o
psicológico. Que el niño se masturbe no va a alterar su orientación sexual, no va a hacer que sea
promiscuo y, por supuesto, no tiene ninguna relación con la epilepsia.

Como docente, ¿qué puedo hacer?

Si consideramos que casi todos los niños más tarde o más temprano se masturban y que lo hacen
porque realmente les gusta, no habría que hacer nada, salvo dejar al niño tranquilo. Conviene
tener claro que, el docente por mas que le explique al alumno no van a conseguir que deje de
hacerlo de forma inmediata, esto tiene un proceso que se debe seguir desde casa y con ayuda de
un especialista o psicólogo que pueda proporcionar asesoría y estrategias para mitigar esta
situación. Así que habrá que aceptarlo como lo que es: una situación normal. Las reprimendas,
castigos, entre otros. pueden tener un efecto negativo, porque pueden reforzar esa conducta.

Si cree que la masturbación puede tener relación con el aburrimiento, puede intentar mantenerle
ocupado con actividades que le atraigan. Probablemente, habrá que ser aún más tolerante cuando
la masturbación se produzca en los momentos de descanso: en la siesta o al irse a dormir por la
noche.

Enséñele a que no lo haga delante de otras personas, explíquele que es un acto a realizar
exclusivamente en el ámbito privado y no público esto en medida de lo que el niño sabe o quiere
conocer. Si lo hace en sitios públicos, como el colegio, la función de los docentes es lograr
mantener la atención en la clase y eviten regañarle en público.

¿Qué hacer si se masturba en público o en el salón de clase?

Ahora, ¿qué pasa si entendiste que era normal y que muchos niños lo hacen, pero empieza a
hacerlo en un lugar público y con más personas alrededor? No solo no puedes ignorarlo, tampoco
puedes reírte de ello. Una recomendación es llamar su atención con algún distractor, los niños lo
hacen porque están aburridos, su cuerpo está al alcance y tienen las manos libres.

Muéstrale con cariño y sin escandalizarte que puede hacer algo más para divertirse. Ofrécele un
juguete u otro sustituto para así lograr que las manos de tu pequeño o pequeña estén ocupadas y
no se vayan directo a su entrepierna.

"Si estás en esa situación, jamás hay que retarlo por lo que está haciendo. Se le debe decir que hay
acciones que son privadas y partes que no se tocan en público. Puedes cambiar el foco de
atención, pero jamás retarlo", puntualiza (Corcuera, 2004).

Sé consciente de tus reacciones. La forma en que te tomas este asunto representa el riesgo más
grande para el niño o niña y podrías comenzar a coartar su sano desarrollo psicosexual.
¿La conducta de un niño puede alertar que fue abusado?

Es importante que sepas que la masturbación en los niños no es sexual porque básicamente no
saben lo que es el sexo. "La conducta sexual es con erotización y esto es parte del desarrollo
sexual", simplifica la psicóloga infantil Maribel Corcuera.

Sin embargo, siempre alertas: en los niños mayores los juegos que incluyen elementos sexuales
explícitos pueden indicar que han estado expuestos a abusos sexuales o a material sexual
explícito, por eso es importante estar atentos a los cambios de conducta en los niños pequeños.

"Los niños abusados pueden presentar cambios en su patrón conductual, los que pueden ser
disonantes o extremos: desde dormir mucho, a dormir poco, aislarse o estar sobre estimulados.
Por lo mismo, siempre hay que estar alerta y creer en la intuición, es mejor equivocarse por
consultar de más que evadir", apunta la especialista.

Debes ser precavido para cuando, como en cualquier otro asunto en la vida, tu hijo o hija se
masturbe constantemente o de forma excesiva porque podría ser un síntoma de ansiedad, agobio
emocional y carencia afectiva, entre otros asuntos.

"Podría ser una conducta compensatoria que hay que revisar cuando el niño o niña se masturba
todos los días, varias veces al día y también cuando empieza a incomodar la vida social de las
figuras de apego. En esos casos se recomienda consultar con pediatra o con psicólogo", concluye
la experta.

¿Cuándo debo acudir al pediatra?

En contadas ocasiones, la masturbación estará relacionada con situaciones de estrés del niño o,
incluso, abusos sexuales por parte de adultos. En esos casos, no dude en consultar a su pediatra o
enfermera.

Sin embargo, en la inmensa mayoría de los casos la masturbación en los niños pequeños no es más
que una conducta normal que no debe interpretarse como un problema.

Como conclusión debemos entender que en esta etapa la curiosidad está orientada hacia todo y,
por supuesto, hacia el propio cuerpo y hacia el entorno. Son los años en que niños y niñas quieren
saber por qué son diferentes unos de otras, cómo nacen los bebés, cómo son los adultos y,
también, es la época en que comienzan las preguntas acerca de la vida sexual de los padres. Todas
estas dudas son perfectamente naturales: surgen del desarrollo físico, intelectual y emocional, y
habrán de responderse de la manera más sencilla y veraz, sin mentiras, sin pena, pues hay que
entender que para ellos tales preguntas no tienen ninguna carga: son resultado de la curiosidad
natural, de una curiosidad como la que sienten hacia cualquier otro asunto. Resolver las dudas
infantiles acerca de la sexualidad, con la sencillez propia para estos años, permite que niños y
niñas adopten frente a estos temas una actitud de sana naturalidad. Para responder
correctamente a las inquietudes de niños y niñas en materia sexual es decisiva la disposición que
se adopta, pues según sea la actitud que el adulto tenga hacia la sexualidad y hacia sí mismo
ofrecerá un ejemplo con el que los menores manejarán su propia sexualidad. Que los padres se
muestren con naturalidad, empatía, cercanía, confianza y atención hacia lo que sus hijos plantean,
permitirá promover una educación sexual positiva. Son los años en que, por virtud del desarrollo
físico y emocional, niños y niñas tienden a tocar sus genitales: se están conociendo. Es muy
importante que cuenten con la guía y la comprensión de sus padres, quienes necesitan saber que
las sensaciones que sus hijos experimentan no los dañan.

Generar preguntas y este tipo de diálogos con docentes y padres de familia son de gran utilidad
para el niño o la niña, pues, ya que comienzan a entender lo que esta pasando en su cuerpo y a
aclarar muchas de las dudas que en ellos se presentan y, sobre todo, sienten confianza hacia sus
padres: ellos saben y entienden sus dudas. Niños y niñas suelen poner a prueba la sinceridad de
sus padres y no es extraño que busquen la ocasión de volver a plantear su pregunta frente a la
gente. En estos casos, el adulto deberá responder lo mismo. De ese modo reafirmará la confianza
de su hijo o hija y, principalmente no dará a estos temas un carácter clandestino. De lo que se
trata es de que el menor encuentre en sus padres el apoyo y la comprensión que necesita para
desarrollarse sanamente, sin vergüenzas, sin culpas, ni mentiras. De ahí que los padres nunca
deban reprobar una pregunta, sino encauzarla dando a sus hijos la oportunidad de desarrollarse
sanamente.

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