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TRABAJO DE FIN DE GRADO:

EDUCACIÓN Y ACTUACIÓN EN EL RECONOCIMIENTO DE LOS


SÍNTOMAS DE LA INTOXICACIÓN ETÍLICA EN ADOLESCENTES: UNA
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


GRADO EN ENFERMERÍA
Curso académico 2021-2022

Autor: Daniel Sempere Carrillo


Tutor: Juan Martín Montaner Losada

1
INDICE

1. RESUMEN ........................................................................................................ 3

2. INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 5

2.1. Concepto de alcohol. ......................................................................................... 5

2.2. Concepto de Intoxicación Etílica Aguda y “Binge Drinking”. ......................... 6

2.3. La adolescencia. Conductas y motivos del consumo de alcohol en esta etapa. 6

2.4. Prevalencia del consumo de alcohol. ................................................................ 8

2.5. Complicaciones asociadas a la Intoxicación Etílica Aguda. ............................. 9

2.6. Prevención Sanitaria. Importancia de la Intervención de Enfermería............. 11

2.7. Criterios diagnósticos. ..................................................................................... 12

2.8. Justificación de mi trabajo. ............................................................................. 13

3. OBJETIVOS .................................................................................................... 14

3.1. Objetivo general .............................................................................................. 14

3.2. Objetivos específicos ...................................................................................... 14

4. METODOLOGÍA ............................................................................................ 14

5. RESULTADOS ............................................................................................... 22

6. DISCUSIÓN .................................................................................................... 24

7. CONCLUSIONES ........................................................................................... 27

8. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................. 27

9. ANEXOS ......................................................................................................... 33

2
1. RESUMEN

Introducción: El consumo excesivo de alcohol entre adolescentes ha sido y es un


problema clave de salud pública debido al riesgo de efectos adversos. La etapa
adolescente comprende una serie de cambios conductuales que hace que éstos no
comprendan los síntomas y la gravedad que conlleva una intoxicación etílica aguda.

Objetivos: Averiguar la evidencia disponible sobre la necesidad de empoderar a la


juventud a reconocer síntomas y signos de la intoxicación etílica para poder manejarla.
Además, se pretende investigar cuales son los riesgos físicos, emocionales y sociales que
afecten a su salud.

Metodología: Se lleva a cabo una revisión sistemática sobre la evidencia científica


disponible acerca de la intoxicación etílica aguda y sus consecuencias en la población
adolescente. Se obtuvieron resultados de las bases de datos “PubMed”, “Dialnet”,
“SciELO y “EBSCO” en los últimos 10 años.

Resultados: De los artículos seleccionados, se ha extraído información relevante


acerca de los signos y síntomas de la intoxicación etílica, diagnóstico, experiencias,
consecuencias sociales y emocionales, conocimiento, autocontrol y factores de riesgo por
parte de los jóvenes.

Conclusiones: Una intervención temprana es imprescindible para disminuir la


cantidad de alcohol consumida y así disminuir los efectos dañinos del alcohol. El papel
de enfermería cobra especial importancia, mediante programas educativos podemos dotar
de conocimiento a los jóvenes para que sepan actuar ante esta situación.

Palabras clave: alcohol, adolescentes, intoxicación etílica aguda, “binge drinking”,


manifestaciones clínicas.

3
ABSTRACT:

Introduction: Binge drinking among adolescents has been and remains a key public
health problem due to the risk of adverse effects. The adolescent stage involves a series
of behavioral changes that result in adolescents not understanding the symptoms and
severity of acute alcohol intoxication.

Objective: To find out what evidence is available on the need to empower young
people to recognize symptoms and signs of alcohol intoxication in order to manage it. In
addition, it aims to investigate what physical, emotional and social risks affect their
health.

Methodology: A systematic review of the available scientific evidence on acute


alcohol intoxication and its consequences in the adolescent population was carried out.
Results were obtained from the databases “PubMed”, “Dialnet”, “SciELO and “EBSCO”
in the last 10 years.

Results: From the selected articles, relevant information has been extracted about the
signs and symptoms of alcohol intoxication, diagnosis, experiences, social and emotional
consequences, knowledge, self-management and risk factors of young people.

Conclusions: Early intervention is essential to reduce the amount of alcohol consumed


and therefore reduce the harmful effects of alcohol. The role of nursing is particularly
important, through educational programmes we can provide young people with
knowledge so that they know how to act in this situation.

Key words: alcohol, adolescents, alcohol intoxication, binge drinking, clinical


manifestations.

4
2. INTRODUCCIÓN

2.1. Concepto de alcohol.

Según el Glosario de términos de alcohol y drogas de la Organización Mundial de la


Salud (OMS), los alcoholes constituyen un amplio grupo de compuestos orgánicos
derivados de los hidrocarburos que contienen uno o varios grupos hidroxilo (-OH). El
alcohol etílico o etanol es el principal componente de este grupo y el responsable de las
repercusiones orgánicas al ingerir bebidas alcohólicas (1).
El etanol es un líquido claro, incoloro, volátil, inflamable, muy hidrosoluble, soluble
en cloroformo y éter, que se obtiene a partir de la fermentación del azúcar por la levadura.
Además de usarse para el consumo humano, el etanol se utiliza como combustible, como
disolvente y en la industria química (1,2).
La cantidad de alcohol presente en la sangre se denomina alcoholemia y se expresa
como una concentración, la cual depende de la cantidad de alcohol ingerido y de la
graduación de la bebida alcohólica (3). Para conocer cuántos gramos de alcohol puro tiene
cada bebida alcohólica, se utiliza la Unidad de Bebida Estándar (UBE). En España
equivale a 10 gramos de alcohol que es, aproximadamente, el contenido medio de un vaso
de vino de 100 ml de 13 grados, 1 vaso de 300 ml de cerveza de 4 grados o 30 ml de licor
(3,4)
de 40 grados . Una vez obtenidos los gramos de alcohol puro, podemos calcular la
alcoholemia utilizando la siguiente fórmula (3):
𝐺𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑐𝑜ℎ𝑜𝑙 𝑝𝑢𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑏𝑒𝑏𝑖𝑑𝑎 𝑖𝑛𝑔𝑒𝑟𝑖𝑑𝑎
Alcoholemia = 𝑘𝑔 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑠𝑜 𝑐𝑜𝑟𝑝𝑜𝑟𝑎𝑙 𝑥 0.7 (ℎ𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒)𝑜 0.6 (𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟)

El utilizar diferentes factores de corrección (0.7 para varones y 0.6 para mujeres) se
debe al distinto volumen de distribución del alcohol en el caso de los hombres y las
mujeres (3).
Después de consumir el alcohol, alrededor del 80% es absorbido sobre todo en el
intestino delgado, siendo el 20% restante ingerido en el estómago. Esta diferencia es
debida a la presencia de microvellosidades en el intestino delgado que aumenta la
(5)
absorción . Tras la absorción, que se suele completar en unos 30-60 minutos, circula
libremente en el plasma distribuyéndose por los tejidos siendo el volumen de distribución
de 0,6 L/Kg (6). La mayor parte de la eliminación del etanol, entre el 95 y 98%, se produce
por metabolismo en el hígado, por la vía de la enzima alcohol-deshidrogenasa (ADH),
que lo transforma en acetaldehído. El resto se elimina inalterado por la orina, heces, sudor

5
y aire exhalado, y de forma proporcional a su concentración plasmática, lo que permite
inferir ésta a partir de las concentraciones en aire espirado con mucha precisión (6,7).

2.2. Concepto de Intoxicación Etílica Aguda y “Binge Drinking”.

La Intoxicación Etílica Aguda (IEA) es un síndrome clínico producido por el consumo


de bebidas alcohólicas de forma brusca y en cantidad superior a la tolerancia individual
de la persona (2).
Según la definición del Dictionary of Words about Alcohol (DWA) (8) la IEA se define
como: “estado de embriaguez derivado de los efectos del etanol sobre el organismo que
pueden revestir distintos grados de gravedad”. Esta definición coincide con la de la OMS,
la cual comenta que las alteraciones dependen en gran medida del tipo y la dosis de la
sustancia y en ella influyen el grado de tolerancia de la persona y otros factores (1).
Por su parte, el “Binge Drinking” con traducción “consumo compulsivo de alcohol”
se entiende como el consumo de grandes cantidades de este en un breve periodo de tiempo
con el objetivo de conseguir el estado de embriaguez (9).
En España, se cuenta con la definición establecida en la Primera Conferencia Española
de Prevención y Promoción de la Salud en la Práctica Clínica, en la que se establece como
episodios de consumo intensivo de alcohol o “Binge Drinking” aquel consumo de 60 o
más gramos (6 UBEs) en varones, y de 40 o más gramos (4UBEs) en mujeres,
concentrando en una sesión de consumo (habitualmente 4-6 horas), durante la que se
mantiene un cierto nivel de intoxicación (alcoholemia superior a 0,8 g/l) (10).

2.3. La adolescencia. Conductas y motivos del consumo de alcohol en esta etapa.

Según la Organización Mundial de la Salud (11), la adolescencia es un periodo evolutivo


complejo en el que se producen cambios a nivel físico, psicológico, biológico, intelectual
y social que marcan la transición de la infancia a la adultez. Se trata de una etapa crítica
donde se adquieren nuevas capacidades y en las que se muestran unas necesidades propias
de este periodo, convirtiendo a los adolescentes en un colectivo especialmente vulnerable
al desarrollo de ciertas conductas de riesgo, entre las que destaca el consumo de alcohol
(12)
.
Estos cambios en la adolescencia que contribuyen a ser más susceptibles ante el
alcohol, según recoge la Cruz Roja Española en su Guía para la intervención en la
juventud, alcohol y cocaína, se singularizan en (13):

6
- Inestabilidad emocional: cambios constantes y bruscos en el estado de ánimo, y
fluctuación de la autoestima
- Polarización de sentimientos.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Presentismo: creencia de que únicamente existe el presente, mientras que futuro
y pasado son irreales.
- Necesidad de creación de una identidad propia: individualización y separación
familiar.
- Búsqueda de trasgresión a la norma: diferenciación.
- Sentimiento de invulnerabilidad.
- Dificultad para hacer frente a la presión de grupo.
De acuerdo con la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura, dos constructos son
fundamentales para la iniciación y el mantenimiento del comportamiento humano, las
expectativas de resultados y la autoeficacia. Los efectos anticipados del consumo de
alcohol, denominados “expectativas del alcohol”, que pueden ser tanto positivas como
negativas, juegan un papel crucial en la toma de decisiones de niños y adolescentes. Las
expectativas positivas suelen estar moldeadas por la publicidad del alcohol que presenta
su consumo como una parte normal de la vida social de los adultos. En consecuencia, las
expectativas negativas que suelen tener los jóvenes se van sustituyendo poco a poco por
expectativas positivas. El segundo constructo de Bandura, que hace referencia a la
negativa de beber y a la autoeficacia, expresa que los jóvenes con habilidades de
resistencia bajas son más susceptibles a la presión de los compañeros para beber en exceso
(14,15)
.
Para analizar y comprender porque los jóvenes se sienten motivados a beber alcohol,
diversos estudios apuntan que el adolescente siente la necesidad de afiliación a otro grupo
para sentirse integrado socialmente. El problema recae en que una de las formas para
conquistar esta integración consiste en imitar la forma de comportarse y las conductas del
grupo. Es por eso que, gracias a los efectos del alcohol, los adolescentes buscan en él la
posibilidad de desinhibirse y estar más seguro, haciendo que pierdan la timidez y
aumentando el valor para afrontar nuevas situaciones que no estaba preparado con
anterioridad. Además, otra motivación que lleva al joven a consumir es la necesidad de
afirmar y expresar que no es un niño, ya que desde bien pequeños asocian el alcohol con
la consecución de un cierto grado de independencia y autonomía (16,17).

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En nuestro país, se ha bautizado el término “botellón” a aquella concentración juvenil
que se caracteriza por la ingesta de alcohol, predominantemente en la vía pública y así
relacionarse entre ellos. Se crea así un espacio simbólico, común y compartido, construido
por los jóvenes a través de la interacción entre ellos asociando el disfrute del ocio y de las
(12,18)
relaciones sociales con el consumo de sustancias . Este fenómeno ha contribuido a
la expansión y consolidación de un patrón de consumo de alcohol preocupante en forma
de atracón, llegando a tener importantes consecuencias negativas en los adolescentes que
participan en él con regularidad (19).

2.4. Prevalencia del consumo de alcohol.

Entre las mejores opciones para examinar las prevalencias de consumo en nuestro país
se encuentran las encuestas poblaciones y las estadísticas sanitarias. En cuanto al
consumo de alcohol en adolescentes, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad elabora una serie de encuestas bianuales desde 1994 y 1995, respectivamente:
la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES)(20)
y la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES)(21).
En cuanto a la primera encuesta, ESTUDES, realizada en el 2021, afirma que el alcohol
se posiciona como la sustancia psicoactiva más consumida entre los jóvenes de 14 y 18
años, seguido del tabaco, del cannabis, de los hipnosedantes, el éxtasis y la cocaína. A su
vez, confirma que el 73,9% de los encuestados ha consumido bebidas alcohólicas alguna
vez en su vida, cifra que ha descendido 4 puntos porcentuales respecto al 2019. El 70,5%
de los jóvenes ha consumido alcohol en el último año y el 53,6% durante el último mes.
Además, asegura que, durante los últimos 30 días de ser encuestados, el 23,2% se ha
emborrachado y el 27,9% ha consumido cinco o más copas, vasos o cañas de alcohol en
un breve periodo de tiempo, lo que conocemos como “Binge Drinking” o consumo en
atracón. En un informe de 2013, el 22,9% (60,1 millones) de los estadounidenses mayores
de 12 años encuestados informaron haber bebido en exceso en los 30 días anteriores a la
encuesta (14).
En lo que respecta al primer consumo de alcohol entre los estudiantes españoles, está
es de 14,0 años, ocurriendo a la misma edad que en las dos ediciones pasadas. A nivel
autonómico, la edad media de inicio en la C. Valenciana se encuentra por debajo,
registrando un consumo temprano (13,8 años). En contraposición, según un reciente
estudio realizado por la Universidad de Santiago de Compostela, constata que la edad a
la que los adolescentes suelen iniciarse en el consumo de alcohol es menor de lo que

8
sugiere el ESTUDES 2021, situándose en 13,4 años. Además, quienes se inician antes en
su consumo presentan una mayor probabilidad de consumir otras sustancias, tasas de
consumo de riesgo 3 veces superiores y se implican más en prácticas potencialmente
peligrosas (22).
Los datos que nos facilita la segunda encuesta, EDADES, exponen que la prevalencia
de consumo de alcohol en la población general a nivel nacional es una práctica más
extendida entre la población masculina: 82,7% de los hombres frente a un 71,6% de las
mujeres, habiendo sido consumida alguna vez en la vida por la gran mayoría de la
población en ambos sexos. Sin embargo, a medida que avanzan los años se suman más
mujeres a esta práctica.
EDADES ha evaluado también esta prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas en
el último año y según la edad, siendo más frecuente en grupos de edad más jóvenes (15 a
24 años:79,3%), mientras que disminuye con fuerza a medida que llega la edad adulta (25
a 34 años: 79,2%; 35 a 44 años: 77,9%; 45 a 54 años: 76,7%; 55 a 64 años: 73,6%). A
demás, indica que el grupo de 15 a 24 años es el que representa una menor diferencia
entre géneros.
Referente a las Intoxicaciones Etílicas Agudas, en 2019/2020 la prevalencia de IEAs
en el último año es de 19,4%, manifestándose un ligero aumento y continuando con la
tendencia ascendente desde el 2015. En consideración al sexo, con independencia de la
edad y al igual que la prevalencia de consumo de alcohol, las borracheras tienen un mayor
predominio en hombres que en mujeres. En función de la edad, se observa que a medida
que esta aumenta, la prevalencia se reduce progresivamente, llegando a la conclusión de
que las borracheras son más frecuentes entre los jóvenes de 15 a 24 años. Por último, en
base a la prevalencia de botellón en los últimos 12 meses, se observa que también es más
elevada entre los jóvenes, alcanzando cifras del 42,0% entre los 15 a 24 años, frente al
13,2% registrado a partir de los 25 y el 0,6% después de los 55 años. Dentro del grupo de
15 a 18 años, la tercera parte (36,1%) confiesa haber realizado esta práctica en el último
año.

2.5. Complicaciones asociadas a la Intoxicación Etílica Aguda.

El consumo de alcohol durante un tiempo prolongado está relacionado con la aparición


a largo plazo de varias enfermedades digestivas, cardiovasculares, infecciosas e incluso
psiquiátricas. No obstante, también pueden surgir un gran número de complicaciones

9
potenciales cuando se consumen altas concentraciones de alcohol en el organismo, la
mayoría de ellas de corto plazo de evolución, derivando en una intoxicación etílica (23).
Dependiendo de la cantidad ingerida de alcohol y de la tolerancia, el curso afecta a
diferentes sistemas del cuerpo pudiendo oscilar desde leve desinhibición, hasta coma,
(2)
depresión respiratoria y muerte . Podemos distinguir como posibles complicaciones
potenciales e inmediatas a la IEA (24,25,26) (Ver en Tabla 1):
Tabla 1. Posibles complicaciones inmediatas tras sufrir una Intoxicación Etílica Aguda
Agitación psicomotriz. Rabdiomiolisis.
Crisis convulsivas. Politraumatismo.
Broncoaspiración de vómitos. Hemorragia de vías digestivas altas.
Hipoglucemia. Acidosis láctica.
Hipotermia. Conducta sexual de riesgo.
Deshidratación. Trastorno amnésico agudo.
Resaca Parada cardio-respiratoria.
Fuente: Elaboración propia
Cabe destacar ciertas complicaciones que pueden aparecer de manera tardía al
consumo de alcohol, los cuales generalmente se asocian con el abuso de bebidas
alcohólicas de manera crónica, como pueden ser (26,27,28):
• Encefalopatía de Wernicke: caracterizada por trastornos encefálicos originando
confusión, alteraciones oculares y pérdida del equilibrio, provocado por la
deficiencia de vitamina B1 (tiamina). Esto es debido a que el consumo de
cantidades excesivas de alcohol durante un tiempo prolongado altera la absorción
de tiamina procedente del aparato digestivo.
• Síndrome de Korsakoff: asociado a la encefalopatía de Wernicke en el 80% de
los casos, se presenta como una manifestación neuropsiquiátrica con daño en la
memoria anterógrada y retrógrada, confabulación y alteración del
comportamiento. Pueden aparecer lesiones en tálamo anterior, cuerpo calloso,
cuerpos mamilares y tálamo medial.
• Cetoacidosis metabólica: frecuente en los alcohólicos crónicos desnutridos,
sucede tras unos días de ayuno y de aumento de la ingesta de alcohol, provocando
un déficit de glucosa y de insulina. Aparecen dolores abdominales y vómitos,
deshidratación, taquicardia, abdomen en tabla y presencia de cuerpos cetónicos
en la orina.

10
• Tentativas de suicidio: los consumos de alta graduación en jóvenes son un factor
de riesgo de tentativas de suicidio. Por lo común, estos suelen cursar previamente
con trastorno depresivo, aislamiento, marginación social, patologías graves o
historia previa de otras tentativas.
(29)
El Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad de España , afirma que
los jóvenes rara vez presentan trastornos que se suelen presentar en los adultos tras varios
años de abusar del alcohol. No obstante, las últimas investigaciones científicas
demuestran que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el “Binge
Drinking” o consumo en atracón, puede afectar el SNC en varios niveles. Por una parte,
interfiere en el desarrollo del cerebro que transcurre por una etapa decisiva de cambios,
limitando su futuro y su potencial individual. Por otro lado, afecta al hipocampo, que se
encuentra relacionado con la memoria, el aprendizaje y la planificación de tareas.
Por consiguiente, se producen alteraciones en las relaciones personales, en el
rendimiento escolar y pueden aparecer comportamientos violentos y conductas
perjudiciales para la salud como prácticas sexuales de riesgo o conducir bajo los efectos
del alcohol (29).
Lejos de estas complicaciones sanitarias, el consumo abusivo de alcohol puede
provocar también consecuencias económicas importantes. Es reconocido por la sociedad
que el consumo excesivo de alcohol es un problema costoso. En EEUU, este consumo
costó en 2006 una media de 361 millones de dólares en costos económicos atribuibles al
(14)
consumo excesivo de alcohol en jóvenes . Según estimaciones, en España, los costes
sociales totales del consumo de alcohol se sitúan alrededor del 1% del PIB, es decir, unos
10.500 millones de euros (30).

2.6. Prevención Sanitaria. Importancia de la Intervención de Enfermería.

Como se ha mencionado, en los países desarrollados, el consumo de alcohol es un gran


problema de salud pública, ya que tiene grandes costes, tanto a nivel personal, social y
familiar, como económico. Es por esto por lo que su prevención es una de las estrategias
más efectivas para solucionar el problema.
A causa del aumento del consumo de alcohol entre los jóvenes, resulta imprescindible
la prevención de esta conducta empezando en edades tempranas y a lo largo de toda la
etapa de la infancia mediante el establecimiento de un estilo de vida saludable e indicando
las consecuencias perjudiciales de este tipo de hábitos nocivos para la salud. Por lo

11
común, es la enfermería de atención primaria la encargada de realizar una correcta
promoción a través de Educación para la Salud.
La Educación para la Salud (por sus siglas, EpS) es un proceso de educación y de
participación del individuo, paciente y/o familiar, con el fin de que consiga unos
conocimientos, unas actitudes y unos hábitos básicos para la promoción y prevención de
la salud tanto individual como colectiva. Tiene como objetivo el promover formas de vida
saludables, disminuir conductas y situaciones de riesgo, y tener un conocimiento general
de las enfermedades, de los tratamientos y de los cuidados correspondientes para cada
individuo (31,32).
La adolescencia es una etapa decisiva para la intervención educativa, con el fin de
proveer a los jóvenes información y métodos para ayudarlos a tomar decisiones
saludables, y se conviertan, asimismo, en promotores de salud de sus centros escolares y
comunidad. Son los colegios y los institutos una vía idónea para ello (33).
A pesar de los múltiples acuerdos entre el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de
Educación y Formación Profesional para la educación y promoción de la salud en la
escuela, entre los cuales incluyen distintos niveles de enseñanza como educación sexual,
educación nutricional e higiene de los alimentos, prevención del consumo y adicción de
drogas, prevención de accidentes de tráfico y educación vial, se consta en la actualidad
(34)
que la educación sanitaria de los adolescentes es deficiente . Por lo que es
imprescindible elaborar intervenciones educativas en temas que coincidan con las
necesidades emergentes identificadas, puesto que gracias a estas, disminuir la posibilidad
de este tipo de conductas es posible.

2.7. Criterios diagnósticos.

Para identificar si una persona padece una IEA, se puede diagnosticar fácilmente por
anamnesis y por la clínica del paciente, la cual se llega a confirmar determinando el nivel
sanguíneo de etanol (2).
El diagnóstico de enfermería más oportuno para este problema de riesgo de la salud es
el [00188]Tendencia a adoptar conductas de riesgo para la salud, el cual se define como
“deterioro de la capacidad para modificar el estilo de vida o las conductas de forma que
mejore el estado de salud”. El factor relacionado más apropiado en este caso es el de
“ingesta excesiva de alcohol” (35).
Los criterios diagnósticos de una intoxicación por alcohol según el DSM-V
(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) son (ver en Tabla 2) (36):

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Tabla 2. Criterios diagnósticos de la IEA según el DSM-V.
A Ingesta reciente de alcohol
B Comportamiento problemático o cambios psicológicos clínicamente
significativos de los que suelen aparecer durante o poco después de su consumo:
sexualidad inapropiada, comportamiento agresivo, labilidad emocional,
deterioro de la capacidad del juicio y deterioro de la capacidad laboral o social,
que se presenta durante la intoxicación o pocos minutos después de la ingesta
de alcohol.
C Uno o más de los siguientes síntomas que aparecen durante el consumo de
alcohol o poco después:
• Habla pastosa.

• Incoordinación.

• Marcha insegura.

• Nistagmo.

• Alteración de la atención o de la memoria.

• Estupor o coma.

D Los síntomas o síntomas no se pueden atribuir a otra afección médica y no se


pueden explicar mejor por otro trastorno mental, incluida una intoxicación con
otra sustancia.
Fuente: American Psychiatric Association, 2014.

2.8. Justificación de mi trabajo.

El consumo de bebidas alcohólicas es un acto muy establecido en nuestra sociedad.


Sin embargo, esta práctica en exceso no está libre de riesgos, en concreto para un
colectivo tan vulnerable como los adolescentes. El objetivo de la mayoría de los jóvenes
es embriagarse y si este consumo excesivo no es controlado puede llegar a provocar daños
a nivel físico y mental. El profesional de enfermería, desde sus diferentes ámbitos
sanitarios, es un eje muy importante para promocionar buenos hábitos de salud entre los
adolescentes y prevenir enfermedades relacionadas con estas conductas de riesgo. Una de
las estrategias de prevención es la de actuar lo más pronto posible para que las
consecuencias se reduzcan al máximo, como se ha demostrado en el infarto o en
accidentes de tráfico, etc.

13
3. OBJETIVOS

3.1. Objetivo general

- Averiguar si con la evidencia disponible sería necesario empoderar a la juventud


a reconocer síntomas y signos de la intoxicación etílica para poder mitigarla y así prevenir
las posibles complicaciones.

3.2. Objetivos específicos

- Determinar los factores de riesgo asociados a la Intoxicación Etílica Aguda en


población joven.
- Hacer que el adolescente identifique las manifestaciones clínicas de intoxicación
etílica y conductas de riesgo derivadas de su consumo para poder asistir a un amigo en
riesgo.
- Analizar el riesgo de consumo de bebidas alcohólicas por parte de los adolescentes
y contribuir en la reducción y solución del problema.

4. METODOLOGÍA

Para la realización de este trabajo de fin de grado, la metodología que se utiliza es una
búsqueda y revisión bibliográfica entre los meses de noviembre del 2021 y mayo de 2022,
centrada en la población de estudio de adolescentes. Se ha realizado una búsqueda a través
de las principales bases de datos online de ciencias de la salud: PubMed, Medline,
EBSCO, Cuiden, SciELO, Scopus y Dialnet. Paralelamente, se ha consultado revistas y
libros científicos tanto en formato físico como en formato digital.
En cuanto a los ejes de la búsqueda, con el fin de analizar, recopilar y sintetizar la
información más importante sobre el tema del estudio, se han localizado palabras clave
en lenguaje libre, como primera aproximación. Después, para completar la búsqueda, se
ha empleado lenguaje controlado en términos MeSH y DeCS (ver en Tabla 3). Para
definir la estrategia de búsqueda, los términos se han combinado entre sí con los
operadores booleanos AND, OR y NOT (ver en Tabla 4).
La búsqueda se limitará, si la base de datos lo permite, en estudios y publicaciones
realizadas preferiblemente en los últimos 10 años (2011/2012 a 2021/2022), tanto en
español como en inglés y en un grupo de edad desde los 13 hasta los 18 años, sector de la
población en el que está centrado nuestro trabajo.

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Tabla 3. Descriptores MeSH y DeCS empleados en la búsqueda bibliográfica:

Descriptor Inglés MeSH Descriptor Español DeSC


Alcoholic Intoxication Intoxicación Alcohólica/Etílica
Adolescent Adolescente
Nursing Enfermería
Underage Drinking Consumo de Alcohol en Menores
Effects Efectos
Signs and symptons Manifestaciones
Alcohol-Induced Disorders Trastornos inducidos por el alcohol
Binge drinking Borrachera
Self-Management Automanejo
Risk Factors Factores de riesgo
Self-Control Autocontrol
Knowledge Conocimiento
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 4. Estrategia de búsqueda en las diferentes bases de datos:

Base de Ecuación de búsqueda Nº de


datos artículos
consultada encontrados
PubMed ((“Alcoholic Intoxication”[Mesh]) OR “Binge Drinking” 230
[Mesh]) AND “Underage Drinking”[Mesh]

("Binge Drinking"[Mesh]) AND "Signs and 146


Symptoms"[Mesh]

Binge Drinking AND Self-Management 63

(“Alcoholic Intoxication/nursing"[Mesh] AND 8


"Alcoholic Intoxication/prevention and control"[Mesh] )

(“Alcoholic Intoxication/diagnosis” [Mesh]) AND 252


“Adolescent” [Mesh]
SciELO (Binge Drinking) AND (Adolescent) 43

Dialnet (Binge Drinking) AND (Efectos) 59

(Intoxicación Etílica) AND (Experiencias) 6

(Intoxicación Etílica) AND (Adolescentes) 15


EBSCO (Alcoholic Intoxication) AND (Self-Management) 385

15
Además, no se discriminarán estudios por su tipología, ya que se incluirán tanto
estudios cuantitativos como cualitativos. Para elegir aquellos documentos más relevantes
y pertinentes de acuerdo con el objetivo del estudio, se han fijado unos criterios de
inclusión y de exclusión. (Ver en Tabla 5)
Tabla 5. Criterios de inclusión y exclusión de la búsqueda bibliográfica:

Criterios de inclusión Criterios de exclusión


- Artículos que comprenden el - Artículos que aborden el consumo
grupo de edad entre 13 y 18 años de otras sustancias diferentes al
- Artículos en castellano o inglés. alcohol.
- Artículos publicados en los
últimos 10 años.
- Artículos con acceso al texto
completo y de acceso libre.
Fuente: Elaboración propia.
El proceso seguido para la selección de los artículos se ha basado siguiendo el
diagrama de flujo propuesto por el grupo PRISMA (Ver Figura 1), el cual permite evaluar
gráficamente como se han seleccionado los estudios. Se describe un transcurso desde la
identificación inicial de los registros o citas de las búsquedas realizadas en cada una de
las distintas bases de datos, hasta la selección definitiva de estos.
Primeramente, en la fase 1 de identificación, tras la exhaustiva búsqueda bibliográfica
en las bases de datos mencionadas con anterioridad y mediante el uso de los descriptores
y operadores booleanos necesarios (Ver Tabla 4), se excluyen los artículos duplicados y
se descartan los que no cumplen los criterios de inclusión.
A su vez, siguiendo con la fase 2, realiza una detección de los artículos seleccionados
para ver el análisis de título y resumen.
Posteriormente, en la fase 3 de elegibilidad, se evalúan aquellos artículos de texto
completo y se seleccionan por la lectura los que son potencialmente incluibles mediante
la fase 4 de inclusión. Estos últimos serán los estudios incluidos en la revisión narrativa.
Para concluir la metodología de mi trabajo, para el análisis de la información, se ha
realizado un análisis descriptivo de los estudios incluidos finalmente, recopilando las
características más relevantes como autor, año, título, país, diseño y población. Además,
para el análisis cualitativo se emplea el método de síntesis narrativa, donde se ha llevado
a cabo una descripción de los resultados, mediante objetivos y medidas de resultado (Ver
Tablas 6 y 7).

16
Figura 1. Algoritmo de búsqueda:

Identificación Documentos identificados en las bases de datos


(n=1207)

Documentos duplicados Documentos que no


eliminados cumplieron los criterios
(n=154) de inclusión (n=754)
Detección

Artículos seleccionados Artículos excluidos por


y evaluados para el análisis no cumplir los criterios de
de título y resumen (n=299) inclusión (n=203)
Elegibilidad

Artículos de texto Artículos de texto


completo evaluados completo excluidos por no

(n=96) cumplir los criterios de


inclusión (n=90)
(n=15)
Inclusión

Estudios incluidos en
la revisión narrativa
(n=6)

Fuente. Diagrama de flujo PRISMA: identificación, selección y evaluación de


elegibilidad e inclusión de los artículos.

17
Tabla 4. Características de los estudios:

Autor/es Año Artículo País Población Revista Diseño

Pianca TG, 2017 Identification and initial Brasil Adolescentes Sociedade Revisión sistemática
Brasileira de
Sordi AG, management of intoxication by
Pediatria
Hartmann TC, alcohol and other drugs in the

von Diemen L. pediatric emergency room

da Silva Tabuyo I, 2021 Efectos del consumo de alcohol España Adolescentes Revista Española Revisión sistemática
de
Marti del Moral A. por atracones en el cerebro
Drogodependencias
adolescente

Simons JS, 2016 Keep calm and carry on: EEUU Adolescentes Cognition and Estudio descriptivo
Emotion
Maintaining self-control when
Wills TA,
intoxicated, upset, or depleted
Emery NN,

Spelman PJ

Quiroga-Álvarez et 2017 Perfil de los adolescentes entre 14 España Adolescentes RqR Enfermería Estudio descriptivo
Comunitaria
al. y 21 años que acudieron a un observacional retrospectivo
servicio de urgencias con
intoxicación etílica aguda en 2017

18
Tarragona- 2017 “Pasar el mal trago”: un estudio España Adolescentes Revista Española Estudio etnográfico
de
Camacho et al. etnográfico de jóvenes que
Drogodependencias
experimentan una intoxicación
etílica aguda en un servicio de
urgencias

Wilhite ER & 2015 Alcohol-Induced Blackouts and EEUU Adolescentes Journal of Studies Estudio longitudinal
on Alcohol and
Fromme K. Other Negative Outcomes During
Drugs
the Transition Out of College

19
Tabla 5. Descripción de los resultados:

Autor/es Año Objetivos Medidas de resultado

Pianca TG, 2017 Revisar y evaluar el tratamiento de la La sintomatología más frecuente es: cambios de
Sordi AG, intoxicación etílica y otras drogas en niños y humor/comportamiento, dificultad para hablar, falta de
Hartmann TC, adolescentes en el ámbito de emergencia coordinación, marcha inestable, nistagmo, déficit de atención o

von Diemen L. memoria y en los casos más graves, estupor o coma.

da Silva Tabuyo I, 2021 Determinar el efecto que tiene el alcohol por Se ha comprobado que este patrón de consumo está relacionado
Marti del Moral A atracones o “binge drinking” a nivel neurológico con un peor desempeño de las tareas psicológicas, menos actividad
en el adolescente. cerebral y un desarrollo anómalo del cerebro.

Simons JS, 2016 Comprobar las asociaciones dentro de la Los efectos del alcohol indicaron efectos independientes dentro
persona entre la intoxicación, afecto negativo y de la persona de la intoxicación, afecto negativo y demandas de
Wills TA,
demandas de autocontrol y las formas de déficit autocontrol.
Emery NN, de autocontrol, conflicto interpersonal y descuido

Spelman PJ de responsabilidades.

Quiroga-Álvarez 2017 Estudiar el perfil y las características de los El perfil del paciente que visito el servicio era un adolescente con
et al. adolescentes que acuden a Urgencias con intoxicación etílica aguda, que acudió en ambulancia durante el fin

20
diagnóstico de intoxicación etílica agua, y el tipo de semana y que preciso vigilancia y control de síntomas derivados
de asistencia recibida. del consumo excesivo de alcohol.

Tarragona- 2017 Estudiar la experiencia y perspectiva de Tras su experiencia, los jóvenes afectados no consideran dejar de
Camacho et al. jóvenes tras una intoxicación etílica aguda. beber, aunque la mayoría de ellos manifiesta la necesidad de
moderar el consumo de alcohol.

Wilhite ER & 2015 Examinar las asociaciones entre los síntomas Los apagones aumentan el riesgo de consecuencias menos graves
Fromme K.. de la dependencia del alcohol, los apagones y las relacionadas con el alcohol. Esto puede resultar de la reconciliación
consecuencias sociales y emocionales. cognitiva de los comportamientos negativos que ocurren durante
este periodo de amnesia.

21
5. RESULTADOS

Tras la puesta en marcha de las estrategias de búsqueda para la selección de los


artículos deseados, se identificaron 1207 artículos entre todas las bases de datos, de los
cuales, se excluyeron 154 ya que estaban duplicados. De los 299 restantes, tras leer los
títulos y los resúmenes, fueron retirados 203 por no cumplir los criterios de inclusión. De
los artículos restantes, pasaron los filtros de inclusión y exclusión 96 artículos, que, tras
una lectura intensa, se escogieron para la realización de esta revisión bibliográfica 6
artículos (ver Figura 1). En cuanto a la tipología de los estudios, se han incluido dos
revisiones sistemáticas, tres estudios descriptivos y un estudio longitudinal.
Pianca et al. (37) recoge en su estudio que, para vigilar el consumo de sustancias
psicoactivas como el alcohol, actualmente existen algunas pruebas de análisis bioquímico
que evalúan la presencia de estas sustancias en el organismo, sin embargo, deben ser
realizadas por profesionales. En el ámbito de nuestra investigación, son varias las
herramientas que han sido probadas para esta población juvenil, pero el cuidado, la
relajación, la soledad, la familia, los amigos, los problemas y la prueba de identificación
de trastornos relacionados con el consumo de alcohol (AUDIT) son los instrumentos con
mejor rendimiento. Esta última escala, creada por la OMS, determina si el consumo de
alcohol de una persona puede considerarse peligroso, a partir de una prueba simple de
diez preguntas (Ver Figura 2). Se puede aplicar aproximadamente en 2 minutos y
presenta una sensibilidad del 95% y una especificidad del 77%.
Además, el estudio explica que la principal farmacodinámica del alcohol es la
facilitación de la transmisión inhibitoria del SNC, siendo los síntomas de la intoxicación
alcohólica aguda dependientes de la dosis, del nivel sérico que se alcanza y de la
variabilidad individual del consumidor. Entre los síntomas más comunes podemos
encontrar: cambio de humor, déficit de atención o de memoria, dificultad para hablar,
marcha inestable, disminución de la coordinación, nistagmo y, en los casos más graves,
estupor o incluso coma. A su vez, este consumo puede provocar efectos metabólicos
potencialmente letales, como la hipoglucemia, poco frecuente en adultos, pero con mayor
incidencia en niños y adolescentes. Otros efectos metabólicos son la acidosis, la
hipoalbuminemia, la hipocalcemia, hipofosfatemia y la hipomagnesemia. En cuanto a los
efectos cardiovasculares encontramos: taquicardia, vasodilatación periférica y depleción
de volumen, pudiendo inducir a la hipotermia y la hipotensión.

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En lo que se refiere a la farmacodinámica del alcohol anteriormente mencionada, la
revisión de da Silva Tabuyo et al. (38) sobre los efectos del consumo de alcohol por
atracones en el cerebro adolescente, entra más en detalle respaldando que la adolescencia
es una etapa de mayor vulnerabilidad a las consecuencias neurotóxicas, ya que la
remodelación de la materia gris y blanca está aún en desarrollo. Esto provoca una falta de
conexiones neuronales eficientes, pudiendo afectar negativamente en el desarrollo de
funciones cognitivas y motoras. La significativa disminución de volumen de materia gris
está asociada a un mal funcionamiento de la memoria y al incremento de desmayos de
memoria. En esta revisión se muestra como ingerir alcohol en exceso se relaciona con un
aumento del comportamiento impulsivo. Encontramos también entre los efectos un peor
desempeño en la velocidad psicomotora y en la atención visual manifestado por un
aumento del tiempo de reacción.
(39)
Por lo que hace a los cambios comportamentales, Jeffrey S. Simons et al. en su
estudio analizó que los procesos cognitivos deteriorados de las personas cuando están
intoxicadas pueden disminuir la capacidad de estas para controlar de manera efectiva los
efectos de su comportamiento en los demás y pueden aumentar la reactividad a las
amenazas sociales percibidas. Esto es debido a que el alcohol es capaz de inhibir las
respuestas desadaptativas que pueden contribuir al conflicto, por ejemplo, las expresiones
de ira e impulsividad.
Para analizar el perfil de los adolescentes que se presentaron al servicio de urgencias
con diagnóstico de IEA y el modelo de atención recibida durante su ingreso se ha recogido
(40)
información del estudio de Quiroga-Álvarez et al . Este informa que de los 85
pacientes atendidos por IEA, el 75,3% acudieron el fin de semana y el 80% en turno de
noches. Además, apunta que el 78,8% acudieron a la unidad en ambulancia, seguidos del
15,3% que asistieron por sus propios medios. En cuanto a la determinación del etanol, la
alcoholemia media fue de 201,49 mg/dl, siendo en el 81,2% de los casos un nivel de
etanol moderado. Con respecto a la estancia en la unidad, la duración media de los
adolescentes fue de 4,56 horas. Solo un pequeño porcentaje necesitó de ingreso a la
unidad de observación y de consulta con el especialista. De estos, ninguno precisó ingreso
a planta de hospitalización.
(41)
Tarragona-Camacho et al., en su estudio etnográfico examinó la experiencia y
perspectiva de los jóvenes a través de entrevistas individuales en el servicio de urgencias
tras una IEA. En primer lugar, según el relato de varios jóvenes, el asustarse al presentar
síntomas diferentes a los experimentados generalmente, es lo que los lleva a buscar ayuda

23
en el servicio de urgencias. Otros jóvenes relataron que, al estar inconscientes, fueron los
amigos los que decidieron llamar al número de emergencias, o bien llevarlos al servicio
de urgencias. El estudio observó el estado de los jóvenes cuando llegaban al servicio de
urgencias y generalmente ingresaban sucios, vomitados y semiinconscientes o aún
inconscientes. Respecto a las sensaciones tras sufrir la IEA, los jóvenes manifestaron vivir
una experiencia desagradable. La mayoría de ellos expresaron sentimientos respecto al
proceso asistencial tales como miedo, vergüenza, soledad, sentirse fuera de lugar e incluso
impacientes por marcharse. Por último, justificaron la intoxicación, a menudo con
motivos no relacionados con el consumo en exceso de alcohol. Argumentaron en la
entrevista ciertos justificantes de la borrachera como por ejemplo que no habían comido,
por mala suerte, por padecer diabetes o que le habían echado alguna droga en la bebida,
ya que los efectos no estaban asociados con la cantidad que habían consumido.
Para finalizar, Emily R. Wilhite & Kim Fromme (42), examinaron entre los bebedores
menores de edad universitarios las características de los apagones o comas asociados al
consumo en exceso de alcohol, además de las frecuencias de estos durante la etapa
universitaria y sus consecuencias sociales y emocionales. En el estudio se obtuvo que
entre las características de los apagones se encuentra la pérdida de memoria durante o
justo después de beber, lo que lo convierte en un efecto peligroso que puede aumentar el
riesgo de lesiones, deterioros psiquiátricos y neurobiológicos. Además, sus hallazgos
apuntan que los apagones traen consigo consecuencias sociales y emocionales. Una de
las razones es porque distorsionan los recuerdos de los eventos ocurridos mientras se
consume, pudiendo implicar comportamientos no planificados y contribuyendo a su vez
en que se creen reacciones emocionales negativas que persisten a lo largo del tiempo si
su comportamiento relacionado con el apagón difiere de su comportamiento típico y de
sus valores personales.

6. DISCUSIÓN

Tras la exhaustiva lectura de los resultados extraídos, se hace ver que resulta necesario
darle a la juventud los conocimientos necesarios para reconocer síntomas y signos de la
intoxicación etílica, ya que queda demostrado que el consumo excesivo de alcohol
repercute en el estado físico, emocional, y cognitivo de los adolescentes, pudiendo afectar
esto a su posterior calidad de vida si no se pone una solución.
La adolescencia es una etapa de vulnerabilidad, que comprende cambios a nivel físico,
emocional, social y conductual. Además, en ésta, se descubren hábitos como es el “Binge

24
Drinking” o botellón, los cuales se asocian con el ocio y el comienzo de la socialización.
Se ha visto que el consumo en abuso de alcohol en adolescentes predomina los fines de
semana y por la noche (40).
Muchos jóvenes consumen en exceso sin ser conscientes de la gravedad que puede
conllevar esta práctica. A través de los argumentos de los jóvenes proporcionado por
(41)
Tarragona-Camacho et al. se ha comprobado que a pesar de conllevar experiencias
desagradables tienden a no preocuparse por el consumo de alcohol en exceso. Con esto,
queda demostrado que esta práctica está vinculada directamente con el ocio, con el
propósito de buscar sensaciones placenteras, divertirse y socializar, sin considerar los
riesgos que supone.
Respecto a los daños que produce ingerir alcohol en grandes cantidades y en un breve
periodo de tiempo, el estudio de Pianca et al. junto al de Silva Tabuyo et al. coinciden en
que entre los signos y síntomas más frecuentes que puede padecer un adolescente durante
el consumo de alcohol hallamos: déficit de atención o de memoria, dificultad para hablar,
cambio de humor, marcha inestable y nistagmo (37,38).
A su vez, los atracones de bebida coexisten con otros comportamientos de riesgo. Se
ha podido observar que el “Binge Drinking” durante la adolescencia favorece la
impulsividad, hallazgo que describen en sus estudios Silvia Tabuyo et al. y Jeffrey S.
Simmons et al. pudiendo fomentar la adopción de distintas conductas peligrosas,
incluyendo conducir ebrio, practicar una actividad sexual sin protección, peleas o incluso
ataques de violencia de género (38,39).
Por otro lado, en cuanto al tratamiento de las intoxicaciones alcohólicas agudas en
adolescentes, el desafío en el cuidado de estos pacientes comienza con la detección del
problema y posterior abordaje de las consecuencias derivadas de su consumo. La
literatura es bastante controvertida en la indicación de instrumentos de cribado para la
detección de problemas derivados del consumo de alcohol en exceso, y no existe una guía
específica para la valoración de los jóvenes. Otro de los hallazgos que recoge Pianca et
(37)
al. en su estudio son las herramientas de cribado, priorizando el uso de la prueba de
identificación de trastornos relacionados con el consumo de alcohol (AUDIT). El
problema radica que en esta última escala es de detección de personas con riesgo de
intoxicación etílica, lo que implica que solo sirve como prevención y no como
herramienta diagnóstica in situ.
Tras los resultados extraídos, después del manejo de la condición aguda de una
intoxicación etílica aguda, el servicio de urgencias es la última medida terapéutica para

25
(40)
revertir los efectos adversos . A pesar de que requieren pocas intervenciones y su
estancia en el servicio de urgencias no es muy duradera, la mayoría de los adolescentes
necesitan un traslado en ambulancia, ocupar una camilla, ser sometidos a pruebas
complementarias y a la vigilancia del personal de enfermería en la unidad de urgencias.
Todo esto supone un incremento de la presión asistencial y un gasto sanitario importante.
Los “apagones”, perdida de conocimiento o coma, es la manifestación más grave y
tardía a la cual llegan los jóvenes por el abuso de alcohol, demostrándose en los
argumentos proporcionados por ellos (41) que es el factor desencadenante más habitual y
por el que solicitan ayuda. Como indican Emily R Whilhite and Kim Fromme(42) en caso
de que el joven llegue a este deterioro cognitivo, puede arrastrar grandes consecuencias
sociales y emocionales que pueden perdurar durante mucho tiempo. Por ello, es de suma
importancia que, como profesionales sanitarios eduquemos a la población haciéndolos
conocedores de cómo deben reconocer cuando sus amigos o incluso, ellos mismos, deben
frenar la ingesta alcohólica, y no llegar a este último punto.
En términos generales, brindar más educación sobre las causas y consecuencias de la
intoxicación etílica aguda podría mejorar los programas de prevención del alcohol en
adolescentes. A grandes rasgos, se advierte la necesidad de reducir potencialmente los
efectos adversos del consumo en exceso de alcohol destacando el uso de estrategias
conductuales protectoras, las cuales podrían incluir beber lentamente en lugar de tragos
profundos, no beber tragos de licores destilados o prevenir los juegos de beber frecuentes
entre los jóvenes (43,44). Así mismo, y como objetivo de nuestro trabajo, las intervenciones
también podrían centrarse previamente a la aparición de síntomas como los
desvanecimientos, ya que se ha observado que tienen un mayor riesgo de resultados
negativos en el futuro relacionados con este consumo en exceso.
En cuanto a las limitaciones de esta investigación encontramos que, a pesar de
encontrar abundante literatura científica a cerca del consumo en exceso de alcohol por
parte de los adolescentes y sus efectos adversos, la mayoría de estos se basaban en
estudios intrahospitalarios en el servicio de urgencias donde la mayoría de las
manifestaciones clínicas previas a la intoxicación etílica de alcohol ya han sido
superpuestas por otras más severas como la perdida de consciencia. Mencionar que, los
artículos de los cuales se han extraído los resultados no se han sometido a ninguna prueba
de calidad de datos.

26
7. CONCLUSIONES

Por esta razón, con este trabajo se llega a la conclusión que una intervención temprana
es imprescindible para disminuir la cantidad de alcohol consumida y a su vez aminorar
los efectos dañinos del alcohol. Por ello, es necesario incidir en la realización de
programas basados en educación para salud dirigidos a esta población, con el objetivo de
que sepan identificar los síntomas de una intoxicación aguda.
Para finalizar, como objetivo para futuras líneas de investigación, se debe hacer
hincapié en la necesidad de elaborar un programa que vaya enfocado no solo a la
identificación de los síntomas comentados con anterioridad, sino también en el manejo
de la intoxicación de una forma inmediata y adecuada. De esta forma, se podría evitar
conductas de riesgo para la salud e ingresos hospitalarios innecesarios.

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9. ANEXOS

Figura 2. Cuestionario AUDIT para la detección del consumo de alcohol:

Fuente: Papel del test AUDIT (Alcohol Use Disorders Identification Test) para la detección de
consumo excesivo de alcohol (45).

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