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EL ENDOSO. PRIMERA PARTE: TEORÍA GENERAL

Pedro A. LABARIEGA V.*

La historia de la circulación a la orden,


en el fondo es la historia del endoso.
ASCARELLI.1

El endoso es por principio un certificado


del traspaso de la propiedad del título,
es el epílogo del contrato de transferencia
que ya aconteció.
FERRARA, Jr.2

I. INTRODUCCIÓN

Por ser el endoso una institución muy representativa del derecho mercantil, de típica
raigambre cambiaria, creemos que merece un examen amplio que no exhaustivo de los
distintos aspectos de su teoría general.

En efecto, el endoso ha sido un instituto imaginado por el espíritu ingenioso de los


comerciantes, configurado por la costumbre a principios del siglo XVII y difundido con
gran celeridad primero por toda Europa y después por el resto del mundo; pero
justamente por ser tan singular, se distancia de los esquemas tradicionales del derecho
romano y civil con los que se encara en atrevida síntesis, convulsionando principios y
conceptos. Sus repercusiones son tan peculiares, que no es de extrañar que haya
provocado en todas las etapas por las que ha transitado sutiles pesquisas de los
estudiosos y devenido el tema favorito del derecho cambiario, y tema central, puesto
que la doctrina del endoso está erigida cual piedra de comparación de todas las teorías
cambiarias, ya que todas ellas al explicar el origen y naturaleza de la obligación del
emisor o del aceptante, recurren a la forma de adquirir de los endosatarios: las teorías
se combinan y proliferan en la más grande diversidad, como esquejes y ramificaciones
de las doctrinas troncales.3

Con el afán de presentar un estudio más acabado hemos escudriñado en la doctrina


extranjera y en la legislación comparada. Ello nos ha permitido mostrar las diferencias
que tenemos e identificar aquello en lo que nos parecemos.

II. BOSQUEJO HISTÓRICO

No existe un criterio unánime respecto al origen del endoso cambiario. Mientras unos
señalaban como elementos precursores la irretractabilidad de la aceptación o la
irrevocabilidad del giro; otros lo descubren en la compensación (scontratio) de las
letras feriales (nundinalia); algunos más piensan que el verdadero endoso se vincula
con la cláusula a la orden, escrita por el librador en las letras usadas fuera de las ferias
(platealia), donde no había compensación. Pero en lo que todos están de acuerdo es
en que la cláusula a la orden ya existía previamente al endoso y que éste se conocía ya
antes de aplicarse a la letra de cambio, pues los banqueros y sus clientes lo
practicaban.
2

Al concebirse la letra de cambio como instrumento de cambio trayecticio, se libraba


directamente a favor de una persona determinada, de modo que el banquero librador
se obligaba a pagarla al remitente; muy pronto se impuso la práctica de la cláusula a
la orden activa, mediante la cual el banquero prometía el pago, no sólo al remitente,
sino también al mandatario de éste (tibi vel nuntio tuo). Este mandatario, al actuar en
nombre y por cuenta del remitente, no ejercitaba un derecho propio adquirido de éste,
ni menos un derecho independiente, por lo que quedaba expuesto a las mismas
excepciones oponibles al mandante.

Lo cierto es que la práctica comercial del siglo XVI e inicios del XVII utilizaba el endoso
estrechamente conectado con la cláusula a la orden para autorizar al acreedor a
señalar otra persona que exigiera el pago de la letra de cambio4: la promesa de pago
era disyuntiva a favor del tomador y a un portador calificado (tibi vel tuo certo misso)
o a quien éste indique (tibi aut ei (alio) quem mihi ordinaveris) -te pagaré a ti o a
quien tú me ordenes- cláusulas que permitían una única transmisión sucesiva y que
para la legitimación del que los presentaba, también exigían otro documento. 5

En efecto, hallazgo insólito resultó el endoso de una letra de cambio librada en febrero
5 de 1410 entre 5550 letras de cambio del Archivo Datini di Prato. 6 En la segunda
mitad del siglo XVI, justamente en 1560, se tiene un ejemplo del endoso del cheque
en Sicilia7. La ley veneciana del 14 de septiembre de 1598, lo mismo que la Pragmática
Napolitana, De literis cambii, noviembre 8 de 1602 y 1607, confirmadas por la del 9 de
julio de 1617, las cuales prohibían el endoso múltiple en la letra de cambio: non si può
girare più che una sola volta; ello hace suponer que el uso del endoso ya existía, no
obstante referirse al giro de la polizza; precursor del endoso cambiario. Un edicto del 4
de abril de 1635 en Frankfurt sur le-Main prohibía el endoso bajo pena de anular la
cambial e imponer una multa. En similar sentido, la Ordenanza para el Cambio de
Bautzen, septiembre 15 de 1635, declaró que comerciante alguno estaba obligado a
pagar letras de cambio endosadas. Regularon la pluralidad de los endosos: las
Ordenanzas de Amsterdam, 1651, y de Frankfurt, 1666. Posteriormente, las
necesidades del tráfico eliminaron la prohibición y la Ordenanza de Cambio y de la
Banca de Nürenberg del 8 de septiembre de 1654, permitió un endoso declarando
nulos los demás.8

Luego, la Rota Romana (1690-1693) estableció que si la letra llevaba la cláusula


all'ordine S. P. (a la orden sin procuración), indicaría que en la transmisión se excluía
la presunción del mandato. Aún más, la cláusula de valor (valuta) incorporada al
endoso, significó que por entregar el adquirente (endosatario) al transmitente
(endosante) el valor de la letra, se trataba no de un simple mandato, sino de una
transferencia irrevocable por la que el adquirente se convertía en acreedor sustantivo.
De este modo, el endoso funcionó primero como simple mandato, después como
transmisor de la propiedad del documento, situación claramente regulada al igual que
la multiplicidad de los endosos por la Ordenanza francesa terrestre de 1673. "La firma
al dorso de las letras de cambio no serviría más que de endoso (endossement) y no de
orden (ordre) si no está fechado y no contiene el nombre del que ha pagado el valor
en dinero, mercancías o de otro modo" (artículo 23). "En caso de que el endoso no sea
hecho en las formas mencionadas, las letras se consideran pertenecientes al que las
haya endosado" (artículo 24). "Las letras de cambio endosadas en las formas
prescritas en el artículo precedente pertenecerán a aquel en cuyo nombre sea llenado
el endoso" (artículo 25).
3

En dicho ordenamiento, el endoso ofrece dos modalidades: ordre, es el endoso pleno,


transmisor de la propiedad al endosatario; endossement, es el endoso sólo con efectos
de comisión de cobranza. Este estatuto fue el que por primera vez reguló la cláusula a
la orden. Luego el Código de Comercio francés de 1807 estableció esta cláusula como
requisito esencial de la letra de cambio. Más tarde, la ley alemana de 1848 reglamentó
el endoso (artículos 9o.-17): "el tomador puede transmitir a un tercero la letra de
cambio por medio del endoso (giro)" (artículo 9o., apartado primero). Después, la
Ordenanza de Leipzig del 2 de octubre de 1862, apartado 11 ordenó: "a pesar que la
multiplicidad de endosos en las letras de cambio están prohibidos (sic) en muchas
villas extranjeras, especialmente en Bolzano, Tirol, sin embargo, como los endosos son
usados aquí como en otras villas, ellos continuarán subsistiendo". Apareció también
esta institución en el Anteproyecto de una Ley Uniforme sobre la letra de cambio y el
billete a la orden de 1910 (artículos 11 y s.); en el Reglamento Uniforme de la Haya de
1912 (artículos 10 y s.); en la Ley Uniforme ginebrina (7-VI-1930) sobre la letra de
cambio (artículo 11, párrafos 1 y ss.); en la Ley Uniforme ginebrina sobre el cheque
(19-III-1931); en el Proyecto de Ley Uniforme sobre letras de cambio internacionales
de 1972 (artículo 5, 3a y s.); en la Convención de las Naciones Unidas sobre las Letras
de Cambio Internacionales y sobre los Pagarés Internacionales Convención (artículo 13
y s.) y; en nuestra Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito -LT - (artículos 26,
29 y ss.).

III. CONCEPTO

Del latín indorsare, de in en y dorsum espalda, dorso; en italiano girare, girata; en


francés au dos, endossement; en alemán girieren, indossieren, indosso, indossament;
en inglés indorsement (endorsement). "Lo que para endosar una letra u otro
documento a la orden se escribe en su respaldo o dorso." Endosar, "ceder a favor de
otro una letra de cambio u otro documento de crédito expedido a la orden, haciéndolo
constar así al respaldo o dorso".9

La cesión o traspaso que se hace de las letras de cambio: poner la contenta en


las letras de cambio, pasarlas y girarlas a favor de otro: y así se suele decir,
esta letra está endosada por estar puesta la contenta a favor de otra persona.
Es voz puramente italiana, que corresponde en castellano a traspasar y ceder a
favor de otro la letra de cambio, vale o papel de crédito, y modernamente
introducida y usada entre los hombres de comercio.10

Nuestro ordenamiento al igual que muchos otros textos normativos que reglamentan
los títulosvalor o títulos de crédito11 no ofrecen concepto alguno, de ahí que tengamos
que recurrir a la doctrina. Sin embargo, el Proyecto de Código de Comercio mexicano
de 1929 declaraba: "El endoso es una anotación que el tenedor pone en documento o
en hoja adherida al mismo, con la expresión de su voluntad de transferirlo".

El Proyecto de Ley Uniforme sobre Letras de Cambio Internacionales de la CNUDMI


(abril de 1972) expresaba en su artículo 5.3 a):

La expresión "endoso" designa la firma o la firma acompañada de una


declaración hecha en la letra por el tomador, por un endosatario del tomador o
por cualquier persona designada en virtud de una serie ininterrumpida de
endosos, en la que se designa a la persona a quien debe pagarse la letra. El
endoso que consiste simplemente en la firma del endosante significa que la
letra es pagadera a cualquier persona que se encuentre en posesión de ella.
4

Mientras que la Convención indica en su artículo 14.2 a) que el endoso en blanco es la


sólo la firma o la firma y una declaración de que el título es pagadero a cualquier
tenedor. "La sola firma de persona distinta al librado constituirá endoso sólo si se ha
colocado en el reverso del título" (14.3).

La sección 3-204 (a) del Uniform Commercial Code 1990 UCC señala que el endoso es
una firma distinta a la del librador, girador o aceptante realizada en un instrumento
(documento) para negociarlo, limitar su pago. Una firma y palabras que la acompañen
es un endoso, salvo que dichas palabras, los términos del documento, el lugar de la
firma u otras circunstancias indiquen que la firma se hizo con un propósito distinto al
endoso.

Establecer un concepto de endoso resulta, pues, complejo, debido a que existen


diversos tipos de éste; a que son varios los efectos y las funciones que se le atribuyen
y a que su naturaleza jurídica ha de precisarse en relación con cada aspecto del
complicado fenómeno de la transmisión del título.

Sin embargo, nos permitimos ofrecer el siguiente como resultado de la combinación de


varias nociones: es una cláusula accesoria, incorporada al título (letra de cambio u otro
títulovalor), que contiene una declaración unilateral de voluntad de su suscriptor, por
la que el poseedor legítimo, al transmitir el documento, faculta al adquirente el
ejercicio de todos los derechos cambiarios inherentes al título. 12

Elementos del concepto

1. La declaración cambiaria, la cual consiste en la manifestación de voluntad de su


autor, el endosante, suscrita precisamente por su acreedor legítimo 13, el cual se
especifica por la descripción del documento, más la posesión del mismo.

Se trata pues, de un acto cambiario con todas sus cualidades: comercial, formal,
abstracto, incondicional, solidario, etcétera.

Ello significa que no requiere el concurso de otra voluntad ni su comunicación a


terceros.

Por otro lado, la LT no exige que la voluntad que se declara a través del endoso se
exprese en el documento. Sin embargo, en la práctica, de no ser un endoso totalmente
en blanco, sí es manifiesta la voluntad de que la cantidad por la que se expide el título
se entregue al endosatario, ya que la fórmula acostumbrada de un endoso pleno es:
Páguese a Zacarías Piedras del Río, valor en propiedad (o en procuración...). Lugar y
fecha. Firma.14

Decimos que es una declaración accesoria porque no sólo presupone una comunicación
cambiaria principal, la del librador o girador, sino, además, porque no es esencial para
la existencia del título, lo que ocurre normalmente cuando sólo interviene el librador,
librado y el tomador.

2. Es pues, una declaración escrita en el título relativo (letra de cambio u otro);


cláusula inseparable -como expresara Vivante- esto es, requiere como soporte el
5

títulovalor formalmente válido,15 es decir, en el cuerpo principal o en una extensión


(allonge) adherida al mismo (artículo 29, 1 LT) pero no en un documento
independiente. Este aspecto ha sido confirmado muy claramente por nuestros
tribunales federales.16

3. El portador del título coloca, en su lugar, a otro con carácter ilimitado o limitado,
según los diversos tipos de endoso permitidos por la ley relativa (en propiedad, en
garantía...).

4. La entrega (traditio) del documento como elemento real que completa


magníficamente el elemento formal -declaración de voluntad-, indefectible por su
función legitimadora.17

IV. CARACTERIZACIÓN DEL ENDOSO

El endoso, de acuerdo con la ley y con las exigencias de su función transmisora debe
reunir un conjunto de particularidades.

Antes de examinar dichas características debemos señalar que el endoso es un negocio


jurídico unilateral al igual que otras declaraciones de voluntad contenidas en el
títulovalor.18

1. El endoso debe ser incondicional. El artículo 31 de la LT ordena que debe ser puro y
simple; y añade: toda condición a la cual se subordine, se tendrá por no escrita. La
Convención establece: "El endoso deberá ser incondicional. El endoso condicional
transferirá el título independientemente de que se cumpla la condición. La condición no
surtirá efecto respecto de los firmantes y adquirentes que sean posteriores al
endosatario" (artículo 18). Esta declaración universal pone de manifiesto un derecho
general del derecho cambiario que es una consecuencia del propio principio de la
seguridad del tráfico. Ya decía Mossa:19 de la simplicidad y pureza del endoso depende
la esencia de la circulación, de modo que el título va de mano en mano sin atadura o
relaciones individuales, y la cadena de endosos se engarza sin obstáculos.

Esta característica del endoso de no tolerar condición alguna, tiene una peculiaridad
que vale la pena confrontar con otras figuras del derecho cambiario. Pues bien, si no
obstante la disposición legal el endoso se sometiera a una condición suspensiva o
resolutoria, aquél no vería afectada su existencia, sino la condición es la que se tendrá
por no escrita. Mientras que en el caso de la aceptación sí se produciría la inexistencia
de ésta, según lo dictamina la LT al señalar que la aceptación debe ser incondicional,
pues cualquier otra modalidad introducida por el aceptante equivale a una negativa de
aceptación (artículo 99).

Solución claramente justificada, pues cualquier condición crearía una situación


precaria, vacilante, al depender de un hecho incierto que afecta la seguridad, el rigor
cambiario y la legitimación; por ello se considera inexistente. Éste era el parecer de los
intérpretes de la Ley Cambiaria germana de 1848. El derecho angloamericano recepta
esta tendencia al decretar eficaz el endoso condicional como si fuera puro y simple,
teniendo por no escrita la cortapisa (porque vitiatur sed non vitiat) (artículo 33 Bills of
Exchange Act (BEA) y sección. 39 Negotiable Instruments Law (NIL). Por su parte, el
Uniform Commercial Code (UCC) 1990 señala que una promesa o una orden es
incondicional a menos que indique una condición expresa al pago (sección 3-106 a).
Más adelante declara: un endoso que indica una condición a la derecha del endosante
6

para recibir el pago no afecta la derecha del endosante de hacer cumplir el instrumento
(sección 3-206 b).

Así que, los portadores del título no tienen facultades para desnaturalizar el documento
cuya emisión no han realizado, por lo que deberán respetar su calidad primigenia;
tampoco pueden alterar los términos del nexo cartular, ni discriminar los efectos
jurídicos del endoso, según lo prescribe la ley.20

A pesar de ello, la condición estampada por el endosante puede eventualmente dar pie
a una excepción personal frente al endosatario inmediato.21

El endoso debe ser puro y simple, desde luego, pero eso no es óbice para subordinar la
obligación de garantía del suscriptor a una condición: por ejemplo presentación del
título a la aceptación dentro de un cierto plazo (artículo 98, LT).

2. El endoso deber ser por el total. Ello también se desprende -contrario sensu- de la
parte final del artículo 31, LT, siguiendo el derecho uniforme. 22 Se trata también en
este caso de una disposición lógica, ya que de admitirse el endoso parcial se estaría
trastocando la configuración del crédito cambiario que el endoso no puede transformar.

En efecto el título no puede fraccionarse entre varios endosatarios, pues contraría el


principio de unidad. Es, pues, un acto indivisible, ya que no se puede transferir parte
del título a una persona, de modo que el endosante subsista como acreedor del resto.

3. El endoso, ordena la ley, debe ser puro y simple. Toda condición a la cual se
subordine, se tendrá por no escrita. El endoso parcial es nulo (artículo 32, LGTOC).23

V. NATURALEZA JURÍDICA

La teoría acerca del endoso contiene diversos tópicos que brevemente describiremos.
Múltiples son las opiniones que al respecto se han entretejido; mencionaremos algunas
de ellas. Ciertos tratadistas procuraron encuadrarlo en las figuras contractuales
clásicas.24 Así, para unos, el endoso encierra tres contratos a la vez, venta, cesión de
derechos incorpóreos, fianza o caución; para otros es un acto sui generis que se
aproxima a determinados contratos, sin confundirse con ninguno de ellos.

La Ordenanza francesa de 1673 acogió en su artículo 24 la tesis de que el endoso


constituye una especie de cesión de la cambial unida con el contrato de fianza: "las
letras endosadas en la forma prescripta... pertenecen a aquel a cuyo nombre se llena
la orden sin necesidad de entrega ni notificación".

Para autores como Pothier, Thöl, Marghieri, Vivante, Vidari, el endoso constituye un
nuevo giro.

Lyon-Caen, Renault, Bravard y Franchi, sostienen que se trata de una especie de venta
cesión de la letra; mientras que Martí de Eixalá dice que se trata de un contrato de
cambio y cesión de derechos. Thaller, por su parte, habla de una subdelegación y otros
autores de subrogación y cesión.

Por otra parte, se dice que la solución que se adopte en relación a este punto, depende
de la opinión que se siga respecto a la naturaleza jurídica de la letra de cambio; sobre
7

la que existen la teoría de los que la vinculan con el contrato en virtud del cual se
emite (contractualistas o casualistas) y aquellos que la consideran un título abstracto
(unilateralistas); destaca entre éstos la teoría de la creación de Kuntze cuyo punto de
partida y fundamento radica en las deficiencias mismas de las teorías contractualistas.

A dos puntos de vista se reducen las diversas teorías que han tratado de explicar la
naturaleza jurídica del endoso: una sostiene que el endoso sirve para investir al
endosatario del derecho que deriva del título y la otra concibe el endoso como medio
de transmisión del título, al que acce- soria y no siempre necesariamente, sigue la
adquisición del derecho proveniente del documento.25

La naturaleza jurídica del endoso se fundamenta -a nuestro juicio- en la doctrina que


concibe al endoso mismo como negocio accesorio unilateral, formal, generalmente
abstracto y puro, que se perfecciona con la simple creación y atiende "no a la
transferencia del derecho cartular, el cual surge autónomamente en manos de los
ulteriores propietarios del documento, sino a la transmisión del documento, y más
precisamente documenta la transferencia del título y legitima al adquirente. 26

Debemos considerar, pues, el endoso, sobre todo, como un negocio jurídico, a


semejanza de otras declaraciones de voluntad contenidas en el títulovalor. Negocio
jurídico, cartular, unilateral y abstracto, que contiene una orden de pago, proveniente
del primer tomador del título, o de un endosatario anterior. Se trata de una declaración
unilateral, porque el endoso produce sus efectos con independencia de cualquier
aceptación de otros sujetos interesados; porque formalmente no es distinto de
cualquier otra declaración contenida en el título; porque con dicha teoría se explica la
estructura y eficacia del endoso en blanco. El endoso consiste en una declaración
receptora, en el sentido de que va dirigida al deudor (girado) al que se ordena pagar.
Es un negocio abstracto, porque (salvo las relaciones entre endosante y endosatario
inmediato) respecto al tercer poseedor (de buena fe) opera independientemente de la
causa, causa subyacente, que de subsistir, quedaría fuera del nexo cambiario; orden
abstracta (porque no enuncia ni alude a la razón de la orden misma), de la cual se
aprovecha el endosatario inmediato o un endosatario posterior. Declaración formal
porque para valer como endoso, debe necesariamente cumplir los requisitos
establecidos por la ley (artículos 29 y 30, LT). Es un negocio puro, es decir, sin
condición, término o modo (artículo 31, LT). Al incorporar el endoso en el título
(artículo 29, LT) y tener por no válido el realizado fuera del mismo, infiérese su valor
constitutivo, su naturaleza de declaración literal y también su eficacia con respecto a
los terceros (incluido el deudor), independientemente de toda forma de publicidad o de
notificación.27

El endoso es el modo de transmisión propio del derecho cambiario, sin que se


desconozca que existan otras formas de transferir los títulos de crédito, como la
cesión, la sucesión, etcétera (artículo 26, LT).

Así pues, el endoso es una declaración de voluntad de transferir la posesión del título a
la orden; declaración que puede implicar o no la transmisión de la propiedad. Requiere,
para ser completo, la entrega del documento al endosatario. Declaración y entrega son
suficientes para que el endosatario ejercite su derecho. Por ambas se transmite a
todos los endosos el documento como cosa, pero no el derecho. De modo tal que el
endoso produce la investidura del endosatario para obtener la prestación; lo que
opera, pues, es una sustitución en la legitimación para ejercitar el derecho
representado en el título.
8

El endoso, en el fondo y definitivamente, transmite a aquél, en cuyo valor se hace, los


derechos cambiarios derivados del título, principalmente el de reendosar.

Por otra parte, la letra de cambio es, por ley, un título a la orden; esto es, transferible
por endoso aunque no haya sido girado a la or- den. Principio consagrado por la Ley
Uniforme de Ginebra de 1930 relativa a la letra de cambio (artículo 11, párrafo 1, LU y
en el artículo 88 -contrario sensu-, en relación con los artículos 82 y 25, LT).

En efecto, el endoso no sólo es una declaración de voluntad, sino primordialmente un


iussus (una orden), un acto de soberanía28 hecho por el endosante al deudor que
asume la configuración de iussus, porque es la propia y característica del título llamado
-precisamente por su forma- título a la orden (artículo 76, III y 176, III LT). El
mandato, la orden, está presente, tanto en el momento de la creación del título como
en el instante de su traspaso a través del endoso.29

VI. SUJETOS DEL ENDOSO

Endosante y endosatario son los elementos personales del endoso.

Endosante. El artículo 29 de la LT, al señalar los requisitos que debe llenar el endoso,
menciona la firma del endosante (fracción II). Se trata, pues, del tomador, beneficiario
o portador del título que justifica su derecho por una cadena ininterrumpida de
endosos, aun cuando el último fuere en blanco; excepcionalmente lo será el librador en
un título girado a su orden (artículo 82 LT). Debe tener capacidad cambiaria. Puede
actuar personalmente o a través de mandatario, aplicando las reglas sobre
representación cambiaria, aun cuando el documento portare la cláusula sin garantía;
sin embargo, en el último caso no responde por el pago si carece de mandato o se
excede en sus facultades.30

Por otra parte, el endosante no tiene que ser necesariamente el propietario del
documento para que pueda endosarlo, basta como dijimos antes que justifique su
derecho como tenedor del mismo.31

Endosatario. Este es otro de los requisitos que aparece en el endoso (artículo 29,
fracción I, LT). Es la persona en cuyo favor se transmite el títulovalor; quien para
adquirir plenamente la titularidad gozará de la capacidad legal y devenir tenedor de
buena fe o no haber incurrido en culpa grave. Pero de la combinación de dos normas
(artículo 30 y 32, LT) se infiere que si se omite dicho nombre, ello no impide que el
endoso surta sus efectos, ya que se convierte en un endoso en blanco.

Y puesto que la falta de nombre no invalida la transmisión, no interesa como se


exprese.

* Investigador -por oposición- en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Notas:
1 Teoría general de los títulos de crédito, trad. Cacheaux, México, Jus, núm. 208, 1947.
2 Scritti minori, Milán, Giuffrè, 1977, t. III, p. 84.
3 Ferrara, Jr., La girata della cambiale, Roma, SEFI, 1935, pp. 1 y 2
4 Bonelli, G., Della cambiale, dell'assegno bancario e del contrato di conto corrente, Milán, Editore D.F.V, 1930, p.
8. Entre otros, menciona que el endoso fue usado por los banqueros italianos antes que en la letra de cambio, en
las órdenes entregadas a sus clientes por las sumas depositadas.
5 Supino-De Semo, De la letra de cambio y del pagaré cambiario, del cheque, en Bolaffio, Rocco, Vivante, Derecho
comercial,Buenos Aires, Ediar, 1950, t. 8, p. 180; Ascarelli, loc, cit.;en el mismo sentido Cámara, H., Letra de
9

cambio y vale o pagaré, Buenos Aires, Ediar, 1970, p. 504.


6 Casandro, Cambiale(storia), E.D., Milán, Giuffrè, 1959, t. V., p. 836.
7 Supino-De Semo, op. cit., nota 5, t. I, pp. 108 y s.
8 Cámara, H., op. cit., nota 5, p. 505.
9 Voz "Endoso", Diccionario de la lengua española.
10 Voz "Endoso", Diccionario de autoridades.
11 Títulosvalor es usado por Barrera Graf (Los títulos de crédito y los títulos valor, en derecho mexicano, México,
Academia Mexicana de derecho bursátil, 1983) para los documentos que se expiden en serie o en masa, cotizables
en Bolsa y que se regulan por la Ley del Mercado de Valores; mientras que títulos de crédito son los que regula la
Ley de Títulos.
12 Vivante -uno de los más connotados jusmercantilistas- escuetamente apunta: "es un escrito accesorio
inseparable de la letra de cambio, por el cual el acreedor cambiario pone en su lugar a otro acreedor" sin precisar el
carácter del último: propietario, mandatario o tenedor en garantía, Trattato di diritto commerciale (le cose), 2a. ed.,
Turín, F.B.E, 1904, t. III núm. 1113. Se trata de un negocio accesorio, unilateral, no recepticio y formal, que se
perfecciona con la suscripción, por parte del endosante, de la declaración expresa o en blanco de querer girar el
título tendiente, más que a legitimar al poseedor, a transferir, con el concurso de otros requisitos exigidos por la
ley, la propiedad de la letra de cambio y de todos los derechos inherentes a ella. Esta es la opinión que nos
proporciona Gualtieri, G., I titoli di credito, Turín, UTET, 1953, núm. 122. De Semo (Trattato di diritto cambiario,
Milán, D.A.G.E., 1953, p. 394) no quiere perder detalle cuando señala que es una declaración cambiaria unilateral y
accesoria que se perfecciona con la entrega del título, incondicionada, integral, asimilable a una nueva letra de
cambio, que tiene por objeto transmitir la posesión del título, de la cual el adquirente obtiene sus propios derechos
autónomos, y que vincula solidariamente con los demás deudores al endosante respecto de la aceptación y del
pago. García-Luengo y Soto Vázquez (El nuevo régimen jurídico de la letra de cambio en la doctrina y en la
jurisprudencia, Granada, Comares, 1986, p. 62) lo concibe como "una declaración accesoria -en cuanto la letra
puede existir sin ella- estampada en el mismo documento, y por la que se actualiza el valor potencial de circulación
que tienen los títulos no expedidos al portador, transfiriéndose a otro sujeto los derechos resultantes de los
mismos".
13 Cámara (op. cit., nota 5, p. 502), afirma no ser indispensable que sea el acreedor cartular sino quien aparezca
formalmente así.
14 La expresión de voluntad de transferir el documento apareció como un requisito expreso en los artículos 369 y
371, fracción I, del Proyecto de Código de Comercio mexicano de 1929. Dato que no se menciona en el Texto de La
Haya de 1912 (artículo 12), ni en la Ley Uniforme de Ginebra de 1930 (artículos 11-13), ni el Anteproyecto de Ley
de Títulos de Crédito para América Latina (artículos 40 y 41), ni el Proyecto de Ley Uniforme Centroamericano de
Títulos-Valores (artículos 40 y 41).
15 Ferrara, F. (Jr.), "Trasferimento e legitimazione nella girata della cambiale", R.D.C., 1936-I, p. 104. En la
jurisprudencia italiana no hay criterio unánime respecto al valor del endoso inválido o asentado sobre un títulovalor
ineficaz cambiariamente. Por un lado se afirma que en caso de perder su eficacia cartular puede valer como
promesa unilateral, con base en el artículo 1988 del Código Civil italiano, aun cuando el nombre del endosatario sea
en blanco B.B.T.C., 1954-II, 26; En contra: Corte Ap. Florencia, B.B.T.C., 1950-II, 212. Recordaré, además, que el
Edicto de Napoleón del 11 de octubre de 1796 y el Landrecht prusiano -artículos 833/4- declaraban válido el endoso
y la responsabilidad del endosante en la letra de cambio falsa o ineficaz.
16 ENDOSO. NO LO CONSTITUYE EL QUE SÓLO SE ASIENTA EN ACTUACIONES DEL JUICIO, SI NO CONSTA EN EL
PROPIO TÍTULO DE CRÉDITO O EN HOJA ADHERIDA AL ÉL. El artículo 29 de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito, establece que el endoso debe constar en el título relativo o en hoja adherida al mismo. De ese modo,
cuando el endosante comparezca ante el juez solicitando se ponga a la vista el documento base de la acción para
endosarlo, se acuerde dicha petición y se celebre la diligencia en donde se asiente que se endosó, pero se omita
hacerlo en el propio título ejecutivo o en hoja adherida a éste, es incuestionable que no existe ese endoso y por
tanto el supuesto endosatario carece de legitimación para intervenir en el juicio, ya que no consta la voluntad del
beneficiario del título ejecutivo, en términos del dispositivo de referencia. S. J. F. y G., novena época, febrero de
1999, t. IX, p. 501. A.D. 370/98. Refrigeración y Accesorios Aguilar, S. A. de C. V., 29 de octubre de 1998. 3er.
Trib. Col. del Dcmo. Cto. Énfasis añadido. En algunos países, existe un procedimiento judicial, para casos
excepcionales, con el fin de que el juez estampe esa mención, esto es, la incorpore al documento, lo cual se
entenderá como una expresión más directa de su carácter literal.
17 Cámara, H., op. cit., nota 5, p. 503.
18 Messineo, I titoli di credito, Padua, Cedam, 1934, t. I, núm 125.
19 Trattato del nuovo diritto commerciale: secondo il Codice Civile de 1942, Milán, S. E. L., 1942, p. 412.
20 Cámara, H., op. cit., nota 5, p. 540.
21 Así piensan Arminjon y Carry, La lettre de change et ñe billet a ordre, Bruselas, 1938, p. 259.
22 Esta es la solución generalizada en el derecho comparado con variantes en el angloamericano. El UCC acepta el
endoso por la totalidad o cualquier residuo no pagado (sección 3-202). Y agrega: pero si se pretende ser por menos
opera únicamente como transmisión parcial. La sec. 32 Negotiable Instruments Law (NIL) excluye el endoso parcial,
ya que no es una negociación del título (instrument); lo mismo acontece con el artículo 32 (2) de la Bills of
Exchange Act (BEA).
23 Sobre el tema, este criterio de la Corte: "ENDOSO PARCIAL. De acuerdo con nuestra legislación mercantil, es
lícito el pago parcial de un crédito, debiéndose hacer constar el pago en el documento mismo; y es obvio que un
título, cuyo importe ha sido cubierto en parte, sólo puede transmitirse por la cantidad insoluta, que es la única que
puede hacer efectiva el tenedor; sin que en estos casos pueda hablarse de endoso parcial, porque el endosante
transfiere la totalidad de los derechos contenidos en el título, sin reserva alguna". Semanario Judicial de la
Federación, quinta época, t. LXXIII, Olivares Manuel, 17 de agosto de 1942, p. 3939. El énfasis nos pertenece. Otra
tesis extraída de la misma ejecutoria: ENDOSO SU VALIDEZ ES REQUISITO PARA QUE EL TÍTULO EN QUE CONSTE
SEA EJECUTIVO. TÍTULOS DE CRÉDITO. CASO EN EL QUE NO EXISTE CONDICIÓN AUN CUANDO EN EL TEXTO DEL
10

PROPIO DOCUMENTO SE EMPLEE ESA PALABRA. Informe 1974. Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, José Guadalupe Sandoval, 2 de agosto de 1974.
24 En algún tiempo los tribunales federales mexicanos suscribieron este parecer; cfr. ENDOSO, NATURALEZA
JURÍDCA DEL. Semanario Judicial de la Federación, quinta época, t. XLVII, p. 129. Recurso de súplica 133/32,
Quevedo José, 2 de abril de 1936.
25 Gualtieri, op. cit., nota 12, p. 108.
26 Ascarelli, Cambiale, assegno bancario e titioli di credito, Turín, 1938, p. 268.
27 Messineo, op. cit., nota 18, pp. 271 y s.; Fiorentino, A., "Dei tittoli di credito", libro quarto: "Delle obbligazioni",
Commentario del Codice Civile, a cura di A. Scialoja y G. Branca, N. Zanichelli, Roma, Editore Bologna-Soc. Ed. del
Foro Italiano, 1957, p. 134 y s. Una ejecutoria de los Tribunales Colegiados de Circuito corrobora el carácter
unilateral y formal del acto cambiario: PAGARÉ TRANSMITIDO A VIRTUD DE UN CONTRATO DE CESIÓN DE
DERECHOS. NO PUEDE CANCELARSE AL IGUAL QUE EL ENDOSO. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
novena época, noviembre de 1996, t. IV, p. 475. Tribunales Colegiados de Circuito, Noveno Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, Papel Matic, S. A. de C. V. 6 de abril de 1995.
28 Ferrara, La girata della cambiale, cit., nota 3, pp. 167 y ss.
29 Garrigues, J., Tratado de Derecho mercantil, t. II: Títulos-valores, Madrid, Revista de Derecho mercantil, 1955,
p. 126.
30 Cámara, H., op. cit., nota 5, p. 517. Sobre el tema: Martorano, "Gli effeti della girata da falsus procurador",
RDC, 1961-I, p. 401. Ferri, "Continuitá de la girata e girate a mèzzo di procuratore", RDC,1963-II, p. 327.
31 Ferrara, F. (Jr.), "Trasferimento e legitimazione nella girata della cambiale", R.D.C., cit., nota 15, p. 105.
11

EL ENDOSO. SEGUNDA PARTE *

Pedro Alfonso LABARIEGA VILLANUEVA **

I. CLASIFICACIÓN

La doctrina los agrupa por la forma: el endoso completo, si contiene todos los
requisitos de ley; presuntamente completo, cuando falta alguna mención que la ley
interpreta en determinado sentido; en blanco, si no existen menciones y habrán de
complementarse. Por sus efectos: en endoso pleno, si transfiere la propiedad al
endosatario; limitado, cuando sólo transmite la posesión o plantea un gravamen (en
procuración, en garantía).

La legislación cambiaria mexicana prevé algunos tipos de endoso:

1. Endoso en propiedad

Es aquel que transmite la propiedad del título y todos los derechos a él inherentes
(artículo 34, LGTOC). De aquí que el propietario del documento sea el titular del
derecho consignado en el mismo; el endosatario en propiedad se convierte en acreedor
cambiario, ajeno a las excepciones no derivadas de lo escrito en el título, o a las
personales que le interpusiera quien se obligó a pagar el documento.

Por lo general, los endosantes de esta clase de endoso, no responden solidariamente


del pago del documento (artículo 34, LT), salvo que la ley así lo establezca como
acontece con los títulos cambiarios (artículo 90, LT, en relación con los artículos 4, 154
y 159, LT), aun en este caso, los endosantes pueden exonerarse de la solidaridad,
mediante la cláusula sin mi responsabilidad u otra equivalente (artículos 34, pfo. 2o. y
36, pfo 3o., LT; 67, pfo. 5o., LMV).1

2. Endoso en procuración, al cobro u otra expresión equivalente

Este endoso otorga al endosatario los derechos y obligaciones de un mandatario


judicial (artículo 35, LT). Por ello, tiene la facultad de presentar el documento a la
aceptación, al cobro judicial o extrajudicialmente, a levantar el protesto
correspondiente, e incluso a endosar el título en procuración. Al endosatario en
procuración le son oponibles las excepciones que se tengan contra el endosante, pero
no las que se tuvieran contra su persona (artículo 35, pfo. 2o., LT).

Además, se trata de un endoso irregular.2 Basta con una simple cancelación para
revocar el mandato contenido en un endoso en procuración (artículo 35, parágrafo 1o.
in fine, LT). La revocación tiene efectos entre las partes una vez comunicada al
endosatario, aunque no aparezca en el título. Las causas civiles de terminación del
mandato se aplican al endoso en procuración, sólo cuando así lo establezca la ley
cambiaria (artículo 35, pfo. 1o. in fine, LT). El concurso mercantil del endosante no
extingue este tipo de mandato (artículo 100 de la Ley de Concursos Mercantiles -LCM-,
bajo la Ley de Quiebras sí, artículo 141, LQ); de existir un juicio iniciado por el
endosatario, lo continuará el comerciante bajo la vigilancia del conciliador (artículo 84,
LCM; en la LQ lo continuaba el síndico, artículo 122, LQ). También la muerte o
interdicción, como la quiebra del endosatario en procuración, extinguen la
representación conferida a éste, si así lo considera el conciliador (artículo 100, LCM;
12

141, LQ). Los titulosvalor de cualquier clase emitidos a favor del comerciante o que se
hayan endosado a favor de éste podrán separarse de la masa concursal (artículos 70 y
71, V, LCM; 158, LQ).3

Hay ciertas normas que regulan este tipo de endoso y que conviene no olvidar: 4

a) Este endoso no faculta para entablar el juicio de amparo, pues en éste lo que está
en juego es la tutela de una garantía constitucional ultrajada, mientras que en aquél es
el cobro.5

b) Tampoco puede tramitar cancelaciones de embargo, pues no tiene facultades para


litigar en juicio negocios eminentemente procesales.6

c) Consecuentemente, el endosatario en procuración para poder ejercer su encargo no


requiere el título de licenciado en derecho.7

d) Pero sí requiere cédula profesional para cobrar costas en el juicio, siempre que sea
el triunfador en el litigio, amén de tramitarlo en el incidente respectivo y no en el juicio
principal.8

e) Por ser un mandato cambiario, este tipo de endoso puede encomendarse alternativa
o solidariamente, esto es, se puede asignar a una o más personas independiente o
conjuntamente, siempre que así se acuerde expresamente en el acto en el que se
confirió el endoso; cuando los nombres de los endosatarios se unan con la conjunción
disyuntiva "o"; o bien, cuando se enlacen con la conjunción copulativa-disyuntiva
"y/o".9

f) También un mandatario general para pleitos y cobranzas, cual mandatario judicial


puede reemplazar al endosatario en procuración.10

g) El endoso en procuración que realice una persona moral extranjera radicada en el


extranjero, para ejecutar en México, no ha de acatar los requisitos de inscripción en el
registro a que aluden los artículos 250 y 251, LT, pues basta que el documento y el
endoso observen lo preceptuado por el artículo 29 de la ley cambiaria, relacionado con
el artículo 11 del CCF.11

3. Endoso en garantía

Dicho endoso tiene razón de ser cuando se entregan títulos de crédito como respaldo
de un adeudo. Tiene como finalidad constituir sobre el documento un derecho real de
prenda que, lógicamente, abarca también a los derechos provenientes del título. Por
ser el endoso en garantía un acto de disposición, sólo puede realizarlo el que endosa
en propiedad.

El título a endosarse en prenda deberá portar en su texto la expresión en garantía, en


prenda u otra equivalente.

En virtud de esta clase de endoso, el endosatario obtiene todos los derechos de un


acreedor prendario sobre el título, incluyendo las facultades del endosatario en
procuración. En este caso, las excepciones personales que los obligados tuvieren
contra el endosante no son oponibles al endosatario en garantía (artículo 36, LT). Por
13

otra parte, el endosatario en prenda está facultado para realizar la prenda según lo
establecen los artículos 341-344, de la LT, en concordancia con el artículo 36, LT.

Conviene señalar que cabe constituir dos tipos de prenda sobre un título: (a) endoso
en garantía que sólo transfiere la posesión temporal; (b) la que se incorpora a un título
mediante el traspaso respectivo al contrato de prenda (artículo 334, I, II, y III, LT), en
la que hay transmisión de la propiedad (artículo 36, parágrafo 3 in fine, LT) pero el
aprovechamiento y disposición sólo podrá efectuarse previo consentimiento del deudor
(artículo 344, LT relacionado con el 214 de dicha ley). Las dos son transmisiones
accesorias destinadas a respaldar un compromiso; el obligado no es el deudor
prendario sino un tercero (el signatario del título), extraño al negocio garantizado. En
el endoso en garantía, la propiedad es del endosante, mientras que en la prenda se
transfiere al acreedor prendario. En el primer caso, el documento que contiene la
garantía se endosó en prenda; en el otro caso, se endosó en propiedad, y siempre
como anexo del contrato de prenda.12

Ahora bien, si el título otorgado en garantía vence antes que la obligación garantizada,
el endosatario podrá obtener el monto del documento; lo recaudado lo guardará en
garantía (artículo 343, LT), salvo convenio en contrario al contraer la obligación
principal.

Si los documentos entregados en prenda vencen después de la fecha en que es


exigible la obligación garantizada, y no se paga ésta, se procederá a la realización de
la prenda, según lo previsto por la ley (artículo 36, parágrafo 3o., relacionado con los
artículos 341-344, LT). Y quien obtiene como resultado de tal realización el título dado
en prenda, lo adquiere en propiedad, y así habrá de asentarse en el documento, siendo
potestativo estampar la cláusula sin mi responsabilidad (artículo 36, parágrafo 3o. al
final); evidentemente, son oponibles al adquirente las excepciones que contra él
procedieren.13

4. Endoso en blanco

La entrega del título sin el nombre del endosatario, pero con la firma del endosante,
bastan para transmitir el documento (artículos 30 y 32, LT; artículo 14, LU; artículo
16, CNUDMI; sección 3-205 (b)). Este tipo de endoso se considera efectuado en
propiedad por virtud de la presunción expresa (artículo 30, LT). La ley permite al
endosatario llenar el endoso con su nombre o el de un tercero, transferir el documento
sin completar el endoso y endosar al portador, surtiendo éste, efecto de endoso en
blanco (artículo 32, LT).14

Por otra parte, el documento endosado en blanco continúa bajo el régimen de los
títulos a la orden, ya que al vencimiento del título, quien paga habrá de comprobar la
identidad de la persona que presente el título como último tenedor (artículo 39, LT), y
para tal fin es imprescindible que aparezca en el documento el nombre de quien lo
cobra.15

Algunas tesis aisladas de la Suprema Corte indican que el endoso en blanco produce
efectos de endoso al portador, que quien paga no está obligado a cerciorarse de la
autenticidad de los endosos, ni tiene facultad para exigir que se compruebe el endoso,
y que el último tenedor no tiene que probar quien le endosó el título. 16
14

5. Endoso al portador

Cuando el documento porta en su texto la cláusula "al portador", y éste se legitima con
la simple exhibición del documento, produce los efectos de un endoso en blanco
(artículo 32 in fine, LT).

6. Endoso en retorno (girata di ritorno, Rückindossament)

Es factible endosar el documento a favor de alguna de las personas que ya aparezca


en él como responsable de su pago; ello no impide que dicho obligado pueda, a su vez,
endosar posteriormente el título. Este tipo de endoso origina efectos distintos según
sea la persona en cuyo favor se efectúe y la naturaleza del título de que se trate. 17

Esta situación en que se coloca al endoso se fundamenta en el artículo 41 in fine, LT.


Los artículos 35 y 41, LT, no exigen formalidad alguna para revocar el endoso en
procuración, esto es, no se requiere que el endosante entable acción legal contra el
endosatario para dar por válido la revocación del mandato incluido en la figura en
comento, puesto que de la naturaleza misma del endoso en procuración, el cual no
transmite la propiedad sino sólo confiere los derechos y obligaciones inherentes a un
mandatario, se infiere que es suficiente la manifestación unilateral del beneficiario del
título, ante el órgano jurisdiccional que conoce del cobro judicial del documento
endosado, para conceptuar legítima la cancelación y sin valor alguno para lo sucesivo
el endoso en procuración, acorde a lo dispuesto por el artículo 41 de la ley de la
materia.18

7. Endoso por representante

El supuesto se contempla en la fracción II, parte final del artículo 29, LGTOC, al
exigirse la firma de la persona que suscribe el endoso a ruego o en nombre del
endosante; se prevé, pues, la intervención de un representante del endosante.

En tal caso, deberá asentarse como antefirma que se media en representación del
anterior tenedor, precisamente para no interrumpir la cadena de endosos.

Si el representante es una persona física, deberá indicar su nombre y la calidad con la


que firma; las más de las veces actuará con un poder, por lo que según la costumbre
se antepondrán las abreviaturas: "p. p."; si quien estampa el endoso es el que ejerce
la patria potestad o la tutela o el albacea de la sucesión del tenedor, etcétera, tendrá
que especificarse esta particularidad.

Normal y frecuentemente, el endosante será una persona jurídica; concretamente una


sociedad mercantil; en tal supuesto, la firma del representante deberá anexarse a la
denominación o razón social del tenedor, y consignar la función que aquél desempeña:
gerente, administrador.19

Si el documento carece de tales indicaciones -de que se trata de una representación y


del cargo que se ejercita- es decir, la contemplatio domini,20 se suspende la
continuidad de los endosos y por ende, los endosatarios ulteriores carecerían de
legitimación. Por lo contrario, la cadena de endosos persiste, no obstante la ausencia
de facultades (conforme a los artículos 5 y 85, LT) de quien se exterioriza como
representante, y tan legitimado está quien a través de tal endoso obtuvo el título, o un
15

posterior endosatario, que podrían reclamar el valor del título, pues el que paga no
está autorizado para exigir que se le compruebe la autenticidad de los endosos
(artículo 39, LT).21

Ahora bien, si no se ha roto el encadenamiento de endosos, el hecho de que uno de los


títulos se haya suscrito sin facultades bastantes no implica que dicho endoso sea
pleno, es decir, que surta la totalidad de sus efectos y que el endosatario ocupe
idéntica posición a la que tendría si hubiese obtenido el documento a través de una
transmisión regular.22

Por principio, si se acredita que el endosatario adquirió el documento de mala fe o con


culpa grave (artículo 43, parágrafo in fine, LT), él se someterá a la acción
reivindicatoria (artículo 42, LT) o a la personal, según sea el caso, que competa al
tenedor en cuyo nombre se endosó ilícitamente. Desde luego, quien pretende
reivindicar el documento es quien debe probar la culpa grave o la mala fe, ya que la
buena fe se presupone siempre (artículo 807, CCF).

Ahora bien, si la aparente representación se hiciere valer aprovechando la


eventualidad de que el título se extravío por su tenedor legítimo (o le fue robado), éste
puede reivindicarlo solicitando la cancelación del documento (artículos 44 y ss., LT),
dado que la oposición del endosatario aparente (artículo 47, parágrafo 1o., LT), al no
obrar de buena fe y sin culpa, no prosperará (artículo 47, parágrafo 2o., LT).

Amén de que la firma del representante farsante no compromete al presunto


representado, quien puede eximirse (artículo 8o., III, LT), excepto que con actos
positivos o con omisiones graves haya propiciado que se presuma, conforme a los usos
del comercio (artículo 11, LT), que el signatario del documento sí estaba autorizado
para suscribir títulos cambiarios.

Por lo demás, la ley determina que quien endose un titulovalor en nombre de otro sin
las debidas autorizaciones, responde personalmente como si hubiera obrado en
nombre propio (artículo 10, LT).

Por otro lado, también la ley indica que si el representante embustero paga, obtiene
los mismos derechos que pertenecerían al representado aparente (artículo 10,
parágrafo 1o., in fine, LT).

Además, "la ratificación expresa o tácita de los actos a que se refiere el párrafo
anterior, por quien puede legalmente autorizarlos, transfiere al representante aparente
desde la fecha del acto [endoso], las obligaciones que de él nazcan" (artículo 10,
parágrafo 2o., LT).23

Y explícitamente, agrega la ley: "Es tácita la ratificación que resulte de actos que
necesariamente impliquen la aceptación del acto mismo por ratificar o de alguna de
sus consecuencias. La ratificación expresa puede hacerse en el mismo título de crédito
o en documento diverso (artículo 10, 3o., LT). Este criterio es avalado por la Suprema
Corte".24

8. Endoso fiduciario
16

Es aquel que adopta la forma en un endoso pleno (endoso en propiedad) o en blanco


para fines de autorización al cobro o de garantía, y no de transmitir la propiedad.

En esta clase de endoso, el titular queda completamente legitimado (en virtud de la


posesión del documento y del endoso en propiedad); sin embargo, en sus relaciones
con el endosante consta que no adquirió la propiedad del título y queda obligado
extracambiariamente conforme al convenio extracartular, esto es, el pactum fiduciae,
mediante el cual, el adquirente del título se obliga a devolverlo al enajenante contra el
pago de su crédito o a restituir el producto líquido que hubiere recibido por el cobro del
documento.

Los efectos de este endoso son los de un endoso regular. Es decir, que el fiduciario
puede ejecutar todos aquellos actos que incumben a un tenedor legítimo del
documento, pero los que contravengan el convenio extracambiario de apoderamiento o
de garantía serán de su completa responsabilidad.

Este tipo de endoso -nos explica Messineo-25 tiene varias aplicaciones; por ejemplo,
cuando se desea obviar el desprestigio que implica para el endosatario el endoso para
el cobro; o bien, para impedir que dicho endosatario, carente de derecho autónomo, se
exponga a las excepciones que el deudor cambiario podría oponer al endosante; o
cuando se quiera favorecer al endosatario, simple acreedor pignoraticio, para que
obtenga la prestación, presuponiéndolo endosatario pleno, en lugar del carácter con
cláusula en garantía.

El endoso fiduciario no adopta la forma documental específica; se trata de un endoso


común pleno: el endosatario deviene tal, efectivamente, ante el deudor cambiario.
Sólo que en las relaciones internas entre endosante (fiduciante) y endosatario
(fiduciario) -cara interna de la relación- el endoso pleno no se concreta, por cuanto el
endosante no desea transmitir un derecho pleno sobre el documento; sino que opera,
respectivamente, el endoso para el cobro o a título de prenda; no obstante ello, es
factible que el endosatario traicione la confianza del endosante y se comporte como
verdadero propietario del título; evento contra el cual el fiduciante no tiene defensas
jurídicas, ya que el derecho transmitido fiduciariamente produce eficacia erga omnes.26

9. Endoso en administración

La LMV exige este tipo de endoso a quien deposita titulosvalor nominativos en el


Instituto para el Depósito de Valores (Indeval). La finalidad de este endoso es justificar
la tenencia de los valores y el ejercicio de las atribuciones que este capítulo le confiere,
sin constituir en su favor ningún derecho distinto a los expresamente consignados en
el mismo (artículo 67, pfo. 4o, LMV).

En efecto, la voz del legislador declara:

El depósito a que se refiere la fracción I del artículo 57 de esta ley, se


constituirá mediante la entrega de los valores a la institución para el depósito
de valores, la que abrirá cuentas a favor de los depositantes.

Constituido el depósito, la transferencia de los valores depositados se hará por


el procedimiento de giro o transferencia de cuenta a cuenta, mediante asientos
en los registros de la institución depositaria, sin que sea necesaria la entrega
17

material de los documentos, ni su anotación en los títulos, o en su caso, en el


registro de sus emisores.

En el caso de acciones depositadas, la inscripción de las transmisiones de


dichos valores en el registro correspondiente, sólo se hará conforme a lo
dispuesto en este capítulo.

Tratándose de valores nominativos, los títulos que los representen deberán ser
endosados en administración a la institución. Este tipo de endoso tendrá como
única finalidad justificar la tenencia de los valores, el ejercicio de las funciones
que este capítulo confiere a las instituciones para el depósito de valores y
legitimar a las propias instituciones para llevar a cabo el endoso previsto en el
ultimo párrafo de este artículo, sin constituir en su favor ningún derecho
distinto a los expresamente consignados en el mismo.

No se podrá oponer al adquirente de títulos nominativos por el procedimiento


establecido en este artículo, las excepciones personales del obligado anteriores
a la transmisión contra el autor de la misma.

Cuando los valores nominativos dejen de estar depositados en las instituciones


para el depósito de valores, cesarán los efectos del endoso en administración,
debiendo la institución depositaria endosarlos, sin su responsabilidad, al
depositante que solicite su devolución, quedando dichos valores sujetos al
régimen general establecido en las leyes mercantiles y demás que les sean
aplicables (artículo 67 de la Ley del Mercado de Valores (LMV). Énfasis
añadido).

10. Endoso con cláusula sin mi responsabilidad

El endosante que quiera exonerarse de la responsabilidad solidaria cambiaria que la ley


le impone, puede legalmente hacerlo, insertando en el endoso la cláusula -sin mi
responsabilidad- u otra equivalente (artículos 34, pfo. 2o.; 36, pfos. 3o. y 4o., LT; 67,
parágrafo 6, LMV).

11. Endoso con la cláusula -no negociable- u otra equivalente

No obstante que por regla general los documentos que porten dicha cláusula sólo
pueden ser transferidos en la forma y con los efectos de una cesión ordinaria (artículo
25, LT); la misma ley permite que el cheque no negociable se endose a una institución
de crédito para fines de cobro (artículo 201, LT).27

12. Endoso posterior al vencimiento

Cuando un título ha vencido y se intenta transferir por endoso, éste sólo surtirá los
efectos de una cesión ordinaria (artículo 37, LGTOC), aunque sin someterse a las
formalidades de ésta.28

13. Transmisión por recibo

Si un título no es pagado a su vencimiento y su tenedor obtiene el reembolso de un


endosante, aquél, al momento de transferir el documento a éste, habrá de colocar una
18

anotación de recibo, la cual deberá extender en el mismo título o en hoja adherida a


él.

La transmisión por recibo surte los efectos de un endoso sin responsabilidad (artículo
40, LGTOC).

14. Transmisión por constancia judicial

Consiste en la inscripción que un juez estampa en un título de crédito al terminar un


juicio en vía de jurisdicción voluntaria, haciendo constar, en el documento mismo o en
hoja adherida a él, que el título ha sido transferido a una persona por medio diverso al
endoso.

La firma del juez deberá legalizarse (artículos 28 y 38 in fine, LT). La constancia


judicial se equipara al endoso.

15. Transmisiones en el derecho civil

Los títulos de crédito pueden ser transmitidos también por actos o negocios jurídicos
del derecho civil -cesión, sucesión...- (artículo 2029, CCF); en tales casos, la
autonomía cambiaria desaparece, puesto que son oponibles al adquirente todas las
excepciones que a su causante hubieran podido oponerse hasta el momento de su
transmisión (artículo 27, LT, en relación con los artículos 2035, CCF, y 8o., LT).

II. REQUISITOS DEL ENDOSO

El artículo 29 L T establece las exigencias que debe contener el endoso:

a) Inseparabilidad. Ello significa que el endoso debe constar en el título o en hoja a él


adherida (artículo 29, parágrafo 1o., LT), por lo que no lo constituye el que sólo se
asienta en actuaciones del juicio.29 No podría ser de otra manera porque contraría la
naturaleza del título de crédito (principio de literalidad). El endoso puede hacerse en la
copia o copias del título, según dispone el artículo 122, LT. Ellas pueden endosarse del
mismo modo y con iguales efectos que el original, indicando hasta donde termina lo
copiado.30 En efecto, más adelante la ley decreta que las suscripciones autógrafas de
los... endosantes, hechas en la copia, obligan a los signatarios como si las mismas
contaran en el original (artículo 123, LT).

Por cuanto se refiere a la hoja de papel unida al documento conocida como


prolongación -allonge, foglia de alungamento, verbundenes blat, coleta o manga-, está
claramente permitida por cuanto el espacio en blanco al reverso del documento en
ciertas ocasiones resulta insuficiente. La coleta debe ser, obviamente, una hoja de
papel; puede ser de todo tamaño, color, calidad, etcétera; dicha extensión debe estar
debidamente unida al título porque en su defecto no habrá endoso; aun cuando la ley
habla en singular de una hoja de alargamiento, no hay inconveniente en añadir otra u
otras, si así lo requieren los múltiples endosos. La segunda hoja de expansión no debe
de agregarse al título sino a la primera.31

Por otra parte, la ley no indica dónde topográficamente debe anotarse el endoso.
Habitualmente, éste figura al reverso del documento; en coherencia con su etimología
19

-quia dorso inscribit solet- para facilitar el cotejo del encadenamiento regular de
transmisiones e individualizar mejor la calidad del suscriptor. 32

b) El nombre del endosatario (artículo 29, fr. I), es decir, de la persona a quien se
transfiere el documento. Formalidad no esencial puesto que de la combinación de dos
normas (artículos 30 y 32, LT) si se omite dicho nombre, el endoso surte efectos de
endoso en blanco; esto mismo prescribe la ley para un endoso al portador; sin
embargo, para que la transmisión cambiaria y nominativa sea perfecta deberá
consignarse el nombre del endosatario.33

Ahora bien, la norma no dispone que deban escribirse nombres y apellidos del
endosatario, o si es suficiente con los apellidos, o si se trata de una denominación o
razón social, tenga que inscribirse íntegramente el nombre, por lo que en tal caso se
considera válido el endoso en que se exprese el apellido de la persona a quien se
transmite el título.34

c) La firma del endosante o quien suscriba el endoso a su ruego o en su nombre


(artículo 29, fr. II, LT). Requisito esencial por antonomasia sin el cual no hay endoso
(artículo 30, primera parte, LT). Endoso in-existente como declara la Suprema Corte.35
Entiéndase por firma: "el conjunto de signos manuscritos por una persona que sabe
leer y escribir, con los cuales habitualmente caracteriza los escritos cuyo contenido
aprueba".36

En caso de que el endoso deba realizarlo un analfabeto, no basta el signo o huella


digital que imprima; se necesitará también la intervención de una persona que firme a
ruego del endosante y que el acto sea autenticado por un fedatario a semejanza de la
regla dictada para el girador del título37 (artículo 86, LT).

Por lo que respecta al uso de un seudónimo como firma cambiaria, ello es válido,
mientras identifique al individuo, puesto que la ley no prohíbe emplear un
sobrenombre. Frecuentemente, la persona es más conocida por el alias que por el
nombre con el que se inscribió en el registro civil. Ello sucede muy a menudo en el
medio artístico. El UUC prevé expresamente esta posibilidad (sección 3-401 (b)).

d) La clase de endoso (artículo 29, fr. III, LT) (en propiedad, en procuración, en
garantía...). Si este requisito faltase, se presume que el endoso es en propiedad, sin
que valga prueba en contrario respecto a tercero de buena fe (artículo 30, LT).

e) El lugar y la fecha (artículo 29, fr. IV, LT), en caso de omitirlos se presumen: el
primero, por el domicilio del endosante; la segunda, por la fecha en que el endosante
adquirió el título (artículo 30, LT).

III. EFECTOS DEL ENDOSO

La función transmisiva del endoso se concreta en tres efectos que se producen según
el tipo de endoso, erigiéndose en prototipo los característicos y propios del endoso
pleno. Dichos efectos son: el traslaticio, el legitimador y el garante.

1. Efecto traslaticio
20

En muchos países existe una norma que regula particularmente esta consecuencia,
seguramente influidos por el artículo 14 de la Ley Uniforme de Ginebra (LUG): "el
endoso transmite todos los derechos resultantes de la letra de cambio". Asimismo, la
LT mexicana expresa: "el endoso en propiedad, transfiere la propiedad del título y
todos los derechos a él inherentes" (artículo 34).38

Al respecto, hay que precisar que la transferencia de los derechos resultantes del título
no siempre es total, salvo en el caso del endoso pleno.

Es unánime la doctrina y la jurisprudencia al señalar que la expresión todos los


derechos comprende los llamados derechos accesorios, locución que algunas
legislaciones anotan expresamente en el texto legal.39

Pero, dentro de los derechos accesorios -parece que no todos- ya que la doctrina
cambiaria italiana y francesa afirman que el endosatario puede valerse de los
privilegios prendarios e hipotecarios, mientras que los autores alemanes -más
observantes de la lógica en este asunto- lo niega.40

Pues bien, el efecto transmisivo se realiza a través de dos pilares que sustentan toda la
construcción jurídica de los titulosvalor: la columna real (res), relativa a la
transferencia del documento y la columna atinente a los derechos incorporados en el
título mismo. Esta bifurcación encuentra su fundamento en los artículos 25, 26 y 34,
LT. Es obvio que el endoso transmite todos los derechos que la LT concede al tenedor
legítimo del documento y que se ordenan a la exigibilidad del crédito cambiario frente
a todos los obligados al pago de la letra, y también resulta evidente que con la
expresión legal "los derechos inherentes al documento", la transmisión no se refiere a
los que surjan de las relaciones causales que subyacen al funcionamiento de ella.

Así que el endoso pleno transmite al endosatario todos los derechos que se deriven del
título, mas también la plena disponibilidad de los mismos. Además, nos interesa
subrayar que el endoso determina también que la adquisición de estos derechos por el
endosatario acontece de forma autónoma e independiente respecto a la posición
jurídica que tenían los tenedores anteriores. De ahí que el demandado por una acción
cambiaria, no podrá oponer al tenedor excepciones personales fundadas en sus
relaciones personales con el librado o con tenedores anteriores (principio general de
abstracción del crédito cambiario). En efecto, si para documentar una deuda de juego
se extiende, por ejemplo, una letra de cambio, en tal caso un tenedor legítimo sí podrá
obtener su pago; no así el tomador original, contra quien puede oponerse, entre otras
defensas, la fundada en el artículo 2764 del CCDF si se trata de un juego prohibido. 41

Como es evidente, el principio de abstracción del crédito cambiario funciona cuando a


través del endoso interviene un tercero en la órbita cambiaria. Se trata, pues, de la
consagración de un efecto esencial del endoso en cuanto sistema cambiario de
circulación de crédito, imprescindible como garantía mínima del tráfico para que el
titulovalor circule. Por tanto, la obtención autónoma e independiente por parte del
endosatario de los derechos emergentes del documento deviene una característica
sustancial del efecto traslativo del endoso que sólo es inoperante si el endosatario al
adquirir el título procedió de mala fe. Es decir, que el límite único a la transferencia
autónoma e independiente que el endoso genera se establece por una exceptio doli,
cuyo dilema más importante sería el de la dificultad de probarlo.
21

Corrobora este criterio, una ejecutoria de los tribunales federales mexicanos, la cual
anexo aquí porque me parece clara y puntual:

TÍTULOS DE CRÉDITO. CASOS EN QUE PUEDEN OPONERSE COMO


EXCEPCIONES PERSONALES LAS DERIVADAS DE LA RELACIÓN CAUSAL. Un
análisis conjunto de lo dispuesto por los artículos 1o., 5o., 6o., 8o., 11, 14, 167
y 168 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito permite establecer
que la intención primordial del legislador al crear la figura de la autonomía de
los títulos cambiales, fue la de garantizar al tenedor de buena fe, no vinculado
con la relación causal, el derecho literal consignado en los propios títulos. De
ahí que éstos, en tal supuesto, están provistos de autonomía y que, por lo
mismo, su eficacia por lo general no dependa del acto que les dio origen, es
decir, que no quede subordinada a la validez o invalidez de la causa de la cual
emanan. Sin embargo, cabe reiterar que esta regla sólo tiene aplicación cuando
el título ha entrado en circulación y adquirido vida comercial, ya que en este
supuesto el obligado no puede oponer a su tenedor las excepciones personales
que pudiera tener contra el beneficiario original, en términos del artículo 8o.,
fracción XI, del ordenamiento jurídico en cita, precisamente porque en esa
hipótesis quien le reclame el pago del documento no tiene vinculación alguna
con el negocio jurídico que lo haya generado. Pero cuando el actor es la misma
persona con quien el demandado está vinculado por la relación causal, éste le
podrá oponer las excepciones personales que deriven de la misma, de
conformidad con lo dispuesto en los numerales 8o., fracción XI, en
concordancia con el 167, ambos de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, lo cual no implica desconocer el principio de autonomía de la obligación
cartular, pues con relación a esto, debe aclararse que si bien el demandado
puede, merced a la teoría de la causalidad antes expuesta, oponer frente a su
acreedor las excepciones personales que tenga en su contra, ello no conlleva a
establecer que por ese sólo hecho el documento accionado pierda su
autonomía, dado que el mismo conservará tal atributo si aquél no demuestra
plenamente en juicio dichas excepciones. 42

Así que, el endoso transmite la propiedad del titulovalor, 43 y como consecuencia el


derecho cartular incorporado,44 que adquiere el portador erga omnes y nadie puede
contradecir.45 Se transmite, pues, un titulovalor, es decir, un documento y el derecho
representado en él.46 No hay sucesión en un crédito sino reencarnación del derecho
cambiario en un nuevo titular como consecuencia de la transmisión real del título. 47 Se
transfiere, primeramente, el derecho crediticio de naturaleza peculiar -ius proprium-, y
por consecuencia, los correspondientes al portador legítimo del mismo llamados
principales. Por ejemplo, transmitir la propiedad por endoso, cesión (artículos 26, 27,
33, 34 y 37, LT);48 otorgar mandato por endoso (artículo 35, LT); o dar el titulovalor
en garantía (artículo 36, LT); fijar la fecha de vencimiento en algunos casos (artículos
79 y 80, LT); presentarlo para la aceptación o pago (artículos 91 y ss.; 126 y ss., LT);
protestarlo en su defecto (artículos 139 y ss., LT); ejercitar la acción cambiaria
(artículos 152 y ss.); etcétera.

No está por demás señalar que los derechos del título pasan al endosatario, salvo los
que surgen del negocio subyacente, ya que la causa no juega y contra el portador no
valen las excepciones fundadas en ésta.49
22

En segundo lugar, comprende los derechos accesorios; las garantías reales o


personales constituidas a favor del portador del documento -hipoteca, prenda,
etcétera-.

La ley habla de todos los derechos inherentes al documento (artículo 34, parágrafo 1,
LT), entre los que figuran éstos, aunque algunos sean extracartulares -accesorium
sequitur principale-. A pesar de que el ordenamiento se refiere al traspaso de todos los
derechos, nada obsta para restringir algunos derechos accesorios, por ejemplo,
hipoteca, prenda, lo cual no desnaturaliza el acto cambiario.50

Por otra parte, de acuerdo con la ley el endoso no es suficiente para transmitir la
propiedad del titulovalor, se requiere la entrega del mismo (artículo 26, relacionado
con los artículos 5o. y 17, LT; en el mismo sen-tido, el artículo 13 de la Convención
sobre Letras de Cambio Internacionales y Pagarés Internacionales) -acto jurídico real o
material que opera el traspaso del tradens al accipiens-.51 El rilascio del titulovalor -
tradición manual, traditio brevi manu y también constitutum possessorum-52 tiene
eficacia constitutiva para la adquisición de la propiedad y de los derechos resultantes
objetivados en el trozo de papel. Sin esta, el endoso carece de efecto traslativo. La ley
para simplificar el resultado complejo que deriva de la mezcla de los dos actos -endoso
y entrega, habla sólo de transmisión por endoso (artículo 26, LT)-.

En efecto, la doctrina enseña que el endoso es un acto único constituido por dos
ingredientes: el primero en el orden lógico y cronológico es el componente formal,
declaración de voluntad cambiaria dirigida a la transmisión del título (la letra de
cambio), y los derechos inherentes a él; el segundo, el derecho material, la entrega del
título que integra y perfecciona con la desposesión la transferencia pretendida.53

En consecuencia, el acto escriturario sin la entrega del título o viceversa no opera la


transferencia de su propiedad. En el primer caso -endoso sin entrega del documento-,
el endosante podrá cancelar el acto cambiario -artículo 41, LT- y se considera sin
valor. Mientras que en el otro supuesto, el tenedor del título no tiene legitimación
como portador, pero tiene a su favor las acciones ordinarias de los artículos 1833 y
1834 del Código Civil federal para apremiar al tradens que formalice el acto escrito.54

2. Efecto legitimador

Éste permite completar y hacer efectivo el efecto transmisor. Esta es la única función o
fin esencial y característico del endoso que en fórmula dogmática se ha expresado así:
endoso que no legitima no es endoso. Se trata de un efecto común a toda clase de
endosos. Así que la función de legitimación del endoso consiste en atribuir al
endosatario la calidad de acreedor cambiario.55 Ello significa que dicha calidad puede
ser amplia (endoso pleno) o limitada (en procuración...), todo depende del tipo de
endoso. Aún el endoso sin garantía cuenta con lo indispensable para legitimar
debidamente al endosatario.

La legitimación constituye, pues, la prueba de la titularidad del derecho agilizando su


ejercicio judicial o extrajudicial, al determinar a quien corresponde, de acuerdo al
carácter formal y literal de la obligación. Beneficia, como ya indicamos, al creditoris
quien puede demandar la prestación sin más requisito; pero también al deudor, quien
al pagar se libera sin necesidad de averiguar la legitimidad de la posesión del título de
crédito.56
23

El portador legitimado formalmente se considera propietario del derecho en el aspecto


sustancial, sin que tenga que demostrarlo con otros medios extraños al documento; la
presunción es iuris tantum, y sucumbe ésta cuando se demuestre que la adquisición
estaba viciada por culpa grave o fraude.57

Así pues, el accipiens, cual acreedor cambiario, adquiere mediante el endoso no sólo
una postura propia e independiente con respecto a los tenedores anteriores del título,
sino que la propia determinación de quien sea ese acreedor cambiario se hace también
conforme a principios propios y particulares fuertemente ligados al aspecto documental
del crédito que transmite. Este efecto legitimador fundado en el artículo 38, LT,58
funciona también desde una óptica protectora de la seguridad del tráfico jurídico pero
ya no desde el punto de vista del contenido de la ubicación del acreedor cambiario,
sino desde la perspectiva de la adquisición de la condición misma de acreedor
cambiario. Por ello, dicho precepto expresa que el tenedor del título se considerará
propietario (portador legítimo) del mismo siempre que justifique su derecho por una
serie no interrumpida de endosos. La función legitimadora se completa con lo previsto
en el artículo 43, parágrafo 1o., LT, conforme al cual cuando una persona sea
desposeída de un título, por cualquier causa que fuere, el nuevo tenedor que justifique
su derecho a él en los términos del artículo 38 no puede ser obligado a devolverlo o a
restituir las sumas que hubiere recibido por su cobro o negociación, a menos que se
pruebe que lo adquirió incurriendo en culpa grave o de mala fe. Esta norma muestra
que la regularidad formal del régimen de legitimación funciona sobre una presunción
de regularidad sustancial y que cuando esta última no se da, la protección que la
regularidad formal opera tiene un límite allí donde no hay apariencia jurídica que
proteger, y este límite es el de la mala fe.

El régimen de legitimación formal se singulariza, además, porque ofrece al adquirente


una posición más amplia que la que el Código Civil otorga al tráfico de bienes muebles.

La legitimación cartular para el ejercicio del crédito cambiario, requiere, entonces, del
concurso de dos factores, la posesión del documento y que éste contenga una cadena
regular de transmisiones que llegue hasta su tenedor. De ahí que portador legítimo es
quien tiene en sus manos el título y cuyo nombre aparece en último lugar de la cadena
de endosos, salvo que se trate de un endoso en blanco.59

a) Examinemos primeramente la relación jurídica con el documento -posesión-


condición imprescindible para todo instrumento negociable donde el derecho está
incorporado.60

La tenencia y exhibición del título es suficiente, sin que se necesite que el deudor esté
enterado ni registre dicho acto, Porque así como la posesión engendra apariencia de
propiedad en las cosas -artículo 798, CCF- ella misma, sola o unida a las cláusulas de
legitimación, genera presunción de titularidad a favor del poseedor del documento.
Apariencia bastante para el comercio jurídico.61

La posesión, pues, ha de ser legítima, sin estar perjudicada, nacida de un título idóneo
aunque realmente no se fuera propietario: el ser está en el parecer -exclamó Vivante-
,62 por lo que deviene propietario y acreedor del título quien aparezca en él. Vale más
la propiedad formal que la material.

b) Además, para concretar la legitimación se requiere la investidura documentada en el


título, es decir, que el documento se haya adquirido conforme a la regularidad de la
24

circulación cambiaria: la concatenación sucesiva de endosos, aunque el último sea en


blanco. La continuidad de los endosos muestra que el actual poseedor es él -el
portador del título-, nadie más. La secuencia de la serie se da por el hecho de que el
título a la orden de "A" ha sido endosado por éste a "B", de "B" a "C", y así
sucesivamente. Si uno de estos encadenamientos falta (por ejemplo, la transferencia
de "C" a "D", y sólo aparece "E", lo cual también sucede con la documentación de la
propiedad de otras cosas), este último no está legitimado cambiariamente, puesto que
no proviene del título el derecho que él ha obtenido; consecuentemente tampoco sus
sucesores (y por tanto, también el último poseedor) devienen legítimos portadores del
título".63

Ahora bien, ¿cómo se legitima el portador del título? Antes que nada, hay que señalar
que no hay por qué verificar la autenticidad de las firmas de los distintos endosantes;
es suficiente cotejar la continuidad de los endosos. 64 En el título que no circuló el
tomador o beneficiario es el legitimado. Una vez que el documento ha ingresado a la
vida negocial, el portador se legitima con el encadenamiento secuencial de
transferencias que parte del tomador hasta éste, con endosos nominativos, en blanco o
al "portador"; al faltar un eslabón -por ejemplo, endoso nominativo no firmado por
dicha persona-65 se despoja de legitimación a los posteriores titulares. Los endosos
cancelados se tienen por no escritos, y por tanto no cuentan para evaluar la secuencia
de los endosos. Si un endoso en blanco es seguido por otro endoso, se supone que el
suscriptor de este último adquirió el título por efecto del endoso en blanco; presunción
iuris et de iure. Lo mismo acontece con el endoso al portador equiparable al endoso en
blanco (artículo 32, parágrafo 2, LT).

Habitualmente, la colocación de las transferencias indica el orden sucesivo, como bien


lo contempla la sección 3-414 (2) del UCC, 1962: los endosantes vienen obligados el
uno con el otro, en el orden en que hayan endosado, que se presume es el orden en
que sus firmas aparecen en el documento. Sin embargo, si llevaren fechas -que se
presumen ciertas, conforme lo expuesto- puede haber dificultades cuando no
correspondan al orden, en cuyo caso habrá que estar a las circunstancias.

Basta, pues, formalmente la concatenación sucesiva de endosos en su manifestación


externa, aunque la firma no reproduzca con exactitud matemática el nombre del
titular; cualquier discrepancia mínima deberá apreciarse a simple vista, siempre que la
persona esté individualizada. No interesa la fecha ni la autenticidad de las
suscripciones, etcétera.66

Así, queda legitimado el portador, salvo cuando la adquisición viene perjudicada


porque fue de mala fe o incurrió en culpa, por lo que habrá de encarar a quien fue
despojado del título y promueva la cancelación o reivindicación; en tal hipótesis el
portador no está legitimado y por ende debe sucumbir. La restitución del documento -a
quien sufrió la desposesión- es la reparación en especie del quebranto producido.67

Por otro lado, si el verdadero propietario no estuviera en posesión del título por
cualquier causa ajena a su voluntad -como extravío, robo, pérdida, etcétera- no podrá
reivindicarlo del portador legítimo en aras de la seguridad en la circulación cambiaria,
salvo que -como ya lo indicamos- lo hubiese obtenido de mala fe o haya incidido en
culpa grave.68
25

Con base en el derecho comparado,69 el concepto de mala fe, que no permite al


endosatario cobijarse en la cadena formal de los endosos para arrogarse la legítima
titularidad del título, ha transitado por tres etapas:

1a. La previa a 1935, que la asemejaba -con un criterio muy holgado- al simple
conocimiento de la existencia de una excepción oponible a cualquiera de los titulares
causahabientes.

2a. La que sustentaba un sector de la doctrina, encabezado por Lyon-Caen y Reanault,


que únicamente la consideraba procedente si existía la intención fraudulenta por parte
del endosatario.

3a. La predominante en la doctrina francesa posterior al Convenio de Ginebra, y que


era generada por el propio endosatario al actuar concientemente en perjuicio del
deudor. Según este parecer, no basta que el tomador del título conozca que a través
del endoso girado a su favor se daña al deudor, pues se le coloca en estado de
indefensión al privarle de una excepción oponible al emisor o a uno de los endosantes
anteriores, sino que se requiere el conocimiento de que dicha excepción perduraría
hasta el vencimiento, y podría invocarla el deudor, en atención a las circunstancias
concretas del mismo. Por esa razón, los defensores de esta propuesta consideran
insuficiente que el endosatario haya realizado una conducta negligente o culposa, en
cuanto a la adquisición de la titularidad del documento a la que el deudor hubiera
interpuesto una excepción surgida de sus relaciones personales con el endosante o
titulares anteriores; se necesita un prevalimiento consciente de semejante situación
imputable a dicho endosatario.

Respecto a este asunto, conviene añadir: i) que la buena fe se presume (artículo 11 in


fine, LT) y ha de atestiguar la entrega del título, por lo que quien alegue mala fe
deberá probarla; ii) que se considera que el endosatario actuó descuidadamente
cuando no obró con cautela en el manejo de la vida negocial; iii) que no se presumirá
mala fe aunque el portador actual supiera que alguno de los primeros endosos era
falso, cuando recibió el título de un endosante de buena fe, ya que ésta de un
poseedor intermedio sana la circulación del documento una volta per tutte.70

En caso de que el portador del título con endoso nominativo falleciere, su sucesor
universal o singular, independientemente de que el título que presente contenga la
serie ininterrumpida de endosos, deberá anexar las pruebas de su calidad. Respecto de
la fusión de sociedades, la escritura correspondiente debidamente inscrita habrá de
justificar el carácter de la actual continuadora de la sociedad extinta.71

3. Efecto garantizante

La ley también dispone el llamado efecto de garantía que surge cuando el sujeto que
actúa como endosante del título entra en el círculo de obligados cambiarios, lo cual
está reconocido en varios de los ordenamientos que hemos antedicho (artículo 90
relacionado con los artículos 34, 87, 174 y 196 de la LT; 38, 39 y 44 de la convención;
3-415 del UCC; 18 de la Ley Cambiaria española; 54 de la homónima italiana; 15 de la
Ley Uniforme de Ginebra).72

Quien endosa, pues, un título se convierte en garante de los derechos resultantes del
mismo, aunque solamente frente al endosatario y sujetos que de él traigan causa
26

(causahabientes). Pero no sólo eso, puesto que ha de responder solidariamente con los
demás suscriptores -artículo 90, LT-, función constitutiva del endoso.

Dicho efecto presenta un contenido específico que contrasta claramente con el efecto
de garantía que la cesión civil de créditos produce en nuestro régimen (artículos 2042
y ss., CCF); además, este efecto ha aparecido en el tráfago cambiario como una
herramienta primordial en la circulación de los títulos. En realidad, este efecto es no
sólo puntal sobre el que descansa todo el sistema jurídico de las excepciones
cambiarias, sino también pilar sobre el que se cimienta parte considerable del moderno
derecho cambiario. Representa, pues, la consecuencia fundamental y decisiva que el
endoso está llamado a cumplir.

Sin embargo, éste es un corolario natural -naturale negotii- no sustancial del endoso,
como lo es por el contrario la obligación del librador de garantizar el pago de la letra
de cambio (artículo 87, LT), ya que el endosante puede liberarse de él (artículo 34,
parágrafo 2o., LT), lo que evidencia el carácter independiente que tiene este efecto con
relación a los dos anteriores. Asimismo, es una consecuencia de índole personal no
real, que como tal está particularmente vinculado a las características intrínsecas de la
propia declaración cambiaria.

En verdad, como explicamos ya, en este negocio sólo intervienen endosante y


endosatario; y éste, a pesar de ignorar la identidad de los demás responsables que
figuran en el documento -librador, aceptante y endosantes anteriores, etcétera- tiene
el compromiso de respaldar el documento con base en la responsabilidad de su
contratante; de no existir dicha obligación, se cancelaría de un solo tajo el valor
circulable del título. A su vez, el endosante transfiere una orden de pago, pero también
una típica promesa de hacer pagar por un tercero -aceptante, avalista, etcétera-, lo
cual implica comprometerse a que esa promesa se cumpla a semejanza de lo que
ocurre a quien promete el hecho de un tercero. Desde luego, como expresa la ley
(artículo 39, LT), el endosatario no está constreñido a verificar la legitimidad de los
traspasos anteriores, pero sí la identidad de la persona que presente el título como
último tenedor y la continuidad de los endosos, de modo que por un encadenamiento
periódico terminen en él. Gracias a estas peculiaridades, el título deambula y, por
ende, resulta muy relevante que cada endosante garantice a su endosatario y por
consecuencia a los que le siguen, el resultado definitivo de la promesa cambiaria. 73

Por lo que respecta al girador, la ley dice que éste es responsable de la aceptación y
del pago de la letra; toda cláusula que le exima de esta responsabilidad se tendrá por
no puesta (artículo 89, LT). Desde luego que es una situación más gravosa, desde el
momento en que la ley no le permite desligarse de dicha obligación, como sí lo
consiente con el endosante, al estampar la cláusula "sin mi responsabilidad" u otra
equivalente (artículo 34, parágrafo 2o., LT).

Sin responsabilidad tal, el título no puede existir. Por esta razón la ley decreta con toda
justicia oídos sordos a las cláusulas eximentes de dicha carga.74

Además, la misión del emisor (girador, librador) como creador del título es más
trascendente, puesto que su sola responsabilidad es suficiente para que el documento
(letra, cheque) tenga vida jurídica, aunque no medie aceptación o endoso. Es más, si
el girador incumple su compromiso, procede la acción cambiaria de regreso para hacer
respetar aquél. En suma, no podemos imaginar, en nuestro régimen cambiario, un
título huérfano de gravámenes para con el girador.75
27

IV. CONSIDERACIÓN FINAL. ¿ENDOSO ELECTRÓNICO?

No cabe duda, pues, que el endoso ha demostrado ser una institución vital para la
circulación de los titulosvalor cambiarios.

La participación de conspicuos jurisconsultos -particularmente italianos, alemanes y


franceses- ha sido determinante no sólo en la configuración de la teoría general de los
títulos de crédito, sino particularmente decisiva en la estructuración de la doctrina
sobre el endoso, porque sus ilustrativas enseñanzas han dejado impronta indeleble al
desentrañar y explicitar los rasgos típicos de tan peculiar y representativa institución
del derecho cambiario.

El derecho uniforme cambiario, desde sus orígenes, adoptó el endoso, lo acotó y luego
lo proyectó a las legislaciones nacionales de sistemas jurídicos distintos; por ejemplo,
el angloamericano. En efecto, la legislación mexicana, al abrevar en sus fuentes,
acogió muy temprano las determinaciones de la Ley Uniforme de Ginebra (1930),
puesto que nuestra Ley de Títulos reguló el endoso desde 1932, lo que le permitió ser
pionera en la regulación de los documentos de marras.

Además, la jurisprudencia de varios países ha mostrado particular interés en delimitar


los alcances de su regulación al precisar varios de sus efectos jurídicos.

La aplicación del endoso es variada, en ocasiones sólo simbólica. La existencia del


comercio electrónico reclama la presencia del endoso digital. Hállase éste en ciernes,
pues ya se prevé su instauración y manejo en los títulos cambiarios electrónicos.
Desde luego que su introducción presupone la firma electrónica, es decir, el conjunto
de datos en forma electrónica anexos a otros datos electrónicos o asociados
funcionalmente con ellos, utilizados como medio para identificar formalmente al autor
o a los autores del documento que la recoge (artículo 2 a) de la ley española sobre
firma electrónica). Y particularmente, la firma electrónica avanzada, esto es, la firma
electrónica que permite la identificación del signatario y ha sido creada por medios que
éste mantiene bajo su exclusivo control, de manera que está vinculada únicamente al
mismo y a los datos a los que se refiere, lo que permite que sea detectable cualquier
modificación ulterior de éstos (artículo 2 b) de la ley anterior).

Por nuestra parte, consideramos que los títulos cambiarios serán una instrumento
adecuado para promover el desarrollo de la firma electrónica. Desde luego que los
documentos digitales para operar en el mercado cibernético demandan un sistema que
permita emitir, gestionar (depositar y transferir) y cobrar títulos cambiarios utilizando
medios telemáticos, con las debidas medidas de seguridad, al mismo tiempo que las
bases para la realización de propuestas de reforma de la legislación vigente en materia
de titulosvalor. Se trata, pues, de un asunto impostergable de lege ferenda.

Dicho sistema estaría integrado, entre otros, por un servicio: de emisión, de depósito,
de transmisión y de cobro. Sólo como botón de muestra diremos que el servicio de
transmisión tendría como misión ayudar a los servicios de certificación y titulares
cambiarios a intercambiar información y realizar operaciones en tiempo real de manera
electrónica.76

El objeto de este tipo de servicios debe aumentar la competitividad mediante el ahorro


de costes frente a los métodos tradicionales.
28

El sistema debe estar fuertemente integrado con el sistema de gestión de los servicios
de certificación y deberá incluir las adecuadas medidas de autentificación y
confidencialidad.

Las funcionalidades que deberán formar parte del servicio de transmisión serán al
menos las siguientes:

1. La transmisión de los títulos (endoso) se realizará por el tenedor a través de la web


del servicio de certificación. El tenedor firmará el endoso e informará, como mínimo,
de la clave pública del endosado y del servicio de certificación donde debe quedar
depositado el título.

2. Realizado el endoso, el título se enviará al servicio de certificación de destino para


su depósito.

3. La cadena de endosos se realizará de modo que no resulte posible modificar un


endoso anterior, incluyendo en la firma de cada endoso un resumen de los anteriores.

*La primera parte del presente artículo se publicó en el número 7 de la presente publicación, con fecha enero-abril
de 2004.

** Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Notas:
1 Al respecto ENDOSATARIO EN PROPIEDAD, CUANDO NO LE ES OPONIBLE LA EXCEPCIÓN DE PAGO, SJF, séptima
época, vol. 175-180, cuarta parte, 94; TÍTULOS DE CRÉDITO, EXCEPCIÓN CONTRA LOS, quinta época, t. CXXIII,
1493, Mariano Ramírez Vázquez, 9 de marzo de 1955.
2 Artículos: 18 Ley Uniforme; 18 L. C. italiana; 19 L. C. argentina. ENDOSO AL COBRO, SU NATURALEZA JURÍDICA,
SJF, quinta época, t. LV, 1534, Elías Teresa y Coags., 15 de febrero de 1938, séptima época, vol. 78, cuarta parte,
Tercera Sala, 43, 23 de junio de 1975.
3 Véase el criterio de la corte al respecto: Apéndice al SJF 1917-1975, cuarta parte, Tercera Sala, p. 588;
Jurisprudencia: TÍTULO DE CRÉDITO ENDOSADO EN PROCURACIÓN POR UNA SOCIEDAD EXTRANJERA. PARA
EXIGIR JUDICIALMENTE SU PAGO NO ES NECESARIO ACREDITAR LA EXISTENCIA LEGAL DE LA ENDOSANTE.
Visible también en Apéndice al SJF, 1917-2000, t. IV, tesis 410, 345.
4 Dávalos Mejía, C. F., Títulos y contratos de crédito, quiebras, t. I: Títulos de crédito, México, Harla, 1992, p. 109.
Idem.
5 Apéndices al SJF. ENDOSATARIO EN PROCURACIÓN, CARECE DE FACULTADES PARA PROMOVER JUICIO DE
AMPARO. TÍTULOS DE CRÉDITO. FACULTAD DE LOS ENDOSATARIOS EN PROCURACIÓN. A. D., 156/78; 520/79;
553/79; 128/79 y 398/79, SJF, quinta época, t. CCXVI, p. 657, A. D. 4831/55, Ernestina Rojas Rodríguez, 15 de
febrero de 1956; Informe 1917-1985, cuarta parte, 893. En contra: ENDOSATARIO EN PROCURACIÓN. SE
ENCUENTRA LEGITIMADO PARA INTENTAR EL JUICIO DE AMPARO, SJF, octava época, t. XII, Pleno, Salas y
Tribunales Colegiados de Circuito, 431, A. R. 202/88, Juan Adalberto Ibarra Rocha, 6 de septiembre de 1988;
séptima época, ts. 205-216.
6 TÍTULOS DE CRÉDITO, ACCIÓN DE CANCELACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN DE UNA DILIGENCIA JUDICIAL DE
EMBARGO; EL ENDOSATARIO EN PROCURACIÓN CARECE DE PERSONALIDAD PARA EJERCITARLA, SJF, séptima
época, vol. 78, sexta parte, 146, Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito, Enrique Chan Vargas, 5 de diciembre de
1972, Informe 1974.
7 TÍTULOS DE CRÉDITO, NO SE REQUIERE EL TÍTULO DE LICENCIADO EN DERECHO PARA SER ENDOSATARIO EN
PROCURACIÓN, SJF, séptima época, vol. 78, cuarta parte, 43, Yasbek, S. A., 23 de junio de 1975; quinta época, t.
XLIII, Tercera Sala, 58, Ramírez Casimiro, 1935.
8 COSTAS, NECESIDAD DE QUE EL PATRONO SEA TITULADO PARA QUE PUEDAN COBRARSE, SJF, quinta época, t.
XCVII, 166; ENDOSO AL COBRO, COSTAS PARA EL ENDOSATARIO, quinta época, t. XLV, 188, 4 de julio de 1935,
188, Recurso de Súplica, Rosas José de Jesús.
9 ENDOSO EN PROCURACIÓN SE PUEDE OTORGAR EN FORMA DISYUNTIVA, SJF, sexta época, vol, CXXI, cuarta
parte, 56, Tercera Sala, Secundino Girón Guizar, 31 de julio de 1937; sexta época, vol. XXVI, cuarta parte, 104,
Tercera Sala, Jurisprudencia. ENDOSO EN PROCURACIÓN MÚLTIPLE. LOS ENDOSATARIOS DEBERÁN ACTUAR EN
FORMA SEPARADA SIEMPRE Y CUANDO ASÍ SE ESTIPULE DE MANERA EXPRESA, Apéndice al SJF1917-2000, t. IV,
civil, 200. Se publica la ejecutoria.
10 TÍTULOS DE CRÉDITO. PERSONALIDAD DEL APODERADO DEL BENEFICIARIO EN EL JUICIO EJECUTIVO
MERCANTIL, AUNQUE NO EXISTA ENDOSO EN PROCURACIÓN, SJF, séptima época, vol. 82, cuarta parte, Tercera
Sala, 77, A. D. 2618/74, Roberto Domínguez Martínez, 20 de octubre de 1975.
11 ENDOSO POR SOCIEDAD EXTRANJERA, Informe 1987, Tribunales Colegiados de Circuito, tercera parte, 222, A.
29

D. 973/87, Cobre Electrónica, S. A., 1o. de octubre de 1987.


12 Dávalos M., op. cit., nota 4, p. 111.
13 Mantilla Molina, Títulos de crédito cambiarios, México, Porrúa, 1977, p. 77.
14 Apéndice al SJF de 1717-1975, cuarta parte, Tercera Sala, p. 710; octava época, t. V., segunda parte, 1, p. 506.
15 Mantilla, op. cit., nota 13, 70. En el mismo sentido, Cervantes A., Títulos y operaciones de crédito, 7a. ed.,
México, Herrero, 1972, cap. II, núms. 5 y 6; Esteva Ruiz, Los títulos de crédito en el derecho mexicano, México, Ed.
Cultura, 1938, núm. 183 h; Tena, Títulos de crédito, 3a. ed., México, Porrúa, 1956, p. 152.
16 TÍTULOS DE CRÉDITO. ENDOSO EN BLANCO. LEGÍTIMA PARA EJERCITAR LA ACCIÓN DE PAGO, SJF, octava
época, t. I, segunda parte-2, 735, A. R. 47o./88 José Zepeda García, 12 de mayo de 1998. CHEQUES. ENDOSO EN
BLANCO, Informe de 1986, Tercera Sala, tesis 53, 43. SJF, séptima época, t. 205-216, cuarta parte, 63. A. C.
2442/85. Fernando González de la Garza. 18 de septiembre de 1966. ENDOSO EN BLANCO DE TÍTULOS DE
CRÉDITO. Si bien es cierto que el artículo 30 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito establece la presunción
de que el endoso en blanco implica que el documento se transmitió en propiedad, también lo que esta presunción es
juris tantum y se refiere exclusivamente, en su carácter de presunción que admite prueba en contrario, a la relación
entre endosante y endosatario. La presunción de este precepto, por lo que se contrae a un tercero de buena fe, es
juris et de jure. SJF, quinta época, t. CXIV, 178. A. D. P. 4201/51, Pérez Abreu Cárdenas Manuel, 24 de octubre de
1952.
17 Messineo, I titoli, t. II, 23; Ferrara, Jr., La giratta della cambiale, Roma, SEFI, 1935, p. 479.
18 Sobre el endoso en retorno véase: Vivante, Tratado de derecho mercantil, Madrid, Reus, 1936, t. III, núm.
1157; Cervantes A., op. cit., nota 15, p. 113. SJF y su Gaceta, novena época, t. II, diciembre de 1995, 521.
Tribunales Colegiados de Circuito. Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, Matsuri Moto, S. A. de C. V. 1o. de
junio de 1995; SJF y su Gaceta, novena época, t. IV, noviembre de 1996, 475. Tribunales Colegiados de Circuito.
Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, Papel Matic, S. A. de C. V., 6 de abril de 1995.
19 ENDOSO DE UN TÍTULO DE CRÉDITO. REQUISITOS QUE DEBE SATISFACER, CUANDO LO HACE UNA PERSONA
MORAL, Apéndice 1917-2000, t. IV, tesis 240, 198. Jurisprudencia por contradicción de tesis 22/93, 8 de noviembre
de 1993.
20 Barrera Graf, J., La representación voluntaria en el derecho privado, México, Universidad Nacional Autónoma de
México, Instituto de Derecho Comparado, 1967, núms. 9 y 28.
21 Al respecto, la opinión de la corte: ENDOSO DE TÍTULOS DE CRÉDITO, EL ÚLTIMO TENEDOR NO ESTÁ
OBLIGADO A COMPROBAR LA PERSONALIDAD DE LOS ENDOSANTES. SJF, quinta época, t. XCVII, 925, A. R. C.
1127/1946. Miguel Vázquez y coag. 28 de julio de 1948. En el mismo sentido que la ley cambiaria mexicana, los
artículos 16 y 40 de la Ley Uniforme y el artículo 26 de la Convención CNDUMI. Mientras que la sec. 24 de la BEA
establece una solución radicalmente diferente, ya que la firma de una persona carente de facultades "es
completamente inoperante, y por medio de dicha firma no puede adquirirse derecho a conservar la letra o darla por
satisfecha o a exigir el pago de ninguna de las partes...". Mientras que la sec. 3-403 del Uniform... indica que una
firma desautorizada es ineficaz salvo que la firma del firmante desautorizado sea en favor de un tomador o de un
pagador de buena fe. Además, de que una firma desautorizada puede ratificarse para todos los propósitos de este
artículo. Por otra parte, una ejecutoria de la corte señala que para cancelar un endoso en procuración de una letra
de cambio exhibida en juicio, y darlo por terminado, sí es necesario acreditar que se tiene personería bastante. SJF,
quinta época, t. LXX, 618, Julio Cardín Ancona, 10 de octubre de 1941.
22 Mantilla, op. cit., nota 13, p. 66.
23 TÍTULOS DE CRÉDITO, RATIFICACIÓN DE LOS ACTOS DEL APODERADO, TRATÁNDOSE DE LA SUSCRIPCIÓN DE.
De acuerdo con el artículo 10 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, la ratificación expresa o tácita
de los actos del apoderado por quien puede legalmente autorizarlos, transfiere a éste, desde la fecha del acto, las
obligaciones que nazcan de él; y tal ratificación tiene lugar cuando el interesado reconoce la firma del apoderado,
que con este carácter, puso en el título de crédito, SJF, quinta época, t. LXXXVIII, 418, A. D. C. 642/1941.
Ascención y coag. 8 de diciembre de 1946.
24 TÍTULOS DE CRÉDITO. RATIFICACIÓN TÁCITA DE LA SUSCRIPCIÓN DE, SJF, séptima época, vol. VIII, Cuarta
Parte, Tercera Sala, 35, A. D. 6689/67. Galletera Jaliscience, S. A. 21 de agosto de 1969. Visible también en
Informe 1969, Tercera Sala, 35. Se publica parcialmente la ejecutoria. TÍTULOS DE CRÉDITO, REPRESENTACIÓN
PARA OTORGAR Y SUSCRIBIR. Idem.
25 Messineo, op. cit., nota 17, núm. 200. La segunda hipótesis planteada por Messineo, es decir, la adquisición del
título con el fin de imposibilitar al deudor la oposición de las excepciones que tenga contra el endosante, no es
válida por ser fraudulenta, según Ascarelli, Teoria general dos titulos de credito, São Paulo, Saraiva, núm. 223.
26 Idem. Ferrara, op. cit., nota 17, p. 505; Salandra, "La girata normale a scopo limitato -girata fiduciaria-, RDC,
1938, t. I, pp. 154 y 161.
27 Labariega Villanueva, Pedro A., "La cláusula no a la orden", Estudios jurídicos en memoria de Alberto Vásquez
del Mercado, México, Porrúa, 1982.
28 En este sentido: TÍTULOS DE CRÉDITO ENDOSADOS DESPUÉS DE SU VENCIMIENTO, SJF, quinta época, t. LII, p.
635, A. D. C. 5193/1936, Torres D., Fidel, 16 de abril de 1937. En el mismo sentido: ENDOSO DE TÍTULOS
VENCIDOS, EFECTOS DEL, SJF, quinta época, t. LIII, p. 1506, A. D. C. 6749/1936. Pérez Bazán, Tomás, 7 de
agosto de 1937; ENDOSO DE TÍTULOS DE CRÉDITO DESPUÉS DE SU VENCIMIENTO, SJF, t. XCI, A. D. C.
4035/1946, Robles Luis, 22; ENDOSO DE TÍTULOS VENCIDOS, SUS EFECTOS, SJF, T. XCI, p. 3262, Martínez
Zorrilla, Carlos. 9 de enero de 1947. ENDOSO DE TÍTULO DE CRÉDITO, Suplemento, 1956, p. 219, A. D. 2745/53,
Britania, S. A. 23 de abril de 1954.
29 Cfr. SJF y su Gaceta, novena época, t. IX, 501, A. D. 370/98, Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito,
Refrigeración y Accesorios Aguilar, S. A. de C. V., 29 de octubre de 1998; PAGARÉ INSERTO EN FACTURA. SU
ENDOSO PUEDE CONSTAR AL REVERSO DEL TEXTO DE LA MISMA, SJF y su Gaceta, novena época, t. V, A. D.
738/96, Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito, Jesús José Ortiz Amézquita, 30 de enero de
1997.
30 El artículo 87, in fine, de la ley cambiaria argentina señala que la copia determinará dónde comienzan los
30

endosos y en el original se pondrá la cláusula "desde aquí el endoso no vale sino sobre la copia" o cualquier otra
fórmula equivalente enervando los endosos posteriores sobre el original.
31 Cámara, Letra de cambio y vale o pagaré, Buenos Aires, Ediar, 1970, pp. 535 y ss.
32 Se acostumbró que fuera al dorso como prescribía el artículo 23 de la Ordenanza Francesa de 1673 y el artículo
3 de las Ordenanzas de Bilbao: a espalda del título. Se escribe por lo regular al dorso de la letra, pero puede
escribirse también en el anverso, siempre que contenga alguna declaración suficiente para distinguirlo de las demás
obligaciones cambiarias. Cuando es pleno lleva la firma del endosante, la fecha y el nombre del endosatario;
añadido que aparece en la versión española, no así en la versión original italiana: Vivante, Tratado de derecho...,
cit., nota 18, p. 287.
33 CHEQUES. ENDOSO EN BLANCO, Informe, I, 1986, Tercera Sala, tesis 53, A. D. 2547/59, Fernando González de
la Garza, 18 de septiembre de 1986; ENDOSO EN BLANCO, SJF, sexta época, vol. XLIII, cuarta parte, Tercera Sala,
52, A. D. 2547/59, Inocencio González Díaz, 26 de enero de 1961. TÍTULOS DE CRÉDITO. ENDOSO EN BLANCO. SU
POSESIÓN IMPLICA PROPIEDAD, SJF, octava época, t V, 2a. parte-1, enero-junio de 1990, pp. 505. Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, A. D. 1201/89, Macrina Perales Espino, 23 de febrero de 1990.
Además confróntense los artículos 1874 y 1875, CCF.
34 Mantilla M., op. cit., nota 13, p. 57.
35 TÍTULOS DE CRÉDITO, ENDOSO INEXISTENTE DE LOS, CUANDO FALTA LA FIRMA DEL ENDOSANTE O DE LA
PERSONA QUE LOS SUSCRIBA A SU RUEGO O EN SU NOMBRE, SJF, séptima época, vol. semestral 157-162, 205,
cuarta parte, A. D. 5035/80.
36 Mantilla M., op. cit., nota 13, p. 63. Véase un desarrollo más amplio de este aspecto en la letra G de este mismo
ensayo. Complétese esta idea con el concepto de firma electrónica que aparece en el último punto de este trabajo.
Respecto a la firma, el Uniform... indica: "Una firma se puede hacer manualmente o por medio de un dispositivo o
de una máquina, y por el uso de cualquier nombre, incluyendo un comercio o un nombre asumido (seudónimo) o
por una palabra, una marca, o un símbolo ejecutado o adoptado por una persona con la actual intención de
autenticar una escritura" (sec. 3.401 (b)).
37 En este sentido, el criterio de la corte: LETRAS DE CAMBIO, REQUISITOS FORMALES DE LAS, SJF, quinta época,
t. LXXV, 7541, A. D. C. 2163/1942, Virginia Aguilar, 24 de marzo de 1943, LETRA DE CAMBIO, LA FIRMA DEL
GIRADOR NO PUEDE SER SUSTITUIDA POR SUS HUELLAS DIGITALES, SJF, quinta época, t. LXXXIV, 1924, A. D. C.
1948/1944, Carlos Roberto López, 5 de junio de 1945, LETRAS DE CAMBIO, OMISIÓN DE LA FIRMA DEL GIRADOR
EN LAS, SJF, quinta época, t. LXXXV, p. 1099, A. D. C. 583/1942, Morales Sixto, 13 de agosto de 1945. Véase
Mantilla, op. cit., nota 13, p. 64.
38 Itálicas añadidas. En el mismo sentido, artículos 17 parágrafo 1 de la ley cambiaria española y 18 parágrafo 1 de
la correspondiente italiana; 13 de la Convención de La Haya de 1912; 14 de la Ley Uniforme de Ginebra; 1004 del
Código de las Obligaciones suizo, 118 del Código de Comercio francés, 15 de la Ley argentina 16.478.
39 Peña Castrillón, G., La letra de cambio, Colombia, FELABAN-ITAL, 1977, p. 70.
40 Lordi, Istituzioni di diritto commerciale, Padua, Cedam, 1943, vol. VII, p. 290. Un estudio más amplio sobre este
aspecto en Supino y De Semo, "De la letra de cambio y del pagaré cambiario, del cheque", en Bolaffio, Rocco y
Vivante, Derecho comercial, Buenos Aires, Ediar, 1950, t. 8, pp. 186 y ss.
41 Mantilla Molina, R., op. cit., nota 13, p. 248. Énfasis añadido.
42 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, t. III, abril de 1996, tesis XI, 2o., 24 C, p. 488.
Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito A. D. 95/96. Netzahualpilli Girón Castañeda, 13 de marzo de
1996.
43 Mejor dicho, la propiedad formal de la cambial -como piensa Vivante, Tratado de derecho..., cit., nota 18, p.
188-, porque la ley misma supone que un endosatario puede ser obligado -cuando hay culpa grave o mala fe en la
adquisición- restituir el título al verdadero propietario; esto demuestra que el endoso no basta siempre para
transferir la propiedad del título. Énfasis nuestro.
44 Ascarelli, Novissimo digesto italiano, 3a. ed., Milán, UTET, 1964, t. II, p. 715; Valeri, Diritto cambiario italiano,
Milán, 1936, p. 195; La Lumia, I titoli di credito, Florencia, 1949, p. 34.
45 Messineo, op. cit., nota 17, p. 73; Ferri, "Ancora Sul concetto di titolo di credito", BBTC, 1957-I, p. 72.
46 Al respecto, Garrigues se cuestiona: ¿pero qué es lo que se transmite mediante este acto complejo que
llamamos endoso?, ¿una cosa?, ¿un derecho?, ¿una cosa y un derecho? Indudablemente, lo que se quiere transmitir
es un derecho, sea éste un derecho concreto y personalizado en el transmitente, sea un derecho abstracto a la
prestación. Mas, como este derecho va unido al título, lo que se transmite es un titulovalor, es decir, un documento
y el derecho representado en él. Lo normal es que se transmite el derecho juntamente con la propiedad del
documento. Garrigues, Curso de derecho mercantil, México, Porrúa, t. II, p. 122.
47 Ibidem, t. I, p. 844.
48 Artículos: 11, L. Uniforme; 25, L. C. italiana; 17 y 24, L. C. española; y 22, L. C. argentina.
49 En el mismo sentido, la jurispruencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: TÍTULOS DE CRÉDITO.
DIFERENCIAS ENTRE LA AUTONOMÍA Y LA ABSTRACCIÓN: Apéndice al SJF, 1917-2000, t. IV, tesis 411, p. 345.
50 Cámara, op. cit., nota 31, pp. 564 y 565.
51 Este también es el criterio de los tribunales federales mexicanos: TÍTULOS DE CRÉDITO NOMINATIVOS,
TRANSMISIÓN POR ENDOSO DE LOS, No basta el endoso de un título de crédito nominativo para que se produzca
su transmisión, sino que es necesario, además, que se haga entrega del documento al endosatario, pues el artículo
26d de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, previenen que los títulos nominativos serán
transmisibles por endoso y entrega del título mismo, sin perjuicio que puedan transmitirse por cualquier otro medio
legal, SJF, séptima época, ts. 133-138, sexta parte, p. 165. Tribunal Colegiado del Duodécimo Circuito, Jesús
Almada Elías Calles, 14 de marzo de 1980. Énfasis no incluido. En el mismo sentido, la jurisprudencia italiana: Flore,
E. y Miccio, R., Rassegna di giurisprudenza sulle leggi sulla cambiale e sull'assegno bancario, Milán, DGE, 1955,
núm. 96.
52 Dalmartello, A., La consegna della cosa, Milán, DAGE, 1950, p. 77; Greco, "Sull'obbligazione della consegna e su
constituto possessorio", RDC, 1948, t. II, pp. 711 y ss.
31

53 Angeloni, La cambiale e il vaglia cambiario, Milán, Dott. A. Giuffrè Editore, 1964, p. 184.
54 Artículo 20, ley cambiaria italiana; 19, ley cambiaria española. La sec. 3-201 (3) del Código de Comercio
Uniforme establece en ese caso que el tomador tiene el derecho específico y compulsivo de obtener el endoso
incondicional del transferente. La negociación no tiene lugar hasta que se haya efectuado el endoso, y hasta ese
momento no hay presunción alguna de que el endosatario sea el dueño.
55 De Semo, Trattato di diritto cambiario, Milán, DAGE, 1953.
56 Cámara, op. cit., nota 31, p. 576.
57 Idem.
58 Artículos 16 y 50 de la Ley Uniforme de Ginebra; 20 y 57 de la L. C. italiana; 19 de la L. C. española; 15 b) de la
Convención sobre Letras de Cambio Internacionales.
59 Idem. Además, Pavone La Rosa, A., La letra de cambio, trad. de Osvaldo J. Maffia, Buenos Aires, Abeledo-Perrot,
1982, p. 321.
60 Como declaró la Corte de Casación italiana, la pérdida de la posesión del titulovalor priva a su titular no sólo de
la legitimación sino también de la presunción de legitimación; Banca, Borsa, 1961, p. 27.
61 Así como desde el punto de vista estructural la legitimación por la posesión se funda en la doctrina de la
incorporación del derecho al título, desde el punto de vista jurídico-político se cimienta en la doctrina de la
apariencia jurídica -Rechtsschein- (Fischer, Jacobi, Meyer, Mossa, Sotgia...), entendida como una situación por cuya
virtud, quien ha confiado razonablemente en una determinada manifestación, tiene derecho de contar con ella,
independientemente del hecho de que tal manifestación corresponda o no a la realidad; cfr. Messineo, op. cit., nota
17, t. I, p. 27.
62 Vivante, Tratado de derecho..., cit., nota 18, núm. 981.
63 Lordi, op. cit., nota 40, p. 292.
64 En este sentido, varias ejecutorias de la Suprema Corte: TÍTULOS DE CRÉDITO, LEGITIMACIÓN DE LOS, SJF,
quinta época, t. CXXIV, p. 744. TÍTULOS DE CRÉDITO. LEGITIMACIÓN PARA COBRARLOS, quinta época, CXXV,
2363, séptima época, ts. 205-216, p. 178. TÍTULOS DE CRÉDITO ENDOSADOS EN PROCURACIÓN. NO ES
NECESARIO DEMOSTRAR LA PERSONALIDAD DE SUS ENDOSANTES. Jurisprudencia: SJF y su Gaceta, novena
época, t. II, julio de 1995, p. 188. La obligación (de quien adquiere o paga) de cotejar la serie ininterrumpida de
endosos no impide, como es evidente, la demostración de hechos extracambiarios (por ejemplo, sucesión en la
relación causal) que legitiman la posesión.
65 La sec. 43 de la NIL prevé que el nombre del beneficiario o endosatario esté equivocado o con mala ortografía,
en cuyo caso debe endosarse el documento en la misma forma, agregando si lo cree conveniente su verdadera
firma.
66 Cámara, op. cit., nota 31, p. 578.
67 Ripert, Tratado elemental de derecho comercial, Buenos Aires, TEA, 1954, t. III, p. 214. El Tribunal Supremo
español ha declarado: "Ya que éste [el endoso] por su propia naturaleza y efectos, aparte de transferir la propiedad
de la letra de cambio a que afecte, según previene el art. 461, CCo., en su carácter pleno con que ha sido
producido, determina la transmisión por el endosante y la consiguiente adquisición por el endosatario de los
derechos cambiarios, creando una función legitimadora a favor del segundo, invistiéndole de titularidad aunque ésta
inicialmente no le corresponde, en tanto actúe de buena fe" (STS, 20 junio 1979).
68 La mala fe consiste en obrar a sabiendas en detrimento de otro; Ripert, op. cit., nota anterior, p. 214.
69 Roblot, Les effets de commerce, París, 1975, pp. 248 y ss.
70 Valeri, Manuale di diritto commerciale, Florencia, Casa Editrice Dott, Carlo Cya, 1948, t. II, p. 243.
71 Cámara, op. cit., nota 31, p. 582.
72 En la misma línea: el librador, el aceptante, el endosante y el avalista de la letra de cambio responden
solidariamente al portador (artículo 54, parágrafo 1o. de la L. C. italiana). El librador, en caso de desatención de la
letra por falta de aceptación o de pago y una vez efectuado el protesto debido, se compromete a pagar la letra al
tenedor, a cualquiera endosante, o a cualquier garante del endosante que reembolse la letra (artículo 38.1
Convención CNUDMI). El suscriptor se compromete a pagar el pagaré de conformidad con lo estipulado en él al
tomador o al cualquier firmante que reembolse el pagaré. El suscriptor no podrá excluir o limitar su propia
responsabilidad mediante una estipulación en el pagaré. Esta estipulación no surtirá efecto (artículo 39.1 y 39.2,
respectivamente, de la Convención CNUDMI). El endosante se compromete para el caso de que el título sea
desatendido por falta de aceptación (artículo 44 de la Convención CNUDMI). Sec. 3-415 del UCC 1990. Obligación
del endosante.
73 Cámara, op. cit., nota 31, p. 570.
74 Títulos de crédito en general, México, Botas, 1952, pp. 198 y ss.
75 Idem.
76 Sobre el sistema Cfr. www.sgc.mfom.es/sat/pista/firma/titulo.

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