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El Sevilla FC, un equipo que ha experimentado un notable crecimiento y éxito en la

última década, ha destacado por su estilo de juego dinámico y su capacidad para

competir en múltiples frentes. Aquí se presentan algunas claves en el ataque que

han contribuido al rendimiento positivo del Sevilla:

​ Presión alta y recuperación rápida: El Sevilla ha adoptado una filosofía de

presión alta, buscando recuperar el balón rápidamente en zonas avanzadas

del campo. Esta presión constante dificulta la salida limpia del oponente y

genera oportunidades de ataque.

​ Habilidades individuales en el uno contra uno: Jugadores como Jesús Navas

y Lucas Ocampos han sido destacados en el desequilibrio individual. Su

capacidad para enfrentar a los defensores en situaciones de uno contra uno a

menudo crea oportunidades de desborde y centros precisos.

​ Transiciones rápidas: El Sevilla es conocido por su rapidez en las transiciones

entre defensa y ataque. Después de recuperar el balón, el equipo busca

avanzar rápidamente hacia el área rival, aprovechando la velocidad de sus

extremos y delanteros.

​ Conexión entre mediocampo y ataque: El Sevilla ha contado con

mediocampistas creativos que pueden enlazar la defensa con el ataque. La

visión de juego de jugadores como Joan Jordán y Éver Banega ha sido crucial

para construir jugadas y generar oportunidades de gol.

​ Juego aéreo efectivo: La presencia de jugadores fuertes en el juego aéreo,

tanto en defensa como en ataque, ha sido una característica del Sevilla. La

capacidad de ganar duelos aéreos en ambas áreas, especialmente en jugadas

de balón parado, ha contribuido a su éxito.

​ Rotación y profundidad del plantel: El Sevilla ha logrado mantener un plantel

competitivo con jugadores de calidad en varias posiciones. La rotación


efectiva permite mantener la frescura física y táctica durante la temporada, lo

que es esencial para un enfoque atrevido en todas las competiciones.

​ Estrategias de balón parado: Al igual que otros equipos exitosos, el Sevilla ha

capitalizado las jugadas a balón parado. Los lanzamientos precisos en

saques de esquina y tiros libres proporcionan oportunidades para marcar

goles y pueden ser clave en partidos cerrados.

Estas claves, entre otras, han contribuido al éxito del Sevilla FC en competiciones

nacionales e internacionales. La combinación de un juego dinámico, habilidades

individuales, transiciones rápidas y una estrategia bien ejecutada ha consolidado al

Sevilla como un equipo destacado en el panorama futbolístico.

La propiocepción es la capacidad del cuerpo para percibir su posición en el espacio

y la relación de sus partes entre sí. En el contexto del entrenamiento, la

propiocepción es esencial para mejorar la coordinación, el equilibrio y la conciencia

corporal. A continuación, te proporcionaré algunas sugerencias para incluir

ejercicios de propiocepción en tu rutina de entrenamiento:

​ Bosu Ball:

● Realiza ejercicios básicos como sentadillas y estocadas sobre la mitad

redonda de un Bosu Ball. Esto desafía tu equilibrio y activa los

músculos estabilizadores.

● Intenta pararte sobre el Bosu Ball con un solo pie para mejorar la

estabilidad y fortaleza en cada pierna.

​ Tablas en un solo pie:

● Realiza planchas y otras variaciones mientras te apoyas en un solo pie.

Esto no solo fortalecerá tu core, sino que también mejorará tu

equilibrio.
● Agrega movimiento, como levantar una pierna o un brazo, para

aumentar el desafío propioceptivo.

​ Entrenamiento con bandas elásticas:

● Incorpora bandas elásticas en tus ejercicios, ya que añaden resistencia

variable que activa los músculos estabilizadores.

● Realiza ejercicios como sentadillas laterales o caminar lateralmente

con la banda alrededor de tus tobillos para mejorar la propiocepción en

las caderas.

​ Entrenamiento descalzo:

● Entrenar descalzo fortalece los músculos intrínsecos del pie y mejora

la percepción sensorial. Realiza ejercicios simples, como

levantamiento de talones o flexiones de pantorrillas, sin zapatos.

● Puedes hacer ejercicios de equilibrio, como pararte sobre una pierna o

hacer sentadillas, descalzo para mejorar la conexión con el suelo.

​ Superficies inestables:

● Utiliza colchonetas inflables o discos de equilibrio para realizar

ejercicios de fuerza como flexiones, planchas o sentadillas.

● Modifica tu entorno de entrenamiento ocasionalmente para desafiar

tus músculos estabilizadores de diferentes maneras.

​ Ejercicios con los ojos cerrados:

● Realiza ejercicios de equilibrio con los ojos cerrados. Esto aumenta la

dependencia de la propiocepción y mejora la capacidad del cuerpo

para adaptarse a cambios en la posición sin depender de la visión.

​ Ejercicios de coordinación:

● Incorpora ejercicios que combinen movimientos y coordinación, como

realizar patrones de marcha o salto con cambios de dirección.

● Agrega elementos cognitivos a tus ejercicios, como lanzar y atrapar

una pelota mientras te equilibras sobre una pierna.


Recuerda que la progresión y la consistencia son clave en el entrenamiento de la

propiocepción. Comienza con ejercicios más simples y aumenta gradualmente la

dificultad a medida que mejora tu capacidad de controlar y percibir tu cuerpo en el

espacio. Siempre consulta a un profesional de la salud o un entrenador antes de

incorporar nuevos ejercicios a tu rutina, especialmente si tienes alguna lesión o

condición médica.

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