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VIKi
SINOPSIS
CAPÍTULO 1:
CAPÍTULO 2:
CAPÍTULO 3:
CAPÍTULO 4:
CAPÍTULO 5:
CAPÍTULO 6:
CAPÍTULO 7:
CAPÍTULO 8:
CAPÍTULO 9:
CAPÍTULO 10:
CAPÍTULO 11:
CAPÍTULO 12:
CAPÍTULO 13:
CAPÍTULO 14:
CAPÍTULO 15:
CAPÍTULO 16:
CAPÍTULO 17:
EXTRA
PRÓXIMAMENTE
NOTA DE LA AUTORA
VIKi
ALFA: RAVEN
VIKI
-Slave: Drácula(II)
-Sammy
Instagram: Viki_viki.m
Twitter: VikimViki
Los lobos no están hechos para cazar solos. Puede
que no. Pero muchos lo hacen. (Robin Hobb)
SINOPSIS
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Raven despertó con un ruido. Abrió los ojos lo suficiente
como para ver el rostro dormido de Trébol bajo él, su pecho
y su pezón cubierto de mordiscos. No sólo se habían
quedado durmiendo desnudos en el sofá, si no que ni
siquiera se habían lavado y Raven empezaba a sentirse
incómodo con su estómago pegado a las costillas de Trébol.
Se levantó despacio y con cuidado de no despertarlo pero
su táctica no funcionó. Trébol lo agarró y volvió a tirar cerca
de él rumiando algo sobre su pelo antes de que la puerta
del salón se abriera.
—¡Por la diosa! —la voz de Cori los levantó del sofá—
¿Qué ha pasado aquí?
El rostro horrorizado de Cori recorrió la estancia hasta
ellos, un rubor cubrió sus mejillas, frunció los labios y luego
estaba gritando como un loco, hablando algo sobre Ori, y
corriendo. Raven tardó en darse cuenta, hacía tiempo que
no dormía tan bien y al bajar el rostro se dio cuenta de que
Trébol estaba en la misma situación que él antes de que
ambos saltaran del sofá recordando lo que tenían en el
sótano.
Ambos cogieron algo de ropa y subieron sus pantalones
mientras bajaban lo más rápido de las escaleras, Raven se
llevó las manos a la boca cuando vio la puerta de la celda
abierta y a Cori inmóvil frente a la puerta y esperó lo peor.
Si Ori no había vuelto a violar a Adriel, Adriel lo había
despedazado. Se reunió con los hermanos y Cori se llevó el
dedo índice a los labios marcando que no hiciera rubio.
Raven quiso ser pellizcado sólo para aquello que veía no
fuera un sueño. Ori estaba sobre la cama, sus manos atadas
al cabecero mientras que Adriel se acurrucaba en sus
costillas y axila y los dos dormían perfectamente tranquilos.
Esto era bueno. Mierda. Esto era mucho más que bueno.
Adriel no parecía tener ninguna herida, su ropa estaba en su
sitio y aunque el collar de su cuello había desaparecido,
Raven se alegraba de que al fin no escondiera su marca.
Raven llevó la mano a la de Trébol y le hizo una seña a
Cori para que los tres subieran arriba y los dejaran dormir al
menos un poco más. Lo hicieron en silencio y Raven trató de
arreglar una de las lámparas rotas encajándola encima del
mueble.
—Si lo sé, los encierro a los dos mucho antes —dijo
Raven evitando la mirada desaprobadora de Cori.
Mierda. Cori era tan...tan madre que ahora Raven se
sentía mal por haber descuidado a los Alfas y haberse
divertido un poco.
—¿Los habéis dejado toda la noche juntos?
—No te enfades, Cori. Ha salido bien.
—Claro que sí, pero, ¿y si no hubiese salido tan bien? ¿Y
si...?
—No pienses en eso. No hemos parado en días, es lógico
que necesitemos un...descanso. Incluso tú lo has
necesitado.
—¿Descanso?
—Si, descanso, chico puritano.
Las mejillas de Cori se encendieron y se cruzó de brazos
ignorándolas. Suspiró al final y peinó su pelo corto con los
dedos.
—Deberías ir a lavaros eso. No quiero tener que hablar
con vosotros y saber que acabas de...eso, con mi hermano.
Raven sonrió.
—Ya vamos. Tranquilo. Deberías preparar algo para
desayunar, los dos de abajo también se despertarán con
hambre. ¿Tienes las cosas de Ori?
—Si, hay algunas en el coche y otras que faltan de
empacar.
—Perfecto.
Antes de seguir en ese momento incómodo, Raven tiró de
Trébol que aún parecía estar en shock hacia la habitación y
la ducha. Abrió el agua y bajó sus pantalones mientras que
los movimientos de Trébol fueron mecánicos. Se metieron
en el bonito plato de ducha y Raven fue el encargado de
enjabonar, limpiar y secarlos a ambos. Cuando bajaron a
por el desayuno, Trébol seguía sin hablar.
Raven pinchó su brazo con el tenedor.
—¿Nos estás escuchando?
—¿Eh?
Raven hizo un ruido.
—Despierta, Trébol.
—Estoy despierto.
—Si, lo veo. Estamos hablando de que Caleb ha llamado
a Cori para asegurarles una cabaña en la manada y en
territorio neutro.
—Eso es...bueno, ¿no? ¿Por qué no ocupa tu antigua
cabaña?
—Porque no sabe cómo reaccionarán los otros Alfas a su
olor. El territorio neutro es más usado por los Beta, y
alquileres a humanos, además de que está cerca de la
clínica y de la oficina y Ori se sentirá más seguro ahí.
—Supongo que Caleb lo tiene todo muy bien controlado.
—Si, Ori estará...
—Por favor, parad ya. Me pitan los oídos —Ori apareció
por la puerta y Cori dejó sus tostadas para correr a abrazar
a su hermano.
Ori lo abrazó de vuelta.
—Que bien verte aquí. Te he hecho café.
—Mmm...tengo la boca seca.
—¿Y Adriel?
—No me lo he comido, Cori —Ori se apartó y Adriel
estaba justo tras su espalda.
—¿Te apetecen unas tostadas, Adriel? —preguntó Trébol.
Los ojos del Alfa se vieron aliviados, como si no supiera
qué hacer en esa situación. Raven señaló el taburete que
podía ocupar y Adriel fue a él.
—Gracias. Sí. Con una es suficiente.
—Ponle dos, Cori —gruñó Ori reclinándose sobre la
encimera con los brazos cruzados encima de su pecho
desnudo.
—No necesito...
—Tus tripas rugían abajo.
Raven no pudo evitar sonreír. Mierda. Se veían tan
malditamente adorables los dos mientras peleaban por las
tostadas y la cantidad de café que el otro tomaba. Le
hubiese gustado estar bajo mientras que despertaban y ver
sus caras.
Raven tosió y cortó su conversación para mirar a Ori
expectante, esperando que fuera quien los iluminara con lo
que había pasado y cómo es que habían acabado
acurrucados y durmiendo juntos.
Ori rodó los ojos.
—¿De verdad, Raven?
—Vamos. Todos queremos saber qué ha pasado.
Pensábamos que os íbamos a encontrar con la garganta
abierta, no acurrucados en la cama.
Las mejillas de Adriel se tornaron de un rojo intenso, y
bajó la cabeza a su tostada.
—Hemos… hablado.
—Hablado —repitió Raven con una sonrisa.
—Si. Hablado y llegado a un punto.
—¿A qué punto?
Ori miró a Adriel—. ¿Puedo decirlo?
—Si. No...no pasa nada.
—Adriel y yo hemos decidido empezar de nuevo.
—Empezar de nuevo. Explícate.
—Me iré de la ciudad y cumpliré con lo que Adam quiere.
Aprenderé a domar al lobo. Lo he decidido. Y cuando lo
haga, quiero regresar y estar con él como es debido. Como
una pareja.
Raven se sintió orgulloso. Más que eso. Se levantó y
abrazó a Ori.
—Sabes que puedes contar conmigo para todo, ¿verdad?
Bueno, los dos. Esta también es tu casa, Adriel.
—Gracias, Raven.
Trébol también se unió al abrazo y tras el desayuno y la
marcha de Adriel, Raven llamó a Adam para anunciar que
Ori se mudaría esta semana y para informar de cómo había
acabado con Adriel. El líder se alegró mucho.
Al fin empezaban las buenas noticias.
CAPÍTULO 17:
QUITA
***
FIN
EXTRA
MESTIZO: ORI
3.5