Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POR EL
ALFA
LENA RELISH
Copyright © 2021 Lena Relish
Todos los derechos reservados.
ISBN:
ÍNDICE:
Capítulo 1 N.º pág. 1
Capítulo 2 N.º pág. 17
Capítulo 3 N.º pág. 39
Capítulo 4 N.º pág. 62
Capítulo 5 N.º pág. 77
Capítulo 6 N.º pág. 100
Capítulo 7 N.º pág. 117
Capítulo 8 N.º pág. 142
Capítulo 9 N.º pág. 161
Capítulo 10 N.º pág. 183
Capítulo 11 N.º pág. 207
Capítulo 12 N.º pág. 225
Capítulo 13 N.º pág. 245
Capítulo 14 N.º pág. 263
Capítulo 15 N.º pág. 283
Capítulo 16 N.º pág. 37
Capítulo 17 N.º pág. 328
CAPÍTULO 1
ASTOR
Volver de hacer la ronda matutina con los más fuertes de la manada era lo
primero que hacía cada día, como alfa, tenía la responsabilidad de proteger
uno.
–Astor. –dijo Luka, mi hermano menor, llegando hasta donde me
encontraba. Era un poco más bajito que yo, cosa que era normal teniendo en
cuenta mi metro casi noventa, pero tenía el pelo negro azabache como el
mío. –Mamá y papá me han dicho que venga a buscarte, quieren hablar
Sí, lo era, para qué iba a mentir; Pero aunque no tuviese ninguna obligación
acudir al recado.
ventana. Mi padre, Freddick, por su parte, estaba de pie, con las manos a la
para mi gusto, había que saber distinguir entre que fuese mi padre y que
pudiese seguir dándome órdenes dada mi edad y teniendo en cuenta mi
rango.
mi figura.
–Pues pasa que no ven normal que, a estas alturas de la vida, no hayas
Ser un alfa con su propia estirpe. –contestó como si fuese evidente haciendo
Si quería clamar al cielo, que clamase. No tenía por qué elegir esposa y no
iba a hacerlo.
–Soy el alfa porque soy el más fuerte, no por tener una familia propia o no.
manada. ¿No son ellos, al fin y al cabo, los que te siguen a las guerras? ¿No
hacen ellos que tú puedas ser ese líder? Si todo el mundo decidiese irse,
que exista. –contesté con sinceridad apretando los puños a cada lado de mi
cuerpo.
veinte por lo que estaba bastante cansado de esperar a que apareciese esa
supuesta mujer que iba a cambiar mi forma de pensar haciendo que solo me
importase ella. No existía y punto. Así que no tenía prisa por buscarla y si
bien era cierto que me pegaba algún revolcón que otro, eso no era problema
que hagas el rito de unión, solo que te cases. –volvió al ataque sin darme
tregua.
¡Solo faltaba eso! Claro que no podían pedirme que hiciera el rito de unión
porque eso era un vínculo sagrado mágico por el que dos lobos se unían
Le pasaba con todos sus hijos y por muy alfa que yo fuese, ella tenía la
impresión de que había cosas de las que solo podía salvarte una madre.
–Por supuesto que al azar no. Escoge a una de buena familia dentro del
clan, una que apoyen los demás y cásate. No te cuesta nada hacer feliz a la
con vehemencia.
Ellos no tenían que decirme lo que tenía que hacer, si era el alfa debía servir
para algo. ¿Qué no pensaban del todo bien de mí en la manada? ¿Era ese un
motivo para meterme en líos innecesarios? ¿Qué iba a conseguir? ¿Qué la
manada me viera más fuerte? Ya era el más fuerte. ¿Para qué la manada me
guardase más respeto? El respeto no se ganaba de esa forma sino
Abrí entonces sobre el escritorio el plano del terreno para señalar aquellos
hecho de forma espontánea. Aún así, me llevaba bien con todos los míos y
nadie tenía miedo de acercarse a mí para pedirme lo que pudiera necesitar.
En ese preciso momento, una chica joven, con el pelo liso hasta la cintura
de color caoba, pasó por detrás de los niños cubriéndose los lentes como si
¿Quién era?
reales.
Las edades en los licántropos a veces eran tan relativas que no hacía falta ni
La pelota de los niños jugando le dio de golpe tirándole las gafas a la tierra
cantado las cuarenta a los niños para que aprendiesen? Totalmente según mi
punto de vista, pero no lo había hecho.
¿Por qué me había fijado en ella justo cuando estaba intentando poner sobre
la mesa mis posibilidades? Quizá, por muy loco que sonase, me acababa de
hablar el destino. Yo creía en la intuición, y mi intuición me decía que si me
medio.
Mientras que pasaba o no pasaba eso, Delia llevaría una vida mejor de la
que llevaba, porque, por lo que yo sabía nadie le hacía el menor caso desde
hacía tanto tiempo que, seguramente, no recordaba la última vez que
¿Qué ganaba yo? Pasaría a ser un alfa con “familia propia” a los ojos de mi
manada que, últimamente, se estaba poniendo en exceso pesadita con el
tema.
pareció una buena idea, lo iba a hacer. Si tenía en cuenta que era el alfa,
nadie iba a poder discutírmelo.
CAPÍTULO 2
DELIA
pero eso no era precisamente invisible a los ojos de los demás, se trataba de
algo mucho más antiguo.
palabra. Pese a tener yo tantos años y ser inmortal, no me había ido de casa
alturas eran chiquilladas sin importancia; Pero la verdad era que veía en sus
ojos que no se sentía capaz de dejar de padecer cierta pena por tener una
hija nerd.
misma; Allí era donde conservaba mis libros, mis pinturas y otras cosas con
las que entretenerme muy alejada del resto de hombres y mujeres lobo de la
a un compañero ideal.
Me tiré en la cama, al menos tenía una gran cama, eso siempre era un
alivio. Acaricié las sábanas para después cerrar los ojos sintiéndome capaz
Pero el sueño despierta duró poco debido a que pude escuchar, ya que mi
sentido del oído sí lo tenía agudizado, como mis padres seguían discutiendo
lo rara que era yo y cómo afectaba eso a la reputación de mi familia.
Todo había empezado cuando en el colegio mis demás compañeros
más tardío. Hasta ese entonces, hasta que quedó uno solo de mis
discusiones que tenía con mi padre, en que yo era una chica inteligente, más
ser por algo más se hizo inevitable cuando a los doce, edad considerada
apta para el inicio del entrenamiento militar para cualquier hombre o mujer
consideraba que hubiese hecho eso mal, me consideraba audaz, pero eso
poco iba a servirme para una eternidad, ya que era una mujer lobo
Oí los pasos de alguien llegando hasta nuestra casa justo antes de que tocase
¿Qué hacía Astor en nuestra casa? No conocía al líder más allá de lo que
podía haberle visto en las veces que nos habíamos cruzado por sus
dominios o las múltiples veces en las que mis padres habían alabado su
gestión. Tanto ellos como mis hermanos siempre hablaban de que se trataba
de un alfa justo y honorable. Recordé vagamente que siempre que salía ese
tema de conversación recalcaban que lo único malo que tenía era que se
resistía a casarse, era algo sin importancia según mi humilde punto de vista.
cama para subir los peldaños hasta el piso principal y entreabrir la puerta
resorte.
Era algo curioso como todo el mundo perdía el culo cuando se trataba del
vampiros y los hombre lobo nos matábamos; Para rematar el asunto otros
hombres lobo decidían que era una buena idea minimizar sus activos
Parpadeé. Abrí la boca tanto que pensé por un instante que se me había
– ¿Ha pasado algo? –interrogó mi padre serio como pocas veces lo había
visto en mi vida.
había dicho en ningún momento que se tratase de algo malo. Mi madre, por
–No, solo quería conversar con ella. –aseguró desconcertándome aún más el
alfa clavando sus penetrantes ojos azul marino en mí. – ¿Puedo? –añadió
Astor solo me miraba de arriba a abajo una y otra vez hasta formar una
ancha sonrisa en su cara que no comprendí. No era que el alfa se
estaba haciendo, allí, delante de mis padres, sin que yo pudiese comprender
Evidentemente yo quería decir que no: No tenía nada que hablar con él, no
había hecho nada malo y me parecía innecesario. Tuve a bien, sin embargo,
puntas de mi cabello para después colocarme las gafas una y otra vez en un
–No, que yo sepa no. –afirmó rascándose la nuca. –Verás… Delia. Esto…
Tu familia siempre ha tenido una gran reputación dentro de la manada y he
sorpresa.
Todo era muy raro y yo estaba al borde del ataque de pánico así que
recientemente que hubiera podido molestar al alfa del clan para que pudiese
querer echarme del clan porque, si no era para echarme, no encontraba otro
–Sí, mi padre era un gran guerrero, mi madre también, y mis hermanos van
en camino de serlo. –Fue todo lo que conseguí decir tras mucho pensar la
contestación.
– ¿Y qué hay de ti? No te he visto luchar. –murmuró parándose en mitad del
bosque.
– ¿De mí? Soy una nerd. Todo el mundo lo sabe. No hay mucho más que
contar. –afirmé rechinando los dientes.
Él tenía que saber perfectamente que era así porque el alfa lo sabía todo. Lo
que no veía, se lo contaban para que estuviese bien informado.
Precisamente por eso tuve que achinar los ojos y levantar la mano con cara
de reflejar todo lo que me estaba asqueando aquella situación.
–Sí, es cierto que quiero pedirte algo, así que iré directo al grano. Quiero
que te cases conmigo Delia. –aseguró dejándome totalmente estupefacta.
¿Había dicho que quería casarse conmigo? Me quedé tan en blanco que
Astor era el alfa del clan. Tenía un porte envidiable con su metro noventa y
su anchura musculada. Los rasgos no eran menos atractivos con su pelo
azabache y sus penetrantes ojos azules. Era por así decirlo entonces un
hombre lobo de muy buen ver. Por si eso fuese poco, era el mejor guerrero
Alguna vez me había pasado que chicos del clan hubiesen intentado hacer
como que tenían cierto interés en mí para después reírse, pero había sido a
una edad mucho más temprana. Después yo ya fui lo suficiente inteligente
–No es una broma. ¿Por qué iba a tener yo la necesidad de participar en una
decírselo.
–Mira, veo que no eres una chica tonta, no esperaba menos. Eso sí, esperaba
una familia así que he decidido casarme. –aclaró tras un carraspeo ronco
que me resultó inesperadamente bastante sensual.
–Ya. ¿Y por qué conmigo? Por si no lo sabes, que tienes que saberlo, hay
miles de mujeres ahí fuera, exactamente toda la que no tiene marido y esté
dentro del clan, que quieren casarse contigo. –contesté enarcando una ceja.
tenga una esposa, y tú pasarás del rango más bajo del clan hasta el más alto
en un solo día. La gente empezará a relacionarse contigo, aunque solo sea
Sentí que el mundo se abría de alguna forma sobre mis pies. Sabía que lo
que había dicho Astor era cierto pero, aún así, sonaba suficientemente cruel
para que hubiera podido decorarlo si hubiese querido no ofenderme.
mis padres, se me hacía tan cuesta arriba que me quedé dormida admirando
la luna llena allí mismo entre la hojarasca.
¿Tenía algo que perder? No. ¿Y qué ganar? Pues no lo sabía pero no me iba
a quedar más remedio que comprobarlo.
CAPÍTULO 3
ASTOR
Mi plan había resultado una locura que, como no podía ser de otro modo,
¿Cómo iba a rechazar alguien como Delia a alguien como yo? Yo era el alfa
del clan y ella una nerd a la que nadie parecía interesarle. Todo era ventajas
en su lugar, no tanto así como en el mío, y, sin embargo, nuestra conclusión
había terminado con que tenía que pensarlo; ¿Pensar qué exactamente?
Di vueltas por el territorio del clan algo nervioso lo que me pareció una
eternidad mientras sopesaba otras opciones para elegir esposa y darle el
gusto a todo el que pensaba que debía haberlo hecho hacía mucho tiempo.
Todas las candidatas acababan por ser descartadas ya que se les veía un
verdadero interés en mi persona y eso no era lo que buscaba; Yo necesitaba
¿Por qué debía ser así? La razón era sencilla: Yo pensaba seguir haciendo
Él era así, consideraba que ser el alfa del clan conllevaba una
respecto era que decía esas cosas porque no había salido tan fuerte como
para serlo.
El día que me di cuenta de que era el lobo más grande y más fuerte, se
despertó en mí un instinto, más allá del raciocinio, para indicarme que debía
como habría hecho con cualquier otro lobo. Le gané en una batalla limpia
combate como el mejor en siglos cuando, por dentro, yo pensaba que había
estaba ahí jugueteando nerviosa con las manos y la mirada baja con tintes
Tanto Luka como Brent, así como todo el mundo que había visto la escena,
raro era? Ella era una simple loba del clan, como otra cualquiera. Que fuese
mansión para hablar. Mi acción provocó aún más curiosidad en los demás.
– ¿Los has pensado ya? –pregunté cuando estuve seguro de que nadie nos
oía.
tema de conversación.
–Yo sí puedo decirte lo que están pensando. –aseguró haciendo una pausa. –
Creo que todo el mundo piensa que vas a echarme del clan por aquello de
– ¿Sí lo has pensado o sí aceptas? –pregunté con más ímpetu del que habría
deseado.
–Sí acepto. –contestó nuevamente tras rodar los ojos poniéndolos en blanco.
los míos, son los padres del alfa del clan al fin y al cabo. Luego iremos a
primera vez después de mucho tiempo sabiendo que se iban a quedar con la
boca abierta. También sabía que, probablemente, no verían con buenos ojos
Toqué la puerta con los nudillos de la habitación donde mis padres estaban
sus manos para que parase. Me miró indecisa con sus ojos verdes muy
–Vale hijo, es la mejor broma que nos has gastado en tu vida. Me alegra que
padre.
cuenta de que lo debía estar pasando realmente mal. Nunca la había visto
como nadie especial dentro del clan pero tampoco me había percatado de
que todo el mundo tuviese una concepción tan baja de ella. Se estaban
burlando abiertamente.
histérica.
– ¡Eso es una locura! ¿Qué estás diciendo? Te dije que buscases una esposa
pero me refería a que lo hicieses con alguien que merezca la pena. –gritó sin
ningún tipo de formas.
irse.
–Tú te quedas. –ordené con la voz grave. –Y vosotros tendrías que tener un
respeto. –añadí con el tono gutural más imponente que había utilizado con
¿Qué se creían? ¿Qué podían decirme con quién tenía que casarme? Si
decidía hacerlo con Delia, por nerd que fuese, era mi problema; ¿O no?
haciendo memoria.
–Es de la familia Stuart. –recalqué sabiendo que los Stuart siempre habían
servido bien a la manada y que todos sus integrantes estaban dentro del
ejército de guerra.
–Sí hijo, pero ella… No te ofendas, pero es una chica que no está muy
integrada. –soltó mi madre intentando usar palabras más delicadas para no
volver a desatar mi enfado.
–Bueno, pues a partir de ahora lo estará. Por cierto, nos casamos mañana así
que despejadme la mansión que vamos a vivir como un matrimonio normal
labios tan fruncidos que me pregunté qué estaría pasando por su cabeza.
¿Qué pensaban que iba a hacer con ella? ¿Ellos también pensaban que iba a
echarla? ¿Por qué?
–Si tengo que responder por algo que haya hecho mi hija o si has decidido
que tiene que irse, mi familia te ruega que lo reconsideres. –intervino su
propia familia tenía esa opinión de ella. Solo había tenido una
transformación tardía por lo que yo sabía, eso no debía hacer que le
posible.
La cara de asombro de sus padres fue tal que casi le da un infarto al pobre
–Ay, eso es genial. Yo no sabía que nuestra niña tenía una relación contigo.
Quizá por eso actuaba tan raro. –concedió la madre en alto empezando a
¿Así de fácil iban a dejar que su hija pequeña se fuese conmigo sin haber
sido conscientes de que tuviésemos una relación previa, que no teníamos, ni
No tardó mucho en subir de vuelta equipada con una maleta y una mochila;
¿Ahí llevaba todas sus pertenencias? Que yo supiera los Stuart eran una de
las familias más ricas dentro de la manada. Aunque me pareció extraño tuve
a bien no destacarlo, ya tendríamos tiempo de hablar de algo en la mansión
– ¿Dónde voy a dormir? –preguntó demostrando que era una chica muy
inteligente.
su mente.
–Puedes elegir la que quieras, pero estaría bien que fuese alguna de las
contiguas a mi cuarto, por el que dirán. Si eliges una de esas, puesto que
tienen puerta de comunicación entre ellas, la gente no tiene por qué saber
que no dormimos juntos. –argumenté rascándome la nuca.
–No, no. Todo está bien. –contestó tranquila y serena descalzándose para
que quieras; Solo tienes que decírmelo o darme una lista. –concedí
queriendo que se sintiese a gusto por alguna razón.
–Sí, como quieras. Lo preparas tú y decides tú. –accedió sin más para
¿Cómo era Delia? Me pregunté cómo era ella por dentro y si seríamos
compatibles para vivir, pero, de todas formas concluí en que había sido una
buena elección: Ella no iba a hacer nada conmigo, no iba a insistir en que
hablásemos, y eso era una gran ventaja teniendo en cuenta que solo quería
hacer mi vida sin que la manada pensase mal de mí.
interior? Quizá había sido por cómo me había mirado todo el mundo al irme
a hablar con ella, el cómo se lo habían tomado mis padres, e incluso más
¿Cómo era entonces esa mujer de grandes lentes y pelo caoba hasta la
cintura que estaba en la habitación contigua? ¿Escondía algún secreto más
CAPÍTULO 4
DELIA
Mudarme a casa del alfa había sido, en realidad, muy sencillo para mí. No
contaba con muchas de mis cosas pero me sentía en paz por una vez, ya las
iría llevando.
Mis padres habían recibido la mayor alegría de sus vidas ya que, por muy
buenos guerreros que fuesen mis hermanos, nada les proporcionaba esa
Pensé en el casamiento y tuve que negar con la cabeza sobre lo absurdo que
era todo. Astor se iba a encargar de prepararlo todo y, en unas horas, sería
Una parte de mí, una que tenía prácticamente olvidada, sonrió; A más de
una le daría un ataque por no ser mi amiga en aquel momento. Suspiré. Era
allí pero intercambiando alguna otra palabra con alguien de vez en cuando.
Mi teléfono, que nunca sonaba, vibró unas cien veces. Había recibido
por primera vez, dispuestos a que se les viese conmigo en sociedad. Genial,
En ese instante caí en que no tenía un vestido ni nada por el estilo, pero
costó un poco acordarme de dónde estaba y creerme que todo aquello era
real. Tras unos minutos, abrí la puerta con cara de pocos amigos.
–Buenos días. –Astor estaba ahí plantado escrutándome con sus lobunos
Estaba nerviosa, en realidad sí, pero no por casarme ni mucho menos. Astor
me estaba utilizando como una pieza en su puzle, una conveniencia que
sólo él podía entender; Mis nervios eran por la gente, esa que no me había
– ¿Tienes algo blanco? –cuestionó señalando el suéter negro que era parte
de mi pijama.
la cara.
Astor, en sí, no me caía mal, pero lo cierto era que me había ignorado tanto
como el resto durante toda mi vida así que no le tenía especial aprecio.
Yo sabía que no era cierto. Por mucho que ella lo había intentado solo había
había algunos allegados de Astor como Brent o Lori, quien había sido mi
–Me alegro mucho por vosotros. –dijo alguien a quien no reconocí porque
directamente.
oficiante.
Sus ojos azul marino se clavaron en los míos con algo parecido a la
confusión; ¿Qué esperaba? ¿Qué estuviera feliz por esa ceremonia a la que
había tenido que acceder porque todas mis otras opciones de vida eran una
bazofia? No.
lado.
de reacción en mí.
morro.
– ¿Y eso te molesta? –preguntó parándose para mirarme.
fuese alguien lo había hecho así que me sorprendí de toda la comida que se
como bestias.
–No, gracias. –contesté cogiendo tan solo unas bayas moradas del plato.
comprobando que seguía ahí, cruzó algunas palabras con mis padres.
misma por ello; ¿Por qué iba a ponerme trabas para perderme de vista?
Entré a mi cuarto algo enfadada conmigo misma por alguna razón que no
salir a celebrar la boda como era típico en el clan, caza y pelea. Mi reciente
continuación solté sin pretenderlo una carcajada; Seguro que había más
chicas de las que podía contar dentro de la manada odiándome por estar con
él, como si esperasen que después del jaleo fuese a venir a mi cuarto a
cumplir con las tareas maritales. Qué absurdo.
bosque tenía cierto encanto y las acciones más comunes contenían algo
hermoso que reflejar.
en sí, por supuesto que no, ni siquiera la quería, pero si pasó por mi mente
que podría haber hecho el esfuerzo de tener una conversación conmigo tras
el enlace.
plantado por lo que giré la cabeza a la espera de ver qué tenía que decir,
pero no debía tener nada importante porque arrastró los pies hasta su
Se suponía que había tenido suerte, que la gente tendría que querer
Me desperté como cada día admirando el sol por la ventana antes de que
No había cruzado con ella ni una sola palabra desde el enlace, tal y como
pero eso no quitaba que me sintiera algo culpable por haberla dejado sola en
la casa sin decirle siquiera a quién podía recurrir si necesitaba algo.
negra de pico de manga corta para después salir del cuarto parándome en el
de Delia. Toqué la puerta con los nudillos y abrí tras sentir que no había
nadie dentro.
profundo.
¿Dónde iba?
Una parte de mí me advirtió que así estaba bien, que no necesitaba saber lo
que hacía, ella servía a mis propósitos de tener una esposa para que me
dejasen en paz y cuanto menos relación tuviera con ella mejor; Pero otra
parte, en mi interior, tenía curiosidad de saber cómo era y dónde diantres
algodón. La seguí hasta que se detuvo utilizando las rocas superiores para
que no me detectase.
Bajé en mi forma humana hasta ella. Estaba parada, con un fino reguero de
seguir cada uno con su vida, eso fue lo que dijiste. –añadió colocando las
–Solo me dio curiosidad ver donde ibas a estas horas. –contesté. –Además,
defensiva.
–Ya veo. –murmuró poniendo los ojos en blanco. –Corro para despejar la
dijo dubitativa.
–Buenos días. –contestó Delia bajando la cabeza. –Yo… Tengo que irme
mansión.
–Hay muchos indicios… Creo que nos estudian para atacarnos, no parecen
–Podemos con ellos, sean quienes sean. –repliqué con la seguridad que me
caracterizaba.
–Ahora tienes que tener más cuidado, Astor. –dijo riéndose Luka. Le hice
un gesto indicándole que no comprendía por qué. –Por eso de estar casado.
–añadió carcajeándose.
Ellos sabían perfectamente que aquella decisión había sido una maniobra de
evitar que siguiesen torturándome con sentar la cabeza. Un zasca a todos los
Siguió su camino sin decir nada aunque yo sabía perfectamente que ella lo
había oído.
–Era una broma. –aseguró Pol disculpándose sin dejar de tener cara de
pillo.
Negué con la cabeza decidido a alejarme del grupo para hablar con ella
descartando la idea.
–No debe ser fácil. –dijo Brent que había seguido mis pasos.
–Ella sabe perfectamente que esto nos conviene a ambos. –contesté casi
justificándome.
–Ella y todos, Astor. Es la herramienta para no tener que casarte con nadie
palabra más allá de lo que te concierne a ti. –explicó dándome una palmada
en el hombro.
consolarla, yo no era de los que hacía eso. Abrí sin obtener respuesta para
volumen.
–En realidad yo también te hago un favor. –acusó sin más. –Todos saben
que soy tu herramienta pero lo que no saben es que no es un matrimonio
Me levanté, todo lo alto e imponente que era, para llegar y quedarme a unos
pasos de ella.
–Creía que estaba claro cuando te lo pedí que sería así. –afirmé sin
alterarme ni un ápice.
también me reiré de lo absurdo que es que intentes timarles con este circo. –
añadió.
Delia se echó dos pasos hacia atrás y solo entonces me di cuenta de cuánto
rehuía la idea.
–No voy a estar en el punto de mira para que se rían de mí, ya se reían
suficiente cuando era invisible. –murmuró antes de irse.
como yo.
bien, sobre todo en las misiones del ejército, pero me debía un respeto que
se hacía palpable en cada una de sus palabras. Eliot por su parte, no debía
Marcos era recto como una regla para todo lo que hacía, le encantaba ser
obsesivo y meticuloso mientras que Eliot tenía una filosofía más distendida,
–Quería preguntaros por estos indicios, para ver si se os ocurre quien puede
ser. –aseguré aunque no creía que fuesen a decir nada productivo.
Delia.
pensamiento.
–Ya puedes irte, Marcos. Gracias por tu ayuda. –contesté notando su gran
desprecio hacia mi esposa, su hermana. –Tú quédate, Eliot. –añadí
algo.
–Supongo que ahora está bien estar con ella. –respondió incómodo.
–Quiero la opinión de tu padre sobre esto. Diles que vengan a cenar y venid
vosotros dos también. –ordené girándome hacia la ventana.
La conversación había concluido para mí.
Miré hacia el techo para comprobar fascinado que estaba ahí arriba acostada
sobre una viga. Sí había sentido su rastro pero había concluido que se
trataba de algo normal si estaba por la casa.
Subí hasta su habitación pero no la encontré allí. Intenté rastrearla pero todo
tenía su fragancia era muy complicado. Su técnica de escondite y disuasión
¿No habría sido lógico que la siguiente pregunta hubiese sido el paradero de
Delia? Pues podía morirme esperando y eso que era prácticamente
inmortal.
Los ojos de Mara sí paseaban a un lado y a otro de la sala en su busca pero
no dijo nada.
–Quiero que disfrutéis de una buena comida ahora que somos familia. –
contesté con toda la intencionalidad.
Eso le produjo una visible satisfacción a Gard y a su hijo Marcos; Vivían
por su estatus y se habían ganado el que tenían.
–Hay muchos manjares, gracias. –comentó tímida Mara.
–Lo cierto es que me gustaría saber tu opinión sobre algunas incidencias
que están ocurriendo en el territorio, Gard. –aseguré.
Gard dio su opinión de forma extendida sobre las manadas vecinas y sus
tácticas de espionaje; Era un hecho que sabía de qué hablaba en cierta parte,
gajes de la experiencia.
–Y eso es todo lo que puedo decir, no sé si habré sido de ayuda. –afirmó
orgulloso.
La comida familiar había acabado y, sin embargo, no quería dejarme lo más
importante en el tintero.
–Sois una familia muy preciada para la manada. –aseguré consiguiendo una
sonrisa de todos los participantes. –Pero por encima de la vuestra, en rango,
está la mía. –añadí. Sus sonrisas de borraron de golpe. –Delia es mi esposa
y, por tanto, la segunda persona más importante de esta manda. No lo
olvidéis. –concluí a modo de advertencia.
CAPÍTULO 6
DELIA
vio.
Así que era eso… Fuese lo que fuese lo que había dicho Astor había calado
lo suficientemente claro como para que tuviesen miedo de ignorarme. No
me consolaba mucho pero sí algo; A esas alturas, no esperaba hacer amigos
ni nada por el estilo pero si cesaban las burlas mejoraría sensiblemente mi
existencia.
–Ver cómo estás, creo que nunca hemos hablado. –afirmó con una sonrisa
–Es la hora del círculo. –dijo mi madre bajando la escalera del sótano lo
suficiente para verme despierta. –Por si quieres ir. –añadió haciéndome
saber que no me obligaba.
El círculo duró más de lo que hubiese deseado y, por fin, sentí que podía
despegarme de aquel circo.
añadió.
oído. No dijo nada así que me pregunté si querría hablar del tema, por si
acaso aceleré el paso para esconderme en mi cuarto.
Me bañé por una eternidad. El agua no quitaba el recuerdo del día en el que
tendría que haberme transformado y no fui capaz de hacerlo. Alguna
lágrima corrió rebelde por mi rostro pero se confundía con el resto del agua;
Arte del disimulo.
Tuve que reírme cuando me puse el albornoz, no podía decir que mi calidad
de vida no había mejorado.
Astor abrió la puerta de la habitación de golpe sobresaltándome. Apreté el
Sus ojos cayeron sobre mi cuerpo durante un minuto para luego centrarse
nuevamente en mi rostro.
–Solo era una idea, quizá te apetecía que la gente te dejase de ver como
alguien digno de no tocar ni con un palo. –soltó.
Dolió.
– ¿Y tú ibas a estar dispuesto a hacerme ese favor? –interrogué intentando
no desmontar mi entereza.
Cerré la puerta con toda la fuerza de la que era capaz. Me habían hecho
Salí a correr hasta que oí el trote de alguien cerca de mí. Me paré en seco y
me giré pese a estar llegando ya la hora de salida del resto.
–Ya… –murmuré.
Pol.
¿Y esa amabilidad?
–Solo quería disculparme por una cosa que le dije antes. –aseguró en un
tartamudeo Pol.
Mis ojos se encontraron con los de Astor por un instante para después irme
sin decirle nada.
CAPÍTULO 7
ASTOR
–Es una forma extraordinaria de ver el terreno. –afirmó Brent hablando con
forma humana.
¿O no?
encontraba fascinante.
– ¿Estás celoso? –preguntó mi amigo andando hacia la zona de la última
incursión.
–Pero vosotros no tenéis nada. –afirmó casi como si fuese una acusación. –
Digo que algún día encontrarás a tu alma gemela y ella será historia. –
añadió.
–Mi alma gemela no existe y ella es mi esposa así que agradecería que todo
–Ella espera a su alma gemela. –contestó en una confesión que ella debía
haberle hecho.
Así que era eso… No era por no hacerlo conmigo sino que no lo había
no hablábamos en un principio.
– ¿Por qué aún no has concluido que son los lobos de la nieve? –preguntó
– ¿Por qué estás convencida de que son ellos? Los has mencionado en
alguna ocasión pero son aliados y no me has dado ninguna explicación que
es lo mismo que quedarse con la mujer del alfa cuando este encuentre a su
curiosidad.
–Eso no es asunto tuyo. –contestó con vehemencia.
puedes. –sugerí.
importaba cuando tenía catorce años y pasé a ser el último mono de esta
– ¿Por qué crees que son los lobos de la nieve? –cuestioné cambiando de
acusatoriamente.
– ¿Y se supone que debería ser distinto? Creo que te estoy haciendo mucho
más caso del que se suponía que te iba a hacer en un primer momento. –
aseguré.
incómodo.
–Sé que elegiste a Delia por darnos en la cara a tu madre y a mí, pero si la
había sido y nada tenía que ver si me relacionaba sexualmente con mi mujer
o no.
familias, todos menos yo. Subí a mi cuarto con la idea de dormir para ver
todo con más claridad al día siguiente pero, cuando entré, me quedé
había ido hasta allí, no podía molestarse porque me tumbase; Era mi cama.
Estaba dormido cuando noté su cuerpo girándose hacia el mío. Entreabrí los
ojos para comprobar que seguía dormida. Su pecho tocaba mis pectorales y
el calor que irradiaba era tal que pensé que la cama iba a salir ardiendo.
respuesta.
–Si añades otra esposa a esta ecuación, una que no sea tu alma gemela, la
mataré. –anunció abriendo los ojos solo un momento para comprobar que
estaba escuchando.
Al despertarme con los primeros rayos del alba, ella ya no estaba ahí.
Supuse, mientras me levantaba negando con la cabeza, que no deseaba que
Tras vestirme, salí dispuesto a hacer la ronda cuando una risa paralizó mi
corazón. Sabía de quién provenía sin lugar a dudas, pero nunca la había
oído hacerlo.
Me asomé a la entrada del bosque para encontrarme a Brent y a Delia
hablando animadamente mientras entrenaban.
¿Por qué Delia no estaba enfadada con él? ¿Él acaso le había hecho algún
caso antes de ser mi esposa? Hipócrita.
–Espero que tanta diversión sea porque ya has terminado tu ronda. –dije con
voz seria mirando a mi amigo.
– ¿Piensas hacer que todo el mundo me deje sola o algo por el estilo? –
–Él hace las rondas todas las mañana, no es nada personal. –Mentira. Me
había molestado verlos juntos en tanta cercanía.
–Eso no significaría que tú pudieses estar con otro macho, jamás. –respondí
con la sangre ardiendo a toda prisa por las venas.
– ¿Es eso lo que te preocupa? –preguntó en una risa irónica que, pronto, se
transformó en sensual. Dio dos pasos hacia mí y colocó una de sus uñas en
mi pecho desnudo. –Si tuviese que elegir a alguien con quien acostarme,
sería contigo. –confesó con un brillo en los ojos. –Pero decidí hace tiempo
que no traspasaría esa línea más que con mi alma gemela. –Hizo una pausa.
Dudé cuando la vi echar a correr pero decidí que no era un buen plan
seguirla. Tampoco tenía ni idea de qué decirle al respecto. Ella despertaba
tras la ronda.
Aullé llamando a cada lobo del territorio para que, cualquiera que pudiese
Delia.
escondía tras los grandes muros. Corrí a toda la velocidad de la que era
capaz, lo cual era mucho. Intenté, con todas mis fuerzas, aspirar la fragancia
–No está aquí. –dijo Brent como si supiese exactamente qué estaba
pensando.
como si me acusase.
La lucha empezó cruenta y sangrienta con cada lobo luchando por ellos
mismos, su familia, su manada y por mí. En cuanto el alfa cayó bajo el
Vampiros.
–Si matamos al alfa, caerán todos. –dijo el líder de ellos clavando sus ojos
directamente en mí. Percibí miedo en ellos al mirarme a los ojos pero
intentaban disimularlo por todos los medios. –He oído que ha contraído
matrimonio, enhorabuena. –añadió.
Me quedé congelado por un instante, esperando a que dijese algo más. Recé
porque no hubieran encontrado a Delia antes de toparse con nosotros.
¿Cómo podían haber estado tan dentro y no darnos cuenta? Los vampiros
no nos habían atacado hacía años por alguna razón.
Los ojos del líder se abrieron de pronto demostrando verdadero miedo.
¿Qué había cambiado?
Olí el olor dulce de Delia mucho antes de girarme para mirarla detrás de
nosotros.
Iba toda de negro, no llevaba gafas y una larga trenza color caoba caía hasta
su cintura. En cada una de sus manos sostenía una larga espada curvada y,
a su grupo.
les terminaba de matar, tiraba unos polvos negros y una llama para
prenderlos. Solo uno había escapado a la matanza. Ella se acercó a él
Mierda.
en unos árboles a esperar a que Astor terminara con ellos para después
aparecer con el cuento de haber tenido suerte pero, desde mi posición en
aquel abeto había sido de las pocas en ver entrar a los vampiros
advertencia.
hombros.
impones demasiado? Claro que sí, tu prepotencia te permite creer eso. –dije
en una acusación
– ¿Por qué? –preguntó refiriéndose, por su mirada, al por qué nadie sabía de
sus habilidades.
cuando todos vosotros esperabais que estaba siempre sola. –dije con los
recuerdos golpeando en mi pecho como si hubieran sido ayer. Dolían. –Yo
había estado entrenando tanto como los demás chicos, aunque fuera del
servicio militar, claro. Había leído sobre armas para matar lobos, vampiros
y toda clase de criaturas así que me aseguré de tener todo lo que necesitaba
pringando mis pequeñas dagas porque sabía que nadie me iba a defender.
Un día, a la orilla del territorio, un hombre imponente me vio y se abalanzó
sobre mí. –Paré recordando el pánico que había sentido. –Lo bueno de mi
apariencia fue que ni siquiera se planteó que lo atacase así que le clavé una
conteniendo mi transformación.
familia de deberte sumisión, pero eso no significa que participe en todos tus
circos. –espeté al borde de la ira.
él. –afirmó en forma de orden. –La gente entenderá porque te elegí como
–Claro que no, ni siquiera lo sabía, pero tiene sentido que yo lo descubriese,
–Elige, Delia Stuart, o entras al servicio militar conmigo, cosa que será
–Si me obligas a hacer esa elección, Astor. –murmuré sabiendo que, pese a
en la mano.
–Él no puede pretender que yo, ahora, me ponga a entrenar con el servicio
media sonrisa. –Para él tampoco es fácil. –añadió mirándome para ver cómo
de contención.
–Has permanecido con un perfil tan bajo que, quizá, has ayudado a que se
te hiciese invisible. No digo cuando eras joven, pero sí de más mayor. Por
eso no enseñaste tus habilidades, era como si quisieras seguir sola para
como el agua.
El cuerpo de Astor irradiaba calor y autoridad por cada poro de su piel. Fui
– ¿Ya no está la opción de acostarnos? –pregunté sin saber por qué lo había
hecho.
–No. Supongo que tienes todo el derecho del mundo a querer guardarte eso
–Crees que soy un monstruo. –afirmó con una media risa. –Tú nunca
en aquel momento por alguna estúpida razón hasta que fui subiendo la
mirada hasta sus ojos. Los dos zafiros brillaron en mi dirección y entreabrí
la boca sin darme cuenta. Sus labios tomaron los míos con ferocidad
explorando toda mi boca con su lengua. Mi corazón latió a toda velocidad
mientras tocaba sus hombros con mis manos y él enterraba las suyas en mis
caderas.
Me sentí vacía en aquel bosque mientras mis piernas seguían temblando con
lo sucedido. Astor era el macho más imponente y atractivo que había visto
desprecio.
Salí con la cabeza alta aunque en los ojos tenía tantas lágrimas que no podía
No sabía dónde ir, casi me sentía como aquella niña de quince años que
había intentado transformarse por última vez delante de su padre y había
Él había dicho que podía haber acudido a él entonces así que fue el único
que nunca había tenido antes. Él pasó su mano por mi pelo a modo de
consuelo mientras yo lloraba sobre su pecho.
sentía amor por mí, aún así me consolaba respirar su aroma a jabón y
menta. Me sequé las lágrimas y no le dirigí la palabra al separarme pese a la
Astor se sentó en su silla para seguir mirando los mapas que estudiaba antes
de mi entrada. Su respiración era pesada.
–Solo dame un nombre y no pasará de esta noche. –dijo con la voz más letal
que le había escuchado alguna vez.
No contesté. No pude así que lloré mirando al techo sabiendo que él me oía
perfectamente.
Astor no me quería pero era lo más parecido a un hogar que había tenido en
toda mi vida.
CAPÍTULO 9
ASTOR
Alguien había osado hacerle daño a Delia pese a ser mi esposa y ella se
otros ojos mi decisión de casarme con ella y provocando que quisieran verla
– ¿No piensas salir ahí fuera? –cuestioné irritado tras hacer la ronda de la
mañana.
–Llevas dos días saliendo a correr a una hora infrahumana y volviendo aquí
para tumbarte ahí mientras espías todo lo que hago o decido aquí dentro. –
chasqueando la lengua.
–Los guerreros del servicio militar van a hacer hoy un círculo de pelea,
porque no pudiera hacerlo tirando de nuestro vínculo lobuno como una loba
someterla.
Salí de camino al círculo viendo a los mocosos correr a coger sitio en las
primeras filas. A los lobos nos encantaban ese tipo de cosas, las
modo de saludo. Después crucé una mirada con el padre de Delia que
nada.
¿A quién más iba a proteger de mi dura represalia?
Pol me hizo una inclinación de cabeza al llegar también y Lira aleteó sus
pestañas al frente de mí. Ante ese gesto, mi padre sonrió. Seguro que le
parecía una segunda esposa perfecta e incluso vería mejor que prescindiese
de la primera.
potencial.
Ese combate fue duro, ambos tenían ciertas heridas pero eso no les quitó
personalmente, creía que había ganado Pol; Era fuerte y decidido, alguien
presentes.
–Quizá Delia quiera mostrar a la manada por qué es una buena loba beta. –
Me puse más cerca de ella como si con eso pudiese protegerla de las
juicio. Solo entonces entendí por qué ella no había querido salir de la
mucho.
–No. –contestó Pol. –Te reto Delia a un duelo amistoso. –dijo enseñando
Quería arrancarle la cabeza por lo que acababa de hacer pero no podía. Era
algo habitual dentro de la manada hacer ese tipo de cosas, sobre todo entre
amigos para mostrar la fuerza. Estaba tan mal visto negarse que… No podía
decir nada al respecto.
–Pero que no sea amistoso, que sea hasta que uno de los dos se rinda. –dijo
nadie lo esperaba.
Pol sonrió ferozmente. Era uno de mis mejores hombres y había sido parte
de mi grupo desde siempre, sin embargo, en aquel momento, lo puse en mi
el suyo.
pensando.
palabra.
amigo.
Era mejor que perdiese habiéndolo intentado que intervenir y, sin embargo,
Era rápida. Él volvió a la carga todo lo rápido que pudo dándole un fuerte
puñetazo en el estómago que tuvo que dolerle. La gente rugió en respuesta,
Solo entonces lo sentí. Toda la rabia que Pol tenía dentro porque su plan,
armas desde luego, de enfrentarse a él. La figura lobuna de Pol era algo
menor que la mía, pero imponente para cualquier otro de la manada.
Esquivó la primera mordida de una voltereta hacia atrás y clavó sus ojos
verdes en mí por un instante.
cabeza.
era fuerte y enorme, casi tanto como el de Pol. Gruñó retándole a que la
atacase mientras él clavaba sus garras en la tierra asombrado. No parecían
El combate duró imposiblemente poco cuando Delia lanzó por los aires a
Pol, tras una embestida con mordida, dejándole inconsciente. Nunca había
Los ojos de los presentes estaban fijos en ella cuando recuperó su forma
humana. Nadie se atrevió a decir nada y yo solo asentí en su dirección
cuando ella pasó por mi lado invitándome a ir con ella. En cuanto dimos
dos pasos hacia la mansión, el murmullo creció como la espuma.
podía pensar en cómo mi mente había gritado “Mía” desde que se había
transformado. Nunca había sentido algo así. Bueno… Cuando pensé que
iban a hacerle daño el clan de los lobos de nieve había sido algo parecido
pero se sintió mucho más real en su forma lobuna.
–Dime ya lo que me tengas que decir. –exigió ella, quien se tapaba los ojos
con el antebrazo.
–Me alegro, así cada uno podrá volver a hacer su vida. –contestó
levantándose de un salto para subir por la viga.
Una cosa rondó por mi mente hasta media tarde así que decidí actuar.
Estaba claro que Delia podía defenderse muy bien sola, tanto en su forma
humana como en su forma lobuna así que solo quedaba una opción.
Llamé con los nudillos firmes a la puerta de uno de los cabeza de familia
Stuart padre abrió sabiendo que era yo. Quizá no esperaba el puñetazo que
le dejó en el suelo por varios minutos, y eso que no había utilizado toda mi
intentaron.
–No vuelvas a tocar a Delia. Puede que sea tu hija y que tuvieses la potestad
sobre ella antes, pero ahora es mi mujer y eso la deja muy por encimad de
Si Delia no se había defendido era por otra clase de miedo y, eso, solo podía
Vi un gesto de sorpresa pasar por los ojos de Eliot y de Mara, pero asentí
CAPÍTULO 10
DELIA
Salí a correr como cada día con la pequeña diferencia de sentir como, todo
Astor…
cuando me sonrió, él pocas veces lo hacía y esa sonrisa era toda dedicada a
mí.
despreocupadamente.
Por suerte para mí, no mencionaba para nada mis invasiones nocturnas a su
camiseta.
Yo, más que reírme, me sentí complacida. No dejaría que otra entrara en
Los Emerys eran un clan tan viejo como el nuestro, asentado más allá de los
cinco manadas más grandes del mundo, a tan solo un puesto de la nuestra.
La relación entre ambas era un débil pacto de no agresión que, sin embargo,
se había mantenido en pie más tiempo de lo que los mismos que lo firmaron
esperaban.
–Así es, habrá una fiesta de bienvenida. Pensaba darte los detalles más
Mi corazón aleteó con fuerza recordando su calor corporal cerca del mío y,
coherente.
El solo hecho de que me mirase con esa ferocidad hizo que mis piernas
temblasen. Sabía que eran solo imaginaciones mías pero sentía que Astor
me tentaba todo el rato desde el día que descubrió que era “la asesina de los
vampiros”; En cada roce, mirada o cercanía… Ahí estaba esa forma que
dormir.
carcajada.
Un revuelo donde acaba de llegar Pol llamó nuestra atención por lo que,
parecían pasar muy lentas. Solo al entrar la madrugada entendí que no iba a
llegar a dormir. Me levanté para colocarme una pesada sudadera por encima
estar despierto.
–Es una amenaza. –afirmó una voz conocida dentro de la biblioteca.
Pol.
¿Cuánto tiempo llevaban ahí? Me acerqué lo suficiente como para ver que
estaban sus mejores cinco hombres con él, una especie de consejo personal:
–No tengo nada personal contra la chica. –La voz de Fergus era tan neutra
–No veo qué podría tener un clan de lobos en contra de eso. –espetó Brent.
–Nadie está en contra de que los mate, pero quizá les de miedo estar aliados
con un clan y territorio a los que los vampiros odian, por razones evidentes,
más que a otros. –añadió Kenneth.
Absurdo. Excusas para sacarme del camino como habían hecho siempre.
imaginarme por qué todos los demás, menos Brent, seguían en mi contra.
años poniendo unos cánones de conducta tan estrictos que nadie se acercaba
a mí?
Estúpidos.
invitase a no asistir iba a ser mucho más humillante. –Si es por el bien de la
manada, no quiero ninguna otra cosa que quitarme del medio. –aseguré con
el rostro pétreo. –Aunque la decisión es tuya, por supuesto, alfa. –añadí con
respeto.
–De todas formas creo que tu familia te ha enviado una invitación para ese
abierto.
–Pues todo solucionado. –contesté forzando una sonrisa. –Con permiso. –
demostrado ser con las armas o como loba, todo el mundo me odiaba sin
sentido alguno. Corrí, sin dirección exacta, sin pensamiento de volver para
destino.
Los olí a los pocos metros de atravesar la línea que marcaba el fin del
territorio de Astor. Por suerte me había armado al pasar por uno de mis
Eran tres, uno de ellos pareció detectarme así que giró su cabeza hacia los
agarre mortal.
Limpiaba las armas con la calma que solo te da portar la muerte en tus
manos cuando vi centellear unos ojos marrones en la oscuridad. Aspiré el
aroma de mi alrededor, quien fuese era un lobo joven así que, simplemente,
seguí mi camino para intentar evadirme. Con un poco de suerte, me cruzaría
Volví cansada a las muchas horas para meterme sin ser vista hasta mi
habitación. Los Emerys habían llegado hacía mucho, podía notarse en el
revuelo exterior, en las elegantes ropas de todos a los que veía o en la
peleas se fuera por el sumidero. Froté mi piel con ansia, matar me daba
cierto placer que luego me pesaba como un gran bloque de hierro tensando
mis músculos.
Salí totalmente desnuda mientras cepillaba mi cabello para que quedase liso
No había pensando que nadie me viera de aquella manera, solo había sido
Me puse tan nerviosa que ni siquiera dije que no. Brent se quedó
–Astor quiere que bajes a conocer a los Emerys. –contestó tras tragar saliva.
–Creí que esa posibilidad había quedado descartada. –dije con voz queda.
todos los que habían sido invitados a la fiesta oficial, era lo mismo decir
que allí estaba todo el que era alguien.
–Entiendo por qué quieres tenerla para ti solo. –dijo Torak, el alfa de los
Emerys, dándole una palmada en el hombro a Astor.
presentación.
–Sí, es ella. –exclamó alguien a mi derecha con emoción. –Lo del bosque
ha sido impresionante. –añadió la chica de ojos marrones y pelo negro tan
parecida a Torak.
–Esta es mi hija, Shiba, y parece que se ha convertido en una gran fan tuya.
“Lo del bosque” mi mente trabajó rápido hasta dar con ese recuerdo de unos
ojos brillantes en un seto. Debía ser ella. Sonreí en su dirección e hice una
–Me parece fascinante que pudieras matar a esos tres vampiros solo con
bien podría haber sido un alfa. El pelo negro remarcaba las facciones
feroces y sensuales al mismo tiempo de su rostro, era atractivo, eso seguro.
por lo visto, no pensaba dejarme en paz pese a la paliza que le había dado.
–No creo que tenga que hablar de eso si no quiere. –dijo Astor de un modo
algo protector.
Abbot.
solíamos tener más ataques de otros clanes que ellos; Omití decirle al
respecto que eso se debía a que, para atacarlos a ellos, había que pasar un
ambos.
¿Así de fácil?
autocontrol.
– ¿Qué quieres para mantener nuestra alianza? Yo creo que es justo un
compromiso de acudir a las guerras del otro, en caso de ser necesario. –dije
en voz queda.
–Sí, ese era nuestro acuerdo oficial, pero, como te digo, creo que tienes más
El gruñido salió de mí sin preverlo y, tanto sus hombres, como los míos, se
–No será necesario pelearnos. –intervino Abbot quien, sin duda, estaba a
condescendencia en su mirada.
de cruzarse con algún ser indeseado sin nadie que la proteja cerca. –explicó
–No. –Mi negativa salió disparada como una flecha hacia ellos.
–Astor. –murmuró Luca a mi lado abriendo mucho los ojos.
–No veo por qué para un matrimonio inmortal podría ser algo tan
frase a medias.
estrechase.
dos, supe que habían oído nuestra conversación por lo que maldije en voz
baja. Esperé a que el vendaval de carácter que tenía como mujer me dijese
algo pero no lo hizo hasta que, al terminar la fiesta, me pidió permiso para
retirarse a preparar sus cosas para el viaje que daría comienzo al día
siguiente.
olfateado mi rastro.
– ¿Yo? No. –dijo con sus ojos centelleando como el fuego hacia mí. –
Supongo que les das a tus súbditos lo que quieren, perderme de vista. Y, de
querido, sigue siendo así. A lo mejor allí, al menos, les parezco útil. –
¿Era un buen momento para decirle que había sentido algo distinto hacia
dando más motivos para querer desaparecer de mis tierras, donde tanto
había sufrido.
Me acerqué por instinto a ella y paré la mano que estaba utilizando para
terminar de recoger sus cosas. Ella me miró clavando los dos tréboles
lo harás saber. –murmuré tan cerca de su boca que tuve que reprimir el
impulso de besarla.
La besé con ferocidad, como si tuviese que estar seguro del recuerdo de su
debajo de mí. No dije nada más antes de salir convencido de verla más tarde
La haría mía antes de perderla durante unos meses, la marcaría con mi olor
y nadie se atrevería a tocarla. Si, era un buen plan. Más que eso, era una
necesidad.
pie. Ya había salido el sol por lo que fui prácticamente corriendo al cuarto
esposa? –gruñí a Pol y a Luca que estaban apostados junto a unos árboles
A pesar de nuestras diferencias, que eran muchas más desde que había
elegido a Delia para casarme ya que su desprecio hacia ella era demasiado
evidente, Pol era un gran guerrero; Si algo le inquietaba era motivo más que
¿Le ofendía pensar que Delia había sido una de las razones por las que esos
chupasangres se habían mantenido alejados de nuestro territorio?
–Hemos recibido una petición del clan Plengostro para venir a visitarte en
unos días. –dijo Brent.
–No tengo ganas de visitas. –aseguré sincero.
–Deja de meterte con ella, Pol. He sido amable hasta ahora pero no estoy
seguro de seguir siéndolo en el futuro. –amenacé para conseguir que su
rostro palideciese.
Bajé a paso tranquilo viendo a los niños dirigirse a la escuela y a los adultos
al entrenamiento militar. Quizá debía pasarme por allí para comprobar
cómo estaba yendo todo pero mis pies eligieron por mí la dirección que
debía tomar.
–En realidad… Venía a hablar con Marcos. –dije sin estar seguro de estar
Yo mismo no había sido como debía ser con ella, por eso mismo había ido
–Creo que puedo intentar meterte en mis misiones, hacer que estés cerca de
ella hasta que te dé la oportunidad. Delia es todo corazón. –dije sintiendo
–Seguro que cuando la conozca mejor concluyo que así es. –respondió.
No fue una respuesta muy normal pero supuse que la situación tampoco lo
era de alguna forma.
Lo hice.
Me fui al único lugar que podía consolar la ausencia de Delia de alguna
Respiré hondo y miré hacia abajo. Se veía mi silla, esa en la que solía
sentarme a resolverlo todo, a la perfección.
Había sido más fácil de lo esperado irme del territorio sin despedirme de
–Eres totalmente diferente a otra persona que haya conocido. –dijo Shiba
difícil que en tres meses, tiempo acordado para pasar con los Emerys,
tranquila.
Shiba se fue contenta hasta donde estaba su padre. Tenía veinte años,
grave a mi lado.
Me giré para encontrarme con los ojos de color avellana clavados en mí con
demasiadas preguntas en el tintero. Abbot.
gracias a los libros que había leído durante tantos años. Torak había sido el
entrenarse en el agua de tal manera que había quienes les llamaban “los
lobos del agua”. Miré a Abbot. No era muy mayor, no en realidad, pero se
cuando sonreía, que era más a menudo, por lo visto, de lo que imaginaba;
¿Había lobos preparados para ser alfa más simpáticos que Astor?
Yo había visto unos ojos marrones en los arbustos pero había sido Shiba.
Entrecerré los ojos preguntándome como un lobo tan grande, y con una
fragancia masculina tan contundente, había pasado desapercibida para mí.
En sus ojos brilló una emoción que no supe descifrar del todo pero estuve
común.
–Deberías, nunca sabes cuándo puede estallar una guerra. –contestó tan
activa y por pasiva que no estaba cansada, no iban a dejar que se mostrase
durante un rato.
–Debe ser fantástico que te enseñen a pelear. Tu padre debe ser muy bueno
de vampiros”, no quería que me viesen como esa marginada que había sido.
antojo, si fue su voluntad que tardases más, eso hiciste. A lo mejor estabas
¿Así que eran esas las mentiras que le contaban a Shiba para que no se
sintiese mal?
Sonreí tímidamente. Debía ser agradable tener una familia a tu lado que
– ¿Qué hubierais hecho si no hubieseis sido los reyes del cotarro? –pregunté
¿No era lo lógico que retase ya a su padre para destronarle? Al parecer no,
El crujir de una hoja de manera irregular fue suficiente aviso para mí. Cerré
los ojos mientras que asentaba mis botas a la tierra para ser más consciente
presencia no grata.
–Vampiros. –dije suficiente alto y claro como para que todos me oyesen.
que lo tuviesen en cuenta? Era más mérito del que me habían dado en toda
los míos parecían ser todos bestias salvajes que solo querían destruir, y en
parte no les faltaba razón, yo había notado diferencias entre ellos. Estos
movimientos.
Cuando estuve segura de cuántos eran saqué mis dos grandes espadas y
esbocé una de mis gélidas sonrisas antes de adelantar varios pasos para
lanzarme al ataque. No me costó más de diez minutos eliminarlos a casi
todos mientras que los ojos de todos los presentes se clavaban en mí con
¿Admiración?
Al terminar con todos, menos con uno, siguiendo mi modus operandi, me
acerqué a él para clavar mi bota de cuero en su nuez. El enemigo abrió los
lo que yo era, iba a desautorizarme así. Me crucé de brazos, tras guardar las
espadas, esperando una explicación.
–No veo por qué. –contesté encogiéndome de hombros. –Por lo que yo sé,
estábamos yendo tranquilamente hacia vuestras tierras cuando un grupo de
Abbot movía sus pies nervioso, como si no quisiera atacar pero debiera
hacerlo.
curiosidad. Si algo sabía, por propia experiencia, era que cuando los
chupasangres te ponían un mote, siempre había algo de verdad en él.
–No quiero hacer esto pero, hasta que tenga ocasión de hablar con mi padre
de mis elecciones.
– ¡Basta! Vais a soltarla ahora. –gritó una voz femenina conocida bajando
las escaleras que conducían a la celda. – ¡No ha hecho nada! ¡Y es mi
amiga! –Shiba estaba con los brazos cruzados frente a su hermano en forma
amenazadora.
¿Era su amiga?
Era muy pronto para saberlo pero, lo que si era verdad, era que no había
hecho absolutamente nada, y, aunque no lo supieran, tampoco pensaba
hacerlo. Shiba no era una amenaza, no para mí, fuese bruja o no.
CAPÍTULO 13
ABBOT
–Si quisiera matarla, lo podría hacer antes de tu primer paso hacia nosotras.
entrenamientos. Esos tres meses tenían que dar para hacer a mi hermana
capaz de defenderse por sí misma; Yo no podía estar siempre tras sus
talones, era una de las razones principales para no haber ocupado ya el
–No es que tú me hayas visto en una pelea. –afirmé cruzando los brazos
Yo era letal, eso era verdad, pero también lo era que, a la distancia que se
La sola mención de mi miembro me puso incómodo. Ella era una mujer con
la una forma exquisita y, si bien no la había visto en forma de loba,
–Mi hermano es algo pudoroso para ser un futuro alfa. –soltó Shiba
divertida.
–Tú céntrate en lo que te está diciendo. –repliqué señalando la daga que
acababa de darle para sustituir la larga espada.
–No tienes mucha fuerza pero puedes usar tu agilidad a tu favor, ese
también es mi fuerte. –dijo Delia sonriendo.
Shiba la miró abriendo mucho los ojos. Yo conocía esa mirada, Delia, no.
–Sigamos entrenando. –contestó ella tras tomar una gran bocanada de aire.
Un buen rato más tarde, Delia dio por concluida la lección y se despidió,
con un leve movimiento de cabeza, de mí antes de irse a su habitación.
Estaba completamente seguro de haber dejado la vigilancia apostada en su
– ¿Crees que puede ser ella? –interrogó mi padre en cuanto me junté con él
en sus aposentos.
–Debe serlo. –contesté sin hablar de más. –Ella y Shiba se llevan bien solo
que sigo sin ver cómo mi hermana va a aprender a ser tan valiosa como dice
Desde que había nacido mi hermana, veinte años atrás, todo había
cambiado. La mujer, curandera del clan, que había atendido el parto, se
apresuró a decir, nada más verla, que estaba marcada. Mi padre la mandó
matar y, sin embargo, años después fue al valle de las profecías para ver si
era cierto. Alguien marcado era alguien cuyo destino estaba escrito de una
forma imborrable. Todos teníamos un destino, supuestamente, pero los
marcados eran aquellos cuyo destino era tan grande que las estrellas estaban
Shiba tenía sobre sus hombros un gran peso desde que había descubierto su
destino. Sí, aquella chica delgada, sin transformación ni habilidad,
Al parecer sí, pero no podría hacerlo sola porque la profecía era clara. Solo
junto a una asesina de vampiros y encontrando ésta última el amor,
–Tenemos dos de tres entonces. La bruja y la asesina… ¿Qué hay del amor?
–preguntó mi padre enarcando una ceja en mi dirección.
padre de vuelta.
mencionaba el amor como parte del único camino para la victoria pero…
¿Era eso lo que quería que hiciese? Miré a la luna, que ya había salido,
preguntándome si todo lo que estábamos haciendo, desde el principio de los
tiempos, no era más que un terrible error.
Caminé con furia hasta el exterior sin rumbo fijo con la idea de serenarme,
pero oí llantos. Era Shiba. Me acerqué rápido hasta comprobar, con un
–Tienes suerte, Shiba, de estar en una familia que te quiere y te acepta tal y
como eres. No tienes que estar triste, todos somos diferentes. –murmuró
ella abrazándola.
–Nadie sabía que yo era la asesina de los vampiros hasta que me casé con el
alfa. He estado sola e invisible más tiempo del que me gustaría reconocer. –
confesó ella.
Negué con la cabeza con sentimiento de culpa. Astor la había utilizado para
sus propios fines y yo, aunque por motivos totalmente distintos, pensaba
hacer exactamente lo mismo.
añadí.
–Debe ser difícil que nadie te apoye. –dije nuevamente siendo sincero.
Quizá a ella también le pesaba hablar de él. No era su alma gemela ni nada
por el estilo y ni siquiera se habían elegido porque se gustasen así que tenía
¿No debía encontrar amor según la profecía? ¿No era por eso que mi padre
me había pedido que la enamorara? Pues eso no era incompatible con
enamorarme yo de verdad.
Solo tenía tres meses pero iba a intentar que fuese más que suficiente para
CAPÍTULO 14
DELIA
Había pasado un mes y medio desde que había llegado al territorio de los
Emerys así que tenía la rutina interiorizada pero no podía acostumbrarme a
la cercanía con la que se empeñaba en tratarme Abbot.
respecto.
nosotros.
–Creo que tú misma te contienes por miedo a hacerle daño a los demás. –
tiempo.
–No necesito saber cómo o por qué, aunque posiblemente ni lo sepáis, pero
sí es de imperiosa necesidad que dejemos de hacer como que no lo eres. –
espeté cruzándome de brazos.
– ¿A estas alturas crees que le voy a hacer algo? Eso es que no me conoces.
–dije ofendida. –Quiero ayudarte, Shiba. –añadí clavando mis ojos en ella.
– ¿Cómo crees que eso puede ayudarnos? Dejando claro, por supuesto, que
no creo que mi hermana tenga veneno por sus venas. –respondió Abbot.
Que tenía ese veneno, era un hecho, sino no podría ser bruja, pero no iba a
discutirlo. Podía entender esa protección fraternal aunque nunca la había
tenido.
–Si ella estuviera segura de no hacer daño a las personas con las que
practica podría liberar una parte de su pesada carga. –sugerí encogiéndome
de hombros.
Eché a andar hacia ninguna parte sabiendo que no le había enseñado ni una
sola cosa ese día. Me empezaban a pesar en exceso los comentarios que
No me apetecía otro momento de esos que Abbot tenía preparados para mí,
esos en los que su fragancia masculina desprendía deseo y yo no sabía
cómo actuar al respecto.
– ¿Crees que hay maldad corriendo por las venas de Shiba? –preguntó en un
susurro.
–Yo… No tiene por qué. –Me encogí de hombros y le puse una mano en el
Lo cierto era que la única forma de ser bruja era haber nacido de al menos
un progenitor vampiro y poseer el don. Yo no iba a ser quien le preguntase
movimiento a él.
No tenía un gran físico pero era alta y fuerte. Destellos de pelaje naranja y
negro llamaban la atención.
–No lo sé, solo… Dejé de tener miedo y lo intenté sin nadie a mi alrededor.
–confesó tan emocionada que no paraba de mover la cola de manera
cómica.
–Es una gran noticia. –aseguré levantándome tras tomar una profunda
bocanada de aire. –He tenido una idea. –Ambos me miraron, una vez más, a
la espera de mi genialidad; ¿No era agradable ese sentimiento? –Podemos
dar el antídoto a toda la manada, además de darle más seguridad a tus
intentos, les protegerá contra los vampiros. –concluí.
–Papá tiene que saberlo. –chilló Shiba que aún se tropezaba en algunos
momentos. No conocía bien su propia forma.
otra vez.
reconocería ante nadie, había esperado que fuese recíproco, pero no lo era.
permitiría.
Miré a Torak esperando buscar tanta reprobación como con los padres de
Astor pero, sorprendentemente, pareció complacido.
Éste palideció y buscó una explicación urgente con sus ojos color avellana.
–Si es por lo que te dije antes, yo… –dijo dejando en el aire sus propias
palabras.
–Necesito hablar con él, no me quiere así que… Podría dejarme ir. –
comenté con un profundo dolor en el pecho que no pensaba mostrar.
Shiba sonrió en nuestra dirección mostrando una vez más lo joven que era.
¿Tan malo era pensar en mí por una vez en la vida? Todos se alegrarían de
mentalmente todas las veces que había soñado con esperar a mi alma
gemela; La había encontrado, era Astor y, sin embargo, no había nada de
felicidad en ello.
¿Por qué entonces no cambiar de vida a una en la que nadie sintiese el más
Era la primera amiga que había tenido desde que fui repudiada así que le
todavía.
–Esa daga fue con la que maté a mi primer vampiro, al primero de tantos…
directamente allí, enviarle una carta a Astor y dejar que Abbot afrontara las
consecuencias, pero no era justo.
alma gemela.
Por si eso fuera poco, habíamos tenido más ataques vampíricos que en los
últimos treinta años. Al parecer, ella nos ayudaba a mantener la manada a
pensamientos.
–Es una gran noticia; Corrió como la espuma en cuanto sucedió. –aseguró
la mujer.
Excepto en mi territorio.
Gruñí.
así debía ser para dejar a mi hermano a cargo de algo con lo poco que le
Ambos supieron que hablaba en serio pero, entonces, la vista de los dos
cabeza.
Ya podía estar tranquilo, ella estaba en casa así que podía terminar mis
obligaciones como alfa antes de subir y reclamarla como había soñado con
hacer desde el mismo día en el que se había ido. Podía hacer el ritual de
unión, amarla e incluso morir por ella. El destino había sido caprichoso en
buena voluntad de pactar. Estaba de buen humor y eso se notó en cada una
de mis concesiones.
–Volvió y ya le hizo perder la cabeza. –dijo Pol creyendo que no era capaz
de oírlo.
Acabaría por pegarle una patada fuera del clan como siguiese pero, en ese
inclinada sobre una gran maleta pero, lejos de estar vaciándola, estaba
llenándola.
–He pensado que, quizá…–Hizo una pausa que me heló aún más. –Podrías
creo que podría ser una buena oportunidad para mí. –murmuró dejándose
–Pues que en ese clan quieren que esté. –contestó agrandando sus fosas
– ¿Quién te sugirió que era una buena idea que te cambiases de manada? ¿A
quién tengo que arrancarle la cabeza por intentar que me dejes? –pregunté
tan furioso que me estaba costando no transformarme.
¿Era un buen momento para decirle que ella era mi alma gemela?
Probablemente no.
–Eres insufrible. –murmuró molesta. –Si me quiero ir, me voy, tan sencillo
–Pues no tan sencillo porque resulta que soy el alfa y eso me da potestad
para decidir sobre ti al igual que sobre otros miembros de la manada; Y por
si eso fuera poco, resulta que nos hemos casado. –replique molesto.
nuestra conversación.
–Llevarte con ellos fue una jugada sucia para mantener una paz débil pero
si esperaban que intentar quitarme a un miembro de la manada a la fuerza
Bajé sin esperar a Delia que corría detrás de mí como una bala. Cuando
llegué al cuarto donde Abbot esperaba lo vi tan cabizbajo que dudé por un
instante.
–Siento irrumpir así en tu territorio, pero vengo como clan aliado que
somos a pedir ayuda. –afirmó Abbot con el aliento entrecortado.
–Si vienes a llevártela, puedes irte por dónde has venido. Nadie quiere una
Pero aunque vengo a por ella, no es del modo en el que estás pensando. –
Hizo una pausa. –Se han llevado a Shiba, los vampiros. –aclaró con cierto
temor reflejado en su expresión. –La necesitamos para recuperarla. –
concluyó.
Delia se llevó las manos al rostro bastante afectada y dio un paso hacia
delante que se vio truncado por la intervención de mi brazo.
que sea necesario para conseguir tenerla contigo. –Una pausa pensando ante
la atenta mirada de los míos. – ¿Dispuesto a empezar una guerra? Espera, lo
acuerdo entre manadas? Nadie quiere una guerra entre nuestros clanes. –
recalcó Abbot.
Era cierto que mi clan iría donde yo les llevase pero no era del todo justo
para nadie.
–Estoy aquí. –saltó Delia llamando nuestra atención. –Quiero salvar a Shiba
y lo demás me da exactamente igual. –concluyó.
Lo hice pero señaló a Pol con la cabeza. Éste bufó en respuesta pero, ante
mi movimiento, salió de la sala.
conversación.
– ¿No podía esperar abajo con Abbot? Tengo armas escondidas por todo tu
– ¿Si te pido que no nos acompañes y que convenzas a Abbot para que lo
acepte, lo harás? –interrogué buscando en la cómoda ropa militar para
pausado.
Por el rabillo del ojo pude ver que aquello le sorprendió, pero no dijo nada.
–dijo.
–No vamos a hablar de por qué decidiste que enviarme a otro sitio era
buena idea. –repuso en tono cortante.
–Tú dijiste que te parecía bien irte, que no querías estar aquí. ¿Qué
esperabas que hiciese? ¿Te enfadas porque no te retuve y ahora que intento
retenerte también? –interrogué cabreado.
Ya me había puesto los pantalones negros y la camiseta aún estaba entre mis
manos cuando sus ojos verdes atravesaron mi cuerpo desnudo una vez más.
–Me cabreo por las razones que te llevan a tomar las decisiones que tomas.
sabor, su dulzura única que me recordaba una y otra vez a gritos que era mi
alma gemela.
Ella era mi alma gemela, debía saberlo pero parecía tan estúpido soltarlo en
–Porque me dejaste ser una paria social dentro de tu manada sin mover ni
¿Y si tenía razón?
hacia abajo para encontrarme con los ojos brillantes de Astor clavados en
realidad de Shiba.
¿Era eso justo para ellos?
tacto alguno.
–No iremos a la guerra sin saber por qué. –sentenció Astor dándole el alto a
sus hombres.
aseguró Abbot.
Había pensado mucho en por qué Torak, siendo el alfa, no había ido hasta
allí con su hijo; Al fin y al cabo, era su hija a la que había que salvar. En
–Algún día podrían ir a por Delia… ¿Eso no cambia las cosas? –interrogó
¿Por qué Abbot había hecho una amenaza superflua hacia mi persona?
pero ambos alfas ratificaron mi orden haciendo que quedásemos solos los
tres.
pero tú esperas que ellos luchen sin saber qué pasa. –Mi queja sonó algo
Abbot sorprendiéndome.
Había algo oscuro en su rostro. Quizá no era oro todo lo que relucía; Mis
sospechas sobre el futuro alfa de los Emerys volvieron a emerger con más
fuerza.
¿Dónde quedaban sus sentimientos hacia mí? ¿Había pecado por primera
Shiba? Ella te consideró suficiente amiga suya desde el primer día para
cuál era el motivo de la pelea; Solo entonces caí en mis propias palabras
entre ambos.
cierta distancia a la espera de ser llamados y tampoco creía que fuese una
gran idea que todos ellos se diesen cuenta de la enemistad reciente de los
alfas.
–Mi hermana es una bruja. –anunció Abbot tan bajo como un susurro. Astor
confirmación. Asentí. –Esa es la parte que ella sabe. –Hizo una pausa que
pesó dentro de mí. –Lo que no se le explicó, por no meter más presión al
asunto quizá, fue que pesa una profecía sobre ella. –explicó.
saber seguro que uno de sus padres no lo es… ¿Por qué iba a pesarle a
Delia una profecía que cae sobre tu hermana? –interrogó Astor nuevamente
protector.
sobre mí.
eso que me has tratado tan bien? ¿Solo esperando que colaborase? –
–Es cierto que te llevamos hacia allí por eso, pero no tiene nada que ver con
lo que siento por ti ahora. –declaró.
–Yo pensaba que eso era desinteresado, pero ya veo que no. Nadie me tiene
infantiles. –espeté dando un gran silbido para llamar al resto del equipo.
los dos porque me daba miedo lo que mis sentimientos querían hacerles. A
olfato me confirmaba.
bosque, pese a los once que íbamos en el camino, era total. Un ruido
accidental suficientemente cercano llamó mi atención por lo que me giré y,
Él abrió notablemente los ojos y supe que el resto de los míos había llegado.
–Podía habernos llevado hasta Shiba. –acusó Abbot sin mucha vehemencia.
–Pagarán por todo lo que le hagan. –aseguré respirando una sola vez. –
Están bajo nuestros pies. –declaré de pronto.
sacarlos de ahí mientras que yo entraba armada hasta los dientes para
acabar con los que quedasen dentro.
Me irritaba todo lo que hacía. Se creía con derecho a decidir sobre mi vida.
Pese a la reticencia de Astor alegando que no era bueno tardar por si los
vampiros pillaban nuestras intenciones, acepté hablar con él tan solo unos
–Quiero que sepas, por si me pasa algo, que lo que siento por ti es real. Tú
–Me dolió que me ocultaras información. Yo… No siento eso por ti, pero te
quiero de algún modo, aprecio la forma en la que siempre me has tratado. –
contesté lamentándome de lo que se parecía aquello a una despedida.
–Aún así, Delia, sigo pensando que estarías mejor con nosotros. Puede que
no sea el momento, pero quiero que lo sepas; Si tú decides venir conmigo,
– ¿Shiba, qué se supone que tenemos que hacer? –interrogó Abbot con
cierto derrotismo inesperado en la voz.
mirada.
CAPÍTULO 17
ASTOR
–No pactaremos nada hoy. –anuncié tras escuchar lo que quería decir Shiba.
conmigo a la manada.
destino parecía ser demasiado caprichoso. –Tengo que volver a hablar con
cosas difíciles. Tenía demasiado en lo que pensar con lo de Shiba como para
pelearme con Abbot abriendo una guerra entre manadas.
Delia.
–Sí, por ahora sí. –contestó ella más callada que de costumbre.
¿Por ahora?
–Tengo cosas que resolver primero pero me pasaré por allí. –dijo pensativa.
conversación.
Vi a Pol apoyado en un árbol al entrar al territorio con cara de pocos
grande que era a su lado en figura humana. Cada rincón de mi cuerpo gritó
por poseerla.
–Pero sí de Shiba, si ella se hace su líder podemos contar con la paz entre
–Yo creía que te había elegido por fastidiar, Delia. –declaré acercándome en
Ella parpadeó e intentó echarse hacia atrás como si tuviese miedo. Negó
control.
–Hacerme pensar que hay algo más que una atracción física por tu parte y
Elevé su barbilla con dos dedos contemplando sus ojos vidriosos; Era tan
fuerte y a la vez tan frágil. La besé con pasión, como solo se besa a tu
media mitad esperando que todo su miedo se disipase, ella tenía que notar
mismo sentimiento.
caderas.
mientras las bocas se entrelazaban una y otra vez sin que hubiera algo que
Su cuerpo desnudo era todo lo que el lobo que había dentro de mí había
deseado desde que existía; Tantos años de existencia por fin cobraron
sentido y, mucho más, cuando alcanzó el clímax una y otra vez hasta quedar
–Es la líder de los vampiros porque corre veneno por sus venas. –contesté
–Es la única que ha sido mi amiga lo suficiente para luchar por mí aun sin
que sientes por mí, ahora sí, pero eso no quita todo el tiempo que estuve
sola, siendo diferente. –susurró con el dolor del recuerdo reflejado en su
rostro.
incansable.
Alguien tocó con fuerza la puerta. Todo lobo era capaz de aspirar y saber lo
Nos vestimos todo lo rápido que pudimos y abrí encontrándome a Brent con
la cara blanca.
para matarla. A ellos y a todos los vampiros que pueda. –explicó sin aliento.
–Él no sabía qué significaba, solo que habría paz. No aceptará que la hija
que crió como suya con ese fin sea un recuerdo de la infidelidad de su
Fue tan rápido que mi instinto me hizo ponerme delante de Delia con la
mirada fija en Pol. Entraron el resto que me habían acompañado en el viaje
mientras yo intentaba discernir por qué había algo en la mirada del guerrero
que expresaba triunfo y a mí no me gustaba.
Entonces lo vi.
–Y eso hago. Mantendré unida a la que siempre ha sido mi familia, sin ella.
–Marcos, baja eso. –exigió Brent apretando los dientes al ver a su amiga al
borde de la muerte.
Después todos, como buenos súbditos del nuevo alfa, lucharemos con Torak
para aniquilar a esas aberraciones, incluyendo a la pequeña bruja. –añadió.
Quería moverme, acabar con aquella situación pero Marcos la tenía en una
posición completamente a su merced. Si apretaba el cuchillo… Miré los
ojos verdes de Delia tan serenos que tuve que preguntarme si era consciente
de lo que había pasado.
–Tendremos que cambiar la alfombra. –dijo Delia tan fría que recordé por
qué la llamaban la asesina de los vampiros.
–Nos vamos, ahora. –ordené para que los presentes corrieran la voz.
Avanzamos hacia el bosque como uno solo, así era estar en manada. Delia,
por su parte, escogió ir en forma humana; Ella no era como nadie más,
Abbot nos recibió con los ojos muy abiertos, sorprendido, pero contento. Su
hermana, detrás de él con una horda de vampiros dispuestos a su orden, nos
saludó con un movimiento de cabeza.
pena en su mirada.
Lo entendí: Mejor que fuese un engaño que saber que tu alma gemela iba a
ser eternamente de otra persona.
–Eso no cambia que te quiera, Delia, pero de otra forma. –declaró cogiendo
la mano de mi mujer.
–Lucharemos. –declaré bajito, solo para Delia. –Por tus amigos, por nuestro
futuro, por todas las veces que tuve que protegerte y no lo hice. –concluí.
Lucharon mucho más de lo que yo lo hice con mi padre, y eso que siempre
se había dicho que había sido uno de los combates más crueles entre
familia. Sus cuerpos estaban cansados, sus dientes llenos de sangre y su
–Quiero que lo haga, pero Torak sigue siendo muy fuerte. –contesté
expectante como todo el resto de lobos y vampiros.
–Lo hará, es el destino. –aseguró Delia sonriendo. –La profecía decía que
solo con la bruja, la asesina de vampiros y el amor podría alcanzarse la paz,
pero lo entendieron como quisieron, como en cada profecía. –La miré sin
comprender lo que decía. –Ganará porque el amor al que se refería la
Sonrió.
Hice lo mismo.
uno suficientemente brillante como para ser tenidos en cuenta. Yo, por mi
parte, solo tenía ojos para Delia que brillaba por encima de todos los demás;
FIN