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PRODUCCIÓN DE BIO-BUTANO

Aunque el lactato y el etanol son los productos comunes de las


fermentaciones microbianas, existen otros muchos tipos de
fermentaciones de interés industrial y comercial.

En 1910, Chain Weizmann (que se convertiría posteriormente en el


primer presidente del estado de Israel) descubrió que una bacteria,
Clostridium acetobutyricum, era capaz de fermentar el almidón a
butanol y acetona.
Este descubrimiento abrió el campo de las fermentaciones industriales
en las que se suministra algún material fácilmente asequible y rico en
almidón (cultivos vegetales, algas o microalgas, por ejemplo) al
cultivo de un microorganismo específico capaz de fermentarlo
originando un producto de mayor valor. Se producen así por
fermentación microbiana diferentes productos de interés como
metanol, acetona, ácidos fórmico, acético, propiónico, butírico y succínico, glicerol, etanol, isopropanol,
butanol y butanodiol. Estas fermentaciones se llevan a cabo en grandes recipientes cerrados en los que se
controla la tempetura y la aireación para favorecer la multiplicación de los microorganismos deseados, al
mismo tiempo que se inhibe la de microorganismos contaminantes. El rendimiento de estos procesos es
elevado y simplifica en gran medida los numerosos pasos que deberían seguirse en la síntesis química de
estos compuestos. En algunos casos, además es posible inmovilizar las células microbianas en polímeros
inertes (ej. geles de poliuretano, conglomerados mica-arcilla) a través de los cuales se hace pasar la
materia prima de forma contínua, recogiéndose el producto en el efluente.

500 X 1000 X
2000 X

La producción de butanol por Clostridium


Cuando C. acetobutyricum se alimenta de azúcares produce, mayoritariamente tres productos: acetona,
butanol y etanol. Por esta razón, a este proceso se le denomina desde sus inicios fermentación ABE
(acetona-butanol-etanol). Las investigaciones iniciales de Weizmann estaban enfocadas inicialmente a la
producción de acetona, utilizada para la fabricación de explosivos, de butanol y de etanol mediante la
fermentación de almidón por la bacteria Clostridium acetobutyricum. Esta fermentación, fue utilizada por
numerosos países hasta los años 50, en que fue reemplazada por procesos basados en petroleo. En 1973,
la crisis del petróleo renovó el interés en la investigación, desarrollo e implantación de los procesos de
fermentación para la obtención de productos sustitutivos. Con los avances sobre el conocimiento del
genoma de Clostridium acetobutyricum, sumado al abaratamiento de los sustratos utilizados, y al
desarrollo de nuevas técnicas que mejoran el rendimiento, renació el interés por la fermentación ABE en
los últimos años, encaminada a la producción de butanol. Este compuesto es utilizado como combustible
(en forma de mezclas) y denominado "biobutanol" con el fin de remarcar su origen vegetal, puesto que el
butanol puede producirse también a partir de combustibles fósiles, con las mismas propiedades químicas.
La fermentación ABE tiene lugar en dos etapas:
Acidogénesis: fase de crecimiento activo de
Clostridium, en la que glucosa es metabolizada vía
glucolítica hasta piruvato y acetil-CoA, con liberación
de CO2 y H2. El piruvato y el acetil-Coa son
posteriormente convertidos en ácido butírico y ácido
acético. La producción de estos ácidos provoca un
descenso de pH en el medio, que hace que el
crecimiento bacteriano se detenga, entrando en su
estado estacionario.
Solventogénesis: fase estacionaria del crecimiento de
Clostridium en la que se produce la reasimilación de los
ácidos generados en la fase anterior, aumentando
nuevamente el pH y convirtiéndolos en una mezcla de
acetona-butanol-etanol, en una proporción final
aproximada de 3:6:1, con concentraciones de butanol de
hasta 12 g/L y rendimientos de alrededor del 30% sobre
la glucosa consumida.
Algunas cepas mutantes muestran mayor formación de
butanol (relación 3:16:1, concentraciones de butanol de
26 g/L y rendimientos del 40-50%.
Una de las mayores limitaciones del proceso es la
toxicidad del butanol sobre las propias células
microbianas, que se soluciona mediante su separación
por pervaporación, lo que permite incrementar la
productos acidogénicos
productos solventogénicos
productividad de biobutanol hasta 165 g/L.
(Pervaporación: técnica de separación de líquidos mediante el
transporte selectivo a través de membranas poliméricas no porosas desde una fase líquida a una fase gaseosa. El vapor permeado se recolecta
como líquido, mediante condensación).

Los principales usos directos del butanol son como disolvente en la fabricación de pinturas y barnices, y como
plastificante en la fabricación de diversos polímeros, resinas y caucho sintético. Pero la aplicación con mayor
interés de este compuesto es como biocombustible en automoción, donde presenta claras ventajas frente al etanol
por tener una mayor semejanza con respecto a la gasolina.

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